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u ~ JUlo 2000 .

Traducción de FRANc;OIS CHEVALIER


JOSÉ ESTEBAN CALDERÓN

AMÉRICA LATINA
De la Independencia a nuestros días

Colaboración de
YVES SAINT-GEOURS

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
392 CULTURA, VALORES, COMPORTAMIENTOS PODER DE LAS IDEAS Y SOCIABILIDADES. EDUCACIÓN 393

En una perspectiva diferente -pero siempre cuantitativa- se podría eva- manidad"? Sea como fuere, la religión tradicional provocó reacciones, a
luar en la práctica el liberalismo (o el conservadurismo) de personajes, grupos la medida de su poder sobre las masas, en estos racionalistas herederos de la
partidos, instituciones, contabilizando las actitudes (votos, decisiones ...) e~ Ilustración, los cuales, a su vez, querían diferenciarse del pueblo, y también
una serie de casos típicos, a veces con técnicas perfeccionadas (escalograma de una vieja metrópoli que seguía otras rutas.
de Guttman). Esto supone, naturalmente, una cuidadosa selección de crite- La primacía acordada a menudo a lo útil, a lo tangible, a lo "positivo", la
rios sencillos para definir en la práctica una actitud ideológica. desconfianza por la especulación filosófica o lo abstracto, dejaron algunas
veces al pensamiento a ras de tierra, interesado casi exclusivamente en el
progreso material, en el "enriqueceos" de Guizot. De ahí la difusión de un
EL "POSITIVISMO" CIENTIFICISTA positivismo práctico ajeno a los espíritus más cultos, con gran resonancia
en las nuevas burguesías de comerciantes, contratistas, compradores de bie-
Desde la España "ilustrada" y el fin de los imperios ibéricos, ningún movi- nes de manos muertas o "empresarios", que prosperaron a fines de un siglo
miento científico ha tenido en América la importancia que adquirió el "po- y principios del otro, e incluso desde antes. Por esto dijo L. Zea [196] que el
sitivismo", aun cuando este término en realidad abarque ideas diversas, a positivismo constituyó en México la mejor expresión de una burguesía
veces muy diferentes de las de Augusto Comte. Incluso sin una verdadera de los negocios sobre la que se apoyó, en parte, el largo gobierno autocrático
ruptura ideológica, acentúa la modernidad liberal, pero rechaza el concepto de Porfirio Díaz (1876-1911). Podría hacerse el mismo comentario acerca de
mismo de Revolución e insiste en la evolución pacífica. algunos sectores sociales de Argentina, Río de Janeiro o Sao Paulo, y de gru-
~ pos generalmente más reducidos pero que deben tomarse realmente en cuenta,
•• A pesar de los importantes trabajos clásicos de J. Cruz Costa e Iván Lins [465] de Chile, Venezuela y, más tarde, Colombia. Quizá L. Zea se excede un poco
.
I

.1
sobre Brasil, de L. Zea [196] y P. Romanell [159] sobre México, y de otros auto-
res,I2el contenido, la difusión y el alcance de esta gran corriente de pensamiento
al hablar de los aspectos negativos de esa nueva burguesía mexicana, a algu-
nos de cuyos miembros más representativos los derribó la Revolución. En
se han estudiado poco, al menos en el ámbito continental. No existen estudios cambio en Sao Paulo, por ejemplo, ciertos homólogos de los mencionados
,! comparativos de los movimientos positivistas nacionales, más o menos paralelos, burgueses figuran hoy día como pioneros del crecimiento y de la industria-
I
,I que aparecen en todo el continente, además de consideraciones sobre obras de
carácter general, como la de Crawford [97], y las colecciones de textos como la
lización.
De hecho, esos hombres encontraron su inspiración o su justificación más
de Zea [806].
I bien en Spencer que en Comte, como veremos después. ¿Cabría decir que lo
I Sin pretender realizar en estas páginas una obra de esa envergadura, se-
que es verdad en México también lo es en Brasil? Nada menos seguro.
