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Textos: Lacan, J., Seminario 3: capítulo IV: parágrafo 3; cap. V: par. 2. Introducción a los tres
Hola a todos, todas, todes. No digo buenos días, buenas tardes, buenas noches, porque no
sé cuándo ustedes van a estar escuchando este audio. Mi nombre es Florencia Surmani, soy
JTP de la cátedra y hoy tengo el gusto de darles la bienvenida a este ciclo de clases virtuales,
En este primer conjunto temático, los seminarios estarán dedicados a desarrollar nociones
distintos temas que van a servir de base y apoyo a lo que luego iremos trabajando a lo largo
del año. Dado que es una clase oral, obviamente no tengo un pizarrón para mostrarles, es
una clase oral para hacer oída y no puedo contar con el pizarrón, iré señalando algunos
gráficos que luego ustedes tendrán a disposición en un archivo que les mandaremos.
[Archivo]
Para la clase de hoy, tenemos como tema lo simbólico, lo imaginario y lo real, lo que se
Ustedes tienen como bibliografía obligatoria dos capítulos del Seminario 3 : el cap. 4
parágrafo o punto 3 y del capítulo 5 parágrafo o punto 2; yo agregare algunos textos que me
servirán de apoyo para la clase: uno es “Una introducción a los tres registros” que es de
también me voy a servir de algunos seminarios o conferencias de Lacan que no se las voy a
nombrar ahora, se la iré nombrando a medida que las vaya mencionando, que las vaya
Pasemos entonces a los tres registros. Podemos decir que los tres registros recorren toda
la enseñanza de Lacan. Es un trípode, así lo llama Schejtman en el texto que les mencioné, es
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un trípode que sirve de apoyo a sus elaboraciones teóricas. Verán que nos servirán tanto para
En una conferencia titulada “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”, una conferencia que da
Lacan que coincide prácticamente con lo que Lacan sitúa como el comienzo de su enseñanza,
que es llamado “Discurso de Roma”, en esa conferencia “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”,
Lacan plantea que los tres registros son, o que estas tres dimensiones no sólo atañen a la
experiencia analítica, sino que son los registros esenciales de la realidad humana, así lo
Entonces, tanto la experiencia analítica como la realidad humana pueden recortarse con
estos tres registros o con estas tres dimensiones. Vale aclarar que estos tres registros, que
Lacan elabora y plantea a lo largo de su enseñanza, no es lo que suele llamarse “ los tres de
Freud”. No coinciden uno a uno con lo que suele llamarse inconsciente, preconsciente y
Empecemos por lo imaginario. Primero porque por algún punto hay que empezar y
además porque quizás lo imaginario a simple vista pareciera lo más cercano a nuestra
experiencia.
¿Con qué contamos para abordar el registro de lo imaginario?, ¿qué elementos nos
permiten abordarlo? Rápidamente, podemos decir que podría ser el campo de las imágenes,
que no estaría mal pero ahí tendríamos que poder definir a qué llamamos “imágenes”.
que Lacan recurre. El campo de la etología que es la rama de la biología que estudia el
que en los animales se da por la vía del instinto. En la mayoría de los animales, excepto quizás
Tomemos por ejemplo lo que sucede en el comportamiento innato, ese que está
genéticamente preparado y que se desencadena ante una señal, por ejemplo una imagen o
un movimiento sin experiencia previa. Entonces esa imagen que está ligada, que
desencadena el instinto, sobre todo lo hace a todo aquello que supone la supervivencia de la
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especie que se da fundamentalmente en dos campos: en el campo de la alimentación y en el
campo de la reproducción.
¿Cómo sería este instinto que se desencadena mediante una señal sin experiencia previa
por ejemplo en el campo de la alimentación? Hay un pájaro que tiene por ejemplo en su pico
un punto rojo, y en el momento en que los pichones ven ese punto rojo se ponen a picar en
ese punto rojo y ahí es el padre, el pájaro padre lleva a su comida en el buche, en el pico y
una vez que los pichones picotean en ese punto rojo el padre regurgita, saca la comida y ahí
pueden alimentarse.
