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Yulieth Dayana Turizo Ojeda

Las pruebas sumarias, sus condiciones y su eficacia probatoria

El derecho a la prueba en Colombia es un tema de gran importancia que muchas


veces puede generar grandes debates. Dice la Corte en Sentencia C-496 de 2015:

El derecho a la prueba constituye uno de los principales ingredientes del debido


proceso y del derecho al acceso a la administración de justicia y el más importante
vehículo para alcanzar la verdad en una investigación judicial. En este sentido,
según el artículo 29 de la Constitución, la persona que sea sindicada tiene
derecho a la defensa y, por lo tanto, de esa norma que responde a un principio
universal de justicia surge con nitidez el derecho, también garantizado
constitucionalmente, a controvertir las pruebas que se alleguen en contra del
procesado y a presentar y solicitar aquellas que se opongan a las pretensiones de
quienes buscan desvirtuar la presunción de su inocencia.

Lo que resalta la Corte es la importancia del derecho que tienen las partes en un
proceso de utilizar elementos que conlleven a la convicción de un hecho jurídico
determinado. Si bien, el artículo 29 de la Constitución Política llama la atención en
la parte en donde tiene en cuenta que el sindicado tiene derecho a controvertir las
pruebas que se alleguen en su contra. Pero, dado esto así, hay una prueba que la
ley permite tenerla en cuenta sin ser esta controvertida; esta es la llamada prueba
sumaria.

La prueba sumaria no tiene una definición expresa en la legislación colombiana.


Sin embargo, por medio de la jurisprudencia y algunos doctrinantes se ha podido
aterrizar en su concepto y entenderse como una prueba que no se controvierte y
que cuenta con unos elementos esenciales que dan color a su definición.

Sus elementos giran en torno a que, es una prueba que no se controvierte como
se dijo anteriormente, pero no siendo controvertida la ley permite que se tenga en
cuenta y, a su vez el juez la valora en la sentencia.

Para ir un poco más allá y tener una idea más amplia de lo que implica la prueba
sumaria y de lo que la caracteriza, se hace necesario traer a colación lo que
doctrinantes e incluso la jurisprudencia han aportado con respecto al tema. En
palabras de Parra, J. (2002): “La prueba sumaria, no se relaciona con su poco
poder demostrativo, ya que no se trata de una prueba incompleta, pues aquella
tiene que demostrar plenamente el hecho, sólo que le falta ser contradicha.”

Se puede evidenciar que en la caracterización que da el profesor Jairo Parra se


resalta uno de los elementos principales que se mencionó al comienzo de este
escrito como factor fundamental para llevar a la definición de la prueba sumaria.
Dicho elemento tiene que ver con la peculiaridad de que no es una prueba
incompleta, solo que a esta no se le aplica el principio de contradicción; es decir,
es una prueba que no se controvierte.

Así mismo Betancur, C. y García A. (1998) con respecto a la definición de prueba


sumaria, resaltan:

“La aceptación de prueba sumaria usada por nuestro ordenamiento en múltiples


oportunidades, significa que es aquella que todavía no ha sido controvertida por
aquel a quien pueda perjudicar, no obstante, lo cual excepcionalmente le atribuye
la ley ciertos efectos jurídicos de importancia”. (Pág. 249)

Por otro lado, la Corte Constitucional en Sentencia C-525 de 2009 también ha


puntualizado el concepto de prueba sumaria teniendo en cuenta que la prueba
sumaria:

Es plena prueba, lo que quiere decir que debe reunir las mismas condiciones de
fondo de cualquier prueba, es decir, que sea pertinente o conducente, esto es, que
sea la adecuada para demostrar un hecho o un acto jurídico concretos. Es más,
en algunos casos, la ley dispone no la libertad probatoria, sino que, por el
contrario, ciertos hechos deban ser demostrados únicamente de determinada
manera.

Lo que nos muestra que para la Corte la prueba sumaria es una prueba completa,
la cual debe contener la estructura o exigencias que tiene cualquier prueba en
cuanto a que sea conducente, útil y pertinente para demostrar un hecho.
Dentro de los fundamentos jurídicos de la prueba sumaria, se tienen artículos
como el 376 del Código General del Proceso, en donde se mencionan dentro de
qué situación cabe dicha prueba. Dice el artículo que trata sobre la servidumbre en
uno de sus apartados: “A las personas que se presenten a la diligencia de
inspección y prueben siquiera sumariamente posesión por más de un (1) año
sobre cualquiera de los predios, se les reconocerá su condición de litisconsortes
de la respectiva parte”.

Así mismo, se trae a colación el artículo 378 del mismo código, en donde se
constata la entrega de la cosa por el tradente al adquirente y dice que “al
practicarse la entrega no podrá privarse de la tenencia al arrendatario que pruebe
siquiera sumariamente título emanado del tradente, siempre que sea anterior a la
tradición del bien al demandante”.

Otro artículo que tiene en cuenta prueba sumaria es el 384 del CGP, sobre
restitución de inmueble arrendado. En este, “cuando el arrendador demande para
que el arrendatario le restituya el inmueble arrendado se aplicarán las siguientes
reglas:

Demanda. A la demanda deberá acompañarse prueba documental del contrato de


arrendamiento suscrito por el arrendatario, o la confesión de este hecha en
interrogatorio de parte extraprocesal, o prueba testimonial siquiera sumaria”.

