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Crisis
históricas del
capitalismo
en el Ecuador
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Juan Emmanuel Pluas Garzon


Resumen
La comprensión de la crisis actual del sistema capitalista mundial es de gran
complejidad analítica. Si bien la economía es parte del trabajo diario de gobernantes y
élites, el estudio y análisis de la economía ecuatoriana solo comenzó hace dos décadas
debido al relativo aislamiento, lentitud y pobreza de Ecuador durante más de medio
siglo. La investigación inicial enfatizó la conexión económica con el mercado
internacional y las ventajas de la economía agrícola. El auge del petróleo en los
primeros cinco años de la década de 1970 no solo marcó cambios en la dinámica
socioeconómica, sino que también cambió el enfoque de la realidad económica.
Introducción
En la actualidad la crisis que se vive por el capitalismo es de carácter sistemático
pero dicha crisis ha atravesado un sin número de cambios a lo largo del tiempo y a lo
largo de la historia. Previo a recorrer por la historia y exponer las principales crisis del
capitalismo es de suma importancia reconocer cuales son las leyes esenciales del
mismo. Como cualquier otro sistema mercantil, los bienes y los servicios que se generan
son por la cantidad de trabajo de la sociedad el cual es un medio para poder producirlos;
por ende dicho sistema se basa en explotar dicho trabajo para la obtención de productos
finales en masa y que su valor sea superior a la consumida para producirla. Todo esto
por parte de la clase social dueña de los medios de producción, así mismo es dueña de la
mano de obra que no tiene dichos medios de productos.
Marco Teórico
Crisis de 1870
Durante tres lustros, de 1860 hasta 1875, la figura de García Moreno dominó la
escena nacional. Al margen del debate desatado alrededor de su compleja personalidad,
es preciso afirmar que las condiciones objetivas del país determinaron el carácter básico
de esta etapa, en la que se consolida el Estado Oligárquico Terrateniente en el Ecuador.
El incremento de las exportaciones de cacao y la vinculación más estrecha del país al
mercado mundial exigían un esfuerzo de modernización y centralización que no podía
llevarse adelante si las oligarquías regionales no llegaban a un acuerdo que, sin abolir
sus contradicciones, estableciera ciertas reglas para el control del poder.
García Moreno fue la expresión de esta alianza entre fracciones de la clase
dominante, orientada a una racionalización de la estructura y una articulación de las
desparramadas regiones en cierto marco de unidad. El programa garciano refleja el
carácter de esa alianza de consolidación estatal. Mediante la renegociación de sistemas
de la recaudación fiscal, se logró centralizar y administrar con mayor eficiencia buena
parte de las rentas públicas.
La primera guerra mundial 1914-1918
Ecuador no participó con combatientes en la Gran Guerra, la Primera Guerra
Mundial, que se libró durante cuatro terribles años en Europa. Sin embargo,
ecuatorianos y ciudadanos de todos los países del planeta nos sentimos estremecidos
ante ese violento enfrentamiento, que ocasionó no solo diez mil muertes promedio por
día, sino que también tuvo al mundo entero desolado, presenciando cómo sucesivas
cargas de infantería, en el frente de las trincheras, acababan en interminables listas de
vidas segadas.
Segunda Guerra mundial
Con la terminación de las guerras de conquista no concluyeron los conflictos. En
la misma década de los treinta se dieron enfrentamientos entre los conquistadores.
Pizarro, nombrado marqués por el Rey de España, disputó con Almagro el control del
Cuzco y de todo el Perú. En 1538 Almagro fue derrotado y ejecutado. Su hijo encabezó
una revuelta, asesinó a Francisco Pizarro (1541) y tomó el poder. Las autoridades
españolas comisionaron a Vaca de Castro para que pacificara la región. El joven
Almagro no quiso someterse a la autoridad del comisionado, que lo venció en Chupas
en 1542. Luego fue ejecutado. Los enfrentamientos entre conquistadores devinieron en
un conflicto más de fondo entre éstos y la Corona, que intentó cortar la autonomía con
que aquellos pretendían manejar las tierras recién conquistadas, siguiendo el ejemplo
del feudalismo europeo.
