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Módulo

Ética empresarial

Jaime Alberto Ángel Álvarez

Universidad del Rosario


Escuela de Administración
Especialización Gerencia de Proyectos de Servicios Tic – 7
14 y 21 de mayo de 2016
Jaime Alberto Ángel Álvarez 2
Módulo: Ética empresarial

Contenido

Pág.

Perspectivas de la ética en las organizaciones 3

Variables que afectan la ética en la organización 37

Bibliografía 53
Jaime Alberto Ángel Álvarez 3
Módulo: Ética empresarial

Perspectivas de la ética en las


organizaciones

Presentación

En forma permanente la sociedad y las propias demandas de la vida cotidiana, ya


sea en lo relativo a las relaciones económicas, políticas o en los negocios, exige al
individuo que tome decisiones. El estudio de la ética ayuda a que, a partir de las
experiencias de la vida en el plano más personal, familiar y de los primeros niveles
de socialización, esas decisiones se conviertan en el reflejo de lo que interiormente
el sujeto es y sean el reflejo de los valores predominantes en la persona. Las
decisiones y los valores determinan a su vez el carácter y la imagen que se
proyecta de uno mismo ante la sociedad, refleja los sentimientos de amor, de odio,
de indiferencia, de ternura, de apego, las capacidades racionales y la emotividad.
Los dilemas éticos están presentes en el diario vivir y al interior de las
organizaciones. Estos hay que enfrentarlos, no se pueden hacer a un lado.
También la ética ofrece herramientas o criterios para resolverlos, con el apoyo de
la razón y de los sentimientos.

Bastan algunos ejemplos para comprender lo planteado: ¿es ético que un


representante de ventas ofrezca un soborno a un agente de compras como
incentivo para que le compre?, ¿qué sucede cuando los políticos ofrecen dádivas a
su electorado para disuadirlos de votar por él?, ¿el despido de un grupo menor de
empleados es una mala decisión?, ¿es ético que un aspirante a un empleo
subestime sus logros académicos para conseguir empleo en una época de crisis
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económica, cuando esa sobre calificación de estudios lo haría inelegible para el


puesto?, ¿qué tipo de juicio moral debemos emitir cuando el manejo ambiental se
toma a la ligera?, ¿es suficiente que las organizaciones regulen sus acciones y
decisiones conforme lo dicta la ley?. Las preguntas expuestas no cuentan con un sí
o un no por respuesta. Los dilemas morales deben ser analizados a la luz de las
múltiples variables de orden personal, social, económico, político y cultural que se
encuentran implícitas a la hora de tomar decisiones o de emitir juicios de valor.

Las decisiones tomadas por los líderes de las organizaciones y por las personas
que las integran, exigen tener en cuenta una cuestión básica: ¿quiénes pueden
verse afectados por la decisión y de qué manera? La respuesta tiene que darse en
función de los principios, de los medios y de las consecuencias; también habrá que
considerar la competencia que en las organizaciones se da por el manejo de la
información, el poder y la influencia que puede denotar la decisión, lo mismo que
los recursos de los que se dispone. Esto traduce la presencia de conflictos en la
selección de los fines y de los medios para alcanzarlos, lo que hace que sea
determinante la respuesta a la pregunta: ¿cuáles son los criterios morales que
deben orientar la conducta de los individuos? Este problema es un asunto de
todos, con independencia del lugar que ocupen en la sociedad, en la empresa, en
el gobierno, en el ejército, en la escuela o cualquier otra organización.

En términos generales, la ética se refiere a la disciplina filosófica que estudia las


reglas o principios que definen la conducta positiva o negativa, correcta e
incorrecta, define las categorías de lo bueno y lo malo, del deber y la obligación
moral. Adela Cortina presenta una definición bien completa:

“La ética es un tipo de saber de los que pretende orientar la acción humana en un sentido
racional; es decir, pretende que obremos racionalmente. A diferencia de los saberes
preferentemente teóricos, contemplativos, a los que no importa en principio orientar la
acción, la ética es esencialmente un saber para actuar de un modo racional”.
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“Obrar racionalmente significa, en principio, saber deliberar bien antes de tomar una decisión
con objeto de realizar la elección más adecuada y actuar según lo que hayamos elegido.
Quien no reflexiona antes de actuar sobre los distintos cursos de acción y sus resultados,
quien no calibra cuál de ellos es más conveniente y quien, por último, actúa en contra de la
decisión que él mismo reflexivamente ha tomado, no obra racionalmente”.
“La ética, en un primer sentido, tiene por tarea mostrarnos cómo deliberar bien con objeto
de hacer buenas elecciones. Pero, como hemos dicho, no se trata sólo de elegir bien en un
caso concreto, sino a lo largo de la vida. Por eso la ética invita desde sus orígenes en Grecia
a forjarse un buen carácter, para hacer buenas elecciones, como indica el significado
etimológico del término ética”.
“Podemos decir, pues, que la ética, en un primer sentido, es un tipo de saber práctico,
preocupado por averiguar cuál debe ser el fin de nuestra acción, para que podamos decidir
qué hábitos hemos de asumir, cómo ordenar las metas intermedias, cuáles son los valores
por los que hemos de orientarnos, qué modo de ser o carácter hemos de incorporar, con
objeto de obrar con prudencia, es decir, tomar decisiones acertadas” 1.

Algunos analistas hacen la distinción entre una ética de carácter personal, referida
a las reglas conforme a las cuales un individuo conduce su vida personal y una
ética aplicada, encargada de estudiar esos parámetros normativos en función de
una quehacer específico. En todo caso, todas las llamadas éticas aplicadas se
soportan y fundamentan en la ética personal, que mejor llamamos ética filosófica
en sentido estricto, tal como está planteado en los argumentos que aquí se
presentan. Son ejemplos de éticas aplicadas: la ética política, la ética económica o
la ética organizacional. También los códigos de ética que ofrecen las religiones, las
empresas o las instituciones, son una expresión de esto que hemos denominado
ética aplicada y apuntan todas en dirección a la verdad, la justicia y en general a
los principios y los valores que guían las acciones.

Pese a la definición tan precisa, las posiciones frente a este tema han sido
múltiples y variadas, lo que ha dado lugar a diferentes perspectivas, escuelas o

1
CORTINA, Adela. Ética de la empresa: claves para una nueva cultura empresarial. Valladolid:
Editorial Trotta, S.A., 1998. Págs. 17-21.
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enfoques, en las que se relaciona la ética con la religión 2, con lo que le resulta útil
al hombre o la sociedad3 y hasta con los juegos de azar4. Todas ellas tienen como
objetivo servir de guía para evaluar la normatividad ética dentro de la
organización.

Resumiendo, la pregunta fundamental de la ética radica en saber ¿qué hace bueno


lo bueno y malo lo malo?; dicho de otro modo, ¿cómo sabemos qué es lo correcto?
De resolver esta cuestión, ¿cómo ampliar la perspectiva para tomar la decisión
correcta? Se intenta en este estudio, bajo diferentes teorías y experiencias,
encontrar respuesta a estas preguntas.

1. PERSPECTIVA JUDEOCRISTIANA Y RELIGIOSA

Este es un enfoque que considera que la religión y la ética judeocristiana tienen


gran incidencia en la concepción moral de los gerentes en las organizaciones.

El origen de esta perspectiva se remonta a Platón 5, quien sostiene que lo correcto


depende del nivel de aprobación de las acciones por parte de los dioses, tanto
como lo incorrecto es aquello que no recibe su favor. Los dioses, muy
seguramente aprueban o desaprueban dependiendo de si los actos son por sí
mismos correctos o incorrectos.

Durante la edad media, dedicada fundamentalmente al estudio de los valores


religiosos, cobra otro significado y se inscribe a los ideales humanistas del

2
GOLEMBIEWSKI, Robert. Men, Management, and morality. New York: McGraw-Hill, 1965, p. 65.
3
MILL, John Stuart. El utilitarismo. Barcelona: Ediciones Orbis, S.A., 1980. (Originalmente se
conoce como Utilitarianism, desde 1863).
4
CARR, Albert. ¿Is Business Bluffing Ethical?. Boston: Harvard Business Review, enero-febrero de
1968, p. 143-153.
5
PLATÓN. Euthyphro.
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cristianismo. En tal sentido, lo correcto evidentemente consiste en lo que Dios


prefiere, solo que presuponemos por nuestra formación religiosa es la acertada.

En ningún otro terreno podría encontrarse con tanta facilidad el plano común de
síntesis entre el cristianismo y el pensamiento griego como en la ética, en la que el
platonismo y el estoicismo pueden considerarse en múltiples puntos como
preludios de la moral religiosa cristiana.

Asemejarse a Dios, es la tesis de Platón. También se dice al cristiano: “sed


perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”. Puede así mismo captarse un
motivo platónico en la fundamentación filosófica de la ética; el camino del hombre
está persignado en el logos. Naturalmente es ahora el logos divino. “No hay otro
logos que Cristo, el logos de Dios, que está en el Padre, y por el que todo ha sido
hecho, y no por otra vida que el hijo de Dios, el que dijo: Yo soy el camino, la
verdad y la vida” (Orígenes). Clemente escribe que la fórmula moral estoica de la
“recta razón” no significa otra cosa que el logos divino; es el orden de la
naturaleza con el que hemos de conformarnos. Y Gregorio de Niza traduce
inequívocamente un sentido y fondo platónico, cuando pone la misión vital del
hombre en participar y trasladar a sí los rasgos del divino modelo y dechado de
todo bien, Dios, lo que se logrará esforzándose el espíritu del hombre por
apropiarse todos los bienes que son los bienes del espíritu divino, si bien sólo en
imagen, así como el sol se refleja en el espejo. Y es bien conocido cuánto ha
contribuido la filosofía estoica en particular a la elaboración práctica de la moral
cristiana. Lactancio comprende que la naturaleza o la razón del hombre no es
bastante para asentar la objetiva ley moral.

Sólo cuando entra en juego una naturaleza mejor, aquella que se nos revela en la
conciencia moral y el sentimiento del valor, puede el bien moral ponerse en vivir
conforme a la naturaleza. Cicerón acuñó el término latino conscientia y trata de
ella en múltiples ocasiones. San Pablo toma también de la filosofía popular este
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concepto. Y ahora bajo el influjo de todas estas motivaciones, los padres conceden
en la moral un lugar dominante a la conciencia. Es la expresión subjetiva de la ley
natural objetiva y con ello, al mismo tiempo, la voz y el dictamen de Dios. “En
todas las cosas me dejo asesorar por la razón y el dictamen de Dios. Por Él soy
muchas veces condenado aun cuando nadie me acusa, y por Él soy absuelto
cuando muchos me condenan. Nadie puede escapar a este juicio que tiene su
asiento en nuestro interior; en él debemos poner nuestras miradas y entablar así el
seguro camino de nuestra vida” (Gregorio de Nazianzo)

Golembiewski6 centra su perspectiva sobre la base de los códigos de ética


occidental y en general de la ética religiosa. En una palabra, la ética judeocristiana
es la base para el código de ética de las organizaciones, cuya base y fundamento
es el amor a Dios y los semejantes. Y esto viene justificado por el peso cultural de
la tradición judeocristiana, fundamental en el desarrollo organizacional de
occidente.

