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CLÍNICA DE DERECHO

PROCESAL CONSTITUCIONAL
Y AMPARO

Unidad 1. Aspectos Generales


Lic. Maricela Patiño Pérez

Ciclo 22-1
Semana 1

1
Índice
Introducción ....................................................................................................................... 3
Tema 1: Aspectos generales ............................................................................................. 3
Subtema: Procesos constitucionales .............................................................................. 4
Subtema: Competencia ................................................................................................ 16
Subtema: Procedencia ................................................................................................. 19
Subtema: Sustanciación del proceso ........................................................................... 19
Subtema: Resolución ................................................................................................... 20
Conclusiones ................................................................................................................... 25
Referencias ..................................................................................................................... 26

2
Introducción

Tema 1: Aspectos generales


El derecho procesal constitucional tiene como objeto esencial el análisis de los
instrumentos predominantemente procesales que están dirigidos a la reintegración
del orden constitucional cuando el mismo ha sido desconocido o violado por los
órganos del poder.
De manera distinta, el que se puede calificar como «derecho constitucional
procesal» examina las instituciones procesales desde el ángulo y las perspectivas
del derecho constitucional, debido a que las Constituciones contemporáneas,
especialmente las surgidas en esta segunda posguerra, han elevado a la jerarquía
de normas fundamentales a varias instituciones de carácter procesal, y si bien es
verdad que con anterioridad, algunas de ellas ya figuraban en las Cartas
constitucionales clásicas, lo eran en forma aislada, en tanto que la actualidad existe
la conciencia de otorgar rango constitucional a las categorías procesales de mayor
importancia.

El Derecho Procesal Constitucional es aquella rama del derecho público que


establece las normas procesales orgánicas y funcionales necesarias para dar
eficacia real a la normativa constitucional, cuando surja un conflicto entre un acto
de la autoridad o de un particular y sus disposiciones.

Comprende la organización y atribuciones de los Tribunales Constitucionales y la


forma en que éstos ejercen su jurisdicción al resolver conflictos constitucionales por
medio del proceso y con efectos permanentes.

Su contenido se refiere a la competencia jurisdiccional constitucional y al proceso


que debe seguirse para decidir sobre las garantías y no a preceptos constitucionales
que se encuadran en el marco de la Constitución en forma estática.

El Derecho Procesal Constitucional comprende el desarrollo de las siguientes áreas


temáticas:

a) El conflicto constitucional y sus formas de solución;


b) El Derecho Procesal Constitucional orgánico, y
c) El Derecho Procesal Constitucional funcional.

En el ámbito descrito, pertenecen al Derecho Procesal Constitucional trascendentes


materias del quehacer jurídico, entre las que cabe destacar: la supremacía
constitucional; la Justicia Constitucional; los sistemas de control de
constitucionalidad de las leyes, decretos y otros actos públicos; y, el amparo efectivo
de las garantías que la Constitución asegura a las personas.

En síntesis, esta rama del derecho está destinada a proporcionar al país normas
eficaces para la protección jurisdiccional de su Constitución.

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Cuando el sistema crea tribunales constitucionales con competencia para dar
solución al conflicto constitucional, se ingresa, a través del proceso, al ámbito del
Derecho Procesal, “que pone a disposición de los afectados por la infracción
constitucional un tribunal competente e idóneo y las normas funcionales necesarias
para tramitarlo y decidirlo en un debido proceso”.10 El doctor Eduardo Ferrer Mac-
Gregor, define al Derecho Procesal Constitucional, como: “La disciplina jurídica que
se encarga del estudio sistemático de la jurisdicción, magistratura, órganos y
garantías constitucionales, entendiendo estas últimas como los instrumentos
predominantemente de carácter procesal dirigidos a la protección y defensa de los
valores, principios y normas de carácter fundamental (procesos y procedimientos
constitucionales)1

Subtema: Procesos constitucionales


Estos son algunos de los principales puntos en relación a esta materia, dentro del
sistema legal mexicano:
• El Juicio de Amparo (artículos 103 y 107 CPEUM)
• Las Controversias Constitucionales (artículo 105, fracción 1 CPEUM)
• Las Acciones de Inconstitucionalidad (artículo 105, fracción Il CPEUM)
• Procesos Jurisdiccionales en Materia Electoral (artículo 99, fracción V
CPEUM)
• El Juicio Político (artículo 110 CPEUM)
• La Facultad de Investigación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(artículo 97, párrafos segundo y tercero)2

JUICIO DE AMPARO .HABEAS CORPUS.


Del latín habeas corpus [ad subiiciendum] ‘que tengas [tu] cuerpo [para exponer]’,
"tendrás tu cuerpo libre“.Inglaterra 1215, Carta Magna, Juan Sin Tierra.
Inicialmente tutela dos derechos fundamentales: la libertad individual relativa a su
libertad de movimiento, a no ser objeto de detenciones arbitrarias, la integridad
personal, a no ser objeto de daños en su persona, como lesiones, tortura o muerte.
Dado que, se da dentro de un procedimiento jurisdiccional federal que termina en
juicio, Se usa en general como sinónimo de proceso, sin embargo, en estricto
sentido, el juicio es la parte final del proceso en la que se decide, emite el fallo o se
realiza un juicio objetivo jurídico por parte de la autoridad judicial.
Recurso. Para algunos el amparo es un recurso al ser un medo de impugnación
autónomo contra actos que lesionan derechos fundamentales.

1Ferrer Mac-Gregor Eduardo. “Aproximación al Derecho Procesal Constitucional”, Panorámica del


Derecho Procesal Constitucional y convencional, cit., p. 49
2 (2015, 03). Procesos Constitucionales Federales mexico.leyderecho.org Retrieved 03, 2021,
from https://mexico.leyderecho.org/procesos-constitucionales-federales/

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Para otros el amparo no es un recurso al no contemplarse en la normatividad
procesal secundaria, no es una instancia o etapa ordinaria del procedimiento de
origen, sino un proceso constitucional autónomo.

MEDIO DE CONTROL CONSTITUCIONAL.


El amparo es un medio de control constitucional al tener por fin vigilar que la
actuación de los órganos del Estado con motivo de sus funciones y actos, no
violenten derechos fundamentales o humanos, es decir; es un medio de control
constitucional que tiene por objeto garantizar el respeto y ejercicio de derecho
fundamentales (control constitucional), y derechos humanos establecidos en
instrumentos internacionales de los que el Estado mexicano sea parte
• (control de convencionalidad) cuando se han violado por alguna autoridad.

LAS CONTROVERSIAS CONSTITUCIONALES


La Controversia Constitucional es un medio de control de la regularidad
constitucional del que conoce el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
tiene por objeto resolver los confl ictos competenciales que surjan entre Poderes y
órganos Federales o Estatales, representa el primer medio de control constitucional,
anterior incluso, al Juicio de Amparo. Históricamente desde la Constitución de 1824,
el sistema jurídico mexicano ha contado con este medio de control, el artículo 137
fracción I, del ordenamiento en comento atribuía a la Corte Suprema de Justicia, la
facultad de resolver las eventuales diferencias de carácter contencioso entre
Estados

El artículo 105 de la Constitución vigente dispone puntualmente que corresponde a


la Suprema Corte de Justicia de la Nación conocer de las Controversias
Constitucionales que puedan surgir entre la Federación y una entidad federativa; la
Federación y un municipio; el Poder Ejecutivo y el Congreso de la Unión, cualquiera
de sus Cámaras o la Comisión Permanente; una entidad federativa y otra; dos
municipios de diversas entidades federativas; dos Poderes de una misma entidad
federativa, sobre la constitucionalidad de actos o normas; una entidad federativa y
uno de sus municipios sobre la constitucionalidad de actos o normas; una entidad
federativa y un municipio de otra o una Alcaldía de la Ciudad de México, en relación
a la constitucionalidad de actos o normas y entre Órganos Constitucionales
Autónomos y entre uno de éstos y el Poder Ejecutivo de la Unión o el Congreso
General sobre la constitucionalidad de actos o normas3
de Justicia de la Nación designa por turno, al Ministro Instructor a fin de que
proponga un proyecto de resolución, si el escrito de demanda a criterio del Ministro
3Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, (México: 1917), artículo 105, http://
www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_150917.pdf (consultado el 11 de marzo 2021).