En este contexto se emitieron las Leyes nuevas que centralizaban el manejo
político y económico de las colonias en manos de la Corona y establecían mecanismos
de protección a los indígenas. Uno de los mentalizadores de esas leyes fue fray
Bartolomé de las Casas, gran defensor de los indios contra los abusos de los
colonizadores. En 1544 se designó como virrey del Perú a Blasco Núñez de Vela para
poner en vigencia las Leyes nuevas. Los colonos o encomenderos resistieron el intento
de quitarles el poder alcanzado y se agruparon alrededor de Gonzalo Pizarro. Los
ejércitos se enfrentaron en 1546 al norte de Quito. El Virrey fue derrotado y ejecutado.
Crisis de 1970
Los militares julianos invocaron en su programa político ciertas ideas socialistas
e inclinaciones hacia los trabajadores, pero su paso por el poder trajo en realidad una
serie de innovaciones que favorecieron a los sectores medios, principalmente a la
burocracia, e impulsaron la modernización estatal. Las reformas fiscales limitaron el
poder de la banca y centralizaron la dirección de la economía. Isidro Ayora, que tomó el
poder en 1926, luego de dos gobiernos plurales, fue el ejecutor de las principales
reformas, entre ellas la creación del Banco Central. Luego de que fuera nombrado
presidente constitucional en 1928, gobernó por casi tres años, hasta que cayó en 1931,
dejando al país debatiéndose en una compleja situación de inestabilidad. La
Constituyente reunida en 1928 realizó importantes reformas legales, entre las que se
cuenta haber establecido el voto de la mujer.
Consenso de Whashington y Neoliberalismo
En un giro apoyado y acogido con satisfacción por Washington, América Latina
se ha ido desplazando hacia la derecha durante el pasado año y tanto. Tres de las
economías más grandes de América del Sur — Brasil, Argentina y Perú — hoy día
ostentan presidentes de derecha con estrechos vínculos con Washington y su política
exterior. Mientras que la narrativa estándar del “Consenso de Washington” obvia
cualquier papel atribuible a Estados Unidos en la región y considera que los gobiernos
de izquierda que fueron electos en Suramérica en las últimas décadas lograron victorias
populistas gracias a un auge de las materias primas, con base en dádivas para los pobres
y un gasto insostenible. Una vez desinflado este auge, según el cuento, las finanzas de
los gobiernos de izquierda y, por lo tanto, sus fortunas políticas, hicieron lo mismo.
Metodología
Para identificar las crisis históricas del capitalismo en Ecuador, se emplearon
métodos y técnicas de investigación que permitieron llegar a obtener resultados. El
enfoque para emplearse en la presente investigación requiere de los dos métodos que
son cualitativo y cuantitativo.
Enfoque cualitativo
Se realiza mediante la recolección de información para el análisis comparativo,
generando así una idea clara y visionaria sobre el tema a investigar a través de
descripciones sobre alguna situación específica basándose en métodos de recolección de
datos no estandarizados ni predeterminados completamente, esta última consiste en
obtener las perspectivas y puntos de vista de los participantes.
Enfoque cuantitativo
Parte de una idea seguida por el establecimiento de objetivos que permitirán
buscar la información necesaria y relevante para construir el marco teórico que sustente
lo que se desea identificar en la investigación. Este enfoque utiliza la recolección de
datos para probar hipótesis, con base en la medición numérica y el análisis estadístico,
con el fin de establecer pautas de comportamiento y probar teorías.
La propuesta metodológica con la cual se dio respuesta a la investigación
planteada es el análisis descriptivo de información documental, siendo esta una
actividad que estimula el pensamiento y permite analizar textos desde su estructura
logrando la reflexión analítica con sentido crítico.
