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Síndrome de insuficiencia coronaria ( cardiopatía

isquémica)

Leila Lorena Lohse Lugo

Monografía presentada al Colegio Nacional EMD Dr. Ignacio A. Pane


como requisito para aprobar el Tercer Curso Bachillerato en Ciencias
Básicas.

DR JUAN MANUEL FRUTOS – Paraguay


Octubre - 2020

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Síndrome de insuficiencia coronaria ( cardiopatía
isquémica)
Autora: Leila Lorena Lohse Lugo

Resumen

Es la enfermedad más mortal del mundo moderno, debido a que las


formas de contraerla son muy comunes en la población, lo que dio origen
al cuestionamiento principal, ¿Qué es la cardiopatía isquémica?, lo que
originó las preguntas de investigación y los objetivos generales y
específicos, cuáles direccionaron la tarea investigativa. La metodología
con lo que se presenta esta monografía se enmarca dentro del tipo de
compilación y de esquema lineal. El marco de desarrollo del trabajo
presenta: Concepto de cardiopatía isquémica, síntomas de la cardiopatía
isquémica, los tipos de tratamientos aplicados para la enfermedad,
prevención para esta afección cada uno expuesto con respectiva teóricos.
Con lo cual se puede llegar a la siguiente conclusión que la cardiopatía
isquémica es la enfermedad ocasionada por la arteriosclerosis de las
arterias coronarias, es decir, las encargadas de proporcionar sangre al
músculo cardiaco (miocardio). La arteriosclerosis coronaria es un proceso
lento de formación de colágeno y acumulación de lípidos (grasas) y
células inflamatorias (linfocitos). Estos tres procesos provocan el
estrechamiento (estenosis) de las arterias coronarias.

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INDICE
Página
Resumen ........................................................................................................ ii
Índice ............................................................................................................. iii
CAPITULO 1 – INTRODUCCION .................................................................1
CAPITULO 2 – DESARROLLO ....................................................................4
La Cardiopatía Isquémica..............................................................................4
Causas de la Cardiopatía Isquémica ...........................................................4
Síntomas de la Cardiopatía Isquémica .........................................................5
Factores de riesgo de la Cardiopatía Isquémica ..........................................6
Pruebas y diagnóstico de la Cardiopatía Isquémica ...................................8
Tratamiento de la Cardiopatía Isquémica ...................................................10
Pronóstico de la Cardiopatía Isquémica .....................................................16
Vivir con Cardiopatía Isquémica .................................................................17
CONCLUSION .............................................................................................21
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ..........................................................23
ANEXO ........................................................................................................25

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CAPITULO 1 – INTRODUCCIÓN
La cardiopatía isquémica se produce porque la sangre tiene dificultades
para pasar por las arterias coronarias debido a que existen numerosas
obstrucciones en su interior. Dichas obstrucciones son debidas a la
presencia de placas llenas de grasa denominadas placas de ateroma que
aparecen en el contexto de una enfermedad llamada arteriosclerosis. La
arteriosclerosis es un proceso relacionado con la edad y más frecuente en
el sexo masculino. La arteriosclerosis tiene un componente genético pero
también está influida por numerosos factores (denominados factores de
riesgo cardiovascular) entre los que se encuentran:
• El consumo de tabaco.
• La concentración elevada de colesterol malo (LDL).
• El descenso del colesterol bueno (HDL).
• La diabetes.
• La hipertensión arterial.
• La obesidad y el sedentarismo.
Los pacientes con cardiopatía isquémica tienen con frecuencia
arteriosclerosis en otros territorios vasculares, siendo frecuente que hayan
presentado o presenten en el futuro arteriopatía periférica y/o ictus.
Más raramente, la falta de riego no se debe a la obstrucción de las
arterias coronarias sino a un espasmo de las mismas (angina
vasoespástica) que reduce la llegada de sangre hacia una zona del
corazón.
En otras ocasiones, la falta de riego es debida a un gran crecimiento de la
pared muscular del corazón (hipertrofia ventricular) la cual necesita una
gran cantidad de sangre que no puede ser aportada por las arterias
coronarias aunque no estén obstruidas. Esto se observa en determinadas
enfermedades que producen el crecimiento exagerado de la pared del
corazón, como la miocardiopatía hipertrófica y la hipertrofia secundaria a
estenosis aórtica.
El Síndrome de Insuficiencia coronaria (Cardiopatía Isquémica) es la
enfermedad más mortal del mundo moderno, debido a que las formas de

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contraerla son muy comunes en la población: tabaquismo, mala
alimentación, poca actividad física, hiperglucemia, sobrepeso,
hipertensión. Lo cual genera que muchas personas a temprana edad la
padezcan o terminen siendo víctimas mortales de la misma. Lo cual
genera las siguientes interrogantes ¿ ¿Qué es la cardiopatía isquémica?
¿Cuáles son las causas de la cardiopatía isquémica? ¿Qué síntomas
presenta esta enfermedad? ¿Cuáles son los factores de riesgo de la
cardiopatía isquémica? ¿Cuáles son los tratamientos para la cardiopatía
isquémica?
De acuerdo a los planteamientos formulados y a las preguntas de
investigación, se plantean los siguientes objetivos generales y específicos

• Estudiar la cardiopatía isquémica.


