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PRIMERA PARTE
RESUMEN
1
sus características esenciales, así como también se analiza su forma
de transmisión en función a sus características de circulación, la
legitimidad del tenedor para ejercitar las acciones cambiarias que se
derivan de los mismos, así como éstas, y su característica de ser un
título de ejecución extrajudicial; también se analizan las defensas
que puede hacer valer en juicio el deudor cuando se le demanda en
la vía del Proceso Único de Ejecución (llamadas “causales de
contradicción” en el Código Procesal Civil), frente a las defensas
particulares que contempla la Ley de Títulos Valores N° 27287.
PALABRAS CLAVE
ABSTRACT
2
Execution Process (called "grounds for contradiction" in the Civil
Procedure Code) are also analyzed, compared to the particular
defenses contemplated in the Negotiable Instruments Law N°
27287.
KEYWORDS
3
distintas plazas; sin embargo, aquí no nos proponemos estudiar sus
orígenes sino lo que en la actualidad se entiende como títulos-
valores así como sus características principales y su funcionamiento,
pero no de determinados títulos sino de la generalidad de los
mismos, pues en una segunda parte veremos cada uno de ellos en
particular.
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Lo casi correcto (aunque tampoco esté reconocido en el DRAE) sería
la utilización del vocablo compuesto “Títulos-valor”, tal como se
emplea en el caso de las “Cartas-fianza” (para significar una
generalidad o pluralidad de ellas), donde solo se modifica el número
en el primer sustantivo (que pasa de singular a plural),
permaneciendo en singular el sustantivo “valor”. Pero esta
disquisición, puramente gramatical, no tiene verdadera relevancia
para la definición que nos proponemos alcanzar a partir de la Ley
actual y de la que la precedió, así que la dejaremos de lado para
ocuparnos de lo que es importante para este trabajo.
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1.2 Si le faltare alguno de los requisitos formales esenciales
que le corresponda, el documento no tendrá carácter de
título valor, quedando a salvo los efectos del acto jurídico
a los que hubiere dado origen su emisión o transferencia
(en referencia esto último a la acción causal, añadimos).
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que recojan, contengan o representen algún hecho o una
actividad humana o su resultado”.
Art. 1°
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El documento que represente o contenga derechos
patrimoniales tendrá la calidad y efectos del título-valor solo
cuando esté destinado a la circulación y reúna los requisitos
formales esenciales que, por imperio de la ley, le
correspondan según su naturaleza.
Hay que dejar en claro que la Ley anterior solo regulaba cuatro (4)
títulos valores: la letra de cambio, el pagaré, el vale a la orden
(este no está considerado en la nueva Ley porque desde ante de la
promulgación de la Ley anterior ya había caído en desuso)) y el
cheque, conforme lo delimitaba en su artículo 208°, en tanto que la
Ley actual regula todos los títulos a que ella se refiere, tal como
veremos en su momento, pero desde ya adelantamos que son
bastante más numerosos y más variados, e incluso existen ahora
algunos de los anteriores pero que han sido modificados en algunas
de sus características (como en el caso del cheque, por ejemplo, que
ha sufrido modificaciones en algunas de sus nuevas clases, muchas
de las cuales llegan hasta el extremo de convertirlos en títulos de
crédito o en títulos no pagaderos a la vista, lo que, obviamente, los
desnaturaliza por completo, ya que el cheque es, por definición un
mandato u orden de pago a la vista, aunque Jorge Eugenio
Castañeda comentaba siempre al respecto lo siguiente: “No
obstante que el cheque es una orden de pago, en el fondo no es más
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que una promesa de pago; jamás es pago con los efectos extintivos y
liberatorios que todo pago tiene para el deudor. El cheque se
entrega normalmente pro solvendo y no pro soluto. Para los
alemanes existe una locución: ´Cheque no es pago¨-Anweisung
Keine Zahlung”-, aunque más propiamente se puede traducir como
mandato o instrucción (de pago, se entiende) no es pago) y también
títulos nuevos creados por esta Ley, como ocurre en el caso del
Título de Crédito Hipotecario Negociable, novedoso título que no
existía como tal en nuestro sistema de derecho cambiario y que crea
una hipoteca unilateralmente constituida por el propietario sin la
presencia en su origen del carácter de accesoriedad propio de toda
garantía real o personal (aquí un excurso por conexidad con el
tema: el aval, siendo una garantía personal muy parecida a la fianza
solidaria y siendo también accesorio de una obligación a la que
garantiza, se rige por reglas distintas, pues puede subsistir aun
cuando la obligación principal sea nula, es decir que, a diferencia de
la fianza, no depende su suerte de la obligación a la que garantiza,
tal como veremos con más amplitud casi al final de este trabajo).
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mejores definiciones (al menos la más sintética, aunque no la más
precisa) de lo que debería entenderse por títulos valores, a los que
conceptuó del siguiente modo:
El título-valor, dijo, es "el documento necesario para ejercer
el derecho literal y autónomo en él mencionado"
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Lo cierto es que, transfundido el derecho al documento la suerte
del primero queda unida inseparablemente a la del segundo, de
manera tal que el derecho no se puede exigir ni transmitir sin el
documento que lo expresa y sigue las vicisitudes de éste (por eso,
según veremos más adelante, existe todo un procedimiento
diseñado especialmente para obtener un nuevo título en caso de
robo, pérdida, o destrucción total o parcial del documento o título
original, porque sin contar con el título no hay derecho disponible,
que este se ha incorporado al mismo de tal manera que no existe
fuera del documento en que se materializa; obviamente, esto no es
aplicable a los valores desmaterializados, que constan como
anotaciones en cuenta en sistemas magnéticos o electrónicos).
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título mismo, de tal manera que no puede existir el uno sin el otro y
viceversa.
