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Índice:

Índice:.......................................................................................................................2
Introducción:............................................................................................................3
Terapia centrada en el cliente:...............................................................................3
Conclusiones:..........................................................................................................3
Bibliografía:..............................................................................................................3
Introducción:

La terapia centrada en el cliente es conocida como una terapia de

perspectiva humanista, no-directiva, la cual su hipótesis fundamental es que la

persona humana tiene capacidad innata de auto-realización, solo hay que

ofrecerle la relación positiva para que esta potencialidad de ser más se desarrolle.

(Prada R. , 1994)

Fue desarrollada por Carls Rogers, quien tras varios estudios propuso su

propia teoría para realizar una terapia, él inició su teoría centrándose en la manera

en que los sacerdotes consejeros hacían su trabajo; creando una nueva manera

de ver las distintas formas que se puede relacionar el cliente con el terapeuta.

Esto creó una nueva forma de dar terapia, ya que es totalmente distinto que las

escuelas que existían con anterioridad.

Se considera que el terapeuta debe ser congruente, sin tener un aspecto

falso de su personalidad, por otra parte, debe tener una comprensión empática

hacia su cliente y es elemental que tenga una estima incondicional hacia su

cliente, sin ponerle condiciones.

Conocer este tipo de terapia es sumamente importante para un estudiante

de psicología, ya que amplía su manera de ver la relación con el cliente, hace

entender que se tiene que ser humano y que se tiene que ayudar a que el

paciente encuentre su propia autorrealización con sus herramientas y no guía

nuestra, por lo que en la siguiente investigación se desarrollan los conceptos

básicos de la terapia centrada en el cliente, con fines didácticos para el

aprendizaje básico del tema.


Terapia centrada en el cliente:

Carl Rogers en sus primeros estudios psicológicos estaba orientado

psicoanalíticamente pero muy pronto comenzó a independizarse y formar su

propia teoría. Su hipótesis fundamental: la persona humana tiene capacidad innata

de auto-realización, solo hay que ofrecerle la relación positiva para que esta

potencialidad de ser más se desarrolle. (Prada R. , 1994). Esta teoría es conocida

como terapia centrada en el cliente o terapia no directiva, en la cual Rogers

consideraba que cada uno tiene capacidad para descubrir lo que le hace sentir

ansioso e infeliz y generar cambios en sus vidas.

(Gerrig & Zimbardo, 2005) mencionan que el desarrollo saludable, como es

descrito con anterioridad, se puede ver obstaculizado por patrones erróneos de

aprendizaje, en los que una persona acepta la evaluación de los demás en lugar

de aquellas provistas por su propia mente.

Rogers al inicio de su carrera inició a trabajar con sacerdotes, lo cual hizo

que tomara mucho de su ideología y trabajo como consejeros, según (Prada R. ,

1994), esta teoría se presentaba como muy humanista, muy respetuosa de la

persona humana, muy partidaria de la libertad y autodeterminación. Esto quiere

decir que según los cristianos con los que trabajó, era un excelente trabajo porque

tenía un punto de vista religioso; lo cual en la actualidad se ve que es el psicólogo

que más orientación católica tiene.

Ante dicha propuesta de terapia se puede concebir que se ofrecen varias

condiciones necesarias para que se haga un auténtico encuentro terapéutico, las

cuales son usadas hoy por muchos terapeutas a pesar de que se puede
cuestionar si son suficientes para poder desencadenar un proceso de auto-

realización o auto-actuación en todas las personas.

Según Lafarga y Gómez, que son citados en (Prada R. , 1994), dichas

condiciones necesarias aplicadas al sacerdote consejero, las cuales son:

A. Congruencia: coherencia entre lo que se es y lo que se dice, entre lo

que se siente y lo que se hace, entre el nivel interior y el exterior del

terapeuta.

B. Empatía: se trata de la capacidad de ver el mundo no solo a través de la

percepción del consejero sino a través d ellos ojos del consultante.

C. Interés positivo: el terapeuta debe apreciar a su consultante como

persona humana que es poseedora de potencialidades ilimitadas.

D. Aceptación incondicionada: significa que sea lo que diga, hable, opine u

haga el consultante, el terapeuta siempre lo aceptará sin condiciones,

sin evaluaciones, sin reservas.

E. Percepción del consultante: el consultante debe percibir personalmente

las anteriores condiciones en su consejero, en nuestro caso en el

sacerdote.

Todos los aspectos descritos anteriormente que utilizaban los sacerdotes

que se dedicaban a la consejería, se pueden acoplar a un terapeuta que tiene que

aplicar estos aspectos con su cliente también; es pertinente describir qué es un

cliente en esta teoría lo cual “hace énfasis a la participación activa, voluntaria y

responsable de la persona”.
Dicha terapia se considera como la que más representa la perspectiva

humanista, la cual se deriva de su compromiso del crecimiento personal,

(Cloninger, 2003), menciona:

1. La perspectiva humanista se centra en aspectos “superiores”, más

avanzados y sanos de la experiencia humana y su desarrollo.

