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Glosario de abreviaturas
Introducción
Motivación
Objetivo
Con este trabajo pretendemos estimular a los médicos, en la práctica diaria del consultorio,
a difundir entre sus pacientes los síntomas premonitorios que pueden evitar la patología y
sus factores de riesgo.
Método
Definiciones
Las enfermedades que afectan la circulación cerebral suelen manifestarse por episodios de
carácter agudo. Existe una cierta controversia sobre la nomenclatura más idónea para
designarlas. Se utilizan tanto las denominaciones de accidente vascular cerebral (AVC) o
accidente cerebro vascular (ACV), como las más imprecisas de ictus (afectación aguda) o
apoplejía (parálisis aguda), que han sido sancionadas por la práctica, tanto en español
como en inglés, en el que se emplea el término stroke (“golpe”).
Desarrollo
Analizando los distintos diagnósticos de egreso, como es el caso del ACV, DBT, TBC y
Alcoholismo.(tabla1)
El gráfico 1 muestra lo que se relató anteriormente:
La patología cardíaca encabeza nuestra estadística, seguida por la respiratoria y la
oncológica.
Se observa que el 10% de las internaciones fueron debidas a ACV.
Creemos que controlando los factores de riesgo modificables (hipertensión, diabetes,
dislipidemia, alcoholismo, tabaquismo, stress, etc.), se podría reducir la incidencia de esta
patología en nuestra población. Pero recordemos que hay también otros factores de riesgo
no modificables (edad, sexo y raza).
GRAFICO 1
Resultados
A partir del estudio se observó la alta frecuencia de ciertos factores de riesgo que pueden
ser modificados: HTA, DBT, Dislipidemias, AIT y/o ACV previos, alcoholismo, tabaquismo,
stress, enfermedades cardíacas, obesidad, sedentarismo, cefaleas.
Como factores de riesgo principales se observaron el tabaquismo y la HTA (presentes en el
80 % de los casos), seguidos por alcoholismo (60%) y sedentarismo (50% de los
pacientes). Estos cuatro causantes de ACV representan el 54% del total de las
observaciones.(tabla 2)
Epidemiología
Generalidades
Tabla 1
ANATOMÍA PATOLÓGICA
Infarto Cerebral
Hemorragia Subaracnoidea
Malformaciones Vasculares
FISIOPATOLOGÍA
Por un lado eso produce una falla de la homeostasis con aumento del ácido láctico,
aumento de radicales libres y lesión glial. Por otro lado, a nivel neuronal se produce
alteración de las membranas con despolarización, aumento del Na+ y el Cl- intracelular y
aumento del K+ extracelular. También se va a producir un aumento del flujo de Ca++
hacia el interior de la célula a través de canales voltaje dependientes. Este Ca++ provoca
daño de la membrana neuronal por peroxidación de los lípidos, produce aumento de las
lipasas, del óxido nítrico sintetasa y de las proteasas que llevan a la proteólisis, al aumento
de radicales libres y a la lipólisis. A su vez esta alteración y despolarización de las
membranas provoca un aumento de la liberación de neurotransmisores como la
noradrenalina y la dopamina, ocasionando un circuito de retroalimentación positiva, y
llevando a la auto oxidación neuronal.
La clave del Ca++ y su ingreso a la célula es lo que actualmente motiva a realizar muchos
estudios para en un futuro, no muy lejano, utilizarlo como neuroprotector, ya que su
estabilización intra y extra celular impediría actuar a los mecanismos lipolíticos y
proteolíticos del daño celular.
Los movimientos hidroelectrolíticos van acompañados indefectiblemente de edemas. Estos
pueden ser:
• Edema intracelular o citotóxico: se da en la propia neurona.
• Edema intersticial: se produce a nivel del endotelio vascular y por lo tanto el aumento
de la permeabilidad endotelial permite el paso de macromoléculas proteicas al espacio
intercelular.
• Edema periventricular: refleja la obstrucción del flujo de salida del líquido
cefalorraquídeo, como puede verse en la hemorragia intracerebral o en la subaracnoidea.
Cuando ocurre un edema cerebral aumenta la tumefacción cerebral y el líquido
intracerebral, con el consiguiente aumento de la presión endocraneana, produciendo mayor
daño neurológico y muerte por enclavamiento. El enclavamiento es la causa de muerte en
el 33% de los cuadros de ACV isquémicos y en el 75% de los cuadros de ACV
hemorrágicos.