2.1 LA CIRCULACIÓN.
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“En un principio el sistema era bastante complicado, ya que
comprendía, en primer término, un acto notarial donde el cambista
(campsor), en razón de haber recibido una determinada cantidad de
monedas, confesaba tal recepción y se obligaba al mismo tiempo a
hacer pagar por un representante suyo en la fecha, en el lugar (debía
tratarse de fecha y lugar más o menos distante) y a la persona indicada
por el propio cliente, una cantidad igual de moneda de especia diversa
o igual a la recibida”. (Gualtieri y Winizki; Títulos Circulatorios, Eudeba,
Bs.As.,1962, pág. 23)
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familiares, en las que las acciones permanecen muchas veces en
cartera del titular y se sustraen de la circulación por voluntad de los
accionistas que no desean transferirlas a terceros ajenos a la
sociedad o a los otros accionistas de la misma sociedad por las
razones que fueren.
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La circulación, sin embargo, cumple un rol preponderante en la
economía, en la medida que permite el desplazamiento de los
valores, sobre todo crediticios, en los mercados financieros locales y
de todo el mundo (con los consectarios financieros propios de todo
título de crédito que entra a circular en los mercados, que aunque
en la generalidad de los casos suelen beneficiar a la economía
pueden, también, producir efectos negativos cuando son mal
usados; al respecto recordamos la burbuja inmobiliaria del año 2008
en los Estos Unidos, producto no tanto de la circulación de valores
inmobiliarios sino más bien de los derivados financieros creados a
partir de los mismos que permitieron que se produjera esa situación
que, por falta de un adecuado control de la SEC - Securities and
Exchange Commission, se desbordó ese año con los efectos
catastróficos que todos conocemos).
2.2 LA INCORPORACIÓN.
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este último no hay derecho (lo que en italiano se expresa como que
“non c'è diritto senza documento” o en francés “il n'y a pas de droit
sans document»); ese fenómeno es lo que se llama “cosificación”
del derecho (término que emplean con frecuencia Gualtieri y
Winizky en su libro Títulos Circulatorios; esto también es cierto en el
caso de los valores inmateriales, aunque pueda parecer paradójico,
pues si bien estos carecen del soporte papel en su lugar están
respaldados por un soporte magnético y no existen derechos sino en
función al mismo, tal cual ocurre con los otros). Como dijimos en un
párrafo anterior, el derecho está transfundido en el documento
(entendido en un sentido amplio) de tal modo que ambos
constituyen una entidad inseparable, es decir, son una sola y misma
cosa, de modo tal que sin lo uno no hay lo otro.
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ocurre en los títulos-valores en los que el derecho resulta accesorio
al título; así, es titular del derecho quien posee (legitimado
activamente) el título, no existiendo el derecho sin el título ni aquél
sin éste.
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de acciones, por ejemplo, y en los títulos valores desmaterializados
en el registro correspondiente).
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ejemplo, de manera que este argumento, por sí solo, no basta para
descartar esa necesidad de anotar el gravamen en el propio título.
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títulos-valores como hemos dicho arriba (según lo prescribía el
artículo 208°de la misma), y en segundo término porque en esa
época (año 1968) no existían los valores desmaterializados (aunque
sí el Libro de Matrícula de Acciones en las sociedades anónima y en
las en comandita por acciones, pero dicha ley no se ocupaba de las
mismas por lo limitado de su amplitud, que solo concernía los cuatro
títulos valores ya enunciados), de manera tal que no existía sino esa
única formalidad para imponer un gravamen sobre los títulos.
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Este es un título que, de manera parecida al Warrant (que, como es
sabido, se emite con la garantía de bienes depositados en
Almacenes Generales), representa la constitución de un gravamen
hipotecario sobre un bien inmueble y para ello en el primer endoso
que se haga del mismo debe consignarse el crédito que se garantiza
con la hipoteca incorporada al mismo, el plazo o plazos de
vencimiento de este, los intereses pactados y las demás condiciones
del crédito. En los subsiguientes endosos se transfieren ambos
derechos, es decir, tanto el crédito como el derecho real de
hipoteca que lo garantiza, sin que el endosante asuma la
responsabilidad solidaria del artículo 11° de la Ley de Títulos valores.
Como se advierte en este caso el gravamen hipotecario, si bien está
inscrito en la partida registral del inmueble concernido, al estar
plasmado en el TCHN que es el título valor que representa tanto la
hipoteca como el crédito garantizado, se hace innecesario (además
de registralmente imposible, pues no está contemplado como acto
inscribible en el reglamento respectivo) anotar tanto el primero
como los subsiguientes endosos en el Registro Predial, en la partida
del inmueble concernido, lo que pone de relieve que es la
transferencia del título hipotecario (TCHN), a través de su endoso y
entrega al endosatario, lo relevante para transferir el gravamen y no
su anotación en el registro inmobiliario, lo que demuestra que este
registro es, para efectos de la transferencia, irrelevante.
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embargo sobre el título, pero la misma dificultad enfrenta el
acreedor cuando se trata de embargar una letra de cambio o un
pagaré, que no tienen un registro ad hoc como si lo tienen, por
ejemplo, las acciones de sociedades anónimas o comanditarias por
acciones.
2.3. LA LITERALIDAD.
Art. 4°
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4.1 El texto del documento determina los alcances y
modalidad de los derechos y obligaciones contenidas en el
titulo-valor o, en su caso en hoja adherida a él.
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Constitutivo, en el Estatuto de la sociedad y también en la Ley
General de Sociedades. Más adelante volveremos sobre esto.
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acompañarlo a la demanda con la constancia de protesto cuando se
requiera o sin ella cuando se le haya exonerado del protesto, como
ahora ocurre con mucha mayor frecuencia.
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casos (a diferencia de lo que ocurre con los títulos abstractos) la
causa de su emisión es oponible al tenedor del título por aquellos
que en algún momento se han obligado a su pago. Esto, desde
luego, tiene un efecto adverso para aquél que quiera exigir el
derecho incorporado al mismo, pues el obligado u obligados a
pagarlo podrán oponer las defensas derivadas de la causa expresada
en el título al momento de su emisión, cosa que no puede ocurrir
tratándose de títulos abstractos, con alguna excepción, como
veremos más adelante en otro momento al tratar en particular de la
letra de cambio.
Como ha quedado dicho, la obligación cambiaria expresada en el
título no requiere expresión de causa para justificar su existencia.
