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Sustentantes y Matriculas

Altagracia Vásquez Ventura / DN-19-30052

Ana julia Alcántara Santana / DN-20-20025

Catiana Cius / DN-20-20160

Erika Mateo Rosario / DN-20-20101

María Fernanda Ovalle herrera / DN-19-30117

María Altagracia Olivares / DN-2020-00168

Zaida Mejía Silva de Jiménez / DN-20-20111

Laura Esther Disla Henríquez / DN-20-10177

Materia:
Práctica de Enfermería salud escolar

Facilitador/a:
Lic. Ángela Melo

Tema:
La deserción escolar postpandemia

DESERCIÓN ESCOLAR
POST PANDEMIA
EN REPUBLICA DOMINICANA
ÍNDICE

Presentación

Portada

Introducción

Objetivos

La deserción escolar postpandemia………………………………………………..1-


3

La educación en el país……………………………………………………………….4-
5

La realidad educativa dominicana…………………………………………………..6-


7

Implementación de
programas………………………………………………………...8

Revertir la deserción escolar…………………………………………………………..9

Bajo nivel de
aprendizaje……………………………………………………………...10

Posición de
EDUCA…………………………………………………………………….11
SAVE THE CHILDREN…………………………………………………………12, 13,
14

Recomendaciones……………………………………………………………………...15

Conclusión………………………………………………………………………………16

Bibliografía………………………………………………………………………………17
Introducción

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha publicado hoy que

en América Latina y el Caribe vive cerca del 60 por ciento de todos los niños,

niñas y adolescentes que perdieron un año escolar completo en todo el mundo

debido a los confinamientos por causa del COVID-19.

En promedio, las escuelas en América Latina y el Caribe han permanecido

completamente cerradas durante 158 días desde marzo de 2020 hasta febrero de

2021, más que la estimación global (95 días). En comparación con todas las

demás regiones, este es el cierre de escuelas más extenso en el ámbito global.

El análisis de cierre de las escuelas publicado por UNICEF también muestra que

dos tercios de los países donde las escuelas permanecieron en gran parte

cerradas desde marzo de 2020 se encuentran en América Latina y el Caribe.

La brecha digital ha sido fulminante para los países con población con grandes

desigualdades sociales, que viven por debajo de los niveles de pobreza.

En muchas regiones del mundo, cuando la pandemia del covid-19 obligó al cierre

de las escuelas, muchos niños de las escuelas públicas no tuvieron acceso a

dispositivos que les permitieran continuar con su educación de manera remota.


En América Latina el panorama es muy parecido, de acuerdo con un informe

presentado por Unicef en septiembre pasado, donde indica que cerca de 86

millones de niños aún no han retomado las clases, lo que pone en riesgo el

progreso de su aprendizaje y los niveles de conocimientos previamente

adquiridos.

Objetivos

La presente investigación tuvo como objetivo describir el nivel de deserción

educativa generada a raíz de la cuarentena obligatoria durante la pandemia del

Covid-19, en estudiantes de básica elemental y media en la Republica

Dominicana.

Según el informe del Ministerio de Educación, en el período escolar 2019-2020 el

Sistema Nacional de Educación registró la matrícula de estudiantes dominicanos

al año escolar 2018-2019 ascendía a 2,254,573 estudiantes, compuesta por niños,

niñas, adolescentes, jóvenes y adultos distribuidos en los niveles inicial, primario y

secundario.

Esto representa aproximadamente el 20% de la población total del país y ofrece

una idea de las consecuencias de la pandemia.


La deserción escolar post pandemia

La Covid-19 es una enfermedad infecciosa causada por el coronavirus, la cual


inició en Wuhan, China en diciembre del 2019 (OMS, 2020). Esta enfermedad
puede causar síntomas leves como fiebre, tos seca y cansancio o, por el contrario,
desarrollar síntomas más graves como dificultad para respirar o hablar. Según
datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo 1 de cada 5
personas que contraen la COVID-19 acaba presentando un cuadro grave (OMS,
2020).
La COVID-19 ha demostrado que puede transmitirse de una persona a otra con
facilidad. Esta enfermedad se ha propagado rápidamente en el mundo y la
República Dominicana no ha sido la excepción. El 1ero de marzo se confirmó el
primer caso en el país y a la fecha ya son más de 23,000 los casos confirmados.
Por esto, las autoridades dominicanas han tomado una serie de medidas
sanitarias y no sanitarias que apuestan al distanciamiento social para mitigar la
tasa de contagio. La medida no sanitaria más importante ha sido la declaración
del estado de emergencia junto al toque de queda en todo el territorio nacional el
pasado 19 de marzo, a casi tres semanas después del primer caso de COVID-19
confirmado.

Esta medida dio paso al cierre de fronteras, cancelación de eventos


multitudinarios, actividades comerciales, clases preuniversitarias y universitarias,
entre otras medidas.
1
El sector educativo ha sido uno de los más afectados a causa de las medidas de
distanciamiento. Desde el 12 de marzo – días antes de la declaración del estado
de emergencia- las clases se encontraban suspendidas debido a los preparativos
para las elecciones municipales extraordinarias que se llevaron a cabo el 15 de
marzo, y desde entonces las aulas no han sido visitadas. La matrícula de
estudiantes dominicanos al año escolar 2018-2019 ascendía a 2,254,573
estudiantes, compuesta por niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos
distribuidos en los niveles inicial, primario y secundario.
Esto representa aproximadamente el 20% de la población total del país y ofrece
una idea de las consecuencias de la pandemia. Previo al cierre abrupto de las
actividades sociales, el sistema educativo dominicano se encontraba en la fase
final del año escolar. Según las declaraciones del ministro de Educación, Antonio
Peña Mirabal, hasta el 12 de marzo se había impartido el 70% del currículo
escolar. Por lo mismo, se ha convertido en una prioridad para las autoridades
educativas dominicanas el garantizar la continuidad del 30% restante del
calendario escolar, en una modalidad de educación a distancia.
En respuesta a lo anteriormente planteado, el Ministerio de Educación (MINERD)
puso en marcha el Plan de Apoyo Educativo, dirigido a todos los centros
educativos bajo la consigna: “Que los aprendizajes no se detengan”. Este plan
constituye conjunto de estrategias, actividades y recursos diseñados para cada
nivel educativo y grado escolar.
Los objetivos planteados pretenden:
 Contribuir al acceso de la población estudiantil a actividades educativas no
presenciales.
 Reforzar aprendizajes y evitar la pérdida de los hábitos de estudio.
 Brindar orientación sobre la COVID-19 a la comunidad educativa.

