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Cardiología. Angiología

CARDIOLOGÍA
• INTRODUCCIÓN agudo está en razón inversa con la edad, lo que se
atribuye a que cuanto más joven es el sujeto, tanto
La finalidad del aparato cardiovascular es mante- más vascularizadas tiene las válvulas y mayor es
ner un flujo circulatorio suficiente para subvenir a su propensión a contagiarse. Existe resistencia na-
las necesidades orgánicas. Cuando el corazón clau- tural en los lactantes y en la pnmera infancia.
dica se comporta como un obstáculo que dificulta el La figura 3-1 ilustra sobre las edades en que se
curso de la sangre, de manera parecida a cuando se presentan los infartos de miocardio del adulto; ob-
instala una presa en el lecho clic un río. Es decir, pro- sérvese cómo la mayoría (6.'i %) ocurren entre los
duce un remanso de sangre con aumento de la ten- 40-60 años. En lo que respecta a la infancia (los pe-
sión venosa por detrás del corazón insuficiente, y diatras señalan una curiosa apetencia del virus reu-
una disminución del volumen de sangre circulante, mático por las coronarias), se han descrito crisis de
con retardo de la corriente sanguínea, por delante. ángor e incluso infartos en runos entre los 12 meses
La estasis venosa comienza, como es lógico, a y los 10 años, muchos de ellos relacionados con mal-
nivel de las venas más próximas al corazón; es de- formaciones congénitas de las arterias coronarias.
cir, de ambas cavas, las cuales encuentran dificultad En lo que se refiere a las angiopatías en gene-
en desaguar en la aurícula derecha por encontrarse ral, la enfermedad de Raynaud aparece en las pri-
ésta llena de sangre. A partir de ellas se propaga en meras décadas de la vida; la tromboangitis obli-
sentido retrógrado, aguas arriba, por sus afluentes y terante, en la juventud, y las de naturaleza
a una distancia cada vez mayor del corazón. Por tal arteriosclerosa, en mayores de 50 años.
motivo, las venas cervicales, en especial la yugular
e!! externa, fácilmente visible, aparecen tensas, disten- Raza. Los chinos y orientales propenden

�, didas, e incluso animadas de latidos. poco a la hipertensión artenal generalizada, a la ar-
�e
0 teriosclerosis y coronariopatías, así como en los in-
o dígenas de la altiplanicie peruana, en la población
! • INTERROGATORIO indígena y mestiza de México y en los negros de
1e FILIACIÓN Y ANTECEDENTES
África, mientras que los que viven en Estados Uni-
dos tienen la tensión igual a la de los blancos, con
-� INDIVIDUALES la misma propensión a las coronariopatías. En los

l Edad. Con limitaciones, puede darse como


< válida la afirmación de que las cardiopatías que
individuos de raza negra y orientales, es discutible
la escasa incidencia de las cardiopatías reumáticas
y tromboangitis obliterante, así como cierta pro-
; ocurren en gente joven son, en gran parte, de ori- pensión de los judíos para esta angiopatía.
� gen congénito o inflamatorio, y las de la vejez, de
i naturaleza degenerativa. La frecuencia de la afee- Sexo. En el sexo femenino son más frecuen-
@ tación del corazón en el reumatismo poliarticular tes las valvulopatías mitrales, sobre todo esteno-

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188 Semiología médica y técnica exploratoria
45 intensos y continuados (mineros) o crean estados
41
de tensión psíquica. Los «trabajadores de cuello

- -
40 blanco» (white collar worleers), con cargos de res-
40
ponsabilidad, propenden a la hipertensión arte-
e
rial, arteriosclerosis, angina de pecho, infarto de
; 35 miocardio y miocardiopatias esclerosas, sobre
todo cuando no saben equilibrar su vida entre el

o trabajo, diversiones, amor y placeres espirituales.
� 30 La manipulación cotidiana de tóxicos (plomo,
"'o
o mercurio, óxido de carbono, arsénico, etc.) puede
.E
i 25
acarrear consecuencias vasculares y cardíacas
CJ)
o
graves muy valoradas en el extenso capítulo de
ti
::,
O)
las intoxicaciones profesionales.
"' 20 19 Recordemos que antaño, Heberden y Corvi-
CJ)
o
-
t: sart, entre otros, habían llamado la atención so-
:s.,"' 15
bre las emociones intensas como motivo de
muerte súbita cardíaca.
-
13
ti

1io Las contusiones cardíacas pueden dar lugar a


°'e 10
trastornos agudos similares a los ocasionados por

-
Q)
7 un infarto. Son más graves cuando preexiste una
E
,::, cardiopatía. Las roturas del corazón (traumatis-
z 5

n
3 mo sobre la caja torácica en accidente de auto-
móvil), provocadas por la acción de estallido de-
1
¡,---------, bida a la presión hidráulica y a la acción directa
o
20 40 50 60 70 80 90 del shock (a veces con contre coup), tienen lugar de
Edad (años) preferencia en las aurículas, más raramente en
Fig. 3-1. Representación del porcentaje de infartos los ventrículos y vasos de salida; a veces también
de miocardio en función de la edad. se afecta el interior del corazón en ambos tabi-
ques y en las válvulas. Los síntomas son: anemia
con taponamiento pericárdico creciente, estasis
de las venas cervicales, apagamiento de los tonos
sis, quizá porque en ellas tiene este orificio un ta- cardíacos, taquicardia, disminución de la presión
maño menor, con persistencia de caracteres in- sanguínea diferencial, caída tcnsional y muerte¡
fantiles; la hipertensión arterial, a partir de la me- radiológicamente, se manifiesta con ensancha-
nopausia; la neurosis cardíaca (4:1); el corazón miento de la sombra cardíaca en forma de tienda
mixedematoso (3:1), la enfermedad de Raynaud de campaña.
y las venopatías. En el sexo masculino, en cam- En las roturas de la aorta, interviene con fre-
bio, son frecuentes las pericarditis agudas benig- cuencia, además del aumento de la presión intra-
nas, valvulopatías aórticas, las anomalías con- torácica, una acción de las fuerzas de desacele-
génitas, las coronariopatías y el infarto de ración con tracción y distensión intensas. El
miocardio, en proporción abrumadora. desgarro se manifiesta de preferencia en un pun-
El motivo reside en que la secreción ovárica to distal al origen de la arteria subclavia izquier-
protege contra la arteriosclerosis en la edad fértil; da a la altura del ligamento del conducto de Bo-
después de la castración quirúrgica o la menopau- ta!. En el lugar de rotura, se forma al principio un
sia, se presentan lesiones arterioscleróticas análo- hematoma pulsátil, en el que pueden desarrollar-
gas a las de los varones y se iguala el porcentaje de se trombos, que al desprenderse, a veces dan lu-
procesos coronarios entre los 60-70 años. gar a embolias periféricas. Si la perforación es li-
En lo que atañe a las cardiopatías congénitas, bre, la rotura aórtica (al principio, cubierta por la
las aórticas son más frecuentes en los varones, y capa adventicia) da paso a un hemotórax con
la persistencia del conducto arterial y comunica- tensión.
ción interauricular, en la mujer.
Lugar de residencia. El vivir y trabajar en
Ocupación.
Son nocivas para el corazón y lugares húmedos y confinados facilita la inciden-
vasos, aquellas que requieren esfuerzos físicos cia de amigdalitis sépticas, posible puerta de en-
Cardiología. Angiología 189

tracia de una infección reumática causa de endo- Hábito de vida. Es de importancia primor-
carditis y de procesos bronquiales crónicos con dial para el estado del corazón y arterias. Una
repercusión sobre el corazón derecho. Ya es no- vida ordenada, equilibrada y ajustada a las posi-
toria la propensión a la hipertensión arterial y es- bilidades físicas de cada uno, es lo más deseable.
clerosis coronaria y miocárdica en los sujetos que Es evidente que la estimulación del individuo
viven en las grandes urbes. Chávez, por su parte, («desde la cuna hasta la turnba»), solamente con-
observa que el exiguo porcentaje de hipertensos duce a un desgaste vascular prematuro.
(7,33 %) que se encuentra en los indígenas y Siendo igual el régimen alimentario, los indi-
mestizos de México, con vida tranquila, sin con- viduos sedentarios sufren el triple de procesos
flictos ni ambiciones, se triplica al trasladarse a esclerosos vasculares que los trabajadores ma-
las ciudades (27,9 %), pese a las condiciones so- nuales. Esto señala la acción favorable de la acti-
ciales y económicas más elevadas. En las altipla- vidad física r�gular.
nicies, la baja tensión del oxígeno repercute so- El tabaco daña los vasos arteriales y, a través
bre la circulación pulmonar y el corazón siendo de las coronarias, el corazón, sobre todo en los
causa frecuente de hipertensión pulmonar pri- sujetos con distonía neurovegetativa e hiperco-
maria. lesterolemia. Las estadísticas son unánimemente
Las cardiopatías por parásitos (protozoos o hel- concordantes. En los adventistas del Séptimo
mintos) se observan en determinadas áreas geo- Día, enemigos del tabaco (y del alcohol), las afee-
gráficas. Limitándonos a las tripanoscrniasis, ci- cioncs coronarias y vasculares periféricas son un
taremos las africanas (T rypanosoma gambiense, 40 % inferiores a las del resto de la población.
rhodesiense) y la enfermedad de Chagas (T rypa-
nosoma cruzi), frecuente en América meridional
y rara, aunque presente, en África, India e islas ANTECEDENTES FAMILIARES
de Sonda, población campesina y pobre de Vene-
zuela (estado de Carabobo), respetando la aco- Son evidentes en muchos casos. Aunque entre
modada y los inmigrantes. los factores etiológicos di\ las cardiopatías congé-
nitas cuentan los exógenos, como infecciones
Alimentación. El factor alimentario cuenta maternas (rubéola, sarampión, febriles de tipo
en la historia de los enfermos que nos ocupan. La gripal), drogas (talidomina, hormonas luteínica o
desnutrición, casi siempre acompañada de facto- foliculínica en amenaza de aborto o con fines
res ambientales negativos (exceso de trabajo, vi- abortivos), radiaciones (radiografías en el primer
viendas insanas), coadyuva a la aparición de val- trimestre del embarazo), prenatal, etc., la tenden-
vulopatías reumáticas y sépticas, sobre todo de la cia actual valora las aberraciones crornosómicas,
variedad maligna lenta. como el síndrnme de Down (trisomía 21), sín-
Son aconsejables las comidas escasas y fre- dromes de Turner (XO) y Klinefelter (XXY), tri-
cuentes para prevenir las cardiopatías (disminu- ple X, así como las trisomías de los grupos Tl
yen el peso y la colesterolemia y aumentan la to- (triple 13-15) y E (triple 17 y triple 18), etc. En el
lerancia a la glucosa) junto a la restricción de la síndrome de Down (un 35 % resultan afectos)
sal común ante la hipertensión arterial sistemáti- predominan los defectos del tabique auriculoven-
g,; ca y cardiopatías. tricular¡ en el síndrome de Turner, la coartación
� El beber grandes cantidades de líquido, aun- aórtica y la estenosis pulmonar; en la trisomía
� que éste sea aglla o bebidas alcohólicas de poca del grupo Tl , los defectos del tabique interven-
� graduación, sobrecarga el aparato circulatorio. tricular y dextroposición cardíaca, y en el cromo-
-� Bollinger, de Munich, ha descrito el corazón de soma suplementario del grupo E (17 18), la co-
ó

� los bebedores de cerveza, y Jürgensen, el de los municación interventricular y distopia cardíaca.


¡ vinateros de Tubinga. Todas estas anomalías cardiovascularcs se acom
-� El café o té en exceso o en sujetos susceptibles pañan de otras extracardíacas, no habiéndose
g. produce taquicardia con molestias y angustia identificado hasta la fecha las aberraciones ero-
! precordial. El alcohol daña poco al corazón y va- mosómicas capaces de producir únicamente efec-
< sos¡ incluso se ha afirmado que los alcohólicos tos cardíacos.
� rara vez son hipertensos. Si se abusa de él, de- Las anomalías congénitas pueden observarse
g sempeña un papel la hipoproteinemia y avitarni- en varios miembros de una misma familia.
� nosis propias de la anorexia habitual del bebedor La existencia de un factor genético explica la
@ empedernido. cardiomegalia familiar de Evans (no debida a tras-
190 Semiología médica y técnica exploratoria

tomos metabólicos, coronarios ni inflamatorios), compensada) o de manera brusca (cardiopatía


a veces asociada a una neuromiopatía constitu- postraumática, postinfártica o en el curso de un
yendo una entidad nosológica bien definida; la proceso séptico). Atendiendo a la evolución, pre-
presencia del síndrome de Wolff-Parkinson-Whi- cisaremos si la enfermedad transcurre por crisis
te en hermanos, y la existencia de familias con (ataques de angina de pecho, de taquicardia pa-
hipertensión arterial, procesos esclerosos vascu- roxística), por períodos (las cardiopatías tienen,
lares, coronariopatías, varices, etc. por lo general, fases de agravamiento alternadas
con otras de remisión) o de manera progresiva.