• Conocer las causas de la cardiopatía isquémica.
• Identificar los síntomas de la cardiopatía isquémica.
• Reconocer los factores de riesgo de la enfermedad.
• Determinar los tratamientos de la cardiopatía isquémica.
Esta investigación buscará recopilar información sobre los orígenes,
factores determinantes, predisponentes y desencadenantes de la
enfermedad y concienciar a las personas para que puedan prevenir o
evitar esta grave afección. Para así salvar vidas, orientándolas a buscar
una vida saludable y menos sedentaria
El tipo de monografía del presente trabajo es la de compilación, en el que
se analiza y presenta una opinión personal tras una revisión bibliográfica
exhaustiva.
El esquema utilizado es el lineal, a través del cual se plantea una
pregunta en la introducción y en cada uno de los capítulos que componen
el desarrollo, abordando los temas en un orden lógico hasta llegar a la
conclusión. (ENRIQUE ECHEBURUA-2002)
El trabajo cuenta con tres apartados fundamentales que se detalla a
continuación:
La primera parte corresponde a la parte Pre-textual, donde se explaya la
presentación del trabajo, en cuanto a la portada, el resumen y el índice.

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La segunda parte denominada Textual, contiene lo referente a la
introducción (problema, preguntas, objetivos y justificación de la
investigación), el desarrollo de la monografía y su correspondiente
conclusión.
La tercera parte considerada Post-textual, presenta las citas de obras
consultadas para el desarrollo de la investigación (ENRIQUE
ECHEBURUA-2002

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CAPITULO 2 DESARROLLO
1. La Cardiopatía Isquémica
La cardiopatía isquémica o enfermedad coronaria se produce cuando las
arterias que suministran sangre al músculo del corazón se obstruyen, de
manera parcial o completa, por lo que no le llega el flujo sanguíneo.
Si se piensa en las arterias coronarias como si fuesen un sistema de
tuberías, su progresiva obstrucción provoca que el líquido, en este caso la
sangre, no llegue de forma correcta a las diferentes zonas del corazón.

“Según la OMS La cardiopatía isquémica es una enfermedad muy


frecuente que afecta a gran parte de la población de los países
desarrollados y, también, de los países en vías de desarrollo”.

2. Causas de la Cardiopatía Isquémica


La causa de la cardiopatía isquémica es la arteriosclerosis. Una
inflamación crónica de las arterias que provoca un endurecimiento y
acumulación de placas de colesterol (placas de ateroma) en sus paredes,
lo que favorece la formación de trombos.
La arterioesclerosis puede afectar a todas las arterias del cuerpo y causar
diferentes síntomas en función del órgano afectado. Si se produce en las
arterias que llevan la sangre al cerebro, puede manifestarse en forma de
ictus o accidente vascular cerebral; si se produce en las arterias de las
piernas, puede provocar dolores al caminar; si se produce en las arterias
que abastecen de sangre al propio corazón, puede provocar angina de
pecho o infarto de miocardio.
Según Dra. Laura Sandoval Se estima que
aproximadamente 15,4 millones de personas mayores de 20
años padecen cardiopatía isquémica en Estados Unidos, por
lo que afecta al 6,4% de la población (7,9% de los hombres y
5,1% de las mujeres). En Europa, se estima que la
enfermedad cardiovascular es la causa de 4 millones de

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fallecimientos cada año, lo que supone el 47% de todas las
muertes.”

3. Síntomas de la Cardiopatía Isquémica


Cuando se produce una obstrucción coronaria, las células del músculo
cardíaco no reciben oxígeno ni nutriente, lo que se manifiesta en forma de
dolor torácico.
3.1 Dolor torácico.
El dolor típico de la cardiopatía isquémica se describe como una opresión
en el centro del pecho que, en ocasiones, se irradia a la base del
cuello, la mandíbula, los brazos (preferentemente el izquierdo) o la
espalda. A veces, estos síntomas pueden acompañarse de falta de aire,
sensación de mareo, sudor frío, náuseas y vómitos, palpitaciones o,
incluso, pérdida de conocimiento.
Hay que tener en cuenta que el dolor de la cardiopatía isquémica no
siempre tiene estas características tan típicas, sobre todo, en mujeres,
personas mayores y pacientes con diabetes. En algunos casos, la
cardiopatía isquémica puede manifestarse en forma de dolor en la parte
alta del abdomen o solamente falta de aire.
Ante cualquier sensación de molestia en el pecho, aunque no sea de
características tan típicas como las descritas con anterioridad, es
conveniente consultar con un médico lo antes posible.
Sensación de falta de aire (disnea).
El corazón pierde fuerza y no puede bombear la sangre hacia el resto
cuerpo. Esta se queda estancada en los pulmones que se llenan de
líquido, por lo que es difícil respirar. Es una de las complicaciones más
importantes porque indica que el infarto (o la angina) es grave.
Palpitaciones.
La sensación de latidos fuertes en el pecho o desacompasados puede ser
secundaria a la presencia de arritmias. Pueden ser de muchos tipos, más
o menos graves, pero tienden a producir un pulso rápido y sensación de
palpitación o golpe en el pecho.

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Sudoración, náuseas y vómitos.
Pueden aparecer todos juntos o solo alguno de ellos. En realidad se
deben a la respuesta del cuerpo, en concreto del sistema nervioso, ante la
grave lesión que representa la falta de sangre hacia el músculo cardíaco.
Pérdida de conocimiento.
En el contexto del infarto, la pérdida del conocimiento se debe a
problemas en la conducción eléctrica dentro del corazón o a la presencia
de arritmias graves, ya que pierde toda capacidad de bombear sangre
(paro cardíaco).