El pensamiento positivista es más que la expresión de una clase social
ñalaremos, sin embargo, algunos rasgos a menudo comunes de estos positi-
impaciente por enriquecerse. Desde 1867, con ocasión de la fiesta nacional
vismos sui generis que dominan los horizontes intelectuales, científicos, políti-
mexicana del16 de septiembre, Gabino Barreda pronunció oficialmente una
cos e incluso económicos (véase infra) de América Latina desde fines del
"oración cívica", donde citó extensamente a Augusto Comte en francés (a
siglo pasado hasta bien entrado el siglo xx, con prolongaciones que llegan
pesar de que ese mismo año, al caer Maximiliano, se rompieron las relacio-
hasta nuestros días.
nes diplomáticas con Francia). Barreda fue el inspirador de la enseñanza
Este positivismo o estos positivismos al parecer acentúan los aspectos
positivista que, reforzada y generalizada en el siglo xx por Justo Sierra, des-
útiles, pragmáticos o prácticos y eclécticos que ya observamos en menor
tacado ministro, formó a las élites pensantes de México hasta la Revolución
grado en ciertos liberales de una época anterior en Argentina o en México.
de 1911, Y a juzgar por ciertas secuelas, hasta el día de hoyo poco menos:
Los aspectos religiosos de la filosofía de Comte parecen menos cultivados,
fenómeno esencial, mencionado a menudo pero mucho menos conocido y
exceptuando el grupo brasileño Apostolado Positivista fundado en 1881 ~n
estudiado de lo que pudiera creerse.
Río de Janeiro por Miguel Lemas y R. Teixeira Mendes, y en 1883 en ChIle
Por esa misma época, o tal vez un poco después, se comprueba o se entrevé
por los hermanos Lagarrigue. Por otra parte, ciertas logias masónicas, bien
la aparición de ideas y fórmulas positivistas en todo el continente latinoame-
o mal conocidas en América, ¿acaso no practicaban una "religión de la hu-
ricano: habría que citar e incluso contar la frecuencia con que fórmulas
Positivistas aparecen en los libros de texto, en las intervenciones en la Cáma-
ra, en los discursos oficiales y en la prensa. Su éxito y difusión alcanzaron el
12 Por ejemplo, Ricaurte Soler, El positivismo argentino, BA, Paidós, 1968. Igual que otra~,
esta obra adopta un punto de vista esencialmente filosófico. Por el contrario, véase en HAHR, •
mayor grado en Brasil y México, sobre todo en la enseñanza universitaria
Raat (48, 1, 1968), R. Nachman (57, 1, 1977), etcétera. mexicana, quizá porque ahí fue donde quedó destruido el viejo Partido Con-
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servador y porque la Iglesia perdió su poder en las ciudades. A pesar de todo, dejar atrás a la de Comte,14 pero en Brasil ocurre lo contrario. Diríase que en
es motivo de asombro la penetración y la amplitud del movimiento, incluso el ejército brasileño ha predominado la influencia francesa, quizá para opo-
en países casi desprovistos de un ambiente liberal previo, como sucedió en nerse al ascendente inglés en lo económico (Morazé [468]). El estupendo
Lima donde, a partir de 1866, Carlos Lizón comenzó a difundir el pensa- trabajo de I. Lins [465] afirma la filiación comtiana de todo el positivismo
miento de Comte antes de haber seguido un curso de "filosofía positiva" brasileño, pero este convencido discípulo de Comte ¿tiene en cuenta sufi-
(H. Neira). La situación era o iba a ser en esta ocasión diferente de la de la cientemente la influencia de Spencer y de los anglosajones?
