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Trabajo práctico N°1

Este trabajo práctico se evalúa con escala numérica del 1 (uno) al 10 (diez). Deben obtener como mínimo un 4
(cuatro) para aprobar.
Lo que presente se evaluará teniendo en cuenta tanto el contenido como la forma. En cuanto a lo formal,
usted no debe exceder las 3 carillas y entregar el trabajo en formato Word, hoja A4, Times New Román 12,
interlineado 1,5.
1- a) Enumere los legados de la modernidad y explíquelos.
2- a) Explique el estado de naturaleza y el pasaje a la sociedad civil para Hobbes. b) Explique el estado
de naturaleza para Locke y el pasaje a la sociedad civil comparándolo con Hobbes.
3- Exponga alguna razón que usted considere que explica la inclusión de T. Hobbes y J. Locke en la
unidad 2 de esta materia. Tenga en cuenta lo trabajado en la unidad 1.

J. LOCKET
Una mente sana y un cuerpo sano, es una breve pero completa
sensación de felicidad en este mundo”

RESPUESTAS:
1-El afianzamiento del individuo, así como del valor de su libertad, de sus deseos y de sus intereses, considerar
a la razón como la vía emancipadora del individuo y a la racionalidad científico técnica como la condición para su
prosperidad, la constitución del Estado moderno y la necesaria formación del ciudadano requerido por el nuevo estado
social, nos llevaron a considerar a la educación como un proceso de socialización que pretendía crear un individuo adaptado
y conforme con un conjunto de mandatos culturales y normativos.

Pero considerando el contexto actual y nuestro futuro como formadores de hombres ciudadanos:

“¿cómo educar al individuo para que desarrolle actitudes y capacidades para la reflexión, la crítica, el juicio propio y que
le permitan un ejercicio pleno de la libertad y la autonomía, así como condiciones que lo habiliten para la consecución de
sus intereses particulares; y, por otro ¿cómo proveer al mismo tiempo una educación para que se adapte a un determinado

orden social, político y cultural constituido, que favorezca en él una identidad cívica y que lo remita necesariamente a una
“educación homogénea”?

. (Geneyro, 2009, p 26)

1-Valoración de la vida terrenal: El hombre moderno se forma como sujeto individual en un mundo

organizado por la razón científica, dejando atrás la concepción medieval que menospreciaba lo terreno

centrándose en lo terrestre, y la vida en común que transcurría en las corporaciones para bordear la racionalidad inmanente
de la naturaleza que puede entenderse también como la del individuo.

La presencia del individuo cambia rotundamente la noción de la vida social y política oportuna a la edad media y al mundo
antiguo, la conceptualización organicista, para pasar a una concepción mecanicista, propia del mundo moderno. La primera
implica la primacía del todo por sobre las partes, que el todo es incluso más que la suma de sus partes: una totalidad orgánica
de la cual el sujeto proviene y depende como fuente de sentido. La otra, se basa sobre el principio de que el todo no es más
que la suma de sus partes componente. Este es el efecto del paso de una sociedad Teo centrista al antropocentrismo: la
revalorización de la vida del sujeto en su mundo y en su tiempo, la revalorización de la vida terrenal.

2- La transformación de la naturaleza en recurso y condición para el bienestar: El hombre se desentiende de la


naturaleza y la toma como recurso; en la modernidad, el hombre va a la naturaleza, no como parte de ella, si no como un
dueño.

3-El hombre moderno es también un individuo que vive asociado con otros individuos dentro de un orden

administrativo por el Estado: el hombre moderno requiere, para formarse, que la educación haga de él también un
ciudadano; es decir el sujeto de una sociedad civil administrada por un Estado. El Estado no se puede sostener en el contexto
de una sociedad civil fragmentada por la desigualdad y el conflicto de intereses ya que no habría cohesión. Tampoco se
puede pensar una sociedad civil libre de las obligaciones impuestas por el Estado

4- El hombre moderno deja atrás su vida natural porque habita en un mundo secularizado por la cultura en donde
la naturaleza es progresivamente racionalizada: El hombre-ciudadano normaliza la naturaleza, esto es, aumentar la
posibilidad de transformar el medioambiente. La razón es una condición esencial para el desarrollo científico y el progreso
y el conocimiento ofrece la autonomía individual y social del individuo.
En relación a la educación se esbozan tensiones, entre lo que significa la formación para la autonomía y la civilización de
los sujetos con el fin de homogeneizarlos y dominarlos.

5- La formación educativa de individuos que son ciudadanos y viven en un mundo secularizado, resulta

posible sobre la base de los sistemas educativos nacionales: Esta democracia, que plantea una sociedad en la que todos
los ciudadanos tengan las mismas oportunidades, se ve debilitada en cuanto existe una organización de mercado capitalista
que no es capaz de identificar como un inconveniente, una inexactitud, o una falla en su mismo sistema el hecho de que la
sociedad en la cual y por la cual existe, a la subdivisión de ciudadanos en clases sociales.

