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¿Cuál es la importancia del pensamiento sistémico para la gestión

estratégica?

La mayoría de veces, en el mundo de las empresas, la gestión estratégica suele ser un


problema más que una solución, pero no necesariamente porque lo estratégico sea algo
erróneo en sí mismo. Se debe más que nada, muchas veces, a la incapacidad de establecer
una estrategia afín a las demandas, objetivos y circunstancias de la propia empresa. Es casi
indiscutible que, junto con la eficacia operacional, el tener una buena estrategia para gestionar
los recursos de una empresa, lograr una ventaja competitiva frente a sus adversarios, un
rendimiento en los procesos y, por ende, una mayor rentabilidad, supone la base principal
para enrumbar y hacer crecer cualquier empresa. Sin embargo, determinar la estrategia ideal
no es tan fácil como se supone ya que es algo sumamente particular para cada negocio. El
pensamiento sistemático, por su parte, puede ser de mucha ayuda al momento de elaborar
cualquier estrategia para la gestión de las empresas, pues posee elementos fundamentales que
pueden beneficiar el poder determinar las estrategias. En ese sentido, en este ensayo
brindaremos algunas ideas del pensamiento sistemático que propone Enrique Herrscher en
su libro Pensamiento Sistémico (2006) que son relevantes para la gestión estratégica.

En primer lugar, el pensamiento sistémico es importante para la gestión estratégica


porque permite la sustentabilidad de la empresa. En otras palabras, se trata de entender las
actividades de la empresa como un sistema y no como actividades individuales. El sistema
de actividades (por actividades puede entenderse todos los trabajos que se realizan dentro y
fuera de la empresa), que se entiende como una interrelación coherente de las actividades,
permite mantener una ventaja competitiva difícil de igualar. Las empresas pueden imitar la
diferenciación que marca otra empresa exitosa, pero mientras las actividades se vuelven un
sistema, más que solo actividades aisladas, la ventaja y el éxito de esa empresa es difícil de
imitar y alcanzar. Como indica Porter (2008, p.16), “estos sistemas, debido a su naturaleza,
por lo general son difíciles de desentrañar desde fuera de la empresa y, por lo tanto difíciles
de imitar”.

En segundo lugar, y relacionado con lo planteado en el párrafo anterior, se encuentra


la relevancia que existe en la relación de las partes con el todo, de los elementos de la empresa
con el todo que es la empresa misma. El pensamiento sistémico considera entender el todo
como una relación dinámica y necesaria de las partes, es decir, no tomar las partes y
analizarlas de forma aisladas sino comprendiéndolas como partes esenciales de un todo
orgánico. Sin embargo, cabe precisar que se necesita atender el todo y las partes también, no
uno y lo otro no. El aporte del pensamiento sistémico a la gestión administrativa se encuentra
en poder analizar las partes en su individualidad como al todo en su generalidad, pero siempre
tomando en cuento las partes y el todo en su relación. Es decir, se necesita una visión global
y un análisis particular para poder alcanzar una acción pertinente en las estrategias de
empresas; o como menciona Herrscher (2006, p. 57), “no se pueden conocer los árboles sin
conocer el bosque, y no se puede conocer el bosque sin conocer los árboles”.

En tercer lugar, otra importancia del pensamiento sistémico para la gestión estratégica
está en concebir la dualidad autonomía-dependencia como necesaria para los miembros de
una empresa y el ser capaz de encontrar un equilibrio en la tensión de dicha dualidad. La
organización necesariamente está conformada por personas que desean sobresalir entre los
demás, pero a la vez deben y tienen la intención de mantenerse en el todo (concebirse dentro
de un todo que es la organización). El pensamiento sistémico le puede otorgar a la gestión
estratégica el generar en sus trabajadores una conciliación entre la autonomía y su pertenencia
a la empresa como un todo por encima de él. Es decir, un trabajador no puede intentar
sobresalir o pensar solo en su beneficio dentro de la empresa, sino que debe buscar mejorarla;
pero tampoco puede caer en la simpleza de solo velar por la empresa caritativamente sin ser
autónomamente crítico con ella. El trabajador debe sentirse como alguien autónomo pero
también como alguien que pertenece a una empresa y que tiene compromisos con ella. Se
puede decir que este aspecto del pensamiento sistémico puede ayudar en la estrategia a
conciliar conflictos que se encuentran en la relación de los trabajadores con la empresa, en el
equilibrio de la tensión autonomía-dependencia.

En cuarto lugar, el pensamiento sistémico que propone Herrscher indica que le puede
otorgar a las estrategias una responsabilidad frente a su entorno, más precisamente, el
concepto epistémico impulsa una responsabilidad social y ecológica; el cual quiere decir que
se debe reconocer que el sistema (la fábrica y la empresa) son parte de un sistema más grande
que inevitablemente incluye áreas afectadas por la propia fábrica o empresa (Herrscher,
2006). Aquello de alguna manera marca la línea ética de la empresa, o sea, su compromiso
con la sociedad y el medioambiente. La visión sistémica de la gestión estratégica supone una
gestión responsable frente al medioambiente y la comunidad en la que está implicada
geográficamente y económicamente la empresa.

Por último, una de las características del pensamiento sistémico es el pensar en


términos de sistemas y subsistemas. Ya mencionamos que la empresa puede verse como un
sistema, pero también como un subsistema de un sistema más grande que es la comunidad o
la sociedad. Pero también, dentro de la empresa que se entiende en términos de sistemas
existen diversos subsistemas como el negocio, la fábrica o la administración ejecutiva. La
ventaja de integrar esta característica del pensamiento sistémico a la gestión estratégica es
que te permite ser más flexible al tratar de adecuar las acciones estratégicas a los problemas
que van surgiendo (Herrscher, 2006). Por ejemplo, esta flexibilidad permite que el enfoque
se adecue a la fábrica o el área productiva de una empresa si es que ocurre un problema con
ello, o bien que se enfoque en el área administrativa de la misma si es que surge un problema
con la gestión misma. En otras palabras, permite ser flexible a la hora de tratar los problemas
que surgen en toda empresa, enfocándose en los subsistemas que han sido afectos y ser más
eficaces en las soluciones.

En conclusión, dado que las estrategias para la gestión de las empresas es un punto
importante y complejo para el desarrollo de las empresas, el pensamiento sistémico es
relevante porque brinda una serie de elementos nuevos y una visión distinta de gestión. Lo
que en general brinda el pensamiento sistémico es comprender de una manera innovadora la
gestión y brinda un visión más completa de los elementos que la constituyen y sus relaciones.
Los principales aportes que hemos señalado son la comprensión de las actividades de la
empresa como sistema, la relación de las partes con el todo, la dualidad autonomía-
dependencia y la comprensión de la empresa como sistema y subsistema en relación con
distintos subsistemas dentro de ella misma.
Bibliografía

Porter, M. (2008). ¿Qué es la estrategia? s/c: Harvard Business Review.

Herrscher, E. (2006). Pensamiento sistémico. Buenos Aires: Granica.

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