España peninsular, adepta de buena gana al filósofo alemán Krause, cuando Por lo demás, casi no se ha procurado confrontar estos positivismos acti-
se aleja de los lineamientos tradicionales. vos con los crecimientos económicos o con el surgimiento de ciertas indus-
trias, visto que la historia de las ideas y la historia de la ~conomía no se han
aproximado en el ámbito de una misma investigación. Este es, sin duda, un
Los tecnócratas positivistas J
caso en el que se podría investigar en todo el continente si existe correlación
(en el sentido técnico considerado en la p. 135) entre elementos de naturale-
Según los iberoamericanos, es preciso canalizar las energías no hacia las
" za al parecer muy diversa.
grandes ideas que semejan utopías, sino hacia lo útil y el progreso económi-
co, particularmente el industrial. La inauguración en 1878 del ferrocarril Así, a propósito de la economía colombiana, de la creación de industrias en
México-Cuautitlán fue ocasión de ardientes discursos que preconizaban Medellín, el término "positivismo" no se emplea una sola vez en libros de orienta-
esas metas (Zea [196]). Debido a su excesiva admiración por la "ciencia", se ción tan abierta como el de Ospina Vázquez o tan modernos como el de McGreevey.
dio en México el mote de "científicos" a sus más activos y mejor "enchufa- La política del presidente Rafael Reyes (1904-1909) en muchos de sus logros, y los
dos" preconizadores. En Venezuela, a su vez, cierto profesor VilIavicencio empresarios medellinenses en sus empresas, admiraban a los "científicos" mexi-
habló durante una ceremonia oficial en 1886, de las mutaciones de la histo- canos y al gobierno del "Orden y Progreso" bajo Porfirio Díaz, cuyas primeras
ria "que preparan el imperio de la ciencia y de la industria, sistema de mayor realizaciones industriales les eran bien conocidas. Al menos Ospina menciona
incidentalmente, al hablar de esas personas, el "manchesterianismo", que parece
valor moral donde domina la más grande libertad". Exaltó "esas máquinas
ser la versión local del positivismo práctico marcado por la influencia anglosajona.
milagrosas", el vapor, "el lucífero gas" e infinidad de objetos manufactu-
Pero como la convergencia de ciertas condiciones económicas es indispensable,
rados. Vio nacer "las auroras que preceden al astro rey a punto de iluminar pongamos por caso, para el éxito de una "industrialización" regional, esas mismas
los días venturosos de la especie humana, los días en que el positivismo será condiciones no bastarían para suscitarla: sigue siendo indispensable que se dé
amo de todas las inteligencias, cuando el régimen industrial gobernará al una opción en este sentido (ya vimos que se adoptaron otras opciones en casos en
mundo".13 que hubieran resultado favorables [388]).
Ya para aquella época los positivistas habían comenzado a apartarse de
Comte (el cual subordinaba a la sociedad los intereses individuales) para Ni en México ni en Brasil, los dos países donde el positivismo tuvo mayor
seguir a Stuart Mili y, sobre todo, a Spencer, y adoptar los criterios biológi- fuerza, se ha abordado el problema a fondo desde este punto de vista, a
cos de Darwin en el análisis social (los mejor dotados -ellos mismos- pre- pesar de ciertos intentos en tal sentido realizados por C. Morazé y, sobre
valecen). Entonces el individualismo anglosajón se injertó en el tronco lati- todo, por R. Morse [469] al referirse a Sao Paulo. En México se tiende a
no para proclamar las virtudes de la libertad económica, afirmar la primacía considerar a los "científicos" como gente ligada a grupos financieros y a in-
de la iniciativa individual y exaltar al hombre de empresa, esto es, a una tereses extranjeros -lo cual es exacto-, pero sin conocer cuál fue su autén-
versión del self-made mano Ahora bien, en México, el temor al poderoso veci- tico papel en aquel primer despegue industrial verdaderamente notable. Desde
no del norte, ¿acaso no contribuyó a mantener vínculos muy estrechos, ese punto de vista, acaso recuerden, con anticipación de tres cuartos de si-
afectivos e intelectuales con la Europa latina? A propósito de la naturaleza glo, a nuestros tecnócratas y a los "desarrollistas", para quienes el creci-
exacta de esos vínculos sería interesante conocer la imagen de Francia a través mientos económico constituye una prioridad absoluta, ya que debe resolver
de América Latina. todos los problemas.