Resultados
Se supera los límites ideológicos que impiden amalgamar teoría y realidad; se
amplían las vertientes investigativas y las temáticas analizadas -industrialización,
mercados de trabajo, sector informal, etc.-; y crece la preocupación por comprender e
interpretar los procesos económicos por sí mismos. Y se llega a los ochenta con un país
mucho más complejo y los estudios económicos dan una creciente importancia a la
crisis financiera y productiva del país. Realizar un recuento sistemático de lo más
significativo que se ha escrito en el ámbito de la investigación económica -lo que se
hizo, lo que falta hacer, lo que se abandonó o descuidó-, revisar críticamente los
fundamentos científicos y empíricos de los estudios no es tarea fácil pero si ineludible
para poder replantearse los caminos a seguir y contar con elementos para trazarse
lineamientos para políticas económicas.
La investigación y el análisis de la economía ecuatoriana es un acontecimiento
de los últimos 20 años. No se pretende con esto afirmar que lo 'económico' no hiciera
parte del quehacer cotidiano de gobernantes y pequeñas élites desde inicios del siglo. Es
en ella que han encontrado su génesis los organismos del Estado que todavía regulan la
actividad económica y la legislación concerniente\ Los estudios realizados en este
ámbito de preocupaciones tenían siempre un objetivo concreto; por ejemplo, el de 1925,
con apoyo de la misión Kenmerer, fue efectuado en función de la creación de la
estructura institucional necesaria para la regulación de la moneda y del sistema fiscal.
La inexistencia de actividad investigativa científica como tal se explica en el
cuadro global de relativo aislamiento, lentitud y pobreza que caracterizaron al país por
más de la mitad del presente siglo. Como lo pone en evidencia Germánico Salgado
(1978), antes de los años 70, las preocupaciones y las acciones tocante a lo económico
estaban enmarcadas en la lentitud del tiempo. Únicamente Guayaquil, por su
vinculación al comercio internacional, mantenía un ritmo más ágil, con momentos
fabriles correspondientes a las épocas de auge de la agro-exportación. Es en esta ciudad
donde se conforma, a la par del incremento de exportaciones del cacao a finales del
siglo pasado, en núcleo económico más poderoso del Ecuador, la oligarquía.
En las provincias serranas el poder económico se va consolidando alrededor de
las haciendas, predominantemente pre-capitalistas en su organización, y del escaso
comercio. Mientras en las otras actividades económicas el quehacer cotidiano se repetía
a ritmo monótono. El sastre reproducía el mismo modelo de traje masculino, cortando
hábilmente el 'corte' de tela traído por el cliente. La modista satisfacía las limitadas
exigencias feJ?eninas con pocos recursos. Eran las burguesías locales quienes
introducían innovaciones y en todas las ciudades pequeñas los acontecimientos sociales
de las élites constituían un evento común. Esto es 'lo que fuimos'. Los análisis
correspondientes a los primeros 60 años del presente siglo han puesto énfasis en la
vinculación del Ecuador al mercado internacional. Se ha investigado con detalle las
épocas cacaotera y bananera,4 pero se ha dejado de lado el estudio de las pequeñas
actividades productivas. Sólo recientemente Juan Maiguashca y Liisa North (1985) han
recuperado brillantemente ese mundo económico interno, donde encontraron ocupación
y se especializaron las capas de población no vinculadas exclusivamente al agro.
