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La ineficacia de los actos jurídicos

El acto jurídico tiene dos momentos: la fase de validez, donde se estudia la estructura del acto jurídico, y la fase de eficacia, donde se estudian los
efectos jurídicos del acto jurídico. En la presente lectura abordaremos la ineficacia de los actos jurídicos, que comprende la nulidad y la inoponibilidad
respecto de determinadas personas, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 382 del Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN) [1] y su régimen
jurídico. 
[1] Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-

239999/235975/norma.htm

Ine cacia de los actos jurídicos

Con rmación de los actos jurídicos inválidos

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LECCIÓN 1 de 5

Ineficacia de los actos jurídicos

Definición. Categorías de ineficacia. Efectos

La eficacia del acto jurídico es la aptitud de este para producir sus efectos normales, es decir, para producir aquellos efectos que las partes pretendían lograr al
celebrarlo. Por ejemplo, en el caso de una compraventa de inmuebles, una de las partes quiere tener el derecho de dominio sobre el inmueble, y la otra, recibir un
precio en dinero por ella.

La ineficacia del acto tiene lugar cuando no produce (totalmente o de forma parcial) los efectos que le son propios.

La validez del negocio jurídico no se confunde con su eficacia, aunque esta presupone su validez. El acto jurídico es válido cuando está perfectamente
conformado, cuando no presenta vicios o defectos congénitos que afectan su estructura. Sin embargo, un acto jurídico válido puede ser ineficaz o devenir ineficaz.

Cuando hablamos de ineficacia, hacemos referencia a la privación o disminución de los efectos propios de un determinado negocio jurídico que las partes tuvieron
en cuenta al momento de su celebración.

Ahora bien, la ineficacia puede ser considerada estructural o funcional. En el primero de los supuestos, la privación de los efectos propios de un negocio jurídico se
produce por defectos en su estructura y existentes desde el momento mismo de celebrarse el acto, primando la idea de nulidad. En cambio, la ineficacia es
funcional cuando el negocio deja de ser apto para satisfacer los fines o intereses prácticos que los sujetos se propusieron alcanzar en virtud de una causa
extrínseca a la estructura del negocio y sobrevinientes a su constitución.

De esta manera, se advierte que, cuando nos referimos a la ineficacia de los actos jurídicos, hacemos referencia a un concepto con significado amplio, que
comprende a todos aquellos supuestos en los cuales el negocio jurídico carece de fuerza o eficacia para producir los efectos normales, propios, que las partes
tuvieron en cuenta al tiempo de su celebración, ya sea por un vicio existente al momento de la celebración del acto, referido a la estructura del acto jurídico
(ineficacia estructural), donde la consecuencia será la nulidad; o por circunstancias extrínsecas aparecidas con posterioridad a su celebración (ineficacia
funcional).

Así, la ineficacia como noción genérica comprende la invalidez de los actos jurídicos, es decir, la nulidad o ineficacia estructural, y también la de inoponibilidad o
ineficacia funcional, que es la que priva al acto de efectos solo respecto de determinadas personas.

Noción de acto indirecto

El artículo 385 del CCCN dispone: “Acto indirecto. Un acto jurídico celebrado para obtener un resultado que es propio de los efectos de otro acto es válido si no se
otorga para eludir una prohibición de la ley o para perjudicar a un tercero ”[2]. 

El acto indirecto es una “modalidad negocial, operación o procedimiento al que los particulares recurren valiéndose de un negocio jurídico típico, cuyas
consecuencias normales aceptan con el propósito de obtener una finalidad ulterior distinta” (UniversoJus.com, 2015b, http://universojus.com/codigo-civil-
comercial-comentado/articulo-385).

Por ejemplo, son negocios indirectos la venta que se realiza no para transmitir la propiedad de una cosa, sino con fin de garantía, o la cesión de derechos con la
finalidad de asegurar derechos, entre otros.

Es dable resaltar que la finalidad del negocio indirecto siempre debe ser lícita, pues:
 

Si el negocio indirecto está dirigido a eludir normas imperativas, es decir, cuando se lo emplea para lograr, a través de una vía oblicua, fines que no
se pueden obtener directamente, el acto en estas condiciones constituirá un fraude a la ley. (UniversoJus.com, 2015b,
http://universojus.com/codigo-civil-comercial-comentado/articulo-385).

El ejemplo típico del acto jurídico indirecto es el fideicomiso. 

El negocio (o acto) fiduciario es una especie de negocio indirecto, ya que el resultado se obtiene de manera oblicua, es decir, se emplea una
figura negocial cuya finalidad abstracta puede resultar excesiva en relación [con el] fin práctico perseguido por las partes. (Valente, 2015, p. 5).

Es importante destacar que no debe confundirse el acto jurídico indirecto con el acto simulado. En el negocio jurídico indirecto, el negocio es
querido por las partes, aunque ellas lo realizan para alcanzar un resultado ulterior que excede —que es ajeno a su función económica típica—. En
el acto simulado, en cambio, las partes no quieren, en realidad, sus efectos se valen de su apariencia para realizar el negocio oculto, disimulado.
(Zannoni, 1986, p. 356).

[2] Art.  385, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.  Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm 

A continuación, te invitamos a leer un artículo de doctrina donde se profundiza en el acto jurídico indirecto.

Ponderación del negocio jurídico indirecto en el nuevo Código Civil y Comercial.pdf


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Fuente: Valente, LA (2015).  Ponderación del negocio jurídico indirecto en el nuevo Código Civil y Comercial. Recuperado de

 https://www.pensamientocivil.com.ar/system/files/2015/08/Doctrina1615.pdf

Nulidad

A continuación, te presentamos una situación problemática donde se ha celebrado un acto jurídico ineficaz que tiene como resultado una sentencia que declara la
nulidad del acto jurídico celebrado.

Se trata de un fallo judicial donde el acto se encuentra viciado por la lesión. Como ya estudiamos previamente, el vicio de lesión queda configurado “cuando una de
las partes explotando la necesidad, debilidad psíquica o inexperiencia de la otra, obtuviera por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente
desproporcionada y sin justificación" [3]. 