ANTECEDENTES PATOLÓGICOS
O ENFERMEDADES ANTERIORES MANIFESTACIONES CLÍNICAS
DE LAS CARDIOPATÍAS
Las más importantes son las infecciosas y, en-
tre ellas, el reumatismo poliarticular agudo1, dif- Los principales síntomas con que se manifies-
teria, escarlatina, sepsis (estreptocócica, estafilo- tan las cardiopatías son plurales, abarcando múl-
cócica, neumocócica), tuberculosis (pericarditis), tiples órganos y numerosas estructuras poliorgá-
sífilis (valvulopatía aórtica), etc.; virus (pericardi- nicas.
tis); parasitarias (tripanosomiasis, helmintos), etc.
La hipercolesterolemia familiar y la diabetes
favorecen las coronariopatías e infartos de mio- Anomalías de la presión y pulso
cardio en sujetos jóvenes, y la hipercalcemia venoso yugular
idiopática, estenosis aórtica supravalvular e hi-
pertensión arterial por nefrosclerosis. El examen atento de las venas yugulares, mu-
En un 5 % de poliartritis crónicas se observan chas veces descuidado por el médico, aporta da-
cardiopatías valvulares, cifra idéntica a la señala- tos más útiles para la valoración de las cardio-
da en la poliartritis anquilosante. patías que otros exámenes más complejos. El
estudio de la insuficiencia cardíaca se inicia con
el examen de las venas yugulares.
COMIENZO Y EVOLUCIÓN En el sujeto sano, sentado o de pie, la vena
DE LA ENFERMEDAD ACTUAL yugular externa no es visible, pues habida cuenta
de la exigüidad de la presión venosa a su nivel y
Los síntomas y signos valorables para el diag- la delgadez de su pared, el vaso aparece colapsa-
nóstico de una afección cardiovascular pueden do en toda su longitud, excepto en ciertas perso-
originarse directamente en el corazón (algias car- nas en quienes se ingurgita con facilidad cuando
dioaórticas), en órganos diversos (disnea, expec- hablan, tosen o realizan esfuerzos aun livianos.
toración hernoptoica, hematuria, etc.) o significar En decúbito dorsal y con la cabeza reclinada
reacciones generales (edemas, fiebre, astenia, sobre una almohada, la vena yugular externa
etc.). aparece abultada en su parte inferior, cesando
Con las preguntas de ritual al comenzar esta esta distensión a nivel del punto en que la pre-
parte del interrogatorio: ¿Cuándo y cómo comenza- sión venosa se equilibra con la presión atmosféri-
ron las molestias», ¿Cómo han evolucionado», ¿A qué ca, lo cual sucede, aproximadamente, a la altura
causa las atribuye?, nos daremos cuenta de si el de una horizontal que pasa por el manubrio del
proceso es agudo, subagudo o crónico; de si co- esternón (fig. 3-2). El nivel del colapso venoso al-
menzó lenta y paulatinamente (insuficiencia car- canza el mismo límite en ambas venas yugulares
díaca de origen miocárdico, valvulopatía des- externas. De no ocurrir así, la vena que muestra
el nivel más bajo es la única que nos puede servir
para indicar la presión venosa, siempre que ten-
1
No debemos olvidar que, a veces, la afectación articular es
mínima (l.asegue dijo: «El reumatismo poliarticular agudo lame
gamos la seguridad de que su repleción termina
las articulaciones, las pleuras, las meninges, pero muerde el co- realmente donde parece y de que no se trata de
razón») y aun nula (reuma sine reuma), siendo estas formas las que la yugular externa, en su parte más alta, no
más peligrosas desde el punto de vista que nos ocupa, por dos se vea por quedar colocada más profundamente.
motivos, por descuidarse el tratamiento y por ser muy exiguos
los procesos inmunitarios. Igual valor debemos conceder a las
Nos cercioraremos de ello comprimiéndola con
amigdalitis de repetición, las cuales pueden ser la puerta de en- suavidad en su parte inferior, con el fin de que,
trada de la infección reumática. llenándose, se haga aparente en todo su trayecto.
r Cardiología. Angiología 191

auricular e hidrostática; el tono venoso informa


constantemente sobre cualquier alteración car-
diocirculatoria que pueda encerrar el riesgo de
una insuficiencia cardíaca derecha.
Para su medida, se sitúa el extremo de un caté-
ter intravenoso en la aurícula derecha o en una de
las grandes venas adyacentes a ella, de forma que
la constricción venosa periférica y las válvulas in-
terpuestas no interfieran la transmisión directa de
la presión de la aurícula derecha al catéter.
El material que se emplea es relativamente
simple, y consiste, esencialmente, en un tubo
manométrico graduado en centímetros y con una
configuración en «L», un catéter intravenoso esté-
ril de unos 40 cm de longitud y una llave de
Fig. 3-2. Sujeto normal en decúbito supino, con la fluidos que permita el paso de líquidos en tres di-
cabeza sobre la almohada. El nivel cero (NC), indicado recciones distintas. La llave conecta el tubo ma-
por el extremo de la yugular externa abultada, se en-
nométrico al catéter intravenoso y a un tubo
cuentra un poco por debajo <le la línea del manubrio es-
te mal (MF.). perfusor de una solución salina con heparina,
que evita la obstrucción del catéter por coágulos
sanguíneos. A esta última solución cabe añadir,
por una vía lateral, colorantes o cualquier otra
Al intentar la medida de la presión venosa, se di- sustancia que el enfermo necesite.
ferenciará entre el valor de la presión venosa pe- El individuo se coloca en decúbito dorsal hori-
riférica y central; este último es mucho más exac- zontal y con el brazo abducido unos 45º, habien-
to como referencia de la presión real del retorno do sido previamente informado del examen que
venoso en la aurícula derecha. El gradiente entre se le va a practicar.
ambas varía considerablemente con las alteracio- En cuanto a la vía empleada para la introduc-
nes de la dinámica cardiovascular, la constricción ción del catéter intravenoso, se han utilizado con
venosa periférica y las válvulas venosas inter- éxito tanto las ramas de la vena cava superior
puestas, de tal modo que la presión venosa peri- como las de la inferior.
férica, aun cuando se puede determinar con gran Son especialmente adecuadas las venas de la
facilidad, nos dará tan sólo un valor aproximado flexura del codo (fosa antecubital), la vena yugu-
de la verdadera presión venosa central. lar y la femoral, a nivel de la ingle. Sin embargo,
Para la medida de la presión venosa periférica, se las vías más usadas son las ramas de la vena cava
emplea un procedimiento semejante al que se superior, por cuanto son mucho más seguras des·
utiliza para la estimación de la presión del líqui- de el punto de las posibles complicaciones trom-
do cefalorraquídeo. El procedimiento más simple boembólicas, y nos darán siempre una idea más
es el de Cohen, en el que el enfermo se coloca en exacta de la presión de la aurícula derecha, espe-
_g posición supina sobre la mesa de exploración con cialmente en los casos en que coexista una dis-
� el brazo algo abducido y a la altura del cuerpo; se tensión abdominal.
i punciona una vena del codo en un punto situado La técnica de la medición es sumamente fácil
.g a 5 cm por debajo del IV espacio intercostal, ni- y la destreza en su manejo se adquiere rápida·
·� ve! aproximado de la desembocadura de las dos mente con la práctica, Para ello, una vez se ha
� venas cava en la aurícula derecha; la sangre pasa elegido una vena en la flexura del codo (el lado
.¡ hacia una jeringa que contiene citrato sódico es indistinto, aunque en individuos dextrómanos
-� para evitar la coagulación; después, se pone en es mejor utilizar el izquierdo), se coloca por enci-
} comunicación con el tubo manométrico en for- ma un torniquete de goma, sujetándolo lo sufi-
� ma de «L» graduado en centímetros. Se considera ciente para ohstruir el retorno venoso sin alterar
.¡_ normal una presión de 3-18 mi de agua. el flujo arterial. Esto dilatará las venas al máxi-
; La presión venosa central se suele medir de un mo. Al mismo tiempo, se pide al paciente que
g modo continuado durante un cierto período, y su abra y cierre alrernativamente su mano, mante-
i valor depende de la presión arterial, el vacío in- niéndola cerrada en el momento de penetrar la
@ trapleural, la contracción cardíaca y las presiones vena con la aguja hipodérmica.
192 Semiología médica y técnica exploratoria

Cuando las venas son pequeñas o profundas, ésta (que estaba a una altura superior a la de la
esta constricción por sí sola puede ser insuficien- presión venosa esperada) cae rápidamente hasta
te. En este caso, para producir una dilatación el nivel de la presión venosa real.
adecuada daremos unos ligeros cachetes en la Para realizar esta medición, el cero de la esca-
parte anterior de la muñeca y antebrazo. la graduada debe estar a la altura de la aurícula
Si todavía es insuficiente, la aplicación de ca- derecha en la posición de decúbito supino. Tal
lor a toda la extremidad (antes de sujetar el torni- altura corresponde al punto medio del diámetro
quete) es una ayuda muy valiosa, y que, aplicada torácico anterosuperior (a unos 10 cm del plano
con propiedad, puede significar la diferencia en- de la espalda, según Lyons) o se utiliza la línea
tre una venipuntura habitual y la necesidad de media axilar.
realizar una disección venosa. En todos los casos, deberemos cerciorarnos de
Una vez se haya introducido el catéter venoso que existe una comunicación libre entre el siste-
de polietileno en la vena elegida, preferiblemente ma venoso central y el tubo manométrico, lo que
a través de una aguja hipodérmica de suficiente se pondrá de manifiesto por una rápida caída del
calibre, se deberá avanzar lo suficiente (unos nivel de la columna líquida de éste al ser conecta-
40 cm) para que su extremo libre, esté situado, do con el catéter venoso, y por ulteriores fluctua-
aproximadamente, en la desembocadura de la ciones de este nivel, síncronas con los movimien-
vena cava superior. Esta introducción del catéter tos respiratorios del paciente. Una caída del nivel
se hará con cuidado, ya que a veces pueden en- del líquido «a saltos sincronizados» con el movi-
contrarse válvulas venosas que lo tuerzan y atas- miento de inspiración del paciente, y la falta de
quen. En este caso, tirando del catéter hacia atrás movimientos de la columna líquida al realizar
unos pocos centímetros y haciéndolo girar en éste un movimiento de Valsava, sugieren la exis-
otra dirección lograremos pasarlo sin dificultad. tencia de un defecto de válvula en el extremo del
Lo mismo cabría decir de las ramas venosas que catéter, con lecturas que serán falsas. En caso de
se pueden encontrar en la parte superior del bra- duda recomendamos retirar el catéter unos centí-
zo. De hallarnos en una de tales circunstancias metros y tratar de desobstruirlo perfundiendo a
que impidan la progresión del catéter, éste no se su través unos centímetros cúbicos de solución
debe forzar nunca, guardando en todo momento salina heparinizada. Por el contrario, una pulsa-
la mayor calma y repitiendo la maniobra antes ción demasiado activa, con una presión venosa
descrita. Si la dificultad se encontrara más ade- excesivamente alta sin causa que la justifique,
lante, al avanzar el catéter dentro de la cavidad puede ser debida a que el extremo del catéter se
torácica, puede ser de gran ayuda pedir al enfer- halla en el ventrículo derecho. Como en el caso
mo que mueva el cuello o el hombro en diferen- anterior, se corregirá retirando el catéter unos
tes direcciones, o una inspiración profunda. A centímetros.
menudo, cuando el catéter se halla en la vena Las cifras normales resaltadas por los diferen-
subclavia, tiende a subir hacia la yugular. En este tes autores discrepan entre sí (Lyun, 5-15 cm de
caso, una inspiración profunda y girar el catéter agua¡ Winsor y Burch, 4-16; Brian y Wood, 5-18),
con una mano, mientras con la otra se hace pre- debido a sus divergencias en cuanto al punto
sión sobre la yugular, suele ayudar a que entre en cuya presión debe ser considerada como «cero».
la vena cava. En todos los casos es útil disponer Una presión venosa central que oscila entre
de un ayudante para cooperar en las maniobras 0-5 cm de agua indica hipovolemia y la necesi-
que no requieran el uso de material estéril (soltar dad de administrar fluidos por vía parenteral;
el torniquete, mover el brazo, etc.), y no se debe presiones venosas entre 8-12 cm de agua sugie-
olvidar que el espasmo venoso, una de las mayo- ren una normovolemia, y cuando los valores de
res dificultades que podremos encontrar, provie- la presión venosa superan los 18 cm de agua, se
ne, en la mayoría de los casos, del miedo y de la corre el peligro de un fallo cardíaco, debiéndose
ansiedad del enfermo, que evitaremos con la ex- reducir a un mínimo la administración parenteral
plicación del procedimiento y también infun- de fluidos y considerar la posibilidad de tonificar
diéndole confianza. un miocardio que está trabajando en malas con-
A continuación, se ceban las tres ramas conec- diciones.
tadas por la llave de paso por medio de la solu- En general, diremos que la presión venosa au-
ción salina heparinizada. Al mover la llave de menta en los esfuerzos, insuficiencia ventricular
modo que el catéter venoso quede conectado derecha, procesos tricuspídeos, pericarditis con
únicamente con la rama manométrica, el nivel de derrame y constrictiva, así como en el corazón
ru �
Cardiología. Angiología 193

pulmonar agudo, enfisema obstructivo y síndro- a a


me de la vena cava superior; por el contrario,
disminuye en la hipovolemia, deshidratación y
shock (excepto en el traumático con taponamien-
,,,,
X \ y
to cardíaco por hemopericardias). ', ... ,..., ,,

