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□ E D m ^ p a ’s LIMA

ublicará poemas de Pablo Neruda, Oliverio Qirondo,


Alberto Hidalgo, Juan Marín, Magda Portal, Alci-
des Spelucín, Guillermo Mercado, César Vallejos,
Pablo Bustamante y Juan José Lora.

El Romance de la noche florida


¡Niña de gentiles ojos:
duermes!
cuando se oye el romance de la noche florida.
Como el botón de Enero,
en letargia sueñas:
distante tu alma rie en la marina oscura
del Setentrión falaz.
No temes pánicos azares
de la Luna borrada
y la visión del mar.
Viajadora üel sueño
sigues la dulce barcarola de un infinito sin amor.
Como el perfume, errante tu suavidad se aleja
a las estancias hondas sin fin de los preludios
y es tu esperanza leve.
Te apartas de mi noche florecida
en tu bajel de sueños como a funestas brumas
tiende las alas el alción feliz
Llamáronte las islas engañosas,
las figulinas pálidas
del mar.
Sola en tu sueño cuando en jardin amante,
la estelaria azul te espera,
no sientes el romance de esta noche florida
no despiertas
lejana de mi vida.

J o se M. Eguren.

Agosto de 1926.
EJECUCION SUMARIA

Ahorquemos el Virreynato con una enagua de la Perrícho-


lí. El recuerdo de esta cholita, Maintenón o Ponpadour de un
virrey romántico y defraudador, será talvez lo único que se salve
del Virreynato.
Los colonialistas han consagrado como diosa lar de Lima
a una serranita, cuyo mayor mérito fué el de chamicar a un mar­
quez cornudo. Pero no está mal. El caserón de Torre Tagle vale
menos que la novela de la cholita Villegas. Aunque ahora en los
salones de Torre Tagle se hospede la diplomacia, mientras en los
zaguanes de la quinta del Virrey Amat, cocean los caballos de la
Ouardia Republicana, v
J o sé C arlos M a r ià t e o u l

“COMO UNLADRON EN LA ”

Si, como un ladrón en la noche ha llegado la nueva con­


ciencia. Quien la ha sentido llegar? No ladraron los perros cen­
tinelas. No hay ánades en el Capitolio. Pero la nueva concien­
cia aquí está, en el silencio anunciador, en las tinieblas predecesoras.
La sentimos latir en el viejo cuerpo de la raza, como si de
la cegada fuente volviera a manar el agua viva. El muerto cora-
ion, la oculta entraña, reinicia su dinámica de péndulo. Lento,
lento, casi imperceptible.
Venid ya, la nueva conciencia ha llegado, Corre la savia
por el viejo tronco,
Luis E. V alcarcel

AMOR

Sal en busca del amor y no te asusten ni las cortesanas,


Fuerte con tu simplisidad entrégate, desarmado y en pieni-
tud, a lo que siendo bajo, te parezca alto.
El ojo de una estrella en el fango brilla mejor y tiembla con
no sé que divina revelación de altura.
Amigo, hemos de caminar este camino y cuidado con que re=
celes demasiado y seas temeroso, porque entonces la lágrima no
saltará jamás* y tu coraron se secará para siempre,
Una y otra vez acepta la suerte y sal a tu aventura. Al fin
llegarás a tu esposa, compañera de tu talamo y de tus ansias inmor­
tales.
La virgen no será para tí sino a condición de que hayas
dormido en los lechos impuros, como un confiado y generoso león
que se amputa las garras, y ofrece en la mano sus entrañas ardidas,

A ntenor O rrego
POLIEDRO POLIEDRO

POEMAS

I
Una lámpara tengo El Cuarto de los Espejos
encendida en mi estancia:
Tu palabra. En esta media noche
Tu palabra que vino tras de mi con rejas de aire
como una gaviota mansa,
y ya olvidó su nido se agitan las manos.
y el camino. ¡Donde estará la puerta! ¿Donde estará la puerta?
Que bien está conmigo Y siempre nos damos de bruces
y sin tus labios tu palabra. con los espejos de la vida
Parece una oración con los- espejos de la muerte.
que, al florecer se congelara.
La vestiré de fiesta ¡Eterna Juventud! Vejez Eterna!
igual que a un niño en pascua, Ser siempre el mismo espejo que le damos la vuelta.
y del brazo saldremos a los campos
a esperar la mañana. Se agitan las manos amarillas
Que bien está conmigo y se pierden las otras manos.
Tu palabra: Y en este todo, nada de espejos
tan fuera del naranjo de tu voz,
como un fruto maduro ser de MADERA
en la rama viajera y sentir en lo negro
de la distancia. HACHAZOS DE TIEMPO.

O quendo de A mat.
J, P erez D omenech .

Nocturno del Suburbio


Voy a ocultar en las sombras mi escapulario de llagas.
¿Pero por qué ha de ser así?
siempre así.
Bueno,
déjame andar siquiera por las calles.
Para nada. Para todo
guardamos los harapos de los dias
y el alma en los vestidos viejos
En plena vocacalle
II como un buho has caido de tu ausencia.

Voy por el mar de tu ternura A lejandro peralta.


marino experto en navegar.
Tus horizontes se me pierden
pero en todos los sitios puedo anclar.
Viste naufragios en mis ojos turbios
y crepúsculos pálidos
enredados en mi frente
como en los mástiles mas altos...............
Tus manos de ambar levantadas,
desde la dársena entrevista Canción del Náufrago
como los faros en el anochecer
hicieron señas.......
Tus manos de ambar encendidas......, Naufrago que salva
es hombre que muere en las orillas.
Hoy voy por el mar de tu ternura, No hay que evitar nada.
marino alegre en su cantar:
en tus ojos están todas mis noches Hay que dejar que todo venga
y en tu carne rosada mis auroras. como un plomo, para que así el disparo
no se sienta.
A rmando B azan , No hay que dejar anclado nada
ni siquiera una dársena al acaso
que nos tienda los brazos.

X avier A bril.

POLIEDRO POLIEDRO
POLIEDRO

Invita a los intelectuales que se Revista quincenal


estimen a abstenerse de tomar
parte en las cursis exhibiciones No. I
del Estudio Peruano de Artes
Decorativas.

Pedimos a la “poetiza“ Delia


Colmenares Herrera, que com­
Poliedro considera tan pruebe, ante un jurado de intelec­
desacreditados los pro­ tuales calificados y amigos del
gramas que se abstie­ malogrado Abraham Valdelotnar,
ne de formular alguno. la autenticidad del juicio que atri­
buye a éste en su libro “Meteoros“.

Los caricaturistas Goyburu, Vi-


natea Reynoso, Morey etc., nos
ruegan dejar constancia de que el La explicación de esta
señor Alcántara La Torre es aje­ revista, puede ser para
no al arte de ellos y que se trata unos su título y para
probablemente de un poeta. Por otros su contenido.
su parte los poetas afirman que
el señor A. de La Torre no es poe­
ta sino talvez un caricaturista.

P O L I E D R O
0 R
•L EXPLICACION D No publicará “versos" de Fede­
1 GEOMETRICA: E rico Barreto, Roberto Mac Lean
E POLIEDRO TIENE I Estenos, José Fiansón, César A.
D VARIAS CARAS L Ferreiros, etc.
R O
OR D E I L O P

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