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Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs)

Los AINEs forman un numeroso grupo de fármacos que comparten acciones


terapéuticas y efectos adversos, que presentan estructuras químicas muy
distintas y no necesariamente relacionadas entre sí, y que fundamentalmente
tienen en común sus propiedades analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias.
Mecanismo de acción
El mecanismo de acción de los AINES clásicos consiste en la inhibición de la
ciclooxigenasa (COX), de manera que impiden la síntesis de distintos
eicosanoides. Estos eicosanoides son los responsables en diversos grados de
los mecanismos patogénicos de la inflamación, del dolor y de la fiebre, pero
también de otros procesos fisiológicos y su inhibición, la responsable de los
principales efectos tanto terapéuticos como adversos de estos fármacos.
CICLOOXIGENASA: Enzima que acelera la formación de sustancias que
causan inflamación y dolor. Asimismo, puede hacer crecer las células
tumorales.
EICOSANOIDES: Regulan inflamaciones, regeneran tejidos y células de todo
tipo.
ÁCIDO ARAQUIDÓNICO: Es el que permite que los eicosanoides se muevan
para que puedan regular las inflamaciones.
La barrera mucosa gástrica mantiene su integridad anátomo-funcional a pesar
de la existencia de factores citoprotectores: el moco y bicarbonato (CO3H-)
gástricos, los fosfolípidos de membrana, la regeneración celular y el flujo
sanguíneo mucoso.
Las prostaglandinas (Pgs) intervienen de manera específica en los procesos
inflamatorios como mediadores biológicos, a la vez que ejercen, entre otras,
actividades biológicas en la zona gastrointestinal que van a permitir la
citoprotección.
El principal mecanismo de acción (de los AINE es la inhibición competitiva y
reversible de la enzima ciclooxigenasa (COX), encargada de la síntesis de Pgs,
que cataboliza el paso del ácido araquidónico de las membranas celulares a
endoperóxidos cíclicos (Pgs y tromboxanos).
De esta manera, los AINE no sólo inhiben la acción proinflamatoria de las Pgs
(efecto farmacológico buscado), sino que alteran de forma importante la
citoprotección gastrointestinal mediada por las Pgs y dan lugar a la aparición de
reacciones adversas en el tubo digestivo.
Un AINE será tanto más gastrolesivo cuanto más inhiba la COX-1; por tanto, el
índice COX-2/COX-1 ser á más alto. Por contra, un AINE será mejor tolerado a
nivel gastrointestinal cuanto menos inhiba la COX-1, con lo que su índice COX-
2/COX-1 será más bajo.
La investigación farmacológica actual sobre los AINE se centra precisamente
en conseguir fármacos con un índice COX-2/COX-1 cada vez más bajo para
evitar todo lo posible sus reacciones adversas gastrointestinales, aunque ello
suele conllevar también un efecto antiinflamatorio menor.
Principales efectos adversos de los AINES
Los efectos secundarios más comunes de los AINE son malestar estomacal,
acidez estomacal y náuseas. Si el medicamento causa malestar estomacal, se
puede tomar con alimento, pero si eso no ayuda hay que pedir ayuda médica
para descartar cualquier problema grave.

Los AINE pueden causar una reacción alérgica grave y desencadenar una
urticaria, hinchazón en la cara, sibilancias (respiración con silbidos) y choque.
Por seguridad, lea atentamente la etiqueta y no tome una dosis mayor de la
recetada. Tomar una dosis más alta o tomar el medicamento por más tiempo
de lo recomendado puede aumentar su riesgo de tener efectos secundarios
peligrosos.
No tome un AINE sin receta médica por más de 10 días sin hablar con su
médico.
Motivos para dejar de tomar AINE
Los AINE pueden retrasar la sanación. Si usted presenta alguna de las
siguientes señales de infección, deje de tomar la medicación:
 Aumento del dolor
 Piel caliente al tacto alrededor de la lesión o herida
 Enrojecimiento o vetas rojizas que salen de la lesión o herida
 Pus que se sigue formando en la herida
 Fiebre sin ninguna otra causa
 Ganglios inflamados por encima de la lesión o herida
Riesgos de los AINE
Los AINE pueden aumentar el riesgo de ataque cardíaco, ataque cerebral,
reacciones cutáneas y sangrado estomacal e intestinal grave. Estos riesgos
son mayores si toma los AINE en dosis más altas o durante más tiempo de lo
recomendado.
La aspirina, a diferencia de otros AINE, puede ayudar a determinadas personas
a reducir su riesgo de tener un ataque cardíaco o un ataque cerebral. Pero
tomar aspirina no es adecuado para todo el mundo, dado que puede causar
sangrado grave. Hable con su médico antes de empezar a tomar aspirina a
diario.
Hable con su médico acerca de si los AINE son adecuados para usted. Las
personas mayores de 65 años o que actualmente tienen una enfermedad
cardíaca, estomacal, renal, hepática o intestinal corren un riesgo mayor de
tener problemas. Para otras personas, los beneficios podrían superar los
riesgos.

