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TERCER PARCIAL DE PSICOPATOLOGÍA 2021

CASO CLÍNICO:

Mónica tiene 23 años. Consulta porque hace un tiempo que no se siente bien. Refiere que le está
costando mucho sostener sus estudios. En el último tiempo, se queda dormida y no va a cursar, le
cuesta leer, no puede concentrarse para estudiar, etc. Dice que se siente desanimada, como si nada
le interesara realmente: “solo quiero dormir y comer porquerías”. Con respecto a esto, refiere que
suele darse atracones de comida que le causan problemas estomacales. Se compra snacks,
golosinas, gaseosas. “Como y termino descompuesta, sintiéndome muy mal”. Esto le ha
ocasionado una serie de episodios de gastritis en los últimos meses. Por esta razón ha realizado
una consulta médica, en la que le indicaron una dieta muy estricta porque, según dice: “hay cosas

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que me caen mal”. Si bien esto le sucede desde hace tiempo, se ha intensificado más hace algunos
meses. Refiere que siente ganas de llorar, “como si todo estuviera mal, aunque no pase nada. No
puedo disfrutar de las cosas, aunque sean cosas que me gustan”. Por otra parte, se queja de sufrir
dolores de cabeza constantes. Y agrega respecto a esto: “lo mismo les pasa a todas las mujeres de
mi familia, mi mamá, mi tía…”. Mónica vive sola. Su mamá, con quien vivió siempre, se mudó
hace un año a una ciudad del interior para vivir con su actual pareja. Los padres de Mónica se

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separaron cuando ella era bastante chica y su papá se trasladó a vivir a un pueblo del interior
desde hace muchos años. Sobre su padre afirma: “él siempre me dice que está ocupado trabajando,
pero nunca tiene un mango”. “Para tener alguna relación con él soy yo quien tiene que llamarlo,
viajar, etc. Él nunca puede nada”, “siento que no le interesa”. Refiere, además, que desde que él
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está en pareja la distancia entre ellos se intensificó. Un tiempo antes de la consulta Mónica se
enteró que su padre tenía planes de casarse próximamente. Mónica recuerda que la última vez que
ella viajó para visitarlo, él le dijo que como ya era grande dejaría de ayudarla económicamente.
Mónica dice que en ocasiones ha querido hablar con su papá: “no le puedo hablar, siento que si
dijera algo todavía sería peor. Las veces que me animé a decirle alguna cosa él se molestó. A él
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todo le cae mal. Entonces me trago la bronca porque así al menos hablamos cada tanto”. Luego
agrega que su padre siempre se comportó de la misma manera con respecto a ella. Comparte
recuerdos de la infancia, de situaciones familiares en las que su hermana mayor siempre captaba
la mirada de su padre, y en cambio ella pasaba totalmente desapercibida. “En la cena, mi hermana
contando alguna cosa que a él le resultaba interesante, yo comiendo en silencio. A mí ni me
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miraba, ni me preguntaba algo”. “Siempre me siento en menos, me comparo y soy peor”.


Recuerda otras escenas con su padre, cuando su hermana no estaba y en las cuales ambos comían
en silencio. Ella se recuerda a sí misma con bronca, pensando que para él “ella era invisible”.
Mónica está en pareja desde la adolescencia. También en este aspecto afirma tener dificultades.


Comenta que con su novio “se la pasan peleando”. Dice que cuando discuten él no la escucha,
pero que no quiere dejar de estar con él. Comenta que tiene un grupo de amigas con quienes a
veces sale los fines de semana. Esto suele generar discusiones con su novio. Él le reprocha porque
cuando sale con sus amigas toma de más y “descontrola”. Sobre esta cuestión Mónica dirá que él
no está tan equivocado, ya que en esas salidas suele “comerse” a algún pibe. Sobre esto señala
que no son situaciones que le den especial satisfacción, ni siquiera sabe si realmente esos pibes le
gustan, sino que, más bien, cree que lo que busca en realidad es constatar si genera deseo en otros
hombres, si la miran. Luego siente “culpa por haberle hecho eso” a su novio a quien dice querer:
“Él me gusta y la paso bien con él, no sé por qué me manejo de esta forma”. Al mismo tiempo,
comenta que ella cela a su novio de forma casi permanente. Está pendiente de ver si él pone su
mirada en otras mujeres. Dice que está atenta especialmente a si R. le envía algún mensaje a su
novio. R había sido amiga de él en la adolescencia y actualmente volvieron a encontrarse. Mónica
refiere que R. es muy linda, que tiene mejor cuerpo que ella, que siempre se la ve espléndida.

