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TEPONEMA

HISTORIA
El microorganismo responsable de la enfermedad fue observado por primera vez el 3 de marzo de 1905 por el zoólogo Fritz
Schaudinn (1871-1906), en una muestra recogida por el dermatólogo Erich Hoffman (1868-1959), mientras trabajaban en el
Hospital de la Charité de Berlín. Lo denominaron Spirochaeta pallida, por su escasa apetencia por los colorantes, siendo
llamado posteriormente T. pallidum.

TAXONOMÍA Dominio: Bacteria Filo: Spirochaete Clase: Spirochaetes

Orden: Spirochaetales Familia: Spirochaetaceae Especies: T. pallidum

T. carateum

Subespecies:

T. pallidum pallidum

T. pallidum endemicum

T. pallidum pertenue

FISIOLOGÍA Y ESTRUCTURA
El Treponema pallidum es una espiroqueta delgada en forma de espiral, móvil, su motilidad se logra con movimientos
similares a los de un sacacorchos y mide 0,1 a 0,2 x 6 a 20 um. Se caracteriza por ser anaerobias y microarófila, por lo que son
extremadamente sensibles a la toxicidad por el oxígeno.

Estas espiroquetas no son capaces de desarrollarse en los cultivos acelulares, esto se debe a que esta bacteria no realiza el
ciclo de ácidos tricarboxilicos y dependen de las células anfitrionas para todas las purinas y pirimidinas y la mayor parte de los
aminoácidos.

Las espiroquetas son excesivamente delgadas para ser visualizadas al microscopio óptico en las muestras teñidas con Gram
o con Giemsa. Sin embargo, las formas móviles se pueden
observar con técnicas de inmunofluorescencia, microscopia de campo oscuro o técnicas histológicas con impregnación de
plata.

T. pallidum es extremadamente susceptible a cualquier desviación de las condiciones fisiológicas. Muere con rapidez por
desecación y se destruye con facilidad en una amplia gama de detergentes y desinfectantes.

PATOGÉNESIS
La espiroqueta alcanza los tejidos subepiteliales a través de una pérdida de la continuidad no evidente en la piel o por el
paso entre las células epiteliales de las mucosas, favorecido por la unión a la fibronectina y a elementos de la matriz
extracelular. En la submucosa, se multiplica con lentitud estimulando una reacción hística inicial. Esto probablemente se debe
a la falta relativa de antígenos en la membrana externa de T. pallidum que podría quedar expuesta al sistema inmunitario.

Las espiroquetas presentan una facilidad para evadir el sistema inmune esto se debe a que la mayor parte de las
lipoproteínas que se encuentran ancladas en la membrana citoplasmáticas no se exponen en la superficie de la membrana
externa, por lo que presentan antígenos específicos de especie en la superficie celular, lo que le permite esquivar el sistema
inmune.
La mayor parte de los investigadores consideran que la destrucción tisular y las lesiones observadas en la sífilis son
principalmente consecuencia de la respuesta inmunitaria del paciente ante la infección. Tal es el caso de los vasos sanguíneos
son rodeados por acumulaciones densas de linfocitos, monocitos y células plasmáticas. Las arteriolas de pequeño calibre
muestran edema y proliferación de células endoteliales; esto reduce u obstruye la irrigación local, lo que tal vez explique la
ulceración necrótica de las lesiones primarias y la destrucción subsiguiente en otros sitios.

La evolución clínica de la sífilis se divide en tres fases. La fase inicial o sífilis primaria se caracteriza por la formación de una o
más lesiones cutáneas (chancros) en el lugar de entrada de las espiroquetas, el cual representa el sitio principal de la
replicación inicial de estas. En el examen histológico de la lesión revela la presencia de endarteritis y periarteritis e infiltración
de la ulcera por leucocitos polimorfonucleares y macrófagos. Las bacterias se diseminan por el torrente sanguíneo poco
después de la infección.

Las espiroquetas son ingeridas por los fagocitos, pero suelen sobrevivir, en la sífilis secundaria aparecen los signos clínicos
de enfermedad diseminada, con importantes lesiones cutáneas distribuidas por toda la superficie corporal. Pueden ocurrir
remisiones espontaneas después de las fases primarias y secundarias, o bien la enfermedad puede progresar a la última fase,
la sífilis tardía, en la que se pueden afectar prácticamente todos los tejidos.