2. La perspectiva humanista valora la experiencia subjetiva del individuo,

incluida la experiencia emocional.

3. Los psicólogos humanistas ponen más énfasis en el presente que en el

pasado o el futuro.

4. Los humanistas recalcan que cada individuo es responsable de los

resultados de su vida. No hay condiciones pasadas que predeterminen

el presente.

5. La perspectiva humanista pretende aplicar sus descubrimientos al

mejoramiento de la condición humana modificando el ambiente en que

se desarrolla la gente.

Esto quiere decir que los humanistas ven en las personas un crecimiento

óptimo si el paciente logra desarrollar un sí mismo verdadero, buscan que el ser

humano sea más persona y consideran que únicamente deben ser guiados por su

sí.

(Sarason & Sarason, 2006), mencionan que el individuo busca el crecimiento

personal, pero necesita el apoyo de un terapeuta que lo aprecie y acepte. El

terapeuta es un facilitador no directivo que alienta la autoexploración del cliente y

sus esfuerzos por lograr mayor madurez y confianza en sí mismo.


Es importante entender los conceptos básicos de la teoría, los cuales

(Prada J. , 2006) son los siguientes:

- Naturaleza del hombre: el hombre es un ser racional, social, progresivo

y realista. Su tendencia es la autorrealización, a crecer, actuar su propio

organismo, por esto tiene una capacidad para encontrar circunstancias

favorables.

- Organismo: es la base de toda la experiencia. El organismo se actualiza

a sí mismo a través de las experiencias, cuya totalidad forman el campo

fenomenológico del individuo. Esto quiere decir que forma su cuadro de

referencia, en donde su contenido son las experiencias conscientes o

inconscientes del individuo, poniendo como regla suprema que el actuar

debe ser un profundo encuentro con el propio organismo.

- Desarrollo del yo: a medida que el organismo se va actuando en el niño,

poco a poco este se va dando cuenta de que existe, de que obra, y en el

contacto con el ambiente, especialmente con el ambiente de los otros

hombres, la conciencia de que existe se organiza en un concepto de sí.

Esto quiere decir que el Yo llega a tener percepciones del yo personal y

percibe cómo ese yo personal se relaciona con los otros.

- Necesidad de ser estimado: con el desarrollo del concepto de sí, el

individuo experimenta también una necesidad creciente de ser estimado,

de sentirse a sí mismo como causa de una experiencia positiva en otro

sujeto. Esto quiere decir que si uno se siente estimado por su conducta,

se siente estimado por su persona, por lo que lo mismo sería si no se

tiene estima. Es importante resaltar que la necesidad de ser estimado es


tanta que las experiencias se valoran basándose en los criterios de las

personas del ambiente que son significativas porque son de las cuales

se espera estima.

- Las condiciones de la dignidad personal: cuando un individuo se percibe

a sí mismo más o menos digno, mas o menos estimado, por personas

significativas para él, desarrolla una estima de sí correspondiente a esa

percepción. Esto quiere decir que su percepción de sí puede depender

de sus padres, pareja sentimental, familia, etc. En este caso, algunas

experiencias de sí mismo, impulsos especialmente, se evitan

únicamente porque perjudicarán esa estima de sí.

Estos conceptos básicos son necesarios definirlos para que se pueda

analizar y contemplar la idea de desarrollo de su terapia, ya que en este caso,

cambian muchos conceptos que se fueron desarrollando en el psicoanálisis, que

fue una de las primeras teorías que utilizaba Rogers para su estudio.

En el desarrollo de su teoría, Rogers definía el proceso terapéutico de

manera detallada, tal como lo describe en su libro (Prada J. , 2006): en este

proceso se buscaba la restauración del equilibrio psíquico, esto quiere decir que

es la reconquista de la capacidad de considerar “todas las experiencias” como

propias y pertenecientes al yo, y valoraras desde el punto de vista de su utilidad

para satisfacer la tendencia fundamental de autorrealización de sí. Esto quiere

decir, que Rogers consideraba que el cliente era totalmente capaz de

reorganizarse, únicamente tuviera las condiciones necesarias, tal como se alcanza

con la relación terapéutica.


(Prada J. , 2006) en su estudio sobre Rogers, cita las siguientes condiciones

necesarias en la relación terapéutica:

- El terapeuta debe ser congruente, esto es, debe mostrarse tal cual es,

sin intentar máscaras o aspectos falsos de su personalidad.

