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Sifilis

(Treponema Pallidum)

Morfologia

T. pallidum subespecie pallidum es una espiroqueta muy fina, con una sección de 0,15 m

de diámetro y 5 a 15 m de

Longitud. perteneciente al Orden Spirochaetales, familia Spirochaetaceae. Son organismos de

diámetro exiguo, con morfología característicamente enrollada. Presentan un movimiento

rotatorio y ondulado sobre el eje central de la bacteria. De los treponemas identificados, solo

cuatro causan enfermedad en el ser humano: T. pallidum ssp pallidum (sífilis), T. pallidum ssp

pertenue (frambesia o pian), T. pallidum ssp endemicum (bejel) y Treponema carateum (pinta).

Estos cuatro microorganismos son parásitos obligados del hombre y no se conoce un

reservorio animal. debido a su pequeño tamaño, los treponemas no pueden ser observados con el

microscopio óptico por tinción de Gram, pero pueden observarse por técnicas de

inmunofluorescencia o por métodos que incrementen su ancho, como la impregnación argéntica,

como el índice de refracción de la bacteria es semejante al del medio en que se halla suspendida,

tampoco pueden ser observados en forma directa por microscopía común, pero su movimiento

puede ser indirectamente detectado por microscopía de fondo oscuro.

La estructura de T. pallidum incluye, de adentro hacia afuera, la membrana citoplásmica,

una pared de peptidoglicano a la que se encuentran adosados los endoflagelos, un periplasto


mucopeptídico, una membrana lipoproteica con lipolisácarido y una fina capa externa anfolítica,

no se desarrolla en medios de cultivo bacteriológico, es sensible a la desecación y es inactivado

rápidamente por agentes desinfectantes.

Es una espiroqueta microaerófila gram-negativa. Debido a su estructura muy delgada.

Esta espiroqueta contiene endoflagelos, que permiten un movimiento característico de

sacacorchos. Las bacterias pueden evitar el reconocimiento inmunológico y la fagocitosis

formando una capa protectora con fibronectina. Los seres humanos son el único reservorio y la

transmisión es a través del contacto de persona a persona.

Estos treponemas son morfológica, serológica y químicamente indistinguibles, por lo que

las pruebas diagnósticas de la sífilis pueden ser usadas para diagnosticar la frambesia, el bejel o

la pinta. Las enfermedades se diferencian por las manifestaciones clínicas que producen, le edad

de la población afectada, la distribución geográfica y el modo de transmisión.


Factores de Virulencia y Mecanismos de Patogenia

Período de incubación. El ingreso de T. pallidum se produce a través de pequeñas lesiones en

los epitelios y también puede penetrar a través del espacio virtual entre las células epiteliales de

las mucosas. En la región subepitelial, T. pallidum se multiplica y se disemina a todo el

organismo a través de la sangre. El período de incubación es proporcional al tamaño del inóculo

y generalmente dura unos 20 días (mínimo 3 días, máximo 90 días). La adherencia de los

treponemas a fibronectina, sumada a la interacción de componentes lipoproteicos con células

endoteliales y macrófagos desencadena la migración de monocitos y linfocitos circulantes

TCD4+ y TCD8+ (pero no de leucocitos polimorfonucleares). Al cabo del período de incubación

aparece la lesión primaria. Mientras transcurre el período de incubación aparece una respuesta

adaptativa caracterizada por la aparición de anticuerpos treponémicos (contra


epitopes de proteínas o polisacáridos) y anticuerpos no treponémicos que reaccionan con la

cardiolipina. Los anticuerpos alcanzan un título significativo al comienzo de la fase primaria de

la enfermedad.

