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Dixon y Ginsburg

1. Introducción

La revisión constitucional se esparció por todo el mundo en las décadas recientes, al punto de que ¾ de los
sistemas constitucionales la tienen de alguna forma. La práctica de la revisión constitucional tiene un rompecabezas
político: por qué querrían las elites políticas limitar su poder al empoderar una corte independiente e invalidar algunos
tipos de acción legislativa?
Una explicación utilizada para la existencia de una revisión judicial independiente es la idea de “seguro
político” (political insurance), es decir, que las elites políticas usan las constituciones y la revisión judicial
constitucional, para proveer una forma de seguro contra el riesgo de poder perder influencia y puestos en elecciones
futuras.
Hay al - 3 tipos discretos de riesgos políticos contra los cuales las elites políticas desean asegurarse. Primero,
el riesgo del acceso reducido al poder político. Segundo, el riesgo de la reducción de influencia política. Tercero, el
riesgo de la persecusión individual o tratamiento adverso. Cada uno de ellos genera diferentes respuestas
insitucionales.
La expansión de la revisión judicial es inevitablemente formada por diferentes condiciones sociales y
políticas. Pero, la idea de “seguro” explica una amplia cantidad de casos, especialmente para las democracias. Al
mismo tiempo, la idea de “seguro político” puede tener algunos prerequisitos: las provisiones constitucionales
deginadas para proveer seguro político pueden ser canceladas por elites que conservaron un gran poder electoral, o
pueden ser anuladas por elites dominantes. Este artículo propone dos condiciones bajo las cuales las elites políticas
pueden tener incentivos para honrar un compromiso previo con el seguro constitucional:
1) donde los seguros tienen 2 caras en vez de una cara;
2) cuando las cortes adoptan una jurisprudencia que es de dos caras por naturaleza.

2. La idea de constituciones como un seguro político – Una tipología de riesgos

2.1 Los orígenes y usos de la teoría del aseguramiento

La teoría del aseguramiento aparece como resultado del esfuerzo por entender por qué los actores políticos
pueden atar sus propias mano al empoderar cortes independientes. Ginsburg, Hirschl y Stephenson aplicaron este
marco de referencia a la revisión judicial, diciendo que la misma era particularmente atractiva cuando un partido
político tiene poder pero piensa que puede perderlo en un futuro. En estas circunstancias las cortes pueden reducir los
costos de perder las elecciones al preservar las futuras chances de ganar que tienen los partidos. El empoderamiento
judicial aumenta con el grado de incertidumbre politica que enfrentan los actores políticos.
Esta idea de múltiples partidos estando de acuerdo en el marco de referencia de garantías mutuas, es un
ejemplo de lo que caracterizan los autores como seguro de dos caras. La corte constitucional, que existió antes de la
reforma democrática, se volvió más activa en la era democrática, y es una institución útil para ambos lados del pasillo
político.
Más allá de estos casos, algunos académicos dijeron que la idea de seguro político provee una forma
convincente de entender las reformas constitucionales y la expansión de la revisión judicial en otros casos.
Otras cuentas de seguros se focalizan en instancias en las que es impuesto unilateralmente.
La teoría del aseguramiento tiene una aplia aplicación en una gran variedad de contextos desde su articulación
en los 2000’s. Sin embargo, la teoría también tiene sus detractores. De todas formas, como una cuenta positiva de
adoptar y esparcir la revisión constitucional, al menos en las democracias, en un gran rango de circunstancias la teoría
parece ser mejor que otras alternativas.

