Está en la página 1de 10

COLEGIO DE LA FRONTERA NORTE

HISTORIA Y PATRIMONIO CULTURAL

Análisis del documental “Eco de la montaña” de Nicolás Echevarría

Presentado por: Estudiantes de la línea de Identidad, Fronteras y Migración

- Tania Maldonado
- Naomi Zacarias
- Edén Armenta
- Eugenia Morales
- Karla Moreno
- Maricela Reyes
- Rossana López
- Silverio Casillas
- Mariana Villarreal

A. Contexto e inmersión del documental

Eco de la montaña es un documental dirigido por Nicolás Echevarría, el cual fue estrenado en
el año 2015. Este documental retrata al artista wixárika Santos de la Torre, creador del mural
“Pensamiento y alma huichol”, en el que se plasma la cosmovisión de los wixaritari.
Echeverría documenta la travesía que emprende Santos de La Torre y el mara´akame
(chamán) de su comunidad hacia los lugares sagrados, con el propósito de pedir permiso a sus
ancestros para la realización del mural.

El mural ingresó a la colección de obras de arte del museo del Louvre en París,
Francia en el año 1997 como un regalo realizado por el gobierno de México al gobierno de
Francia. No obstante, Santos de la Torre no fue invitado a la inauguración ni a la instalación
del mural, por ello hace dos comentarios importantes: el primero es que en realidad el mural
está mal colocado puesto que no fue él quien lo instaló; en segundo lugar, Santos menciona
que no lo hirieron físicamente, pero que sentía una herida en el alma, derivado del manejo de
las autoridades con su trabajo. Además de que no recibió el pago correspondiente por su obra.
Es importante resaltar que la herida a la que se refiere Santos está relacionada con su
identidad y cultura, pues menciona que el recuerdo de este suceso le permite posicionarse
frente a otras amenazas que tienen que ver con sus rituales, territorios y con la existencia
como comunidad. Existe así un duelo que trabaja a través de sus obras y le permite, mediante
la narración, expresar aspectos de memoria que al incorporarse en la narrativa del documental
hacen parte del poder y la resistencia de procesos ligados a la cosmovisión Wixárika. Como
menciona Torodov (2000) respecto a la puesta en práctica de la memoria ejemplar: “el uso
ejemplar, permite utilizar el pasado con vistas al presente, aprovechar las lecciones de las
injusticias sufridas para luchar contra las que se producen hoy día” (p. 22).

B. Análisis a partir de la Memoria

La historia que rodea a Santos de la Torre está estrechamente ligada a la cosmovisión


wixárika (huichol en español), en la que la comunidad entreteje su existencia con la
sacralidad del territorio Wirikuta. Los cantos, los sonidos y el movimiento de sus cuerpos
convergen con la ritualidad, en la que estrechan un lazo entre lo terrenal y las deidades. Esta
conexión se establece a partir del consumo de peyote, el cual no se come sin antes pedir
permiso a los dioses y ofrecer una ceremonia, en la cual las voces de la comunidad se elevan.

La experiencia del consumo de peyote se vuelve un elemento indispensable para dar


sentido a la comunidad wixárika, pues es un legado que ha permanecido a lo largo de su
historia. Por tal motivo, el cuerpo y las experiencias corpóreas son elementos esenciales, pues
el cuerpo ha sido el medio que interconecta lo sagrado y lo terrenal. Mendlovic (2014) para
referirse a la memoria incorporada e inscrita menciona que:

La memoria incorporada refiere a una memoria no discursiva, interiorizada, dada


cuerpo y que incluye un proceso emocional. Ésta se transmite, ejerce y representa
principalmente a través de ceremonias conmemorativas y prácticas corporales que
evocan el pasado de manera no pensada o no consciente, dada por sentado, o
incorporada –en un sentido bourdieano–. (p. 302)