El derecho que surge del título valor es independiente de la relación
causal que subyace al título y que le dio vida y que subsiste a la par
que el título (de manera que si el título se perjudica como tal el
acreedor puede hacer uso de la acción causal para exigir la
obligación, o también de la acción de enriquecimiento indebido o
sin causa si careciera de la acción causal); en cambio, la relación
cambiaria nace en el momento de emitir un título valor y es
abstracta porque no se señala su origen o causa.
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se van generando con dichas transferencias son independientes las
unas de las otras. Así el último tenedor será considerado como el
actual titular sin importar quien o quienes le antecedieron. Es decir,
como si no se hubiese transferido al título con anterioridad.
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a un tercero a través de su ley de circulación, éste adquiere un
derecho originario y no derivado, como veremos más ampliamente
en el desarrollo de este estudio, de manera que, a diferencia de lo
que sucede con las obligaciones en general, el deudor puede ver
desmejorada unilateralmente su situación al no poder deducir
excepciones causales o personales propias de un derecho derivado,
como ocurre, por ejemplo con la Cesión de Derechos. La excepción a
este efecto se produce cuando el título se transmite con los efectos
de la cesión de derechos, lo que ocurre en ciertos supuestos, como
también vamos a ver más abajo.
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por lo dispuesto en el artículo 948 del Código Civil; es este un
requisito indispensable para ejercer los derechos incorporados en
él. Pero al lado de la posesión, el tenedor debe también estar
legitimado para exigir el derecho contenido en el título, y esa
legitimación es distinta según se trata de títulos al portador, a la
orden o nominativos, como hemos visto en el párrafo anterior.
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letra del firmante; los otros medios de seguridad que se quieran
emplear no sustituyen nunca esta obligación esencial. Ello es así
porque la firma autógrafa confiere autenticidad al documento, es
decir que a partir de la misma se tiene la certeza que ha sido
firmado realmente por quien ahí aparece suscribiéndolo, certeza
que no puede garantizarse por ningún otro medio que pretenda
sustituirla (hay que tener presente que estamos hablando de títulos
valores materializados, donde no es posible la utilización de la firma
digital y, en todo caso, no está contemplada en la Ley). Además, si la
firma no fuera autógrafa no podría tacharse de falsa, ni invocar esta
causal de contradicción en el proceso promovido por el tenedor.
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Artículo 11.- Responsabilidad solidaria
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Este tipo de endoso tiene lugar cuando el tenedor legitimado
transfiere el derecho incorporado al título mediante su endoso e
inserta la cláusula ´sin responsabilidad' con lo cual no se obliga
frente a los tenedores posteriores a él; frente a él no es posible el
ejercicio de la acción cambiaria de pago por los que le suceden en la
tenencia del título.
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sin perjuicio de hacerlo posteriormente contra los otros (o la ejercita
contra todos a la vez, según viere convenirle); lo que sí es privativo
de los títulos valores es la acumulación de las acciones cambiarias
directa y de regreso, pues estas son acciones propias (y exclusivas)
de estos títulos y la ley permite que se acumulen las unas con las
otras como consecuencia de la solidaridad de la obligación de pago
contraída por los intervinientes.
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Sobre esto volveremos a extendernos con mayor amplitud en el
punto 9. del presente estudio, que trata, precisamente, de las
acciones cambiarias derivadas de los títulos valores.
El art. 10° de la Ley permite que un título valor pueda emitirse sin
haberse completado, pero deberá completarse necesariamente,
conforme a los acuerdos adoptados, como requisito para demandar
la obligación contenida en el mismo.
Estos casos de títulos incompletos se presentan con bastante
frecuencia en el uso de los pagarés bancarios, en cuya circunstancia
el emitente (el deudor del banco) debe firmar un documento donde
conste el acuerdo para su llenado. Este documento es mandatorio
para los bancos comerciales según las disposiciones de la SBS sobre
la obligatoriedad sobre el uso y llenado del mismo (no del pagaré
sino del documento donde consta el acuerdo para el llenado del
primero).
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10.2. Quien emite o acepta un título valor incompleto tiene el
derecho de agregar en él cláusula que limite su transferencia,
así como recibir del tomador una copia del título,
debidamente firmado en el momento de su entrega, y del
documento que contiene los acuerdos donde consten la
forma de completarlo y las condiciones de transferencia. En
tal caso, salvo que se trate del cheque, su transferencia surte
los efectos de la cesión de derechos.
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está actuando de buena fe, no se le podrían oponer a este tercero
esos acuerdos sobre el llenado del título, es decir que se colocaría al
obligado en una situación de desventaja frente al adquiriente de
buena fe del título (el caso típico se presentaría cuando el tenedor
original completa el título contraviniendo esos acuerdos y luego lo
transfiere). Este derecho del emitente del pagaré de agregar en el
mismo una cláusula limitativa de su transferencia es, obviamente,
desconocido (no respetado) por los bancos comerciales, que no
permiten que se inserte tal cláusula usando la posición de poder que
tienen frente al deudor, que se quedaría sin recibir el crédito si
insistiera en agregar tal cláusula. Sin embargo, esto tampoco puede
atribuirse a un capricho de los bancos, sino a una necesidad a futuro
de transferir bloques patrimoniales a terceros para hacerse de
capital, lo que no sería posible si se agregara esa cláusula limitativa
de transferencia en los pagarés que representan esos créditos.
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5.- LOS MODOS O FORMAS DE CIRCULACIÓN DE LOS TÍTULOS-
VALORES (LA DENOMINADA “LEY DE CIRCULACIÓN”)
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compensatorios y moratorios, de liberación de protesto, etc. Esto
está contemplado en el artículo 48° de la Le
y.
El numeral 49.2 añade que las prórrogas surtirán plenos efectos por
el solo mérito de la consignación del nuevo plazo de vencimiento
que deje el tenedor en el mismo título, firmando dicha prórroga o
prórrogas que conceda.