4. Factores de riesgo de la Cardiopatía Isquémica


Los factores de riesgo cardiovascular están relacionados con las
características personales, estilos de vida o problemas de salud de cada
persona que pueden dañar las arterias y causar arteriosclerosis.
Algunos de estos factores no se pueden modificar, como la edad o el
sexo, pero hay que prestar una atención especial a la prevención y control
del resto.
Los factores de riesgo para la cardiopatía isquémica, en concreto, y la
enfermedad vascular, en general, son:
Edad.
El riesgo de sufrir un infarto aumenta con la edad y de forma significativa
en los hombres mayores de 45 años y mujeres mayores de 55 años. Esta
diferencia de edad de riesgo entre hombres y mujeres se debe a la
influencia que tienen las hormonas sobre los vasos sanguíneos.
Fumar.
Incrementa de forma muy significativa el riesgo de padecer un infarto. Es
uno de los factores de riesgo más frecuentes y, a la vez, más evitable.
Hipertensión.
La tensión arterial alta causa daños en la pared de las arterias, y puede
acelerar la aterosclerosis. Dejar de fumar, perder peso o hacer ejercicio
son formas de reducir la tensión arterial que además influyen de forma
muy beneficiosa sobre la salud de las arterias.

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Hipercolesterolemia.
Se deben controlar los niveles de grasas que hay en la sangre mediante
una analítica. La elevación del colesterol de tipo LDL (colesterol “malo”) o
de los triglicéridos, se han relacionado con mayor riesgo de enfermedad
coronaria. En cambio, la elevación del colesterol HDL (colesterol “bueno”),
protege frente a un infarto. Una alimentación sana y el ejercicio regular
son buenas formas de aumentar el colesterol “bueno”.
Diabetes.
El aumento de los niveles de azúcar (glucosa) en sangre se ha
relacionado con mayor riesgo de infarto. Es importante tener un buen
control del azúcar en sangre, mediante un tratamiento con pastillas o con
insulina. Perder peso, seguir una alimentación adecuada y hacer ejercicio
de manera regular pueden ayudar mucho a controlar el azúcar.
Factores genéticos.
La historia familiar de angina de pecho o infarto puede sugerir un
componente genético. Se debe tener en cuenta si el infarto ha sucedido
en hombres menores de 55 años o mujeres menores de 65 años. Si el
familiar ha tenido un infarto con más años, es posible que sea más debido
a la edad que a un componente genético.
Sedentarismo.
El sedentarismo se relaciona con mayor obesidad, hipertensión arterial y
peor control de la diabetes y del colesterol. La actividad física regular
aporta muchos beneficios sobre el control de estos factores de riesgo.
Obesidad.
El sobrepeso es cada vez más frecuente en nuestra sociedad y empeora
los otros factores de riesgo. Pequeñas pérdidas de peso pueden ser muy
beneficiosas para la salud cardiovascular.
Estrés o angustia.
Pone en marcha mecanismos hormonales que a largo plazo pueden
causar un daño sobre las arterias.
Drogas. La cocaína o las anfetaminas, por ejemplo, pueden alterar el
funcionamiento de las arterias y provocar un espasmo. La arteria se

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contrae y no deja pasar la sangre. El consumo de cocaína es una causa
relativamente frecuente de infarto, sobre todo, en población más joven.
Otras enfermedades.
La preeclampsia durante el embarazo o la presencia de enfermedades
autoinmunes pueden incrementar el riesgo de sufrir un infarto a lo largo
de los años.

5. Pruebas y diagnóstico de la Cardiopatía Isquémica


Historia clínica.
La primera aproximación al diagnóstico de la cardiopatía isquémica deriva
de la entrevista con el médico. En primer lugar, el médico analiza la
presencia de factores de riesgo cardiovascular: antecedentes familiares,
hábito tabáquico, la existencia de enfermedades relacionadas con la
cardiopatía isquémica, como la diabetes, la hipertensión o la
hipercolesterolemia.
En segundo lugar, el médico averigua las características del dolor
torácico: si es opresivo o punzante, si se relaciona con el esfuerzo físico o
con alguna posición determinada, si se asocia a náuseas o falta de aire, si
se irradia hacia los hombros, la mandíbula o la espalda. La información
combinada de ambas partes de la entrevista, permite saber si el paciente
presenta cardiopatía isquémica y decidir cuáles son las pruebas
diagnósticas más adecuadas.
Electrocardiograma.
Consiste en el registro de la actividad eléctrica del corazón a través de
unos parches conductores (electrodos) que se adhieren a la piel. Las
células del corazón enfermas no conducen la electricidad con normalidad,
por lo que el trazado del electrocardiograma de un paciente que tiene un
infarto suele estar alterado. Además, el electrocardiograma permite
visualizar también cicatrices de infartos antiguos o la presencia de
arritmias. Hay que saber, no obstante, que no todos los problemas del
corazón se reflejan en el electrocardiograma. La angina de pecho solo se