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Instructor contempla causal de improcedencia, la demanda se desechará de plano.
Admitida la demanda, la parte demandada contará con un plazo de treinta días para
su contestación, el Ministro Instructor ordenará emplazar a la parte demandada a
efecto de realizar su contestación, quien contará con treinta días para tales efectos;
asimismo, dará vista a las demás partes para que en un plazo igual manifiesten lo
que a su derecho corresponda. Al contestar la demanda, la parte demandada podrá,
en su caso, reconvenir a la parte actora. En el caso que los escritos de demanda,
contestación, reconvención o ampliación fueren oscuros o irregulares, el Ministro
Instructor prevendrá al promovente para que subsane las irregularidades dentro del
plazo de cinco días, de no corregir las irregularidades y en caso de que se considere
relevante el asunto, se correrá traslado al Procurador General de la República, en
un plazo de cinco días, finalmente el Ministro Instructor admitirá o desechará la
demanda dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes.
Transcurridos los plazos anteriores, el Ministro Instructor determinará la fecha para
la audiencia de ofrecimiento y desahogo de pruebas, misma que tendrá verificativo
dentro de los treinta días siguientes, prorrogables en virtud de la importancia y
trascendencia del asunto.
Una vez concluida la audiencia antes descrita, el Ministro Instructor someterá a la
consideración del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el proyecto
de resolución que deberá contener una síntesis precisa sobre las normas generales
o actos materia de la controversia y el estudio de las pruebas que delimite si el actor
demostró o no la afectación, los fundamentos jurídicos en los que base su proyecto,
las consideraciones así como los preceptos por los que se estime que hay
violaciones, los alcances y efectos de la sentencia, así como los órganos que estén
obligados a cumplir lo conducente, los resolutivos que determinen en su caso, el
sobreseimiento, la validez o invalidez de las normas generales Controversia
Constitucional o actos impugnados y la determinación del tiempo en el que la parte
demandada deberá cumplir con lo resuelto.
En las Controversias Constitucionales no es procedente la acumulación de
Controversias, pero cuando exista conexidad entre dos o más de ellas y su estado
procesal lo permita, podrá acordarse que se resuelvan en la misma sesión. Los
asuntos relacionados a Controversias Constitucionales en ninguna forma pueden
ser archivados sin que quede cumplida la sentencia o se hubiere extinguido la
materia de la ejecución. Cabe destacar que la Ley Reglamentaria de la materia,
dispone que los efectos de las sentencias en el caso de las Controversias
Constitucionales, deberán surtirse a partir de la fecha que determine la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, además cada sentencia deberá contener al menos:
la fijación breve y precisa de las normas generales o actos objeto de la controversia;
las pruebas conducentes; los preceptos que fundamentan la Controversia
Constitucional; las consideraciones que la sustentan; los preceptos que se estimen
violados o vulnerados; los alcances y efectos de la sentencia; los puntos resolutivos,
término, elementos y características puntuales para su cumplimiento. Entre los
efectos de las sentencias respecto de Controversias Constitucionales, resulta de la
mayor importancia precisar que si fuere el caso que durante la votación del asunto
se alcanza la mayoría calificada de al menos ocho votos, la sentencia adquiere

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efectos generales, a través de la Declaratoria de Invalidez, también aplicable a las
Acciones de Inconstitucionalidad.
En el contexto de las responsabilidades del Congreso General, resulta relevante
que los efectos de las sentencias en el caso de las Controversias Constitucionales,
deberán extenderse a todas las normas cuya validez dependa o se vincule a la
norma declarada como inválida por el voto de al menos ocho Ministros del Pleno de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo anterior a fi n de que vía el Proceso
Legislativo, se articulen las eventuales inconsistencias que se desprendan de las
normas declaradas inválidas.

LAS ACCIONES DE INCONSTITUCIONALIDAD


Las Acciones de Inconstitucionalidad como las Controversias Constitucionales, son
un medio de control de la regularidad constitucional; también, se tramitan ante la
Suprema Corte de Justicia de la Nación a efecto de que el Pleno resuelva sobre la
probable contradicción de una norma general o un Tratado Internacional y la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos4
A diferencia de las Controversias Constitucionales, aluden al control abstracto de
constitucionalidad, lo que significa que para promoverlas no es necesario que exista
un agravio concreto, este medio se interpone contra normas de nueva creación y el
plazo para su interposición es de 30 días siguientes al de la publicación de la norma
general o el Tratado Internacional que se impugne, si el último día del plazo fuese
inhábil conforme a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, la demanda
podrá presentarse el primer día hábil siguiente. El procedimiento para la
interposición de las Acciones de Inconstitucionalidad es similar al de las
Controversias Constitucionales, salvo que las Acciones podrán versar sobre leyes
electorales.
Conforme al artículo 24 de la Ley Reglamentaria de las fracciones I y II del artículo
105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, una vez recibida
la demanda, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación designará
según el turno que corresponda, a un Ministro Instructor que iniciará el proceso para
su resolución, por lo que conforme al artículo 64 de la Ley en comento, éste evaluará
si el escrito por el que se promueve la Acción de Inconstitucionalidad resulta oscuro
o irregular, de ser así prevendrá al demandante o a sus representantes a efecto de
que hagan las aclaraciones correspondientes dentro del plazo de cinco días hábiles
Una vez transcurrido este plazo, el Ministro Instructor dará vista a los órganos
legislativos que hubieren emitido la norma y al Ejecutivo que la hubiere promulgado,
para que en un plazo de quince días hábiles rindan el informe que contenga las
razones y fundamentos tendientes a sostener la validez de la norma general

4Sergio López-Ayllón y Florencio Valladares, “Las acciones de inconstitucionalidad en la


Constitución mexicana: balance empírico de doce años de ejercicio,” Scielo 21 (julio/diciembre
2009):175-211. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-
91932009000200006&lng=es&tlng=es. (consultado el 4 de marzo 2021).

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impugnada o la improcedencia de la Acción de Inconstitucionalidad. En el caso del
Congreso de la Unión, cada una de las Cámaras deberá rendir por separado su
informe
Realizado lo anterior, el Ministro Instructor deberá dar vista al Procurador General
de la República, acompañando el escrito inicial con los informes rendidos, con la
finalidad de que éste realice la solicitud que considere hasta antes de que se dicte
la sentencia correspondiente, lo que no se obliga cuando es el mismo Procurador
quien interponga una Acción de Inconstitucionalidad. No se omite señalar que el
expediente se pondrá a disposición de las partes, quienes contarán con un plazo de
cinco días hábiles para los alegatos que consideren. El Ministro Instructor podrá
solicitar a las partes cualquier elemento que considere necesario para su estudio,
en tanto no sea dictada la sentencia. Agotado el procedimiento, someterá a
consideración de los demás integrantes del Pleno un proyecto de sentencia, el cual
será discutido y votado, a efecto de resolver de manera definitiva el conflicto, lo que
dará por concluido el juicio.
Son sujetos legitimados para iniciar Acción de Inconstitucionalidad:
• El equivalente al 33% de los integrantes de la Cámara de Diputados contra leyes
Federales y el 33% de los integrantes de la Cámara de Senadores contra leyes
Federales y Tratados Internacionales;El 33% de los integrantes de cualquier
legislatura local en contra de las leyes expedidas por la misma; el Ejecutivo Federal
por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno contra leyes federales y locales;
• Los Partidos Políticos con registro ante el Instituto Nacional Electoral, por medio
de sus dirigencias nacionales, contra leyes electorales federales o locales;
• Los Partidos Políticos con registro en una entidad federativa, representados por
sus dirigencias, únicamente contra leyes electorales expedidas por la legislatura de
la misma;
• La Comisión Nacional de los Derechos Humanos contra leyes del orden federal o
local, así como de Tratados Internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y
aprobados por el Senado de la República, que transgredan derechos humanos
establecidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales de los que México
sea parte; • Los organismos de protección de los derechos humanos estatales, en
contra de leyes expedidas por sus legislaturas;
• El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de
Datos Personales, contra leyes de carácter federal y local, así como Tratados
Internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y aprobados por el Senado de
la República, que vulneren el derecho al acceso a la información pública y la
protección de datos personales;
• Los organismos garantes de las entidades federativas, contra leyes expedidas por
las legislaturas locales, que contravengan lo relativo al derecho al acceso a la
información pública y la protección de datos personales;
• El Fiscal General de la República respecto de leyes federales y locales, en materia
penal y procesal penal, así como las relacionadas con el ámbito de sus atribuciones.