Respecto a la lesión, también estudiamos que los legitimados tendrán la posibilidad de entablar, tanto por vía de acción como de excepción, la nulidad o la
modificación del acto lesivo, es decir, un reajuste equitativo del convenio, tal como lo dispone el artículo 332 del CCCN.
En el caso planteado que dio lugar al litigio, se plantea la nulidad del acto. Analicemos juntos lo establecido por el tribunal en la siguiente sentencia:

Precio irrisorio: Nulidad de una compraventa inmobiliaria ante la evidente desproporción entre el valor real de la propiedad y lo pagado

Partes: C. J. c/ D. G. y otro s/ nulidad de escritura/instrumento

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil

Sala/Juzgado: G

Fecha: 4-dic-2018

Cita: MJ-JU-M-116570-AR | MJJ116570 | MJJ116570

Aun cuando la actora hubiera comprendido el sentido del acto de la compraventa inmobiliaria, se decreta su nulidad ante la evidente
desproporción entre el valor real de la propiedad y lo pagado.

Sumario:

1.-Corresponde confirmar la nulidad del acto de compraventa del inmueble realizada a favor del demandado pues aun cuando la actora
comprendiera el sentido del acto, el hecho de tener miedo a perder su departamento, la falta de familiares que podrían haberla aconsejado y la
relación de confianza que había generado y depositado en el emplazado, fueron las causas para que este se aprovechara de ello y la llevara a
concretar el negocio por un precio alejado al valor real del inmueble.

2.-Se juzga que el elemento objetivo del vicio de lesión se encuentra configurado en virtud de la notable, y prácticamente grosera, desproporción
que se observa entre el valor real del inmueble y lo efectivamente abonado por el demandado, todo lo cual justifica la declaración de nulidad del
acto de compraventa inmobiliario.

3.-Resulta evidente la lesión en el plano subjetivo pues no puede pasarse por alto la avanzada edad de la actora, su estado civil (viuda), el hecho
de que no tuviera hijos y su reducido círculo de amistades; en efecto, aun cuando gozara de buena salud y de independencia, no es menos cierto
que la sumatoria de estas circunstancias la llevaron a creer que el demandado estaba salvaguardando su patrimonio, y la confianza depositada
pudo más que el desequilibrio del negocio extremo que estaba realizando.

4.-Ante la notable desproporción que se encuentra debidamente acreditada, se han de presumir iuris tantum todos los subelementos subjetivos
de la lesión, pues resulta razonable sostener que se dio el aprovechamiento, conducta calificada del sujeto frente a un estado disminuido de otro,
del cual aquel saca partido, sin contener a la vez la presunción de ese estado de aprovechamiento; de ahí que la inversión de la carga de la prueba
es plenamente justificada, pues es lógico inferir la explotación ante una notable desproporción [4].

[3] Art.  332, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm 

[4] Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, G, “CJ c / DG y otro” (2018). Recuperado de https://aldiaargentina.microjuris.com/2019/04/01/precio-irrisorio-nulidad-de-

una-compraventa-inmobiliaria-ante-la-evidente-desproporcion-entre-el-valor-real-de- la-propiedad-y-lo-pagado /
Tal como se puede apreciar en este fallo, el juez, al dictar sentencia, confirma la existencia de los presupuestos objetivos y subjetivos que dan lugar al vicio de los
actos jurídicos —denominado como la lesión— que habilitan a dar lugar al pedido de la nulidad del acto jurídico celebrado.

Si bien ya sabemos que la nulidad es un supuesto de ineficacia de los actos jurídicos, ¿en qué consiste este instituto? ¿Qué tipo de nulidades existen? ¿Qué clase
de actos dan lugar a la acción de nulidad?¿Qué efectos jurídicos derivan de la declaración de nulidad del acto jurídico celebrado? Estos son solo algunos de los
interrogantes a los que daremos respuesta a lo largo de esta lectura.

Para comenzar, es importante poder definir el instituto de la nulidad.

Definición y fundamento

Al hablar de la ineficacia estructural de los actos jurídicos, hemos anticipado que dicho concepto de carácter amplio comprende las situaciones de invalidez,
caracterizadas por los supuestos en los cuales el acto se ve privado de producir sus efectos normales por la existencia de un vicio originario, es decir, un defecto
presente en su estructura desde el momento de la celebración del negocio jurídico; un defecto constitutivo. Desde esta perspectiva, “un acto jurídico está afectado
de nulidad cuando la ley, en virtud de causas existentes desde el origen mismo del acto, le priva de los efectos que regularmente debía producir” (Centro de Estudio
y Desarrollo Económico Social y Cultural [CEDESYC], s.f., http://www.cedesyc.com.ar/modelos/lesion.doc).

En otras palabras, la nulidad es una sanción legal que priva de sus efectos normales a un acto jurídico en virtud de una causa originaria, es decir, existente en el
momento de su celebración, y es también una ineficacia absoluta en cuanto, a diferencia de la inoponibilidad, el acto jurídico inválido es completamente ineficaz no
solo respecto de terceros, sino también entre las mismas partes que lo celebraron.

Características generales

Dentro de las características generales que describen la nulidad, podemos señalar las siguientes:

La nulidad es una sanción. La nulidad tiene naturaleza de sanción en cuanto nos encontramos frente a la reacción del ordenamiento jurídico
por la violación de sus normas. Se trata, entonces, de una sanción legal, pena que consiste en la privación al acto jurídico de los efectos
propios.

Es de carácter legal, en cuanto debe provenir necesariamente de la ley, es decir que ni los jueces ni las partes en ejercicio de su voluntad
pueden crear nulidades diferentes a las específicamente estipuladas por ley.

Priva al acto de sus efectos propios y normales, es decir, no le permite producir las consecuencias jurídicas que las partes querían lograr.

La nulidad se genera frente a la existencia de un vicio o defecto en la estructura del negocio jurídico, que debe estar presente a la celebración
del acto. En efecto, la nulidad se caracteriza por la presencia de defectos originarios, intrínsecos y esenciales.

Tiene efecto retroactivo: lo actuado vuelve para atrás hasta el momento de celebrarse el acto y las cosas vuelven al mismo estado en el que
se encontraban antes de celebrarse el acto.