Cada fase representa una multiplicación localizada de espiroquetas y la destrucción tisular.

VIRULENCIA

En cuanto a la virulencia de esta treponema, se acepta que los principales factores de virulencia del T. pallidum se
relacionan con las siguientes características:

a) La capacidad del microorganismo para transitar por diversas mucosas e invadir el cuerpo del hospedero.

b) Su movilidad tipo "sacacorchos", que promueve el cruce de las capas tisulares.

c) Su capacidad para atravesar placenta.

Incuestionablemente, la membrana externa de la espiroqueta realiza una función central en la patogénesis e inmunidad, ya
que participa en la adherencia a las células hospederas y funge como "blanco" de los anticuerpos opsonizantes. Sin embargo,
aún no se ha logrado identificar las moléculas implicadas en tales procesos biológicos debido en parte, a la imposibilidad de
cultivar in vitro a esta bacteria y a la carencia de sistemas de intercambio genético que permitan efectuar los estudios
correspondientes.5

Por otro lado, este microorganismo posee una membrana externa poco inmunogénica, hecho que es necesario analizar,
puesto que contribuiría a la prolongada permanencia treponémica dentro del hospedero.

EPIDEMIOLOGÍA

La sífilis natural es exclusivamente del ser humano.

La sífilis, provocada por Treponema pallidum, tiene una distribución mundial, varía su incidencia en función de la ubicación
geográfica, el género y el nivel socio económico, siendo más importante en países de menores recursos. Es adquirida
principalmente a través de contacto sexual con un individuo que presenta lesiones en las fases primaria y secundaria de la
enfermedad. Y por vía trans-placentaria, pero también puede adquirirse por transfusión de sangre humana contaminada y por
inoculación accidental directa.

La transmisión de madre a hijo puede ocurrir en cualquier etapa del embarazo y puede desencadenar aborto, muerte fetal,
mortalidad neonatal, trabajo de parto prematuro, bajo peso al nacer y clínica de sífilis congénita.
La OMS estima que en el 2016 se produjeron en todo el mundo 5,6 millones de nuevos casos de sífilis en adolescentes y
adultos de 15 a 49 años, con una tasa de incidencia mundial
de 1,5 casos por 1000 mujeres y 1,5 casos por 1000 hombres. La prevalencia total estimada de 18 millones de casos de sífilis
en el 2012 se tradujo en una prevalencia mundial del 0,5% en las mujeres y del 0,5% en los hombres de 15 a 49 años.

ENFERMEDADES CLINICAS
SÍFILIS PRIMARIA
Luego de 10-90 días de la infección por sífilis se desarrolla una pápula que evoluciona a úlcera indolora en el sitio de la
infección. Esto ocurre por lo común en genitales externos o en el cuello uterino, pero puede encontrarse también en la región
anal o bucal, es decir, en lugar de inoculación de las espiroquetas. Una úlcera completamente desarrollada con base firme y
bordes elevados se denomina chancro. En la mayoría de los pacientes se desarrolla linfadenopatías regionales indoloras, no
supurativas y de consistencia firme entre 1 y 2 semana después de la aparición del chancro y puede persistir por meses. El
chancro representa un foco local para la proliferación de las espiroquetas, y se pueden diseminar en el organismo a través del
sistema linfático y de la sangre. Después de cuatro a seis semanas el chancro sifilítico cicatriza de manera espontánea.

SÍFILIS SECUNDARIA

La sífilis secundaria o diseminada se desarrolla 2 a 8 semanas después de la aparición de un chancro. En este estadio
los pacientes presentan un síndrome pseudogripal con dolor de garganta, cefalea, fiebre, mialgias, anorexia,
linfadenopatias y se caracteriza por exantema maculopapular simétrico, mucocutáneo generalizado. Las lesiones se
distribuyen en el tronco y extremidades, a menudo incluyendo también las palmas de las manos, plantas de los pies
y cara y se pueden resolver lentamente en un periodo desde semanas hasta meses. Casi 33% de los pacientes
desarrollan erosiones verrugosas indoloras conocidas como condiloma plano. Estas erosiones por lo común
aparecen en sitios húmedos y calientes, como los genitales y el perineo, así como también pueden desarrollarse
erosiones en la boca y otras mucosas. Todas las lesiones de sífilis secundaria tienen abundantes cantidades de
espiroquetas y son muy infecciosas. Se resuelven de manera espontánea después de unos cuantos días a varias
semanas, pero la infección misma se resuelve sólo en una tercera parte de los pacientes. En las dos terceras partes
restantes la enfermedad entra en un estado de latencia.