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Mónica relata una salida con amigos de su novio en la que también estaba R: “ella dice cualquier
cosa y resulta interesante, todos la miran cuando habla”. Mónica refiere sentir angustia
imaginando que su novio podría preferir estar con R. o con otras mujeres. Confiesa que está
pendiente y dedica mucho tiempo a ver a quiénes mira él en las redes sociales, con quiénes chatea,
las fotos de sus contactos, etc. Mónica agrega: “es que no entiendo por qué está conmigo, si podría
estar con ella, que es más linda”. Dice que ella no es llamativa, que no tiene curvas, la incomoda
su delgadez, pero también se compara con R. en relación a su carácter: “ella es más desenvuelta
y más seductora, es muy divertida”. “Al lado de ella yo paso desapercibida”.

PREGUNTAS:

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1. Freud afirma que los síntomas neuróticos son “la práctica sexual de los enfermos”. Explique
esta afirmación, articulándola con el papel que Freud le atribuye a las fantasías y las
identificaciones. Ejemplifique con el caso Dora y el caso Mónica.

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2. Desarrolle la relación que propone Lacan entre histeria y feminidad en sus elaboraciones del
Seminario 3 y del Seminario 20. Ejemplifique con el caso Dora y el caso Mónica.
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3. Elija responder una (sólo una) de estas dos preguntas (debe indicar claramente cuál elige, 3a ó
3b):

3. a. Desarrolle y compare las formas neuróticas del deseo en la histeria y la neurosis obsesiva
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según Lacan. ¿Cómo aborda esas formas del deseo como modos de goce? Ejemplifique con los
casos de Dora, el Hombre de las Ratas y Mónica.

3.b. ¿De qué manera entienden Freud y Lacan la constitución de una fobia y su relación con la
angustia? Ejemplifique con el caso de Juanito.
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CASO CLÍNICO:

Alonso, un hombre de 32 años, consulta a raíz de unos celos patológicos. Este era su síntoma y


habiendo ya malogrado una relación de pareja por este motivo, temía que esto pudiera volver a
ocurrirle con su novia de entonces, algo que en efecto sucedió meses después. Estudió
criminología y es investigador privado. La imagen de sí mismo que ofrece a los demás es la de
un hombre enérgico, valiente, bueno y gentil. Aunque en su fuero interno él sabe que es egoísta
y que busca conquistar a los otros para afirmar su yo. Alonso es un hombre de aguda inteligencia;
es un apasionado de su carrera. “Soy un investigador nato -hace una pausa y continúa- debe ser
por eso que reviso todo el tiempo el celular de mi novia, su cartera, su ropa… nunca lo había
pensado así”. Efectivamente, Alonso no dejaba pasar oportunidad de inspeccionar obsesivamente
los objetos de su pareja, a la búsqueda de algún signo que confirme sus sospechas. Cuenta que su
padre, fallecido unos años atrás, tenía una gran vocación social y participaba en diversas ONG;
pero se mostraba al mismo tiempo como un tipo autoritario y controlador en el seno de su familia,
hostigando a su mujer con sus celos. Alonso afirma haber empezado a conocer a su madre,
después de la muerte del padre, ya que ella quedaba eclipsada tras la dominante figura paterna.

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Cuando le pregunto si recuerda cuando fue la primera vez que experimentó celos, recuerda una
escena de su infancia: su madre se había ausentado unos días para asistir a un familiar enfermo,
y él estando en su casa creyó oír en la habitación contigua a la suya, a su padre forcejeando para
besar a una empleada doméstica. Su hermano lo persuadió de que no se lo contara a su madre, y
él siempre guardó ese secreto con rencor hacia su padre. Cuenta que su padre lo prefería por su
parecido con su propio padre (es decir su abuelo paterno). Menciona al pasar que su padre fue el
hijo ilegítimo de este abuelo -un hombre muy poderoso- con su empleada. Intervengo señalando
“¿su abuelo también con una empleada?”. Se percata de la repetición y dice “es la primera vez
que reparo en esa coincidencia”. A Alonso su novia lo acusa de misógino y él reconoce padecer
una tremenda contradicción porque quiere que su mujer sea sumisa y saber todo lo que ella hace,
pero a la vez reconoce que le gustan las mujeres con carácter. No soporta en una relación que la

