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REVISTA POPULAR HISPANOAMERICANA * MEXICO, D. F„ 22 DE ABRIL DE 1941 * AÑO II.

NUMERO 23
A A IVERSABIO
1931 14 DE ABRIL - 1041
EX ESTA EW'HA LA KKPI’BUCA ESPA-
noI-a ha cumplido oikz aSos dk VI-
DA V DE MCERTB, UNA Y OTRA DRAMA­
TICAMENTE entrelazada». La
Repcbxjca Española nació ex el
JUBILO NACIONAL. VIVIO ENTRE PATE­
TICOS AZARES Y MCRIO A MANO AIRA­
DA. Mimo su cuerpo y Vive su
ESPIRITU, DESPARRAMADO PRINCI­
PALMENTE por el Continente ame­
ricano. Y PUESTO QUE VIVE SU ES­
PIRITU LA REPUBLICA ESPAÑOLA
VIVE. CEOARON SU CORRIENTE PACI­
FICA LAS MISMAS FUERZAS OSCURAS
QUE. APENAS DESHECHO SU MAGNIFI­
CO SIMBOLO, HACE DOS AÑOS, CA­
YERON sobre Europa y la civili­
zación OCCIDENTAL. EL EMBATE
CONTRA LA REPUBLICA FUE EL PROLO­
GO DE LA TREMENDA LUCHA QUK ESTA
ENSANGRENTANDO LA TIERRA. CON­
FIEMOS QUE, EN EL GIAIRIOSO EPILOGO
QUE LA SUERTE NO NOS HA DE NEGAR,

n PROBIDAD PERSONAL Y AMOR PUBLICO NINGUN ESTADO PUEDE PROSPERAR


LA REPUBLICA KSPAÑOLA TENDRA EL
PUESTO Qt.'E LE CORRESPONDE.

iàrGÆRTMADO CÓMO ARTICULO DE SEGUNDA CLASE, EN LA ADMINISTRACION DE CORREOS DE MEXICO, D. F-, CON FECHA 7
* JOVELLANOS
DE FEBRERO DE 1940

NUEVAS NOTAS SOBRE PAUL VALERY,


Juan José Domenchina * WILLIAM HO-
GARTH, Juan de la Encina - EL SOLITA-
810 DEL ESCORIAL, Daniel Tapia Bolívar
Grant Wood: .Wúi'í her no, reproducido de Modern
LOS ANIMALES, DESCONTENTOS Art in America. por Martha Candler Cheney. (En la
ETERNOS, Enrique Rioja ' TRILOGIA MA­ pagina 21: Bibliografía de Mexico, Estados Unidos
RINA Y OTROS VERSOS, Rajad Heliodoro y Europa.)
Volte - LAS SIETE PALABRAS DE LA PA­
SION, Alberto Velázquez • EL TEATRO EN
MEXICO, Armando de Maria y Campos • Nuevas Notas
LA LAMPARA DE ALADINO, V. Volkov
- LA DANZA DE BASILEA, Guillermo Ji- SOBRE
ménez • CUENTOS SOBRE CHAPAIEV, A.
Kononov • CHIPOJO (Cuento), Luis Felipe
Rodríguez • ESPEJO DE LAS HORAS: EDI­
TORIALES • ARTE: Exposición de Koloman
Sokql • EL TEATRO, Julio Acosta ' LA
Paul Valery
MUSICA, José Barros Sierra * LOS LIBROS POR
POR DENTRO • CIENCIA, HISTORIA Y JUAN JOSE DOMENCHINA
SOCIOLOGIA • ULTIMAS EDICIONES Conocí personalmente al
Y NOTICIAS • BIBLIOGRAFIA de Mexi­ difícil v esquivo poeta tic
co, Estados Unidos y Europa • BIBLIO­ Charmes en mi .Madrid aún
GRAFIA HISPANOAMERICANA - NOTAS madrileño de 1932. Por en­
CIENTIFICAS • REVISTA DE REVISTAS tonces dije: La traza física
y las maneras sociales del
• LAS SECCIONES ‘’A la deriva”, "En poeta Valéry corresponden,
acecho”, "Locuras de cada día”, ‘ELCINE se ajustan con exactitud, al
¿7 comerciante, e! cocinero y la muerte. (En la página 9: La danta de Basilea. por Guüienno Jiménez-') tipo humano y espiritual
i. j. domenchin'a ‘*ue un lector atento puede
entrever en cualquiera de
sus libros vit- prosa, fragmentario?. Ln el hom­
bre \ aléry se reconoce instantáneamente :1
autor de LiUératnrc. de h'bu mbs. de l anclé.
Mas no al creador de Ceuta;?,-.. \¡ creador de
Charmes se le atribuye -no sé si sé por qué -
otra prestancia: el aspecto altivo y atormenta­
do de un asiduo y pertinaz sttperaJor de tas
dificultades más arduas.
.'Cc«ít«kd ,n !.¡ íhájt'na 2)

Alca? y frailecillos; ave? de torpe volar, diestros en Raul P. nt¡ Bots: Proyecto para una polonesa y tra­
la natación. (En la página 4: Los arrímales, descon­ jes para Dos bc-stquets. (En la página 15: Ei teatro.
tentos eternos, por Enrique Rioja
Pagina 2 ROMANCE 22 de Abril de 1941

el rato”— a los lectores comunes, que sólo se


NUEVOS APUNTES. ..
¿e :.J página h
A LA DERIVA solazan con productos fáciles e indistintos, cu­
yas dimensiones están en proporción con la
aiij, tura y el bajo nivel de sus entendederas.
Y añadí que no es siempre grata la tarea DECIAMOS AYER “En lo que me atañe —escribe Y'aléry—, con­
de releer a un escritor ilustre. Porque no en fieso que no capto apenas nada en un libro
todos los casos sale uno indemne, esto es, sin LRSO de estética. Las aulas de !a Facultad de hacia las alturas y alburas espirituales no deja por que no se me resiste”. Y' agrega penosa y nos­
enojo o fatiga, del capcioso dédalo de tan ex­
cepcionales lecturas. Pude advertir que en
aquella sazón mis treinta y cuatro años no res­
pondían al estímulo de Valéry con el fervor
C Filosofia de México abren sus puertas a un
patio de arena rojiza y vegetación ubérrima.
El patio es absolutamente indígena. Embarga
ánimo, a! llegar a él, una latente melancolía pre-
eso de hundir sus cimientos, la brasa infernal que
da origen a la llama que se pierde en los aires, en
la
el misma tierra que sirve de lecho a las amables
siestas del /Arcipreste, de Bocaccio.
tálgicamente: “La persecución del efecto inme­
diato y del entretenimiento presuroso han eli­
minado del discurso toda sutileza de trazo, y
de la lectura, la lentitud intensa de la mirada”.
cortesiana. Las aulas son, por el contrario, de tipo Flameante y estilizado, Juan de la Encina, abate
entusiasta de mi entonces aún próxima juven­ castellano o manchego. Trátase de habitaciones hu­ liberal, se transfigura en místico. Su perfil de as­ Hablando de Mallarmé, Paul Valéry se
tud inicial. La delicia tempestuosa y dinámica mildes, destartaladas, con desabrimiento de pajar o ceta jocundo, de Iñigo Tenorio adopta el rictus identifica no pocas veces con su modelo. Como
—delirio puro de ménade o de posesa— que de celda. interrogante y dramático del apóstol, del santo va­ aquél, el autor de Eupalinos ou l’Architecte
suscitara antaño en mi espíritu L’âme et la Dispuesto a desarrollar el tema de los grandes rón. Un tafetán blanco pegado en el dorso de sus
estilos de occidente un crítico de arte español: Juan manos espiritualiza su accionar. La España de la busca el consenso difícil y la adhesión nunca
dame y la pluscuamperfecta ecuanimidad de in­ incondicional de la minoría. La minoría no
de la Encina. La primeriza noche trae, con sus ti­ monja de las llagas resucita al conjuro de este vasco
telecto que me atribuía al abismarme en la lec­ biezas sedantes, alivio a los nervios de quienes acu­ en el exilio, que ahora, mientras mira de soslayo a es un conjunto de individuos excepciona­
tura de Eupalinos, no me asistieron ya en aque­ den al bálsamo de la palabra insinuante del predi­ sus oyentes, toma entre sus dedos y se lleva a la les; es un espacio donde se reúnen, sin sutura,
lla reincidencia intempestiva. El tiempo es im­ cador. Predicador desenfadado si los hay, erudito, boca otra pastilla refrescante.
y se congregan, jamás gregariamente, cuidando
placable. Y los libros, según el propio Valéry, poseedor de cierta e indeclinable socarronería cantá­ Al retumbar de las palabras mágicas —románti­
brica. agudo v dulce ibero en fin. Tras de definir co. gótico, renacimiento, barroco— los españoles es­
de no confundirse en una congregación o her­
“tienen los mismos enemigos que el hombre; los diversos estilos arquitectónicos el critico deriva mandad, es decir, nunca como congregantes,
el fuego, la humedad, los animales, el tiempo téticos y éticos, dispersados por el huracán, se van
placenteramente hacia lo literario. Es achaque que reuniendo otra vez, en una habitación pobre, con las díscolas y disímiles afinidades autónomas
y su propio contenido”. Y también, añadí yo le arrebata de antiguo. Véase, si no, con qué delecta­
estilo de pajar deshabitado, y continúan —la gue­ de unos hombres que son y quieren seguir
entonces, “el propio contenido nuevo del anti­ ción saborea y repite las palabras de la Celestina. Y
luego, luego del sofoco de haberlas dicho, el critico rra pasada ha dejado intacto el molino de sus pre­ siendo, ante todo, ellos mismos.
guo lector”. pellizca, de una caja que tiene ante sí. una pastilla dilecciones—, charlando de lo mismo: de las des­
Yo gustaba sin exceso, es decir, adecuada­ Ahora bien, Valéry, como el creador de
de confite refrescante. Su masticar se hace intencio­ envueltas maneras de Juan Ruiz en la lírica hispana
mente, de la poesía desencantada y casi toda L’après midi d’un Faune, y como sus precur­
nado. Su decir jugoso, picaresco. Si el gótico camina o de los compungidos modos de la mística ibérica.
encantamiento del autor de Charmes. Como sores y epígonos, concede harta beligerancia
“trabajo” y “superación de la dificultad”, co­ a la “mayoría”. Le obsesiona su insignificante
mo “producto” de la mente lúcida y fría, significación y su nada intensa extensión de
género de acicates que no sean precisos, esto mente, como antípodas de la serenidad morfo­ enorme superficie. Y para zafarse, para des­
siempre la diputé y tuve por arquetipo de es, que no resulten indispensables y exactos. lógica, estática. Son una lección —no siempre
una forma impecable que iba conscientemen­ entenderse de su estúpida atracción, trabaja
Y' el estímulo de la perentoriedad, de la ur­ poética— de poesía. Dicen todo lo que no ha por y para ella: contra ella. De ahí que, como
te al fondo de la cuestión poética, aunque, en gencia. jamás puede ser exacto ni indispensa­ de hacer un lírico para lograrse específica­
ocasiones, detuviera y defraudara el impetuoso él dice de Mallarmé, exonere sus escritos de
ble. Por eso Valéry se rezaga adrede en el lecho mente, si dispone de la gracia, también espe­ todo ese lastre grato a la mayoría. Parafra­
cúrso de nuestro ritmo vital. Poeta que domina insomne de la morosidad o del ocio en perpe­ cifica. de la inspiración, en un verdadero poe­
su oficio, el alarde de esta tesitura, de su con­ seándole, diríamos que. como los más gustan
tua vigilia. Su esfuerzo equivale a molicie. ta. Valéry, en su condición de teórico de la de la elocuencia y del relato, el lírico que se
cienzudo y pacienzudo saber, encierra no pocas Hay una morbidez —una exactitud blanda, poesía práctica y por su calidad de escritor,
veces a Valéry en las dimensiones abstractas estime debe prescindir de la disertación comu­
muelle, suave delicada—. apenas mórbida, esto se nos antoja un pedagogo insuperable. Pero nicable y de lo anecdótico y episódico: efe la
de su alambicado virtuosismo. Pero el conse­ es. no estrictamente de tipo patológico, en esa ninguno de sus versos se emancipa de su na­
cuente lírico se redime de esa disminución y máxima, porque ei vulgo se perece por la sen­
voluptuosa pesquisición de la pausa y de la turaleza servil y magistral —y más o menos tenciosa concreción y generalización de la
de su ufanía técnica gracias a la autentici­ expresión eficientes, que jamás -se supedita a artificiosa— de "ejemplo”. Ninguno se nos
dad de sus hallazgos. En Valéry hay siempre paremiología; de las pasiones más frecuentes,
la premura. Allí, donde se entierran los em­ impone como “poesía pura”. porque son las más extendidas y, por lo
un fondo de belleza inmarcesible: la fruición briones líricos que malogró la prisa, nace, por Entre el
perfecta de un idioma irreprochable, la cons­ mismo, las menos intensas; de las formas fami­
ejemplo, como un ejemplo de viabilidad retó­ Nymphes! si vous m’aime^, il faut toujours liares, harto domesticadas por el uso domés­
trucción exquisita. El "trabajo” de Valéry cul­ rica. y un sí es no es poética, l.e cimetière dormir!
mina, efectivamente, en perfección. De mane­ tico. y, sobre todo, de esa antinietzscheana
marin, dinámicamente estremecido por el exac­ del Narciso, de Valéry, y el tesitura nietzscheanista que nos mueve a ser
ra que el autor de Eupalinos no se equivoca al to vaivén de las maj-eas: Ces nymphes je les veux perpétuer
afirmar, en cuanto a él se refiere, que el género o aparecer “demasiado humanos”. No. Valéry,
más bajo y desdeñable es el que nos exige un del fauno, de Mallarmé, para no citar en pri­ como Mallarmé, es uno de los precursores, ya
Ce toit tranquille, où marchent des colombes, mer término el inevitable Calembour prosó­ conscientes y voluntariosos, de la deshumani­
menor esfuerzo. Perfección, en efecto, es tra­ entre les pins palpite, entre les tombes...
bajo. Pero trabajo perfecto, que sólo la aptitud dico, que no pocos suponen arquetipo de poe­ zación del arte. El arte es la superfluidad
puede llevar a término feliz. Quien esto escribe sía pura al retrueque; esa preciosidad de tipo exquisita de que no pueden prescindir los me­
Más que poesía pura, en los versos de Valé­ rococó inmensamente vacua que dice “abolí nos. El alimento indispensable que no restaura
ve, como el autor de Rhumbs, en el román­ ry se encuentra siempre, en todo caso, y con
tico un aprendiz entusiasta, que, si llega a su- bibelot d’inanité sonore”, o el insuperado logro los organismos. El lujo de la inteligencia. La
reiteración y exactitud inconfundibles, el con­ de John Keats, con que inaugura su Endymion: pasión antidemocrática del placer difícil .yapév
4>erar y dominar los equívocos de su difícil cepto de la poesía aura:
menester, habrá de convertirse fatalmente en A thing of beauty is a joy for ever ñas compartido. Lo que no está en ningún
un clásico neto. El poeta, cuando se em­ siempre intacto, a pesar de los ininterrumpidos caso al alcance de la indiferenciación del vulgo.
Dures grenades entrouvertes Por eso espera —y exige— la alocución ines­
papa en su oficio y vive de su maestría, es. cédant á l’excès de vos grains, manoseos que padece, existe una diferencia
definitivamente, un clásico. Pero el dásico inmensurable: el espacio de sensibilidad y de perada, el vocablo inaudito y armójaico ^j jgsér/
je crois voir des fronts souverains que eufónico— y, muy especialmente, esa vir­
no rehuye el trance de la inspiración, la sacu­ éclatés de leurs découvertes! instinto que media entre la dicción procer y
dida cósmica: el delirio profético. Tampoco exquisita de un prbfesor de poesia pura y el ge­ tud o condición característica de lo poético que
soslaya el dolor. Con palabras de Y aléry, pue­ nuino hallazgo poético. resulta inefable para la expresión usadera, es
Si les soleils par vous subis, decir, que no puede ser expresada con el len­
de insistirse en que “todo pensamiento es un o grenades entrebâillées, Valéry cree —como Nietzsche— que todo
suspiro”. Y, como el poeta absoluto no recusa guaje de la prosa y que postula indefectible­
vous ont fait d’orgueil travaillées verdadero escritor 1 debe eludir, como sea, la mente, precisamente, el cántico.
nada de cuanto contiene el orbe —ya que, en craquer les cloisons de rubis, añagaza y el peligro de los lectores comunes
fin de cuentas, y como el mismo Y aléry anota, e indeseables. A propósito de Mallarmé, es­ Valéry, que no siempre elude la anécdota,
el poeta es el más utilitario de todos los se­ et que si l’or sec de l’écorce cribe: “La facilidad de la lectura es norma por más que logre conjugarla con sus fórmu­
res—, la obra universal del vate, del vatídico, las cabalísticas, advierte y ama en Mallarmé
a la demande d’une force en las letras desde que se inició el reinado de la
dolorosa fruición de futuros sin nombre y de crève en gemmes rouges de jus, prisa general y de las hojas impresas que im­ la belleza sin pretextos. Es decir, la poesía ex­
sospechas arduas, es tormento sin tregua. clusivamente pura. Porque Mallarmé no ad­
pulsan u hostigan ese movimiento. Todo el
El poeta quizá sólo halle un punto de felici­ cette lumineuse rupture mundo tiende a no leer más que aquello que mite “el uso” de la poesía. La poesía no es una
dad donde mecerse y extasiarse: allí donde con­ gracia utilizable. Sólo está a su propio servicio.
fait rêver une âme que j’eus todo el mundo podria escribir”.
cluyen o se tocan la ambición de su intelecto Y, si no lo está, no puede servir “a nadie’ ai
de sa secrète architecture. El autor de La Jeune Parque no admite “para nada”. No hay que escribir “en verso'*.
v la resonancia o eco que el futuro suscita en Porque sus versos —tan trabajosamente que el oficio del escritor se reduzca a la des­
su corazón. “Obra” equivale a sacrificio. Y No hay que prevalerse del verso como equiva­
elaborados— trabajan, a su vez, autónoma­ deñable misión de entretener —“de hacer pasar lencia o pseudoequivalencia expresiva. El ver­
“poesía” vale tanto como “esencia’. Mas
no se nos alcanza el modo de que la esencia se so es la superación de la voz media del hom­
destile y se logre al solo estímulo del intelecto. bre, de la prosa: es el cántico. Sólo lo que no
puede decirse en prosa, ni por medio de la mú­
Esta tesitura esencial nos separa de Valéry. PROXIMAMENTE sica, ni plásticamente, es poesía. La poesía es
Ln “poeta adrede” sólo es por excepción, como
en el caso de Valéry, un gran poeta. el mínimum que únicamente puede ser abar­
cado por la poesia; lo inaccesible para el má­