SÍFILIS TERCIARIA (TARDÍA)


Un tercio de los pacientes no tratados evolucionan a un estadio terciario de la sífilis, la inflamación difusa y crónica que
caracteriza a la sífilis tardía puede producir una gran destrucción en casi cualquier órgano o tejido, las lesiones granulomatosas
pueden encontrarse
en el hueso, piel y otros tejidos, la nomenclatura de la sífilis tardía refleja los órganos que están especialmente afectados, sea
descrito un incremento de la incidencia de la neurosifilis a pesar del tratamiento adecuado de la sífilis precoz en los pacientes
con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), además las espiroquetas se introducen en el sistema nervioso central
durante las fases precoces de la enfermedad y pueden desarrollarse síntomas neurológicos como meningitis, en los primeros
meses. Por tanto, la neurosifilis no es exclusivamente una manifestación tardía.

NEUROSÍFILIS se presenta de varias formas:


 Asintomática
 Meningovascular
 Parenquimatosa
 Tabes dorsal
LA NEUROSÍFILIS ASINTOMÁTICA causa meningitis leve en alrededor del 15% de los pacientes con diagnóstico original de
sífilis latente, en el 25 al 40% de los pacientes con sífilis secundaria, en el 12% de aquellos con sífilis cardiovascular y en el 5%
de los pacientes con sífilis terciaria benigna. Sin tratamiento, la enfermedad evoluciona a una neurosífilis sintomática en el 5%
de los casos. Si el examen del líquido cefalorraquídeo no encuentra evidencia de meningitis 2 años después de la infección
inicial, en general no se produce neurosífilis.

LA NEUROSÍFILIS MENINGOVASCULAR es el resultado de la inflamación de arterias grandes o medianas del encéfalo o la


médula espinal. Sus síntomas se manifiestan típicamente entre
5 y 10 años después de la infección y van desde ninguno hasta accidentes cerebrovasculares. Los primeros síntomas pueden
consistir en cefalea, rigidez de nuca, mareos, trastornos conductuales, escasa concentración, pérdida de la memoria, laxitud,
insomnio y visión borrosa. El compromiso de la médula espinal puede causar debilidad y consunción de los músculos de la
cintura escapular y los brazos, debilidad en las piernas que progresa lentamente, incontinencia urinaria o fecal y, rara vez,
parálisis súbita de las piernas debida a una trombosis de las arterias espinales.

LA NEUROSÍFILIS PARENQUIMATOSA (paresia general o demencia paralítica) aparece cuando una meningoencefalitis
crónica destruye el parénquima cortical. En general, se evidencia entre 15 y 20 años después de la infección inicial y no
suele afectar a los pacientes antes de su quinta o sexta década. La conducta se deteriora de manera progresiva y a veces
simula un trastorno mental o una demencia. La irritabilidad, las dificultades para concentrarse, el deterioro de la memoria,
el razonamiento deficiente, las cefaleas, el insomnio, el cansancio y la obnubilación constituyen hallazgos frecuentes, pero
también puede haber convulsiones, afasia y hemiparesia transitoria.

LA TABES DORSAL (ataxia locomotora) consiste en la degeneración progresiva y lenta de las columnas posteriores y las raíces
nerviosas. Aparece típicamente entre 20 y 30 años después de la infección inicial a través de un mecanismo no bien conocido.
En general, el síntoma más temprano y característico es un dolor punzante intenso,en la espalda y las piernas que se repite en
forma irregular con pérdida del sentido vibratorio, la propiocepción y los reflejos en los miembros inferiores.