8
No es casualidad que en el caso de las Acciones de Inconstitucionalidad el
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sí esté facultado para
decretar la acumulación, ya de oficio o a petición de parte, siempre y cuando en
ellas se impugne la misma norma, toda vez que efectivamente lo que se impugna
por esta vía es la procedencia constitucional del precepto, en consecuencia,
corresponde al legislador ordinario subsanar la norma a la que eventualmente se le
impute vicio constitucional. La articulación del procedimiento para la interposición
de Acciones de Inconstitucionalidad, permite en el marco del equilibrio de poderes,
la actuación de la Corte respecto de la expedición de las normas y robustece la
colaboración de funciones entre los Poderes de la Unión
PROCESOS JURISDICCIONALES EN MATERIA ELECTORAL (ARTÍCULO 99,
FRACCIÓN V CPEUM)
En el marco jurídico mexicano corresponde al Tribunal Electoral del Poder Judicial
de la Federación resolver en forma definitiva los medios de control constitucional en
materia electoral. Es a través del Juicio para la Protección de los Derechos Político-
Electorales del Ciudadano y del Juicio de Revisión Constitucional Electoral -como
medios de control constitucional por vía de acción-, que el citado tribunal puede
examinar en el ámbito de su jurisdicción el fondo de las controversias que se le
presentan, cumpliendo con el encargo de impartir justicia electoral, lo cual se debe
entender como “la protección autentica o tutela efi caz del derecho a elegir o ser
elegido para desempeñar un cargo público, mediante un conjunto de garantías a los
participantes (partidos políticos y, en su caso, ciudadanos y candidatos) a efecto de
impedir que pueda violarse en su perjuicio la voluntad popular, contribuyendo a
asegurar la legalidad, certeza, objetividad, imparcialidad, autenticidad,
transparencia y, en general, justicia de los actos y procedimientos electorales.”5

A diferencia de la Acción de Inconstitucionalidad en materia electoral, cuyo


fundamento se encuentra en la fracción II del artículo 105 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, nuestra Carta Magna prevé un sistema de
medios de impugnación que otorga definitividad a las distintas etapas de los
procesos electorales y es garante de los derechos políticos de los ciudadanos

Las atribuciones para conocer y resolver los medios de impugnación encuentran su


fundamento en la reforma electoral de 19966 en la que se confiere al Tribunal
Electoral la salvaguarda de los principios de constitucionalidad y legalidad de todos

5 Orozco Henriquez, J. Jesús, (1998): “Justicia electoral y resolución de conflictos”, Revista del
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación 11, 40.
https://tecnologiaseducativas.te.gob.mx/RevistaElectoral/content/pdf/a-1998-02-011-039.pdf
(consultado el 11 de marzo 2021).
6
Decreto mediante el cual se declaran reformados diversos artículos de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1996, México, (consultado el 11 de marzo
2021).http://www.dof.gob.mx/nota_ detalle.php?codigo=4896725&fecha=22/08/1996

9
los actos y resoluciones electorales de las autoridades del país; con la reforma del
año 2007, en la que se ven ampliadas sus atribuciones con la facultad de declarar
la no aplicación de leyes contrarias a la Carta Magna, limitando los efectos al caso
concreto sobre el que versa el juicio y en la reforma a la fracción I del artículo 105,
publicada en octubre de 2012, se establece que será dicha instancia la que conozca
de las controversias constitucionales en materia electoral.

Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral, para interponer el Juicio


para la Protección de los Derechos Político-Electorales del Ciudadano y el Juicio de
Revisión Constitucional Electoral, se deberá presentar la demanda por escrito ante
la autoridad o partido político que haya emitido el acto o la resolución objeto de la
impugnación, observando los requisitos establecidos en el artículo 9 del citado
ordenamiento.

En dicho documento se debe circunstanciar de forma expresa y clara los hechos


en los cuales se sustenta la impugnación, los agravios causados y los preceptos
objeto de la violación, así como exponer los argumentos por los que solicita que no
se le apliquen las leyes en materia electoral por considerarse contrarias a la
Constitución Federal. El promovente contará con un plazo de cuatro días para
presentar la demanda, contados a partir del día siguiente a aquél en que le haya
sido notificado el acto o resolución objeto de la impugnación, considerando que
tratándose de procesos electorales, todos los días son hábiles.

Cabe precisar que la interposición de estos medios de impugnación no tiene efectos


suspensivos, toda vez que el desarrollo de los procesos electorales no puede ser
interrumpido7

Juicio de Revisión Constitucional Electoral (JRC)

El artículo 86 de la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia


Electoral, establece que el Juicio de Revisión Constitucional Electoral tiene por
objeto garantizar que los actos o resoluciones definitivas que emitan las autoridades
competentes de las entidades federativas encargadas de organizar y calificar los
comicios se encuentren apegados a la Constitución, o bien, resolver las
controversias que surjan durante los mismos.

Para que proceda la interposición de este medio de impugnación es requisito,


además de que los actos o resoluciones sean definitivos y firmes -Principio de
Definitividad-, la violación de algún precepto de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y que dicha violación pueda resultar determinante para
el desarrollo del proceso electoral o el resultado final de las elecciones, así como
que la reparación solicitada sea material y jurídicamente posible dentro de los plazos

7Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral, (México: 1996),
artículos 6, 7 y 8, http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/149_190118.pdf (consultado el 11
de marzo 2021).

10
electorales o sea factible antes de la fecha constitucional o legalmente fi jada para
la instalación de los órganos o la toma de posesión de los funcionarios electos

Los efectos de las sentencias que emitan para resolver el fondo de los juicios tanto
la Sala Superior del Tribunal Electoral, como sus Salas Regionales, confirmarán el
acto o la resolución impugnada, o bien, podrán modificarla o revocarla, caso en el
cual la sentencia deberá establecer lo necesario para enmendar la violación
constitucional que se hubiere cometido. El actor y los terceros interesados deberán
ser notificados de las sentencias recaídas a más tardar al día siguiente al que se
haya dictado la misma, en los términos previstos en el artículo 93 de la Ley General
del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral, así como a la autoridad
responsable mediante oficio al que se deberá anexar copia certificada de la
sentencia, dentro del plazo antes señalado.

Tanto el Juicio de Revisión Constitucional Electoral como el Juicio para la Protección


de los Derechos Político–Electorales del Ciudadano, constituyen los medios de
impugnación en materia electoral que establece el orden jurídico mexicano para que
el ciudadano común o las organizaciones, se inconformen ante el Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación, ya sea por una ley presumiblemente
inconstitucional que afecta sus derechos políticos o bien contra actos y resoluciones
de autoridades electorales. Dichos mecanismos permiten dar certeza jurídica a los
procesos electorales al resolver de manera definitiva las controversias presentadas
en su Sala Superior o ante sus Salas Regionales, en el ámbito de sus respectivas
competencias.

