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ACCIÓN DE PROTECCIÓN1

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN................................................................................................................ 3

1. FUENTES FORMALES DE LA ACCIÓN DE PROTECCIÓN ............................. 3

(a) Fuente constitucional ................................................................................................ 3

(b) Fuente internacional ................................................................................................. 4

(c) Fuente administrativa ............................................................................................... 4

2. CONCEPTO .................................................................................................................. 5

3. CARACTERÍSTICAS .................................................................................................. 5

4. (IN)CONSTITUCIONALIDAD DEL AUTO ACORDADO DE LA CORTE


SUPREMA SOBRE ACCIÓN DE PROTECCIÓN.......................................................... 8

5. REQUISITOS O PRESUPUESTOS DE PROCEDENCIA .................................... 10

6. DERECHOS PROTEGIDOS .................................................................................... 12

6.1. ¿Qué derechos están protegidos? ........................................................................... 12

6.2. ¿Qué derechos no están protegidos? ..................................................................... 13

7. TITULARIDAD Y LEGITIMACIÓN ACTIVA ..................................................... 15

7.1. Titularidad ............................................................................................................... 15

7.2. Legitimación activa ................................................................................................. 16

8. LEGITIMIDAD PASIVA .......................................................................................... 17

1
Para la elaboración de este apunte se ha tomado como base a PEÑA TORRES, Marisol. “Acción de protección”,
en Miriam HENRIQUEZ y María PIA SILVA (coords). Acciones protectoras de derechos fundamentales. Santiago:
Thomson Reuters, 2014, pp. 31-60; TÓRTORA Hugo, contenido en su blog Apuntes de Derecho Constitucional,
disponible en <http://constitucionalchile.blogspot.cl/2010/07/03-acciones-protectoras-de-derechos.html>.
[Consulta: 5 de abril de 2017].

1
8.1. Acciones dirigidas contra particulares .................................................................. 17

8.2. Acciones dirigidas contra órganos administrativos ............................................. 17

8.3. Acciones dirigidas contra tribunales de justicia ................................................... 18

8.4. Acciones dirigidas en contra del órgano legislativo (Congreso Nacional) ......... 18

9. FINALIDAD ................................................................................................................ 20

10. COMPATIBILIDAD CON OTRAS ACCIONES................................................ 21

11. PROCEDIMIENTO ................................................................................................ 21

11.1. Materialidad ......................................................................................................... 21

11.2. Tribunal competente ........................................................................................... 22

11.3. Plazo para interponer el recurso ........................................................................ 22

11.4. Examen de admisibilidad (art. 2 Auto Acordado) ............................................ 23

11.5. La posibilidad de hacerse parte.......................................................................... 23

11.6. Orden de no innovar ........................................................................................... 24

11.7. Informe ................................................................................................................. 24

11.8. Vista de la causa................................................................................................... 24

11.9. Estándar de prueba ............................................................................................. 25

11.10. Sentencia ............................................................................................................... 25

2
INTRODUCCIÓN
La acción que consagra el artículo 20 de la Constitución y que en la doctrina se conoce
como “recurso o acción de protección”, corresponde en verdad a lo que en Derecho
comparado es conocido como “recurso o acción de amparo”.
Por otra parte, el “recurso o acción de amparo” regulado en Chile en el art. 21 de la
CPR recibe la denominación de “Habeas Corpus” en el Derecho comparado.
La acción de protección es uno de los mecanismos procesales de rango constitucional
más relevantes para la tutela de los derechos fundamentales en el ordenamiento jurídico
nacional, entre otras razones, porque se trata de una acción muy utilizada en la práctica. Este
apunte está dedicado a la revisión de sus aspectos esenciales.

1. FUENTES FORMALES DE LA ACCIÓN DE PROTECCIÓN


La acción de protección cuenta con una triple regulación: constitucional,
internacional y administrativa.

(a) Fuente constitucional


La acción de protección está regulada en el art. 20 de la CPR que se transcribe a
continuación:
“El que por causa de actos u omisiones arbitrarios o ilegales sufra privación,
perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías
establecidos en el artículo 19, números 1°, 2°, 3° inciso cuarto, 4°, 5°, 6°, 9° inciso
final, 11°, 12°, 13°, 15°, 16° en lo relativo a la libertad de trabajo y al derecho a su
libre elección y libre contratación, y a lo establecido en el inciso cuarto, 19°, 21°, 22°,
23°, 24° y 25° podrá ocurrir por sí o por cualquier a su nombre, a la Corte de
Apelaciones respectiva, la que adoptará de inmediato las providencias que juzgue
necesarias para restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección del
afectado, sin perjuicio de los demás derechos que pueda hacer valer ante la autoridad
a los tribunales correspondientes. Procederá, también, el recurso de protección en el
caso del N° 8° del artículo 19, cuando el derecho a vivir en un medio ambiente libre

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de contaminación sea afectado por un acto u omisión ilegal imputable a una autoridad
o persona determinada”.

(b) Fuente internacional


Un conjunto de normas internacionales garantizan el derecho a la tutela efectiva de
los derechos y el derecho a un recurso efectivo. Entre tales normas, cabe mencionar al art.
25.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos:
“Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso
efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la
presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen
en ejercicio de sus funciones oficiales”
También, puede destacarse el art. 3.a. del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, que dispone:
“Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar que:
a) Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan
sido violados podrá interponer un recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera
sido cometida por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales”.
La acción de protección es un mecanismo de protección jurisdiccional que puede
garantizar el acceso a la justicia en lo que se refiere a la protección de algunos derechos
fundamentales. Por tanto, la acción de protección tiene una relación con las normas
internacionales citadas, porque es un mecanismo que permite ejercer el derecho de acceso a
la justicia y el derecho a la tutela judicial efectiva respecto de un conjunto de derechos
fundamentales regulados en la CPR.

(c) Fuente administrativa


La fuente administrativa se refiere al Auto Acordado de la Excma. (excelentísima)
Corte Suprema sobre Tramitación y Fallo del Recurso de Protección de Garantías
Constitucionales, cuya primera versión es de 1992, siendo modificado en reiteradas
ocasiones. La última modificación ha sido publicada el 28 de agosto de 2015.

4
2. CONCEPTO
La acción de protección es un mecanismo jurisdiccional de rango constitucional
de protección de derechos fundamentales, en virtud del cual toda persona que sufriere una
privación, perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de algunos derechos
constitucionales, a raíz de una acción u omisión ilegal o arbitraria, podrá acudir por sí o
por cualquiera a su nombre, ante la judicatura ordinaria, específicamente ante la Corte
de Apelaciones competente, para que adopte las providencias necesarias para el
restablecimiento del imperio del Derecho y la debida protección del afectado.
En base a esta definición es posible apreciar lo siguiente:
1. La acción de protección es una garantía judicial o jurisdiccional de protección de
los derechos fundamentales que se hace valer ante la judicatura ordinaria.
2. Es una acción de rango constitucional, dado que una de sus fuentes normativas es la
CPR.
3. Procede ante una afectación, agravio o causal de menoscabo en el ejercicio de un
derecho fundamental. Esa afectación puede consistir en una privación, perturbación
o amenaza.
4. El comportamiento que genera el menoscabo puede consistir en una acción o en una
omisión y debe ser ilegal o arbitraria.
5. El tribunal competente puede adoptar una serie de medidas en orden a garantizar la
tutela del derecho vulnerado, reestableciendo el imperio del Derecho y la debida
protección del afectado.