Con el petróleo la modernización se cuela selectivamente en el país. El Estado
duplica, triplica, quintuplica sus ingresos;6 el espíritu empresarial se desarrolla en la
actividad industrial, financiera, de construcción. El tiempo sale de su lentitud pasada y
empieza a transcurrir al ritmo de los negocios que florecen. Así, lo moderno, el
progreso, el capital comienzan a diferenciarse más nítidamente de lo tradicional, del
conservadorismo, de la pobreza, sin sobrepasarlos; y aparece la compleja convivencia
que se ha llamado heterogeneidad estructural. Y mientras en Quito y Guayaquil surgen
edificios, servicios, moda, tráfico ... en algunos pueblos pequeños y en el campo el
anochecer llega todavía prematuramente como lo dice Simón Pachano (1986); apenas
baja el sol, las puertas se cierran y el silencio se apropia de lugares sin luz eléctrica, sin
comunicaciones, donde la inquietud por resolver es la de la próxima emigración.
Por otro lado, la competencia impulsa la acumulación de capital y con ello el
aumento de la masa de bienes y servicios producida, la cual debe ser consumida para
que se concreten las ganancias y la valorización del capital invertido, pero como al
mismo tiempo hay tendencia a emplear cada vez menos masa de fuerza de trabajo, con
relación al capital invertido en medios de producción, la capacidad de consumo de la
masa de asalariados crece menos que la oferta de bienes y servicios, con lo cual hay
“tendencia al exceso de producción para la capacidad solvente del mercado”.
Estas tendencias en el capitalismo han provocado históricamente una recurrencia
a la crisis de sobreproducción para la demanda real y a que la parte menos competitiva
del capital invertido no consiga la tasa de ganancia mínima necesaria para seguir
funcionando, por lo que aparece como invertido en exceso, que no se valoriza, en lo que
se denomina “tendencia a la desvalorización del capital”.
Las dificultades registradas durante el siglo X\'III, producidas especialmente por la
ruina de la economía obrajera y por la contracción de la actividad minera que sostenía la
exportación de metales preciosos, incidieron en la estructura del poder colonial. A esto
se sumaron las reformas borbónicas, que provocaron una serie de reacciones
econórnicos y políticas, algunas de ellas violentas: el establecirniento de tributos, por
ejemplo el estanco de aguardiente, ocasionó la "rebelión de los barrios en Quito, en
1765. Adicionalmente influyeron varios acontecimientos en el continente europeo que
debilitaron la posición de España, sobre todo por la invasión napoleónica a la Península
Ibérica.
En ese mismo año, el gobierno prohibió la exportación de varios productos
destinados al mercado interno, para impedir la salida de éstos en medio dc la guerra y
no dar espacio a problemas de desabastecimiento. Con esto aseguraba la reproducción
de la fuerza de trabajo en condiciones beneficiosas para los grupos dominantes. Por otro
lado, la prohibición de importaciones de otros tantos artículos dinamizó de alguna
manera la actividad productiva local; las compras externas, de todas formas, se vieron
dificultadas por la propia conflagración internacional. A esto se sumó la drástica caída
del financiamiento del comercio exterior con los países de América Latina durante el
conflicto mundial.
No obstante, el capitalismo neoliberal afronta en nuestros días una crisis general
que interpela a la humanidad acerca de seguir otorgando primacía a los intereses del
capital o poner en el centro la necesidad de mejorar sustancialmente las condiciones de
vida y trabajo de la mayoría de la población y de garantizar la reproducción de la vida
humana en simbiosis con su entorno planetario. El primer camino reclama la aplicación
de programas de rescate de empresas, o mejor dicho, de empresarios y sus monopolios y
oligopolios, en respaldo al proceso de concentración y centralización de capital
subyacente a la crisis.
  Este camino significa mantener indemnes algunos de los soportes clave de la
acumulación mundial centralizada, como la extenuante explotación del trabajo
inmediato —aunado a la tentativa de controlar el trabajo científico-tecnológico— y la
depredación del medio ambiente, y sólo plantea regular la especulación financiera
desorbitada, lo cual puede derivar en un neoliberalismo regulado por el Estado.
