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Portadilla
Prólogo por Narda Lepes
Introducción
Recetas base
Proveedores de insumos
Bibliografía
El mundo según Guido
Agradecimientos
ÁLVARO NAVARRO
COLOMBIANO, PERIODISTA, CLIENTE, AMIGO,
AMANTE DE LA PATAGONIA.
SU ESPOSA QUISO QUE CUIDE SUS LIBROS DE
GASTRONOMÍA, CIENTOS.
MI PRIMER LIBRO, DEDICADO A SU MEMORIA.
Embutidos
en Argentina
Guido Tassi
Embutidos
en Argentina
FOTOGRAFÍA: EUGENIO MAZZINGHI
Tassi, Guido
Embutidos / Guido Tassi. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de
Buenos Aires : Planeta, 2018.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga
ISBN 978-950-49-6471-1
1. Gastronomía. 2. Embutidos. I. Título.
CDD 641.5
EL LIBRO
El libro surge de todo lo que acabo de contar: de mi historia, de mi
gusto por los embutidos, de las carneadas, de mi experiencia como
cocinero, de mi estilo.
En el momento en el que la Editorial Planeta me propuso hacer
un libro sobre mi carrera, pensé en hacer un libro sobre embutidos.
El contexto, y mi forma de pensar, hicieron que me planteara: ¿por
qué no hacer un libro sobre un tema en particular?, ¿no es una
buena forma de trasmitir mi visión gastronómica? Fue así que elegí
el tema que tanto me identifica. Pensé en abordarlo desde la óptica
de cocinero, con mis gustos, en un contexto de país en el que no se
habían publicado libros sobre embutidos, con una estética particular
y un estilo contemporáneo. Me pareció una gran oportunidad y me
puse a reflexionar sobre el libro que me gustaría hacer.
Esto derivó en la formulación del índice: ¿de qué temas voy a
hablar? ¿voy a hablar de materia prima? seguramente. ¿Voy a
hablar de cuestiones técnicas y clasificaciones? Por supuesto, pero
también de la carneada, de recetas, y de una cuestión que no podía
dejar de lado, porque toca cada ámbito de mi carrera: la importancia
que tiene la interpretación del entorno.
Así comenzamos a trabajar, con metodología periodística, con
investigación y mucha lectura, con viajes a Extremadura y Bolonia,
con la implementación de una carneada con grandes colegas, con
un hermoso viaje a la primavera patagónica, a la granja de mi amigo
Roly. Y en este desarrollo impensado el libro fue gestándose.
Partimos de una idea global inicial hasta llegar a un trabajo de
investigación práctica, dado también por mi actual condición como
asesor de la parrilla Don Julio. Esto fue determinante. Es que fue allí
donde pude materializar todas las pruebas y desarrollos, avalados
siempre por la apuesta y optimismo de Pablo Rivero. Inicialmente
fueron los embutidos frescos y el aprovechamiento sustentable de la
materia prima, hasta llegar a desarrollos muy técnicos como los
embutidos madurados y la construcción de una cámara de
fermentación y maduración. Mis referencias bibliográficas hablan de
cuestiones específicas, muy difíciles de llevar a cabo sin estructura
e instrumental de análisis técnico. Hubo un punto de inflexión en ese
momento, en mis conocimientos y en el camino del libro. Por esto
mismo, creemos que hasta el último día, hasta su impresión, el libro
estuvo vivo.
Por otra parte, y más allá de las cuestiones técnicas, este libro
está cruzado por el concepto que citaba anteriormente: la
interpretación del entorno. “El entorno determina”, suelo repetir
sistemáticamente en cada capítulo, cuando hablo de materia prima,
cuando hablo de clasificaciones, cuando describo una receta y cómo
fue diseñada. La Argentina reúne características únicas –la
disponibilidad estacional, la diversidad y la amplitud latitudinal– que
no son cuestiones menores. La materia prima local, con sus
cualidades específicas y la tradición regional, nunca deben ser
elementos subestimados al momento de imaginar una receta, sino
todo lo contrario. Para mí, por ejemplo, son toda una fuente de
inspiración. No puedo concebir la abstracción del entorno, está en
mí, en mi naturaleza de cocinero. A esta altura, es algo casi
patológico.
En cuanto a la estructura, el libro está dividido en dos partes:
Materia prima y Los embutidos, con un capítulo central que no podía
faltar, La Carneada, en el que el periodista Roly Villani hace un
hermoso relato de la tradicional costumbre y su interesante
dinámica.
En el capítulo “Materia prima” hablo sobre todos los elementos
que componen un embutido: las carnes, las tripas y la sazón. En
“Carnes” el enfoque está puesto en la calidad de ésta materia prima,
y me detengo a contar por qué la alimentación y la crianza tienen
más relevancia que el tipo de ganado. También hago referencia al
concepto de sustentabilidad y sus aplicaciones. En “Tripas”, hablo
de su historia en la Argentina, de mi preferencia por las naturales
por sobre las sintéticas. Las clasifico, describo su procedencia y
características, cómo trabajarlas y para qué tipo de embutido usar
cada una.
El capítulo dedicado a la sazón es en el que más se puede
observar mi impronta. Hablo del manejo y dosaje de las sales, la
lógica del uso de las especias y los diferentes componentes de la
sazón. El objetivo del capítulo, y en definitiva el del libro, es que
puedan hacerse embutidos, comprendiendo el racional de la sazón,
conociendo las características de la materia prima y la técnica
específica, que se encuentra descripta en la segunda parte del libro
cuando me dedico a explicar la variedad de embutidos: frescos,
escalfados y madurados. En Frescos, la mirada está puesta
netamente en el valor del entorno. En Escalfados, la idea es dar
cuenta del aprovechamiento responsable y sustentable del animal y
sus vísceras. Y en cuanto al capítulo Madurados, mi objetivo
principal es plasmar de la mejor forma la compleja técnica de
elaboración que requieren los embutidos. Esta sección del libro está
acompañada de una decena de recetas por capítulo.
Embutidos es un libro con un poco más de cuarenta recetas, tal
vez menos de las que habitualmente hay en un libro de cocina. Es
que mi mayor objetivo es facilitar las herramientas –comprensión de
las características de la materia prima, la historia y la técnica– para
que cada lector pueda hacer sus propias recetas y marque con una
impronta personal sus productos. En definitiva, lo más lindo de
cocinar
01
Materia prima
Carnes
Tripas
Sazón
Carnes
Cuando los argentinos decimos “carne” nos
referimos a la carne de ganado vacuno. La enorme
popularidad y disponibilidad de esta carne en
nuestro medio determina que, cuando hablamos de
carne de pollo, de cerdo o cordero, tengamos que
hacer la aclaración. Por la misma tradición cultural,
solemos decir que comemos vaca, cuando es casi
imposible que se faenen vacas para el consumo. Lo
que comemos cuando comemos carne es siempre
machos castrados o, en algunos casos, terneros.
Quisiera poner énfasis en que la importancia de la
carne que se utiliza para los embutidos, reside en las
buenas condiciones bromatológicas y en que
provenga en todos los casos de frigoríficos
certificados ante el SENASA (Servicio Nacional de
Salud y Calidad Agroalimentaria). Los riesgos
pueden ser elevados si no se toman los recaudos
pertinentes, tanto en la manipulación, como en la
cocción –en el caso de los embutidos frescos y los
escalfados–. En los madurados elaborados a partir
de carne de cerdo, es sumamente relevante realizar
el análisis de triquinosis, y más aún si se va a faenar
un animal en el campo. En este último caso, es
indispensable realizar dicho control antes de
consumir el producto.
En relación con la calidad de la carne, me interesa
transmitir mi óptica puesta en la alimentación. El
animal es lo que come, es el entorno y la crianza.
Para dar un ejemplo, entre un Aberdeen Angus con
pedigree –método que garantiza la pureza de la
raza– que estuvo criado en feedlot –confinado en un
corral y alimentado con alimento balanceado– y un
animal no tan puro pero que comió pasto toda su
vida, prefiero definitivamente la última opción. Un
animal de pedigree, que además estuvo alimentado
en forma natural, es -desde ya- la mejor opción
posible.
Que la carne argentina sea de calidad reconocida
en el mundo se debe a los más de cien años del
desarrollo genético de las razas británicas y a las
condiciones del entorno, al agroclima. Las llanuras,
los pastizales y el clima templado, sumados a la
tradición y la sapiencia de la gente de campo, dan
por resultado una carne única.
Los animales de cría confinada suelen ser similares tanto en la
Argentina como en el hemisferio norte, ya que el entorno no los
influye, sino que son animales “fabricados” en serie y en contra de
todos los ciclos de la naturaleza. El novillo posee cuatro estómagos,
y tiene que vivir casi dos años y medio para lograr el peso de faena,
comiendo únicamente pasturas. En cambio, en el feedlot convierten
al animal en monogástrico: usa solo uno de los cuatro estómagos
que posee. No llega a formar todos sus dientes, ni a completar su
osificación vertebral. Esos procedimientos de rentabilidad máxima
fuerzan al animal a que llegue al peso ideal comiendo alimento
balanceado en sólo un año. Indudablemente, este método resiente
la calidad de la carne.
Este tipo de crianza tiene, además, un impacto extremadamente
negativo en el medioambiente: se contamina la tierra, se produce
metano por el estiércol y el consumo de agua se multiplica. Además,
los espacios que se utilizan para esta actividad son muy reducidos.
Cuando se crían animales de manera extensiva, se calcula un
animal por hectárea, en cambio en criaderos se meten cientos en
ese mismo espacio.
Somos lo que comemos. Nuestra alimentación determina nuestra
salud y nuestras capacidades. A los animales les pasa lo mismo.
Algo similar sucede con el cerdo: existen infinidad de razas, la
mayoría europeas; muchas de muy buena productividad carnicera.
Pero como planteaba anteriormente, lo que me resulta más
interesante es saber de qué se alimentó el animal y si fue de
manera intensiva o extensiva. Y el ejemplo destacado en este tipo
de ganado, es el de los cerdos de la raza ibérica, cuya distinción
está dada porque se alimentan de bellotas en un agroclima –la
dehesa– extremadamente particular.
Desde ya que me encantan los embutidos hechos a base de
carne de cerdo, y sobre todo los madurados, pero siempre
observando cuál fue su alimentación. Con esto quiero dejar en claro
mi postura al respecto: que el embutido sea de cerdo, no implica
que sea de mejor calidad.
Hay un caso que me gusta mucho citar y que ejemplifica bien esto
que sostengo: hay un mito urbano que dice que la mortadela se
hace con carne de caballo porque, supuestamente, es carne de
mala calidad y, por ende, más barata. A muchos les da impresión
pensarlo porque hay un tabú con respecto al consumo de carne
equina. Pero, en realidad, el caballo come pasto, nadie lo engorda
con alimento balanceado porque su función es otra. Nadie apura su
crecimiento y es un animal que camina mucho, además. Con lo cual,
de ser cierto el mito, esa mortadela sería de excelente calidad,
organoléptica y nutricional. Y esto que digo no es una especulación:
yo elaboro un salame de potro que me encanta y es uno de los
embutidos insignia de la parrilla Don Julio.
La determinación del tipo de carne que se vaya a utilizar, siempre
tendrá relación con la disponibilidad local. En algunas regiones,
incluso uso carnes no tradicionales, como búfalo, pato, ciervo o
jabalí. En la Patagonia, cordero joven. En invierno, animales
capados de sabor más intenso. En Buenos Aires, definitivamente
carne vacuna.
No me gustan los embutidos elaborados a base de pescado o
pollo por dos motivos: primero porque no se logra un sabor que me
resulte interesante. Y el segundo, porque no se pone en juego la
sustentabilidad de la materia prima como prioridad. Por otra parte, el
riesgo bromatológico en la manipulación es altísimo.
MATADEROS
En el barrio de Mataderos existen varias triperías tradicionales, de
generaciones familiares. Y no es casualidad que se encuentren en
este barrio porteño; todo está relacionado con la faena del ganado
vacuno y sus industrias consecuentes.
Algunas de las fotos que acompañan estos textos las hicimos en
la tripería de Adrián García, mi proveedor de tripas. “Los embutidos
madurados necesitan que la tripa permita drenar la humedad para
que el producto se deshidrate. Hasta ahora, la industria no logró que
las tripas artificiales tengan esa permeabilidad eficaz, que no es ni
mucha ni poca, sino la exacta que tienen las naturales”, dice Adrián.
En la tripería se vende al por mayor para la industria, pero
también a quienes quieran elaborar de manera artesanal. Allí se
hace un profundo trabajo de limpieza, se las calibra y clasifica según
el diámetro y sector del intestino, con hilos de colores. Se forman
madejas de largos específicos –que equivalen a cierta cantidad de
kilogramos posibles de embutir– y se las sala para conservarlas
luego en un ambiente fresco, seco y oscuro. Es un trabajo que se
hace con poca maquinaria y mucha conciencia. Me merece un
profundo respeto.
CALIDAD
La calidad de las tripas está determinada por su limpieza,
resistencia, elasticidad y regularidad. Es relevante tener en cuenta:
la calidad bromatológica, que no posean excesiva grasa, olores
anómalos y nódulos parasitarios. Siempre deben proceder de
animales que tengan certificados los controles sanitarios.
Adrián hacía referencia a la alta cantidad de grasa que poseen
las tripas de ganado vacuno argentino y su consecuente
complejidad para la limpieza. Ciertamente, del ganado de calidad se
obtienen tripas grasosas, difíciles de trabajar. Es por eso que las
triperías prefieren manipular tripas de animales magros de menor
valor comercial. Utilizan las de ganado Braman producido en el
noreste argentino, Paraguay y Brasil.
PROCEDENCIA Y CLASIFICACIÓN
Lo más usual es embutir tripas de novillo, de cerdo y de cordero y
cada sector del intestino –panza, ciego, intestino grueso o colon,
intestino delgado y recto– se usa para un tipo de embutido distinto.
También se utilizan, aunque en menor medida, las tripas equinas y
caprinas.
Como ya he mencionado, en la Argentina la mayoría de las tripas
utilizadas provienen del ganado vacuno, pero en cada país o región
es diferente. En mis últimos viajes a Francia y España, pude
constatar que la mayoría de las tripas empleadas provienen del
cerdo, por tradición, y por disponibilidad principalmente. En el País
Vasco muchos de sus embutidos tradicionales, como la chistorra, se
embuten en tripas de oveja. La razón es la disponibilidad de ovejas
Lachas productoras de leche para el tradicional queso de Idiazabal,
la mamia o cuajada y otros no tan conocidos, artesanales, de
caserío.
Si se quiere hacer un embutido para cocinar a la parrilla, lo lógico
es usar la serosa del intestino delgado, de cordero o de cerdo,
porque es una tripa que se va a consumir. La serosa es la película
transparente que recubre al intestino. La del cerdo mide
aproximadamente 35/40 mm de diámetro y de 15 a 20 m de largo.
La de cordero, entre 20 y 25 mm de diámetro, y entre 24 y 30 m de
largo. Esta última no es tan resistente a la presión del embutido y
suele utilizarse para embutidos frescos y algunos casos de
embutidos escalfados de calibre delgado, como la salchicha de
Viena. No obstante, en algunas regiones de España, también se
utilizan estas tripas para embutidos madurados.
