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La educación musical en educación

infantil. El descubrimiento del


sonido y del silencio. Características
y criterios de selección de las
actividades musicales. Los recursos
didácticos. El folklore popular.

0. INTRODUCCIÓN.
Los filósofos de la Grecia antigua solían decir “Nada hay en la mente que no haya
pasado antes por los sentidos”. Efectivamente los primeros contactos que tiene el niño
con el mundo exterior se efectúan por medio de los sentidos, y fundamentalmente, por
el oído. Algunos especialistas afirman que, incluso antes de nacer puede percibir los
sonidos del exterior y ello se pone de manifiesto cuando el niño da muestras de
reconocer algunas canciones o melodías que escucha o cantaba su madre durante el
embarazo.

El niño manifiesta un interés muy temprano por los estímulos auditivos: gira la
cabeza buscando el origen del sonido, mueve su cuerpo al compás de la música…

La Escuela Infantil deberá aprovechar este interés innato en el niño, no para que
aprenda unos fundamentos técnicos sino para enriquecer sus experiencias sensoriales
con el descubrimiento de cómo juegan los sonidos.

Además, la educación musical va a favorecer el desarrollo de múltiples capacidades


y el que se cubran muchos objetivos de este período educativo entre ellos:

 Educación sensorial: vista, oído y tacto.


 Desarrollo motriz: percepción global del cuerpo en movimiento, coordinación
óculo-manual, precisión y habilidad.
 Desarrollo de la memoria visual auditiva, rítmica y motriz.
 Desarrollo de la atención y observación.
 Desarrollo de la sensibilidad el gusto y el sentido estético.
 Desarrollo de la imaginación y creatividad.
 Estructuración espacio-temporal.
 Desarrollo afectivo y social.
1. LA EDUCACIÓN MUSICAL EN EDUCACIÓN INFANTIL.

Del correcto y completo desarrollo de los sentidos dependerá el desarrollo general del
niño. La herramienta que vamos a usar para desarrollar la capacidad sensorial va a ser
el juego.

La educación musical cuanta además con el valor de ser compensadora de


desigualdades educativas.

La evolución de la expresividad infantil pasa por las siguientes etapas:


 7-8 meses: es capaz de responder a cualquier estímulo sonoro.
 1-1’5 años: emplea todo su cuerpo para responder a la música, se manifiesta por
el canturreo.
 2 años: gran avance. Da golpes en el suelo, mueve la cabeza de un lado a otro,
se balancea. Presta atención a los sonidos que producen los instrumentos.
 3-4- años: mayor control motriz de las extremidades inferiores; ejecuta el
movimiento con cierta gracia y memoriza las letras de las canciones.
 + de 4 años: acompaña las canciones con gestos; es el momento ideal para la
canción dramatizada.
 5 años: gran avance: el niño coordina de forma prácticamente perfecta su ritmo
con la música, y lo manifiesta a través del movimiento.
 6 años: el niño pone al servicio de la canción toda su capacidad vocal.

La educación musical nos va a proporcionar una respuesta en el niño de carácter


creativo, que, unida a la estimulación que debemos aportar, va a permitir el desarrollo
de las siguientes capacidades: atención, creación, expresión, relación y abstracción.

Desde los primeros momentos de la vida, el ser humano se relaciona con el mundo
exterior a través de movimientos, de manera que puede considerarse el cuerpo como el
elemento de comunicación por excelencia.

La educación musical nos va a proporciona una gran ayuda para potenciar el


desarrollo psicomotor. Quizá el punto fundamental de la educación psicomotriz sea la
construcción del esquema corporal (es decir, la idea que tiene el individuo de su propio
cuerpo); ésta se hace en función de experiencias motrices y comprende los siguientes
puntos:

 Control del tono de los músculos.


 Equilibrio o control postural.
 Dominio y control de la respiración.
 Control espacio-temporal; al estar tiempo y espacio íntimamente ligados se
posibilita la coordinación rítmica-motriz.
2. EL DESCUBRIMIENTO DEL SONIDO Y EL SILENCIO.

