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Akefandro Ávila Bpada


Joaq_uín Poch i Bullich (comps.)

Manual de técnicas
de psicoterapia
Un enfoque psicoanalítico
Bachs i Comas y Pere Notó i Brulles 15. REGRESIÓN Y ANSIEDADES DE SEPARACIÓN:
FINALIZACIÓN DEL TRATAMIENTO
1mina de pronto la con-
:> experimenta». Se dife-
teriormente, se revisa el JOAQUIM PocH I BULLICH y FRANCESC MAESTRE LORÉN
proceso del duelo, por

ltades y obstáculos que


os mecanismos defensi-
cia en cuanto resisten-
icamente. El acting out
ción terapéutica negati-
ión de la perspectiva» I. INTRODUCCIÓN
tancamiento, son fenó-
un concepto de «nega- Dos fenómenos clínicos fundamentales en la psicoterapia de orientación psi-
onscientes que amena- coanalítica son la regresión y las ansiedades de separación. Van a desplegarse
con mayor o menor intensidad en el transcurso del proceso psicoterapéutico,
siendo muy evidente su aparición en la fase final del tratamiento. En esta fa-
se, en la que los logros terapéuticos suelen cuestionarse, resultando de ello
una consolidación o pérdida de los mismos, parece decisivo que el foco de
trabajo del tratamiento tenga muy presente los aspectos regresivos y los que
se vinculan con las ansiedades de separación.
ne una especial impor- Con el fin de acercar al lector a las facetas más importantes de estos fe-
ra magna Fundamentos nómenos clínicos, abordaremos los siguientes puntos. En primer lugar, qué
deudor en algunos de se entiende por regresión, cuántos tipos de regresión podemos diferenciar y
referencia básica el li- cuál es su relación con el encuadre psicoterapéutico. Luego, intentaremos
sicoanalítica (1987). precisar conceptualmente ese sentimiento intrapsíquico de inquietud y ma-
lestar que denominamos ansiedad de separación y cómo debe tratarse en el
marco de una relación terapéutica. Por último, nos centraremos en la finali-
zación del tratamiento y estudiaremos cuándo y cómo es adecuado que fina-
Mediterranéennes, núm. lice un tratamiento psicoterapéutico, los diferentes tipos con los que nos en-
contramos en la práctica clínica y los aspectos clínicos más importantes que
el terapeuta ha de contemplar para trabajar el final del tratamiento.
{ Psychonalysis, Nueva
del psicoanálisis, Méxi-

cía, sus aspectos teóricos II. REGRESIÓN Y ENCUADRE

el analista, Buenos Ai- Hay que subrayar que la regresión es un fenómeno natural de la especie hu-
mana que puede observarse en numerosas situaciones. Así por ejemplo, en el
e el lector puede revisar comportamiento del niño pequeño que afronta su primer día de escuela es
terapéutica negativa. frecuente observar la aparición de alguna alteración psicosomática (dolor de

Universidad de Barcelona y Fundación Puigvert de Barcelona.


334 Joaquim Poch i Bullich y Francesc Maestre Lorén
Regresión y ansiedades de

barriga, vómitos, etc.) o simplemente una rabieta. Podrían entenderse estas


gresión alcanzados
reacciones como comportamientos regresivos que persiguen evitar lo desco-
para contener la ai
nocido refugiándose en lo conocido de la enfermedad. También un adulto,
también podemos
frente a una simple gripe, experimentando la situación de tener que inte-
del nivel de regresi
rrumpir temporalmente su actividad propiamente adulta, puede evocar situa-
ciones infantiles de similar desvalimiento y, de esta forma, comportarse como
lo hiciera antaño, haciéndose llevar la comida a la cama y requiriendo todo
n.2. Regresión tet
tipo de cuidados como podría hacerlo un niño de relativa corta edad.
Si bien las manifestaciones regresivas pueden tener este carácter benigno
Es un fenómeno pi
y característico de las relaciones afectivas entre las personas, también pueden
estar asociadas a estados mentales de intenso sufrimiento y, en ocasiones, de
marco (settingJ * ;;¡
so de tratamiento.
descompensaciÓn.
demanda de ayud~
Es en el seno de la teoría psicoanalítica donde se va a desarrollar teórica-
plo, en la conducta
mente el concepto. Cuando hablamos de regresión nos referimos a un ~
neral por una enft
meno psíquico que se caracteriza: «por el uso de modalidades de funciona-
expresan su desesp
miento psíquico [tipo de relaciones objetales, formas de organización del yo,
sidad de dependen
tipos de satisfacción libidinal, etc.] que no pertenecen al momento evolutivo
énfasis y relevancia
en el que se encuentra el paciente; por el desequilibrio de la estructura de
a una o a verías vec
la personalidad constituida por tres instancias psíquicas [yo, superyó y ello];
, Este tipo de re;
y por el paso de un nivel de expresión y comportamiento a un nivel inferior
con la ayuda del t<
si nos atenemos a su complejidad, estructuración y diferenciación» (Sandler,
hacen sufrir y que
Dare y Holder, 1971). Según Laplanche y Pontalis (1974), los puntos de vista
ayuda. Ahora bien,
genético, tópico y formal, que acabamos de mencionar, engloban las acepcio-
comportamiento de
nes que Freud atribuyó al concepto de regresión a lo largo de su obra. En la
sino un obstáculo p
actualidad, esta visión se completa añadiendo que la regresión también im-
No cabe duda<
plica un estado de desintegración de la personalidad y que, por tanto, puede desvalimiento y, po
estar vinculada a diferentes manifestaciones psicopatológicas (Coderch,
sibilidades de supe1
1987).
saludable es una o
Pero precisemos todavía más lo que se entiende por regresión. De acuer- restaurar la natural
. do con Etchegoyen (1986), si enfocamos el fenómeno regresivo desde las po- miento.
sibilidades técnicas de intervención, podemos diferenciar, fundamentalmen-
En este punto e
te, dos tipos de regresión:
explicar por qué el
nifiesta unas caract<
concibe que duran
111. Regresión psicopatológica mientas importante
tos» se van a organi
Es un fenómeno que se vincula directamente a las características psicopato-
organización de la J
lógicas del paciente. Se entiende que la regresión es _pn_ estad.Q.....d_~ desorgani-
objeto, tipo de def1
zación personal derivado de situaciones de frustración que tienen su origen minantes, etc.). Por
en los propios conflictos intrapsíquicos del paciente o en las presiones y li-
mitaciones externas que éstos han de soportar. Se expresarán unos determi- * La regresión es u
el capítulo 12 a propósi
nados aspectos psicopatológicos y no otros en función de los niveles de re- los comps.]
dlich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de separación: finalización del tratamiento 335

Irían entenderse estas gresión alcanzados y de los mecanismos defensivos que se hayan organizado
iguen evitar lo deseo- para contener la ansiedad derivada de dicho estado. Y en el mismo sentido,
. También un adulto, también podemos entender la gravedad del cuadro clínico como una función
in de tener que inte- del nivel de regresión del comportamiento.
a, puede evocar situa-
na, comportarse como
1a y requiriendo todo
11.2. Regresión terapéutica
va corta edad.
este carácter benigno Es un fenómen~e_g relacl§n asistenci_al que se va a establecer en el
onas, también pueden marco (settin~ '/, psicoterapéutico y que se desencadena en el curso del proce-
1to y, en ocasiones, de so de tratamiento. Es decir, cualquier persona encarada a una situación de
demanda de ayuda va a manifestar ciertos fenómenos regresivos. Por ejem-
a a desarrollar teórica- plo, en la conducta de un paciente que acude a una consulta de medicina ge-
s referimos a un fenó-
lalidades de funciona- ----- neral por una enfermedad leve podemos observar aspectos regresivos que
expresan su desesperanza, su indefensión y desvalimiento, así como su nece-
le organización del yo, sidad de dependencia. Todos estos aspectos podemos observarlos con mayor
al momento evolutivo énfasis y relevancia en una relación como la psicoterapéutica, ya sea reglada
io de la estructura de a una o a verías veces por semana, con o sin tiempo limitado.
ts [yo, superyó y ello]; Este tipo de regresión será útil en la medida en que el paciente consiga,
nto a un nivel inferior con la ayuda del terapeuta, elaborar aquellas dificultades personales que le
:erenciación» (Sandler, hacen sufrir y que, probablemente, le indujeron a hacer una demanda de
74), los puntos de vista
ayuda. Ahora bien, si la regresión se extiende de una forma masiva a todo el