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mujer comience a caer de la idealización, en ese momento siente deseos de vengarse y de cambiar
de mujer. Avanzado el tratamiento, contará una fantasía sexual en la que su novia aparece desnuda
y ante ella otro hombre mayor que él, para concluir teniendo relaciones sexuales con ese hombre.
Esta escena le remite a cuando de niño escuchaba a sus padres teniendo sexo en la habitación de
al lado. Mas adelante dirá que si bien era el preferido del padre, cuando hacían una travesura con
sus hermanos, el padre lo llamaba siempre a él y le pegaba sin preguntarle nada. Dice “yo quería

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ser como él, pero a la vez lo odiaba”. Recuerda una frase de su padre; le decía “te veo como me
he visto, me ves como te verás”. Sobre su novia dice quererla mucho, pero a la vez por momentos
la ve sucia, porque ha estado con otros hombres. A su vez, le inquieta el deseo de maternidad que
ella expresa. Reconoce tener una idea muy tradicional de la familia: “todos juntitos, sin peleas,
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familia numerosa; yo quisiera ser todo para ella y que ella sea todo para mí”. Le pregunto: “¿Todo
para vos? ¿Es eso posible?”. El efecto de esta interpretación precipitó una decisión que venía
fraguándose desde hacía tiempo: la separación de su pareja, algo que le produjo un enorme alivio.
Esto coincide con un periodo del análisis en el que comienza hablar de sus fantasías
homosexuales. A los 14 años recuerda haber tenido un sueño homosexual con un amigo, sueño
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que dejó cierta estela de inquietud, aunque no lo puede recordar. A partir de esto comienzan a
tener relaciones puntuales, sin compromiso, con mujeres. Sustituyendo sin mayor conflicto una
mujer por otra. Ahora se interesa por la serie de mujeres y no busca más una pareja con la que
formar una familia. Ya no experimenta “celos patológicos” aunque prosigue su reflexión sobre
ellos; afirma que los celos en definitiva proyectan la propia infidelidad. Este movimiento se
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acompaña con la aparición de pensamientos sobre su propia muerte, que le dan vértigo.

PREGUNTAS:


1. Explique el complejo paterno del Hombre de las Ratas y el modo en que se entrelaza con los
síntomas descriptos en el historial. ¿Qué estatuto y qué eficacia le otorga Lacan al “mito
individual del neurótico” en el texto que lleva ese nombre? Ejemplifique con el caso Alonso.

2. ¿Cuáles son las identificaciones formadoras de síntomas neuróticos según el planteo de Freud
en “Psicología de las masas y análisis del yo”? Ejemplifique con el caso Dora y el caso de Alonso.

3. Elija responder una (sólo una) de estas dos preguntas (debe indicar claramente cuál elige, 3a ó

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3b):

3. a. Desarrolle la relación entre el síntoma de la duda y el conflicto de ambivalencia en el Hombre


de las Ratas. Articule su respuesta con el concepto de desmezcla pulsional tal como Freud lo
establece en “Inhibición, síntoma y angustia”. ¿Cómo diría que se juega dicho conflicto en el caso
de Alonso?

3.b. ¿Qué valor le otorgaría a la fantasía expresada por Alonso en el caso? Desarrolle articulando
en su respuesta la función de la mirada y la imagen especular en la neurosis obsesiva.

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CASO CLÍNICO:

Pablo tiene 18 años al momento de la consulta en un Centro de Salud Mental. En la primera


entrevista dice que no sabe para qué podría venir al psicólogo. Dice que se lleva mal con su
hermana y comienza a hablar de su padre: “es músico, hippie… ahora está sin trabajo”. Dice que
“cada tanto” consume ácidos y otro tipo de drogas, “me da placer”. Se le pregunta si esto es un
problema, dice que no. El analista señala “eso no es un problema” y se mantiene en silencio. Pablo

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dice que repitió de año tres veces, “eso sí es un problema”, se siente “detenido, paralizado”. Ahora
quiere terminar la secundaria, quiere estudiar música en el conservatorio y “ver qué quiere hacer
en el futuro”. Afirma también que nunca quiso estar de novio, “pero hace un tiempo se me ocurrió
que me gustaría… no sé por qué nunca pude estar de novio”.
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En la siguiente entrevista, Pablo dice “durante la semana no hice nada productivo”. Estuvo
grabando canciones y agrega “no es productivo para mi papá, dice que tengo que estudiar y
trabajar” y comienza a relatar la historia de su padre en relación con la música: su padre hasta los
16 años tocaba en una banda de rock que luego se hizo famosa, “podría haberla pegado” dice
Pablo, “pero mi abuelo no lo dejó y le dijo que tenía que ir a la escuela y trabajar”. Se le señala
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que su padre le dice lo mismo a él. Pablo dice que no se lleva muy bien con su padre, que éste le
dice que no hace nada todo el día, “está sin trabajo, se la pasa mandando a todos… no hace nada
productivo”.

