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OPERACIONES
INVOLUCRADAS
INTRODUCCIÓN
La presente ponencia se enmarca en la línea de investigación que desarrollamos desde el año 2003
en el Área Organización y Estructura del Instituto de Administración de Empresas de la Facultad de
Ciencias Económicas y en la Facultad de Psicología, ambas de la Universidad Nacional de Córdoba.
Partimos de una matriz interdisciplinaria para abordar el fenómeno organizacional y administrativo
asumiendo una perspectiva pragmática discursiva. En particular en este trabajo proponemos
diferentes categorías de análisis del fenómeno de la consultoría, producto de la aplicación de
conceptos claves desarrollados en nuestra línea de investigación, cuales son los conceptos de
procesos de saber como materiales significantes actualizados en operaciones discursivas
productoras de la espacialidad organizacional (San Emeterio y Saravia, 2008) y el concepto de
espacio organizacional como unidad lógica de análisis. Desde estos conceptos, proponemos la
dialéctica emergente de las operaciones de consultoría pensadas como un saber externo a las
operaciones internas del saber organizacional. En este caso, cabe señalar que las relaciones de
consultoría no necesariamente se articulan a una organización pensada como un único y distinguible
espacio organizacional (organización discreta), sino a un complejo entramado de espacios
organizacionales que se van produciendo y codeterminando en operaciones de actualización de
saber.
Por otro lado, si bien la lógica de los espacios organizacionales es compleja y necesaria de ser
abordada en el plano conceptual puro (como lo proponemos en otro trabajo que presentamos en
estas Jornadas), en este caso abordamos un objeto empírico, cual es la relación de consultoría
establecida entre una organización jurídicamente constituida como discreta y un consultor u
organización consultora externa a dicha organización, siendo sostenida dicha relación por alguna
modalidad contractual de prestación de servicios. Cabe de todas maneras señalar en relación a este
objeto empírico dos puntos importantes: en primer lugar, es pertinente también conceptualizar el
fenómeno de consultoría interna en la relación entre espacios organizacionales diferentes en el marco
de una misma organización jurídica; aunque en este trabajo nos hemos limitado a la consultoría
externa de las organizaciones discretas, asumiendo el fenómeno en su dimensión empírica, en tanto
“consultoría” expresa esta relación en el uso común del término. En segundo lugar,
consecuentemente, no habría que confundir el fenómeno empírico con su lectura conceptual que
necesariamente debería intentar dar cuenta del hecho y sus determinantes, más allá de lo observable
empíricamente. Esto lo marcamos con el fin de aclarar que en la indagación empírica del fenómeno
de “consultoría”, en muchos casos encontramos que la relación de un saber interno y un saber
externo, no necesariamente se condice con una relación propiamente de exterioridad, ya que el
supuesto saber externo puede formar parte de las operaciones del saber interno de la organización
discreta en análisis.
EL FENÓMENO DE LA CONSULTORÍA
1
“An attempt to construct a general model of consultancy appears to be both timely and needed.
Consultancy is growing in size and important as well as becoming more specialized and differentiated.
Research into consultancy is rare at the present time and the literature appears fragmented and
dicursive at best - most likely because consultancy is at present underconceptualized, some would
say even atheoretical (Gallessich, 1985). While there are lists, classifications, and available partial
models (e.g. Beckhard and Harris, 1987; Bell and Nadler, 1979; Blake and Mouton, 1976; Dougherty,
1990; and Wortman and Forst, 1979), they are often very vague, overly normative, or value infused,
and they seldom lend themselves to verification or testing. Consultancy thus remanis largely wrapped
in a mystery.”. Página 193.
respecto es fragmentaria, normativa y que carece de conceptualización. En el marco de nuestras
investigaciones y relevamientos por la literatura especializada, hemos podido constatar lo afirmado
por Craig, ya que prácticamente no se encuentran investigaciones referentes al tema en las
publicaciones internacionales más importantes en temáticas de organización y administración.
En una primera aproximación, podemos afirmar que una organización jurídicamente constituida, en
primer lugar no agota el fenómeno organizacional pues esto es una delimitación posible de un
espacio organizacional, aunque supone procesos de saber específicos para que dicha constitución se
efectúe, y siendo en este caso, un interjuego de saberes organizacionales y del cuerpo social que
permiten que el sistema organizacional en este sentido jurídico, se sostenga como tal. En el caso de
un espacio organizacional, esta relación espacio organizacional y entorno, se sostiene sólo desde
operaciones internas tomando la concepción de Luhmann quien se apoya en los desarrollos de
Spencer Brown y Humberto Maturana (Luhmann, 1996).
Saberes específicos que determinan los límites y posibilidades de los procesos organizacionales de
metacognición del propio saber organizacional que conceptualiza la necesidad de otro saber externo
que puede proveer el consultor (San Emeterio, 2004). Podemos proponerlos como los procesos de
saber organizacional que se operan a sí mismos, evaluándose incompletos o incorrectos, y que
requieren en función de ello, de la actuación de otro saber para autotransformarse (principio de
clausura de operación).
Procesos de demanda de consultoría por parte de la organización, fruto en buena medida de los
saberes aprendidos en relaciones previas de la propia organización con consultores o incorporados
por imitación de otras organizaciones.
Procesos de evaluación por parte del saber organizacional del saber del consultor. Esto como
decíamos, se nos presenta como paradojal en la medida en que el saber organizacional dispone de
un saber para demandar y evaluar a un saber que no sabe, pero que evalúa que necesita para
sostener o modificar sus propios procesos de saber.
Procesos de saber que determinan la elección del consultor o empresa de consultoría. En este
caso, ante la dificultad de reconocimiento de dicho saber externo, el saber organizacional elige al
consultor a través de diferentes procesos de saber, tales como experiencias previas con ese u otro
consultor, evaluación del saber aparente del mismo a través de referencias, o evaluando los
resultados aparentes producidos por dicho saber del consultor en otras organizaciones.