El pulso venoso está constituido por la oscila-


ción de la porción proximal distendida de las X'
A
venas yugulares internas. Los cambios volumétri-
cos que experimenta son fiel reflejo de las distin-
tas presiones que se desarrollan en la aurícula de-
recha durante el ciclo cardíaco.
Para el registro del pulso venoso ((lebograma
yugular) se coloca al sujeto en posición de decúbi-
to supino, o semidecúbito si es ortopneico, y se
aplica un terminal constituido por dos ventosas
superpuestas en la porción proximal de una yu- B
gular, que se mantiene sujeto a la piel por medio
de un ligero váCÍO creado en la ventosa exterior.
Entretanto, la ventosa interior recoge las pulsa-
ciones yugulares, que transmite a un cristal pie-
zoeléctrico, el cual crea una corriente ondulatoria
que es recogida por un amplificador, transmitida
a un galvanómetro y recogida gráficamente por e
una película fotográfica. Durante el registro, es Fig. 3-3. Pulso venoso yugular. A) Normal. B) Insufi-
preciso que el paciente contenga su respiración. ciencia tricuspídea. C) Estenosis tricuspídea.
Normalmente, el registro grá.(iw del pulso venoso
yugular ofrece tres ondas, que reflejan los carn-
bios de presión en la aurícula derecha: El pulso yugular venoso es suave, difuso, on-
dulante, más visible que palpable (el pulso arte-
l. La primera, u onda "ª", traduce la contrac- rial se ve y se palpa bien). Con un ritmo y fre-
ción de la aurícula derecha. cuencia normales, se distinguen dos impulsiones
2. La segunda, u onda «c», corresponde al cie- y dos depresiones en cada ciclo (la pulsación ca-
rre de la válvula tricúspide al iniciarse la sístole rotídea es única e intensa). El nivel de la pulsa-
ventricular. ción varía con las fases respiratorias (de acuerdo
éi. La tercera, u onda « V", refleja el aumento con la tensión intratorácica, descendiendo en la
de la presión auricular antes de que se abra la inspiración y elevándose en la espiración) y con
válvula tricúspide. el ortostatisrno, cosa que no ocurre con el pulso
carotídeo, que incluso se acentúa en la posición
Entre estas dos últimas ondas, existe una de- de pie. Asimismo, cuando existen pulsaciones
g presión, u onda negativa «X',,, que corresponde a amplias en el cuello y el pulso radial de ambos
! la sístole ventricular, por este motivo al pulso ve- lados es débil o poco palpable (si se ha excluido
� noso normal se le llama pulso venoso negativo (figu- la presencia de una arteríoparía obliterante) la
� ra 3-3 A). pulsación es venosa.
re Para diferenciar el pulso venoso yugular del pulso En la insuficiencia cardíaca derecha con estasis
� carotideo -cosa no difícil aunque son muy pocos de aflujo, las venas yugulares se encuentran dis-
� los que saben hacerlo-, se dispone al enfermo
·¡¡;
tendidas, incluso en el ortostatismo, por la pre-
-� semiincorporado en cama, con la cabeza adelan- sión venosa elevada. Esta distensión aumenta
f tada y vuelta un poco hacia el lado que se exami-
� na (casi siempre el derecho), para evitar la ten-
con la compresión del hipocondrio derecho (xre-
flujo hepatoyugular» de Rondot) o difusa del ab-
.,: sión del músculo esternocleidomastoideo, que domen («reflujo abdorninoyugular» de Lian) .
: cubre parcialmente la vena yugular interna, y con En la insuficiencia tricuspidea, la corriente de re-
� una buena iluminación del ángulo que forma la gurgitación ventricular da lugar a una onda «a»
�:::; mandíbula con el borde anterior del estemoclei- auricular gigante seguida de un seno «Y» profun-
@ domastoideo. do y rápido (ventriculación de la curva auricular).
194 Semiología médica y técnica exploratoria

Se le llama pulso venoso positivo o ventricular Para la correcta interpretación de este sínto-
(fig. 3-3 B). ma, es preciso no olvidar que los sujetos que lle-
En la estenosis tricuspidea, el dato más llamati- van vida sedentaria pueden fatigarse al realizar
vo del yugulograma es una onda «a» gigante, pre esfuerzos bien tolerados por la generalidad, sin
sistólica, con conservación y aun atenuación de que de ello pueda inferirse insuficiencia cardíaca
las ondas «c», «V» y la depresión de «X'». Se le y sí sólo una ligera claudicación funcional por fal-
llama pulso venoso auricular (fig. 3-3 C). ta de hábito".
En la enfermedad tricuspídea (estenosis + insufi- Citaremos los siguientes tipos de disnea:
ciencia), la onda «V» gigante es sostenida, en me-
seta, y el seno «Y» que le sigue es más lento; 1. Disnea de esfuerzo. Aparece cuando el en-
todo ello indica una regurgitación menor y el fermo realiza un esfuerzo superior a las posibili-
obstáculo impuesto al llenado por el componente dades de su corazón, y persiste un cierto tiempo
de estenosis. una vez cesado el esfuerzo (deuda de oxígeno).
En el derrame pericárdico y pericarditis constrictiva, Si es intensa, empeora rápidamente tras caminar
la presión venosa se exagera en la inspiración (sig- algunos pasos y puede acompañarse de palpita-
no de Kussmaul) y el registro gráfico aprecia el co- ciones, dolores anginosos, tos, sensación extraor-
lapso diastólico de Friedreich, traducido por una dinaria de cansancio, trastornos visuales, mareos
profunda onda «Y». Ello denota la súbita llegada y a veces incluso síncopes. Es propia de la claudi-
de sangre (al comienzo de esta fase y luego cuan- cación del corazón izquierdo o global, con regur-
do se abre la válvula tricúspide) desde las abulta- gitación pulmonar.
das venas sistémicas al vacío ventricular derecho. 2. Disnea de decúbito (ortopnea; o mejor, cli-
En el taponamiento cardíaco, la presión venosa nopnea). Aparece en posición decúbita y se alivia
es alta y el nivel venoso inmóvil (signo de la «raíz al pasar a la posición sentada, o con las piernas
cuadrada»). colgando en el borde de la cama. Una forma es-
Cuando por inspección se advierte la falta de pecial es la trepopnea o intolerancia para un decú-
coincidencia entre las pulsaciones arterial y veno- bito lateral (generalmente, el izquierdo) por la
sa, cabe pensar en un bloqueo auriculoventricular existencia de un derrame pleural contralateral o
completo o en una fibrilación auricular. Si la con- por una excesiva distopia postura! del corazón, la
tracción auricular coincide con el cierre de la vál- cual da lugar a la acodadura de los grandes vasos
vula tricúspide, como ocurre en ciertos bloqueos (cava inferior o suprahepática izquierda, venas
cardíacos, en el ritmo nodal y algunas extrasísto- pulmonares).
les, se producen unas ondas «a» gigantes llama- La disnea de decúbito es característica de las
das en «cañonazo». insuficiencias izquierdas, con corazón derecho
En la hipertensión pulmonar, existe una onda «a» eficiente y las hipodiastolias (derrame pericárdi-
gigante en «cuña» tanto o más brusca que la onda
«a» obstructiva de la estenosis tricuspídea.
La distensión unilateral de la vena yugular interna 'Las causas de las disneas cardiógenas son múltiples:
izquierda se señala de manera casi exclusiva en 1. Ingurgitación con disminución de la elasticidad pulmo-
las aortopatías aneurismáticas con compresión nar, motivo de una deficiente oxigenación de la sangre y de la
de la vena innominada por el tronco branquioce- exageración del «reflejo de Hering-Breuer- (regula la actividad
fálico (signo de González Sabathié). c-iF.I centro respiratorio en relación con el grado de distensión
pulmonar) con lo que se consigue una hiperventilación, que si
es excesiva da la sensación de disnea.
2. Acidosis periférica por la anoxia (ácido carbónico+ áci-
Disneas de origen cardíaco do láctico), con estimulación directa del centro respiratorio o a
través de zonas reflexógenas quimiorreceptoras.
3. Dificultad a la expansión del pulmón por la hipertrofia
Son los síntomas «por excelencia» del corazón cardíaca, hepatomegalia, hidrotórax, ascitis.
insuficiente. Por tal motivo, seremos precisos en 4. La hipertensión venosa a nivel de la vena cava o aurí-
el interrogatorio, insistiendo sobre el horario de cula derecha (reflejo de Bainbridge) produce aumento de venti-
su aparición, sus causas, fenómenos que la acom- lación por vía vaga!, sumando sus efectos a los del reflejo de
Hering-Breuer, ya descrito.
pañan (taquipnea o hradipnea, palidez, angustia,
sudación, etc.), y sobre la ausencia o presencia de La importancia de los factores reflejos centrales se mani-
fiesta en la disnea súbita y angustiosa del corazón pulmonar
ruidos respiratorios audibles por el enfermo y sus
agudo, debida, en su mayor parte, a la vasoconstricción pulmo-
allegados. Tiene, asimismo, valor, su aparición nar difusa asociada, a veces, a isquemia coronaria (reflejo pul-
lenta o paroxística. mocoronario).
Cardiología. Angiología 195

co, sínfisis pericárdica). La posición de decúbito cientes (poliartríticos crónicos) que yacen inmo-
intensifica la estasis pulmonar (la sangre de las vilizados en cama.
extremidades inferiores y territorio esplácnico se Su cuadro clínico consiste en que el paciente
desvía hacia la región torácica) lo que somete al se despierta bruscamente con una sensación an-
corazón derecho, funcionalmente capaz, a un gustiosa de falta de aire y se sienta en la cama
mayor estímulo funcional que no puede ser se- con las piernas colgando o en una butaca, apo-
guido, sin embargo, por el ventrículo izquierdo yando las manos para facilitar la cooperación de
insuficiente. los músculos auxiliares de la respiración, o busca
3. Disnea permanente. Obliga al enfermo a la ventana u el balcón, en un intento de calmar
permanecer sentado y a evitar el menor esfuerzo. su sed de aire. Hay taquipnea con disnea inspira-
Es superficial (hecho motivado por la circunstan- toria y espiratoria, taquicardia con trastornos del
cia de que, en la rigidez del pulmón, no se dis- ritmo o sin él, apagamiento del primer tono, en
tienden lo suficiente los alvéolos durante la inspi- ocasiones galope, y reforzamiento del segundo
ración). Clínicamente, la espiración se encuentra tono pulmonar. La percusión evidencia hiposo-
alargada, no siendo rara la demostración de es- noridad en ambas bases, a cuyo nivel se auscul-
tertores secos, y muy frecuente (por no decir tan abundantes estertores bronquialveolares de
constante) la auscultación de estertores húme- estasis. La presión arterial puede estar eleva-
dos, más o menos abundantes, en una o ambas da (espasmo vascular), disminuida (reducción del
bases pulmonares. Este dato, junto con la intensi- volumen-minuto) o normal. La crisis tiene una
ficación por el decúbito y a menudo durante la duración variable (de minutos a horas) y puede
noche, una vez conciliado el sueño, la diferencia conducir al edema agudo de pulmón. Ei1 las gran-
de las disneas de origen pulmonar. des crisis, el enfermo aparece con cianosis pálida,
La disnea permanente es debida a la insufi- angustiado y sudoroso.
ciencia cardíaca izquierda o global avanzada. La me- 6. Insuficiencia cardíaca asmoide. Es una forma
joría con la posición sentada se debe al descenso broncospástica del asma cardíaca, difícil de dife-
del diafragma (aumenta la capacidad vital) y renciar de la crisis del asma esencial. En ambas
acumulación de la sangre en las extremidades in- hay bradipnea, disnea espiratoria, enfisema fun-
feriores y sistema esplácnico, con disminución cional y estertores secos (roncos, sibilancias) di-
de la estasis cerebral y de la sobrecarga del cara seminados. El diagnóstico clínico diferencial sólo
zón derecho. es posible valorando la presencia de estertores
El fallo ventricular derecho aislado no moti- bronquialveolares de estasis en la base y el alar-
va disnea; la que se observa en tales casos se gamiento del tiempo de circulación. Su patogenia
debe, casi siempre, a un proceso broncopulmo- se explica admitiendo que a las causas que moti-
nar crónico motivo de la sobrecarga; la disnea van el asma cardíaca clásica, se añaden espasmos
no muestra por ello el carácter ya descrito, sino de los músculos de Reisseisen por estimulación
el pulmonar. vaga! directa (edema de la submucosa bronquial)
4. Respiración de Chevne-Stokes (ciclopnea, de o indirecta (vagotonía de la madrugada).
Letamendi). En ésta, desempeña el papel principal
una disminución de la excitabilidad del centro
g
.;
respiratorio tanto hipoxémicamente (en afeccio- Dolor precordial
� nes vasculares del cerebro) como medicamento-
� samente (con la administración de morfina). De Por dolor precordial entendemos las molestias
-a hecho, deben de participar primordialmente fac- más o menos intensas, continuas o paroxísticas
·g
-e
tares locales cerebrales; esto explicaría que la n�s- experimentadas por el paciente a nivel de esta re-
� piración de Cheyne-Stokes prácticamente nunca gión.