3. CARACTERÍSTICAS
Las principales características de la acción de protección son las siguientes:
1. La acción de protección es una acción y no un recurso, porque su finalidad no es
impugnar resoluciones judiciales, sino proteger un derecho fundamental2.
2. Es una acción de rango constitucional, en cuanto está regulada en la Constitución.
3. Es una acción protectora de derechos, vale decir, un mecanismo de protección
judicial que se hace valer ante la judicatura ordinaria.

2
Más adelante se discutirá si es posible interponer una acción de protección contra una resolución judicial, pero
aún en ese caso, la finalidad de la acción de protección no es impugnar la resolución, sino proteger un derecho.

5
4. Es una acción cautelar. Ello quiere decir que es un mecanismo de protección de
derechos, pero no constituye una vía apta para discutir ni para declarar la existencia
de los derechos, ya que se trata de derechos cuya existencia se presume y es
indiscutida3.
Por esta misma razón, por ejemplo, no sería posible utilizar la acción de protección
para debatir acerca de los deslindes de un inmueble o para zanjar conflictos sobre
incumplimiento de contratos de ejecución de obras licitadas o para revisar una
liquidación tributaria.
Además, la naturaleza cautelar de la acción implica que lo que se persigue
mediante su interposición es precaver un fin determinado.
5. No conlleva pretensión contra persona determinada4. Ello, por cuanto la acción
no es una demanda, sino sólo una herramienta procesal que permite obtener la
protección de un derecho determinado.
6. El procedimiento de tramitación del recurso es breve y sumario y no tiene una
esencia contradictoria5. En efecto, no requiere la concurrencia de una verdadera
contraparte y no asegura facultades exhaustivas de presentación de alegaciones y
pruebas.
Andrés BORDALÍ señala que el procedimiento por medio del cual se resuelve la
acción de protección no refleja las características de un procedimiento propio de
una acción cautelar, por las siguientes razones:

3
Así lo ha resuelto la Corte Suprema, cuando ha establecido que “el recurso de protección de garantías
constitucionales tiene por objeto proteger el legítimo ejercicio de derechos que estén indubitados, y no de
aquellos que se encuentran en discusión o que constituyan una mera expectativa. Esto es, no se trata de un juicio
declarativo de derechos, como parece entenderlo el recurrente de autos, postura de la que erradamente se hizo
eco el tribunal de primer grado, cuando entró a analizar las actuaciones de la empresa recurrida”. Vid. Corte
Suprema. Salfatte con Compañía de Telecomunicaciones de Chile, Rol 3554-2007, 9 de agosto de 2007, consid.
7.
4
RÍOS, Lautaro. “El recurso de protección y sus innovaciones procesales”, Revista Chilena de Derecho, vol. 20,
1993, p. 456.
5
Corte de Apelaciones de Santiago, Rol Nº 4737-2005, consid. 2º: “Constituye la acción de protección una
acción de urgencia de carácter tutelar que permite a la Corte de Apelaciones y, eventualmente a la Corte
Suprema, examinar sin forma de juicio y por vía simplemente indagatoria, si se ha producido una privación,
perturbación o amenaza del legítimo ejercicio de los derechos por los cuales resulta procedente. En
consecuencia, por la interposición de este recurso no se da lugar a un proceso de carácter contradictorio en que
las partes puedan exponer sus respectivas posiciones y comprobar los hechos que alegan por los medios de
prueba legal”. Cfr. RÍOS, Lautaro. “El recurso de protección y sus innovaciones procesales”, Revista Chilena
de Derecho, vol. 20, 1993, p. 456.

6
i. El proceso que da lugar a la acción de protección tiene por finalidad tutelar los
derechos fundamentales de los ciudadanos y las ciudadanas de una manera directa.
ii. Además, ese procedimiento no presenta las características de las medidas
cautelares según el Derecho chileno, como el peligro en la demora, la exigencia de
una fianza o contracautela.
iii. Asimismo, no se entiende cómo puede tratarse de una acción cautelar si en el
procedimiento de la acción de protección se permite la posibilidad de que se
decreten medidas cautelares en base a la orden de no innovar.
El autor concluye que se trata de un proceso especial de tipo sumario que, en
cuanto proceso de urgencia, produce cosa juzgada formal6.
7. La sentencia definitiva firme o ejecutoriada que se pronuncia sobre la acción de
protección produce cosa juzgada de carácter formal y no cosa juzgada material.
La cosa juzgada material es la cualidad de inmutable de la sentencia firme, dado
que se pronuncia sobre el mérito del proceso conformado por las pretensiones de
las partes, impidiendo reabrir el debate en el mismo proceso o en otro posterior.
En cambio la cosa juzgada formal sólo impide la posibilidad de reabrir el debate
en el mismo proceso en que se dicta la sentencia firme, pero no en otro, en cuanto
aquella no se pronuncia sobre el fondo. Por esta razón, el fallo de una acción de
protección no impide hacer valer la acción civil o penal que corresponda en un
juicio posterior a fin de dirimir la controversia. Por esta razón, la parte final del
art. 20 inc. 1º dispone “sin perjuicio de los demás derechos que pueda hacer valer
ante la autoridad o los tribunales correspondientes”7.
8. No persigue responsabilidad civil ni penal del ofensor. La acción de protección
tampoco es de naturaleza penal, por lo que no procede declarar responsabilidad
criminal de los infractores. Tampoco es el medio hábil para perseguir
responsabilidades civiles. Lo anterior no obsta a que las acciones civiles y penales
puedan hacerle valer con posterioridad a la resolución de la acción de protección,
invocándose las vías procesales que correspondan.

6
BORDALÍ, Andrés. “El recurso de protección como proceso de urgencia”, Revista chilena de Derecho, vol. 31,
nº 1, enero-abril 2004, pp. 281-286.
7
PAREDES, Felipe. “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, en Contreras, Pablo/Salgado,
Constanza (eds.). Manuel sobre derechos fundamentales. Santiago: LOM, 2017, p. 414.

7
9. De acuerdo al artículo 25.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, la acción de protección debe ser considerada en sí misma como un
derecho fundamental, esto es, el derecho a la protección judicial de los
derechos o a la tutela efectiva de los derechos o el derecho a un recurso
efectivo.
10. Es un derecho de configuración legal, toda vez que la regulación constitucional
es meramente enunciativa y requiere de desarrollo en la ley. Esto será necesario
recordarlo a la hora de reflexionar sobre la constitucionalidad o
inconstitucionalidad del auto acordado que regula el procedimiento de la acción
de protección.