2.2 Tres riesgos distintivos: poder, política y protección personal

La teoría de Ginsburg se focalizó en el poder y la idea de las elites políticas dominantes asegurandose a ellas
mismas contra la posible pérdida de dominancia electoral. (riesgo electoral y riesgo de poder tiene pequeña diferencia,
y tal vez los podemos concebir dentro de un mismo riesgo)
Como una teoría de la relación entre las constituciones y el riesgo político, se extiende a un rango mayor de
circunstancias, como por ejemplo situaciones en las que los actores constitucionales están buscando protegerse de
diversos riesgos, como la pérdida de poder político o de influencia política.
(a) Poder y protección personal: cuando las elites políticas se enfrentan a una reducción potencial en el poder
electoral, se enfrentan a dos riesgos: primero, que van a perder poder o influencia en el largo y corto plazo; y
segundo, que van a ser sujeto de castigo del nuevo gobierno (persecución arbitraria o lawfare).
Las elites políticas que con conscientes de este riesgo tienen un gran incentivo para buscar vías legales o
constitucionales para asegurarse contra dicho riesgo. Una de estas vías es al crear una corte constitucional
independiente con poderes fuertes de revisión judicial con respecto a los derechos políticos y civiles. El seguro
constitucional bajo tales circunstancias va a ser una mezcla de un seguro personal y basado en el poder: va a asegurar
que, en el corto plazo, los líderes políticos sean protegidos contra la amenaza de las represalias políticas a lo largo del
proceso criminal y, en el largo plazo, esas elites políticas salientes tienen algo oportunidad de recuperar el oficialismo.
El seguro constitucional (constitutional insurance) puede estar más enfocada en uno o en el otro de estos
riesgos. Puede guiar o a la protección de los derechos de las elites o al acceso al poder.
Para los actores no democráticos, hay un riesgo agregado: la persecución de crímes de guerra u otros de lesa
humanidad durante su oficialismo.

(b) Policy: las elites políticas también pueden estar preocupadas por un tercer riesgo: el riesgo de la pérdida de
influencia sobre la política. Las elites pueden perder influencia sobre la política de diversas maneras: mediante
una pérdida de fortaleza de la legislatura, una pérdida de influencia sobre la burocracia, o sobre las cortes
ordinales, una pérdida del control sobre el estado o gobiernos locales en un sistema federal y descentralizado.
Para asegurarse contra esas cosas, las elites políticas pueden adoptar una forma de seguro constitucional que
se enfoque más en proteger los compromisos políticos. De todas formas, algunos problemas son muy específicos para
ser incluidos en una constitución. Las constituciones se están volviendo detalladas y cubren un gran número de temas
tradicionalmente vistos como puramente legislativos o subconstitucionales por naturaleza.
La idea de seguro de este tipo está relacionada a la idea de los orígenes políticos de la revisión judial ofrecida
por Hirschl. La misma fue desarrollada en un contexto de democracias establecidas, donde el riesgo personal para los
actores políticos no era tan alto.
Las formas de seguro constitucional basadas en la política deben ser igualmente diseñadas para proteger
contra una escala mejor, los micro riesgos políticos con la derrota de políticas particulares en las cortes, la legislatura,
la burocracia o en cuarto del partido.

(c) Formas de seguro (forms of insurance): no solo las diferentes provisiones constitucionales responden a
diferentes formas de riesgo políticos, pero toamn diferentes formas dependiendo del tipo de seguro necesitado.
Diferentes teorías del aseguramiento (theories of insurance) inclican distintos énfasis en el rol de las cortes en
comparación de otras instituciones independientes y el diseño de la esctructura de la corte y jurisdicción.
Al mismo tiempo, las distintas formas de seguro implican diferentes entendimientos acerca del diseño
jurisdiccional de la corte y las normas de acceso a la misma. En la teoría del aseguramiento original, Ginsburg señaló
que donde la revisión judicial es explicada por la idea de aseguramiento, las cortes son generalmente más grandes y
tienen largas condiciones de citas judiciales y normas de acceso.
Para que el seguro basado en el poder sea efectivo, el acceso a la corte por grupos políticamente organizados
es importante.
La estructura de los tribunales también puede diferir, dependiendo de las necesidades particulares de seguro:
el seguro basado en el poder generalmente requerirá jueces constitucionales que estén dispuestos a ejercer formas
sólidas de revisión judicial estructural, lo que puede significar jueces designados para un nuevo tribunal constitucional
con solo jurisdicción constitucional. Las formas personales de seguro requerirán que los jueces tengan una concepción
de la revisión judicial mucho más cercana a la visión tradicional angloamericana, es decir, una basada en las nociones
de debido proceso procesal o justicia procesal y protección de los derechos individuales, en lugar de revisión general
estructural o política. Esto podría manifestarse en una preferencia por tribunales no especializados de jurisdicción
general sobre los tribunales constitucionales especializados. Para los seguros basados ​en políticas, puede haber un
mapeo menos claro de la estructura o jurisdicción de un tribunal constitucional: la pregunta clave será si los jueces
realmente comparten las preferencias políticas sustantivas de las élites políticas relevantes o, en caso contrario, si
estarán dispuestos a adoptar un enfoque relativamente retrospectivo o intencional de la interpretación constitucional.
La Tabla 1 presenta las opciones:

3. Límites actuales: renegociación constitucional y “one v. two sided insurance”

La eficacia de las constituciones como forma de seguro político también depende de ciertas condiciones
políticas en curso. Si bien la teoría inicial reconoció que el seguro podría no ser infalible, ya que las circunstancias
políticas podrían cambiar, la idea era que el seguro elevaba los costos de reversión. Sin embargo, no especificó
completamente las modalidades del cambio posterior, que incluyen la renegociación y la anulación.
Una dificultad obvia en cualquier situación de negociación contractual es la posibilidad de que las partes
busquen renegociar los términos del contrato una vez que esté completo. Una renegociación de este tipo es
extremadamente difícil de prevenir ex ante. También puede socavar los incentivos básicos que tienen las partes para
participar en procesos de negociación contractual en primer lugar.
Si la negociación es costosa para las partes, ya sea en términos de recursos involucrados o de tiempo perdido,
habrá pocas razones para que las partes incurran en tal costo, a menos que haya alguna razón para creer que el acuerdo
al que lleguen se cumplirá. En muchos casos, esto significará que la práctica de la redacción de contratos en sí misma
también depende de condiciones previas sólidas, es decir, la existencia de un mecanismo de ejecución externo fuerte
(como un tribunal independiente con conocimiento del acuerdo) y / o un contexto de interacción repetida entre las
partes que les da un incentivo para cumplir con los términos del acuerdo, en un período determinado.
Lo mismo ocurre con las constituciones, si entendemos las constituciones como una forma de negociación
entre las élites políticas. Como señalan Helmke y Rosenbluth, la teoría del aseguramiento comparte con otras teorías
“la dificultad de explicar por qué un gobierno mayoritario, si está en posesión de una mayoría legislativa
suficientemente amplia, podría no incumplir el [seguro constitucional original] trato una vez que regrese a la oficina ".
Al enfrentar el riesgo de una disminución del poder electoral, las élites pueden tener buenas razones para querer
asegurarse contra el riesgo de un "cierre patronal" político.
El margen para una renegociación de este tipo será agudo cuando el proceso de creación de un nuevo
tribunal constitucional se desarrolle en dos etapas amplias: a) la etapa de creación, donde se adoptan cambios
constitucionales para facultar o autorizar la creación de un nuevo tribunal constitucional, y b) un nuevo tribunal
constitucional, donde se instalan los recursos, el personal y las estructuras institucionales necesarias para el ejercicio
de la revisión judicial. Cuando existe un tribunal constitucional establecido, es posible que los defensores del seguro
constitucional adopten cambios relevantes a través de una única enmienda constitucional, antes de la elección
pertinente: porque la infraestructura de un tribunal ya existe y el tribunal cuenta con el número de jueces requerido
para conocer de asuntos constitucionales, la expansión de la jurisdicción de la corte simplemente requerirá la
aprobación de una sola o un conjunto de enmiendas constitucionales. En algunos casos, una enmienda puede tener un
efecto demorado o prospectivo, o requerir enmiendas paralelas a un estatuto que regula la jurisdicción de un tribunal.
Pero un tribunal a menudo puede confiar en la enmienda para imponer límites al margen de demora o no
implementación legal en este contexto. Esto significa que también habrá un margen reducido para la renegociación