FACTORES DE RIESGO
Cuadro 1
Los factores de riesgo no Los factores de riesgo modificables (entre paréntesis factor
modificables multiplicador del riesgo)
Edad Hipertensión arterial (x 6) Ataque isquémico transitorio o
es el más importante. Se sabe que la es el más importante y prevalente de ACV previo (x 3)
incidencia de ACV se duplica cada los factores de riesgo. La Estenosis carotídea (x 2/ x 8)
década después de los 55 años de hipertensión no solo se relaciona con en el caso de la estenosis carotídea
edad. infartos cerebrales sino también con asintomática el riesgo anual es del
la hemorragia intracerebral. 1,1% y del 2,3% cuando la estenosis
Enfermedad cardíaca (x 5) es severa (mayor del 70% de
infarto, trombo mural, fibrilación obstrucción de la luz arterial). Este
Sexo auricular, insuficiencia cardíaca, riesgo se incrementa 8 veces cuando
es un 30% más frecuente en el enfermedad valvular reumática, la estenosis carotídea es severa y
hombre que en la mujer. válvulas protésicas. La muerte sintomática, con presencia de un
Predisposición genética cardiovascular es la causa principal riesgo del 16,2% por año durante los
es menos importante, aunque de deceso en los sobrevivientes de dos años posteriores al evento
está presente. ACV, hecho que enfatiza la vascular cerebral.
necesidad de una evaluación Soplo carotídeo sintomático
cardíaca sistemática en todos los es un importante marcador de
Raza pacientes con patología enfermedad ateromatosa, pero carece
cerebrovascular, tengan o no en sí mismo de valor. Su prevalencia
síntomas de cardiopatía. aumenta con la edad, la hipertensión
hay mayor frecuencia de enfermedad Diabetes Mellitus (x 2) arterial y la diabetes.
oclusiva extracraneal en la raza es un factor independiente de riesgo Hormonoterapia (x 2)
blanca y la preferencia de para la isquemia cerebral. la administración exógena de
lesiones ubicadas en la carótida Tabaquismo (x 3) hormonas ha sido reconocida como
supraclinoidea y en la arteria es un importante factor de riesgo, un factor de riesgo adicional para la
cerebral media en la raza negra. especialmente para la enfermedad enfermedad cerebrovascular y
coronaria. El cese de este hábito cardíaca. Si bien el uso de
reduce rápidamente el riesgo, y anticonceptivos orales y anabólicos se
continúa su declinación hasta identifican con una población más
alcanzar, a los cinco años, el valor joven, el riesgo persiste con el uso de
de riesgo de ACV de los no terapia hormonal sustitutiva durante la
fumadores. menopausia y el tratamiento
Dislipidemias (x 2) estrogénico del cáncer de próstata.
aumentan el riesgo de enfermedad Los estrógenos han mostrado poseer
carotídea ateromatosa. un efecto vasoconstrictor sobre el
Alcohol músculo liso vascular y favorecer el
el consumo moderado (hasta 45 desarrollo de un estado
g/día) tiene un efecto protector sobre protrombótico.
la circulación cardíaca y cerebral, Sedentarismo
pero el exceso produce un efecto su eventual rol en los ACV ha sido
inverso a través de fenómenos tales sugerido, pero no probado. La
como hemoconcentración, aumento inactividad física mostró tener un
de la viscosidad sanguínea, arritmias correlato positivo con el
cardíacas durante la intoxicación engrosamiento progresivo de la pared
aguda, trombocitosis durante la arterial.
abstinencia y anormalidades de las Obesidad
funciones plaquetarias. ha sido asociada a la aparición
Aumento de la viscosidad temprana de fenómenos
sanguínea arterioscleróticos en la pared de los
el flujo de sangre es inversamente vasos extracraneanos y favoreciendo
proporcional a la viscosidad de la la presencia de hipertensión arterial e
misma. intolerancia a la glucosa.
