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EL ESTRAGO Y LO FEMENINO ‘ALA LUZ DE LAS TOXICOMANIAS Soledad Bruno ANCLA 146 © Introduccion Bl presente trabajo se contrard on la articulacién de dos ojes: sine sexuaciéa. Desde la porspectiva psicoanalitica cuestionaremos la inclusién, de las toxicomantas como una categoria clinica: so intentaré uble cat la funclén quo asume la droga en la singularidad del caso por avo, Dosce la perspactiva psicopatolégice podemos ubicar una, auticulacién precisa de dicha funcién en cada estructura clinica, dar un paso mas implicar’ ponsar fanctones diversas para las dis tintas posiciones soxuadas. ( Que sintomas y estracturasclinicas son de distribucton desigual fentrw hombeos y mujeres os algo que forma parto del discurso. ‘pals so tone a hablar do “las histéricas”, “lo obsesivos”. En Ia ‘ép00n actual, los sintomas contempordneos, estos nuevos modos: ‘de goco, también resultan disteibuldos en forma desigual ontro los ‘xo ulimias y anoroxias del lado de ells, toxicomantas y alco Inolismo di lado de ellos. Por lo tanto, desde la perspectva de la ‘woxuscldn podomos interrogar un dato que revela la estadistica y Ja casufsticn confima: el predominio de las toxicomantas en suje- tos hombies. Este dato me lleva a indagor la relacién que una mujer ostiblece con el t6xio, y luego a realize un abordaje des Iaclinica dota soxuacién. La droga: un sfntoma actual {Cémo entender Ia adiccién desde ol psiconndlsis? En principio Puede cuestonarse el abordaje do la adiceién como-unsintoma, al, ‘monos on sentido frendiano, como formacién de compromiso; por tose la sueleincluir dentro de ls llamados sfntomes actuales Siguiendo un desarrollo propuesto por Fabidn Schejtman pode ‘mos entender lo actual de estos sintomas en dos vertontes (cf. SCHEJIMAN y otros 2009). Por tn lado, como modslidades de 4g0¢e propios dela actualidad de wha 6poce lamada de “Ia inexis- tencia del Otro" (cf. LAURENT yMILLER 1996-07). Estos sintomas (toxicomantas,bulimias, anorexia taqus de pénico. et.) se pre- sentan, en principio, resistents a ser tomados par el dispositivo analitico clsico, debido « que hacen liga © todos de satisfac- «in que no pasan por ol Otro: de alguna manera “saltean” a rele- ‘4n con el inconscente. Por Io tanto, 80 prestan a ser desctra- dos, interpretados. Por lo que, en und segunda vertiente de lo actual, estos sfatomas so acorcan @ las nourosis actules feudia- ‘nas: aquellas que no responden aun mecanismo patquico sino que son producto "del fracaso de la elaboracidin pstquic de ls excita idm sexual somética” (FREUD 1895, 108). Revelan le toxicided del goce mismo, que no logra ser dronado el todo, tradcido por Ja via del significant, La toxicomanta resulta paradigmética en ANCLA 147 ‘este aspecto deviniendlo un goce cinico, que supone el rechazo del ‘inconsciente, ‘Una formecién de ruptura ‘Veamos la siguiento definicién de Lacan de la funcion de la droge: “La droga es lo que pormite romper el casamiento del cuerpo con Ja cosita de hacer pipt" (LACAN 1975). De esta manera. a droga es Jo que permite la ruptura con el falo. ‘A partir de esta indicacién wo puedo designar a la toxicomantas ‘coma formaciones de uptime (LAURENT 1994, 15-21), en contea- posicin al sftoma como formacién de compromiso, ‘Ahora bien, esta indicacién 0s aplicable al campo de las neurosis porque en la psicoals la rupture os estructural, el flo no se inscr. ‘be dada la forclusién del significante Nombre det padre, por lo tanto no podria hablar alli do *ruptura”, Por ol contrario, la evi- doncia clinica muosta yoces el consumo de sustancias en la psicosis —Iojos do tomiper con ol Otro—, se revela de mane- +2 acotada, pr t ‘orden do estabilizacién, de