·�
se observe en lesiones valvulares, sino que se pre- Es un síntoma que puede observarse en car-
� senta con gran preferencia en la hipertensión y en diópatas (aislado o formando parte de un com-
l la esclerosis miocárdica (las cuales están asociadas plejo sindrómico más o menos amplio), en enfer-
� con una afectación vascular general). Es propia de mos de otros aparatos o sistemas e incluso en
.¡_ las cardiopatías izquierdas con circulación cere- personas sanas, pero con conflictos psíquicos .
z
ui bral deficitaria. Esto obliga al médico a ser muy escrupuloso en
g 5. Asma cardíaca. Está motivada por el fallo su valoración.
i súbito del corazón izquierdo. Adopta, casi siern- Recordaremos que, de todos los dolores topo-
e pre, un ritmo nocturno, incluso en aquellos pa- grafiables de nuestro organismo, el dolor precor-
196 Semiología médica y técnica exploratoria

dial es, quizás, el que despierta mayor carga afec- 2. Dolor precordial psicógeno. Al examen su-
tiva, el que preocupa más al enfermo, por la de- perficial parece de origen circulatorio. Son los lla-
ducción inmediata que hace de una posible car- mados falsos cardíacos. Se trata, casi regularmente,
dioangiopatía, cuyo peligro no ignora. de mujeres con estrés psíquico sostenido. El do-
Consideraremos sucesivamente los dolores pre- lor o molestias tienen una querencia especial
cordiales: para la región inframamaria izquierda, mamaria,
borde estema! izquierdo y, a veces, todo el hemi-
1. Dolor precordial no cardíaco. Su causa puede tórax izquierdo, en orden de mayor a menor fre-
radicar en: cuencia. El enfermo manifiesta su molestia apo-
yando horizontalmente la mano sobre la región
a) Pared torácica. Mamas péndulas, volumi- doliente, moviéndola frecuentemente en sentido
nosas, inflamadas o con tumores; paniculitis, transversal hacia la región axilar izquierda, sin
sobre todo en mujeres obesas¡ mialgias de los flexionar jamás los dedos como en el dolor cons-
músculos intercostales, consecutivas a esfuer- trictivo. Concomitantemente, se señala disnea
zos, a hiperventilación (en sujetos neuróticos), a suspirosa, irritabilidad, insomnio, profunda tris-
hipocalcemia (calambres) o a golpes de tos, etc.; teza con llanto frecuente e inmotivado.
síndrome precordial condrocostal de Fiegel y Juncadella Ferrer halló en todos los casos un
Kelling; herpes zóster o zona, en el que la pre- punto doloroso, exquisitamente localizado a ni-
sencia de vesículas asegura el diagnóstico¡ neu- vel de la articulación condrocostal de la IV costi-
ralgia intercostal; radiculalgias de origen verte- lla izquierda. El dolor que se despierta a la pre-
bral, etc. sión en este punto, y que es mucho más intenso
b) Pleura, pulmón o mediastino. Traqueobron- que el provocado en cualquier otro lugar, no está,
quitis; cuerpos extraños bronquiales, neumonía¡ al parecer, relacionado con la estructura conde-
atelectasias; pleuritis aguda¡ mediastinitis reumá- costal, ya que se despierta también pellizcando la
tica o tumoral. piel en esta región. Asimismo, si con el dedo se
c) Abdomen. Aproximadamente, el 10-20 % mueve la piel arriba o abajo, el dolor sigue el des-
de los pacientes que presentan dolor en el hemi- lizamiento del dedo (punto precordial, de Junca-
tórax izquierdo tienen alteraciones de la cavidad della).
abdominal, responsables de sus manifestaciones Síntomas parecidos se señalan en las neurosis
dolorosas. Para atribuir a una afección digestiva cardiovasculares y en las distonías diencefaloen-
la causa del dolor precordial, es necesario que la docrinovegetativas, especialmente en aquellas
crisis corresponda a etapas de la digestión o al sintomáticas de la pubertad (catamenia, embara-
padecimiento de órganos incriminados. Las al- zo, menopausia e hipertiroidismo).
gias debidas a hernia del hiato esofágico rara vez Los autores alemanes Heyer, Hattingberg, Rom-
se desencadenan en relación con el esfuerzo, berg, Braun y Max Herr, entre otros, se ocuparon
pero sí se originan por las comidas abundantes, mucho en un cuadro clínico descrito con el nom-
movimientos bruscos de flexión del tronco o por bre de frenocardia o neurosis cardíaca sexual psi-
el decúbito supino. La distensión gástrica por ae- cógena. La caracterizan tres síntomas fundamen-
rofagia o pilorospasmo, la úlcera penetrante de la tales:
pequeña curvatura, las enfermedades de las vías
biliares (es frecuente la asociación de alteraciones a) Dolor en el lado izquierdo por contraccio-
vesiculares y coronaria), la pancreatitis aguda nes diafragmáticas, localizado en el lugar corres-
que ocasiona un cuadro de insuficiencia circula- pondiente a la punta del corazón,
toria periférica similar al del infarto de miocar- b) Bloqueo respiratorio.
dio, el bazo en pleno infarto, la flexura esplénica e) Palpitaciones e intenso eretismo cardíaco.
(origen de crisis dolorosas muy fuertes en el he- Como posibles causas figuran los «fraudes» em-
mitórax izquierdo y relacionadas, casi siempre, pleados en las relaciones sexuales, como mastur-
con los movimientos respiratorios, pero que se bación, coitus lnterruptus, empleo de preservativos,
alivian con los movimientos intestinales y por traumas psicosexuales, impotencia psíquica, de-
expulsión del aire), etc., deben tenerse en cuenta cepciones amorosas, etc.
cuando se plantea el diagnóstico diferencial del
dolor precordial. 3. Dolor precordial por padecimiento cardíaco no
d) Sistema nervioso. El aura de la epilepsia primitivo. Se señala en los grandes esfuerzos y en
puede simular una crisis de ángor. las crisis hipertensivas del saturnismo, feocrorno-
Cardiología. Angiología 197

citoma, myecc1on extemporánea de adrenalina, mentas súbitos de presión en la pequeña circula-


etc. En la hipertensión permanente, puede haber ción.
un dolor sordo asociado a pequeños grados de Los dolores precordiales angoroides se acom-
insuficiencia cardíaca, que no cede al reposo ni a pañan de intensa cianosis (angor ceruleus, angina
nitritos, pero que desaparece aliviando la carga hipercianótica de Jores).
cardíaca al disminuir las cifras tensionales. En la insuficiencia coronaria aguda (angina de
Los dolores cardíacos que acompañan a la dia- pecho o estenocardia4), el dolor anginoso aparece
betes, obesidad, xantomatosis, policitemia, trom- súbitamente con ocasión de un esfuerzo físico,
boangitis obliterante, shock, etc., obedecen, en estrés psíquico, decúbito, por la vagotonía de la
realidad, a afectación coronaria por el favoreci- madrugada o pesadillas nocturnas, paso de una
miento que estas circunstancias significan para el habitación caliente a un ambiente frío, etc., y se
desarrollo de la arteriosclerosis y trombosis de localiza casi siempre debajo del esternón, en la
estos vasos. proximidad del hueco epigástrico o en área ele-
4. Dolor precordial por padecimiento cardíaco vada, a nivel del manubrio esternal, pero siempre
primitivo. El de origen pericárdico3 sólo aparece en en la línea media (el «área de la corbata» de
los procesos inflamatorios agudos, con derrame Wenckebach) y casi nunca a la izquierda sobre la
o sin él. De asiento retrostemal, es oprimente y propia zona de proyección del corazón.
continuo, irradiándose al cuello, espalda; pero El enfermo lo describe aplicando la mano so-
nunca, al contrario de lo que ocurre con la angina bre la región dolorosa y flexionando los dedos en
de pecho, hacia el brazo izquierdo. Aumenta con garra. Se irradia hacia el hombro izquierdo, bor-
la inspiración profunda, posición echada y movi- de cubital del mismo lado y hasta la flexura del
mientos de deglución, y se alivia con las posicio- codo y los dos últimos dedos de la mano; en po-
nes genupectoral, plegaria mahometana y de cos casos ambos brazos y, excepcionalmente,
Blechmann. sólo hacia el brazo derecho (fig. 3-4). Son típicas
El músculo cardíaco es fuente de molesüas. y características, ya que faltan en las precordial-
gias seudoanginosas, las irradiaciones altas hacia
a) En los esfuerzos corporales excesivos, inclu- el cuello, mentón, mandíbula, orejas, nuca. Se
so con coronarias sanas. La hipoxia dolorosa se acompañan de un componente motor (el brazo
produce por una demanda excesiva. Es oportuno izquierdo se envara; la nuca se hace pesada; la
el recuerdo de la legendaria carrera de Diomedón expansión del hemitórax izquierdo es difícil) y
desde Maratón a Atenas (42,195 km) para comu- de otro simpático (sudación, reacción pilosa,
nicar la victoria, y caer fulminado justo al llegar. hemicontractura facial, hormigueos, palidez [án­
b) Cuando se inflama (miocarditis), como en gor pálido]). Otra característica <le estas algiéd es
los procesos reumáticos agudos. El dolor precor- la de difundirse la sensación visceral inconsciente
dial es difuso y continuo, sin irradiaciones espe- hacia los centros superiores, determinando fenó-
cíficas. menos de conciencia de padecimiento visceral
e) En las extrasistoles, ya sea como sensación
de angustia y opresión retrostemal o en forma de
dolores punzantes, que por cierto son más acen-
'El fallo coronario agudo motiva anoxia miocárdica, origen,
_g tuados en los sujetos de corazón sano que en los
oi a su vez, de una verdadera tempestad bioquímica, con produc-
� cardiópatas. ción de sustancias (lactatos, polipéptidos, histamína, serotoni-
� d) En la distensión brusca de alguna de sus ca- na, bradicinina, etc.) estimulantes de las fibras dolorosas de los
e vidades, como sucede con la aurícula en la este- pequeños vasos (dolor muscular isquémico). Oue la anoxia es
la causa algiógena, lo demuestra el hecho de que los dolores
�-c nosis mitral durante un esfuerzo (punto de costa-
pueden aparecer con coronarias sanas siempre que haya un de-
� do auricular de Vaquez y Vilbonnet) y con el sequilibrio, con déficit, entre la oferta coronaria y la demanda
-�� corazón derecho y arteria pulmonar en los au- miocárdica (esfuerzos excesivos, aumentos súbitos de presión
arterial). Esto explica los dolores angoroides en el colapso en
que la sangre se dirige hacia el sistema esplácnico; en la estre-
chez aórtica y mitral (por descenso de la tensión intraaórtica
·1
Su patogenia no está clara, habida cuenta de que tanto el con la reducción de la cantidad de sangre que de la aorta pene·
< pericardio visceral como la superficie interna de la hoja parietal tra en el orificio de las coronarias), en la dilatación cardíaca con
ui no contienen fibras dolorosas; se admite la coparticipación del estasis de las cavidades derechas, etc. Se produce también ano-
g miocardio, por un lado, y de las formaciones contiguas (pleura, xi.:1: del minr.ard¡o ruando la s;i.n5re. está alterada y no aporta la
gi mediastino, diafragma), por otro, ya sea mediante la propaga- cantidad de oxígeno necesaria para el trabajo muscular; cal su-
� ción del proceso flogótico o por la compresión que ejerce el cede en las anemias graves, en las grandes altitudes, en la into-
@ saco pericárdico distendido. xicación por CO.
198 Semiología médica y técnica exploratoria

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Fig. 3-4. Regiones a las cuales se irradia el dolor en la angina de pecho y su frecuencia.