1-b Para explicar las diferencias se podría partir desde una definición de Dios como aquello mayor a lo cual
nada puede ser pensado. Si tenemos la noción de Dios en nuestra mente; incluso aquel que afirma que Dios no existe parte
del mismo supuesto, ya que para afirmar su no existencia necesita concebir aquello que niega. Entonces una cosa es que esa
noción esté presente en el entendimiento, y otra, que tenga existencia en la realidad. Consecuentemente, Dios tiene un ser
tanto en el entendimiento como en la realidad. De esta manera se concluye que Dios (como lo máximo pensable) existe por
fuera de mí (existe en sí) necesariamente. Podemos encontrar varios supuestos implícitos, en primer lugar, se parte de una
definición unívoca de Dios (uno podría refutar que Dios no se define como ‘aquello a lo cual nada mayor puede ser pensado’,
o por lo menos que no es la definición aceptada por todos, y por lo tanto no aceptar la conclusión del argumento). Lo otro
que se podría plantear sería un tipo de existencia particular que es el ‘ser en el entendimiento’: se atribuye al objeto de
pensamiento un ser, una existencia específica. Lo más importante sería considerar, a la existencia como una. Podemos
encontrar el término “universales”, a los que los realistas que sostienen que este tipo de términos nombran entidades reales,
cosas subsistentes por sí que estarían presentes a su vez en cada cosa particular. En cambio, los nominalistas consideran
que los universales son meras palabras, por las que hacemos referencia a los particulares; con ello rechazan todo tipo de
esencialismo, dado que lo único verdaderamente existente son las cosas singulares.

2-a) Para Hobbes, el primer paso para la transición hacia el Estado deriva de la razón; de ésta surgirían dos leyes de la
naturaleza que impiden a los hombres ser destruidos, pues están de acuerdo en desprenderse de su participación en la ley
natural y en luchar por la paz. Estas leyes restringen la libertad del individuo ya que determinan no seguir sus pasiones
naturales, tales como el orgullo, la venganza, etc. Los previenen de disfrutar de su derecho a hacer lo que quiera y por tanto
volver a un estado de guerra. Así es como la transición hacia el estado busca arrancar de raíz el estado de guerra derivado
del estado de naturaleza. De modo que hay una necesidad ineludible del Estado que fundamenta la protección de los
hombres. Se trata una renuncia parcial de su derecho inherente a un Estado con un poder absoluto e indivisible, que
proporciona esta protección a cambio. “…Dícese que un Estado ha sido instituido cuando una multitud de hombres
convienen y pactan, cada uno con cada uno, que a un cierto hombre o asamblea de hombres se le otorgará, por mayoría,
el derecho de representar a la persona de todos (de ser su representante). Cada uno de ellos, tanto los que han votado en
pro como los que han votado en contra, debe autorizar todas las acciones y juicios de ese hombre o asamblea de hombres,
lo mismo que si fueran suyos propios, el objeto de vivir apaciblemente entre sí y ser protegidos contra otros hombres…”

La transición hacia el Estado que plantea John Locke, se produce cuando la justicia es imparcial. Previo consenso entre
las personas, habría una transmisión de sus derechos naturales en el Estado. Funcionan como en Hobbes, la regla de la
mayoría porque nada sería posible en una sociedad disuelta. Esta regla implica el consentimiento de todos, para asegurar su
sometimiento a la voluntad del pueblo. Si actúa contra éste, están en un estado de naturaleza; al relegar, el hombre, sus
derechos sobre la base de un acuerdo compartido, da lugar a un gobierno civil legítimo, que impone una dificultad, a saber,
los individuos en virtud del mismo. El hombre renuncia a sus derechos, pues “…Si el hombre es, en el estado de naturaleza,
tan libre como se ha afirmado, si es el dueño absoluto de su propia persona y posesiones, igual al más prominente y no
sometido a nadie […] si bien en el estado de naturaleza, posee tal derecho, el goce del mismo es, sin embargo, sumamente
incierto y se halla constantemente expuesto a ser obstaculizado por terceros…” Las deficiencias del estado de la naturaleza
son: la ausencia de leyes establecidas; imparcialidad de los jueces para manejar su poder y ejecutar condenas. Estas tres
brechas conducen a los hombres a salir del estado de naturaleza para proteger y mantener sus propiedades. Al igual que en
Hobbes, el juego de poder es una necesidad, pero a diferencia de éste, no es para poner fin a un estado de guerra sino a un
estado de injusticia.