enlace con el Otro (ye soa por la ‘quo le aporta la idontifica- cin ontligea al By permitiendole un modo de lazo social, 0 bien por r, mediante el consumo, cl etomo en To real del significant forclusdo, ‘La ndicacién de ubicar la droga en rupture con et falo-es une fun~ ‘cién muy procisa que puede constatarse en esa posicién cinica del adieto -lo que algunos autores llaman (NAPARSTEK 2005, 24}-, pero tiene sus limitaciones a le hora de establecer funciones del téxico, porque se entiende que si ponemos 1 acento en la funcién, es porque hay distintos usos de la droge. Esto cuestiona pensar la toxicomania como una entidad clinica hhomogénea, més bien se trata allf de funciones heterogéneas que hhabria que poder distinguir en la singularidad de cada caso, Del mismo modo, cuestionarfa esta indicacién en relacién « aque- los seres hablantes que llamamos mujeres, en las que suponemos ‘una relacién otra con el flo. zCémo pensar la funcién de la droga ‘on ellas? Mi hip6tesis es que al ser no-oda en la funcién filica, un mujer esté "nostada casada con el hace pip”, y por tanto es posi- ble ubicar el recurso del t6xico no tanto como un modo goce «n 10 como una defensa respecto de ese goce Otro al que ella tiene acceso alli donde es no-toda tomada por la Idgics fli, La droga en Ia vertiente del estrago o ‘Un concepto apropiado pare pensar la droga en esta perspective de ANCLA 148 ruptura con el filo es la nocién de estrago. El estrago si dovastacin doriva etimol6gicamente de ravir, que significa arrebato, rapt. la lengua clésica tavo una acepcién muy particular: “transpc ‘én al cielo”, “éxtasis". Son términos que provienen de la misti ‘on donde! azrebato conduce @ un estado de felicidad suprema: MILLER 1998), Hato dvplicidad etimol6gica del estrago se puede ubicar en ‘drogn misma. El consumo de sustancias produce un estado satafacsién, do bionostar, poro al mismo tiempo conlleva un, ‘gro, el desenganche del Otro, el acceso a tun goce que en ry (con a Iocalizacién que promueve el falo conduce a la deva [timolégicamonte el férmaco ~dol griogo pharmakon-,alude al propiogades que poseen determinadas sustancias que segin ddotis pueden utilizarse como remedio o veneno; “pharmakon" ‘almismo tiempo remedio y veneno. ‘Siguiendo esta linea, el estrago es devastacién o transpé En principio quiero acercar Ia droga al estrago, en tanto “siglondo la indicacion de Lacan— permite acceder a un goce ‘on ruptura con la medida y localizacién félica, deviene {o; Mis adelante retomaré esta serie para articularla con la ‘ldad propia de lo femenino, Elestrago y lo femenino En Ja obra de Lacan el término estrago es utilizado en referencia a lo femenino, en dos vertientes: —En relacién con el deseo materno, y en especial en la relacién madre-hija —En la relacién de una mujer con tun hombre. Voy a partir de las referencias de este concepto en Lacan pera pen- sar el estrago al menos en dos vias: a) Continuando los desarrollos freudianos. un camino nos va a aproximara ubicar el estrego como consecuencia de Penisneid y In reivindicacién fica o bien como ‘una falla en las salidas félicasfrouelianas. Via que deja al concep- to de estrago en referencia al registro fico 0 “mds acd del falo”. Yb) Una segunda via, ya estrictamente lacaniana, desde tes de la clinica de sexuacién para ubicar el estrago en un regis ppodriamos decir, “més alld del falo" Estrago macdre- hija: el téxico-madre En EI reverso del psicoandlisis, Lacan sefiala: "El deseo de la madre no es algo que pueda soportarse tal cual, que pueda resul- tar indiferente. Siempre produce estragos..”, Lo relaciona a ester ANcLA 149 dentro do la boca dol cocodtilo, “No se sabe qué mosca puede Ile- gar a picarle