- Comprensión empática del terapeuta por su cliente: significa ponerse en

la posición de, mirar con los ojos de, ver la situación problemática como

si se viera desde el ángulo del cliente.

- Estima incondicionada del terapeuta por su cliente: el terapeuta lo debe

aceptar sin ponerle condiciones.

Si vemos, estas condiciones básicas, se comparten en muchas de las

terapias desarrolladas hasta el momento, pero son casi iguales a las condiciones

que utilizaban los sacerdotes consejeros.

Es importante resaltar que estas condiciones básicas tiene que verlas el

cliente cuando está experimentando un estado de incongruencia, vulnerabilidad o

angustia.

Ya que se detallaron las condiciones básicas en una relación terapéutica,

es importante conocer las etapas que se van experimentando en un proceso

terapéutico según la teoría centrada en el cliente. Según (Cloninger, 2003) son las

siguientes:

Etapa 1: comunica acerca de cosas externas más que del sí mismo; no se

reconocen o poseen sentimientos percepciones rígidas (“constructos”);

temor de las relaciones cercanas; no hay deseo de cambiar.

Etapa 2: los problemas se ven como externos al sí mismo; no hay sentido

de responsabilidad acerca de los problemas; algunos sentimientos se


describen en pasado o como si pertenecieran a otros; no hay conciencia de

las contradicciones.

Etapa 3: se habla mucho acerca del sí mismo y de los sentimientos

pasados; no se aceptan los sentimientos presentes; hay reconocimiento de

las contradicciones, los constructos son menos rígidos; las decisiones se

ven como ineficaces.

Etapa 4: los sentimientos presentes se reconocen y expresan, pero se

temen y sólo se aceptan en parte; constructos más abiertos acerca de la

experiencia; reconocimiento de incongruencia entre la experiencia y el sí

mismo; se reconoce al sí mismo como responsable de los problemas.

Etapa 5: los sentimientos se expresan con libertad en el presente; los

sentimientos son sorprendentes y atemorizadores; descubrimiento de

nuevos constructos personales; deseo de ser el “verdadero yo”, aunque sea

imperfecto.

Etapa 6: experiencia inmediata de un sentimiento previamente “atascado”

rica inmediatez de la experiencia y aceptación de la misma; se experimenta

al sí mismo como si viviera existencialmente en el momento; no como

objeto; “aflojamiento” fisiológico (lágrimas, suspiros, relajación muscular)

la experiencia subjetiva sustituye a los “problemas” definidos.

Etapa 7: se experimentan nuevos sentimientos de manera rica e inmediata

la experiencia es nueva y presente, no se relaciona con estructuras

pasadas; el sí mismo es la conciencia de la experiencia, no un objeto

los constructos son tentativos y se sostienen de manera flexible, para ser


probados; los sentimientos igualan a la ideación; rica experiencia de

elección.

Por lo descrito hasta el momento en la investigación, se puede percibir que

la terapia centrada al cliente ha tenido un gran impacto en las diferentes maneras

que un terapeuta percibe la relación con sus clientes; lo cual, hace destacar que

una de las principales metas de esta teoría es promover el crecimiento psicológico

saludable de la persona.

Rogers menciona que cuando el terapeuta es capaz de tener sinceridad,

aceptación y empatía con su cliente, desarrolla la escucha activa, (Meyers, 2005),

la describe como que esto es, hacerse eso, reformular e intentar descubrir lo que

expresa una persona (verbalmente o no) y reconocer los sentimientos expresados.

Por otra parte, también describe que la escucha activa es en la actualidad una

parte aceptada de las prácticas de orientación terapéutica en muchas escuelas.

Lo anteriormente descrito quiere decir que el terapeuta es capaz de

escuchar atentamente e interrumpe solo en el momento que necesita reformular y

confirmar los sentimientos del cliente, con el fin de ser capaz de aceptar lo que el

individuo expresa o para buscar una aclaración y comprender mejor el contexto.

(Meyers, 2005) agrega que si se quiere tener una escucha más activa, se

pueden seguir las siguientes tres indicaciones que pueden ser de mucha ayuda

1. Parafrasear: comprobar que se han entendido las palabras del que

habla resumiéndolas con las propias palabras.

2. Invitar a la clarificación: “¿Cuál podría ser un ejemplo de eso?” puede

estimular al que habla seguir hablando.


3. Reflejar los sentimientos: “parece frustrante” puede reflejar las

sensaciones que capta del lenguaje corporal y la intensidad del que

habla.

Toda investigación se tiene que centrar en lo positivo y negativo, por lo cual,

se hace ver algunas críticas a la teoría de Rogers que desarrolló (Cloninger, 2003)

en su libro, las cuales indican que algunas personas han descalificado a Rogers

por la ingenuidad acerca de la naturaleza humana. Por otra parte, también

describe que como terapia, la aproximación de relación debería mostrar eficacia

en el tratamiento.