Esta memoria incorporada se encarna en imágenes, artefactos o palabras, de manera que ahí
está depositada la identidad del grupo; es un canal entre el presente y el pasado. Al respecto,
la autora retoma a Connerton (1989) para enfatizar la conmemoración y las prácticas
corporales que se entremezclan en las ritualidades de los grupos. La idea de compartir
recuerdos y significados de la comunidad —por medio de las ceremonias, el cuerpo y el
sacrificio de otras especies— es lo que permite la preservación del sentido identitario que
emerge en el pueblo wixárika. Así pues, los wixaritaris llevan a cabo actos rituales que
“contribuyen a la estabilización y reproducción generacional de la memoria social”
(Mendlovic, 2014, p. 305), y los realizan a partir de un establecimiento de códigos,
conductas, símbolos y valores que son interiorizados en sus cuerpos, pero que a su vez son
externados en forma de acción comunal, la cual demarca planos significativos, identitarios y
afectivos con el territorio.

Ahora bien, en el documental es posible observar cómo la memoria cultural popular


inserta en el escenario social contemporáneo, se ve sujeta a su instrumentalización política.
Específicamente a través del contraste existente entre los procesos que dan cuenta de una
conciencia histórica y aquellos que implican un agenciamiento por parte de actores sociales
que actúan al margen de los cambios culturales que emergen como consecuencia de los
procesos de globalización y cuyos efectos se inscriben en las prácticas de la memoria actual.
Esto se vislumbra justamente en el anonimato y aislamiento en el que vive Santos de la Torre,
tras consagrarse como autor del gran mural que que se encuentra en el museo Louvre de
París. Asimismo, el consecuente peregrinaje que el mismo Santos lleva a cabo, con el
propósito de pedir permiso a los dioses para realizar un mural que refleje la mitología,
prácticas religiosas e historia de su pueblo.

Aquí atestiguamos dos fenómenos: 1) una reivindicación por parte del pueblo huichol;
a través de su nuevo mural Viaje Sagrado a Wirikuta (revelación directa a las deidades que
aparecen en él) y cuya práctica contribuye al marco de la producción social de la memoria
popular desde el ámbito de lo particular, concreto así como privado y, 2) la previa
instrumentalización política de la memoria por parte del gobierno de México mediante el
regalo que este hace al museo, acto que evidentemente corresponde a los intereses del sector
gubernamental e institucional, es decir, el ámbito público. Cabe destacar que la memoria
cultural se aloja en objetivaciones o simbolizaciones externas, cuya ‘‘cualidad atemporal,
abstracta, sacra, solemne y estable que rebasa el nivel orgánico y presente de la memoria
comunicativa, se liga a las identidades grupales y se instala en los ámbitos colectivo-
institucionales’’ (Mendlovic, 2014, p. 302).

Así mismo, señalar que la ruta del peregrinaje actualmente está en grave peligro,
amenazada por la construcción de minas, situación que el artista huichol espera combatir con
el nuevo mural. Sin embargo, la ruta está bajo consideración de ser declarada como
patrimonio de la humanidad por la UNESCO. En este sentido se explicita que la memoria es
recreada a través de diversos procesos de negociación entre grupos sociales e intereses que
compiten entre sí.

La conciencia histórica popular, como forma de representación del pasado, se ve


afectada por consideraciones políticas implícitas en esta contraposición dialéctica
entre las memorias dominantes y sus representaciones públicas –ligadas a
instituciones políticas, culturales y económicas, que detentan poder en la posibilidad
de construcción de consensos, alianzas y procesos políticos formales– y versiones
contestatarias procedentes del ámbito de la memoria popular, subordinada o privada.
(Mendlovic, 2014, p. 301)

C. Análisis a partir del Patrimonio Cultural

Los lugares sagrados que recorre Santos de La Torre en compañía del mara´akame (chamán)
de su comunidad contienen un valor patrimonial natural y cultural que bien pueden ser
asumidos como patrimonio biocultural al haber en ellos, tal como lo define Lindholm (2019),
“una comprensión de los paisajes culturales –como resultado de relaciones biológicas y
sociales a largo plazo– que configuran las características biológicas y materiales del paisaje y
también la memoria, la experiencia y el conocimiento”. Bajo esta consideración, el desierto
como territorio sagrado de los wixaritari, es también el lugar en donde de manera endémica
habita el hikuri (peyote), la flor sagrada que simboliza la carne del venado y que es un
elemento central en los rituales de la comunidad wixárika.