de repente y va y cierta le boca Entonces, traté do explicar que babia algo tranquilizador(..) Hay un palo, de piadra ‘por supuesto,que esté ab, en potenca, en 1s boca, ¥es0 Ia contie- ‘ne, la traba: Es 1o que se lama falo. Es el palo que te protege si, de repente, eso a8 ciertn" (LACAN 1969-70, 118). En el Atolondradicho lo ubica més precisemente en la relaci6n do Jes mujeres con sus madres: "Le elucubracién freudiana del cam- plojo de Baipo, nla que la mujor os en 61 pez en el agus, por ser Ie castracién an ella inicial, contrasta dolorosamente con ol ostra- go que en la mujer, on la mayoria es le relacién con la madre, de Jo cual parece esperar en tanto mujer més subsistencia que del padre” (LAGAN 1972 25) ‘Ahora bien, si la relacién con el deseo materno atafie « ambos sexos, ya que ol nifio también tiene relacién con la madre como ‘Otz0 primordial (es: lo que ubicamos en el primer tiempo dol Bdipo, el nino siondo el alo que completa a 1a madre), gpor qué Lacan pone aquf el-acento en-la relacién de las mujeres con sus madres? En este punto nofhace més que continuar en la linea froudiana. Me refiero a una serie de trabajos on donde Froud destaca la importan- cia de la ligez6n tormentosa @ intensa de la nia con su madre. Freud dice: "No so puode comprender a ix mujer si no se pondera 1a fase de Ia ligazén madre proedipica’ (FREUD 1932, 111) y des- taca la mayor duraci6n de esta faso on la nifta y le *posibilidad de {que personas del sexo femenino permanecieran atascadas a la liga- ‘26n madre originaria” (FREUD 1931, 228). Se trata de una fase de cexclusividad de la nia con su madro a la que le atribuye dejar ‘como secuelas fijaciones y prodisposiciones. He aqui la disimetria, ol Edipo entre los sexos: donde por angustia de castracién el varén sepulta el complejo de Edipo, en la nine posibilita su entra- da, En el mejor de los casos ella por la castracién abandona a la sad y entra en el puerto de salvacién paterno. Pero Freud acl ra que no se trata simplemente de un cambio de via al objeto pedro sino que “el extraamionto con rospocto a la madre se produce bajo el signo de la hostilidad, la ligazén madre acaba en odio (..) [La nifta hace responsable a la madre de su falta de pene y no le pperdona este perjuicio” (FREUD 1932, 113). De este punto resulta tuna primera via para dar cuenta de la serie do reclamos y reproches que tien la relacién estrago madre-hija, Esta frustracién de la nina, por lo que no obtuvo de la mack, lle- varia a un reclamo que en un segundo tiempo -como Freud advierto- podria ser transfurido al hombre, al primer marido. Ali tondrfaznos una ruta por la que el hombre toma el relevo del esta {gomatemo, el hombre como partenaireestrago, hereda ser el blan- co de la reivindicacién félica. Lacan dice: "Un hombre puede sot ANCLA I para uns mujer une aflicién peor que un sinthome (..) incluso un estrago” (LAGAN 1975-76, 99). Esta es una primera via pi ponsar«l estrago, dentro de las consecuencias del Ponisneid reivindicacion fica. ‘Ahora bien, avanzando un poco més en el desarollofeudiano| Jos avatares del Edipo en las mujeres podomos ponsar otra ap ‘macidn al concopto do estrago. i Une voz instalada en el puerto del padre, con la tranguilidad ‘una cestacién ya efectuada, ella no tiene nea que perder, tanto: “Excluida la angostia de castracin falta ol poderoso ‘vo para su sepultemiento. La nifia permanece dentro do 6 tiempo indefinido, s6lo después lo deconstruye y lo ‘manera incompleta. £n talos constelaciones tiene que ‘mnoscabo la formacién del supery6” (FREUD 1992, 120) Fin osta sade inscabada y en el menoscabo que suf el (beredero del complejo de Edipo) poderios lear que en una rosla un goce no-todo encauzado por