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LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL

Se entiende por jurisdicción, en sentido amplio, a la acción de “declarar el derecho”, es


decir, la actividad realizada por el órgano encomendado legalmente para decidir conforme
a derecho un asunto sometido a su conocimiento.

Esta actividad conlleva la existencia anterior de un órgano del Estado, facultado


legalmente para realizar esa función, el conflicto o caso concreto que se somete a su
conocimiento y la decisión unilateral que el órgano expresará al resolver.

En los diversos ordenamientos jurídicos se establecen Conflicto Constitucional: surge cuando


instrumentos o mecanismos para la resolución de conflictos de la autoridad infringe la Constitución.

carácter estrictamente constitucional y se designa, ya sea a El tribunal que conozca el proceso


jurisdiccional interpreta y aplica la
tribunales especializados o a los mismos jueces ordinarios para el norma constitucional
conocimiento y resolución de las referidas controversias.

Las principales instituciones jurídicas contenidas en una Constitución, se encaminan a


garantizar y favorecen el disfrute de los derechos humanos de los individuos, que por su
trascendencia e importancia son definitivamente fundamentales.

Es por ello que cuando alguno de éstos derechos fundamentales se ve conculcado por
los comportamientos arbitrarios o por abusos de los poderes públicos, el individuo hace
uso de los instrumentos procesales específicos que la constitución y la normativa
ordinaria, han provisto para el efecto.

Es allí donde entonces, entra en acción en primer término la jurisdicción ordinaria y en


caso de ser necesario, al haberse agotado los recursos posibles, la jurisdicción
constitucional, que intervendrá como defensor del orden constitucional, no como una
tercera instancia, ya que el conocimiento del fondo del asunto es de competencia
exclusiva de la jurisdicción ordinaria.

A decir de Héctor Fix Zamudio: “El control constitucional abarca instrumentos


jurídicos y políticos de resolución de conflictos derivados de la aplicación de normas
fundamentales, en tanto que la jurisdicción constitucional comprende la decisión de
dichos conflictos por medio de tribunales en sentido estricto”.

En cuanto a la jurisdicción constitucional, actualmente se han formulado distintas


definiciones, por lo que se hace necesario citar algunas de ellas. Oswaldo Alfredo
Gozaini, sostiene que: “La jurisdicción constitucional es el estudio del órgano judicial
encargado de tutelar la vigencia efectiva de los derechos humanos (como norma
fundamental), la supremacía constitucional y el cumplimiento de las pautas mínimas que
regulan los procedimientos constitucionales.”

La Corte de Constitucionalidad guatemalteca ha indicado que desde sus inicios ha


asumido la función de defensa del orden constitucional y así lo ha plasmado en su
jurisprudencia al indicar que “…la jurisdicción constitucional persigue preservar la
preeminencia y eficacia de las normas constitucionales, interpretar su sentido y asegurar
su primacía en el orden jurídico.”

El ex presidente de la Corte de Constitucionalidad, Héctor Hugo Pérez Aguilera,


señala:
“La justicia constitucional constituye un elemento esencial, para garantizar la libertad y los
derechos fundamentales de los ciudadanos frente a actos marcados con reproche de normas
constitucionales, siendo su principal objetivo la administración de justicia ejercida por un tribunal
constitucional o por un órgano jurisdiccional ordinario, teniendo en cuenta que la norma suprema
es una norma jurídica de aplicación prevalente y, como tal, decisoria Litis, para la solución de un
conflicto constitucional en el que derechos y obligaciones son legalmente exigibles.”

El significado, y en términos más precisos, la configuración de la jurisdicción


constitucional dependerá en última instancia, si se organiza la misma desde el punto de
vista del sistema europeo –concentrado– o del sistema americano –difuso– ya que ambos
sistemas tienen connotaciones diferentes en cuanto al órgano encomendado para
conocer, pero tienen en común el objetivo que es, la defensa del orden constitucional.