¡
engloban las acepcio- comportamiento del paciente su efecto será de signo contrario, no será útil,
rgo de su obra. En la sino un obstáculo para el buen curso del tratamiento.
egresión también im- No cabe duda de que un paciente capaz de dejarse cuidar, que acepte su
que, por tanto, puede desvalimiento y, por tanto, que pida ayuda y confíe en recibirla tiene más po-
atológicas (Coderch, sibilidades de superar sus conflictos. En el contexto psicológico, la regresión
saludable es una oportunidad para que el paciente, a través de ella, pueda
r regresión. De acuer- restaurar la natural tendencia de todo individuo hacia el desarrollo y creci-
egresivo desde las po- miento.
iar, fundamentalmen- En este punto es necesario que nos refiramos al concepto de__fijación para
explicar por qué el fenómeno regresivo que observamos en un paciente ma-
nifiesta unas características y no otras. Desde la perspectiva psicoanalítica se
concibe que durante el desarrollo van a tener lugar una serie de aconteci-
mientos importantes en la vida de cualquier persona. Alrededor de estos «hi-
tos» se van a organizar las diferentes estructuras psíquicas que determinan la
acterísticas psicopato- organización de la personalidad particular de ese sujeto (tipo de relación de
f estad~d~i- objeto, tipo de defensas preferentes, rasgos caracteriales, ansiedades predo-
que tienen su ongen minantes, etc.). Por esta razón, las fijaciones psicológicas actuarán como mo-
en las presiones y li-
,, La regresión es uno de los efectos inducidos por el setting Recuérdese lo expuesto en
resarán unos determi-
el capítulo 12 a propósito del contexto y encuadre de la psicoterapia psicoanalítica. [Nota de
de los niveles de re- los comps.]
336 ]oaquim Poch i Bullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de st

jones en el largo curso del desarrollo vital y se convertirán en los puntos de contención es la re¡
referencia a los que recurrirá el sujeto cuando se encuentre enfrentado a si- fenómenos. Desde e
tuaciones difíciles o desconocidas. Suelen ser situaciones que impiden o difi- sesiones por semarn
cultan una adecuada satisfacción de los deseos y anhelos libidinales debido, sivos en toda suma
fundamentalmente, a la existencia de conflictos intrapsíquicos y/ o importan- de las condiciones ,
tes limitaciones externas. Podemos entender entonces que las fijaciones ac- fenómeno van a es1
túan como factores predisponentes de las regresiones, en el sentido de una sesiones semanales,
marcha atrás en el desarrollo que se instala en esos puntos de fijación. breves o a plazo inc
vas o de insight; psi
peuta, gravedad de 1
CUADRO l. Esquema sobre los conceptos de fijación. Los fenómenos
mient~ a abord:
ción que mantiene e
transferencia!. Es po
individuo la posibili
sentimientos, forma:
conflictivos de su e
7/ 1 constituyen puntos
o A-V estas manifestacionc
una constelación de
nado de relación ol
crecimiento sin el la
debe fomentarse de
Fiijaciones Suceso vital yen (1986), se ha de
unos niveles óptimoi
- ·- La experiencia c
NOTA: La fijación se realizaría durante las fases del desarrollo psicosexual (0: oral, A: anal, F: fálica, E: forma graduada o m
período edípico, L: latencia). Durante la fase adulta o de la vejez (A y A-V}, los diferentes hechos traumá- masiva,-en bloque, d
ticos propios de la vida (sucesos de vida o lije events) podrían condicionar regresiones (expresadas por
las flechas curvas) a los diferentes puntos de fijación establecidos durante el desarrollo psicosexual).
un obstáculo que ur
tenso el paciente pie
(los aspectos más m
Los motivos de estas fijaciones hay que buscarlos en el período del desa- los que le permiten ,
rrollo infantil, en donde según Abraham (1924) y Klein (1940), el bebé y el mental, a la vez que 1
niño pequeño experimentan ansiedades muy intensas: por la pérdida de la
persona que le cuida y alimenta y por el temor a que sus objetos parentales
les hagan sufrir como castigo por sus propias fantasías de ira y odio dirigidas
contra ellos. III. ANSIEDAD DE SJ
En el contexto de un proceso psicoterapéutico el encuadre no sólo actúa
permitiendo que se exprese aquello que ya existía, aunque diseminado por III.1. El concepto dt
una multitud de otras relaciones, sino que contiene las manifestaciones re-
gresivas en la actualidad de la relación terapéutica. A nuestro modo de ver, Es un tipo de ansiec
la organización de un marco de trabajo estable, firme y con capacidad de meros días de la vid:
ullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de separación: finalización del tratamiento 337

titán en los puntos de contención es la respuesta técnica más racional y válida para afrontar estos
1entre enfrentado a si- fenómenos. Desde esta perspectiva técnica, un encuadre psicoanalítico de cinco
.es que impiden o difi- sesiones por semana va a permitir dicho despliegue de los fenómenos regre-
:los libidinales debido, sivos en toda su magnitud. No ocurre así en la psicoterapia psicoanalítica don-
síquicos y/o importan- de las condiciones de trabajo y con ellas las posibilidades de expresión del
que las fijaciones ac- fenómeno van a estar condicionadas por multitud de variables: número de
en el sentido de una sesiones semanales, duración del tratamiento en su globalidad (psicoterapias
os de fijación. breves o a plazo indefinido), objetivos del tratamiento (psicoterapias expresi-
vas o de insight,· psicoterapias de soporte o de apoyo), experiencia del tera-
peuta, gravedad de la sintomatología del paciente, etcétera.
Los fenómenos regresivos que yayan apareciendo en el curso del trata-
mient~- a abordarse siempre como aspectos de un tipo particular de rela-
ción que mantiene el paciente con el terapeuta y que denominamos relación
transferencial. Es por esto que el adecuado trato de la transferencia ofrece al
individuo la posibilidad de actualizar, en el curso de la psicoterapia, deseos,
sentimientos, formas de relación y fantasías correspondientes a momentos
conflictivos de su desarrollo personal, que porque no pudieron elaborarse
constituyen puntos de fijación. Así pues, el trabajo sistemático sobre todas
A-V estas manifestaciones va a permitir que se movilicen, expresen y elaboren
una constelación de ansiedades y defensas prototípicas de un tipo determi- \
nado de relación objetal y va a hacer posible que el individuo reanude su
1
crecimiento sin el lastre que representaban dichas fijaciones. La regresión no
debe fomentarse de forma indiscriminada. Como bien nos advierte Etchego-
so vital yen (1986), se ha de procurar que la regresión se sitúe siempre dentro de
unos niveles óptimos.
La experiencia clínica nos muestra que la regresión puede producirse de
1 (0: oral, A: anal, F: fálica, E:
forma ~aduada o masiva. El riesgo de que la regresión se presente de forma
, los diferentes hechos traumá- masiva, en bloque, de forma muy intensa y permanente va a representar más
ar regresiones (expresadas por un obstáculo que una posibilidad de trabajo. En un estado regresivo tan in-
1 desarrollo psicosexual).
tenso el paciente pierde sus capacidades de autoobservación y organización
(los aspectos más maduros y sanos de su personalidad). Estos aspectos son
n el período del desa- los que le permiten comunicar al terapeuta qué ocurre dentro de su espacio
1in (1940), el bebé y el mental, a la vez que mantener y afianzar la relación de trabajo.
: por la pérdida de la
sus objetos parentales
de ira y odio dirigidas
III. ANSIEDAD DE SEPARACIÓN Y PROCESO TERAPÉUTICO
ncuadre no sólo actúa
nque diseminado por 111.1. El concepto de ansiedad de separación
las manifestaciones re-
nuestro modo de ver, Es un tipo de ansiedad cuyas manifestaciones pueden detectarse en los pri-
e y con capacidad de meros días de la vida. Por un lado, cabe considerarlas como acontecimientos
338 Joaquim Poch i Bullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de

