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(REVISIÓN 2021)
RESUMEN
Este artículo trata sobre el tema del epígrafe, esto es la distinción que
debe hacerse como premisa necesaria para que el Tribunal
Constitucional pueda dictar una sentencia interpretativa, ya sea
declarando en parte la inconstitucionalidad de una o más
disposiciones legales y/o manteniendo las demás como conformes al
orden constitucional.
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En palabras del propios TC, las sentencias interpretativas recaen
normalmente sobre disposiciones de las que se pueden extraer varios
sentidos interpretativos, por lo que corresponde al intérprete analizar
la constitucionalidad de todas aquellas normas que se desprenden de
la disposición cuestionada con la finalidad de verificar cuáles se
adecuan a la Constitución y cuáles deben ser expulsadas del
ordenamiento jurídico.
ABSTRACT
This article deals with the subject of the epigraph, this is the
distinction that must be made as a necessary premise for the
Constitutional Court to issue an interpretive sentence, either declaring
in part the unconstitutionality of one or more legal provisions and / or
maintaining the others as conforming to the constitutional order.
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como la ley fundante del Estado; de ese modo, todas las demás
disposiciones (legales, etc.) están subordinadas a ella, lo que se
expresa como que son de inferior jerarquía y que, por tal razón, no
pueden apartarse del contenido de la misma ni mucho menos
discordar o, pero aun, contradecir ese contenido de la ley
fundamental, a la que aquí llamamos Constitución Política del Estado.
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cuando la ley excede los límites que esta señala como frontera
inviolable de esos derechos.
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declarar la inconstitucionalidad de una ley sin ir más allá, ejerce la
función del “legislador negativo”, porque su actividad se limita a eso;
está legislando negativamente desde el momento que excluye del
sistema del derecho positivo una disposición que inconstitucional.
2.2 En el caso del control difuso, cuando el juez (en general los
órganos pertenecientes al Poder Judicial, ya que en nuestro país el
Tribunal Constitucional es un verdadero poder autónomo) se ve
enfrentado a tener que elegir entre aplicar una disposición legal o de
otra naturaleza, pero que considera contraria a la disposición
constitucional, debe preferir a esta última (normalmente esto ocurre
con relación a la validez material de la disposición, es decir respecto a
su contenido, pues la validez formal de la disposición es más una
cuestión de competencia del TC, pues es un defecto en el
procedimiento para la elaboración de la disposición lo que la torna en
inconstitucional; sin embargo, nada obsta para que un juez pueda
negarse a aplicarla invocando ese motivo); en tal caso, al resolver la
litis debe declarar que la disposición invocada es inaplicable porque
contraviene el orden constitucional y que por tal motivo no la puede
tomar en cuenta para resolver el caso sometido a su decisión. No
declara la inconstitucionalidad de la ley o disposición de modo
general (porque para eso está el Tribunal Constitucional) sino que la
inaplica por considerar que no solo no se acomoda al contenido
constitucional, sino que, más bien, lo contraviene.
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juzgada, que solo tiene efecto inter partes, de manera que la decisión
no afecta sino a las partes vinculadas en el proceso (con las pocas
excepciones que existen respecto de terceros que pueden resultar
afectados). Esto es así porque, como dijimos, el juez no declara la
inconstitucionalidad (o la ilegalidad, según corresponda) de la
disposición que no aplicará al caso controvertido de manera general,
lo que significa que la misma puede ser invocada en otro proceso en
tanto no se la derogue (mediante los mecanismos previstos para ello),
o mientras no se declare su inconstitucionalidad por el Tribunal
Constitucional, que es el único que puede emitir ese pronunciamiento
con carácter general en ejercicio de la potestad de ejercer el control
concentrado de la constitucionalidad.
Art. 51°
Art. 138°
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En todo proceso, de existir incompatibilidad entre una norma
constitucional y una norma legal, los jueces prefieren la
primera. Igualmente, prefieren la norma legal sobre toda norma
de rango inferior”.
El Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
aprobado por Decreto Supremo Nº 017-93-JUS de 28 de mayo de
1993, en el artículo 14° establece la forma de proceder de los jueces,
al aplicar el control difuso, disponiendo que las sentencias de primera
y segunda instancia (que inaplican alguna disposición por considerarla
inconstitucional), si no son impugnadas deben elevarse en consulta a
la Corte Suprema de la República. Es decir, el control difuso terminará
siempre siendo controlado, a su vez, por la Corte Suprema que es el
vértice de la estructura judicial jerarquizada de todo sistema de
justicia.
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El control concentrado de la constitucionalidad, como dijimos arriba,
corresponde en nuestro país al llamado Tribunal Constitucional
(anteriormente denominado Tribunal de Garantías Constitucionales en
la Constitución de 1979), mientras que el control difuso lo ejercen los
distintos órganos judiciales en todos los niveles jerárquicos propios de
su verticalidad (y también los administrativos, como hemos visto).