“En lo que se refiere a la moral, una buena parte de la población venía entendiéndola como
una parte de la religión. En definitiva -se pensaba- si la ética quiere indicarnos qué carácter o
estilo de vida hemos de asumir para ser felices, nadie puede descubrírnoslo mejor que Dios
mismo que nos ha creado. Y en lo que respecta a esos deberes que suelen denominarse
“morales” y que se imponen a la conciencia de cada hombre, ¿qué autoridad tienen tales
deberes para exigir su cumplimiento? ¿Dónde se fundamenta la obligación moral si no es en
la voluntad de Dios?
Se creía, por tanto, desde estas perspectivas que la moral debía quedar asumida en la
religión, se tomara como saber para forjar un estilo de vida o para llegar a decisiones justas.
Y en este sentido, debía dividirse en dos partes: la ética individual, que se refería a los
deberes y virtudes que un individuo debe asumir para alcanzar su perfección, y la ética
social, preocupada por las relaciones que los hombres entablan entre sí en la familia, en el
trabajo y en la vida política”7.

6
GOLEMBIEWSKI, Robert T. Men. Management and morality. New York: McGraw Hill, 1965, Pág.
65.
7
CORTINA, Adela. Ética de la empresa: claves para una nueva cultura empresarial. Valladolid:
Editorial Trotta, S.A., 1998. Pág. 36.
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En tal sentido, el “Consejo General de Iglesias” de los Estados Unidos a mediados


del siglo pasado y por medio de un comité de estudio, subrayó las distintas metas
de las organizaciones estadounidenses que se subordinan a la ética
judeocristiana8. Veamos:

 Supervivencia y bienestar físico (productividad). Cada individuo debería tener acceso a las
condiciones necesarias para la salud, seguridad, comodidad y longevidad razonable.
 Compañerismo. Cada individuo debería tener una variedad de relaciones humanas
satisfactorias.
 Dignidad y humildad. Cada individuo debería tener la oportunidad de generarse una
posición en la sociedad de dignidad y auto respeto.
 Instrucción. El individuo debería tener la oportunidad de aprender acerca del mundo en el
que vive. Debería tener la posibilidad de satisfacer su curiosidad y de adquirir habilidades y
conocimientos para una ciudadanía inteligente, trabajo eficiente y una vida culta.
 Deleite Estético. El individuo debería tener la oportunidad de apreciar los valores estéticos
en el arte, naturaleza y ceremonias, y a través de las relaciones personales. Muchos valores
estéticos son accesibles a través de la producción y del consumo.
 Creatividad. El individuo debería estar en posibilidad de expresar su personalidad a través
de actividades creativas. Debería poder identificarse a sí mismo con los resultados de su
propia actividad, y enorgullecerse de sus logros intelectuales, políticos, estéticos y otros.
 Nueva experiencia. Una meta importante de la vida se sugiere a través de las palabras
variabilidad, espontaneidad, extravagancia, novedad, excitación, deportes, diversión,
vacaciones, lucha contra lo casual, solución de problemas, innovación, invención, etc. Cada
individuo debería tener la oportunidad de tener nuevas experiencias.
 Seguridad. Cada individuo debería tener la seguridad de que las condiciones objetivas
necesarias para el logro de las metas anteriores serán razonablemente accesibles para él.
 Libertad. La libertad es la oportunidad de perseguir nuestras metas sin restricciones.
 Justicia. La ley cristiana del amor no implica descuidar lo propio. El individuo se va a
interesar en lo demás tanto como en sí mismo. No más ni menos.

8
Los datos se completaron con la información de 11 metas de la pág. 50-60 “Finding of the study “
de Howard R. Browen in Christian values and economics life de Jhon C. Bennet, Howard R. Bowen,
William Adams Brown, Jr. Copyrigth 1954 de la federal Council Churches of Chist in America.
Reimpreso con permiso de Harguer & Row, Publishers.inc.
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 Personalidad. Las metas anteriores se establecieron en término de las clases de experiencia


de vida que deseamos tenga la gente. Estas metas se pueden trasladar a los tipos de
personas que deseamos que sean. Las metas se pueden considerar después como
cualidades de la personalidad humana; en consecuencia una personalidad deseada se
definiría como una que está condicionada favorablemente hacia las distintas metas.

Robert Golembiewski, por medio de sus investigaciones, ha señalado cinco valores


básicos relevantes a la vida en la organización. En tal sentido, podemos establecer
una relación causal entre dichos valores y las metas relevantes a la vida
empresarial, encontrados por el “Consejo general de iglesias” de los Estados
Unidos. Es decir, el autor plantea algunas sugerencias específicas relacionadas con
la estructura de la organización y las técnicas administrativas en relación a la ética
judeocristiana. Veamos:

 El trabajo se debe aceptar psicológicamente por el individuo; esto es, su rendimiento


generalmente no puede amenazar su persona. Tiene que ver con las metas que ya
señalamos de supervisión y bienestar físico, dignidad y humildad, seguridad, justicia, y
personalidad.
 El trabajo debe permitir al hombre desarrollar sus facultades. Este valor se relaciona con
metas como instrucción, deleite estético, creatividad, y nueva experiencia. Organización
alrededor de ciclos de trabajo contra unidades de trabajo; rotación del puesto, expansión
del puesto para supervisores y operadores.
 La tarea del trabajo debe permitir al individuo espacio considerable para la
autodeterminación. Fundamentalmente podemos asociar ese valor a metas como dignidad
y humildad, y libertad.
 El trabajo debe tener la posibilidad de controlar, en una forma significativa, el medio
ambiente en el cual se ha de realizar la tarea. Si analizamos las metas subordinadas
relevantes a la vida organizacional, podemos notar la relación con el compañerismo, la
creatividad y la libertad.
 La organización no debería ser el único y último árbitro del comportamiento; tanto la
organización como el individuo deben estar sujetos a un orden moral externo Este valor se
relaciona claramente con metas como el deleite estético, la libertad y la justicia
principalmente.
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Críticas

La perspectiva judeocristiana centra la mayor parte de sus sugerencias en el


interés por la aplicación de la ética judeocristiana en el diseño del trabajo y en el
medio ambiente del mismo. Pero se le podría plantear una crítica en el hecho de
que pareciera olvidar y dejar de prestar interés por la ética de los administradores
individuales o por las éticas entre la organización y sus accionistas, clientes u otras
organizaciones.

La crítica más radical para quienes equiparan y confunden la ética de las


organizaciones con la religión se centra en que: uno, quien promulga el mandato y
exige su cumplimiento en la religión es Dios a través de la revelación y el
magisterio, mientras que en la moral lo hace la propia persona; dos, los
destinatarios del mandato religioso son todos los hombres y en la moral es la
persona de cada hombre; tres, quien lo infringe tiene que responder ante Dios en
el judeocristianismo, mientras que en la moral se responde ante sí mismo; y,
cuatro, se espera obediencia de los creyentes de la religión, mientras que en la
moral se espera obediencia de todas las personas.

2. ESCUELA HEDONISTA Y UTILITARISTA

La perspectiva utilitarista, vista desde la ética organizacional, tiene su origen, de


un lado, en el hedonismo, en la Grecia antigua. Según Epicuro, el fin último de la
existencia humana es el placer y por tanto, lo bueno se relaciona con el logro de la
felicidad para el mayor número de personas. El hedonismo o el egoísmo moral es
la visión según la cual lo correcto es lo que tiene mayores posibilidades de
ayudarnos a lograr nuestros objetivos razonables.
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Adam Smith, filósofo y teórico político del siglo XVIII, plantea que un cierto interés
propio debería ser el factor para determinar qué hace que una acción sea correcta
o incorrecta. Thomas Hobbes, cuya teoría moral se basa en el egoísmo, nos
recuerda que la mejor manera para escapar de un estado de la naturaleza
“solitario, desagradable, brutal y muy limitado”, que nos mantiene en lucha
constante con los demás, es establecer unas normas de convivencia mutua con los
demás. Las personas deberían actuar de forma egoísta, lo que equivale a decir que
deberían tratar de maximizar los beneficios propios, y así maximizarían el bien
común.

El egoísmo ético filtra el mundo a través de la lente de los deseos razonables de


las personas. Al tratar de determinar cuál sería la decisión correcta, los egoístas se
preguntan: ¿qué opción les ayudaría a obtener lo que desean?.

La “mano invisible” que se encarga de la coordinación de los actos humanos se


asegurará, entonces, de que cada uno de nosotros busque en forma egoísta sus
objetivos particulares, con lo cual nuestros objetivos comunes se obtendrán de la
misma manera.

La pregunta que guía al tomar una decisión, dentro de la ética del egoísmo es:
¿Cuál decisión me aseguraría lograr, en forma efectiva, mis objetivos tanto a corto
como a largo plazo?

Posteriormente, el siglo XIX fue testigo del desarrollo de una teoría que para la
mayoría de nosotros ha sido aceptada como la forma más fácil de determinar qué
es lo correcto: el utilitarismo. John Stuart Mill, al exponer los planteamientos de
Jeremy Bentham, propuso la idea de que las acciones son correctas siempre y
cuando estén encaminadas a promover la felicidad total.
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En la teoría del utilitarismo ético, lo correcto se encuentra en relación con la


promoción de la maximización de la utilidad total, siendo ésta la mayor felicidad
frente al dolor. Para definir si una acción es correcta o no debemos pensar en la
felicidad o el dolor que esta acción va a producir; si causa más placer y menos
dolor, no solo a nosotros mismos sino a los demás, entonces ésta tiene
justificación moral.

De otro lado, el utilitarismo se inspira en las tesis pragmáticas de Bentham y Mill,


asumiendo como principal criterio moral la máxima: “la mayor felicidad del mayor
número” 9, es decir, que lo provechoso es útil y satisface las necesidades humanas.
Tenemos que maximizar las ganancias, sin detrimento del propósito final.

Cabe señalar, en este sentido, que la racionalidad que usa el utilitarista es


fundamentalmente una “racionalidad estratégica”, que ve a los demás, a la
sociedad y a las personas que se relacionan con los negocios, como medios para
sus fines.

Desde el punto de vista utilitario de la ética las decisiones se toman únicamente


sobre la base de sus resultados o consecuencias. La meta del utilitarismo es
proporcionar el mayor bienestar para el mayor número de personas posible.
Siguiendo el punto de vista utilitario, un gerente puede concluir que despedir al
20% de su fuerza de trabajo en su planta está justificado porque incrementará la
rentabilidad de la planta, mejorará la seguridad en el empleo para el 80% restante
y será para el mejor interés de los accionistas.

La pregunta que guía la ética utilitarista es: ¿cuál decisión aumentaría al máximo la
felicidad de todos?

9
MILL, John Stuart. El utilitarismo. Barcelona: Ediciones Orbis, S.A., 1980. Originalmente se conoce
como Utilitarianism, desde 1863.
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Dentro de este mismo enfoque se encuentran las tesis de Albert Carr, que él
denomina “el arte de ganar” y se ubican dentro de las llamadas éticas de los
negocios.

Carr orienta su perspectiva hacia una ética para tomar decisiones en los negocios.
El autor indica que la ética de los negocios es una ética de juego, que nada tiene
que ver con la ética judeocristiana, comparando y determinando que existe cierta
similitud entre el juego de póker o los juegos de azar y el juego de los negocios. Él
sostiene que la ética del juego de póker es diferente a los ideales éticos de las
relaciones humanas civilizadas10. Las decisiones sólo se toman sobre la base de los
resultados y consecuencias para la organización.