Sífilis primaria. En la zona de la inoculación se produce una induración. La zona central de la

lesión

incipiente se necrosa y se produce una depresión central en ese lugar. La zona afectada adquiere

el aspecto ulcerado típico de la lesión primaria o chancro sifilítico. Este tiene bordes levantados y

un centro deprimido, no purulento, que asemeja un cráter chato. El chancro es indoloro y no

sangra cuando se toma una muestra. La lesión primaria es muy rica en treponemas, por lo que es

altamente infecciosa. Desde el punto de vista histopatológico, luego de producirse el ingreso de

la bacteria se detecta en la puerta de entrada una infiltración mononuclear, que con el tiempo se

acompaña de dilatación de los vasos y proliferación de sus células endoteliales. La disminución

del calibre de los vasos (vasculitis obliterativa) reduce la irrigación sanguínea, lo que

probablemente sea la causa de la necrosis localizada. La vasculitis obliterativa constituye el

hallazgo histopatológico común a todas las expresiones patológicas de la sífilis. Aunque la

expresión clínica sea nada más que una pequeña lesión localizada, la sífilis es en realidad una

enfermedad sistémica. Aún sin tratamiento antibiótico, la lesión involuciona espontáneamente y

cicatriza en un período de 3 a 8 semanas. En pacientes del sexo femenino la sífilis primaria

puede pasartotalmente desapercibida, debido a su localización inaparente

en el tracto genital. Si se diagnostica la sífilis en este período y se la trata con antibióticos

adecuadamente la sífilis se cura sin dejar secuelas. Tras la enfermedad queda inmunidad de corta

duración, el individuo puede reinfectarse y volver a sufrir la sífilis.


Sífilis secundaria. Una vez que la lesión primaria ha involucionado, la enfermedad atraviesa por

un período silencioso de 3 a 8 semanas. Este período puede ser tan corto como para que la

enfermedad secundaria aparezca cuando todavía no ha desaparecido el chancro primario y tan

largo como para ser de varios meses. La enfermedad secundaria estalla con una presentación

diseminada. Las lesiones cutáneas de la sífilis secundaria incluyen: i) una erupción diseminada,

caracterizada por la presencia de lesiones

maculosas en todo el cuerpo, de 3 a 10 mm de diámetro, inclusive en la planta de los pies y

palmas de las manos; las lesiones son muy ricas en treponemas, por lo que son altamente

contagiosas. ii) Lesiones erosivas de las mucosas, en la cavidad bucal, faringe, vagina y canal

anal, entre otros sitios. Y iii) lesiones verrugosas características (condilomatas) en pliegues

húmedos, que aparecen especialmente en la región perianal y genital externa femenina y también

en zonas de pliegues cutáneos en zonas con alta humedad.

Las lesiones cutáneas son indoloras, a menos que exista una infección sobreagregada. El paciente

puede presentar durante este período fiebre no muy alta, malestar general, anorexia, pérdida de

peso y otros signos no específicos. El sistema nervioso central puede estar involucrado, con

cefaleas y aumento de proteínas y linfocitos en líquido cefalorraquídeo, en el que pueden

detectarse treponemas en un 30-40% de los pacientes. La presentación es muy variable y en

algunos pacientes el período secundario de la sífilis

puede pasar inadvertido. La antibióticoterapia en este período permite su curación. Si el paciente

no es tratado, tras una evolución de varias semanas los signos remiten y la sífilis entra en un

período de latencia.
Sífilis latente. La sífilis latente se caracteriza por la presencia de anticuerpos séricos contra

antígenos treponémicos, sin manifestaciones clínicas de la enfermedad. La ausencia de signos no

implica que la enfermedad no siga progresando. Por el contrario, pueden ocurrir recidivas hasta 4

años después de la desaparición de la sífilis secundaria. El 90% de los pacientes que sufren una

recidiva lo hacen dentro del año de la enfermedad secundaria. Puede sufrirse más de una

recidiva, pero cada vez menos severa.

Sífilis terciaria. Un 25% de los pacientes con sífilis secundaria muestran reversión de la

serología y nunca presentan otro signo de enfermedad. Un 45% quedan con serología (+), pero

sin otra complicación. Un 30% desarrolla manifestaciones terciarias entre 1 y 30 años después.

