Está en la página 1de 3

Análisis crítico:

Lectura “Peldaños para el éxito en la mediación multigrado”, a partir de la

pregunta generadora: ¿Cuál debe ser el horizonte pedagógico del educador o educadora

unidocente?

Esmeralda Morales Mayorga.

Universidad Internacional San Isidro Labrador

Curso: BAS-16 Proceso de enseñanza-aprendizaje en escuelas unidocentes

Facilitador:

Jessica Barrantes Azofeifa


Análisis crítico sobre la lectura “Peldaños para el éxito en la mediación
multigrado”, a partir de la pregunta generadora: ¿Cuál debe ser el horizonte
pedagógico del educador o educadora unidocente?

Arranco mi análisis con la siguiente frase célebre: "El objetivo principal de la


educación es crear personas capaces de hacer cosas nuevas y no simplemente repetir
lo que otras generaciones hicieron". Jean Piaget (1896-1980).

A partir de la frase anterior del psicólogo y biólogo suizo, se intuye que el horizonte
del educador o educadora unidocente es crear o ayudar a crear nuevas posibilidades,
nuevas oportunidades, nuevos retos; para comunidades que, por su situación geográfica
social y económica, no cuentan con las mismas posibilidades que centros educativos de
zonas urbanas. Ahora bien, se plantea la siguiente pregunta: ¿Dónde se interseca estas
“nuevas cosas” con el aspecto pedagógico? La respuesta es con todo. A continuación,
procedo a desmenuzar mi aporte crítico:

La pedagogía y la economía.

Es de dominio común el que el educador o educadora unidocente llega a


comunidades de escasos recursos y es parte de su responsabilidad (y horizonte) buscar
las posibilidades y brindar los recursos en pro de la mejora. Tal acción empieza desde
las aulas con la mediación pedagógica. Se sabe que bajos índices educativos producen
decenas de miles de jóvenes sin preparación adecuada para obtener un mejor empleo,
lo cual se traduce en pobreza. Si queremos que los niños cuando sean jóvenes continúen
la universidad o politécnicos, debemos tomar decisiones pedagógicas que permitan su
permanencia y garanticen el éxito escolar. Los cerebros de los niños se desarrollan mejor
en escuelas de ambientes ricos de aprendizaje; los maestros pueden crear ambientes
más ricos de aprendizaje en sus salones de clase. Además, necesitamos más
economistas y politólogos.
La pedagogía y la sociedad.

Esta relación está sumamente bien establecida. A manera de ecuación; una mejor
educación y práctica pedagógica es equivalente a una mejor sociedad. El educador y
educadora unidocente necesita tener claro (como horizonte) que ejercer una pedagogía
pertinente es una responsabilidad social que radica en enseñar a pensar y adquirir las
habilidades que permitan a sus ciudadanos disfrutar de libertad y democracia.

A partir de lo anterior, se puede afirmar con total propiedad que toda sociedad
requiere de un buen sistema educativo. Este sistema debe garantizar que las personas
estén formadas en las habilidades que el mercado laboral necesita si no también
asegurar su formación como personas.

La pedagogía y el desarrollo integral de la persona.

El horizonte del educador o educadora unidocente que considero más importante,


dentro de la practica pedagógica, es el desarrollo pleno e integral del ser humano, lo cual
implica considerar el tipo de persona que debe formar y, por ende, el tipo de sociedad.

Por lo tanto, la escuela unidocente debe potencializar la realización de las


necesidades humanas y de las esferas del desarrollo humano, y para ello se requiere de
procesos de aprendizaje significativos, es decir, de ambientes de aprendizaje que
favorezcan la relación armónica del saber, el hacer y el ser de las personas involucradas.
En mi caso particular, todo lo anterior debe armonizar con la preservación y el
fortalecimiento de nuestra cultura, costumbres, tradiciones y cosmovisión de los pueblos
indígenas a los que nuestras escuelas unidocentes están adscritos.

Finalizo concluyendo que para mí el desarrollo integral del ser humano está
estrictamente relacionado con mi identidad indígena originaria.

También podría gustarte