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CLASE 3

Temas.

❖ Las personas como sistemas.

❖ Crisis Emocional versus Crisis Psicológica.

❖ Breve introducción a las crisis suicidas.

1. Las personas como sistemas.

Siguiendo la postura de Karl Slaikeu (1996) es importante


adoptar una visión holística del ser humano, considerando así al
individuo como un sistema general conformado a la vez por varios
subsistemas. Esto es de suma importancia porque permite
observar qué areas de la persona en crisis se ven afectadas y
poder actuar más especí camente. Una crisis puede afectar a
diferentes dominios de nuestra personalidad.

Los estudios y tendencias más recientes en el campo de la


Psicología Clínica ponen de relevancia esta visión integral de la
persona y su personalidad, la cual incluye diversas dimensiones a
tener en cuenta.

Para poder abordar a la persona de modo integral bajo la


concepción de sistema, el autor propone el funcionamiento CASIC,
que incluye cinco subsistemas: conductual, afectivo, somático,
interpersonal y cognitivo. Exploremos cada uno de ellos.

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Per l de la personalidad CASIC: áreas de funcionamiento.

Conductual. Relacionado al comportamiento de la persona.


Responsabilidad respecto del trabajo y cumplimiento del mismo,
respetar momentos de descanso y realización de otras actividades,
hábitos alimenticios, hábitos del sueño, consumo de drogas o
alcohol. Comprende también los métodos habituales para
enfrentar el estrés o situaciones que requieren un nivel mayor de
afrontamiento por la tensión o angustia que generan.

Afectiva. Se incluyen los sentimiento generales de la


persona, también los sentimientos especí camente relacionados a
los ítems expresados en el área conductual. Lo que se tiene en
cuenta es de qué modo estos sentimientos inciden en las
circunstancias que la persona va atravesando, si son expresados o
tienden a ocultarse. Algunos ejemplos pueden ser: miedo,
ansiedad, tristeza. Es decir, si ante un evento adverso aparecen de
forma mani esta estos sentimientos y enciden o no en el modo de
respuesta del individuo.

Somática. Hace referencia al funcionamiento físico general


del individuo, más precisamente a su salud. Se tiene en cuenta la
presencia o ausencia de tics nerviosos, dolor de cabeza recurrente,
trastornos estomacales y cualquier otro tipo de afección física. Por
otro lado también se pone énfasis en su estado general habitual
de tensión o relajación.

Interpersonal. Naturaleza de las relaciones que el individuo


tiene con su entorno: familia, amigos, vecinos, allegados,
compañeros de trabajo. Se tiene en cuenta el estilo de
personalidad del individuo, sus potencialidades y di cultades a la

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hora de relacionarse, así como también la frecuencia de contacto
con sus amigos y conocidos.

Es fundamental observar algunos aspectos. Los roles que


ocupa en una interacción: pasivo, activo, si tiene carácter de líder,
si funciona al mismo nivel del resto; el modo en las resolución de
los con ictos que puedan surgir en estas interacciones: asertivo,
introvertido, agresivo; y el estilo interpersonal del individuo:
simpático, extrovertido, tímido, dependiente.

Cognitiva. Entran en juego las imágenes mentales del


individuo respecto del pasado y del futuro, sus expectativas, los
objetivos planteados para su vida, su autoimagen (es decir cómo
se percibe a sí mismo) y sus diferentes creencias respecto de cómo
debe ser su vida.

El estado de crisis tiene como característica la


desorganización en una o más de estas áreas o subsistemas. Por
lo tanto es importante conocer cada una de ellas para evaluar cuál
se encuentra afectada, así como también para conocer mejor a la
persona y entender su respuesta única ante el evento que dio
lugar a la crisis así como su funcionamiento durante la crisis.

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2. Crisis Emocional versus Crisis Psicológica.

Un dogma central de la teoría de la crisis es que cualquier


persona puede tener una crisis. Dentro del contexto de la crisis, la
desorganización grave que esta provoca no debe ser interpretada
necesariamente como signo de psicopatología o de enfermedad,
sino que se interpreta como una reacción individual de una
persona frente a obstáculos o situaciones que la vida le presenta y
cuyo enfrentamiento no es posible con los recursos habitualmente
utilizados.

Es así como entonces una crisis no indica psicopatología. La


clave para poder comprenderla mejor está en poder observarla
como una desorganización o inestabilidad circunscripta a áreas
especí cas de la personalidad, analizando también, el antes y
después del funcionamiento de la persona.