Desde el punto de vista del pensamiento, esta doble filiación es bastante
conocida en lo referente a México pero bastante menos en el caso de otros
países. En Uruguay y Argentina, la influencia de Spencer y Darwin parece 14 Véase A. Ardao (656, etc.); L. Zea (1965), t. n, pp. 100 Y ss. El argentino Juan Agustín
García (1862-1923) escribe: "Comte hizo de Brasil un país admirable al darle como lema
'Orden y Progreso'. Spencer, por el contrario, hizo del nuestro un país inculto y desdichado"
13 Citado por F. Chevalier [784], p. 61. (p. 102).
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PODER DE LAS IDEAS Y SOCIABILIDADES. EDUCACIÓN 397
¿Puede hablarse de positivismo en Brasil, en la acepción intelectual del
de los gobiernos de América Latina han sido dictaduras o Estados autoritarios
término, en lo referente a las élites paulistas que orientaron a su ciudad
que habitualmente se consideran a sí mismos de Orden y Progreso y que a
hacia actividades industriales? Lins [465] habla poco del tema, y lo dudaría-
menudo, a pesar de sus abusos de poder, han sido aceptados como tales.
mos cuando se lee el libro, muy importante, de W. Dean [501], pero que sólo
El caso más célebre es el de Brasil, que en 1889 pasó del Imperio a la Repú-
se refiere a los aspectos económicos del problema. La ciudad de Sao Paulo , blica, y cuya bandera ostenta desde entonces la divisa comtiana Ordem e Pro-
sin embargo, parecía "más intelectual" que Río en el siglo XIX; pero, aun así:
gresso. A propósito del Estado-nación brasileño volveremos a hablar de esa
en 1909 el escritor francés Pierre Denis [502] juzgaba que Sao Paulo, a di-
época, bien conocida en cuanto a los acontecimientos, pero menos desde un
ferencia de Río, se inclinaba menos a la literatura y a la elocuencia, y "se
punto de vista sociopolítico. Ya se rendía honores a cierto cientificismo libe-
apasionaba por las cuestiones económicas",ls actitud frecuente, quizá habi-
ral en tiempos del emperador Pedro 11,quien, por ejemplo, en 1865 se negó
tual, en los hombres de Orden y progreso. Para poder responder a esta cues-
a publicar una encíclica papal contra la masonería. Durante los años siguien-
tión, habría que conocer mejor a los grandes ingenieros, a los hombres de
tes, el positivismo comenzó a difundirse en las élites del saber en Río, espe-
negocios, a los plantadores brasileños a partir del último tercio del siglo XIX,
cialmente en el ejército, en Sao Paulo, ciudad que pronto se convirtió en
estudiar la prensa y las publicaciones paulistas para percibir las ideas que
"líder" del café y comenzó a industrializarse, y posteriormente en Río Grande
invocaban y difundían, mediante técnicas muy apropiadas.
do Sul, donde hizo rápidos progresos. Todos ellos mostraban tendencias re-
En todo caso, el ejército sí es positivista. Seguro de sí mismo después de
publicanas y abolicionistas opuestas a la esclavitud (que predominaba sobre
vencer a Paraguay, nutrido, al parecer, en las doctrinas de Augusto Comte,
todo en el norte colonial).
da pruebas de una "fe politécnica" en la ciencia y en el poder de la técnica.
Los jóvenes del Colegio Militar, apasionados por la modernidad científica
Cuenta, además, con el Sur, tierra de progreso, y establece la República en
y técnica, tomaron en 1889 la iniciativa de instaurar una república positivis-
1889 (tema que volveremos a tratar).
ta junto con su profesor "Benjamin Constant Botelho de Magalhaes" y los
Un gran conocedor de Sao Paulo y de Brasil, P. Monbeig, asegura que el
jefes del ejército. A continuación abdicó Pedro 11. A su vez, una asociación
positivismo aún no concluye su carrera en ese país, y que propietarios, mili-
positivista brasileña recomendaba en una circular que la nueva Constitu-
tares e industriales, continúan invocándolo. Lins [465] demuestra el aserto,
ción aunara el principio de la "dictadura republicana dentro de la más comple-
al menos en lo que le atañe, pues para este adepto de Comte "el positivismo
ta libertad espiritual" a la "perpetuidad de la función dictatorial", moderada
continúa": las ideas del filósofo francés serán todavía en la educación brasi-
por una asamblea única elegida y cuya sola función consistiría en votar im-
leña y en los demás terrenos una fuente esencial de inspiración.
puestos y determinar egresos"? Esto no se puso en práctica, pero la Consti-
tución de 1891, inspirada en Augusto Comte y en la Constitución de Estados
Unidos, creó un fuerte poder ejecutivo (¡más fuerte que durante el Imperio!)