Saberes que operan en la organización a través de operaciones del consultor y que se articulan a
sus procesos. En este caso tomamos a los saberes que propiamente son saberes organizacionales,
pero que se terceriza su operación por diversas razones. No serían propiamente consultoría según
lo trabajamos, pero constituye una realidad empírica innegable.
Relación del saber genérico del consultor en relación al saber singular que opera en la
organización, donde se produce un proceso de articulación y procesamiento mutuo. Son las
operaciones de saber que articulan operatoriamente el saber en tanto materiales significantes
genéricos (teóricos y experienciales) de los que dispone el consultor, con los saberes singulares de
la organización y que supone para ello un proceso de transformación de ambos saberes para que
pueda producirse dicha operación.
Saberes que opera el consultor en la relación de consultoría. Estos son los saberes específicos
profesionales del consultor para que la relación entre los saberes pueda producirse, siendo éste uno
de los saberes críticos para el ejercicio de la consultoría, tanto en un plano operatorio e incluso
comercial. Podríamos definirlos como los saberes de cómo ejercer la profesión de consultor.
Saberes del consultor que tienen el objetivo de modificar los saberes organizacionales y
operaciones de saber que realiza el consultor sobre los saberes organizacionales. Son los saberes
propiamente demandados, en el sentido de operar transformaciones del saber organizacional por
parte del saber del consultor.
Procesos de saber organizacionales que procesan el saber del consultor. En este caso, son los
procesos de saber del lado de la organización que trabajan procesando los saberes del consultor y
sus operaciones. Serían propiamente los saberes de aprendizaje o autotransformación en esta
relación de saberes en consultoría.
2. Productos de la interrelación u operación conjunta de saberes
Procesos de apropiación del saber del consultor por parte del saber de la organización. En otros
trabajos hemos propuesto los procesos básicos mediante los cuales la organización realiza
procesos de aprendizaje (San Emeterio, 2006 y 2007a).
Procesos de transformación del saber organizacional producto de la relación con el consultor que
no suponen necesariamente incorporación del saber del consultor. Podría ejemplificarse con un
resultado de una transformación contraria a la aconsejada por el consultor, pero que surge
precisamente de este intento de transformación de la organización por parte del consultor.
Saberes que evalúan la actuación del saber del consultor en referencia al saber de la organización,
al margen del producto real (ontológico) de la interrelación de saberes.
Procesos de aprendizaje del consultor producto de la relación de consultoría. Son los saberes
genéricos que adquiere el consultor por operar en diferentes organizaciones, lo que amplía la
perspectiva de su saber (lo complejiza y le permite flexibilidad situacional entre otros), y constituye
uno de sus capitales principales, operando en la discriminación de lo singular y lo general, para
reaplicar lo general a lo singular.
Aquí nos referimos al dominio imaginario, es decir, al dominio de la realidad percibida al margen del
dominio ontológico de las operaciones de saber involucradas, pero que tienen total incidencia en la
viabilidad de la relación, aunque no necesariamente de manera directa en la interrelación y
transformación mutua de saberes (por ejemplo, los saberes del consultor podrían no tener efectos
reales en los saberes de la organización y ser percibido por la organización que sí existieron dichos
efectos), y que obran como condición necesaria pero no suficiente para la relación entre saberes de
ambos sistemas. En este dominio incluimos la “integración imaginaria” del consultor en el espacio
imaginario de la organización. Esto es lo que suele denominarse “relación de confianza” y
“percepción de valor que agrega el consultor”. Esto es necesario para que puedan implicarse en un
discurso común, y dicha integración imaginaria del consultor en la organización necesariamente
tiene un componente “afectivo” por nombrarlo de algún modo (el narcisismo involucrado en el
dominio imaginario pensando desde el psicoanálisis). En este vínculo se produce una
indiferenciación entre organización y consultor, que en muchos casos pueden hacer que el consultor
sea considerado parte del sistema de saber organizacional. Cabe aclarar de todos modos, que esta
indiferenciación imaginaria puede o no corresponderse con la interrelación de saberes, como
asimismo podría darse el fenómeno inverso de diferenciación imaginaria que no tiene correlato en
los procesos de saber. Esto necesariamente necesita el concepto de saber como acto,
ontológicamente actual e incognoscible de manera directa (San Emeterio, 2007a).
CONCLUSIONES
En esta ponencia hemos intentado dar cuenta de las categorías necesarias para abordar la compleja
relación de consultoría, lo cual consideramos instituye una base conceptual para abordar el fenómeno
como lo reclamaba Craig, base necesaria para avanzar en el análisis empírico y descriptivo del
fenómeno en un extremo, y en el otro extremo intentar captar los complejos microprocesos de saber
que operan a partir de la modelización teórica. Cabe aclarar en el final, que el modelo presentado es
un modelo general que pretende dar cuenta del proceso genérico de consultoría, tomando ésta en el
sentido empírico del término, pero que estos conceptos y categorías no se limitan necesariamente a
esta aplicación sino que pueden aplicarse a fenómenos más generales de las relaciones de saber
entre diferentes espacios organizacionales.
Por otro lado, en esta modelización obviamos deliberadamente la complejidad del fenómeno
empírico, donde podríamos pensar diferentes tipos de saberes de consultoría, diferentes posiciones
organizacionales en la relación de consultoría, y la amplia variedad de tipos de organizaciones. Esto
pensamos no invalida el modelo, sino que por lo contrario, permite conceptualizar en un modelo
abstracto los saberes y procesos básicos, que operan en el amplio rango de lo empírico.
BIBLIOGRAFIA