Para la ejecución de este plan, el MINERD habilitó el espacio virtual:


enlinea.minerd.edu.do. En este espacio se encuentran colgadas guías para los
estudiantes, docentes y familias. Los materiales
2 están clasificados de acuerdo con
los niveles, grados y asignaturas.
En vista de que el proceso educativo no es solo responsabilidad de los docentes y
estudiantes, el plan ha hecho hincapié en la importancia de la participación de la
familia, sobre todo para la ayuda y soporte a los alumnos que cursan los primeros
grados de la educación formal.

Por lo mismo, cada actor recibe orientación sobre el rol que desempeña en la
modalidad de educación a distancia.

El plan es complementado con plataformas como: Educando, EDUPLAN, Pisar


Estudios y escuela radiofónica. Adicionalmente, se tiene una sección de
recomendaciones donde se sugiere el uso de aplicaciones como WhatsApp,
correos electrónicos, Zoom, entre otras. Con esta iniciativa se busca mantener la
comunicación y compartir documentos que sirvan para la educación.

Otra medida importante es la entrega de cuadernillos y dispositivos electrónicos


Según declaraciones de la viceministra de Servicios Técnicos y Pedagógicos, al
mes de mayo se habían entregado más de 1 millón de cuadernillos. Distribuidos
en las 18 regionales educativas.

Además, en el mes de junio el MINERD entregó alrededor de 33 mil dispositivos


electrónicos a familiares de estudiantes y docentes. Estos dispositivos fueron
entregados en el marco de los proyectos que lleva el programa República Digital.
Ambas medidas, la entrega de cuadernillos y la entrega de dispositivos
electrónicos, fueron creadas tomando en cuenta los estudiantes que se
encuentran en zonas de vulnerabilidad y las familias con escaso acceso a la
tecnología.

La educación en el país

En República Dominicana, el 17 de marzo de 2020, a 16 días de anunciarse el


primer caso de coronavirus en el país, se suspendió la docencia en todos los
centros escolares, públicos y privados, así como en los universitarios. Los niños
han estado sin clases en las escuelas desde ese día hasta marzo de 2021, casi un
período anual completo sin clases.

Argumentó que a pesar de todo el trabajo realizado en la nación: “Los cierres


prolongados de las clases tienen consecuencias muy negativas para el
aprendizaje y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes. Los más vulnerables
y los que no pueden acceder al aprendizaje a distancia corren un riesgo mayor de
abandonar permanentemente la escuela, y se ven abocados al trabajo infantil, o
en el caso de las niñas a casarse con hombres mayores”. Elcarte, a su vez,
manifestó que “valoro la decisión y el empeño realizado por el gobierno
dominicano para presentar esta semana un protocolo de reapertura gradual a las
escuelas, y confirmo que desde UNICEF estamos dispuestos a apoyar esta
reapertura segura hacia las escuelas dominicanas, en coordinación con otras
agencias de Naciones Unidas y otros sectores de la población”. Se resalta que la
mayoría de los niños, niñas, adolescentes en edad escolar en todo el mundo
confían en sus escuelas como un lugar donde pueden interactuar con sus
compañeros, buscar apoyo, acceder a servicios de salud y a comida nutritiva.

Cuanto más tiempo permanezcan cerradas las escuelas, mayor será la duración
en que los niños, niñas y adolescentes estarán aislados de estos elementos
4
fundamentales para su infancia. La pandemia del COVID-19 cambió nuestros
hábitos y sacudió fuertemente el sistema educativo dominicano que, de un
porrazo, tuvo que implementar la educación a distancia, virtual y en casa, debido
al confinamiento. Sin embargo, la estrategia aplicada para el proceso educativo en
medio de la pandemia no ha podido llegar a todos los sectores, y ocasionó
deserción escolar, no solo en países vulnerables, como la República Dominicana,
sino a nivel mundial. Antes de la pandemia se registraba en el país una incidencia
de inasistencia escolar de 9.0% y se espera un incremento de 13.2% y hasta de
17.9% en los escenarios moderado y severo, respectivamente, de acuerdo con los
resultados de un estudio simulado presentado el 18 de julio de 2020 por la
Vicepresidencia de la República, Oxford Poverty and Human Development
Initiative (OPHI) y el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN).

“COVID-19 y la pobreza multidimensional en República Dominicana: Simulación


del efecto de la pandemia en la pobreza multidimensional en República
Dominicana”, contiene información individual para cerca de 13,000 personas y
4,110 hogares del Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN, 2019). Esos
porcentajes estiman que en un escenario moderado la deserción escolar se
situaría en 237,000 estudiantes, con edades entre 5 y 20 años y en un escenario
severo sería de 322,200 alumnos los que no tomarían clases en medio de la
pandemia, de un universo de 1,800,000 que figuran en el sistema público
dominicano. En el caso de la dimensión de educación se empleó el indicador de
“Inasistencia escolar” del IPM- RD. Este indicador considera privados a los
hogares con al menos un miembro de entre 5 y 20 años de edad no inscritos en el
sistema educativo o que estando inscrito no asistía a una institución educativa
(excepto por discapacidad, enfermedad, o fin de estudios secundarios). “Para
identificar a los hogares propensos a afectación se atribuyeron privaciones a la
población que asistía a la escuela pero que no contaba con computadora e
internet en su domicilio.

La realidad educativa dominicana


5

En República Dominicana, la realidad no es tan diferente a la región. De acuerdo


con los resultados de un estudio presentado en julio del año pasado, por la
Vicepresidencia de la República, Oxford Poverty and Human Development
Initiative (OPHI) y el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), antes de la
pandemia se registraba en el país una incidencia de inasistencia escolar de 9.0 %
y se espera un incremento de 13.2 % y hasta de 17.9 % Estos datos revelan que
en un escenario moderado la deserción escolar se situaría en 237,000
estudiantes, con edades entre 5 y 20 años. Mientras que en un escenario severo
sería de 322,200 alumnos sin recibir docencia en medio de la pandemia.

De su lado, un estudio preliminar realizado por Acción Empresarial por la


Educación (EDUCA) revela que en el país desertaron al menos 20,000 niños y
adolescentes, desde el inicio de la pandemia de COVID-19. EDUCA señala que en
un estudio que realizaron este año arroja el dato de que entre 80 y 100 mil
estudiantes están en riesgo de deserción producto de la pandemia. Agrega que,
en comparación con los datos en este sentido obtenidos por otro estudio en enero,
“ese riesgo se ha multiplicado hasta por 5 y en el peor escenario 100 mil niños y
niñas están en situación de potencial deserción escolar”.