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europeos no se limitaban a dictar sentencias estimativas o
desestimatorias de las demandas de inconstitucionalidad (propias del
paradigma del legislador negativo), sino que, como se ha indicado,
comenzaron a dictar "sentencias interpretativas" como un remedio
para reparar el vicio de inconstitucionalidad invocado en la demanda
incoada con ese definido propósito; una de las ideas importantes
detrás de estas sentencias interpretativas radica en el principio de
“conservación de la ley”.
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“Mediante las sentencias interpretativas propiamente dichas el
Tribunal declara la inconstitucionalidad de uno o varios sentidos
interpretativos de la disposición cuestionada. Por consiguiente,
establece que en el futuro los operadores jurídicos estarán
prohibidos de interpretar y aplicar la disposición en la forma
declarada inconstitucional”.
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Si convenimos en que la norma es el resultado obtenido del
significado otorgado a las disposiciones a través de su interpretación,
se debe hacer una primera distinción entre la actividad que realizan
los órganos con competencia para dictar normas, de la norma como
resultado de la expresión enunciada en el texto normativo.
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entendemos por normas (en un significado más restringido del
que se emplea comúnmente), las reglas elaboradas por los
jueces o por otros operadores del Derecho, para su aplicación a
un supuesto de hecho concreto a través de la interpretación de
las disposiciones (…)”.
En la misma tesitura el profesor italiano Riccardo Guastini dice otro
tanto:
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Derecho y norma jurídica. Así, si se parte de la premisa del concepto
de norma como el significado que se atribuye a una disposición luego
de su interpretación, se tendrá que el resultado de la actividad
legislativa son disposiciones y no normas.
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Tribunal Constitucional en el Expediente N° 0004-2006-AI/TC (sobre
inconstitucionalidad, seguido por la Fiscal de la Nación Adelaida
Bolívar contra algunas disposiciones de la Ley 28665, de Organización,
Funciones y Competencia de la Jurisdicción Especializada en Materia
Penal Militar Policial), sobre los conceptos de disposición y norma -y
su distinción- los encontramos desde el Fundamento Jurídico 50 al 53
del modo siguiente:
F.J. 51. Esta distinción no implica que ambos puedan tener una
existencia independiente, pues se encuentran en una relación
de mutua dependencia, no pudiendo existir una norma que no
encuentre su fundamento en una disposición, ni una disposición
que, por lo menos, no albergue una norma.
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conservación de la ley y en la exigencia de una interpretación
conforme a la Constitución, a fin de no vulnerar el principio
básico de supremacía constitucional.
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A este efecto lo representa simbólicamente así (donde D es
disposición y N es la norma):
D1= N1 D2= N2 D1 + D2 = N3
De allí concluye que, si una de las disposiciones es derogada (por
ejemplo, D2), no solo resultará derogada la norma resultante N2, sino
también la norma representada como N3, y también el significado de
D1 se verá alterado por esa derogatoria. Si una de las disposiciones
(por ejemplo, D2) es sustituida por otra disposición D3, aparecerán los
siguientes cambios: aparecerá una nueva norma N4 expresada por D3
y vamos a suponer otra norma N5 fruto de la interpretación
combinada de D1 y D3, lo que simbólicamente se representa así:
D1 = N 1 D3 = N4 D1+-D3 = N5
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validez material consiste en que una norma N1 es válida en tanto una
norma N3 establece que la norma N2 es materialmente superior, y por
tanto su contenido no puede ser contradicho por N1.
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5.2.1 La interpretación por el legislador.
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por parte de los destinatarios: los órganos jurisdiccionales, entre
otros.
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a) Sentencias de estimación total, que son aquellas que,
estimando el recurso, declaran la inconstitucionalidad y
nulidad del precepto o preceptos impugnados.
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sentencias interpretativas de desestimación (y también
mucho menos frecuentes que en otros sistemas, como el
italiano), sí pueden encontrarse algunos ejemplos.
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c) Otros tipos de sentencias estimatorias.
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adición o sustitución contraria a las funciones que corresponden al
Tribunal, o bien permanece dentro de la lógica de la anulación propia
de dichas funciones (en referencia al legislador negativo).
6.- CONCLUSIONES.
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6.2 El control de la constitucionalidad actualmente se produce de dos
formas: a) el control concentrado a cargo del Tribunal Constitucional,
y b) el control difuso a cargo del Poder Judicial y, ahora también, de
los entes de la Administración Pública en lo que toca a lo que es su
materia normativa.
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6.5 La validez formal una disposición depende del hecho de haberse
seguido el procedimiento prestablecido para su elaboración, mientras
que la validez material depende de que su contenido se adecúe a la
normatividad constitucional (el respeto a los derechos fundamentales
juega un rol importantísimo en la calificación de la validez material de
esta).
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