4. (IN)CONSTITUCIONALIDAD DEL AUTO ACORDADO DE LA CORTE


SUPREMA SOBRE ACCIÓN DE PROTECCIÓN
El procedimiento de la acción constitucional de protección del art. 20 de la Carta
Fundamental no se encuentra regulado por la ley. Frente a este vacío legal, fue la Excma.
Corte Suprema quien dictó el llamado Auto acordado sobre Tramitación y Fallo del Recurso
de Protección de Garantías Constitucionales. La doctrina ha sido recurrente en el sentido de
estimar inconstitucional el auto acordado por diversos motivos, dentro de los cuales cabe
destacar los siguientes:
1) Los procedimientos judiciales han de ser regulados por ley, de acuerdo a lo
establecido en los arts. 19 N° 3 inc. 6, 63 N° 3 y 63 N° 20 de la Constitución. Por ende, no
pueden ser regulados por autos acordados.
2) Extemporaneidad de la regulación (extinción de la habilitación
constitucional). Es cierto que la Corte Suprema estuvo habilitada para regular el
procedimiento de la acción de protección. Así consta en el art. 2 del Acta Constitucional Nº
3 del 13 de septiembre de 1976, que indicaba en lo pertinente: “La Corte Suprema dictará un
auto acordado que regule la tramitación de este recurso”. Dicho auto acordado fue dictado el
29 de marzo de 1977. Sin embargo, en estricto rigor, dicha autorización constitucional se
extinguió al entrar en vigor la Constitución de 1980, puesto que ésta no contempla el mismo
mandato.

8
3) Vulneración de la reserva legal en materia de límites derechos fundamentales
(art. 19 n° 26). Tal como se analizó en su momento, los derechos y garantías constitucionales
sólo pueden ser limitados por preceptos legales y éste no es el caso. Al respecto, el auto
acordado efectivamente limita el derecho constitucional a la acción o a la protección judicial
de los derechos.
4) Establecimiento de plazos y requisitos no establecidos expresamente en la
Constitución. El auto acordado, más allá de los vicios de forma antes indicados, también
contiene vicios de fondo, por cuanto:
i) Establece un plazo de 30 días para interponer el recurso, en circunstancias que
la Constitución no prevé plazo alguno8.
ii) Establece un examen de admisibilidad que tampoco está previsto en la
Constitución, la que se realizará en cuenta por la Corte de Apelaciones y en
base al cual se revisa si el recurso menciona hechos que puedan constituir la
vulneración de garantías de las indicadas en el artículo 20 de la Constitución
y se ha interpuesto dentro de plazo.
iii) Establece una preferencia en el conocimiento de las causas y en la colocación
en tabla que no ha sido prevista en la ley. Por lo tanto, afecta preferencias
legales.
iv) Impide la interposición del recurso de casación.
v) Permite imponer sanciones a quien no evacue los informes o no cumpla las
diligencias y resoluciones dictadas por las Cortes de Apelaciones y Suprema,
sanciones que implican restricción a derechos constitucionales (multas,
suspensión de funciones, reducción de sueldos, etc.).
Pese a lo anterior, el Tribunal Constitucional en varias sentencias9 ha señalado que el
auto acordado es constitucional en base a los siguientes argumentos:

8
Al respecto, el Tribunal Constitucional ya estimó que era inconstitucional la norma del proyecto de ley
modificatorio de la LOC del Tribunal Constitucional 17.997, que establecía un plazo de seis meses para deducir
la acción popular de inconstitucionalidad, ya que impone un término de caducidad o extinción de una acción
que, de acuerdo al Código Político, no tiene plazo. Pensamos que esa misma lógica, aplicada a la situación en
comento, debería llevar al Tribunal Constitucional a la conclusión de tener que invalidar el auto acordado de la
Corte Suprema por el mismo vicio.
9
Cfr., v. gr., TC, Rol 1557-2009, 14 de abril de 2011; TC, Rol 1812-2010, 18 de agosto de 2011.

9
1) La facultad de la Corte Suprema de dictar auto acordados deriva de su
superintendencia económica plasmada en el art. 82 de la CPR. Estas facultades
son aquellas que permiten a dicho tribunal, dictar normas generales para la buena
administración de justicia.
2) La facultad de dictar auto acordados fue validada por la reforma constitucional de
2005, dado que el control de constitucionalidad de estas normas corresponde al
Tribunal Constitucional (art. 93 nº 2 de la CPR).
3) Si el legislador no ha establecido normas, el propio órgano judicial puede
autoregularse.

5. REQUISITOS O PRESUPUESTOS DE PROCEDENCIA


Según el art. 20 de la Constitución Política, la acción de protección será procedente
frente un acto u omisión, arbitrario o ilegal que provoque privación, perturbación o
amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos que se señalan.
Por lo tanto, los requisitos o presupuestos de procedencia de la acción de protección
son los siguientes10:
1. Acto u omisión
2. Arbitrario e ilegal
3. Privación, perturbación o amenaza
4. En el legítimo ejercicio de los derechos

6.1. “Acto u Omisión”


a. La expresión “acto” se refiere a conductas positivas, a un “hacer algo”11.
b. La expresión “omisión”, en tanto, se refiere a conductas negativas, a un “no hacer”,
a una inactividad, a “una abstención”12.

6.2. “Arbitrarios o ilegales”

10
En la jurisprudencia se ha añadido como requisito que exista una relación de causalidad entre el acto u
omisión y el agravio. Vid. HENRÍQUEZ, Acción de Protección, cit., p. 13.
11
HENRÍQUEZ, Acción de Protección, cit., p. 14.
12
HENRÍQUEZ, Acción de Protección, cit., p. 14. Cfr. Corte de Apelaciones de Valparaíso. Rol 547-2016, 20 de
marzo de 2016, consid. 5-ss.

10
a. El término “ilegal” se ha entendido como contrario al ordenamiento jurídico
vigente13. Es ilegal un acto o una omisión que contraviene la ley, los reglamentos, los
decretos, las ordenanzas o incluso los contratos en ciertas circunstancias14.
b. El término “arbitrario”, en principio, debe entenderse como la falta de un
fundamento racional o razonable15. Dicho con otras palabras, se trata de una decisión
antojadiza, caprichosa, alejada a la razón, injusta o desproporcionada16.
De esta forma, se debe distinguir con absoluta claridad los actos u omisiones
arbitrarios de los ilegales. Por esta razón, no resulta suficiente para el tribunal revisar
exclusivamente el apego a la ley de la conducta impugnada. Por expreso mandato
constitucional, el tribunal también está obligado a revisar la razonabilidad del acto
impugnado para detectar una eventual arbitrariedad, aun cuando dicho comportamiento se
ajuste al ordenamiento jurídico positivo.

6.3. El agravio: la privación, perturbación o amenaza


El agravio (también denominado causal de menoscabo) que justifica la interposición
de la acción puede consistir la privación, perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de