Agrega que la principal razón para apoyar el regreso a las aulas es la presencia
del docente, catalogado de “insustituible” por un 50 % de los entrevistados para
dicho estudio.

6
Sugiere que las autoridades educativas adopten políticas públicas y medidas
específicas para identificar el punto de partida y los desafíos a afrontar en materia
de calidad educativa en el corto plazo, entre ellas hacer evaluaciones a los
aprendizajes adquiridos por los estudiantes públicos y privados. También
recomienda que sea designada una comisión que trabaje en el diseño del
calendario escolar 2021-2022, el cual -a su juicio- deberá ser presencial como
norma, y como excepción a distancia. De su lado, la entidad denominada Save
The Children advirtió que el modelo educativo a distancia, iniciado en la República
Dominicana hace 15 meses, no ha podido llegar a los niños, niñas y adolescentes
de los hogares más vulnerables.

“Datos recientes evidencian cómo en un escenario moderado 237,000 estudiantes


han abandonado el sistema educativo actual, pudiendo alcanzar a más de
322,000, de un total de 1.8 millones de niños, niñas y adolescentes que conforman
el sistema público educativo”, señala el informe. La entidad advierte que las cifras
resultan escandalosas, más aún si se parte de un déficit de aprendizaje previo,
que ya condenaba a niños y niñas a reproducir los círculos de la pobreza y la
marginalidad.

“Si además, a esto añadimos que los estudiantes que se han mantenido en el
sistema educativo bajo la modalidad a distancia han tenido un aprendizaje limitado
o nulo, o no han conseguido avanzar, tal y como ya señalan algunos estudios,
estaríamos muy probablemente ante la mayor crisis educativa de los últimos
años”, enfatiza. Resaltan que esta crisis tiene como víctimas inocentes a cientos
de miles de niños y adolescentes que ven truncada cualquier posibilidad de
desarrollo digno, proyectos de vida y oportunidades de superación.

Implementación de Programas

Las autoridades del Ministerio de Educación implementaron el programa


“Aprendamos en casa, preservando la salud”, con lo que se dio inicio el dos de
noviembre de 2020 de un año escolar atípico y con miles de estudiantes sin
acceso a dispositivos que les permitieran tener contacto con sus maestros, a
través de esas plataformas. Tampoco cuentan con acceso al internet, vital para el
proceso de aprendizaje. Un estudio preliminar realizado por Acción Empresarial
por la Educación (EDUCA) revela que en el país desertaron al menos 20,000
niños(as) y adolescentes, desde el inicio de la pandemia de COVID-19, lo que
representa un 1.30% de la matrícula general del sistema público. El levantamiento
refiere que no están matriculados, pero estudian en casa o salas de tareas un
1.55% y los que estudiaban antes de la pandemia pero ya no representan el
1.30%, aproximadamente. Los datos oficiales fueron solicitados al Ministerio de
Educación, entidad que hasta la publicación de este reportaje no había ofrecido el
dato, ni la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) ha realizado un
levantamiento sobre la deserción escolar en medio de la pandemia

Revertir la deserción escolar

La salida prematura de estudiantes del sistema educativo es el mayor riesgo que


está afrontando la sociedad dominicana, explica Darwin Caraballo, director
ejecutivo de EDUCA, quien entiende que, si no se controla y revierte la situación,
los efectos sobre la economía, la competitividad, las actividades inmorales e
ilegales y la seguridad ciudadana se verán afectadas sensiblemente.
“La experiencia demuestra que cada día aumenta la probabilidad de riesgo de
salidas del sistema para no regresar y la situación es grave y debe ser atendida de
forma inmediata”, indicó.

Estos datos coinciden con un análisis presentado por Save the Children, en
República Dominicana, organización que mostró su preocupación por la situación.

“Esta debería de ser la principal preocupación del cuerpo docente, porque un niño
o niña que abandona la escuela tiene altas probabilidades de ser víctima de
trabajo infantil u otras formas de explotación y por tanto de no regresar a las
aulas”, apuntó la directora ejecutiva de Save the Children, Alba Rodríguez.

Bajo nivel de aprendizaje

El Banco Mundial en su informe “Actuemos ya para proteger el capital humano de


nuestros niños”, indica que algunas simulaciones sugieren que la deserción
escolar en América Latina y El Caribe podría aumentar en un 15 por ciento debido
a la pandemia.
En los sectores vulnerables se ha evidenciado la crisis educativa, el aprendizaje
ha bajado totalmente para quienes no tienen la oportunidad del acceso al internet,
la ausencia de conocimientos de los familiares no les ha favorecido en la
educación en casa, afectando el ritmo de conocimiento.

A pesar de los enormes esfuerzos realizados a la fecha por los sectores


educativos de la región, los niveles de aprendizaje han sido fuerte y
negativamente afectados en los países de América Latina y el Caribe durante la
pandemia, particularmente entre los niños y niñas más pobres.

De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, América Latina y el Caribe


podría ser la segunda región con el mayor crecimiento absoluto en el indicador de
“pobreza de aprendizaje.

Posición de EDUCA

10

EDUCA señala que un estudio que ella acaba de realizar arroja el dato de que
entre 80 y 100 mil estudiantes están en riesgo de deserción producto de la
pandemia. Agrega que, en comparación con los datos en este sentido obtenidos
por otro estudio en enero, «ese riesgo se ha multiplicado hasta por 5 y en el peor
escenario 100 mil niños y niñas están en situación de potencial deserción escolar
«. Agrega que la principal razón para apoyar el regreso a las aulas es la presencia
del docente, catalogado de “insustituible” por un 50 % de los entrevistados para
dicho estudio. Sugiere que las autoridades educativas adopten políticas públicas y
medidas específicas para identificar el punto de partida y los desafíos a afrontar en
materia de calidad educativa en el corto plazo entre ellas hacer evaluaciones a los
aprendizajes adquiridos por los estudiantes públicos y privados..

