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Integrantes:
● La cuestión central sobre la que se toma partido sería ¿Hay razones en nuestra
sociedad para aceptar y justificar la pena capital?
● La tesis principal que se puede identificar es que la pena capital es algunas veces
correcta, en tanto algunas veces hace desistir a esos criminales en potencia de llevar
a cabo actos socialmente perjudiciales, y puesto que es correcto proteger a la
sociedad de actos gravemente perjudiciales.
Como se observa, a lo largo del texto el autor expone las razones del por qué se debe
justificar la pena de muerte. Cuando este dice que la pena de muerte puede disuadir a los
demás de cometer crímenes, evitar que el criminal siga perjudicando a la sociedad, que la
persona desista de realizar actos ilegales, etc, se está justificando sobre el por qué la pena
de muerte algunas veces es correcta.
● Argumento central vendría siendo: puesto que la pena capital algunas veces hace
desistir a esos criminales en potencia de llevar a cabo actos socialmente
perjudiciales, y puesto que es correcto proteger a la sociedad de actos gravemente
perjudiciales, la pena capital es algunas veces correcta.
Descomposición:
Premisa: La pena capital algunas veces hace desistir a esos criminales en potencia de llevar
a cabo actos socialmente perjudiciales.
Premisa: La pena capital algunas veces hace desistir a esos criminales en potencia de llevar
a cabo actos socialmente perjudiciales.
PREMISA TÁCITA:
La pena de muerte evita que los criminales no lleven a cabo sus actos y desistan por miedo
a la muerte.
La pena de muerte
Bajo nuestro concepto la pena de muerte podría ser considerada un acto contrario a la ética
y la moral, ya que se condena al individuo olvidando lo establecido en los derechos que le
corresponden como persona, principalmente porque estos nos acompañan desde nuestro
primer respiro, hasta nuestro último aliento.
La pena de muerte es un castigo que muestra todo lo que el hombre no debería hacer:
matar, arrebatar la vida, acabar con lo único que tiene el ser humano. Aceptar la pena de
muerte es una violación a los derechos humanos, es la peor solución que se puede
contemplar. De ser aceptada no se sabría quien llegare a ser peor, si quien cometió un
crimen o aquellos quienes contemplarían procesar al criminal con la pena capital.
Aceptar la pena de muerte es ponerse al nivel del criminal, es ser un criminal. Es actuar tal
como aquella persona actúo. Contemplar esta idea es ir en retroceso; no se puede tirar a la
basura todo lo que se ha logrado a través de las leyes, ya que de cierto modo a través de ella
se ha buscado corregir la naturaleza del hombre, ese instinto violento que algunas veces nos
caracteriza. Es por ello que aceptar la pena capital es dar muchos pasos atrás aplicando la
ley del ojo por ojo.
Desde el punto de vista religioso, esta conducta violaría la ley de Dios “Dios nos da la vida,
Dios la quita”.
Se puede decir que esta medida sería además un desgaste judicial, ya que para
implementarla se tendría que derogar la ley vigente, porque va en contra de todos los
principios constitucionales.
De ahí que: ¿A dónde se van los derechos fundamentales en el momento que se somete una
persona a este tipo de prácticas?