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detecta si se realiza la prueba mientras se produce el dolor. El estado de
las válvulas o el tamaño del corazón no se ven en el electrocardiograma.
Analítica de sangre.
Cuando se tiene un infarto de miocardio, algunas proteínas (troponinas)
del corazón pasan a la sangre. A veces tardan unas horas en poder
detectarse mediante una analítica sanguínea por lo que se tiene que
repetir a las 6 horas.
Radiografía de tórax.
La radiografía de tórax ayuda a valorar el tamaño del corazón, de las
grandes arterias y el estado del pulmón. Puede orientar sobre la
presencia de líquido en el pulmón y ayudar a descartar otras causas de
dolor en el pecho como la neumonía.
Ecocardiografía o ecocardiograma.
Los ultrasonidos permiten ver en una pantalla la forma, tamaño y
movimiento del corazón. Esta exploración no permite ver las arterias, por
lo que no se puede ver si están obstruidas, pero da una información muy
importante sobre el funcionamiento del corazón. Si se ha tenido un infarto
de gran tamaño, la zona del corazón que ha quedado lesionada no se
mueve con normalidad. Permite estimar el tamaño del infarto y la
repercusión que ha tenido sobre el músculo cardíaco. También, ayuda a
ver si las válvulas funcionan correctamente o si existe alguna
complicación derivada del infarto.
Prueba de esfuerzo o ergometría.
Cuando existen dudas de si el dolor torácico que refiere el paciente es
debido a la falta de riego sanguíneo en alguna parte del corazón, lo mejor
es realizar una prueba de esfuerzo. Consiste en registrar un
electrocardiograma mientras el paciente realiza un esfuerzo físico gradual
y de intensidad programada. Se puede realizar en un tapiz rodante, que
incrementa su velocidad y pendiente de forma progresiva, o en una
bicicleta estática, que incrementa la resistencia de forma también gradual.
Para los pacientes que no pueden realizar ejercicio físico, se les

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administran fármacos que ejercitan el corazón sin necesidad de mover el
resto del cuerpo.
Durante la prueba se observa la respuesta del paciente al esfuerzo: si
aparece dolor, cómo responde la presión arterial y la frecuencia del pulso
o si aparecen alteraciones en el electrocardiograma que indiquen falta de
riego coronario. Si se quiere aumentar la fiabilidad de la prueba de
esfuerzo se puede añadir alguna prueba de imagen al registro del
electrocardiograma con esfuerzo.
Algunas de las pruebas de esfuerzo con imagen son: Medicina Nuclear
(SPECT), Miocárdico de Perfusión o Gammagrafía
cardíaca, Ecocardiograma de ejercicio, Ecocardiograma con
dobutamina, Resonancia Mangética Cardíaca con adenosina o con
dobutamina.
Tomografía computarizada (TC) coronaria.
Para la realización de un TC coronario, el paciente está tumbado sobre
una mesa que entra en una máquina de tomografía o escáner. A través
de los rayos X, la máquina toma imágenes del corazón, que permite ver el
grado de obstrucción de las arterias coronarias. Para que las imágenes
sean fiables, el paciente no debe tener mucho calcio en las arterias.
Además, es necesario que el corazón vaya lento para poder tomar las
imágenes, por lo que es posible que se administre algún medicamento
para disminuir la frecuencia cardíaca antes de someterse a esta
exploración.

6. Tratamiento de la Cardiopatía Isquémica


6.1 Tratamiento farmacológico en la fase aguda, en el hospital
Una vez hecho el diagnóstico de síndrome coronario agudo (angina de
pecho inestable o infarto agudo de miocardio), el paciente debe
permanecer hospitalizado y en reposo. Si se trata de un infarto por
oclusión total de la arteria, el tratamiento se dirige a desobstruir la arteria
lo más rápido posible, ya que cada minuto que pasa cuenta.
Las medicaciones utilizadas en el momento agudo son:

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Ácido acetil salicílico (Aspirina).
Hace que las plaquetas no se peguen unas a otras dentro de la arteria,
por lo que disminuye la formación de trombos. Es el primer fármaco a
administrar en cuanto se produce dolor en el pecho, incluso en domicilio.
Otros antiagregantes plaquetarios.
Refuerzan la acción del ácido acetil salicílico para evitar la agregación de
las plaquetas. El más común es el clopidogrel, pero prasugrel y ticagrelor
también se usan en casos de especial gravedad.
Anticoagulantes.
Mediante otro mecanismo, también van dirigidos a disolver los trombos de
dentro de la arteria. Se usan diferentes tipos de heparina que se
administran por vía endovenosa o subcutánea.
Betabloqueantes.
Su función es desacelerar el corazón, que se quede en estado de reposo
para demandar menor oxígeno. Además, también reducen el riesgo de
presentar arritmias.
Fármacos para evitar el dolor.
Es posible que en muchos casos se requiera la administración de morfina,
si el dolor es muy intenso.
Nitroglicerina.
Se puede administrar como una pastilla o espray debajo de la lengua o de
forma endovenosa. Su función es dilatar las arterias del corazón para
permitir un mejor paso de la sangre.
Trombolíticos o fibrinolíticos.
En aquellos casos en que se diagnostique una oclusión total de la arteria
por trombo, se pueden administrar estos fármacos, que tienen el objetivo
de romperlo y hacer la sangre muy líquida. Son muy potentes y están
indicados en unos casos muy concretos; no se administran de forma
rutinaria, a diferencia del resto de fármacos.