Analizando, el juego requiere desconfianza, ignora la amistad, requiere de


disimulo, de astucia, ignora la bondad, ignora la franqueza y calla las intenciones
propias, asegura Carr.

La “racionalidad estratégica”, como en el utilitarismo, predomina a la hora de


hacer negocios. El diálogo de los negocios sigue el curso en el sentido de descubrir
las jugadas propias de los demás, con el propósito de maximizar los resultados o
consecuencias.

Pese a lo anterior, nadie piensa lo peor del póker. Luego, nadie debería pensar lo
peor del juego de los negocios, ya que los patrones de lo correcto y lo incorrecto
difieren de las tradiciones predominantes de moralidad en nuestra sociedad.

El autor argumenta que mientras la organización no viole las reglas del juego
establecidas en la ley, la utilidad debe ser la meta guía de la estrategia

10
CARR, Albert Z. ¿Is Business Bluffing Ethicals? Harvard Business Review, Enero- Febrero de 1968.
P. 143 y 53.
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organizacional. Esta perspectiva queda clara en el simplismo con que también


Friedman ve la responsabilidad que tiene la empresa con la sociedad:

“...en una economía libre, sostiene Friedman, la empresa «tiene una y sólo una
responsabilidad social: utilizar sus recursos y participar en actividades pensadas para
incrementar sus beneficios siempre que permanezca dentro de las reglas del juego; o, lo que
es lo mismo, participar en competencia abierta y libre sin engaño o fraude»”. 11

Carr, sin embargo, piensa que los empresarios o los hombres de negocios no
deben aprovecharse de las situaciones en que empleados, competidores, clientes,
gobierno o el público resulten hostiles a la larga.

Crítica

El hedonismo ético nos muestra una fortaleza evidente del prisma de la moral, ya
que la decisión correcta por lo general está de acuerdo con lo que queremos de
verdad. Ya que lo moralmente apropiado son los actos comprendidos de manera
legítima dentro de nuestro interés racional, no nos veremos enfrentados a
conflictos entre lo que queremos y lo que verdaderamente queremos y cómo
lograrlo, podremos estar seguros de proceder correctamente.

Desde luego, la debilidad de esta perspectiva fundada en el egoísmo es igualmente


evidente. El interés propio difícilmente se puede considerar la piedra angular de la
moral. La decisión egoísta con frecuencia riñe con la decisión acertada.
Generalmente hacer lo correcto implica poner de lado los intereses propios; la
caridad, la generosidad y el altruismo son virtudes morales que tenemos en gran
estima.

11
MELENDO, Tomás. Las claves de la eficacia empresarial. Madrid: Ediciones Rialp, S.A., 1990. Pág.
58.
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Un egoísta a raja tabla responderá que esas virtudes se aplican maravillosamente


para satisfacer los intereses propios. Ser caritativo, generoso y altruista nos
favorece a nosotros mismos puesto que, a la larga, nos ayuda a conseguir lo que
queremos, pues nos ganamos la admiración y la confianza de los demás. De
hecho, el egoísta diría que quienes se creen altruistas se están engañando a sí
mismos. Si se someten a un profundo auto análisis, van a descubrir que su
motivación en últimas era egoísta.

Pero esta respuesta parece llevarnos directamente al corazón del problema que
enfrenta el egoísmo: la motivación egoísta parece ser cuestionable. Incluso cuando
las personas toman la decisión correcta, si la única razón por la que lo hicieron fue
para obtener algo que desean, debido a esto, el egoísmo solo no parece ser la más
sólida base para determinar qué es lo correcto sino que, como con las otras
perspectivas, es posible que estemos en mejores condiciones para tomar
decisiones morales si utilizamos el prisma del egoísmo ético junto con uno o más
de los otros.

Por su parte, el utilitario alienta la eficiencia y la productividad, y es consistente


con la meta de obtener el máximo de utilidades. Por otra parte, sin embargo,
puede dar como resultado una errónea asignación de recursos, en especial cuando
algunos de los afectados por la decisión carecen de representación o voz en la
decisión. El utilitarismo también puede dar como resultado que se ignoren algunos
derechos de poseedores de intereses.

Una posición que aparentemente responde al mínimo sentido común, nos plantea
la dificultad de cómo calcular la felicidad y nos enfrenta a situaciones
problemáticas que justifican el sufrimiento individual en pro del bienestar de la
sociedad.
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Si tomamos el lado positivo, tiene bastante sentido valorar la gran importancia de


la felicidad de la gente en el momento de decidir qué es lo correcto. Una moral
que ignora los sentimientos de las personas va en contra del modo en que nos
movemos en el mundo. El utilitarismo reconoce que en general buscamos el placer
y evitamos el dolor, y sobre esta premisa basa su perspectiva. Además, casi todos
tendemos naturalmente a ser utilitaristas no sólo en la forma en que enfrentamos
los problemas morales, sino también los asuntos prácticos. En este sentido, la
perspectiva utilitarista sigue básicamente los dictámenes del sentido común; no es
tan esotérica como algunos otros puntos de vista. Su principio central es bastante
directo: ¿Qué podría ser más fácil que buscar el máximo de felicidad?

En su lado negativo, vemos que el utilitarismo parecería llevar a la conclusión de


que “el fin justifica los medios”, sin importar cuáles son esos medios. Si lo
verdaderamente importante es alcanzar el máximo de felicidad, podría pensarse
que se pueden cometer ciertas injusticias con el pretexto de hacer feliz a la gente.
Así tenemos que, si para lograr el máximo de felicidad nacional fuera necesario
hacer una pira gigante con todos los políticos, entonces deberíamos hacerlo. Pero,
por supuesto, lo anterior no es correcto, así que se abren grietas en la teoría.
Además, el utilitarismo puede cometer injusticias con los puntos de vista de las
minorías. Si de lo que se trata es de buscar el máximo de felicidad para la mayoría,
el dolor de quienes no formen parte de esa mayoría puede ser subvalorado, si no
pasado por alto por completo. Por último, el principio utilitarista, aunque fácil de
plantear, es difícil de satisfacer. Es muy fácil entender la regla “buscar el máximo
de felicidad”, pero es extremadamente difícil determinar cuáles acciones
particulares podrían producir dicho efecto.

Y por último, una de las críticas más agudas a esta Escuela proviene de Adela
Cortina, quien afirma:

“No obstante, el utilitarismo ha gozado de gran audiencia en el campo de la ética normativa


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hasta hace dos décadas. Se confiaba en su concepción de la racionalidad como eficiencia


para evaluar moralmente las consecuencias, maximizando el bien y minimizando el mal
conforme a dos criterios: el bienestar y la suma de utilidades individuales. Ahora bien, los
problemas del utilitarismo son muy graves, tanto en el modelo cardinalista (suma de
utilidades individuales como medida del bienestar social) como en el ordinalista
(«optimalidad de Pareto»), ya que los criterios de la tradición utilitarista empleados en la
economía del bienestar son compatibles con situaciones de enorme desigualdad y, por tanto,
insensibles a la injusticia, así como a la posible marginación de minorías en beneficio del
bienestar de la mayoría”12.

Por todas estas razones, tendremos la posibilidad de hacer juicios morales más
acertados y sofisticados si combinamos la perspectiva de la ética del utilitarismo
con uno o más de los otros enfoques.

3. ÉTICA DE LAS VIRTUDES

Asegura Aristóteles13 que sólo las personas correctas pueden tomar decisiones
correctas, lo hacen de la manera correcta, escogen el momento correcto y
presentan argumentos correctos, racionales y fundados en la virtud intelectiva, en
beneficio de la felicidad del hombre.

Para llegar a ser una persona virtuosa es menester educar adecuadamente los
sentimientos y las actitudes, pues la razón, según Aristóteles se sobrepone a las
emociones y orienta el comportamiento. Una vez educado el individuo y
suponiendo que es una persona buena, la persona se sentirá complacida
realizando acciones virtuosas. Escogerá en forma consistente el término medio
entre el vicio del exceso y el del defecto y por tanto podrá manifestar valor,
templanza, bondad y otras virtudes morales en sus decisiones.

12
CORTINA, Adela. Ética de la empresa: claves para una nueva cultura empresarial. Valladolid:
Editorial Trotta, S.A., 1998. Pág. 59.
13
ARISTÓTELES. Ética a Nicómaco. Barcelona: ediciones Orbis, 1984.
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La pregunta que guía al tomar una decisión, dentro de una ética de las virtudes es:
¿Qué haría la persona más virtuosa que conozco en esta situación?

La ética de las virtudes tiene una gran importancia ya que nos proporciona una
clara posibilidad real de enfocar la solución de los problemas éticos. Lo que
debemos hacer ante las decisiones es pensar en el modelo de virtud que tenemos
como punto de referencia, e imaginarnos qué haría la persona más virtuosa en
nuestra situación.

Crítica

Podemos centrar las críticas a la ética de las virtudes en dos cuestiones


fundamentales. En primer lugar, es muy probable que no tengamos un modelo de
virtud que merezca ese absoluto respeto por parte nuestra, especialmente cuando
nos vemos enfrentados a situaciones límite.

En segundo lugar, de tener esa capacidad, tal vez no seamos capaces de predecir
en forma correcta cómo habría actuado la persona más virtuosa que conocemos.

Como la ética de las virtudes no nos proporciona un principio fundamental para


determinar cómo deberíamos actuar, muy probablemente tengamos que intuir cuál
sería la decisión que alguien habría tomado de verse en nuestra situación.

Así mismo, hay un problema en la ética de las virtudes, ya que tiende a darle
menor importancia a las consecuencias de una elección. La ética de las virtudes no
nos ofrece los recursos suficientes para criticar una decisión. Cuando un ser
humano se comporta, según esta perspectiva, de manera virtuosa, no importa si
las cosas no le salen bien. Luego, al igual que en otras perspectivas morales
debemos tener presente que estaremos en condiciones de tomar decisiones más
Jaime Alberto Ángel Álvarez 20
Módulo: Ética empresarial

ajustadas al bien si seguimos los dictámenes de la ética de las virtudes, pero


siguiendo también las orientaciones que nos ofrecen otras perspectivas morales.

4. ÉTICA DE LA SENSIBILIDAD MORAL

Como es sabido, la influencia del pensamiento aristotélico ha llegado a repercutir


de manera decisiva en la concepción moral moderna, en pensadores de la talla de
Hume.

La sensibilidad moral o el enfoque empirista de la ética tiene en David Hume a uno


de sus antecedentes más importantes. Según él, nuestros juicios sobre lo correcto
y lo incorrecto son el resultado de difundir nuestros sentimientos por el mundo.
Como miembros de una comunidad promulgamos ciertas reglas que reflejan esos
sentimientos. Hacer lo correcto, por lo tanto, es respetar esas reglas, pues a través
de nuestras decisiones expresamos nuestra sensibilidad moral.

Al evaluar la corrección o la incorrección de los actos de una persona estamos


evaluando lo que está en la base de las decisiones que toma. Nuestro juicio se
construye alrededor de las motivaciones de la gente; si las razones que alguien
tiene para comportarse de cierto modo son admirables, es posible que lleguemos a
la conclusión de que sus acciones son admirables también.