El Juicio de Revisión Constitucional Electoral (JRC), procede para resolver en forma


definitiva las impugnaciones contra actos y resoluciones de autoridades electorales
del orden federal y local. Su objeto es garantizar que el desarrollo de los procesos
electorales a cargo de las autoridades de las entidades federativas responsables de
organizar y calificar los comicios se encuentren apegados a la Constitución

Juicio para la Protección de los Derechos Político–Electorales del Ciudadano


(JDC)

La Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral prevé


en su artículo 79 las reglas aplicables para su procedencia, estableciendo que solo
puede interponerlo el ciudadano en lo individual, por sí mismo, o a través de sus
representantes legales, cuando se hagan valer presuntas violaciones a sus
derechos político–electorales, tales como el derecho a votar y ser votado en las
elecciones, asociarse individual y libremente para tomar parte en forma pacífica en
los asuntos políticos y de afiliarse libre e individualmente a los partidos político

El JDC es un medio de control constitucional por vía de acción, en virtud de que “la
ley prevé para el ciudadano el derecho de acudir ante órganos jurisdiccionales para
que, mediante una sentencia dictada dentro de un proceso, sea resuelto el litigio

11
que verse sobre la conculcación de derechos político-electorales y, en su caso, se
realice la ejecución forzada de lo juzgado.”8

De conformidad con lo señalado en el artículo 80 de la ley de la materia, procede


su interposición cuando, cumplidos los requisitos establecidos, el ciudadano no
obtenga de manera oportuna el documento oficial que le permita ejercer su voto o
una vez obtenido no sea incluido en la sección que corresponda a su domicilio en
lista nominal de electores o sea excluido de ésta de manera indebida; cuando siendo
propuesto por un partido político se le niegue sin justificación su registro como
candidato a un cargo de elección popular; cuando al estar asociado con otros
ciudadanos la autoridad les niegue injustificadamente su registro como partido o
agrupación política; cuando a su consideración la autoridad viole sus derechos
político-electorales con la ejecución de un acto o la emisión de una resolución o
bien, tratándose de precandidatos y candidatos a cargos de elección popular,
consideren que los actos o resoluciones del partido político al que se encuentran
afiliados violan alguno de dichos derechos.

Adicionalmente a la actualización de alguno de los supuestos señalados, para su


procedencia, el actor debe haber agotado todas las instancias y realizado las
gestiones necesarias para estar en condiciones de ejercer el derecho político–
electoral presuntamente violado.

Al respecto, la Jurisprudencia 9/200743 emitida por el Tribunal Electoral establece


que en el supuesto de que el agotamiento de la cadena impugnativa pueda
traducirse en una merma al derecho tutelado, el actor podrá acudir al salto de
instancias -per saltum- directamente ante las autoridades jurisdiccionales, siempre
que esta opción se ejerza dentro del plazo previsto para la interposición del recurso
o medio de defensa que da acceso a la instancia inicial contemplada en la
normatividad interior partidista o en la legislación ordinaria, de no hacerlo así será
improcedente su interposición.

De conformidad con lo previsto en el artículo 83 del ordenamiento en comento, la


Sala Superior del Tribunal Electoral es competente para resolver este medio de
impugnación cuando la controversia se relacione con las elecciones de Presidente
Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Gobernadores y Jefe de Gobierno
de la Ciudad de México, así como en las elecciones federales de Diputados y
Senadores por el principio de representación proporcional. Las Salas Regionales
del Tribunal Electoral, en el ámbito territorial en el que ejerzan su jurisdicción, serán
competentes tratándose de controversias promovidas con motivo de procesos
electorales Federales o de las entidades federativas, o relacionadas con las
elecciones Federales de Diputados y Senadores por el principio de mayoría relativa,
o bien, de autoridades Municipales, Diputados Locales, de la Asamblea Legislativa
y titulares de las Alcaldías de la Ciudad de México, entre otros. Por cuanto hace a
la firmeza de las sentencias emitidas por el Tribunal Electoral en este tipo de juicios,

8 Reyes Zapata. Miguel, 2003 Juicio para la protección de los derechos político-electorales del
ciudadano, (México: Editorial Porrúa,),1203.

12
los fallos que resuelven el fondo del JDC tienen la calidad de definitivos e
inatacables. Los efectos de éstas pueden consistir en confirmar, modificar o revocar
el acto o resolución impugnados, lo que implica que no tienen solamente un carácter
negativo, consistente en anular el acto o resolución combatidos, sino que también
cuentan con un carácter positivo consistente en que la decisión materia del fallo
sustituye a la impugnada9

La Sala Superior del Tribunal Electoral en sesión celebrada el veinte de mayo de


2002, aprobó por unanimidad de seis votos la jurisprudencia que establece
precedente en el sentido de que con objeto de consolidar el imperio de los mandatos
que contiene la Constitución General sobre cualquier ley y autoridad, las sentencias
que emita dicho Tribunal obligan a todas las autoridades, independientemente de
que figuren o no con el carácter de responsables, sobre todo, si en virtud de sus
funciones les corresponde desplegar actos tendientes a cumplimentar dichos
fallos.10

En atención al principio de definitividad, para la interposición del JDC o del JRC, el


marco normativo establece que es necesario se hayan agotado todas las instancias
previas para impugnar el acto o resolución en materia electoral que pudiera haber
determinado su modificación, revocación o anulación, por lo que tratándose del
proceso electoral federal, en la etapa de resultados y de declaraciones de validez,
la Cámara de Senadores debe tener en consideración que los partidos políticos o
los candidatos que contienden pueden interponer en primer instancia y antes de los
medios de control constitucional señalados, el juicio de inconformidad, a efecto de
impugnar las resoluciones de las autoridades electorales federales en las que se
presume se violan normas constitucionales o legales relativas a las elecciones de
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Senadores y Diputados.

Al respecto, de conformidad con lo establecido en la Ley General de Instituciones y


Procedimientos Electorales, es atribución del Instituto Nacional Electoral a través de
los presidentes del Consejo General y Locales, remitir a la Secretaría General de
Servicios Parlamentarios de la Cámara de Senadores, copia certificada de las
constancias expedidas a las fórmulas para Senador que hubiesen obtenido el triunfo
por el principio de mayoría relativa y por el principio de representación proporcional,
así como un informe de los medios de impugnación interpuestos.

9 Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral, (México: 1996), artículo
84, http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/149_190118.pdf (consultado el 11 de marzo
2021)
10 EJECUCIÓN DE SENTENCIAS ELECTORALES. LAS AUTORIDADES ESTÁN OBLIGADAS A

ACATARLAS, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE NO TENGAN EL CARÁCTER DE


RESPONSABLES, CUANDO POR SUS FUNCIONES DEBAN DESPLEGAR ACTOS PARA SU
CUMPLIMIENTO, (México: 2002), http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/1000/1000757.pdf
(consultado el 11 de marzo 2021).

13
El artículo 50 de la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia
Electoral, señala que son actos impugnables a través del juicio de inconformidad,
entre otros, la expedición de las constancias a los senadores derivadas de la
elección, otorgando tanto a la Sala Superior del Tribunal Electoral como a sus salas
regionales, la facultad de resolver las controversias presentadas para que en el
ámbito de su competencia, declaren en su caso la nulidad de la elección de
Senadores y procedan a la revocación de las constancias expedidas.