naturales en el desarrollo de cualquier persona y, en este sentido, podemos aunque sin utiliza
atribuirles un valor promotor de desarrollo. Así es como podemos pensar en Freud, existía una
las primeras separaciones del bebé y su madre, en las del niño en edad de es- o a la pérdida efec
colarización ante las separaciones del hogar, en las de los adolescentes en sus vo en que .se enc1
primeros enamoramientos infructuosos, en la muerte de seres queridos, en connotaciones de ,
las pérdidas de los ideales de la juventud, en los duelos por las pérdidas del
propio cuerpo joven al pasar a la edad madura, etcétera. a. Una reacc
Por otro lado, las ansiedades de separación también cabe considerarlas cuyas manifestacic
como factores que pueden influir negativamente sobre el desarrollo. Será así b. Una reacc
cuando se manifiesten con una intensidad y prevalencia muy importante. Los esté presente, ya q
estudios de Bowlby (1979a, 1979b), centrados en la separación y la ansiedad c. Una reacc
generada por ella como reacción ante la pérdida de la figura de apego (real o el amor de la mad
fantaseada), demuestran el efecto desorganizador que este tipo de ansiedad
puede tener sobre la personalidad. Aunque desde otra perspectiva, las obser- Posteriorment
vaciones de Spitz (1960, 1973) sobre las consecuencias primarias de la frus- como algo específ
tración afectiva 1 (entre las que podemos destacar lo que el autor denomina pranas. Su concep
«el coma del recién nacido», promovido por el rechazo parental de forma in- de alguna manera
mediata y por medio de actitudes pasivas), también serían pruebas a favor de separación o de la
la enorme vulnerabilidad que se experimenta ante unas intensas ansiedades trados por el bebe
de separación y las consecuencias dramáticas que pueden producirse según éonducirán a que
el momento del desarrollo en que esto acontezca. minada y específo
Cuando hablamos de ansiedad de separación nos referimos a un senti- manos de los obj(
miento intrapsíquico de inquietud, malestar, desazón, etc., que experimenta ner un buen obje
el sujeto ante una situación de separación. A la idea de que este sentimiento separación, ansied
está presente a lo largo de la evolución normal del ser humano, cabe añadir con claridad.
que adquiere su punto culminante con el surgimiento de lo que M. Mahler Antes de acab
ha denominado la individualidad, momento del desarrollo en el que el niño pedal las aportad
consolida su capacidad para la diferenciación y discriminación afectiva entre llo normal por la:
el interior y el exterior, entre el sel/ y el no-sel/. mentarse a sí mist
Intentemos ahora dar algunas precisiones sobre el concepto de ansiedad tanto, capaz de to
de separación. Para ello nos basaremos en la excelente revisión de Campo y Mahler son: autís1
Folch (1978) sobre dicho tema. Ya Freud se refirió a este tipo de ansiedad, los demás objeto:
una vaga discrimi
1 En la actualidad continúa teniendo interés la sistematización que realizó Spitz de la pa-
duación (proceso
tología por frustración afectiva. Basándose en sus estudios y observaciones, este autor relacio-
na una serie de actitudes parentales (en especial las maternas) durante el primer año de vida
con una serie de trastornos del niño. Diferencia dos tipos de trastornos:
2 Aunque en su t

a. Psicotóxicos: Vinculados a actitudes de rechazo, disposición ansiosa hacia el cuidado, cha denominación en
hostilidad oculta, fluctuación emocional, oscilaciones del humor ... y que se manifestarían en > Sería prolijo re•
el niño como: el coma del recién nacido, vómitos, cólicos, eczema, hipermotilidad, etcétera. concepto, pero podrí,
b. Defectivos o carenciales: Vinculados a privaciones parciales o totales del apego. Se tenido» de W. Bion (
manifestarían en el niño como depresión anaclítica, infecciones importantes o, incluso, la hesiva» de D. Meltze1
muerte. autística-contigua» de
lullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de separación: finalización del tratamiento 339

este sentido, podemos aunque sin utilizar la denominación que utilizamos en la actualidad. Para
no podemos pensar en Freud, existía una ansiedad vinculada a la amenaza de pérdida de un objeto
lel niño en edad de es- o a la pérdida efectiva de dicho objeto y que dependía del momento evoluti-
los adolescentes en sus vo en que se encuentra la persona. En base a esto, podemos discernir tres
de seres queridos, en connotaciones de este tipo de ansiedad:
::is por las pérdidas del
L a. Una reacción que es consecuencia del trauma del nac1m1ento y
,ién cabe considerarlas cuyas manifestacione_s se observan, fundamentalmente en el plano biológico.
: el desarrollo. Será así b. Una reacción que es consecuencia de la necesidad de que la madre
ia muy importante. Los esté presente, ya que todavía no constituye un objeto estable para el niño.
paración y la ansiedad c. Una reacción que es consecuencia del sentimiento de haber perdido
figura de apego (real o el amor de la madre.
este tipo de ansiedad
. perspectiva, las obser- Posteriormente, M. Klein tampoco aludirá a la ansiedad de separación
1s primarias de la frus- como algo específico 2, sino que relaciona la separación con ansiedades tem-
:iue el autor denomina pranas. Su concepción de cómo se va construyendo el mundo interno pivota,
::i parental de forma in- de alguna manera, sobre este punto, ya que serán los repetidos procesos de
rían pruebas a favor de separación o de la madre o figura sustitutiva, y la manera en que serán regis-
1as intensas ansiedades trados por el bebé (desde la posición esquizo-paranoide o la depresiva) que
eden producirse según conducirán a que la personalidad del sujeto vaya cristalizando en una· deter-
minada y específica estructura (desde lo paranoide el bebé temería caer en
s referimos a un senti- manos de .los objetos persecutorios y desde lo depresivo temería no mante-
' etc., que experimenta ner un buen objeto interno). En el pensamiento kleiniano los conceptos de
le que este sentimiento separación, ansiedad y desarrollo de la relación de objeto se interrelacionan
r humano, cabe añadir con claridad.
) de lo que M. Mahler Antes de acabar con este apartado 3 nos parece que tienen un interés es-
rollo en el que el niño pecial las aportaciones de M. Mahler, quien sistematiza las fases del desarro-
rninación afectiva entre llo normal por las que transita toda persona antes de ser capaz de experi-
mentarse a sí mismo como un individuo particular y distinto del resto y, por
1concepto de ansiedad tanto, capaz de tolerar las separaciones. Las fases del desarrollo que postula
e revisión de Campo y Mahler son: autística normal (el niño vive realmente como si fuera uno con
este tipo de ansiedad, los demás objetos), simbiótica (continúa la indiferenciación, pero se inicia
una vaga discriminación afectiva entre él y los demás) y separación-indivi-
n que realizó Spitz de la pa- duación (proceso intrapsíquico en el que es posible darse cuenta de que se
:vaciones, este autor relacio-
rante el primer año de vida
,rnos:
2 Aunque en su trabajo «Notas sobre algunos mecanismos esquizoides» se encuentra di-

ón ansiosa hacia el cuidado, cha denominación en una ocasión, aunque entre paréntesis.
... y que se manifestarían en > Sería prolijo resumir aquí las aportaciones que han efectuado otros autores sobre este
hipermotilidad, etcétera. concepto, pero podría ser de utilidad citar las siguientes referencias teóricas: «continente-con-
ales o totales del apego. Se tenido» de W . Bion (1962, 1963, 1965), «segunda piel» de E. Bick (1968), «identificación ad-
s importantes o, incluso, la hesiva» de D. Meltzer (1975), «posición autística» de F. Tustin (1966, 1981, 1986) y «posición
autística-contigua» de T. Odgen (1989).
340 Joaquim Poch i Bullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de !

está separado de los demás y de que la satisfacción de las necesidades pro- de que puedan adi
vienen del exterior). el natural despliegt:
La ansiedad de separación adquiere con esta autora un sentido particu- Una advertencia
lar al entenderse como un motor que conduce hacia los fines del desarrollo fenómenos clínicos
normal. De la misma forma, el fracaso en la adquisición de la capacidad para vo sería ayudar al I
separarse implicará la aparición de determinados trastornos psicopatológicos. mos adecuado qm
podrían generar ur
miento.
m.2. La ansiedad de separación en el proceso psicoterapéutico Veamos ahora <
so de las diferentes
El setting o marco relacional terapéutico crea las condiciones idóneas para
que las ansiedades de separación se manifiesten en toda su amplitud. El pro- a. Fase inicial:
ceso psicoterapéutico está organizado en torno a unas regularidades de espa- de cuáles son las át
cio y tiempo (sesiones semanales, duración pactada de las sesiones con un mas van a constitu
inicio y un final, vacaciones, etc.), períodos de contactos y ausencia entre pa- adecuada alianza dt
ciente y terapeuta que, por un lado, favorecerán el despliegue de este tipo de estos momentos, la
ansiedades y, por otro lado, deberán ofrecer la contención necesaria para muy limitada (aunq
que puedan comprenderse y elaborarse. ciente), poco sistem
Hay que señalar que este tipo de ansiedad va a surgir en diferentes cial.
momentos del tratamiento y no únicamente al finalizar el mismo como po- Es importante e
dría pensarse. Por el contrario, la realidad de cualquier tratamiento se manifestaciones de
compondrá de múltiples separaciones: de -sesión a sesión, de semana a se- nas razones: a. a n
mana, en las vacaciones y, desde luego, al final del proceso psicoterapéuti- por el paciente ante
co. No obstante, es tan importante como difícil trabajar con este tipo de paciente, por respet
ansiedades, ya que por su propia naturaleza van a expresarse de múltiples miento, la expresiót
maneras, muchas veces difícilmente reconocibles. Así, por ejemplo, es se- sarrollo del tratamie
guro que se cometería un grave error técnico si ante unas inminentes vaca- b. Fase media:
ciones se interpretaran sistemáticamente todas las comunicaciones del pa- miento. En él se abe
ciente como haciendo referencia a la separación. Tampoco sería adecuado tivos del tratamientc
considerar que existe una única forma de vivir las separaciones (con año- yan el entramado <
ranza, enfado, pena, etc.), sino que la experiencia de la separación deberá ansiedades que irán
referirse a la realidad tanto interna como externa del paciente concreto El paciente irá afron
que está en tratamiento. sidad y dependenci2
Sin duda, las características de la personalidad del paciente - relaciones rapéutica. Con ello,
de objeto, ansiedades y defensas predominantes, rasgos caracteriales y psico- concreta y perfilada.
patológicos- y el entorno social real en el que se desenvuelve - pérdidas c. Fase final: E:
recientes de personas significativas, red social de apoyo ...-, influirán en la psicoterapéutico. Pu
expresión e intensidad con que se va a vivir la separación. paciente se ve aboca
Si las separaciones connaturales al ritmo del proceso de tratamiento in- to de su mundo inte
fluyen en el transcurso del mismo y deben ser consideradas y trabajadas ade- interpersonales y su
cuadamente, ¿qué no decir de las interrupciones inesperadas? Por ello, técni- mayor intensidad. Al
camente es imprescindible incluirlas en el trabajo con el paciente con el fin sin que ello le cond
!lich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de separación: finalización del tratamiento 341