Tiene efectos erga omnes: se puede oponer frente a todos, sean partes o terceros.

Por último, la nulidad trae como consecuencia el resultado de privar al acto jurídico de los efectos normales que estaba destinado a producir y
las partes que habían tenido en cuenta al momento de celebrarlo. Como ya dijimos, a diferencia de la inoponibilidad, en la nulidad, la privación
de efectos es de carácter absoluto, por lo que afecta tanto a las partes como a los terceros.

Clasificación de las nulidades. Criterios de distinción

Es posible clasificar a las nulidades en las siguientes categorías:


· Actos de nulidad absoluta y actos de nulidad relativa (arts. 387 y 388 del CCCN).

· Actos de nulidad total o parcial (art. 389 del CCCN).

Nulidades absolutas y nulidades específicas

La distinción entre las nulidades de carácter absoluto y las de carácter relativo responde a una causal de naturaleza sustancial, en cuanto, para poder determinar
frente a qué tipo de nulidad nos encontramos, es necesario verificar el interés jurídico lesionado por el vicio. 

En esta línea, en los supuestos de nulidades absolutas, el vicio que afecta al acto jurídico que se reputa inválido lesiona un interés general, es decir que se
encuentra de por medio el orden público (a diferencia de los casos de nulidades relativas, en los cuales se afecta un interés particular, individual de los sujetos que
forman parte del negocio jurídico).

Así, la nulidad absoluta ha sido establecida por el legislador en defensa del orden público para proteger el orden social y las buenas costumbres; por el contrario, la
nulidad es relativa cuando solo se está afectando el interés particular de algunos de los contratantes.

Esta clasificación tiene incidencias prácticas pues, en relación con la forma de su declaración, la nulidad absoluta puede ser declarada de oficio por el juez sin que
medie petición de parte. También puede ser solicitada por el Ministerio Público y por cualquier interesado, salvo quien haya dado lugar a la nulidad (art. 387 del
CCCN).

En cambio, en los casos de nulidad relativa, la situación es diferente: al encontrarse de por medio intereses particulares de las partes, la nulidad no puede ser
declarada de oficio por el juez, sino que corresponde que sea pedida por la parte en cuyo beneficio se establece. Excepcionalmente, puede invocarla la otra parte si
es de buena fe y ha experimentado un perjuicio importante (art. 388 del CCCN).

Por otro lado, cabe señalar que el acto afectado por una nulidad absoluta no es confirmable, en cuanto, por estar de por medio un interés de carácter general, es la
misma sociedad la interesada en su invalidez, por lo que el acto podrá llevarse a cabo nuevamente sin el vicio que afecta al anterior y sin que sea posible su
confirmación. En cambio, si se trata de una nulidad relativa, al estar en juego un interés de carácter particular, el vicio del que adolece el acto jurídico sí puede ser
confirmado; ello es consagrado en el artículo 388 del CCCN.

Finalmente, decimos que la acción derivada de la nulidad absoluta es imprescriptible, mientras que la nulidad relativa puede sanearse por prescripción.

Ahora analicemos un caso de nulidad absoluta.

Son de nulidad absoluta la intimación del pago como la acción ejecutiva de expensas ya que fueron cursados luego de fallecido el accionado

Partes: Consorcio de Propietarios Bartolomé Mitre 651 Edificio Playa II c/ Ceruti Julio César y otro s/ ejecución de expensas

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil

Sala/Juzgado: J

Fecha: 6-dic-2017

Cita: MJ-JU-M-108626-AR | MJJ108626 | MJJ108626

La intimación del pago de expensas como su acción ejecutivas son nulas de nulidad absoluta si estos actos fueron cursados luego de fallecido
el accionado.
Sumario:

1.-La intimación de pago efectuada para el cobro de expensas luego de más de veinticinco años de ocurrido el fallecimiento del accionado es
nula, ya que si [el] ejecutado falleció antes de la promoción del juicio debe declararse de oficio la nulidad de las actuaciones, pues los principios
procesales que hacen a la lealtad y la buena fe en el trámite de las causas, por cuya vigencia y correcto cumplimiento han de velar los
magistrados, exigen ponderar la actitud de las partes en función de tales particularidades, sin caer en fundamentos aparentes que desvirtúen la
finalidad del proceso jurisdiccional, que atiende a la búsqueda de la verdad jurídica objetiva [5].

En esta línea, cabe tener en cuenta el artículo 389 del CCCN, que dispone:

Principio. Integración. Nulidad total es la que se extiende a todo el acto. Nulidad parcial es la que afecta a una o varias de sus disposiciones.

La nulidad de una disposición no afecta a las otras disposiciones válidas, si son separables. Si no son separables porque el acto no puede
subsistir sin cumplir su finalidad, se declara la nulidad total.

En la nulidad parcial, en caso de ser necesario, el juez debe integrar el acto de acuerdo a su naturaleza y los intereses que razonablemente
puedan considerarse perseguidos por las partes [6].

[5] Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, J, “Consorcio de Propietarios Bartolomé Mitre 651 Edificio Playa II c / Ceruti y otro” (2017).  Recuperado de

https://aldiaargentina.microjuris.com/2018/05/14/son-de-nulidad-absoluta-la-intimacion-del-pago-como-la-accion-ejecutiva-de-expensas-ya-que- fueron-cursados-luego-

de-fallecido-el-accionado /

[6] Art. 389, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.  Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm 

Nulidades totales y parciales

Teniendo en cuenta como criterio de distinción el alcance de la sanción de nulidad, podemos decir que estamos frente a una nulidad total cuando los efectos de
ineficacia se propagan a la totalidad del acto jurídico. Estamos frente a una nulidad parcial cuando solo una cláusula o disposición resulta ineficaz, sin afectar la
validez de aquellas partes no alcanzadas por la nulidad.

Como podemos apreciar, en la situación jurídica planteada previamente (nulidad de la compraventa viciada de lesión), se hace referencia a un caso de nulidad total.

También existen casos donde la nulidad no se extiende a todo el acto jurídico, sino a una de sus cláusulas, lo que da lugar a la acción de nulidad parcial.