La pregunta que guía al tomar una decisión, dentro de una ética basada en la
sensibilidad del individuo es: ¿Cómo actuaría si todos los miembros de mi
comunidad supieran exactamente lo que estoy haciendo?.

Inspiradas en las tesis de autores como Hume, filósofas feministas como Nel
Noddings y Carol Gilligan, han desarrollado una teoría moral según la cual
Jaime Alberto Ángel Álvarez 21
Módulo: Ética empresarial

sabremos cómo actuar correctamente si hacemos énfasis en los principios, la razón


y los juicios.

“Una ética del cuidado”, afirma Noddings, “ubica la moral principalmente en la


conciencia pre-acto de quién cuida”. Lo correcto y lo incorrecto surgen de un ideal
ético, una visión del mejor aspecto de nuestro yo. Este mejor aspecto de nuestro
yo es lo que somos en los momentos en los que experimentamos esa
preocupación natural como la que los padres sienten por sus hijos.

Así cuando intentamos decidir qué es lo correcto, debemos concentrarnos en los


detalles de la situación a la que estamos enfrentados y tratar de comportarnos en
forma consistente con el mejor aspecto de nuestro yo, ése que conserva y
aumenta las relaciones de preocupación y cuidado mutuo.

La pregunta que guía al tomar una decisión, dentro de la ética del cuidado es:
¿Cuál decisión mantendría y nutriría mejor una relación con los demás, basada en
la preocupación y el cuidado mutuos?

Desde estos dos enfoques expuestos ha desarrollado Robert Austin un


planteamiento ético enfocado a las organizaciones. Lo fundamental de este
planteamiento es la dificultad de encontrar respuestas correctas a ciertos dilemas
éticos en las organizaciones. Estas preguntas las llama Austin “preguntas grises”, o
poco claras, que provocan problemas. Para Austin el eje de la ética organizacional
radica en la dificultad para encontrar respuesta a los dilemas éticos.

Estos dilemas tienen muchas veces su origen en las presiones de los superiores
que exigen acciones. Bajo estas presiones, la mayor parte de las veces quien actúa
no tiene tiempo para reflexionar en forma ética, sin pensar en los involucramientos
morales.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 22
Módulo: Ética empresarial

Desde esta perspectiva, el origen de estos problemas éticos que no se resuelven


es la falta de entrenamiento en la resolución de dilemas éticos, pues a los líderes
de las organizaciones sólo se les forma en contabilidad, finanzas, administración,
políticas, estrategias, etc., pues las escuelas de negocios en el mundo le han
restado importancia al trascendental tema de la ética organizacional. Esta
formación en temas éticos, a la postre, llevará a acrecentar su sensibilidad moral y
por tanto, a ser más hábiles en la solución de dilemas éticos.

De este modo, Austin14 nos ofrece cuatro guías para que los dirigentes puedan
enfrentarse con decisiones éticas en la empresa y en los negocios:

 El administrador profesional afirma que sobrepondrá el interés de la compañía sobre el


suyo propio.
 Pondrá su deber para la sociedad sobre su deber para su compañía y sobre sus propios
intereses.
 Tiene el deber de dar a conocer los hechos sobre cualquier situación donde sus propios
intereses estén involucrados con los de la compañía, o donde los intereses de su compañía
estén involucrados con la sociedad.
 Debe convenir sinceramente con la creencia de que cuando los administradores de
negocios siguen este código de conducta, el motivo de la utilidad es el mejor incentivo de
todos para el desarrollo de una economía dinámica.

Esta guía resulta útil al gerente para que las presiones que se dan en su actividad
directiva no le impidan resolver los dilemas éticos que se le presentan.

Crítica

De modo positivo, la teoría expuesta por David Hume nos recuerda que, de algún
modo, lo correcto y lo incorrecto son producto de una convención social. A
menudo, determinar qué es lo correcto simplemente sería asunto de tener una

14
AUSTIN, Robert W. A positive code of ethics, business week, junio 17 de 1961.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 23
Módulo: Ética empresarial

imagen clara de lo que nuestro entorno social diría sobre el tema. Si bien
queremos ser cuidadosos al afirmar que la cultura define lo bueno y lo malo, la
perspectiva de la sensibilidad moral nos ayuda a ser conscientes de cómo los
diferentes grupos sociales, en épocas distintas, han sostenido puntos de vista
diferentes.

Esto nos permite estar más abiertos a la reflexión y al mejoramiento de nuestras


creencias. La perspectiva de la sensibilidad moral respeta el valor de nuestras
instituciones morales. La mayoría de nosotros posiblemente tiene un sentido de lo
correcto y lo incorrecto más desarrollado de lo que creemos. Ésta es la razón por
la cual todas las personas tratan de descargar sus responsabilidades cuando están
haciendo algo que saben que no deben hacer. Con esto no decimos que todo lo
que queremos mantener en privado sea cuestionable moralmente, pero sí es cierto
que casi todas las cosas moralmente cuestionables que hacemos quisiéramos
mantenerlas en secreto.

Por supuesto, esto también nos muestra lo que puede tener de problemático la
ética basada en la sensibilidad En primer lugar, y lo más importante, es ¿Por qué
debemos creer necesariamente que las normas de nuestra comunidad reflejan la
perspectiva moral correcta? Muchísimas comunidades a través de la historia, desde
la antigua Grecia hasta la América del siglo XXI, han tenido normas bastante
cuestionables. El enfoque de la sensibilidad moral parece, por tanto, brindarnos
una perspectiva demasiado relativizadora en el aspecto moral; la tolerancia puede
caer en el “todo se vale”. Si la moral la define la comunidad, ¿Cómo podemos
juzgar la evidentemente distorsionada moral de una comunidad de racistas?

En segundo lugar, incluso cuando las normas de nuestra comunidad son


aceptables, ¿quién estaría autorizado para definir cuándo debemos sentirnos
suficientemente culpables o avergonzados de haberlas violado? Quizás a mí no me
importa lo que piensen los otros. Y si soy la clase de persona que con frecuencia
Jaime Alberto Ángel Álvarez 24
Módulo: Ética empresarial

hace cosas terribles, es claro que eso me tiene sin cuidado. Por tanto, preguntarse
¿cómo me sentiría si todos los miembros de mi comunidad supieran lo que estoy
haciendo, quizás no me detendría para hacer algo.

De nuevo, entonces, podemos ver que estaríamos en mejor situación para tomar
decisiones moralmente sofisticadas utilizando una más o más de las otras
perspectivas, junto con esta perspectiva de la moral.

Por su parte, una de las grandes fortalezas de la ética basada en el cuidado mutuo
es su naturaleza compasiva, las decisiones que parecen acertadas bajo la mirada
de esta moral típicamente son las que se encaminan a proteger y a cuidar los
sentimientos de los demás. Utilizar la ética del cuidado para decidir qué hacer por
lo general nos hará tomar decisiones que perciben con gran agudeza las
necesidades de las personas involucradas en la situación.

Este enfoque hacia lo particular, sin embargo, a veces revela una cierta debilidad
de la perspectiva de la ética del cuidado. Nel Noddings nos recuerda que esta
ética rechaza en forma explícita la noción de que los principios pueden aplicarse a
muchas personas en situaciones parecidas. El problema que acarrea tratar de
universalizar los principios, según ella, es que no podemos evitar abstracciones de
la situación concreta, con lo cual podemos desatender la problemática. Por tanto,
debemos considerar cada situación específica teniendo en cuenta los factores
diferenciadores y los sentimientos de las personas involucradas.

La dificultad aquí tiene dos vertientes. En primer lugar, nos exige un trabajo
exagerado para decidir qué debemos hacer. Como no hay principios generales de
los cuales echar mano, tenemos que evaluar críticamente cada situación,
examinándola con detenimiento. Lo que, para decir lo menos, puede llevarnos
demasiado tiempo. De hecho, con alguna frecuencia resulta imposible.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 25
Módulo: Ética empresarial

En segundo lugar, existe el peligro de que la ética del cuidado sea presa del
relativismo. Como lo correcto y lo incorrecto dependen en forma tan determinante
de los detalles particulares de cada caso, es posible que no seamos capaces de
condenar alguna acción que por lo general calificaríamos de errónea. Noddings
misma admite: “Las lecciones sobre lo correcto y lo incorrecto son difíciles, no se
asimilan fácilmente si el objetivo es aprender un principio”.

Analizar las situaciones exclusivamente a la luz de esta ética puede hacernos tomar
decisiones que sobredimensionan la clemencia a expensas de la justicia. En
consecuencia, al igual que con las otras perspectivas, tendremos capacidad para
tomar decisiones más sofisticadas si utilizamos la ética del cuidado junto con uno o
más de los otros enfoques.

5. ENFOQUE DEONTOLÓGICO Y LA TEORÍA DE LA JUSTICIA

Con clara influencia kantiana, podríamos situar el enfoque de la teoría de la justicia


dentro de la tradición deontológica y contractualista. Aquí nos referimos a los
aspectos que tocan a la primera.

El pensador alemán Inmmanuel Kant15, posiblemente el pensador más importante


en el tema de la ética occidental después de Aristóteles, asegura que lo que es
correcto y lo que es incorrecto guardan estrecha relación. Esto se permite gracias
al proceso racional del ser humano. Lo correcto tiene que ver con los principios
que los seres por racionales prefieren para determinar sus comportamientos

La deontología es la ética del “deber”. Esta teoría moral plantea que una acción es
moralmente aceptable sólo cuando se realiza siguiendo los principios del deber
moral. El principio que está en la base de las acciones moralmente aceptables es el
15
KANT, Inmmanuel. Crítica de la razón práctica.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 26
Módulo: Ética empresarial

que Kant denominó el “imperativo categórico”. En síntesis, el imperativo categórico


plantea que debemos comportarnos de la misma manera en que quisiéramos que
los demás se comportaran. A esto responde ese principio básico que todos
conocemos: “no hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti”.

La primera versión del principio moral fundamental de Kant, su así llamado


“imperativo categórico”, dice que debemos decidir teniendo en cuenta que el
“principio” (algo así como la motivación) de nuestra decisión de poder
transformarse a la vez en ley universal. Tenemos que ser capaces de imaginar un
mundo en el que todos procedan como lo hacemos nosotros; si en dicho mundo
nuestra motivación se contradice a sí misma (como querer hacer trampa en un
mundo sin trampas, o prometer en un mundo sin promesas), entonces lo que
estamos pensando hacer es incorrecto. Si la motivación no es contradictoria (como
no querer hacer trampa en un mundo en que la trampa es posible) entonces es
moralmente aceptable.

La ética deontológica responde a la pregunta: ¿qué pasaría si todos los demás


hicieran lo mismo que yo?