las necesidades pro- de que puedan adquirir sentido, ya que de otra forma podrían obstaculizar
el natural despliegue del proceso psicoterapéutico.
a un sentido particu- Una advertencia: Cualquier tipo de psicoterapia no podrá abordar estos
,s fines del desarrollo fenómenos clínicos. Así, en una psicoterapia dinámica de apoyo (cuyo objeti-
de la capacidad para vo sería ayudar al paciente a reorganizar su comportamiento) no encontraría-
nos psicopatológicos. mos adecuado que se incidiera sobre ' este tipo de ansiedades, ya que se
podrían generar unos efectos que irían contra el propio objetivo del trata-
miento.
IJéutico Veamos ahora cómo evoluciona la ansiedad de separación en el transcur-
so de las diferentes fases del tratamiento:
ciones idóneas para
su amplitud. El pro- a. Fase inicial: En términos generales se caracteriza por la delimitación
gularidades de espa- de cuáles son las áreas problemáticas en la vida del paciente, de qué proble-
~ las sesiones con un mas van a constituir el objetivo del tratamiento y la consolidación de una
y ausencia entre pa- adecuada alianza de trabajo que haga posible el proceso psicoterapéutico. En
iegue de este tipo de estos momentos, las ansiedades de separación pueden tener una expresión
nción necesaria para muy limitada (aunque esto siempre dependerá de las características del pa-
ciente), poco sistemática y, frecuentemente, alejada de la relación transferen-
surgir en diferentes cia!.
el mismo como po- Es importante que el terapeuta haga una «recolección» cuidadosa de las
uier tratamiento se manifestaciones de tal tipo de ansiedad en esta fase del tratamiento. Por va-
ión, de semana a se- rias razones: a. a nivel técnico para poder configurar el «patrón» utilizado
ceso psicoterapéuti- por el paciente ante las separaciones, b. a nivel de la relación personal con el
jar con este tipo de paciente, por respeto a sus emociones y c. a nivel del propio curso del trata-
resarse de múltiples miento, la expresión de estas ansiedades y su abordaje facilitarán el buen de-
por ejemplo, es se- sarrollo del tratamiento y la vinculación entre sus protagonistas.
nas inminentes vaca- b. Fase media: En general suele ser el período más extenso del trata-
unicaciones del pa- miento. En él se abordarán las áreas problemáticas seleccionadas como obje-
poco sería adecuado tivos del tratamiento, las resistencias, ·las ansiedades y defensas que constitu-
araciones (con año- yan el entramado de las dificultades del paciente. Sin duda, un tipo de
a separación deberá ansiedades que irán cobrando sentido para el paciente son las de separación.
1 paciente concreto El paciente irá afrontando y asumiendo en el transcurso de esta fase la nece- .
sidad y dependencia del terapeuta, irá comprendiendo cuál es la función te-
aciente -relaciones rapéutica. Con ello, las separaciones adquirirán una plasticidad cada vez más
caracteriales y psico- concreta y perfilada.
envuelve -pérdidas c. Fase final· Es éste un momento especialmente delicado del proceso
o... -, influirán en la psicoterapéutico. Pudiendo reconocer el valor de la función terapéutica, el
paciente se ve abocado al desarrollo de una gran sensibilidad perceptiva, tan-
so de tratamiento in- to de su mundo interno como externo, que si bien enriquece sus relaciones
das y trabajadas ade- interpersonales y su vida intrapsíquica, también implica sufrir y gozar con
adas? Por ello, técni- mayor intensidad. Ahora las separaciones van a vivirse en toda su magnitud,
1 paciente con el fin sin que ello le conduzca a un estado mental de desesperación. Esto es así
342 Joaquim Poch i Bullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de s,

gracias a que el paciente ha sido capaz de construir un espacio mental pobla- que iba a tener con
do de nuevas relaciones con un nuevo valor simbólico, que van a pervivir a despedirse. La pacie1
pesar de las ausencias físicas. lo que no pudo hao
de la paciente la llev
En tanto que esto se ha logrado a través de la relación terapéutica, la gra- rapéutico.
T : Usted recuerd,
titud y el afecto hacia el terapeuta también se han profundizado y consolida-
ba que también aquí 1
do, proporcionando al dolor por la pérdida del tratamiento una nueva di- P: Sí, ya lo piense
mensión. da. Mejor pensar qw
La fase final del tratamiento es una oportunidad para reelaborar la forma Todos hemos salido n
como el paciente venía enfrentándose a la-s ansiedades de separación. Una de T: Quizá le duele
las tareas del terapeuta es la de ayudar a los pacientes a que, desde las nuevas el grupo, con la doc1
capacidades desarroliadas en el seno del tratamiento, puedan afrontar la finali- miento de que ha ap
zación del tratamiento y, al fin y al cabo, la pérdida o separación de su tera- mos; sin embargo, tar
peuta al que está unido por un fuerte vínculo afectivo y de reconocimiento. hasta el final de la ter:
A continuación presentaremos un resumen de dos sesiones de psicotera- La paciente cont~
pia breve donde, por diversas circunstancias, las ansiedades de separación se venir». A continuacié
cuando se separó de 1
despliegan de forma muy clara y llegan a constituir el foco del trabajo tera-
En la sesión sigui
péutico 4 •
doctor B. Continúa h
y asesinato aparecidai
Se trata de una paciente de unos cuarenta y tantos años, separada y con dos hijos. sar en el hospital. La
Coincidiendo con la boda de su hija sufrió una descompensación psicótica de tipo rición», puesto que b
maníaco-depresivo por la que ingresó en un hospital psiquiátrico. Tras el alta, fue nir a despedirse. Más
atendida en un Centro de Asistencia Primaria en Salud Mental donde le ofrecieron que todo ello puede
una terapia de grupo. Al finalizar dicha terapia se le propuso iniciar una psicoterapia tranquilizarse diciend
breve de 36 sesiones de duración, que aceptó. Con ello se pretendía trabajar la gran miento que le supuso
necesidad de la paciente a instalarse en relaciones de dependencia y su frustración P: Con mi maride
intolerable frente a las separaciones. ría, aunque él nunca
A las pocas semanas de comenzada la terapia ocurrió que la psiquiatra (doctora chos años con esto e1
A) que realizaba el seguimiento de la medicación que tomaba la paciente tuvo que pasé muy mal, ahora
dejar el centro, con lo que se le asignó un nuevo psiquiatra (doctor B). De esta for- muy sola con todo est
ma, la paciente se vio envuelta en un proceso de separación que movilizó ansiedades
T: Ahora ha reco
directamente relacionadas con el núcleo de su conflicto. usted estaba dispuest
Veremos algunos momentos de las sesiones de esa época del tratamiento. presaba que no podía
padres, su madre agu2
Cuando la terapeuta va a recibir a la paciente a la sala de espera, ésta se mues- P : Esto nunca lo
tra desorientada y confusa, «tenía hora con el doctor B a las 9, pero no me ha lla- modo, me lo he podic
mado [...]». Y a dentro del despacho, la paciente comprueba en su agenda el día de Continúa explicar
visita con el psiquiatra. «Ay, qué lío, pues de tanto que quiero acordarme de las peuta interpreta esto
cosas, pues toda :.a semana he estado pensando que tenía visita con el doctor B, le hacía tan difícil qm
ahora va y se me olvida. Con tantas cosas al final me hago un lío.» La terapeuta le ' ! O que ingresar, la cm
señala que esto mismo le había pasado con la doctora A en la última entrevista P: Mi marido me
es ahora que veo que
4 Agradecemos a la terapeuta M. Santamaría que nos haya permitido utilizar el material
preocupada, era muy j
que aquí incluimos. Acaba la sesión.
~llich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de separación: finalización del tratamiento 343