(cenestesias), con sensación de vida que se esca- gía digestiva con náuseas, vómitos, contractura
pa o de angustia mortal (syncopa angens, angor parietal abdominal; esta forma cardiogástrica del
animi). El enfermo, sorprendido por la brusque- infarto es, a veces, motivo de errores diagnósti-
dad de la crisis, queda inmóvil en la posición en cos graves. No es raro ver a un enfermo candida-
que se encuentra. Si se encuentra en la calle al so- to a una intervención de by-pass coronario, a
brevenir la crisis puede manifestarse en forma de quien se ha sometido recientemente a una cole-
accesos de corta duración (segundos o minutos), cistectomía. El examen electrocardiográfico es de
de crisis (sumación de accesos) o por un esta- gran valor diagnóstico.
do de mal anginoso, si bien, en tal caso, se sospe- Dressler describió, en 1956, una complicación
chará que se trata de la forma neurótica. El dolor del infarto de miocardio, que denominó «síndrome
anginoso de esfuerzo cede con la interrupción de postintarto» en una clásica tríada sintomática, con
éste; el de decúbito, con la incorporación del en- pericarditis, pleuritis y neumonitis. Es relati-
fermo; el de la vagotonía de la madrugada o el de vamente frecuente, con numerosas formas frus-
las pesadillas, al recuperar el estado de vigilia, y tradas que comprenden la pericarditis aislada,
todos ellos, con vasodilatadores coronarios, en neumonitis, artralgias y prolongada hipertermia
especial, nitritos. asociada a eosinofilia.
Algunos anginosos por los esfuerzos refieren Debe diferenciarse de las manifestaciones re-
el caso curioso de que continuando la marcha cidivantes del infarto, lo que obliga a la prolonga-
(y sin medicación alguna) desaparece el dolor. da observación del trazado electrocardiográfico.
Wenckebach designa este fenómeno con el nom- Como quiera que existen terminaciones ner-
bre de second wind tomado de las carreras de ca- viosas en el endocardio, es posible la existencia
ballos, en las cuales el animal, en determinado de un dolor precordial de estirpe endocárdica,
momento, parece tomar nuevo aliento. sin negar la posibilidad de que el dolor sordo
Puede acompañarse de shock, fallo cardíaco y difuso o los pinchazos que aquejan a algunos
(con o sin trastornos del ritmo) o de sintomatolo- enfermos de endocarditis aguda sean motivados
Cardiología- Angiología 199

por la miocarditis, pericarditis o pleuritis conco- La inefectivi<la<l <le algunas extrasístoles para
mitantes. lanzar sangre al árbol arterial motiva una sensa-
En las endocarditis agudas, se comprueba con ción de paro cardíaco momentáneo acompañada
cierta frecuencia una zona hiperalgésica a nivel de angustia o sin ella y un fallo en el pulso (pulso
de los segmentos dorsales 11, IIl y IV, que desapa- deficitario extrasistólico).
rece al remitir el proceso. 2. Palpitación en salvas, o latido precordial
5. Dolor precordial por causas vasculares no car- persistente (al menos por un tiempo). Puede ser
díacas. Las más importantes son las que depen- de comienzo y terminación bruscos, como en la
den de la aorta, arteria pulmonar o cavas. El do- taquicardia parnxístir;;i y ;;ilr.tr.o o fihrilación au-
lor de los aórticos resulta de estímulos causados ricular paroxística, o bien aparece y termina
por la distensión del vaso sobre los plexos car- gradualmente, como acontece después de un es-
dioaórticos; de la insuficiencia coronaria conco- fuerzo físico o emoción violenta o en estados pa-
mitante; de la propagación al mediastino del pro- tológicos como hipertiroidismo y anemia.
ceso inflamatorio determinante de la aortopatía,
así como de la irritación por compresión de los Las palpitaciones se observan en las siguientes
nervios sensitivos vecinos (dolores neuralgifor- circunstancias:
mes), si existe dilatación aneurismática del vaso.
La aortitis del segmento ascendente motiva 1. En sujetos normales. En ocasión de esfuer-
un dolor continuo, tensivo o constrictivo, retros- zos (si éstos son extraordinarios se presentan ex-
temal alto, paroxismos con ocasión del esfuerzo, trasístoles, la mayor parte de las veces sin valor
crisis hipertensivas por la distensión brusca del patológico alguno), emociones, trabajos digesti-
vaso y plexo cardioaórtico. El dolor, en una en- vos, cambios de altitud, estancia en atmósferas
fermedad de la arteria pulmonar, puede ser debido confinadas, etc. La sirnpaticotonía las facilita, así
a la distensión súbita del vaso pur hipertensión como la sensibilidad exagerada del sujeto por
aguda en la pequeña circulación; caso en que se mayor concentración, como acontece durante la
acompaña de cianosis (angor ceruleus, angina hi- soledad de la noche, y especialmente en posición
percianótica de Jores); a la coparticipación me- de decúbito lateral izquierdo, en la cual además
diastínica o a la insuficiencia coronaria derecha se agrega el mayor contacto del corazón contra la
refleja. pared torácica, o por concentrar el paciente su
De las cavopatias, sólo las flebitis y trombofle- atención sobre su corazón.
bitis de la cava superior pueden originar dolor 2. En la neurosis cardiovascular. Oue acom-
precordial, a veces intensísimo, con sensación si- paña al dolor precordial, casi siempre localizado
multánea de distensión y de calambres, espontá- en la nc:8ión inframamaria, a la disnea suspirosa
neos o de esfuerzo, en los miembros superiores. y a la astenia. Se trata, casi siempre, de sujetos
jóvenes, longilíneos, sin alteración estructural
cardfar.a.
Palpitaciones 3. En la mayoría de lesiones valvulares, mio-
cárdicas o del pericardio. Son llamativas en la este-
Son la cenestesia del latido cardíaco. Éste es nosis mitral, incluso en los casos iniciales.
g percibido ya sea como sensación de paro súbito, 4. En múltiples procesos no cardíacos. Como
� angustia y opresión retrosternal, o bajo la forma son, sin pretender agotar la lista, la hipertensión
i de dolores punzantes precordiales. Suelen sentir- sistémica esencial o sintomática; el hipertiroidis-
.§ las más los sujetos de corazón sano, pero con mo, en que este síntoma puede ser permanente o
·¡;
-� distonía neurovegetativa, que los cardiópatas. por crisis (incluso paroxísticas); el climaterio, so-
� Desde el punto de vista semiolágico, las palpita- bre todo durante los sofocos y, principalmente,
-�� ciones pueden dividirse en: cuando hay reacción hipertiroidea; la plétora ab-

! 1. Palpitación aislada, o sensación de latido


� precordial único. Puede repetirse de tanto en tan-
dominal y, en general, la obesidad, gravidez, tu-
mores y quistes del abdomen, por dislocación de
la víscera cardíaca; la epilepsia (aura cardíaca);
<i to. Es característica de las extrasístoles con pau- ciertas intoxicaciones habituales (tabaco, alcohol,
; sas extrasistólicas, porque la contracción percibí- café, té, mate), medicamentosas (digitálica, mor-
� da no es la extrasístole, sino la contracción más fínica, cocaínica, por extractos tiroideos, etc.), ac-
(/)

� enérgica que la sigue, resultado del mayor llena- cidentales o profesionales (gas, ácido cianhídrico,
@ do cardíaco por la pausa extrasistólica. benzol, gasolina), etc.
200 Semiología médica y técnica exploratoria

Vemos, pues, que este síntoma es de aparición dos los centros corticales, la respiración es regida
bastante frecuente, tanto en sujetos sanos como únicamente por el centro respiratorio; éste se ex-
en enfermos del corazón o de otros órganos. cita y fuerza respiraciones violentas que despier-
tan bruscamente y asustan al paciente.
El médico debe tomar, frente a las palpitacio- El motivo del elevado contenido en proteínas
nes, una actitud bien definida, la de no conside- del líquido que invade los alvéolos se atribuye a
rarlas como síntoma trivial y sin importancia, la alteración de la permeabilidad capilar.
mientras el interrogatorio más detenido y la ex-
ploración más concienzuda no lo autoricen a ello.
Congestión pasiva pulmonar
Edema agudo de pulmón Se traduce, al examen físico, por un leve au-
mento de tono a la percusión en una o ambas ba
La estasis pasiva pulmonar propia de las car- ses pulmonares y por la auscultación de unos
diopatías izquierdas descompensadas, así como estertores identificados como crepitaciones, lla-
los posibles episodios embólicos o trombóticos, mados estertores de estasts por cuanto traducen un
motivan una rica sintomatología clínica centrada cierto grado de alveolitis exudativa. Son especial-
por la disnea. Sus síntomas clínicos son disnea mente audibles cuando el paciente ha estado un
violenta y creciente, con palidez y cianosis (livi- buen rato en decúbito dorsal. Según se coloque el
dez). El tórax está insuflado, con un sonido plexi- paciente en un decúbito lateral o en otro, pueden
métrico timpánico. A la auscultación, se perciben aparecer y desaparecer alternativamente (signo de
roncos, sibilancias y estertores bronquialveolares los estertores en báscula o de Morrison).
de estasis. A distancia, los estertores se oyen En la insuficiencia del ventrículo izquierdo, su va-
«como si en el pecho hirviera un puchero». La tos lor diagnóstico es considerable, pues además de
expulsa copiosa expectoración fluida, espumosa, ser su signo más precoz, es el último en desapa-
frecuentemente rojiza, que semeja clara de hue- recer al restablecerse la compensación.
vo batida por contener abundante albúmina. El La auscultación pulmonar es normal en las
corazón suele estar agrandado y se auscultan a cardiopatías derechas (pues no hay estasis pul-
veces soplos y ritmo de galope. El pulso es rápi- monar pasiva) en las que puede caerse en el error
do, rítmico o no, y casi siempre hipotenso. El de tomar como de origen cardíaco los ruidos
cuadro rara vez remite espontáneamente; el final bronquiales que presentan, por lo general, estos
suele ocurrir por broncoplejía asfíctica o fibrila- enfermos bronquíticos crónicos, con asma y enfi-
ción ventricular. sema o sin ellos.
Las causas del asma cardíaca y del edema agu-
do del pulmón (no inflamatorio) son complejas;
ocurren cuando, por fallo súbito del corazón iz- Derrames pleurales
quierdo, siendo el derecho eficiente, se produce
una hipertensión capilar pulmonar superior a la Los de origen mecánico (hidrotórax) son fre-
osmótica del plasma (30 mm Hg), motivo de tra- cuentes en la insuficiencia crónica del ventrículo
sudación de este último en los alvéolos; cuentan, izquierdo y en la global; en la del corazón dere-
además, alteraciones secundarias de los capilares, cho suelen faltar, aun en casos de edemas gene-
alvéolos y tejido intersticial (barrera alveolocapi- ralizados con ascitis o sin ella. Su evolución es
lar). Su aparición por la noche, rara vez de día, se insidiosa y muchas veces se sospecha frente al
explica por hipervagotonía y acidosis periférica aumento de la disnea o el fracaso de la medica-
nocturnas con hiperexcitabilidad del centro respi- ción tónica cardíaca. Si el líquido es escaso, se
ratorio y anulación parcial de los reflejos de de- descubre antes por exploración física (disminu-
fensa, lo que hace posible que estímulos míni- ción de la sonoridad percutoria, anomalías en la
mos, inoperantes en otras circunstancias, auscultación de la voz alta o baja) que por exa-
conduzcan, sin gradación alguna, a la crisis dis- men radiológico.
neica paroxística. Durante el día, los centros corti- El líquido trasudado puede localizarse en la
cales impiden que esta hiperexcitabilidad se haga pleura libre (eventualidad frecuente) o en las ci-
consciente, provocando respiraciones profundas suras.
que expulsan el C02 acumulado en los pulmones; En el primer caso, suele preferir el lado dere-
durante el sueño, y por quedar desconectados to- cho, aunque con frecuencia (25-30 %) es bilate-
Cardiología. Angiología 201

ral. Para explicar esta predilección se han invoca- nosis mitral con una gran aurícula izquierda), se
do la acción de la gravedad, pues el cardiópata acompaña de ronquera y toma carácter bitonal.
prefiere el decúbito lateral derecho; la mayor ne-
gatividad de la presión pleural de este lado; la
mayor superficie de la pleura visceral derecha (el Expectoración
pulmón es trilobulado), favorecedora de una ma-
yor trasudación; la compresión de la vena ácigos La expectoración del cardíaco puede ser mu-
mayor contra el hilio pulmonar al ser traccionada cosa, albuminosa (edema pulmonar agudo), pu-
por el ventrículo dilatado y el hecho de que la rulenta (en la bronquitis asociada) o hemática
circulación de retorno pleural derecha desagua (estasis pulmonar e infarto del pulmón).
directamente en la ácigos mayor, mientras que la
izquierda lo hace por intermedio de la ácigos me-
nor (en su consecuencia, cualquier conflicto está- Hemoptisis
sico de la cava superior se manifestará antes en la
ácigos mayor [derecha] que en la menor). Puede presentarse como fenómeno aislado,
El derrame cisura! de origen cardíaco se pre- esporádico, o como episodio recidivante. La car-
senta, casi siempre, en la cisura superior derecha, diopatía más hemoptizante es la estenosis mitral
aislado o asociado muchas veces a derrames horno (10-18 %) y a expensas de las anastomosis entre
o contralaterales. Origina sombras atípicas (no las pequeñas ramas tributarias de las venas pul-
rara vez tomadas por quistes o tumores) que de- monares y las hiliares, afluentes de las venas áci-
saparecen cuando el tratamiento tónico cardíaco gos. Estas hemoptisis, más impresionantes que
es eficaz; ello ha permitido a Gefter designarlas graves, se observan en sujetos jóvenes, recidivan
como vanishing tumors of the lung (tumores eva- de manera caprichosa durante meses o años, y
nescentes o tumores fantasmas del pulmón). luego desaparecen definitivamente.
Recordaremos que el derrame cardíaco es de Otras causas rfp hemoptisis son PI ror pulmann-
naturaleza mecánica (trasudado), salvo si obede- le, los infartos (suelen observarse esputos rojos o
ce a un infarto que afecta la periferia del pulmón negruzcos) y los procesos vasculares esclerosos
y la pleura, caso en que adquiere características del pulmón. En algunos casos, puede ser muy co-
inflamatorias, llegando incluso a supurar si aqué- piosa e incluso causa de muerte inmediata, como
lla se perfora. ocurre cuando un aneurisma aórtico ulcera y se
abre paso en una pared bronquial.