EN LA ROSA
Señalaba yo entonces también, y sin nin­
gún regodeo, el influjo de este imposible supe- ximum de las bellas artes.
rador de obstáculos comunes y de trampas El poeta, según Valéry, utiliza incluso k>
líricas sobre un restringido sector de la poesía inútil ; por algo es el más utilitario de los sertç.
española joven, influjo que era. en mi sentir, Las tierras de la poesía son siempre feraces;
sobremanera peligroso. Porque la mocedad, que porque no existe nada absolutamente árido
es harto accidentada, confunde a lo peor el
accidente con la esencia. Y’ la norma críptica
de los para un poeta. En último término, la etimo­
logía y la prosodia constituyen los recursos
v el designio exclusivamente intelectual de más inequívocos de su extenuante disciplina.
Valéry se tomaron más de una vez por la an­ Lna intuición no es poéticamente exacta —poé­
siedad mimètica y la desorientada ambición
de no pocos retorizantes como es.pecímenes de
creación pura y precisa, que era preciso reme­
dar. .. heterodoxamente.
No creo que Valéry —poeta opiniâtre, têtu,
VIENTOS tica— si no nos invade con su emoción etimo­
lógica y su infalible inefabilidad fonética. La
poesía —diga lo que guste el abate Bremond—
no tiene nada que ver con sus medios. El
que un poeta adopte unos y recuse otros
POR no quiere decir que los “advenedizos” carez­
entêté—. por más que se enquiste en el con­
cepto de la poesía formalmente pura, y por can de tradición, y, sobre todo, de eficacia.
mucho que se acomode en el antojo y la exi­
gencia de la perfección esencial, sea, como Ma­
JOSE MANCISIDOR Y que los ilustres por su origen remoto y por la
prestancia de su atuendo, sean eficientes y no
llarmé. un poeta nouménico. Por el contrario, resulten ilegítimos o bastardos. Un poeta se jus­
Novela premiada en México en el Concurso tifica y se salva por su acento. Y no por lo
para mí el autor de L'abeille es un poeta espe­
cíficamente fenoménico. Y'iene a ser el resul­ Nacional de Literatura de 1940 que utiliza o excluye. El uso de las cosas
tado —el fenómeno— de sí mismo. Su acci­ y su exclusión también son algo privativo
dente esencial y único Pero no la esencia de Exclusiva de distribución de Ediciones Romance: del acento propio.
su accidente. Y’ no se me tache de sibi­ Lo esencial de Y'aléry —todo ello inteli­
gencia al servicio de la poesía— está logrado
lino ni de paradojista. Porque nada hay tan
claro y tan exento de paradoja como la defini­
E. D. I. A. P. S. A. en prosa indeleble. Y su lujo se acicala peda­
ción de un poeta del tipo de Y'aléry. que se gógicamente en algunas preciosas “composi­
Apartado 8092 ciones" poéticas, dignas de un primer premio
limita a si propio con el culto perseverante
y el cultivo desapasionado de la tenacidad MEXICO, D. F. a la aptitud y a la perseverancia.
pluscuamperfecta. I) Tratándose de Valéry. el concepto "verdadero escritor”
El valor poético de Y alérv se desentiende EDICIONES ROMANCE comprende no sólo al escritor esencial o fatal, sino también al
artista y aun al artesano facticio o adrede, más o menos arti­
de la acucia cronológica: prescinde de todo ficiosos.
22 de Abril de 1941 ROMANCE Pagina 3

/rn.i.i .im
Mientras Inglaterra combate por la rem de mujeres muy gordas. Los ministros practicaban a su
existencia y persistencia de su Imperio, modo “la mordida”, especulando en los grandes negocios de
ha llegado de pronto a nuestra memoria la época. El sistema de gobierno era, según Macaulay, la co­
el recuerdo de quien es acaso el primero rrupción. No había otra manera posible de gobernar. El
de los pintores ingleses, y, sin duda de vino, las mujeres y los dados eran los plueeres de todos,