Esta concepción de la ética en las organizaciones tiene también su fundamento en


la “teoría de la justicia” de John Rawls16, yendo contra los presupuestos utilitaristas
y de la ética concebida en términos hedonistas:

“El centro de atención de Rawls es la justicia distributiva: se trata de saber cómo se


distribuyen los derechos y deberes en las instituciones sociales, y de qué modo pueden
conseguirse las máximas ventajas para la cooperación social. Desde la perspectiva de una
denominada «posición original», puede asegurarse que los acuerdos básicos a que se llega
en un contrato social son justos en el sentido de la equidad (fairness). En dicha «posición
original» se adoptarían dos principios fundamentales: 1) asegurar para cada persona en una
sociedad derechos iguales en una libertad compatible con la libertad de los otros; 2) debe

16
RAWLS, John. Teoría de la justicia. México: Fondo de Cultura Económica. 1971.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 27
Módulo: Ética empresarial

haber una distribución de bienes económicos y sociales tal que toda desigualdad debe
resultar ventajosa para cada uno, pudiendo, además, acceder sin trabas a cualquier posición
o cargo.
Estos principios son una aplicación de una concepción más general de la justicia que Rawls
enuncia así: «Todos los valores sociales -libertad y oportunidad, ingresos y riqueza, así como
las bases sociales del respeto a sí mismo- deben distribuirse igualitariamente a menos que
una distribución desigual de alguno o de todos estos valores sea ventajosa para todos»” 17.

Esta perspectiva requiere que los líderes de las organizaciones pongan en práctica
las reglas con equidad e imparcialidad. Un gerente se valdría de la perspectiva de
la teoría de la justicia al decidir pagar a un empleado de reciente ingreso algo más
de lo pactado como el nivel más bajo, porque cree que el salario mínimo es
inadecuado para que los empleados puedan satisfacer sus obligaciones financieras
básicas.

Crítica

Al intentar criticar el modelo, se hace evidente que imponer normas de justicia


también puede tener sus pros y sus contras. Protege los intereses de aquellos que
no estén bien representados o carezcan de poder, respeta las libertades básicas y
es proclive a la igualdad de oportunidades, lo que resulta positivo. Pero pueden
alentar un sentido de derecho que podría hacer que los empleados reduzcan su
capacidad de asumir riesgos, la innovación y la productividad, lo que podría
restarle valor a esta perspectiva.

Las objeciones a esta forma de ver las cosas suelen girar alrededor de la pregunta
de ¿cómo algo que está relacionado solamente con nuestros pensamientos, y no
con nuestras emociones, puede motivarnos a actual. La conclusión de la razón no
es el deseo, por tanto, aunque lleguemos a la conclusión de que algo es lo
correcto, ¿cómo nos impulsará esto a hacerlo?
17
CORTINA, Adela. Op. Cit. Págs. 60-61.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 28
Módulo: Ética empresarial

Si consideramos las fortalezas veremos que la deontología nos brinda un principio


claro para solucionar los dilemas morales. Para la ética deontológica el principio
más importante es: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”, o
“No hagas lo que no quisieras que hicieran los demás”. Esto nos facilita remitirnos
a un principio cuando necesitemos encontrar respuestas y solucionar disputas. El
prisma de la moral deontológica también reconoce la importancia de los deberes
morales. Aunque esta manera de pensar no se valora especialmente en la
actualidad, hace tiempo que se ha convenido en que tenemos ciertos deberes
morales, tales como la honestidad, la generosidad y la lealtad. La perspectiva de la
deontología reconoce a estos principios un lugar preponderante, incluso frente a la
tendencia a despreciarlos. Y, quizás lo que es más importante, busca aplicar un
cierto patrón general a todas las personas en todos los lugares. Los principios a
través de los cuales la perspectiva de la deontología opera se consideran de
cubrimiento universal, lo que hace que todas las personas, en todos los lugares,
tengamos los mismos patrones que nos protegen contra las injusticias que
aparentemente son justificables en ciertas circunstancias o situaciones.

Por otra parte, el prisma de la moral deontológico puede ser demasiado inflexible.
Un deontologista a raja tabla diría que debemos aferrarnos a nuestros deberes, sin
importar nada más. Kant podía ser tan radical como para sostener que todos
tenemos la obligación de no mentir, aunque la vida de alguien esté en peligro.
Pero el mundo no parece funcionar siempre así: algunas reglas se hicieron para
romperlas.

Del mismo modo, el prisma de la moral deontológica parece restarle importancia a


las consecuencias de nuestras determinaciones sobre lo correcto y lo incorrecto.
De nuevo, si todas nuestras acciones se centraran solamente en nuestros deberes,
quizás no lograríamos alcanzar nuestros mejores resultados. Podríamos, por
ejemplo, tener el deber de castigar a los que no actúan correctamente, pero esto
Jaime Alberto Ángel Álvarez 29
Módulo: Ética empresarial

produciría tal infelicidad en algunos casos que el castigo llegaría a ser claramente
inadecuado.

Por último, el prisma de la moral deontológica quizás esté demasiado centrado en


las personas como agentes autónomos, sin tener en cuenta que muchas de
nuestras responsabilidades morales tienen que ver con las relaciones
interpersonales. La deontología tiende a asumir que la gente tiene iguales
oportunidades para cumplir con sus deberes. Pero como todos sabemos, hay
factores atenuantes que chocan con esta idea. Por otra parte, algunos de nuestros
deberes obedecen al hecho de que precisamente no somos agentes totalmente
libres e independientes: los deberes que tenemos para con nuestros hijos, por
ejemplo. Por éstas y otras razones, estaríamos más capacitados para tomar
decisiones morales más sabias si combináramos el prisma de la moral deontológica
con uno o más de los otros prismas.

6. ÉTICA BASADA EN LOS DERECHOS

La perspectiva a la que se hace referencia en esta parte es la ética basada en los


derechos. Desde esta escuela, se defiende la hipótesis de que la ética económica y
de los negocios, tiene su fundamento en la llamada ética cívica, por lo que se entra
a definir primero esta idea, para luego emitir un concepto sobre su enfoque, su
fundamento filosófico y los valores implicados. La discusión se centra luego en la
relación entre el sistema político, el sistema legal, la moral y los castigos. Hecho
esto, se centra la reflexión en las similitudes y diferencias entre lo ético y lo legal,
terminando con una síntesis sobre las diferentes reflexiones aquí establecidas.

El existencialismo es una corriente de carácter filosófico, elaborada durante el siglo


pasado. En esta postura filosófica encontramos uno de los antecedentes más
importantes de la ética de los derechos, corriente que podríamos encontrar
Jaime Alberto Ángel Álvarez 30
Módulo: Ética empresarial

bastante emparentada y como complemento del prisma deontológico y la teoría de


la justicia de Rawls, si bien hay que advertir que la postura moral de Kant y de
Sartre son diferentes, como veremos. El existencialismo y la ética de los derechos
tienen en común la importancia que le dan a un derecho fundamental: la libertad.

En términos morales, el existencialismo parte de la premisa de que el mundo, en sí


mismo, no tiene un significado y un sentido, es el hombre el que le da sentido al
mundo. El problema metafísico sobre la esencia del hombre lo resuelve Sartre
asegurando que es cada persona la que se encarga de ello, corresponde a cada
uno de nosotros encontrar el sentido de nuestra propia vida. Los seres humanos
no tienen una “esencia” diferentes a la que cada una decida. No hay principios
inherentes a la naturaleza que guíen nuestros actos.

Hay un malentendido básico que afirma que para el existencialismo no hay nada
correcto o incorrecto y por tanto cualquier cosa puede aceptarse. Sin embargo,
Jean Paul Sartre, el más famoso representante del existencialismo, nos ofrece una
profunda reflexión que puede ser muy útil para tomar nuestras decisiones. Ya que
no hay principios objetivos en el universo, cada uno debe darse cuenta de que en
cada decisión que toma está implícitamente decidiendo por todo la humanidad.
Sartre asegura que existe en el individuo la responsabilidad ante todos los seres
humanos, lo que yo no debo hacer tampoco lo debe hacer ninguna otra persona.
De aquí deriva la angustia existencial, del hecho de cargar con la enorme
responsabilidad social en cada uno de mis actos.

Si digo, por ejemplo, que no debo robar discos de un almacén, estoy afirmando
que nadie debe hacerlo. La agobiante responsabilidad que esto representa para
nosotros cada vez que debemos tomar una decisión es la fuente de nuestra
profunda angustia existencial. Pero el aceptar que tenemos profunda libertad para
escoger qué es bueno y qué es malo implica que la libertad es la base de todos los
Jaime Alberto Ángel Álvarez 31
Módulo: Ética empresarial

valores. Entonces, dice Sartre, los actos realizados por las personas de buena fe
tienen como último significado la búsqueda de dicha libertad.

Ampliar el ámbito de la libertad humana se convierte en nuestro principio guiador.


Por tal motivo, una ética existencialista filtra al mundo a través de la maximización
de la libertad de las personas. Así que la decisión correcta es la opción que mejor
expresa y sustenta la ampliación de la libertad humana, es la opción que hace a
las personas más libres.

La pregunta que guía el prisma del existencialismo es: ¿con cuál decisión propicio
que las personas sean más libres?

Por su parte, la corriente denominada ética de los derechos se preocupa por


respetar y proteger las libertades y privilegios del individuo, incluyendo los
derechos a su privacía, libertad de consciencia, libertad de expresión y ser
sometido a un juicio justo. Esto incluiría, por ejemplo, proteger los derechos de los
empleados a la libertad de expresión cuando reportan violaciones a las leyes por
parte de sus patrones. De hecho, una postura muy generalizada en la cultura de
los empresarios es que, mientras se cumplan las leyes que el Estado dicta para la
organización, por ejemplo, pagar impuestos, con ello es suficiente para ser bien o
positivamente valorado. En este caso la ética pareciera perder lugar para dar paso
sencillamente a lo legal y jurídico.

Desde el punto de vista de los derechos de la ética, se requiere la existencia de


sociedades democráticas y pluralistas. Un tipo de sociedad autocrática o dictatorial,
políticamente hablando, no puede ser escenario para el respeto de los derechos
del ciudadano. Por ello, sostenemos que los derechos forman parte de la ética
cívica y ellos se concretan en tres generaciones:
Jaime Alberto Ángel Álvarez 32
Módulo: Ética empresarial

“En efecto, la idea de libertad es la que promueve los derechos de la llamada primera
generación, es decir, los derechos civiles y políticos, que resultan inseparables de la idea de
ciudadanía. Es el liberalismo de los orígenes, desde autores como John Locke, el que
defiende estos derechos y no ve mayor razón para crear la sociedad civil que la defensa de
tales derechos. En definitiva, el Estado no tiene más tarea que la de proteger los derechos
civiles y políticos de sus ciudadanos.
Las tradiciones socialistas, por su parte, ponen en cuestión que tales derechos puedan
respetarse si no vienen respaldados por unas seguridades materiales, y de ahí que la
aspiración a la igualdad sea la que guíe el reconocimiento de la segunda generación de
derechos: los derechos económicos, sociales y culturales. Estas dos tradiciones han sido ya
reconocidas explícitamente por las Naciones Unidas en la Declaración del año 1948.
Por lo que hace a la llamada tercera generación, que todavía no ha sido recogida en
Declaraciones internacionales, viene guiada por el valor de la solidaridad, ya que se refiere a
un tipo de derechos que no puede ser respetado si no es por medio de la solidaridad
internacional. Me refiero al derecho a la paz, o derecho a vivir en una sociedad en paz, y el
derecho a un medio ambiente sano. Ambos derechos son imposibles de respetar sin
solidaridad universal, porque aunque individuos, grupos de individuos o naciones
determinadas trataran de fomentar una convivencia pacífica y de procurar un medio
ambiente sano, sin un acuerdo y una acción internacionales es imposible alcanzar estas
metas. Ciertamente los dos derechos mencionados todavía no han sido expresamente
reconocidos en declaraciones internacionales, pero forman parte ya de la conciencia moral
social de los países con democracia liberal: forman parte de su ética cívica”. 18

Se considera, desde el marco legal y jurídico, que los principales deberes de los
administradores en Colombia son los siguientes:

 Debe actuar con la diligencia de un buen hombre de negocios.