Las vibraciones producidas por el movimiento de un cuerpo se propagan en forma de


ondas a través del aire y son captadas por el cerebro como sonidos.
Estas vibraciones sonoras son de dos tipos:

 Sonidos: vibraciones periódicas y regulares.


 Ruidos: vibraciones no periódicas e irregulares.

El silencio se define como la ausencia de vibraciones, pero siempre es relativo, pues el


silencio absoluto no existe (la calle, el corazón…).

Sin embargo, en el área musical el silencio es el espacio entre un sonido que termina y
otro que va a comenzar. Es un elemento indispensable pues el discurso musical es una
sucesión de sonidos y silencios.

Desde muy pronto es conveniente enseñar a los niños a mantenerse en silencio, durante
períodos breves, para poder desarrollar la capacidad de atención y agudeza auditiva.

Algunas actividades que podemos realizar son:

 Para la atención auditiva:


o Escuchar objetos sonoros: agua del grifo, el plato, la cuchara…
o Ruidos del ambiente: teléfono, timbre, máquina de escribir, lavadora…
o Estimular la búsqueda de sonidos con objetos a su alcance.
o Distintas acciones con objetos para que los alumnos los reconozca: dejar
caer una lleves, golpear con un lápiz, cerrar un cajón…
 Para la procedencia del sonido:
o Seguir con la mirada un objeto sonoro que desplazaremos.
o Buscar el lugar de donde proviene el sonido.
 Para trabajar el silencio:
o Cantar y a una señal determinada callar.
o Seguir secuencias rítmicas con silencio.
o Canciones en las que sustituiremos estrofas por silencios.

3. CARACTERÍSTICAS Y CRITERIOS DE SELECCIÓN DE LAS


ACTIVIDADES MUSICALES.

Introducción.

La selección de actividades musicales debe realizarse en base a determinadas


características y criterios específicos. Como norma se suele establecer básicamente:
 Apreciación de las cualidades del sonido (entonación o altura, timbre, duración
e intensidad).
 El ritmo (acento y pulsación).
 Audición musical.
 Educación de la voz.

A la hora de clasificar las actividades musicales se debe atender a una serie de


características y criterios generales como son:

 Que tengan carácter lúdico: es esencial que los niños disfruten cuando realicen
este tipo de actividades.
 Que permitan la libre expresión del niño.
 Que favorezcan la participación.
 Que tengan un carácter globalizador, es decir, que ayuden al desarrollo de
todos los ámbitos de la personalidad.
 Que permitan que el niño vaya conociendo el bagaje artístico y cultural de la
comunidad a la que pertenecen.
 Que estén relacionadas con sus intereses.
 Que estimulen la exploración de numerosos materiales e instrumentos.
 Que sean variadas y breves.
 Que faciliten la autonomía del alumno en las producciones.
 Que pueden realizarse en parejas, grupos, pequeños o en el grupo clase.

3.1. Apreciación de las cualidades del sonido.

3.1.0. Introducción.

En la formación auditiva del niño es fundamental que este vaya captando


progresivamente las cualidades del sonido: entonación, timbre, duración e intensidad.
En un principio se realizará en expresiones auditivas, vocálicas, rítmicas,
psicomotrices. En esta etapa y siempre a través de juegos sólo se experimentará con
canciones, instrumentos sencillos y audiciones preparadas.

Se trabajará con los niños para que poco a poco vayan percibiendo como suben o bajan
los sonidos (entonación o altura); si son fuertes o débiles (intensidad); si son cortos o
largos (duración); y las distintas variaciones de timbre.
3.1.1. Altura o entonación.

La altura de los sonidos depende de la rapidez con que se producen las vibraciones de
los cuerpos sonoros. La altura del sonido va en relación con sus vibraciones: si existen
muchas vibraciones hablamos de sonidos agudos; si estamos ante menos vibraciones
son sonidos graves. Estas vibraciones crean una gran cantidad de sonidos de los cuales
se componen las melodías.