HOGARTH
ninguna clase, el más inglés de todos ellos: desde la Corte hasta las tabernas de los muelles del Támesis.
William Hogarth. La Venus (¡emética alternaba con Baco en todos los lugares.
Cuando Carlyle aseguraba que valia Los gobernantes bebían como demonios y su genio se clasi­
más para Inglaterra el haber tenido un ficaba según el número de botellas de oporto que apuraban
hijo como Shakespeare que un vasto im- de una sentada. Había, según Maurois, estadistas de una bo­
juande la encina era e» fuera de lo ponde­ tella, de dos y de tres. Walpole, el gran ministro, debió al­
POR canzar esta extrema jerarquía.
rativo de la expresión, muy poca cosa lo que quería decir,
Shakespeare y el imperio inglés, que precisamente en aquélla JUAN DE LA ENCINA Esta es la sociedad- que¿ctrata Hogarth. Dentro de ella
época. comenzaba a establecerse, gracias a sus marinos y pi­ el acero puritano estaba firme, aunque colgado de la pano­
ratas, nada tienen de incompatibles; y si bien Shakespeare plia. No tardaría en actuar nuevamente con vigor. Hogarth
púdo darse sin que se diera antes «i después el Imperio, y él estaba forjado en semejante metal. Desde el primer momen­
Imperio pudo no menos constituirse sin Shakespeare, es to de su actuación artística aparece como un predicador de
muy difícil imaginarse una Inglaterra en grande sin su poe­ genio del Ejército de Salvación. Hogarth creyó candorosa­
ta, como nadie acierta —decimos: ninguna persona culta— mente que podría moralizar a su pueblo por medio de la pin­
o ver a España sin su Cervantes o Lope de Vega. Los poe­ tura y el grabado; a ello dedicó toda su vida. Los grandes
tas y los artistas, cuando son verdaderamente grandes —no males de la sociedad inglesa de su tiempo: el vino, el juego
"pgeti&os”, que decía Unamuno— suelen convertirse en sím­ y las mujeres (donde se escribe vino léase casi siempre
bolos vivos y parlantes de sus pueblos, pareciendo como si en gin) aparecen en sus obras terriblemente representados. No
ritos tales pueblos hubieran concentrado todas sus fuerzas, hacía, como los moralistas y satíricos de nuestro tiempo
.Mu anteriores al nacimiento de "su poeta” y las que tuvieren unos dibujos volanderos, que se reproducen en los periódicos
después. No es fácil imaginarse cómo un pueblo débil, mea- y revistas populares, sino dramas y novelas en serie de cua­
paz de voluntad imperial, que no llevara en su destino una driles, pintados con energía y primor. El gran artista, do­
trayectoria de autoridad y prepotencia, pudiera producir un minado por su preocupación ética, creía en la virtud
poeta del prodigioso vigor de Shakespeare. El imperio «*- correctora del arte, del mismo modo que los teólogos y los
ylés corre acaso en potencia en la energía creadora del pri­ artistas del medievo. Esta confusión entre lo ético y lo esté­
mero de las creadores dramáticas de Occidente^ tico suele ser peligrosa en nuestro tiempo. Generalmente,
De William Hogarth, si no en tan vastísima extensión, cuando se la practica, suele sufrir considerablemente el arte.
puede también decirse que está intimamente unido a su pa­ Acaso sea esto debido a que en nuestra época el sentimiento
tria, al genio o numen de Inglaterra: arde en él, en su y la capacidad artísticos no tengan aquel vigor que nos ma­
persono y arte, la energía y la originalidad inglesa. Tamb ién ravilla en-los grandes momentos de la Edad Media. Un es­
vale un imperio. Nace en las postrimerías del siglo XVII, cultor gótico del siglo XIII puede ponerse enteramente al
]& de noviembre de 1GSH y muere promediado el siglo servicto de los dogmas religiosos; puede seguir cuidadosa­
XVIII, en octubre de 176$. Inglaterra, en medio de fuertes mente en sus representaciones la linea que le señala el teó­
bandazos politicos, se constituía entonces con solidez de logo: en cualquier forma que fuere, su energía artística
besnbre de mar. No era un poder nacido para un día, sino creadora se sobrepondrá a toda doctrina ajena al arte.
«pié adraba oon fijeza de nauta experto hacia un largo e Esto mismo sucedió con Hogarth.,Todo lo que en su
indefinido porvenir. En el siglo de Hogarth hervía, pues, arte es predicación puritana en nada le afecta. El artista,
■y fermentaba el mosto que, a mediados del siglo XIX, había cuyos sermones hoy no nos interesan gran cosa, como no sea
de ser el vino fuerte, poderosísimo, sólo comparable con desde un punto de vista histórico, aparece en sus obras todo
aquel abro que dieron las viñas de les colinas de Roma: lleno de gracia y vigor, cuando no desarrollando un sentido
Hogarth recogió en sí todos esos hervores y todas esas dramático que no tuvieron los escritores de su época. El
energías inglesas del setecientos. mismo lo declara, contradiciendo el modo de ver actual del
Ahora egtá de moda —digo, desde hace unos treinta arte, al que se ha llamado de la plástica pura : "Me he esfor­
añot—el artista que habla esperanto, lengua universal, fa­ zado siempre —escribe— en tratar mis asuntos como un au­
bricates* laboratorio» lingüísticos de suma extravagancia, / tor dramático. Considero mi lienzo como un escenario y a
lengua abstracta, que aborrece él sabor al terruño y ábomi- WILLIAM booartb: autorretrato
mis figuras como actores que, en virtud de ciertos gestos y
V itudas sedimentaciones históricas. En ciertas acciones, representan una escena muda”.
(VEANSE EN LAS PAGINAS 12 Y 13 LAS REPRODUCCIONES DRÉÜADRO3
:íéi¡¿-AeaguAsin "geler ni grito”, hermana del agua quimiea" DE BRt* GRAM PINTOR DABLES)
Ve, puék, Hogarth sus cuadros en autor dramático. Y
-s&nie pura, por lo inodora e insípiña, hase intentado Ca los -, no sólo los ve, sino que los desarrolla de ese modo. De ahí
dábaos tres decenios producir una forma de arte intema- infidencia. Si se estudia directamente su pintura, se advier­ que casi todas sus producciones sean obras en serie, esto es*
gionol,eomo el comunismo político-sorial, situado, no se sa- te pronto que no dejó de contemplar con mucho cuidado las acciones novelescas o dramáticas desarrolladas en escenas o
obra» de arte del siglo anterior ai suyo. Si con ei rabillo actos (cada escena o acto un cuadritoj, como lo hacen dra­
edad, »o en fa tierra. En ¿l re«ia maturgos y comediógrafos. Una enumeración de los títulos
del ojo miró a los italianos, con los dos ojos, y muy abiertos,
Utopia pueáe áarse sin duda tal arte. Aún es prematttHb analizó a los costumbristas flamencos y holandeses del siglo de algunas de estas series aclarará lo que decimos: El desti­
ni más ni menos que él esperanto o volapuk, para la tierra. XVII. Sin esos estudios, que ya no son de la Naturaleza, su no de nn perdulario. Matrimonio a la moda, El trabajo y la
Sin embargo, él arte tiene riara relación con la geogra­ arte hubiera sido probablemente otra cosa y desde luego más holganza, etc., etc. Todo esto se halla en los antípodas del
fía y la sangre. Hogarth es un britano hasta las cachas. Un pobre. De los flamencos aprendió, pues, esos empastes ju­ arte moderno, que no quiere contar historias de ninguna
britano de todo tiempo histórico y un britano del siglo gosos de su pintura y esas entonaciones doradas, sobrias y clase, y se conforma con puras representaciones plásticas
XVIII, en particular. En su época, dentro del arte inglés firmes. También recibió de ellos la gran lección de ver la o cromáticas. Si no pasa-ra de, ahí, a nadie interesaría hoy el
coetáneo, es un excéntrico. La doctrina neoclásica de la Naturaleza en toda su verdad y al mismo tiempo el arte de arte de Hogarth, como no fuera a los historiadores de las
Academia es ¡a doctrina artística oficial. A fuer de inglés sazonarla con humor. costumbres inglesas. Pero este inglés representativo, ciento
se opone y ríe de esa- doctrina. Tácitamente se acoge a la por ciento, hubo de poseer en- grado eminente el don de vida,
Si bien se mira, en este inglés del siglo XVIII se pro­ que, según Berenson, está representado por el sentido de los
estética naturalista del tiempo de la reina Isabel. Nada tie­ longa el arte realista del siglo XVII, o nfCjor dicho, el arte
ne que hacer la Academia en Inglaterra. "No existe —escri­ naturalista y moralista que floreció en los ¡mises del Norte valores táctiles o de forma y de movimiento. El artista que
bía audazmente— ninguna escuela donde pueda aprenderse en la baja Edad MeéHa. En pleno Renacimiento, en el siglo no los posee no es artista. En cambio, quien los posee en
la verdadera pintura. Sólo hay una: la que dirige la Natu­ XVI, un Brueghel el Viejo sostiene esta manera de ver, que grado distinto, bien puede darse a deambular por todos los
raleza”. Como Shakespeare, se encomienda a su imaginación, parecía periclitada, pero al mismo tiempo la magnifica con campos ajenos al arte, que, a pesar de todo, su obra tendrá
o mejor, a su numen, y a lo que ven sus ojos. Y no es que todos los recursos de composición y concentración que trajo el don de lo permanente. .-l*í 'William Hogarth. Por encima
rechazara sólo los modelos seudohélenos de los neoclásicos, el arte clásico. Es un espíritu medieval por sus aficiones del -moralista y el predicador el artista sobrevive.
sino que no se conforma con menos que con negar la eficacia a las moralidades y un renacentista por la ciencia y el refi­ 1 el artista era de los más cabales que ha. prod-ueido
del estudio de los maestros. Cuando estaba de moda entre namiento de sus realizaciones. Algo parecido sucede con >‘l siglo NI III, siglo que en modo alguno es para desdeñar
artistas el viaje a Italia, sin el cual parecía imposible nin­ William Hogarth. El espíritu nórdico le domina y por sus en pintura. El rococó francés produce artistas tan exquisi­
guna formación artística seria, él lo rechaza por inútil. pinceles habla una vez más. Su negativa al viaié a Italia, tos como Chardin y Fragonard, que tanta influencia tuvie­
“Copiar una pintura o estampa, aunque fueren obras maes­ en el fondo, procede de esta su naturaleza. Evidentemente ron- en lo que se ha llamado .li te Moderno, y en su comienzo,
tras. es justamente como trasvasar el agua de una vasija a existe aún fuerte oposición entre Norte y Sur europeos. El al primer pintor de Francia: Watteau. En Italia se pro­
otra”. No es cosa fácil ¡>oder admitir como valedera esta Sur ha sido para- el Norte la hermosísima sirena que encan­ duce uno de los más grandes decoradores de cualquier
salida de tono. Pero no es un juicio improvisado, sino una ta y envenena, porque no siempre supo éste taponarse las tiempo: Tiépolo, que es el último artista, hasta llegar De­
convicción, aunque errónea. Porque “el ojo del pintor —afir­ oídas como Elises. Aquella canción de Heine, Loreley, en lacroix, de gran manera y gran imaginación. Luego se ha
ma?— quç se deja seducir por las obras de arte pierde la fa­ la que la deidad del Rhin, cantando, atrae al pobre ¡tascador, dicho que la imaginación sobra al artista. Pero todo el
cultad de recibir impresiones nueras. Lo que precisamente que se estrella contra la roca en que ella estaba encaramada, mundo sabe la fábula de las uvas. “Están verdes”, hay que
adquiere en Roma el artista imprudente, no es el buen espí­ peinándose, con peine de oro sus cabellas, se ha repetido no decir a los que la niegan. Al tiempo que Tiépolo se hace vie­
ritu del pintor, sino el mal espíritu del aficionado”. Los ro­ pocas veces con- el arte del Norte. Nada extraño, pues, <1 jo, aparece, en España, Goya, Reeoje la gran antorcha co­
mánticos no alcanzaron a tanto, ni tampoco los naturalistas, recelo de Hogarth. ’ lorista del último maestro veneciano y, como ya- observó
sus continuadores, enando basaron la calidad o el valor de Berenson, la trasmite al arte impresionista. Inglaterra, ¡/ara
la obra artística en la manifestación de. un temperamento o .1 Hogarth no le preocupó la. belleza en sentido clásico. estos efectos de arte, era ¡mis de menos comunicación. Ho­
No aspiró a la serenidad. Viá cl mundo como un enorme garth producía para los ingleses únicamente y luida un
personalidad.
drama, en el cual combaten, el moda medieval, las virtudes arte enteramente inglés. Y esto no sólo porque él pusiera
Adelantándose a los extremismos de los artistas revo­ y los vicios. El moralista pone a su servicio los grandes
el arte de la ¡tintura al servicio de la predicación. de la
lucionarios del siglo XIX, rechaza, aún con más vigor que recursos artísticos que poseía. No se ríe, por ejemplo, como
moralización de la sociedad, y al servicio de la sátira acer­
éstos, la ingerencia del maestro. "Porque —decía—, a poco el Arcipreste de Hita o Teniers, de las debilidades huma­
ba, sino porque también, olvidando esta parte caediza de
que el discípulo se entregue, al maestro, aunque aquél fuere nas, de las cuales éstos saben participar, sino que, imbuido su arte, hoy enteramente descalificada por el gusto aduat,
el espíritu más original, se hallará inoculado del espíritu de de la reta puritana, se revuelve duramente, contra el liber­
este arle, si no se corresponde con- viejas tradiciones ingle­
otro, perdiendo así el poder de señalar su lienzo con la más tinaje de su época. El satírico airado domina no pocas veces
leve huella de su personalidad”. No existe, pues, según él, al humorista a la manera de Sterne. sas. porque en realidad, la pintura inglesa no las tenía, se­
otro maestro legítimo que la- Naturaleza. Ahí está todo lo rá difícil negar que cabe entera y perfectamente dentro de
que el artista puede apetecer. “En lugar de embarazar mi La época inglesa que le tocó vivir estaba bien alejada la tradición literaria inglesa. Esto en nuestro tiempo puede
memoria —sostiene— con preceptos marchitos, o de fatigar de la que habían construido el siglo anterior los puritanos. parecer peyorativo ; pero no lo es. Entendámonos. Por me­
mis ojos copiando telas menoscabadas por el tiempo, he pre­ No sabemos si ésta le hubiera sido grata, aunque sospecha­ dios puramente pictóricos, de dibujo, color y eran posición.
ferido siempre estudiar la naturaleza, pues me ha perecido mos que también no dejara de revolverse contra ella, de —en los tres puntos es admirable Hogarth—, realiza él una
que ésta es la vía más directa y menos peligrosa que nos haber sido su hijo. Es condición del satírico la inconformi­ obra que se corresponde con- la de los grandes dramaturgos
pueda conducir al conocimiento de nuestro arte”. En el fon­ dad. Precisamente los años en que viviera. Hogarth fueron, y novelistas ingleses sus contemporáneos o antecesores. Des­
do, esta es la estética tácita de todo buen inglés. Desde el en parte, de reacción contra el puritanismo: la ascética no de Chaucer a Wycherley, a Bivift, «terne, a Defoe, a Ri­
Renacimiento a los días recientes del simbolismo de fines jué su fuerte, y, aunque de una manera un tanto bárbara, chardson, etc., pueden hallarse constant emente ejemplos de
del siglo XIX no ha dejado de prevalecer, con este o el los ingleses se dieron a gozar de la vida, si no con el refina­ tono y de intención, de gracia y dramatismo, a teces también
otro eclipse. miento de los días renacentistas, desde luego con no menor de tosquedad o grosería, de jaita de tardo y gusto, muy pa­
¿Fué Hogarth fiel a semejante estética? En parte, sí. apetito y fe. Los historiadores cuentan- que el Rey Jorge, recidos y aun equivalentes a los que Hogarth fue poniendo
Ahora bien: sólo en parte se puede ser fiel a tal doctri­ un alemán de la casa de Hannover, que nunca llegó tt hablar con profusión, con abundantísima vena cómica y dramática,
na. De modo que Hogarth hizo lo que pudo para no caer en inglés, dtó el ejemplo. Be llevó consigo a Inglaterra un ha­ en las series de sus cuadritos.
Pagina 4 ROMANCE 22 de Abril de 1941

OS seres vivientes son ¡os eternos descon­ trenida la época en que la naturaleza le impone