Esta etapa (sífilis tardía) la enfermedad es inflamatoria y crónica, y muchos tejidos están

afectados. Una manifestación común es la patología aórtica debido a la vasculitis obliterativa. La

manifestación más común es la presencia de lesiones típicas (gomas), que pueden aparecer en

diversos órganos y están asociados a la patología vascular de la sífilis. Las lesiones gomatosas

contienen muy pocos treponemas, excepto en las lesiones severas de la corteza cerebral. En la

sífilis tardía son frecuentes los signos cardiovasculares, neurológicos y a veces psiquiátricos. La

sífilis terciaria no es contagiosa y las lesiones parecen involucrar reacciones autoinmunes y de

hipersensibilidad retardada en los tejidos en donde los treponemas persisten. La sífilis

terciaria es rara ya que la sífilis se controla con antibióticos en los estadíos primario y

secundario.

Sífilis congénita. La ausencia de tratamiento de la madre sifilítica es lo que origina la infección

del feto, la probabilidad de infección transplacentaria es mayor en los estadíos iniciales de la

sífilis y decrece con el tiempo. La infección del feto, que ocurre raramente antes del cuarto mes
de gestación, afecta mayormente los tejidos mucocutáneos y óseos. Los hallazgos

histopatológicos son característicos de la sífilis. La muerte ocurre en un número importante de

casos dentro de los primeros 6 a 12 meses de vida.

Enfermedades que Produce el Treponema Pallidum

La Sifilis

La sífilis es una enfermedad infecciosa con afectación sistémica, la sífilis venérea ocurre

en todo el mundo, variando la incidencia con la distribución geográfica y el entorno

socioeconómico. La enfermedad puede ser adquirida por contacto sexual, de forma congénita a

través de la placenta, por transfusión de sangre humana contaminada y por inoculación

accidental directa. La forma más frecuente es por transmisión sexual. Un paciente es más

infeccioso al principio de la enfermedad y gradualmente disminuye la infecciosidad con el paso

del tiempo. La sífilis congénita se produce con más frecuencia cuando el feto se infecta en el

útero, aunque es posible la infección del neonato al pasar por el canal del parto.

T. pallidum es capaz de penetrar en el organismo a través de las membranas mucosas

intactas o a través de heridas en la piel; aproximadamente, un 30% de los compañeros sexuales

de los pacientes infectados desarrollarán la sífilis. A partir de aquí, el microorganismo se

disemina por el cuerpo humano a través de los vasos linfáticos o sanguíneos. En la práctica,

cualquier órgano del cuerpo humano puede ser invadido incluyendo el sistema nervioso central

(SNC), clínicamente, la sífilis se divide en una serie de etapas: fase de incubación, fase primaria,

fase secundaria, fase latente y fase terciaria o tardía. El período de incubación medio es de tres

semanas (varía de tres a 90 días).


Sífilis Primaria: Poco después del período de incubación aparece una pápula en el lugar de

inoculación que rápidamente se erosiona dando lugar al chancro, se caracteriza por ser de base

limpia e indurada, no exuda y es poco o nada dolorosa. Pueden aparecer múltiples chancros,

especialmente en los pacientes inmunodeprimidos, siendo los treponemas fácilmente

demostrables en estas lesiones. Los genitales externos son los lugares más frecuentes donde

aparece el chancro, seguidos del cuello uterino, boca, área perianal, etc. Acompañando al

chancro hay una linfadenopatía regional consistente en un agrandamiento moderado de un

ganglio linfático, que no es supurativo. El chancro cura al cabo de tres a seis semanas, sin lesión

residual. La adenopatía persiste un poco más. Las espiroquetas pueden ser identificadas mediante

la observación directa con campo oscuro o por detección de antígeno por inmunofluorescencia.

También puede efectuarse el diagnóstico mediante la detección de anticuerpos. Por regla general,

éstos aparecen entre una y cuatro semanas después de la formación del chancro.