También recomienda que sea designada una comisión que trabaje en el diseño
del calendario escolar 2021-2022, el cual -a su juicio- deberá ser presencial como
norma, y como excepción a distancia. Aconseja, asimismo, trabajar en una
«estrategia de innovación disruptiva» para traer a la educación dominicana un
modelo híbrido, que recoja las lecciones aprendidas durante esta pandemia y que
permitan al país dar el salto hacia la calidad de los aprendizajes. Educa expresa
que estudios internacionales dados a conocer por el Banco Mundial o la
Universidad Goethe, de Frankfort, han sido concluyentes en que la educación a
distancia aplicada en el mundo no ha logrado que los estudiantes aprendan y,
“peor aún, han agudizado las inequidades que presentan las sociedades”.

SAVE THE CHILDREN

11

La entidad denominada Save The Children advirtió que el modelo educativo a


distancia, iniciado en la República Dominicana hace 15 meses, no ha podido llegar
a los niños, niñas y adolescentes de los hogares más vulnerables. «Datos
recientes evidencian cómo en un escenario moderado 237,000 estudiantes han
abandonado el sistema educativo actual, pudiendo alcanzar a más de 322,000, de
un total de 1.8 millones de niños, niñas y adolescentes que conforman el sistema
público educativo», dice.

Resalta en un documento de prensa que «las cifras resultan escandalosas, más


aún si se parte de un déficit de aprendizaje previo, que ya condenaba a niños y
niñas a reproducir los círculos de la pobreza y la marginalidad». «Si, además, a
esto añadimos que los estudiantes que se han mantenido en el sistema educativo
bajo la modalidad a distancia han tenido un aprendizaje limitado o nulo, o no han
conseguido avanzar, tal y como ya señalan algunos estudios, estaríamos muy
probablemente ante la mayor crisis educativa de los últimos años», enfatiza.

Resaltó que esta crisis tiene como víctimas inocentes a cientos de miles de niños
y adolescentes que ven truncada cualquier posibilidad de desarrollo digno,
proyectos de vida y oportunidades de superación.

Lugares donde se ha dado la deserción escolar en República Dominicana

Por motivos asociados a la pandemia del coronavirus, al menos 700 estudiantes


12
del nivel primario y secundario han abandonado las escuelas en el municipio de
Villa Bisonó (Navarrete), en la provincia Santiago.

Así lo dio a conocer Jacqueline Mercado, directora del distrito educativo 08-07 de
ese municipio, quien dijo que esa cantidad de niños, niñas y adolescentes,
inscritos en los registros de los planteles, se han ausentado de la virtualidad, así
como de la docencia semipresencial.

“Tenemos setecientos estudiantes que no están presentes en las clases”, reveló


Mercado. Tanto estudiantes activos como quienes han desertado del año escolar
están trabajando en el mercado laboral.

“Dos estudiantes me pidieron de favor que no les solicitara que enciendan la


cámara para no tener problemas en sus lugares de trabajo”, contó a Diario Libre
Marcelino Polanco, profesor de matemáticas del sexto grado en el liceo Pedro
María Espaillat.

El también presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) en


Navarrete, informó que tanto en las clases virtuales como durante los días que
duró la semipresencialidad, solo tenían en sus aulas entre 10, 15 y 20 estudiantes
de una matrícula que sobrepasa los 35.

“De los 36 niños y niñas que tengo lo más que he logrado que se conecten son
20”, relató Marcelino Polanco. El abandono escolar en las provincias del país
corrobora lo antes dicho sobre la relación existente entre la deserción y la
pobreza. El Mapa sobre la deserción en el nivel básico muestra como las
provincias que presentan mayores índices de pobreza del país, de acuerdo al
Sistema Nacional de Indicadores para el Desarrollo (SINID), son las que presentan
mayores porcentajes de deserción escolar.

En primer lugar se encuentra Pedernales con un porcentaje de deserción de


13.1% para este nivel, seguida de Barahona con un 8.3%, San Juan, Elías Piña y
13
Bahoruco con 7.7%, 6.5% y 6.4% respectivamente.

La relación deserción-pobreza y la b8ulnerabilidad debido a la pandemia del


Covid-19 en las provincias no se visualiza de manera similar en el nivel medio,
pues al parecer intervienen otros factores que deberían estudiarse a mayor
profundidad. A pesar de que las provincias con altos porcentajes de abandono son
prácticamente las mismas para ambos niveles, hay otras con índice de pobreza no
tan altos que muestran elevados porcentajes de abandono en el nivel medio, como
es el caso de La Vega y Espaillat que ocupan el segundo lugar junto a Barahona
con un 8.3% cada una. En primer lugar, se encuentra San Juan con 9.1% y luego
está Samaná, Pedernales, Independencia y Bahoruco con 7.7%, 7.4%, 7%, y
6.2% respectivamente.
Recomendaciones

14

 Implementar un plan de reforzamiento del aprendizaje centrado en los


grados que cada estudiante ha estado matriculado en los cursos 2020-21.

 Realizar un diagnóstico de los y las estudiantes que presenten mayor


rezago y por consiguiente un plan de reforzamiento focalizado y adaptado a
estos grupos.

 Implementar un Plan de fortalecimiento de capacidades del cuerpo docente,


tanto de conocimientos como de habilidades pedagógicas, acompañado de
un sistema de seguimiento y evaluación constante.
 Garantizar a los y las estudiantes los recursos materiales, didácticos y
tecnológicos necesarios para un aprendizaje en igualdad de condiciones.

 Integrar a las familias, comunidades y actores de la sociedad civil en


acciones de reforzamiento fuera del aula, promoviendo así espacios no
tradicionales que fomenten el aprendizaje.

 Incluir la lectura y las matemáticas como piezas clave en estos planes, o de


lo contrario estaremos solo simulando avances, y seremos responsables de
cada uno de los niños y niñas que abandonen el sistema educativo por no
saber leer.

 Implementar una estrategia dirigida al retorno a la educación de niños y


niñas que hayan abandonado el sistema educativo con acciones
focalizadas a sus necesidades incluyendo su inclusión en programas de
protección social.

Conclusión
15
La deserción escolar es una dificultad que ha acrecentado en tiempos de

pandemia, pero los resultados en las gestiones educativas por mantener a los

estudiantes han sido inmediatos, favoreciendo a los grupos vulnerables de las

comunidades.

En estudio realizado sobre la deserción escolar: una perspectiva compleja en

tiempos de pandemia, dejando como resultado que esta dificultad se puede evitar

con la ayuda de los actores de la institución educativa (Directivos, docentes,


estudiantes y padres de familia), aplicando estrategias que motiven a los

estudiantes a no desertar.

