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XII.

La inhibición en la degradación
de la vida amorosa en el hombre.“Freezado”.

Nieves: Buenas tardes, vamos a dar comienzo a la clase de hoy.


Les presento a Marcela Mas, ella es psicoanalista, es participante del
ICBA, es docente de la cátedra de psicopatología II de la Facultad
de Psicología de la UBA, y también forma parte de la Institución
“Uno Salud Mental”.

Marcela: Luciano consulta a los veintisiete años refiriendo como mo-


tivo de consulta: ¨ El desborde de horarios y por otro lado la frialdad. Mis
relaciones con la gente son frías y distantes.¨ Luciano es médico, al igual
que su padre y su tío. Al momento de la consulta se encontraba finali-
zando la residencia. Plantea dos niveles de frialdad, uno en el trabajo y
otro con las mujeres.
En lo laboral, entiende que es una pérdida de tiempo dar las explicacio-
nes a los familiares cuando fallece algún paciente. Respecto de las mujeres,
dice perder rápidamente el interés ¨…si pasa algo enseguida.¨ Se compara
con el personaje de “El lado oscuro del corazón” en el punto del descarte de
las mujeres luego de haberse acostado con ellas. Según dice, no puede evitar
sentir la molestia al día siguiente. Esto es, que hagan preguntas o planteos.
Luciano vive con un amigo desde que su padre lo echara de la casa
a causa de una fuerte discusión en la que el padre toma partido por su
actual esposa. Lleva dos años peleado con su padre.
Al preguntarle por su madre, dirá que ésta se suicidó cuando él tenía
cinco años, luego de una ingesta de psicotrópicos. El suicidio de la madre
acontece en el contexto de la separación del matrimonio.
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Se interesa en la muerte de su madre en la época en la que estaba estu-


diando psiquiatría y le pide al padre el certificado de defunción para saber
cuál había sido el diagnóstico de su madre. Esto generó una pelea con su
padre, quien le reprochó que no le creyera cómo había muerto. Comenta
que su padre le prohibió que la llamara mamá después de todo lo que ella
había hecho. También se prohibió todo contacto con la familia materna.
Menciona su interés en especializarse en medicina legal o en emer-
gentología. De la primera dice: ¨Sé que los muertos no me llenarían
como médico, además no quiero aparecer en una zanja. A veces no
conviene decir lo que viste.¨
Al preguntar respecto de la emergentología dice que quiere saber qué
hacer cuando alguien se descompone, y agrega: “Mi mamá se tomó tres-
cientas pastillas y nadie supo qué hacer”. Se sorprende al escucharse.

Respecto de su práctica como médico, se queja de no poder usar los con-


sejos del padre, indicando que éste siempre ha sido un ejemplo a seguir.
Comenta que si él discutía con su hermana, el padre le hacía leer libros
de historia para que comprendiera lo estéril de las peleas. Afirma no haber
dado nunca problemas de niño y recuerda una sola vez en la que llamó al
padre de noche. En esa ocasión se despertó llorando luego de un sueño y su
padre le recomendó que no viera películas de terror.
Al indagar sobre el sueño, dice que cree haberlo soñado varias veces
entre los seis y ocho años, sólo recuerda que aparecía una mujer con tú-
nica blanca sin rostro, como una muerta que se sentaba en su cama. Las
asociaciones lo conducen a hablar de un período de temores nocturnos,
que aparecen poco tiempo después de la muerte de su madre.
Al tiempo trae dos sueños que relata en la misma sesión:
Primer sueño: ¨ Me encargaban que investigue los restos de la bata-
lla entre Lavalle y Rosas. Yo me enojo porque después de pasado tanto
tiempo, ¿qué voy a encontrar allí?¨
Segundo sueño: ¨ Venía viajando en el colectivo y escuchaba a al-
guien amenazando al chofer. Era un gordo grandote que le empieza a
pegar. Yo veía todo y el policía que estaba en el colectivo lo agarra al
gordo y me mira a mí y me amenaza con cortarme el cuello. Me bajo
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del colectivo en la segunda Rivadavia. No sabía dónde era. Aparece una