los desfiladeros del SCHEJIMAN 2002 a y b). En este sentido puede explicarse lla quede a mezced de un estrago. Se tata del estrago del 16, en su cara més voraz (ye no como heredero del com Edipo), aquella quo ilustta Lacan como empuje a gozat LAGAN 1972-1973), [Es una perspective interesante para pensar por qué ese estragante toma clinicamente mayor fuerza en la relacién de las, ‘mujeres con sus madres, con ese deseo materno loco, no regulado, Ye no se trata de les consecuencias dol Ponisneid (de la cazenci faica), sino de un exceso, do un resto de goce no rogulado por et {alo que en ellas deviene estragante, Se puede ponser el estrago del g0ce materno como una suspensiGn de la funciéa fica (ct BATLA y otros 2003), una allan las salidas flicas fudienas Esto es algo que la clinica con mujeres ~no s6lo lade la adiccio- nes-revela. Abora bien, en relacién con la pregunta inicial acerca de Ia fun ign del t6xico, me arriggarf a plantoar quo lo estragante en ella ‘noes el téxico, sino su madry =o ¢l hombre en ese lugar, en todo aso la droga se ubica como relovo de oso ostrago estructural y ‘muchas veces no conduce a lo poo sino que supone ya un pala tivo. goce; al decie de Freud, un “quitapenas” (FREUD 1929, 78) respecto del gooe estragante del superyé femenino. Con Lacan: el estrago y Ya Pero acaso ese sor no-toda tomade por ol significante félico no supone también para elas la posiilidad del encuentro contingen- te con Otro goce, propiamente femenino? De abi que Lacan inscr- ANOLA 181 ‘ba on el Jado fomenino de ls férmulas ala mujer tchade pore designar quo all no se cir un conjunto:inconsistencia qu abe 4 la init prop dl gocefemenino. Es cierto quecon Lacan nose tata de mujeres y hombres en sen- tide anatmico,"Colocarse allie en sua eectivo..ollas pueden hacarlo los place (LACAN 1972-73, 88) Se refire ah al lado ‘macho, ladon donde se colac el hombre, lado donde también so posiciona la histrica, "que hace de hombre" (bvdem), es all donde ubicaos las sliasflicasfreudianas. Poo linterrgant lis abo ss en aquellos desarlls feu dianos acerca dela slide incabada del Edipo en las meres, podria leerse un antecedente de la posibilidad que queda especial- ‘monte blartaan ello del encuentro contingent con ese Oto goce Por un Jado uenoda on ol Eaipa la dea propense line dencia do un goce tamiizant, superyoic, Pero fustamente 2 © goce habia qu distinguilo de aquel ms all dl flo: Otro goce, propiamente femenino ubicado del lado derecho de las fér- ‘mulas: “Por eso justamente que la hace no-toda, la mujer tiene un ‘goce adicional, suplementario respecto de lo que designa como ‘g0ce la funciéa fiilica (..) le mujer tiene distintos modos de abor- dar ese falo, yallf reside todo el asunto. El ser no toda, no quiere decir que no lo esté del todo, Esté del todo alli, pero hay algo de més..." (ibfdem, 90), La mujer no estd privada del goce félico, simplemente no queda prisionera, casada del todo con él. Algunas pueden acceder a un 0ce suplementario, lo que datermina clerta particién (a distinguir do la divisién del sujeto), ya que por lo dems no dejan de tener rolacién con el falo especialmente por la relacién con el partenai: ‘re masculino. Relacién que, por lo demés, es lo que les da acceso ‘@aquel Otro goce: “El hombre sirve como relevo para que la mujer 50 convierta en ese Otro para sf misma, como lo es para él” (LACAN 1960, 711), ‘Quisiera ahora si, entonces, a partir de los aportes de la clinica de In sexuacién, considerar la posibilidad de pensar un estrago mis allé do la reivindicacién félica y del empuje al goce del superys. Un estrago més allé dal falo nos acercaria a aquella otra vertiento etimolégica del ravage, utilizeda no por azar por los