Existe predisposición por parte de los estudiantes en el plan educativo, las

complicaciones se observan es por la falta de recursos económicos que acrecienta

en el país, puesto que los padres se han quedado sin empleo y ellos han optado

por el trabajo dejando a un lado la educación.

Bibliografía

file:///C:/Users/jaja/Downloads/Educaci%C3%B3n%20Dominicana%20en%20el
16
%20Contexto%20de%20la%20COVID-19.pdf

http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/22550/1/T-UCE-0010-FIL-1028.pdf

https://www.diariolibre.com/actualidad/educacion/mas-de-200-mil-estudiantes-
habrian-desertado-de-la-escuela-en-pandemia-PB26720825

http://revistacontactord.com/desercion-escolar-la-otra-cara-de-la-pandemia-en-rd/
Sustentantes y Matriculas

Altagracia Vásquez Ventura / DN-19-30052

Ana julia Alcántara Santana / DN-20-20025

Catiana Cius / DN-20-20160


Erika Mateo Rosario / DN-20-20101

María Fernanda Ovalle herrera / DN-19-30117

María Altagracia Olivares / DN-2020-00168

Zaida Mejía Silva de Jiménez / DN-20-20111

Laura Esther Disla Henríquez / DN-20-10177

Materia:
Práctica de Enfermería salud escolar

Facilitador/a:
Lic. Ángela Melo

Tema:

La Violencia Postpandemia
LA VIOLENCIA POST PANDEMIA
EN REPÚBLICA DOMINICANA

ÍNDICE

Presentación

Portada

Introducción
Objetivos

La violencia postpandemia…………………………………………………………1-2

Registro de violencia durante el confinamiento…………………………….3, 4, 5

Tipos de violencia que se registraron ……………………………………………...6

La pandemia en la sombra…………………………………………………………..7-8

Estrategia para frenar la violencia……………………………………………………9

Estrategias de prevención en la Republica Dominicana…………………………

10

Herramientas para erradicar la violencia

…………………………………………..11

Recomendaciones……………………………………………………………………...12

Conclusión ………………………………………………………………………………

13

Bibliografía………………………………………………………………………………14

Introducción
La pandemia del virus Covid-19 ha tenido consecuencias en las familias
dominicanas y de todo el mundo, debido al confinamiento para evitar contagios.
En ese sentido, los datos de violencia intrafamiliar constituyen un indicador que
urge a implementar acciones públicas para evitar y atender los daños que ésta
ocasiona

. La presente investigación trata de la violencia post pandemia a nivel nacional y


local en nuestro país, así como algunos datos y programas que algunas
dependencias gubernamentales han implementado durante la pandemia en torno
a aquel tópico.

Asimismo, se muestran las iniciativas y recomendaciones para erradicarla. La


violencia familiar es una realidad en nuestro país, sobre todo en el confinamiento
provocado por la pandemia del virus Covid-19.

El encierro, la restricción de movilidad, la incertidumbre, el estrés y la presión por


la situación económica, la educación a distancia de manera improvisada, entre
otros factores, causan situaciones difíciles para los miembros de la familia en
distintos contextos.

Objetivos
Analizar las circunstancias de la violencia durante confinamiento en el cual se

potencian los factores de riesgo de violencia individuales y sociales en la

Republica Dominicana, al aumentar el aislamiento y las barreras que dificultan la

solicitud de ayuda y la denuncia.

Esta situación tiene como consecuencia directa el aumento de esta violencia. Sin

embargo, una primera aproximación puede llevar a cabo al error si se entiende

que la violencia disminuye debido al descenso de las denuncias y del número de

homicidios.

El estudio médico-legal de la violencia de bajo el confinamiento debe tener un

sentido evolutivo que contempla las consecuencias en sus 2 fases: durante el

confinamiento, con el aumento en todas sus formas (física, psicológica y sexual), y

tras el confinamiento, centrándose en la valoración del riesgo de letalidad, el cual

se incrementa debido a la percepción de pérdida de control que tiene el agresor.


La violencia post pandemia en Republica Dominicana

La pandemia de COVID-19 colocó al mundo en un contexto excepcional, alterando


de manera permanente todas las facetas y dinámicas de la sociedad, y
provocando un aumento en las desigualdades preexistentes. En este panorama,
todas las personas hemos sido afectadas por la crisis, pero no de la misma forma,
y aquellos grupos que sufren mayores desigualdades han sentido los efectos más
profundos y devastadores, como son las mujeres y las niñas.
Las medidas sanitarias implementadas por la mayoría de los países nos han
pedido que nos quedemos en casa como una medida de seguridad para no
contagiarnos con el virus o contagiar a otras personas. Sin embargo, para
muchas mujeres, esta medida ha significado poner sus vidas en mayor peligro,
puesto que han estado expuestas a violencia de género por su pareja íntima. De
hecho, se estima un aumento de la violencia de género luego del confinamiento,
con el 80% de los países reportando un incremento del número de llamadas a
líneas de auxilio y atención a la violencia de género.
Aunque es difícil determinar el vínculo entre confinamiento y violencia, las cifras
conocidas son preocupantes. A nivel global, 243 millones de mujeres y niñas de
entre 15 y 49 años han sido sometidas a violencia física y/o sexual por parte de su
pareja o expareja íntima en los últimos 12 meses, y en la República Dominicana,
el 35% de las mujeres entre 15 y 49 años reporta haber sido víctima de algún tipo
de violencia por su pareja sentimental.
Está comprobado que durante catástrofes y/o desastres naturales, la violencia de
género aumenta y que esta incrementación se mantiene y se agudiza en el