estratégica por parte de las élites dominantes, después de una elección democrática posterior, en cuanto al alcance de
la jurisdicción del tribunal: el tribunal ya disfrutará de la forma de jurisdicción pertinente, por lo que la
responsabilidad recaerá en el coalición recién fortalecida para promulgar cambios que eliminen esa jurisdicción.
Cuando, por el contrario, los seguros requieren tanto la creación de un tribunal constitucional como una nueva
jurisdicción constitucional sustantiva relevante, habrá un margen mucho mayor para la renegociación por parte de las
élites que conservan un control fuerte del poder político. Finkel ilustra esto en su estudio de la reforma judicial en
América Latina. Tanto en Perú como en Argentina, la ampliación del alcance de la revisión judicial se produjo en 2
etapas: adopción e implementación. En ambos casos, el presidente y su partido también optaron por no pasar a la etapa
de implementación hasta mucho + tarde, cuando sus propias perspectivas electorales se habían debilitado. En ambos
casos, esto fue una renegociación de los términos de un acuerdo constitucional anterior: el aumento del poder judicial
y la independencia fue el $ acordado por la voluntad de la oposición de apoyar el derecho a la reelección del
presidente.
La perspectiva de una renegociación de este tipo puede tener consecuencias perjudiciales para las
perspectivas de una negociación constitucional democrática, ex ante. Al igual que las formas ordinarias de seguro, el
seguro constitucional crea problemas propios incluso cuando resuelve otros:
- Puede aumentar el riesgo moral o inducir una selección adversa:
- El riesgo moral, en este contexto, implicaría niveles reducidos de esfuerzo por parte de la parte que está fuera
del poder, porque los riesgos de perder son menores.
- La selección adversa implicaría la conclusión de acuerdos constitucionales que de otro modo no deberían
existir y, en nuestra opinión, es un riesgo menor.
- El efecto general es que al asignar el riesgo de manera más eficiente, el seguro político también puede mejorar
el bienestar social.
En el contexto de la elaboración de una constitución, las formas efectivas de seguro político pueden ayudar a
promover las posibilidades de concluir un trato constitucional ex ante y, por lo tanto, la capacidad de las constituciones
para servir como una herramienta socialmente valiosa para sus innumerables propósitos. Si las partes creen que sus
intereses fundamentales están protegidos, ya sea que esos intereses tomen la forma de poder, integridad personal o
política, estarán más dispuestos a ceder en otros asuntos. Es decir, la disponibilidad de seguros puede, al reducir los
intereses de la negociación política, mejorar la formación constitucional y, por lo tanto, la eficacia.
En trabajos anteriores, los autores desarrollaron la idea de que los seguros pueden ser de naturaleza
unilateral o bilateral. Si un solo partido es políticamente dominante, a menudo puede adoptar un cambio
constitucional unilateralmente, sin la necesidad de entablar negociaciones extensas con otros actores políticos. Por lo
tanto, el alcance de tales cambios también será de naturaleza unilateral: habrá pocos obstáculos, o costos de
"transacción", para que la élite gobernante adopte cambios que favorezcan sistemáticamente su propia posición sobre
la de otros actores políticos,
es decir, a disponer que la jurisdicción de un tribunal solo se aplique a algunos asuntos, pero no a otros, o que solo
