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chado como tema sobre el que cho sino adoptar filosofías nacional. Villegas lo afirma, Todo lo dicho hasta aquí
gire necesariamente todo es- que nos son ajenas, sin em- sin asumir los puntos de vista puede darnos la medida so-
tudio de la filosofía en Mé- bargo, en la práctica han de- del materialismo histórico. bre la importancia que reviso
xico. Tampóco se trata de terminado el curso histórico Corresponde a los teóricos ten los puntos de vista de
una total ausencia de estos de nuestras lucha revolucio- de la Revolución Mexicana VilIegas, pero es necesario
elementos, Villegas los toma narias. La ilustración euro- hacer tanto la crítica del po- señalar también las limitacio-
en cuenta pero es a la vez pea, que había encontrado sitivismo, cosa que realiza el nes de que adolece su traba.
consciente de lo infructuoso una igualdad original entre Ateneo de la Juventud, co- jo: no sostiene una tesis que
de tal empresa. "Siempre que los hombres, sirve al criollo rno propiciar el desarrollo del p u e da explicar, científica.
se creyó encontrar lo mexi- en nuestra revolución de In- país por nuevos cauces. Estos mente, la filosofía mexicana,
cano, dice, se halló lo huma- dependencia para encontrar ideales se cristalizan en la sino que analiza ésta bajo
no en lo mexicano, lo univer- una igualdad entre el ameri- Constitución de 1917, en cuya ciertas condiciones personales
sal en lo particular." cano y el español, y este prin- redacción se enfrentan dos de investigador; en algunos
Pero si los mexicanos he- cipio de igualdad le sirve tendencias contrarias: u n a casos, de resultados ya alcan.
mos sido en el dominio de la también para fundamentar su que ve la solución de los pro- zados, en el terreno histórico,
filosofía meros importadores principio de autonomía. blemas nacionales en la de- por O'Gorman, Villoro o Zea
de sistemas. filosóficos, prin- El liberalismo en México, fensa del interés social y otra Es de lamentarse, también,
cipalmente europeos, es in- que se desarrolla sin estar en el interés privado; socia- que en algunos pasajes no
cuestionable q u e, armados sostenido por una burguesía listas (no socialismo científi- maneje las citas en sus fuen·
teóricamente con estas filoso- como la europea, hace que co) y neoliberales que, a par- tes, aunque lo bien escogidas
fías, hemos asumido "formas la revolución de Reforma, a tir de entonces, a través de de éstas, así como su uso pre·
concretas de humanidad", ac- pesar de su repudio por la los gobiernos emanados de la ciso, lo justifiquen. Sin poder
titudes ante el mundo y ante Colonia, no desemboque en Revolución, han aplicado sus decir que es un estudio rigu.
la vida, así como formas es- una sociedad modernJ. capi- propias interpretaciones. roso y conciso, el libro de
pecíficas de relación con otros talista como era su meta, sino Con Cárdenas se pone el Villegas constituye una no-
hombres: la praxis filosófica en su contrario: una socie- acento en los intereses socia- vedad en nuestra literatura fi·
del mexicano, si se nos per- dad feudal que exigía un go- les, se intenta un experimento losófica.
mite llamarle así, ante pro- bierno de los terratenientes, socialista al que se acusa ele
blemas que son .exclusivamen- una dictadura que mantuvie- ir más allá de la Revolución -Melvin CantarelI G.
te suyos en su quehacer his- ra al pueblo sujeto, mientras Mexicana. Otra cosa ocurre
tórico, ha tenido caracterís- el progreso se ajustaba al or- con Alemán: no se trata, en- Fernando del Paso: José
ticas y peculiaridades muy den establecido, ideológica- tonces, de favorecer a las cla- Trigo, Editorial Siglo XXI,
propias, aunque forman parte mente, por una nueva filo- ses trabajadoras, sino de fa- México, 1966, 536 pp.
de la humanidad en sentido sofía: el positivismo. vorecer a la burguesía, con la (Col. La creación litera·
amplio. En este nuevo plano De mayor importancia, sin interpretación liberal de los ria)
en que VilIegas se plantea los lugar a dudas, es la segunda principios constitucionales.
problemas filosóficos de Mé- parte del libro de Villegas, "Sin embargo, nos dice Vi-
xico radica' la principal vir- que va de la Revolución de llegas, parece ser que un sec- La épica ferrocarrilera, jun.