Entonces ahí nadie les enseña a esos pichones que tienen que picar en ese punto rojo, eso
Pensemos en el campo de la reproducción; por ejemplo, el pavo real macho, que despliega
sus plumas en el cortejo para desencadenar la conducta sexual en la hembra. Bien, por un
lado podemos decir que estos ejemplos muestran la eficacia de lo imaginario en los animales;
podemos ver también o podemos saber digamos, que en ese terreno puede darse la
dimensión del engaño. Por ejemplo, el camuflaje: en la vía de la imagen se puede engañar, o
incluso en una conducta. Parece que los pájaros ponen los huevos y gritan en un lugar; el tero
pone los huevos en un agujero y grita en otro lugar, pero puede engañar poniendo los huevos
en un agujero y gritando en el mismo lugar. Puede haber un engaño al otro, pero el otro
[07:28] Dijimos que estos ejemplos muestran la eficacia que tiene la imagen en los
animales domésticos que ya están atravesados y trastocados por el lenguaje. Vale destacar
que este real animal no es igual al real humano. Pero si volvemos al ejemplo del pavo real, o a
esta idea de que el instinto funciona para la supervivencia de la especie, sobre todo en la
¿Hay en el ser humano patterns, improntas que desencadenen, por ejemplo, la conducta
Pero si queremos ser un poco más prolijos y tomamos la obra de Freud, sobre todo “Tres
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Ensayos” veremos que no hay nada natural en la sexualidad humana, sobre todo porque no
llamar más adelante no hay relación sexual, que quiere decir que no hay proporción sexual,
por ejemplo en este punto donde no hay un objeto determinado innatamente para la
sexualidad, para el ser humano. Esta cuestión que les decía es fundamental, esto de que “no
hay relación sexual” que la vamos a trabajar durante todo el año y sobre todo cuando
sobre todo en esta primera época de la enseñanza de Lacan, no mencioné pero, me voy a
situar sobre todo en lo que se llama la primera enseñanza de Lacan, que es en los años 50, en
sus primeros diez seminarios, más o menos hasta el seminario 10, no solo la relación entre
real e imaginario está atravesada, mediada y trastocada por lo simbólico, sino que lo
simbólico va a ser fundamental, va a ser lo primordial, va a tener primacía sobre los otros dos
Entonces dijimos que un modo de abordar lo imaginario era el campo de las imágenes.
También dijimos que el campo de la etología nos servía, y otro modo de abordar lo imaginario
es en relación con el semejante, en la relación con el otro, con el par. Ahí podemos ubicar la
relación entre el yo y el otro (a-a’); lo que Lacan llama la relación con el otro con
El otro con minúsculas va a ser ese otro semejante y el otro especular que son sinónimos,
se llama especular porque va a estar en juego en esta relación la dimensión del espejo que
ustedes van a trabajar en las siguientes clases, sobre todo en la lógica de la constitución del
Si toman el gráfico 1 que yo les voy a pasar, van a ver ahí esa relación entre el yo y el otro
minúsculas, entre el yo y el semejante, y van a ver que ahí vamos a ubicar una relación
imaginaria, una relación a la imagen del otro. Y esa relación va a ser fundamental porque
su semejante, o que el niño o la niña puedan ver frente al espejo, y esa relación, esa imagen
dimensión, esa relación imaginaria, si bien es fundamental, esa imagen que me devuelve mi
semejante este mediada, sostenida y determinada por otro, un Otro que lo sostenga
Entonces esa imagen que el otro devuelve va a ser fundamental, esa relación imaginaria
entre el yo y el semejante. En esa relación pueden pasar varias cosas: podemos poner ahí
odio, sobre todo, sean imaginarios, tienen una dimensión imaginaria, van a tener una
dimensión simbólica y otra real, pero uno podría decir en esa relación con el semejante
¿Con qué nos encontramos en esa relación imaginaria que es muy importante para la
constitución de la imagen del cuerpo, del yo? Pero que, también encontramos que en esa
relación imaginaria o que toda relación de dos lleva, tarde o temprano, al conflicto.
dimensión del pacto, de la ley. La ley vamos a decir ahora en tanto texto escrito. Entonces,
esa dimensión del pacto y de la ley va a funcionar como una dimensión tercera. Esa posición
tercera va a ser fundamental para mediar esa relación de dos, pero no solo es una relación
Entonces, en ese lugar tercero, en ese lugar del pacto, de la Ley, vamos a ubicar ahí a lo
simbólico. Y si toman el Gráfico 2 que les envío vamos a dar un paso más: No solo vamos a
ubicar lo simbólico en ese lugar tercero, sino que vamos a animarnos a escribir ahí al Otro
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con mayúscula. Tenemos al otro semejante de la relación imaginaria, a mi par, que ahí lo
vamos a escribir con minúscula, y a este Otro simbólico, este Otro que ahora vamos a ver de
qué está hecho, este Otro de ese lugar tercero del pacto de la ley, lo vamos a escribir con
mayúscula.