En este orden de ideas, se advierte que la nulidad parcial depende de que la cláusula o disposición respecto de la cual se declara la invalidez sea separable de las
otras disposiciones, pues, de lo contrario, debe declararse la nulidad total. En efecto, la condición para que un acto jurídico pueda ser solo parcialmente nulo es que
sus diversas disposiciones o, mejor dicho, los diversos actos de disposición que él encierra, sean separables.

En los casos en que pueda declararse solo la nulidad de alguna disposición y, por lo tanto, subsista la eficacia del acto jurídico, el magistrado debe integrar el acto
de acuerdo con la naturaleza y los intereses que puedan considerarse perseguidos por las partes.
Ahora te proponemos analizar juntos una sentencia donde el juez declara la nulidad parcial, ya que considera que la nulidad no se ha extendido a todo el acto
jurídico celebrado, sino a algunas de sus cláusulas.

Para poder comprender este fallo, es preciso conocer el concepto de tres términos:

Albacea: “Es la persona designada por el testador para cumplir sus disposiciones de última voluntad insertas en el testamento” (Borda, 2008,
en Chacón y Torres, 2015, p. 1).

Acervo hereditario o sucesorio: "Está conformado por todos los bienes que pertenecen a una persona fallecida, y que deben ser incluidos ante
el juez que interviene en el juicio sucesorio" (Estudio Iacona, sf, https://www.abogadossucesiones.com. ar / blogs / acervo-hereditario /).

“La legítima de los herederos forzosos es un derecho de sucesión limitado a determinada porción de la herencia” [7] que le corresponde por ley
a cada uno de ellos.

[7] Art.  3591, Ley 340. (25 de septiembre de 1869). Código Civil [Abrogado por el artículo 4 de la Ley 26994]. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/105000-109999/109481/texact.htm

Teniendo en cuenta estos conceptos, estamos en condiciones de comprender el pronunciamiento judicial que se detalla a continuación:

Nulidad de la cláusula por la cual el testador dispuso que el albacea venda la totalidad de los bienes del acervo, por afectar la legítima de los
herederos

Partes: N. J. M. c/ A. E. C. J. y otros s/ nulidad de acto jurídico

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil

Sala/Juzgado: B

Fecha: 4-jun-2015

Cita: MJ-JU-M-93476-AR | MJJ93476 | MJJ93476

Nulidad de la cláusula por la cual el testador dispuso que el albacea venda la totalidad de los bienes del acervo, por afectar la legítima de los
herederos.

Sumario:

1.-Corresponde revocar la sentencia y tener por nula y no escrita la cláusula del testamento mediante la cual la causante encomendó al albaceas
la venta de todo su acervo sucesorio, toda vez que la cláusula no otorga una facultad, sino que se trata de una manda, la cual resulta nula, ya que
admitirla implicaría afectar la legítima de los herederos.

2.-El objeto de la pretensión es la nulidad de la manda, es decir, nulificar la manda contenida en el testamento que dispone la realización de la
totalidad del acervo hereditario por parte del albacea a quien otorga facultades extraordinarias y discrecionales, y no por discutir la facultad de la
testadora como pretenden los codemandados.
3.-Sostener que la cláusula en crisis debe ser interpretada con arreglo a las leyes no significa que sea nula, pues con dicho razonamiento ninguna
cláusula de ningún testamento sería nula porque debe ser interpretada de esa manera. Lo que es ilegítimo en la cláusula atacada es la manda
misma que contiene la voluntad del causante, precisamente porque no es con arreglo a las leyes, siendo la manda misma ineficaz.

4.-El albacea, más que derechos y deberes, tiene mandas, y aplicar la cláusula tal cual está redactada conlleva la licuación de los derechos
hereditarios y de los legatarios, de cosa cierta y de cuota, testando no ya sobre los bienes que forman el acervo, sino sobre su aleatorio
producido, lo que ni siquiera se puede llegar a interpretar como la intención de la testadora de evitar fuente de conflictos entre sus hijos ante la
distribución en especie de los bienes (art. 34 inc. 4 del CPCCN) y anula un derecho real de propiedad (art. 2675 CCiv.).

5.-La cláusula, en cuanto tiende a evitar conflictos entre los herederos por la adjudicación de los bienes, constituye una petición de principios
toda vez que aún en su vigencia encuentra el valladar de qué bienes se venderán primero; lo que en caso de oposición entre los herederos queda
sometido a decisión judicial; a excepción que se considere ínsito en la manda que la venta sea del acervo hereditario en bloque, lo que resulta
irrealizable y por ende nulo.

6.-Se atenta contra el espíritu de las leyes que son aplicables como ser el art. 51 , Ley 14.394, toda vez que la manda obliga a la venta, entre todos
los bienes, de los dos bienes más importantes que son establecimientos agropecuarios, cuando es precisamente la naturaleza de
establecimiento agrícola la que el legislador de la Ley 14.394 tuvo en cuenta para otorgarle mayor posibilidad de indivisión mientras que, por el
contrario, la cláusula cuestionada compele a su venta en el exiguo plazo de un año, cualesquiera fuera la etapa procesal del sucesorio.

7.-No se cuestiona la venta de un bien, sino de todo el acervo hereditario en clara violación de la legítima de los herederos, y hasta disminuye los
derechos de quien el testador instituyó como legatarios de cuota, no así de los de cosa cierta [8]

[8] Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, B, “NJM c / AECJ y otros” (2015).  Recuperado de https://aldiaargentina.microjuris.com/2015/08/12/nulidad-de-la-

clausula-por-la-cual-el-testador-dispuso-que-el-albacea-venda-la-totalidad- de-los-bienes-del-acervo-por-afectar-la-legitima-de-los-herederos /

Efectos de la nulidad: entre partes y con relación a terceros

Cabe estudiar ahora los efectos que la acción de nulidad produce tanto respecto de las partes que intervienen en el negocio jurídico como de los terceros.

En primer lugar, el efecto propio que se deriva del análisis que hemos efectuado se centra en la idea de que un acto jurídico, al ser declarado nulo, no podrá producir
los efectos normales que se tuvieron en cuenta al momento de celebrarlo; es decir, tiene como consecuencia privarlo de sus efectos, como si nunca hubiere
existido.