espacio mental pobla- que iba a tener con ella por motivo de su despedida, de quien al final no pudo
que van a pervivir a despedirse. La paciente responde interesándose por la posibilidad de poder hacer
lo que no pudo hacer, lo que «se le olvidó», despedirse. La asociación posterior
de la paciente la lleva a recordar que «me supo mal» cuando se acabó el grupo te-
rapéutico.
5n terapéutica, la gra-
T: Usted recuerda situaciones de despedidas que le han sido dolorosas y pensa-
mdizado y consolida-
ba que también aquí hemos planteado que acabaremos dentro de cuatro meses.
íliento una nueva di- P: Sí, ya lo pienso, pero mejor no pensarlo mucho porque si no no haríamos na-
da. Mejor pensar que he entendido más cosas en el grupo y que me ha ido bien.
:a reelaborar la forma Todos hemos salido mejor del grupo.
le separación. Una de T: Quizá le duele y le cuesta pensar que las experiencias que ha tenido aquí con
que, desde las nuevas el grupo, con la doctora A, conmigo, se acaban, aunque también expresa su senti-
~dan afrontar la finali- miento de que ha aprendido cosas y de que quiere aprovechar el tiempo que tene-
;eparación de su tera- mos; sin embargo, también se quejaría de que siente que no tiene espacio suficiente
le reconocimiento. hasta el final de la terapia.
La paciente contesta diciendo, «sí que da pena que se acabe, hoy tenía ganas de
sesiones de psicotera-
venir». A continuación explica lo sola y poco atendida que se sintió por su familia
ades de separación se
cuando se separó de su marido. Acaba la sesión.
foco del trabajo tera- En la sesión siguiente, al inicio, la paciente explica que viene de la visita con el
doctor B. Continúa hablando de que le han afectado unas noticias de desapariciones
y asesinato aparecidas en la televisión y expresa que por nada quisiera volver a ingre-
parada y con dos hijos. sar en el hospital. La terapeuta le señala que ella había vivido también una «desapa-
sación psicótica de tipo rición», puesto que la doctora A se había marchado sin que ella hubiera podido ve-
iátrico. Tras el alta, fue nir a despedirse. Más adelante, la terapeuta le indica que el tratamiento se acabará y
tal donde le ofrecieron que todo ello puede estar viviéndolo con preocupación. Aunque la paciente intenta
iniciar una psicoterapia tranquilizarse diciendo que cuando eso ocurra estará el doctor B, asocia con el sufri-
etendía trabajar la gran miento que le supuso la separw;ión de su marido.
dencia y su frustración P: Con mi marido lo pasé .nuy mal, estuve años sin poder superarlo. Yo lo que-
ría, aunque él nunca ha querido a nadie, ni a sus hijos ni a sí mismo ... Estuve mu-
e la psiquiatra (doctora chos años con esto en lr. cabeza y no se puede estar así, no se puede aguantar... Lo
a la paciente tuvo que pasé muy mal, ahora es cuando veo que ha sido mejor que nos separáramos. Me vi
(doctor B). De esta for- muy sola con todo esto. ·
ue movilizó ansiedades T: Ahora ha recordado lo doloroso que fue la separación de su marido ... y que
usted estaba dispuesta a aguantarlo a pesar de todo ... yo recordaba cómo usted ex-
poca del tratamiento. presaba que no podía entenderse que a pesar de la mala relación que había entre sus
padres, su madre aguantara eso y fuera teniendo más hijos.
e espera, ésta se mues- P: Esto nunca lo he entendido ... pero es que cuesta mucho separarse. Yo, a mi
s 9, pero no me ha lla- modo, me lo he podido sacar de la cabeza ...
en su agenda el día de Continúa explicando que fue entonces cuando enfermó por primera vez. La tera-
iero acordarme de las peuta interpreta esto último en el sentido de que tal vez sintió que la separación se
visita con el doctor B, le hacía tan difícil que la enfermó y lo relaciona con la segunda ocasión en la que tu-
un lío.» La terapeuta le ·,o que ingresar, la cual coincidió con la boda de su hij.1.
en la última entrevista P: Mi marido me enfermó, dun•nte años no me lo he podido sacar de la cabeza,
es ahora que veo que fue lo mejor... Cuando se casó mi hija yo también estaba muy
mitido utilizar el material preocupada, era muy joven, me costó hacerme a la idea.
Acaba la sesión.
344 ]oaquim Poch i Bullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de sepi

Hay que señalar que en la modalidad de psicoterapia breve se plantea la cativas en su infanci
exigencia técnica de trabajar la finalización del tratamiento con suficiente an- terapia.
telación (normalmente desde la fase media del tratamiento). En el caso ex-
puesto, esta exigencia se ve aumentada por las características de la paciente y
por la circunstancia externa a la que ya nos hemos referido.
Podemos observar que a raíz de la pérdida de la relación que mantenía IV. LA FINALIZACIÓ
con la doctora A se suscitan un cúmulo de ansiedades de separación que,
poco a poco, se irán elaborando en el seno de la .relación terapéutica. Esas En este momento de
ansiedades van a desplegarse por los diferentes ámbitos relacionales en los ansiedades de separ2
que suelen expresarse los conflictos (otros del entorno inmediato, otros del paciente, como una
pasado y terapeuta), convirtiéndose de esta forma en el foco clínico del tra- cer suya, en alguna 1
bajo. Resulta de interés revisar en la ségunda sesión la secuencia en que se des mentales de: jui,
presentan -lás diversas manifestaciones de la ansiedad de separación: referen- garse, pararse a pen
cia a la doctora A, al final de tratamiento, a la separación del marido, a la re- señalamos como urn
lación que mantenían los padres, de nuevo al marido, a la primera vez que de carácter desorga1
tuvo que ser ingresada, a la relación entre separación-enfermedad y, final- contener con autona
mente, a los hijos. · esta encrucijada defr
Un aspecto que quisiéramos enfatizar es la conexión que se establece en- coterapia y nos auto
tre separación y enfermedad, probablemente uno de los núcleos de las difi- un~ adecuada frnaliz
cultades de la paciente y que, tal vez, por primera vez ha podido representár- sultados terapéuticrn
selo sin que tuviera que enfermar gracias a la capacidad de contención de frente a la pérdida de
la terapeuta. Por ello, el afror
De forma ya más general, es oportuno considerar que si bien la ansiedad dades del terapeuta
de separación puede aparecer en todo tratamiento, su abordaje y elaboración de aquellos conflicto
será tanto más difícil cuanto más breve sea dicho tratamiento. mos olvidar otra dirr
Reconsiderando lo dicho hasta ahora y siguiendo a Dewald (1969) de que en el terape
debemos considerar que las reacciones del paciente ante el final pueden or- frente a la finalizació
ganizarse en torno a dos patrones: realistas y subjetivos. Entre los primeros se zar a dudar sobre la
incluyen la satisfacción o insatisfacción por la mejoría alcanzada, la preocu- dría reflejar su prop
pación por la solidez de lo logrado o el disgusto que sobreviene del recono- que solicite una con1
cimiento de que perduran determinados síntomas ante los cuales el trata- tiende que se insista
miento se ha mostrado limitado, duelo por la pérdida del terapeuta que ha ciente. A continuaci<
sido una persona real y significativa en el que confluyen agradecimiento y con la fase terminal e
frustración por el hecho de no poder continuar la relación. Entre los segun-
dos, los subjetivos, es decir, los derivados de la relación transferencia!, conta-
rían la frustración de los deseos infantiles de dependencia que explicarían el IV.L Los indicadori
porqué se reactivan los conflictos que motivaron inicialmente la demanda de
tratamiento y cuyo sentido sería un intento de continuar el tratamiento. En Cómo y cuándo es a
ese momento, también puede observarse que las relaciones transferenciales guientes parámetros:
pueden adquirir una especial virulencia, mucho más intensas que al inicio
del tratamiento. a. Finalización
Cuando el paciente ha experimentado pérdidas de personas muy signifi- han convenido dese
ullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de separación: finalización del tratamiento 345