13
GARCÍA PINO, Gonzalo/CONTRERAS VÁSQUEZ, Pablo. Diccionario constitucional chileno. Santiago, Tribunal
Constitucional Chile, 2014, p. 54.
14
La jurisprudencia ha señalado que la acción de protección no es la vía procesal para impugnar la
inconstitucionalidad de una ley. Para perseguir ese fin, la acción pertinente es la acción de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad. Vid. Corte Suprema, Rol 1643-2003, 3 de junio de 2003, consid. 7. En este caso se
impugnó un decreto municipal que ordenaba la clausura de un establecimiento educacional por no cumplir
algunas disposiciones de la Ley General de Urbanismo y Construcciones. El recurso fue rechazado dado que se
habían constatado las infracciones a esta normativa respecto del edificio del colegio y porque además dicha ley
establece la facultad de la Municipalidad de clausurar establecimientos que no cumplan con lo dispuesto en este
texto legal. Por ende, el acto de clausurar el establecimiento no fue ilegal.
En relación con este punto, vid. PAREDES, Felipe. La garantía jurisdiccional de los derechos fundamentales.
Santiago: Legalpublishing-Thomson Reuters, 2014, p. 161, para quien la exigencia de la legalidad se torna un
contrasentido, ya que “si una vulneración de los derechos fundamentales justiciable, sólo si el acto que la
produce contraviene una ley, es porque entonces entendemos que estos son válidos sólo en la medida que sean
desarrollado por un precepto legal. Es decir, si para determinar la existencia de una vulneración de la
prostitución, se requiere que además se produzca simultáneamente una infracción a la ley, es evidente que la
Constitución deja de ser el parámetro de enjuiciamiento y la queastio iuris (sic.) Se centra necesariamente en
determinar como la conducta examinada vulnera la legalidad. Por esta razón, no es extraño que en estas
sentencias es más frecuente encontrar un examen de cómo las normas legales son vulneradas, que de la manera
en que los derechos fundamentales son afectados”.
15
GARCÍA PINO/CONTRERAS VÁSQUEZ, op. cit., p. 54; HENRÍQUEZ VIÑAS, Miriam. Acción de Protección. 3ª ed.
Santiago: DER, 2019, p. 15.
16
Corte de Apelaciones de Chillán. Rol 1709-2016. 7 de marzo de 2017, consid. 6-ss.

11
determinados derechos. Ello nos obliga a definir en qué consiste cada uno de estos tres
términos.

a. “Privación”. Significa la imposibilidad material total del ejercicio del derecho17.


Este ejercicio se vuelve imposible de ejecutar.

b. “Perturbación”. La perturbación se refiere a un trastorno en el ejercicio del


derecho, a una grave dificultad u obstáculo para ejercerlo18.

c. “Amenaza”. Implica un riesgo, una inminencia, una potencialidad, una


posibilidad, un peligro real e inminente de que se afecte un derecho, ya sea en grado de
perturbación o de privación19.

6.4. Ejercicio legítimo del derecho


Se ha señalado como requisito adicional que el titular del derecho debe ejercerlo de
una manera legítima, de modo tal que debe ejercer el derecho de conformidad con la
normativa vigente20.

6. DERECHOS PROTEGIDOS
6.1.¿Qué derechos están protegidos?
Revisado el art. 20, sólo se encuentran protegidos por esta acción constitucional, los
siguientes derechos, del art. 19:
• N° 1: derecho a la vida y el derecho a la integridad.
• N° 2: igualdad ante la ley.
• N° 3 inciso cuarto: el derecho a un juez natural y el derecho a a no ser juzgado por
comisiones especiales, sino que por un tribunal que señale la ley, establecido con
anterioridad por ésta.

17
GARCÍA PINO/CONTRERAS VÁSQUEZ, op. cit., p. 55; HENRÍQUEZ VIÑAS, Acción de Protección, cit., p. 14.
18
GARCÍA PINO/CONTRERAS VÁSQUEZ, op. cit., p. 55; HENRÍQUEZ VIÑAS, Acción de Protección, cit., p. 14.
19
GARCÍA PINO/CONTRERAS VÁSQUEZ, op. cit., p. 55; HENRÍQUEZ VIÑAS, Acción de Protección, cit., p. 14.
Cfr. Corte de Apelaciones de Valparaíso. Rol 547-2016, 20 de marzo de 2016, consid. 5-ss.
20
HENRÍQUEZ VIÑAS, Acción de Protección, cit., p. 14.

12
• N° 4: derecho a la protección a la vida privada y derecho a la honra.
• N° 5: derecho a la inviolabilidad del hogar y el derecho a la inviolabilidad de toda
forma de comunicación privada.
• N° 6: libertad de conciencia.
• Nº 8: derecho a vivir en un medio ambiente libre de contación, pero con ciertas
restricciones en cuanto a los requisitos de procedencia de la acción, las que serán
analizadas cuando se estudie este derecho.
• N° 9, inciso final: derecho a elegir el sistema de salud.
• N° 11: libertad de enseñanza.
• N° 12: libertad de expresión.
• N° 13: derecho de reunión.
• N° 15: libertad de asociación.
• N° 16, sólo en lo relativo a:
1. La libertad de trabajo y al derecho a su libre elección y libre contratación,
2. Los límites a la prohibición de un trabajo;
3. La prohibición de obligar a la afiliación o desafiliación a alguna entidad;
4. Las profesiones tituladas reguladas en la ley.
• N° 19: derecho de sindicación.
• N° 21: libre iniciativa en materia económica.
• N° 22: derecho a la no discriminación del Estado en materia económica.
• N° 23: libertad para adquirir el dominio de toda clase de bienes.
• N° 24: derecho de propiedad.
• N° 25: derecho de autor y derecho de propiedad industrial.

6.2.¿Qué derechos no están protegidos?


La acción de protección no garantiza todos los derechos del art. 19 de la CPR, a saber:
• Nº 3: igual protección de la ley en el ejercicio de los derechos, salvo los derechos
señalados en el punto anterior;
• Nº 7: libertad personal y el derecho a la seguridad individual, ya que cuentan con el
su propia acción, esto es el recurso o la acción de amparo (art. 21);

13
• Nº 9: derecho a la protección de la salud, salvo el derecho a elegir el sistema de salud;
• Nº 10: derecho a la educación;
• Nº 14: derecho de petición;
• Nº 16: los derechos relacionados con el trabajo, a excepción de lo señalado
anteriormente;
• Nº 17: derecho a la igualdad ante los cargos públicos
• Nº 18: derecho a la seguridad social;
• Nº 20: derecho a la igualdad ante las cargas públicas; y

6.3.Valoración crítica
Como se aprecia, muchos de los derechos no protegidos tienen la condición de
derecho social. Otros han quedado excluidos por tratarse de garantías dirigidas especialmente
contra del legislador, como es el caso del Nº 26 del art. 19. De hecho, ese numeral no regula
derechos, sino mecanismos de protección normativos.
La libertad personal y seguridad individual no están cubiertas porque cuentan con la
protección especial de la acción de amparo.
Hay otros derechos respecto de los cuáles no se entiende la exclusión, tales como la
igual protección de la ley en el ejercicio de los derechos (debido proceso), la igualdad ante
las cargas públicas o el derecho de petición.
Por su parte, cabe señalar que los derechos políticos tampoco están protegidos
directamente por la vía de la acción de protección, dado que se encuentran regulados en el
Capítulo II de la CPR
Respecto de los derechos sociales, se deduce de la lectura de las actas de la Comisión
Ortuzar que se concebían como meras aspiraciones políticas cuya satisfacción depende de la
capacidad económica del Estado, de modo que se descartó su tutela por la vía de la acción de
protección21. Recuérdese, de todos modos, que un derecho social puede ser protegido
indirectamente por la acción de protección, invocándose otro derecho relacionado, como el
derecho de propiedad, la igualdad ante la ley, el derecho a la vida, entre otros.