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Desde luego, como la prórroga afecta el plazo de prescripción de las
acciones cambiarias, la ley se ocupa de ello en el siguiente numeral:
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5.2.3 Del pago de intereses y reajustes se ocupa el artículo 51° en
los siguientes términos:
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más, en esas leyes la regla era (y sigue siendo) que para que el título
estuviera sujeto a protesto era necesario consignarlo en el mismo
título; aquí es al revés, pues la regla es que los títulos están sujetos
protesto y para exonerarlos de ese trámite notarial eso debe constar
en el título mismo. Esto es algo que hay que cambiar de una buena
vez, pues en las obligaciones mercantiles la mora es automática y no
es ex personae, de manera que el protesto, como diligencia de
intimación formal al pago, no tiene sentido alguno que continúe
subsistiendo y solo sirve como una fuente adicional de ingresos a las
Notarías.
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extrajudicialmente, salvo los casos en que la mora opera
automáticamente (ex re) como ocurre al vencimiento del plazo en
los títulos-valores.
5.2.5 Hay otras tres cláusulas más que, por ahora, nos limitaremos a
enunciar por falta de tiempo:
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Pero esto, como dijimos, será materia de la segunda parte de este
artículo en que nos ocuparemos de los títulos valores en particular y
de otros aspectos que, por razones de tiempo, no se han podido
tratar en el presente trabajo.
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(“dinero giral” y “subrogado de la moneda”, les llamaba a esos
títulos y a los cheques el Dr. Jorge Eugenio Castañeda, al que ya he
mencionado como uno de los mejores juristas del siglo pasado y
coautor de la anterior Ley de Títulos valores 16587, y a quien tuve el
privilegio de asistir en esa tarea, con los pocos conocimientos que
tenía entonces, cuando hacía solo un par de años que había
terminado la carrera de Derecho y empezaba a desenvolverme
entre el laberinto de la leyes como creo que le ocurre a todo
abogado bisoño).
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mecánica o electrónica). Aclaramos que el pacto
de truncamiento es un acuerdo adoptado por los
bancos comerciales que tiene como una de sus finalidades evitar la
entrega física al endosatario del título-valor previamente endosado
a su favor, sustituyendo la entrega del mismo por otra formalidad
mecánica o electrónica.
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vinculó a su acreedor (el cedente) en su momento. Obviamente, el
título valor así transferido pierde una de sus características más
valiosas (las acciones cambiarias), salvo la de seguir siendo un título
de ejecución extrajudicial.
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El numeral 29.2 de la Ley señala que para que la transferencia del
título valor nominativo surta efecto frente a terceros y frente al
emisor, la cesión debe ser comunicada a éste para su anotación en
la respectiva matrícula; o, en caso de tratarse de un valor con
representación por anotación en cuenta, la cesión debe ser inscrita
en la Institución de Compensación y Liquidación de Valores
correspondiente.
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representativos de las mismas), y los canjes y desdoblamientos de
las mismas, observando las formalidades antes señaladas. Ahí
también se anotan los gravámenes a que están sujetas las mismas,
como vamos a ver más adelante.
c) Fecha de la cesión; y
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Solo los requisitos expresados en los literales a) y d) son
insoslayables.
Art. 1206.-
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El artículo 1207 agrega que la cesión debe constar por escrito bajo
sanción de nulidad, pero cuando el acto o contrato que constituye
el título de la transferencia del derecho conste por escrito, este
documento sirve de constancia de la cesión.
En este caso, la entrega y endoso del título cumplen esa función, por
lo que no se requiere de otro documento que no sea el mismo
título valor debidamente endosado a la orden.
Aunque él también sostenía que si bien los efectos eran los mismos
que tratándose de una “cesión de créditos” (todavía no existía este
instituto en el Código Civil de 1984, sino que estaba vigente el de
1936, el primero de los cuales le amplió los efectos a la “cesión de
créditos” y le cambió el nombre por el de “Cesión de Derechos”) no
se trataba de propiamente de una cesión de derechos sino que solo
producía los mismos efectos de esta, disquisición un poco exquisita
y rayana en lo filosófico que más parece una “sutileza de escuela”
que otra cosa, y que carece de utilidad práctica alguna, porque si
produce los mismos efectos no tiene mayor sentido distinguirla de
esa forma de transmisión de las obligaciones que es la actual Cesión
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de Derechos contemplada en el Código Civil como un modo de
transferir los derechos nacidos de las obligaciones.
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6.1. El endoso es la forma de transmisión de los títulos valores a la
orden y debe constar en el reverso del título o en hoja adherida a él
(se sobreentiende que esto último solo concierne a los títulos
materializados), según dispone el art. 34°, numeral 34.1 de la Ley.
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entre endosante y endosatario, pero no puede oponerse al tercero
de buena fe que haya adquirido posteriormente el título.
En cuanto a las clases de endoso estas son cuatro (4) y son las
siguientes:
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c) En endoso en procuración o en cobranza, en virtud del cual el
endosatario queda facultado para exigir, a nombre de su endosante,
todos los derechos derivados del título endosado a su favor.
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Para que tengan una idea de lo que quiere significar esta
disposición: mutatis mutandi, si en un proceso civil en que el
demandante litiga por medio de un apoderado y se produce la
muerte del poderdante, el poder se acaba automáticamente por lo
dispuesto en el Código Civil, y el juez debe ordenar la sucesión
procesal del demandante para que sean sus sucesores quienes
continúen el proceso. Esto no ocurre en el caso del endoso en
procuración, en tanto el endoso no se cancele, y ya vimos el trámite
que hay que seguir para ello. Y esto permite en los hechos que el
endosatario en procuración continúe tramitando el proceso de
cobro y llegado el caso obtenga el pago y pueda disponer de él. Un
disparate.