No tome AINE si alguna vez ha tenido una reacción alérgica a algún tipo de
analgésico (medicamento para el dolor).

Si está embarazada, intentando quedar embarazada o amamantando, no tome


AINE a menos que su médico lo autorice. Pueden causar problemas con el
bebé o el parto.

Hable con su médico antes de tomar AINE si tiene:


 Úlceras o antecedentes de sangrado estomacal o intestinal.
 Dolor de estómago, malestar estomacal o acidez estomacal que perdura o
regresa.
 Anemia.
 Problemas de sangrado.
 Un hábito de tomar más de 3 bebidas alcohólicas al día. Esto aumenta su
riesgo de sangrado en el estómago.
 Presión arterial alta.
 Enfermedad renal, hepática o cardíaca.
 Cualquier afección de salud grave.
Hable con su médico antes de recurrir a AINE si toma:
 Anticoagulantes (medicamentos para prevenir la formación de coágulos
sanguíneos).
 Litio.
 Diuréticos.
 Medicamentos para la artritis o la diabetes.
 Aspirina para proteger el corazón.
 Cualquier otro fármaco.
No le dé aspirina a ninguna persona menor de 20 años debido al riesgo de
síndrome de Reye, una enfermedad poco común pero grave.

El síndrome de Reye es una enfermedad muy poco frecuente pero grave que
es más probable que se produzca en niños de menos de 15 años de edad. Se
desconoce la causa exacta, pero está relacionada con los niños que
recientemente han tenido varicela, un resfriado o gripe (influenza) y han
tomado aspirina.
La enfermedad principalmente ataca al cerebro y al hígado y puede causar
somnolencia, confusión, convulsiones, estado de coma y, en casos graves, la
muerte. Los síntomas suelen aparecer entre 3 y 7 días después de que
empieza la enfermedad viral. El síndrome de Reye no es contagioso.

Todos los niños con síndrome de Reye son tratados en la unidad de cuidados
intensivos de un hospital y la mayoría se recupera en algunas semanas. Sin
embargo, algunos niños pueden tener daño cerebral duradero. El tratamiento
temprano aumenta la probabilidad de recuperación completa.

No se deben dar aspirina ni productos a base de aspirina a nadie menor de 20


años, a menos que sean recetados específicamente por un médico. La aspirina
también se llama acetil salicilato, ácido acetilsalicílico, ácido salicílico, salicilato
o subsalicilato. Los productos a base de aspirina se encuentran en
medicamentos de venta libre, como Pepto-Bismol, Kaopectate y Alka Seltzer.

Clasificación
En función de su duración, se diferencia entre el dolor agudo y el crónico (tabla
1):

Tabla 1. Características de los dolores agudos y crónicos

Dolor agudo
Derivado de una lesión tisular.
Forma parte de los mecanismos que protegen al organismo de su destrucción.
Suele desaparecer con la curación del proceso que lo causó.
Ejemplos: posoperatorio, dolor traumático, cefaleas tensionales, odontalgias y
lumbalgia aguda.
Dolor crónico
Persiste más allá de la curación de la lesión.
A menudo es difícil establecer una alteración hística que lo justifique.
Se deben considerar dolores crónicos aquellos que cursan con brotes durante
un largo período de tiempo.
Ejemplos: migrañas, dismenorreas, dolores osteoarticulares (artritis
reumatoide, artrosis, lumbalgia crónica), dolor neuropático (neuralgia del
trigémino, neuropatía diabética, neuralgia postherpética, distrofia simpática
refleja) y fibromialgia.
Desde el punto de vista fisiopatológico se distinguen varias fases:
Dolor de fase I o dolor fisiológico o nociceptivo. Se caracteriza por estímulos
nocivos breves y una buena correlación entre el estímulo y la intensidad.
Ejemplos: dolor de pinchadas leves y estímulos térmicos sin lesión.
Dolor de fase II o dolor inflamatorio. Se caracteriza por estímulos nocivos
persistentes y poca correlación entre el estímulo y la intensidad. Ejemplos:
dolor posoperatorio, dolor traumático y dolor reumático.
Dolor de fase III o dolor neuropático. Se caracteriza por una lesión nerviosa o
central y por la ausencia de correlación entre el estímulo y la intensidad del
dolor. Ejemplos: periférico (neuropatía diabética, síndrome del túnel carpiano) y
central (dolor talámico y distrofia simpática refleja).