Las actividades musicales (siempre a través de juegos) se realizarán inicialmente de


forma muy contrastada para poco a poco ir acercándose a sonidos intermedios
(semigraves, semiagudos), lo que implicará una mayor atención. Podemos realizar
distintas actividades como:

 Imitar pequeñas melodías con dificultad creciente.


 Hablar con voz aguda o grave imitando personajes.
 Sentados en corro levantar o bajar un objeto según los sonidos sean graves o
agudos.
 Entonar imitando lo que cantamos subiendo o bajando las manos.

3.1.2. La intensidad.

La intensidad con que un sonido llega a nuestro oído depende de la amplitud de las
vibraciones y ésta depende a su vez de la mayor o menor fuerza producida.

La intensidad puede ser fuerte o débil, permitiendo una gradación de intensidades muy
amplia que va desde el sonido casi imperceptible hasta el que hiere el oído y nos
ensordece.

La intensidad con que nos llega el sonido depende también de la distancia entre la
fuente sonora y el oído que lo percibe.

Podemos trabajar la intensidad con actividades como:

 Nombrarán medios de transporte que hacen mucho ruido (avión, coche,


motos, tren… y otros menos ruidosos: bicicleta, barca de remos…
 Escucharan la radio con diferentes intensidades, subiendo y bajando el
volumen.
 Cantarán una canción muy bajito y agachados; poco a poco se levantarán
contando más fuerte hasta quedar de pie y con los brazos en alto.
 Comentar entre todos situaciones en que varía la intensidad por la distancia o
la interposición de un cuerpo sólido. Por ejemplo: cuando llaman a mamá fuerte
porque está al otro lado de la casa…; cuando cerramos la ventana para no oír el
ruido de la calle.

3.1.3. Duración.

Un sonido perdura mientras persisten las vibraciones del cuerpo sonoro. Los sonidos
pueden ser largos o cortos y esta duración se representa por medio de las figuras
musicales (redonda, blanca, negra, corchea, semicorchea, fusa y semifusa).

Como criterio a seguir para el diseño de actividades nunca será la medición de la


duración del sonido, propio de edades posteriores, tan sólo deberán diferenciar el más
largo del más corto.

Algunas actividades que podemos realizar son:

 Nombrar objetos que conozcan que produzcan sonidos largos o cortos: el


silbido del aire en la olla de presión, el teléfono, el golpe de un martillo, etc.
 Dibujarán líneas en la pizarra o en el papel siguiendo el dictado del profesor:
línea larga—sonido largo y línea corta—sonido corto.
 Alargarán la sílaba de una palabra caaa, miii, nooo y luego la dirán normal.
 Volviéndoles la espalda emitirán un sonido y cuando nos volvamos se pararán.

3.1.4. El timbre.

Se llama timbre o color, la calidad del sonido. Es lo que hace diferentes a cada una de
las voces y a cada uno de los instrumentos.

Cada cuerpo sonoro vibra de una forma distinta. Cada instrumento tiene un timbre que
lo identifica y diferencia de los demás. Para introducir a los niños en el conocimiento
y diferenciación de los distintos timbres deberemos permitir que empiecen
experimentando con todo tipo de material susceptible de producir sonidos y, al mismo
tiempo, utilizar instrumentos de percusión como panderetas, cascabeles, maracas,
triángulos, etc. –

Podemos utilizar actividades como:


 Experimentarán con objetos a su alcance que puedan producir ruidos y
sonidos.
 Imitarán los timbres producidos por voces de animales, voces de personas de
distintas edades, distinto sexo, etc.
 Grabaremos voces de los niños sin que se den cuenta y después las escucharán
y tratarán de reconocerse.
 Nos colocaremos detrás de una cortina haciendo sonar distintos instrumentos y
los reconocerán por el timbre.

3.2. El ritmo.

El ritmo considerado como simple ordenación y estructuración de elementos


temporales, está presente en nuestro entorno ya que numerosos fenómenos naturales y
procesos realizados por el hombre tienen lugar a intervalos regulares como por ejemplo,
la alternancia de los días y las noches, los latidos del corazón, la respiración etc.