opere de forma retrasada o prospectiva (o con respecto a futuras acciones legislativas o ejecutivas). Sin embargo, si un
partido político carece poder o influencia significativos, es posible que deba negociar con la oposición para lograr un
cambio constitucional. Los costos de transacción de tal cambio serán mucho más altos: sabiendo que enfrentan una
perspectiva real de mayor poder en el futuro, los partidos políticos de oposición pueden simplemente decidir oponerse
a los cambios propuestos por la mayoría legislativa actual y "resistir" a un mejor acuerdo constitucional .
Por lo tanto, para lograr un cambio constitucional, un partido gobernante debe estar preparado para
comprometerse. Una forma de hacerlo será adoptando una forma de “canje” constitucional o intercambio con la
oposición. La idea de un canje constitucional se desarrolló por primera vez en el contexto de las ideas sobre el
"aplazamiento" constitucional, pero el concepto es potencialmente mucho más amplio: puede referirse a dos
disposiciones (o conjuntos de disposiciones) cualesquiera conectadas al nivel de la negociación constitucional o
política, o que son el producto del intercambio constitucional deliberado de las partes en las negociaciones
constitucionales.
Los partidos también pueden estar dispuestos a aceptar un intercambio de este tipo en una variedad de
circunstancias: debido a la incertidumbre en torno a su desempeño electoral futuro o porque tienen una tasa de
descuento político relativamente alta. En algunos casos, los líderes políticos individuales pueden no esperar buscar la
reelección más allá de un plazo relativamente corto, o pueden considerar su futuro prospecto político tan incierto que
dan un valor muy alto a las victorias políticas reales (o percibidas) en el presente.
Si el seguro constitucional es desde el principio verdaderamente bilateral por naturaleza, al menos una
de las partes del pacto político también tendrá un fuerte incentivo para garantizar su implementación. La idea
general de un canje de seguros es que las contrapartes mantienen promesas mutuas o con garantía cruzada. A medida
que se produzcan los riesgos cubiertos por un acuerdo de canje, al menos una parte del trato tendrá un fuerte incentivo
para defender la independencia institucional y la integridad de los tribunales, como instituciones capaces de hacer
cumplir los términos del contrato. En muchos casos, la misma dinámica política que explicó la creación de un acuerdo
de seguro bilateral también apoyará la capacidad de la oposición para bloquear los intentos de renegociación
constitucional por parte de la coalición política dominante. Por lo general, los contratos bilaterales solo surgirán
cuando la oposición tenga el poder suficiente para “detener” los intentos unilaterales de cambio constitucional de la
coalición política dominante (acá da ejemplos de África, México e Italia, pag 10 aprox).
Los estudios con N grandes sobre la elaboración de constituciones también apoyan la idea de que las formas
de seguro bilateral pueden ser particularmente viables como base para el empoderamiento judicial. Uno de los autores,
junto con Mila Versteeg, muestran que un predictor importante de la probabilidad de que un país adopte una revisión
judicial independiente es la brecha entre el partido político + grande y el siguiente en tamaño: cuanto + cercanos están
los partidos en términos de desempeño electoral, es + probable que los tribunales independientes estén facultados para
participar en la revisión judicial, mientras q cuanto mayor sea la brecha, - probable será la revisión judicial
independiente.