Fisiopatología del dolor


Se genera en las estructuras periféricas denominadas nociceptores.
Viaja al sistema nervioso central a través de las fibras aferentes primarias Aδ y
C.
Se procesa en el asta posterior de la médula espinal, donde se encuentra
sometido a influencias excitatorias e inhibidoras.
Se procesa en el encéfalo por vías específicas, principalmente la
espinotalámica.
Los estímulos llegan al tálamo y posteriormente hasta la corteza
somatosensitiva.
Existe una modulación encefálica por diferentes áreas cerebrales.
A partir del mesencéfalo y de los núcleos del rafe existen vías inhibitorias que
se proyectan hacia la médula.
El estímulo persistente causa cambios plásticos en las neuronas nociceptivas
que podrían estar implicadas en el mantenimiento del dolor crónico.
Tratamiento farmacológico
La vía oral es siempre la de elección.
Las formas de liberación sostenida son útiles en el dolor crónico.
Las formas efervescentes y las líquidas suelen dar lugar a concentraciones
plasmáticas adecuadas con más rapidez que las formas sólidas.
Se debe recordar que la tolerancia oral de los AINE mejora con la ingesta de
alimentos y reduce los trastornos gastrointestinales.
La vía parenteral es útil en caso de intolerancia oral o cuando sea preciso un
efecto rápido.
La vía rectal presenta una absorción más inexacta en comparación con otras
vías.
La vía tópica basada en el uso de parches es conveniente en el dolor crónico.
En el caso de los AINE tópicos, se puede considerar que su eficacia es limitada
y depende de la correcta realización del masaje.
Los analgésicos se clasifican en primarios, secundarios y coadyuvantes.

Analgésicos primarios
Los analgésicos primarios tienen como efecto farmacológico principal aliviar el
dolor. Son de amplio espectro, es decir, útiles en numerosos tipos de dolor. Se
distinguen tres tipos:

Analgésicos-antitérmicos puros: paracetamol.


Analgésicos-antiinflamatorios (AINE): ácido acetilsalicílico (AAS), ibuprofeno,
iCOX selectivos (celecoxib y rofecoxib). Los AINE actúan bloqueando el enzima
ciclooxigenasa (COX) e impidiendo la síntesis de prostanoides (prostaglandinas
y tromboxanos). La COX tiene tres isoenzimas: COX-1, COX-2 y COX-3. LOS
AINE bloquean de forma diferencial los tres isoenzimas lo que condiciona sus
propiedades farmacológicas.
Opioides: agonistas puros de los receptores opioides (morfina, codeína,
metadona, fentanilo), parciales (buprenorfina), agonistas-antagonistas
(pentazocina) y mixtos (tramadol). Efectos indeseables:
Frecuentes: náuseas, vómitos, estreñimiento, sedación, miosis y picor.
Se presenta tolerancia por: analgesia, náuseas, vómitos, sedación y depresión
respiratoria.
No se presenta tolerancia por: miosis y estreñimiento.
Debido a estos efectos indeseables, se recomienda la administración de
antieméticos al inicio del tratamiento y de laxantes en tratamientos de media y
larga duración.
Se debe recordar que la tolerancia oral de los AINE mejora con la ingesta de
alimentos y así se consigue reducir los trastornos gastrointestinales
Analgésicos secundarios
Los analgésicos secundarios tienen otras indicaciones, pero pueden disminuir
algún tipo de dolor específico. Son de espectro reducido y los hay de varios
tipos:

Antidepresivos: amitriptilina y clorimipramina.


