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ASTRID & GASTÓN – LIMA, PERÚ

1993. El Perú era un país del que todos


querían irse; Gastón Acurio y Astrid
Gutsche habían llegado para quedarse. Se
conocieron y se enamoraron en París, mientras estudiaban cocina. Su sueño, sin
embargo, era establecerse en Lima para abrir un restaurante. Lo harían tan solo un año
más tarde. Caminando una noche por Miraflores, muy cerca del departamento donde
vivían, encontraron el que sería su segundo hogar por 20 años. Entonces no tenían cómo
saberlo, pero cuando dejaron una nota con sus datos debajo de la puerta del número 175
de la calle Cantuarias, Gastón y Astrid cambiaron el curso de su historia. De nuestra
historia.

Convencieron a la dueña del inmueble y reunieron el dinero con préstamos de familia y


amigos. El 14 de julio de 1994 abrieron sus puertas: Astrid & Gastón, haute cuisine (alta
cocina). Tenía sentido que aquella fuese la escuela culinaria que definió su primer
menú. No solo por su formación en Francia, sino también porque en gastronomía aún
eran tiempos de foie gras, mantequillas y cremas. La Lima de entonces vivía
desconectada de su mestizaje, de su riqueza culinaria. El Perú era una enorme despensa
que se iría revelando ante ellos de a pocos. No hubo vuelta atrás. Él, con los ajíes y
papas nativas. Ella, con el cacao y la lúcuma. La mesa estaba servida.
LA ROYALE – BARCELONA, ESPAÑA

Todo empezó con un sueño…

Un día Albert citó a su amigo Javier para


comentarle que quería abrir un restaurante,
una de esas asignaturas pendientes. Para ello necesitaba un socio en el que confiase
ciegamente y allí en un sofá de su casa, cerveza en mano, se empezó a forjar la idea. No
tardaron en empezar a hablar de una de sus pasiones, la hamburguesa, e hicieron un
recorrido por las mejores hamburgueserías de Chicago, NY, Londres, Berlín… y
llegaron a una conclusión: no hay hamburgueserías que traten su producto desde un
punto de vista estrictamente gourmet.

Javier no dudó en contactar con su buen amigo Paco Pérez, Chef reconocido, cinco
estrellas Michelin. Paco lo vio clarísimo desde el principio “Es una idea fantástica pero
arriesgada, ¿os atrevéis?” Para hacer hamburguesas gourmet la cocina debe funcionar
como un restaurante gourmet, con mucho personal de cocina cualificado y bien
organizado.

El proceso empieza de cero cada mañana, picar las mejores piezas frescas de carne
disponibles para elaborar cada hamburguesa (Wayu, Avestruz, Ternera, Vaca, Angus,
Atún…) en una picadora refrigerada a 0º C. para mantener el producto con la calidad y
sabor que la elaboración de nuestros productos requiere. Condimentar cada una de ellas
con diferentes ingredientes para crear recetas únicas y equilibradas con producto local y
ecológico siempre que sea posible para garantizar su frescura. Evitamos el uso de
prensadoras que el jugo elaborando las hamburguesas a mano, por lo que resultan
esponjosas y mucho más sabrosas. No menos importante es disponer diariamente de un
pan artesanal sin aditivos, trabajo de largos meses de pruebas.

Mientras buscaban la ubicación adecuada, un día Albert pasó por delante del antiguo
Can Massana, mítico restaurante de los años setenta, ¡se traspasaba! y no durmió hasta
conseguir convencer a su socio que ese era el lugar adecuado, cosa que sólo veía él.

Ya en marcha el proyecto y a dos semanas de empezar, Javier se despertó a medianoche


con el ingrediente que hacía días buscaba, llamó a un viejo amigo, Rafa Barrera, el
mejor Gin Tonic Master que conocía y le propuso maridar las mejores hamburguesas
con sus magníficos Gin & Tonic.

Rafa respondió, “Es la tendencia que está empezando ahora mismo en Londres y NYC”,
no lo pensó ni un momento y a los dos días estaban reunidos los cuatro en Barcelona.

El sueño se convirtió en realidad, el resto es historia...

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