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(IDEAS PRINCIPALES)
Esta obra nos habla sobre una reflexión personal de impresionante rigor
sobre el estatuto material y las funciones de las obras de arte, analizándolas
según sus modos de existencia. Nos proponen así los conceptos de
inmanencia y transcendencia a partir de la división de Nelson Goodman
entre el régimen autográfico, en el que la obra de arte posee un soporte
material y el alográfico, en el que el soporte de la obra de arte es ideal,
Según los planteamientos del arte conceptual, las obras de arte no tienen
sólo un modo de existencia objetual y la experiencia estética puede darse
más allá de la materia, porque experiencias y obras pueden “encarnarse” en
varios objetos o porque su recepción puede entenderse más allá de la
presencia de los objetos. Por ejemplo, cualquier botellero puede
ejemplificar el gesto duchampiano, pero lo relevante es el gesto en sí. El
botellero no es un objeto artístico, sino una propuesta estética, ya que el
artista lo despoja de su sentido instrumental.
De este modo, el arte conceptual trata de mantener la experiencia estética
sin que medie en ella la elaboración artística, el valor plástico de los
objetos. Un paso más allá sería la mera proposición por escrito de
contemplar un porta botellas sin mostrarlo.
Compartir el acto de mirar resulta una forma de alcanzar un fundamento y
de tratar de proyectar en el público una experiencia similar a la primigenia,
con la menor interposición posible de condicionantes que puedan desviar
ese dato experiencial a territorios diferentes, como las tradiciones en la
representación.
La inmanencia y trascendencia
Como los dos grandes y posibles modos del ser de la obra, como dos claros
monismos maniqueístas. La definición encierra dos momentos. En primer
lugar, la obra de arte es un artefacto, es decir, un objeto producido por el
hombre que, como tal tiene un fin, intención, o función. En segundo lugar,
es precisamente este fin el que hace que un determinado artefacto se
constituya en obra de arte, a saber, su función estética. Esta definición de la
obra de arte es también la que lo lleva a considerar al arte en general como
una práctica social. Son conjunto de estas prácticas las que rigen el estatuto
de una obra, es decir, las que le asignan la función específica que
determinada que un artefacto se presente como obra de arte.