El desarrollo del patrimonio como proceso cultural no restringe su significado a la


materialidad de un objeto, de un lugar o una obra, sino abre una senda para explorar el
patrimonio en términos de experiencia, preservación y transmisión de historias y tradiciones
orales. Si partimos del hecho que el patrimonio no es estático sino que es un proceso (Smith,
2010) vemos que en el devenir histórico va cambiando adaptando nuevas expresiones y
enriqueciendo las ya existentes, así pues, es una tarea que pasa de generación en generación,
como dice Don Santos: “ojalá que nuestra nieta pensara como pensamos nosotros, que
conservase su tradición como hace uno”. El patrimonio es una negociación activa constante,
una disputa por los significados entre los miembros de una comunidad, de una cultura o un
grupo en términos de las necesidades sociales, culturales y políticas del presente (Smith,
2010).

Si bien el discurso dominante del patrimonio operaba en términos de la asimilación de


una cultura mayor en donde “los grupos comunitarios excluidos son "invitados" a "aprender",
"compartir” o ser "educados" sobre los valores y significados patrimoniales autorizados”
(Smith, 2010, p.44), en la actualidad se busca que los alcances del concepto sean más
democráticos en la medida que ayuden con la conservación y reproducción de prácticas en un
territorio cultural particular. Don Santos de la Torre nos narra sobre el conocimiento de la
cosecha en su hogar rancho Mesa del Venado, Jalisco, en donde como él señala “no hay agua
ni luz, ni cosa que ofrece el gobierno”; no obstante, la afirmación de su identidad cultural y
del respeto a sus tradiciones nos ayuda a comprender su cosmovisión y la de su cultural, la
cual como él señala dicta así:

Primero era la oscuridad y luego la tierra y luego el cielo. La inundación, trajo a la madre de
los venados, la cual se comunica con el viento para que no suelte humo. Cuando había mucha
agua nosotros éramos serpientes buscando tierra. Poco a poco se fue secando el agua para
surgir tierra para que podamos trabajar. Entonces nos fuimos transformando en gente con
manos, con pies, con voz. Y como el Venado que estaba destinado a encontrar la luz, nosotros
buscamos al ser. Otros seres como el ratón, lagartijo no podían encontrar el ser. Esa es nuestra
tarea, nuestra herencia, pues existen dos tiempos: el tiempo bueno y el tiempo malo. El
tiempo malo surge al no cumplir con la herencia de nuestros antepasados

La memoria y la identidad, como figuras clave del patrimonio, son elementos


mutuamente constitutivos (Sánchez-Costa, 2013). La memoria no es monocromática sino más
bien es multivocal, dinámica y controvertida, y busca a través del reconocimiento del pasado
reafirmación en el presente. Por otro lado, la identidad es un elemento vital en la interacción
social. Giménez la define como “proceso subjetivo (y frecuentemente autorreflexivo) por el
que los sujetos definen su diferencia de otros sujetos (y de su entorno social) mediante la
autoasignación de un repertorio de atributos culturales frecuentemente valorizados y
relativamente estables en el tiempo” (Giménez, 2007, p.61). Para Smith (2010) el patrimonio
es un proceso cultural que posee distintas expresiones, pero que inevitablemente se relaciona
con la experiencia, la identidad, así como la memoria y el recuerdo.

D. Análisis a partir del Patrimonio Biocultural


El patrimonio biocultural, se entiende como la comprensión de los paisajes culturales como
el resultado de relaciones biológicas y sociales a largo plazo, que dan forma a las
características biológicas y materiales del paisaje y también a la memoria, la experiencia y el
conocimiento (Lindholm, 2019). A su vez este concepto consta de cinco elementos: (1)
memorias del ecosistema; (2)memorias del paisaje; (3)memorias basadas en el lugar;
(4)análisis integrado del paisaje y (5)gestión y cambio.