1
período de recuperación, especialmente en las poblaciones más afectadas por la
crisis.
Los problemas sociales y sistémicos existentes fundamentados en relaciones
desiguales de poder, aumentan por el estrés y la tensión relacionados con el
desastre, el desplazamiento por la recesión económica y la incertidumbre.
La pandemia actual comparte muchas similitudes con desastres del pasado. Sin
embargo, también presenta una paradoja única y angustiosa para algunas
mujeres. Si deciden quedarse en casa, corren el riesgo de sufrir violencia, y si
pueden salir de casa, corren el riesgo de contagiarse con un virus que amenaza
sus vidas.
Las respuestas a los desastres naturales y crisis, como la provocada por la COVID
-19, deben integrar acciones con perspectiva de género, y que dediquen especial
atención a la violencia que sufren mujeres y niñas en este tipo de situaciones.
El Rastreador Global de Respuestas de Género a COVID-19, lanzado
recientemente por PNUD y ONU Mujeres, indica que, en el contexto de la
pandemia, 29 países de la región de América Latina y el Caribe han establecido
177 medidas relacionadas con el abordaje de la violencia contra mujeres y niñas.
De estas medidas, 64% son para el fortalecimiento de los servicios de atención a
sobrevivientes de violencia, incluyendo el fortalecimiento a líneas de auxilio u otras
formas de reportar la violencia, y 23% a sensibilización y campañas de
prevención. Los resultados de esta herramienta ponen en evidencia la
importancia de diseñar e implementar medidas con enfoque diferencial,
entendiendo que los impactos son diferentes para mujeres y hombres.
La violencia contra las mujeres y las niñas constituye un desafío al disfrute de sus
derechos humanos, y es además un problema de salud pública que afecta a
mujeres sin importar la edad, educación o nivel de ingreso. La Agenda 2030 de
Desarrollo Sostenible reconoce que, si no se elimina la desigualdad de género no
será posible lograr sus objetivos, y establece la violencia de género como un
obstáculo para el desarrollo, e incluye una meta específica para eliminar todas las
formas de violencia contra las mujeres y niñas.
La pandemia puede servir como un punto de inflexión para establecer pautas de
planificación y preparación para proteger a las víctimas y sobrevivientes de
violencia de género frente a la amenaza actual de la COVID 19 y la inevitabilidad
de desastres futuros. Es necesario trabajar colectivamente en mitigar las
consecuencias de la actual crisis, pero asegurando que “nadie quede atrás” y que
podamos garantizar a mujeres y niñas un mundo seguro, más allá de la pandemia.
Registros de Violencia durante el confinamiento

En noviembre de 2019 la Procuraduría General de la República (PGR) anunció


que ese año se había registrado la tasa más baja de feminicidios de los últimos
catorce años y cerró el año con un registro de 77 feminicidios.
Sin embargo, apenas el 2020 había empezado en República Dominicana se
registraron un intento y tres feminicidios: Nelsin (de origen venezolano), Angelita
(46 años) y Yajaira (25 años) perdieron la vida el 1 de enero de 2020 a causa de la
violencia machista. Aunque al inicio, la prensa dominicana reportó que la cifra de
mujeres asesinadas el primer día del año era de cuatro, la cadena CDN aclaró que
la muerte de Cleury de Olmo no había sido a manos de su pareja sentimental,
como se especuló en redes sociales y los medios replicaron. La mujer de 27 años,
según información entregada por sus familiares, habría fallecido por una
preeclampsia debido a su estado de gestación.
Pocos meses después de iniciado el año y con un registro de 8 mujeres
asesinadas (entre enero y febrero) producto de la violencia machista en el país, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró, el 11 de marzo de 2020, el inicio
de la pandemia provocada por el SARS-CoV2. La mayoría de los países del
mundo decretaron estado de emergencia a causa del alarmante incremento de
casos de contagios de la covid-19 en tan poco tiempo. República Dominicana no
fue la excepción y sus autoridades decretaron el inicio de la cuarentena el 19 de
marzo de 2020.
Los países consideraron que la aplicación de medidas restrictivas, ante el
aparecimiento de una enfermedad nunca antes vista, era la única posibilidad para
frenar y reducir los contagios. Sin embargo, aunque estas medidas podrían haber
resultado efectivas para ese fin, para las mujeres, niñas, niños y adolescentes
víctimas de violencia de género los hogares se convirtieron en sitios inseguros
debido a la aplicación de medidas restrictivas sin perspectiva de género.
El aislamiento obligatorio, las restricciones de movilidad y la disminución de
servicios esenciales a causa de la pandemia son medidas que obligan a las
mujeres a permanecer encerradas con sus maltratadores y aumenta las
posibilidades de que sufran violencia o sean asesinadas. En la República
Dominicana, como en muchos otros países del mundo, no existe un protocolo para
tratar los casos de violencia de género en medio de una emergencia sanitaria,
como detalla el documento Violencia de género y feminicidios en tiempos de
COVID-19 en República Dominicana, elaborado por el Observatorio Político
Dominicano (OPD) en abril de 2020, esta situación “se debe, quizás, a que el país
no había vivido un brote de enfermedades desde el 2011 cuando se propagó el
cólera”.
Según este mismo documento la falta de un protocolo de atención a víctimas de
violencia de género influyó en el número de llamadas y denuncias registradas que,
en la República Dominicana, durante la cuarentena obligatoria se redujeron;
contrario a lo sucedido en otros países que registraron un aumento considerable
en las llamadas y denuncias por violencia de género, violencia intrafamiliar y
delitos sexuales.
En República Dominicana 150 mujeres y 251 niñas y niños menores de 13 años
se vieron obligados a acudir a casas de acogida, entre el 17 de marzo y 17 de
mayo de 2020, según publicó el Fondo de Población de las Naciones Unidas
(UNFPA) y según datos proporcionados por el Ministerio de la Mujer entre los
meses de marzo y junio, a través de la Línea Mujer *212, en total se registraron
2978 llamadas para denunciar violencia física (1094), psicológica (385), verbal
(51), patrimonial (1) y en algunos casos no se informó el tipo de violencia (1447).
En ese mismo período, la Procuraduría General de la República (PGR), registró
que 16 mujeres habían sido víctimas de feminicidios, pero como se explica en el
informe La violencia de género en la República Dominicana el Código Penal del
país “no concibe el feminicidio como un acto de crimen diferenciado”, lo que
genera una problemática importante porque no existe una “clara definición que
permita enmarcar cuando un asesinato es considerado feminicidio y cuando es un
homicidio de mujeres”. Por ello, como se recogió en la primera fase de esta
investigación organizaciones de la sociedad civil como Participación Ciudadana
señalaron que el número de casos podría ser mayor.
En 2018 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó el Estudio global
sobre homicidios en el que se califica a América Latina como la segunda región
del mundo más letal para las mujeres después de África. En ese mismo reporte se
detalla que de los 25 países con el mayor número de actos extremos de violencia
contra las mujeres, 14 están en América Latina y los países de esta región con
mayor tasa de feminicidios por cada 100.000
4 mujeres son: El Salvador (6.8),
Honduras (5.1), Bolivia (2.3), Guatemala (2.0) y República Dominicana (1.9).
Este dato llamó la atención del movimiento cívico no partidista Participación
Ciudadana, que explicó que “debido a la falta de estadística detallada y a los
problemas de tipificación y conceptualización sobre el feminicidio en el actual
Código Penal Dominicano, es altamente probable que la Procuraduría General de
la República esté imputando alrededor de 37% menos casos de feminicidios”
desde el año 2016, pues en las estadísticas proporcionadas por esta institución
gubernamental existe una “reducción de un 21% de los casos de feminicidios y
homicidios de mujeres reportados en el 2018”, a pesar de que la República
Dominicana desde el año 2014 ocupa los primeros puestos entre los países con
mayor tasa de incidencia de feminicidios de la región.
Durante el 2018, 15 países de Latinoamérica contabilizaron 3287 mujeres víctimas
de feminicidio o femicidio. El informe también revela que si a la cifra recolectada
sobre el número de femicidios y feminicidios registrados en esos 15 países se
suman los datos de los 10 países de la región que solo registran los feminicidios
cometidos a manos de la pareja o expareja de la víctima (como en el caso de
República Dominicana), el número de feminicidios para el año 2018 fue de al
menos de 3529 mujeres asesinadas a causa de la violencia machista.
En República Dominicana los feminicidios de Yazmín (18 años), Yésica (21 años),
Liliana (28 años), Ángela (32 años), Chantal (47 años) y de otras 11 mujeres (no
identificadas) que fueron asesinadas durante la cuarentena, tristemente, solo
agrandan las cifras anuales de feminicidios. Que según narró la abogada María
Jesús Pola, para la revista Global, forman parte de la estadística anual que
establece que aproximadamente 200 mujeres mueren a causa de la violencia
machista y no son registradas ni por la Policía Nacional ni por el Instituto Nacional
de Ciencias Forenses (INACIF), ambos, principales fuentes de la Procuraduría
General de la República. A pesar de que existe un subregistro (pues muchos de
estos casos no se traducen en denuncias), la violencia de género es el delito más
denunciado en República Dominicana.
Cada día en el mundo 137 mujeres son asesinadas por un miembro de su familia y
dos de cada tres de esos asesinatos son cometidos por parejas o familiares. Es
decir, el hogar es el sitio preferido para los feminicidas que antes de ejecutar la
máxima expresión de violencia contra la mujer (feminicidio), también violentan
física, psicológica, verbal y sexualmente a las víctimas.
En la República Dominicana el aislamiento obligatorio concluyó el 28 de junio de
2020, sin embargo, entre el 1 de enero y 7 de agosto de este año, 24 mujeres
fueron