21
PEÑA TORRES, op. cit., pp. 39-40.

14
En definitiva, los derechos no enumerados en la acción de protección, salvo la libertad
personal, carecen de un mecanismo jurisdiccional de protección22.
En la jurisprudencia sobre la acción de protección se ha interpretado con extrema
amplitud el alcance del derecho de propiedad, fenómeno que se ha denominado
“propietarización de los derechos”. Esta tesis se ha sustentado en la amplia protección
brindada por la CPR al derecho de propiedad, dado que el art. 19 nº 24 asegura este derecho
respecto de bienes corporales e incorporales. De acuerdo con el art. 514 del Código Civil, las
cosas incorporales son derechos reales o personales. De ese modo, se ha entendido que se
tiene derecho de propiedad respecto de derechos reales y personales. Los derechos reales son
aquellos que se tienen sobre una cosa sin respecto a una determinada persona. Por lo tanto,
el listado de derechos reales es finito e incluye aquellos que están regulados en la ley. Por su
parte, de acuerdo con el art. 577 del Código Civil los derechos personales son aquellos que
sólo pueden reclamarse de ciertas personas que, por un hecho suyo o la sola disposición de
la ley han contraído obligaciones correlativas. A diferencia de los derechos reales, son
ilimitados, vale decir, se pueden crear en base a la voluntad de las partes, lo que se traduce
en una extensión casi infinita. Este razonamiento ha generado una interpretación expansiva
del ámbito de protección del derecho de propiedad23.
En la práctica es muy usual que la parte recurrente invoque la infracción del derecho
de propiedad para casos en que el derecho afectado es un derecho social. Un ámbito en que
se ha extendido esta práctica se relaciona con las alzas unilaterales de los planes de las
ISAPREs24. También se ha declarado afectado el derecho de propiedad en casos en que se ha
infringido un derecho personal regulado en un contrato de carácter privado, por ejemplo, en
el caso de los contratos de prestación de servicios educacionales en el evento de que al o a la
estudiante se aplique una sanción disciplinaria por medio de un acto ilegal o arbitrario25.

7. TITULARIDAD Y LEGITIMACIÓN ACTIVA


7.1.Titularidad

22
PAREDES PAREDES, La garantía jurisdiccional de los derechos fundamentales, cit., p. 163.
23
PAREDES, “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, cit., p. 411.
24
PAREDES, “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, cit., p. 410.
25
PAREDES, “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, cit., pp. 410-411.

15
Para referirse al titular de la acción de protección, el art. 20 de la Constitución utiliza
el vocablo “el que”, un término lato, cuya interpretación tiene ciertas complejidades. Sin
embargo, de acuerdo con la doctrina mayoritaria, la Carta Fundamental establecería una
absoluta amplitud en lo que a titularidad se refiere. Por lo mismo, la acción podría ser
interpuesta por:
i. una persona natural;
ii. una persona jurídica; o
iii. un grupo de personas, aun cuando no tenga personalidad jurídica (asociaciones sin
personalidad jurídica).
En todos los supuestos, no importaría si son nacionales o extranjeros.
Ahora bien, desde el punto de vista dogmático debe recordarse que se discute el tema
de la titularidad de los derechos fundamentales respecto de las personas jurídicas de derecho
privado y de los entes morales. Debe tenerse en consideración este debate.
Dicho lo anterior, cabe subrayar que el titular de un derecho fundamental es el único
que puede sufrir una privación, perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de sus
derechos.

7.2.Legitimación activa
De conformidad con el art. 20 de la CPR, podrá comparecer la persona afectada,
personalmente “o por cualquiera a su nombre”. El auto acordado agrega que el tercero
que actúe a nombre de la persona afectada deberá tener capacidad suficiente para actuar en
juicio. Cabe señalar que no se requiere patrocinio de abogado.
Por lo tanto, la persona legitimada activa no sólo puede ser la persona titular del
derecho afectado, sino también cualquier persona que actúe a nombre de ella. Incluso, se ha
aceptado la legitimidad activa en el caso de qué se recurra en beneficio de la persona titular
sin contar con su voluntad, tal como ha ocurrido en la jurisprudencia sobre las huelgas de
hambre26. En el caso de huelguistas que a la vez son personas privadas de libertad en un
establecimiento penitenciario, se ha aceptado la legitimidad activa de Gendarmería.
Incluso, puede ser legitimado activo una persona jurídica que comparece a nombre
de la persona afectada

26
PAREDES, “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, cit., pp. 412-413.

16
Sin embargo, la acción de protección no debe ser entendida como una acción
popular, esto es, una acción que podría interponer cualquier persona incluso sin ningún
interés. En la acción de protección, si quien ejerce la legitimidad activa es una persona
distinta del titular, de todos modos sigue teniendo un interés, porque actúa a su nombre27.

8. LEGITIMIDAD PASIVA
En relación con el tópico relativo a la legitimación pasiva, vale decir de quién puede
provenir el agravio, en estricto rigor la Carta Fundamental no distingue, por lo que sería
posible sostener que se puede interponer en contra de cualquier sujeto, público o privado,
que con su conducta arbitraria o ilegal, cause privación, perturbación o amenaza en el
legítimo ejercicio de los derechos. A continuación, se realizarán algunas precisiones.

8.1.Acciones dirigidas contra particulares


Recuérdese que de acuerdo con la teoría del efecto horizontal directo, los derechos
no sólo son obligatorios para el Estado, sino que también vinculan u obligan a los
particulares.
La tesis del efecto horizontal de los derechos en Chile se sostiene básicamente sobre
la conjunción de dos importantes normas constitucionales. La primera es la del inc. 2 del art.
6 que convierte a la Carta Fundamental en norma obligatoria para los órganos del Estado y
para sus titulares, pero también para toda persona, institución o grupo. La segunda, en el
artículo 20, por cuanto permite, por no prohibirlo expresamente, la interposición de recursos
en contra de sujetos privados.

8.2.Acciones dirigidas contra órganos administrativos


Una cantidad importante de las acciones de protección que se interponen en Chile se
deducen contra órganos administrativos, entre otros, las Municipalidades, la Dirección del
Trabajo, el Servicio de Impuestos Internos, Gendarmería, Carabineros, Ministerios,
Contraloría General de la República (en sus funciones de control jurídico a través de la toma
de razón, judicial a través del juicio de cuentas e interpretativa y normativa mediante los
dictámenes). En muchos casos, la acción de protección ha asumido derechamente la calidad

27
PAREDES, “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, cit., p. 413.

17
de un verdadero contencioso administrativo que permita resolver en sede judicial los
reclamos de los particulares en contra de las autoridades ejecutivas.

8.3.Acciones dirigidas contra tribunales de justicia


Es polémico que se permita la interposición de la acción de protección en contra de
una resolución judicial. La jurisprudencia nacional sobre este punto no es uniforme. El
mecanismo de impugnación de una resolución judicial es el recurso que corresponda y que
esté habilitado legislativamente en el procedimiento judicial de que se trate. Sin embargo,
podría argumentarse que la acción de protección podría proceder contra una resolución
judicial si ésta genera la afectación de alguno de los derechos tutelados por esta acción28.