(1) Apunta a propiedades biofísicas, organismos no humanos, y agentes cambiados o


afectados directa o indirectamente por humanos. Dentro de la memoria del
ecosistema entra la conservación de áreas naturales. Un ejemplo en el documental es
la conservación del “sitio sagrado”. Cuando se reúne el “Consejo Regional Wixárika”,
en defensa del territorio de Wirikuta, tienen sitios por los que transitan y hacen
ceremonias, procurando la preservación de las condiciones ambientales de estos sitios.
Se puede reconocer la importancia que le otorgan a las plantas, animales y cada una
de las especies del territorio, ya que es parte de su forma de ser y estar en el mundo, y
por ello es indispensable su conservación.

(2) Representan la práctica humana materializada y las formas semi-intangibles de


organizar los paisajes. Por ejemplo, los yacimientos arqueológicos y el entorno
construido, que consideramos como la memoria materializada de la práctica de grupos
sociales específicos en interacción con sus paisajes (Lindholm, 2019). Esto puede ser
la organización de viviendas, la distribución en el paisaje como es mencionado al
principio del documental (que llegó el helicóptero y la comunidad subió al área de
casas y quedó él de recibirlos). Por otra parte, la ubicación de lugares sagrados, los
ríos y lagos, las rutas y el significado de las mismas como el “camino de la serpiente”,
las creencias y símbolos conectadas a estas expresadas en el lenguaje como “nos
puede castigar en el camino”, señalando así la práctica y la relación que tienen con el
paisaje.

(3) Los paisajes también son portadores de recuerdos en forma de historias,


nombres de lugares y formas colectivas de prácticas que aquí denominamos
memorias basadas en el lugar. Dichas memorias se basan en la transmisión oral de
conocimientos, nombres de lugares, artes, ideas y cultura, que se reciben, conservan y
transmiten a lo largo de generaciones y que son un elemento clave para la
construcción de la identidad. En esta negociación, los ecosistemas y las memorias de
los paisajes físicos tangibles se apropian continuamente, o se impugnan, como medio
de autodeterminación y de determinación del grupo. También contribuyen a la
organización de los paisajes derivados de formas intangibles constituidas para definir
los lugares y darles sentido social y cultural (Lindholm, 2019). Un ejemplo de esto en
el documental se observa cuando Santos de la Torre va nombrado y colocando los
sitios y lugares de memoria en la elaboración del mural. Crea en su mural cuadros de
referencia a lugares y sitios que fue aprendiendo de sus antepasados y aquellos de los
suyos anteriormente. A su vez el valor y la significancia de cada sitio está vinculado a
su identidad y la identidad de la comunidad.
(4) La capacidad de identificar e integrar los elementos anteriores para analizar y
comprender los procesos que conforman el patrimonio biocultural. El autor hace
referencia a una caja de herramientas (Lindholm, 2019). Como investigadores, dice el
autor, esta caja de herramientas permite rastrear elementos del patrimonio biocultural
y sus relaciones internas, utilizando una combinación de historias, prácticas,
tecnologías, animales, personas y cosas. Con respecto al documental, podemos decir
que es una especie de análisis integrado del paisaje, ya que muestra a Santos
haciendo dicho análisis. Santos mismo integra todos estos elementos y a su vez utiliza
historias, animales, cosas y personas para exponerlo. El registro de dicho análisis es el
documental.
(5) Se refiere a la capacidad de utilizar el análisis integrado del paisaje para
explorar las reservas de memoria del patrimonio biocultural con el fin de
transferir conocimientos a la política y la gestión del paisaje (Lindholm, 2019).
Por lo tanto, el patrimonio biocultural es importante tanto para la defensa como para
la reivindicación de marcos legales de protección y propiedad de los paisajes por y
para las comunidades locales (Lindholm, 2019). Podemos concluir que dicho
documental y registro de este patrimonio biocultural es una herramienta
esperanzadora para que comunidades, como la de los wixaritari, puedan abogar y
defenderse contra, por ejemplo, la minería o industrias dueñas de monocultivos, en un
territorio que le pertenece a la cultura. De ahí que Santos hace referencia a que “los
sitios sagrados no deben ser invadidos ni dañados”. Además en el mural “viaje
sagrado a Wirikuta”, del cual se muestra su desarrollo a lo largo del documental, el
artista plasma un toro y menciona que este los representa a ellos en defensa del lugar
sagrado, así como un tigre que representa a aquellas autoridades a las que no les
importa el lugar sagrado y que buscan intereses económicos a partir de la explotación
de los recursos del lugar, haciendo referencia específicamente al territorio sagrado
Wirikuta que se encuentra en San Luis Potosí.