En el caso de los juicios de inconformidad relacionados con las elecciones a


senadores, las autoridades competentes deben emitir las resoluciones a más tardar
el día 3 de agosto del año de la elección y ser notificadas, a la Cámara del Congreso
que corresponda, dentro de las 48 horas siguientes a las en que se dicte la
sentencia.

A partir de la instauración de este tipo juicios, el ciudadano cuenta con un medio de


control constitucional que le permita más allá del Amparo recurrir las eventuales
vulneraciones a su esfera de derechos en el ámbito electoral, es procedente contra
eventuales violaciones a los derechos político-electorales de los ciudadanos o a los
derechos fundamentales que se encuentren vinculados a éstos. Su finalidad es la
de garantizar a los ciudadanos el libre ejercicio de sus derechos político-electorales.

EL JUICIO POLÍTICO
El juicio político es un mecanismo para fincar responsabilidad política y sancionar
con destitución y/o inhabilitación a funcionarios o servidores públicos de alto nivel
que, en el ámbito de sus atribuciones, han incurrido en arbitrariedad o abuso o
acceso de poder. Mediante ese instituto, el Congreso de la Unión juzga los actos de
los cuales pueda desprenderse una responsabilidad política. Se trata de una función
jurisdiccional para determinar la responsabilidad de parlamentarios u otros
funcionarios de elevada jerarquía que han cometido acciones u omisiones graves.

Y si bien la función jurisdiccional por excelencia está destinada al Poder Judicial,


existen ciertas excepciones en las que los otros Poderes de la Unión ejercen dicha
facultad, como es el caso del juicio político que es competencia del Poder
Legislativo.2 En esencia, el juicio político es una institución de interés general
establecido en las leyes fundamentales de la mayoría de los países del mundo. Su
origen se halla en el procedimiento al Rey Carlos I, seguido por la Cámara de los
Comunes del Parlamento Inglés, organismo legislativo que, personificando a la
soberanía popular, sentenció al soberano a pena de muerte, acusado de tirano,
traidor, asesino y enemigo del país.

En ese caso, con una votación unánime, se dictó resolución, en un procedimiento


que, en la parte occidental del mundo, se considera históricamente como el primer
enjuiciamiento político o impeachment instruido a un gobernante

14
Sobre ese antecedente, se dice que el concepto axiomático e irrebatible del
"derecho divino" de los Reyes fue finalmente superado por un concepto más
elevado: la soberanía popular, encarnada en la institución parlamentaria en el
proceso de juicio político.

Ello, porque el órgano encargado de declarar la responsabilidad política del


soberano fue el Poder Legislativo, en un procedimiento político-jurisdiccional. Sin
embargo, la noticia histórica más remota de la responsabilidad, en general, de los
servidores públicos se localiza en el Código de Hammurabi –el monumento literario
más extenso e importante del mundo antiguo oriental, y posiblemente de toda la
antigüedad, cuya promulgación se sitúa en el año 40 del reinado de Hammurabi,
sexto rey de la dinastía amorrea de Babilonia (1792 al 1750 antes de Cristo)-.

Dicho Código, en la parte denominada: “Leyes”, en el parágrafo 5, hace referencia


a la sanción de inhabilitación para ejercer el cargo aplicable a los jueces por su
actuar ilícito en el ejercicio de sus funciones, a saber: “Si un juez ha juzgado una
causa, pronunciado sentencia y depositado el documento sellado, sí, a
continuación, cambia su decisión, se le probará que cambió la sentencia que había
dictado, pagará hasta 12 veces la cuantía de lo que motivó la causa. Además,
públicamente, se le hará levantar de su asiento de justicia y no volverá más. Nunca
más podrá sentarse con los jueces en un proceso.”

PROCEDIMIENTO DEL JUICIO POLÍTICO

Para comenzar este punto, es pertinente indicar que precedentemente de la reforma


constitucional de 1982, el procedimiento de juicio político estaba establecido en el
anterior artículo 111 constitucional, de acuerdo con el cual se concedía acción
popular para denunciar, ante la Cámara de Diputados, los delitos oficiales cometidos
por los altos funcionarios de la Federación en el ejercicio de sus funciones.

La Cámara de Diputados tramitaba la primera fase del procedimiento, y si


consideraba que había lugar a acusar al funcionario ante el Senado, sostenía la
acusación por medio de una Comisión de su seno.

El Senado, después de oír al acusado y de practicar las diligencias que estimara


convenientes, resolvía en definitiva sobre la culpabilidad o no del mismo, por
mayoría de las dos terceras partes del total de sus miembros. Si el fallo era de
culpabilidad, el funcionario quedaba privado de su puesto por virtud de tal
declaración, o inhabilitado para obtener otro.

Si la conducta estaba tipificada como delito, el sujeto quedaba sometido a los


tribunales ordinarios competentes, para que lo juzgaran y castigaran con arreglo a
la ley penal.
Ahora bien, tal régimen fue variado con la citada reforma constitucional de 1982. El
entonces artículo 111 fue sustituido por el 110 vigente.

15
Empero, el texto actual mantiene, en cierta medida, los lineamientos generales del
citado procedimiento para ser substanciado en dos partes: la primera ante la
Cámara de Diputados (actuando como órgano de acusación) y la segunda ante el
Senado de la República (fungiendo como jurado de sentencia).
Así lo expresa la exposición de motivos de la iniciativa de reformas y adiciones al
Título IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que
comprende a los artículos 108, 109, 110, 111, 112, 113, 114, así como los artículos
22, 73 fracción VI base 4ª, 74 fracción V, 76 fracción VII, 94, 97, 127 y 134”, que en
su parte conducente indica:

La iniciativa preserva principios y procedimientos constitucionales establecidos para


determinar las responsabilidades de los servidores públicos: el juicio político
sustanciado en el Congreso de la Unión, el procedimiento ante la Cámara de
Diputados para proceder penalmente contra los altos funcionarios públicos, durante
el ejercicio de sus encargos, a los que hay que ofrecer una protección constitucional
para que la acción penal no se confunda con la acción política, y la sujeción a
responsabilidades civiles de todo servidor público durante el ejercicio de su empleo,
cargo o comisión.

En específico, refiriéndose al artículo 110, la descrita exposición de motivos


expresa:

La iniciativa preserva la intervención de ambas Cámaras al Congreso de la Unión


en el juicio político a los senadores y diputados al Congreso de la Unión, a los
ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a los secretarios de
despacho, a los jefes de departamento administrativo, al Jefe del Departamento del
Distrito Federal, al Procurador General de la República y al Procurador General de
Justicia del Distrito Federal. Añade como sujetos de responsabilidad política a “los
demás servidores públicos que determine la Ley de Responsabilidades”.

Con ello, se busca ampliar el espectro de servidores públicos que despachan


asuntos de interés público fundamental y manejan recursos federales, pero que no
están contemplados en la enumeración anterior. El crecimiento económico y social
ha obligado a la expansión no sólo del gobierno sino también de las actividades del
Estado.

Subtema: Competencia

El Tribunal Constitucional es el órgano al que la Constitución y sus leyes


complementarias otorgan jurisdicción y competencia para resolver los conflictos
constitucionales. Debe ser independiente y autónomo.

16
Hoy no es posible concebir un sistema constitucional eficiente sin un Tribunal
Constitucional que proteja la Constitución.

Resulta indudable que el Tribunal Constitucional es una materia propia del Derecho
Procesal Constitucional

El sistema procesal orgánico ofrece las alternativas de establecer un Tribunal


Constitucional, la Corte Suprema o un sistema de control compartido de
constitucionalidad. En el desarrollo de este trabajo ya se han expresado ideas en
relación a este punto.

A propósito de su competencia, en el capítulo siguiente, se expresarán sus


principales características, que en síntesis, significan que debe ser creado por la
Constitución; debe ser absolutamente independiente y no pertenecer a ninguno de
los poderes públicos tradicionales; sus jueces deben ser cuidadosamente
escogidos, y sus sentencias producirán el efecto de cosa juzgada.