tud de su libro. 1910 a nuestros días. tor de esta burguesía, tan lar- to con una buena parte de la
La primera de sus dos par- El movimiento revolucio- gamente soñada por las clases historia de México, se en-
tes está dedicada a encontrar nario, por su carácter po- medias en toda nuestra his- cuentran convertidas, en José
el significado general de nues- pular es resultado de con- toria independiente, tiende a Trigo, en una novela excep-
tro pasado filosófico. Abarca tradicciones provocadas por olvidar todo lo que hemos na- cional, de las que necesitan
desde el descubrimiento de desigual desarrollo histórico rrado hasta aquí, tiende a algún tiempo para poder ser
América y su conquista, ori- del país. La burguesía, que· olvidar aquella idea del doc- aquilatadas en todo su valor
gen de nuestra historia filo- los liberales habían proyecta- tor Mora de que el interés y comprendidas en toda su
sófica, hasta la dictadura do ilusoriamente, es la que el nacional está por encima de extensión y simbolismo.
porfirista que sustenta el po- porfirismo intenta realizar con los intereses de clases, y aque- La aparición de los prime.
sitivismo como filosofía ofi- los principios teóricos del po- lla otra de los liberales de ros libros de la editorial Si-
cial. sitivismo, la cual fracasa al 1906, de que la burguesía me- glo XXI representaba un In
En todas estas etapas de convertir en apéndice y ser- xicana no puede prosperar acontecimiento que, natural· su
sino haciéndose solidaria de mente, mereció comentarios
los intereses de los trabajado- en todos los tonos; posible.
res." Ya ·que, corno afirma mente era tanta la expecta·
Villegas, ni la revolución bur- ción, y tanto lo que había
guesa ni la revolución socia- que decir de la editora en sí,
lizante van más allá de la que cada uno de ellos fue
Revolución Mexicana sin o visto más como un evento
son prolongación de la mis- social que como I literatura
ma; romper el equilibrio en- simplemente, y luego de al·
tre socialismo y liberalismo, gunas críticas más o menos
entre patronos y obreros, en- tímidas sobre José Trigo, se
tre propiedad nacional y pro- la ha dejado un poco al mar·
piedad privada, que tanto es- gen, como a esas obras -to-
fuerzo ha costado realiz:u das las de León Felipe, para
en favor de intereses clasistas, no ir más lejos-- que necesi·
equivaldría probablemente, a tan del apaciguamiento de la
provocar ' 'otra revolución opinión pública para apre-
violenta cuyos resultados son ciarse cabalmentte.
den despertar interés en el para el lector mexicano, que
femando del Paso debe ha· palpado y vivido mucho
tener, a partir de su José Tri- lector, de una manera pro-
luí de lo que se ve en la novela.
lO-
go, un lugar dentro de la fundamente meditada y re-
suelta, y en una forma mali- Dentro de la literatura
novelística mexicana, porque
1S-
ciosamente complicada para mexicana parece estar insi-
de no se trata de una obra im-
estimular o subyugar mejor, nuándose una intención de
10 provisada y fácil, hecha a
plazo y precio fijos, sino qu.e la atención del que se ve re- universalidad que tenía que
o- tado a un duelo intelectual presentarse después de los ci-
l.-
parece más bien ese gran lI-
bro que todo escritor sueña abierto, que se plantea desde clos de regionalismo que se
le --{) precisamente en- el han venido explotando du-
j. con hacer, y que muy pocos
concluyen, fundamentalmen- primer capítulo. rante muchos años: en ese
i, No resulta difícil rastrear sentido, José Trigo puede ser,
O
te porque no están dotados
de la paciencia -entre otras a Juan Rulfo y a Arreola, ventajosamente, la obra que
cualidades- para trabajar un dentro de José Trigo. Ac- cierre toda una serie cuya
lS
tema durante siete años, co- tualmente no resulta difícil, temática ha agotado a la Re-
1- Bamet utilizó, p:ua esta
mo Del Paso. sino obligado, hallarlos den- volución, a los cristeros a
1, biografía, métodos similares
Con una base anecdótica tro de cualquier novela mexi- los indígenas y a los caciques,
l. a los que han utilizado en
de peligroso sabor local, José cana contemporánea, y es como únicos representantes
1, México Ricardo Pozas y Os-
Trigo va desarrollando para- perfectamente válido e inevi- de asuntos nacionales. La
O car Lewis. Explica en su
lelamente un amplio periodo table, como vendrá a serlo nueva generación, que viene
1- prólogo los fines de su estu-
.s de la historia de México y también la presencia de Julio produciendo a un ritmo ace- dio y las técnicas que utilizó
del ferrocarril; en medio de Cortázar, cuya sombra no lerado, va dejando atrás esas para ellv. A pesar de afir-
ambas, la huelga de 1960, la está alejada de Del Paso; no limitaciones, y Fernando del mar que no trató de hacer
violencia y la política sindical obstante, éste último hizo de Paso puede distinguirse como literatura, hay partes en la.
