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PAULO FREIRE

Paulo Freire nació el 19 de septiembre de 1921 en la ciudad de Recife, ubicada en el


noreste de Brasil, la región más pobre del país. Por lo que desde niño supo observar las
dificultades de supervivencia de las clases desfavorecidas.
Su familia, de clase media, estaba compuesta por su padre, oficial de la policía, y su
madre profesaba la religión católica, que impartió a Freire y sus hermanos. Durante la
Gran Depresión de 1929, tuvieron problemas económicos y se mudaron la vecina de
Jaboatão, donde la vida era más barata. Por este motivo, Freire perdió dos años de
estudios secundarios y a los 20, empezó a estudiar abogacía, aunque muchas veces
tuvo que interrumpir la carrera por razones económicas, ya que debía trabajar para
contribuir con su familia. Una vez obtenido el título de licenciado en Derecho, Freire
empezó a enseñar en las escuelas secundarias brasileñas y además, era abogado de un
sindicato.
En 1946 consiguió un puesto de jefe del Departamento de Educación y Cultura en el
Servicio Social de Industria (SESI) y en 1954 fue nombrado director de esta institución,
de la que dimitió después de recibir críticas por su modo de administración
democrático, abierto y libre.
En las guarderías y escuelas del SESI, propició la participación de las familias para tratar
temas de educación y sociedad, ya que para ocuparse problemas como la desnutrición
y el trabajo infantil había que trabajar con la comunidad.
Más tarde fue nombrado profesor de Pedagogía en la Universidad de Recife y en 1962,
director de los servicios de extensión de la universidad. Fue entonces que creó su
método de alfabetización y lo llevó a la práctica: 300 trabajadores de la caña de azúcar
aprendieron a leer y a escribir en 45 días (30 horas de curso, cinco días a la semana).
El éxito del método generó grandes expectativas a nivel nacional, se esperaba que toda
la población analfabeta, que eran 40 millones de personas en ese momento, podría
alfabetizarse y así obtener el derecho a voto, ya que en esa época, leer y escribir eran
requisitos para poder votar.
En 1963, a Freire y su equipo se les encargó la tarea de desarrollar un plan nacional de
alfabetización; el financiamiento llegó de varios lugares, entre otros de la oficina
regional de Recife, de Alianza para el Progreso, de las administraciones reformistas del
nordeste y del gobierno populista federal del Brasil, de João Goulart.
Freire fue encarcelado dos veces por su “método subversivo”, por lo cual debió irse al
exilio.
En 1968, se publicó su primer libro: La educación como práctica de la libertad. Ese mismo
año escribió su libro más emblemático: Pedagogía del oprimido, publicado en inglés y en
español en 1970, pero, por censura de la dictadura militar, en Brasil recién se pudo
publicar en 1974.
El pensamiento pedagógico de Paulo Freire
La pedagogía crítica
Originada en el corpus teórico de la Escuela de Fráncfort, la pedagogía crítica es una
de las principales herramientas adoptadas por Paulo Freire en su camino de renovación
dentro del campo educativo latinoamericano. Una de sus premisas es entender el
proceso formador como un acto eminentemente político situado en una realidad social
determinada en la que se encuentran inmersos tanto quien aprende como quien
enseña. Ambos, son sujetos políticos vinculados en la tarea de construir conocimiento
interpelando y cuestionando una realidad común, con miras a su transformación. Para
el pedagogo brasileño, los sujetos construyen sus conocimientos en una relación
dialógica con el contexto, a partir de sus experiencias y reflexiones sobre su vida
cotidiana. En su libro La educación como práctica de la libertad, Freire sostiene: “la
educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para
transformarlo”.
En esta misma línea de pensamiento, Paulo Freire elabora lo que va a conocerse como
alfabetización crítica o alfabetización liberadora, cuyos conceptos servirán de
inspiración para los principales programas de alfabetización en el Brasil de comienzos
de los sesenta. Una de sus propuestas alfabetizadoras tiene como principio básico que
la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra. Su objetivo es conseguir que el
educando se asuma como un sujeto responsable del proceso de aprendizaje, portador
de un conocimiento de la realidad, capaz de desarrollar una visión crítica que le
posibilite transformarse en un agente de cambio y producción cultural, en oposición al
modelo de reproducción cultural propuesto por la educación tradicional.
En Pedagogía del oprimido, uno de los libros más difundidos de Paulo Freire, la
pedagogía tradicional está caracterizada en lo que el autor llama educación bancaria,
un paradigma que supone al educador como único poseedor de un conocimiento que
el educando recibe de manera pasiva y acrítica. En este modelo el acto educativo es de
una sola dirección; un educador sabio deposita sus conocimientos en un receptor
ignorante. La educación bancaria es concebida entonces como la transmisión de una
realidad que no requiere reelaboración y que se presenta como la única posible. Como
alternativa a esta visión, Freire plantea que la verdadera educación es liberadora y se
caracteriza por su reciprocidad, presupone un sentimiento profundo del valor del otro
y la fe en su capacidad de forjarse un destino.
Entre sus originales propuestas metodológicas para la educación, Freire desarrolla lo
que llama la pedagogía de la pregunta. Esta se basa en la creación de conocimiento a
través de interrogantes cuya exploración termina por enriquecer de forma recíproca a
quienes intervienen en el acto educativo.
En el pensamiento de Paulo Freire el contexto de las sociedades latinoamericanas y su
historia determinan necesariamente una “pedagogía del oprimido” como el único
camino para la emancipación de los pueblos.
[...] la liberación es un parto. Es un parto doloroso. El hombre que nace de él es un hombre
nuevo, hombre que solo es viable en la y por la superación de la contradicción opresores-
oprimidos que, en última instancia, es la liberación de todos.” Fragmento de Pedagogía del
oprimido.