 Debe ser leal con la empresa, anteponiendo los intereses de la firma a los suyos propios.
 Realizar los esfuerzos conducentes al adecuado desarrollo del objeto social.
 Velar por el adecuado cumplimiento de las disposiciones legales o estatutarias.
 Velar porque se permita la adecuada realización de las funciones encomendadas a la
revisoría fiscal.
 Guardar y proteger la reserva comercial e industrial de la sociedad.
 Abstenerse de utilizar indebidamente información privilegiada.
18
CORTINA, Adela. Op. Cit. Págs. 40-41.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 33
Módulo: Ética empresarial

 Dar un trato equitativo a todos los socios y respetar el ejercicio de inspección de todos
ellos.
 Abstenerse de participar por sí o por interpuesta persona en interés personal o de terceros,
en actividades que impliquen competencia con la sociedad o en actos respecto de los
cuales exista conflicto de intereses, salvo autorización expresa de la junta de socios o
asamblea general de accionistas.
 La ley contempla la acción de responsabilidad civil contra los directores de las entidades
financieras que viole a sabiendas o permite que violen las disposiciones legales y por las
pérdidas que sufran los individuos por esas infracciones.19

Siguiendo esta tónica y apoyados en la tradición contractualista de la moral, ha


surgido una corriente de analistas que defienden lo que podríamos denominar una
“teoría de los contratos sociales integradores”.

Esta perspectiva propone la combinación de enfoques empíricos (lo que es) y


normativos (lo que debería ser) en la ética de los negocios. Este punto de vista de
la ética se basa en la integración de dos “contratos": primero, el contrato social
general entre los participantes económicos que definen las reglas básicas para
hacer negocio y segundo, un contrato más específico entre miembros
determinados de una comunidad que incluye formas aceptables de
comportamiento. Las decisiones conciernen al respeto y protección de los derechos
fundamentales de las personas.

Este punto de vista de la ética en los negocios difiere de los otros, pues sugiere
que los gerentes necesitan analizar las normas éticas existentes en industrias y
corporaciones, con el fin de determinar qué es correcto y qué no. El gerente que
se ubica en esta perspectiva será proclive a la realización de códigos de ética
dentro de la organización que le sirvan de referentes morales a los trabajadores.

Crítica
19
Juntas directivas: ¿En qué se está metiendo? En: Revista la Nota económica. Número 63, 2001;
Págs. 42-43.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 34
Módulo: Ética empresarial

Del lado de las ventajas, el prisma del existencialismo reconoce la estrecha


relación entre libertad y justicia. Como regla general, cualquier cosa que maximice
la autonomía de las personas es también lo más justo.

Además, como el prisma del existencialismo está basado en la afirmación de Sartre


según la cual cuando tomamos decisiones estamos implícitamente decidiendo por
toda la humanidad, se nos recuerda que debemos escoger de manera sabia y
teniendo en cuenta el legado que estamos dejando. Las únicas verdades morales
son las humanas y solamente nuestras acciones, y no nuestras palabras, las ponen
de manifiesto. Por tanto nos corresponde a cada uno de nosotros tomar las
decisiones que maximicen la libertad humana y, al hacerlo, estamos construyendo
un legado moral del que podremos enorgullecernos tanto individual como
colectivamente.

Del lado de las desventajas no es obvio que debamos siempre tener la libertad
como nuestro mayor ideal. En muchas ocasiones, la decisión acertada parece
requerir que limitemos la libertad de los otros, especialmente cuando esos otros
son niños, pues la mayor expresión de su libertad incluiría, digamos, jugar en
medio de la calle o con cuchillos afilados. La libertad es un objetivo valioso, pero
ciertamente no es el único. La comprensión, la honestidad y la seguridad, entre
otros, pueden proporcionarnos en algunas ocasiones una mejor orientación para
decidir lo que debemos hacer.

Deberíamos también cuestionar a Sartre cuando afirma que nuestras decisiones


siempre reflejan la forma en que consideramos que toda la humanidad debería
comportarse. Como nos lo recuerda Nel Noddings, las características particulares
de la vida de cada uno son únicas. Es un error tratar de hacer abstracción total de
los hechos particulares con el fin de universalizar nuestra experiencia. Una decisión
acertada, lo es precisamente porque tiene en cuenta la especificidad de cada
Jaime Alberto Ángel Álvarez 35
Módulo: Ética empresarial

situación. El prisma del existencialismo puede hacernos pasar por alto la relación
especial que existe entre las personas en una situación particular. También, como
se cimienta tan profundamente en la expresión activa, tiende a atropellar los
sentimientos de las personas, especialmente de quienes evitan manifestarlos
abiertamente. Teniendo esto en cuenta, parece evidente que nuestras decisiones
morales serán más sabias si además del prisma del existencialismo utilizamos otras
perspectivas.

Analizando, el aspecto positivo de la perspectiva de los derechos es que protege la


libertad y privacía de los individuos. Pero tiene un aspecto negativo en las
organizaciones. Puede presentar obstáculos a la alta productividad y eficiencia al
crear un clima de trabajo que está más preocupado por proteger los derechos del
individuo que por realizar el trabajo.

La crítica más radical para quienes equiparan y confunden la ética de las


organizaciones con el derecho, se centra en que: uno, quien promulga el mandato
y exige su cumplimiento en el derecho es el cuerpo legislativo, legitimado para
ello, mientras que en la moral lo hace la propia persona; dos, los destinatarios del
mandato en el mundo del derecho son los miembros de la comunidad política y en
la moral es la persona de cada hombre; tres, quien lo infringe tiene que responder
ante los tribunales en el mundo del derecho, mientras que en la moral se responde
ante sí mismo; y, cuatro, se puede esperar obediencia de los obligados por el
pacto político en el derecho, mientras que en la moral se espera obediencia de
todas las personas.

Síntesis

Los estudios han demostrado que la mayoría de las personas de negocios y líderes
de las organizaciones sigue manteniendo actitudes utilitarias hacia el
Jaime Alberto Ángel Álvarez 36
Módulo: Ética empresarial

comportamiento ético. Esto no debe ser una sorpresa total, ya que el utilitarismo
es consistente con metas como la eficiencia, la productividad y las altas utilidades.
Al maximizar las utilidades, por ejemplo, un ejecutivo puede argumentar que está
obteniendo el mayor bienestar para el número más grande.

Considerando lo cambiante del mundo de la organización y la dirección, esta


perspectiva debe modificarse. Ya que el utilitarismo tiende a minimizar la
satisfacción del individuo y los intereses minoritarios en beneficio de la mayoría,
nuevas tendencias hacia los derechos individuales y la justicia social significan que
los gerentes necesitan normas éticas basadas en criterios no utilitarios. Esto es un
reto evidente para el gerente actual, porque tomar decisiones incluye un número
mucho mayor de ambigüedades que usar criterios utilitarios como los efectos en la
eficiencia y las utilidades. El resultado, por supuesto, es que los gerentes se
encuentran en una lucha constante con dilemas éticos cada vez más numerosos.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 37
Módulo: Ética empresarial

Variables que afectan la ética en la


organización

La dirección general puede hacer ciertas cosas si piensa en serio en cuanto a la


reducción de prácticas no éticas en su organización. Puede tratar de seleccionar
individuos con elevadas normas éticas, establecer códigos de ética y reglas para
las decisiones, predicar con el ejemplo, delinear las metas de trabajo y
proporcionar entrenamiento ético. En lo individual, estas acciones probablemente
no tengan un impacto significativo, pero cuando todas, o la mayor parte de ellas,
son puestas en práctica como parte de un programa amplio, tienen el potencial de
mejorar significativamente el clima ético de una organización. El término clave, sin
embargo, es potencial. No hay garantías de que un programa bien diseñado
conducirá a los resultados deseados. Dow Corning, por ejemplo, ha sido
reconocida desde hace tiempo como una pionera en ética corporativa y su
programa ético ha sido citado como uno de los más elaborados corporativamente
en los Estados Unidos. Sin embargo, esto no le impidió cumplir cubrir y
malinterpretar los resultados de estudios sobre sus injertos de siliconas para los
senos.

Examinemos enseguida las diversas variables que influyen en la ética de un


gerente. Estas variables que inciden en que un gerente actúe en forma ética o
antitética resulta de una interacción compleja entre la etapa del desarrollo moral
del gerente y distintas variables moderadoras que incluyen: etapa del desarrollo
moral, características individuales, variables estructurales de las empresas, la
cultura organizacional, la intensidad del problema ético, reglamentaciones y
enseñanza de la ética y los valores.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 38
Módulo: Ética empresarial

Analicemos la forma como estas variables pueden interferir en la resolución de los


dilemas éticos en la gestión gerencial. Las personas que carecen de un fuerte
sentido moral son menos propensas a hacer cosas malas si se les restringe con
reglas, políticas, descripciones de puesto o normas culturales poderosas que
desaprueben tales comportamientos. A la inversa, individuos muy moralistas
pueden corromperse por una estructura y cultura organizacional que permita o
aliente prácticas carentes de ética. No obstante, es más probable que los gerentes
tomen decisiones éticas sobre cuestiones en las que participa una elevada
intensidad moral.

Veamos más de cerca los diversos factores que influyen en si los gerentes se
comportan con ética o con falta de ella. Básicamente tenemos un paquete de
variables que tienen que ver con lo personal y otras variables que se ajustan a lo
social y empresarial.

1. FACTORES PERSONALES

1.1. Etapa del desarrollo moral

Investigaciones desarrolladas20 confirman la existencia de tres niveles de desarrollo


moral en los individuos, cada uno integrado por dos etapas. En cada etapa
sucesiva, el juicio moral de un individuo se vuelve cada vez menos dependiente de
las influencias externas, es decir, conforme se avanza en los niveles o etapas de
desarrollo moral, el sujeto gana en autonomía y evoluciona moralmente. Veamos a
continuación los tres niveles y las seis etapas del desarrollo.

20
KOHLBERG, Lawrence. Moral Stages and Moralization: The Cognitive – Developmental
Approach. En T. Lickona, editor, Moral Development and Beavior: Theory, Research, and
Social Issues. New York, Holt, Rinehart & Winston, 1976, págs. 34-35.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 39
Módulo: Ética empresarial

1.1.1. Nivel pre-convencional: El primer nivel se denomina pre-convencional. A


este nivel, los individuos responden a nociones del bien y del mal cuando hay
consecuencias personales involucradas, como un castigo físico, una recompensa o
un intercambio de favores. Influido exclusivamente por el interés personal, las
decisiones se toman en términos de beneficio propio según se definen las
recompensas y castigos que provienen de diferentes tipos de comportamiento. Los
principios que sigue un individuo en este nivel son:

 Adherirse a las reglas y evitar castigo físico.

 Seguir las reglas sólo cuando sean de interés inmediato.