Este Tribunal, como lo sostiene García Pelayo, es un regulador de la


constitucionalidad de la acción estatal, está destinado a dar plena existencia al
estado de derecho y a asegurar la vigencia de la distribución de poderes establecida
por la Constitución, ambos componentes inexcusables, en nuestro tiempo, del
verdadero «Estado constitucional».

Para que el mecanismo de control de constitucionalidad opere plenamente, el


órgano controlador debe ser distinto al ente que decide los actos sometidos a
revisión.

La autonomía del órgano se transforma en un principio informador básico de la


Justicia Constitucional. Vanossi, en su obra Introducción a los Sistemas de Control
de la Constitucionalidad, afirma que, si hay subordinación, es absolutamente
ingenuo pensar que estando sujeto el controlante al controlado pueda ejercer uno
sobre otra función de control. Como dijo Loewenstein, «los conejos no son,
generalmente, los guardianes más seguros del jardín».

Finalmente, debemos expresar que, por su propia naturaleza, estos Tribunales


deben estar fuera del Poder Judicial y con competencia absolutamente diferenciada,
para evitar eventuales conflictos de poderes entre ambos sistemas, teniendo
siempre en cuenta, como sostiene la doctrina, que el Tribunal Constitucional
especializado es el intérprete natural y final de la Constitución.

Por último, cabe manifestar y referirse en esta parte a su legitimidad como órganos
democráticos ya que, no obstante que sus jueces no son elegidos por el pueblo,
pueden dejar sin efecto leyes aprobadas por sus representantes.

Estimo que esta crítica queda absolutamente superada con lo expresado por Pedro
Cruz Villalón, en su trabajo «Legitimidade de Justiça Constitucional e Princípio da

17
Maioria» presentada en el Coloquio del Décimo Aniversario del Tribunal
Constitucional de Portugal, donde postula que hay una legitimidad objetiva, una de
origen y, finalmente, una legitimidad de ejercicio. «La legitimidad de los Tribunales
Constitucionales es, ante todo, pura y simplemente la legitimidad de la propia
Constitución. La segunda, es la legitimidad de la minoría frente a la de la mayoría,
en cuanto la defensa de los derechos fundamentales que se garantiza a todos los
ciudadanos con independencia de la voluntad mayoritaria. Finalmente, la Justicia
Constitucional posee la legitimidad de la neutralidad y de la independencia, atributos
con que cuentan los Tribunales Constitucionales».

Esta posición es resaltada por Stephen Breyer en el texto de la Conferencia que


dictó en memoria de L. A. Hart, y que denominó «Revisión Judicial: la perspectiva
de un juez», de 1998, donde refuta las críticas a la falta de legitimación democrática
a los jueces constitucionales.

La legitimidad de la Justicia Constitucional, en su esencia, fue compartida por los


17 participantes en el Coloquio sobre Legitimidade e Legitimaçao da Justiça
Constitucional, realizado en Lisboa, entre el 28 y 29 de mayo de 1993, conclusiones
que compartimos plenamente.

El Tribunal tiene competencia para velar por el cumplimiento de las normas


constitucionales, sólo en aquellas materias en que expresamente la Constitución o
la ley así lo determinen.

Por lo tanto, el Tribunal Constitucional limita su competencia a los actos del poder
público que vulneran la Supremacía Constitucional sólo cuando la propia
Constitución así lo indica.

Carecen de competencia general y residual.

2. Su competencia surge de comparar el acto realizado por la autoridad, con las


normas previstas por la Constitución Política. Para ello es necesario que un órgano
constitucional ejecute un acto cuyo control quede sometido a su jurisdicción.

3. Su competencia limita en lo que se denomina el mérito del acto impugnado o


controlado. En esta doctrina, coinciden la jurisprudencia de los Tribunales
Constitucionales de Francia, Alemania, Italia y España y las opiniones de
distinguidos constitucionalistas.

El Tribunal no legisla ni administra, ni entra a calificar la bondad de las disposiciones


legales o administrativas. Sólo debe resolver si se ajustan o no a los preceptos
constitucionales. De una parte, debe velar porque la ley o el decreto no vulnere los
límites constitucionales, y de otra, no puede inmiscuirse en la esencia del ejercicio
de las funciones públicas que le corresponden al Congreso Nacional, al Presidente
de la República o a los Tribunales ordinarios de justicia.

18
En efecto, al resolver, dentro del concepto chiovendano, el Tribunal sustituye la
voluntad de los sujetos involucrados en el conflicto, resolviendo el asunto sometido
a su jurisdicción y al resolver, hace prevalecer su voluntad por sobre la del órgano
controlado.

En lo expresado se demuestra la necesidad de contar con reglas claras y precisas


de competencia.

En el ejercicio de esta facultad, el legislador se encuentra sujeto al marco que fija la


propia Carta Fundamenta. El Tribunal Constitucional es el principal órgano
encargado de velar que la ley efectivamente no vulnere los límites constitucionales.

Tal esfera de autonomía comprende, básicamente, el conjunto de apreciaciones de


mérito y oportunidad que llevan al legislador a la adopción de una u otra fórmula
normativa. Sólo cuando el legislador excede su ámbito de competencia, infringiendo
los márgenes contemplados en la Carta Fundamental, el Tribunal Constitucional
puede intervenir para reparar los vicios de inconstitucionalidad en que éste haya
incurrido.

Subtema: Procedencia
Procedencia del juicio de amparo Artículo 103 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscite
I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los derechos
humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por esta
Constitución, así como por los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte;
II. Por normas generales o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la
soberanía de los Estados o la autonomía de la Ciudad de México, y
III. Por normas generales o actos de las autoridades de las entidades federativas
que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal.

Subtema: Sustanciación del proceso

La sustanciación es la etapa de un juicio (o proceso), de un procedimiento, de un


incidente o de un recurso, durante la cual una persona cuenta con la posibilidad de
dar a conocer a la autoridad competente su pretensión y su causa de pedir –a través
de su demanda o escrito inicial y sus demás escritos- o de narrar los hechos –en su
queja o denuncia- que considera violatorios del orden jurídico, así como de ofrecer
las pruebas y los alegatos que juzgue pertinentes para el logro de su pretensión.
Vicente Martínez (2000:252) manifiesta que sustanciación es sinónimo de
tramitación, que usualmente se utiliza la expresión sustanciar por los trámites, 7

19
generalmente de los incidentes, de los recursos o de los procesos. Asimismo,
sostiene que la idea de sustanciación se refiere al proceso y que se contrapone con
la idea de resolución, que tiene relación con el litigio.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos establece en el párrafo 1º del


artículo 8 denominado “Garantías Judiciales”, que toda persona tiene derecho a ser
oída con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez natural
de la causa o tribunal competente, no especial y autónomo, imparcial e
independiente, en la sustanciación de cualquier acusación penal que se entable en
contra de ella o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil,
laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
Subtema: Resolución

Para la solución de las antinomias o conflictos normativos los jueces se valen de


ciertos criterios -preconstituidos o no- que evidencian que los sistemas jurídicos no
son meros conjuntos de normas, sino conjuntos ordenados de ellas

Los criterios de resolución de antinomias pueden ser definidos -conforme a


Chiassoni- como aquel tipo particular de metanormas metodológicas cuya función
consiste en establecer: a) cuál, de entre dos normas incompatibles, debe prevalecer
sobre otra; y además, b) de qué manera ésta debe prevalecer, esto es, con qué
efectos desde el punto de vista del ordenamiento jurídico pertinente, o bien de un
sector o subsector de aquél

Los criterios de resolución de antinomias pueden constar en normas explícitas, en


normas implícitas, e incluso en normas consuetudinarias. En el caso de que no
consten en normas expresas -ya constitucionales o de otro tipo- su adecuado uso y
aplicación dependerá de que exista una elaborada Teoría sobre las Fuentes del
Derecho y que la misma sea compartida por jueces y juristas.