8.4.Acciones dirigidas en contra del órgano legislativo (Congreso Nacional)


Este último caso es muy excepcional, por cuanto a partir del año 2005 se ha entendido
que el control de constitucionalidad de las leyes ha asumido el modelo de control
“concentrado”, vale decir, radicado en el Tribunal Constitucional, quien desarrolla este
examen de constitucionalidad, tanto a priori como a posteriori. En principio, el recurso de

28
Vid. Corte de Apelaciones de Valdivia. Rol 14.899-03. En un proceso judicial sobre cumplimiento de
contrato, un tribunal había ordenado suscribir una escritura de compraventa de un inmueble en favor del
recurrente. Ese proceso judicial se encontraba en estado de cumplimiento incidental de la sentencia.
Sin embargo, sobre el mismo inmueble se había trabado una medida precautoria de celebrar actos y contratos
debidamente inscrita en el Registro respectivo del Conservador de Bienes Raíces.
Pese a todo lo anterior, en un juicio ejecutivo se trabó embargo sobre el inmueble autorizándose luego el remate.
El recurrente intentó intervenir como tercero en ese juicio ejecutivo, solicitud que le fue denegada por el
tribunal. Ante esta circunstancia, el recurrente dedujo acción de protección. Dado que la acción de protección
no garantiza las garantías procesales del art. 19 Nº 3 de la CPR, el recurrente invocó como argumento la
perturbación o amenaza del derecho de propiedad recaído en bienes incorporales o derechos incorporados a su
patrimonio, tales como derecho a obtener el cumplimiento incidental de una sentencia ejecutoriada que
ordenaba la suscripción de la escritura de compraventa respectiva por la cual debía transferírsele un inmueble
rural de la comuna de Osorno y también el derecho de propiedad sobre su derecho a un debido proceso. Sin
introducirnos en el debate sobre la “propietarización” de los derechos fundamentales, este caso es un ejemplo
de una acción de protección acogida contra una resolución judicial por considerarse que se afectó un derecho
fundamental. Para un comentario a esta sentencia, vid. BANDA VERGARA, Alfonso. “Sentencia en recurso de
protección contra resoluciones judiciales (Corte de Apelaciones de Valdivia)”, Revista de Derecho (Valdivia),
vol. XVI, julio 2004, pp. 189-201.
Vid. Corte Suprema, Rol 313-2014. En este caso, el recurrente de protección celebró un contrato de concesión
con el Fisco de Chile para el desarrollo del “Proyecto Parque Eólico Taltal”. Él se vio impedido de ejercer los
derechos y de cumplir las obligaciones convenidas en ese contrato, debido a la dictación de una resolución
judicial dictada en el marco de un juicio de constitución de servidumbre minera y recaída en un recurso de
rectificación y enmienda de una sentencia ya ejecutoriada, que modificaba el predio sirviente en la constitución
de servidumbre minera. Esta resolución consideba al efecto un título inscrito diferente al contemplado en la
resolución enmendada, en circunstancias que al margen de la inscripción de dominio de este nuevo predio del
Conservador de Bienes Raíces de Taltal, aparecía anotada la concesión onerosa a favor del recurrente.

18
protección no debiera ser un medio eficaz para actuar en contra de actos provenientes de la
autoridad legislativa, justamente porque el legislador no puede actuar de un modo ilegal. El
legislador podría incurrir en una inconstitucionalidad de forma, al infringir las competencias
que le confiere la Constitución o en una inconstitucionalidad de fondo, si una ley o proyecto
de ley pugna con un precepto constitucional, por ejemplo, con el art. 19.
Revisada la jurisprudencia sobre acciones deducidas en contra de actos del legislativo,
se pueden destacar a modo de ejemplo dos resoluciones, en principio contradictorias.
La primera se refiere a una acción deducida ante la Corte de Apelaciones de
Valparaíso, interpuesta por el juez Hernán Cereceda luego del juicio político desarrollado
ante el Senado y que lo destituyó de su cargo el año 1993. En esa oportunidad, si bien la
Corte desechó en el fondo el recurso, lo declaró admisible, sometiéndolo a tramitación, a
pesar de tratarse de una acción dirigida en contra del Senado29. Por lo tanto, en este primer
caso, aunque finalmente se desechó el recurso en el fondo, se admitió a tramitación,
declarándose la Corte “competente” para conocer de este asunto.
Un segundo caso se trata de una acción de protección presentada por un grupo de
personas de nacionalidad chilena residentes en el extranjero, en contra de 43 diputados que
el 16 de mayo de 2007, que votaron en contra o se abstuvieron respecto de un proyecto de

29
Corte de Apelaciones de Valparaíso. Rol 45-93 y 48-93, 25 de marzo de 1993, consid. 8: “Que, para
determinar si es posible que el causante del acto arbitrario o ilegal, que conculca un derecho o garantía
constitucional de los que caen bajo el resguardo del recurso de protección sea el Honorable Senado de la
República cuando ejecuta un acto de aquellos que la Carta Fundamental ha señalado como atribución exclusiva
de dicho Organismo, como es el caso de autos, en que de conformidad con lo preceptuado por el artículo 49 Nº
1 de la Constitución decidió encontrar culpable de notable abandono de sus deberes de Ministro de la Excma.
Corte Suprema a don Hernán Cereceda Bravo, en cuyo favor se ha recurrido de protección, acogiendo así la
acusación constitucional que también en uso de facultades constitucionales exclusivas, aprobara la Cámara de
Diputados y sometiera al conocimiento del Honorable Senado, debe precisarse la amplitud que la disposición
constitucional tiene en este sentido. Del escueto análisis literal de la disposición en comento, resulta obvio que
en ella no se señala al posible sujeto causante del agravio, por lo que desde el punto de vista de hermenéutica
legal, en materia de derecho constitucional, parece evidente que no existe límite alguno, y por ende, cualquiera,
en el sentido más amplio de la expresión puede ser autor del acto u omisión arbitrario o ilegal, ya sea persona
o personas, naturales o jurídicas, particulares o autoridades, y éstas de cualquier rango que sean, pues la
Constitución no hace distingos. Que, como se ha visto, la disposición en comento, literalmente no ha puesto
límite alguno ni ha determinado quiénes pueden ser autores del acto u omisión arbitraria o ilegal, como
asimismo no señaló a persona o autoridad alguna que pudiera estar exenta de verse recurrida de protección, y
ello es lógico, pues si se piensa, como sin duda lo hizo el constituyente, no existe persona alguna que pueda
decir yo estoy exenta de cometer un acto arbitrario o ilegal o incurrir en omisión del mismo tipo, que conculque
un derecho esencial garantizado por el recurso de protección, pues ello sería desconocer la propia naturaleza
humana capaz de grandes virtudes como también de atroces bajezas, y lo que se dice de las personas puede
sostenerse de los órganos constituidos en autoridad soberana, pues, quiérase o no, están al fin y al cabo
conformados por seres humanos”.

19
ley que promovía la votación de personas de nacionalidad chilena en el extranjero. La Corte
de Apelaciones de Valparaíso señaló “que resulta del todo evidente que los parlamentarios
son absolutamente libres en el ejercicio de la función legislativa que la Constitución les
encomienda y por ende de las motivaciones que les impulsan en tal ejercicio sólo responden
frente al escrutinio ciudadano y en consecuencia la presente acción de protección deberá
rechazarse por falta de fundamento”30. Como se advierte, la Corte rechazó el recurso con el
argumento que no se puede controlar judicialmente a la actividad legislativa.
En conclusión, la actividad legislativa no puede ser revisada a través del recurso de
protección. Sin embargo, otras actividades que desarrollen las Cámaras del Congreso
Nacional eventualmente podrían ser susceptibles de reclamación por la vía de esta acción,
aunque no hay mucha jurisprudencia sobre esta materia.