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Sin embargo, esta disposición, que ya existía en el artículo 42° de la
Ley anterior en términos casi idénticos, sin duda es verdad que
fortalece el derecho del acreedor, pero cuando se trató este artículo
(en la Comisión Reformadora del Código de Comercio que redactó la
Ley anterior) se hizo notar que podía dar lugar a que un endosante
de mala fe, bajo la fórmula de un endoso en garantía, pudiera
bloquear el uso de las defensas derivadas de la relación personal
que pudiera oponerle el obligado, es decir, se desmejora la
situación del deudor unilateralmente a pesar de no haberse
desprendido el endosante en garantía de la propiedad del título
(porque de haberlo endosado en propiedad el endosatario adquiría
ex novo el derecho, con lo que el obligado no podría oponer esas
defensas, pero como vimos en el párrafo precedente, la ley le
atribuye al endosatario en garantía el mismo efecto que produce el
endoso en propiedad, es decir la adquisición de un derecho
originario), lo que en materia de obligaciones le está vedado al
acreedor (por eso es que la Cesión de Derechos transmite el crédito
al cesionario tal cual este se encuentra en el patrimonio del deudor -
cum omni causa- y por ello es que esta forma de transmitir las
obligaciones (cesión de derechos) no requiere del asentimiento del
deudor, pues la situación obligacional en que este se encuentra no
desmejora en nada frente al nuevo acreedor (el cesionario) en
relación a la que se encontraba frente a su antiguo acreedor (el
cedente). Y lo que es más importante, desde un punto de vista
procesal, la carga de probar que el endosatario pudiera haber
obrado intencionalmente en daño del obligado es de cargo de este
último (pues sobre él recae el onus probandi en la medida que es
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quien afirma tal hecho, conforme a lo que dispone el artículo 196
del Código Procesal Civil).
1) el nombre,
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2) el número del documento oficial de identidad y
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6.4. El endoso posterior al vencimiento está regulado en el art. 44°
de la Ley.
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7.- LEGITIMIDAD EN LA TENENCIA.
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7.3. En los títulos nominativos la legitimación se adquiere por la
tenencia del título por quien aparece como su beneficiario (es decir,
aquél cuyo nombre aparece en el título como tal), pero frente al
emitente del título se requiere, además, que aparezca estar inscrito
como titular del mismo en el libro que con ese propósito debe llevar
el emitente (pero nada impide transferir un título nominativo por
cesión de derechos y luego ponerlo en conocimiento del emitente
para que lo anote en el libro correspondiente).
Otro hecho que puede parecer curioso pero que tiene los efectos
legales requeridos para transferir el título nominativo: es común
hacer constar la cesión de derechos sobre el Certificados de
acciones al dorso del mismo certificado, de modo parecido al
endoso de un título valor a la orden, pero no se trata realmente de
un endoso (pues no es un título la orden) sino de una constancia de
transferencia del título con los efectos de la cesión de derechos.
61
de acuerdo con la Ley General de Sociedades; al respecto el artículo
101 de la LGS establece: “Las limitaciones a la transferencia, al
gravamen o a la afectación de acciones no pude significar la
prohibición absoluta de transferir, gravar o afectar”.
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Esta disposición se justifica en la necesidad que el título pueda
circular sin dificultades, restricciones o condicionamientos de alguna
clase como los que describe la norma, ya que si se obligara al
pagador del título vencido a cerciorarse que los endosos anteriores
a la persona a la que efectúa el pago son auténticos, es decir, que la
firma corresponde verdaderamente al endosante y que éste estaba
en capacidad de transferir el título mediante su endoso, esta tarea
haría imposible en la práctica que el título pudiera circular con
fluidez, que es, precisamente, uno de las razones de ser de los
mismos, como ya vimos arriba al ocuparnos del principio de
circulación como característica propia e inescindible de estos títulos.
En muchos de estos casos de pago del título, quien hace el pago por
cuenta propia puede accionar contra los otros intervinientes (o
contra algunos de ellos, al menos), de manera que al recibir el título
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valor puede exigirle al sujeto a quien hizo el pago que se lo endose
“por recibo”, lo que no conlleva ninguna responsabilidad para el
endosante, que mediante este endoso deja constancia que se ha
limitado a recibir el pago del título y así, quien lo pagó, y como
consecuencia de haberlo pagado, recibe el título valor por vía de
devolución y está en condiciones de repetir lo pagado de los otros
obligados, si fuera el caso. Este endoso no es propiamente un
endoso en el sentido que no transmite la propiedad del título, sino
que se limita a dejar constancia de su pago por el “endosatario”.
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Hay también en esta Ley, en el numeral 64.1 del artículo 64°, una
previsión cuya ratio legis no se llega a entender claramente, según la
cual el tenedor del título no puede ser compelido a recibir el pago
en fecha anterior al vencimiento. Esto representa una diferencia
importante con relación a las obligaciones en general, las que (a
menos que por la naturaleza de la prestación deba esta cumplirse en
una fecha determinada, pero no antes del vencimiento, o en los
casos en que haya mediado pacto en contrario) pueden ser pagadas
antes del vencimiento.
Ahora bien, existe para quien paga antes del vencimiento una
previsión legal cuya ratio legis no se llega a entender del todo. En
efecto, el numeral 64.2 señala que “Quien cumple la prestación que
le corresponde antes de la fecha establecida en el título, lo hace por
su cuenta y riesgo, y responde por la validez del pago”. La hipótesis
de hecho parte del supuesto que el tenedor haya aceptado el pago
del título (dejando de lado lo dispuesto en el numeral 64.1) a pesar
de no encontrarse vencido el plazo, y en esta hipótesis el pagador
corre el riesgo precisado en este numeral.
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8.3 En lo que toca al lugar del pago, de este tema se ocupa el art. 66
de la Ley, estableciendo (numeral 66.1) que, si bien en principio
establece que el pago debe hacerse en el domicilio señalado en el
título, sigue la regla del art. 1238 del Código Civil que establece que
la obligación debe pagarse en el domicilio del deudor a menos que
las partes hubieran acordado otra cosa («El pago debe efectuarse en
el domicilio del deudor, salvo estipulación en contrario, o que ello
resulte de la ley, de la naturaleza de la obligación o de las
circunstancias del caso. …omissis…), lo que está recogido
particularmente en el numeral 66.3, literal a) del art. 66 de la Ley.
66
En efecto, lo sistemático, lo que sigue un orden lógico es primero
definir el título valor y sus características; luego las formas o modos
en que puede circular según su naturaleza; luego es establecer
quién está legitimado para cobrarlo y las acciones cambiarias de que
goza su tenedor para hacer efectivos los derechos derivados de
estos y, finalmente, tratar sobre su ejecución y sobre las defensas
que puede oponer el deudor contra la ejecución del título cuando es
demandado. Estas defensas están contempladas en la Ley de Títulos
Valores, pero también en el Proceso Único de Ejecución regulado en
el Código Procesal Civil.