mujer con la cara cubierta que me dice que había estado conmigo antes.
Se saca la capucha y me lleva con gente y me acompaña para volver a
mi casa. Me despierto angustiado.¨
Asocia el primer sueño con investigar sobre su madre, puesto que
tiene muchas cosas borradas de su infancia. Comenta angustiado que su
hermana le ha mostrado fotos de su madre y que no puede reconocerla.
Respecto del segundo sueño, se detiene en señalar que la mujer que se
descubre la cara era blanquita de ojos claros, que se acercaba desintere-
sadamente para ayudarlo a volver a su casa.
En relación a la pelea que relata en el sueño, dice que siempre que
intercede entre la hermana y el padre, sale perjudicado. Afirma que
desde hace dos años evita tener contacto con el padre y que se siente
desilusionado porque su padre eligió a la esposa en lugar de elegir a sus
hijos. Agrega que su padre se amolda a la mujer con la que esté, y que
salvo la segunda esposa, las otras eran bastante locas.
Se enoja al recordar que su padre en la pelea le dijo que ojalá su
mujer fuese su madre: “¿Qué más quiere? ¿No le bastó con borrar todo
rastro de mi vieja, también quiere borrar la historia?”
En relación con la frialdad, dice notar un patrón selectivo, puesto que
ya no le ocurre en el trabajo. Dice quedar ¨ freezado ¨ ante el reclamo
de las mujeres. Aceptar el reclamo implicaría involucrarse en la relación.
Se sorprende de lo rápido que las mujeres enloquecen de amor sin que él
reconozca alguna participación en ello. Le resultan poco creíbles las re-
acciones de las mujeres, considerándolas reacciones químicas que luego se
agotan. Entiende la efusión como exageración, ya que no hay coherencia
entre lo que le dicen y lo que hacen.
Esta falta de coherencia lo lleva a hablar de la decepción que siente
en relación con los cambios en la imagen del padre, cambios que le di-
ficultan reconocer en él al que siempre admiró.
A raíz del aumento de consultas, Luciano manifiesta sus “ganas de
quemar la guardia”. Al interrogar esto dice que es una manera de anular
el conflicto: que se lo consuman las llamas, hacerlo desaparecer. Las llamas
conducen a un recuerdo infantil en el que jugaba con los amigos a prender
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fuego en un terreno frente a su casa. Este recuerdo es posterior al suicidio


de la madre. Luego asocia con su deseo de hacer que las mujeres desapa-
rezcan, indicando que eso ha pasado repetidas veces en su vida: primero
con su madre, luego con la segunda esposa del padre. Se sorprende al decir
que ese mecanismo no es suyo.
Comenta otro sueño: ¨ Soñé que se moría mi viejo, en el velatorio es-
taba su mujer callada sin decir nada. Yo no quería entrar porque estaba
muy enojado con la mujer. Cuando entro, la mujer de él estaba delante
del cajón, blanca, pálida, callada, sin actitud de pelea. Yo por costumbre
no voy a ver el cadáver, pero igual voy y él no estaba. No era su cara, era
como las pajas de la escoba cubriendo una cara.¨
La primera asociación que hace con este sueño es que la muerte
de la que se trata es la del padre que ha admirado. En relación con la
palidez de la mujer del padre, asocia con el espectro que imaginaba de
su madre. Agrega: ¨ La frase que él siempre me decía, ¨ Ojalá fuese tu
madre ¨, estaba metida en el sueño, estaba la mujer de él con la imagen
fantaseada de mi mamá.¨
Se reprocha no haber ido al velatorio de su madre ni a su tumba.
Recuerda que en una ocasión acompañó a su hermana hasta el cemen-
terio pero no entró para evitar conflictos con su padre.
Posteriormente, a raíz de algunos fallidos, vuelve a hablar de su ma-
dre, esta vez diciendo que no tiene recuerdos interactuando con ella. Dice
que lo que sabe de ella es a través de su hermana mayor o de su padre.
Dando los detalles de lo que la hermana le contara de su madre, recuerda
una escena en la que él acompañó a la madre en una de sus actividades.
Al señalarle que está incluido en el recuerdo, me pregunta entre risas si le
estoy pasando el Norton (programa de recuperación de archivos).

I. Enfriar lo femenino

Nieves: Luciano llega a la consulta atravesado por un significante


que les propongo considerar en un primer tiempo como un nombre de
la inhibición, que es este significante frialdad, ya que el enfriamiento,

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