Las tripas más gruesas se utilizan para embutidos madurados y/o
escalfados. En los primeros se necesita resistencia a la presión del
embutido y en los escalfados, cierta protección frente a la cocción.
Yo utilizo el intestino delgado de novillo –que tiene un diámetro de
entre 40 y 50 mm y entre 30 y 45 m de largo– para hacer
longanizas, salamines y chorizo seco. Y el intestino grueso del
novillo, el colon, –entre 50 y 65 mm de diámetro y entre 7 y 10 m de
largo– para salames chacareros, que tienen una deshidratación
lenta y maduración prolongada.
El recto del animal, casi siempre de cerdo, se utiliza también para
madurados y escalfados. Ejemplo de lo primero es el chorizo cular
que se hace en España con una maduración lenta y una
deshidratación muy progresiva que le da una complejidad aromática
muy interesante. Es una tripa de calibre irregular, comienza ancha y
termina delgada en su otro extremo, mide aproximadamente 40/50
cm de largo y puede llegar a embutir más de un kilogramo de masa.
Me gusta usarla para hacer salames de potro o de cerdo sazonado
con pimentón de Cachi. Tal vez el recto del animal es la tripa que
propone la deshidratación más lenta, porque además tiene una
película de grasa que recubre su interior. Pero también es una tripa
apta para escalfados, por su resistencia y contenido de grasa.
Tradicionalmente se utiliza para embutir el leberwurst.
El ciego del animal es una tripa en forma de bolsa, algo así como
un gran apéndice, en la que se pueden hacer embutidos como el
salame de Milán, la finocchiona toscana o el Cantimpalo español. Es
decir, embutidos anchos de maduración lenta –pueden llegar a
tardar más de seis meses en lograr la maduración óptima–. Esta
tripa tiene una capacidad aproximada de 4 kg de masa de embutido.
Para los escalfados rústicos, prefiero usar la panza del cerdo, vejiga
o ciego de novillo. La morcilla argentina en forma de herradura se
embute en intestino delgado vacuno y la que llaman vasca o la de
Burgos, en intestino grueso.
También se suele utilizar la vejiga vacuna para elaborar la mortadela
tradicional. Su capacidad de embutido ronda los 2 kg.
LIMPIEZA Y MANIPULACIÓN
Para usar tripas naturales, lo que hago es lavarlas en abundante
agua corriente para quitarles la sal y rehidratarlas. Les cambio el
agua varias veces. Desde hace un tiempo, y por recomendación de
un amigo charcutero que elabora grandes cantidades de embutidos,
tomé la costumbre de hacer un lavado extra con seis gotas de
lavandina por cada litro de agua. Las dejo una hora en esa solución
y después las vuelvo a enjuagar con agua sin lavandina, para que
no queden restos. Al principio tenía un poco de desconfianza, la
lavandina es un producto químico que no me agrada demasiado,
pero honestamente, en estas pequeñas cantidades y enjuagando
bien las tripas no quedan restos y el resultado en términos de aroma
y limpieza es muy bueno. Después del lavado, las doy vuelta para
que la grasa quede del lado externo y no le aporte algún aroma no
deseado a la masa del embutido –no realizo este procedimiento con
la tripa cular, por la calidad de su grasa interior–. Luego las dejo
reposar en agua con un 5% de vinagre de alcohol y refrigeradas,
máximo tres días, hasta el momento de embutirlas. Previamente hay
que escurrir el exceso de agua.
Tal como sostengo a lo largo del libro, me interesa transmitir,
desde mi experiencia y mis investigaciones, los conceptos y las
razones por las cuales se utiliza cada tipo de tripa en función del
resultado que uno pretende lograr. Aspiro a que con esa
información, cada uno pueda diseñar su propio embutido más allá
de los usos habituales de cada tripa en las recetas clásicas.
DE IZQUIERDA A DERECHA Y DE ARRIBA A ABAJO: CIEGO,
CHINESCA DE CERDO, VEJIGA, INTESTINO GRUESO VACUNO,
SEROSA DE CORDERO, CULATA DE CERDO, INTESTINO
DELGADO VACUNO.
Sazón
La sazón de los embutidos tiene un aspecto muy
técnico y otro más subjetivo. En lo que respecta al
primero, cada tipo de embutido lleva una cantidad
determinada de especias y de sal (algunos, ya
veremos, sal de cura). El otro aspecto, que es
mucho más personal, más sutil, tiene que ver con la
búsqueda, con la inspiración. Las especias pueden
ser secas o frescas, o pueden ser de tiempo de
floración o no. La elección de unas u otras está
vinculada a la disponibilidad y lectura del entorno. En
español, la palabra “sazón” también significa
“ocasión, tiempo oportuno o coyuntura”. No me
parece casualidad, porque las recetas muchas veces
surgen después de observar el contexto. En la
Patagonia terminé haciendo un embutido de capón
porque fue el resultado de las condiciones, se
generó la receta a partir de lo que había. Y como
estábamos en primavera, los cipreses estaban llenos
de morillas, un hongo que nace al pie de ese árbol
autóctono. No fui pensando en hacer esa receta,
hubo algo de espontáneo. En la parrilla Don Julio, en
cambio, el marco es el de una parrilla porteña y el
perfil aromático de los embutidos tiene que ver con
ese concepto más preciso. Hacemos varios: uno con
perfil calabrés, porque rescatamos la influencia de lo
italiano en lo porteño, pero también buscamos
referencias históricas o tradiciones rurales. Todas
son fuentes de inspiración, la naturaleza y el marco
conceptual.
LA SAL
La sal es fundamental, determinante. La sal es mucho más que dar
sabor. Los embutidos se concibieron como carne, tripas y sal, está
en su esencia. Desde ya que tiene que ser de buena calidad.
La dosis es importante y, como decíamos, es sumamente técnica:
si es un embutido fresco, la dosis debe estar entre los 15 y los 17
gramos y en los escalfados, cercana a los 20 y en los embutidos
madurados de 22 a 24 gramos por kilogramo de masa.
Los libros de historia de la cocina lo testimonian: décadas atrás
se salaba mucho más que ahora. Un salame llevaba entonces
aproximadamente 30 gramos por kilogramo de masa. Esto es
porque antes se desconocía el proceso de fermentación, se sabía
que la sal tenía un efecto conservante. Hoy sabemos que la sal
permite la acidificación de la masa de los embutidos madurados, es
decir que favorece la creación de un ambiente adecuado para los
procesos químicos que se desatan dentro del embutido. Dicho de
otra manera: favorece el desarrollo de las bacterias acido-lácticas,
las cuales inhiben la aparición y desarrollo de bacterias no
deseadas. Con esa información disponible, sabemos que la dosis de
sal no debe ser necesariamente tan alta para lograr la conservación.
Además cumple otra función: la sal y el amasado solubilizan
proteínas de la carne –la actina y la miosina– que luego en la
cocción o maduración, dependiendo del tipo de embutido, se
gelificarán provocando esa consistencia firme y homogénea tan
deseada en ambos tipos de embutidos.
El hecho de que ahora sepamos que no es necesaria tanta sal
tiene dos consecuencias interesantes: en primer lugar, evitamos un
hábito poco saludable, que es comer con demasiada sal. Y por otro
lado, logramos que ese sabor salado no tape la complejidad de los
sabores que surgen de la maduración.
Hace poco, me sorprendió comprobar que en Italia continúan con
el hábito de salar en proporciones bastante elevadas. Me encanta el
jamón que elaboran los italianos, el concepto y el sabor levemente
dulce, en muchos casos sin contenidos de nitratos; es muy rico y
accesible. Pero los embutidos madurados, me resultaron levemente
salados. Volví pensando en que no siempre las recetas tradicionales
superan a las actuales, la tradición a la evolución. Precisamente
creo en una complementariedad de ambos conceptos a partir de un
estudio y evaluación de los beneficios de cada uno.
A la sal común habitualmente se le agrega yodo, lo que pude
significar un inconveniente para los embutidos madurados, si es que
no se agregan cultivos iniciadores, porque el yodo –que se utiliza
habitualmente como antiséptico– actúa directamente sobre los
microorganismos que queremos desarrollar. Lo óptimo es usar sal
kosher. La tradición culinaria judía no permite que la sal use aditivos,
de modo que la sal kosher, de grano grueso, viene directamente de
la salina.
Y, siempre dentro de los madurados, está la sal de cura o sal
curante, un producto que, además de sal, tiene una dosis de nitrito
y/o nitrato de sodio. Estos elementos son imprescindibles para
matar las bacterias anaerobias, es decir, las que viven en ausencia
de oxígeno, como el clostridium botulinum, responsable del
botulismo. Como en la masa compacta de los embutidos madurados
se dan estas condiciones, es el medio ideal para que, a partir de una
involuntaria contaminación, se desarrollen dichas bacterias.
Además, la sal curante, cumple también la función de generar el
color rojo característico de los embutidos, por su acción sobre la
mioglobina.
El uso de nitrito y nitrato de sodio es un poco controversial,
porque hay estudios que los asocian con la aparición de
nitrosaminas en la digestión, y cáncer a largo plazo, pero en
mínimas dosis, con un tiempo prudencial de degradación, está claro
que no son nocivos y son fundamentales por esta cuestión de
seguridad. Por eso recomiendo manejarlos con mucho cuidado.
Me gustaría subrayar esto: en los embutidos frescos el uso de sal
de cura está prohibido. Si una persona come nitrato directo corre
riesgo de muerte, especialmente los niños y los ancianos. Por ese
motivo, se la tiñe de color rosa, para no confundirla con otras sales.
Antes se utilizaba salitre, directamente, que es nitrato de sodio y de
potasio puros, pero es demasiado riesgoso, hay mucho margen de
error con la dosificación. Hoy existen estas sales de cura con el
nitrato y nitrito dosificados. Por eso, hay que utilizar la cantidad que
diga cada fabricante de sal. En las recetas de embutidos madurados
y escalfados de estas páginas, recomiendo usar 2 gramos de sal de
cura por cada kilo de masa, que es la dosis que indica mi proveedor.
En cada país es diferente y cada proveedor sabe qué vende.
LAS ESPECIAS
Es interesante comprender la lógica y evolución del uso de las
especias en cada región del mundo y a lo largo de la historia.
Seguramente, tiempo atrás, tenían una función antiséptica, o hasta
incluso, la de enmascarar algún sabor no deseado proveniente de la
falta de frescura de los productos. Hoy la visión y uso es otro, el
objetivo siempre es el de aportar sabor, y es por esto que la calidad
y frescura son determinantes.
En las recetas que acompañan este texto doy mi opinión sobre
cuánto usar, pero mi propia percepción va variando; mi propuesta es
que este punto no sea estático, que no se tome como una fórmula
sino como una orientación para probar el gusto de cada uno.
No soy partidario de agregar mucho condimento en los embutidos
madurados, ya que la complejidad aromática está en la
fermentación, e incluso dichas especias pueden resultar una fuente
indeseable de contaminación bacteriana. Tampoco se puede usar
ajo fresco en embutidos madurados, en el campo dicen que “quema”
la carne. Invade mucho el embutido y puede generar defectos de
elaboración. Yo marino vino con ajo, y después sólo uso la
marinada.
En cambio, los embutidos frescos si se pueden intervenir más; en
vez de vino, se puede probar con diferentes vinagres, con vermouth
o alguna otra bebida aromática. También incorporar rizomas como el
jengibre o la cúrcuma, las frutas disecadas o las hierbas aromáticas
frescas y secas.
El sabor del chorizo argentino es una combinación muy lógica. No
es otra cosa que el perfil aromático de un chimichurri mezclado en la
carne: ají molido, ajo, orégano seco y pimienta.
En la Argentina hay pimentón de muy buena calidad. A diferencia
del ahumado español, el de acá se seca al sol en las laderas de las
montañas. Hace unos años estuve en Cachi, Salta, donde pude ver
el espectáculo de varios kilómetros cuadrados de ajíes secándose al
sol.
La diferencia entre usar un pimentón de calidad y uno industrial
es tremenda. Basta con hacer la prueba, usar una vez el pimentón
industrial –del que no se sabe si sólo está compuesto por pimientos
secos, o si lo “estiran” con otros productos más económicos– y otra
vez uno de estos artesanales. La diferencia es enorme.
Se pueden utilizar diferentes ajíes, no sólo las ñoras dulces con
las que se elabora el pimentón. De Italia me traje ají calabrés para
utilizarlo en la longaniza. Es ese ají que se da en Calabria, que es
muy picante y fragante, específico de esa región, lo que hace única
a esa longaniza. Otra vez, el contexto expresándose en el embutido.
En gastronomía usamos habitualmente muy poca pimienta
blanca, pero en embutidos, sobre todo en los madurados, se usa
mucho más que la negra. Uno mezcla carne con grasa con pimienta
blanca, lo fermenta y el sabor que obtiene es del salame tradicional.
Si se usa pimienta negra queda otro sabor.
LOS MASALAS
En la cocina india existe lo que se conoce como masalas, que
literalmente quiere decir “mezcla de especias”, y que son
combinaciones probadas para alcanzar un sabor esperable. Ese
concepto se extendió por todo el mundo. Los curries, el ras el
hanout, el garam masala, y el quatre-épices son algunos de los
masalas más conocidos.
Hace tiempo que vengo pensando que la base del chimichurri es
un masala argentino. Y el masala del NOA es el de las empanadas:
comino, ají molido y pimentón. Esa es nuestra sazón básica, y no
hay una dosis definida.
Para los escalfados hay una mezcla de especias clásica que se
conoce como quatre-épices, o cuatro especias, que no es otra cosa
que pimienta, canela, clavo de olor y nuez moscada. Yo hago una
variante más personal: en vez de clavo de olor uso pimienta de
Jamaica que tiene el perfil de esas especias y no es tan intenso. Y a
eso le sumo un poco de semillas de comino, tostadas y molidas.
Ese es el perfil de la morcilla argentina. Me gusta describir el
sabor de la morcilla como quatre-épices más sangre.
Para el leberwurst, quatre-épices más orégano. Se puede usar
orégano seco o fresco, incluso también mejorana, que me encanta.
La mortadela, quatre-épices más anís estrellado. Uno mezcla eso
con ajo, carne y grasa de cerdo, y el sabor que obtiene es sin duda
el que todos identificamos en la mortadela tradicional.
LO DULCE
Todos los tipos de embutidos admiten algo dulce. En los frescos se
puede usar algún azúcar de calidad, específica del entorno, y la
proporción en este caso es similar a la cantidad de sal utilizada.
Para los escalfados, al leberwurst y a la morcilla se les puede
agregar un poco de miel o azúcar. En el caso de los madurados, la
dextrosa, es el alimento para que se desarrollen las bacterias, en el
capítulo específico lo explico en detalle.
En síntesis, me gustaría que de este extenso capítulo quede –
más que una fórmula– la lógica de la sazón: la elección del perfil
aromático, que transmiten las especias y demás componentes,
permite que el embutido exprese el momento y el lugar de su
elaboración; y a la vez, la intención y criterio particular de quien lo
elabora.
02
La Carneada
La Carneada
POR ROLY VILLANI
—
El aire limpio del invierno, que hasta hace un rato traía ráfagas de
olor a bosta, a pomelos o a tierra húmeda, deja lugar al olor a pelo
mojado con agua caliente. Es el momento de pelar el cerdo, acaso
el momento con menos interesados en meter mano y cuchillo. Con
un jarro, se tira agua caliente sin hervir (igualito que para tomar
mate) sobre el cuero del animal. Una vez húmedo, se lo raspa con
fuerza, sosteniendo la cuchilla como un peine, con las dos manos.