67
de éstos y los demás obligados del título. Esto está
recogido en el numeral 90.2
68
que cuenta con todas las acciones cambiarias que corresponden al
tenedor legítimo del título valor.
69
que dio origen al título y también las excepciones personales que
tuviera contra el actor, lo que puede representar una enorme
desventaja procesal para este último.
70
Estos plazos están establecidos en el artículo 96° de la Ley cuyos
numerales pertinentes dicen así:
71
El numeral 96.3 se establece lo siguiente respecto de los plazos de
prescripción:
72
tratara de un plazo de caducidad, en que el Juez puede rechazar la
demanda al observar que el plazo ha decursado y que el derecho se
encuentra perimido.
73
Pero resumiendo: esos dos casos son, como ya señalamos, la falta
de protesto o la falta de la formalidad sustitutoria del mismo.
Vale la pena acotar aquí que, extinguida la acción cambiaria, el
tenedor puede promover la acción causal, si la tuviera, y si también
careciera de ella, la acción de enriquecimiento indebido, que
prescribe a los dos años de extinguida la acción cambiaria, conforme
al artículo 99° de la ley de Títulos Valores, concordado con el
artículo 20° de la misma, que establece lo siguiente:
74
Esto es así porque todo desplazamiento o atribución patrimonial de
una persona hacia otra debe tener algún motivo o razón considerada
como suficiente (por justa causa) por el ordenamiento jurídico o, lo
que es lo mismo, debe tener una justificación porque de no tenerla
resultará en el enriquecimiento de uno en perjuicio del patrimonio del
otro sin causa justificativa y, por ende, resultará injusto por lo que el
ordenamiento legal le pone remedio a través de una acción in rem
verso, que es la llamada de enriquecimiento sin causa.
75
ocasión de la emisión o de la transferencia del título y, por
último, un empobrecimiento correlativo que, en sentido amplio,
corresponde al perjuicio acaecido al demandante”.
76
18.2 El tenedor podrá ejercitar las acciones derivadas del
título valor en proceso distinto al ejecutivo, observando la ley
procesal.
77
Adicionalmente, el tenedor que tiene la acción cambiaria y no hace
uso de ella dentro de un Proceso Único de Ejecución se expone a
que el demandado haga uso de una serie de defensas que no podría
emplear en estos procesos, en que las oposiciones o causales de
contradicción son númerus clausus y están consignadas como tales
en el art. 690-D del Código Procesal Civil, como vamos ver con
mayor detenimiento más abajo en este estudio.
78
11.1. LAS CAUSALES DE CONTRADICCIÓN EN LA LEY DE TÍTULOS
VALORES.
79
a) el contenido literal del título valor o en los defectos de forma legal
de éste;
80
celeridad en aras de que la verdad procesal se aproxime a la verdad
material, es decir, a lo que ha ocurrido realmente fuera del proceso.
81
de la norma, el título pierde su condición de tal (de título valor) y
con ello las acciones cambiarias que permiten demandarlo en la vía
del Proceso Único de Ejecución o en otra vía procesal si se prefiere,
haciendo uso de las acciones cambiarias directa o de regreso.
82
f) la falta de cumplimiento de algún requisito señalado por la ley
para el ejercicio de la acción cambiaria.
83
Por último, el artículo 21° señala que el título es nulo cuando
considera intereses ilegales; dice así:
84
En efecto, el artículo 17 de Ley General del Sistema Financiero y del
Sistema de Seguros y Orgánica de la SBS, dispone expresamente que
las empresas y entidades del Sistema financiero podrán señalar
libremente las tasas de interés que habrán de aplicar en las
relaciones de crédito; en el mismo artículo se señala que lo
dispuesto en el primer párrafo de artículo 1243 del Código Civil no
se aplica a la actividad de intermediación financiera. Esto último
significa que esta última disposición subsiste solo con relación a los
demás particulares que no pueden pactar el pago intereses y
reajustes más allá de los límites que le fija el BCR (en función a las
tasas del mercado del que da cuenta la SBS periódicamente).
Como acabamos de señalar, en el caso de estos particulares, las
tasas máximas de interés compensatorio y moratorio las establece
el Banco Central de Reserva según el mentado artículo 1243 del CC;
estos son los llamados intereses legales y tienen los topes que
establece dicho Banco Central. Al respecto, quienes requiera de
mayor información sobre este tema, pueden consultar sobre el
mismo ingresando al portal del BCR.
85
Otra es la solución que le da la Ley General de Título y Operaciones
de Crédito de México, que en los casos de notorios intereses
usurarios autoriza al juez de la causa a reducir de oficio los intereses
las tasas autorizadas.
86
(hacemos notar, desde ya, que estas causales son oponibles por el
demandando para el pago de un título de ejecución extrajudicial; al
respecto véase el penúltimo párrafo de este artículo) que señala lo
siguiente:
87
(Cuando el mandato se sustente en título ejecutivo de naturaleza
judicial, sólo podrá formularse contradicción, dentro del tercer día,
si se alega el cumplimiento de lo ordenado o la extinción de la
obligación, que se acredite con prueba instrumental).
88
no hay acreencia alguna por cobrar en el proceso a partir del título
valor.
89
demandado; de no hacerlo, el Juez continuará tramitando el
proceso a pesar de haberse operado la prescripción.
90
Ley dispone al respecto) sino en documento separado y el tenedor
demanda por el total del título. En este caso el demandado presenta
al proceso el recibo de pago parcial en prueba de tal hecho (no hay
que olvidar que la prueba del pago incumbe a quien afirma haberlo
efectuado, según el artículo 1229 del Código Civil).
91
falta de alguno de los requisitos esenciales previstos en la Ley de
Títulos Valores para su eficacia como tal; por ejemplo, la firma de
emitente en el Pagaré; la firma del aceptante en la Letra de Cambio
girada con cargo a ser aceptada (no a la vista); etc.