La política; los autoritarios de "Orden y Progreso"
que ejercieron como verdaderos dictadores dos generales, Deodoro da Fon-
seca y, después, Floriano Peixoto. Sin embargo, los militares se apartaron en
Augusto Comte deseaba un poder fuerte, capaz de conservar la cohesión
1894-1898 y entregaron el poder a los civiles, pero sin dejar de actuar como
social en el difícil paso del estado metafísico al estado positivo. Creía que la
vigilantes del terreno político, esto es, como continuadores "del poder modera-
revolución era contraria a las leyes de la "física social" Así, uno de sus ar-
dor" que antes ejercía el emperador (véase el cap. XII). Se instauró un régimen
dientes seguidores proclamó en Caracas: "¡Que en América el orden ya no
autoritario pero bastante respetuoso de las formas, con apoyo en las ciuda-
sea retrógrado, que el progreso ya no sea revolucionario!"16 En todo caso, el
des y en las tierras de Progreso de la región centro-meridional, combinando
14 de julio era en Brasil una de las fiestas nacionales establecidas por la
el nuevo Orden en la conducción de los asuntos con los viejos "coronelismos"
nueva república positivista.
locales, (modalidad brasileña del caciquismo-caudillismo). Por otro lado, en
Habría que conocer mejor (no obstante los pasos dados en este sentido)
un principio las intervenciones militares fueron más o menos discretas.
los aspectos políticos del positivismo sui generis del Nuevo Mundo, que
No obstante, más tarde la llegada al poder de Getulio Vargas en 1930 y la
recubren o inspiran directamente los caudillismos ibéricos. Es un hecho
instauración en 1937 de su Estado Novo tecnocrático y dictatorial estuvieron
que durante medio siglo, desde el último tercio del siglo XIX, la mayor parte
estrechamente vinculados a dos intervenciones del ejército y al "positivismo
15 Citado por R. Morse [469] Y HAllR. 1954. pp. 430-431: uno de los pocos estudios que
militar", según la expresión de Ch. Morazé.18 Ahora bien, ¿es éste uno de los
aborda la "relation of intel1ectual to economic and social phenomene" (Siio Paulo). Consúltese
también St. Stein. HAHR, 1960. pp. 272.273 Y otros citados en p. 392. n. 12. 17¡bid .• p. 65. según documentos publicados por Zea [806].
16 Rafael Villavicencio. citado por F. Chevalier [784]. p. 61. 18La aproximación que hace Morazé no la acepta J. D. Wirth (véase Griffin-Warren. A Cuide ...•
núm. 6617). Se encuentra en Lins ([465] p. 187) Y Sto Stein (1964) al parecer no la excluye.
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efectos del poder moderador reivindicado por el ejército, que restablece o tica. Yrigoyen y su partido reprobaron el positivismo de ese gobierno. José
"mantiene el orden", y garantiza "el progreso, de conformidad con el lema Ingenieros, por su parte, en su Sociología argentina (1918), título tomado de
nacional"?, pregunta A.Rouquié"([800], p. 340). Vargas fue un modernizador Comte, evolucionó hacia el socialismo.