Tipos de violencias que se originaron


5
Los tipos más relevante durante el confinamiento:
 De género
Son los actos violentos contra una persona en razón de su sexo o preferencia
sexual. En muchos casos, son actos que se ejercen contra las mujeres y están
relacionados con el control que algunos hombres creen tener sobre ellas,
generalmente, aprovechándose de condiciones de indefensión, desigualdad y
poder.
 Física
Son todas las agresiones que atentan contra el cuerpo de una persona, ya sea a
través de golpes, lanzamiento de objetos, encierro, sacudidas o estrujones, entre
otras conductas que puedan ocasionar daños físicos.
 Económica
Ocurre cuando se utiliza el dinero como un factor para dominar o establecer
relaciones de poder perjudiciales. Este tipo de violencia afloro por la falta de
empleo en dicho periodo.
 Psicológica o emocional
Es toda acción u omisión destinada a degradar o controlar las acciones,
comportamientos, creencias y decisiones de otras personas por medio de
intimidación, manipulación, amenaza, humillación, aislamiento, o cualquier
conducta que implique un perjuicio en la salud psicológica. Este tipo de violencia
es de las más comunes y naturalizadas de la sociedad, por lo que es necesario
aprender a reconocerla y denunciar.
 Sexual
En ella se incluyen todas las relaciones o actos sexuales, físicos o verbales, no
deseados ni aceptados por la otra persona. La violencia sexual puede presentarse
hacia hombres o mujeres utilizando la fuerza o la coacción física, psicológica o
cualquier otro mecanismo que anule o limite la voluntad personal.
La pandemia en la sombra

Desde que se desató el brote de COVID-19, los nuevos datos e informes que
presentan quienes están en primera línea revelan que se ha intensificado todo tipo
de violencia contra las mujeres y las niñas, sobre todo, la violencia en el hogar.
Es la pandemia en la sombra que crece en medio de la crisis de la COVID-19 y
necesitamos un esfuerzo colectivo general para detenerla.
Dado que los casos de COVID-19 siguen sobrecargando los servicios de salud,
los servicios esenciales –como los refugios y las líneas de atención en los que se
atiende a quienes padecen violencia en el hogar– han alcanzado el límite de su
capacidad.
Es preciso redoblar los esfuerzos para que enfrentar la violencia contra las
mujeres pase a ser una prioridad en las medidas de recuperación y respuesta a la
COVID-19.
En este sentido, sobre todas las personas recae una cuota de responsabilidad.
ONU Mujeres brinda información actualizada y apoya los programas vitales para
luchar contra la violencia hacia las mujeres que se ejerce a la sombra de la
pandemia de COVID-19.

Victimización en República Dominicana

La República Dominicana ha experimentado una tasa muy alta de violencia


durante varios años. La tabla a continuación presenta el índice de violencia desde
el año 2019 al 2021, según la Oficina Nacional de Estadística ONE.
Ampliando lo anterior, la Procuraduría General de la República, PGR, muestra que
en 2020 hubo un total de 1,675 homicidios en todo el país, con una tasa de 16.78
% homicidios por cada 100.000 habitantes.
(Procuraduría General de la República, PGR, 2016). Sin embargo, aunque la tasa
de homicidios fue muy alta en 2020, hubo una disminución en relación con el
2019, en el cual se reportó un total de 1,812 casos de homicidios y una tasa de
18.22 % por cada 100.000 habitantes.
Estos resultados reflejan 137 casos de homicidios menos en 2020, en relación con
el año anterior. En cuanto a las causas de los homicidios, cabe destacar que los
homicidios asociados con la delincuencia en 2020 fueron 455, con una tasa de
4.56 %; los no relacionados con la delincuencia fueron 822 y una tasa de 7.8 %.
Este dato revela que los homicidios por conflictos personales fueron dos veces
mayores que los que acompañaban a otro delito.