El niño es tan sensible al ritmo que apenas oye una musiquilla se pone a moverse a su
compás. El ritmo musical se compone de dos elementos que son: el pulso y el acento.

3.2.1. El pulso.

El pulso o pulsación equivale a cada uno de los tiempos del compás. El compás de 2/4
tiene 2 pulsos, el de ¾ tiene 3… El pulso musical tiene su representación en la figura
musical llamada negra, es decir, tiene el valor de un tiempo o un pulso es la negra.

Para la comprensión y toma de conciencia de las nociones básicas relacionadas con el


ritmo partiremos de la propia experiencia del niño, de sus vivencias cotidianas. El pulso
es comparable a los latidos del corazón, a la inspiración y expiración en la
respiración, al tic-tac del reloj o al pedaleo de un ciclista. Todos los pulsos deben ser
iguales y el movimiento resultante del ritmo es continuo.

Es conveniente al principio, cuando el niño marca el ritmo batiendo palmas, tocando el


tambor, se acostumbre a hacer coincidir sus pasos con los pulsos correspondientes, es
decir, a marcar el paso.

Los niños tienen un tiempo natural que oscila entre 95 y 100 pulsaciones por minuto,
este dato es importante para trabajar con ellos canciones con este tempo pues se
conseguirá una participación más activa y tranquila: un tempo superior a 100 les
produce excitación y un tempo sensiblemente inferior a 95 genera desinterés y
aburrimiento.

3.2.2. El acento.

El acento es la mayor fuerza con la que se ejecuta uno de los pulsos. Tanto en el
compás binario como en el terciario la acentuación natural se encuentra en el primer
pulso; si esto no es así nos encontramos ante un ritmo anacrúsico.

Es conveniente que acostumbremos al alumno a que descubra los acentos y los marque,
no por imitación sino porque realmente los descubra y los comprenda.

Antes de trabajar el acento sobre las canciones deberemos hacerlo sobre palabras, frases
rítmicas, versos, coplas sencillas, trabalenguas… acompañando la sílaba acentuada con
palmas, pitos, movimientos de marcha, percusiones sobre instrumentos de parche etc.

3.3. Audición de música y canciones.

Existe una capacidad congénita para disfrutar con el sonido. Su sentido de la


apreciación empieza tempranamente y, una vez captada su atención, nuestra voz y las
canciones entonadas suavemente serán lo primero que despierte su sensibilidad auditiva.
Esta se irá desarrollando con la ayuda del material didáctico a su alcance: juguetes
musicales, instrumentos, grabaciones, discos y cintas…

Respecto a la audición de música tendremos que tener en cuenta una serie de aspectos
cono son:

 Escoger discos con buenas interpretaciones.


 Aparatos reproductores de buena calidad.
 Interpretar algunos fragmentos sencillos.
 Preparar bien la audición para poder contestar las preguntas y dudas de los
niños.
 Escoger música que destaquen características rítmicas o tímbricas y en la que
aparezca alguno de los instrumentos que les sean conocidos.
 Vivenciar las audiciones con expresión libre corporal.

Las audiciones dada la poca capacidad de atención del niño, serán muy breves y se
acompañaran a menudo de movimiento o con la visualización de laminas, diapositivas,
fotografías…
3.4. La educación vocal.

La educación de la voz es inseparable de la educación auditiva por lo que se realizará de


forma simultánea. Utilizaremos para la educación vocal los mismos elementos que nos
han servido para la educación auditiva y los ampliaremos con gradaciones de
intensidad, juegos de nombres, llamadas, ecos melódicos, pequeñas improvisaciones,
preguntas y respuestas, etc.

3.4.1. La respiración.

Es muy importante enseñarles a respirar adecuadamente y para ello nos podemos


valer de ejercicios como:

 Soplar muy fuerte como el lobo que quiere tirar la casita.


