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En el presente capítulo de la NLPT no solo se regula la comparecencia, sino también

supuestos de legitimación activa para ser demandantes y alegar la de-fensa de


determinados derechos, que por su naturaleza pueden ser considera-dos como
individuales, plurindividuales y colectivos. La norma no habla de intereses difusos,
por lo que habrá que explicar sus diferencias.Para un mejor entendimiento de lo
que supone la fi gura de la comparecencia se deberá tener presente que
“comparecer en un proceso es la manera cómo un sujeto de derecho interviene en
un proceso”(69).Por otro lado, en el presente capítulo, la norma trata
principalmente de dos ins-tituciones procesales importantes: primero la
comparecencia como supuestos de capacidad para ser parte y capacidad procesal;
luego los supuestos de legi-timación especial.Con la fi nalidad de explicar el
primero de estos artículos, analizaremos la for-ma en la que la NLPT regula la
comparecencia de los distintos sujetos que pueden ser parte de la relación
jurídica procesal laboral, por lo que es necesa-rio hacer referencia previa a lo que
se entiende por capacidad para ser parte y capacidad procesal.De otro lado, el
segundo artículo desarrolla, como ya mencionamos, supues-tos especiales de
legitimación procesal, es decir, lo que se conoce como le-gitimidad para
obrar. La NLPT regula supuestos especiales en los que se les otorga legitimidad
para obrar a determinados sujetos, con el fi n de que puedan acceder a la justicia
laboral y establecer una correcta relación jurídica proce-sal que haga posible al
juez laboral emitir un efectivo pronunciamiento sobre el fondo del asunto.De esta
manera, se hace clara la intención de la NLPT, que es asegurar una efectiva
defensa de los derechos laborales, extendiendo principalmente los as-pectos de la
legitimación procesal y comparecencia, a quienes en muchos ca-sos representan
un verdadero balance de poder en la relación de trabajo, las organizaciones
sindicales.

I. CAPACIDAD PARA SER PARTE Y CAPACIDAD PROCESALLa capacidad para ser


parte ha sido generalmente equiparada por la doctri-na al concepto de
capacidad jurídica, ya que se trata de la proyección de este concepto al proceso
mismo. De esta manera, se defi ne a la capacidad para ser parte como aquella que
se reconoce a todo el que posee capacidad jurídica, a fi n de que pueda ser
considerado como sujeto de una relación jurídica proce-sal, y por ende, pueda ser
titular de derechos, cargas y obligaciones que se de-rivan del proceso.De otro lado,
la capacidad procesal o capacidad para comparecer en juicio, ha sido defi nida
como la proyección en el proceso de la capacidad para obrar. De esta manera, se
le defi ne como la aptitud para realizar activa o pasiva-mente actos jurídicos
procesales con efi cacia, en nombre propio o por cuen-ta ajena. Así, quienes
posean capacidad para obrar podrán realizar con efi -cacia los actos procesales, y
quienes no la posean podrán suplirla mediante la representación.
II. LOS SUPUESTOS REGULADOS POR LA NLPTComo hemos explicado, la capacidad
para ser parte y la capacidad procesal son dos presupuestos del establecimiento
de la relación jurídica procesal, de manera que la parte pueda ser titular de
derechos y obligaciones al interior del proceso, y pueda efectuar válidamente los
actos que deba realizar en el proceso laboral.El artículo materia de comentario
regula supuestos de comparecencia, es decir, de capacidad para ser parte del
proceso que, como ya explicamos, se encuen-tra directamente relacionada con la
capacidad de ejercicio civil. Así, describe supuestos como la capacidad procesal de
los menores de edad y de los sindi-catos, dependiendo de la titularidad del
derecho discutido.1. Menores de edadDe conformidad con lo señalado por el
artículo 65 del Código de los Ni-ños y Adolescentes (CNyA), la NLPT menciona que
los menores de edad pueden comparecer en el proceso laboral, sin necesidad de
representante legal. De esta manera, a efectos del proceso laboral, contarán con
capa-cidad procesal, pudiendo realizar todos los actos procesales válidamente sin
necesidad de dicho representante.Adicionalmente, la norma menciona que en el
caso de los menores de ca-torce años que acudan al proceso sin representante
legal, el juez deberá poner la demanda en conocimiento del Ministerio Público,
con el fi n de que actúe según sus atribuciones. Esto en concordancia con lo
señalado en los artículos 138 y 139 del CNyA, y a diferencia del artículo 142 no san-
ciona con nulidad la falta de intervención del fi scal.De lo antes mencionado se
hace evidente el principio socializador del De-recho Procesal del Trabajo, el mismo
que, como mencionáramos antes, per-mite que ciertas circunstancias estén
especialmente protegidas a fi n de velar por la efectiva tutela de derechos de
personas como es el caso de un menor de edad que no tiene posibilidades de
acceder al patrocinio de un abogado.2. SindicatosEn este caso, los sindicatos
contarán con capacidad para comparecer por causa propia, cuando se discutan
derechos cuya titularidad se les atribu-ye, es decir, derechos colectivos; y derechos
individuales respecto de los que la ley les otorga representación procesal de los
derechos de sus afi lia-dos y representantes. Este último caso lo trataremos en
seguida.3. Representación de sindicatosComo ya hemos mencionado, los confl
ictos laborales pueden ser clasifi -cados tomando en cuenta la titularidad del
derecho que se discute, de esta
manera, encontramos los confl ictos individuales, plurindividuales y colec-tivos.La
capacidad procesal trata respecto de la capacidad de la parte para ge-nerar actos
procesales válidos en el proceso, de manera que esta puede ser ejercida por
quienes tengan capacidad de ejercicio, los cuales pueden ser delegados a otra
persona. Este fenómeno puede ocurrir voluntariamente o por disposición legal
expresa.En ese sentido, nos encontramos ante un supuesto de representación pro-
cesal por disposición legal expresa no necesaria o facultativa; es decir, se presume
la representación, por lo que para que sea ejercida se requerirá de una declaración
expresa por parte del titular del derecho individual. Es importante diferenciar este
instituto del supuesto de legitimidad para obrar, que será tratado al comentar el
siguiente artículo, pues esta se discute res-pecto de quien asegura ser titular del
derecho. Asimismo, dicho supuesto puede afi rmarse o cuestionarse respecto de
quien afi rma ser el titular del derecho controvertido, no del representante de
este.El tema tratado en este apartado es de suma importancia, pues se elimina la
exigencia de contar con poder especial de representación que contiene la LPT,
pues tal y como señala la exposición de motivos, esta exigencia limitaba el
cumplimiento de la función de representación y defensa de sus miembros en las
controversias o reclamaciones de carácter individual, que la Ley de Relaciones
Colectivas de Trabajo atribuye a las organizaciones sindicales.Finalmente debemos
tener presente que el artículo 8.3) de la NLPT, de-termina expresamente que: “la
representación del sindicato no habilita el cobro de los derechos económicos que
le pudiera corresponder al deman-dante”.

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