9. FINALIDAD
Los derechos fundamentales cumplen un doble papel en el ordenamiento jurídico.
Primero, se trata de derechos esenciales cuyo titular queda facultado para defenderlos. Pero
a su vez, se tratan de exigencias jurídicas y éticas, que forman parte de un ordenamiento
jurídico positivo, que permiten medir la legitimidad de un modelo jurídico o político, de
modo que éste serán más o menos justos, según si protegen o no los derechos fundamentales.
Así, se habla de una naturaleza subjetiva y objetiva de los derechos fundamentales. Por
lo mismo, cada vez que se vulnera uno de estos derechos, no sólo se resiente la persona
directamente afectada, sino que además se afecta a todo el ordenamiento jurídico, por cuanto
una de sus bases más importantes se ve dañada por la conducta arbitraria o ilegal que vulnera
derechos humanos.
Es en este contexto que el Constituyente entrega atribuciones amplísimas a las Cortes
de Apelaciones que actúan como tribunal de protección, las que podrán adoptar todas las
providencias que juzguen necesarias. Con esta expresión la CPR quiere hacer referencia a
las medidas que puede ordenar el tribunal para la tutela del derecho afectado31.
Ahora bien, la adopción de estas providencias debe cumplir con una doble finalidad:

30
Corte de Apelaciones de Valparaíso. Rol 294-2007, 6 de julio de 2007, consid. 3.
31
GARCÍA PINO/CONTRERAS, op. cit., p. 56.

20
(a) restablecer el imperio del Derecho: se refiere a una protección objetiva del
ordenamiento jurídico y de la supremacía constitucional, vale decir, que se respete el Derecho
en su sentido objetivo32;
(b) asegurar la debida protección del afectado: o sea, realizar una protección
subjetiva, esto es, protección al sujeto afectado, con el fin de permitirle el legítimo ejercicio
del derecho vulnerado.
Ahora bien, la Constitución indica que deben adoptarse “las providencias que
juzgue necesarias”. Ello implica que el tribunal puede adoptar las medidas que estime
pertinentes para el caso concreto. De ese modo, el tribunal no queda sometido a lo que el
recurrente le haya solicitado: no queda atrapado ni por el mérito del proceso, ni por un
eventual vicio de ultra petita. Por tanto, la Corte podría incluso conceder más beneficios de
los que solicite el recurrente.

10. COMPATIBILIDAD CON OTRAS ACCIONES


La acción de protección es compatible con el ejercicio de otras acciones, toda vez que
la frase final del inciso primero del art. 20 establece “sin perjuicio de los derechos que pueda
hacer valer ante la autoridad o los tribunales correspondientes”.
Por ende, nada obsta a que, resuelta una acción de protección, pueda discutirse el
asunto de fondo en un procedimiento ordinario para su lato conocimiento y resolución, lo
que demuestra que la acción de protección y las acciones ordinarias no se obstruyen entre sí,
sino que se pueden complementar.
La circunstancia de ser el recurso de protección una acción independiente y
compatible con otros procedimientos judiciales no hace más que ratificar que su objeto no es
la resolución de la declaración de responsabilidades, sino reestablecer el imperio del Derecho
mediante el amparo de los sujetos ofendidos.

11. PROCEDIMIENTO
11.1. Materialidad
Aunque la Carta Fundamental no lo indica, el inciso primero del art. 2° del auto
acordado dispone que la acción deberá interponerse por escrito, en papel simple o por

32
GARCÍA PINO/CONTRERAS, op. cit., p. 56.

21
cualquier medio electrónico. En algunos casos los tribunales han aceptado que la
interposición de la acción se realice de manera verbal levantándose un acta por parte del(de
la) Secretario(a) de la Corte de Apelaciones33.

11.2. Tribunal competente


La Constitución Política dispone que el tribunal competente para conocer de la
protección será la Corte de Apelaciones respectiva, vale decir la competencia absoluta
queda fijada a nivel constitucional, no así la competencia relativa.
Es el Auto Acordado el que fija la competencia relativa al indicar que el recurso o
acción se presentará “ante la Corte de Apelaciones en cuya jurisdicción se hubiere cometido
el acto o incurrido en la omisión arbitraria o ilegal que ocasionen privación, perturbación o
amenaza en el legítimo ejercicio de las garantías constitucionales respectivas, o donde éstos
hubieren producido sus efectos, a elección del recurrente” (art. 1)34.

11.3. Plazo para interponer el recurso


La Constitución no señala plazo, pero el art. 1° del auto acordado indica que deberá
interponerse dentro de un plazo de treinta días corridos, contados desde:
(a) la ejecución del acto o la ocurrencia de la omisión, o
(b) según la naturaleza de éstos, desde que se haya tenido noticias o conocimiento
cierto de los mismos, lo que se hará constar en autos.
Se trata de un plazo de días, lo que significa que se cuentan los días feriados, vale
decir, es un plazo de días “corridos” (art. 50 del Código Civil).
La regla general es que el inicio del plazo sea desde el momento en que se ejecutó el
acto o desde la ocurrencia de la omisión. Sólo excepcionalmente, se podrá contar desde que
se haya tenido conocimiento de los mismos: debe tratarse de una circunstancia que, según la

33
PAREDES, “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, cit., p. 412.
34
Sobre este tema, Lautaro RÍOS, “La acción constitucional de protección en el ordenamiento jurídico chileno”,
cit., pp. 56-SS., ha indicado que esta fijación de competencia sería plausible si se tratara de una demanda civil
en que el recurrido se le mira como el demandado y se aplicara la regla de competencia relativa, según la cual
es juez competente el del domicilio del demandado (art. 134 del COT). Sin embargo, el autor considera que no
es éste el planteamiento adecuado para asignar la competencia tratándose de una acción garantista. Ahora bien,
atendida la naturaleza del recurso y la realidad de la extensa y accidentada geografía nacional se brindaría mejor
protección al titular del derecho conculcado otorgándose competencia a la Corte de su domicilio, en lugar de
atribuirla a la del lugar en que ocurrió el agravio, que podría hallarse a miles de kilómetros de aquél.

22
naturaleza del acto u omisión, impida que se cuente desde su ocurrencia y deberá dejarse
constancia en los autos del momento en el que se tomó conocimiento del acto u omisión. Es
el caso, por ejemplo, de actos administrativos que se dictan, pero cuyos efectos comienzan a
correr a partir de cierta fecha. A su vez, como hay que dejar constancia de esta circunstancia
“en los autos”, es absolutamente recomendable que el actor así lo argumente en su escrito,
fundamentando y acreditando esta circunstancia.
Es un plazo único, que no se suspende por la interposición de otras acciones o
recursos. Por lo mismo, y en atención a que siempre quedan “a salvo” otras acciones y
derechos, es recomendable que, aunque estén pendientes otros recursos, se presente
igualmente la acción de protección y no esperar el resultado de los mismos, ya que de hacerlo
podría quedar caducado el plazo para interponer esta acción cautelar.
Cuando el agravio es causado por un acto u omisión permanente, esto es, que se
prolonga en el tiempo, se entiende que el plazo se mantiene vigente y que recién comienza a
correr cuando dicho acto u omisión hayan cesado.