un gran constructor de presas y de los altos hornos de Volta Redonda. En l~ En cuanto a América Central, sería interesante estudiar, desde un punto
línea positivista, con el posterior relevo por los Estados Unidos, se descubre de vista político, una serie de dictaduras que, por cuanto puede verse, han
sin duda en los militares brasileños y sus amigos "desarrollistas" ese mismo querido mantener vigente el lema Orden y Progreso. La semántica histórica
gusto, tan evidente hasta nuestros días, por la modernización tecnocrática y y el análisis de contenido aplicado a la acción, a los discursos y escritos
autoritaria. . oficiales ayudarían a poner las cosas en claro. Recordemos, en Guatemala, a
Junto con Brasil, México es el otro país donde el positivismo ha desempe- Rufino Barrios (1873-1885), cuya constitución liberal-positivista de 1879
ñado un papel político de verdadera importancia, en especial durante la lar- continuó vigente hasta 1945. (Barrios tuvo problemas con la Iglesia.) Des-
ga dictadura de Porfirio Díaz (1876-1911). "Don Porfirio" ciertamente no era pués vino Estrada Cabrera (1898-1920). Más tarde, el general Ubico, hasta
doctrinario, pero desde 1867 la enseñanza superior estuvo influenciada por cierto punto parecido a los anteriores. En Nicaragua, Santos Zelaya (1893-
un antiguo alumno de Comte, Gabino Barreda (fundador de la Preparato- 1910)... En todos estos dictadores se mezclan en forma singular el espíritu
ria), y las nuevas generaciones de actores políticos se nutrieron de positivis- progresista o innovador, el ideal masónico (a menudo en dificultades con la
mo. Cabe subrayar que Barreda añadió una palabra al lema de su maestro: Iglesia), también -quizá sobre todo- el caudillismo, a veces marcado por
"Libertad, Orden y Progreso". los peores excesos del poder personal. Más al sur, en Colombia, el
,~
e Sobre todo a partir de 1892, los "científicos" o tecnócratas positivistas presidente-caudillo Rafael Reyes (1904-1909), admirador de Díaz y de los
,•
I adquirieron gran influencia en el gobierno, aliado del ministro de Hacienda,
Limantour (hijo de francés), y de la Unión Liberal. Admiradores de los
"científicos"; promotor de la industria, era, curiosamente, de filiación con-
servadora .
~ anglosajones, pero habitualmente de formación cultural francesa, constitu- Un caso muy claro de positivismo político es el de Venezuela (ya mejor
~ yeron en la ciudad de México un grupo aparte, minoritario pero joven y muy conocido desde hace pOCO),20 anterior incluso al de México y al de Brasil, en
.'1: la época del general Guzmán Blanco, que se convirtió en presidente de la
activo en México y en la escena internacional, rival opuesto al general Reyes
~ y a los grandes notables de provincia, de más edad, que continuaban siendo República en 1870. Este "caudillo civilizado", admirador de Augusto Comte,
l'
liberales de tipo clásico. Para los "científicos", la libertad nacía del progreso, ejerció una verdadera dictadura positivista, no ajena a numerosos abusos de
~
pero no el progreso de la libertad. Desde 1892 y hasta la Revolución de 1911, poder hasta 1888, año en que fue derrocado durante una de sus habituales
f• estadías en Francia. Guzmán Blanco creó en la Universidad de Caracas una
la política, la economía y la legislación mexicanas llevaron el sello de los
"científicos". Sin embargo, algunos positivistas censuraban la "ficción libe- cátedra de historia mundial, cuyo titular, Villavicencio (ferviente positivista
ral" que representaba el Estado mexicano de Porfirio Díaz, entre ellos el desde 1866), quería suprimir divisiones que separaban la historia de Vene-
notable sociólogo y polemista Bulnes (1847-1924), en un discurso pronun- zuela de la del resto del mundo, pues "indudablemente no constituye un
ciado en 1904. A su vez, Francisco 1. Madero, liberal, futuro iniciador de la hecho aislado, sino un hecho unido a la historia general de la humanidad,
Revolución, censuraba en 1908 el escepticismo, el cientificismo utilitario y una escena de un drama grandioso ... parte integrante de la historia del uni-
la carencia de virtudes morales que, en términos generales, aportó la ense- verso". Guzmán Blanco también patrocinó el Instituto de Ciencias Sociales
ñanza positivista. 19 Si bien la fracción revolucionaria triunfante, la que de- (1877), asimismo presidido por Villavicencio, y en 1882, una Sociedad de
rrocó a Díaz, desechó esa enseñanza, cierto positivismo no ha perdido toda Amigos del Saber, estimulada por jóvenes positivistas que más tarde adqui-
su influencia en México. rieron fama, José Gil Fortoul y Lisandro Alvarado.