Tos
Infarto pulmonar
Su causa más frecuente es la congestión pasi-
va del pulmón, caso en el cual suele ser húmeda Es consecuencia de la obliteración de un vaso
y productiva, mientras que la de origen pleural por un émbolo o trombo. La estasis pulmonar fa-
(infarto) o pericardio (pericarditis) es seca, no vorece su aparición. Las embolias dependen de
productiva. Un elemento bastante útil para dife- coágulos que se forman en el corazón derecho,
_g renciar la tos cardiógena de la propia de las en- con ocasión de una estenosis mitral, endocarditis
,;
� fermedades respiratorias es que los pacientes mi- vegetante séptica, etc., o en las venas femorales y
fil trales y los enfermos de insuficiencia ventricular pelvianas (flebotrombosis) por el reposo excesivo
,§ izquierda tosen, sobre todo, después de los es- en cama.
·� fuerzas físicos y durante la noche, cuando se Las grandes embolias motivan la muerte súbi-
� acuestan, como consecuencia del aumento en la ta o un cor pu/mona/e agudo, las pequeñas provo-

·¡;; congestión de los pulmones. Los pacientes con can disnea angustiosa, aceleración del pulso, do-
� bronconeumopatías crónicas tosen sobre todo en lor (no siempre y no inmediato) y expectoración
t la mañana al despertarse (hacen, como suele de- hemoptoica (50 %).
� cirse, «la limpieza matutina de sus bronquios») .
.;, Los tumores mediastínicos y el aneurisma de
: la aorta producen tos por presión directa sobre la Disfagia
g tráquea y congestión de su mucosa. Esta tos suele
i empeorar en la posición decúbita. Si se afecta el Es poco frecuente en las cardiopatías. Puede
e nervio recurrente (cosa también posible en la este- obedecer a la compresión esofágica por una gran
202 Semiología médica y técnica exploratoria

ectasia auricular (estenosis mitral) o aórtica, o menudo irradiados al hombro derecho, que a ve-
por un copioso derrame pleural; a esofagospas- ces se parecen a los cólicos hepáticos y pueden
mos o cardiospasmos sintomáticos de acciones exacerbarse durante la hiperemia del hígado, la
irritativas de vecindad o de varices esofágicas; a cual se produce fisiológicamente después de cada
la compresión esofágica posterior por el naci- comida o con ocasión de esfuerzos (hepatalgia de
miento a la izquierda, de la arteria subclavia de- eshrerzo, de Lenegre). En este caso, actúa disten-
recha (disfagia lusoria de Bayford), en la cual las diéndose o contrayéndose según lo requiera la
degluciones coinciden siempre con palpitaciones tensión de la red suprahepática � cava inferior
y pequeñez de pulso en la radial derecha, y a � aurícula derecha. Si la cstasis se prolonga
la pericarditis con derrame (forma hidrofóbica de (congestión hepática pasiva) esta amplitud con-
Gendrin). tráctil mengua y el volumen del hígado sólo dis-
minuye con la descongestión terapéutica de la
circulación venosa que afluye al corazón dere-
Dispepsia gástrica cho, o cuando se pone a éste en condiciones de
aumentar su volumen-minuto.
Puede adoptar los tipos hiperesténico (acidis- El tamaño del hígado de estasis es moderado¡
mo, pirosis, náuseas, vómitos) o hiposténico (len- el lóbulo izquierdo es el primero en agrandarse y
gua saburra!, pesadez y distensión epigástrica el último en vaciarse, a causa de la distinta dispo-
posprandial, eructación fácil, etc.). Suele ser sin- sición anatómica de las venas suprahepáticas. Su
tomática de la congestión activa o pasiva del consistencia es dura; su superficie, lisa; su borde,
hígado y de la gastropatía ectásica por hiperten- romo y doloroso a la presión, sensibilidad que se
sión portal. Determinados fármacos agravan los embota con el tiempo.
síntomas. En relación con el hígado de estasis cardíaca,
se han descrito dos signos de cierto valor diagnóstico:

Hepatomegalia (hígado de estasis)5 1. Pulso hepático. Consiste en la expansión


sistólica del hígado. Es casi constante en la insufi-
Se observa, principalmente, en la insuficiencia ciencia tricuspídea orgánica o funcional. Tam-
cardíaca con estasis de aflujo y en la pericarditis bién se ha descrito en el «síndrome de Luternba-
constrictiva. La sangre acumulada en el hígado cher» (comunicación interauricular + estenosis
distiende su cápsula, con lo que se producen mo- mitral) y en la doble lesión tricuspídea. Los movi-
lestias subjetivas, como sensaciones de tensión y mientos expansivos del hígado son fáciles de evi-
plenitud en la parte alta del abdomen y, en los denciar por inspección (fenómeno de báscula, de
casos agudos, congestión hepática activa (como Dressler), y sobre todo, por palpación, colocando
en la insuficiencia cardíaca aguda y durante acce- una mano atrás contra las últimas costillas, y la
sos de taquicardia paroxística), dolores intensos a otra delante aprisionando el borde anterior del
hígado.
El pulso hepático verdadero debe diferenciar-
se del transmitido o falso, motivado por pulsacio-
'La estasis de las venas suprahepáticas distiende las centro-
lobulillares y sus capilares, con atrofia de las trabéculas hepáti-
nes propagadas a partir de la aorta abdominal
cas de las partes centrales, como consecuencia de la presión y (especialmente cuando hay insuficiencia aórtica)
mala nutrición; el endotelio reticular de los sinusoides se hiper- o del ventrículo derecho, cosa fácil si tenemos en
plasia con formación ele fibras precolágenas (reticulares, argen- cuenta que en éste faltan los movimientos ex-
tófiias), sobre todo en las proximidades de las venas centrales.
Estas alteraciones histopatológicas dan al hígado un aspecto tí-
pansivos rítmicos de la víscera.
pico (hígado moscado, de Kierman, o atrofia cianótica, de Eppin- 2. Reflujo hepatoyugular. Es positivo en el
ger), en el que destaca el color rojo violáceo centrolobulillar (la- hígado cardíaco. Su exploración debe realizarse
gos sanguíneos), el amarillo de las células con degeneración apretando con una mano el abdomen o haciendo
grasa y el amarillo grisáceo de las células intactas. Todo el ór-
gano aumenta de consistencia (induración cctásica, mal llamada
elevar los pies del paciente. No es aconsejable
cirrosis cardíaca, pues rara vez existen cicatrices fibrosas que presionar sobre la zona hepática, ya que al apre-
desorganicen ni neoformación de lobulillos). Esta induración ciar dolor, el enfermo deja de respirar (maniobra
suele ser especialmente acentuada en los casos de estasis hepá- de Valsalva), ocasionando un aumento de la pre-
tica que acompaña a la pericarditis hiperplásica lardácea, en los
cuales la cubierta serosa del hígado presenta también gran en-
sión venosa (> 2 cm de agua) y posterior dilata-
grosamiento fibroso retráctil, semejando al corte del turrón de ción de las venas yugulares (reflejo hepatoyugular
nieve relleno o la almendra garrapiñada. falsamente positivo).
r
Cardiología. Angiología 203

Esplenomegalia y después de un esfuerzo de cuantía conocida.


En los sujetos sanos, la diferencia es mínima y,
El bazo se palpa pocas veces en la descom- en cambio, es llamativa en los cardíacos conges-
pensación circulatona congestiva, en contraste tivos y en los esclerosos vasculares.
con lo que ocurre con el hígado; esto se debe a su En la congestión cardíaca crónica, se observa un
rigidez y mayor resistencia a la distensión, sobre síndrome renal motivado por el llamado «riñón
todo en los individuos ancianos. Su hallazgo in- de estasis», que cuenta como datos positivos las
duce a pensar en una cardiopatía séptica o reu- alteraciones en la cantidad y composición de la
mática evolutiva. Cuando es asiento de embolia orina, y como negativos la ausencia de edemas
(endocarditis bacteriana, estenosis mitral, etc.), (los que muestra el paciente son de origen car-
es posible la percepción auditiva o táctil de fro- diógeno), de retención ureica y de hipertensión
tes; en la insuficiencia tricuspídea puede pulsar arterial.
(pulso esplénico) sincrónicamente con el hígado. La oliguria es un signo precoz de fallo cardíaco
derecho. Sus características son las siguientes:

Ascitis l. Guarda relación con la intensidad del fallo


cardíaco y de la estasis hepática. La diuresis puede
Para producirse precisa la compresión de la llegar a cantidades pequeñas, hasta de 40-50 mi
vena cava inferior a nivel suprahepático. El líqui- en las 24 horas. Depende, en parte, de la dis-
do suele tener las características de un derrame minución del filtrado glomerular y, fundamen-
mecánico (trasudado). Se observa en la conges- talmente, de una excesiva resorción tubular del
tión crónica, en la pericarditis constrictiva con agua, y a su vez en relación con una producción
perihepatitis productiva y retráctil (seudodrrosis excesiva de hormona antidiurética hipofisaria y
hepática pericardítica o síndrome de Friedel-Pick) o de aldosterona.
sin ella, y sobre todo en la estenosis tricuspídea, 2. Carácter ortostático. Así como en las perso-
contrastando con el discreto edema parietal y de nas sanas la diuresis diurna es mayor que la noc-
las extremidades inferiores. turna, en los cardiópatas, este ritmo se invierte y
la canridnd de orina emitida por la noche ecs ma-
yor que la que se emite durante el día. Este signo
Trastornos intestinales (nicturia) sólo falta en situaciones extremas, en las
cuales la oliguria es tan intensa que no llega ni si-
Citaremos el meteorismo, por paresia muscu- quiera a existir la relativa poliuria nocturna. Se
lar y resorción dificultada de los gases, que no es explica porque la posición de decúbito favore-
raro que preceda o acompañe a la ascitis; el estre- ce el trabajo del riñón y la movilización de los
ñimiento (poco ejercicio corporal, alimentación edemas fraguados durante el ortostatismo diur-
restringida y pobre en residuos), favorecedora de no. Diversos autores valoran la disminución noc-
hemorroides; crisis dolorosas paroxísticas con turna de la hormona antidiurética hipofisaria y
paresia intestinal o diarreas por reducción transi- de la aldosterona.
toria del aflujo mesentérico con ocasión de comi-
g das copiosas (dispragia intermitente arteriosclerótica) Esta oliguria se interfiere cuando coexisten
! o de angiospasmos en los hipertensos. En la oclu- elementos creadores de poliuria, por ejemplo,
i sión de los vasos mesentéricos por embolia o ciertas insuficiencias renales, diabetes mellitus o
.§ trombosis, se produce el cuadro abdominal agu- diabetes insípida.
·� do del íleo paralítico. La orina es densa, pigmentada (urobilina) con
B� discreta albuminuria. En el sedimento se encuen-
m
e tran bastantes hematíes, leucocitos y algunos ci-
-·�5. Trastornos renales lindros hialinos y granulosos.
No hay formación de edemas de origen renal,
j Guardan relación con el grado de insuficiencia no existe hipertensión, y la cifra de urea en la
<icardíaca. Si ésta es leve, la función renal apenas sangre es normal o baja, excepto en los casos de
; se altera, evidenciándose los ligeros trastornos oliguria en que puede aumentar.
� con la prueba de la proteinuria de esfuerzo, de En las cardiopatías sépticas son frecuentes los
� Brummer, en la que se determina (con micromé- infartos renales por oclusión arterial embólica. Su
@ todos) la cantidad de albúmina en la orina antes diagnóstico se establece por un dolor brusco en
204 Semiología médica y técnica exploratoria

el flanco o en el abdomen, con albuminuria y he- En la gran insuficiencia cardíaca, no es rara


maturia, y una pielografía que evidencia defor- una verdadera psicosis (delirio asistólico, de Regis);
midad y repleción incompleta de los cálices. reviste la forma de una confusión mental subagu-
En la endocarditis maligna lenta, la nota renal da, con delirio onírico alucinatorio. Es de mal
suele ser acentuada pues puede observarse la glo- pronóstico. Se atribuye a la estasis venosa cere-
merulonefritis embólica, con pequeños focos he- bral y a trastornos metabólicos, por la anoxia de
morrágicos, o la difusa aguda con hematuria, hi- la célula nerviosa.
pertensión, edema e insuficiencia renal. Las [obias vatrogenas, es decir, despertadas por
los propios médicos, no constituyen rarezas. Sin
atender al estado emocional o a la constitución
Trastornos genitales de los pacientes que los escuchan, ciertos médi-
cos no miden sus palabras, ni consideran los ma-
Citaremos la dificultad para el coito, por mala les que pueden acarrear empleando expresiones
repleción de los cuerpos cavernosos del pene en o asumiendo actitudes que impresionan viva-
la obliteración aortoilíaca de Leriche, y la conges- mente al paciente, ya bajo intensa tensión ner-
tión pélvica, motivo de menorragias en la esteno- viosa. «Percibo un discreto soplo en la punta de
sis mitral (y, en general, cualquier cardiopatía su corazón». «Tiene usted un pequeño refuerzo
descompensada), y que culmina en el llamado del segundo tono». «Noto la presencia de extra-
útero cardíaco de Dalché. sístoles». «Su presión está algo aumentada». Aun-
En la congestión crónica, se observa el edema que añadan luego que no hay gravedad alguna
del escroto, que aparece liso, brillante; y de la y que no corre ningún peligro, el paciente piensa
piel del prepucio y pene. Éste se presenta, algu- que padece una afección cardíaca seria que el
nas veces, encorvado en forma que se ha compa- médico busca atenuar para no alarmarlo. Y si la
rado a la de una trompeta. No son raras la exuda medicación prescrita contiene tónicos cardíacos,
ción serosa de la túnica vaginal (hidrocele) y la o si el régimen recomendado le impide realizar
dilatación varicosa de las venas del cordón esper- cualquier esfuerzo físico, el paciente encuentra
mático (varicocele). una confirmación de su sospecha y será difícil
arrancarle la idea de que realmente «padece del
corazón».
Trastornos psíquicos
Son más frecuentes si la insuficiencia cardíaca Trastornos neurológicos
recae en sujetos con arteriosclerosis cerebral. En
las cardiopatías congénitas, así como en las lesio- Los síntomas por parte del sistema nervioso
nes vasculares que datan de la primera infancia, central dependen ya de alteraciones hiperémicas,
puede quedar imperfecto el desarrollo de las fa- ya de estados anémicos, ya de procesos embóli-
cultades intelectuales, y en este caso los enfer- cos y hemorrágicos.
mos son apáticos y regañones, aprenden con difi Cabe distinguir los trastornos debidos a lesión
cultad y tienen el carácter huraño y retraído. Si la vascular local (arteriosclerosis, arteritis de los va-
dolencia vascular o cardíaca se adquiere en edacl sos cerebrales), sin insuficiencia circulatoria, de
más avanzada, no es raro observar trastornos del aquellos (los únicos que nos ocuparán) que,
carácter. transcurriendo con vasos sanos, tienen su origen
Las molestias físicas derivadas de su disnea, y están subordinados a la eficiencia cardiovas-
edemas y obligada inmovilidad, junto al miedo cular:
que supone saberse enfermo de un órgano tan vi-
tal como es el corazón, los acongojan y desalien- 1. Anomalías del sueño. La tendencia inven-
tan. Los sujetos que padecen valvulopatías mitra- cible al sueño se observa en las cardiopatías
les propenden a los estados melancólicos; los congestivas cianógenas. El insomnio, en los car-
aórticos, más a la excitabilidad. diópatas, es, a veces, signo premonitorio de
En la restricción hidrosalina excesiva, Schemm empeoramiento, sobre todo en los individuos an-
ha descrito un síndrome psíquico con desorienta- cianos, o una complicación no rara en la insufi-
ción en el espacio y tiempo, cefalea gravativa, vér- ciencia cardíaca. Puede ser el resultado de una or-
tigos e intensa adinamia que remite al hidratar al topnea poco definida, debida a insuficiencia
paciente y administrarle sodio y potasio. ventricular izquierda, congestión pasiva pulmo-
Cardiología. Angiología 205