11.4. Examen de admisibilidad (art. 2 Auto Acordado)


Una vez ingresado el recurso, será examinado en cuenta por la sala respectiva de la
Corte de Apelaciones competente.
Presentado el recurso, el tribunal examinará si ha sido interpuesto dentro de plazo y
si se mencionan hechos que puedan constituir la vulneración de garantías de las indicadas en
el artículo 20 de la Constitución. Por tanto, en esta etapa procesal los tribunales no deberían
pronunciarse sobre el fondo del asunto35.
Si no se cumplen estos requisitos, el recurso se declarará inadmisible por resolución
fundada, la que será susceptible del recurso de reposición ante el mismo tribunal, el que
deberá interponerse dentro de tercero día. En carácter subsidiario de la reposición, procederá
apelación para ante la Corte Suprema, recurso que será resuelto en cuenta.

11.5. La posibilidad de hacerse parte


Las personas, funcionarios(as) u órganos del Estado afectados o recurridos, podrán
hacerse parte en el recurso (art. 4 Auto Acordado).

35
PAREDES, “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, cit., pp. 413-414.

23
11.6. Orden de no innovar
El tribunal cuando lo juzgue conveniente para los fines del recurso, podrá decretar
orden de no innovar. Esta norma es importante por cuanto la sola interposición de la acción
de protección no suspende los efectos de las acciones o resoluciones recurridas. Es muy
aconsejable que conjuntamente con la acción, el actor deduzca una orden de no innovar
debidamente fundamentada. Con ello, se podría obtener que el acto lesivo sea suspendido en
cuanto a sus efectos (art. 3 inc. final Auto Acordado).

11.7. Informe
Si el recurso fuera declarado admisible, el Tribunal ordenará “por la vía que estime
más rápida y efectiva” a la persona o autoridad que supuestamente fueren los causantes del
acto u omisión que motiva el recurso, que emitan un informe. Este informe deberá evacuarse
dentro de un plazo breve y perentorio que fije el tribunal (art. 3 Auto Acordado)36. Por ende,
no existe un plazo definido para cumplir este trámite37. Cabe recordar que el recurrido no se
considera como una verdadera parte del juicio en términos procesales38.

11.8. Vista de la causa

36
De lo señalado, debemos destacar lo siguiente:
1) La requisitoria del informe sólo procede cuando la Corte hubiese declarado el recurso admisible.
Excepcionalmente se han acogido recursos incluso sin solicitar el informe.
2) No es necesario que la Corte solicite informes sólo a las personas o autoridades que determine el
actor en su escrito. También puede solicitarse a quienes, en concepto de la Corte, sean los causantes del acto u
omisión que motivan el recurso. Nuevamente, no hay sujeción al mérito del proceso.
3) El auto acordado no fija el modo de comunicación ante el recurrido. Podrá ser, por lo tanto, a través
de notificación personal, por cédula, por oficio o por correo electrónico. Lo importante es que se trate de una
vía rápida y efectiva.
4) El plazo para remitir el informe debe ser dentro de un “plazo breve y perentorio” que fijará el
tribunal. Este plazo si es de días, como suele ocurrir, al ser de naturaleza procesal, será de días hábiles, puesto
que esa es la regla en materia procesal (Art. 66 del CPC).
5) Además del informe, el Tribunal puede pedir que sean remitidos a la Corte todos los antecedentes
que existan en su poder sobre el asunto motivo del recurso.
6) Si el funcionario o representante del jefe del órgano del Estado, no evacuare informes o no cumpliera
las diligencias, resoluciones y sentencias dictadas por los tribunales superiores dentro de los plazos que estos
ordenaren podrán interponer luego de oír al renuente las siguientes sanciones: (i) amonestación privada; (ii)
censurar por escrito; (iii) multa a beneficio fiscal no menor a 1 UTM ni superior a 5 UTM, y (iv) la suspensión
de funciones hasta por cuatro meses, tiempo durante el cual el funcionario gozará de medio sueldo.
37
PAREDES, “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, cit., p. 413.
38
PAREDES, “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, cit., p. 413.

24
Recibido el informe y demás antecedentes o sin ellos, el tribunal ordenará traer los
autos en relación y dispondrá agregar extraordinariamente la causa a la tabla del día
subsiguiente, previo sorteo, en las Cortes de Apelaciones de más de una sala (Art. 3° inc. 4º
Auto Acordado).

11.9. Estándar de prueba


Los antecedentes se apreciarán de acuerdo a las reglas de la sana crítica (art. 5° inc.
1º Auto Acordado). Esto libera al tribunal someterse al sistema de prueba legal o tasada.
Respecto de la rendición y producción de la prueba no existe un procedimiento
específicamente regulado para la acción de protección39, con lo cual se aplican las reglas
generales.

11.10. Sentencia
En relación con la sentencia de protección, debemos acotar lo siguiente:
• Plazo para dictarla (art. 10 Auto Acordado): la Corte de Apelaciones deberá
pronunciar su fallo dentro del 5º día hábil siguiente a aquél en que el asunto quedó
en situación de ser sentenciado.
Este plazo se reduce a 2 días hábiles si se trata de la protección de los derechos
establecidos en el art. 19 números: 1° (derecho a la vida y a la integridad física y
síquica de las personas); 3° inciso cuarto (derecho a un juez natural); 12° (libertad
de expresión) y 13° (libertad de reunión).
• Motivación: en la doctrina se ha criticado el hecho de que en la práctica la
motivación de las sentencias que resuelven la acción de protección sea deficiente
o derechamente ausente40. De hecho, la exigencia de motivación no está contenida
en el auto acordado.
• Medidas para mejor resolver: para mejor acierto del fallo se podrán decretar
todas las diligencias que el tribunal estime necesarias (art. 5 inc. 1º Auto
Acordado).

39
PAREDES, “Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales”, cit., p. 413.
40
PAREDES PAREDES, Felipe. La garantía jurisdiccional de los derechos fundamentales, cit., pp. 154, 158.

25
• Notificación de la sentencia: la sentencia se notificará personalmente o por el
estado a la persona que hubiere deducido el recurso y a los recurridos que se
hubieren hecho parte en él (art. 6 inc. 1º Auto Acordado). El tipo de notificación
responde a una decisión que debe adoptar la Corte respectiva.
• Recursos que proceden: la sentencia de primera instancia será apelable para ante
la Corte Suprema (art. 5 inc. 2º Auto Acordado). El recurso de apelación deberá
deducirse dentro del plazo de 5 días hábiles contados desde la notificación de la
sentencia de primera instancia, por el estado diario (art. 6 inc. final Auto
Acordado).
A su vez, no procede en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones el recurso
de casación. Respecto de esto último, la doctrina ha criticado que mediante el
recurso de apelación la Corte Suprema actuando en este caso como tribunal de
segunda instancia tiene la facultad de pronunciarse tanto sobre la cuestiones de
hecho, como sobre los puntos de Derecho. En cambio, el recurso de casación sólo
hubiere implicado un conocimiento de los puntos de Derecho41.
• Tramitación en segunda instancia: recibidos los autos por la Corte Suprema se
ordenará dar cuenta preferente de la acción en alguna de las salas, la cual si lo
estima conveniente podrá ordenar traer los autos en relación para oír a los
abogados de las partes o solicitar los antecedentes que considere necesarios para
resolver el asunto (arts. 7 y 8 Auto Acordado).

41
PAREDES PAREDES, Felipe. La garantía jurisdiccional de los derechos fundamentales, cit., p. 156.

26

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