Está en la página 1de 4

Hipoacusia profunda: 

hipoacusia en su mejor oído de más de 90


dBHL. Aquí, la persona no oye nada de lo que se habla, salvo algunos
sonidos muy fuertes que puede percibir, por lo que tiene que recurrir a
la lectura de labios y/o lengua de señas, a información visual
complementaria o a un implante coclear.

'Hipoacusia'. Es la pérdida auditiva de superficial a moderada en uno o ambos


oídos; esta pérdida es menor de 70 decibeles. Las personas con hipoacusia
habitualmente utilizan el canal auditivo y el lenguaje oral para comunicarse,
pueden oír incluso el llanto de un bebé o el ladrido de un perro. Se benefician del
uso de auxiliares auditivos.

Para estudiar una sordera es necesario caracterizarla, así podemos clasificar las
hipoacusias de formas tales como:

 Clasificación cuantitativa: según la cantidad de pérdida de audición.


 Clasificación topográfica: con respecto al lugar donde asienta la lesión que
produce el déficit.
 Clasificación etiológica: de acuerdo con la etiología de la hipoacusia.
 Clasificación locutiva: en relación con el lenguaje.
 Clasificación cuantitativa: Existen pues muchas clasificaciones, la más
didáctica a efectos prácticos sea quizas la clasificación cuantitativa, que
establece los siguientes niveles:
 Normoaudición: el umbral de audición tonal no sobrepasa los 20dB HL en la
gama de frecuencias conversacionales.
 Hipoacusia leve: Pérdida no superior a 40 dB para las frecuencias
centrales.
 Hipoacusia moderada: Pérdida comprendida entre 40 dB y 70 dB.
 Hipoacusia grave: Pérdida comprendida entre 70 dB y 90 dB.
 Hipoacusia profunda: Pérdida superior a 90 dB.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948. art.26) recoge que


"Toda persona tiene derecho a la educación [...] y que esta se dirigirá al pleno
desarrollo de la personalidad y a fortalecer el respeto a los derechos humanos y a
las libertades fundamentales [...]"

“Artículo 26 bis.- La enseñanza de la lengua de señas será realizada


preferentemente por personas sordas calificadas. Un reglamento dictado por el
Ministerio de Educación y el Ministerio de Desarrollo Social y Familia regulará las
condiciones, requisitos y calificaciones necesarias para la enseñanza de la lengua
de señas.”

Cuando hablamos de discapacidad intelectual nos referimos al término que


reemplaza al de retraso mental como parte del cambio en el lenguaje para
referirnos hacia las personas que tienen esta condición. La discapacidad
intelectual es una limitación en el funcionamiento intelectual y en el adaptativo que
se manifiesta en la dificultad para desarrollar habilidades conceptuales, sociales y
de adaptación al entorno, limitaciones que coexisten con otras las cuales pueden
desarrollarse a través de una buena intervención.
Las causas de la discapacidad intelectual son variadas, desde cuestiones relativas
al desarrollo cromosómico, como en el caso del Síndrome de Down, hasta
infecciones, desnutrición severa, traumatismos, dificultades en el metabolismo,
entre otros, y aunque desde hace varios años se ha clasificado la discapacidad
intelectual  según “niveles” como ligero, moderado, severo o profundo, según los
resultados de pruebas psicométricas, lo recomendable ahora es utilizar enfoques
multidimensionales y más centrados en el entorno, que el foco de la intervención
sea la evaluación y el desarrollo de habilidades no solo cognitivas sino también
sociales (por ejemplo, la conducta adaptativa), de autocuidado (como la higiene y
los hábitos) y para la vida práctica (independencia en la movilidad, relaciones con
otros).

Tradicionalmente, cuando se ha determinado la discapacidad intelectual por


niveles, se explica de esta forma:

 Discapacidad intelectual leve:


Se caracteriza porque quienes la tienen se sitúan entre 50 y 70 de Cociente
Intelectual presentando un retraso cognitivo y una ligera afectación del
campo sensoriomotor, son personas capaces de hacer parte del sistema
educativo, formarse e incluso tener actividad profesional, eso sí, su
aprendizaje lleva muchísimo más tiempo que el de otras personas.
 Discapacidad intelectual moderada:
Este nivel, que se sitúa por debajo de 50 en cociente intelectual, lo que
genera la necesidad constante de una supervisión, tanto en la educación
como en el trabajo, aunque, con mucha terapia pueden tener cierto grado
de autonomía.
 Discapacidad intelectual grave:
Es cuando el Cociente Intelectual se haya entre 20 y 35, haciendo que
quienes la padecen necesiten de una constante supervisión, ya que casi
siempre se presenta con daños a nivel neurológico. Esto hace que el
individuo tenga habilidades reducidas, poca o nula compresión lectora y
numérica.  Aquí, normalmente las personas se comunican con holofrases.
Legalmente se les considera incapaces de tomar sus propias decisiones.
 Discapacidad intelectual profunda:
Es uno de los más infrecuentes, y es el de los diferentes tipos de
discapacidad intelectual el más temido por los padres, pues quienes la
padecen tienen una capacidad de cociente intelectual menor a 20. Esto
implica un cuidado de forma permanente y la tasa de supervivencia es muy
baja, ya que suele aparecer acompañada de problemas neurológicos, entre
otros. Sus habilidades motoras son limitadas y su capacidad comunicativa
es bastante baja o inexistente.

Causas de la discapacidad intelectual 

Esta discapacidad afecta a un porcentaje aproximado entre 1% y el 3% de la


población. Algunos de los factores que pueden provocar esta condición son:

 Infecciones (ocasionadas al nacer o poco después).


 Problemas anómalos del tipo cromosómicos (un ejemplo de ello es
el síndrome de Down).
 Ambientales.
 Metabólicos.
 Nutricionales.
 Tóxicas (exposición a sustancias alcohólicas, estupefacientes y tabaquismo
excesivo).
 Traumatismos (pre o post nacimiento).

Discapacidad intelectual en adultos

La discapacidad intelectual en los adultos por lo general no es tan severa.


Suelen ser sometidos a programas especiales donde los ayudan a desarrollar
habilidades que les permitan de cierta manera ser más autónomos.

Discapacidad intelectual en niños

La discapacidad intelectual es una condición que se detecta desde muy temprana


edad en los niños. Donde el grado de esta condición varía
considerablemente entre un  niño y otro.

Dicho grado puede ir desde leve hasta el peor de los casos que es el profundo.
Dependiendo de la cantidad de limitaciones que el mismo presente y el valor que
arroje su coeficiente intelectual.

Los niños que la tienen manifiestan dificultades para comunicarse, valerse por sí
mismos y desarrollar un aprendizaje normal.
Discapacidad intelectual en Chile

Tristemente, en Chile los análisis estadísticos relacionados con este tema de la


discapacidad intelectual son bastante vagos y desactualizados. Aun así, es posible
sacar algunas conclusiones tomando como referencia la encuesta realizada por
el CASEN en el año 2011.

Resulta factible darnos una idea de cuántos chilenos padecen esta discapacidad.
Según dicha encuesta, los resultados que se obtuvieron afirman que 239.715
personas (esto con respecto al total nacional), poseen una condición de salud
estrechamente relacionada con alguna discapacidad mental.

También podría gustarte