Lo van a ver anotado con la A mayúscula, porque en francés otro se escribe con a (autre). Y
[14:32] Llegados a este punto, vamos a adentrarnos entonces, ahora sí, en lo simbólico. En
ese lugar tercero, que dijimos que es fundante, podemos ubicar como el hombre, la mujer, el
Antes del nacimiento biológico del sujeto, y aún más diríamos, antes de la concepción del
sujeto, ya hay un discurso, un nombre, palabras que esperan al sujeto. Voy a aclarar ahora
que estoy usando el término sujeto más que nada en el sentido común, en el sentido usual
del término castellano. Después quizás señale cuando lo diga en términos psicoanalíticos.
Conocerán ustedes el estado de inermidad, de invalidez en el que nace el ser humano por
tener que salir por el canal de parto antes de que muchas de las funciones fundamentales
para la supervivencia, de las funciones neurológicas estén maduras. Esa prematuración hace
que el otro de los primeros cuidados, así lo llama Freud en “Interpretación de los sueños”,
auxilia al recién nacido no sólo con los alimentos sino con palabras. O sea que el otro
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auxilia al niño, a la niña allí donde el instinto no alcanza para la supervivencia. Para la
supervivencia, el ser humano necesita de ese otro de los primeros cuidados. Habrán
escuchado del hospitalismo y el marasmo, de esos niños o niñas que son alimentados en los
primeros días, las primeras horas de vida sin que nadie les hable o sin que nadie los aloje
dije que iba a tomar algunas otras referencias aparte la bibliografía obligatoria que ustedes
tenían. Esta es una referencia del Seminario 1, del capítulo 12, la página 237 (no hace falta
que lo tengan, sólo quería mencionarlo porque me parece ahí que Lacan lo ubica bien). Lacan
dice ahí: “Por una necesidad vital el medio del hombre es un medio simbólico”, o sea, por esa
obviamente, es un medio simbólico. Así dice Lacan “ el lenguaje se encuentra adherido a las
primeras experiencias”. O sea que ya en las primeras experiencias el lenguaje está adherido
y es fundamental. Pero como dijimos, no solo en esas primeras experiencias del momento
del nacimiento sino lo simbólico está antes. Antes y en esas primeras experiencias el ser
humano se encuentra bañado del lenguaje, en esas primeras marcas que van a ser
otorgadas por ese Otro con mayúscula, esas primeras marcas que serán fundantes en la
constitución subjetiva.
Podemos pensar esas primeras marcas y podemos tomar como algo paradigmático de
esas primeras marcas, el nombre. En ese mismo capítulo del Seminario 1 que les decía,
Lacan sostiene, en la página 235 que: “un nombre por confuso que sea designa una
humano cuando entra en la relación simbólica”. Entonces, ese nombre designa a una
Entonces, no sólo tenemos la relación imaginaria, sino que también tenemos una
relación simbólica. Esta relación simbólica para Lacan es eterna. Primero, porque está antes
y después de la existencia biológica del ser humano; en el mejor de los casos antes de nacer
hay un nombre esperándolo, y uno podría decir el nombre también puede estar después de
la muerte biológica, por ejemplo en una lápida, en un registro civil. Y esta relación simbólica,
además de ser eterna, como dijimos, introduce un elemento tercero. Lacan va a decir que es
un elemento que sitúa a las dos personas presentes de otro modo, las hace pasar a otro
seres humanos, que podríamos pensar que sería una relación de a dos como dijimos con un
semejante, con otro ser humano digamos, se modifica en el punto donde se introduce este
elemento tercero que es lo simbólico. En la página 236 del Seminario 1, Lacan dice “el solo
hecho de definirme en relación a un señor como su hijo y definirlo a él como mi padre, hay
algo que, por inmaterial que parezca, tiene tanto peso como la generación carnal que nos
une”.