pía breve se plantea la cativas en su infancia puede hacerse extremadamente doloroso el fin de la
~nto con suficiente an- terapia.
tiento). En el caso ex-
ísticas de la paciente y
:ido.
relación que mantenía IV. LA FINALIZACIÓN DEL PROCESO PSICOTERAPÉUTICO
.es de separación que,
1ción terapéutica. Esas En este momento del tr:atamiento es frecuente observar que la regresión y las-,
tos relacionales en los ansiedades de separación se expresan de forma intensa. Cabe esperar que el
inmediato, otros del paciente, como una consecuencia del proceso terapéutico, haya podido ha-
1 foco clínico del tra- cer suya, en alguna medida, la función terapéutica (en cuanto a las activida-
a secuencia en que se des mentales de: juicios ajustados a la realidad, definir dificultades, interro-
e separación: referen- garse, pararse a pensar, diferenciar e integrar). Vemos que junto a lo que
ón del marido, a la re- señalamos como una. mayor virulencia de fenómenos mentales-emocionales
a la primera vez que de carácter desorganizador, existen unas capacidades para comprender y
-enfermedad y, final- contener con autonomía su propio mundo interno y externo. Pensamos que_
esta encrucijada define claramente el objetivo concreto de esta fase de la psi-
n que se establece en- coterapia y nos autoriza a afirmar con énfasis lo importante que es realizar
os núcleos de las difi- una adecuada finalización, puesto que en ella se pondrían en «jaque» los re-
a podido representár- sultados terapéuticos obtenidos: la consolidación de los logros terapéuticos
ad de contención de frente a la pérdida de los mismos.
Por ello, d afrontamiento de este momento pondrá a prueba las capaci-
ue si bien la ansiedad dades del terapeuta y requerirá de él que esté muy atento a la reactivación
bordaje y elaboración de aquellos conflictos por los que el paciente acudió a la consulta. No pode-
iento. mos olvidar otra dimensión que también puede estar presente y es el hecho
do a Dewald (1969) de que en el terapeuta también pueden desvelarse ansiedades y conflictos
te el final pueden or- frente a la finalización del tratamiento. El terapeuta, entonces, puede comen-
Entre los primeros se zar a dudar sobre la necesidad de que se acabe la terapia. En este estado, po-
alcanzada, la preocu- dría reflejar su propio deseo de continuar con el paciente, induciéndole a
·obreviene del recono- que solicite una continuación del tratamiento. Desde esta perspectiva, se en-
te los cuales el trata- tiende que se insista en que es necesario abordar el final con el tiempo sufi-
del terapeuta que ha ciente. A continuación vamos a estudiar una serie de aspectos relacionados
yen agradecimiento y con la fase terminal de todo tratamiento.
ción. Entre los segun-
transferencial, conta-
cia que explicarían el IV.1. Los indicadores de la finalización
!mente la demanda de
ar el tratamiento. En Cómo y cuándo es adecuado que finalice un tratamiento depende de los si-
iones transferenciales guientes parámetros:
intensas que al inicio
a. Finalización pactada: Ésta es una situación que paciente y terapeuta
personas muy signifi- han convenido desde el inicio del tratamiento. Ambos se han puesto de
346 Joaquim Poch i Bullich y Francesc Maestre Lorén
Regresión y ansiedades de s.

acuerdo en que la duración no sobrepasará un límite determinado de tiempo 5. La variació;


(remitimos al lector al capítulo sobre psicoterapias breves donde se explici- fiesto como en el 1:
tan las vicisitudes de esta situación). Una recomendación: Es un hecho fre- lo cual es un indica
cuente que terapeuta y paciente se vean confrontados, al final del tratamien- 6. La capacida
to, con que éste no ha resuelto todas las dificultades del paciente. Esta cional, sexual y soci
situación suele promover en el paciente la petición de que se retrase la fecha 7. La total im¡
de finalización o, en ocasiones, que se adelante («pues ya no tiene sentido péutico propone y la ;
continuar»). Creemos que en estos momentos (suj~tos a intensas ansiedades que el paciente ha~
de separación y comportamientos regresivos como señalábamos anteriormen- su vida psíquica en
te) es muy importante que el terapeuta pueda preservar la fecha tal y como la continuidad de 1
se pactó, que haga comprender al paciente la importancia de que así sea y el tratamiento, ahor
que, en caso necesario, pueda empezar ·otro proceso terapéutico, en el bien
entendido· que el primero terminó. Generalmente r
b. Finalización abierta: Ésta es una situación corriente en el encuadre tema de la finalizac
psicoanalítico y en el de la psicoterapia a largo plazo. La pretensión es finali- que nos servirá par
zar el tratamiento en el momento en el que se hayan resuelto las dificultades al paciente.
que llevaron al paciente a consultar. A continuación, vamos a considerar, si-
guiendo a Etchegoyen (1986) qué indicadores clínicos se utilizan para plan-
tear el fin del tratamiento: IV2. Aspectos técn
l. La modificación de los síntomas por los que el paciente buscó tratamiento IV.2.1. Considerac
(incluidos los rasgos caracteropáticos). La intensidad y la frecuencia con que
aparecen los síntomas en la vida del paciente, así como su actitud frente a ellos, En toda fase de fü
nos guiará en este punto. Una psicoterapia no es un acto quirúrgico y es imposi- una serie de requisit
ble lograr una total erradicación de los síntomas, en realidad se pretende que
los síntomas no graviten de una forma absorbente sobre la vida del paciente. a. Fecha de fin
2. La modificación de las relaciones familiares y sociales. Es obvio conside- no debe ser de día
rar que si el paciente ha podido establecer unas mejores relaciones intrapsí- plazo definido se e)¡
quicas, también será capaz de hacerlo en el conjunto de sus relaciones inter- que finalizara. Una ·
personales. Es interesante señalar que, como consecuencia de un proceso nalización. Hemos ,
psicoterapéutico, algunas de las relaciones que se mantenían pueden modifi- período vacacional,
carse hasta el punto de interrumpirse porque el paciente le otorga un senti- razones, ya señalába
do diferente. Del mismo modo, también podrán establecerse nuevas relacio- Las ansiedades a lai
nes que estén más en armonía con los cambios interiores que se realicen. cuadamente canten:
Mientras haya un conflicto muy manifiesto con el ambiente y que resulte in- alizado hasta ese m
soluble es difícil plantearse una finalización. momento de la fina
3. La disminución de la angustia y la culpa. Un paciente en el transcurso tiempo, como ya he
de un tratamiento ha de hacerse más capaz de afrontar y manejar estos senti- período festivo estai
mientos. tifique vacaciones c<
4. La vivencia frente a las situaciones de pérdida o separación. Un tratamien- Tampoco creem
to efectivo hará más capaces a los pacientes para afrontar las situaciones de bía establecido en e
pérdida inevitables en el transcurso de toda vida humana. nía manteniendo h:
Bullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de separación: finalización del tratamiento 347

determinado de tiempo 5. La variación del contenido de los sueños. Tanto en su contenido mani-
reves donde se explici- fiesto como en el latente, los sueños se modifican a lo largo del tratamiento,
ción: Es un hecho fre- lo cual es un indicador de la estructura mental del individuo.
;, al final del tratamien- 6. La capacidad para obtener satisfacciones en las esferas de su vida emo-
des del paciente. Esta cional, sexual y social, y el desbloqueo de las capacidades yoicas.
: que se retrase la fecha 7. La total implicación en la relación de trabajo que el tratamiento psicotera-
1es ya no tiene sentido péutico propone y la incorporación de la función terapéutica. Es importante valorar
s a intensas ansiedades que el paciente haya .desarrollado la capacidad de autoobservarse y asumir
ialábamos anteriormen- su vida psíquica en los aspectos conscientes e inconscientes. Ello garantizará
var la fecha tal y como la continuidad de la función de contención y de cura que le proporcionaba
tancia de que así sea y el tratamiento, ahora que va a terminar.
terapéutico, en el bien
Generalmente no nos basaremos en un único indicador para plantear el
,rriente en el encuadre tema de la finalización, sino que va a ser la conjunción de varios de éstos lo
La pretensión es finali- que nos servirá para valorar lo adecuado del final y, por tanto, planteárselo
resuelto las dificultades al paciente.
vamos a considerar, si-
>s se utilizan para plan-
rv.2. Aspectos técnicos de la finalización
ciente buscó tratamiento rv.2.1. Consideraciones generales
y la frecuencia con que
su actitud frente a ellos, En toda fase de finalización de una psicoterapia deben tenerse en cuenta
quirúrgico y es imposi- una serie de requisitos:
ealidad se pretende que
la vida del paciente. a. Fecha de finalización. Debe precisarse con suficiente antelación, que
tales. Es obvio conside- no debe ser de días sino de meses. Normalmente, en una psicoterapia sin
res relaciones intrapsí- plazo definido se explorará con el paciente cuándo cree que sería pertinente
de sus relaciones inter- que finalizara. Una vez acordado este" tiempo, se fijará el día exacto de la fi-
uencia de un proceso nalización. Hemos de resaltar que es conveniente que no coincida con un
ntenían pueden modifi- período vacacional, sino que sea en plena época de trabajo. Todo ello tiene sus
ente le otorga un senti- razones, ya señalábamos que el final es un momento crucial del tratamiento.
lecerse nuevas relacio- Las ansiedades a las que hemos aludido son tan intensas que si no son ade-
eriores que se realicen. cuadamente contenidas y abordadas podrían dar al traste con el trabajo re-
biente y que resulte in- alizado hasta ese momento. Por ello hay que ser muy cautos en acordar el
momento de la finalización. De ahí se deduce que haya que abordarlo con
aciente en el transcurso tiempo, como ya hemos señalado. La precaución de que no coincida con un
r y manejar estos senti- período festivo estaría al servicio de evitar que en el futuro el paciente iden-
tifique vacaciones con una separación significativa.
eparación. Un tratamien- Tampoco creemos conveniente modificar la pauta de relación que se ha-
ontar las situaciones de bía establecido en el sentido de ir diluyendo el vínculo relacional que se ve-
ana. nía manteniendo hasta ese momento. Con todo, habrá de estudiarse cada
348 Joaquim Poch i Bullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de s,