Otros factores de riesgo son la
adicción a las drogas, migraña, y
placa ulcerada en la aorta (x 4)
Anamnesis
Se ha de precisar el carácter temporal del déficit neurológico, ya que en general, los ictus
embólicos y la HSA comienzan de forma brusca. Los trombóticos suelen tener esta
presentación, pero es frecuente también un curso cambiante a lo largo de un plazo más
dilatado de horas e incluso días. El HIC debido a hipertensión arterial produce un déficit
firmemente progresivo desde el momento del inicio de los síntomas, por un período de
minutos a horas. Según el tiempo de persistencia del déficit neurológico se establecen
varias denominaciones: 1) ataque isquémico transitorio (AIT): duración inferior a 24 horas;
2) déficit neurológico isquémico reversible (RIND): mayor de 24 horas y menor de 7-14
días; 3) ictus establecido: persiste el déficit y se producen secuelas; y 4) ictus progresivo:
el déficit aumenta durante las primeras horas. Hay que descartar mediante el interrogatorio
la coexistencia de fiebre, antecedentes de traumatismo craneoencefálico y presencia de
crisis comiciales. Existen circunstancias y síntomas acompañantes que orientan hacia la
patología subyacente: 1) cefalea (hemorragia, tumor); 2) disminución del nivel de
conciencia (hemorragia, isquemia basilar); 3) vértigo, náuseas, vómitos (hemorragia,
isquemia basilar); y 4) relación con la maniobra de Valsalva, ejercicio físico intenso, y coito
(HSA).
Examen Físico
Supratentorial. Los datos que más apoyan esta localización son la afasia, la agnosia, la
apraxia y los defectos campimétricos (hemianopsia homónima)
Síndromes vasculares.
Una vez orientado el diagnóstico topográfico es más sencillo realizar una correlación
anátomo-vascular para inferir el posible territorio afectado, en función de dos entidades
patológicas diferentes:
Macroangiopatía. Se refiere a la lesión de vasos de calibre grande. En este caso se han
de considerar las variaciones anatómicas individuales, la posible circulación colateral
existente y la presencia o no de lesiones previas para establecer el territorio vascular
afectado. Existen dos grandes divisiones:
-Sistema carotídeo: irriga los lóbulos frontal y parietal, los nervios ópticos y la retina y
parte del diencéfalo y del lóbulo temporal.
-Sistema vértebro-basilar: irriga el cerebelo, tronco del encéfalo, lóbulo occipital y parte
del diencéfalo y del lóbulo temporal.
Microangiopatía. Abarca la afección de las arteriolas penetrantes que se originan de los
grandes troncos vasculares. En el 66% de los casos la causa es la lipohialinosis de las
mismas como consecuencia de hipertensión arterial mantenida. Esta entidad da origen a
los infartos lacunares, que pueden ser clínicamente silentes o presentar características
asociaciones en función de la topografía lesional: 1) hemiparesia pura (57%): brazo
anterior y rodilla de la cápsula interna y corona radiata; 2) síndrome sensitivo-motor
(20%): brazo anterior de cápsula interna y corona radiata; 3) ataxia-hemiparesia (10%):
trayecto de la vía motora; 4) hemihipoestesia pura (7%): tálamo, brazo anterior de cápsula
interna; y 5) disartria-mano torpe (6%): brazo anterior y rodilla de la cápsula interna,
corona radiata y centros semiovales.
Evaluación de la gravedad del ictus. La gran diversidad de escalas de valoración del
accidente cerebrovascular (Barthel, Orgogozo, Canadiense, Pulses), indica la dificultad de
obtener un consenso sobre la forma de cuantificar los déficit neurológicos y las
consecuencias que de ellos se originan en la vida del paciente. En general existen dos tipos
de escalas: las neurológicas y las funcionales. Las primeras proporcionan una valoración
sistemática del estado del enfermo en el período agudo y cuantifican la gravedad de la
afectación clínica del paciente. Sin embargo, no se han revelado útiles como indicadores de
pronóstico y evolución, prefiriéndose para ello las medidas basadas en el estado funcional
del individuo, en términos de capacidad para realizar las actividades de la vida diaria. Con
las limitaciones referidas y de una forma orientativa podemos aplicar simultáneamente
ambos criterios a la hora de considerar la gravedad del ictus, con objeto de definir el grado
de asistencia médica que requiera el paciente: 1) grave: alteración del nivel de conciencia o
de la conexión con el medio, incontinencia, disfagia, combinación de déficit que indican
extensa lesión parenquimatosa (plejía, hemianopsia, desviación oculocefálica, anestesia,
asomatognosia, afasia, ataxia); 2) moderado: limitación relativa en alguno de los aspectos
fundamentales de independencia y autocuidado (alimentación, control de esfínteres,
deambulación, comunicación, paresia); y 3) leve: déficit neurológico que no interfiere con
la capacidad de vida independiente (paresia facial, diplopía, mínima paresia,
cuadrantopsias).