Menos de una hora después, el chancho estará blanco. El olor a
pelo mojado nos acompañará un buen rato.
Los perros, que durante el griterío del chancho se quedaron
mudos o lloraban bajito, están ahora en un momento de excitación
insoportable. Sus ladridos son nuestra banda de sonido; nosotros
seguimos en silencio. El fuego, que nunca dejó de crepitar, también
está callado.
Viene entonces el momento de despostar la pieza. Acá hay más
interesados. Todos queremos ver. Es el momento de abrir las
primeras botellas de vino.
También es el momento de separar la entraña del cerdo (donde
se aloja la triquina) para enviarla a la oficina regional del SENASA.
En un par de semanas van a tener el resultado: si la carne tiene
triquinosis habrá que desechar los embutidos que estarán todavía
madurando. Pero antes comeremos, recién hechos, los embutidos
frescos y los escalfados, que no guardan peligro porque serán
cocidos antes de su ingestión.
“Estoy muy conmovido por esta experiencia –me dice Aspi, uno
de los responsables del restaurante Proper– porque, además de
compartir este momento con amigos, tiene el sabor de un ritual con
miles de años de antigüedad, la gente compartía y hacia sus
conservas y para procesar toda esta cantidad de carne en tiempo y
forma, tenía que convocar a familiares y vecinos. Hay algo de
comunidad muy importante. Y hay otra cosa que los cocineros
disfrutamos: salir de la cocina y cocinar en el campo, al aire libre, en
el mismo lugar donde nacen los productos que usamos a diario”.
Con excepción de algunas pocas vísceras, se utilizará todo el
animal. La cabeza, el cuero y los garrones serán la base de los
escalfados. Pese a que somos muchos, no sobran brazos para
cortar y picar. Las emulsiones y rellenos con que se embuten la
morcilla, el leberwurst y el queso de chancho se cocinan a lo largo
de la tarde. El sol se empieza a debilitar temprano, serán el vino y el
fuego quienes animen a los cocineros que trabajan sobre una mesa
enorme que tiene el cielo por techo.
El “colo” Kütell, otro amigo de Guido, vino especialmente de Villa
Elisa, Entre Ríos, donde tiene su restaurante, para participar de la
faena. Donde vive, las carneadas son una suerte de fiesta familiar,
en donde cada integrante tiene una función. “También a veces se
hacen sociedades entre vecinos, uno pone el novillo, otro el cerdo,
se hacen chorizos y se reparten”, dice. Cuenta, además, que es
costumbre hacer apuestas sobre cuántos chorizos van a salir.
Comparando ambas faenas, el Colo dice que “ésta tiene un enfoque
un poco más gastronómico, se cuida más la higiene y se entienden
mejor los procesos. En las otras carneadas que conozco se hacen
las cosas de la manera que se aprendieron, sin entender realmente
los procesos, sin cuestionarse por qué se hacen de esa manera”.
—
En el agua que se calienta a leña en un tambor enorme se
sumergen los embutidos. También nuestras manos se calientan en
ese pequeño calor bendito. Y cuando se terminen de escalfar, ya
será la noche cerrada. Como Cardales es cerca de Buenos Aires
volvemos a dormir a casa. En las carneadas anteriores, el fogón y el
vino habían durado hasta la madrugada: esta vez, sólo hasta que
terminamos.
Pero al otro día, temprano ya estamos todos listos para el
proceso final.
Las canales estuvieron toda la noche madurando y están ahora a
punto para el desposte fino. La carne de mejor calidad y el tocino
van llenando desde temprano las enormes bateas de acero
inoxidable. También el vino nos acompaña desde temprano, en esta
segunda jornada.
Es el momento de picar y cortar. También de debatir las recetas de
chorizos y salchichas parrilleras: la sazón será la niña mimada del
debate. Fernando Mayoral preparó, a pedido de Guido, una
combinación de especias que puso sobre la parrilla un delicioso
chorizo con reminiscencias asiáticas. “Es un masala que combina el
Garam Masala con Curry de Madrás, es una mezcla medio propia
que parte de dos mezclas hindúes, una de especias dulces y otra un
poquito picante”, dice Mayoral, amigo de Guido desde la juventud
compartida en la zona sur de Buenos Aires. “Siempre me acuerdo
cómo le brillaban los ojos a Guido cada vez que venía a la huerta
que tenía en mi restaurant, en Adrogué”, dice.
Vienen entonces el amasado y el embutido, procesos que se
llevan todo el día y que Guido dirige con la autoridad y experiencia
que devienen de las toneladas de carne embutidas en la parrilla Don
Julio.
A media tarde están listos para comer –con la mano, como
corresponde a un asado campero– los pechitos del cerdo que no se
utilizaron para embutir. La parrilla dará cuenta también de los
chorizos y las salchichas. También a esto vinimos.
La tardenoche se va haciendo cuesta arriba, la temprana
desaparición del sol no ayuda demasiado y la energía de todos baja
considerablemente. Por fortuna, los salamines empiezan a salir
perfectos. Sólo resta cargarlos y limpiar el escenario de la faena.
Tincho Lukesch tiene una última reflexión. “Lo que me llevo
siempre es la camaradería, el trabajo en equipo, la unión de los
cocineros, esto que genera Guido. Es mucho trabajo, pero ni loco
me lo pierdo cada vez que puedo”.
Los salames y las longanizas quedan madurando en ese salón de
luz renacentista que sirvió para madurar la carne. Sólo resta esperar
unos meses para cerrar el ciclo y probar el sabor complejo y único
de la naturaleza animal trabajada con nuestras manos. Las
bacterias lácticas tienen ahora la palabra.
03
Los embutidos
Frescos
Escalfados
Madurados
Embutidos frescos
Los embutidos frescos son aquellos que se elaboran
con productos crudos y que necesitan una cocción
antes de ser consumidos en caliente.
Posiblemente sean los más sensibles al trabajo del
cocinero. Creo que la correcta interpretación del
momento y la lectura del entorno, son dos puntos
importantes que me representan como profesional.
En la lógica del diseño de la receta, suelo incorporar
elementos botánicos propios del lugar. La técnica del
embutido fresco combina estos factores objetivos, la
disponibilidad de productos en tiempo y lugar, con
una apreciación subjetiva, que es mi mirada con
óptica de cocinero. En esa mirada influyen los viajes
que hice, las lecturas, la búsqueda y la intención de
cada momento. Marruecos y los países de Medio
Oriente, India, el Sudeste Asiático y Centro América
son siempre una fuente de inspiración para mí.
Tiendo a asociar embutido fresco con chorizo, creo
que es nuestro embutido insignia. En España llaman
chorizo a un embutido madurado, cien por ciento de
cerdo. El chorizo criollo, en cambio, es fresco y
puede ser de novillo, de cerdo o de ambas carnes
combinadas. Hay quienes ponen en valor el chorizo
cuando está hecho solo con carne de cerdo, pero
como ya he manifestado en el capítulo Carnes, para
mí es un valor discutible. Lo importante es que la
carne sea de buena calidad. Y para eso es más
determinante el método de crianza que le
proporcionaron, que el tipo de animal o la raza.
En la parrilla Don Julio diseño y elaboro embutidos
para mejorar la oferta y, sobre todo, para garantizar
la calidad. Pero también sucede que es un contexto
en el que la sustentabilidad es sumamente relevante.
Trabajamos doce toneladas de carne al mes y eso
implica que sobren cortes y recortes que no se
utilizan pero que son de gran calidad. Hasta donde
sabemos, esta lógica de aprovechar esos recortes
está en el origen de los embutidos, y lo que
hacemos, entonces es retomar esa tradición del
concepto de sustentabilidad.
ELEGIR LA CARNE
En primer lugar, es fundamental que la carne sea de calidad, que
haya cumplido las condiciones bromatológicas y que provenga de
un frigorífico certificado.
La carne de novillo, cerdo o cordero, me representan como
profesional gastronómico, pero esto no quiere decir que no use
carnes no tradicionales. Por ejemplo, en los Esteros del Iberá hago
embutidos con carne de búfalo, porque ese animal se da muy bien
en esa zona. Pero no soy partidario de hacer embutidos con carne
de cualquier animal. Me gusta pensarlo así: hay carnes que no se
lucen en embutidos, y sí lo hacen en otras preparaciones. Tiene
poco sentido, entonces, no permitirle expresar el nivel que ese corte
o ese animal propone. Esa es mi visión, y es absolutamente
personal.
Como el embutido tiene una cocción breve, se usan carnes
relativamente blandas. Lo que recomiendo son los cortes del cuarto
trasero o de los músculos que recorren la columna, es decir, el tren
de bife, que son los más tiernos. La carne de las paletas del animal
es también apropiada, pero requiere un mayor trabajo de limpieza
de nervios y aponeurosis, que es esa membrana que recubre los
músculos y no debe formar parte del embutido.
CARGAS
En la industria alimenticia es habitual el uso de harinas mezcladas
en el relleno del embutido, se las llama cargas. Es un criterio
absolutamente economicista, para abaratar costos: no cuesta lo
mismo un kilo de harina que un kilo de carne. Yo estoy
absolutamente en contra de esta práctica que baja muchísimo la
calidad del producto. Actualmente se usa bastante la soja
texturizada, con lo cual, además, se agrega el problema de lo
transgénico, para quienes lo creemos un problema. Este es un buen
motivo para estimular la elaboración casera de embutidos frescos,
que llevan únicamente carne, grasa, tripa y sazón.
GRASA
El embutido tiene que tener grasa. No menos del 25% del peso de la
masa. Es importante tener en cuenta este aspecto: el chorizo hay
que comerlo cocido, dejarlo jugoso no siempre es agradable ni
seguro. Es malo por cuestiones organolépticas y bromatológicas. De
modo que lo jugoso del chorizo se consigue con una buena parte de
grasa de excelente calidad. En mi visión personal, cada vez me
inclino más hacia agregar cerca de un 30% de grasa en la masa del
relleno.
Como regla general, propongo utilizar grasa de cerdo. El tocino,
que es la grasa que está recubriendo el torso y la papada del
animal, es la de mejor calidad porque no se funde tan rápido. Se
puede usar grasa de novillo si es buena, pero no es tan fácil
reconocer la calidad. Una mala grasa genera un embutido
defectuoso.
Otro dato para tener muy en cuenta: la grasa debe ser fresca,
como transmite mucho los aromas, a medida que pasa el tiempo se
degrada y oxida.
TRIPAS
Como desarrollo en el capítulo específico, en embutidos frescos se
utiliza la membrana que recubre el intestino delgado del cerdo o del
cordero, la serosa. Es una película muy fina, que después de la
cocción se puede consumir y es de sabor muy agradable.
SAZÓN
La sal en embutidos frescos debe rondar entre los 15 y los 17
gramos por kilo de masa. En lo que respecta al perfil aromático, los
embutidos frescos ofrecen posibilidades infinitas de exploración. El
diseño es altamente variable, más vinculado a la sensibilidad del
cocinero que a las recetas estancas.
En la sazón se le agrega entre 30 y 40 centímetros cúbicos de
vino o vinagre por kilo de masa. Yo uso vinagre porque el chorizo
tiene una cocción muy breve, con lo cual, a mi entender, el vino no
logra generar algo tan agradable. Me gusta mucho más el resultado
que logra el vinagre combinado con grasa y especias. Y también
funciona el entorno: en el Litoral, se puede pensar en un vinagre de
arroz y en la Patagonia, en un vinagre producido a partir de una
fruta local.
Endulzo un poquito casi todos los embutidos frescos. Puedo usar
azúcar mascabo, si estoy en zona de elaboración, o miel si hay
colmenas cercanas. En el Noroeste se puede usar un rico arrope,
que además del dulzor agrega la impronta del sabor local.
En este tipo de embutidos, decía, se lucen mucho las hierbas
frescas, los rizomas, como el jengibre y la cúrcuma, las frutas
disecadas y las especias. Es por eso que las cantidades van a
gusto. Pienso que hay que aprovechar esta capacidad que brinda el
embutido fresco para que cada uno encuentre su perfil aromático
personal. Sólo recomiendo utilizar especias y hierbas de alta
calidad.
Elaboración
Una vez diseñada la receta, comienzo por la limpieza de la carne.
Es importante trabajar en un ambiente fresco y manipular la carne lo
menos posible para no contaminarla. Se la limpia de grasa,
aponeurosis y nervios, y se la corta en pequeños trozos de cuatro
centímetros de lado con forma de cuña para que la picadora los
agarre bien. El grado de molienda depende del embutido: en tripa de
cordero conviene que sea más pequeña y en tripa de cerdo o
chorizo, la molienda puede ser más grande. No es recomendable
cortar la carne y la grasa a cuchillo porque la contaminación y el
incremento de la temperatura es mayor. Creo que una buena
medida es no más de 10 milímetros y no menos de 6.
Recomiendo que la carne y la grasa estén muy frías, a dos
grados, casi congeladas, para trabajarlas mejor y por una cuestión
bromatológica. Como consejo, intercalar la carne y la grasa para
que esta última no se ablande al picarla.
En cuanto a las cantidades, me parece poco sensato hacer todo
este trabajo para elaborar unos pocos embutidos. La cantidad
mínima recomendable es la capacidad del pistón de la embutidora a
utilizar.
El mezclado se hace en bateas, preferentemente de acero
inoxidable. Se coloca la carne, la grasa y la sazón y se procede a
amasar todo a mano o con amasadora. Luego, con esa masa se
hacen bolas y se las deja caer sobre la mesada o sobre la batea.
Con esta técnica, que se llama tumbling, y el uso de sal,
favorecemos que la proteína miocina salga de la carne generando
una solución proteica. Esa solución recubrirá los trozos de carne y
grasa para, luego, en la cocción, coagular y obtener una textura
uniforme. Esto impide que el chorizo se desgrane. Una observación:
es probable que los chorizos comprados no se desgranen por las
harinas y los emulsionantes que les agregan. Pero con técnica se
puede lograr un embutido sin aditivos y con la textura adecuada.
El embutido no requiere gran destreza, como en los madurados
donde la presión es sumamente relevante. La práctica va
desarrollando el conocimiento. Cuando se carga la embutidora, es
importante que no quede aire, que esté bien comprimida la masa. El
tumbling favorece también esa compresión y la ausencia de aire en
el interior. Se carga la tripa en el pico de la embutidora y se embute
a presión. Es muy difícil decir cuánta presión, acá juega un poco el
gusto de cada uno y si se va a atar o no.
En Europa no suelen atar el embutido, se lo fracciona con la
mano. En la Argentina se acostumbra mucho atar, y hay una técnica
para atar chorizos que requiere cierta destreza. No me voy a
detener en eso porque me gustaría transmitir que se puede hacer
embutidos sin saber atar. Se pueden hacer embutidos más largos o
trabajarlos a mano para darles el largo deseado.
Después del embutido corresponde el reposo, que es
básicamente la conservación en frío para que los elementos se
integren, las especias se hidraten y se amalgame el sabor. Deben
permanecer como mínimo seis horas a dos grados, aunque lo ideal
es una noche completa de reposo.
LA COCCIÓN
La parrilla es, sin dudas, la cocción del embutido fresco que más me
representa por todo lo que le aporta. Están las razones técnicas: la
reacción de Maillard que se produce en poco tiempo a una
temperatura extrema, con el aporte de las brasas da un resultado
exquisito. Nunca resta y siempre aporta algo positivo.