92
mayor a la original; se cambia el nombre de alguna de las personas
que figuran en éste; se falsifica/n una o más firmas; se cambian las
condiciones o restricciones consignadas originalmente en el título,
etc. Esta alteración del contenido del título es la llamada falsedad
ideológica.
93
En nuestro país la falsificación de documentos es un delito Contra
la Fe Pública que está tipificado en el artículo 427 del Código Penal
que señala lo siguiente:
94
Art 428.- Falsedad ideológica
95
equiparan al documento público para los efectos del artículo 428
del Código Penal arriba transcrito, de manera que insertar en uno
de éstos una declaración falsa es tan delito como hacerlo en un
instrumento público, conforme pasamos a ver enseguida:
96
que esta causal, al igual que las otras, no está referida
exclusivamente a los títulos valores sino a todos los títulos de
ejecución extrajudicial).
97
Artículo 4°.- Principio de literalidad
98
caso solo quedaría la acción de enriquecimiento indebido o sin
causa).
99
de la existencia de saldos deudores en su cuenta y
requiriéndole el pago. Transcurridos quince (15) días hábiles
de la recepción de la comunicación sin que hubiere
observaciones, la empresa está facultada para girar contra el
cliente por el saldo más los intereses generados en dicho
período, una letra a la vista, con expresión del motivo por el
que se la emite. El protesto por falta de pago de la indicada
cambial, en la que no se requiere la aceptación del girado,
deja expedita la acción ejecutiva.
100
de pago es el título ejecutivo que el banco pone a cobro a través del
PUE.
Debemos aclara que es muy común que los bancos cometan errores
en este procedimiento de cierre de cuenta y giro de la letra a la
vista; por ejemplo, es moneda corriente que en la comunicación que
remiten al cliente se limiten a señalar solo el saldo deudor cuyo
pago reclaman (es decir, un único guarismo), sin indicar las últimas
partidas del debe y el haber que originaron dicho saldo; o que no
cumpla con señalar la tasa o tasas de interés aplicada para
establecer la suma total de intereses adeudados; o que dicha
comunicación, que es eminentemente formal (de hecho se trata de
un acto jurídico unilateral recepticio, tal como cuando se libra una
oferta de compra a una persona ausente), no esté firmada por los
representantes autorizados del banco con su firma autógrafa, sino
simplemente impresa, lo que le quita todo valor a dicha
101
comunicación, en la medida a que no existe certeza respecto de esas
firmas, ni respecto de su autenticidad, etc. También omiten indicar
el número del documento de identidad del/los firmante/s y sobre
todo en que asiento corre inscrito el poder que los faculta para
cursar esa comunicación, que el VI Pleno Casatorio Civil exige
actualmente, como vamos a ver enseguida.
102
Al respecto hemos publicado en este mismo portal académico un
artículo titulado “EL PROCESO ÚNICO DE EJECUCIÓN Y EL PROCESO
DE EJECUCIÓN DE GARANTÍAS CON ANÁLISIS DEL VI PLENO
CASATORIO CIVIL” en www.academia.edu para que los que tengan
algún interés puedan consultar allí todo lo relacionado con los
requisitos que allí se señalan para la elaboración de los saldos
deudores que hacen los bancos conforme a su ley y a las
disposiciones vinculantes de dicho Pleno Casatorio.
103
moneda nacional, si uno de los importes estuviere expresado
en dicha moneda. En caso contrario, el documento no surtirá
efectos cambiarios. Los importes que no consignen la unidad
monetaria, se entenderán que corresponden a la moneda
nacional. En todos estos casos, el interesado igualmente
podrá hacer valer sus mayores derechos frente al obligado,
por la vía causal.
104
Al respecto vamos a examinar nuevamente, aunque sumariamente,
las causales de contradicción contempladas en el artículo 19° de la
Ley de Títulos Valores.
105
Ahora bien, cabe preguntarse si esta causal puede, además de
proponerse como tal (es decir, como causal de contradicción),
puede dar lugar a una tacha de falsedad del documento, en cuyo
caso debería ser resuelta en el auto final pero antes de la parte
decisoria del mismo. Sin embargo, si bien procesalmente es posible
tachar de falso el documento, no tiene ninguna utilidad práctica
hacerlo en la medida que las pruebas van a ser las mismas para la
tacha que para la contradicción que se funda en la falsedad de la
firma. Además, se estaría ante una argumentación redundante
sobre el mimo objeto, que por esa razón podría (la tacha) ser
desestimada por el principio de economía procesal, que tiende a
minimizar el número de actos procesales conducentes a una misma
finalidad.
106
celebrado por el falso representante, reiteramos, es ineficaz frente
al falso representado, pero no frente a terceros [Casación 1135-
2013-Lima]; desde luego, se sobreentiende que estos terceros son
de buena fe.
107
11.4. LAS CAUSALES CONTEMPLADAS EN LOS NUMERAL 19.2 Y
19.3 DE LA LEY DE TÍTULOS VALORES.
108
Como es sabido, la compensación es un modo de extinción de las
obligaciones que opera cuando dos personas son respectivamente
acreedoras y deudoras una de otra. En virtud de la compensación el
demandado, que es a la vez deudor y acreedor del demandante,
opone su crédito a este último para “compensar” el crédito que es
materia de la demanda (de común ocurre en las obligaciones de dar
sumas de dinero, que son eminentemente fungibles y homogéneas,
pero no se ve cómo pueda hacerse tratándose de otro tipo de
pretensión; desde luego, ambas obligaciones deben ser exigibles y
líquidas, pues no es posible oponer una obligación que está sujeta a
plazo o condición, así como tampoco una que no esté
cuantitativamente determinada), pero este (mal llamado)
“beneficio”, que es eminentemente personal, no tiene ningún
efecto procesal sino que, simplemente, constituye una defensa de
fondo, de manera tal que será en la sentencia donde el juez decidirá
si la compensación opuesta por el demandado a la pretensión del
actor resulta o no amparable, pues para ello tendrá que examinar el
derecho opuesto por el demandado y los medios de prueba
aportados por éste con la finalidad de demostrar que,
efectivamente, tiene un crédito oponible frente al demandante.