Sifilis Secundaria: Representa el estadio clínico más florido de la infección. Empieza entre dos

y ocho 8 semanas después de la aparición del chancro, pudiendo estar éste presente todavía. Los

treponemas invaden todos los órganos y la mayoría de los líquidos orgánicos. Las

manifestaciones son muy variadas. La más frecuente es el exantema, maculopapular o pustular,

que puede afectar a cualquier superficie del cuerpo, persistiendo de unos días a ocho semanas. La

localización en palmas y plantas sugiere el diagnóstico. En las áreas intertriginosas, las pápulas

se agrandan y erosionan produciendo placas infecciosas denominadas condiloma planos que

también pueden desarrollarse en las membranas mucosas. La sintomatología constitucional

consiste en febrícula, faringitis, anorexia, artralgias y linfadenopatías generalizadas (la que afecta
al ganglio epitroclear sugiere el diagnóstico). Cualquier órgano del cuerpo puede estar afectado:

el SNC, con dolor de cabeza y meningismo, en un 40%, el riñón se puede afectar por depósitos

de inmunocomplejos, puede aparecer hepatitis sifilítica, alteraciones del tracto gastrointestinal,

sinovitis, osteítis.

Sifilis Latente: Es el período en el que hay una ausencia de manifestaciones clínicas, que no

implica una falta de progresión de la enfermedad, pero durante el cual las pruebas

antitreponémicas específicas son positivas. Durante la sífilis latente puede producirse una recaída

(por lo tanto, el paciente es infeccioso) más frecuente en el primer año, y cada recurrencia será

menos florida. La sífilis latente tardía es una enfermedad inflamatoria poco progresiva que puede

afectar a cualquier órgano. Esta fase suele ser referida como neurosífilis (paresias, tabes dorsal,

sífilis meningovascular), sífilis cardiovascular (aneurisma aórtico) o goma (infiltrados de

monocitos y destrucción tisular en cualquier órgano).

Sífilis terciaria (sífilis tardía): Un 25% de los pacientes con sífilis secundaria muestran

reversión de la serología y nunca presentan otro signo de enfermedad. Un 45% quedan con

serología (+), pero sin otra complicación. Un 30% desarrolla manifestaciones terciarias entre 1 y

30 años después. Esta etapa (sífilis tardía) la enfermedad es inflamatoria y crónica, y muchos

tejidos están afectados. Una manifestación común es la patología aórtica debido a la vasculitis

obliterativa. La manifestación más común es la presencia de lesiones típicas (gomas), que

pueden aparecer en diversos órganos y están asociados a la patología vascular de la sífilis. Las

lesiones gomatosas contienen muy pocos treponemas, excepto en las lesiones severas de la

corteza cerebral. En la sífilis tardía son frecuentes los signos cardiovasculares, neurológicos y a
veces psiquiátricos. La sífilis terciaria no es contagiosa y las lesiones parecen involucrar

reacciones autoinmunes y de hipersensibilidad retardada en los tejidos en donde los treponemas

persisten. La sífilis terciaria es rara ya que la sífilis se controla con antibióticos en los estadíos

primario y secundario.

Goma: Es una lesión granulomatosa, no específica, que se produce en la sífilis tardía. No es

dolorosa, y se puede desarrollar en cualquier órgano pero es más frecuente en el sistema óseo,

piel y mucosas. Se produce una destrucción local, siendo muy difícil observar espiroquetas en las

preparaciones microscópicas obtenidas a partir de estas lesiones.

Sífilis congénita: La infección del feto puede producirse en cualquier mujer no tratada, aunque

es más frecuente en los estadios precoces de la infección. La infección antes del cuarto mes de

embarazo es rara. La gravedad clínica va desde el aborto tardío al parto pretérmino, muerte

neonatal, infección neonatal e infección latente. La sífilis congénita puede ser temprana o tardía.

La temprana, que se observa antes del segundo año de vida, puede ser fulminante. Puede

manifestarse como una infección diseminada, o por lesiones mucocutáneas, osteocondritis,

anemia, hepatoesplenomegalia y afectación del SNC. La forma tardía, con una persistencia de

más de dos años, puede originar queratitis intersticial, deformaciones de huesos y dientes,

sordera del VIII par, neurosífilis y otras manifestaciones terciarias. Las manifestaciones clínicas

son muy variables, siendo las más características la rinitis serohemorrágica, seguida del

exantema maculopapular descamativo. Puede haber osteocondritis y pericondritis, afectación

hepática, anemia, neumonía grave o hemorragia pulmonar, glomerulonefritis. Es bastante

frecuente el desarrollo de una queratitis intersticial en el contexto de una sífilis latente, que
aparece a los 6-12 meses de nacer si no ha existido tratamiento. También la neurosífilis

sintomática o asintomática es bastante frecuente, no así la sífilis cardiovascular.