Y están también las razones emocionales, todo lo que representa
el fuego: el compartir, los recuerdos de los asados con amigos, las
fiestas familiares; todo eso vuelca mi balanza en favor del embutido
fresco asado. Definitivamente, uno elabora embutidos frescos para
asarlos a la parrilla.
Recetas
Embutidos Frescos
Embutido de cerdo · cúrcuma fresca · tamarindo ·
limón Tahití
MATERIA PRIMA
5 KG DE PANCETA DE CERDO FRESCA, SIN SALAR, SIN
CUERO NI CARTÍLAGOS
40 CC DE SALSA DE PESCADO
50 GRS DE SAL
40 GRS DE AZÚCAR INTEGRAL DE CAÑA
2 UNIDADES DE AJÍ PICANTE FRESCO
1 DIENTE DE AJO
2 RIZOMAS DE CÚRCUMA FRESCA
1 TROZO PEQUEÑO DE JENGIBRE
1 TROZO PEQUEÑO DE GALANGAL
60 GRS DE PULPA DE TAMARINDO
150 GRS DE NEGUI O CEBOLLA DE VERDEO
150 CC DE JUGO DE LIMÓN TAHITÍ
80 CC DE AGUA
¼ DE MADEJA DE TRIPA CHINESCA DE CERDO.
HIERBAS FRAGANTES FRESCAS.
Procedimiento
· Cortar la panceta en cubos medianos y picar con disco de 6 mm de
diámetro.
· Licuar o machacar en mortero los rizomas, con el ajo, la pulpa de
tamarindo, el jugo de limón, los ajíes sin las semillas y el agua,
como si se tratara de un curry fresco.
· Sazonar la carne picada con esta pasta, la salsa de pescado, la sal
y el negui cortado muy fino.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar a la parrilla.
· Acompañar con hierbas frescas, como cilantro, huacatay,
hierbabuena, hojas de amaranto, albahaca tailandesa.
Embutido de cerdo · pimientos dulces y picantes ·
burrito
MATERIA PRIMA
3,8 KG DE CARNE DE CERDO MAGRA DEL CUARTO TRASERO
1,2 KG DE TOCINO
75 GRS DE SAL
25 GRS DE PIMIENTA NEGRA MOLIDA
80 GRS DE ÑORAS, CHIPOTLES, AJÍES DULCES Y PICANTES,
LA COMBINACIÓN QUE PREFIERAN, MOLIDA FINA
1 MANOJO DE BURRITO
1 DIENTE DE AJO
100 CC DE AGUA
150 CC VINO BLANCO TORRONTÉS
¼ DE MADEJA DE TRIPA DELGADA DE CORDERO
Procedimiento
· Limpiar la carne y la grasa, procurando eliminar nervios y
aponeurosis. Cortar en cubos medianos y picar con disco de 4 mm
de diámetro.
· Agregar la sal, la pimienta, el ajo hecho pasta, las hojas de burrito
u orégano picado, la mezcla de ajíes hidratada con el vino y el
agua.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar en horno de barro o a la parrilla.
Embutido de cerdo · ciruela Presidente · kimchi
MATERIA PRIMA
5 KG DE BONDIOLA FRESCA DE CERDO
75 GRS DE SAL.
40 GRS DE PIMIENTA NEGRA MOLIDA.
250 GRS DE CIRUELAS PRESIDENTE
1 DIENTE DE AJO
1 TROZO PEQUEÑO DE JENGIBRE
100 CC DE AGUA
200 CC VINAGRE DE CIRUELAS O DE MANZANAS
KIMCHI TRADICIONAL
¼ DE MADEJA DE TRIPA CHINESCA DE CERDO CALIBRE
MEDIO.
Procedimiento
· Cortar la bondiola en cubos medianos y picar con disco de 6 mm
de diámetro.
· Licuar o machacar en un mortero el jengibre con el ajo. Sazonar la
carne picada con esta pasta, la sal, la pimienta, el vinagre y el
agua.
· Amasar sin calentar la masa.
· Agregar las ciruelas cortadas en trozos muy pequeños (más que
una uva pasa).
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar a la parrilla.
· Acompañar con kimchi tradicional o salsa gochujang (salsa
fermentada de pimientos picantes y porotos de soja).
Embutido de cordero · ras el hanout · berenjenas ·
limones en conserva
MATERIA PRIMA
5 KG DE CARNE DE CORDERO PAMPEANO O MESOPOTÁMICO,
CON UN 30% DE GRASA.
SUGIERO UTILIZAR EL GIGOT, COMPLETANDO EL
PORCENTAJE CON GRASA INTERNA, LA QUE RECUBRE A LOS
LOMOS.
75 GRS DE SAL
70 GRS DE RAS EL HANOUT
30 GRS DE AZÚCAR
1 DIENTE DE AJO
200 CC DE VINAGRE DE MANZANAS
100 CC DE AGUA
¼ DE MADEJA DE TRIPA DELGADA DE CORDERO.
4 BERENJENAS
100 CC DE ACEITE DE OLIVA E. V.
SAL
2 UNIDADES DE LIMÓN
PIEL DE LIMÓN EN CONSERVA 4 GAJOS.
HOJAS DE HIERBABUENA.
Procedimiento
· Limpiar la carne y la grasa, procurando eliminar nervios y
aponeurosis. Cortar en cubos medianos y picar con disco de 8 mm
de diámetro.
· Agregar la sal, el azúcar, el ajo hecho pasta y el ras el hanout
hidratado con el vinagre y el agua.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC .
· Asar a la parrilla.
· Cocinar las berenjenas directamente al rescoldo, girándola
regularmente hasta que esté completamente tostada la piel y su
interior tierno. Picar la pulpa a cuchillo.
· Sazonar con aceite de oliva, sal, jugo de limón, hojas de
hierbabuena y piel de limón en conserva cortada en juliana.
Embutido de cordero · grosellas · acedera silvestre
MATERIA PRIMA
3,5 KG DE CARNE MAGRA DE CORDERO PATAGÓNICO
1,5 KG DE GRASA DE CORDERO PATAGÓNICO
75 GRS DE SAL
30 GRS DE PIMIENTA NEGRA MOLIDA
1 MANOJO DE SERPOL O TOMILLO SILVESTRE
1 DIENTE DE AJO
200 CC DE VINAGRE DE GROSELLAS BLANCAS O MANZANAS
100 CC DE AGUA
¼ DE MADEJA DE TRIPA CHINESCA ANGOSTA DE CERDO
HOJAS DE ACEDERILLA SILVESTRE O ACEDERA DE JARDÍN
GROSELLAS ESPINOSAS (UVA ESPINA)
VINAGRE DE GROSELLAS.
ACEITE DE OLIVA E.V.
SAL
Procedimiento
· Limpiar la carne y la grasa, procurando eliminar nervios y
aponeurosis. Cortar en cubos medianos y picar con disco de 8 mm
de diámetro.
· Agregar la sal, la pimienta, el tomillo picado, el ajo hecho pasta, el
vinagre y el agua.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar a la parrilla.
· Acompañar con una ensalada de hojas de acederilla y grosellas
frescas, aderezada con una vinagreta hecha con el aceite de oliva y
vinagre.
Embutido de capón · ajo de oso · morillas · huevos
de granja
MATERIA PRIMA
5 KG DE CARNE DE CAPÓN, CON UN 25% APROXIMADO DE
MATERIA GRASA.
80 GRS DE SAL
35 GRS DE PIMIENTA BLANCA
5 GRS DE NUEZ MOSCADA
1 MANOJO DE AJO DE OSO O CEBOLLÍN SILVESTRE.
150 CC DE VINAGRE DE MANZANAS
100 CC DE AGUA
¼ DE MADEJA DE TRIPA DELGADA DE CAPÓN O CORDERO
12 UNIDADES O MÁS DE HUEVOS DE GRANJA
½ KG DE MORILLAS FRESCAS U HONGOS DE PINO FRESCOS
100 GRS DE MANTECA
SAL
Procedimiento
· Limpiar la carne y la grasa, procurando eliminar nervios y
aponeurosis. Cortar en cubos medianos y picar con disco de 8 mm
de diámetro.
· Agregar la sal, la pimienta y la nuez moscada, el ajo de oso
cortado fino, el agua y el vinagre.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar a la parrilla.
· Acompañar con las morillas salteadas en manteca y los huevos.
Algo así como un revuelto u omellette.
Palabras de un amigo
POR FERNANDO RICCIARDINI
MATERIA PRIMA
5 KG DE CARNE DE CAPÓN, CON UN 25% APROXIMADO DE
MATERIA GRASA
75 GRS DE SAL
20 GRS DE PIMIENTA BLANCA MOLIDA
1 MANOJO DE AJEDREA FRESCA
1 DIENTE DE AJO
200 CC DE VINAGRE DE MANZANAS
100 CC DE AGUA
¼ DE MADEJA DE TRIPA DELGADA DE CAPÓN O CORDERO
HOJAS DE DIENTE DE LEÓN U OTRA HOJA AMARGA, COMO
ESCAROLA O ACHICORIA
PIÑONES TOSTADOS
ACEITE DE OLIVA E.V.
JUGO DE LIMÓN
Procedimiento
· Limpiar la carne y la grasa, procurando eliminar nervios y
aponeurosis. Cortar en cubos medianos y picar con disco de 6 mm
de diámetro.
· Agregar la sal, la pimienta, las hojas de ajedrea picada, el ajo
hecho pasta, el agua y el vinagre.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar a la parrilla.
· Acompañar con las hojas amargas levemente salteadas con aceite
de oliva, piñones tostados y jugo de limón.
Embutido de búfalo · berro de agua · yogur de búfala
MATERIA PRIMA
3,5 KG DE CARNE MAGRA DE BÚFALO, PREFERENTEMENTE
DEL CUARTO TRASERO
1,5 KG DE TOCINO DE CERDO, O GRASA DE BÚFALO DE
BUENA CALIDAD
75 GRS DE SAL
30 GRS DE AZÚCAR
20 GRS DE PIMIENTA LARGA MOLIDA
20 GRS DE PIMENTA NEGRA MOLIDA NO MUY FINA
1 DIENTE DE AJO
100 CC DE AGUA
150 CC DE VINAGRE DE ARROZ
¼ DE MADEJA DE TRIPA CHINESCA DE CERDO CALIBRE
MEDIO
HOJAS DE BERRO DE AGUA
YOGUR DE LECHE DE BÚFALA
LIMÓN MANDARINA
SAL
Procedimiento
· Limpiar la carne y la grasa, procurando eliminar nervios y
aponeurosis. Cortar en cubos medianos y picar con disco de 6 mm
de diámetro.
· Agregar la sal, las pimientas, el azúcar, el ajo hecho pasta, el agua
y el vinagre.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar a la parrilla.
· Acompañar con yogur de leche búfala sazonado con jugo de limón
mandarina y sal, abundantes hojas de berro y gajos del mismo
limón.
Embutido de pato · miel de caña · ajíes en vinagre
MATERIA PRIMA
5 KG DE PECHUGAS DE PATO MOULARD (PUEDEN SER
TAMBIÉN DE PATO PEKÍN)
75 GRS DE SAL
60 GRS DE 5 ESPECIAS CHINAS
60 GRS DE MIEL DE CAÑA
1 DIENTE DE AJO
100 CC DE AGUA
150 CC DE VINAGRE NEGRO DE ARROZ
¼ DE MADEJA DE TRIPA CHINESCA DE CERDO, CALIBRE
DELGADO
AJÍES EN VINAGRE
Procedimiento
· Cortar las pechugas en cubos medianos y picar con disco de 4 mm
de diámetro.
· Agregar la sal, el ajo hecho pasta, la miel de caña, y las especias
hidratadas con el agua y el vinagre.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar a la parrilla.
· Acompañar con ajíes en vinagre.
Embutido de novillo · tomate originario · alcaparrón
MATERIA PRIMA
3,8 KG DE NALGA O CUADRIL DE NOVILLO O RECORTES DE
CARNE DE NOVILLO, MAGRA Y TIERNA
1,2 KG DE GRASA DE PELLA FRESCA
75 GRS DE SAL
20 GRS DE PIMIENTA NEGRA MOLIDA NO MUY FINA
30 GRS DE AJÍ QUITUCHO MOLIDO
1 DIENTE DE AJO
200 CC DE VINAGRE DE VINO TINTO
¼ DE MADEJA DE TRIPA DE CHINESCA DE CERDO
TOMATES DE SEMILLAS ORIGINARIAS
ALCAPARRONES
ACEITE DE OLIVA E. V.
Procedimiento
· Limpiar la carne procurando eliminar nervios y aponeurosis. Cortar
la carne y la grasa en cubos medianos y picar con disco de 8 mm
de diámetro.
· Agregar la sal, la pimienta, el ají molido, el ajo hecho pasta y el
vinagre.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar a la parrilla.
· Acompañar con una ensalada de tomates frescos cortados en
trozos irregulares, alcaparrones y aceite de oliva.
Embutido de novillo · perejil · brotes de ajo
MATERIA PRIMA
4 KG DE RECORTES DE CARNE DE NOVILLO, SIN NERVIOS,
PERO CON ALGO DE GRASA
1 KG DE TOCINO DE CERDO
75 GRS DE SAL
30 GRS DE PIMIENTA BLANCA MOLIDA
6 GRS DE NUEZ MOSCADA MOLIDA
100 GRS DE BROTES DE AJO
1 MANOJO GRANDE DE PEREJIL, NUNCA ES MUCHO
200 CC DE VINO BLANCO MACERADO CON ALGUNOS DIENTES
DE AJO
¼ DE MADEJA DE TRIPA DE CORDERO, CALIBRE ANGOSTO
Procedimiento
· Cortar la carne y la grasa en cubos medianos y picar con disco de
4 mm de diámetro.
· Agregar la sal, la pimienta, la nuez moscada, el perejil, los brotes
de ajo picados y el vino sin los ajos.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2ºC.
· Asar a la parrilla.
Embutido de cerdo y novillo · lechuga, tomate y
chalota
MATERIA PRIMA
1,8 KG DE CARNE MAGRA DE CERDO, PREFERENTEMENTE
DEL PERNIL
1,8 KG DE CARNE MAGRA DE NOVILLO, CUADRIL O NALGA,
IDEAL
1,4 KG DE TOCINO DE CERDO
75 GRS DE SAL
30 GRS DE AJÍ MOLIDO DE CACHI
10 GRS DE PIMENTÓN DE CACHI
20 GRS DE PIMIENTA NEGRA MOLIDA
100 CC DE AGUA
200 CC DE VINO BLANCO MACERADO CON AJO
¼ DE TRIPA CHINESCA DE CERDO, CALIBRE MEDIO
TOMATE, LECHUGA CAPUCHINA Y CEBOLLA BLANCA O
CHALOTA
ACEITE DE OLIVA E.V.
VINAGRE DE VINO TINTO DE BUENA CALIDAD
SAL Y PIMIENTA.
Procedimiento
· Cortar las carnes y la grasa en cubos medianos y picar con disco
de 8 mm de diámetro.
· Agregar la sal, la pimienta, el pimentón y el ají molido, el agua y el
vino sin los ajos.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar a la parrilla y acompañar con ensalada mixta tradicional.