El término “liberación” hace referencia a que la educación debe ser un proceso


mediante el cual el sujeto se encuentre nuevamente con su dignidad. Por esta razón, la
pedagogía de P. Freire no solamente enseña a leer y escribir, sino que también analiza
su propia realidad y recupera el dominio de su propia vida. En otras palabras, este
método de enseñanza aspira a que la persona encuentre su propio camino en la vida.
La pedagogía de Paulo Freire
La educación bancaria
En oposición al concepto de la pedagogía de la liberación, Freire utilizó el término
“educación bancaria” el cual se aleja de toda vivencia y reflexión en relación al
aprendizaje y la realidad de cada persona.
Según Freire, este tipo de enseñanza es aquella que se ha venido impartiendo durante
décadas alrededor de todo el mundo y sostiene que el niño es una caja vacía que debe
ser llenada de conocimiento pero que carece de reflexión o de pensamiento crítico y
autónomo.
Se podría decir que este tipo de educación se visualiza con más facilidad más en los
comienzos de la educación obligatoria a fines de siglo XIX y principios del siglo XX. No
obstante (y dado que su concepto en relación a los niños es completamente opuesto)
es preciso hacer las distinciones pertinentes.

La educación liberadora
Esta educación tuvo su base en el constructivismo y concibe al niño (al que se le llama
educando) como un sujeto productor que comprende el mundo e interactúa con él.
Sin embargo, no se trata únicamente de analizar o comprender al niño como un sujeto
diferente: debe ser el docente (al que llama educador) un ser liberado del pensamiento
de la educación bancaria. Solo de este modo (educador y educandos) podrán aprender
y dar sus opiniones respecto de algo que estén aprendiendo juntos.

La educación, dice Freire, no es necesariamente liberadora puesto que ello depende de quien
la utilice. Por ejemplo, si un obrero lee y estudia para ser un buen mecánico, esto no puede
considerarse una educación liberadora. Lo sería, en tal caso si la escuela le enseña a discutir
sobre arte, política o ideología.
Aplicación del método de Paulo Freire
El método o la técnica de Paulo Freire se imparte en infinidad de escuelas actualmente en todo
el mundo.

¿Cómo es el método aplicado en el aula?

Veamos un ejemplo: En un aula se prepara una urna en la cual los niños deberán colocar su
opinión respeto de una pregunta que se les haga. Así, la pregunta puede ser la siguiente:

¿Estarías de acuerdo en que se debata en el aula sobre el bullying, el maltrato animal, la pubertad, la
pobreza o la violencia física o verbal? ¿Cuál de todos estos temas sería el que más te interesa?

Los temas sugeridos deben ser sensibles para los niños, es decir, comprender realidades que
ellos vivencien periódicamente. De este modo, podrán opinar al respecto dado que son temas
conocidos por ellos.

Se debe instar a los niños al debate. Para ello, no existen preguntas o respuestas incorrectas:
todos los niños pueden y deben opinar y nadie debe reprimir o reírse de aquello que otro
compañero exprese.

En la actualidad, se podría decir que, si bien la escuela posee una cuota de lo que Freire
denominó educación bancaria, también es cierto que, con determinadas corrientes, como la de
María Montessori, Decroly, Piaget y Vygotsky, los niños cuentan en la actualidad con
incentivos, actividades y contención propia de un tipo de educación que podríamos decir se
inclina más hacia la pedagogía liberadora de Paulo Freire.

"Mi visión de la alfabetización va más allá del mero ba, be,bo, bu, porque implica una
comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el
alfabetizado", decía Freire, que mantuvo hasta el final su actividad docente, como
profesor de la Universidad Católica de Sâo Paulo. "Me gustaba de joven y me gusta
todavía ser educador, pero un educador que sea también un educando constante de su
educando, no un pedagogo técnicamente frío, imposiblemente neutro", manifestó en
una entrevista en EL PAÍS.
El pedagogo fallecido consideraba aberrante cualquier proceso en el que los alumnos
no se consideren a sí mismos "como sujetos investigadores, productores de
conocimiento". "Leer un libro no es pasear por las palabras. Es releerlo, es reescribirlo.
No enseñar a los niños que leer y escribir son casi la misma cosa desde el punto de vista
del ejercicio intelectual y humano es un gran error", según Freire.
El pedagogo consideraba que no cabía hablar de educación a secas, sino de "educación
para qué, educación en favor de quiénes, educación contra qué". "A las clases
dominantes no les gusta la práctica de una opción orientada hacia la liberación de las
clases dominadas. Esta es mi opción: un trabajo educativo, cuyos límites reconozco,
que se dirija hacia la transformación de la sociedad en favor de las clases dominadas",
afirmaba Freire, quien precisaba los límites: "No puede cambiarse el sistema educativo
si no se transforma el sistema global de la sociedad. Se pueden introducir reformas,
pero no cambios radicales. Sería una ingenuidad de grupos revolucionarios".
El día 2 de mayo de 1997 muere en Brasil Paulo Freire, a los 75 años de edad, de un
infarto al miocardio.

A partir de ese momento, la labor pedagógica de este educador provocó el estudio,


adaptación y realización de este Proyecto de Escuela. El Centro Educativo Paulo Freire,
se coloca como una de las principales instituciones en Colombia que adopta la ideología
Freireana.

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