Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
a) Oposición a las providencias dictadas con citación (202), en donde se previene que
siempre que el juez ordene algo con citación, el actuario suspenderá el cumplimiento de
lo ordenado por 3 días a contar desde la notificación a la parte citada, plazo en el que se
deberá deducir oposición, precluyendo luego su facultad impugnativa. Una vez deducida
la oposición, se tramitará por la vía incidental.
e) Impugnación mediante los recursos, dirigidos a provocar una nueva cognición, ya sea
por el propio tribunal que lo dictó (aclaración, ampliación y reposición) –autocontrol- o
por uno de jerarquía superior (apelación, queja por denegación) mediante resoluciones
que aún no son firmes -heterocontrol para el autor-. Esta vía se categoriza por Barrios
de Angelis como un control de subordinación, en cambio, la sustanciación del recurso
con la contraparte es una forma de control por coordinación.
B. RECURSOS
B.1. CONCEPTO
Son instrumentos legales puestos a disposición de los sujetos procesales para el control de
la regularidad jurídica de la actividad judicial y para provocar la reforma, revocación o
anulación de una resolución judicial, frente a una resolución incorrecta o inadecuada.
El art. 241 del C.G.P previene que todas las resoluciones judiciales son impugnables,
salvo disposición expresa en contrario.
El 242 dispone que la legitimación para impugnar la tienen las partes, incluyendo los
terceros intervinientes en el proceso, los sucesores y demás sujetos alcanzados por la sentencia
(art. 218) a los que la resolución les cause un perjuicio aunque sea parcial.
El derecho a impugnar integra las garantías del debido proceso, así tenemos el art.
241 que dice que todas las resoluciones son impugnables, salvo disposición expresa
en contrario y el art. 22.3 que consagra el principio de la doble instancia,
exceptuando casos en los que la ley expresamente establezca que se tramitarán en
instancia única.
Los vicios in procedendo son los que se producen por vulneración de las normas procesales, es
decir, las irregularidades que pueden afectar a los diversos actos del proceso que ocurren a lo
largo del procedimiento y con antelación a la elaboración de la decisión.
Los errores in iudicando o de fondo, son defectos en la actividad del magistrado, en la génesis
lógica de la sentencia ya sea cuando hace una subsunción errónea de los hechos a una ley que
no correspondía, o no aplica la que en rigor debiera haber utilizado o hace una interpretación
errónea de la que efectivamente debería haber aplicado.
La infracción de las formas acarrea la nulidad del acto irregular, cuando exista un texto legal
expreso que así lo establezca, el acto carezca de los requisitos indispensables para la obtención
de su fin y no haya existido convalidación -110 y 112-, y ello tendrá como efecto secundario que
el proceso deberá retroceder hasta el memento en que se produjo la nulidad y rehacerse desde
ahí en adelante -116 y 277.2-.
Como dice Barrios de Angelis, podemos indicar que la admisibilidad y fundabilidad son
medidas del valor de un acto, en cuanto concuerda o se separa de su modelo. Estos se
controlan en momentos distintos y se escalonan en una gradación de precedencia, ya
que se suponen el uno al otro, con esto queremos decir que la admisibilidad no tiene
sentido si no es para preparar el éxito de la fundabilidad y la fundabilidad no es
concebible sino sobre el andamiaje de la admisibilidad.
La impugnación se rige por el principio de la personalidad que, por regla, alcanzará en sus
efectos a quien la interpuso y frente a quien se dedujo. No obstante, existen casos que por la
indivisibildad del objeto, se plantea si es admisible el efecto extensivo de la impugnación.
Según arts. 281 y 285 el recurso de revisión es extraordinario ya que procede contra las
sentencias definitivas o interlocutorias que ponen fin al proceso, pasadas en autoridad de cosa
juzgada.
Respecto del recurso de casación, si seguimos el criterio de distinción de Palacio y Guasp, sería
extraordinario porque solo procede contra determinadas sentencias, se exigen ciertos
requisitos y no impide que se pueda exigir el cumplimiento de la sentencia, salvo que recaiga
sobre el estado civil de las personas (275.1). En cambio, si seguimos el criterio de clasificación
en función de si obsta o no la configuración de la cosa juzgada, deberíamos llegar a la
conclusión de que es un R. ordinario, ya que su interposición impide que la sentencia quede
ejecutoriada, por armonización de art 275, incisos 1 y 2.
Esta era una distinción importante en el Código de Procedimiento Civil, donde debían
interponerse en determinadas hipótesis conjuntamente el recurso de reposición y en subsidio
el de la apelación, actualmente tiene menos importancia ya que el C.G.P sólo prevé con
carácter excepcional la obligatoriedad de interponer ambos recursos, en forma subsidiaria.
Como dice el art. 250, in fine la apelación contra las interlocutorias puede ser subsidiaria del R
de reposición, debiéndose deducir ambos recursos de manera conjunta. No obstante, aunque
no se haya deducido R de reposición, el tribunal siempre podrá revocar por contrario imperio,
la providencia apelada.
La única excepción al régimen general podría ser la previsión del articulo 308.2 del C.G.P que ,
en sede de diligencias preparatorias, dispone que la resolución que deniegue la medida será
susceptible de recurso de reposición y apelación, en subsidio. En este punto, Perera entiende
que es un error de transcripción del texto anterior, y que los recursos son independientes, y
que si no se interpone el recurso de reposición debe entenderse que se renunció al recurso de
reposición (ver trabajo de Perera en 5tas jornadas de derecho procesal, Colonia 1989, pág.
257). En el mismo sentido, se podría señalar que la intención del legislador era excluir la
subsidiariedad como requisito de admisibilidad de la apelación, puesto que el art. 315.3 en
materia de medidas cautelares tenía la misma previsión en cuanto a la exigencia de impugnar la
resolución con reposición y apelación en forma subsidiaria y se eliminó la subsidiariedad por
una norma legal del año 1995.
Los autocontrolados son los resueltos por el mismo tribunal que lo dictó, como ser R de
aclaración, ampliación, reposición. En cambio, los heterocontrolados son los decididos por un
tribunal superior, como es el caso de los R de apelación, casación, queja y revisión .