Los artículos anteriormente mencionados, dan cuenta que en nuestro Código


General del Proceso se constituye y se tiene en cuenta a la prueba sumaria como
una prueba que es adecuada para demostrar un hecho jurídico concreto. Aunque
no haya una definición de esta expresa en el Código General del Proceso, este en
muchos artículos hace alusión a ella.

Dejando claro el concepto de lo que es la prueba sumaria y los fundamentos


jurídicos, surge una discusión en torno a que, si esta prueba constituye un gran
aporte al proceso y, ayuda a aclarar circunstancias dentro de este. Para tratar este
asunto es necesario resaltar la última parte del artículo 29 de la Constitución
Política que nos dice que “es nula, de pleno derecho, la prueba obtenida con
violación del debido proceso.”

En ese orden de ideas, la prueba con la cual se resuelve una sentencia debe
cumplir con todas las garantías constitucionales y establecerse conforme a la ley.
De no ser así, dicha prueba se tomará como nula.

En el caso que nos concierne en cuanto a la prueba sumaria, como lo ha resaltado


la Corte, esta debe cumplir las condiciones de fondo como cualquier otra prueba.
Es decir, que si no cumplen dichas condiciones no se tomará como plena prueba.
Si la prueba sumaria satisface todas las exigencias que postula el legislador, no
hay motivos para desestimarla. Al igual que cualquier otra prueba que cumpla con
todas las disposiciones legales, la prueba sumaria tiene valor y es de gran
importancia para la decisión del juez.

Se hace alusión a esa última parte del artículo 29, ya que si la prueba sumaria se
obtiene con licitud, legalidad y es constitucional tiene la misma importancia que
cualquier otra prueba que sea conducente, por lo cual es una prueba de gran
eficacia para el proceso.

Para Múnera, J. (2017) “la prueba sumaria no es prueba incompleta, ni producida


con omisión de requisitos formales en su entidad; es una prueba legal completa en
toda la extensión del término, pero sin haber pasado por el tamiz de la
contradicción en proceso”.

He aquí el punto a donde se quiere llegar. Si la prueba sumaria se obtiene con


violación al debido proceso, está será nula de plano; es decir, si se obtiene de
manera ilícita, por ejemplo. No porque la prueba no se controvierta se está
violando el derecho a controvertir las pruebas y mucho menos el debido proceso,
ya que esta prueba sumaria cuenta con ese elemento que permite al juez tenerla
en cuenta y valorarla sin esta ser controvertida. Este es el punto en donde se
puede generar controversias al respecto; ya que para algunos al ser una prueba
que no se controvierte la relacionan con vulnerar el debido proceso.
Múnera, J. (2017) nos dice además que, “la prueba sumaria es aquella cuya
estructura es perfecta; que satisface todas las exigencias legales, tanto de forma
como de contenido para ser considerada una prueba plena. Es decir,
estructuralmente no tiene falencia ninguna; no tiene vicio de legalidad en su
producción y configuración”. Por lo que se estima que esta prueba tiene eficacia
probatoria siempre y cuando se aporte alineada a todas las exigencias legales,
constituyendo así un aporte importante al proceso que lleva a la convicción de un
o unos hechos determinados.
Referencias

 Corte Constitucional, Sala Plena de la Corte Constitucional. Sentencia del 5


de agosto de 2015, Radicación: D-10451, M.P Jorge Pretelt Chaljub.
 Constitución política de Colombia [Const.] (1991) Artículo 29 [Titulo II].
 Parra, J. (2002). Manual de Derecho Probatorio. Ediciones Librería del
Profesional, Bogotá 13ª edición. Pp. 159.
 Betancur, C. y García A. (1998). De la prueba judicial. Medellin, Colombia:
señal Editora. Pp. 249.
 Corte Constitucional, Sala Séptima de Revisión de la Corte Constitucional.
Sentencia del 5 de agosto de 2009, Radicación: T-2243525, M.P: Nilson
Pinilla Pinilla.
 Código General del Proceso [CGP]. Ley 1464 de 2012, por medio de la cual
se expide el Código General del Proceso y se dictan otras disposiciones.
Artículo 376 (Colombia).
 Código General del Proceso [CGP]. Ley 1464 de 2012, por medio de la cual
se expide el Código General del Proceso y se dictan otras disposiciones.
Artículo 378 (Colombia).
 Código General del Proceso [CGP]. Ley 1464 de 2012, por medio de la cual
se expide el Código General del Proceso y se dictan otras disposiciones.
Artículo 384 (Colombia).
 Múnera, J. (2017). Prueba sumaria y debido proceso. Medellín – Antioquia.
Magistrado de la Sala Civil del Tribunal Superior de Medellín y Profesor de
derecho probatorio de Unaula en pregrado y postgrado. Universidad de
Antioquia. Pp. 90.
 Múnera, J. (2017). Prueba sumaria y debido proceso. Medellín – Antioquia.
Magistrado de la Sala Civil del Tribunal Superior de Medellín y Profesor de
derecho probatorio de Unaula en pregrado y postgrado. Universidad de
Antioquia. Pp. 90.
Bibliografía

Hurtado, M. y Suarez, L. (2014). La prueba testimonial en el proceso contencioso


administrativo (tesis de grado). Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá. 

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