Personalmente me gusta cortar el tomate y la lechuga en grandes
trozos y la chalota muy fina. Luego, vinagre de vino tinto o de Jerez,
aceite de oliva, sal y pimienta.
Chorizo argentino
MATERIA PRIMA
2,5 KG DE NALGA DE NOVILLO, O CUALQUIER OTRO CORTE
DEL CUARTO TRASERO, MAGRO Y TIERNO
1 KG DE CARNE DE CERDO MAGRA DEL CUARTO TRASERO
1,5 KG DE TOCINO DE CERDO
75 GRS DE SAL
10 GRS DE PIMIENTA BLANCA
40 GRS DE AJÍ MOLIDO
10 GRS DE PIMENTÓN DE CACHI
15 GRS DE ORÉGANO SECO
2 GRS DE NUEZ MOSCADA MOLIDA
3 GRS DE CORIANDRO MOLIDO
1 DIENTE DE AJO
100 CC DE AGUA
200 CC DE VERMOUTH BLANCO
¼ DE MADEJA DE TRIPA CHINESCA DE CERDO CALIBRE
ANCHO
Procedimiento
· Limpiar las carnes y la grasa, procurando eliminar nervios y
aponeurosis. Cortar en cubos medianos y picar con disco de 10 mm
de diámetro.
· Agregar la sal, las especias, el orégano, el ajo hecho pasta, el
agua y el vermouth.
· Amasar sin calentar la masa.
· Embutir y fraccionar.
· Dejar reposar una noche a 2-3ºC.
· Asar a la parrilla, servir con chimichurri y pan.
Embutidos escalfados
Me encantan los embutidos escalfados. En las
primeras carneadas a las que asistí, era un poco
reticente a probar algunos. Miraba cómo hacían, por
ejemplo, el queso de chancho y no me gustaba
nada. Supongo que era porque usaban el páncreas
del animal, un órgano desagradable,
gastronómicamente hablando. Pero con el tiempo
aprendí que el hecho de que se usen vísceras y se
ponga en juego el concepto de sustentabilidad no
supone necesariamente que lo que se usa sean
desperdicios. Actualmente elaboro un queso de
chancho en el que selecciono los riñones, la lengua,
el corazón y la carne de los garrones, sazonados
con ajo y perejil. Es delicioso.
Siempre me gustó la mortadela. De chico, el
sándwich de mortadela con tomate era de mis
preferidos. La última vez que fui a Italia visité Bolonia
especialmente para probar la mortadela. Y,
honestamente, me sorprendí: me gusta más la
mortadela argentina. Tal vez sea más rústica, tiene
los sabores más pronunciados y se embute en
vejiga. Pese a que es el lugar de origen, la de
Bolonia me pareció muy suave, me dio la sensación
de que le faltaba carácter.
La morcilla también me gustó siempre y aún más
cuando la empecé a elaborar. Es un producto que,
hecho por un cocinero, con todo lo que uno le puede
aportar con el perfil aromático, se luce mucho. Me
pregunto si el hecho de que la morcilla sea tan
popular en nuestro país no tendrá que ver con la
gran disponibilidad de sangre, producto del volumen
enorme de faena de ganado bovino. El hecho es
que, en cualquier asado, que es nuestra comida
emblemática, la morcilla es casi tan imprescindible
como el chorizo.
En Europa es tradición la hechura de embutidos y
cada país tiene un embutido escalfado tradicional: el
leberwurst en Alemania, la mortadela de Bolonia, el
haggis en Escocia. En cada región de España hay
una morcilla que es la variante regional como
interpretación del entorno. En algunas zonas se le
pone arroz, en otras, centeno, en otras, pan viejo. En
algunos casos le ponen verduras como cebolla, papa
o zapallo. Y en muchos casos se usan frutos secos:
los piñones son los más tradicionales; en la
Argentina, las nueces.
El origen de estos embutidos está vinculado al
aprovechamiento del animal. El proceso que tiene el
relleno permite usar lo que sobra de la carneada, es
decir, no se usan los cortes de mejor calidad –que se
emplean en los embutidos frescos o en los
madurados– sino los cuartos delanteros, los
garrones, las vísceras, el hígado, el corazón y los
riñones. Se utiliza también cuero y cartílagos, la
cabeza del animal, la lengua y los cachetes. Y
grandes cantidades de grasa, pero esta no necesita
ser de tanta calidad; la grasa blanda funciona muy
bien en estas recetas.
LA SANGRE
Y, por supuesto, se utiliza sangre. Puede usarse sangre de novillo o
de cerdo –pocas veces de cordero– y es una tradición de la faena
recuperarla. Del peso total del animal, aproximadamente el 8% es
sangre, pero solo se accede a un tercio de esta. Quienes quieran
elaborar morcilla en su casa deben tener en cuenta que a nivel
comercial no se consigue sangre fresca. De hecho, está prohibido
comercializarla a pequeños consumidores. Sólo se consigue seca,
en polvo, que definitivamente no es lo mismo. Hice una prueba con
sangre seca y agua, pero el sabor que le queda a la morcilla no me
gusta para nada. Si tengo que recomendar algo, recomendaría que
la morcilla se haga a partir de la matanza tradicional del cerdo; con
sangre vacuna me gusta, pero prefiero con sangre de cerdo.
Creo que, de todos los embutidos que presento en este libro, la
morcilla es la más difícil de elaborar de manera casera,
precisamente por esta dificultad que plantea la sangre. Lo demás es
relativamente sencillo, todas las vísceras se consiguen con cierta
facilidad.
Los baqueanos dicen que para que la sangre no se coagule hay
que agregarle un poco de sal, –tomando nota de cuánta sal se usó
para luego restarlo de la receta– y revolverla con la mano o un palo
de madera. Siempre me pregunté por qué no se coagulaba y me
puse a investigar. Al parecer, hay una proteína, la fibrina, que es en
parte responsable de la coagulación. Si la fibrina toma temperatura
forma un gel con todo el líquido. Lo que hace la sal es asociarse con
esa proteína y entonces queda pegada al elemento que se usa para
revolver. Y es así que se logra evitar dicha coagulación.
Es fundamental trabajar la sangre con mucha higiene: es un
medio ideal para la formación de microorganismos, por eso la zona
en que se va a hacer la incisión para cortar la arteria se limpia muy
bien. Hay que recogerla en un balde muy limpio y mantenerla
siempre a baja temperatura.
Elaboración
Muchas de las recetas de embutidos escalfados se componen de
emulsiones de carne y grasa. En estos casos es sumamente
relevante la temperatura de la materia prima y del instrumental con
el que se trabaja, que tiene que ser cercana a los cero grados.
Como estos embutidos tienen un gran porcentaje de materia grasa
con carne, para lograr esa unión hay que emulsionar la mezcla. Y
para emulsionar una fase acuosa y una grasosa, hay que trabajar a
temperatura muy fría. Para lograrlo, se pasa la carne por una
picadora y luego por una licuadora, se la sazona y se le agrega hielo
(no es para estirar el producto, sino para lograr esa emulsión) de
manera que esa fase de carnes con la grasa forma una pasta
sazonada. Y luego se embute.
La industria suele emplear agentes emulsionantes y hasta incluso
harinas para estirar las mezclas; pero si uno aplica bien la técnica,
no es indispensable el empleo de aditivos.
La sazón y los perfiles aromáticos están asociados a las especias
y son variables, aunque la mezcla “cuatro especias” es la más
empleada. La morcilla argentina además tiene un poco de comino.
En el caso de los embutidos con hígado se usa alguna hierba como
el orégano o la mejorana, y en el queso de chancho las hierbas
frescas.
La proporción de sal ronda los veinte gramos por kilo de masa;
durante el escalfado en agua, esta proporción disminuye levemente.
En cuanto a las tripas, se usan los calibres gruesos, que son los
más resistentes a la cocción. Casi siempre se usa el intestino
grueso. Y si es el intestino delgado, tiene que ser de novillo. Este se
usa en la morcilla, y en el leberwurst el recto, el último tramo del
intestino del cerdo. La tripa ciega de novillo tiene un diámetro y
resistencia ideal para escalfar. El estómago para queso de chancho
y la vejiga para mortadela. Las serosa del intestino de cerdo y
cordero sólo se usan para embutir salchichas estilo alemanas, que
me gustan, pero no tengo la costumbre de elaborarlas o
consumirlas. Por esto mismo no incluí recetas de salchichas en este
libro.
La presión en el embutido, en esta clasificación, debe ser menor
a la de los otros dos casos por el riego de que se reviente la tripa al
momento de sumergirla en agua caliente y por el shock térmico.
Escalfar es un método tradicional de cocción. Se realiza en un
medio líquido –yo uso agua, nunca caldo– a la temperatura en que
se coagulan las proteínas y un poco más. Es decir, cercana a los
75ºC. Nunca tiene que hervir porque se puede romper la tripa o
formar burbujas en el interior. Para saber cuánto tiempo dejar el
embutido en el agua, hay que calcular quince minutos por
centímetro de diámetro de la tripa, es decir, si tiene cuatro
centímetros de diámetro se cocina durante una hora. Luego se corta
la cocción en un baño de agua fría. Y se reservan a 2-3ºC durante
no más de cinco días.
También se pueden escalfar en horno con vapor y a temperatura
controlada; en estos casos sugiero disminuir levemente la
proporción de sal, porque el embutido no llega a perder sal en la
cocción como sí sucede si los escalfamos en agua.
Aunque no es tan tradicional en Argentina, el ahumado también
es una forma de escalfar en seco, con humo, siempre controlando la
temperatura y el tiempo.
En todos los casos el pan es casi indispensable para consumir
este tipo de embutidos, que no deben ser cortados muy delgados y
en la mayoría de los casos combinados con conservas ácidas de
vegetales.
Recetas
Embutidos Escalfados
Morcilla de campo
MATERIA PRIMA
4/5 L DE SANGRE DE CERDO FRESCA.
7 KG DE CUERO Y CARNE DE LA CABEZA Y LOS GARRONES.
200 GRS DE SAL FINA
80 GRS DE QUATRE ÉPICES
25 GRS DE SEMILLAS DE COMINO TOSTADAS Y MOLIDAS
1 KG DE CEBOLLA DE VERDEO
700 GRS DE GRASA DE CERDO DE CONSISTENCIA BLANDA
800 GRS DE NUECES PECAN LEVENTE TOSTADAS Y PARTIDAS
EN TROZOS NO MUY PEQUEÑOS
120 GRS DE AZÚCAR
1 MADEJA DE TRIPA DELGADA DE NOVILLO (40-45 MM DE
DIÁMETRO)
HILO
Procedimiento
· Hervir en agua la cabeza de cerdo y los garrones durante cuatro
horas. En esta cocción no recomiendo añadir hortalizas, ni sal; la
vez que lo hice, la morcilla tomó el sabor de las verduras de manera
invasiva.
· A media cocción, agregar el cuero.
· Para obtener los 7 kg de carnes y cuero, aproximadamente se
necesitan: una cabeza de cerdo, 3 kg de cuero y dos garrones o
codillos.
· Una vez cocidas las carnes y el cuero, picar con máquina
(molienda media, 10 mm) o a cuchillo. Descartar los cartílagos y
huesos.
· Por otra parte, fundir la grasa y rehogar levemente las cebollas de
verdeo cortadas finas.
· Luego, mezclar las carnes y cuero con la sangre, la cebolla y la
grasa. Agregar la sal, las especias, el azúcar y las nueces.
Continuar mezclando hasta homogeneizar la masa.
· Embutir en tripas de 30 cm de largo, procurando no ejercer
demasiada presión para no correr el riego de que reviente el
embutido en la cocción.
· Cocinar en agua a 75ºC por espacio de 45 minutos a una hora.
Para probar si están cocidas, pinchar y corroborar que el líquido
que emerge sea grasa y no sangre.
· Enfriar en agua fría, escurrir y reservar refrigeradas por un período
máximo de una semana.
MORCILLA DE CAMPO
MORCILLA DE FARRO Y SANGRE
Morcilla de farro y sangre
Procedimiento
· Hervir el farro en agua durante 15 minutos. Escurrir y reservar.
· Fundir la grasa y rehogar las cebollas picadas.
· Mezclar el farro hervido con la cebolla y la grasa, la sal, el
pimentón, la pimienta y las pasas de uva picadas. Incorporar la
sangre y la carne hervida picada a cuchillo.
· Embutir en tripas de 30 cm de largo, procurando no ejercer
demasiada presión para no correr el riego de que reviente el
embutido en la cocción.
· Escalfar en agua a 75ºC por espacio de una hora. Para probar si
están cocidas, pinchar y corroborar que el líquido que emerge sea
grasa y no sangre.
· Enfriar en agua fría, escurrir y reservar refrigeradas por un período
máximo de una semana.
Embutido de despojos de cordero
MATERIA PRIMA
1,2 L DE SANGRE FRESCA DE CORDERO
DESPOJOS DE CORDERO: CORAZÓN, HÍGADO, RIÑONES,
INTESTINO DELGADO, MOLLEJAS, CABEZA Y GARRONES
500 GRS DE PAN DE ESPELTA
60 GRS DE SAL FINA
30 GRS DE QUATRE-ÉPICES
10 GRS DE SEMILLAS DE COMINO TOSTADAS Y MOLIDAS
400 GRS DE CEBOLLA BLANCA
400 GRS DE GRASA DE LOS RIÑONES Y LA CRÉPINETTE
300 GRS DE PIÑONES
50 GRS DE AZÚCAR
1 MADEJA DE TRIPA DELGADA DE CORDERO (25-30 MM DE
DIÁMETRO)
HILO
1 KG DE MANZANAS KING DAVID
Procedimiento
· Hervir en agua los garrones, la cabeza y los intestinos durante dos
horas. Agregar el resto de las vísceras, bajar el fuego y cocinar
durante una hora más.
· Una vez cocidos los órganos, la cabeza y los garrones, descartar
los huesos y picar a cuchillo. Reservar.
· Fundir la grasa y rehogar las cebollas picadas finamente. Reservar.
· Mezclar la carne y vísceras con la sangre, el pan viejo rallado
grueso, la cebolla y la grasa rehogada. Agregar la sal, las especias,
el azúcar y los piñones levemente tostados. Continuar mezclando
hasta homogeneizar la masa.
· Embutir en tripas de 25 cm de largo, procurando no ejercer
demasiada presión para no correr el riego de que reviente el
embutido en la cocción.
· Cocinar en agua a 75ºC por espacio de 35 minutos. Para probar si
están cocidas, pinchar y corroborar que el líquido que emerge sea
grasa y no sangre.
· Enfriar en agua fría, escurrir y reservar refrigeradas por un período
máximo de una semana.
· Para servirlas, calentarlas a la parrilla o a la plancha hasta que su
exterior esté crocante y su interior tibio.
· Acompañarlas con puré o trozos de manzanas asadas al rescoldo.
Queso de chancho, perifollo y alcaparrones
MATERIA PRIMA
2 GARRONES
1 KG DE CUERO
1 CORAZÓN
2 RIÑONES
70 GRS DE SAL FINA
40 GRS DE PIMIENTA NEGRA MOLIDA GRUESA
1 DIENTE DE AJO
10 GRS DE NUEZ MOSCADA MOLIDA
1 MANOJO DE PEREJIL
1 MANOJO DE PERIFOLLO
1 ESTÓMAGO DE CERDO
HILO Y AGUJA
Procedimiento
· Hervir en una marmita con agua los garrones durante cuatro horas;
a mitad de la cocción agregar el cuero y cuando quede una hora, el
corazón y los riñones.