Sífilis cardiovascular: La lesión patológica subyacente es la endoarteritis obliterante que afecta

los vasa vasorum de la aorta y que provocará una necrosis de la capa media con destrucción del

tejido elástico y la consiguiente aortitis con aneurisma sacular y, con menos frecuencia,

fusiforme. Hay una predilección por la aorta ascendente que lleva consigo la debilidad del anillo

valvular aórtico. La aortitis sintomática se presenta en un 10% de los pacientes no tratados pero

se ha demostrado su presencia en el 85% de las autopsias de dichos pacientes.

Manifestaciones Clinicas

La sífilis puede manifestarse en cualquier estadio y comprometer varios órganos o sólo

uno, por lo cual puede confundirse con varios trastornos, después de un período de incubación de

entre 3 y 4 semanas (intervalo entre 1 y 13 semanas), aparece una lesión primaria (chancro) en el

sitio de la inoculación. La pápula eritematosa inicial se convierte en un chancro, que en general

está constituido por una úlcera indolora con base firme que, cuando se fricciona, produce un

líquido transparente con gran cantidad de espiroquetas. Los ganglios linfáticos circundantes

pueden estar agrandados, ser duroelásticos e indoloros.

Los chancros pueden localizarse en cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en las

siguientes áreas:
 Pene, ano y recto en los hombres

 Vulva, cuello uterino y periné en las mujeres

 Labios o boca

Alrededor de la mitad de las mujeres infectadas y un tercio de los hombres infectados no

saben que tienen chancro, ya que causa pocos síntomas. Los chancros en el recto o la boca, por

lo general en los hombres, a menudo pasan desapercibidos,

el chancro suele curarse en 3 a 12 semanas. Luego, los pacientes parecen completamente sanos.

En la sífilis secundaria la espiroqueta se disemina a través del torrente sanguíneo y

produce lesiones mucocutáneas generalizadas, hinchazón de los ganglios linfáticos y, con menor

frecuencia, síntomas en otros órganos. Los síntomas típicos aparecen entre 6 y 12 semanas

después de la identificación del chancro y alrededor del 25% de los pacientes aún conserva el

chancro cuando surgen los síntomas. A menudo el paciente presenta fiebre, anorexia, náuseas y

cansancio. También pueden presentarse dolor de cabeza (debido a meningitis), pérdida de la

audición (debido a otitis), problemas de equilibrio (debido a laberintitis), trastornos visuales

(debido a retinitis o uveítis), y dolor óseo (debido a periostitis).

Alrededor de la mitad de los pacientes presenta adenopatías, que suelen ser generalizadas

y se asocian con ganglios linfáticos indoloros, duros y delimitados, a veces con

hepatoesplenomegalia, un 10% de los pacientes manifiesta lesiones en otros órganos, como

oculares (uveítis), óseas (periostitis), articulares, meníngeas, renales (glomerulitis), hepáticas

(hepatitis) o esplénicas.
Entre el 10 y el 30% de los pacientes presenta meningitis leve, pero el < 1% muestran

síntomas meníngeos, que pueden consistir en cefaleas, rigidez de nuca, lesiones de los nervios

craneales, sordera e inflamación ocular (p. ej., neuritis óptica, retinitis) sin embargo, la

meningitis aguda o subaguda es más común entre los pacientes con infección por HIV, y puede

manifestarse con síntomas meníngeos o accidentes cerebrovasculares debidos a la vasculitis

intracraneal.

Los condilomas planos son pápulas planas hipertróficas de color rosado mate o gris que

se manifiestan en las uniones mucocutáneas y en áreas húmedas de la piel (p. ej., en la región

perianal, debajo de las mamas); las lesiones son muy infecciosas. Las localizadas en la boca, las

fauces, la laringe, el pene, la vulva o el recto suelen ser circulares, sobreelevadas y a menudo de

color gris o blanco con borde eritematoso, más del 80% de los pacientes presenta lesiones

mucocutáneas; puede encontrarse una gran variedad de lesiones y cualquier parte de la superficie

corporal puede estar comprometida. Sin tratamiento, las lesiones pueden desaparecer en pocos

días o semanas, persistir durante varios meses o recidivar tras la curación, pero todas

desaparecen finalmente, en general sin cicatrices.