En Argentina el positivismo mostraba un rostro diferente. Sin embargo, Quizá también podría evaluarse el papel que desempeñó el cientificismo
desde 1880, por ejemplo, la presidencia del general Roca ("Paz y Adminis- de Guzmán Blanco en sus realizaciones prácticas en Venezuela, mediante el
tración") tuvo características que compartía con otros positivismos: laicis- método que Wilkie aplicó en México [250]. Pero baste en estas páginas con
mo, escuelas normales ... y, sobre todo, un Estado autoritario. Este tipo de entresacar algunas expresiones frecuentes en los discursos del caudillo. En
gobierno, dirigido por el impulso económico y perpetuado por otros maes- una "república práctica", dijo el2 de mayo de 1873, como la que él dirigía,
tros, pronto fue tildado por los radicales de auténtica ficción liberal-democrá- debe reinar "el orden, el progreso moral y material" (28 de septiembre de
20 Véase E Chevalier [784], N. Harwich ValIenilIa (HAHR. 1990?). Con referencias bibliográ-
19Véase especialmente E-X. Guerra [912],1, pp. 341-358, etc. Véase también, en general, ficas, entre ellas. J. Yepes y documentos publicados por Zea [806]. Otros trabajos recientes o
L. Manigat [19], cap. III. en preparación.
- I

PODER DE LAS IDEAS Y SOCIABILIDADES. EDUCACIÓN 401


400 CULTURA, VALORES. COMPORTAMIENTOS
zá llegan a ser reveladores de mentalidades y estructuras unitarias. José
1873). Exalta las virtudes del ferrocarril, de la navegación y del telégrafo
Vasconcelos, mexicano (1881-1959), probablemente proporciona la mejor
(5 de julio de 1874); y, al inaugurar un camino (22 de febrero de 1876), ensal-
zó la educación popular. Ese mismo día habló de la "Revolución", encabeza- explicación cuando escribe:
da por él mismo, con base en "la libertad práctica, el orden verdadero. fuen-
... "mentalidad latina. mentalidad castellana particularmente, quiere decir... necesi-
tes del progreso y del desarrollo material del país, junto con la instrucción
dad de sistema y de síntesis. Somos una raza que no puede atenerse al concepto par-
pública ..... Dos meses después inauguró un suntuoso templo masónico (que ticular... Somos dogmáticos.Asíse explicaque cuando llegóa faltamos el absolutis-
aún existe y es prueba de un poder que convendría estudiar en todo el conti- mo católico. caímos en las generalidadesdeljacobinismo.... y como no abarcaba lo
nente latinoamericano). Por último, sin sombra de vacilación, develó su pro- absoluto... nos detuvimoslargo tiempo en el absolutismo de la ciencia,bajo algunas
pia estatua, en su calidad de "¡emanación del pueblo!"21 de sus formas más ambiciosas y válidas.Asíme explicoel paso del naturalismo va-
Es aún más sorprendente que medio siglo después se retome la idea y la go de los reformadores al rigorismo científicode los positivistas comtianos"...
aplique a las dictaduras de Orden y Progreso el positivista venezolano
Vallenilla Lanz en su Cesarismo democrático. Ahora bien, este autor escribía De esta forma -continúa Vasconcelos-. después del "antiguo tomismo
en la época del dictador Vicente Gómez (1908-1935), a quien resulta fácil escolástico ... vivimos el periodo científico que aplica sus preceptos a la polí-
aproximar al positivismo político, ya que los más famosos escritores tica". México se convirtió en uno de los tres grandes centros "de doctrinarismo
positivistas venezolanos formaron parte del gobierno de Gómez como mi- comtiano en América Latina".24
nistros o altos funcionarios: además de Vallenilla, J. Gil Fortoul, P. M. Arcaya, ¿No se encuentra en lo anterior una herencia latina ligada al derecho ro-
41 I
, ,1 1
Guinan, entre otros. Paralelamente, economistas e historiadores, incluso "de mano conceptual y abstracto, normativo, imperial; no se perciben orígenes
III
II1
izquierda" -como nuestro amigo mexicano M. Germán Parra-, piensan católicos romanos, quizá vínculos con el despotismo ilustrado, o con el ab-
II que Porfirio Díaz, por ejemplo, desempeñó un papel histórico comparable al solutismo de los Borbones de España, de Francia y de Nápoles?