SÍFILIS CONGÉNITAS
Las infecciones intrauterinas pueden producir una enfermedad fetal grave que origina infecciones latentes, malformaciones
multiorganicas o la muerte del feto, la mayoría de los niños infectados nacen sin incidíos clínicos de la enfermedad, pero se
puede producir una rinitis que se sigue de una exantema maculopapular generalizado y descamativo, las malformaciones
dentales y óseas, la ceguera, la sordera y la sífilis cardiovascular son frecuentes en niños no tratados que sobreviven a la
presentación inicial de la enfermedad.
PRUEBAS DIAGNOSTICAS
En las etapas tempranas de la enfermedad, fase primaria y secundaria, se puede detectar T. pallidum mediante un examen
microscópico directo utilizando una muestra procedente de la lesión o chancro que aparece en estas fases de la infección. La
muestra se puede observar en un microscopio de campo oscuro, pero se debe comparar con otra muestra en la que haya
Treponemas no patógenos (T. denticola) a partir de una muestra gingival, por lo que la microscopía en campo oscuro no está
indicada para lesiones que se encuentren en la cavidad oral. Además, resulta un inconveniente en ciertas situaciones, ya que
es probable que no se tenga acceso a este tipo de microscopía. También, a partir de esta muestra se puede detectar el
microorganismo utilizando una técnica de inmunofluorescencia directa frente T. pallidum (IFD-TP), con esta prueba se
pueden detectar y diferenciar los Treponemas patógenos de los no patógenos mediante una reacción Ag-Ac. Se utiliza la
muestra tomada de la lesión oral, vaginal o rectal y se añade la inmunoglobulina anti T. pallidum marcada con isotiocianato de
fluoresceína y se observa la preparación bajo un microscopio de fluorescencia. Esta prueba presenta una alta sensibilidad y
puede ser una opción a la microscopía en campo oscuro.

Sin embargo, el análisis más común es el serológico. Es una prueba específica, sensible y reproducible por lo que se puede
utilizar para la detección y el diagnóstico de la sífilis y para realizar un seguimiento de la enfermedad. Hay dos tipos de
pruebas, las no treponémicas y las treponémicas.

PRUEBAS NO TREPONÉMICAS. Se basan en la detección de Ac no treponémicos (IgG e IgM) activados por el sistema
inmune del hospedador frente a Ag preparados con sustancias como la lecitina, el colesterol o la cardiolipina esta última en
particular se obtiene del corazón de las vacas, se liberan como resultado del daño celular producido por cualquier patología,
dispuestos en una solución alcohólica. Hay varios tests para la detección de estos Ac, pero fundamentalmente se utilizan dos:
VDRL (Veneral Disease Research Laboratory) y RPR (Rapid Plasma Reagin). Se debe mezclar el suero del paciente (IgG, IgM)
con la solución alcohólica que contiene los antígenos. Tras esto se producirá la reacción de floculación en la muestra, que en el
caso de la prueba VDRL se debe leer en un microscopio. Aportan datos cuantitativos sobre el progreso (actividad) de la
enfermedad y sobre la respuesta al tratamiento. Ambas pruebas son igual de válidas, pero si se realiza en un individuo uno de
los dos tests, en las pruebas siguientes se debe llevar a cabo el mismo test y por el mismo laboratorio, ya que los resultados de
un tipo de test y otro no se pueden comparar directamente.

La prueba VDRL es la única que está validada para la detección de Ac no treponémicos en el LCR, por lo que se utiliza para el
diagnóstico de neurosífilis.

Otras pruebas no treponémicas: TRUST( prueba de suero no calentada con rojo toluidina) , USR (Reagina sérica no calentada) y
ELISA.

-Debido a que no se miden Ac específicos de T. pallidum, se pueden producir falsos positivos, ya que el aumento de las IgG e
IgM se puede producir por otros factores como otras infecciones (VIH), enfermedades autoinmunes, embarazos, uso de
drogas de abuso y edad avanzada. Pueden dar lugar a falsos negativos en sífilis latente y en sífilis terciaria.

PRUEBAS TREPONÉMICAS.Estas pruebas sirven para cuantificar los anticuerpos específicos frente a Ag de T. pallidum y para
confirmar los resultados positivos de las pruebas reagínicas, ya que producen muy pocos falsos positivos. Aunque al contrario
de lo que ocurre con las pruebas no treponémicas, no son útiles para un seguimiento de la respuesta al tratamiento, ya que
son positivas incluso en pacientes tratados y curados.