 Soplar muy suave para que no se apague una vela.
 Inspirar lentamente el perfume de una flor.
 Inspirar rápidamente como cuando el perro olfatea.
 Retener el aire como si estuviéramos bajo el agua, empañar un cristal o un
espejo con el aliento.
 Bostezar abriendo bien la boca.
 Expulsar el aire articulando fonemas con sonido.

Para que adquieran resonadores faciales (boca, nariz) y ejercitarlos pueden realizar
actividades como: imitar el zumbido de las abejas, del moscardón, el mugido de la vaca,
el motor de un coche, alargar indefinidamente consonantes nasales como la “m” y la
“n”, etc.

3.4.2. Canciones.

Los niños deben cantar en una textura media, ni aguda ni grave, de manera que los
sonidos surjan sin esfuerzo.

Los profesores deberemos preparar actividades y ejercicios que favorezcan el que


cada alumno alcance la extensión que le corresponda y nos permitan observar posibles
problemas de audición de vocalización o de emisión de la voz que puedan surgir en
ellos.

Las canciones que se utilicen deben ser adecuadas a las características psicoevolutivas
de los alumnos a los que van dirigidas y reunir unas condiciones en cuanto a:
 Texto: claro, corto, de fácil pronunciación, adecuado a un nivel madurativo,
relacionado con sus intereses.
 Ritmo: sencillo, compases binario y terciario.
 Melodía: con intervalos de fácil entonación, modalidades sencillas, ámbito
reducido, de dificultad progresiva en los intervalos.
 Forma: eco, obstinato, lied (A-B-A).

Con lo que respecta a cuándo cantar podemos afirmar que cualquier momento es
bueno para ello:

 durante la actividad musical


 para cambiar de una actividad a otra.
 para descansar.
 para introducir un nuevo centro de interés.
 para estimular la adquisición de hábitos con frases cantadas inventadas por ellos.

3.4.3. La canción como núcleo integrador de la actividad musical.

Por ser el canto una actividad natural en el niño, y por estar incluidos en él los
elementos fundamentales de la música (ritmo, melodía y a menudo armonía) se puede
considerar como punto de partida para introducir al niño en toda actividad musical.

A través del canto se pueden realizar:

 acompañamiento con instrumentos naturales y musicales.


 Ecos rítmicos, llamadas, pregones, conversaciones.
 Canciones variadas.
 Improvisación melódica.
 Preguntas y respuestas.
 Esquemas melódicos.
 Representación de personajes y situaciones.
 Juegos de corro. Bailes.

4. LOS RECURSOS DIDÁCTICOS.

4.0. Introducción.
Los recursos didácticos son otro elemento curricular, los definiremos como todo
instrumento (bien de trabajo o bien de juego) que permita desarrollar capacidades y
habilidades para realizar nuevos aprendizajes.

Los recursos didácticos que se pueden utilizar en la educación musical durante la etapa
de la Educación Infantil son muy variados. Los más utilizados son:

 el propio cuerpo: manos, pies, dedos…


 material de desecho: cuerdas, botes, latas, palos, gomas, arena…
 instrumentos populares.
 Instrumentos de percusión sencillos.
 Instrumentos de artesanía infantil: claves, maracas, sonajas, platillos, tambor.
 Canciones.
 Bailes.

4.1. El cuerpo como instrumento musical.

Antes de poner objetos extraños en manos de los niños, éstos deben saber utilizar las
posibilidades sonoras de su cuerpo. De forma que además posibilitemos una mayor
coordinación de movimientos entre sus miembros.

Los instrumentos naturales que vamos a utilizar son:

 Golpes con las manos o batir palmas.


 Golpes con los pies: con todo el pie, con la punta del pié, moviendo
alternativamente punta y talón.
 Golpes de manos sobre rodillas.
 Castañeo con los dedos o “hacer pitos”.

4.2. Instrumentos de percusión.

La utilización de instrumentos de percusión supone que el niño tiene la necesidad de


utilizar para su expresión algo más que la voz y el cuerpo.

Así suele plantearse desde época muy temprana el uso de instrumentos sencillos como:
panderetas, cascabeles, tambores, castañuelas, sonajeros.