La otra opción significa colocar en el centro el sistema de reproducción de la
vida humana en el planeta, dentro del proceso de metabolismo social humanidad-
naturaleza. Esta alternativa entraña la necesidad de generar cambios profundos en las
estructuras de la sociedad capitalista y en el entramado institucional y político que le da
soporte, en beneficio de la mayoría de las clases sociales que ha sido paulatinamente
despojada de sus medios de producción y subsistencia, expuesta a condiciones altas de
explotación laboral, excluida de los procesos de producción social y generación de
conocimiento, confinada a espacios de hacinamiento y servicios precarios, expuesta a la
compra de alimentos y medicinas caros, pese a su abundancia en el mercado, aunado al
hecho de que la violencia social y estatal se ha desatado por todos los rincones del
planeta y la militarización ha significado en distintos ámbitos geográficos una escalada
mortal.
Esta opción no se inscribe en un abstracto humanitarismo, que no identifica las
relaciones de conflicto y desigualdad prevalecientes en la sociedad capitalista, sino que
reclama la necesidad de ir al fondo del problema y plantear estrategias posneoliberales y
poscapitalistas, porque, al final de cuentas, bajo el comando del gran capital
transnacionales, no hay opciones viables para la mayoría de la población.
Hoy en día, el capitalismo afronta una severa crisis de alcance mundial que ha
sido motejada, de manera reduccionista, como una crisis financiera que hizo eclosión en
Estados Unidos, nada menos que el centro del sistema capitalista mundial, debido a la
desregulación del sistema financiero y a la codicia y especulación del capital financiero,
que en la búsqueda de mayores ganancias se desprendió de la llamada economía real y
recurrió a instrumentos financieros como la titularización, sucuritización,
bursatilización, es decir, lo que se ha dado en llamar la financiarización.
Bajo ese mecanismo, las superganancias del capital transnancional, los fondos
soberanos, los fondos de inversión y otros recursos financieros ingresaban a la frenética
órbita del capital ficticio que deambulaba los intersticios del sistema mundial, con el
respaldo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y la
aquiescencia de los Estados nacionales, en la búsqueda de ganancias mayúsculas y
prontas. Las estafas estuvieron a la orden del día. Sin embargo, correspondió a los
créditos chatarra otorgados a población de bajos recursos o ingresos irregulares de
Estados Unidos, entre ellos los inmigrantes, los nuevos pobres, presionar para que
explotara la burbuja del sector hipotecario. Los pobres son invocados, bajo esta
interpretación, como el eslabón más débil que detonó la gran crisis. Los efectos nocivos
pronto trasminaron en la industria de la construcción, donde se ocupa una buena porción
de inmigrantes, y al resto de la economía de Estados Unidos y del mundo. Ahora, esa
burbuja toma las dimensiones de una depresión económica mundial.
Conclusiones
En el capitalismo, como en cualquier sistema empresarial, el valor de los bienes y
servicios está determinado por la cantidad promedio de trabajo social requerido para
producirlos. El fundamento del sistema capitalista es que la clase social propietaria de
los medios de producción explota la fuerza de trabajo de la clase social que no tiene los
medios de producción. El objetivo es producir bienes y servicios de mayor valor y
calidad de los que consumen.
Este es el llamado proceso de revalorización del capital. De hecho, el capital se valora a
través de este proceso de explotación del trabajo y la plusvalía creada se reinvierte en
más capital, es el llamado proceso de acumulación de capital.
A su vez, este proceso impulsa el desarrollo de la ciencia y la tecnología, lo cual ha
hecho que los medios de producción reemplacen gradualmente funciones de la mano del
hombre («revolución industrial») y, más recientemente, funciones del cerebro humano
(«revolución informacional»). Es decir que hay una tendencia al reemplazo de la fuerza
de trabajo humano por medios de producción cada vez más sofisticados y a que se
invierta relativamente cada vez menos capital en fuerza de trabajo (capital variable),
respecto del capital que se invierte en medios de producción (capital constante).
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