Al estudio de dichos criterios aspira -como expresé previamente- el presente trabajo.


Para ello distinguiré y abordaré los criterios clásicos de resolución de conflictos
normativos: criterio jerárquico, cronológico y de especialidad.

A. Criterio Jerárquico

Comúnmente se define al criterio jerárquico como aquel según el cual la norma de


rango superior, en caso de conflicto normativo, prevalece sobre la de rango
inferior: lex superior derogat legi inferiori. Sin embargo, corresponde apuntar que no
existe un único concepto en la doctrina -nacional o comparada- sobre el sentido que
debe atribuirse a la noción de jerarquía normativa

Como se observa, la definición común presupone la previa determinación de la


norma superior, lo que a su vez requiere la identificación de las relaciones

20
jerárquicas entre las distintas Fuentes del Derecho. Empero, como se sabe, no
siempre esto es posible ni pacífico. La tarea es algo más sencilla cuando el juez se
encuentra frente a reglas explícitas que señalan las relaciones jerárquicas entre las
distintas Fuentes del Derecho.

Son ejemplos de normas constitucionales que explicitan la supremacía jerárquica


de la propia Constitución las siguientes: a) artículo 6° inciso primero: "Los órganos
del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas
dictadas conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la República"; b)
artículo 32 N° 1: "Son atribuciones especiales del Presidente de la República: 1°.
Concurrir a la formación de las leyes con arreglo a la Constitución, sancionarlas y
promulgarlas"; c) el artículo 93 de la Constitución que dispone las atribuciones del
Tribunal Constitucional en lo relativo al control de constitucionalidad de los distintos
tipos de ley, los decretos con fuerza de ley, los tratados internacionales, los
reglamentos autónomos, los reglamentos de ejecución, los autos acordados, entre
otras fuentes; d) artículo 99 inciso segundo: "Corresponderá, asimismo, al Contralor
General de la República tomar razón de los Decretos con Fuerza de Ley, debiendo
representarlos cuando ellos excedan o contravengan la ley delegatoria o sean
contrarios a la Constitución"; e) las disposiciones previstas en el capítulo XV de la
Constitución que trata sobre la reforma constitucional y en la que se da cuenta que
la Carta Fundamental no podrá ser modificada por cualquier ley.

De los ejemplos reseñados puede observarse que las referencias explícitas que
hace la propia Constitución sobre su supremacía se distinguen en base a:

a) la exigencia de conformidad del ordenamiento jurídico a ella;

b) las garantías directas de su supremacía, a través del control normativo que


realizan órganos como el Tribunal Constitucional y la Contraloría General de la
República;

c) las garantías indirectas, como la imposibilidad de que sea modificada por


cualquier ley.

Constituyen un par de ejemplos de referencia expresa de la superioridad jerárquica


de la ley respecto de la potestad reglamentaria de ejecución, las siguientes
disposiciones constitucionales: a) artículo 32 N° 6 "Son atribuciones especiales del
Presidente de la República: 6°. Ejercer la potestad reglamentaria en todas aquellas
materias que no sean propias del dominio legal, sin perjuicio de la facultad de dictar
los demás reglamentos, decretos e instrucciones que crea convenientes para
la ejecución de las leyes'", b) artículo 98: "Un organismo autónomo con el nombre
de Contraloría General de la República ejercerá el control de la legalidad de los
actos de la Administración (...)".

Otro ejemplo, de norma constitucional que explicita la igual jerarquía normativa entre
el decreto con fuerza de ley y la ley es el contenido en el artículo 64 inciso séptimo

21
que dispone: "Los decretos con fuerza de ley estarán sometidos en cuanto a su
publicación, vigencia y efectos, a las mismas normas que rigen para la ley".

Sin embargo, hay casos en que las relaciones jerárquicas entre las normas no se
hallan en disposiciones expresas. Surge, entonces, la necesidad de identificar las
normas implícitas o consuetudinarias que dan base para ordenarlas
jerárquicamente. La doctrina ha esgrimido distintas razones para determinar cuándo
se está ante una relación jerárquica entre normas. Algunas de las soluciones que
se han propuesto son: a) la aplicabilidad de la norma superior en caso de conflicto,
b) de la capacidad derogatoria, c) de la referencia al órgano creador de la norma, d)
de la fundamentación material o formal de la validez, e) de la posibilidad
de fiscalización judicial, f) del deber de acatamiento de la norma inferior respecto de
la norma superior, entre otras. La misma doctrina ha cuestionado la suficiencia de
cada uno de estos criterios.

En nuestro medio parece existir un consenso en la doctrina y en la jurisprudencia


sobre la siguiente relación jerárquica entre las Fuentes del Derecho Constitucional
chileno: a) La Constitución es la norma suprema; b) La ley y el reglamento autónomo
son infraconstitucionales; c) La ley es superior a las normas emanadas de la
potestad reglamentaria de ejecución; d) La ley tiene igual jerarquía que el decreto
con fuerza de ley. No existe acuerdo -ni doctrinal ni jurisprudencial- sobre la
jerarquía de los tratados internacionales. Además, cierta parte de la doctrina -que
no comparto- sostiene que existe una relación jerárquica entre los distintos tipos de
ley

El criterio jerárquico resuelve antinomias aparentes. En consecuencia, la aplicación


del mismo importa la invalidez de una de las normas en conflicto -en este caso de
la norma inferior que contradice la superior- y no su pérdida de vigencia, por tanto,
el efecto no será la derogación. La norma inferior no debe ser aplicada porque no
es válida.

Sin perjuicio de las precisiones apuntadas, corresponde afirmar que cada


ordenamiento jurídico puede disponer sobre el régimen de invalidación de las
normas y el régimen de eficacia de los actos declarativos de esa invalidez. Esto es,
quién tiene competencia para enjuiciar la validez de una norma y las condiciones en
que se ejerce esa competencia -régimen de invalidación- y los efectos jurídicos que
se atribuyen a los actos declarativos de invalidez -régimen de eficacia-, esto es
efectos ex tunc o ex nunc, generales o particulares.

En nuestro sistema, el juez ordinario ante un conflicto normativo entre normas de


distinta jerarquía deberá preterir la aplicación de la norma inválida al caso concreto,
pero no podrá declarar su invalidez. De conformidad con la Constitución -artículos
93 y 94- la invalidez de una norma vigente sólo puede ser declarada por el Tribunal
Constitucional. Sin embargo -como dice Ñúñez Leiva- la coherencia del sistema no
puede soslayar los efectos que se derivan de tales opciones

22
Para finalizar este apartado, propongo un ejemplo ficticio para una mejor
comprensión sobre cómo opera el criterio jerárquico: N1, norma legal señala: "La
importación de tractores debe pagar un recargo aduanero". N2, norma
reglamentaria, dispone: "La importación de tractores está exenta de recargos
aduaneros". El juez ante tal inconsistencia total -total y deóntica- pues una norma
prohíbe y a otra permite -deberá resolver empleando lo dispuesto por la norma
superior, es decir la norma legal N1, siendo la norma reglamentaria "ilegal" y por
tanto inválida.

El criterio cronológico

El criterio cronológico es aquel según el cual la norma posterior en el tiempo, en


caso de conflicto normativo, prevalece sobre la anterior: lex posterior derogat legi
priori.

Este criterio se aplica para resolver verdaderos conflictos diacrónicos entre normas
válidas y de igual jerarquía, pero tiene dos limitaciones: a) ha de predicarse respecto
de normas comunes, en otro caso la eficacia derogatoria de la norma posterior
puede corregirse mediante la aplicación de la excepción del criterio de especialidad;
b) sólo se puede aplicar respecto de normas homogéneas, o sea, que pertenezcan
al mismo ámbito de competencia.