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6.2 Tratamiento quirúrgico
Aunque normalmente la mejor opción es el tratamiento con
medicamentos, en otros casos, cuando se trata de un problema más
grave o la medicación no es suficiente, lo mejor es intentar abrir la arteria.
Angioplastia o revascularización percutánea.
El paso inicial es realizar una coronariografía o cateterismo coronario. Si
se sospecha que la oclusión de la arteria es total, el cateterismo debe
hacerse de forma urgente, sin perder ni un solo minuto. El paciente debe
ser trasladado con una ambulancia medicalizada hasta el centro de salud
más próximo. Si se trata de una angina de pecho o un infarto sin oclusión
total de la arteria, la coronariografía se puede diferir 24h.
Mediante esta prueba, se puede ver qué arteria está afectada. Con el
mismo catéter que se ha introducido a través de la ingle o la muñeca del
paciente, se pasa un pequeño balón para llegar hasta el sitio donde se
encuentra la obstrucción y se hincha de aire. De esta forma, la arteria
queda abierta de nuevo. En la mayoría de los casos, además, se coloca
un stent, un muelle cilíndrico hecho de metal, que recubre la parte interna
de la arteria para evitar que se vuelva a cerrar. Este procedimiento se
llama angioplastia con implantación de stent.
Aunque los stents son casi siempre de metal, se distinguen dos tipos:
recubiertos o farmacoactivos y no recubiertos o metálicos, en función de si
llevan o no un medicamento impregnado en su interior.
Cirugía de revascularización coronaria o by-pass.
En algunas ocasiones, hay obstrucción en más de una arteria coronaria, o
las lesiones son múltiples y difíciles de tratar mediante angioplastia. Una
alternativa posible para estos casos es la realización de una cirugía
cardíaca con by-pass.
Se realiza en quirófano, con anestesia general. Se abre el esternón para
dejar el corazón asequible a la mano del cirujano. El torrente sanguíneo
se deriva a una máquina de circulación extracorpórea, que se encarga de
hacer de corazón artificial y mantener el flujo de sangre a todos los
órganos del cuerpo mientras se manipula el corazón.

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La cirugía consiste en coser una vena o arteria del propio paciente de
forma paralela al vaso enfermo, sin tocar la zona obstruida. De esta forma
se consigue hacer un puente, una circulación accesoria, mediante la cual
la sangre llega al músculo cardíaco de forma correcta. Se puede utilizar
una arteria del propio paciente, llamada mamaria interna, o vena, que se
extrae de las piernas.
6.3 Tratamiento a largo plazo
El objetivo fundamental del tratamiento a largo plazo es la prevención
secundaria, es decir, evitar que la angina de pecho o el infarto vuelvan a
aparecer. Por ello, se debe combinar el tratamiento con fármacos con un
cambio en el estilo de vida.
Modificación del estilo de vida
La modificación de los estilos de vida es la pieza fundamental para evitar
o prevenir la cardiopatía isquémica, ya que resulta mucho más eficaz que
cualquier tratamiento farmacológico o quirúrgico, y no presenta ninguna
contraindicación. Pese a ello, a veces es lo más difícil de conseguir.
Dejar de fumar.
Aunque a veces es difícil, merece la pena poner todo el empeño en ello.
Alimentación equilibrada.
Se deben tener en cuenta tanto la cantidad como las características de
los alimentos. Por una parte, interesa mantener un peso adecuado, según
la edad y estatura y, por otra parte, es importante seguir una dieta rica en
frutas, verduras, legumbres y pescado. Entre las carnes, es preferible, por
su menor contenido en grasas, el consumo de pollo, pavo o conejo. Por
último, se deben consumir ocasionalmente carnes rojas (ternera, pato,
cordero), embutidos, dulces y bollería.
Ejercicio regular.
El ejercicio físico mejora el tono muscular y la función cardíaca. También
reduce la probabilidad de que las arterias del cuerpo se obstruyan y
aporta una sensación de bienestar físico y emocional. Ayuda a controlar
otros factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión o la diabetes.
No es necesario hacer un ejercicio físico intenso, pero sí de forma

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continuada. Se aconseja escoger una actividad que agrade: caminar,
nadar, montar en bicicleta… y realizarla de forma enérgica durante 30
minutos 5 días a la semana.
Relajarse.
Las situaciones de angustia, a menudo relacionadas con el trabajo o
problemas familiares, tienen un efecto negativo sobre la salud. Además,
haber sufrido un infarto puede también generar mucha ansiedad y
depresión. Es importante aprender a relajarse y dedicar un tiempo diario
al autocuidado. Si resulta difícil, es mejor pedir ayuda a un profesional.
Controlar los factores de riesgo.
Un buen control de las enfermedades relacionadas con la
aterosclerosis (obesidad, diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia)
ayudan a mejorar la evolución.
Moderar el consumo de alcohol.
Se recomienda tomar como máximo dos copas de vino al día, en el caso
de los hombres, y una copa, en el caso de las mujeres. El consumo de
bebidas destiladas puede tener repercusiones negativas sobre su salud
cardiovascular.
Algunos centros ofrecen programas de rehabilitación cardíaca para
pacientes con cardiopatía isquémica o insuficiencia cardíaca. Estos
programas se basan en la realización de ejercicio físico regular de forma
supervisada, junto con recomendaciones de hábitos alimenticios y estilos
de vida adecuados a cada caso. Han demostrado ser muy útiles para
mejorar la evolución de los pacientes y son recomendables en la amplia
mayoría de los casos.
“Según Dr. Carlos Gugaani La prevalencia de cardiopatía
isquémica aumenta con la edad y es superior en los
hombres que en las mujeres, incluso en edades avanzadas.
Se calcula que la incidencia de enfermedad coronaria en
edades de entre 65 y 94 años se duplica en los varones y se
triplica en las mujeres respecto a edades entre 35 y 64 años.