Pablo relata los proyectos laborales de su padre y la posición de su abuelo frente a estos: “mi
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abuelo dice que mi papá no hace nada productivo… me dice a mí que estudie algo útil, que me
haga ser alguien, que de plata”. Afirma haberse quedado “paralizado” en la secundaria; “tengo
que hacer algo productivo”, “me gustaría que mi abuelo me apoye, que me aliente, que esté
orgulloso de mí”.


Pablo comienza a poner en relación la historia de su padre y su abuelo con la suya. “La historia
se repite, bah, tal vez la prehistoria” dice riendo; “mi abuelo le dijo a mi papá que no siga con la
música, ahora mi papá me dice eso a mí”. Relata los distintos fracasos de su padre en el terreno
laboral luego de “abandonar la música”. Describe un intento de suicidio del padre (“es bipolar”
dice Pablo) cuando su madre lo había abandonado y agrega: “cuando mi abuelo se enteró dijo que
mi papá era la vergüenza de la familia”. Su abuelo es situado como una figura “represora” y
“prehistórica”.

En la siguiente sesión Pablo relata un sueño en el que le ofrecen “el buzo” del padre, “como si
fuera una mochila que no me puedo sacar de encima” y donde su abuelo dice que él y su hermana
son “la vergüenza de la familia”.

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Mediante la frase “la historia se repite”, se va desplegando que frente a la misma disyuntiva con
que se encontró su padre, entre seguir la autoridad paterna o el propio deseo, el queda
“paralizado”. Al pasar dirá “me olvidé de decirte, hace unos meses que no consumo ácidos”.

A partir de aquí Pablo relatará sus encuentros con distintas mujeres. Dice que nunca estuvo de
novio porque las chicas con las que salía “o son locas, o son tontas”, significantes que fueron
desplegados y puestos en cuestión en el tratamiento.

Tras un tiempo dice que se siente mejor y relata distintos encuentros con una chica con la cual
luego comenzará una relación. Dice, sobre la escuela, “este año no hay riesgo de repetir… yo
antes le echaba la culpa a los demás, qué tonto”. Luego de una interrupción del tratamiento por
vacaciones, Pablo retomará las entrevistas contento, dirá “me olvidé de decirte, pasé de año”.

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PREGUNTAS:

1. Desarrolle la articulación entre identificación, deuda y duda en la neurosis obsesiva teniendo

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en cuenta los planteos freudianos en el caso del Hombre de las Ratas. ¿Cómo piensa la
identificación con el padre en el caso Pablo? ¿Cuál es la función que cumple la identificación
viril en la histeria?
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2. Comente algún párrafo de la bibliografía de Freud o de Lacan para dar cuenta de los síntomas
de la postergación y la indecisión de la neurosis obsesiva. Ejemplifique con los casos del Hombre
de las Ratas y Pablo.
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3. Elija responder una (sólo una) de estas dos preguntas (debe indicar claramente cuál elige, 3a ó
3b):

3. a. Desarrolle las diferencias entre el deseo en la histeria y la neurosis obsesiva según Lacan.
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Fundamente su respuesta y compare los casos de Dora, el Hombre de las Ratas y Pablo.

3. b. A partir de los desarrollos que Freud realiza en el capítulo IV de “Lo inconsciente” para
abordar el pasaje de la histeria de angustia a la fobia, desarrolle las fases que Lacan propone en
su Seminario 4 referidas a la constitución de la fobia en Juanito.


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CASO CLÍNICO:

Fiona es madre de hijos adolescentes, está divorciada hace 3 años luego de muchos años de
matrimonio, pide una entrevista argumentando que se siente angustiada por diversos motivos
desde hace mucho tiempo. Particularmente se refiere a una idea: teme que le falte el dinero y la
comida, se levanta cada noche y acude a la cocina para abrir las alacenas ante el “miedo de que
falte”. Al indagar desde cuándo la asalta el “que falte” comenta que siempre tuvo miedo a sufrir
pobreza y hambre. No obstante, cuenta que el motivo que la arroja a la consulta fue una situación
particular. Una noche acudía a una cena en casa de sus hermanos y en el momento de evaluar qué
comer constata que no tienen nada en las alacenas ni en la heladera. Esta situación la angustia y
sale a comprar algo de comer, llorando. Luego, relaciona este pensamiento con un período en que

