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Chalo Tulián
San Juan, 1947
Es un gran escultor, no sólo reconocido en Mendoza, sino en Buenos Aires, América
Latina, Europa y Canadá. Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Gran Premio de
Honor del Salón Nacional.
Se siente escultor “desde la cuna”: “me veo de niño no sólo jugando con los juguetes que
construía yo mismo sino imaginando fantasías interminables y monumentales sólo
alimentadas por elementos que tenía a la vista: un tarrito, una cajita, un adobe... Es
exactamente lo que hago ahora, en el deambular por mi casa-taller. No sólo voy a cortar,
clavar o soldar, lo que mas hago es, desde la inmovilidad absoluta y en silencio pleno,
imaginar y fantasear. Ahora sé que eso es ser escultor: tener la capacidad de pensar
libremente y construir o deconstruir objetos que inventen nuevas ideas, nuevas imágenes
y nuevos sueños”, reflexiona.
Juan Carlos “Chalo” Tulián nació el 11 de junio de 1947en San Juan. Allí empezó a
estudiar ingeniería química, primero y arquitectura después. Pero a los 22 años, buscando
un cambio se radicó en Mendoza e ingresó a la facultad de Artes de la Universidad
Nacional de Cuyo. Recuerda a sus maestros Ángel Oliveros, del cual aprendió simplemente
al verlo pintar y le indicó el camino del disfrute de la vida y a Pepe Carrieri, que le señaló
la dirección del raciocinio, el método y la organización del pensamiento. También reconoce
la inspiración de “cientos de seres invisibles que rondan permanentemente y bailan a mi
alrededor, recordándome que alguna vez me emocionaron con su bondad, o con su
inteligencia o con su belleza.”
No pudo terminar la carrera, ya que lo expulsaron en 1976, tras el golpe militar. Perseguido
y acosado constantemente, decidieron con su mujer, la artista Estela Labiano, ir a vivir a
México. Se radicaron en Puebla, donde ambos trabajaron como docentes y Chalo definió su
inclinación por la escultura, primero en yeso y luego en madera, material predilecto con el
que sigue creando en la actualidad.
Sus obras son grandes, potentes y de una gran fuerza expresiva. Realizadas con madera
tallada y ensamblada, a veces incorpora también metales soldados. Se asemejan, quizá, a
mesas, muebles o misteriosos instrumentos. Otras parecen estar vivas, como su “Mesa
carnívora”.
“Interrogatorio de campaña”
Madera tallada, ensamblada y hierro soldado y niquelado
90 x 100 x 100
2011