L tentos; al igual que los humanos, son mu­


chos ¡os que no se resignan con su suerte
y hacen cuanto pueden por alcanzar una vida más
conforme con sus gustos o sus ideales.
Esfuerzos desesperados efectúan infinidad de
sus deberes maternales.
LOS HIDROAVIONES DEL MAR
Los intentos de vuelo efectuados por los ani­
animales para que su destino sea otro que aquel males marinos que al principio hemos reseñado
a que fatalmente están condenados. El ave no no son más que torpes ensayos de incipientes
se resigna con ser tal y se empeña en ser pez: aficionados que se debaten en minúsculos escar­
el alca, el frailecillo (Vid. pág. i) y sobre todo el ceos deportivos. En los peces voladores, su aspi­
pingüino y el pájaro bobo emprenden con tal tesón ración a ser aves se traduce en que toda su
su nuevo oficio que compiten, y aun a veces su­ conformación se modifica, llegando a ser mi­
peran, a los peces profesionales. (Fig. 2.) núsculos hidroaviones con los que la naturaleza
Son muchos los animales de prosapia terrestre ha querido anticiparse al ingenio de los huma­
que quieren ser peces. No pocos lo logran con nos.
mayor o menor éxito y algunos con garbo y des­ Claro está que en estos animales no todo es
envoltura. La tortuga, ,a foca, la otaria y tan­ deporte ni afición más o menos incontenida, sino
tos otros, no son malos aprendices de la nueva hábil patraña para burlar a sus enemigos acuá­
vida, al extremo de que algunos de ellos termi­ ticos. que ven desaparecer como por escotillón,
nan con manejarse eon notoria torpeza en la pero hacia los cielos, a la presa codiciada que
tierra, de la que son hijos. ya consideraban segura.
Tales aficionados llegan a ser consumados Oigamos cómo se expresa a este respecto
profesionales de la natación y lo consiguen tan Fernández de Oviedo, gran observador y gran
felizmente que toman la apariencia o indumen­ naturalista sin que él mismo se dé cuenta de ello:
taria de los peces, nadadores por excelencia: la “Voladores son otros pececiílos que se hallan en
forma pisciforme parece ser ei patrón obligado la mar dentro de los trópicos, y no sé que se
que se repite en los pobladores de las aguas; la hallen fuera. A éstos persiguen las doradas, e
ballena, el cachalote y el delfín se disfrazan de por escapar de ellas, saltan de la mar e van
pez con tal perfección que engañan a ios mismos buen pedaço por el aire; por eso loa llaman vo­
peces. ladores, tienen sus aletas como de telilla o per­
La forma de pez es realmente e! uniforme de gamino que sustentan un rato en el aire” (fi­
que se visten los ejércitos de los mares; con él gura 5.)
se encubren los animales más dispares que toman Los peces voladores tienen la configuración
la falsa apariencia de los maestros en nadar, de un hidroavión en miniatura (Fig. 5); un cuer­
como si la naturaleza quisiera hacer suya la fra­ po de líneas elegantes y esbeltas está rematado
se de que “el hábito no hace al monje”. por unos extensos planos sustentadores que no
Sucede otro tanto con los seres marinos, ávi­ Figura 4. Hembras de Somormujo, hábiles tripulantes del barquichuelo de su nido. son otra cosa que las cuatro aletas pares del
dos de gozar de la alegría del Sol. Peces, hay que animal, que aquí adquieren un desarrollo extraor­
dinario. La cola, de lóbulos desiguales, le sirve
Los Animales, no sólo de timón, sino también de hélice efica­
císima impulsora, que el pez agita dentro del
agua mientras adquiere altura. (Fig. 5.)
El pez volador sígrue estrictamente y con la
mayor maestría la técnica de los vuelos sin mo­

DESCONTENTOS ETERNOS tor. El impulso inicial lo logra con la veloz nata­


ción por debajo de la superficie, que es rapidísima
momentos antes de que abandone su medio fa­
miliar. Con habilidad suprema sabe aprovechar
las corrientes de aire contrarias lanzándose au­
Peces voladores y pájaros que navegan dazmente, en dirección opuesta a la del viento,
qué al incidir con los planos que forman las ale­
tas contribuye a mantenerle en el aire. Si la
Por Enrique RIOJA brisa es escasa el animal utiliza ingeniosamente
en su servicio las pequeñas corrientes de aire
el banco de Terranova y en aguas de las Islas unos alones como de tonina, y otro pescado de que la misma ondulación del mar origina. Esto
Británicas. Estos seres nadan muy veloces y con aquella manera”, y, más adelante, “porque son
impulso tal que salen lanzados de las aguas como aves marítimas y ejercitadas en la pesquería y
flechas disparadas por algún sumergido e ines­ es el pescado su especial y ordinario manteni­
perado arquero. Por esto lo3 pescadores ingleses miento”.
les aplican los nombres de flyng equids y sea
arrows. EL SOMORMUJO, HABIL NAVEGANTE EN
La naturaleza nos maravilla con sus capri­ EL BARQUICHUELO DE SU NIDO
chos y paradojas; inagotable en recursos, los com­
bina de mil modos en kaleidoscópica variedad El somormujo es el más hábil navegante del
que le dan movilidad y riqueza de matices y mundo alado. Su ingenio y su destreza le permi­
contrastes. Por esto diremos con Séraphin de ten surcar las aguas con la misma desenvoltura
Aguila, el excelso y olvidado poeta, “Per tropo que el salvaje lo hace en su piragua primitiva
variar, natura e bella". e el esquimal en su barquichuelo de piel de foca,
y si nó con tanta comodííad camo es un moderan
LOS PAJAROS BOBOS CAMPEONES trasatlántico, con una sencillez y un* ligereza que
DE LA NAVEGACION SUBMARINA maravillan al más competente ingeniero naval
(Fig. 4).
Los pájaros bobos para su disparatada em­ En el momento de la cría los somormujos co­
presa toman la forma fusiforme que el pez tiene, mienzan a reunir ramas, pajas y juncos que dies­
y que es la más adecuada para hendir las aguas. tramente entrelazan hasta format una especie
Ello hace que en tierra tengan un aspecto cómi­ de balsa o almadia a la que poco a poco dan la
co y ridículo por su torpeza y lentitud de movi­ forma de un nido-barquichuelo, que tapizan há­
miento; las patas colocadas muy atrás y sus bilmente con las propias plumas de su cuerpo,
alas mezquinas e inútiles, grotesco remedo y para hacer de la mansión de sus pequeñuelos
caricatura, hacen de estos seres los payasos del el más seguro y confortable aposento.
mundo de las aves. Pero todo este triste cuadro La hembra pone sus huevos en su flotante
cesa y se borra cuando se zambullen. Entonces nido y se coloca sobre él para proeeder a la in­ Figura 7. En un ave acuática las alas, -órgano lo­
su cuerpo adquiere singular prestancia y, ágiles, cubación; y como si fuese experto navegante, comotor aéreo, tienen una superficie inftniiaaente
nadan y bucean en hábiles maniobras, como si siquiera sea de agua dulce y de las modestas superior a las membranas intcrdigiiales, de que se
hicieran alarde de sus facultades de navegantes charcas en las que transcurre su existencia, co­ valen para nadar.
submarinos, terror de pecesillos que terminan mienza orgullosa a ir de aquí para allá haciendo
por ser víctimas de la destreza y voracidad de compatible su augusta función maternal con un
Figura ó. Interpretación ¡umoristica de un pe; vola­ estos intrusos de las aguas. (Fig. 2.) inquieto corretear a flor de agua, que sin duda explica que en muchas ocasiones el pez siga en
dor. De la abra de /arre!. History oí British fischer". Las plumas de los pájaros bobos se transfor­ su vuelo ana línea que es una réplica de la on­
hace más divertida su existencia, durante esta
man de tal suerte, que llegan a tener una sin­ importante época de su vida, que a los demás dulación del mar.
apenas satisfacen sus ansias de aventuras con gular semejanza con las escamas de un pez. Las seres desdichados de su ralea. El vuelo del pez volador maravilla por su
saltos que les permiten bañarse fugazmente en atas realmente no saben nada del volar y cuan­ El secreto de este incesante navegar está en destreza y por la distancia enorme que salva en
aire y en luz. De los tropeles de petes agujas :ij do el animal las agita en el aire de un modo la habilidad con que la hembra del somormujo relación con su exiguo tamaño; no es raro re­
es raro ver cómo de sus filas se destacan algu­ convulsivo y extraño (Fig. 3), no se pensaría que ha aprendido a utilizar una de sus extremidades gistrar vuelos de 400 a 500 metros. Nada dire­
nos audaces que se proyectan fuera de las aguas este órgano fuese el mismo que hace posible el a modo de remo, que de cuando en cuando saca mos que pueda superar a la magistral descrip­
en brincos y cabriolas de enorme amplitud. vuelo rápido y elegante de la golondrina, el re­ de su nido y mueve para conseguir el efecto ape­ ción de Fernández de Oviedo. “Hállanse tan pe­
Existen calamares que hacen pequeños ensa­ posado y majestuoso del águila o el certero y tecido. De este modo estas ingeniosas aves se queños como un abejonçicû, basta tamaños como
yos de vuelo que se reducen a grandes saltos por recto del halcón. mueven entre espadañas, juncos nenúfares, nin­ grandes sardinas. Estos, cuando las naves van
encima de las ondas del mar. Tal sucede con los Con razón Fernández de Oviedo dice de ellos feas y sagitarias en busca de los mil bichejos corriendo en un viaje é a la vela, se levantan
calamares voladores o flechas de mar, que abun­ que son tan grandes “como ánseres, que no sa­ acuáticos que le sirven de alimento o implemento de una parte y de otra a manadas grandes é
dan en todo el Atlántico Norte, especialmente en ben ni pueden volar, porque no tienen alas, sino para solaz y esparcimiento que hagan más en- (Continúa en la pá¿lM 14)

Figura 3. Los pájaros bobos "...no tienen alas, sino unos alones como de tonina, u otro pescado Figura 2. los pájaros bobos son los más hábiles navegantes submarinos de! mundo de las aves.
de aquella manera". Fernández de Oviedo.
22. DB Abril BE 1941
Pagina a

quién alude este francés de pelo laso, mi­


EL los reyes se crean padres amantísimos y prolífi-
cos de sus pueblos. Con el antecedente de unas
nà» ensoñadora y levitón azul marino elecciones no se puede simular paternidad; acaso
ja. cuando en 1857 recorre España? tutoría.
Edgar Quinet, sin abandonar so indumenta­
ria de postillón —lucen seis botones de plata
■otee el paño de su levita— ni su porte romáíri
tient v* a mirar, con minuciosa curiosidad, si no
Itenenina, por lo menos de poeta y dcrextranjero,
Solitario del Escorial El pueblo acierta cuando, dejándose guiar de
su instinto, elige un buen regente de sus des­
tinos. Para eso no necesita saber Derecho Po­
lítico. Pero con el instinto a tientas es poco menos
que imposible abarcar el preciso sentido de lo
]a España de Olózaga, de Martínez de la Rosa, que es la suprema magistratura de una nación.
de la Inocente Niña Isabel II. El pueblo se obstina en creer que le ha hecho
Ha leído a Zorrilla y a Larra. Sabe que el DE LA ESPAÑA DE EDGAR QUINET A LA ESPAÑA DE un regalo a don Manuel Azaña. Y le enfada que,
fastuoso Don Juan, enjoyado basta lo sumo y fa­ por las muestras, su generosidad no haya sido
tuo de sos redundantes orientes —Pesias en el bien acogida.
jubón, en el tahalí y en los chapines—, puede Don Manuel Azaña No es esta la verdad, es todavía más grave.
volverse taciturno hasta el insólito extremo de Resulta que el Presidente de la República espa­
clavar el negro acero en la rosa recién abierta ñola se niega a reconocer que baya habido, por
de su corazón amatorio. Este Dos» Juan español, "El colorido de Venecia v de la escuela flamenca solo ha servido para aumentar la palidez parte de sus compatriotas, tal generosidad. Es­
irónico y suicida, no le es desconocido a Quinet: DEL SOLITARIO DE El ESCORIAL*' te mal entendido engendrará la discordia. El
“No sé si me engaño, pero no encuentro an­ Edgar Quinrl: “Mis Vacaciones en España" pueblo ha solicitado siempre de sus soberanos
cianos”. a ¡o menos una sonrisa. Don Manuel Azaña y
i. Ancianos no. Quinet encuentra muertos; un Por Daniel Tapia BOLIVAR Díaz, además de no estar dispuesto a sonreír
moerto sobre todo y sobre todos, un muerto im­ —no hay complicidad, pues no hay sonrisa—,
ponente, estirado a la larga, eje duro y yerto, ha demandado al pueblo un poco más de forma­
escondido en lo más íntimo de la calurosa con- piedra. Con sus paredes de ladrillo rojo el Cuar­ ¡El pueblo! Amigo peligroso para don Ma­ lidad. Osadía mayor no se conoce.
españolo. Felipe II, rey difunto, se Hace tel de la Montaña mira el mismo paisaje. A la nuel. El pueblo tiene más miradas y miradas más Desde el talle hasta la cabellera de joven
la mortaja con ios estandartes llegados de Flan- izquierda se ve un cementerio, una carretera; tn sagaces que la Princesa de Eboli. Necesita tam­ Napoleón se recorta, sobre el claro fondo de una
Desde entonces los españoles han visto la el centro, al fondo, el campamento de Caraban­ bién caricias. Y eso en Azaña no lo va a encon­ ventana de Palacio, la silueta del sutil Quinet.