La terapia centrada en el cliente es eficaz, pero no más que otros

tratamientos y si sus aseveraciones acerca de la naturaleza humana fueran más

exactas, se esperaría que produjera mejores resultados el tratamiento. (Cloninger,

2003); esto quiere decir que la teoría de Rogers se centra en la bondad de la

gente, en la naturaleza humana y no reconoció la medida de la capacidad humana

para hacer el mal.

Por otra parte, (Cloninger, 2003) también menciona que la teoría de Rogers

dice con optimismo que si la persona se mantiene en contacto con el proceso de

valoración orgánica será guiada por la tendencia a la realización en una dirección

positiva; lo cual es criticado porque se considera que con esta guía no se puede

tener el control social o religioso, incluso el terapeuta sacrifica su autenticidad por

poner mucho énfasis en la empatía y el interés en su paciente, dejando a un lado

que para un terapeuta puede llegar a tener una confrontación difícil con su

paciente.

(Cloninger, 2003) cita a Rollo May, describiendo que May:


indica que el tema del optimismo excesivo acerca de la naturaleza humana

no es un simple desacuerdo filosófico, sino que tiene implicaciones para la

terapia. Según May, su descuido del lado maligno de la naturaleza humana

deja a los terapeutas centrados en el cliente sin la preparación para

manejar adecuadamente las emociones negativas de sus clientes, incluidas

la ira y la hostilidad.

Esto quiere decir que no tomó en cuenta los aspectos del optimismo, ni

tomó en cuenta los valores y mitos que generan las personas para tener una

dirección positiva para el crecimiento humano.

A manera de ir concluyendo y recapitular un poco la información, se

destaca que Rogers considera que la terapia debe ser no-directiva, esto quiere

decir que no se da consejos propios, el terapeuta no da sus criterios o hace

evaluaciones al cliente en proceso de curación, sino este deja que el propio cliente

llegue a definirse apoyándose en la fuerza curativa y creativa interior que ha

desarrollado.

Por otra parte, cabe resaltar que Rogers considera que la función del

terapeuta es asumir el marco de referencia interno que el cliente ha creado para

percibir el mundo tal como lo ve, con el fin de percibir al cliente tal como se ve a él

miso y dejar todas las percepciones propias por la empatía que se llega a crear

hacia el cliente.
Conclusiones:

1. Esta terapia se fundamente en que la persona humana tiene capacidad


innata de auto-realización, solo hay que ofrecerle la relación positiva para
que esta potencialidad de ser más se desarrolle.
2. En esta terapia, el terapeuta no emite juicios, sino facilita el proceso de
autocomprensión, pues sirve como espejo para el cliente, haciendo
hincapié en la importancia de una aceptación incondicional y empática.
3. El terapeuta es un facilitador no directivo que alienta la autoexploración del
cliente y sus esfuerzos por lograr mayor madurez y confianza en sí mismo.
Lo cual hace que en una relación terapéutica, el terapeuta tenga las
condiciones de ser congruente, tener comprensión empatiza hacia su
cliente y tener una estima incondicional hacia su cliente.
4. El terapeuta debe desarrollar una escucha activa para poder demostrar las
condiciones anteriormente mencionadas, esta atención escucha se puede
aumentar con la ayuda del parafraseo (comprobar si se ha entendido lo
dicho), invitar a la clarificación (que el paciente siga hablando) y reflejar los
sentimientos (captar el lenguaje corporal o diálogo para entender las
sensaciones).
5. En el proceso terapéutico se pasa por 7 etapas, las cuales en la primera se
comunica acerca de cosas externas, en la segunda los problemas se ven
como externos al sí mismo, en la tercera se habla más acerca del sí mismo
y de los sentimientos pasados, en la cuarta los sentimientos presentes se
reconocen y expresan pero se temen, en la quinta los sentimientos se
expresan con libertad en el presente, en la sexta la experiencia inmediata
de un sentimiento atrasado, se acepta y en la séptima se experimentan
nuevos sentimientos de manera rica e inmediata.

Bibliografía:

Cloninger, S. (2003). Teorías de la personalidad. México: Pearson educación.


Gerrig, R., & Zimbardo, P. (2005). Psicología y vida. México: Pearso educación.

Meyers, D. (2005). Psicología. España: Panamericana.

Prada, R. (1994). Terapia a su alcance. Colombia: San Pablo.

Prada, J. (2006). Escuelas psicológicas y psicoterapéuticas. Colombia: Sociedad


San Pablo.

Sarason, I., & Sarason, B. (2006). Psicopatología, psicología anormal: el problema


de la conducta inadaptada. México: Pearson Educación.

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