afIcran representadas por su novela un vasto campo un escritor colocado justa- que la recreación del len-
unos personajes que tienen en el que pudo, con excepcio- mente en este punto intersec-
nal fortuna, realizar un des- auaje del informante s \'er-
mucho de símbolo, de mito y cional, pero eso sí, como todo daderamente poética.
de oráculo. pliegue de erudición lino"üís- un escritor, con el título ga-
tica realmente impresionante La esclavitud, un h h
La novela tiene elementos nado solamente por esta no- que nos parec tan lejan
suficientes como para que so- y acaso éste es el detalle más vela, por si se diera con él
significativo y más personal en nuestro Continent re\'l-
bre ella se hagan estudios fácilmente el visible fenómeno
de su obra, que tiene pcesía, \'e en este relato con su hu-
fragmentarios de bastante del autor que, luego de es-
historia y crítica social mez- millación y casti os cOl'pora-
profundidad. Los seres que en cribir una obra afortunada.
cladas en dosis iguales y poco les. 'El que no se fuera
ella aparecen tienen una evi- prácticamente desaparece, co-
visibles entre los escritores joven para el mont d i-
dente inspiración en la mi- mo varios de nuestros más
modernos. marrón tenía que esclavizar-
tología indígena, y los hechos ilustres novelistas.
La técnica que muestra el se. Era preferible tal' sol
narrados son tan reales, o -Luis Adolfo Domínguez
autor tiene como base una reaado que en 1 corral
por lo menos tan posible"
constante superposición de con todo el asco y la pudri-
que con esos dos factores:
planos, en la que los aconte- ción. Total, la vida ra s li-
personajes y hechos, hubiera Miguel Bamet: BiolJrafía
sido lógico escribir tina obra cimientos son vistos y narra- taria de todas man-r
de un cimarrón. La Ha- Al terminar la . I
francamente pobre, de estruc- dos simult á n e a m en t e, por bana, Academia de Cien-
tura plana y de intención unos personajes ubicuos e ina- Esteban bajó ya ca'i up
cias de Cuba, 1966. 230 da 'u adolescencia y s d di-
abiertamente proselitista; Del sibles, que aparecen vivos y pp.
Paso se dio cuenta de ese pe- revividos a un tiempo. Eso có ;1 trabajar como p ón n
I~gro y no desdeñó el riesgo, crea una atmósfera fantas- los inaenios. Su spírilu an-
SIDO que fue encarando deci- mal, alucinante, que tiene sin En el Hogar del Veteran) ticonformista lo 11 vó a pa 1'-
didamente asuntos como la embargo unas raíces profun- de La Habana, se encuentra ticipar en la "'uerra d In-
guerra cristera, las rivalidades damente clavadas en una rea- Esteban Montejo, hombre dependencia y a rebelars -
sindicales, los crímenes, y las lidad, de tiempo y de espa- de 105 años, que vivió la es- contra la in er-ncia nort -
infidelidades conyugales, de- cio, de brutal tangibilidad clavitud en los ingenios azu- americana.
suyo tan sobados que no pue- para el lector, o por lo menos careros del siglo pasado. El Las mejores Harte d' l.
antropólogo cubano Miguel biografía son las que se l' fi -
Barnet, se interesó por la ren a las fiestas mitad l' li-
singular biografía de este giosas y mitad profanas 11
negro que había vivido he- las que participaba Esteban
chos que forman parte de y a la descripción de la u-
la histor:a cubana, aparente- persticiones y brujerías.
mente, ya sin testigos vivo. Como el mismo Barn t lo
El autor escuchó de Este- asienta en el próloao Bioara-
b~n los recuerdos remotos, fía de un cimarrón e'sun do-
dichos con un lenguaje ar- cumento que puede servir
caico, de su infancia en un para estudios más profun-
ingenio de Las Villas, de su dos. Es una presentación es-
adolescencia de cimarrón, cueta de hechos; un mate-
completamente solo, en lo~ rial cuya mayor riqueza está
montes de su juventud, co- en su pos:ble análisis e inter-
mo participante activo en la pretación.
guerra de Independencia cu-
bana. -Rebeca Lazada