&
rent».
ría al tétrico través de aquella lacia majes­ chel; a la derecha la sierra del Guadarrama; de­ trar. Azaña está dispuesto a ser el monstruo
tad que se pudría en vilo. Desde entonces Es­
paña agoniza a la sombra de un poderoso di­
lante el Campo del Moro; delante mismo, a los
pies, ei río Manzanares, la estación del Norte.
La fachada opuesta del Palacio da a la Plaza
que espante y atenace al adversario. Con eso él
no experimenta ninguna sensación benefactora.
No tiene por qué mostrar ni demostrar empalago­
El escritor francés pretende zafarse del malé- de Oriente. Familias en los bancos, reyes de samente su hipotético reconocimiento a quienes
Como un rezo se oye su entrecortado monólogo
en la estancia sombría:
“—Porque en su abismo este pueblo conser­
va aún una ventaja sobre muchos otros; piensa
tieo.inQujo: “Dejemos nna vez más dormir a los piedra en los monumentos, chicos jugando en el que hay cosas que valen la pena de morir por
le encomendaron tan difícil empresa. ellas”.
muertos. Loe vivos están en este país tan ocu­
pados de sí mismos, se agitan de tantos modos, Azaña asiente. Su mirada dulce es lo único
que es necesario un gran esfuerzo para acordarse que se atreve a dar muestras fugaces de que
de le antigua España”. La frase es por demás dentro de aquella fría palidez de un rostro alien­
•Ainado. Cabe, sin embargo, añadir que cuantos ta un espíritu.
mide* vivos se agitan y conmueven de tan “—¿Qué seria—prosigue el visitante—, si
dmMfc manera, lo hacen pisando sobre una de este pueblo enterrado vivo surgiese al fin el
tftmto» grito que debe despertar a todos los miserables
-'4 España « un país de sel y de gritos (Jos de Europa? Sin ser profeta se puede afirmar que
muertos se podren entre el clamoreo de sus deu­ con sus sacudidas continuará bastante tiempo es­
dos),-de revoluciones a pleno sol y a voz en torbando el agradable sueño de sus vecinos”.
grito. Todo es bulla 7 escándalo, en efecto. Pero
WM. mSaUkw españoles que asi, tan extemporá- Don Manuel calla. ¿ Sonríe ? El escritor fran­
ftftuBeate discuten, bracean, insultan, mienten y cés en vacaciones vacila, se atusa el lacio bigote,
ffaeb verdades de a puño, lo hacen alrededor de cierra el pañuelo de seda carmesí sobre su cuello.
tma hagnera apagada, en torno a un silencioso Prosigue:
pahuáo. Este centro de la gravedad española, este “—El mundo olvidaría aun demasiado fácil­
uumtéo de cenizas solemnes, lo forman audaz­ mente que la vida se perdía antaño por una
mente, ónariuhu ntc. vengativamente las cuatro creencia, si no se encontrase todavía en Europa
heriÚMM fachadas del Monasterio del Escorial. un pueblo siempre dispuesto a dejarse romper
£1 haz lummoso que penetra por una claraboya la cabeza incluso sin saber por qué”.
•ft «I altar mayor de la iglesia vacía hace relucir
loé «ftabacbes que lleva en las mangas ur. rey III
qpe « encomienda » Dios mirando receloso a un •
tef» ^;ft .«trq, por si hubiera competidores. Perdónenos el lector. Perdone que interrum­
ÿâteimqa la xista á loa vivo». “Todo el mun- pamos esta conversación y dejemos al ilustre
do tiene aqui el aspecto de morir de pie”. Se viajero con la palabra en la boca y sin respuesta.
d&te^qpe tentó bullicio el español se olvida Del sonrosado edificio de la Plaza de Oriente es
faduBe de morir, de disponerse « morir cuando fuerza que nos tranelademos en el tiempo y en
Mgftftft.'-ImproriaBÉSén,, sorpresa, Susto y delirio. el espacio. Han transcurrido dos años y medio
e^WMdmméricas. É delirio suele ser «muer- . largos, de guerra y de revolución, durante los
ftÉr -gSigar Quíaet ha presenciado una corrida
que raro ha sido el ciudadano español que no ha
h» .uagtoute, «» ei.. estado dispuesto a dejarse romper la cabeza a
fátoseeafrt&te cón U W«£' Elrepmxñ n® sabiendas o no ¿el motivo. Dijétase que este pue­
team miado,.; pero tiéntete. La tetona convul- blo ha quintaesenciado sus virtudes hasta el ex­
jtiúft que anticipa el transporte místico de Santa
Tettea agUa te taaadibate de Hio Cid antes de tremo de dar la vida, no ya por una idea, sino por
un matiz.
entrar-’en eombate. Estamos ahora en un castillo de la provin­
'Edgar Qnffflrt—fïémoaoe une vez más de la
ilUftiártelldad atribuida a los poetas— ha vuelto, cia de Figueras: el castillo de Perelada, Allí
áte Péninsule en 1936. No h ha, encontraoj está el inquieto viajero Edgar Quinet, sacudiendo
menos alborotada qué en 1857. Ahora al viajera sus polainas del polvo del camino. Hemos reco­
en vacaciones le basta con acudir a su memoria rrido con él los pasillos de la mansión abandona­
para acertar. Los vivos vuelven a estar ocupa­ da. Otra vez, adornando aquellos maros, los co­
das de sí mismos con tai furia, con coraje tan loridos más valientes de la más encendida escue-
extraordinario y tan encendida fe, que por fuerza Ja italiana o española. Otra vez el Greco hirvien­
el-visitante ha de buscar reposo y cobijo a la do en el untoso aceite de su escurrida pintura.
sombra del Monasterio. Allí, en la arena del El toledano Domenico ha dibujado la gloria a la
Jardin de los Frailes, pueden distinguirse aún luz de un candil de buñolero. Allí están aquellos
las huellas académicas de un niño que ha de santos trasnochadores, desvelados por una eter­
serio todo, que ya lo es todo en la España que la “inocente niña” Isabel II
nidad, padeciendo de nuestra misma inquietud.
recorre el extranjero. Este niño se ha educado ál Algo sucede, en efecto, fuera del castillo. La
pie de la dorada torre del jardín escurialense. derrota ha pintado, en los rostros de todo un
Sus ocios se reducían a bien poco. Solía quedarse ejército a la desbandada, los signos de una de­
en à escalón de piedra de la escalera que sube suelo. La ciudad se anima hacia los barrios cén­ macración cruel. Figuras del Greco por los cami­
desdo el Patio de los Evangelistas, la cabeza Con Azaña y el pueblo español se da un fe­ nos de Cataluña, trasgos, fantasmas. No es don
tricos, hacia loa paseos en que sopla una brisa nómeno contradictorio. Todo está’ bien, pero no
grnude y de béba expresión recostada dulcemen­ fresca cuando se ha puesto el sol. Diego Velâzquez quien puede pintar, con cintas
te en la pared, oyendo o despreciando una músi­ perfectamente bien. Y entre los gobernados y ei y lanzas, la rendición de España. Acaso Goya.
En el Paseo del Prado se ilumina la verbena. gobernante hay un solo deseo; llegar a la per­
ca: la del órgano en la iglesia, la del agua en los Siguiendo por el .Paseo hacia las afueras se sale Entre las brujas populares y fugitivas, la
estanques del patio... Era entonces cuando se fección. faz desencajada de don Manuel. ¡Desolado aque­
a otra estación, la del Mediodía. Desde allí se
creía gigante dibujado en los ampulosos fres­ ve odre vez el campo a través de ía humareda ¿Por qué no se produce esta unión absoluta larre! ...
cos del techo. Se veía lado en sábanas ahuecadas de carbón. El campo es árido, sin árboles, amari­ entre Azaña y su pueblo? Sin duda por una do­ El Presidente de la República se halla en
y orondas que abarcaran la bóveda y flotando llo y pardo hasta et horizonte. Mirando este otro ble causa. El pueblo no se conforma, no debe esta circunstancia en un pequeño pueblecillo pe­
en inmensidades. - ■ paisaje las ventanas de otro cuartel. conformarse en principio con nada. Puede sopor­ gado a la raya pirenaica: La Bajol.
Le daban un empellón y volvía en sí. tar que un tirano —Felipe II— se asome al Llegamos con esto a la noclip trascendental.
Santos del Greco: santos ya exprimidos en De madrugada suenan algunos disparos. Ed­
gar Quinet. que despierta con el alba, ha cruzado balcón tenebroso de su alcázar y le contemple Como testigo de las escenas que a continuación
vinos que inundan el cuadro. Racimos místicos. con desprecio. Que un demócrata —Az3ña— se
Palidez, mareos, transportes... sensación de ham­ presuroso la Plaza de Oriente. Los tiros sueltes se narran confieso que los momentos culminantes
repercutían como si dieran en el caballo de bron­ muestre a las miradas de los curiosos y sea in­ de una tragedia suelen estar marcados por gran­
bre. Crisis de adolescencia ante el árido paisaje ce que hay en el centro. capaz de agitar -siquiera un pañuelo para dar,
castellano. El niño pensativo y hosco ha crecido; des silencios. La mejor anécdota, la más verídica,
ya sobrepasa los recortados bojes; se ha hecho aunque no sea más que por una sola vez, leve vendría expresada musicalmente por un calderón.
hombre en toda la digna y extensa dimensión del II muestra de su emotividad, eso le resulta intole­ El 26 de enero de 1939, a las cinco le la
rable. tarde, Barcelona era ocupada por el enemigo.
vocablo. Ha gobernado una nación y al presente Nadie busque en ei intrincado laberinto iL-
ostenta la más alta magistratura del Estado. Azaña no convierte en humo a sus contra­ Unos días antes el Presidente había trasladado
Edgar Quinet gastaría de conocerle. Y de cara don Manuel Azaña complacencias para sus de­ dictores, como hacía don Felipe, por muy cáustica su residencia, de las inmediaciones de Tarrasa-
a la suave brisa que viene del Guadarrama se vaneos afectivos. Don Manuel Azaña es —ya que su dialéctica sea. Pero Azaña jamás ha de donde habitara una finca —“La Barata”—, a
encamina hacia el Palacio Nacional, de rosada lo hemos dicho—, la fantasma que el pueblo es­ transigir un ápice en cuanto suponga afinidad las proximidades de la costa catalana, en un pue­
piedra y cristales de fuego a la luz de) poniente pañol ha izado para derrotar a un enemigo secu­ blo de veraneo y de turismo: Llavaneras de
lar y fantasmagórico. No es raro, pues, que tenga, con su sentimiento, que considera estorbo. Es el
madrileño. monstruo, el monstruo pálido y corpulento que Munt. Si se sintió cohibido el Presidente en “La
¿Qué extraña angustia ha experimentado a lo menos en lo exterior, parecidos caracteres a , .no se aviene a claudicar. Es inasequible e ina­ Barata” —gran palacio de la porcelana, símbolo
mmrieirr Quinet aí estrechar la carnosa mano los de su contrincante. Adversarios los dos y due- fortuito de la fragilidad constitucional— al ver
ño cada uno de su soledad. Felipe II no encuentra movible. E inabordable. E incorruptible. Cuan­
de don Manuel Azaña? Por un momento la azu­ do el pueblo le coge para sentarlo en el sillón reflejado su meditabundo ocio sobre los redundan­
lada frente de] escritor romántico pareció oscu­ en todo un imperio el alma compañera, i. La Prin­
dorado y barroco de una majestad vacante pare­ tes cristales de unas vitrinas dignas de museo,
recerse. Un momento tan sólo. Tan sólo un re­ cesa de Eboli ? La princesa es tuerta : de vista y en Llavaneras iba a encor.trar una casa destar­
de corazón. Le ama a ciegas... Ei ojo muerto ce que llevará allí sentado toda su vida, que ja­
cuerdo. .. En la estancia en que ha sido recibido más se levantará de aquel sitial tapizado de da­ talada, casino en quiebra o mansión en obra que
hay magníficas tablas de la escuela flamenca: para el monarca agonizante: ¡fiel por los siglos
de los siglos! El ojo vivo... ¡para el Imperio! masco verde. no esperaba tan de improviso a su egregio
Frans Hals, Teniers, Van Dick... huésped.
Todo aquel colorido exuberante declina y Don Juan de Austria agita el párpado y se com­ Y, sin embargo, nadie tan ajetreado por Ja
muere en la palidez de un rostro. Edgar Quinet, pone la banda multicolor. masa. Cuando don Manuel Azaña recibe en sus Continúa la trayectoria del Presidente. Corta
soñador y fantástico, cree adivinar que el pueblo, Don Manuel Azaña no admite el contuber­ manos los destinos del país, tuerce el gesto. Para estancia en el castillo de Perelada. Lóbregos fan­
español ha erigido un nuevo y recio fantasma nio de princesas lelas ni es asequible al guiño él no es un regalo ser intérprete de nada ni de tasmas y luminosos cuadros de guerra. “¡Gue­
para que sostenga desigual combate contra un de damas encopetadas. Su magnitud no para er. nadie; mucho menos llevar riendas ajenas o con­ rra en Flantíes!", parece decirse socarronamente
cadáver, de plomo, antiguo solitario en aquel tales minucias. Tan sólo una dimensión le es ade­ ducir corceles demasiado apresurados por caminos Azaña. Apariciones dudosas y derroto cierta. En
mimo jardín donde Azaña niño ha contemplado cuada: la soledad. Solo ha estado siempre don que sospecha peligrosos. un lienzo de Carreño el Presidente ha captado el
impávido el arribo de su pubertad. Manuel Azaña. Solo y quieto. Imagen de la muer­ Ya en este momento se inicia el divorcio en­ rictus, apenas perceptible, de una fugaz sonrisa,
No hay pintor ni escuela veneciana que valga. te. El Escorial se puebla de trasgos y de espec­ tre él y el pueblo. “Yo estoy aquí porque me lo como de vana y necia suficiencia austríaca, del
Su palidez es muestra y aviso del combate des­ tros que dan la bienvenida a! nuevo solitario. han mandado; por lo demás, ¡valiente aburri­ enhechizado rey bobo Carlos II.
comunal a que se ve forzado. Azaña espera du­ ¡Chasco desde el Panteón al Coro! El solitario miento!”, parece decir con el gesto a cuantos Por último ha arribado al villorrio fronteri­
rante no importa el tiempo ni la ocasión. Azaña no se llega a aquellos claustros en son de paz, ni tropieza en su camino. Poco antes de dar co­ zo de La Bajo!. El aparato de ¡a Casa Presiden­
no hace sino esperar a que el pueblo español se en solicitud de remedio a su hipocondría. Su faz mienzo la guerra actual recordaba Mr. Albert cial desborda las dimensiones de la reducida vi­
acola a su consejo, se avenga a su voluntad. cadavérica está allí, precisamente allí, porque la Lebrun la frase de un antecesor suyo en la pre­ vienda burguesa.
Puestos de horchata en las calles. En la< ca­ vitalidad de una nación lo ha querido y ha sido sidencia de la República francesa, Emile Loubet: Cenó el Presidente. Avivó el fuego de una
lles tranvías amarillos. Los vecinos de Madrid capaz de alzarla sobre todas las cabezas. C!aro “Yo no estoy aquí por roí gusto, tampoco he de chimenea de leña. El pálido niño que paseara su
abren las ventanas de sus pisos, se sienten en eue quien ha entrado de verdad en el monasterio irme por el gusto de otros”. incipiente melancolía por la lonja de El Escorial
los halcones, se abanican. La Casa de Canino y abriendo las puertas ha iluminado los rincones acaso recordaba una frase afortunada que había
es pera melancolía en la tarde de julio. Entre lóbregos de la España tradicionalista ha sido un ¿Cómo reacciona el pueblo ante tamaña
las copas, de las encinas negras flotan nubes de muestra, un sí es no es desdeñosa y amarga de pronunciado cierto atardecer de Madrid desde el
rebaño innúmero, que después del combate le­ banco azul: “Ladran, señal que cabalgamos". Aho­
polvo. El Palacio Nacional mira a la hondonada gendario sigue las huellas de Don Quijote: el sama indiferencia? El pueblo maneja términos
de la Casa de Campo con su fachada blanca de impropios y propende a considerar el Estado con ra ya no ladraba el enemigo. Los sabuesos, obe­
pueblo. dientes al látigo extranjero, mordían y ensan-
un dejo familiar que lo empequeñece. Bueno que
fCiétitínwa en U 14)
Pagina 6 ROMANCE 22 de Abril de 1941