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su padre, antaño un profesional exitoso, cayó en desgracia económica haciendo que el nivel de
vida de toda la familia se resintiera. Nunca les faltó comida, pero desde ahí echó de menos los
lujos que la familia podía permitirse antes de la debacle financiera. Por otro lado, refiere que su
exmarido es el único hombre con el que estuvo sexualmente y eso la atormenta: “Fue mi única
relación y estoy contenta porque me quedaron mis hijos, pero no sé si lo amé”. Su matrimonio
transcurrió en lo que ella define como una “costumbre monótona”. Con su exmarido tiene una
relación cordial, aunque dice que él es como un adolescente: carece de la capacidad de limitar a
sus hijos. Ella tiene que tomar ese rol y queda siempre como “la mala”. Eso es lo que usualmente
la lleva a discusiones con él. Durante el análisis, Fiona se pregunta: ¿cómo sería conocer a alguien
en esta época, con 42 años y dos hijos? Y precisa la angustia que le sobreviene especialmente de
noche: desde hace meses, de noche, se mira al espejo desnuda y llora. Cicatrices, lunares, marcas

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de los embarazos o del paso del tiempo, son las causas actuales de sus crisis de llanto nocturnas.
La insistencia del relato sobre llorar frente al espejo, la lleva a dos recuerdos infantiles. En uno,
de niña a los 4 años, siendo castigada por su padre: él la desnuda frente al espejo y le pega en la
cola mientras ella llora. En el otro, se trata de ella sintiéndose “chiquita”, en comparación con sus
compañeras de colegio y hermanas, por no haber desarrollado todavía su busto. Recuerda, al
respecto, ir en el auto con su padre y que éste se refiriera a ella como “un pibito”. El padre le pasa

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la mano por encima de la remera diciéndole que era un nenito. La cuestión del busto se liga con
dos escenas más. Una referida al padre, otra a una compañera de trabajo. Durante su adolescencia,
una tarde suena el teléfono: era una mujer preguntando por su padre. El llamado se repitió, ella
escuchó discusiones entre los padres: interpretó que el padre fue infiel. Un día se cruza al padre
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con una mujer de abundante busto –comparada con su madre, cuyo cuerpo es parecido al suyo–.
Asocia, luego, que una compañera del trabajo se realizó hace poco una cirugía de aumento de
busto. A ella le envidia su capacidad para desenvolverse en el trato con los hombres. Agrega que,
aunque no quisiera ser como ella, su compañera “la pasa mejor, los tipos la invitan a salir; sale y,
si no le gustan, los descarta”. Inmediatamente, comenta algo que no había revelado: desde hace
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diez años, incluso durante su matrimonio, sostiene un vínculo con una persona a distancia, un
extranjero con quien inició una correspondencia epistolar, luego por mail y por video-llamadas.
Indica que es el único hombre del que podría decir que estuvo enamorada. El analista le señala
que es un “amor sin cuerpo” y, quizás por eso, se le ha hecho sostenible. Ella dice que nunca le
gustó su cuerpo, que siempre se sintió “chiquita, como si faltara algo, quizás amor”. Luego de
FI

estas intervenciones en los últimos meses se ha preguntado sobre la clase de vínculo que desea
tener con los hombres, dándose la oportunidad de conocer algunos sin huir de los encuentros.


PREGUNTAS:

1. ¿Qué relación establece Freud entre la formación de síntomas neuróticos, la fantasía y la


identificación? Ejemplifique con el caso Dora, el Hombre de las Ratas y las “crisis de llanto
nocturnas” y “el miedo de que falte” en el caso Fiona.

2. Explique desde la perspectiva de Lacan las formas neuróticas del deseo en la histeria y la
neurosis obsesiva. ¿Cómo aborda Lacan la forma del deseo en términos de goce para la histeria
en el Seminario 17? Ejemplifique a partir del “amor sin cuerpo” que presenta en el caso Fiona.

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3. Elija responder una (sólo una) de estas dos preguntas (debe indicar claramente cuál elige, 3a o
3b):

3. a. Lacan afirma en el Seminario 3 que “volverse mujer y preguntarse qué es una mujer son dos
cosas esencialmente diferentes”. A partir de esta afirmación explique la formulación de la
neurosis como pregunta no desplegada. Compare el modo en que Dora y Fiona se formulan la
pregunta.

3. b. Ubique el desencadenamiento o el ocasionamiento actual de la neurosis en Dora, el Hombre


de las Ratas y en el caso Fiona. Justifique su respuesta.

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