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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA

FACULTAD DE ENFERMERÍA

SALUD FAMILIAR Y COMUNITARIA

SESIÓN EDUCATIVA

I. TEMA: ADMINISTRANDO MI TIEMPO

II. FUNDAMENTACIÓN:
La diferencia entre la gente que es eficiente, productiva y está satisfecha y la
que no, es la manera en que administran, aprovechan y disfrutan de su
tiempo. Cada persona necesita administrar el tiempo de acuerdo a sus
necesidades y forma de ser. Lo que es adecuado para una persona, puede
no serlo para otra. La cantidad de estrés, insatisfacción o problemas que
tenemos, puede ser una señal de mal manejo del tiempo.
“Si el tiempo es lo más caro, la pérdida de tiempo es el mayor de los
derroches”. Benjamín Franklin (Estadista y científico estadounidense).
III. FECHA:
 Jueves 13 de Octubre de 2016
IV. AUDITORIO:
 Alumnos del nivel secundaria de la I.E. Horacio Zeballos Gámez
V. ENCARGADAS:
 Baldárrago Núñez, Paola Vanessa
VI. OBJETIVOS:
A. OBJETIVO GENERAL:
 Enseñar a los adolescentes la manera de administrar su tiempo.

B. OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
 Motivar a los adolescentes para utilizar las diferentes formas de
administrar su tiempo.
 Fomentar en el adolescente la administración de su tiempo para reducir
los niveles de estrés y aumentar estilos de vida saludable.

VII. ESTRATEGIAS:
SECUENCIA DE LA ESTRATEGIA TIEMPO RECURSOS

1. Motivación: Alumna
Cuento 3 min encargada

2. Exploración: Alumna
¿Cómo administran su tiempo? 2 min encargada

3. Problematización: Alumna
¿Cómo podemos administrar de la mejor manera 1 min encargada
nuestro tiempo?
4. Construcción:
Administrar el tiempo, no significa hacer cambios en él, Alumna
significa hacer cambios en nosotros: en nuestras encargada
actividades, prioridades y expectativas.
¿Por qué es importante aprender a administrar el tiempo?
La falta de tiempo provoca:
 Estrés,
5 min
 problemas en nuestras relaciones,
 baja productividad y rendimiento en cualquier tipo de
actividades: familiares, sociales, laborales, etc.
Una de las causas más importantes del estrés, es la falta
de tiempo necesario para llevar a cabo el trabajo o
actividades pendientes. Por lo tanto, cada vez que
perdemos el tiempo, nos exponemos a un posible estresor.
Enemigos de la administración del tiempo.
 La prisa.
 Fijarse metas demasiado difíciles, cuya importancia no
amerita.
 Falta de organización
 La creencia errónea de que estar muy ocupado es ser
productivo, valioso o muy eficiente
 Incapacidad para decir que no.
 Falta de autodisciplina
 Posponer, dejando que se acumulen las tareas
pendientes,
 Indecisión.
 Falta de planeación.
 Dificultad para establecer prioridades.
 Querer hacer demasiadas cosas en muy poco tiempo.
¿Qué hacer?
- Haz una lista
- Aprende a jerarquizar
- Asigna un tiempo determinado a lo que sea más
importante
- Toma los primeros 30 minutos del día para
organizarte
- Separa algo de tiempo para tus actividades
personales
- No contestes al teléfono ni a tus emails
- Bloquea las distracciones
- Aprende a pedir ayuda y delegar en otros
- Siempre que puedas, prepara las cosas con
antelación
- Concéntrate
- Simplifica tus tareas
- Aprende a decir NO

Recuerda las palabras: "No puedes cambiar el pasado,


pero puedes arruinar tu presente al preocuparte por el
futuro" (Anónimo).
5. Transferencia: Alumna
¿Qué vas a hacer ahora que ya sabes cómo administra 2 min encargada
tu tiempo?
6. Evaluación: Alumna
¿Cómo podemos administrar de la mejor manera 1 min encargada
nuestro tiempo?
7. Meta cognición: Alumna
¿Creen que lo aprendido hoy es muy importante? ¿Por 1 min encargada
qué?