El efecto de la aplicación del criterio cronológico es la derogación de la norma


anterior.

La Constitución Política no alude expresamente al criterio cronológico como criterio


de resolución de antinomias, tan sólo se refiere a su efecto -la derogación-en el
artículo 94 al establecer el efecto de la sentencia del Tribunal Constitucional que
declara la inconstitucionalidad de un precepto legal, cuando señala que:
"No obstante, el precepto declarado inconstitucional en conformidad a lo dispuesto
en los numerales 2, 4 ó 7 del artículo 93, se entenderá derogado desde la
publicación en el Diario Oficial de la sentencia que acoja el reclamo, la que no
producirá efecto retroactivo".

En nuestro sistema es el Código Civil el que se refiere explícitamente al criterio


cronológico en sus artículos 52 y 53, puntualmente el inciso tercero del artículo 52
que dispone respecto de la derogación: "Es tácita, cuando la nueva ley contiene
disposiciones que no pueden conciliarse con las de la ley anterior". Por otro lado,
rige en Chile desde 1861 la conocida ley "Sobre el efecto retroactivo de las leyes",
la que anuncia ya en su artículo 1° que reglará la aplicación de las leyes
promulgadas en distintos tiempos, cuando señala: "Los conflictos que resultaren de
la aplicación de leyes dictadas en diversas épocas se decidirán con arreglo a las
disposiciones de la presente ley". Como dice Barros, las características de esta ley
son: a) da soluciones para diversos tipos de materias, siendo principalmente una
guía práctica; b) tiene carácter supletorio; c) trata más bien el efecto "no retroactivo"
que "retroactivo" de las leyes. Esta ley brinda soluciones particulares según la
materia, pero en general confirma que la nueva ley deroga la anterior. Por ejemplo,
23
en su artículo 2°, dispone: "Las leyes que establecieren para la adquisición de un
estado civil, condiciones diferentes de las que exigía una ley anterior, prevalecerán
sobre ésta desde la fecha en que comiencen a regir".

C. El criterio de especialidad

El criterio de especialidad es aquel que opera cuando se produce un conflicto


normativo entre una norma general y otra especial respecto de aquélla, que se
resuelve mediante la aplicación preferente de la norma especial: lex specialis
derogat generali.

El sentido del criterio de especialidad es hacer posible la aplicación de normativas


singulares a grupos sociales diferenciados, permitir que determinados sectores no
se rijan por el patrón general, habilitándoles una regulación específica que se adapte
en mayor medida a sus necesidades. Como expresa Bobbio: "El paso de una regla
más amplia (que abarca cierto genus) a una regla derogatoria menos amplia (que
abarca una species del genus) corresponde a una exigencia fundamental de
justicia, entendida como igual tratamiento a las personas que pertenecen a una
misma categoría".

En nuestro sistema la referencia al criterio de especialidad tampoco se encuentra


prevista en la Constitución, sino en el artículo 13 del Código Civil que señala: "Las
disposiciones de una ley, relativas a cosas o negocios particulares, prevalecerán
sobre las disposiciones generales de la misma ley, cuando entre las unas y las otras
hubiere oposición".

Este criterio ostenta las siguientes particularidades: a) hace referencia a la


existencia de conflicto normativo por razón de la materia, b) tiene siempre un
carácter relativo que implica la comprobación del contenido de una norma con otra
a través de una actividad interpretativa, c) sólo puede ser aplicable a antinomias
total-parcial, d) resuelve antinomias reales, porque ambas normas en conflicto son
válidas.

Por otra parte -como apunta Chiassoni- la aplicación del criterio de especialidad es
pacífica en lo que concierne a las antinomias entre normas que son: a) coetáneas y
b) pertenecientes a la misma fuente. Sin embargo, cuando no se trata de estos
casos, la aplicación del criterio de especialidad interfiere con el criterio cronológico
y el jerárquico, como se verá en el apartado final.

Cuando se aplica el criterio de especialidad no se invalida la norma general,


tampoco se la deroga totalmente. La aplicación de este criterio importa la
derogación sólo de aquella parte de la norma general que es incompatible con la
norma especial. Como expresa Bobbio: "Por efecto de la ley especial, la ley general
pierde vigencia parcialmente".

24
Conclusiones

El conflicto constitucional existe y debe resolverse por medio del proceso, única
forma de evitar la autotutela y de lograr la vigencia real y efectiva de la norma
constitucional.

2°) El país que quiere una Constitución que se respete debe contar con una Justicia
Constitucional que la ampare cuando es quebrantada.

3°) Para ello la propia Constitución, como una forma de autoprotección de sus
normas, debe contemplar la existencia de tribunales con jurisdicción suficiente y
adecuada para resolver los conflictos constitucionales y los mecanismos procesales
para impulsarla. Cabe concluir entonces, que la función que desempeñan los
Tribunales Constitucionales al resolver conflictos constitucionales, es jurisdiccional.

4°) Surge así la necesidad de existencia de mecanismos, sistemas o procedimientos


destinados a preservar, en el orden de la realidad, esa Supremacía Constitucional
establecida en el orden de las normas.

La Justicia Constitucional establece instrumentos específicos para la tutela de las


disposiciones constitucionales y, en especial, de los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución. Esta tarea y la solución de los conflictos de poderes
constituyen, en esencia, la órbita de la jurisdicción constitucional.

5°) El Derecho Procesal Constitucional cumple la misión de entregar al sistema


jurídico los elementos orgánicos y funcionales necesarios para dar vida y eficacia a
la Justicia Constitucional.

Hoy, una fuerte corriente doctrinaria es partidaria de su tratamiento autónomo,


posición que resume Domingo García Belaúnde, al afirmar que «la tesis procesal
es, a nuestro entender, la más acertada de todas; la más moderna y la que debe
encarrilar los aspectos instrumentales de la disciplina. Es esta la que tiene mayor
predicamento, y a ella le pertenece el porvenir».

6°) La Supremacía Constitucional, además de cumplir su rol básico, es un derecho


de los habitantes de la Nación, tanto para lograr que se respete el sistema
institucional, como para obtener la tutela jurisdiccional de sus garantías
constitucionales.

7°) La protección de los derechos humanos garantizados por la Constitución, forma


parte esencial de la judicatura constitucional. Todo conflicto que la afecte es un
conflicto constitucional que debe ser resuelto por los tribunales competentes. Es la
jurisdicción constitucional de la libertad a que se refiere Mauro Cappelletti

25
8°) La elección de los jueces constitucionales es uno de los problemas más
complejos de la Justicia Constitucional y le corresponde a cada país buscar su mejor
conveniencia.

9°) Los Tribunales Constitucionales no deben ser considerados como


superpoderes, sino como los mecanismos lógicos y adecuados que tienen los
poderes públicos para resolver sus conflictos, y las personas para obtener el respeto
de sus derechos constitucionales.

10°) Los Tribunales Constitucionales deben ser autónomos e independientes y estar


fuera de los poderes tradicionales.

11°) Se recomienda mantener el uso del concepto Justicia Constitucional para


referirse al área de solución de los conflictos constitucionales por medio del proceso.

Referencias

BIBLIOGRAFÍA

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Derecho Procesal Constitucional y convencional, cit., p. 49

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MESOGRAFÍA

EJECUCIÓN DE SENTENCIAS ELECTORALES. LAS AUTORIDADES ESTÁN


OBLIGADAS A ACATARLAS, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE NO TENGAN EL
CARÁCTER DE RESPONSABLES, CUANDO POR SUS FUNCIONES DEBAN
DESPLEGAR ACTOS PARA SU CUMPLIMIENTO, (México: 2002), (consultado el 11 de
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