" de la monarquía absoluta en Europa, cuando sometió a su mando los pode-
111
I!' res locales y cuando rompió en el país las tendencias centrífugas.22
1: En una perspectiva muy diferente de la del "neoconservadurismo" de los EL ANARQUISMO. DE LOS SOCIALISMOS
"científicos" mexicanos, esta interpretación actual de la historia, ¿acaso no A LOS POPULISMOS: EL MARXISMO
l! incorpora a posteriori la idea de uno de ellos, F. G. Cosme, que en 1878 preco-
1;
nizó o justificó el ensayo de "un poco de tiranía honrada" en México? (Romanell Mientras que por un lado el positivismo latinoamericano tenía por objetivo
1" , 1
1
[159], p. 64). Sin duda se encontraría -entre otras cosas- una prolongación la eliminación de fuerzas centrífugas o "la destrucción de la anarquía", se-
de esta política en la "democracia restringida" o en la tecnocracia y el gún la expresión de Gabino Barreda, primer discípulo mexicano de Comte,por
desarrollismo (fe en el desarrollo para resolver todos los problemas) que inspi- el otro no dejaba de presentar ciertos rasgos comunes con el pensamiento
ran en mayor o menor grado a numerosos gobiernos del Nuevo y el Viejo marxista. por lo menos al nivel teórico: el papel fundamental de la economía
Continente. Ahora bien, con su cientificismo, sus intereses particulares y sus y la necesidad de un gobierno fuerte para quebrantar las resistencias al pro-
fríos cálculos, ciertas oligarquías y ciertos autócratas latinoamericanos parti- greso, el racionalismo opuesto a las filosofías metafísicas. la reserva ante la
darios de Orden y Progreso quizás han olvidado que Augusto Comte también Iglesia (que acaba por convertirse en condescendencia o indiferencia). Una
incluyó en su lema el Amor a los hombres y a la humanidad.23 visión sociológica de la historia (diferente de la historia erróneamente califi-
En suma, muchas cuestiones y muchos problemas quedan por resolver y cada de "positivista" en Europa). la desconfianza ante ellegalismo, etc., cier-
por precisar, tanto en países considerados individualmente como vistos en tamente han creado un terreno propicio para las ideas de Marx en las esferas
conjunto. Por encima de las especificaciones nacionales de este positivismo intelectuales y en las universidades de América Latina. Entre las élites po-
latinoamericano, su éxito tan difundido por todo el continente, los ecos pro- sitivistas, una de las diferencias se hallaba en la exaltación de los valores in-
fundos que ahí encuentra y su dinámica propia superan lo coyuntural y qui- dividuales, según Spencer, y en la desconfianza volteriana ante el "pueblo". En
la práctica se reprimía, a menudo con violencia, todo movimiento socialista
21 Resumen por F. Chevalier de los Discursos. 1870-1882. Caracas, pp. 18. 22. 42. 71. 75. En
o subversivo.
p. 71: "con la libertad práctica. con el orden verdadero. fuentes del progreso y desenvolvimien-
to material del país. con la instrucción pública ..... En América Latina los orígenes, enfoques, difusión y variaciones del anar-
22 Mesa redonda inédita del Instituto Francés de México. en 1960. quismo, los socialismos y el marxismo plantean muy amplios problemas so-
23 "El amor como principio, el orden como base y el progreso como meta". pasó a ser en
1853 "el Amorcomo principio y el Orden como base. el Progreso como meta". Véase J. Chevalier. 24 José Vasconcelos, Obras ... [247]. t. n. pp. 1223-1224.
Histoire de la pensée. t. IV. p. 317.

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