1.1.2. Nivel convencional: El razonamiento a nivel convencional indica que los


valores morales consisten en mantener el orden convencional y las expectativas de
otros. Influido por las expectativas de los demás, comprende obediencia a la ley,
respuesta a las expectativas de otras personas importantes y un sentido general
de qué es lo que debe esperarse. Los principios que sigue un individuo en este
nivel son:

 Cumplir con lo que se espera por las personas cercanas a usted.

 Mantener el orden convencional al cumplir las obligaciones que usted haya aceptado.

1.1.3. Nivel de principios: Al nivel de principios, los individuos hacen un claro


esfuerzo por definir principios morales aparte de la autoridad de los grupos a los
que pertenecen o la sociedad en general. Si bien están influidos por principios
éticos personales de lo que es correcto, esto puede o no estar de acuerdo con las
reglas y leyes de la sociedad. Los principios que sigue un individuo en este nivel
son:
Jaime Alberto Ángel Álvarez 40
Módulo: Ética empresarial

 Valorar los derechos de otros y sostener valores y derechos no relativos sin importar la opinión
de la mayoría.

 Siguiendo principios éticos decididos por uno mismo, aun cuando violen la ley.

En síntesis, la investigación sobre estas etapas o niveles nos permite llegar a varias
conclusiones. En primer lugar, las personas avanzan por las seis etapas una a
una. Gradualmente, avanzan como una escalera, etapa por etapa. En segundo
lugar, no existe una garantía de desarrollo continuado. El desarrollo puede
terminar en cualquier etapa. Tercero, casi todos los adultos se encuentran en las
cuatro etapas. Se limitan a obedecer las reglas y están predispuestos a
comportarse con ética. Por ejemplo, un gerente de etapa tres probablemente
tomará decisiones que reciban la aprobación de sus iguales; un gerente de etapa
cuatro buscará ser un buen ciudadano corporativo al tomar decisiones que
respeten las reglas y procedimientos de la organización; y un gerente de etapa
cinco, tal vez desafíe las prácticas de la organización que considere que están
equivocadas. Muchos de los esfuerzos recientes de las universidades por elevar la
percepción de las normas éticas de los estudiantes se enfocan en ayudarlos para
avanzar al nivel de principios.

1.2. Características individuales

Toda persona entra a una organización con una serie de valores firmemente
establecidos. Desarrollado desde los primeros años de un individuo (de los padres,
maestros, amigos y otros), estos valores representan convicciones básicas acerca
del bien y del mal. De esta manera los gerentes de una organización con
frecuencia tienen valores personales muy diferentes. Observemos que aun cuando
los valores y la etapa del desarrollo moral puedan parecer similares, no lo son. Los
Jaime Alberto Ángel Álvarez 41
Módulo: Ética empresarial

primeros son amplios y cumplen una serie de cuestiones, en tanto que los últimos
son específicamente una medida de independencia de influencias externas.

También se ha determinado que hay dos variables de personalidad que influyen en


las acciones de un individuo de acuerdo con sus creencias de lo que es correcto e
incorrecto: fuerza de ego y locus de control.

1.2.1. Fuerza de ego: La fuerza de ego es una medida de personalidad de la


fortaleza de las convicciones de una persona. Las personas que obtienen una alta
calificación en fuerza de ego podrán resistir impulsos y seguir sus convicciones en
mayor grado que aquellas que tienen una fuerza de ego baja. Esto es, los
individuos con alta calificación en fuerza de ego harán muy probablemente lo que
consideran que es correcto. Esperaríamos que los gerentes con alta fuerza de ego
demuestren más consistencia entre sus juicios morales y la acción moral que
aquellos con una fuerza de ego baja. Por ejemplo, Doug Thorn es un joven
fotógrafo de la naturaleza que libra una campaña corporativa con el fin de salvar
de que sea derribado un antiguo bosque de California en el condado Humboldt.
Thorn es un buen ejemplo de un individuo con alta fuerza de ego.

1.2.2. Locus de control: El locus de control es un atributo de personalidad que


mide el grado en el que las personas creen que son dueñas de su propio destino.
Las personas con un locus de control interno creen que tienen control sobre su
destino mientras que las que tienen un locus de control externo creen que los que
les ocurre en la vida se debe a la suerte o al azar. Desde una perspectiva ética, los
externos no tomarán responsabilidad personal por las consecuencias de su
comportamiento y dependerán más de fuerzas externas. Los internos tal vez
asuman la responsabilidad por sus consecuencias y dependerán de sus propios
estándares del bien y del mal interno para guiar su comportamiento. Los gerentes
del locus de control interno probablemente demostrarán mayor consistencia entre
sus juicios morales y acciones morales que los gerentes “externos”.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 42
Módulo: Ética empresarial

2. FACTORES SOCIALES Y EMPRESARIALES

2.1. Variables estructurales de la empresa

El diseño estructural de una organización ayuda a conformar el comportamiento


ético de sus gerentes.

Algunas estructuras proporcionan una fuerte guía, en tanto que otras sólo crean
ambigüedad para los gerentes. Los diseños estructurales que minimizan la
ambigüedad y que continuamente recuerdan a los gerentes lo que es “ético”,
probablemente impulsarán un comportamiento ético.

Las reglas y los reglamentos formales reducen la ambigüedad. Las descripciones


de puesto y códigos de ética escritos son ejemplos de guías formales que
promueven un comportamiento consistente.

La investigación sigue mostrando, sin embargo, que el comportamiento de los


superiores es la influencia más fuerte en el comportamiento ético o no ético de un
individuo. Las personas observan lo que hacen quienes detentan la autoridad y lo
usan como una marca de comparación para prácticas aceptables y lo que se
espera de ellas.

Algunos sistemas de evaluación de desempeño hacen énfasis exclusivo en los


resultados. Otros evalúan medios y fines. Cuando los gerentes son evaluados sólo
por sus resultados, habrá una creciente presión para hacer “lo que sea necesario”
para mostrar una buena imagen en las variables de resultados.
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Módulo: Ética empresarial

Estrechamente relacionada con el sistema de evaluación del desempeño está la


forma como se asignan las recompensas. Cuanto más dependan las recompensas
o los castigos de los resultados de metas específicos, mayor presión habrá sobre
los gerentes para que hagan lo que deban hacer para alcanzar esas metas y tal
vez comprometer sus normas éticas.

Las estructuras también difieren en la cantidad de tiempo, competencia, costo y


presiones similares colocadas sobre los ocupantes del puesto. A mayor presión, es
más probable que los gerentes lleguen a comprometer sus normas éticas.

Cuando la evaluación de desempeño sólo hace énfasis en los resultados


económicos, los fines empezarán a justificar los medios. Si una organización quiere
que sus gerentes mantengan normas altas éticas, debe incluir esta dimensión en
su proceso de evaluación. Por ejemplo, la apreciación anual de un gerente podría
incluir una evaluación, punto por punto de cómo se apegaron sus decisiones al
código de ética de la compañía a los criterios económicos más tradicionales. No
está por demás decir que si el gerente tiene una buena presentación en los
criterios económicos, pero es calificado bajo en conducta ética, es necesario tomar
la acción debida.

2.2. Cultura organizacional

El contenido y la fortaleza de la cultura de una organización es otra variable que


determina el comportamiento ético en las empresas.

La cultura organizacional que con mayor probabilidad provoque normas éticas


altas, será aquella que tenga una calificación alta en tolerancia a los riesgos
control y tolerancia a los conflictos. Los gerentes de una cultura como ésa son
alentados a ser emprendedores e innovadores, están conscientes de que las
prácticas carentes de ética serán descubiertas y se sentirán libres de desafiar
Jaime Alberto Ángel Álvarez 44
Módulo: Ética empresarial

abiertamente demandas u expectativas que consideran no realistas o no deseables


en lo personal.

Una cultura organizacional fuerte ejercerá mayor influencia sobre los gerentes que
una débil. Si la cultura es fuerte y apoya normas éticas altas, debe tener una
influencia muy poderosa y positiva sobre el comportamiento ético de un gerente.

Por ejemplo, johnson & johnson tiene una cultura fuerte que desde hace mucho
insiste en las obligaciones corporativas con los clientes, los empleados, la
comunidad y sus accionistas, en ese orden. Cuando se descubrió medicamento
Tylenol envenenado en los anaqueles de las tiendas de Estados Unidos en 1982 y
1986, los empleados de johnson & johnson, que fabrica el Tylenol, retiraron por su
cuenta el producto de las tiendas en todo Estados Unidos antes de que la empresa
misma emitiera una declaración relativa a las alteraciones. Nadie tuvo qué decir a
estos individuos lo que era moralmente correcto, supieron de antemano lo que la
compañía esperaba de ellos. En una cultura organizacional débil, es muy probable
que los gerentes dependan de normas subculturales como una guía de
comportamiento. Los grupos de trabajo y las normas departamentales ejercerán
una fuerte influencia en el comportamiento ético de organizaciones que tienen una
cultura general débil.

2.3. Intensidad del problema

Un estudiante que nunca consideraría la posibilidad de introducirse en la oficina de


un maestro para robarle un examen de contabilidad, no piensa dos veces en pedir
a un amigo que tomó el mismo curso de contabilidad con el mismo profesor el año
anterior que le informe qué preguntas estaban en ese examen. De manera similar,
un ejecutivo podría no dar importancia al hecho de llevarse a casa algunos
artículos de oficina y sin embargo se preocuparía grandemente por la posibilidad
de que alguien robe los fondos de la empresa.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 45
Módulo: Ética empresarial

Estos ejemplos ilustran otro factor que afecta el comportamiento ético de un


gerente: las características del problema ético mismo. Se han identificado como
importantes seis características para determinar la intensidad de un problema:

 ¿Qué tan grande será el daño o beneficio que se hará a las víctimas o beneficiarios del acto
ético en cuestión? Ejemplo: un acto que deja a 1.000 personas sin trabajo es más dañino que
uno que afecte a sólo 10 personas.

 ¿Qué tanto consenso existe de que el acto es malo o bueno? Ejemplo: más estadounidenses
están de acuerdo en que es malo sobornar a un oficial de aduanas en Texas, que los que
aceptan que es malo sobornar a un funcionario de aduanas en México.

 ¿Cuál es la probabilidad de que el acto se dé en realidad y de que cause el daño o el beneficio


previsto?. Ejemplo: vender un arma a un ladrón reconocido tiene mayores probabilidades de
daño que vender un arma a un ciudadano que cumple con la ley.

 ¿Cuál es el lapso de tiempoentre el acto en cuestión y sus consecuencias esperadas?. Ejemplo:


reducir los beneficios de retiro de los jubilados actuales tiene consecuencias inmediatas más
elevadas que reducir los beneficios de retiro de los empleados actuales cuyas edades fluctúan
entre los cuarenta y cincuenta años.

 ¿Qué tan próximas considera (social, psicológica o físicamente) a las víctimas (o beneficiarios)
del acto malo (o benéfico) en cuestión? Ejemplo: despidos en nuestra propia unidad de trabajo
nos afectan más que en una ciudad lejana.

 ¿Qué tan grande es el efecto concentrado del acto ético en las personas afectadas? Ejemplo:
un cambio en la póliza de garantía que cubre a 10 personas con reclamaciones de 10.000
dólares cada una tiene un efecto más concentrado que un cambio que niegue cobertura a
10.000 personas con reclamaciones de 10 dólares cada una.

