Emilio, o De la educación es un tratado filosófico sobre la naturaleza del hombre escrito
por Jean-Jacques Rousseau en 1762, quien la creía la “mejor y más importante de todas sus obras.” El texto aborda temas políticos y filosóficos concernientes a la relación del individuo con la sociedad, particularmente señala cómo el individuo puede conservar su bondad natural (Rousseau sostiene que el hombre es bueno por naturaleza), mientras participa de una sociedad inevitablemente corrupta. En el Emilio, Rousseau propone, mediante la descripción de este, un sistema educativo que permita al “hombre natural” convivir con esa sociedad corrupta. Rousseau acompaña el tratado de una historia novelada del joven Emilio y su tutor, para ilustrar cómo se debe educar al ciudadano ideal. No suele señalarse, sin embargo, que se excluye de este ideal a las mujeres, cuya educación ha de referirse a satisfacer a los hombres (libro V). Por otro lado, Emilio no es una guía detallada, aunque sí incluye algunos consejos sobre cómo educar a los niños. Hoy se considera el primer tratado sobre filosofía de la educación en el mundo occidental. CARTAS A QUIEN PRETENDE ENSEÑAR – PAULO FREIRE Paulo Freire en su obra titulada ‘Cartas a quien pretende enseñar’, propone mediante diez cartas a las personas que desean y pretenden enseñar, en este caso los docentes, que deben tener cierto compromiso y exigencia para consigo mismos y para con los demás, ya que en su quehacer diario deben tomar una postura frente a las injusticias sociales, deben buscar transformaciones en sus estudiantes y en la sociedad a través de sus enseñanzas, deben ir más allá de lo que se imparte en las asignaturas, deben moldear mentes críticas, creativas, conscientes, desafiantes pero sobre todo libres. por esto, si el docente quiere generar una transformación social, debe tener presente los diversos contextos en los que se encuentran inmersos los estudiantes, y no limitarse solamente a lo que dicen los textos para que el aprendizaje sea significativo. Ya que, “la educación no es una palanca para esta transformación, pero sin ella no se da”. Teniendo en cuenta lo anterior, el docente debe liberar su imaginación y paralelamente estimular la de sus estudiantes, para así, plantear nuevamente la educación y luchar por la escuela democrática con la que muchos soñamos. Por otra parte se debe reconocer que el rol del docente, quien es a la vez estudiante, es satisfactoria pero exigente, puesto que les demanda estar debidamente preparados, tanto física como emocional y afectivamente, exige seriedad y compromiso, gusto por lo que hacen, valentía, disposición y constancia para no flaquear en el camino de la enseñanza, para crear las condiciones justas para la escuela, defender los derechos que nos competen como humanos, planear y evaluar teniendo en cuenta que son factores equivalentes y que se deben emplear para educar mejor y no para castigar. BIBLIOGRAFÍA https://www.compartirpalabramaestra.org/libros/cartas-quien-pretende-ensenar