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MÓDULO II
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MÓDULO II: EL SER HUMANO COMO PROBLEMA FILOSÓFICO
Índice
Contenido
I. La naturaleza social del ser humano y las normas morales ................................ 5
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MÓDULO II:
1.1. Política1
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naturaleza (pues la naturaleza no hace nada mezquinamente,
como lo hacen con sus cuchillos los herreros de Delfos, sino que
acomoda cada cosa a un fin particular, y de este modo cada
instrumento alcanza su perfección mayor al servir no a muchas
cosas, sino a una sola). Entre los bárbaros, sin embargo, la mujer y
el esclavo tienen el mismo rango; y la causa de esto es que no
tienen ellos nada que por naturaleza pueda mandar, sino que la
misma sociedad conyugal es en ellos entre esclava y esclavo. Por
esto dicen los poetas: "Está puesto en razón que los griegos
manden a los bárbaros", dando a entender que por naturaleza es
lo mismo ser bárbaro que ser esclavo.
1 Texto extraído y recortado de: Aristóteles. (2000). Política (2º ed.). México: UNAM.
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ahora o fueron en lo antiguo súbditos de rey; y como los hombres
se representan a su imagen la forma de los dioses, otro tanto han
hecho con su vida.
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también es el peor de todos cuando está divorciado de la ley y la
justicia. La injusticia más aborrecible es la que tiene armas; ahora
bien, el hombre, dotado como está por la naturaleza de armas
que ha de emplear en servicio de la sabiduría y la virtud, puede
usarlas precisamente para lo contrario. Por esto es el hombre sin
virtud el más impío y salvaje de los animales, y el peor en lo que
respecta a los placeres sexuales y de la gula. Por otro lado, la
justicia es algo que se da en la ciudad, ya que la administración
de justicia, o sea el juicio sobre lo que es justo, es el orden de la
comunidad política. (Aristóteles, 2000, pp. 1-5).
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asamblea. Podría argüirse que estos últimos no son magistrados y
que en razón de su oficio no participan en el poder; pero sería
ridículo el privar del nombre de magistrados a quienes ejercen el
poder soberano. No disputemos en absoluto sobre una cuestión
de palabras, pues lo que pasa es
que no hay un término común que
pueda aplicarse con propiedad así
al jurado como al miembro de la
asamblea. Por un prurito de
definición llamémosla una
magistratura indefinida, y
tengamos por firme que quienes de
ella participan son ciudadanos.
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II. La naturaleza individual del ser humano y el comportamiento
ético.
2.1. Leviatán2
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Pero esto prueba que los hombres son en esos puntos iguales
más bien que desiguales. Pues generalmente no hay mejor signo
de la igual distribución de alguna cosa que el que cada hombre
se contente con lo que le ha tocado.
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punto de no ver otro poder lo bastante grande como para ponerle
en peligro. Y no es esto más que lo que su propia conservación
requiere, y lo generalmente admitido. También porque habiendo
algunos, que, complaciéndose en contemplar su propio poder
en los actos de conquista, los llevan más lejos de lo que su
seguridad requeriría, si otros, que de otra manera se contentarían
con permanecer tranquilos dentro de límites modestos, no
incrementasen su poder por medio de la invasión, no serían
capaces de subsistir largo tiempo permaneciendo sólo a la
defensiva. Y, en consecuencia, siendo tal aumento del dominio
sobre hombres necesario para la conservación de un hombre,
debiera serle permitido. Por lo demás, los hombres no derivan
placer alguno (sino antes bien, considerable pesar) de estar
juntos allí donde no hay poder capaz de imponer respeto a todos
ellos. Pues cada hombre se cuida de que su compañero le valore
a la altura que se coloca él mismo. Y ante toda señal de desprecio
o subvaloración es natural que se esfuerce hasta donde se atreva
(que, entre aquellos que no tienen un poder común que los
mantenga tranquilos, es lo suficiente para hacerles destruirse
mutuamente), en obtener de sus rivales, por daño, una más alta
valoración; y de los otros, por el ejemplo.
2 Texto extraído y recortado de: Hobbes, T. (2007). Leviatán (Vol. I). Buenos Aires: Editorial Losada.
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Lo que puede en consecuencia atribuirse al tiempo de
guerra, en el que todo hombre es enemigo de todo hombre,
puede igualmente atribuirse al tiempo en el que los hombres
también viven sin otra seguridad que la que les suministra su propia
fuerza y su propia inventiva. En tal condición no hay lugar para la
industria; porque el fruto de la misma es inseguro y por
consiguiente tampoco cultivo de tierra; ni navegación, ni uso de
los bienes que pueden ser importados por mar, ni construcción
confortable, ni instrumentos para, mover y remover los objetos
que necesitan mucha fuerza; ni conocimiento de la faz de la
tierra; ni cómputo del tiempo; ni artes; ni letras; ni sociedad; sino,
lo que es peor que todo: miedo continuo, y peligro de muerte
violenta; y para el hombre una vida solitaria, pobre,
desagradable, brutal y corta.