Analizando y siguiendo estas guías, cuanto mayor sea el número de personas


perjudicadas, mayor será el consenso de que el acto es malo; mientras más alta
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Módulo: Ética empresarial

sea la probabilidad de que el acto ocurra y cause daño, más corto será el tiempo
para que surjan las consecuencias del acto; y mientras más próximo se sienta el
observador con las víctimas del acto, mayor será la intensidad el problema. En
suma estos seis factores determinan la importancia de un problema ético. Y
debemos esperar que los gerentes se comporten con mayor ética cuando un
problema moral les es importante que cuando no lo es.

2.4. Reglamentaciones gubernamentales

Para que los códigos de ética puedan ser eficaces, es necesario que se tomen
medidas que garanticen su cumplimiento. Los administradores que incurran en
prácticas inmorales deben ser hechos responsables de sus acciones. Esto significa
que se les deben retirar privilegios y servicios y aplicar sanciones. Aunque no es
fácil hacer cumplir códigos de ética, la sola existencia de éstos puede alentar la
adopción de una conducta ética gracias a una definición más clara de las
expectativas. Por otra parte, no se puede esperar que los códigos de ética
resuelvan por sí solos todos los problemas. De hecho, pueden generar una falsa
sensación de seguridad. El eficaz cumplimiento del código implica un
comportamiento ético consistente y el apoyo de la alta dirección.

2.5. Nivel de entrenamiento ético y en los valores

Otro factor que puede contribuir a la formación de normas éticas es la enseñanza


de la ética y los valores tanto en las empresas como en escuelas de negocios y
universidades. La Harvard Business School (Escuela de administración de Harvard)
ha merecido severas críticas de su propio rector, Derek BO, por no enseñar valores
humanos. Con la ayuda de ejecutivos de empresas, esta institución contrató al
decano Jhon Mc Arthur y a miembros del profesorado especializados en la
enseñanza de la ética para darle a la escuela una nueva dirección. En el nuevo
plan de estudios se restó importancia a los aspectos financieros y se hizo énfasis
Jaime Alberto Ángel Álvarez 47
Módulo: Ética empresarial

en las habilidades y conductas éticas de los individuos. Dado que Harvard cuenta
con una gran cantidad de egresados de elevadas calificaciones, quienes suelen
ocupar puestos administrativos de alto nivel, se esperaba como resultado que esta
acción diera una conciencia más aguda de la dimensión ética de la administración.

La necesidad de una conducta más ética ha sido puesta en evidencia por casos
muy sonados. Saul Guellerman examinó tres en gran detalle: el de Manville
Corporation, que aparentemente ocultó el riesgo real de asbesto; el de Continental
Illionois Bank, algunos de cuyos administradores malinterpretaron el interés
general de la empresa, y el de E.F. Hutton and Company, la cual se declaró
culpable de haber incurrido en fraude postal y telegráfico.

A la luz de su análisis, Guellerman hizo sugerencias como las siguientes:

 Ofrecer lineamientos clásicos de conducta ética.


 Impartir formalmente, en cursos y escuelas de negocios, lineamientos éticos y explicar su
importancia.
 Abstenerse de actuar en situaciones ambiguas que puedan implicar cuestionamientos
éticos.
 Instaurar controles, como el establecimiento, por ejemplo, de una agencia auditora que
deba rendir informes a directores externos, para la detección de actos ilegales o inmorales.
 Realizar con frecuencia auditorias no previstas.
 Castigar ejemplarmente a los infractores y hacerlo público para disuadir a los demás.
 Insistir regularmente en que la lealtad a la compañía no es excusa para incurrir en
conductas o acciones impropias.

Cada vez es mayor el número de organizaciones que imparte seminarios, talleres y


programas de entrenamiento en cuestiones éticas para tratar de mejorar el
comportamiento ético. Cálculos recientes indican que el 33% de las compañías
proporcionan algún entrenamiento ético. Pero estos programas de entrenamiento
no dejan de provocar controversias. El debate principal es si en realidad se puede
Jaime Alberto Ángel Álvarez 48
Módulo: Ética empresarial

enseñar la ética. Los críticos, por ejemplo, insisten en que el esfuerzo es inútil ya
que las personas establecen su propio sistema de valores desde que son muy
jóvenes. Sus defensores, sin embargo, señalan que diversos estudios han
determinado que los valores pueden aprenderse después de la primera infancia.
Además, citan evidencia que demuestra que la enseñanza de solución de
problemas éticos puede ser una diferencia real en los comportamientos éticos; que
el entrenamiento ha incrementado el nivel de desarrollo moral de los individuos y
que, si no hace algo más, el entrenamiento en la ética incrementa la percepción de
los problemas éticos en los negocios.

¿Cómo se enseña la ética?. Examinemos de qué manera se hace una organización


grande: Citicorp. Allí, como parte del programa del entrenamiento, corporativo
ético y comprensivo de la compañía, los gerentes participan en un juego que les
permite practicar su comprensión de las normas éticas de la compañía. Los
participantes ponen señalamientos en un tablero de juego cuando contestan de
forma correcta las preguntas de opción múltiple que se les presentan en tarjetas.
Cada tarjeta plantea un dilema ético que un empleado bancario podía encontrar.
Conforme avanza el juego, los participantes son “promovidos”, pasan de ser
empleados de reciente ingreso a supervisores y, finalmente a gerentes.

Por ejemplo, una tarjeta plantea: “Después de terminar un trato complicado con
un cliente japonés, él le obsequia un florero para expresarle su agradecimiento. Se
trata de una pieza clara y aceptar un regalo de este valor va claramente en contra
de la política de Citicorp. Sin embargo, regresarlo sería una ofensa para su
cliente”. Primero, ¿Regresaría usted el florero al cliente y le explicaría con
diplomacia que va en contra de la política de Citicorp aceptar regalos de sus
clientes?; segundo, ¿aceptaría el regalo porque no puede arriesgarse a ofender a
un cliente importante?; tercero, ¿aceptaría el regalo a nombre de Citicorp, lo
entregaría a la corporación como articulo decorativo para exponerlo en un área
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Módulo: Ética empresarial

pública de la oficina?; y cuatro, ¿aceptaría el regalo y lo utilizaría como una


recompensa para un empleado que demuestra excelencia en el servicio?.

¿Qué haría usted?. A propósito, a Citicorp le agrada la respuesta “tres”.

Otra tarjeta dice; “Qué pasa si el gerente de un banco de la competencia lo llama


para sugerir una colusión en tazas de interés?”. Si el participante elige “pedir una
reunión con él para discutir el asunto”, ese jugador es “despedido con causa
justificada” y debe dejar el juego.

Las secciones de entrenamiento ético proporciona algunos beneficios. Refuerzan


las normas de conducta en la organización. Son un recordatorio de que la gerencia
general quiere que sus empleados consideren las cuestiones éticas al tomar
decisiones. Aclaran qué prácticas son permisibles o no. Finalmente, cuando los
gerentes discuten preocupaciones comunes entre ellos, tendrán la seguridad de
que no están solos al enfrentar dilemas éticos. Esto puede fortalecer su confianza
cuando tengan que tomar decisiones impopulares pero éticamente correctas.

2.6. Selección de personal

Dado que los individuos se encuentran en diferentes etapas de desarrollo moral y


tienen diferentes sistemas de valores personales y personalidades, el proceso de
una selección de empleados de una empresa, por medio de entrevistas, pruebas,
verificación de antecedentes, etc., deben utilizarse para eliminar solicitantes
éticamente indeseables. Ésta no es una tarea fácil. Aun en las mejores
circunstancias, individuos con criterios del bien y el mal cuestionables, serán
contratados. Esto es de esperar y no debe presentar un problema si se cuenta con
otro tipo de controles. Pero el proceso de selección debe contemplarse como una
oportunidad para enterarse del nivel de desarrollo moral de un individuo, sus
valores personales, fuerza de ego y locus de control.
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Módulo: Ética empresarial

2.7. Nivel de liderazgo de la dirección general

Los códigos de ética requieren de un compromiso de la dirección general. ¿Por


qué?. Porque son los directores generales quienes establezcan el tono cultural. Son
modelos en términos tanto de palabra como de acción; aun cuando lo que hacen
es probablemente más importante que lo que dicen. Por ejemplo, si la dirección
general usa los recursos de la compañía para su uso personal, infla sus cuentas de
gastos o da un trato preferencial a sus amigos, implícitamente está señalando que
tal comportamiento es aceptable para todos los empleados.

La dirección general también establece el tono cultural por sus prácticas de


recompensas y castigos. La elección de quién y qué es recompensado con
incrementos de sueldo y promociones envía un fuerte mensaje a los empleados. La
promoción a un gerente por tener resultados impresionantes, de forma que
establezca dudas de carácter ético, indica a todos que esas formas dudosas son
aceptables. Cuando descubre algo hecho mal, la gerencia no sólo debe castigar al
infractor, sino publicar el hecho y hacer que los resultados sean visibles para todos
en la organización. Esto envía otro mensaje : “hacer mal tiene un precio y no va en
su mejor interés a actuar con falta de ética”.

2.8. Delineación de las metas de trabajo.

Los empleados deben tener metas tangibles y realizables. Las metas explícitas
pueden crear problemas éticos si presentan demandas no realistas a los
empleados. Bajo la tensión de metas irrealizables, empleados que en
circunstancias normales serían éticos, con frecuencia adoptan la actitud de que
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Módulo: Ética empresarial

“todo se vale”. Cuando las metas son claras y realizables, reduce las
ambigüedades, para los empleados y motivan en lugar de castigar.

2.9. Auditorias sociales independientes.

Un elemento importante del comportamiento carente de ética es el temor a ser


sorprendido. Las auditorias independientes que evalúan las decisiones y las
prácticas administrativas en términos del código de ética de la organización
incrementan la probabilidad de detectar irregularidades. Estas auditorias pueden
ser evaluaciones rutinarias realizadas regularmente de la misma manera que las
auditorias financieras o pueden ocurrir al azar sin anuncio previo. Un programa
ético efectivo tal vez deba incluir ambos procedimientos. Para mantener la
integridad, los auditores deben ser responsables ante el Consejo Directivo de la
compañía y presentar sus informes directamente al consejo. Esto no sólo da
libertad a los auditores, sino que reduce la oportunidad de represalias de parte de
aquellos a quienes se ha auditado.

2.10. Mecanismos protectores formales.

Nuestra última recomendación es en el sentido de que las organizaciones


promocionen mecanismos formales para que los empleados que enfrentan dilemas
éticos puedan hacer algo al respecto sin tremor a represalias.

Por ejemplo una organización podría designar consejeros éticos. Cuando un


empleado se enfrente a un dilema. Podría acudir a estos asesores en busca de
orientación. El papel del consejero ético sería, en primer lugar, una tabla de
resonancia, un canal para permitir que los empleados expresen abiertamente el
problema ético, la causa del problema y sus propias opciones. Después, una vez
que las opciones están claras, el asesor podría tomar el papel de abogado que
defiende las alternativas “correctas”. De hecho, según el director del centro para
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Módulo: Ética empresarial

ética en los negocios en la Universidad Bentley, alrededor del 20% de las


corporaciones ahora tienen funcionarios éticos. La organización también podría
crear un proceso de apelación especial que los empleados deberían usar sin
ponerse en riesgo para plantear problemas éticos o denunciar a los violadores.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 53
Módulo: Ética empresarial

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