· Una vez cocido todo, colar y cortar en trozos. Descartar sólo los
huesos y cartílagos duros. Sazonar la carne, el cuero y los
despojos, con la sal, las especias, el ajo hecho pasta, las hierbas
picadas y 500 cc del agua de cocción. Mezclar.
· Coser el píloro –el conducto más angosto–. Embutir por el orificio
más grande –cardias– ejerciendo presión con la mano. Coser.
· Escalfar a 80ºC durante una hora. Prensar y refrigerar una noche.
Leberwurst
MATERIA PRIMA
2,5 KG DE HÍGADO DE CERDO
5 KG DE CODILLOS DE CERDO FRESCO
2 KG DE GRASA DE CERDO DE CONSISTENCIA BLANDA
110 GRS DE SAL
15 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SAZÓN Y EL USO DE
LA SAL CURANTE)
100 GRS DE AZÚCAR
60 GRS DE QUATRE ÉPICES
8 GRS DE SEMILLAS DE ALCARAVEA TOSTADAS Y MOLIDAS
20 GRS DE ORÉGANO SECO MOLIDO FINO
500 GRS DE CEBOLLA
2 DIENTES DE AJO
8 UNIDADES DE TRIPA CULAR DE CERDO
HILO
Procedimiento
· Cocinar los codillos de cerdo en agua hirviendo durante tres horas
y media o hasta que la carne esté tierna y se desprenda de los
huesos. Una vez cocidos, descartar cartílagos y huesos, pero no la
grasa ni el cuero. Reservar la carne, el cuero y la grasa, y un litro
del agua de cocción –es importante su guardado porque posee
sabor y mucho colágeno que contribuirá luego a la emulsión de la
masa–.
· Cortar la grasa en trozos pequeños y fundirla en una cacerola.
Agregar las cebollas picadas y cocinar a fuego bajo durante 30
minutos. Agregar las sales, el azúcar, las especias, el orégano y los
dientes de ajo enteros; reservar fuera del fuego.
· Cortar el hígado en pequeños trozos, procurando eliminar los
conductos biliares. Enjuagar en abundante agua helada para
eliminar los restos de sangre y bilis. Picar a máquina con disco de 5
mm de diámetro. Reservar.
· Picar la carne y cuero cocidos también a máquina y con el mismo
grado de molienda; agregarles el jugo de cocción. Reunir esta
preparación con el hígado picado; licuar todo. Agregar poco a poco
la grasa fundida con la sazón hasta lograr una emulsión
homogénea.
· Embutir en las tripas sin ejercer demasiada presión, atar.
· Escalfar en agua a 75ºC por espacio de una hora. Para probar si
están cocidos, pinchar y corroborar que el líquido que emerge sea
grasa y no sangre.
· Enfriar en agua fría, escurrir y reservar refrigerados por un período
máximo de una semana.
Embutido de oreja y pimentón de Cachi
MATERIA PRIMA
4 KG DE OREJAS DE CERDO
70 GRS DE SAL
20 GRS DE PIMIENTA NEGRA MOLIDA
40 GRS DE PIMENTÓN DE CACHI
30 GRS DE AJÍ MOLIDO FINO
1 DIENTE DE AJO
200 CC DE VINAGRE DE VINO TINTO
1 TRIPA CIEGA DE NOVILLO
HILO
Procedimiento
· Hervir en una marmita con agua las orejas durante tres horas o
hasta que estén tiernas.
· Una vez cocidas, colarlas, cortarlas en trozos grandes y sazonarlas
con la sal, el ajo hecho pasta, las especias hidratadas con el
vinagre y 400 cc del agua de cocción. Mezclar.
· Embutir en la tripa; debe quedar bien comprimida. Atar.
· Escalfar a 80ºC durante una hora. Prensar y refrigerar una noche.
LEBERWURST
EMBUTIDO DE OREJA Y PIMENTÓN DE CACHI
Salchichón estilo judío
MATERIA PRIMA
3 KG DE CARNE MAGRA DE NOVILLO; PUEDEN SER
RECORTES, PERO SIN NERVIOS NI APONEUROSIS
1 KG DE GRASA BLANDA DE NOVILLO
700 GRS DE PAPAS HECHAS PURÉ
300 GRS DE PAN VIEJO
1 PUERRO, 2 CEBOLLAS, 1 DIENTE DE AJO Y 1 ZANAHORIA
REHOGADOS EN PARTE DE LA GRASA
110 GRS DE SAL KOSHER
30 GRS DE PIMIENTA BLANCA
30 GRS DE PIMENTÓN DULCE
8 GRS DE SEMILLAS DE ALCARAVEA TOSTADAS Y MOLIDAS
½ MADEJA DE TRIPAS RECTAS DE NOVILLO (50 MM)
Procedimiento
· Cortar la carne en trozos de 4 cm de lado y enfriar a 0ºC. Picar con
máquina de disco de 5 mm. Licuar la carne con la sal y las
especias. Incorporar progresivamente las verduras cocidas y frías,
el pan viejo rallado, el puré de papas y la grasa. Emulsionar
procurando no calentar la masa. Embutir y ahumar en caliente, a
75ºC durante una hora y media. Enfriar y reservar a 2-3ºC durante
dos semanas.
Embutido de osobuco
MATERIA PRIMA
6 KG DE OSOBUCO DE NOVILLO
500 GRS DE SAL GRUESA
14 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SAZÓN Y EL USO DE
LA SAL CURANTE)
6 L DE AGUA
20 GRS DE PIMIENTA NEGRA EN GRANO
5 GRS DE PIMIENTA DE JAMAICA
2 HOJAS DE LAUREL
3 DIENTES DE AJO
1 MANOJO DE PEREJIL
LA RALLADURA DE UNA NARANJA Y UN LIMÓN
30 GRS DE PIMIENTA NEGRA PARTIDA
10 GRS DE CORIANDRO MOLIDO
1 TRIPA CIEGA DE NOVILLO
HILO
Procedimiento
· Disolver las sales, las especias, las hojas de laurel y el ajo en el
agua. Hervir durante cinco minutos. Enfriar a 2ºC. Agregar el
osobuco procurando que quede sumergido en la salmuera.
Reservar a 2-3ºC durante una semana (girar cada dos días).
· Escurrir y hervir en abundante agua durante cuatro horas, o hasta
que la carne se separe del hueso. Escurrir (reservar 500 cc del
caldo de cocción), dejar atemperar y desmenuzar los músculos en
trozos no muy pequeños; eliminar la grasa y los cartílagos. Sazonar
la carne con las especias molidas, el caldo de cocción reservado, la
ralladura de los cítricos y el perejil picado. Embutir en tripa ciega de
novillo. Atar y escalfar en agua a 75ºC durante una hora. Escurrir,
prensar y reservar a 2-3ºC.
Mortadela
MATERIA PRIMA
1 KG DE CARNE MAGRA DE CERDO SIN NERVIOS NI
APONEUROSIS
350 GRS DE GRASA BLANDA DE CERDO
400 GRS DE HIELO MOLIDO
200 GRS DE TOCINO DE CERDO
35 GRS DE SAL FINA
5 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SAZÓN Y EL USO DE
LA SAL CURANTE)
8 GRS DE QUATRE ÉPICES
10 GRS DE PIMIENTA BLANCA MOLIDA
1 GR DE ANÍS ESTRELLADO MOLIDO
8 GRS DE PIMIENTA NEGRA EN GRANO
1 DIENTE DE AJO
40 GRS DE LECHE EN POLVO DESCREMADA
1 VEJIGA DE NOVILLO
HILO
Procedimiento
· Cortar la carne en trozos y enfriarla a 0ºC. Picar a máquina con
disco de 5 mm o más pequeño. Reservar en frío. Proceder de igual
forma con la grasa.
· Enfriar el tocino a 0ºC y cortar con tocinera (5mm de lado); cocinar
durante dos minutos en agua hirviendo; escurrir y enfriar en agua
helada. Reservar.
· Licuar la carne picada con el hielo molido, las sales, las especias
(salvo la pimienta en grano) y el ajo hecho pasta. Agregar la grasa
picada de a poco y continuar licuando y emulsionando la pasta.
Incorporar la leche en polvo y licuar un minuto más. La masa no
debe superar los 12ºC. Recomiendo trabajar con el instrumental
siempre frío.
· Agregar el tocino y la pimienta en grano, y embutir en la vejiga
hidratada y desodorizada. Atar y bridar.
· Escalfar durante dos horas a 75ºC. Enfriar en agua fría y
estacionar unos días a 10-12ºC para acentuar su sabor.
Codeguín
MATERIA PRIMA
1,8 KG DE CUERO DE CERDO
2 KG DE RECORTES DE CERDO
1,2 KG DE GRASA FRESCA DE CERDO
80 GRS DE SAL
10 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SAZÓN Y EL USO DE
LA SAL CURANTE)
30 GRS DE AZÚCAR
30 GRS DE QUATRE ÉPICES
200 CC DE VINO TINTO
1 DIENTE DE AJO
1 HOJA DE LAUREL
6 UNIDADES DE TRIPAS CULARES DE CERDO
HILO
Procedimiento
· Hervir el cuero en abundante agua con la hoja de laurel por una
hora y media. Escurrir y picar con máquina con disco de 8 mm de
diámetro. Reservar junto con 100 cc del agua de cocción.
· Picar los recortes y grasa de cerdo con el mismo disco. Mezclar
con el cuero picado y el agua de cocción. Sazonar con las sales, el
azúcar, las especias, el vino y los ajos hechos pasta. Amasar hasta
formar una pasta uniforme. Embutir en las tripas y atar. Reservar
colgado en la heladera por tres días. Escalfar en agua a 75ºC por
espacio de una hora y media. Enfriar.
· Una vez frío, cortar el codeguín en láminas anchas y dorar en una
sartén –o a la parrilla– para luego acompañarlo con grelos o
brócolis salteados con ajo y huevos de codorniz fritos en aceite de
oliva.
MORTADELA
CODEGUÍN
Embutidos madurados
SAZÓN
La cantidad de sal debe ser precisa, entre 22 y 24 gramos por kilo
de masa. Para calcular la proporción de sal de cura (sobre la que
nos extendimos en el capítulo “Sazón”) habrá que guiarse por la
dosis que sugiere cada fabricante.
Se utiliza mucho la pimienta blanca molida y la pimienta negra
entera en grano. No se utilizan hierbas frescas; en realidad, todo
debe ser seco para no comprometer la fermentación. Se utiliza vino
en lugar de vinagre (a diferencia de lo que se hace para los
embutidos frescos), y la manera de incorporar ajo es macerar el vino
con el ajo, para luego agregar solo el vino.
Las especias muchas veces traen bacterias, de modo que hay
que ser cuidadoso. Además, no me parece relevante especiar
mucho estos embutidos: el secreto del sabor está dado por la
complejidad de la fermentación, por la degradación de los
componentes; no depende tanto de las especias.
Es muy importante entender esta lógica: todo componente
incorporado, resulta sensorialmente diferente luego de ser
fermentado y madurado.
EL CULTIVO INICIADOR
Hasta hace no mucho tiempo, no se ponía a fermentar el embutido y
se confiaba en que la sal “curaría” la carne, es decir, el proceso se
hacía con una cuota alta de imprevisibilidad. Hoy se recomienda el
agregado de bacterias acido-lácticas, más allá de las que la carne
pueda tener. En primer lugar, para garantizar que no se desperdicie
una producción entera de embutidos, en el caso de que las
bacterias de la putrefacción se adueñen de la masa. Pero también
hay que considerar que los ambientes en los que trabajamos están
cada vez más asépticos y es probable que la cantidad de bacterias
lácticas no sea suficiente. Como ejemplo de lo que digo, tengo en mi
biblioteca un manual de embutidos publicado hace más de veinte
años en el que se advierte que ya entonces el uso de agroquímicos
en zonas ganaderas interfería en la población de bacterias
benéficas.
Hay varios tipos de cultivos iniciadores, la industria los vende en
polvo o en una solución líquida congelada. En el capítulo
“Proveedores”, cito dónde adquirirlos. La dosis depende de cada
productor y se suelen disolver en agua mineral o destilada: el cloro
del agua corriente perjudica el proceso. Estos cultivos no se pueden
reproducir en casa, como si fueran las bacterias del yogur o el kéfir,
hay que volver a comprarlos.
LAS TRIPAS
Se embute en tripas que posean resistencia a la elevada presión del
embutido y permitan una deshidratación lenta. En la Argentina se
utiliza mucho el intestino delgado del novillo, con el que se hace el
salamín o el chorizo seco. También el recto del cerdo, ese tramo que
se usa para hacer leberwurst, de gran resistencia y maduración
lenta. O se puede embutir en tripa ciega del novillo para hacer los
salames estilo Milán o de Cantimpalo.
Para los salames tradicionales de campo, la tripa gruesa de
novillo, el colon.
AMASADO Y EMBUTIDO
El amasado y el tumbling son similares a lo que expliqué con
respecto a los embutidos frescos, la masa debe quedar bien
amasada, compacta, sin aire. Pero el embutido es más preciso: es
necesario darle mucha presión, justo un poco antes de que se
rompa la tripa; verificar que no quede aire en el interior. Luego se
ata y se pincha para que drene toda la humedad. En algunos casos
también se bridan para generar aún más presión, sobre todo en los
embutidos de calibre ancho.
FERMENTACIÓN Y MADURACIÓN
Son dos procesos distintos, que antes se consideraban uno solo: la
fermentación es el proceso de estabilización del producto; en la
maduración se produce el deshidratado y la degradación de los
componentes; las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono, se
transforman en compuestos aromáticos diferentes y complejos.
La fermentación dura entre dos y cuatro días. Para que las
bacterias benéficas se desarrollen hay que generar las condiciones
óptimas: darles alimento, humedad y temperatura.
El alimento lo extraen del glucógeno de la carne, aunque –para
garantizar el éxito del proceso– se suele agregar algún tipo de
hidrato de carbono. Se puede usar azúcar común aunque a veces
trae otros problemas, de modo que yo recomiendo usar dextrosa, un
azúcar simple, al que las bacterias acceden rápidamente y no
endulza tanto como la sacarosa. En cuanto a la cantidad, si pongo
22 gramos de sal, agrego 7 gramos de dextrosa. Este producto se
compra en cualquier casa de pastelería o comercio afín a los
embutidos.
La humedad en este momento no tiene que ser menor al 80-85%
y la circulación de aire debe ser cercana a cero; definitivamente no
debe haber corrientes de aire en el proceso de fermentación, porque
podrían bajar la humedad y resecar la superficie de las tripas.
La temperatura debe ser de 25 a 28ºC –que es la del desarrollo
de las bacterias acido-lácticas– durante los primeros tres días. Eso
genera que las bacterias produzcan ácido láctico y el pH de la masa
disminuya. La resistencia al corte –trabazón– y los procesos
aromáticos se desatan en este momento y continúan en la fase de
maduración. Cuando uno comienza a hacer un embutido, la masa
ronda los 5,7 a 6 grados de pH. Al cabo de dos o tres días de
fermentación baja hasta 4,8 o 5 grados, que es un nivel en que las
bacterias de la descomposición ya no se desarrollan.