¿A' CASO EN VIAZOVKA CONVERSACION NOCTURNA

P
>R la calle polvorienta de la aldea Viazovka
pasaron a galope tendido cinco jinetes. De­
lante, montado sobre un hermoso corcel
alazán, galopaba un hombre vestido con una cha­
Cuentos E
L destacamento de Chapaiev aumentaba de
día en día. Ya contaba con varios miles
de combatientes: en total, una división,
f Chapaiev llegó a ser jefe de división.
queta militar. Le enviaron a Demetrio Furmanov para ocu­
Los niños de la aldea le reconocieron inme­ SOBRE par el cargo de comisario político.
diatamente: Una noche Furmanov fué a inspeccionar los
—Chapai... ¡Llegó Chapai! puestos de guardia de loe combatientes rojos. Vió
Los jinetes detuvieron su marcha cerca de una hoguera en medio de la aldea y se acercó a

CHAPAIEV
un corral, con alta entrada de chillas. ella.
Un chico, de unos siete años de edad, salió co- Unos combatientes estaban sentados alrede­
iriendo desde la entrada. dor de la hoguera, hirviendo agua en un cubo y
—Padre —gritó—, ¡tenemos feria! charlando en voz apagada.
—He visto, hijito—contestó Chapaiev, saltan­ —¿ Quién será él ?... ¿De quién es Chapaiev ?
do de la silla al suelo. —Pues, de los mismos que tú y yo. Es car­
Era de estatura más bien baja, pero bien pintero. Antes de la guerra atravesó todo ei te­
proporcionado y esbelto. Su verde chaqueta mi­ rritorio de Saratov y la región del Ural, con su
litar, ceñida con unas correas de cuero, le asen­ Por A. KONONOV sierra y el hacha. Conoce por aquí todas las al­
taba bien. Por el lado derecho del cinturón, le deas. Recuerdo de memoria, sin mapa, todos los
pendía un revólver, y del izquierdo, un sable ri­ de ios enemigos. Aquéllos no esperaban un ataque un neumático y esto significaría el fin. Detrás, caminos y las pequeñas sendas hasta el mismo
camente adornado de plata. semejante. haciendo temblar la carrocería del coche, la Ural. Es un campesino, de familia pobre, de la
Se acarició los bigotes y contempló la plaïa Sonaron disparos, centellearon en el aire los ametralladora de Chapaiev traqueteaba con fre­ región Balashovo, territorio de Saratov. Conoce
de la aldea con sus ojos azules claros. sables y se oyeron los gritos y gemidos de los cuencia. De pronto cesó. el trabajo desde la infancia. Tenia doce años
Unos carros cargados de heno se hallaban heridos. El chofer oyó la voz, un poco ronca, de Cha­ cuando le enviaron a un comerciante, en calidad
parados en esta plaza. Las muchachas, en sus Los guardias blancos retrocedieron, intentando paiev: de pesador de mercancías. El comerciante comen­
brillantes blusas domingueras, paseaban, cogidas resguardarse detrás de los carros cargados de —Se acabaron las municiones. zó a enseñarle a pesar y a engañar a las gentes.
de la mano. Un alfarero ambulante pregonaba heno. El coche se hallaba ya en plena estepa. Lejos, El se negó a hacerlo. El comerciante lo despidió,
en voz alta su mercancía. Se oían alegres sonidos En este momento, un oficial montado sobre los jinetes blancos corrían a rienda suelta por —¿ Lo despidió ?
de una danza ejecutada por un acordeón. un caballo blanco se acercó, galopando, a Cha­ detrás del coche. Poco después comprendieron —Sí. Lo despidió de su tienda. Pero Cha­
—Entremos, pues, a la “isba” Bubenets —dijo. paiev. Quiso asestarle un sablazo en la cabeza, que no podrían alcanzar al automóvil y volvieron paiev —tú sabes bien cómo es— ¿acaso lo tole­
Después, dirigiéndose al más joven de los ji­ Chapaiev esquivó hábilmente el golpe, picó es­ grupas para recoger a sus muertos y heridos. raría? Entonces también defendía la justicia.
netes. le ordenó: puelas y le disparó un tiro. Chapaiev se sonrió y dijo; Aunque el comerciante era rico, Chapaiev no Se
—Petka, deja los caballos en el corral. El oficial caj’ó de costado, cogió la crin de su —¡Vaya el té que hemos tomado! asustó. “¡Ladrón eres tú!” le dijo...
caballo para sostenerse, pero no pudo hacerlo y El chofer no le oyó; el automóvil seguía co­ —¡Oh!
Los cuatro huéspedes entraron en la “isba”, rriendo a gran velocidad y el viento silbaba, cu­
mientras el quinto cogió los caballos por la brida desde la silla cayó al suelo. El comerciante casi se ahoga de rabia. No
A Petka le mataron qj caballo, que al caer briendo las palabras de Chapaiev. estaba acostumbrado a oír la verdad. “¿Sabes
y los llevó al corral. Cuando él disminuyó la marcha, el chofer Iro- tú —le contestó— lo que haré contigo de acuerdo
Después de entrar en la “isba”, Chapaiev co­ pesadamente al suelo, apretó al jinete una pierna.
Chapaiev l0 vió. •,1o oír; - con la ley?” ¿Y cuál es la ley? “Si quieto, en el
gió de la mesa una jarra de barro, vertió leche
en el vaso y bebió rápidamente. Luego ofreció la Saltó de su caballo, corrió hacia Pekta y le ataúd te mato”, ésta es su ley. “No te echaré
ayudó a librar su pierna. Seguidamente, fué en Por los mares,. por las olas solamente de mi casa —gritó el comerciante a
jarra a sus compañeros. Hoy aquí, mañana allá...
Los niños se apretujaban a la mesa, escudri­ ayuda de Bubenets. Era tiempo: los enemigos Chapaiev— te echaré de la aldea misma!” Vasi­
ie habían cercado. Había agotado sus balas, y se Poo-r log ma-a-res... lio Ivanovich le miró y le contestó: “A ver si
ñando a los huéspedes.
Un anciano, hombrudo, de barba rizada, apa­ defendía solamente con el sable. Por la frente, le puede echarme de toda la tierra. ¿Yo sí teecharé,
El chofer miró hacia atrás. Con la palma de dame un plazo!” Desde entonces, Chapaiev pe­
reció en el umbral. corría un fino hilito de sangre. la mano colocada en el cañón de la ametrallado­
—Salud, Vasilio—dijo. —¿Siempre peleando? Chapaiev asestaba sablazos a derecha y a iz­ lea contra el burgués...
ra, aún caliente, Chapaiev cantaba, pensativos La charla cesó por un minuto.
Chapaiev sonrió y contestó: quierda, mientras detrás de él, Petka disparaba sus ojos azules.
—¡Peleando! con su revólver a los blancos. Furmanov tomó lagar cerca de la hoguera,
Los enemigos no resistieron la embestida y se puso de cuclillas, cogió una brasa y encendió
El anciano apretó la mano de cado uno de los
recién llegados y se sentó en el banco. emprendieron la fuga. LOS CHICOS DE KLINTSOVKÆ} su pipa. Un combatiente rojo pronunció en voz bajá:
—Estuve en la feria, cuando tú... levantaste Los cinco jinetes les persiguieron durante un
largo rato, luego regresaron al punto de partida. NA vez, Chapaiev se fué a explorar. —Cuenta, Eremeiev, lo del reloj.
polvo en la aldea. Te reconocí, hijito, desde lejos. Un combatiente grandote. con una alta gorra
—¿Qué tal feria este año? —preguntó al an­
ciano uno de los huéspedes, que se llamaba Bu­
benets.
—Pues, qué decir... No encontré a ningún
Petka fué el primero en correr a ¡os carros, hun­
diendo su sable en el heno. E! sable rechinó, al
tropezar con algo duro. Los combatientes despa­
rramaron el heno y bajo él encontraron una ame­
tralladora.
U Iba a caballo, acompañado de cuatro
combatientes. Detrás, en un lando arma­
do de una ametralladora, se hallaban sentados
Petka Isaiev. y el hijo de Chapaiev, Arcadio, de
de piel de color negro, contestó:
—Si ya os lo he contado...
—Cuéntalo una vez más. Aquí está un Cama­
rada —el combatiente rojo hizo un geste con la
conocido. Casi todos son extraños, llegados de cabeza en -dirección de Furmanov— que, segura­
lejos. ocho años de edad.
Vino la noche. Los de Chapaiev vieron un bos- mente, no lo ha oído.
Bubenets frunció el entrecejo. EL AUTOMOVIL ROJO Eremeiev calló un momento y lurae comenzó.
—¿Para qué vienen los extraños a Viazovka? qnecilio y cerca de él un riachuelo. Lejos, detrás
del riachuelo, asomaba la aldea Klintsovka. Era-el momento en que desalojtóamo» *-loo
Se volvió a Chapaiev y le dijo: N automóvil rojo corría a toda velocidad cosacos blancos de la “stanitsa” Slomijino. No
Cerca del rio pacían unas tres decenas de ca­
—Vasilio Ivanovich, no hay tranquilidad en
la comarca. A ver, si vienen las visitas inespe­
radas, los blancos. Nos hemos apartado demasia­
do de nuestro destacamento y en vano.
Chapaiev contestó tranquilamente:
U por el camino de la estepa.