Los instrumentos de percusión se suelen clasificar de forma genérica en:

 No afinados (instrumentos de percusión de sonido indeterminado).


o Metal: campanillas, plato, platillos, triángulo, cascabeles y crótalos.
o Piel: pandereta, pandero, tambor, timbales, bombo.
o Madera: maracas, claves, castañuelas, carraca, caja china.
 Afinados (instrumentos de percusión de sonido determinado).
o Placas de madera: xilófono
o Metal: el carillón y el metalófono

Los instrumentos de percusión de sonido determinado son de más difícil manejo por lo
que solo los introduciremos cuando el niño esté preparado para ello.

4.3. Instrumentos de artesanía infantil.

Aunque lo mejor es que utilicen los instrumentos originales, simultáneamente, el niño


puede participar en la construcción de instrumentos musicales de percusión,
pensemos en:

 Tambor: caja de madera, latas…


 Botella de anís para rasgar con una cuchara.
 Timbales: 2 contenedores de detergente de lavadora.
 Maracas: botes…
 Caja china: taco de madera y palo
 Platillos: tapaderas.
 Claves: hechas con trozos de palo de escoba.

4.4. Canciones.

Es otro de los recursos básicos para educación vocal. La variedad es inmensa: desde
las canciones creadas exclusivamente para niños hasta las canciones plenamente
populares (canciones de cuna, cantinelas para despertar, pequeños juegos con las manos,
canciones para juegos de corro, cantos enumerativos, sortilegios infantiles.

4.5. Los bailes.

Basándonos en la relación música-movimiento “el baile” es otro recurso didáctico


fundamental en la educación musical.
Mediante este recurso el niño aprende a orientarse en el espacio, a conocer su cuerpo, a
conocer sus limitaciones… etc. Aunque se le enseñaran determinados bailes o danzas,
siempre debe primar la imaginación y la originalidad.

Las melodías que pueden servir de punto de partida para la libre expresión o para
montar sencillas coreografías son:

 Valses: estimulan al niño a realizar amplios movimientos del cuerpo y elevación


de los brazos así como a una mayor utilización del espacio.
 Largos y andantes: estimulan los movimientos amplios y suaves del cuerpo y
son relajantes.
 Polkas: animan a dar saltos y provocan sentimientos de alegría.
 Danzas: comunican euforia.
 Música comercial bailable: conectan al niño con su medio ambiente.
 Música bailable del folklore de la región: ayudan a la identificación cultural
con la región donde habita.
 Ritmos marcados con instrumentos de percusión: favorecen la precisión de
movimientos.

5. EL FOLKLORE POPULAR.

Entendemos por folklore el conjunto de tradiciones y costumbre de un pueblo


nacidas de sus vivencias y de las características propias de sus circunstancias.

España es un país rico en folklore. Cada región aporta a éste unas características
peculiares que hay que tener en cuenta a la hora de programar las actividades.

Si pretendemos que los niños vivan y en su momento transmitan la tradición de sus


mayores será necesario fomentar las celebraciones típicas del entorno y que disfruten de
los Carnavales, romerías, comparsas y pasacalles.

También en la Escuela Infantil se puede llevar a cabo una labor de recuperación de


canciones, bailes, juegos, cuentos, trabalenguas, poesías… siempre que se adapten al
nivel madurativo de los niños y se puedan vincular con sus intereses. En ello pueden
desempeñar un papel importante las familias aportando sus propias vivencias y
conocimientos.
Juegos, rondas y canciones tradicionales, así como la música autóctona y regional
deberán utilizarse a menudo para conservar el acervo cultural de la región donde viven y
contrarrestar las influencias excesivamente unificadoras debidas fundamentalmente a
los medios de difusión.

Las danzas sencillas pueden ir acompañadas de ritmos populares de la región como


una forma de ir introduciendo la vida de la comunidad en la Escuela Infantil. Se trata de
que vayan aprendiendo pequeños movimientos y pases a medida que van siendo capaces
de controlar mejor su cuerpo y atenerse a unas reglas, es decir, a la coreografía de la
danza.

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