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allí lugar. Donde no hay poder común, no hay ley. Donde no hay
ley, no hay injusticia. La fuerza y el fraude son en la guerra las dos
virtudes cardinales. La justicia y la injusticia no son facultad alguna
ni del cuerpo ni de la mente. Si lo fueran, podrían estar en un
hombre que estuviera solo en el mundo, como sus sentidos y
pasiones. Son cualidades relativas a hombres en sociedad, no en
soledad. Es consecuente también con la misma condición que
no haya propiedad, ni dominio, ni distinción entre mío y tuyo; sino
sólo aquello que todo hombre pueda tomar; y por tanto tiempo
como pueda conservarlo. Y hasta aquí lo que se refiere a la
penosa condición en la que el hombre se encuentra de hecho
por pura naturaleza; aunque con una posibilidad de salir de ella,
consistente en parte en las pasiones, en parte en su razón.
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contado o se intercambian bienes o tierras, y puede ser entregada
algún tiempo después.
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2.2. Los Dilemas éticos
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3 Sacado de https://studylib.es/doc/4740685/actividad--%E2%80%9Cintereses-
espec%C3%ADficos.%E2%80%9D
4 Sacado de https://studylib.es/doc/4740685/actividad--%E2%80%9Cintereses-
espec%C3%ADficos.%E2%80%9D
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III. El liberal y sus principios éticos
3.1.1. Introducción
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En la parte que le concierne meramente a él, su
independencia es, de derecho, absoluta. Sobre sí mismo, sobre
su propio cuerpo y espíritu, el individuo es soberano.
5 Texto extraído y recortado de: Stuart Mill, J. (1984). Sobre la libertad. Madrid: Sarpe.
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persuasión (largo período desde que fue conseguida en
todas las naciones, del cual debemos preocuparnos aquí),
la compulsión, bien sea en la forma directa, bien en la de
penalidades por inobservancia, no es ya admisible con un
medio para conseguir su propio bien, y sólo es justificable
para la seguridad de los demás.
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Pero hay una esfera de acción en la cual la
sociedad, como distinta del individuo, no tiene, si acaso,
más que un interés indirecto, comprensiva de toda aquella
parte de la vida y conducta del individuo que no afecta
más que a él mismo, o que si afecta también a los demás,
es sólo por una participación libre, voluntaria y
reflexivamente consentida por ellos. Cuando digo a él
mismo quiero significar directamente y en primer lugar; pues
todo lo que afecta a uno puede afectar a otros a través de
él, y ya será ulteriormente tomada en consideración la
objeción que en esto puede apoyarse. Esta es, pues, la
razón propia de la libertad humana. Comprende, primero,
el dominio interno de la conciencia; exigiendo la libertad
de conciencia en el más comprensivo de sus sentidos; la
libertad de pensar y sentir; la más absoluta libertad de
pensamiento y sentimiento sobre todas las materias,
prácticas o especulativas, científicas, morales o teológicas.
La libertad de expresar y publicar las opiniones puede
parecer que cae bajo un principio diferente por pertenecer
a esa parte de la conducta de un individuo que se
relaciona con los demás; pero teniendo casi tanta
importancia como la misma libertad de pensamiento y
descansando en gran parte sobre las mismas razones es
prácticamente inseparable de ella. En segundo lugar, la
libertad humana exige libertad en nuestros gustos y en la
determinación de nuestros propios fines; libertad para trazar
el plan de nuestra vida según nuestro propio carácter para
obrar como queramos, sujetos a las consecuencias de
nuestros actos, sin que nos lo impidan nuestros semejantes
en tanto no les perjudiquemos, aun cuando ellos puedan
pensar que nuestra conducta es loca, perversa o
equivocada. En tercer lugar, de esta libertad de cada
individuo se desprende la libertad, dentro de los mismos
límites, de asociación entre individuos: libertad de reunirse
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3.2. De la individualidad como uno de los elementos del bienestar
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significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa
que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el
mundo, y que después se define. El hombre, tal concibe el
existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser
nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así pues,
no hay naturaleza humana porque no hay Dios para concebirla. El
hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal
como él se quiere, y como concibe después de la existencia,
como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el
hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer
principio del existencialismo. Es también lo que se llama la
subjetividad, que se nos hecha [sic] en cara bajo ese nombre.
Pero ¿qué queremos decir con esto, sino que el hombre tiene
una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Porque queremos
decir que el hombre empieza por existir; es decir, que empieza por
ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de
proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto
que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una
podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este
proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será ante
todo lo que habrá proyectado ser… Pero si verdaderamente la
existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo
que es. Así el primer paso del existencialismo es poner a todo
hombre en posesión de lo que es, y, asentar sobre él la
responsabilidad total de su existencia. Y cuando decimos que el
hombre es responsable de sí mismo, no queremos decir que el
hombre es responsable de su estricta individualidad, sino que es
responsable de todos los hombres. Hay dos sentidos de la palabra
subjetivismo y nuestros adversarios juegan con los dos sentidos.