Exploraciones Complementarias
Se ha convertido en una prueba de fácil acceso, aunque sólo proporciona información útil
para el manejo del enfermo en algo menos de una tercera parte de los casos (28%). Debe
considerarse especialmente en los siguientes casos: 1) posibilidad de infarto o hemorragia
cerebelosa; 2) exclusión de sangrado en situaciones relevantes (pacientes con indicación o
en tratamiento con anticoagulantes, candidatos a endarterectomía); y 3) dudas sobre la
certeza diagnóstica. Respecto a las cuatro entidades agrupadas en el síndrome ictal, la TAC
nos aporta la siguiente información:
Isquemia cerebral (embolia o trombosis). En este caso puede ser normal hasta las
primeras 24 horas, por lo que el diagnóstico clínico cobra la máxima importancia. Se
aprecia en fase aguda una hipodensidad superponible al territorio vascular afecto, que
puede ejercer efecto de masa por el edema perilesional u ocasionalmente sufrir
transformación hemorrágica. Con el tiempo se produce transformación quística de la zona
con efecto de tracción sobre los ventrículos. La TAC puede mostrar pequeñas lesiones
hipodensas, características de los infartos lacunares. Su valor en los AIT todavía no está
definido, debiendo realizarse una evaluación individual de cada caso.
Hematoma cerebral. Detecta el 100% en la fase aguda, en la que aparece como lesión
hiperdensa, homogénea, intraparenquimatosa, con eventual extensión al sistema
ventricular, efecto masa o edema asociado. La lesión se vuelve isodensa en 3 a 4 semanas
y posteriormente hipodensa, asemejándose a una lesión isquémica residual. Si se sospecha
patología tumoral subyacente, debe realizarse un estudio con contraste.
Hemorragia subaracnoidea. El 80% de las veces detecta la sangre en las cisternas o
surcos cerebrales durante la primera semana. En ocasiones puede localizar el punto
sangrante (aneurisma, malformación arteriovenosa) tras la administración de contraste.
Otros. Permite descartar tumores, abscesos y hematomas subdurales. Por otra parte
esclarece algunas de las complicaciones neurológicas de la evolución de los ictus: edema
cerebral y herniación transtentorial, nuevo impacto isquémico, transformación hemorrágica
de ictus isquémico, resangrado, hidrocefalia e infarto por vasoespasmo en la HSA.
Resonancia Magnética Nuclear (RMN). Es el estudio de elección para ver lesiones de
fosa posterior y de pequeños vasos
Punción Lumbar (PL). Su rentabilidad diagnóstica se centra en la infección del SNC
cuando remeda un perfil ictal y en la detección de una HSA, en los casos de alta sospecha
clínica, con TAC normal. El líquido cefalorraquídeo (LCR) en la HSA persiste igualmente
hemático en tubos sucesivos, presenta un sobrenadante amarillento tras la centrifugación
(xantocromía), discreta pleocitosis mononuclear y aumento leve de proteínas, lo que ayuda
a diferenciarla de la PL traumática.
Doppler. Define si la carótida está estenosada (porcentaje de estenosis), si está
trombosada, y el aspecto de las paredes arteriales. El doppler debe ser realizado por gente
con experiencia y no sirve para definir si la carótida está ocluída o trombosada.
Generalmente esto se definirá con otro estudio, que es la angiografía digital.
Angiografía. Debe realizarse lo más precozmente posible en los casos de HSA. Es el mejor
método para la detección de aneurismas y malformaciones arteriovenosas. Se usa tambien
para la evaluación de la estenosis carotídea extracraneal, susceptible de cirugía.
Todas se deben a patología de pequeños vasos por hipertenhipertensión arterial. Por ese
motivo se debe controlar la presión arterial, excepto en caso de hemorragias lobares,
cuando se requiere un estudio más profundo por ser atípicas y porque no se producen por
hipertensión arterial.
• A los pacientes hay que controlarles la presión arterial. Si se hipotensa, puede conducir a
un mayor vasoespasmo y aumentar el riesgo de isquemia. Si el paciente está muy
hipertenso aumenta el riesgo de hemorragia. Se debe mantener al paciente en una presión
mínima adecuada.
• Analgésicos: se dan a los pacientes con mucho dolor.
• Sedantes: se dan si es necesario. Se recomienda tener al paciente tranquilo en una
habitación solo.
• Evitar la constipación por el aumento de la presión intracraneana.