que un ser salga de otro ser, o que un hijo sea un hijo biológico de un padre o de una madre
pero dice “en el punto en que yo me defino como su hijo y él (o hija) y él se define como mi
padre” ahí se produce hay una relación que, aunque sea inmaterial, pesa más que la
generación carnal biológica. Lacan sigue la cita y dice “pesa incluso prácticamente más en el
orden humano pues, incluso antes de hallarme en condiciones de pronunciar las palabras
padre e hijo (o sea cuando soy tan chiquita que ni siquiera puedo decir padre o papá), incluso
antes de hallarme en condiciones de pronunciar las palabras padre e hijo, y aun cuando él
esté tan viejo y ya no pueda pronunciar esas palabras (por ejemplo porque tiene una
demencia y ya no puede hablar tiene alguna afasia y ya no puede hablar o incluso que no
reconoce a sus hijos), todo el sistema humano en torno nuestro nos define ya con todas las
O sea, aún antes de que yo pueda usar la palabra y hablar y decir “padre” y reconocerlo
como padre, y aún después que él ya no pueda hacerlo porque este tan viejo, todo el orden
humano, todo el sistema humano nos define. Nos define como padre e hijo, con todas las
consecuencias que eso tiene en el campo de lo simbólico, con todas sus legalidades, por
Por lo tanto, dicen Lacan, “la dialéctica del yo y el otro semejante es trascendida,
situada en un plano superior por la relación con el Otro (vamos a poner el otro con
mayúscula), por la sola función del lenguaje”. O sea, el hecho de usar el lenguaje de lo
Bien. Entonces voy a destacar esto: lo simbólico es inmaterial, pero aun siendo
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inmaterial es lo que nos funda como sujetos, y aquí voy a usar el sujeto en términos más
acordes al psicoanálisis. Un sujeto que está constituido por esas marcas que vienen
(vamos a llamarlo ahora así), de ese Otro con mayúsculas, ese Otro de lo simbólico, que
produce esas primeras marcas. Ahora bien, ese Otro que dijimos que es simbólico, ese Otro
con mayúscula va a ser necesario que esté encarnado. Y no solo encarnado en el sentido de
que tenga, sea o tenga un cuerpo de carne y hueso, sino además porque esa encarnadura se
Entonces continuó un poquito más. Lacan dice en la página 238, sigo con el mismo capítulo
del Seminario 1: “Todos los seres humanos participan en el universo de los símbolos, están
incluidos en él y lo sufren mucho más de lo que lo constituyen, son mucho más sus soportes
que sus agentes”. De esta cita quisiera destacar dos puntos: Por un lado, que es fundamental,
que Lacan ahí señala que “sufrimos y padecemos lo simbólico”. Como señala más adelante,
y lo van a trabajar en el Seminario 23, Lacan va a decir que “el lenguaje es un cáncer que nos
parasita”. Sabemos lo que es tener ahora un parásito en esta época de pandemia, lo que
implica tener un parásito en el cuerpo, el virus que se mete y parásita nuestro cuerpo.
Pero entonces, sufrimos y padecemos lo simbólico, y eso lleva a otro punto que me
interesa destacar, y que Lacan señala en esa cita que leí que “no somos agentes del
Entonces, no usamos el lenguaje nuestra voluntad, tal como nos enseña un lapsus, un acto
simbólico, sino que lo simbólico habla en nosotros, y que ese mensaje está
estructurado como lenguaje. Ya lo van a ir trabajando así. Actúa como lenguaje, según las
leyes que Jakobson1 aisló, como metonimia y metáfora, no me quiero detener en eso, pero
ahí ubicamos como en el lapsus uno cree que va a decir algo y dice quizás lo opuesto.
Entonces, no somos agentes del lenguaje, no lo constituimos, sino que somos llevados,
En este punto, podemos ubicar en esta cuestión del descubrimiento freudiano, lo que
1 Jakobson, Roman - Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de trastornos afásicos (1956)
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Lacan consideró su retorno a Freud, que no voy a tener mucho tiempo de desarrollarlo, pero
fenómeno clínico. Cuestión (el valor de lo simbólico) que según Lacan había sido dejado de
lado por los autores que siguieron a Freud, a quienes llama los post freudianos.
Continuamos con lo simbólico, nos podemos preguntar ¿de qué está hecho lo simbólico?
vocablos, sino a lo que Lacan va a llamar el acto de la palabra, y lo que va a llamar también
la palabra plena. Me interesa destacar del campo la palabra un punto que es fundamental
para la relación simbólica que venimos planteando, por ejemplo, el acto de nombrar, no sólo
con un nombre de pila sino con lo que Lacan llama el tú eres. En esa relación simbólica, en
esa marca que viene del Otro, no sólo se va a poner un nombre de pila sino lo que Lacan
llama “tú eres”: Tú eres María, tú eres Juan, tú eres la luz de mis ojos, tú eres lo peor que me pasó.