Ahora bien, el CCCN ha receptado jurídicamente esta problemática analizando adecuadamente los efectos producidos por la nulidad de los actos jurídicos en los
artículos 390 a 392.

El artículo 390 del CCCN estipula la regla general en materia de efectos de la sentencia de nulidad de los actos jurídicos, en cuanto dispone que la nulidad
pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo estado en que se hallaban antes del acto declarado nulo y obliga a las partes a restituirse mutuamente lo
que han recibido.

Efectos de la nulidad entre las partes

Ahora bien, con respecto a los efectos que la nulidad del negocio jurídico genera en relación con las partes contratantes, es preciso diferenciar si nos hallamos en
supuestos en los cuales el acto defectuoso tuvo principio de ejecución o no. Así, si el acto no fue ejecutado, una vez dictada la sentencia que declare su nulidad,
las partes no podrán exigir o demandar su cumplimiento. En cambio, si el acto jurídico tuvo principio de ejecución o se ejecutó en su totalidad, al declararse su
invalidez, corresponde la aplicación del artículo 390 del CCCN. Las partes deben restituirse mutuamente lo obtenido en virtud del acto anulado a fin de volver las
cosas al estado anterior al del acto inválido.
Por otro lado, debemos señalar que una o ambas partes del acto nulo por sentencia pueden haber sufrido daños como resultado de la invalidez del acto jurídico;
daños materiales y aun morales que es preciso reparar para lograr que la situación jurídica de las partes retorne al estado anterior a la celebración del acto. En esta
línea, el artículo 391 del CCCN expresa: “Hechos simples. Los actos jurídicos nulos, aunque no produzcan los efectos de los actos válidos, dan lugar en su caso a
las consecuencias de los hechos en general y a las reparaciones que  correspondan ”[9].

Desde esta perspectiva, analizando los efectos con miras al futuro, por más que el acto sea declarado nulo y, con ello, se impida la producción de los efectos
propios que se tuvieron en cuenta al momento de celebrarlo, en función de la norma transcripta se considera el negocio jurídico anulado como un acto ilícito o
hecho jurídico en general. Es por ello que corresponde indemnizar los daños y perjuicios que hayan ocasionado, en cuanto se genera la obligación de reparar el
daño causado. Dicho de otra manera, además de la restitución, se estipula la indemnización de daños y perjuicios como acción complementaria.

Efectos de la nulidad frente a terceros

Es necesario precisar que la declaración de nulidad de un determinado acto jurídico puede generar efectos no solo en relación con las partes, sino también con
respecto a terceros. Así, el artículo 392 del CCCN dispone:

Efectos respecto de terceros en cosas registrables. Todos los derechos reales o personales transmitidos a terceros sobre un inmueble o mueble
registrable, por una persona que ha resultado adquirente en virtud de un acto nulo, quedan sin ningún valor, y pueden ser reclamados
directamente del tercero, excepto contra el subadquirente de derechos reales o personales de buena fe y a título oneroso.

Los subadquirentes no pueden ampararse en su buena fe y a título oneroso si el acto se ha realizado sin intervención del titular del derecho [10].

Se advierte que la problemática se genera en relación con los subadquirentes, es decir, aquellas personas que, en función de un acto jurídico celebrado entre las
partes, que es nulo, adquirieron un derecho real o personal, por lo que se genera el problema en torno a si recae sobre ellos la obligación de restituir lo que hubiesen
recibido en función de dicho acto.

En esta línea, el efecto retroactivo de la sentencia de nulidad, que constituye la regla general en materia de efectos, no solo resulta aplicable en relación con las
partes del negocio jurídico, sino también con respecto a los terceros. Es decir que se aplica el

efecto retroactivo de la sentencia de nulidad respecto de los terceros en cosas registrables. El tercero a quien el adquirente por acto nulo ha
transferido la propiedad de una cosa registrable u otro derecho sobre [la materia] es alcanzado por la sentencia de nulidad y privado, en
consecuencia, de esos derechos. (UniversoJus.com, 2015c, http://universojus.com/codigo-civil-comercial-comentado/articulo-392).

Ahora bien, el artículo 392 del CCCN establece una limitación a la obligación de restitución que recae sobre los terceros. Respecto de terceros subadquirentes de
derechos reales o personales sobre cosas registrables, de buena fe y a título oneroso, no procede la obligación de restitución.

Cabe precisar que, para que funcione tal protección de los subadquirentes de buena fe y a título oneroso, es necesario que se cumplan ciertos recaudos: 

Debe ser invocada por un subadquirente.

Ha de referirse a derechos reales o personales sobre inmuebles o muebles registrables.

Título oneroso. 
Buena fe (UniversoJus.com, 2015c).

La falta de alguno de los [requisitos] antes mencionados significa volver al principio general establecido en la primera parte del art. 392. En
consecuencia, el subadquirente estará obligado a la restitución de la cosa registrable al primer enajenante que obtuvo a su favor sentencia de
nulidad. (UniversoJus.com, 2015c, http://universojus.com/codigo-civil-comercial-comentado/articulo-392).

[9] Art.  391, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm 

[10] Art. 392, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.  Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm 

Por último, el precepto mencionado recepta los casos en que la transmisión de la cosa haya sido otorgada por quien no es el titular del derecho de propiedad ni se
encuentra legitimado para representarlo; es decir, aquellos supuestos en que el verdadero propietario no participa de la transmisión al adquirente. En estos casos,
el subadquirente de buena fe y a título oneroso no puede ampararse en la protección, pues la primitiva enajenación ha sido realizada por quien no era su propietario.

A continuación, te invitamos a leer un artículo de doctrina que profundiza en la nulidad de los actos jurídicos.

Articulación de las nulidades en el marco de las ineficacias.pdf


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LECCIÓN 2 de 5

Confirmación de los actos jurídicos inválidos

Definición. Requisitos de procedencia

La confirmación es una especie de convalidación de un acto jurídico inválido sujeto a una causal de nulidad relativa. Es un negocio integrativo, unilateral y no
recepticio, de declaración o de actuación, otorgado por aquel a quien corresponde el derecho de demandar la nulidad del acto y está en condiciones de concluir
válidamente el negocio principal.