4. Anulación y cancelación de políticas

La estrategia de seguro constitucional también enfrenta un peligro proveniente de una dirección diferente de
las élites políticas recientemente dominantes, que pueden desear anular las restricciones impuestas por las
mayorías políticas anteriores. Esta posibilidad surge solo con un cambio importante en el panorama político, de
modo que se elige un nuevo gobierno con suficiente apoyo electoral para amenazar el poder y las políticas de las élites
anteriores. Esto puede implicar enmendar la constitución para eliminar las disposiciones constitucionales insertadas a
modo de seguro político, o el ejercicio de influencia sobre la composición y el comportamiento de un tribunal
constitucional.
Por lo tanto, para evitar el peligro de que el seguro político sea anulado por las élites dominantes
anteriores o recientemente, los tribunales podrían adoptar un enfoque de la revisión judicial que sea tanto contraria
como promayoritaria, o políticamente bilateral, por naturaleza. Si un tribunal simplemente cede a las leyes y políticas
de las mayorías políticas actuales, inevitablemente fracasará en promover los poderes, prerrogativas o políticas de las
élites anteriores. Los tribunales propios estarían en efecto anulando el trato constitucional de seguros. Pero igualmente,
si un tribunal adopta un enfoque demasiado contra-mayoritario para la revisión judicial, le dará a una nueva mayoría
legislativa un fuerte incentivo para socavar el alcance y la independencia de la revisión judicial, ya sea por medio de
una enmienda constitucional formal o por medio de un cambio informal mediante un proceso de designación judicial,
aumentando así las posibilidades de anulación política de las formas de seguro pertinentes.
Por lo tanto, para que los tribunales proporcionen un seguro político eficaz, deben defender los derechos e
intereses de las élites anteriores con frecuencia para dar fuerza al seguro constitucional, pero no con tanta frecuencia
como para dar a las nuevas élites dominantes un incentivo para atacar al tribunal y a su jurisdicción e independencia.
Los modelos formales de independencia judicial dejan en claro la importancia de la “moderación” judicial de
este tipo para mantener el apoyo político a la revisión judicial independiente. Ramseyer, por ejemplo, analiza la
independencia judicial a través de la lente de una estructura de juego repetido, y sugiere que si los actores políticos
mantendrán una revisión judicial independiente en este contexto depende en gran medida de "si esperan que las
elecciones continúen indefinidamente" y "que continúen ganar [las elecciones] indefinidamente ”: Cuanto más los
actores políticos crean que las elecciones continuarán pero sus propias posibilidades de victoria electoral
ininterrumpida son bajas, más tenderán a apoyar el mantenimiento de la independencia del poder judicial. Randazzo,
Gibler y Reid apoyan empíricamente esta hipótesis, demostrando que en las democracias existe una relación positiva y
estadísticamente significativa entre el nivel de competencia política y la independencia judicial.
Matthew Stephenson también ha formalizado esta hipótesis y ha demostrado que para que las partes tengan un
incentivo para mantener la revisión judicial en tales circunstancias, los tribunales deben adoptar un enfoque
relativamente "moderado" de la doctrina judicial: "si el poder judicial está demasiado a la izquierda oa la derecha y
para alguna razón no puede o no se ajustará ”, sugiere,“ esperaríamos que ambas partes, incluso la favorecida por el
sesgo político del poder judicial, apoyen cambios que hagan al poder judicial más moderado ”.
El mismo análisis, sugieren los autores, también se aplica a la efectividad de los tribunales constitucionales y
las disposiciones constitucionales sustantivas como una forma de seguro político. Los tribunales no necesitan adoptar
una comprensión de su función basada en seguros para realizar esta función: pueden dar efecto a las disposiciones
constitucionales como una forma de seguro político debido a un enfoque claramente legalista de la interpretación
constitucional, que enfatiza fuertemente el lenguaje real de la constitución, el significado público original de ese
idioma, o las intenciones de quienes lo escribieron y ratificaron. También podrían adoptar un enfoque más intencional,
que promueva efectivamente los objetivos y los entendimientos y, por lo tanto, también los intereses de quienes
adoptan las normas constitucionales. O pueden hacerlo por razones ideológicas más abiertas, basadas en el deseo de
promover los intereses de los actores políticos que los designaron.
Lo que importa no es la motivación de los jueces individuales, o la teoría interpretativa, para adoptar un
enfoque ideológicamente "moderado" para la toma de decisiones constitucionales. Es que los tribunales desarrollan
una jurisprudencia que es políticamente bilateral por naturaleza a fin de mantener el apoyo político continuo para la
aplicación de las restricciones constitucionales por un tribunal independiente.
Lo sorprendente de los ejemplos de seguro constitucional en la literatura hasta ahora es que, en muchos casos,
también tienen una jurisprudencia constitucional que cumple con esta descripción (dan ejemplos de Sudáfrica, Corea y
Rumania, no puse todo porque se hacía muy largo, pero para verlo está en pag 13-14).