Una tercera parte de los pacientes no tratados presenta sífilis tardía, aunque recién varios

años o décadas después de la infección inicial. La lesiones se pueden clasificar en términos

clínicos como

 Sífilis terciaria benigna

 Sífilis cardiovascular
 Neurosifilis

La sífilis terciaria benigna gomosa suele aparecer dentro de los 3 a los 10 años siguientes

a la infección y puede afectar la piel, los huesos y los órganos internos. Los gomas son tumores

blandos, inflamatorios y destructivos que se localizan en áreas características, aunque pueden

invadir órganos o tejidos en forma generalizada. Crecen y curan lentamente y dejan cicatrices.

La sífilis terciaria benigna ósea se relaciona con la aparición de lesiones inflamatorias o

destructivas que provocan dolor terebrante profundo, más intenso durante la noche.

La neurosífilis se presenta de varias formas:

 Asintomática

 Meningovascular

 Parenquimatosa

 Tabes dorsal

La sífilis cardiovascular suele manifestarse entre 10 y 25 años después de la infección

inicial con alguno de los siguientes:

 Dilatación aneurismática de la aorta ascendente

 Insuficiencia aórtica

 Estrechamiento de las arterias coronarias


Las pulsaciones de la aorta dilatada pueden causar síntomas por compresión o erosión de

las estructuras cardíacas adyacentes en el tórax. Entre los síntomas más frecuentes pueden

mencionarse la tos metálica y la obstrucción respiratoria debido a la presión sobre la tráquea, la

ronquera provocada por la parálisis de las cuerdas vocales secundaria a la compresión del nervio

laríngeo recurrente y la erosión dolorosa del esternón y las costillas o la columna vertebral.

Tratamiento

El tratamiento de elección de la sífilis es la penicilina, en los casos de sífilis precoz una

única dosis de penicilina benzatina 2.400.000 UI IM, tanto en pacientes VIH positivos como en

negativos y en los casos de sífilis tardía 3 dosis de penicilina benzatina 2.400.000 UI IM, una

dosis semanal durante 3 semanas. La sífilis latente de duración desconocida se tratará como una

sífilis tardía.

En los alérgicos a la penicilina, el tratamiento de elección es la doxiciclina 100 cada 12 h

durante 2 semanas en la sífilis precoz y 28 días en la sífilis tardía. La eficacia de la doxiciclina

como tratamiento ha sido demostrada en diferentes estudios, sin que se hayan objetivado

diferencias significativas en el fracaso terapéutico en estudios comparativos entre penicilina y

doxiciclina28,29, independientemente del seroestatus. Estudios aleatorizados demostraron que la

azitromicina es un tratamiento efectivo para la sífilis precoz30,31, pero la descripción de

fracasos terapéuticos y la detección de resistencias secundarias a la mutación en el 23s del rRNA

ha hecho que se excluya de las recomendaciones habituales del tratamiento de la sífilis32. El

tratamiento de elección de la neurosífilis (incluyendo la afectación ocular o auditiva) es la


penicilina por vía intravenosa, aconsejándose su desensibilización en los pacientes alérgicos. El

tratamiento es igual en pacientes VIH negativos y positivos, sin necesidad de aumentar la dosis

total en pacientes VIH positivos.

Tratamiento de la sífilis según estadio:

A los pacientes con sífilis precoz (sobre todos a los que han recibido tratamiento con

penicilina), hay que avisarles de la posibilidad de que presenten la reacción de Jarisch-

Herxheimer. Esta reacción se presenta como un síndrome febril junto con escalofríos,

empeoramiento de las lesiones cutáneas, cefalea, hipotensión, taquicardia,


hiperventilación, flushing y mialgias tras 4-6 h de recibir el tratamiento y se normaliza

aproximadamente a las 24h. Su incidencia es aproximadamente del 30%, más frecuentemente en

sífilis primaria y secundaria, sin que haya diferencias entre ambos estadios33. En los pacientes

con afectación cardiovascular, algunos expertos aconsejan administrar corticoides antes de

iniciar el tratamiento para reducir el riesgo de complicaciones secundarias a la reacción de