Se desprende de las definiciones anteriores, que la jurisdicción constitucional tiene


como presupuestos los siguientes:
a) La existencia de derechos fundamentales, generalmente contenidos en una norma de
jerarquía superior que supedita a vez la validez de la normativa ordinaria. Es decir que,
dichos derechos se plasman a partir de las directrices contenidas en la cúspide del
ordenamiento jurídico, a ésta norma suprema se le conoce como una Constitución.
En los casos que sea rígida, el mecanismo para modificarla debe comprender un
procedimiento especial e intrínsecamente de contenido jerárquicamente superior.

b) Existe un órgano de control constitucional a quien se ha encomendado


específicamente dicha función, sea en forma privativa o no. El que debe estar
facultado para velar por la defensa del orden constitucional; y

c) La existencia de los procedimientos, mecanismos o alternativas procesales que


permitan garantizar el pleno disfrute de esos derechos fundamentales y su ejercicio
ante la fuerza estatal. En ese sentido, deben estar determinadas en ley, las acciones,
procesos o garantías, así como el marco de organización, competencias y la ejecución
de las decisiones relativas al control constitucional.

La existencia de estos presupuestos asegurara la efectividad de la jurisdicción


constitucional, que va encaminada sin lugar a dudas a proteger y restaurar los derechos
fundamentales cuando éstos han sido vulnerados.

Los objetivos de la jurisdicción constitucional pueden resumirse en la resolución de


conflictos que surjan de la afectación que sufra la persona en sus derechos
fundamentales, que no solo están plasmados en la Constitución como norma suprema,
sino que provee de las garantías esenciales para la protección eficaz de dichos derechos.

En la mayoría de ordenamientos constitucionales se encuentran instrumentos


establecidos con el objeto de tutelar jurídicamente los derechos humanos establecidos
en los mismos ordenamientos y el desarrollo de estos instrumentos está encomendado a
la jurisdicción constitucional. Por su trascendencia e importancia, uno de estos
mecanismos es el proceso de Amparo, que se ha extendido a casi todas las
constituciones de la región latinoamericana.

El proceso de Amparo es un derecho también, a decir de Allan R. Brewer Carías:


“…tiene por objeto, por medio de un procedimiento sencillo y breve dotado de medidas cautelares
importantes, la tutela de todos los derechos humanos establecidos por las mencionadas cartas
fundamentales (incluyendo, ya sea expresa o implícitamente los propios derechos consagrados en
los tratados internacionales) con exclusión de la libertad e integridad personal, protegidos
específicamente por el hábeas corpus, cuando esos derechos son violados por las autoridades
públicas y en ocasiones también por sectores sociales situados en condiciones de predominio”

Otro objetivo de la jurisdicción constitucional es, la interpretación de la norma


constitucional por medio de la cual se busca entender y descubrir el sentido normativo, no
entender el simple sentido de la norma sino el objeto, es decir, la interpretación objetiva
de la misma, su finalidad.

La Corte Suprema de Justicia en el expediente 1994-2009 del 8 de febrero del 2011


señaló: “Vale aquí indicar que al emprender la tarea de interpretar la Constitución se
hace necesario que el intérprete tome en cuenta, como principio básico que informe su
labor, que el orden fundamental que la norma suprema establece deriva del conjunto de
sus disposiciones, las que habrán de ser entendidas en su contexto, como unidad
armónica, atendiendo siempre a la interrelación existente entre ellas…”.

Esta labor de interpretar las normas constitucionales, que se orienta a mantener la


seguridad jurídica y la vigencia del Estado de Derecho, es también un objetivo de la
jurisdicción constitucional, ya que, de una determinada interpretación de la Constitución,
pueden ser expulsadas del sistema jurídico de un país algunas leyes, debido precisamente
a la imposibilidad de interpretarlas conforme a los preceptos constitucionales.

Así mismo, la jurisdicción constitucional persigue asegurar el principio de supremacía


constitucional, que se refiere a proteger el carácter supremo que se le atribuye a las
normas ubicadas en la posición jerárquicamente superior de un ordenamiento jurídico. No
importa si la Constitución es escrita, si es de carácter consuetudinario o difusa (como
sucede en el caso de Inglaterra), será siempre el fundamento sobre el cual se constituye
el ordenamiento jurídico del Estado de Derecho.

Su carácter de fundamental y supremo deviene de su origen, pues ella es el producto de


la voluntad soberana del pueblo, que en determinado momento ha decidido organizarse y
someterse a ese ordenamiento jurídico, que es el que establece el orden estatal y contiene
la regulación tanto de los derechos y garantías fundamentales de los ciudadanos, como
las limitaciones al ejercicio del poder de los gobernantes.

La supremacía de las normas constitucionales se refiere a la cualidad de fundamental y


suprema de la norma, no solo en su origen, sino en la función que cumple. En cuanto a su
origen, la Constitución es un derivado de la soberanía o poder soberano y en cuanto a
su función como se apuntó anteriormente es la norma fundamental para la organización
del Estado.

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