• Antagonistas de los canales de Ca++: nimodipina es el único que demostró ser efectivo
en el tratamiento de vasoespasmo, dosis 60 mg cada 4 horas vía oral.
• Anticonvulsivos en forma preventiva, porque si el paciente llega a tener una convulsión,
probablemente vuelva a sangrar el aneurisma. Se hace dosis de carga de Fenitoína con 20
mg/kg de peso y luego dosis de mantenimiento, que es de 300 mg/día. Todo esto hasta
que el paciente se pueda estudiar por medio de la angiografía y luego realizarle el
tratamiento correspondiente. Puede ser cirugía convencional a cielo abierto (por lo general
es un clipado del aneurisma), o por los métodos endovasculares de embolización. Una vez
que el aneurisma ha sido clipado se puede hipertensar al paciente para evitar el
vasoespasmo.
Pronóstico
Funcional. Hasta las primeras veinticuatro horas es muy difícil prever las posibilidades de
recuperación del déficit neurológico. El pronóstico es mejor en pacientes jóvenes y con
déficit leves.
Vital. El ictus con déficit clínico importante pone en serio riesgo la vida del paciente, tanto
por las complicaciones neurológicas (primeras 48 a 72 horas) como extraneurológicas:
tromboembolismo pulmonar, neumonía, hemorragia digestiva e insuficiencia cardíaca o
renal.
- Ictus isquémico. La mortalidad en los primeros 30 días es del 20 al 30% en los ictus
graves. El pronóstico empeora en pacientes de edad avanzada, diabéticos e hipertensos.
- Hematoma cerebral. La mortalidad en el primer mes es del 30 al 40%. Tienen peor
pronóstico los casos de gran tamaño con efecto de masa sobre línea media, deterioro del
nivel de conciencia, localización putaminal o invasión intraventricular.
- Hemorragia subaracnoidea. La HSA espontánea tiene una mortalidad del 55%,
verificándose el fallecimiento en los primeros minutos hasta en una tercera parte de los
casos. De los pacientes diagnosticados en un medio hospitalario, fallecen hasta un 30% del
total. La disminución del nivel de conciencia, edad avanzada, hipertensión arterial,
aneurismas con diámetro mayor de 9 mm y presencia de hemorragias intraoculares
subhialoideas empeoran el pronóstico en forma general. Existen tres complicaciones serias,
cuya aparición modifica negativamente el pronóstico:
- Espasmo vascular, según criterios arteriográficos. Se atribuye al efecto vasoactivo de
sustancias liberadas en el LCR por el sangrado. Sucede en el 25 al 30% de los casos entre
los días 4 a 14 con un máximo a los 7 días, pudiendo predecirse la localización y gravedad
del mismo en función de la distribución de la sangre en la TAC.
- Resangrado, hasta un 20% en las dos primeras semanas, con un pico máximo en las
primeras 24 a 48 horas. Es responsable del fallecimiento del 30 al 85% de los casos, según
las series.
- Hidrocefalia por bloqueo secundario de las vías de circulación del LCR. Se presenta en un
7% de los casos.
Numerosos trabajos científicos han demostrado que la mayor parte del daño se produce en
forma rápida durante el tiempo que sigue al ataque cerebral. Este período, de
aproximadamente 6 horas, es clave en la instalación de tratamientos dirigidos a disminuir la
magnitud del daño cerebral, y de esta manera mejorar el pronóstico. La posibilidad de
implementar en forma urgente tratamientos efectivos, ha llevado a denominar a este lapso
como la ventana terapéutica. Ejemplo de estudio relativo a este tema es el del NINDS
(National Institute of Neurological Disorders and Stroke, de Toronto, Canadá), que tomó en
forma aleatoria y controlada pacientes que fueron medicados con activador tisular
recombinante de plasminógeno dentro de las 3 horas de producido el ACV. Los resultados
demostraron un aumento absoluto del 11 al 13% en la posibilidad de mínima incapacidad o
ausencia de discapacidad a los tres meses en el grupo que recibió la droga. El grupo
tratado, sin embargo, presentó diez veces más hemorragia intracraneal sintomática
temprana (6,4% vs. 0,6%) y aumento en la mortalidad a 36 horas, aunque se diferencia en
la mortalidad a los tres meses. Esto puso de manifiesto la importancia de comunicar a los
familiares del enfermo la posibilidad de elección y de asumir los riesgos tempranos
relacionados con el tratamiento y los riesgos tardíos derivados de su ausencia.