Cada uno portara esas marcas, ese tú eres va a fundar al sujeto del inconsciente, el sujeto
del inconsciente que no es simbólico, sino más bien es un efecto de lo simbólico. Un sujeto
que Lacan va a decir en algún lado, que no sabe ni lo que es ni lo que dice. No hay un ser, no
hay un significante que nombre puramente al sujeto, que lo signifique en su completud. Pero
además no sabe lo que dice porque dice según esas marcas, y el fenómeno inconsciente da
cuenta de eso. Y además podemos decir que ese sujeto del inconsciente no es igual al Yo. Eso
[28:01] Ese tú eres supone también la dimensión del reconocimiento, que Lacan luego va
a criticar bastante a lo largo de su enseñanza, pero vale la pena ubicarlo, porque cuando
Como les dije, no sabemos nada de ese tú eres, salvo por los síntomas: los sueños, los actos
campo de la palabra, también quiero destacar lo que Lacan llama la palabra plena: es la
palabra que hace acto, dice Lacan, una vez dicha no es igual los dos participantes que están
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en juego. Por ejemplo, el acto performativo de jurar: uno se recibe y dice sí juro pasa de ser
performativos del habla, sino que hay palabras que tienen ese peso, que dan cuenta de esas
marcas del sujeto, que vienen del Otro. Pero como les decía, si bien es cierto que lo que va a
Pasemos entonces ahora al lenguaje. Entendemos por lenguaje lo que Saussure formalizó
como el sistema de la lengua, que está compuesto por el signo, que a su vez se conforma por
Repasemos mínimamente las nociones de significante para tener en cuenta lo que vamos a
lo que los demás no son: día se opone a noche, pero se opone a mesa, a buenos días, se
define por oposición y diferencia, además eso quiere decir que por sí solo no significa nada.
significa. Entonces ahí veremos cómo por sí solo no significa nada, siempre se necesitan dos
significantes.
Entonces, eso nos lleva a una dimensión fundamental del significante, tal como lo plantea
cadena significante supone la articulación de los significantes; eso van a escuchar o van a
leer que el significante es al menos dos, el S1 y el S2. Y así en esa articulación significante,
sino que recién en la articulación de, al menos dos significantes, cada vez que se enlaza un
significante con otro se produce el campo del significado, y ahí ubicamos que el significante
tiene una dimensión diacrónica, articulado, y vamos a hablar también de una dimensión
sincrónica.
conjunto del Otro con mayúscula. Ahí tenemos otra definición de ese Otro con mayúscula, no
solo ese lugar tercero, de las marcas, que funda el sujeto del inconsciente, sino también al
Otro con mayúsculas como el lugar del código, el del tesoro de los significantes donde los
importancia de que tenga la inscripción o no de ciertos significantes en ese conjunto del Otro
con mayúscula o el tesoro de los significantes, que coincide un poco con la idea de la lengua
que Saussure tiene tal vez, que habla de un tesoro que no le pertenece a nadie y sin embargo
Con esta definición de significante, podemos encontrar también otra definición de sujeto,
entonces otra vez, ahí ningún significante coincide con el sujeto del inconsciente, sino más
bien que el sujeto es lo que va a estar siempre entre dos significantes. No va a haber nunca
un significante que lo nombre, que lo designe. No tengo tiempo de desarrollarlo acá pero
quería señalarlo.
[32:13] En relación con lo que venía diciendo, agrego algo más, también en la misma línea:
mencione al principio, de 1953 que se llama “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”, que les
mencioné que coincide con lo que Lacan sitúa como el comienzo de su enseñanza que es El
discurso de Roma, en esa conferencia, Lacan señala que esa independencia entre el
importa el significado, vale sólo como significante. Y es una clave que permite pasar o entrar a
algún lado, por ejemplo, por ser vieja tengo el ejemplo de Maxwell Smart, que para entrar a
Kaos [...] o Control, había que decir la clave y se entraba o no se entraba. Tendrán una
experiencia más moderna, más actual que es lo importante de recibir la clave del campus
para poder entrar o no. Todo en estos días depende de tener la clave para entrar. Esa clave
no tiene, no vale como significado, sino como puro significante, y que además permite
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hacerse reconocer en el Otro.