chofer y Chapaiev.
Chapaiev, asomándose por el borde, escrutaba,
ballos. Los cuidaban los chicos de la aldea. Cha­
paiev envió delante a su hijo Arcadio, para no
Dos hombres se hallaban dentro: el asustarlos.
—¿ Quién eres ? —preguntaron a Arcadio.
habíamos llegado aún * la “stanitsa”, cuando uto
hirieron en la cabeza. Seguramente estuve sin
conocimiento unos diez minutos. te® ven­
daron, cogí mi fusil y uuevainenteTm Kwriá 'nte-.
tante- Ib» dando tumbos. Miro el «Me, :
—¿Acaso no puedo siquiera visitar a mis chi- eon ojo avisor, las lejanías. A su espalda ha­ —Chapaiev —contestó. me perece Mgro>
vueíos ? Estaremos aquí hasta por la mañana, y llaba colocada una ametralladora, apuntando con Loá chicos se pusieren a reír: rr·ixe debilitante?
Juego continuaremos nuestra marcha. su cañón hacia atrás. - •—¡Vaya! Chapaiev debe montar un enorme —Sí. Me debilité. Y no era del dolor; neg­
Se acercó a la ventana y observó la calle. A su alrededor, se extendía la estepa llana y caballo, y su gorro es de plata. ramente perdí mucha sangre. Bien. Iba~;taaB»n-
Por la calle avanzaban lentamente grandes ca­ árida. ■; toándome. Me apoyé en el fusü. Nomeacoado
En ese momento, Vasilio Ivanovich gritó de «i anduve mucho. Miro: Chapaiev
rros caí gados de heno. Uno de éstos se detuvo Lejos, hacia adelante, se veía un campanario. lejos:
cerca de la entrada. El chofer aceleró la marcha. “¿A dónde vas? —pregunto-— Défies irte al hoa» '
—Ven acá, Bubenets —llamó Chapaiev. —No —Bien —dijo Chapaiev—, pronto beberemos —¡Chicos! ¿Sois de Klintsovka? pital para descansar y curarte la herida”. Miré
me gusta este heno en los carros. té. —Somos de Klintsovka —contestaron, apro­ a Vasilio Ivánovich, y me pareció que mepuse
Bubenets miró por la ventana, tirando rápida­ El chofer levantó la cabeza y dijo alegre­ ximándose. alegre. Le contesté en voz alta: “No —dije—,
mente de su revólver. mente: —¿Qué hacéis aquí? camarada Chapaiev, todavía no es hora de des­
Chapaiev sacó también el suyo y examinó st —No vendría mal el tecito ahora, camara­ cansar”. Me miró y calló un rato. En seguida se
—Cuidamos los caballos, para que los cosacos quitó el reloj de la muñeca y me lo entregó: "Tén-
el sable se desenvainaba con facilidad. da Chapaiev. no los lleven.
En la calle, del carro cargado con heno aso­ Aparecieron de pronto las “isbas” campesinas. !o. Acuérdate de Chapaiev”. Yo me confundí, un.
—¿Tenéis blancos en la aldea, acaso? tanto. No quería llevarme el reloj, “iQué dices
maban cañones de fusiles y unas caras descono­ Un minuto más tarde el coche corría por la —¡Ajá!, los cosacos.
cidas y malintencionadas. calle de la aldea. tú, Vasilio Ivanovich ! Tu necesitas más del re­
—¿Son muchos? loj... ” Pero él se enfadó mucho: “Cógelo, te digo,
Chapaiev gritó a los niños: Al encuentro corrían las verdes huertas, los —Muchos.
—¡Tiráos al suelo! curvos cercados; los girasoles amarillos bordeaban has merecido esa recompensa. Y Chapaiev no ha
Los de Chapaiev se apearon y comenzaron a
el umbral de una “isba”, el polvo se levantaba en deliberar. cambiado nunca de palabra!'’
Cogió a su hijito menor y le acostó él mismo —¿Y luego? —preguntó Furmanov.
en un lugar apartado de la ventana. Los otros torbellinos detrás del coche a todo correr. Las sombras de los árboles se alargaban ca­
En la plaza, cerca de la iglesia, el chofer de­ —Pues, que... Cogí el reloj y me fui al com­
dos, algo mayores, se acostaron al lado. da vez más, y el sol se inclinaba detrás de las
tuvo el coche. copas. bate.
Chapaiev se dirigió rápidamente a Bubenets: Chapaiev se levantó. Los chicos cortaron ramas para encender una El agua hervía en el cubo. Eremeiev sacó de
—Bien, si éstos vienen por mi cabeza...—co­ —Ten cuidado de no dejar a los chicos apro­ hoguera, pero apenas vieron la ametralladora, la hoguera un trocito quemado de corteza de pan
menzó—, pero no pudo terminar, porque desde la ximarse a, mi cañón—dijo, indicando con la cabeza se olvidaron del fuego. Se aproximaban cada vez y la arrojó al cubo. _
calle se oyeron disparos. la dirección de la ametralladora. —¿Hace mucho que conoces a Chapaiev?
más al lando. —interrogó nuevamente Furmanov a Eremeiev.
En la habitación contigua cayeron con estré­ En la calle apareció una mujer. Chapaiev le —¿Y vosotros sois valientes —les preguntó
pito al suelo, cristales rotos. gritó: —Hace mucho. Por todas partes, por donde
Chapaiev. caminas, le conocen. La fama de Chapai se ex­
—¿Dónde está Petka? —gritó Chapaiev. —¿ Dónde está vuestro Soviet ?
—Claro que lo somos—contesó el mayor de tendía hasta muy tejos.
Petka y otros dos combatientes se hallaban La mujer gesticuló con las manos, asustada v ellos, que tendría catorce años de edad.
desapareció. Uno de los combatientes rojos sentado cerca
ya en el umbral, con sus armas preparadas. —¿Queréis echar a los blancos de la aldea?
—Vasilio Ivanovich —dijo rápidamente Pe­ Chapaiev echó una mirada alrededor, compren­ de la hoguera se movió, diciendo:
—Queremos. —A veces me parece cosa rara: es un hombre
tka-—, no desensillé los caballos. Sólo necesita­ diendo que las cosas no andaban bien. Cerca de la —Pues, bien, escuchadme —dijo Vasilio Ivano­
iglesia había parado un hombre, con charreteras, tan simple como tú y yo, pero mira a qué altura
mos llegar hasta ellos. vich.
—¡Llegaremos! escudriñando el coche. No era difícil reconocer en ha llegado.
Les encargó a los chicos cortar palos de los —Es verdad que es un hombre simple; sin
Pedro Isaiev, a quien todos llamaban cariño­ él a un oficial. Sin apartar su vista del coche, des­ sauces, arrancándoles la corteza. Los palos to­
samente Petka, era un muchacho de unos vein­ abotonó la funda que pendía de su cinturón y sacó embargo, es extraordinario- Soy de profesión
maron un color blanco, como el azúcar. carpintero. Chapaiev también lo es. Resulta que
tidós años. Era ayudante de Chapaiev y ejecutaba un revólver.
. Chapaiev dió la siguiente orden: hay muchos como tú y yo, mientras que Chapante
sus encargos, le acompañaba a todas partes, ha­ Tres soldados salieron de un callejón. —Cuando oscurezca completamente, montad es único.
bía visto muchas batallas. —Bien, camarada, en marcha —sentenció Cha­ a caballo y corred hacia Klintsovka. Levantad
Nuevamente las descargas atronaron el es­ paiev en voz baja—; pon en marcha el motor. Los Eremeiev calló.
estos palos a manera de sables, blandiéndolos con Furmanov fumaba, pensando en Chapaiev. ¡Có­
pacio. Después les siguió un momento de silen- blancos están en la aldea. fuerza. Apenas oigáis tiros, huid a vuestras ca­ mo le querían y respetaban los combatíentoal No .
oio. hasta que una voz ronca bramó: El chofer comenzó a poner en marcha el mo­ sas. ¿Está claro?
—¡Sa-a-1! ¡Sa-a-1, Chapai! tor. caliente todavía, mientras Chapaiev se pegaba solamente los combatientes, también lo queríau
—Claro —contestaron los chicos de Klint­ y respetaban los campesinos, y toda la pobtaaíáa.
Ahora, los cinco huéspedes, con Chapaiev y a la ametralladora. En un solo movimiento dirigió sovka.
Bubenets a la cabeza, se hallaban de pie ante el cañón hacia la iglesia y apuntó. Un campesino tendrá uña plática con Vasiliólva-
Mientras recortaban los palos de sauce, mien-novich y en seguida verá y creerá que Chapmev
las ventanas y puertas abiertas, revólver en El chofer se inclinó, en lo posible, hacia efc ,s los probaban si servían como sables, mientras
mano. suelo, dando vueltas a la manija del motor con mentaban los caballos y se ponían en fila, llegó vencerá a los guardias blancos. Chapaiev comien­
En cuanto una cara con bigotes rubios se aso­ todas sus"fuerzas. za a hablar y todos a su alrededor callas. Parece
la noche. que dijera las cosas más ordinarias y sencillas,
mó por el portalón, desde las troneras salió una —Si no alcanzas a poner el motor en marcha, Los chicos galoparon hacia la aldea.
descarga. La cabeza desapareció. estamos perdidos —le dijo Chapaiev. pero lo escuchan en suspenso. Termina un dis­
Chapaiev, con sus combatientes, se acercó por curso y parece como si cayera una tempestad de
—¡Al corral! —ordenó Chapaiev. En este momento, cerca de la iglesia, donde se el otro lado.
Los ehapaievistas fueron corriendo al corral, hallaba parado el oficial, se oyó un tiro de revól­ ruidos, gritos y saludos... El pueblo atea a su
Descargó su revólver en la oscuridad y tiró a héroe.
se acostaron junto a la “isba” e iniciaron el ti­ ver. La bala pasó silbando por la oreja del chofer. lo alto un cohete luminoso, que se elevó a las altu­
roteo. Pero éste acababa ya de poner en marcha el mo­ ras, y silbando se dispersó en chispas azules. El joven combatiente rojo interrumpió los
El padre de Chapaiev fue también a! corral. tor y saltaba al coche. Los cosacos despertaron y salieron corriendo pensamientos de Furmanov.
—Ponte cerca de la entrada —le dijo Vasilio El coche arrancó velozmente: el chofer cogió a la calle, vieron, a la luz del cohete, jinetes que —Ayer admiré a Chapaiev cuando salió a bai­
Ivanovich: —la abrirás cuando sea necesario y desde luego la máxima velocidad. galopaban y blandían sus sables blancos. lar en el círculo. Se arregló el cintozóo, blandió
a una orden mía. Ahora los blancos corrían hacia ellos desde En seguida, el cohete se apagó, y los jinetes el sable y dió comienzo a la danza. Sólo le sona­
Los atacantes ahora no se acercaban a la en­ todos los lados. Pero pronto pararon; el coche desaparecieron en las tinieblas. ban las espuelas, y su “papaja” estaba echada
viró y Chapaiev inició, con su ametralladora, el En el mismo momento, del otro lado de la al­ hacia atrás...
trada. Gritaban desde lejos. —Por esto lo quieren los combatientes —con­
—¡Sa-a-1! ¡Sa-a-1 pronto! tiroteo. dea, se oyó el traqueteo de una ametralladora y
Las balas caían en semicírculo por toda la los silbidos de los tiros de revólver. testó Eremeiev—. Hoy come contigo del mismo
Seguidamente, se agolparon cerca de los ca­ calle. plato y baila con acompañamiento de acordeón,
rros cargados de heno, deliberando sobre la posi­ Les cosacos apenas si tuvieron tiempo de co­
Al fin de la aldea aparecieron los jinetes, ger sus armas, cuando los jinetes, con Chapaiev pero mañana te llevará al combate como jefe ri­
bilidad de incendiar la “isba” por los cuatro la­ guardias blancos, que venían a todo galope. guroso. Entonces, no le discutas. íQoé decir! Vas
dos. para sacar de allí a los de Chapaiev. a la cabeza, estaban ya encima de ellos.
El coche se estremecía en los baches. Cha­ Entre los cosacos hubo confusión. Ahora veían con él, y no temes nada. Sabes que Chapaiev tie­
En este momento, Chapaiev, agachándose, se paiev, pegado a la ametralladora, tiraba sin ne todo pensado, calculado y trazado en el mapa.
que los rojos llegaban corriendo de todos los lados.
acercó, corriendo a su caballo y saltó a la silla. cesar. Les cosacos abandonaron sus armas, ocultán­ No se equivoca en el combate.
Siguiéndole, los demás le imitaron. • Nuevaraeqte corrieron a lo largo las huertas dose por los corrales de las “isbas”. Amanecía.
—Abre las puertas —ordenó Chapaiev en voz y los cercados... La estepa se acercaba, exha­ Chapaiev, con sus cinco combatientes, exa­ Furmanov se levantó de la hoguera, con pena
baja, desenvainando su sable, mientras con su lando el aroma seco y acre del ajenjo... Detrás minó los corrales y cogió presos a los fugitivos. de no poder oír hasta el final te charla, de los
mano izquierda sostenía el revólver. galopaban los jinetes Mancos. Mientras tanto, loe chicos, con los palos de combatientes rojos. Quedó «tenteatído de que
Las puertas se abrieron. Los cinco jinetes se El chofer bajó la cabeza hasta el mismo vo­ sauces, se hallaban ya en sus “isbas”. Tal como hte. comba tientes no lo reconéctente.
precipitaron a la calle, hendiendo a la multitud lante, temiendo mirarjjiacia atrás. Esperaba por les había ordenado Chapaiev, al primer tiro echa­ fCoteóte» ra te página I4i
mementos el desastres alguna bala atravesaría ron a correr por todas partes.
22 BE Abro, pe 1941 ROMANCE Pagina 7

EXPOSICION
DE
KOLOMAN SOKOL
Las ilustraciones de esta crónica reproducen tres de los grabados recientemente exhibidos
en ¡a exposición de Kóioinan Sokoi.

