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“Me maravillo a menudo de que resulte tan pesada [la historia], porque gran parte de ella debe ser

pura invención.”
-Jane Austen

“Toda la historia es falsa y medio falsa y toda generación que llega resuelve lo que aconteció antes
de ella y así la historia de los libros es tan inventada como la de los diarios”.
-Joao Ubaldo Ribeiro

Proceso de construcción de la narrativa histórica paraguaya.


Ni héroes, ni villanos.

Decía Thomas Carlyle que la historia es la biografía de los grandes hombres, pero para los marxistas
la historia tiene una carga que se desarrolla de forma materialista y a través de la lucha de clases
como su motor.1
La lucha de clases es notoriamente visible a lo largo de todo el proceso de construcción del Paraguay
y de su propia narrativa histórica que está mayoritariamente si no adulterada, enaltecida por ciertas
figuras para mantener su dominio. No es coincidencia que en las escuelas se enseñen a los grandes
héroes patrios como Francia, Carlos Antonio López, Francisco Solano López, Bernardino Caballero y
otros indeseables, sino que está enmarcado dentro de la propia malla educativa impartida por un
Ministerio cooptado por más de 70 años por el Partido Colorado, quienes también reivindican estas
figuras en defensa de su “patriotismo” nacionalista.
Este discurso toma parte ya desde la época de Carlos Antonio López y en menor medida de Francia,
quienes utilizaban la misma metodología de adoctrinamiento que se impartían en territorio
americano mientras formaban parte de la Corona Española, con el Catecismo de San Alberto
modificado a un sencillo preguntas-y-respuestas.
¿Cuál es el mejor sistema político?
El patrio-reformado.
¿Cuál es la religión del pueblo?
La Santa Iglesia Católica Romana.

Para Bobbio, el revisionismo de Latinoamérica se caracteriza en tres factores:


1. La creación de un héroe como creador de la historia nacional.
2. El antiintelectualismo.
3. El concepto de que la política británica del Río de la Plata era un plan consciente
para impedir la realización de la grandeza nacional.
Los tres se conjugan para dar paso a la creación de la narrativa histórica que debemos, como
comunistas, hacer frente. El futuro no es nacional, ni patriota, ni independiente, sino obrero,
quienes no tenemos patria.

1
Manifiesto del Partido Comunista.
Limpieza histórica: revisionismo, héroes y santos.
“La historia es inseparable del historiador”.
-Roland Barthes
"El nacionalismo paraguayo es (…) producto de su frustración histórica y política. El fascismo
concentró sus especulaciones en la explotación de las pasiones demoniacas del hombre."

-Roque Vallejos

El proceso de "limpieza de imagen" del dictador Francia empezó con López II, que en 1864 mandó
escribir a Wisner von Morgenstern una historia que sea capaz de reivindicar su figura, mejorando
su biografía. Con este episodio, cuya síntesis se haya en el texto de Morgenstern "El Dictador del
Paraguay José Gaspar Rodríguez de Francia"2, empieza el revisionismo en la historia del Paraguay.
¿Es esa la imagen del dictador antiimperialista la que pintamos en nuestras banderas?, ¿es posible
incluso el antiimperialismo con tintes nacionalistas o un antiimperialismo antes de Lenin en ese
momento histórico del desarrollo del capitalismo en Paraguay?
Esa biografía engalanada, falsa y reivindicada por nacionalistas se aplicó posteriormente a Carlos
Antonio López y a su hijo el Junior de quien se recuerda, sin entrar en vanos debates conocidos
sobre ella, su frase "muero por mi patria", dato incomprobable y perversión de la historia tiene la
única finalidad de hacerlo pasar como héroe y es replicada por el Ministerio de Educación desde la
primaria con la intención de fomentar el "patriotismo", alienación inadmisible y discurso que de
ninguna manera debería ser replicado. Esta imagen de Francia si bien no fue sostenida durante
mucho tiempo gracias a los escritos de O'Leary, fue retomada principalmente por la izquierda
quienes buscando una figura histórica y simbólica que propulse las tesis contra el capitalismo, volvió
a ser reivindicado dentro de la historia3, naciendo el cuento construido y enseñado de la imagen de
una "país potencia", "el único país que no estaba en bancarrota", "el más avanzado
tecnológicamente", el que "no tenía ni una sola familia en ningún hogar que sea analfabeto".
El proceso de la construcción de la narrativa histórica paraguaya ya es, desde la creación de sus
primeros santos, inventada. Grandes intelectuales
de la Generación del 900 se contraponían a la
reivindicación de López II durante la Guerra de la
Triple Alianza: Cecilio Báez, en su "Carta a la
Juventud" hace un llamamiento a la democracia y a
la educación, a olvidar al tirano pero no podemos
obviar el drástico cambio de discurso que toma dada
la defensa inicial a Solano López, discurso que toma
O'Leary y responde con una acérrima defensa al
Mariscal. Este discurso de O'Leary recién tendría
validez en 19364, luego de la revolución de los
Colorado Pynandi.

2
Revista "Justicia 13", Guido Rodríguez Alcalá
3
Guido Rodríguez Alcalá en el contexto de la narrativa histórica paraguaya. M. Pizarro (2001) pp. 101
4
Paraguay Actualité Littéraire, Clau Castro.
Lenin para nacionalistas y la malinterpretación de la autodeterminación de
los pueblos.
"En la Europa occidental, continental, la época de las revoluciones democrático-burguesas abarca
un intervalo de tiempo bastante determinado, aproximadamente de 1789 a 1871. Ésta fue
precisamente la época de los movimientos nacionales y de la creación de los Estados nacionales.
Terminada esta época, la Europa Occidental había cristalizado en un sistema de Estados burgueses
que, además, eran, como norma, Estados nacionalmente homogéneos. Por eso, buscar ahora el
derecho a la autodeterminación en los programas de los socialistas de la Europa Occidental
significa no comprender el abecé del marxismo.”5

-V. I. Lenin

Es bien conocido el debate entre Rosa de Luxemburgo y Lenin sobre la cuestión nacional. Decía Rosa
en "La cuestión nacional y la autonomía" que la posición del partido obrero debe diferenciarse
claramente, por su método mismo y por la concepción básica del problema, de las posiciones
adoptadas por los partidos burgueses, incluso los más radicales, y también de las posiciones de los
partidos seudosocialistas de la pequeña burguesía. El debate y la crítica no nace de la
autodeterminación de los pueblos, que responde en gran medida a un factor enteramente
coyuntural enmarcado dentro del seno del capitalismo y de la lucha de clases, sino que del quiebre
que se genera cuando entra en escena el nacionalismo que defiende de forma irrevocable sin tener
en cuenta a la clase proletaria que no posee parte de tierra, sino de la clase política burguesa que
defiende el territorio que gobierna.

Este mismo discurso, en el que Rosa de Luxemburgo tacha de partidos burgueses radicales, entra el
nacionalismo de, por ejemplo, el partido Patria Querida.

El problema de fondo no es el derecho a la autodeterminación de los pueblos, sino el nacionalismo


que en ocasiones emergen de él. La defensa a este derecho acaricia -y no de forma tibia- al fascismo
del cual es inmanente con el nacionalismo y cuya línea divisoria entre ambas tiembla en varios
episodios de la historia. En nuestro proceso histórico nacional está Francia y Morínigo, quienes en
la "defensa de los intereses nacionales" y la frontera impulsaron el nacionalismo y no bajo la idea
de la autodeterminación de los pueblos y ni mucho menos del antiimperialismo sino del más puro
fascismo para el segundo y proteccionismo dictatorial para el primero.

5
Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación, Lenin.

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