Estos test son: FTA-ABS (prueba de absorción de anticuerpos treponemicos fluorescentes)

Cómo resulta difícil interpretar estás técnicas desde un punto de vista técnico la mayor parte de los laboratorios
actualmente emplean la prueba de aglutinación de partículas de treponema (TP-PA) o una de los inmunoensayos enzimáticos
específicos (EIA), la prueba TP- PA es una prueba de aglutinación de microtítulos se mezclan partículas de gelatina
sensibilizadas con antígenos de T.pallidum con diluciones del suero del paciente, las partículas se aglutinan cuándo existen
anticuerpos. Recientemente se ha puesto a puntos diversos enzimoinmunoanálisis que parecen disponer unas sensibilidades
(80%- 95%) en la
enfermedad primaria, 100% para la sífilis secundaria tardía y especificidades del 96% al 99% semejantes a las pruebas de FTA y
TP-PA

El diagnóstico de la neurosífilis Y la sífilis congénita pueden resultar problemáticos. Si no se detecta T. pallidum en el LCR o
en el tejido del SNC, mediante microscopia o prueba de amplificación de ácidos nucleicos basadas en la PCR, el diagnóstico de
neurosifilis se realizará a partir de pruebas clínicas de afectación del SNC y de la positividad de las pruebas treponemicas en
suero y VDLR reactivo en el LCR aunque se describen falsos resultados positivos de las prueba treponemicas del LCR una
prueba treponemica no reactiva en el LCR permita descartar la neurosifilis, La obtención de resultados positivos en las pruebas
serológicas en los hijos de madres infectadas pueden representar la transferencia pasiva de anticuerpos o una respuesta
inmunitaria específica frente a la infección. Estas 2 posibilidades se distinguen al determinar el título de anticuerpos en los
niños no infectados disminuye hasta alcanzar valores indetectable a los 3 meses de nacer, mientras permanece aquejado en
los niños con sífilis congénita.
TRATAMIENTO, CONTROL Y PREVENCIÓN
La penicilina es el fármaco de elección para tratar las infecciones por T. pallidum. El antimicrobiano penicilina benzatina de
acción prolongada se usa durante las fases iniciales de la sífilis mientras que la penicilina G se recomienda en la sífilis congénita
y la sífilis tardía, en los pacientes alérgicos a penicilina se pueden administrar como alternativas tetraciclina y doxiciclina, la
penicilina constituye el único tratamiento de la neurosífilis. Por tanto se debe desensibilizar a los pacientes alérgicos a este
antibiótico, lo mismo es aplicable a las mujeres gestantes las cuales no se deben tratar con tetraciclinas, se han descrito
fracasos del tratamiento con eritromicina y otros macrólidos de forma que no se deben emplear estos fármacos

Puesto que no se dispone de ninguna vacuna protectora la sífilis tan solo se puede controlar mediante hábitos sexuales
seguros y el contacto y tratamiento correcto de las parejas sexuales de los pacientes que tienen infecciones demostradas, el
control de la sífilis y de otras enfermedades venéreas se ha complicado como consecuencia del aumento de la práctica de la
prostitución entre la drogadictos y prácticas sexuales de alto riesgo en varones homosexuales

Si descubres que tienes sífilis, no te asustes. La sífilis es fácil de curar y hay formas para asegurarse de no contagiar a otras
personas.

Diles a tus parejas sexuales actuales y anteriores que tienes sífilis, para que también puedan hacerse exámenes y recibir
tratamiento.

No tengas relaciones sexuales con NADIE hasta que hayas terminado todo el tratamiento y las llagas causadas por la sífilis se
hayan curado por completo.
Tus parejas sexuales también deben tratarse antes de volver a tener sexo, incluso contigo.

Una vez que hayas finalizado el tratamiento y vuelvas a tener relaciones, usa condón cada vez que tengas sexo.
CASO CLINICO
Paciente masculino de 23 años de edad, originario y procedente de Maracay, con cuadro clínico de un mes de aparición de
lesiones descamativas y pruriginosas en arcos plantares, de posterior aparición en palmas en donde le han dejado
pigmentaciones, y un brote papular fino en abdomen que duro unos pocos días. Consulto a su entidad de salud, donde le
hicieron KOH de estas lesiones con resultado negativo y VIH negativo. Al examen físico fototipo de piel IV, en palmas y plantas
placas pequeñas pigmentadas con hiperqueratosis y algunas con un collarete central descamativo.Se hace sospecha
diagnostica de sífilis secundaria y se le solicita hemograma, RPR. Resultado de RPR: reactiva 128 diluciones, con prueba FTA-
abs positivo, se prescribe tratamiento con penicilina benzatinica 2.400.000 UI IM en el momento y en 7 días y se solicita
valoración y seguimiento por Infectología.

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