5. Conclusiones

Ninguna teoría de los orígenes políticos de la revisión judicial proporciona una descripción completa del
proceso de elaboración de una constitución en una jurisdicción determinada: diferentes teorías se superponen de
manera que explican diferentes aspectos del mismo momento constitucional y refuerzan y se complementan en
diferentes contextos. La teoría del aseguramiento no es una excepción. Sin embargo, ha proporcionado un sólido
conjunto de explicaciones para la adopción, forma y desempeño de la revisión constitucional en muchos contextos.
Los autores señalaraon que la idea de disposiciones constitucionales como forma de seguro político no
termina con la protección de las élites políticas contra el peligro de un posterior cierre electoral. También se
extiende, como ha demostrado Epperly, a proteger a los miembros individuales de la élite del riesgo de represalias
posteriores por parte de un nuevo gobierno, o las políticas preferidas de una mayoría legislativa o facción actual.
Estas diferentes formas de seguro pueden adoptarse en una amplia variedad de contextos: donde las élites
políticas temen perder el control del gobierno nacional, ya sea a través de elecciones democráticas o un retorno a un
gobierno autoritario, pero también donde pueden temer una disminución en el poder o en uencia, como a través de una
pérdida de influencia sobre la burocracia, o incluso los tribunales ordinarios, una pérdida de control sobre los
gobiernos estatales o locales en un sistema federal o descentralizado, o incluso la disminución del control de las
facciones dentro de su propio partido. Además, la cantidad de seguros que las élites deseen "comprar" en una situación
dependerá de una serie de factores específicos del contexto: la información o las creencias que tengan sobre sus
propias perspectivas electorales futuras y la fuerza y ​comportamiento de los rivales políticos; su grado de aversión al
riesgo individual o colectivo; y las tasas de descuento de los actores relevantes. La capacidad de determinadas élites
para obtener seguros de diversos tipos dependerá inevitablemente de su poder relativo en el proceso de negociación
constitucional.
La pregunta más difícil para una teoría del aseguramiento es cuándo, o bajo qué condiciones, las
disposiciones constitucionales y las instituciones de este tipo serán de hecho efectivas para proporcionar un
seguro a las élites políticas. La eficacia requiere que las mayorías políticas actuales estén dispuestas a respetar los
términos de un pacto constitucional previo, tanto tomando las medidas necesarias para implementarlo como dejándolo
libre de derogación o reemplazo. Los autores señalan que estas 2 condiciones previas son exigentes: la posibilidad de
no implementación legislativa o incluso de modificación constitucional de cambios constitucionales previamente
acordados es siempre una amenaza para la efectividad de las constituciones como garantía política. Al mismo tiempo,
los autores dicen que también habrá 2 condiciones relacionadas bajo las cuales es poco probable que ocurra la
cancelación o anulación del seguro: 1) cuando el seguro es de naturaleza bilateral en lugar de unilateral y 2) cuando
los tribunales intervienen en formas de revisión que son efectivamente bilaterales en lugar de unilaterales, es decir, que
promueven los intereses de las mayorías políticas actuales y anteriores en diferentes momentos, en un enfoque
relativamente equilibrado.
Dixon y Ginsburg señalan que la idea del seguro es un relato bastante rico de la forma en que las élites
políticas responden a una serie de posibles riesgos futuros: al riesgo de perder elecciones democráticas y, por lo
tanto, quedar excluido de la competencia política futura, pero también el riesgo de perder influencia política en ciertas
áreas, o ser sujeto a represalias individuales. El seguro constitucional también adopta una amplia variedad de formas
en respuesta a estos riesgos percibidos: Puede tener un enfoque estructural o basado en los derechos, centrado en la
revisión judicial o las salvaguardas políticas, o en los derechos de primera o segunda generación. Estos diversos
subtipos de la analogía del seguro pueden tener diferentes lógicas y dinámicas, pero juntos proporcionan una lente útil
para comprender una amplia gama de problemas y soluciones constitucionales.

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