109
11.5 LA PERMISIÓN DEL ARTÍCULO 690-D DEL CPC DE PROPONER
EXCEPCIONES Y DEFENSAS PREVIAS EN EL PROCESO ÚNICO
DE EJECUCIÓN.
110
propuesta. También establece que cuando la actuación de los
medios probatorios lo requiera o el Juez lo estime necesario,
señalará día y hora para la realización de una audiencia que se
realizará bajo las reglas establecidas para la Audiencia Única
contemplada en el artículo 555 del Código Procesal Civil.
111
porque por la naturaleza del aval esta es una garantía solidaria, e
incluso puede llegar a ser independiente de la obligación subyacente
que garantiza.
Al respecto citamos el artículo 59° de la Ley que estable en su
numeral 59.1 lo siguiente:
112
por su carácter de accesoriedad total, cuya suerte depende
enteramente de la obligación que asegura.
Esto no ocurre con el aval, como hemos visto, pero ello no significa
que el avalista que paga el título valor no pueda repetir lo pagado
por cuenta de su garantido, pues ello supondría un caso de
enriquecimiento sin causa, lo que resulta intolerable para el
Derecho; además, su obligación siempre es subsidiaria, aunque su
accesoriedad sea sui generis, como veremos seguidamente.
113
en el 1890 establece que tiene derecho a ser indemnizado por el
total de lo pagado, por el interés legal desde que lo comunica al
deudor, así como al reembolso de gastos y a los daños y perjuicios
cuando procedan. Esto quiere decir que tiene dos acciones
resarcitorias distintas (la subrogatoria y la resarcitoria propiamente
dicha), de modo que el avalista, podría invocar estos mismos
derechos del fiador por analogía cuando haya pagado la obligación
de su garantido.
114
todos los estudiantes de Derecho y abogados- titulado “EL ACTO
JURÍDICO”) los bienes de ese deudor, lo que presupone que para tal
cometido tiene necesariamente que demandarlo y demostrar en ese
proceso que no tiene bienes libres suficientes (en valor) para
responder por el pago de la obligación a su cargo para, recién
entonces, poder dirigirse contra el fiador simple por el total o por el
saldo que todavía se le adeuda, en el caso que hubiera obtenido un
pago parcial en ese proceso anterior seguido contra el deudor).
115
en dividir la prestación en función al número de deudores que se
han obligado mancomunadamente y según el porcentaje que ha
asumido cada uno de ellos como obligación propia,
independientemente del total adeudado al acreedor de la
prestación divisible (porque si es indivisible prevalecen otras reglas,
conforme a la parte pertinente del Código Civil, que se ocupa de
regular todos los aspectos de las obligaciones divisibles e
indivisibles, así como de las obligaciones mancomunadas y solidarias
-dejando en claro que hay obligaciones cuyas prestaciones son por
su naturaleza indivisibles, mientras otras lo son por pacto entre las
partes; así como también hay obligaciones solidarias por naturaleza
o por pacto, aun teniendo en cuenta que la solidaridad no se
presume-
116
tratarse de una excepción de fondo, no se configura como excepción
formal (las que, por lo demás, son números de clausura, pues no
existen otras más allá de las que enuncia el artículo 446 del Código
Procesal Civil con ese carácter, a diferencia de las “defensas
previas”, que son numerus apertus y están dispersas en varios
códigos y leyes) pero sí puede oponerse como defensa previa en los
procesos de cognición, pero no se ve cómo pueda oponerse
respecto de un título valor, que por su autonomía y abstracción no
puede vincularse a un contrato (a menos, desde luego, que se trate
de un título causado, es decir aquél en el que en su texto se haya
expresado la causa que ha dado lugar a su creación o emisión o giro;
al respecto véase arriba el segundo párrafo del punto 2.5 que trata
sobre este tema más extensamente).
117
vencimiento y el vendedor lo pone a cobro en la vía del Proceso
Único de Ejecución; al contradecir la ejecución el comprador podría
sostener que no está obligado a cumplir con el pago en tanto el
vendedor no cumpla con firmar la escritura pública de compraventa
que le permita inscribir la transferencia de dominio del inmueble
adquirido en el Registro Predial. Estamos aquí, desde luego, ante la
hipótesis un contrato con prestaciones recíprocas, que deben
cumplirse simultáneamente (a menos, desde luego, que se hubiera
pactado cosa distinta en el contrato de compraventa), de modo que
el incumplimiento de la prestación a cargo de una de las partes
autoriza a la contraparte a retener el cumplimiento de la prestación
a su cargo en los términos que precisa el artículo 1426 del Código
Civil, que hemos citado arriba (y la negativa también podría
fundarse en lo que dispone el artículo 1412 del citado código que
establece en su primer párrafo literalmente lo siguiente: “Si por
mandato de la ley o por convenio debe otorgarse escritura pública o
cumplirse otro requisito que no revista la forma solemne prescrita
legalmente o convenida por las partes bajo sanción de nulidad, estas
pueden compelerse recíprocamente a llenar la formalidad
requerida”).
118
desde luego, que se presentara un caso similar al descrito en la
hipótesis de hecho anteriormente desarrollada, en el que la
abstracción propia de los títulos valores ha sido dejada de lado al
haberse expresado en el mismo título la causa del negocio jurídico
que dio origen a su creación, casos estos en que el negocio causal
así plasmado puede serle opuesto al tenedor legitimado que lo
adquirió con arreglo a su ley de circulación.
119
suscribió; otra el respeto y acatamiento a las disposiciones del Pacto
y del Estatuto Social, etc.
120
principalmente la sociedad anónima, buscando la “limitación
de responsabilidad” hasta llegar al concepto de empresa
(“con o sin fin lucrativo”) que hoy prevalece”.
121
transacciones financieras desde donde estemos, algo que también
resultaba inconcebible hace pocos lustros. Actualmente muchos de
ellos están ya reemplazando el uso de las tarjetas de crédito, y
desde ya un buen tiempo, una gran parte de movimientos de
cuentas se hacen directamente desde el terminal móvil.
122