EL TARRO, EL MAESTRO Y LA ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO

Un día, un viejo profesor fue contratado para dar una clase sobre la planificación eficaz
de su tiempo a un grupo de quince ejecutivos de grandes compañías norteamericanas.
Este curso constituía uno de los cinco talleres de su jornada de formación. El viejo
profesor no tenía entonces sino una hora para dar su tema.

Parado, delante de ese grupo de élite (que estaba listo a anotar todo lo que el experto
le iba a enseñar), el viejo profe los miró uno por uno, atentamente, y les dijo "Vamos a
hacer un experimento".

Debajo de la mesa que lo separaba de sus alumnos, el profesor movió un inmenso


tarro de vidrio de más de 4 litros, que puso delicadamente en frente suyo.

Luego sacó alrededor de doce piedras tan grandes como bolas de tenis y las depositó
cuidadosamente, una por una en el gran tarro.

Cuando el recipiente se llenó hasta el borde y era imposible agregarle ni una sola
piedra más, levantó lentamente los ojos hacia sus alumnos y les preguntó:

"¿Les parece que el tarro está lleno?"

Todos respondieron: "Sí."

Esperó unos segundos y agregó: "¿Están seguros?"

Entonces, él se agachó de nuevo y sacó de debajo de la mesa un recipiente lleno de


piedrecillas. Con mucho cuidado, él agregó las piedritas sobre las piedras grandes y
sacudió ligeramente el tarro.

Las pequeñas piedras se infiltraron entre las grandes... hasta el fondo del tarro.

El viejo profesor levantó nuevamente los ojos hacia su auditorio y reiteró su pregunta:

"¿Les parece que el tarro está lleno?"

Esta vez sus brillantes alumnos comenzaron a entender su manejo.

Uno de ellos respondió: "¡Probablemente no!"

"Bien", respondió el viejo profesor.

Se agachó nuevamente y esta vez sacó de debajo de la mesa una bolsa de arena.
Con mucho cuidado agregó la arena al tarro.
La arena rellenó los espacios existentes entre las piedras y las piedritas.

Una vez más, preguntó: "¿Les parece que el tarro está lleno?"

Esta vez sin pensarlo dos veces y en coro, los brillantes alumnos, respondieron:

"¡No!"

"¡Bien!", respondió el viejo profesor.

Y como se esperaban sus prestigiosos alumnos, el hombre cogió la botella de agua


que estaba sobre la mesa y llenó el tarro hasta el tope.

El viejo profesor levantó entonces los ojos hacia su grupo y preguntó:

"¿Qué gran verdad nos demuestra esta experiencia?"

Sin estar loco, el más audaz de sus alumnos, reflexionando sobre el tema de este
taller, respondió:

"Esto demuestra que incluso cuando creemos que nuestra agenda está
completamente copada, si lo deseamos realmente, podemos agregar más citas, más
cosas para hacer."

"No", respondió el viejo profesor.

"No es eso. La gran verdad que nos muestra esta experiencia,


es la siguiente:"

"Si uno no mete las piedras grandes primero en el tarro, jamás podría hacer entrar el
resto después."

Hubo un gran silencio, en el que cada uno estaba tomando conciencia de la evidencia
de estos propósitos.

El viejo profesor, dijo entonces:

"¿Cuáles son las piedras grandes en sus vidas?"

"¿Su salud?", "¿Su familia?", "¿Sus amigos?", "¿Realizar sus sueños?", "¿Hacer lo
que aman?", "¿Aprender?", "¿Defender una causa?", "¿Relajarse?", "¿Tomarse el
tiempo...?", "¿O cualquier otra cosa?"

"Lo que hay que retener, es la importancia de meter esas PIEDRAS GRANDES en
primer lugar en la vida.

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