Antiepilépticos: carbamazepina, lamotrigina,
Relajantes musculares: diazepam, tetrazepam y gabapentina y topiramato.
Están indicados en el ciclobenzaprina (antidepresivo tricíclico empleado
tratamiento del dolor que tiene un origen como relajante muscular). neurógeno
o neuropático. El mecanismo
Anestésicos locales: lidocaína y prilocaína. fundamental de acción de los
antiepilépticos, en los síndromes neurógenos, es su acción sobre el sistema
Los coadyuvantes o auxiliares se administran de propagación de la descarga
neuronal, ya que al conjuntamente con los analgésicos primarios y/o bloquear
los canales de Na dependientes del voltaje secundarios para potenciar sus
efectos analgésicos o estabilizan la membrana neuronal y suprimen la para
contrarrestar sus efectos indeseables. Se emplean: hiperexcitabilidad neuronal
anómala.
Corticoides.
Psicofármacos: neurolépticos, ansiolíticos y anfetaminas.
Vasodilatadores: antagonistas del calcio.
Corticoides.
Vasoconstrictores: derivados ergóticos.
Antieméticos y laxantes.
La escalera analgésica de la OMS
Se diseñó inicialmente para combatir el dolor oncológico. Sin embargo, en la
actualidad se utiliza en la mayoría de pacientes que presentan dolor. Consiste
en una graduación progresiva de la terapéutica analgésica de acuerdo con la
respuesta obtenida por el paciente. Implica el empleo inicial de paracetamol y
AINE, para pasar después a las asociaciones con opioides menores (codeína,
etc.) y posteriormente a los opioides mayores (morfina, etc.).
CONSEJOS DESDE LA FARMACIA
La elección de un analgésico para el tratamiento de la sintomatología dolorosa
debe realizarse siempre de modo individualizado. Es necesario preguntar al
paciente una serie de cuestiones que permitirán seleccionar el medicamento
publicitario más adecuado y proporcionar consejo sanitario. Por ejemplo: ¿Qué
síntomas presenta?

¿Cuándo comenzaron?
¿Dónde se localizan?
¿Cuál es su intensidad?
¿Está tomando algún medicamento?
¿Tiene alguna enfermedad?
En relación con la posología conviene:

Establecer con claridad la posología eficaz y la máxima posible.


Considerar la administración a demanda o pautada.
Determinar el intervalo de administración.
Aconsejar cuándo y cómo tomar los analgésicos.
Supervisar la duración del tratamiento. Respecto a las interacciones
farmacológicas, el consejo farmacéutico debe ir encaminado a:
Averiguar los fármacos de prescripción y los de autoprescripción (incluidos los
productos fitoterapéuticos) que toma el paciente.
Desaconsejar la administración de medicamentos sin control médico previo.
Desaconsejar totalmente el consumo de alcohol conjuntamente con la toma de
opioides. Sobre las contraindicaciones, desde la oficina de farmacia habrá que:
Asegurarse de que las condiciones fisiológicas o patológicas del paciente no
son una limitación al tratamiento.
Aconsejar sobre las situaciones de precaución (conducción de vehículos o
manipulación de máquinas peligrosas).
Determinar si existen antecedentes que puedan restringir su uso (alergias). El
farmacéutico también puede orientar sobre las precauciones de uso:
Aconsejar cómo, cuándo y durante cuánto tiempo deben tomarse los
medicamentos.
Supervisar el establecimiento de medidas o medicación coadyuvante
(protectores gástricos, antieméticos, laxantes, etc.)
Detectar la presencia de reacciones adversas o de falta de respuesta
terapéutica. Finalmente, es conveniente que desde la farmacia se detecten las
situaciones que aconsejan la visita médica, se deriven los pacientes al médico
cuando se sospecha la existencia de enfermedad grave, evitar la
automedicación y que los padres mediquen por su cuenta a los niños
pequeños.

Analgésicos relevantes
Se describen a continuación los detalles sobre dosificación, posología y
precauciones de los analgésicos de uso más habitual.