El otro ejemplo que Lacan da es lo que él llama “el lenguaje estúpido del amor”: esos
nombres amorosos que se le dan al partenaire, que pueden tener un significado muy alejado
de lo amoroso y sin embargo funcionar. Él dice algo así como un nombre de legumbre, o de
un animal repugnante, decirle bichita o bichito al ser que se ama, salvo que uno tenga cierta
cuestión de despreciar al otro, en una relación amorosa pueden existir esos nombres, donde
del significante.
Bien, cuando nos ocupamos de lo imaginario, ubicamos que la imagen podía engañar.
No solo en los animales, tenemos las ilusiones ópticas en el campo de lo humano, ya lo van a
trabajar en las clases siguientes; pero también podemos decir la experiencia de Facebook, de
Instagram, de las publicidades, ahí podemos encontrar cómo podemos creer algo que no es.
Sólo se puede mentir cuando hay simbólico, cuando hay significante. Un animal puede
engañar pero no puede mentir. Para mentir, hay que además tener, sobre todo, algo tiene
que afirmarse como verdad. Y para que algo se afirme como verdad, ahí también sólo
la verdad no se equipara a los hechos, no es igual a los hechos. La verdad es como eso se
inscribe mediante lo simbólico. Por ejemplo, si queremos pensar algún ejemplo de esto,
tenemos el truco: uno puede cantar envido (tomo el ejemplo del envido pero puede ser del
truco), uno puede cantar envido teniendo un montón de envido o no teniendo nada; uno
puede mentir diciendo la verdad o puede decir la verdad mintiendo. Pensemos en ese
ejemplo del tero que dijimos. El tero puede poner los huevos en un agujero y gritar en otro,
pero no puede poner los huevos en un agujero y gritar en ese para que el otro piense que ése
no es y es otro. Es como el chiste que Freud hace de “por qué me dices que vas a Cracovia,
para que yo crea… (no me voy a poner a explicar el chiste), pero es esto que les decía: Uno
Entonces quisiera aclarar dos cosas, ya las mencioné pero quisiera resaltarlas: para poder
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mentir, no solo hay que contar con los significantes y lo simbólico, para poder mentir algo se
tiene que afirmar como verdad. En la verdad está en juego lo simbólico, como dijimos no
se trata de los hechos. Es lo que van a trabajar cuando trabajemos neurosis, en el caso del
Hombre de las ratas, Freud le hace una interpretación al hombre de las ratas, diciendo que el
plan matrimonial de casarse con la rica en el lugar de con la pobre, eso, es un mandato que
Lacan dice, esa interpretación es inexacta pero verdadera: inexacta porque en los hechos
no es así, primero porque fue la madre, y además, cuando eso se pronunció el padre ya
estaba muerto. Pero es verdadero porque toca las marcas, la historia de ese sujeto, la
historia que no es el pasado, sino las marcas simbólicas que vienen de ese Otro, porque fue el
mismo padre también quien estuvo en el lugar de tener que elegir entre la rica y la pobre.
Entonces, para mentir algo se tiene que afirmar como verdad y algo tiene que
funcionar como garantía, “Dios no puede jugar a los dados”. Cuando lleguemos al caso
También en esta posibilidad de mentir, por ejemplo en el truco, otra cuestión que quiero
señalar y que está en juego lo simbólico, es que ahí suponemos un otro del cálculo. Y
además hay un interlocutor. Cuando el otro me canta envido, cuando alguien me canta
envido, yo tengo que ponerme a pensar si me lo dijo para que yo piense que es envido, o para
que yo piense que no, y ahí podemos dudar. Y una vez que entramos en esa lógica, estamos
Entonces, hasta acá podemos decir que tanto en lo imaginario como en lo simbólico hay
alteridad, hay un otro. En el otro semejante, tenemos ese otro especular que dijimos, ese
otro imaginario, y en lo simbólico tenemos a ese Otro de las marcas, a ese Otro de la
verdad.
[40:11] Una vez planteado lo imaginario de lo simbólico, ¿qué podemos decir de lo real?