caso particular en relación a la cualidad del proceso terapéutico establecido. centrado en la asoc
No es lo mismo distanciar las sesiones con el fin de que el paciente pueda ir con su asistencia a
verificando sus nuevas capacidades, que distanciarlas con el fin de hacerlo tratamiento.
más fácil en el sentido de sentir menos la separación. Volviendo al te
el paciente marche
b. La disponibilidad en el futuro por parte del terapeuta. Ante la finalización, zación en el tiempc
uno de los elementos que debe quedar muy claro para el paciente es que el siones, otras de un
terapeuta estará dispuesto a volver a atenderle si éste lo necesitase. Esto es ción de ansiedadé
así por varias razones: abigarradas y de di:
muy intensos o raci
Para que el paciente pueda entender que las vicisitudes de la vida pue- gado a abordar en
den ponerlo en situación de requerir de nuevo ayuda y ello no debe vivirse perder su rol. Insis
como un fra:caso. abierta» al paciente.
Para que el paciente no sienta que acabar implica un no poderse ver Una forma sutil
nunca más, como si el final significara cortar definitivamente la relación. empieza a pensar y
Para que pueda volver, no con la intención de pedir ayuda, sino para tiene todo visto»; p,
constatar su agradecimiento. ya no puede ofrece
toda relación siemp
También es importante dejar bien claro que no está obligado a vólver si fo;nte a una situac
no lo desea, pues no tiene por qué rendir cuentas. verdaderos motivos
Hasta ahora nos hemos referido a los finales naturales dentro de un pro- esta razón, se consi,
ceso psicoterapéutico a plazo indefinido, -a continuación vamos a comentar en que se experimenta
situaciones particulares que, por otro lado, no son tan infrecuentes. Algunos indicie
una interrupción s<
constantes de una s
IV.2.2. Situaciones de finalización particulares falta de colaboraci
tiempo y centrar el
Lo que sería deseable, que el proceso psicoterapéutico se desplegara total- jo y, con ella, la con
mente hasta su final natural, no siempre es posible por motivos diversos, a
veces los procesos se detienen antes de ese final natural. Veamos algunas de b. Interrupcion
estas situaciones: las situaciones men,
la realidad externa
a. Interrupción. No es infrecuente que un paciente plantee la interrup- nómicas, situaciom
ción de una forma más o menos brusca. Ésta es una situación técnica de difí- muy diferentes y ¡
cil manejo. El terapeuta puede sentir fácilmente que se pone en entredicho pues el terapeuta 1
su labor, su identidad e incluso, por qué no, sus intereses económicos. Una que se vive penosar
advertencia: la experiencia nos ha demostrado que la única salvaguarda para Sin embargo, no pl
el terapeuta delante de estas situaciones es recordar que el paciente llegó un se hayan instrumen
día libremente a nosotros y con la misma libertad puede separarse. En defi- si así fuera, sería im
nitiva, recordar que la libertad del paciente es un ingrediente esencial del es- ponible.
pacio terapéutico, pues no sólo será el paciente quien tome la iniciativa de En definitiva, e1
consultar, quien después decidirá comprometerse con el trabajo terapéutico la interrupción: si s,
/ich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de separación: finalización del tratamiento 349

apéutico establecido. centrado en la asociación de ideas, sino que también decidirá la continuidad
el paciente pueda ir con su asistencia a las sesiones y, por supuesto, decidirá la finalización del
on el fin de hacerlo tratamiento.
Volviendo al tema de las interrupciones, si somos capaces de tolerar que
el paciente marche precipitadamente, podremos ayudarle trabajando la finali-
Ante la finalización,
i. zación en el tiempo que nos sea posible. A veces se tratará de unas pocas se-
el paciente es que el siones, otras de una sola sesión. La situación es difícil porque la condensa-
o necesitase. Esto es ción de ansiedades ,y defensas que se ponen de manifiesto son muy
abigarradas y de diferente procedencia: actuaciones, mecanismos proyectivos
muy intensos o racionalizaciones aplastantes, etc. El profesional se verá obli-
udes de la vida pue- gado a abordar en un brevísimo espacio de tiempo toda esta situación sin
, ello no debe vivirse perder su rol. Insistamos en que el terapeuta debe dejar siempre «la puerta
abierta» al paciente.
t un no poderse ver Una forma sutil de interrupción sería un momento en el que el paciente
~nte la relación. empieza a pensar y expresar que el tratamiento ya no le es útil porque «ya lo
·dir ayuda, sino para tiene todo visto»; porque ha tenido un «insight definitivo»; que el tratamiento
ya no puede ofrecer «nada nuevo», etc. Partimos de la consideración de que
toda relación siempre está abierta a la posibilidad de algo nuevo y, por tanto,
obligado a volver si frente a una situación de este tipo siempre sería necesario pensar q4e los
verdaderos motivos por los que se desea acabar el tratamiento son otros. Por
es dentro de un pro- esta razón, se considera que un tratamiento ha de llegar a su fin en un momento
n vamos a comentar en que se experimenta como plenamente útil.
ecuentes. Algunos indicios que harían pensar al terapeuta que puede producirse
una interrupción serían éstos: faltar reiteradamente a las sesiones, cambios
constantes de una sesión a otra, modificaciones en el horario de las sesiones,
falta de colaboración para hablar sobre sus conflictos, etc. Detectarlos a
tiempo y centrar el trabajo sobre ellos puede consolidar la relación de traba-
se desplegara total- jo y, con ella, la continuidad del proceso de tratamiento posterior.
motivos diversos, a
. Veamos algunas de b. Interrupciones por acontecimientos vitales (lije events). Deben distinguirse
las situaciones mencionadas anteriormente de una interrupción impuesta por
la realidad externa (por ejemplo, un trabajo en otra ciudad, dificultades eco-
plantee la interrup- nómicas, situaciones familiares particulares, etc.). Éstas son circunstancias
ación técnica de difí- muy diferentes y generalmente pueden abordarse más satisfactoriamente,
pone en entredicho pues el terapeuta y paciente se ven enfrentados a una situación inevitable
ses económicos. Una que se vive penosamente por los dos protagonistas de la relación terapéutica.
ica salvaguarda para Sin embargo, no puede descartarse inmediatamente que estas circunstancias
el paciente llegó un se hayan instrumentalizado para precipitar la finalización del tratamiento, y,
' e separarse. En defi- si así fuera, sería importante que se pudiera trabajar en el tiempo todavía dis-
' iente esencial del es- ponible.
orne la iniciativa de En definitiva, en este tipo de situaciones debemos dilucidar el sentido de
1 trabajo terapéutico la interrupción: si se trata de una detención del proceso de comprensión de
350 Joaquim Poch i Bullich y Francesc Maestre Lorén Regresión y ansiedades de se¡

sí mismo o un cambio beneficioso para la vida del paciente. En el primer diferente. Habrá de
caso, el comportamiento del paciente suele manifestar contenidos de carác- el tratamiento con e
ter más regresivo y defensivo. En el segundo caso, el comportamiento del pa- hacia adelante, pero
ciente expresará una preocupación real por encontrar una forma de conti- rio fijar una fecha d
nuar el tratamiento, ya sea solicitando que se le ayude a encontrar otro muy largo plazo (¡qu
terapeuta o asegurándose la posibilidad de continuar el tratamiento con el go y difícil. El pacie
mismo terapeuta en el futuro. proporcionar suficie
te que se trabaje ce
c. Finalización e interrupción en una psicoterapia breve. Cuando la finaliza- cuando lo necesita~
ción se produce en el marco de una psicoterapia breve hemos de tener en obstáculo si en el fu1
cuenta que el momento del final es un elemento del setting (las condiciones Ante una situac
de trabajo), lo cual implica variaciones en cuanto al significado del final y en terapeuta supervise
cuanto a cómo debe trabajarse técnicamente. No profundizaremos en esto estrategia del tratarr
porque en este mismo manual se incluye un capítulo sobre psicoterapias bre- usar la finalización d
ves en donde se trata con cierto detalle todo esto. No obstante, es posible
también que en el marco de una psicoterapia breve se plantee una interrup-
ción, si bien en estos casos deberá abordarse técnicamente con los mismos IV.2.3. El seguimie
criterios expuestos más arriba. Hay que recordar que el ingrediente de un
plazo prefijado y acordado conjuntamente con el paciente le da una nueva Este aspecto ya lo ]
dimensión. Evidentemente, el paciente deberá enfrentarse con el incumpli- del · terapeuta para 1
miento de su compromiso contractual y de las razones ·conscientes e incons- dos posturas. La pri
cientes de ello. No tanto para culpabilizarle, sino para que pueda asumir ta- decisión del pacient
les razones. Al fin y al cabo se trata de hacer consciente lo inconsciente. cuentros en una sen
La diversidad d{
d Finalización e interrupción en una psicoterapia de apoyo. Las característi- tamos hacia una me
cas de esta modalidad terapéutica hacen que el trabajo en profundidad de que interrumpir poi
las interrupciones o separaciones no esté indicado. Esto no significa que no miento pautado con
se haya de trabajar el final o la interrupción, sino que técnicamente parece En el caso de una fi
más indicado centrarnos en reforzar las ganancias del tratamiento que es po- no pautado dejandc
ner de manifiesto las ansiedades hasta aquí descritas. reencuentro con el t
institución con unas
e. Impasse. Ésta es una situación de estancamiento prolongado del trata- pauta de cómo se h:
miento. Ante ella el terapeuta habrá de decidir la finalización del tratamiento ma de investigación
unilateralmente. Nos podemos encontrar con diferentes situaciones, que el fijados por los objeti
tratamiento hasta este momento haya sido exitoso parcialmente o que no. En
la primera situación será relativamente fácil plantear el final, entendiendo '' Las características
que el propósito por el que se inició el tratamiento ya se ha conseguido y rior. [Nota de los comps.
5 Freud en su traba:
que el paciente ya no se encuentra con disponibilidad de ir más allá. Desde fijación del final y las c;
el punto de vista de los límites del tratamiento, es importante identificar sentido, también puede :
estos momentos, ya que en caso contrario el tratamiento podría ser más per- ble e interminable» de Sign
judicial que beneficioso. ''* Se abordará esta
En el caso en que no pueda identificarse ningún beneficio, la cuestión es comps.]
Regresión y ansiedades de separación: finalización del tratamiento 351
:ul/ich y Francesc Maestre Lorén

