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Instituto de Estudios Universitarios

Maestría en Ciencias de la Educación


Plantel 19

Comparación entre “El Emilio” de Juan Jacobo


Rousseau y “La pedagogía del oprimido” de Paulo
Freire

Alumno:
Aragón Cuevas René

Grupo: E052

Materia:
Pedagogía e historia de la educación

Asesor:
Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo

Marzo 2016
Diferencias y enseñanzas del Emilio y de la pedagogía del oprimido
En el ámbito educativo “El Emilio” o “De la educación” de Juan Jacobo Rousseau
es un libro que aportan ideas nuevas para la época en que fue publicado (1762),
ya que desde las primeras páginas de la obra se puede apreciar el manifiesto de
que el hombre es un ser que nace bueno y vacío, sin prejuicios ni conocimientos y
que la sociedad en donde se desarrolla se encarga de oprimirlo y de ponerle
vendas que le impiden ser libre. A su vez menciona que se deje al niño ser libre
desde la primera infancia y que se aleje de lo se considera “malo” y poco
virtuosos.

Ahora bien, la obra titulada “Pedagogía del oprimido” escrita en 1968 por Paulo
Freire aborda temas sobre la constate lucha de clases, por un lado la clase
oprimida y por otro la clase opresora, lo cual provoca una deshumanización en los
seres humanos. Si bien Freire no hace una distinción entre lo bueno y lo malo
(como lo hace Rousseau) destaca el autoritarismo del opresor y la falta de libertad
del oprimido y propone que la solución para conciliar estos dos aspectos es la
restauración de la humanidad por parte de los oprimidos y que todo ser humano
sea tratado de la mismo manera con los mismos derechos, es decir, estar en un
estado de socialización equitativa.

La primera diferencia que aparece entre la pedagogía de Rousseau y la de Freire,


es que el primero propone una adaptación del sujeto a su entorno por medio de la
educación y la libertad, mientras que el segundo nos remite a la lucha por la
igualdad de clase, a la modificación de nuestra sociedad con base en un análisis
crítico de la realidad.

Es así como el Emilio por momentos se vuelve en un manual de cómo educar a


los niños y cómo hacer que ellos sean personas justas, honestas y que se adapten
a una sociedad corrupta, procurando evitar esos vicios y pasiones. En la
pedagogía del oprimido encontramos una reflexión sobre la realidad actual y el
mundo de la opresión y ayuda a entender a la educación como un medio de
reflexión y emancipación.
En lo referente a la estructura de ambos libros, El Emilio se percibe como una
narración novelesca con tintes de manual de las etapas de desarrollo infantil a la
madurez y tendencia a reflexionar sobre las formas tradicionales de enseñanza,
en donde anteriormente la educación era solo responsabilidad de los maestros y
ellos deberían ser la base de la educación y en donde el niño es un hombre en
miniatura que debe seguir los preceptos de sus mayores obedecer y prepararse
para lo que ellos hacen. Rousseau describe que el niño debe de aprender de
forma natural y se le debe de permitir aprender con plena “libertad”, en donde se le
libere de toda venda y se le permita descubrir el mundo de forma propia. A su vez
el niño no debe ser sobreprotegido, ya que eso lo afemina y lo vuelve sensible y
frágil a los descubrimientos de la naturaleza. Es interesante observar que con
conforme el niño va creciendo, él debe de adaptarse a la forma de vivir de los
adultos, es decir, elegir las virtudes que lo hagan ser un hombre humilde y
trabajador, un esposo dedicado a su mujer, o en el caso de las mujeres, féminas
atentas con sus marido y serviciales en la casa y dispuestas a criar a su hijos con
amor y bondad. Al final, Rousseau propone que el humano debe adaptarse a la
sociedad en la que le toco vivir y seguir un ciclo de vida. Es cierto que rompe con
varios arquetipos de la escuela tradicional, sin embargo su pedagogía está
cargada de sumisión y de obedecer ciegamente a lo que describe como natural, a
su vez que establece cierta desigualdad entre géneros, ya que establece que a
educación de hombres y mujeres no es la misma.

Ahora bien, en “La pedagogía del oprimido” se menciona nuevamente la


pedagogía tradicional, la cual llama Freire la concepción bancaria de la escuela,
ya que el docente se dedica a solo depositar conocimientos en sus alumnos de
forma verbal, en donde el sonido carece de significado. Es aquí donde existe una
crítica a la escuela tradicional y hace una reflexión sobre la realidad actual de la
escuela. Cabe destacar que en ambos libros se puede rescatar la crítica a la
pedagogía tradicional, además que se concibe en las dos obras al alumno a la
misma postura que el maestro y que uno aprende del otro y viceversa. Es
interesante ver que en este aspecto los dos autores coincides y nos es de
sorprenderse, ya que ambos autores buscan una libertad en el estudiante. Sin
embargo, en esa palara radica la gran diferencia entre estos pedagogos, ya que
Rousseau ve a la libertad como a la acción de dejar que a naturaleza conduzca al
niño y lo permita adaptarse a la sociedad, mientras que Freire propone a la
libertad como un acto de equidad, en donde maestro y alumno busquen un cambio
de la realidad a través de la acción.

Como bien lo menciona Freire “la solución no está en el hecho de integrarse a la


estructura que los oprime, si no transformarla para que puedan convertirse en
seres “para sí”. Es aquí donde La pedagogía liberadora de Freire propone un
cambio en la realidad y no la adaptación como mero acto de sumisión. En cambio,
Rousseau propone un cambio de la enseñanza basados en la libertad natural de
los niños para después adaptarse a las reglas de los adultos procurando tener
buenos valores y procurando ser productivos para la sociedad.

En lo referente a la metodología, Freire prepone a la palabra generadora como


agente del cambio social, ya que a través del dialogo el sujeto es capaz de
modificar su entorno y expresarse con libertad, a su vez, esta palabra lo llevara a
la acción y posteriormente a la reflexión para intentar mejorar su realidad.
Rousseau propone que desde que nace el ser humano sea libre y se le deje
explorar su entorno sin limitaciones a través de un método natural de aprendizaje.
Es así como el niño va creciendo y aprendiendo de forma natural, siempre
procurando, alejarlo de todo mal y vicio que la sociedad le ofrece. Al final el
hombre tiene que adaptarse a la sociedad y vivir una vida grata y feliz.

En ambos autores existe una crítica social, en uno como las clase han permitido la
deshumanización de las persona y las han transformado en máquinas que actúan
de forma mecánica y pasiva; mientras que en otro se critica la forma en que la
sociedad corrompe el estado natural del hombre y lo forja a su imagen y
semejanza privándolo de su libertad.

En conclusión, se puede rescatar aportes de ambos libros, de Rousseau es


interesante el método natural de aprendizaje, el cual posteriores pedagogos
retoman, sin embargo, la falta de análisis de la realidad y de la búsqueda de una
educación que ayuda a liberase de lo que la sociedad impone, hace que “Emilo”
sea un referente a la pedagogía y se retome la nueva postura de que el alumnos y
el maestros son semejantes. Mientras que en la pedagogía del oprimido se ofrece
un alternativa innovadora para lograr la emancipación de las masas y permite una
visión amplia de la realidad en la que se vive en el siglo XX y XXI, por lo cual, la
educación se vuelve una práctica de la libertad con base en la conciencia y en la
humanización de los individuos.

Fuentes consultadas
Freire, P. (2005) Pedagogía del oprimido. Ed. Siglo XXI: México
Rousseau, J.J, (2014) Emilio o De la educación. Ed: Porrúa: México.

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