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El Consultor de los Ayuntamientos y de los Juzgados, Nº 12, Sección Consultas, Quincena del 30 Jun.
Antecedentes.—
Un grupo de musulmanes quieren destinar un local a rezar. ¿Es necesario licencia de actividades?
Contestación.—
Se plantea con cierta frecuencia la duda de si la utilización de locales para uso religioso está sujeta, o no, a licencia de
apertura. La respuesta ha de ser necesariamente negativa. Ciertamente, un local o un inmueble para uso religioso no
entra dentro del concepto de establecimiento mercantil no industrial que el art. 22 del Reglamento de Servicios de las
Corporaciones Locales (LA LEY 18/1955) (RS), aprobado por Decreto de 17 de junio de 1955, somete a previa licencia
de apertura o funcionamiento. Lo contrario nos llevaría a tener que someter a dicha licencia a todo tipo de locales cuya
finalidad o destino fuesen los cultos de cada religión (iglesias, capillas, mezquitas, etcétera).
El art. 16.1 de la Constitución (LA LEY 2500/1978) garantiza «la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos
y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público
protegido por la ley». Y esta disposición constitucional ha sido desarrollada por Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio (LA
LEY 1364/1980) (BOE del 24), de Libertad Religiosa, cuyo art. 2.1 dispone que «la libertad religiosa y de culto
garantizada por la Constitución comprende, con la consiguiente inmunidad de acción, el derecho de toda persona... a
practicar los actos de culto...». No cabe, pues, pretender someter ese derecho —amparado por la Constitución y por la
Ley de Libertad Religiosa— a límites y requisitos distintos de los señalados por la ley. En efecto, el art. 3.1 de la Ley
Orgánica 7/1980 (LA LEY 1364/1980), citada, dispone que «el ejercicio de los derechos dimanantes de la libertad
religiosa y de culto tienen como únicos límites la protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades
públicas y derechos fundamentales, así como la salvaguardia de la seguridad, de la salud y de la moralidad pública,
elementos constitutivos del orden público protegido por ley en el ámbito de una sociedad democrática»; recogiendo,
este precepto, en términos casi literales, lo establecido al respecto por el art. 9.2 del Convenio Europeo para la
Protección de los Derechos Humanos (LA LEY 16/1950) de 4 noviembre 1950 (texto refundido aprobado por Resolución
de 5 abril 1999).
No obstante, hemos de precisar que la libertad religiosa no es un título que permita desarrollar actividades sin control
alguno; o para eludir controles municipales sobre el cumplimiento de la normativa urbanística y usos de los edificios. De
tal forma que si como consecuencia del ejercicio de la actividad se producen molestias o riesgos para terceros, el
Ayuntamiento puede intervenir; al igual que puede hacerlo frente a las molestias provocadas por los particulares,
Así, la STSJ Granada de 12 febrero 1997 (LA LEY JURIS: 1071708/1997) dice que «se hace preciso su acomodación
(Centro de Culto de Iglesia Evangélica) al cumplimiento de unas mínimas garantías de seguridad y de salud publicas,
como límites que establece la propia LO 7/80, art. 3.1 (LA LEY 1364/1980), y tal como ponen de manifiesto los dos
informes técnicos municipales (f. 52 y 66), aun permitiendo el Planeamiento vigente, NNSS, Ordenanza 5.1.3, entre
otros usos, en el suelo de autos, los religiosos, habrá de exigirse al menos que se acredite que dicho local reúne las
condiciones de seguridad en su arquitectura e instalaciones, y que por sus características y aforo es idóneo al fin
pretendido, así como las condiciones exigidas en la normativa de obligado cumplimiento, y en concreto la referente a las
condiciones de protección contra Incendios en los Edificios que recoge la N.B.E. C.P.1-91, en relación al aforo y medidas
En conclusión, no es necesario la concesión de licencia de actividad alguna para que pueda realizarse en el local la
actividad religiosa, siempre que el uso esté permitido o sea compatible con las normas urbanísticas.