,aciente. En el primer diferente. Habrá de plantearse abiertamente la situación en que se encuentra


: contenidos de carác- el tratamiento con el paciente. Es posible que así se movilice el tratamiento
)mportamiento del pa- hacia adelante, pero en caso de que no se produzca este efecto sería necesa-
r una forma de conti- rio fijar una fecha de finalización, que la experiencia muestra que debe ser a
ude a encontrar otro muy largo plazo (¡quizá un año!). El trabajo de abordaje de un impasse '' es lar-
el tratamiento con el go y difícil. El paciente tardará en aceptar la interrupción, y se le tendrá que
proporcionar suficiente tiempo. En el transcurso de este tiempo es importan-
te que se trabaje con , el paciente la experiencia de haber solicitado ayuda
e. Cuando la finaliza- cuando lo necesitaba, con el fin de que ese tratamiento no represente un
e hemos de tener en obstáculo si en el futuro sintiera que es necesario volver a pedir ayuda.
etting (las condiciones Ante una situación terapéutica de impasse lo más conveniente es que el
ificado del final y en terapeuta supervise el caso con un terapeuta experto, a fin de replantear la
fundizaremos en esto estrategia del tratamiento. Es en este momento cuando se puede pensar en
bre psicoterapias bre- usar la finalización dd tratamiento como recurso terapéutico 5.
o obstante, es posible
plantee una interrup-
ente con los mismos IV.2.3. El seguimiento de los tratamientos
el ingrediente de un
ente le da una nueva Este aspecto ya lo hemos tratado cuando hablábamos de la disponibilidad
arse con el incumplí- del terapeuta para nuevos encuentros. A este respecto podemos identificar
conscientes e incons- dos posturas. La primera es partidaria de dejar esta cuestión totalmente a la
que pueda asumir ta- decisión deL paciente y la otra postura es más partidaria de pautar unos en-
lo inconsciente. cuentros en una secuencia temporal (por ejemplo, 3, 6 y 12 meses).
La diversidad de situaciones particulares de cada paciente debería orien-
,poyo. Las característi- tarnos hacia una modalidad u otra. Así, en un tratamiento que se ha tenido
.o en profundidad de que interrumpir por un impasse, quizá sería preferible un modelo de segui-
o no significa que no miento pautado con el fin de seguir dando algún tipo de soporte al paciente.
técnicamente parece En el caso de una finalización satisfactoria nos inclinaríamos por un modelo
atamiento que es po- no pautado dejando que fuera el paciente quien decidiera libremente un
reencuentro con el terapeuta. El que el tratamiento se haya realizado en una
institución con unas normas de seguimiento de los pacientes, establecerá la
prolongado del trata- pauta de cómo se ha de realizar dicho seguimiento. Asimismo, en un progra-
ación del tratamiento ma de investigación ocurre que los criterios para el seguimiento pueden estar
es situaciones, que el fijados por los objetivos que son motivo de estudio '"*.
almente o que no. En
el final, entendiendo '' Las características del estancamiento o impasse han sido revisadas en el capítulo ante-
a se ha conseguido y rior. [Nota de los comps.]
5 Freud en su trabajo de 1936, «Análisis terminable e interminable», analiza el uso de la
de ir más allá. Desde fijación del final y las consecuencias del mismo sobre la efectividad del tratamiento. En este
mportante identificar sentido, también puede tener interés remitir al lector al libro Estudio sobre el <<Análisis termina-
o podría ser más per- ble e interminable» de Sigmund Freud, cuyo compilador es Sandler.
** Se abordará esta cuestión de nuevo en el capítulo 26 de este Manual. [Nota de los
neficio, la cuestión es comps.]
Regresión y ansiedades de
352 Joaquim Poch i Bullich y Francesc Maestre Lorén
Y por último, rec

RESUMEN Etchegoyen (1986)


Amorrortu.
En este capítulo se abordan los conceptos que permiten culminar esta expo- Como una refere
sición introductoria del proceso y técnica de la psicoterapia psicoanalítica. en algunos de los cor
En primer lugar se revisa un fenómeno clínico fundamental: la regresión. Se
describe qué se entiende por regresión, y se diferencia entre regresión psico-
patológica y terapéutica y su relación con el encuadre psicoterapéutico. En
una segunda parte se estudia el concepto de «ansiedad de separación» y a
través de un material clínico se revisa la importancia que las ansidedades de
separación tienen en la dinámica psicológica y a lo largo de todo el proceso
terapéutico, pero de especial incidencia en la fase de finalización del trata-
miento, an~lizándose cuándo y cómo es adecuado que finalice un tratamien-
to psicoterapéutico, revisándose los diferentes tipos con los que nos encon-
tramos en la práctica clínica (finalización pactáda, abierta, y situaciones
especiales como las interrupciones por acontecimientos vitales o · por situa-
ciones de impasse terapéutico). Se concluye resaltando los aspectos clínicos
más importantes que el terapeuta ha de tener en cuenta para resolver el tra-
tamiento de forma exitosa.

LECTURAS RECOMENDADAS

Los textos que recomendamos precisan de una aclaración. No vamos a indi-


car unos textos que se refieren específicamente a los temas tratados en este
trabajo, sino que creemos más conveniente remitir al lector a dos libros en
los que los conceptos trabajados se incluyen como aspectos englobados den-
tro del proceso psicoterapéutico, y que complementan a las tres obras de re-
ferencia que se han fijado para la segunda parte de este Manual. La razón de
esta elección es que entendemos que es la única forma como adquiere senti-
do el estudio teórico y clínico de dichos fenómenos. Así, citaremos los de:

Dewald, P. A (1969), Psicoterapia: Un enfoque dinámico, Barcelona, Toray-Mas-


son, 1972.
Escogido por su carácter eminentemente clínico y por su clarificador análisis de
las vicisitudes por las que atraviesa el proceso psicoterapéutico.

Sandler, J.; Dare, C., y Holder, H. (1972), El paciente y el analista, Buenos Ai-
res, Paidós.
Escogido por su clara sistematización de conceptos psicoanalíticos, siendo su
principal virtud la construcción de definiciones sintéticas e integradoras.
Regresión y ansiedades de separación: finalización del tratamiento 353

llich y Francesc Maestre Lorén


Y por último, recordaremos de nuevo la obra ya citada de

Etchegoyen (1986), Los fundamentos de la técnica psicoanalítica, Buenos Aires,


Amorrortu.
n culminar esta expo- Como una referencia obligada para aquellos que quieran o necesiten profundizar
terapia psicoanalítica. en algunos de los conceptos mencionados en este capítulo.
ental: la regresión. Se
entre regresión psico-
psicoterapéutico. En
d de separación» y a
ue las ansidedades de
o de todo el proceso
finalización del trata-
finalice un tratamien-
n los que nos encon-
abierta, y situaciones
s vitales o· por situa-
' los aspectos clínicos
a para resolver el tra-

ión. No vamos a indi-


emas tratados en este
lector a dos libros en
ctos englobados den-
a las tres obras de re-
;e Manual. La razón de
como adquiere senti-
í, citaremos los de:

Barcelona, Toray-Mas-

u clarificador análisis de
co.

el analista, Buenos Ai-

sicoanalíticos, siendo su
tegradoras.

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