Analicemos juntos un caso de nulidad relativa en donde se puede apreciar la existencia de la confirmación del acto jurídico.

Son relativas las nulidades suscitadas por la designación de un nuevo administrador del consorcio de propietarios

Partes: Muleiro Carlos c/ Cons. De Prop. San José de Calasanz N°(…) s/ nulidad de asamblea

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil

Sala/Juzgado: B

Fecha: 18-abr-2016

Cita: MJ-JU-M-99019-AR | MJJ99019 | MJJ99019

Son de nulidad relativa las irregularidades que se susciten en la designación de un nuevo administrador del consorcio de propietarios, pues
solamente se pone en tela de juicio el interés privado de los consorcistas sin que aparezca afectado el interés público.

Sumario:

1.-Corresponde confirmar el rechazo de la demanda de nulidad de asamblea intentada contra el consorcio de propietarios, así como también la
consignación de expensas promovida, pues el error material correspondiente al nombre de la administradora en su designación, y en el cual el
actor hace hincapié a lo largo de todos los expedientes, no puede ser considerado como un vicio susceptible de nulidad, debiendo imponerse las
costas de ambas instancias a la parte vencida en virtud del criterio objetivo de la derrota.

2.-El consorcista que pretende la declaración de invalidez de la asamblea deberá invocar y demostrar el perjuicio que le causa la decisión que
ataca, con fundamento en que la nulidad para ser viable, debe fundarse en un interés serio y legítimo, ya que en ningún caso corresponde
declararla por la nulidad misma.

3.-No tendrá acogida el argumento que plantea el apelante, pues no surge que la parte actora haya agotado previamente la vía consorcial antes de
iniciar la judicial ni tampoco se extrae propuesta alguna de nombrar otro administrador distinto de la elegida con 12 votos a favor en el curso de la
asamblea.
4.-De la declaración de los testigos propuestos por el accionante, surge que [este] presenció las reuniones realizadas por los copropietarios en
donde se propusieron distintas opciones para la administración del consorcio; entonces, se puede decir que, al haber estado presente allí, tuvo la
oportunidad de proponer candidatos y de debatir acerca del asunto.

5.-Nada impide que una asamblea, como acto viciado, sea confirmada por los interesados por medio de otra asamblea posterior, la cual no hace
más que dar legitimidad y validez a lo actuado por aquella, sin afectar los derechos de terceros (art. 1065 del CCiv.).

6.-Si la designación de la administradora se encontraba viciada de nulidad relativa y con posterioridad a él, los copropietarios le pagaron las
expensas comunes, tal nulidad queda purgada, ya que esos pagos implicaron la confirmación expresa de dicho mandato.

7.-El actor pudo haber determinado con facilidad y por sus propios medios quién era la administradora, lo que así han considerado todos los
demás consorcistas, no habiéndose acreditado el agotamiento de la vía consorcial ni tampoco el depósito en forma íntegra de la prestación
debida, debiendo rechazarse la consignación de expensas intentada [11].

Como se puede apreciar en los puntos 5 y 6 del sumario del fallo, la existencia de la nulidad relativa brinda la posibilidad de la confirmación del acto jurídico, lo que
da validez al acto jurídico y se purga, de esa forma, la nulidad contenida.

Además de la confirmación, existen otras especies de convalidación, como la ratificación (art. 369 del CCCN), la conversión (art. 384 del CCCN) y la prescripción
liberatoria (art. 2554 y ss. del CCCN).

En términos generales, la ratificación es una declaración de voluntad del representado que suple los defectos de representación y que vendrá a purgar los defectos
de los que adolezca un acto llevado a cabo por un representante vicioso.

En relación con la conversión, decimos:

Cuando se trata de un negocio jurídico formal no solemne o de solemnidad relativa y las partes omiten darle la forma que se requiere por el
ordenamiento jurídico, no por ello se acarrea la nulidad del acto, sino que el ordenamiento le reconoce la eficacia de otro negocio jurídico con
requisitos formales menores. (UniversoJus.com, 2015a, http://universojus.com/codigo-civil-comercial-comentado/articulo-384).

Tal es el caso que veíamos cuando estudiábamos “la forma de los actos jurídicos”, de la transmisión de un inmueble por boleto privado de compraventa. Si bien la
ley ordena que se realice por escritura pública, la transmisión por boleto privado de compraventa no provoca la nulidad del acto jurídico, sino que impone en cabeza
del otorgante la obligación de escriturar.

En otro orden de ideas, la prescripción liberatoria importa la convalidación del acto viciado en virtud del no ejercicio de la acción tendiente a demandar la
declaración de nulidad.

Ahora bien, el artículo 393 del CCCN recepta la confirmación y dispone:

Requisitos. Hay confirmación cuando la parte que puede articular la nulidad relativa manifiesta expresa o tácitamente su voluntad de tener el acto
por válido, después de haber desaparecido la causa de nulidad.
El acto de confirmación no requiere la conformidad de la otra parte [12].

[11] Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, B, “Muleiro c / Cons.  De Prop. San José de Calasanz N ° (...) ”(2016).  Recuperado de

https://aldiaargentina.microjuris.com/2016/08/02/son-relativas-las-nulidades-suscitadas-por-la-designacion-de-un-nuevo-administrador-del-consorcio-de-propietarios/

[12] Art. 393, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.  Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm 

En relación con los requisitos para que proceda la confirmación, decimos que debe tratarse de actos inválidos por vicios que causan nulidad relativa, pues en ella
solo se encuentran afectados intereses particulares; no así en los actos con vicios de nulidad absoluta, que son inconfirmables, pues está de por medio el interés
general.

1 Basta la voluntad de la persona facultada para confirmar, sin que sea necesaria la conformidad de la otra, por lo que, una vez manifestada la
voluntad de confirmar, es irrevocable y no puede argumentarse la falta de aceptación de la otra parte.

2 La causal de nulidad debe haber desaparecido. Esto significa que el defecto que afectaba la validez del acto jurídico no debe subsistir. Por
ejemplo, el menor de edad no puede confirmar por sí mismo un acto jurídico hasta alcanzar la mayoría de edad.