nar y a una modificación del mecanismo central enfermo advierte solamente un eclipse efímero
del sueño. Su relación directa con el fallo cardía- de sus funciones mentales, que constituye una
co puede demostrarse por su corrección al res- laguna en el campo de su conciencia, a la que se
taurarse la compensación. En los cardiópatas no ha dado el nombre de «ausencia».
compensados, son frecuentes las pesadillas an- El síncope implica la pérdida completa de la
gustiosas a su vez desencadenantes de crisis dis- conciencia, con caída del enfermo; el pulso y
neicas nocturnas. los ruidos del corazón faltan por completo, aun
2. Cefalea. Suele ser tensiva y continua en cuando en algunos casos el registro electrocardio-
las cardiopatías congestivas cianógenas; nocturna gráfico permite reconocer alguna actividad anor-
en la arteritis temporal de Horton, y matutina en mal del corazón, como la fibrilación ventricular;
los hipertensos arteriales y jaquecosos, por la de todas maneras, aunque esta actividad pueda
congestión venosa nocturna. Las intensas y paro- ser excepcionalmente objetivada, la expulsión
xísticas que se presentan en las endocarditis sép- sistólica ventricular ha desaparecido, por lo que
ticas pueden obedecer a pequeñas hemorragias el enfermo adquiere una palidez cadavérica que
meníngeas consecutivas a microembolias de las evoluciona progresivamente hacia la cianosis al
arteriolas meníngeas. suspenderse el automatismo respiratorio. En este
3. Anomalías visuales. Los síntomas visuales momento, es común observar al enfermo franca-
se deben a la mala irrigación de la retina o a is- mente amoratado, con sus funciones cardíacas y
quemia del córtex occipital. Se observan en la respiratorias suspendidas, abundante espuma en
trombosis carotídea, arteritis temporal y proce- los labios, desviación conjugada de los ojos y
sos esclerosos del sistema vertebral-basilar; en convulsiones. El síncope suele ser pasajero, y el
estos últimos, son frecuent<°s las crisis recurreri- cuadro cP<lP con rapi<lP7 tan pronto el corazón
tes de visión borrosa bilateral transitoria o reduc- reanuda su marcha. De persistir, puede provocar
ción visual, acompañadas, en ocasiones, de fo- la muerte del paciente.
topsias. Hoyt las considera signos premonitorios Estos episodios no suelen repetirse a menudo
de muerte repentina. en el mismo enfermo, aunque a veces pueden
4. Vértigos. Son determinados por una falta hacerlo; entonces se precisa de la inserción de un
de sangre en el aparato vestibular, ya sea por un marcapasos cardíaco para control.
espasmo (hipertensión arterial), por estenosis de Entre las causas periféricas de lipotimia v de sín-
la arre ria nutrir ia (arreriosr lerosis) o por hipoten- cope, citaremos:
sión arterial constitucional o sintomática.
La insuficiencia aórtica (por la pérdida diastó- a) Shocks emocionales. Oue muchas veces no
lica que significa), los aneurismas de la aorta (por guardan proporción con la magnitud del insul-
el retraso que determinan en el flujo de sangre to y sí, quizá, con el estado psíquico o anímico
hacia el encéfalo), el síndrome de Stokes-Adams, del sujeto, casi siempre joven y del sexo feme-
la insuficiencia cardíaca (en la que el cerebro su- nino.
fre la marea pasiva congestiva debida a la lenti- b) Hipersensibilidad del seno carotídeo. Oue res-
tud de la corriente) son otras tantas causas que ponde a excitaciones mínimas (presión del cuello
aumentan la historia mórbida de los vértigos. duro de la camisa, rascado) con intensa vasodila-
g !)_ Lipotimia. Síncope. Shock o colapso. Tanto tación general y la subsiguiente caída de tensión.
ai
� la lipotimia como el síncope son el resultado de e) Traumatismos accidentales. De las regiones
� un estado más o menos duradero de isquemia prelaríngea, testicular, epigástrica o las punciones
.6 encefálica, ya sea de causa central cardíaca o vas- pleurales o de otras serosas.
-� cular periférica. d) Cambios de postura. Al pasar del clinosta-
� La lipotimia (desmayo, vahído, desvanecimien- tismo a la posición ortostática (síncope postural),
-�� to) consiste en la obnubilación de la conciencia por fallo de los mecanismos de regulación vaso-
� con adinamia, que puede culminar con la caída al motora, como ocurre en sujetos vegetatívolábi-
·g. suelo. Se observa palidez intensa, sudación fría y les, esclerosos vasculares y en los grandes varico-
Í profusa, pulso lento y débil y respiración superfi- sos por acumularse la sangre en las piernas al
.,: cial; la recuperación es rápida en segundos o mi- incorporarse. Soriano y Atmatller Trías señalaron
; nutos, dejando un estado de lasitud, con náuseas obnubilación de la conciencia en forma de crisis
g y a veces vómitos. Cuando la obnubilación men- en los sujetos con trombosis de la vena cava su-
i tal es demasiado fugaz, el cuadro característico perior cuando mantienen un rato la cabeza aga-
@ de la lipotimia no llega a producirse; entonces, el chada hacia el suelo en la posición adoptada por
206 Semiología médica y técnica exploratoria

los campesinos al cavar la tierra. Este fenómeno, 6. Crisis convulsiva (epilepsia cardíaca). Se
conocido como «signo del azadón», se explica observan con relativa frecuencia, y es posible la
por el aumento brusco de la estasis venosa ce- confusión diagnóstica con la epilepsia esencial.
rebral. Se admite que la anoxia cerebral obra como estí-
e) Aviadores. En los cambios bruscos de la di- mulo irritativo convulsionante.
rección del vuelo, con grandes desplazamientos 7. Síndrome de Morgagni-Adams-Stokes. Se
de la columna hemática que dejan sin irrigación designa con este nombre todo trastorno del rit-
el cerebro durante unos segundos. mo cardíaco que comienza y terrnma abrupta-
O Tos y micción. Trastornos de la conciencia mente y causa una interrupción tal de la circula-
que se observan en la fase hipotensiva que sigue ción que origina una isquemia cerebral más o
a los esfuerzos de la tos y durante la micción. menos completa. Se ha señalado en el bloqueo
auriculoventricular completo (Morgagni descri-
El síncope cardiógeno se señala, a su vez: bió minuciosamente en 1765 el síndrome de
«síncope con pulso lento»), fibrilación auricular
a) Por fibrilación ventricular, en la insuficiencia pasajera y taquicardia paroxística (sick sinus syn-
coronaria. drome, de los autores ingleses).
b) En el bloqueo auriculoventricular. De Boer ha señalado que la crisis puede ser
e) En la taquicardia paroxística. tan breve que los presentes no se dan cuenta
d) En el taponamiento cardíaco agudo, por he- y tan sólo el médico que preste atención puede
mopericardias. observarla; ve entonces la mirada fija y palidez al-
e) En la estenosis aórtica con angina de pecho ternando con rubor. El paciente, a veces, percibe
(síncope de esfuerzo). centelleos, sufre vértigo y sensaciones extrañas.
O En algunos casos de bradicardia sinusal ex- En el ataque grave, presenta una palidez ca-
crema. davérica, puede desplomarse súbitamente y su·
gJ En el infarto de miocardio y aun en simples frir convulsiones generalizadas. La respiración se
crisis anginosas. hace estertorosa y aparece incontinencia de orina
y heces. Los ataques pueden preserttarse sólo de
El colapso o shock es un cuadro grave que se vez en cuando o sucederse con frecuencia (estado
instaura a causa de una pérdida progresiva del de mal).
volumen circulatorio, ya sea por hemorragia o En las crisis desencadenadas por un bloqueo
por pérdida de plasma, como sucede en las que- completo se puede auscultar el latido auricular.
maduras extensas (la disminución de la presión Si la interrupción de la circulación cerebral dura
oncótica determina la pérdida de líquidos res- unos segundos, no hay apenas anomalías; si es
ponsables de la hernoconcentración y, por consi- de unos O s, hay vértigos; si persiste unos 10 s,
guiente, del volumen circulatorio). Se observa inconsciencia, y si dura más, crisis convulsivas
también en la deshidratación (pérdida de agua) e análogas a las epilépticas. La interrupción circula-
hiposalemia (pérdida de electrólitos). toria de más de 5 min es letal.
La hipovolemia ocasiona la disminución del 8. Hemiplejía. Es una complicación grave y
retorno venoso al corazón, con reducción del vo- a menudo terminal de muchas cardiopatías. La
lumen minuto y caída de la tensión arterial, lo causa es una trombosis cerebral o un émbolo
cual da lugar a una hipoxia hística generalizada procedente de una aurícula distendida (estenosis
que altera la permeabilidad capilar y aumenta la mitral), de unas vegetaciones valvulares (endo-
pérdida de líquidos y proteínas plasmáticas, que carditis vegetantes) o parietales (infarto cardíaco
incrementan la hipovolemia. subendocárdico) o de un tumor intracardíaco
El cuadro clínico del colapso se caracteriza (mixoma).
por la hipotensión extrema con pulso filiforme e La parálisis puede ser total y con mayor fre-
imperceptible, taquipnea y facies hipocrática, con cuencia braquiofacial. Suele afectarse el lado de-
la piel fría (con sudación pegajosa característica) recho, pues las embolias eligen, en la mayoría de
de color grisáceo cianótica por vasoconstricción. los casos, el territorio de la carótida izquierda,
El enfermo, primero inquieto, cae en un estado vaso que continúa la dirección del cayado, mien-
de apatía e indiferencia que conduce al coma con tras la carótida derecha lo aborda en ángulo rec-
arreflexia tendinosa e incontinencia de esfínteres. to. Episodios fugaces de hemiplejía transitoria se
La oliguria es constante, y la anuria es un signo observan en las lesiones carotídeas y de los vasos
de mal pronóstico. del sisterna vertebral basilar.
Cardiología. Angiología 207