Prevención
Se han realizado diferentes estudios (SALT, UKTIA, DUTCH, SPIRIT 3000, ACKERMAN,
ESPS, ESPS 2, CATS, TASS, CAPRIE) en los que se compararon a la aspirina (AAS) en baja
y alta dosis con el dipiridamol, ticlopidina, clopidogrel, y coumadin para ver cuál era más
efectivo, tanto para la prevención primaria como para la secundaria.
Se justifica la prevención primaria en pacientes con estenosis carotídea asintomática de
mayor riesgo (mayor del 80%, progresiva, hipoflujo hemisférico), mientras no se indique
cirugía, y en pacientes mayores con factores de riesgo e infartos silentes.
El dipiridamol debe utilizarse junto al AAS para reducir el riesgo de padecer ACV. Esta
asociación produce 8,5% de hemorragias gastrointestinales y es un efecto adverso que hay
que tener en cuenta. La ticlopidina es útil tanto en la prevención del accidente isquémico
transitorio como de la recidiva del ACV. Como efecto adverso de importancia tiene el rash,
cuadros diarreicos y neutropenia severa. Su asociación con la aspirina trae ciertas ventajas
ya que tienen diferentes mecanismos de acción. Su unión prolonga marcadamente el
tiempo de sangría, también reduce la trombosis luego de la colocación de stent coronario y
se usa por tres o cuatro semanas evitando de esta manera los efectos nocivos que produce
cuando se lo emplea por tiempo prolongado.
El clopidogrel es un nuevo agente antitrombótico, es de la misma familia clínica que la
ticlopidina. Es un inhibidor potente y específico, y actúa uniéndose a los sitios de recepción
del ADP. Este es un agente inhibidor más importante que la propia aspirina. El clopidogrel y
la aspirina ejercen sus acciones por diferentes mecanismos, y se sospecha desde un
principio que pueden tener efectos clínicos diferentes en cuanto a seguridad y eficacia.
La unión de clopidogrel y la aspirina es de alta expectativa como potencialidad de utilidad
clínica. El clopidogrel adicionó una reducción mayor del riesgo en comparación de los
pacientes tratados con aspirina solamente. Sus efectos adversos más importantes son el
rash y los cuadros diarreicos, ya que el sangrado fue más frecuente en el grupo aspirina.
La prevención secundaria se realiza con:
- Aspirina, primera opción, dosis media, 300-600 mg/día
- Dipiridamol, útil sólo asociado a aspirina
- Ticlopidina, se utiliza en recidiva de eventos isquémicos, en las mujeres que tienen
contraindicación de tomar aspirina o resistencia a la misma
- Clopidogrel, reemplazará a la ticlopidina, por costo beneficio en relación con la aspirina.
- Aspirina + ticlopidina, se utiliza en post cirugía
y post stent
- Aspirina + clopidogrel, probablemente demuestren una alta eficacia clínica.
El tratamiento a elegir va a depender del tipo de ACV y de sus complicaciones
hemorrágicas. Siempre es preferible la prevención, ya que el ACV ocurre con crueldad
repentina y cuando no es fatal, puede carcomer las reservas físicas, anímicas y financieras
del paciente, de su familia y de la comunidad.
CONCLUSIÓN
ABREVIATURAS
AAS Acido Acetil Salicílico DNIR Defecto Neurológico izq izquierdo/a RMN Resonancia Magnética
ACO Anticoagulación Isquémico Reversible K+ Potasio Nuclear
ACV Accidente Cerebro LCR Líquido
DX Dextrosa Rx Rayos X
Vascular Cefalorraquídeo
ADP Adenosin Difosfato ECG Electrocardiograma um micrón sec secuelas
EPOC Enfermedad
AIT Accidente Isquémico
Pulmonar mg miligramo SF Solución Fisiológica
Transitorio
Obstructiva Crónica
ATB Antibiótico FA Fibrilación Auricular min minuto SIHAD Síndrome de
ATP Adenosin Trifosfato FBC Facio Braquio Crural ml mililitro Secreción
Inapropiada de Hormona
Na+ Sodio Antidiurética
AVC Accidente Vascular
g gramo SNC Sistema Nervioso
Cerebral NBZ Nebulizaciones
Central
HFBC Hemiparesia o NTG Nitroglicerina SNG Sonda Nasogástrica
Ca++ Calcio Hemiplejía Facio Braquio
Crural O2 Oxígeno SV Sonda Vesical
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