Jarisch-Herxheimer

Complicaciones

Las complicaciones de la Treponema pallidum pueden variar dependiendo de la etapa de

la enfermedad y de la respuesta del individuo al tratamiento. Algunas de las complicaciones de la

sífilis incluyen:

Sífilis Congénita: Si una mujer embarazada tiene sífilis no tratada, puede transmitir la infección

al feto durante el embarazo. La sífilis congénita puede causar graves complicaciones en el feto,

incluyendo malformaciones congénitas, retraso en el desarrollo, daño en el hígado y el bazo, y en

casos graves, puede llevar a la muerte del feto o del recién nacido.
Complicaciones Cardiovasculares: La sífilis puede afectar los vasos sanguíneos, incluida la

aorta, y causar inflamación y daño en las paredes de los vasos sanguíneos. Esto puede llevar a la

formación de aneurismas o aortitis, que es la inflamación de la aorta. (aortitis y aneurismas).

Complicaciones en Organos Internos: En etapas avanzadas de la sífilis, la infección puede

afectar órganos internos como el corazón, los pulmones, el hígado y los huesos, causando daño y

disfunción.

Úlceras destructivas de la piel y los huesos (gomas): Estas gomas son tumores blandos,

inflamatorios y destructivos que pueden aparecer en áreas características del cuerpo, como la

piel, los huesos y los órganos internos. Las gomas pueden crecer lentamente, curar lentamente y

dejar cicatrices. En etapas avanzadas de la sífilis, las gomas pueden causar dolor intenso y

profundo.

Neurosífilis: En cualquier etapa, la sífilis puede propagarse y, entre otras cosas, causar daños al

cerebro y al sistema nervioso y al ojo.

Existen diferentes formas de neurosífilis, que incluyen:

Neurosífilis asintomática: Esta es la forma más común y no presenta síntomas aparentes.

Parálisis General: Esta forma afecta el sistema nervioso central y puede causar síntomas como

anomalías en la marcha o incapacidad para caminar.

Meningovascular: En esta forma, la enfermedad afecta los vasos sanguíneos y las meninges, lo

que puede provocar síntomas como dolor de cabeza, vértigo, falta de concentración, cansancio y

falta de energía.
Tabes dorsal: Esta forma afecta principalmente la médula espinal y puede causar síntomas como

entumecimiento en los dedos de los pies, los pies o las piernas.

La neurosífilis puede ocurrir alrededor de 10 a 20 años después de la infección inicial de sífilis,

pero no todas las personas que padecen sífilis desarrollan esta complicación. Es importante

destacar que el diagnóstico de la neurosífilis se realiza mediante pruebas serológicas para la

sífilis reactivas y pruebas reactivas en el líquido cefalorraquídeo.

Mielopatía sifilítica: una complicación que puede causar síntomas como debilidad muscular,

dificultad para caminar, alteraciones sensoriales y problemas en el control de los esfínteres.

Meningitis sifilítica: La meningitis sifilítica es una complicación de la sífilis no tratada que

implica la inflamación de los tejidos que cubren el cerebro y la médula espinal. Esta condición es

una forma de neurosífilis, que es una complicación grave de la infección por sífilis. La

meningitis sifilítica puede presentarse en diferentes etapas de la enfermedad y puede tener

síntomas similares a otras formas de meningitis.

Es importante destacar que la sífilis es una enfermedad curable con el tratamiento adecuado, que

generalmente consiste en la administración de antibióticos como la penicilina. Si tiene alguna

preocupación o sospecha de estar infectado/a con Treponema pallidum, es recomendable que

consulte a un profesional de la salud para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuado.

Sin tratamiento, la sífilis puede causar daños en todo el cuerpo. La sífilis también aumenta el

riesgo de infección por VIH y puede causar problemas durante el embarazo. El tratamiento
puede ayudar a prevenir daños futuros, pero no puede reparar ni revertir los daños que ya han

ocurrido.

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