3 El acto de confirmación no debe adolecer, a su vez, de otra causal de nulidad: De ser idóneo el acto de confirmación, no sería idóneo para
otorgar eficacia definitiva al acto inválido que se pretende confirmar.

4 El sujeto debe estar legitimado para confirmar: están facultados para confirmar los actos jurídicos los mismos sujetos que se encuentran
legitimados para solicitar la nulidad relativa (art. 388 del CCCN) (Rivera y Medina, 2014).

Diferencias con la conversión

Tal como hemos señalado, la conversión y la confirmación son modos de convalidación del acto jurídico. Ahora bien, la conversión procede en aquellos supuestos
en que el negocio fue celebrado con una forma insuficiente, pero valdrá como causa fuente de la obligación de elevarlo a la forma legal; es decir, se constituye una
obligación de hacer que, en caso de no cumplirse, podrá ser demandada judicialmente.

Para que proceda la conversión, es necesario que concurran dos requisitos: “que el acto nulo reúna los requisitos de forma y sustancia de otro acto (requisito
objetivo) y que las partes hubieran querido el otro acto de haber previsto la nulidad (requisito subjetivo)” (UniversoJus.com, 2015a, http://universojus.com/codigo-
civil-comercial-comentado/articulo-384).

Forma

De acuerdo con la forma, la confirmación puede ser expresa o tácita.

"La confirmación expresa es la que resulta de la manifestación expresa de la voluntad del sujeto legitimado para confirmar y se realiza mediante un acto escrito,
sea un instrumento público o privado" (UniversoJus.com, 2015d, http://universojus.com/ codigo-civil-comercial-comentado / articulo-394).

Para que opere la confirmación expresa, deben cumplimentarse los siguientes requisitos:

 
I) El instrumento en el que conste la confirmación debe reunir las formas exigidas para el acto que se pretende confirmar: Este recaudo solo se
aplica a los actos jurídicos formales solemnes (o de solemnidad absoluta). Adviértase que la norma no exige que el acto de confirmación sea
otorgado en la misma forma que el acto que se confirma… [por lo que] la confirmación puede hacerse por cualquier clase de instrumento.

II) La mención de la causa de la nulidad y su desaparición: [El instrumento por el que se confirma el acto debe contener la mención precisa de la
causa de la nulidad], dejándose constancia de su desaparición.

III) [La] voluntad de confirmar el acto: Se trata de expresar el propósito puntual de renunciar al derecho de invocar la nulidad relativa, es decir, de
impugnar el acto. El acto de confirmación debe contener indicaciones precisas que individualicen [al sujeto legitimado para confirmar, a los
efectos de no dejar lugar a dudas]. (UniversoJus.com, 2015d, http://universojus.com/codigo-civil-comercial-comentado/articulo-394).

Por otro lado, la confirmación también puede ser tácita. De acuerdo con el artículo 394 del CCCN: “La confirmación tácita resulta del cumplimiento total o parcial del
acto nulo realizado con conocimiento de la causa de nulidad o de otro acto del que se deriva la voluntad inequívoca de sanear el vicio del acto”[13].

Así, la confirmación tácita es la que resulta de otros actos y hechos de los cuales se derive la voluntad inequívoca de sanear el vicio del acto. Por ejemplo, el pago
voluntario total o parcial, o la ejecución voluntaria de un convenio prestando el consentimiento.

Para que opere este tipo de confirmación, se requiere: a) que la causa o causas de la nulidad hayan cesado; b) que no concurra en el acto de confirmación tácita
ninguna otra causal que pueda producir su nulidad; c) que la parte confirmante tenga pleno conocimiento del vicio del que adolecía el acto; d) que tenga,
inequívocamente, intención de repararlo.

Efectos

El artículo 395 del CCCN dispone:

Efecto retroactivo. La confirmación del acto entre vivos originalmente nulo tiene efecto retroactivo a la fecha en que se celebró. La confirmación
de disposiciones de última voluntad opera desde la muerte del causante.

La retroactividad de la confirmación no perjudica los derechos de terceros de buena fe [14].

De la norma transcripta, surge que la confirmación tiene efecto retroactivo al día en que tuvo lugar el acto. Así, si el acto se ejecutó o tuvo principio de ejecución, la
confirmación impide que el acto sea impugnable en el futuro; en cambio, si no se ejecutó, luego de la confirmación se podrá exigir el cumplimiento.

Por otro lado, en las disposiciones de última voluntad, la confirmación opera desde la muerte del causante, pues es la fecha a partir del cual tales disposiciones
adquieren eficacia.

Por último, la norma establece que el efecto retroactivo de la confirmación no perjudica los derechos de los terceros, es decir que dicho efecto les es inoponible.

Los terceros protegidos son los sucesores a título singular de derechos reales transmitidos válidamente por quien pudo demandar la nulidad en el período
transcurrido entre la celebración del acto inválido —ya cesada la causal de invalidez— y su confirmación; en relación con estos terceros, la confirmación es
inoponible.
Por ejemplo, cuando una persona ha confirmado en la mayoría de edad la venta de un inmueble hecha en la minoridad, esta confirmación no tiene efecto respecto
de un segundo adquirente al cual el que era menor hubiese traspasado la propiedad siendo mayor y antes de la confirmación de la primera venta (Tagle, 2002).

Finalmente, debe señalarse que, en cuanto a los acreedores de la parte que confirma el acto inválido, quedan alcanzados por el efecto retroactivo de la
confirmación y, por ende, excluidos de la salvedad que consagra el último párrafo del artículo.

[13] Art.  394, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm 

[14] Art. 395, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.  Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm 

La inoponibilidad    

Definición. Efectos

La inoponibilidad implica la existencia de vicisitudes extrañas al negocio jurídico que se producen con posterioridad a su constitución. Presupone un acto válido y
está enderezada a la protección de los terceros, por lo que la privación de los efectos es solo relativa.