A medida que uno va ganando confianza en este proceso, va
investigando y probando: si se le sube la cantidad de azúcar, la
acidez se genera rápidamente pero la complejidad aromática es
menor. También se pueden asumir más riesgos para lograr una
complejidad aromática mayor. Una acidificación rápida garantiza el
pH para la conservación, pero atenta contra el desarrollo del sabor.
Se trata de encontrar un equilibrio.
La maduración, el último paso, se hace a una temperatura y
humedad más baja, (entre 12 y 14ºC y 70%).
Puede ser natural o forzada, básicamente depende del lugar en el
que se vaya a hacer. Para que sea natural se necesita, en principio,
que el espacio de maduración tenga la temperatura y la humedad
deseadas. Pero además, tiene que existir una flora nativa que no
genere toxinas. Si no se dan esas condiciones, hay que generarlas
artificialmente.
En Colonia Caroya, Mercedes y Tandil, tres lugares de embutidos
famosos en nuestro país, se encontró una flora local inocua que da
un color y un perfil al embutido muy particular. Me encantaría tener
esa flora acá en la Ciudad de Buenos Aires, pero el entorno
determina otra cosa.
El emplume, como suele llamarse, es eso blanco grisáceo que
recubre el embutido y que algunos creen que es fécula de maíz o
harina. En la mayoría de los casos son hongos que no generan
toxinas y responden al género de los Penicillium. Estos hongos
poseen una virtud no menor: la de proteger al embutido de las
oscilaciones de humedad en el ambiente, actúan como un regulador
natural.
En las paredes y en el aire de todas las cavas hay hongos. Lo
mismo sucede con los quesos en el mundo. En cada lugar de
producción hay un tipo de hongo predominante.
Inicialmente probé madurar en la cava de embutidos de la parrilla
de Don Julio sin sembrar hongos, para saber qué flora se
desarrollaba naturalmente y apareció una que le llaman pelo de
gato, que genera toxinas y es muy común en la ciudad. De modo
que tuve que inocular cultivos de hongos inocuos para que no se
desarrollen los patógenos. Estos hongos benéficos son similares a
los que recubren al queso Camembert y se venden en una solución
líquida congelada, para disolverla en agua y aplicarla externamente.
Yo lo pulverizo directamente sobre el embutido al momento de
comenzar la fase de estabilización, y también en el lugar donde lo
voy a madurar. Naturalmente las esporas van quedando en el
ambiente.
El tiempo que demanda la maduración depende del calibre de la
tripa elegida. Cuanto más ancha, más tiempo. Un embutido de tripa
delgada del novillo puede estar listo al mes. Un embutido hecho en
intestino ciego del novillo puede tardar hasta cinco meses. El tiempo
es todo, la espera paciente y planificada determina la calidad.
También depende del gusto, a mí me gustan bien madurados, para
ser cortados en láminas muy finas.
Recetas
Embutidos Madurados
Chorizo seco
MATERIA PRIMA
4,5 KG DE CARNE DE CERDO MAGRA; PUEDEN SER
RECORTES, PERO SIN NERVIOS
2,5 KG DE CARNE DE NOVILLO MAGRA; PUEDEN SER
RECORTES, PERO SIN NERVIOS
3 KG DE TOCINO
220 GRS DE SAL KOSHER
20 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SOBRE SAZÓN Y EL
USO DE LA SAL CURANTE)
30 GRS PIMIENTA BLANCA MOLIDA
10 GRS DE PIMENTÓN DE CACHI
25 GRS DE ORÉGANO SECO
45 GRS DE AJÍ MOLIDO
4 GRS DE NUEZ MOSCADA MOLIDA FINA
8 GRS DE CORIANDRO MOLIDO FINO
400 CC DE VINO BLANCO INFUSIONADO CON AJO
½ MADEJA DE TRIPA DELGADA DE NOVILLO, CALIBRE 40-42
MM
HILO
GRASA DE CERDO FUNDIDA O CERA DE ABEJAS
Procedimiento
· Limpiar las carnes, descartando la aponeurosis. Cortar las carnes y
el tocino en cubos medianos y enfriar a 0-2ºC. Picar a máquina con
disco de 12 mm de diámetro.
· Mezclar las carnes y la grasa, agregar las sales, las especias y el
vino filtrado.
· Amasar vigorosamente, aplicar la técnica de tumbling y formar
bolas muy compactas.
· Embutir con presión y atar. Perforar con punzón en varios sectores
para permitir el drenado.
· Colgar los embutidos en el galpón o ambiente acondicionado a 24-
26ºC, mantener los pisos muy húmedos; es fundamental que no
haya corrientes de aire durante estos primeros tres días. A partir del
cuarto día, abrir las ventanas y refrescar el ambiente a 12-14ºC,
con 70% de humedad, por espacio de un mes, o hasta que el
embutido haya mermado en un 35-40%.
· Una vez madurado y deshidratado hasta el punto buscado, cubrirlo
con grasa de cerdo o cera de abejas fundida; conservar en un lugar
fresco y seco.
Cantimpalo
MATERIA PRIMA
7,7 KG DE CARNE MAGRA DE CERDO
2,3 KG DE TOCINO
220 GRS DE SAL KOSHER
20 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SOBRE SAZÓN Y EL
USO DE LA SAL CURANTE)
60 GRS DE DEXTROSA
40 GRS DE PIMIENTA BLANCA MOLIDA
40 GRS DE AJÍ MOLIDO, REMOLIDO FINO
140 GRS DE PIMENTÓN DE CACHI
5 GRS CULTIVO INICIADOR LÍQUIDO
150 CC DE AGUA FILTRADA O MINERAL
400 CC DE VINO BLANCO INFUSIONADO CON BASTANTE AJO
2 A 3 UNIDADES DE TRIPA CIEGA DE NOVILLO
HILO GRUESO
CULTIVO DE EMPLUME; AGUA FILTRADA O MINERAL PARA
DISOLVER
Procedimiento
· Limpiar la carne de cerdo, descartando nervios y aponeurosis.
Cortar el tocino y la carne en cubos medianos y enfriar a 0-2ºC.
Picar a máquina con disco de 12 mm de diámetro.
· Disolver el cultivo iniciador en el agua e incorporar a la mezcla de
carne y tocino; mezclar.
· Agregar las sales, la pimienta, la dextrosa y el pimentón y ají
molido hidratados con el vino filtrado.
· Amasar vigorosamente, aplicar la técnica de tumbling y formar
bolas muy compactas.
· Embutir con presión, atar y bridar o usar red. Perforar con punzón
en varios sectores para permitir el drenado.
· Aplicar cultivo de emplume, pulverizándolo sobre los embutidos y
en el cuarto de estufado.
· Estufar: primer día a 24ºC, segundo día a 26ºC, tercer día a 28ºC,
cuarto día a 18ºC; siempre con 85% de humedad. A partir del
quinto día, madurar a 12-14ºC, con 70% de humedad, por espacio
de cinco meses, o hasta que el embutido haya mermado en un
40%.
· Servir cortado en láminas muy finas.
Longaniza estilo calabrés
MATERIA PRIMA
5 KG DE CARNE MAGRA DE CERDO, PREFERENTEMENTE DEL
PERNIL
3 KG DE CARNE MAGRA DE NOVILLO, NALGA U OTRO CORTE
DEL CUARTO TRASERO
2 KG DE TOCINO
230 GRS DE SAL KOSHER
20 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SOBRE SAZÓN Y EL
USO DE LA SAL CURANTE)
70 GRS DE DEXTROSA
40 GRS DE PIMIENTA NEGRA MOLIDA GRUESA
35 GRS DE AJÍ CALABRÉS PICANTE MOLIDO FINO
15 GRS DE POLEN DE HINOJO
5 GRS CULTIVO INICIADOR LÍQUIDO
100 CC DE AGUA FILTRADA O MINERAL
350 CC DE VINO BLANCO INFUSIONADO CON AJO
½ MADEJA DE TRIPA DELGADA DE NOVILLO (INTESTINO
DELGADO), CALIBRE 40-42 MM
HILO
CULTIVO DE EMPLUME; AGUA FILTRADA O MINERAL PARA
DISOLVER
Procedimiento
· Limpiar las carnes, descartando nervios y aponeurosis. Cortar el
tocino y las carnes en cubos medianos; enfriar a 0-2ºC. Picar a
máquina con disco de 12 mm de diámetro, intercalando en la
picadora las carnes y el tocino.
· Disolver el cultivo iniciador en el agua e incorporarlo a la mezcla de
carnes y tocino; mezclar.
· Agregar las sales, la pimienta, el ají calabrés, el polen de hinojo, la
dextrosa y el vino filtrado.
· Amasar vigorosamente, aplicar la técnica de tumbling y formar
bolas muy compactas.
· Cortar la tripa en tramos de 30 cm de largo. Embutir con presión y
atar. Perforar con punzón en varios sectores para permitir el
drenado.
· Aplicar cultivo de emplume, pulverizándolo sobre los embutidos y
en el cuarto de estufado.
· Estufar: primer día a 24ºC, segundo día a 26ºC, tercer día a 28ºC,
cuarto día a 18ºC; siempre con 85% de humedad. A partir del
quinto día, madurar a 12-14ºC, con 70% de humedad, por espacio
de un mes y medio, o hasta que el embutido haya mermado en un
40/45%.
· Servir cortado en láminas finas.
Finocchiona
MATERIA PRIMA
5 kG DE CARNE MAGRA DE CERDO, 7,6 KG DE CARNE MAGRA
DE CERDO, PREFERENTEMENTE DEL PERNIL
2,4 KG DE TOCINO
230 GRS DE SAL KOSHER
20 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SOBRE SAZÓN Y EL
USO DE LA SAL CURANTE)
70 GRS DE DEXTROSA
60 GRS DE PIMIENTA BLANCA MOLIDA
30 GRS DE SEMILLAS DE FINOCCHIETTO
5 GRS CULTIVO INICIADOR LÍQUIDO
100 CC DE AGUA FILTRADA O MINERAL
350 CC DE VINO TINTO INFUSIONADO CON AJO
2 A 3 UNIDADES DE TRIPA CIEGA DE NOVILLO
HILO GRUESO
CULTIVO DE EMPLUME; AGUA FILTRADA O MINERAL PARA
DISOLVER
Procedimiento
· Limpiar la carne de cerdo, descartando nervios y aponeurosis.
Cortar la carne y el tocino en cubos medianos; enfriar a 0-2º C.
Picar a máquina con disco de 14 mm de diámetro.
· Disolver el cultivo iniciador en el agua e incorporar a la mezcla de
carne y tocino; mezclar.
· Agregar las sales, la pimienta, las semillas de hinojo silvestre, la
dextrosa y el vino filtrado.
· Amasar vigorosamente, aplicar la técnica de tumbling y formar
bolas muy compactas.
· Embutir con presión, atar y bridar. Perforar con punzón en varios
sectores para permitir el drenado.
· Aplicar cultivo de emplume, pulverizándolo sobre los embutidos y
en el cuarto de estufado.
· Estufar: primer día a 24ºC, segundo día a 26ºC, tercer día a 28ºC,
cuarto día a 18ºC; siempre con 85% de humedad. A partir del
quinto día, madurar a 12-14ºC, con 70% de humedad, por espacio
de cinco meses, o hasta que el embutido haya mermado en un
40%.
· Servir cortado en láminas muy finas.
Chorizo ibérico
MATERIA PRIMA
7,7 KG DE CARNE MAGRA DE CORDERO PATAGÓNICO,
PREFERENTEMENTE DEL GIGOT (PATA TRASERA)
2,3 KG DE TOCINO
220 GRS DE SAL KOSHER
20 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SOBRE SAZÓN Y EL
USO DE LA SAL CURANTE)
70 GRS DE DEXTROSA
40 GRS DE PIMIENTA BLANCA MOLIDA
40 GRS DE PIMIENTA NEGRA PARTIDA GRUESA
5 GRS CULTIVO INICIADOR LÍQUIDO
100 CC DE AGUA FILTRADA O MINERAL
350 CC DE VINO BLANCO INFUSIONADO CON AJO
1 MADEJA DE TRIPA RECTA DE NOVILLO (INTESTINO GRUESO)
CALIBRE MEDIO, 45/50 MM
HILO
CULTIVO DE EMPLUME; AGUA FILTRADA O MINERAL PARA
DISOLVER
Procedimiento
· Limpiar la carne de cordero, descartando nervios y aponeurosis.
Cortar en cubos medianos y enfriar a 0-2ºC. Picar a máquina con
disco de 14 mm de diámetro. Enfriar el tocino a 0ºC y cortar con
tocinera en cubos de 5 mm de lado.
· Disolver el cultivo iniciador en el agua e incorporar a la mezcla de
carne y tocino; mezclar.
· Agregar las sales, las pimientas, la dextrosa y el vino filtrado.
· Amasar vigorosamente, aplicar la técnica de tumbling y formar
bolas muy compactas.
· Embutir con presión, atar y bridar. Perforar con punzón en varios
sectores para permitir el drenado.
· Aplicar cultivo de emplume, pulverizándolo sobre los embutidos y
en el cuarto de estufado.
· Estufar: primer día a 24ºC, segundo día a 26ºC, tercer día a 28ºC,
cuarto día a 18ºC; siempre con 85% de humedad. A partir del
quinto día, madurar a 12-14ºC, con 70% de humedad, por espacio
de un mes y medio, o hasta que el embutido haya mermado en un
40/45%.
· Servir cortado en láminas finas.
Salame de potro
MATERIA PRIMA
7,5 KG DE CARNE MAGRA DE POTRO
2,5 KG DE TOCINO
230 GRS DE SAL KOSHER
20 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SAZÓN Y EL USO DE
LA SAL CURANTE)
70 GRS DE DEXTROSA
50 GRS DE PIMIENTA BLANCA MOLIDA
30 GRS DE PIMIENTA NEGRA EN GRANO
5 GRS CULTIVO INICIADOR LÍQUIDO
100 CC DE AGUA FILTRADA O MINERAL
350 CC DE VINO BLANCO INFUSIONADO CON AJO
12-14 UNIDADES DE TRIPA CULAR DE CERDO
HILO Y RED
CULTIVO DE EMPLUME; AGUA FILTRADA O MINERAL PARA
DISOLVER
Procedimiento
· Limpiar la carne de potro, descartando nervios y aponeurosis.
Cortar en cubos medianos y enfriar a 0-2ºC. Picar a máquina con
disco de 14 mm de diámetro. Enfriar el tocino a 0ºC y cortar con
tocinera en cubos de 5 mm de lado.
· Disolver el cultivo iniciador en el agua e incorporarlo a la mezcla de
carne y tocino; mezclar.
· Agregar las sales, las pimientas, la dextrosa y el vino filtrado.
· Amasar vigorosamente, aplicar la técnica de tumbling y formar
bolas muy compactas.
· Embutir con presión, atar y bridar o usar red. Perforar con punzón
en varios sectores para permitir el drenado.
· Aplicar cultivo de emplume, pulverizándolo sobre los embutidos y
en el cuarto de estufado.
· Estufar: primer día a 24ºC, segundo día a 26ºC, tercer día a 28ºC,
cuarto día a 18ºC; siempre con 85% de humedad. A partir del
quinto día, madurar a 12-14ºC, con 70% de humedad, por espacio
de dos meses y medio, o hasta que el embutido haya mermado en
un 40%.