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En los hombres, es más frecuente la presentación en forma
de infarto, mientras que en las mujeres es más frecuente la
presentación en forma de angina de pecho.
Mientras que en los países desarrollados hay una cierta
tendencia a la disminución de la prevalencia de la
cardiopatía isquémica, debido a la mejora de los
tratamientos y los hábitos de vida, esta aumenta en los
países en vías de desarrollo.”
6.4 Tratamiento farmacológico
Los pacientes que sufren cardiopatía isquémica deben tomar una
combinación de fármacos con el objetivo de reducir el consumo de
oxígeno del corazón, dilatar las arterias coronarias y evitar que se genere
de nuevo la obstrucción.
Los vasodilatadores, como la nitroglicerina y sus derivados (nitratos, sea
en comprimidos o en parches transcutáneos), relajan los vasos arteriales
y venosos, incluidos los coronarios, con lo que aumenta el flujo de sangre
en la zona afectada y desaparece el dolor de la angina. También existe su
presentación en comprimidos “de rescate”. El paciente con cardiopatía
isquémica debe llevar 1 o 2 comprimidos en el bolsillo. Si en algún
momento aparece dolor en el pecho, debe cesar la actividad física,
sentarse y poner un comprimido debajo de la lengua. Si el dolor cede en
10 minutos, puede seguir su actividad y comentarlo con el médico habitual
en la siguiente visita. Por el contrario, si el dolor no cede, debe
administrarse un segundo comprimido. Si, aun así, el dolor persiste, se
debe llamar al servicio de emergencias médicas.
Los betabloqueantes (bisoprolol, carvedilol, nevibolol, metoprolol,
atenolol, etc.) disminuyen la presión arterial y la frecuencia del corazón,
con lo que el este necesita menos oxígeno para funcionar. También
pueden reducir el riesgo de arritmias. Se ha demostrado que pueden
alargar la vida de los pacientes que han padecido un infarto.
Los antiagregantes. Los pacientes que han sufrido cualquier evento
derivado de la aterosclerosis, deben tomar antiagregantes de forma

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crónica, si no existe contraindicación. Estos fármacos hacen que las
plaquetas no se agreguen entre ellas y que la sangre se vuelve más
líquida, por lo que se reduce el riesgo de trombosis dentro de la arteria
coronaria. El ácido acetilsalicílico es el más común.
Las estatinas son fármacos que reducen los niveles de colesterol en la
sangre. Además, permiten estabilizar la placa de ateroma y evitar su
rotura, así como reducir la inflamación de los vasos sanguíneos y evitar
que se produzca el infarto. Por este motivo, las estatinas están indicadas
en todos los pacientes con cardiopatía isquémica, aunque sus niveles de
colesterol sean bajos.
Otros antianginosos son los inhibidores del calcio, que relajan la
musculatura de las arterias coronarias y atenúan el efecto de las
obstrucciones y de los espasmos; la ivabradina reduce la frecuencia
cardíaca, por lo que el corazón consume menos oxígeno y la ranolazina
tiene efecto sobre los vasos principales y los secundarios, por lo
que disminuye el riesgo de angina. Este último es especialmente eficaz en
los pacientes diabéticos.
El tratamiento es individual para cada paciente, los fármacos y las dosis
pueden ser muy diferentes. Es importante conocer el tratamiento prescrito
para poder informar sobre la medicación que se toma en caso de ser
atendido por cardiopatía isquémica por cualquier otro médico distinto al
habitual.
7. Pronóstico de la Cardiopatía Isquémica
El pronóstico del paciente con cardiopatía isquémica es muy variable en
función del momento y de la extensión de la enfermedad. En el momento
de un infarto agudo, el pronóstico depende fundamentalmente de la
aparición de arritmias y de la rapidez en la instauración del tratamiento,
por lo que es imprescindible no demorar la consulta sanitaria para mejorar
el pronóstico.
El pronóstico depende del área del corazón afectada y de la posibilidad de
reparación de las lesiones de las arterias. Hay muchos pacientes que con

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un tratamiento correcto pueden no tener síntomas en el futuro, mientras
que la esperanza de vida de otros puede quedar acortada.
Para mejorar el pronóstico, lo más importante es llevar un estricto control
de los factores de riesgo cardiovascular. Tras un tratamiento inicial
correcto, es el paciente quien debe responsabilizarse de su enfermedad y
hacer todo lo que está en su mano para corregir las situaciones que
puedan empeorar su condición.