misticos del “rapto”, “arrebato”, “éxtasis”. Esa transportacién ilimitada, inal ble que es propia del encuentro con ese Otro goce, que “sobrepae ‘sol que surge on el coito” (LACAN 1972, 37) y que producttia: {incluso una abolicién del sujeto. am En un trabajo reciente Colette Soler afirma que “el estrago no se ‘reducoa la reivindicacién, puesto que no pertenece al registro fille co. Se comprende su verdadera naturaleza s6lo a partir de las Ccaractersticas del goce fomenino, puesto que es una de sus conse ‘cuencias” (SOLER 2006, 267). Ast, lo relaciona con la experioncia ANCLA 18 ‘orgésmica en una mujer, siendo ésta un rapto que le quita al suje to suis cimientos identificatorios, as{ como el soporte que enc tra en ol objeto que lo divide. “Tal es el mucleo del estrago: es {3000 Otro, el que hace estragos en el sujeto, aniquildndolo di to un instante (..) Nada parecido obtenemos del lado macho, {quo el oce félico lejos de estar en oposicién con el ciméento: tificatorio, al contrario lo constituye, En el hombre el ejercicio ‘50 6rguno vale siempre como reasoguramiento. En cambio en’ ‘mujer la experiencia orgismica aumenta el aniquilamiento!” dem, 268). Por eso sostiene que ellas recurren menos como ‘5, al goce sexual propiamente dicho, al goce orgismico, pues Jag aniquila asin més, ‘Si no fodemos decir del goce femenino, ya que de él quiz ‘nade sabe (cf. LACAN 1972-73), habria que poder constatar ‘camento los efectos subjetivos de dicho encuentro “que divi ser femenino y por lo tanto, genera defensas, recursos y- ‘espoctficas” (Is cursivas son mfas) (SOLER 2006, 56). Sobre ‘base propongo ubicar el estrago como consecuencia del {ro con el Otro goce, aislando de esta manera, el recurso al ‘como dofensa, Goce(s) y toxicomanta(s) La pluralizacién de goces que ocupe un lugar destacado hacia et final de la ensefianza de Lacan (y que se puede comenzar a vis- lumbrar en la tabla de la sexuacién), permite articular los goces posiblesderivados del uso del toxico wn hombres y mujeres, la clinics de adicciones ensefia emo, miichas veces, la droga adiquere el valor de objeto fatiche acon a Ie perversén polimor- fa del macho (f >a, goce fantastic), Otrs, ol consumo so liga al goce masturbatorir posicién dol soltro,“casado con su érga- no", que Lacan llama “goce del iota” (f'- @); la droga en rele- +o dela masturbacién, comoadvert la temprana indicacion freu- diana: “Se me ha abierto la intlaecin do que la masturbacion es al nico gran hébito que cabe designar‘adiccién primordial, y las otras adicciones s6lo cabran vida como austitutos y relovos de aquolla" (FREUD 1093, 14) ‘Sin embargo, esta funcién de la droga =ligada al goce autoerstico— 10 algo quel linia de las texlcominis evel con frecuencia en une mujer. Se reducen entanees las posible funciones del téxi- co para ell: ni goce eutoerdtico mi fetichey mi ruptura con el falo. Tal voz, ol hacho de que haye menor proporcién de mujeres, no «que consuman érogas, sino on posiléntokieémana, toga que ver con la posiilida estructural en alas dol acceso a Oto goce que ANCLA 153 «! falco (y do las consecuoncias de ese suplemento). Por otra pert, si ladroga permite obtener un gooe (que como el fetiche se satisface en cortocireuito con la palabre) que no pasa por el Otro, podria penserse que esto no se aviene ala exigenciefemenina: ella. require la palabra del Otto. su lado no puede haber un “objeto {nero silencioso -e fticho-, sino que precisa el parloteo, més precisaments la palabra de amor. No el ftichismo pars ella, en todo caso, Ia erotomanta, Es hablando, habléndole, que el Otro puede “dar lo que no se tiene" (LACAN 1957-58, 216) Esto expli- caria que el consumo, ligido con un goce silencioso,autistico, no