Estrategias para frenar la violencia


8

 Acceso a atención:
Garantizar el acceso a los servicios esenciales de atención, es decir, facilitar el
acceso a las cortes y juzgados, hospitales y servicios de salud, a consultorios
jurídicos y al apoyo psicosocial.
 Alianzas con organizaciones:
Trabajar estrechamente con las organizaciones de sociedad civil y redes de
mujeres defensoras de derechos humanos. Estas organizaciones son las expertas
en las necesidades de las mujeres y es importante fortalecer sus capacidades y
recursos para responder a la crisis.
 Cero tolerancias:
Tener cero tolerancias hacia la violencia contra las mujeres, asegurando que los
servicios policiales y judiciales prioricen la atención y sanción de la violencia. De
manera paralela, involucrar a la comunidad a unirse contra la violencia de género.
 Invertir en prevención:
Aumentar la inversión en la prevención a través de programas de educación,
campañas públicas y programas para empoderar a las mujeres y niñas, buscar la
transformación de las masculinidades nocivas o las normas sociales que fomentan
o toleran la violencia contra ellas.

Estrategias de prevención en República Dominicana


9 (PSD).
 El Plan de Seguridad Democrática
Fue uno de los principales proyectos de nación,
enfocado en brindar a la población el acceso a sus
derechos fundamentales, principalmente a las
personas residentes en zonas marginadas. Este
proyecto tuvo sus inicios en el año 2004 y comenzó a
desarrollarse plenamente en el 2005, apuntando a la
prevención del crimen y la delincuencia callejera, y a
combatir las causas que generan inseguridad. Dicho
plan tuvo varios programas, dentro de estos:

 Programa Barrio Seguro.


Los subprogramas fueron: “Financiando
Microempresarios de mi Barrio”. “Un Techo para mi
Barrio”. “Becas para mi Barrio”. “Centros de
Capacitación Tecnológico y Comunal”.
“Competidores de mi Barrio”. “Fiesta de mi Barrio”.
“Bandas de Música de mi Barrio”. “Los Muralistas y
Pintores de mi Barrio”. “Niños, Niñas y Adolescentes
no Escolarizados de mi Barrio”.
 Programa Municipio Seguro
Villa de la Seguridad Ciudadana. Red Alimentaria.
Protección a Víctimas de la Violencia. Prevención y
Seguridad. Control de Bebidas Alcohólicas (COBA).
Control de Armas de Fuego (COFA). Control y Regulación de Productos
Pirotécnicos.

 Plan Nacional de Seguridad Ciudadana


Es el plan actual sobre seguridad ciudadana. Busca
reducir los niveles de delincuencia en el país. El
plan se sustenta sobre dos pilares fundamentales:
persecución y prevención del delito. Este plan inició
con la participación de más 2,000 efectivos
policiales y militares, quienes patrullaban día y
noche las calles, con el objetivo de proteger a la
ciudadanía.

Herramientas para erradicar la violencia


10

Se produce herramientas para promover una respuesta al COVID-19 en América


Latina y el Caribe con perspectiva de género. El documento Prevención de la
violencia contra las mujeres frente a COVID-19 en América Latina y el Caribe
orienta a diferentes actores sociales sobre estrategias, recomendaciones y
prácticas prometedoras para prevenir y responder a la violencia contra las mujeres
en el marco de la crisis por la pandemia.
Asimismo, la Iniciativa Spotlight, el mayor esfuerzo mundial enfocado en poner fin
a todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, que surge producto
de una alianza mundial entre la Unión Europea y las Naciones Unidas, ajustó su
plan de acción con el fin de responder a las necesidades en función de la crisis
provocada por el COVID-19.
Por ejemplo, las actividades ahora se centran en fortalecer las redes de atención a
víctimas de violencia, en particular los refugios, para asegurar una provisión de
servicios alineada con las nuevas disposiciones sanitarias. Además, se están
fortaleciendo las redes de defensoras de derechos humanos en su labor de
prevención y atención de la violencia.

Recomendaciones 11

Esta serie de siete orientaciones dirigidas a los promotores, los encargados de


diseñar y ejecutar los programas, entre otros, resume los datos sobre la eficacia
de las siguientes siete estrategias principales dirigidas a prevenir la violencia
interpersonal y la autoinfligida:
1) aumentar las relaciones sanas, estables y estimulantes entre los niños y sus
padres o cuidadores.
2) desarrollar habilidades para la vida en los niños y los adolescentes.
3) reducir la disponibilidad y el consumo nocivo de alcohol.
4) restringir el acceso a las armas de fuego, las armas blancas y los plaguicidas.
5) fomentar la igualdad en materia de género para prevenir la violencia contra las
mujeres.
6) cambiar las normas sociales y culturales que propician la violencia.
7) establecer programas de identificación, atención y apoyo a las víctimas.

12
Conclusión

En esta investigación se trató de ofrecer luz de las peculiaridades de la violencia


post pandemia en la República Dominicana en los años 2020 al 2021, años en los
cuales el país estuvo bajo confinamiento.

En ese sentido, es indispensable que las medidas que se adopten como respuesta
nacional a la COVID-19 tomen en cuenta el impacto diferenciado sobre las
mujeres y las niñas para que sus efectos sean realmente en favor de su inclusión,
con respeto a sus derechos fundamentales, su posición laboral y económica

Si estamos ante un escenario nuevo que se está construyendo durante la COVID-


19 y que apunta a una reconstrucción post pandemia, y las mujeres son las más
afectadas por esta situación, es lógico que sean escuchadas y consulta-das,
considerando que somos el pilar de la reactivación económica en pequeña y gran
escala, sobre todo en las comunidades y en el ámbito rural.

Si las políticas públicas toman en cuenta las necesidades especiales de las


mujeres y las niñas, tendrán asegurado el efecto que buscan. Algunas
estrategias y buenas prácticas nos pueden conducir a una distinta
valoración de los esfuerzos realizados hasta el momento y quizás reconducirlos
por nuevos senderos que aseguren una mayor eficacia y eficiencia en el uso de
los recursos públicos.

Bibliografía
https://www.undp.org/es/dominican-republic/blog/pandemia-y-violencia-de-g
13
%C3%A9nero-crisis-de-doble-impacto-para-las-mujeres
https://violentadasencuarentena.distintaslatitudes.net/portfolio/republica-
dominicana/
https://www.microsoft.com/es-ww/microsoft-teams/log-in
https://revistas.intec.edu.do/index.php/ciso/article/view/1488/2072
https://revistas.ulima.edu.pe/index.php/Advocatus/article/view/5120

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