En esta línea, la inoponibilidad es un supuesto de ineficacia que implica que el acto jurídico es válido y eficaz entre las partes, pero no produce efectos frente a
determinados terceros, protegidos por la ley. En efecto, es la sanción establecida por la ley a un acto válido en sus comienzos, pero que se torna ineficaz por
incumplimiento de algún requisito adicional que le es exigido por la ley para la producción plena de sus efectos, especialmente en relación con determinados
terceros interesados.

Desde esta perspectiva, es correcto diferenciar este concepto de la nulidad, en cuanto, si bien ambos configuran supuestos de ineficacia, en la inoponibilidad,
como ya dijimos, el acto jurídico es perfectamente válido entre las partes, pero no produce efectos respecto de terceros, salvo en los casos previstos por la ley, en
función de una causa extrínseca o posterior a la celebración del acto, por lo que constituye una ineficacia de carácter funcional y relativo. 

Por su parte, en los supuestos de nulidad, el acto no solo es ineficaz respecto de los terceros, sino también en relación con las partes, en cuanto la privación de
efectos se produce por un defecto existente en la estructura misma del acto y desde su origen, es decir, desde el momento mismo de su celebración, lo que
constituye una ineficacia de carácter estructural y absoluto.

Se hace referencia a dos tipos de inoponibilidad: 

Se alude a la inoponibilidad positiva, en los casos de actos válidos y eficaces en general, pero ineficaces frente a ciertos terceros; por ejemplo, el
acto fraudulento es inoponible al acreedor que triunfó en la acción de declaración de inoponibilidad (art. 342). Inversamente, un acto es de
inoponibilidad negativa cuando es inválido o ineficaz entre partes, pero esa ineficacia no es oponible frente a ciertos terceros; tal la hipótesis del
art. 392 que impide hacer valer la nulidad frente al subadquirente a título oneroso de buena fe. (UniversoJus.com, 2015e,
http://universojus.com/codigo-civil-comercial-comentado/articulo-396).

Otros ejemplos que podemos mencionar son los siguientes:

Si falta la fecha cierta en un instrumento privado, el instrumento no será oponible a terceros (art. 317 del CCCN).
Contradocumento particular que altera lo expresado en el instrumento público: Vale entre partes, pero es inoponible frente a terceros
interesados de buena fe (art. 298 del CCCN).

Modificaciones al poder no notificadas por medio idóneo (art. 381 del CCCN).

Falta de publicidad suficiente: inscripción en el registro, en la adquisición o transmisión de derechos reales (art. 1893 del CCCN).

Efectos

Hemos explicado que 

la inoponibilidad priva al acto jurídico de eficacia solo en relación [con] determinados terceros a quienes la ley brinda su protección. Pero el acto
inoponible es válido y eficaz erga omnes (entre las partes y en relación [con] terceros en general), salvo aquellos terceros prefijados por la ley
(terceros interesados). (UniversoJus.com, 2015e, http://universojus.com/codigo-civil-comercial-comentado/articulo-396).

Oportunidad para invocar la acción

La inoponibilidad puede hacerse valer en cualquier momento, sin perjuicio de la [otra parte a oponer] la prescripción o la caducidad [art. 397 del
CCCN]. [Así], el tercero interesado puede recurrir a la justicia para hacer cesar los efectos propios del acto que lo perjudica, sea por vía de acción
o de excepción. La acción de inoponibilidad es prescriptible. Por ejemplo: el pedido de declaración de inoponibilidad nacido del fraude prescribe a
los dos años contados desde que se conoció o pudo conocer el vicio del acto, [por lo que, intentada la acción después de ese plazo, se podrá
interponer la defensa de prescripción]. La acción de inoponibilidad es renunciable y el acto inoponible puede sanearse y tornarse plenamente
eficaz. (UniversoJus.com, 2015f, http://universojus.com/codigo-civil-comercial-comentado/articulo-397).

Por ejemplo, el instrumento privado sin fecha cierta es inoponible a los terceros (art. 317 del CCCN), pero, una vez presentado en juicio, adquiere fecha cierta y se
torna oponible a terceros.

Es un supuesto de ineficacia establecido por la ley que priva a un negocio válido y eficaz entre las partes de sus efectos respecto de

determinados terceros.

Inoponibilidad.

Resolución. 

Rescisión
Caducidad

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LECCIÓN 4 de 5

Revisión del módulo

Hasta acá aprendimos

El acto jurídico

Los hechos jurídicos que sean humanos, voluntarios, lícitos y que tengan por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas, en nuestro
ordenamiento jurídico, se denominan actos jurídicos.

La forma y la prueba de los actos jurídicos



La forma es un elemento esencial del acto jurídico que alude al modo de exteriorización de la voluntad en orden a la consecución del fin jurídico propuesto.Mientras la forma
constituye el elemento externo del acto, la prueba se erige como medio no necesariamente instrumental que sirve para demostrar la verdad del hecho,de haberse efectivamente
realizado el acto jurídico.

Los vicios de los actos jurídicos



Los vicios de los actos jurídicos son defectos, imperfecciones o anomalías susceptibles de provocar la ineficacia del negocio por atentar contra la licitud, la buena fe o perjudicar
los intereses de terceros. Entre ellos, podemos mencionar a la simulación, la lesión y el fraude.

La ineficacia de los actos jurídicos



El acto jurídico tiene dos momentos: la fase de la validez, en el que se estudia la estructura del acto jurídico, y la fase de eficacia, en la que se estudian los efectos jurídicos del acto
jurídico. La ineficacia de los actos jurídicos comprende los supuestos de nulidad y la inoponibilidad del acto respecto de determinadas personas.
LECCIÓN 5 de 5

Referencias

Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, B, “Muleiro c / Cons. De Prop. San José de Calasanz N°(...)” (2016). Recuperado de
https://aldiaargentina.microjuris.com/2016/08/02/son-relativas-las-nulidades-suscitadas-por-la-designacion-de-un-nuevo-administrador-del-consorcio-de-
propietarios/

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clausula-por-la-cual-el-testador-dispuso-que-el-albacea-venda-la-totalidad- de-los-bienes-del-acervo-por-afectar-la-legitima-de-los-herederos /

Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, G, “CJ c / DG y otro” (2018). Recuperado de https://aldiaargentina.microjuris.com/2019/04/01/precio-irrisorio-nulidad-


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