En este mismo sentido, diversos autores realizan una


distinción entre crisis emocionales y crisis psicológicas. Tomemos
las palabras de Carlos Sica…

Crisis Emocional: se producen como consecuencia de un hecho


traumático, inesperado, que irrumpe de un momento a otro. Es
esperable que en este punto las personas presenten conductas
alteradas ya que se enfrentan ante un evento percibido como
anormal o no esperado. A las crisis emocionales se las vincula con
las crisis circunstanciales.

Crisis Psicológica: en este caso suele haber un factor detonante de


la crisis, normalmente asociado y acoplado a alguna situación de
la vida que el individuo no pudo elaborar. Estas crisis están más
asociadas a las crisis de desarrollo aunque no siempre es el caso.

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Es muy importante que la persona asista a una terapia con un
profesional para poder interpretar, elaborar e integrar los sucesos
que dieron lugar a la crisis.

El autor además agrega que las crisis emocionales puede derivar


en crisis psicológicas, por lo que si se interviene e cazmente
durante la situación de crisis, ofreciendo una adecuada contención
emocional, se reduce considerablemente el riesgo de que una
crisis se profundice y que posteriormente amerite un tratamiento
psicológico especializado. Aquí la importancia de los primeros
auxilios psicológicos.

A modo de cierre de toda la conceptualización de crisis, cito


al autor Jorge Daniel Moreno (2013), quien al respecto nos marca
lo siguiente: las crisis tienen formas variadas. Las hay afectivas,
psicológicas, existenciales, económicas, presentes y pasadas, que
no se olvidan. Sus con guraciones son in nitas, pero todas tienen
rasgos comunes: el tambaleo del equilibrio, el súbito sacudón de
un piso que se creía rme y la incertidumbre ante un nuevo
horizonte.

Hay crisis que no cruzan el umbral del cambio, que parecen


consumirse pero no se apagan, sino que restablecen un equilibrio
precario con lapsos de pseudotranquilidad. A este estado de crisis
concatenadas que restablecen una y otra vez equilibrios cada vez
más complejos e inestables, se lo llama croni cación, un proceso
que en cada crisis abre la posibilidad del cambio, ya sea para

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apuntalar el mismo equilibrio o para propiciar uno nuevo y
diferente.

Todas las crisis abren posibilidades de cambios, muestran un


camino nuevo que podemos transitar. En griego crisis signi ca
decisión, elección. Aún en lo peor de una tormenta, siempre es
posible decidir y elegir.

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3. Introducción a las crisis suicidas.

La conducta suicida está profundamente relacionada al


concepto de salud mental ya que el acto se produce durante el
transcurso de la vida cotidiana de cualquier persona ante una
situación de profunda crisis, como puede ser el padecimiento de
alguna enfermedad muy grave o la pérdida importante de alguna
persona signi cativa.

Por otro lado la conducta suicida tiene su punto de contacto


con la psicopatología ya que el acto de pasaje a la muerte puede
derivar como consecuencia de una estructura psicopatológica. Un
ejemplo de esto puede ser el suicidio en personas depresivas.
Pero, como hablábamos anteriormente, el concepto de crisis no
implica necesariamente la existencia de psicopatología en la
persona.

En ambos casos, es decir, si existe una patología de base o si


se da como producto de una profunda crisis (o ambas a la vez),
toda conducta suicida surge como resultado de una multiplicidad
de factores, en donde el individuo contempla la muerte como
única solución posible ante la di cultad de hacer frente a la
situación con ictiva que está atravesando.

En efecto, si consultamos la de nición de suicidio en el


diccionario de la Real Academia Española encontramos lo
siguiente: “Acción y efecto de suicidarse” y suicidarse es “quitarse
voluntariamente la vida”.

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Bibliografía

▪ Caplan, G. (1964). Principios de Psiquiatría Preventiva. (Cap:


teoría de la crisis). Editorial Paidós.

▪ Moreno, J.D.(2013). Crisis: cuándo y cómo cambiar. Editorial:


Paidós.

▪ Sica, C. (2016). Emergencias Psicosociales. (Auxilio


psicológico y contención emocional en crisis). Editorial:
Dunken.

▪ Slaikeu, K. (1996). Intervención en crisis. Manual de práctica


e investigación. Editorial Manual Moderno.

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