Conclusiones

A lo largo del documental, se nos muestra la travesía, las actividades y elementos que
conforman las acciones tradicionales del ritual wixárika del peyote. Todas ellas se relacionan
a la memoria histórica que los compone como una comunidad con tradiciones inmemoriales.
Sus rituales, si bien esenciales para su identidad, se encuentran en peligro debido a la
intrusión de compañías mineras que mantienen un control sobre el territorio sagrado de
Wirikuta.

Ante esta situación la ruta que Santos y compañía emprenden está siendo considerada por la
UNESCO como patrimonio de la humanidad. Sin embargo, es necesario preguntarse si esto
podrá ser establecido a tiempo. El reconocimiento internacional sobre el patrimonio del
pueblo Huichol pudiera ayudar a mantener sus tradiciones. Aún así, la ruta es, en sí, un
patrimonio ligado a una comunidad originaria; con la cual, mantienen su memoria y su
identidad.

El territorio se vuelve sumamente importante, en un sentido sagrado, puesto que de él viven.


Para la comunidad wixárika, como se muestra en el documental, se es parte de la tierra y se
vive de la tierra. Se nace, se crece y se hace memoria, se colectiviza por su papel formador y
reproductor de la vida rural que caracteriza a esta comunidad. Así mismo, el celo con el que
protegen su tierra de extraños. La sabiduría con la que hablan de sus tradiciones y sus
visiones del mundo forja la perspectiva sobre sí mismos.

Así la relación que tienen con la naturaleza invita a una reflexión profunda sobre la
importancia de las tierras Wirikuta en la subjetividad wixárika. La gran travesía emprendida
por Santos y compañía dio fruto en una nueva obra, titulada “Eco de la Montaña”, mismo que
lleva el documental. De esta manera se entiende que, el territorio es un símbolo de
comunidad y tradición inmemorial que cimenta la actitud e identidad de un pueblo cuya
sabiduría se ha transmitido de generación en generación.
Se puede identificar la importancia para Santos y su comunidad a partir de lo vivido, un
sentido de esperanza a pesar de la herida ocasionada ante el hurto de su obra y de cierta
manera sentir un “robo a una obra que hace parte de su identidad”, no fue determinante para
emprender un nuevo proyecto y valorar su trabajo y su cultura, asumiendose en palabras de
Sánchez como un “ser futurizo”, donde a través de su conciencia histórica se permite asumir
con plasticidad humana lo vivido y al mismo tiempo mirar con esperanza hacia el futuro, ya
que “Hoy es siempre todavía”. (Sánchez, 2013, p.189).

El documental, nos permite aproximarnos a la identidad de Santos y su comunidad y para


comprenderla “no es tan importante conocer las fuerzas históricas que la empujan desde el
pasado, sino conocer hacia dónde quiere dirigir su futuro, hacia dónde las orienta, qué
significación tienen en su proyecto vital (Sánchez, 2013, p.189). Esto se puede observar en el
anhelo que Santos expresa de que sus nietos mantengan las tradiciones de su tierra, el
recordar la herencia de sus padres y abuelos, mantener el legado de que los sitios sagrados no
sean invadidos ni dañados. Santos, vincula su identidad con el futuro, incluyendo su identidad
personal y colectiva, los horizontes y las expectativas del mañana, en sus ilusiones y
proyectos.
Referencias

Lindholm (2019). El patrimonio biocultural. Departamento de Arqueología e Historia


Antigua Anneli Ekblom, Universidad de Uppsala, Suecia.

Mendlovic Pasol, B. (2014). ¿Hacia una “nueva época” en los estudios de la memoria social?
En: Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 59(221), pp. 291-316.

Sánchez-Costa, F. (2013). La fragua de la identidad: memoria, conciencia histórica y cultura


histórica. En A vueltas con el pasado. Historia, memoria y vida. Ediciones de la Universitat
de Barcelona.
Todorov, T. (2000). La memoria amenazada. Los abusos de la memoria, 11-60.

También podría gustarte