No por nada lo dejé para el final, porque es la parte más compleja de abordar, y también
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Quiero aclarar algo: Si bien es cierto que suele decirse que en la primera enseñanza de
Lacan, el registro de lo real muchas veces no se distingue de la realidad y así salimos del paso,
dijimos que en esa conferencia de 1953, esa conferencia tan temprana sobre “Lo simbólico, lo
imaginario y lo real”, Lacan ahí señala que esos tres registros son dimensiones esenciales de
la realidad humana. O sea que ahí real y realidad no se confunden. Pero además si tomamos
la idea de realidad psíquica en Freud, ahí podemos ubicar como la realidad psíquica es un
constructo, una ficción que supone lo simbólico y lo imaginario y también lo real. Entonces no
Tomemos algunas definiciones que encontramos en los primeros seminarios: una es “lo
real son las cosas tal cual son”, y esa definición viene generalmente ligada a otra que es “lo
que vuelve siempre al mismo lugar”. Para eso a mí me gusta una cita del seminario 2, que
ustedes tampoco tienen en la bibliografía, que no hace falta que la busquen, yo se las leo, [...].
Lacan se ocupa de este punto, de las cosas tal cual son, o lo que vuelve al mismo lugar. Lo
hace cuando se ocupa de los planetas, de las estrellas, que podrían ser algo que nos permita
dar una idea de lo real. Entonces dice, “Las estrellas son reales, íntegramente reales, en
principio en ellas no hay absolutamente nada del orden de una alteridad a ellas mismas, son
pura y simplemente lo que son”. Eso está en la página 357 del Seminario 2.
En este ejemplo de los planetas, de las esferas celestes, de las estrellas, me interesa ubicar
ese punto. Lacan dice están ahí, tienen su existencia, son puramente lo que son, uno podría
decir, tienen su existencia por fuera de lo simbólico, por más que lo simbólico (la Astronomía,
Por ejemplo, en el campo de los planetas, todavía no lo ha modificado, aunque es cierto que
la ciencia cada vez más avanza sobre lo real y puede modificar lo real.
El otro punto que me interesa destacar de esta cita es eso que Lacan llama “[...] ahí no hay
alteridad [..]”. No hay nada del orden de una alteridad a ellas mismas. Son pura y
simplemente lo que son. Acabamos de definir que en el campo de lo humano hay alteridad:
hay alteridad imaginaria y hay alteridad simbólica. Y esa alteridad es fundamental para la
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su imagen corporal, como lo van a ver en el estadio del espejo, sino que, Lacan ahí da un
ejemplo y dice “terminé de dar una clase y me pareció que había sido malísima (lo que me
pasa a mí en este momento). Le pareció que había sido malísima y no estaba contento.
Cuando se me acercan los estudiantes, me dicen que había sido una clase muy buena, que
había sido genial, yo me pongo contento, dice Lacan. ¿Cuando soy yo?, ¿cuando estaba no
contento o cuando estaba contento? Uno podría decir que es, los dos, pero que
ese momento. Pero además dijimos que esa imagen no es solamente lo que devuelve el otro
de la imagen, sino que además está sostenido, determinado por esas marcas que son
En el campo de lo real, no hay nada del orden de la alteridad, dice Lacan ahí. Voy a tomar
un ejemplo estúpido pero quizás sirva: en el momento que sacaron a Plutón del sistema
solar, que lo hayan primero considerado un planeta y después lo hayan sacado del sistema
solar no cambió en nada el funcionamiento de Plutón. Plutón no se puso a pensar por qué lo
cambiaron, por qué no está ahí, qué hizo mal para hacerlo. Efectivamente, su funcionamiento
[45:22] Otra definición de lo real que van a encontrar en el Seminario 3 y que van a trabajar
fuera de la cadena significante”. Algo que aparece como innombrable, si quieren, que va a
van a encontrar como Lacan dice “lo no simbolizable o lo forcluido en lo simbólico retorna en
lo real”.
clínico que da cuenta de esta dimensión. La angustia la podemos tomar como esa revelación
de lo real y sobre todo como lo que no engaña. Habíamos tenido el engaño para el
engaña. Por ejemplo, uno puede dudar de muchas cosas, pero no puede dudar de que están
La angustia se trata de una irrupción de lo real por fuera de toda mediación, de todo velo
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simbólico-imaginario, que anticipa las elaboraciones del objeto a en tanto presencia, donde
se quiebra ese velo imaginario-simbólico, por ejemplo presente en los sueños de angustia
que Lacan elabora en el Seminario 10, aunque hay unos antecedentes de ese objeto a, (pero
Fabián Schejtman que les mencioné, “Una introducción a los tres registros”, ahí él trabaja el
sueño de la inyección de Irma, tal como Lacan lo trabaja en el Seminario 2, y puedan abordar
Otra definición, que aparece un poco más adelante en la obra de Lacan, pero que ustedes
también lo van a trabajar es “lo real como imposible”. Tanto imposible como lo que no
cesa de no inscribirse, que podemos relacionar algo con esto no simbolizable que mencioné.
bibliografía que sí tienen como obligatoria, ese capítulo 4 sobre todo, del Seminario 3, Lacan
señala allí, que al lenguaje también se le puede aplicar la repartición triple de lo simbólico, lo
imaginario y lo real.