9. Síndrome hemiplejía-meningitis (Pedro-Pons, nea les permite mantener el decúbito dorsal) y en


Solé Llenas). Este síndrome se da en la endocar- la obstrucción de la vena cava supenor. Se dife-
ditis lenta. No se trata de una meningitis bacte- rencia del edema facial nefrítico en que es cianó-
riana, dada la ausencia de gérmenes en el frotis y tico y se acompaña de la ingurgitación de las ve-
negatividad del hemocultivo, sino de una reac- nas yugulares externas.
ción aséptica análoga a la que presentan ciertos El edema es blando al principio, pero con el
reblandecimientos angiógenos cerebrales con re- tiempo adquiere una mayor consistencia, por la
acción gliovascular de vecindad. organización de los tejidos infiltrados.
La aparición de edemas se encuentra favoreci-
da en las personas ancianas con tejidos fláccidos.
Edema Las estaciones calurosas evidencian los ede-
mas latentes, pues el calor eleva la presión san-
Con este término (del griego, oidema, hincha- guínea intracapilar.
zón) se designa la acumulación anormal de líqui- La patogenia del edema cardiógeno es compleja y
do en el espacio intersticial6. En los extensos, an- suma de varios factores":
tes de su formación, existe una fase previa de
retención hídrica que se puede demostrar pesan- 1. Aumento de la presión hidrostática del limbo
do al paciente; cuando el exceso de líquido in- venocapilar. Es consecuencia de la estasis venosa
tersticial rebasa el 10 % del total fisiológico, apa- retrógrada por fallo cardíaco. Cuando excede a la
recen los edemas visibles. presión osmótica sobreviene el paso de fluido al
Clínicamente, se manifiesta en forma de una exterior y aumento del plasma intersticial. La
tumefacción localizada o difusa que deja huella anoxia capilar favorece la trasudoración.
persistente (signo de la fóvea) a la presión digital 2. Disminución de la presión osmótica por hipo-
y borra los salientes anatómicos, especialmente proteinemia plasmática. Esta última se debe a la ali-
en las partes con tejido celular laxo (escroto, vul- mentación pobre en prótidos, a la insuficiencia
va, cara). hepática y a la pérdida de proteínas por la orina,
Se presenta en la asistolia congestiva y peri- líquido de edema y derrames pleural, peritoneal
carditis adhesiva. Comienza en las partes decli- o ambos.
ves, o sea en las extremidades inferiores en los 3. Aumento de la superficie del lecho capilar. En
enfermos ambulantes; y en la región sacra y cara relación con la hipervolemia con mayor superfi-
posterior del muslo en los encamados, para as- cie filtrante. Los trabajos de Warren y Stead se-
cender de manera paulatina y alcanzar el escroto ñalan que lo primero que se origina en la insufi-
y pene, vulva, piel del abdomen e incluso todo ciencia cardíaca es un trastorno renal por anoxia
el cuerpo (edema generalizado o anasarca), así con retención del catión sodio con el agua corres-
como las serosas vaginal, testicular (hidrocele), pondiente. A ello se deben el edema, el aumento
peritoneal (ascitis) y pleural (hidrotórax). Su dis- de sangre circulante y de la presión venosa, y la
posición es simétrica (excepto si el paciente guar- estasis de entrada; los acontecimientos se relacio-
da una posición fija durante un tiempo determi- nan en el siguiente orden: insuficiencia cardíaca
nado) y de color rosado o algo Cianótico en las � disminución de la excreción renal de agua y
_g partes distales. Sude respetar la cara, excepto en
O)
� la pericarditis constrictiva o con derrame, en los
� cardíacos derechos (en quienes la falta de ortop-
e 'Cabe señalar que la formación y eliminación del líquido
:2
u intersticial está determinada, esencialmente, por el juego de la
s
·g presión hidrostática del plasma y de la presión osmótica de las
� 'El líquido intersticial verdadero es un filtrado pasivo de proteínas plasmáticas. La presión osmótica de los cristaloides
-� plasma que contiene, aproximadamente, la mitad de la proteí- no afecta el equilibrio de la pared capilar, por ser análoga en
m na plasmática del cuerpo. Está confinado en la estroma del te· arribos lados debido a gue f',stn membrana permite libremente
·5. jido conjuntivo. Su función consiste en nutrir el músculo, el su paso. Las presiones hidrostática y coloidosmótica son bajas
u.�
epitelio de una sola capa y una capa basal de los órganos epite- y, además, se neuttalizan ruuuraruente.
liales poliestratificados. En la rama arterial del capilar, se produce un desequilibrio
< El líquido intercelular es un ultrafiltrado producido a partir a favor de la presión hidrostática (30 cm de H,O) sobre la os-
ui del líquido intersticial por la actividad de una célula epitelial. mótica (15 cm H20), con el resultado de una presión de filtra-
S)i Su función es nutrir las sucesivas capas de los órganos epitelia-
les multiestrarificados.
ción de 15 cm H,O; en la rama venosa del capilar, la presión hi-
drostática es de 2, la osmótica, de 25, con una presión de
C!J
� Estos dos líquidos extracelulares difieren, por lo tanto, por resorción de 23 cm H20. De esta manera, el plasma sale del ca-
!l su origen, en su composición y su función. pilar a nivel arterial y revierte por el lado venoso.
...

208 Semiología médica y técnica exploratoria

de sodio sódico � aumento del volumen sanguí- la hiperactividad del sistema nervioso simpático
neo y edema � aumento de la presión veno- (sudación fácil, taquicardia, constricción venosa
sa. Abonan este modo de enfocar el problema la con mala irrigación cutánea y renal, etc.) con
eficacia comprobada a diario de los regímenes altas concentraciones de noradrenalina en el
exentos de sal y de los diuréticos saluréticos. plasma.
4. Secreción inadecuada de ADH (facilita la re- 4. Pérdida anormal de prótidos. Por el nnon,
sorción de agua en los túbulos distales) y de al- tubo digestivo o de la aspiración de derrames
dosterona, por la extravasación de líquidos a partir pleural o peritoneal.
del espacio intravascular. Este hiperaldosteronis- S. Acción farmawlógica. Digital, diuréticos
mo secundario tiende a compensar la pérdida de (pérdida de electrólitos y vitaminas hidrosolu-
'sodio y volumen intravascular. bles), opiáceos, etc.

A ello se añade el insomnio por la disnea y la


Fiebre. Caquexia angustia propia de quien se sabe enfermo de un
órgano tan importante como es el corazón.
La fiebre es un signo frecuente en la insuficien-
cia cardíaca congestiva. El motivo reside en la
producción de trombosis venosas, émbolos e in- Trastornos de la fonación
fartos y focos sépticos pulmonares, necrosis he-
pática centrolobulillar consecutiva a un aumento La parálisis de un recurrente, ya sea del iz-
agudo de la congestión pasiva, falta de inactiva- quierdo (aneurisma del arco aórtico o aortitis, es-
ción por parte del hígado de algunas hormonas tenosis mitral, pericarditis con derrame, persis-
esteroideas pirógenas, etc. La fiebre es elevada y tencia del conducto arterioso cuando hay una
constante en la endocarditis y pericarditis agudas gran dilatación de la pulmonar, etc.) o del dere-
sépticas, reumáticas, tuberculosas o inespecíficas cho (aneurisma de la subclavia o de la carótida
y en el infarto de miocardio, en que suele apare- primitiva derecha) es causa de ronquera o de voz
cer a las 12-18 h de la crisis dolorosa, con un má- bitonal, que resulta de la producción simultánea
ximo de 38-39 ºC hacia el segundo o tercer día, de dos tonos, corno si el paciente tuviera dos la-
para desaparecer en una semana. Muchas veces, ringes. En los estadios incipientes, se observa la
la fiebre traduce una complicación pulmonar (in- voz claudicante (lucha vocal, de Mandl), con im-
farto, neumonías) o de otra índole (flebitis). Es posibilidad para sostener durante un cierto tiem-
importante practicar hemocultivos en todo car- po un determinado sonido (la vocal «a») con un
diópata (sobre todo valvular) febril, para descu- mismo timbre. A veces el bitonalismo se nota
brir, de esta forma, la endocarditis maligna lenta. durante la tos, sin ella sólo existe ronquera.
La caquexia cardíaca es un síndrome de etiolo-
gía múltiple, con la hipoxia celular como causa
principal. Astenia
Se valoran los siguientes factores:
Es un signo tan frecuente como poco valora-
1. Reducción de la ingesta. Ya sea por la anore- do. Puede llegar a ser tan molesta como la disnea
xia, por voluntad del paciente para reducir el de esfuerzo o de decúbito. Se observa en las si-
agobio digestivo posprandial, o yatrógena. guientes circunstancias:
2. Absorción intestinal deficiente. Sobre todo de
las grasas y aminoácidos, con pérdida de proteí- l. Distonia cardiovascular. Se. r1ñr1<le. a la tríada
nas por aumento de presión en el interior de los de Gallavardin (palpitaciones + disnea de esfuer-
linfáticos mesentéricos, con filtración excesiva de zo + reacciones dolorosas diversas), siendo lla-
las proteínas desde la linfa al líquido intersticial mativa por ser matutina e independiente del es-
de la submucosa y desde éste a la luz del tracto fuerzo (fatiga disarmónica); el enfermo se levanta
gastrointestinal. tanto más cansado cuanto más tiempo ha perma-
3. Aumento de la actividad metabólica. Por la necido acostado. Se encuentra mejor a medida
demanda metabólica excesiva por parte de los que transcurre la jornada, y no halla el momento
músculos respiratorios (disnea), miocardio y sis- de acostarse, pues a partir de la tarde es cuando
tema hematopoyético (hiperplasia eritroide), la vive más a gusto. Esta curiosa variedad de fatiga
fiebre (el aumento de 1 ºC lo eleva en un 7 'Yo) y es propia de las personas de profesión liberal con
Cardiología. Angiología 209

gran responsabilidad y ambiciones, y que no sa- ayuda de dos o más almohadas (ortopnea o, me-
ben o no pueden encontrar distracción de su ago- jor, clinopnea); otras veces, calma mejor su sed
biante quehacer cotidiano. de aire colgando los pies al borde de la cama o
2. Insuficiencia cardíaca izquierda. Como signo sentándose en una silla. Con la posición erguida
precoz. Aumentan su intensidad la dieta escasa y se logra aumentar la capacidad vital (al facilitarse
pobre en sodio y prótidos, las curas diuréticas el juego respiratorio de ampliación y retracción
(sobre todo saluréticos), la falta de ejercicio físico del tórax y la movilidad del diafragma) y dismi-
por una cura de reposo excesiva, la perturbación nuir la congestión pulmonar por derivar la sangre
del descanso nocturno por la disnea, etc. hacia el sistema esplácnico y extremidades.
3. Esclerosis miocárdica. Con arritmia comple- Una forma especial de la disnea de decúbito
ta por fibrilación auricular o sin ella. la experien- es la trepopnea, que obliga al enfermo a reposar
cia cotidiana confirma la utilidad de las pequeñas en una posición recostada, pero no en otra. Su
dosis de cardiotónicos (asociadas a dilatadores mecanismo se ignora. lo más acertado es supo-
coronarios y tónicos de la fibr» muscular) en los ner que cuando el enfermo se coloca en una posi-
sujetos esclerosos vasculares, aun sin signos de ción desfavorable el corazón se inclina hacia este
déficit miocárdico. Ya es conocida la intensa as- lado dificultando la circulación venosa pulmonar
tenia postinfarto de miocardio; persiste meses y a la de retorno y aumentando la congestión del pul-
misma contribuyen el temor del enfermo a nue- món y con ella la disnea; la ortopnea se alivia o
vas recaídas, los cambios de hábitos alimentarios desaparece al claudicar las cavidades derechas y
y la limitación de su actividad profesional. sobrevenir el fenómeno conocido con el nombre
4. Cardiopatías sépticas evolutivas. Su meca- de tricuspidización (insuficiencia tricúspide funcio-
nismo es complejo. En las de índole reumática, nal), entrando el. paciente en un período de falso
sigue los brotes evolutivos; en las sépticas malig- bienestar.
nas, es persistente y progresiva, y sólo remite si En la asistolia derecha y valvu/opatías tricuspídeas
la terapéutica es eficaz. falta la disnea de decúbito, y es llamativo el con-
5. Pericarditis constrictiva. Junto con la anore- traste entre la cianosis, la ingurgitación de las ve-
xia y disnea de esfuerzo, conduce de manera nas cervicales, el intenso edema con ascitis o sin
paulatina a la incapacidad total, yatrogénica o ella, y el que el sujeto pueda dormir echado in-
farmacológica, causada por los bloqueadores cluso sin almohada. Un signo muy valioso de
�-adrenérgicos (propranolol) utilizados en el tra- insuficiencia tricuspídea funcional (tricuspidiza-
tamiento de la insuficiencia coronaria y angina ción) es la ausencia de crisis de disnea paroxística
de pecho. nocturna o de edema agudo de pulmón en el cur-
so de una cardiopatía mitral grave; el motivo es
la disminución del débito ventricular derecho.
• INSPECCIÓN En la pericarditis con derrame, el enfermo tiende
a inclinarse hacia delante y aun a tomar las posi-
INSPECCIÓN SOMÁTICA GENERAL ciones genupectoral (signo de la plegaria maho-
metana) o de Blechmann (signo de la almohada),
Actitud (o postura) en la que el enfermo permanece con el tronco so-
_g bre los muslos y éstos flexionados sobre las pier-
ai
� Su valor es considerable, pues los enfermos nas, en tanto apoya la cabeza en una almohada.
� adoptan, de manera instintiva, aquella que hace Otras veces, lo vemos sentado en una silla, con
-8 su mal más llevadero; si se tiene cierto hábito, es los brazos cruzados sobre la cama sirviendo de
-� posible deducir la naturaleza de éste por el exa- apoyo a la cabeza.
-� men de aquélla. En el síndrome de Pick (pericarditis exudativa +

'ól
En la insuficiencia
/'
cardíaca izquierda (así como cirrosis hepática atípica + ascitis recidivante con
� en los enfermos disneicos cuya capacidad vital edemas generalizados o sin ellos), el paciente
§ está disminuida; como en los grandes derrames acude a la consulta debido a la presencia de una
� pleurales, neumotórax, asma bronquial), el enfer- gran ascitis de aparición brusca. Se consideran ci-
<i. mo presenta disnea de decúbito, ya sea en el ins- rróticos hepáticos si en un examen superficial no
�- tante mismo de acostarse, para desaparecer a los se valoran la disnea discreta y ortopnea, la ingur-
� pocos minutos (disnea de primodecúbito), o de gitación de las venas yugulares y una cianosis la-
i manera continua, aliviándose o cesando con la bial leve. los análisis señalan una escasa altera-
@ posición erecta del tronco y de la cabeza con ción funcional hepática.

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