Ácido acetilsalicílico (AAS) y derivados (salicilatos). La dosis oral para adultos


es de 500 mg cada 4 h. No se debe administrar en caso de úlcera duodenal,
asma, problemas de coagulación sanguínea, últimas semanas de embarazo,
niños menores de 12 años con infección vírica o lactantes (se excreta en la
leche materna).
Paracetamol. No es un AINE y es el analgésico más utilizado en el mundo. En
los territorios de influencia anglosajona se conoce como acetaminofeno. La
dosis por vía oral en adultos es de 325-650 mg cada 4 h. La dosis oral infantil
es de 20-40 mg/kg/día. Es de elección en pacientes que siguen un tratamiento
anticoagulante, ya que no altera la síntesis de protrombina ni la agregación
plaquetaria, así como en ulcerosos y en pacientes renales. Es el analgésico y
antipirético infantil ya que no causa síndrome de Reye. No se debe administrar
en caso de insuficiencia hepática y/o renal y no se deben superar los 4 g
diarios.
Ibuprofeno. En adultos, por vía oral, la dosis más frecuente es de 600-1.200 mg
repartidos en varias tomas, y no se recomienda superar los 1.200 mg diarios.
La dosis oral infantil es de 10 mg/kg/6 h con las comidas. No se debe
administrar a pacientes que presenten úlcera duodenal, asma, problemas de
coagulación o en el último trimestre de embarazo.
Metamizol. Es un derivado pirazolónico que actúa impidiendo la formación de
prostaglandinas, ya que inhibe la enzima ciclooxigenasa. Es analgésico y
antipirético, con un débil efecto antiinflamatorio. Está indicado en el tratamiento
de dolor agudo. La dosis oral en adultos es de 575 mg cada 6-8-12 h. La dosis
parenteral suele ser de 2 g cada 8 h. No se debe administrar en los siguientes
casos: porfiria (trastorno del metabolismo de los pigmentos sanguíneos que
forman parte de la hemoglobina), deficiencia de la enzima glucosa 6-
fosfatodeshidrogenasa y antecedentes de anemia aplástica o agranulocitosis
(disminución del número de glóbulos blancos en sangre).
Tramadol. Es un fármaco agonista de los receptores opioides que también
actúa sobre las vías serotonínicas. De acción central, actúa sobre las células
nerviosas específicas de la médula espinal y del cerebro. Está indicado en el
tratamiento del dolor de intensidad moderada a severa. La dosis oral en adultos
suele ser de 50 a 100 mg cada 6-8 h. La forma retard se inicia con tratamientos
de 50-100 mg cada 12 h y se puede aumentar hasta 150-200 mg cada 12 h,
dependiendo de la intensidad del dolor. La dosis inyectable en adultos es
inicialmente de 100 mg, pudiéndose administrar durante la hora posterior 50
mg cada 10-20 min, sin sobrepasar una dosis total de 250 mg. Posteriormente
de 50 a 100 mg cada 6-8 h. No se debe administrar en casos de insuficiencia
hepática grave y de epilepsia no controlada con tratamiento.

¿Cómo actúan? Bloquean una enzima (ciclooxigenasa) que facilita una


reacción química
en el cuerpo fundamental para la formación de sustancias que pueden producir
inflamación.
Estas sustancias, llamadas prostaglandinas, además de producir inflamación
tienen otros
efectos, incluyendo la protección contra el ácido del estómago, la llegada de
sangre al
riñón, etc. La alteración de estas otras funciones explica los efectos
secundarios de los
AINE.
Los más comunes son las alteraciones gastrointestinales (leve molestia
abdominal después
de tomar la medicación hasta dolor intenso y hemorragia digestiva). Estos
efectos son
menores en los niños que en adultos, y se puede reducir tomando la
medicación con
comida.
Los AINEs también pueden producir una elevación leve de las enzimas del
hígado (las
transaminasas). Este efecto secundario es muy infrecuente excepto cuando se
utiliza
aspirina. Los AINEs también pueden afectar la coagulación sanguínea y es la
aspirina el
AINE que mayor efecto presenta sobre la coagulación. Esta cualidad lo hace
útil en el
tratamiento de enfermedades en las que hay un mayor riesgo de trombosis
(formación de
coágulos sanguíneos dentro de los vasos).
Existen múltiples AINEs, siendo los más utilizados el naproxeno y el
ibuprofeno. No es
adecuado utilizar al mismo tiempo la combinación de dos AINEs. Es cierto que
un AINE
puede ser más eficaz que otro en un paciente determinado. Como muchas
veces se deberán

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