Les dije que en lo simbólico uno puede ubicar al lenguaje, pero como les dije, todos los
elementos de las nociones psicoanalíticas pueden ser recortadas por estos tres registros, y
Lacan dice, “si tomamos el lenguaje también tenemos ahí la dimensión, en el lenguaje mismo,
En lo simbólico van a encontrar el significante; Lacan dice que “los lleva a ustedes”, es lo
que mencionamos antes de “no ser agente” de lo simbólico; estamos parasitados por ese
significación, que es producto del significante. Ahí también va a señalar algo que no dije,
respecto a la significación o el significado, que ahora lo podemos usar como sinónimos, que la
neologismo, prototípico del hablar delirante. Van a ver el valor que tiene cuando la
siempre evanescente. Y, por otro lado, acá podríamos ubicar -no está dicho así pero
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podríamos ubicar eso- que en lo imaginario también está el campo de la comprensión, que
es lo que Lacan señala que es justamente lo que no hay que hacer. En la experiencia analítica,
uno puede decir siempre, pero sobre todo en la experiencia analítica, en la escucha analítica,
nunca hay que comprender. Porque cuando uno comprende, eso quiere decir que está en el
Ahí puedo poner, lo que se llama, no la palabra plena sino la palabra vacía. Donde todos
Por ejemplo, cuando uno dice “nos vemos” no estamos pensando en que necesitamos el
órgano de la visión, pero si uno le dice “nos vemos” a alguien no vidente, se escucha ahí la
ruptura, el significante, y nos damos cuenta que el significado lo estábamos usando de una
manera común.
Quizá no sea la definición más lograda para hablar de lo real del lenguaje. Quizá podemos
poner acá “algo de lo que escapa al significante en el decir”. Hay algo en el decir que
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escapa al significante. Que basta con hablar para darse cuenta de eso, pero en la experiencia
del análisis esto se hace más patente, se revela más claramente: que en el acto de decir algo
Por último, ahora sí, quiero señalar que las conceptualizaciones sobre los tres registros se
Como les dije, yo me centré más que nada en los primeros 10 años, en lo que se llama la
primera enseñanza. Así como en lo que se llama su primera enseñanza, en los años 50, lo
simbólico va a tener una prevalencia sobre los otros dos registros, lo imaginario y lo real,
luego no va a ser así. Entonces, en la primera enseñanza Lacan, lo simbólico tiene prevalencia
sobre lo imaginario y lo real. Uno podría decir, Lacan hace pasar toda la obra de Freud por el
retorno a Freud.
Ahora, en su última enseñanza, en los años 70, no hay prevalencia de un registro sobre
otro. Lacan usa el nudo borromeo, o mejor dicho la cadena borromea, donde los tres
registros están encadenados de tal modo que si se suelta uno se sueltan los tres. Esta lógica
clase que tuvimos hoy hicimos un recorrido de los tres registros; irán viendo, verán entonces
a medida que se vayan sucediendo las clases y los temas, que podrán ir aplicando estos tres
registros a los distintos temas: narcisismo con el estadio del espejo, el Edipo. Verán también
que cada cuestión clínica que trabajemos, cada elaboración diagnóstica, usaremos estas tres
dimensiones, estos tres registros y sus interrelaciones. Poder distinguir estas dimensiones,
estos tres registros, y poder ubicar cómo se interrelacionan entre sí en los fenómenos clínicos
Ahora sí. Quiero agradecerles haber llegado hasta acá, eso espero, quizás hace rato
apagaron y se fueron. Pero bueno, para los que llegaron a este momento, quisiera
agradecerles. Les deseo una buena cursada, por ahora en esta modalidad virtual, y que
pronto podamos encontrarnos en cuerpo presente, conmigo o con sus respectivos docentes.
La próxima clase tendrán a Adriana Bugaccof que trabajará el narcisismo. Ahora sí, muchas