· Servir cortado en láminas muy finas.
Salame de novillo
MATERIA PRIMA
7,5 KG DE NALGA DE NOVILLO U OTRO CORTE MAGRO Y SIN
NERVIOS
2,5 KG DE TOCINO
240 GRS DE SAL KOSHER
20 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SOBRE SAZÓN Y EL
USO DE LA SAL CURANTE)
70 GRS DE DEXTROSA
40 GRS DE PIMIENTA BLANCA MOLIDA
35 GRS DE PIMIENTA NEGRA MOLIDA GRUESA
15 GRS DE PIMIENTA DE JAMAICA MOLIDA FINA
5 GRS CULTIVO INICIADOR LÍQUIDO
100 CC DE AGUA FILTRADA O MINERAL
350 CC DE VINO TINTO INFUSIONADO CON AJO
2 A 3 UNIDADES DE TRIPA CIEGA DE NOVILLO
HILO GRUESO
CULTIVO DE EMPLUME; AGUA FILTRADA O MINERAL PARA
DISOLVER
Procedimiento
· Limpiar la carne, descartando nervios y aponeurosis. Cortarla en
cubos medianos y enfriar a 0-2º C. Picar a máquina con disco de 14
mm de diámetro. Enfriar el tocino a 0ºC y cortar con tocinera en
cubos de 5 mm de lado.
· Disolver el cultivo iniciador en el agua e incorporar a la mezcla de
carne y tocino; mezclar.
· Agregar las sales, las pimientas, la dextrosa y el vino filtrado.
· Amasar vigorosamente, aplicar la técnica de tumbling y formar
bolas muy compactas.
· Embutir con presión, atar y bridar o usar red. Perforar con
punzones en varios sectores para permitir el drenado.
· Aplicar cultivo de emplume, pulverizándolo sobre los embutidos y
en el cuarto de estufado.
· Estufar: primer día a 24ºC, segundo día a 26ºC, tercer día a 28ºC,
cuarto día a 18ºC; siempre con 85% de humedad. A partir del
quinto día, madurar a 12-14ºC, con 70% de humedad, por espacio
de cinco meses, o hasta que el embutido haya mermado en un
40%.
· Servir cortado en láminas muy finas.
Chorizo cular
MATERIA PRIMA
7,5 KG DE CARNE MAGRA DE CERDO, PREFERENTEMENTE
DEL PERNIL
2,5 KG DE TOCINO
220 GRS DE SAL KOSHER
20 GRS DE SAL DE CURA (VER CAPÍTULO SOBRE SAZÓN Y EL
USO DE LA SAL CURANTE)
60 GRS DE DEXTROSA
40 GRS PIMIENTA BLANCA MOLIDA
150 GRS DE PIMENTÓN DE LA VERA DULCE
5 GRS CULTIVO INICIADOR LÍQUIDO
150 CC DE AGUA FILTRADA O MINERAL
400 CC DE VINO BLANCO INFUSIONADO CON BASTANTE AJO
12-14 UNIDADES DE TRIPA CULAR DE CERDO
HILO Y RED
CULTIVO DE EMPLUME; AGUA FILTRADA O MINERAL PARA
DISOLVER
Procedimiento
· Limpiar la carne, descartando nervios y aponeurosis. Cortar la
carne y el tocino cubos medianos y enfriar a 0-2º C. Picar a
máquina con disco de 18 mm de diámetro.
· Disolver el cultivo iniciador en el agua e incorporar a la mezcla de
carne y tocino; mezclar.
· Agregar las sales, la pimienta, la dextrosa y el pimentón hidratado
con el vino filtrado.
· Amasar vigorosamente, aplicar la técnica de tumbling y formar
bolas muy compactas.
· Embutir con presión, atar y bridar o usar red. Perforar con punzón
en varios sectores para permitir el drenado.
· Aplicar cultivo de emplume, pulverizándolo sobre los embutidos y
en el cuarto de estufado.
· Estufar: primer día a 24ºC, segundo día a 26ºC, tercer día a 28ºC,
cuarto día a 18ºC; siempre con 85% de humedad. A partir del
quinto día, madurar a 12-14ºC, con 70% de humedad, por espacio
de dos a tres meses o hasta que el embutido haya mermado en un
40/45%.
· Servir cortado en láminas finas.
Salame chacarero
Procedimiento
· Limpiar la carne de cerdo, descartando nervios y aponeurosis.
Cortar en cubos medianos y enfriar a 0-2ºC. Picar a máquina con
disco de 18 mm de diámetro. Enfriar el tocino a 0ºC y cortar con
tocinera en cubos de 5mm de lado.
· Mezclar las carnes y agregar las sales, las pimientas, la dextrosa y
el vino filtrado.
· Amasar vigorosamente, aplicar la técnica de tumbling y formar
bolas muy compactas.
· Embutir con presión, atar y bridar. Perforar con punzones en varios
sectores para permitir el drenado.
· Aplicar cultivo de emplume, pulverizándolo sobre los embutidos y
en el galpón o pieza de maduración.
· Colgar los embutidos en el ambiente acondicionado a 22-25ºC y
85% de humedad ambiente; es fundamental que no haya corrientes
de aire durante estos primeros tres días. A partir del cuarto día,
abrir las ventanas y refrescar el ambiente a 12ºC, con 70% de
humedad, por espacio de un mes y medio, o hasta que el embutido
haya mermado en un 40/45%.
· Servir cortado en láminas finas.
Recetas base · masalas
Procedimiento
· Tostar las especias levemente en un horno a 160ºC. Moler en
mortero o molinillo de café; tamizar y reservar un recipiente
hermético. El macís puede reemplazarse por nuez moscada y la
pimienta de Jamaica por clavo de olor –así es la receta tradicional–.
· Para hacer morcillas tradicionales, le agrego 10 grs de semillas de
comino; para hacer leverwurst le agrego 8 grs de semillas de
alcaravea.
Procedimiento
· Tostar las especias levemente en un horno a 160ºC. Moler en
mortero o molinillo de café; tamizar y reservar un recipiente
hermético.
Procedimiento
· Tostar levemente las semillas de comino en un horno a 160ºC.
Moler en mortero junto con la pimienta y el aguaribay. Incorporar el
ají molido y el pimentón. Mezclar bien y guardar en un recipiente
hermético.
Procedimiento
· Tostar por unos segundos en una sartén la canela, coriandro, clavo
de olor y pimienta; agregar las semillas más chicas: el comino,
hinojo, cardamomo verde y negro, y anís. Tostar unos segundos
para su aroma se exprese. Procurar que no se quemen. Moler en
mortero (debe quedar un polvo muy fino). Agregar el jengibre
molido, los pétalos de rosa partidos con las manos, la nuez
moscada rallada y la cayena. Mezclar y guardar en un frasco
hermético.
· Con el tiempo pierde aroma. Sugiero prepararlo cada 3 meses.
Hay muchas versiones de ras el hanout. En marroquí significa “la
cabeza de la tienda” o “lo mejor del mercado” y cada familia o
vendedor de especias lo hace de manera diferente.
Recetas base · salsas, pickles y
conservas
Chimichurri
MATERIA PRIMA.
50 GRS DE AJÍ MOLIDO DE CACHI
25 GRS DE ORÉGANO SECO
5 GRS DE PIMIENTA NEGRA MOLIDA
1 DIENTE DE AJO
20 GRS DE SAL
500 CC DE VINAGRE DE VINO TINTO
100 CC DE AGUA
600 CC DE ACEITE DE GIRASOL
Procedimiento
· Hidratar el ají molido y el orégano con el agua y el vinagre.
Incorporar el resto de los ingredientes y el ajo hecho pasta
(personalmente no me gusta picado grueso). Mezclar y guardar en
la heladera.
Existen muchas variantes de chimichurri. Cada asador tiene su
criterio y todos son válidos. A base hierbas, frescas o secas,
especias, ajíes más o menos picantes, ajo, y siempre vinagres y
aceites. En algunas ocasiones endulzados levemente.
Para qué lo voy a utilizar, en qué momento del año y en qué lugar,
va a determinar el perfil y criterio para elaborarlo.
Limón a la sal
MATERIA PRIMA
1 KG LIMONES ORGÁNICOS
1 KG DE SAL PARRILLERA
Procedimiento
· Lavar los limones y cortarlos en cuartos. Ponerlos en un bowl y
frotarlos con la sal. Disponerlos en un frasco de vidrio junto con la
sal y el jugo que hayan perdido. Cubrir con agua fría y guardar en la
heladera o en un ambiente fresco (no más de 15ºC). Reservar por 4
meses, como mínimo, y hasta 1 año.
Es relevante que los limones no hayan sido tratados con
agroquímicos
Suelo hacer esta preparación en invierno, en temporada de limones.
Luego utilizo durante todo el año la piel cortada en juliana y
previamente lavada.
Procedimiento
· Hervir el vinagre con el agua, la sal y el azúcar durante 5 minutos.
Enfriar. Colocar en un frasco los ajíes previamente lavados y
cubrirlos con la mezcla dulce de vinagre. Conservar en un ambiente
fresco y consumir recién a los 15 días de elaborado.
—
Ketchup de tomate de árbol por Mariano Ramón
Esta preparación no la hago con una receta y cantidades
específicas. Lo bueno del tomate de árbol es que ya de por sí está
cargado de ese gusto a ketchup tradicional, puro umami.
Generalmente uso variedades de cultivo, de Tucumán, a principios
del verano. En otoño se dan silvestres en la yunga jujeña; estos son
mucho más inetnsos en sabor, diría 3 a 1.
Para hacer el ketchup, los pelamos, como si tratase de un tomate
normal en agua hirviendo o con pelapapas. Luego los licuo enteros;
después los cocino en una olla, con un poco de azúcar blanca y
vinagre de manzanas, diría un 5% de cada una en el volumen total.
Luego de media hora de coción, paso la mezcla por un tamiz y lo
reservo en la heladera. La misma fruta da la consistencia.
Lo uso con: cerdo, pescados, y ahora para un plato de labneh de
coco y chiles.
El primer ketchup que hicimos en Gran Dabbang fue de tunas,
usando una receta más tradicional, con mostaza en polvo, ajo,
cebolla, vinagre y azúcar, pero después de usar mucha tuna en
distintas preparaciones, pienso que la tuna fresca con unas gotas de
lima es como mejor se expresa.
Hicimos un intento también con caqui maduro; el sabor y textura en
crudo es muy buena, pero cocido cambia mucho. Sería lindo probar
con platano maduro.
Procedimiento
· Hacer una salmuera con el agua y la sal. Dejar enfriar. Ponerla en
un recipiente no metálico, de cerámica preferentemente. Agregar el
hakusai cortado groseramente, el nabo y la zanahoria en láminas.
Dejar sumergido todo en la salmuera y con peso por espacio de 12
horas.
· Procesar el ajo con los chiles y el jengibre.
· Escurrir las verduras de la salmuera y mezclar con la cebolla, el
puerro y el verdeo cortado fino, y la pasta de ajo, chiles y jengibre.
Volver a poner toda la mezcla de vegetales en el recipiente
cerámico o frasco de vidrio –con peso– y fermentar a temperatura
habiente durante 3 semanas. Luego conservar refrigerado.
Me encanta esta receta que hacen en Narda Comedor. La
recomiendo combinar con embutidos de cerdo frescos y asados a la
parrilla.
Procedimiento
· Lavar los tomates y cortarlos en cubos pequeños. Ponerlos en una
cacerola junto con el azúcar, el vinagre y las especias. Cocinar a
fuego mínimo por 40 minutos con la cacerola tapada. Retirar la
canela, incorporar los ajíes cortados al medio y los dientes de ajo
pelados. Licuar, tamizar y guardar en un frasco. Conservar en la
heladera, máximo 15 días.
Suelo utilizar esta salsa para acompañar embutidos frescos de
cerdo o cordero asados a la parrilla.
Procedimiento
· Hervir el vinagre junto con el azúcar y las semillas durante 5
minutos. Dejar enfriar.
· Lavar la verdura elegida y cubrirla con la sal gruesa por espacio de
dos horas. Lavarla nuevamente, descartado el líquido que soltó la
verdura. Cubrir con el vinagre y las semillas. Guardar en un frasco
limpio, en un ambiente fresco y oscuro. Consumir luego de dos
semanas.
En el caso de las remolachas, sugiero cocinarlas enteras durante 40
minutos en agua hirviendo y suprimiendo el paso del salado. Luego
pelarlas, cortarlas y sumergirlas en la solución de vinagre,
adicionando 20 grs de sal.
Proveedores de insumos
CARNES
No es fácil recomendar un productor o frigorífico específico como
proveedor de carnes, existen muchos y muy buenos, sobre todo de
carne vacuna. La mayoría no cuenta con canales de venta a
pequeños consumidores y algunas carnes sólo se consiguen frescas
en su lugar de procedencia. Nuevamente, interpretar el entorno y la
disponibilidad local es a mi entender la mejor opción. Como regla
general, sólo utilizar carnes con certificado bromatológico del
SENASA.
TRIPAS
En el barrio de Mataderos, en Buenos Aires, existen varias triperías.
Yo las compro en la de Adrián García; el teléfono de la tripería es
011 - 4687 - 1386. Otra opción es comprarlas en frigoríficos que
vendan carne de cerdo o que produzcan embutidos, suelen tener.
SAZÓN
Hay muchas empresas y productores de especias, pero la mayoría
no son de calidad. Hace unos años visité un molino en Cerrillos,
Salta, que trabaja con especias de muchísima calidad y frescura.
www.molinocerrillos.com.ar
También hay un molino muy bueno en Florida, Buenos Aires.
www.molinoflorida.com.ar
Cultivos iniciadores, hongos de emplume y sal de cura:
habitualmente los compro en Bernesa, www.bernesa.com que es
una empresa que trabaja estos productos y otros específicos para
elaborar chacinados.
MAQUINARIA
Existen muchos fabricantes de picadoras de carne eléctricas. No
tengo una especial preferencia con respecto a las marcas. A la hora
de elegirlas, todo depende del volumen y frecuencia de picado. Las
manuales se pueden usar, aunque son poco prácticas. En cuanto a
las embutidoras, sugiero las manuales de posición vertical; las
horizontales no son cómodas para hacer embutidos de masas
blandas (leberwurst o morcilla). El tamaño también depende del
volumen y asiduidad con la que uno embute. Las de cinco kilos son
ideales. Por sus materiales y terminación, me gusta la marca
Santini.
Para la mayoría de los embutidos madurados uso tocinera para
cortar el tocino. En la Argentina existe una tocinera manual muy
buena, marca ANDI; se vende con diferentes calibres de corte, yo
prefiero la que corta cubos de 5 mm de lado.
HILOS
Hay en el mercado, y sobre todo en el barrio de Mataderos, varios
locales afines que comercializan hilos, redes e insumos específicos.
Hilo choricero se puede conseguir en cualquier papelera, en las
ferreterías o en los cotillones.
Personalmente me gustan los hilos y redes franceses, hay de varios
colores, calibres y calidades; los compro en esta casa:
www.latoquedor.com
Bibliografía
Elaboración casera de carne y embutidos; Schiffner, Oppel, Lörtzing;
Editorial Acribia, España, 1996.
Elaboración de productos cárnicos; Gaetano, Paltrinieri, Meyer;
Editorial Trilla, México, 1990.
El mundo según Guido
EPÍLOGO POR MARÍA BARRUTIA