Subjetivismo, por una parte, quiere decir elección del sujeto
individual por sí mismo, y por otra imposibilidad del hombre de
sobrepasar la subjetividad humana. El segundo sentido es el
profundo del existencialismo. Cuándo decimos que el hombre se
elige, entendemos que cada uno de nosotros se elige, pero
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también queremos decir con esto que al elegirse elige a todos los
hombres. En efecto, no hay ninguno de nuestros actos que al crear
al hombre que queremos ser, no cree al mismo tiempo una imagen
del hombre tal como consideramos que debe ser. Elegir ser esto o
aquello, es afirmar al mismo tiempo el valor de lo que elegimos,
porque nunca podemos elegir mal; lo que elegimos es siempre el
bien, y nada puede ser bueno para nosotros, sin serlo para todos…
Así soy responsable para mí mismo y para todos, y creo cierta
imagen del hombre que yo elijo; eligiéndome; elijo al hombre. Esto
permite comprender lo que se oculta bajo palabras un tanto
grandilocuentes como angustia, desamparo, desesperación.
Como verán ustedes, es sumamente —sencillo. Ante todo, ¿qué
se entiende por angustia? El existencialista suele declarar que el
hombre es angustia: Esto significa que el hombre que se
compromete, y que se da cuenta de que es no sólo el que elige
ser, sino también, un legislador, que elige al mismo tiempo que a
sí mismo a la humanidad entera, no puede escapar al sentimiento
de su total y profunda responsabilidad… No se trata aquí de una
angustia que conduzca al quietismo, a la inacción. Se trata de
una simple angustia, que conocen todos los que han tenido
responsabilidades… Dostoievsky escribe: "Si Dios no existiera, todo
estaría permitido." Éste es el punto de partida del existencialismo.
En efecto, todo está permitido si Dios no existe y en consecuencia
el hombre está abandonado, porque no encuentra ni en sí ni
fuera de sí una posibilidad de aferrarse. No encuentra ante todo
excusas. Si en efecto la existencia precede a la esencia, no se
podrá jamás explicar por referencia a una naturaleza humana
dada y fija; dicho de otro modo, no hay determinismo, el hombre
es libre, el hombre es libertad. Si, por otra parte, Dios no existe,
no encontramos frente a nosotros valores u órdenes que
legitimen nuestra conducta. Así, no tenemos ni detrás ni delante
de nosotros, en el dominio luminoso de los valores, justificaciones
o excusas. Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo
que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque
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no se ha creado a sí mismo, y sin embargo, por otro lado, libre,
porque una vez arrojado al mundo responsable de todo lo que
hace… Piensa, pues, que el hombre, sin ningún apoyo ni socorro,
está condenado a cada instante a inventar al hombre. Ponge ha
dicho, en un artículo muy hermoso: “el hombre es el porvenir del
hombre”. Es perfectamente exacto… (pp. 53-69).
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FUENTES DE INFORMACIÓN
Instituto para la Calidad Empresarial. (27 de julio de 2017.). USMP recibe por
quintro año consecutivo el distintivo de Empresa Asocialmente
Responsable. Lima: USMP y Facultad de Ciencias Administrativas y
Recursos Humanos. Recuperado de
http://www.administracion.usmp.edu.pe/ice/2017/07/27/usmp-recibe-
quinto-ano- consecutivo-distintivo-empresa-socialmente-responsable/
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Jonas, H. (1995). El principio de responsabilidad: Ensayo de una ética para la
civilización tecnológica. Barcelona: Editorial Herder.
Magee, B. (2010). Una introducción a la filosofía. Diálogo con Isaiah Berlin. [en
línea] (pp. 17-46). En: Bryan Magee Los hombres detrás de las ideas,
México: Fondo de Cultura Económica. Tomado de:
https://es.scribd.com/doc/40207171/Bryan-Magee-Una-introduccion-a-
la-filosofia-Dialogo-con-Isaiah-Berlin
Platón. (1985). Critón. En Platón Diálogos I (pp. 154-156). Madrid: Editorial Gredos.
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https://marisabelcontreras.files.wordpress.com/2015/02/la-aventura-
de-pensar.pdf
Sen, A. (s.d.). ¿Qué impacto puede tener la ética? Documento incluido dentro
de la Biblioteca Digital de la Iniciativa Interamericana de Capital Social,
Ética y Desarrollo - www.iadb.org/etica. Recuperado de
http://www.uca.edu.sv/facultad/clases/eco/100203/documentos/Qu
e_impacto_pue de_tener_la_etica.doc
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