8. Vivir con Cardiopatía Isquémica


Ansiedad y depresión.
Tener un infarto o una angina de pecho es una experiencia límite para
muchos pacientes, que suele tener un importante impacto en sus vidas. El
desconocimiento de la enfermedad, la necesidad de hacer múltiples
cambios en el estilo de vida, la toma de fármacos nuevos, el miedo a que
el episodio se repita, entre otros, son algunos de los factores que pueden
generar ansiedad o depresión.
En este sentido, hay que intentar transformar esta angustia en empeño
para hacer un cambio de hábitos que ayuden a mejorar la calidad de vida.
La modificación de la alimentación, el ejercicio regular, el cese del hábito
tabáquico, la relajación y dedicar tiempo para el autocuidado, favorecen a
una mejora de la calidad de vida.
El profesional sanitario y otros pacientes que han pasado por la misma
situación pueden aportar información y consejos útiles para ver la realidad
bajo un prisma más positivo. Los programas de rehabilitación cardíaca
también son una buena opción para retomar la vida con seguridad y
eficacia.
Alimentación.
Seguir una dieta rica en frutas, verduras, pescado y carnes blancas. Evitar
en la medida de lo posible la bollería, los embutidos, los alimentos fritos y
las carnes rojas. Intentar transmitir este hábito a la familia y amigos, o a
todos con quienes se comparta mesa. Además, una alimentación

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equilibrada, permite controlar los otros factores de riesgo, como el
sobrepeso, la diabetes y la hipertensión.
Ejercicio.
Buscar un mínimo de tres horas a la semana (repartidas en varios días)
para ejercitarse. No es necesario que sea un ejercicio extenuante, pero sí
se debe notar como el corazón se acelera un poco y la respiración es algo
entrecortada. Es mejor empezar de forma progresiva, sin cansarse, y
exigirse un poco más cada día hasta llegar a notar estas sensaciones a
las tres semanas, aproximadamente, del inicio de la actividad.
Esta regla general debe ser individualizada, por lo que es mejor consultar
al médico el tipo de ejercicio y la intensidad adecuada para cada caso. El
ejercicio también permite mejorar el control de otros factores de riesgo,
como la diabetes, la hipertensión, el sobrepeso o el estrés. No se debe
ser olvidar “la pastilla de ejercicio”, como algunos pacientes la denominan.
Si se tienen síntomas, como ahogo o dolor en el pecho, hay que cesar el
ejercicio y consultar con el médico antes de reanudarlo.
Dejar de fumar.
La mayoría de pacientes dejan de fumar tras un infarto, pero el 80%
vuelve a recaer en los siguientes meses. Dejar de fumar es, sin duda, lo
mejor que se puede hacer por la salud. El esfuerzo y la tenacidad se ven
recompensados por una mayor capacidad respiratoria, un mejor sabor de
los alimentos, un mejor olor corporal y, sobre todo, una clara mejoría de la
salud del corazón.
Control del peso.
Una alimentación poco equilibrada y el sedentarismo pueden hacer que
con el paso de los años se gane de manera progresiva peso. El cambio
en la dieta y la instauración de una rutina de ejercicio permiten controlar el
peso sobrante. Hay que desconfiar de las dietas milagrosas y dejarse
aconsejar por un profesional que garantice una pérdida de peso gradual,
pero constante, y que se encamine más a un cambio de estilo de vida que
a una dieta puntual.

18
Buscar tiempo para relajarse.
El estrés ha demostrado ser un factor importante en el desarrollo de
múltiples enfermedades, pero especialmente en la cardiopatía isquémica.
Las técnicas de relajación, la meditación, el buscar un tiempo para el
autocuidado, son básicos para adoptar una actitud más relajada y positiva
ante el día a día.

“Según Mirian Sandoval En cualquier caso, la cardiopatía isquémica es


todavía la primera causa de muerte de adultos, tanto en países en vías de
desarrollo como en países ricos.”

Tomar la medicación de forma correcta.


Es importante ser riguroso con la toma de la medicación prescrita. Ser
olvidadizo o poco constante puede acarrear complicaciones importantes.
Si hay algún medicamento que no sienta bien o produce efectos
secundarios, no hay que dejar de tomarlo. Se debe comentar con
el médico, quien le informará de las posibles alternativas farmacológicas
para adecuar el tratamiento.
Sexualidad.
Muchos pacientes sienten miedo al reemprender la actividad sexual tras
una angina de pecho o un infarto. Las relaciones sexuales se pueden
iniciar transcurrida al menos una semana de un infarto agudo de
miocardio o de la implantación de stents. Tras una cirugía de by-pass es
recomendable diferir la actividad sexual entre seis y ocho semanas para
permitir una buena cicatrización de la herida del esternón.
Cuando existan dudas respecto a la capacidad de esfuerzo del paciente
es recomendable realizar una prueba de esfuerzo. Si la prueba de
esfuerzo es normal, la probabilidad de padecer un infarto causado por el
coito es extremadamente baja.
Muchos pacientes pueden presentar disfunción sexual causada, en la
mayor parte de los casos, por la propia enfermedad de los vasos
sanguíneos, o por efectos psicológicos; algunos fármacos pueden

19
también tener este efecto. En este caso, hay que comentarlo con el
médico.