se manifieste tanto del lado de ellas, y permite entender otro dato nico frecvente: ellis muchas veces se iniclan en el consumo acompattando el del partenare, Sin embargo, el“enganche” no on la droga en tanto feticho, sino con el hombre mismo, eventual- ‘mente, por amor a un hombre. Uno podria decir finalmente: ella es adicta al mor. {Pero el valer del amor ain Kinite no es también consecuencia de la rlaci6n con S({) so amor que, al ser capaz de una entroga si limites, devine estragante,"No hay limites « las cancesiones que a hace para un hombre: de su cuerpo, de su alma, do sus (LACAN 1973, 128), Entiendo asf las indicagiones do Jacques-Alain Miller que propo- ‘ne abordar lo femenino, no desde la incompletad freudiana, mar- cada por un menos, por una falta ~que la deja dependiente del mor del oto, en tanto su pérdida redobla su carenciainicial-, sino dese la ldgca del no-iodo como una inconsistencia quo no es incompletad (MILLER 1999 ab, Esto permit vishumbrar ol valor esencial del amor en una mujer igado con el sin limite con 1 que ella serlacions, scercando ol amor a estrago como rapto, transportacién inefable: "El amor y el estrago tienen ol mismo prncpio, el de A barrado, el no-tado en el sentido del sin limite” (MILLER 1998e, 27) De lo dicho se desprende una segunda via para pensar ol xtrago, ‘ms all de flo, en rlacién con S(f) al que sm hombre como relevo puede ceenviar: “st se la satisfcira on la exigoncin dal amor, goe ques tiene de una mujer la divide, convrtiond su Soledad en su pare” (LACAN 1972, 37) Podramos agregar que al hacer dela slodad su partanairo, el goce solitario ~mastubatorio~ de la droge no es algo quo olla proven: Aispone de su Otrasoledsd. De al o sigue, ademés, ote lecture pera el hombre como partanirestrag: lo que reenvia a una mujor 4 su relacign con la inexistenci del Otro... diferente de cualquiar versidn del goce del Oto (sin basa) que pueda difcultala Para concluir Siladroga es lo que permite romper el matrimonfo del cuerpo el hace, resulta coherente que los alsctados oan en p Igar els, os “casaos con el rgano”,amarades,“chancra (LACAN 1973-74, 190 por poreer el dgano que representa al los puoden obtener de In austancia el acoso un goca, no all dl flo, sino en rupture con Es la solucién peedojel A6xieo en tanto posit o acceso aun goce que no peas por Otro yconllev st riesgo del desengancho, ya enicipado Froud eB! meloter on la cultura, Dol ldo femenine, en cambio, el desdcblamiento la partciin en tanto tine reac com © y oon Sif, hace que ela ‘cceder al goce félico y a un goce adicional, lo que promueve ella *un poco més de ventlactén a aus goces” (LACAN 19734 190). Conclyo con une cit del Seminario 2: Hay un goce. un el cuerpo que esté més all del flo. hay algo que sacude a Iujoroso que las socorze” (LACAN 1072-73, $0), Algo que ‘que secon, funciones que pademce slat ene! uso del omo modo de goce 0 como defense, paiativo fente al 1ismo La posbilidad del acoso contingents al Oto goce a xplicnin bela rcurrenciafemenina al txico: ella tal ver teste acceso aquello quo el toxicémano aspira: un goce que ‘racuda” 0 que “socorra” del malestar estructural. ANCLA 158 Bibliografia [BATLA, .y tos (2003) Un estrago. La relacida medre-hij, Buenos Aires, ita Vigenci, 2009, FREUD, S. (1972) "Pragmantos de a coreespondencla con Fess", En Obras completes, Buanos Ales, Amorortu tore. 19881 carta 78, 31435. FREUD, S. (1685) "Sob la justeactn de soparar do la nourasonia un leterminado sinérome on cilia do “neurosis de angustia Bn Obras ‘completes, op it, 1986 "FREUD, S. 1929) "Hh malastr on la cultura”. En Obras Completa, op. ct 1996, X24, 58.260 FREUD, 8. 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