2-b Para John Locke, el estado de naturaleza, no significa necesariamente un estado de guerra como en Hobbes,
aunque deja ver cierto escepticismo sobre el estado natural, pues predomina la justicia imparcial. Es un estado de igualdad,
porque todos tienen los mismos poderes, lo que implica un estado de no-sujeción, “…no hay nada más evidente que el que
criaturas de la misma especie y rango […] deban ser así mismo iguales entre sí, sin subordinación ni sujeción…” También
es un estado de perfecta libertad, pues el hombre no depende de nadie para disponer de su persona. Pero esta libertad no es
absoluta, ya que está limitada por dos preceptos: la ley de la naturaleza y de la razón. Sin que por ello pueda hacer daño a
otros o a sí mismo. “…Quien así derrame la sangre de un hombre, por otro hombre será su sangre derramada…” En
Locke, las leyes naturales tienen su lugar en el estado de naturaleza, pues al ir contra la libertad de los individuos, no son
más que atributos de la naturaleza humana. Sin embargo, entre los autores, se encuentra la razón humana, esto es, el resultado
de un ser pensante y prudente. El estado de naturaleza no es el equivalente a un estado de guerra; en Locke, la situación de
conflicto se sintetiza en una acción que amenaza con destruir a una persona, se trata de la violación de la libertad de cada
uno. La transición hacia el Estado se caracteriza por la búsqueda de la justicia imparcial y la desaparición del estado de
guerra.

Tanto Hobbes como Locke, tienen su propia concepción del estado de naturaleza y el paso hacia el Estado. Ni uno ni
otro están de acuerdo en cualquier punto que tomemos de una definición, eventualmente en algunos conceptos, pero no por
unanimidad de ideas. La concepción del estado de naturaleza de Thomas Hobbes, es negativa, pues representa un estado de
guerra permanente, en el que el individuo está en riesgo constantemente.

“… es manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los atemorice a todos,

se hallan en la condición o estado que de denomina guerra; una guerra tal que es la de todos contra todos…”

“…La razón sugiere adecuadas normas de paz, a las cuales pueden llegar los hombres por mutuo consenso…”

A Hobbes se le critica igualar el estado de naturaleza a guerra, y a Locke que el Estado no puede ocupar el lugar de la justicia
imparcial. La transición hacia el Estado es percibida por ambos como favorable.

3-Los pensamientos de Thomas Hobbes (1588-1679) son mágicamente originales y siguen siendo notables en la política
contemporánea. Su principal inquietud es el problema del orden social y político: cómo los seres humanos pueden vivir
juntos en paz y evitar el peligro y temor de un conflicto civil. Plantea una alternativa como dar nuestra obediencia a un
soberano irresponsable
Directa o indirectamente, ha fijado los términos del debate sobre los fundamentos de la vida política en nuestros tiempos.
Podemos plantear la cuestión en términos de la preocupación por la igualdad y los derechos que el pensamiento de Hobbes
anunció: vivimos en un mundo donde todos los seres humanos se supone que tienen derechos, es decir, las reivindicaciones
morales que protegen sus intereses básicos. El punto es importante sobre todo cuando se trata de un punto interpretativo
central en la obra de Hobbes: si piensa o no en los seres humanos como objetos mecánicos, programados para perseguir su
propio interés. Formamos creencias sobre entidades sobrenaturales, hadas y espíritus, etc., y el miedo sigue donde la creencia
ha ido, distorsionando aún más nuestro juicio. En líneas generales, el argumento de Hobbes es que la alternativa al gobierno
es una situación que nadie podría razonablemente desear y que cualquier intento de hacer que el gobierno rinda cuentas al
pueblo debe socavarlo, lo que amenaza la situación no gubernamental que todos debemos evitar. Nuestra única opción
razonable, por lo tanto, es una autoridad «soberana» que es totalmente inexplicable para sus súbditos.
Locke da una entrada plena al liberalismo clásico cuando crea la tradición de los derechos naturales, en el cual se separa
claramente la inclusión de la iglesia en la dirección del estado. Argumenta que las personas tienen derechos naturales que
deben ser intransferibles y sin dependencia a ningún decreto de gobierno. Su teoría genera cambios trascendentales a la hora
de analizar los derechos de propiedad y propinando el pensamiento de que cuando un hombre mezcla sus jornadas del
trabajo con un alto esfuerzo toda mejora para un buen valor de la sociedad.

Bibliografías:
T. Hobbes, “Leviatán o la materia, forma y poder de un república eclesiástica y civil”, Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica, p. 102, 2011. Traducción de Manuel Sánchez Sarto.
Hobbes, op.cit. p. 101
Ib. 2
Ib. 2
T. Hobbes, op.cit., p. 105
Locke, “Ensayo sobre el gobierno civil”, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, p.25, 2010.
T. Hobbes, op. cit., p. 142.
J. Locke, op.cit., p. 143.

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