20
CONCLUSIÓN

La investigación realizada pudo responder a los objetivos trazados


inicialmente, expresándose a continuación los principales hallazgos al
respecto:
En cuanto al primer objetivo específico, “Conocer las causas de la
cardiopatía isquémica.” La causa de la cardiopatía isquémica es la
arteriosclerosis. Una inflamación crónica de las arterias que provoca un
endurecimiento y acumulación de placas de colesterol (placas de
ateroma) en sus paredes, lo que favorece la formación de trombos.
Con respecto al segundo objetivo específico “Identificar los síntomas de la
cardiopatía isquémica.” se puede mencionar, cuando se produce una
obstrucción coronaria, las células del músculo cardíaco no reciben
oxígeno ni nutriente, lo que se manifiesta en forma de dolor torácico; el
dolor típico de la cardiopatía isquémica se describe como una opresión en
el centro del pecho que, en ocasiones, se irradia a la base del cuello, la
mandíbula, los brazos (preferentemente el izquierdo) o la espalda. A
veces, estos síntomas pueden acompañarse de falta de aire, sensación
de mareo, sudor frío, náuseas y vómitos, palpitaciones o, incluso, pérdida
de conocimiento.
Con respecto al tercer objetivo específico “Reconocer los factores de
riesgo de la enfermedad.” Los factores de riesgo cardiovascular están
relacionados con las características personales, estilos de vida o
problemas de salud de cada persona que pueden dañar las arterias y
causar arteriosclerosis.
Algunos de estos factores no se pueden modificar, como la edad o el
sexo, pero hay que prestar una atención especial a la prevención y control
del resto.
Con respecto al tercer objetivo específico “Determinar los tratamientos de
la cardiopatía isquémica.” La cardiopatía isquémica es una enfermedad
que si se detecta a tiempo se puede controlar con tratamiento
farmacológico, quirúrgicos y cambio de hábitos. Si no es así, se pueden

21
ocasionar graves daños funcionales en el organismo y necesitar
tratamientos más invasivos.
Con lo cual se pudo concluir lo siguiente con relación a “Estudiar la
cardiopatía isquémica.” La cardiopatía isquémica es la enfermedad
ocasionada por la arteriosclerosis de las arterias coronarias, es decir, las
encargadas de proporcionar sangre al músculo cardiaco (miocardio). La
arteriosclerosis coronaria es un proceso lento de formación de colágeno y
acumulación de lípidos (grasas) y células inflamatorias (linfocitos). Estos
tres procesos provocan el estrechamiento (estenosis) de las arterias
coronarias.

22
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BARON, Anton P. (2006). Monografía. Guía práctica para la elaboración
de los trabajos monográficos. Asunción; Paraguay: Editorial Vazpi.

BORJA ORTIZ, Domingo. (2009). Guía para tutores. Los trabajos de


investigación para conclusión de Carrera. Editora Litocolor: Asunción;
Paraguay.
Aguilera Peña , M., Calvo Rodríguez, R., & Garrido Castilla, J. (2014).
Manual de Atención al Sindrome Coronario Agudo. Andalucía: Mc.
Graw Hill.

Fernández, A., & Fernández Cisnal , A. (2018). Cardiología hoy 2018.


Madrid: Pearson Education.

https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/cardiopatia-
isquemica/definicion
https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-
salud/cardiologia/problemas-corazon/sin012205wr.html
https://accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?bookid=1717&sectionid=1
14929706

23
ANEXO

24
COLEGIO NACIONAL DE EMD ¨DR. IGNACIO A. PANE¨
PROYECTO DE INVESTIGACION – MONOGRAFIA

1. Tema/título Síndrome de Insuficiencia


coronaria(Cardiopatía Isquémica)

El Síndrome de Insuficiencia coronaria


(Cardiopatía Isquémica) es la enfermedad
más mortal del mundo moderno, debido a
que las formas de contraerla son muy
2. Planteamiento del
problema comunes en la población: tabaquismo, mala
alimentación, poca actividad física,
hiperglucemia, sobrepeso, hipertensión. Lo
cual genera que muchas personas a
temprana edad la padezcan o terminen
siendo víctimas mortales de la misma. Lo
cual genera las siguientes interrogantes ¿
¿Qué es la cardiopatía isquémica? ¿Cuáles
son las causas de la cardiopatía isquémica?
¿Qué síntomas presenta esta enfermedad?
¿Cuáles son los factores de riesgo de la
cardiopatía isquémica? ¿Cuáles son los
tratamientos para la cardiopatía isquémica?
• Estudiar la cardiopatía isquémica.
3. Objetivos de la • Conocer las causas de la cardiopatía
investigación isquémica.
• Identificar los síntomas de la
cardiopatía isquémica.
• Reconocer los factores de riesgo de
la enfermedad.

25
• Determinar los tratamientos de la
cardiopatía isquémica.
Esta investigación buscará recopilar
3. Justificación información sobre los orígenes, factores
determinantes, predisponentes y
desencadenantes de la enfermedad y
concienciar a las personas para que puedan
prevenir o evitar esta grave afección. Para
así salvar vidas, orientándolas a buscar una
vida saludable y menos sedentaria.
El tipo de monografía responderá al de
compilación.
4. Diseño
El esquema de presentación responderá al
metodológico
lineal.

La Cardiopatía Isquémica
Causas de la Cardiopatía Isquémica
5. Diseño del Síntomas de la Cardiopatía Isquémica
contenido
Factores de riesgo de la Cardiopatía
Isquémica
Pruebas y diagnóstico de la Cardiopatía
Isquémica
Tratamiento de la Cardiopatía Isquémica
Pronóstico de la Cardiopatía Isquémica
Vivir con Cardiopatía Isquémica

Aguilera Peña , M., Calvo Rodríguez, R., &


Garrido Castilla, J. (2014). Manual de
6. Bibliografía
Atención al Sindrome Coronario
Agudo. Andalucía: Mc. Graw Hill.

Fernández, A., & Fernández Cisnal , A.


(2018). Cardiología hoy 2018.

26
Madrid: Pearson Education.

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