■"/■“□LOMAN Sokol no es mexicano, ni de sangre ternacional y de concentraciones o repliegues na­


■í ni de nacimiento, aunque practica y enseña cionalistas, cada pais quiso tener su arte propio,
1 jk. en México e! arte del grabado. Procede de la expresión de la nacionalidad, y unas veces, pocas, lo
Europa central, con tendencia hacia Oriente, y so consiguió, pero casi siempre, fuera de ciertos mati­
arte corresponde exactamente al que se practica, ces, resultaron poco menos que baldíos sus esfuer­
o sí practicaba, en el conjunto de naciones que zos. Francia, España. Alemania —y desde hace unos
constituyen aquella región. Hay sin duda —o ha­ años, escasamente treinta, México— tienen un arte
bía hasta hace poco—, un arte de la Europa central contemporáneo con carácter propio e inconfundible. HISPANOAMERICANISMO ACTUAL
y nórdica con carácter propio. Sus centros princi­ El resto de te paises. ya no tanto. A éstos, sin estar,
pales eran Berlín, Munich, Praga, Varsòvia y Esto- ni mucho menos, desprovistos de "personalidad” Reprodujimos en nuestro número pasado el discurso con que el Secretario de Re­
jCobno. Países, geográfica y etnográficamente, di- artística, les pasa lo que en lo político: que viven laciones Exteriores de México definió de una manera clara y precisa la posición de
Srtasos y que, sin embargo, no dejaban de parecerse un tanto a remolque de lo que hacen los paises la democracia mexicana frente a la lucha entablada ahora en Europa, Asia y Africa
ep su arte. No sabemos si ese parecido procedía de más fuertes e inventores. No cabe duda de que exis­ eontra el totalitarismo. Otro tanto hacemos hoy con el mensaje que el Presidente de la
(fes comentes de no escasa significación dentro te —o existia—, por ejemplo, un grabado checoes­ República dirigió a todos los países de este continente con motivo del Día Panameri­
del arte de los últimos cuarenta años: de un lado, lovaco, un grabado polaco, etc.; pero la influencia cano, y en cuyas palabras, de una serenidad que acentúa lo hondo de la firmeza, se
la importancia de Berlín y Munich, como centros que había ejercido en ellos el grabado alemán y reitera, todavía con mayor claridad, la voluntad mexicana de no consentir que desa­
de producción artística moderna; y, de otro, una francés solía saltar a la vista. Generalmente, la in­ parezcan de este hemisferio la democracia y la libertad. Dijo el Presidente de la Re­
cierta impregnación israelita, ésta de menor impor­ fluencia más marcada era la del país más cercano, pública:
tancia. que se »ente en no pocos modos y modas aunque Paris siempre tuviera para ellos sus melo­
det arte actual, ya sea por influencia del “marchan- diosos cantos de sirena.
Deliberadamente nos hemos olvidado de Austria, ELEBRAMOS hoy el "‘lita Panamericano”, y, al hacerlo, sentimos que hay en, todo»
o mejor dicho, de Viena. La torpeza insigne —aho­
ra se está viendo— de los tratados de Versalles y
de Saint Germain, si no acabaron del todo, por lo
s redujeron enormemente de tono la alta cul-
C nuestros espíritus una emoción profunda, distinta y nueva. Por virtud de la grave­
dad de las circunstancias, lo que fue antes una fiesta de cordial amistad, adquiere en
estos monten ton la sign ifieae-ión- de una aunlera solemnidad. En ella rendimos culto a lo»
idéale* de libertad y de independencia, que san esenciales a la vida de los pueblos y sin cuya
5 vientsa. Antes de la guerra del 14. Viena era
panda ciudad de Europa en distinción y refina-
o artístico. Después de la caída del imperio
austro-húngaro, se convirtió en ciudad triste y pobre.
completa realización *e enturbiaría la dignidad de nuestro pasado; desaparecerían las
inspiraciones de nuestro presente, y sufriría pérdida irreparable nuestra fundada espe­
ranza en el porvenir.
Desde entonces, ha perdido su encanto alegre y vi­ El aniversario que nos reúne tiene un doble significado: enaltece la solidaridad
vaz. y su arte ha descaecido, si no ha muerto ya.
Políticos y diplomáticos, que los hechos van califi­ ■panamericana y, al mismo tiempo, constituye nn acto de fe en el valor inmortal de la de­
cando de manera desfavorable, acabaron indirecta­ mocracia. Privilegios tan importantes necesitan, hoy niás que nunca, nuestra defensa
mente de una plumada con una de las ciudades común. La unión panamericana- representa. ahora, una fuerza vital, militante y cons­
más inventivas y refinadas del mundo. tructiva; porque todos estos valores de justicia, de independencia, de soberanía-, correría»
* el más inminente peligro de rer.se perdidos si el panamericanismo no se erigiera, en estos
♦ * graves tiempos, cu acción intensa de colaboración defensiva y de fe profunda en el
El grabador Kóloman Sokol pertenece, pues, por triunfo de nuestros ideales.
su arte, como va dicho, a la zona artística contem­ Suele hablarse hoy de un nuevo orden político de la tierra. Mas este orden, llevado
poránea centro-europea. El carácter artístico de esa hasta el corazón de los hombres por la punta de las espadas y exaltado por los nuevos
zona está mejor definido por la fuerza que por la
grada. Así como el grabado moderno francés es acontecimientos de violencia y atropello de pueblos débiles, no c* aquel u que, América
gracioso, vivaz y refinado, y se manifiesta con aque­ aspira. Nuestras repúblicas, en efecto, no creen más que en los sistemas libres y generoso»
lla alquitarada cualidad que Verlaine atribuía al que espontáneamente resultan de la voluntad auténtica de los pueblos.
verso impar francés: En el vasto escenario del Continente cada uno de nuestros países tiene ya una
Plus vague et plus soluble dans l’air, misión característica, un alcance propio, un espíritu nacional. El panamericanismo bien
Sans ríen en lui que pèse ou qui pose. eulendido no pretende destruir estas útiles diferencias. Al contrario, su más firme pro­
del mismo modo el grabado centro-europeo propende
pósito consiste en coordinarlas de manera que todos los recursos espirituales y materia­
precisamente a lo contrario: a "pesar” y a “posar”, les sean aprovechado» sin egoísmo, para bien de América y para bien de la humanidad.
inquiriendo duramente el carácter de las formas y En esta hora crítico para el mundo la conciencia de nuestras tuiciones ha escogido yo
manifestándolo con vigqr seco y preciso y con en­ su orden. Su- orden eterno. En él no existen ni dominadores ni sojuzgados. Es el ardían
tonaciones fuertemente contrastadas. de la libertad y ¿f ia justicia internacional. Su coherencia es acuerdo, no acatamiento;
E» la xo«p artística que bajaf-.jáüt Bruselas hacia y su cfáahoraciónqistí-ma, no subyugación.
W Sut—péroónesenostoque pueda haber de im­
preciso y aun de arbitrario en esta darifïcaoâa ex­ Enidos por lu razón y por la justicia, formamos un bloque cuyo poder edfá ínte­
cesivamente, sumària—, el pisto más extendido, si gramente destinado de servicio de la concordia. Ninguna apetencia bélica nos anima; pero
no rechaza, -almenos no estima en todo su valor ninguna amenaza bé-ffea debe encontrarnos impreparados. América constituye un recinto
y fuerza evidente el grabado que procede de la tras el que se escudan Jos ideales más desinteresados del hombre: el espíritu de igualdad;
otra zona. Lo considera duro y en ocasiones brutal.
Bien es verdad que a su vez te grabadores centro- la confianza en el dereeho; la resistencia a las imposiciones de la fuerza; la certidumbre
europeos y el gusto de esa parte del planeta, aunque en la capacidad redentora de la-cultura y el amor entrañable a la libertad.
feroz. propia de puébíó perseguido y humillado, y se dejaban conquistar tantas veces por el canto Convencidos de esta verdad, nuestros pueblos están cada día nuis compactamente
a un cierto gnsto por la mixtificación más o menos sutil de la sirena parisiense, estimaban como un unificados para desafiar todas las adversidades y arrostrar todos los peligros en defensa
graciosa; Indudablemente, en el arte de nuestro tanto frívolo y ligero el grabado francés, aunque sí del destino libre y justo de las América*. AfjíAs como en este día, consagrado a exaltar
tiempo hay un fermento isrraelita, que acaso no ha animado por no escasos hechizos de buril, y por esa
cualidad o facultad alada, intraducibie al castellano, todas las nobles tradiciones que representaí^Kestro hemisferio, hacemos rotos por que
Sido aún con entera claridad desentrañado. que se expresa por el vocablo “esprit”. el temple de nuestros ánimos resista gallardamente la confrontación con el porvenir y
Sea por las razones que fueren, de Bruselas para Kóloman Sokol es- excelente grabador, y no sólo expresamos al mismo tiempo la voluntad de- México, de mantenerse unido con los otros
el Sur hay —o había—un arte que se diferenciaba por la técnica que desarrolla en sus obras, precisa
del que se producía hacia el Norte y al Este. El
pueblos del Continente, seguro de que en estos trágicos tiempos de prueba, la solidaridad
y estudiada en igual grado, sino por su “visión”
centró del arte moderno —desde el siglo XVI11 a la artística. Busca con frecuencia la expresión de lo americana se. afirmará como una realidad inexpugnable de fraternidad y de justicia’’.
segunda gran guerra, a la actual— ha sido París. patético: el drama de las formas, de las luces y te
De allí han irradiado á todas partes ios conceptos contrastes de claro-obscuro, y el drama de la ex­
nueves. llamémoste asi. del arte: corrieron por toda presión, suelen ser lo que principalmente le atraen.
Procedente de un lugar de Europa en el que la tra­
RUMBOS EUROPEOS
Europa, saltaron de un continente a otro, arraigando
a su modo en América (el arte mexicano es clara gedia se. abate desde hace un cuarto de siglo largo
—ello sin contar la de otras épocas—, su arte está J.$’ gentes cuyos ojos siguen minuto a minuto y pulgada a- pulgada las curvas si­

£
prueba de que asi ha sucedido), y no dejaron tam­
bién de penetrar en Asia, en el Extremo Oriente, penetrado hasta la intimidad de su ser precisamen­ nuosa* de ¡a guerra, dicen, a la hora en que se escriben estas líneas, que el destina
sobre todo en el Japón. Hubo, pues, en cierto modo,
te de ese "pathos”, de ese drama político racial y de Europa se está definiendo en las montañas helénicas, cuajadas de resonancia»
social que apta sin descanso el centro y el oriente clásicas, o en las anfractuosidades del territorio servio, Pero conceder tal importancia a
una internacional artística, harto más efectiva que de Europa. El vivir moderno de las grandes ciuda­
la otra, la que se proclamaba falsamente en los des tentaculares, confuso, vario y terriblemente agi­ las batallas de los Balcanes nos parece miopía o presbicia, deformación, en cualquier caso,
mítines proletarios. tado, en las que, a veces, se dijera que hubo de de la realidad, según ocurre a menudo en las espectalizaciones profesionales.
Sin embargo, como nuestra época, terriblemente trasladarse a ellas lo que San Agustín llamó la El destino de Europa no se juega al albur de una batalla, por muy decisiva que
paradójica, vive efe movimientos de expansión in­ (Continúa tn la página 14) parezca, y más dificultades intelectuales hay pura aceptar semejante hipótesis si se consi­
dera, como es cierto, que al decir “destino de Europa” la expresión no abarca cuanto debe.
Porque la verdad es que en la- pugna iniciada el dia Ia de Septiembre de 19-39 se ¡tuso a
discusión armada y violenta- el destino del mundo: por el lado del Imperio Tnglés medio
planeta tomó parte en la lucha desde el primer momento; luego la intervención, cada día
más palpable del continente americano, completó el círculo que por el lado del Eje había
llcgtido hasta el Imperio del Japón.
La batalla de los Balcanes, sin embargo, no es un Incidente menor, y su rumbo,
sea cual fuere, favorable o adverso a las armas de Inglaterra y *u* aliados, repercutirá en
los acontecimientos inmediatos. Pero sea cual fuere también, no será decisivo. Es decir,
apenas estaría próximo a serlo si Alemania resultara derrotada allí, bien con estruendo,
o bien por el simple hecho de que los aliados lograsen- estabilizar una línea de combate
duradera. Esto equivaldría u deshacer el mito de la omnipotencia germana y con él los
muchos deslumbramientos, seguidos de sumisiones, que reñimos presenciando, a la vez,
efecto y causa de los éxitos nazis. l n régimen montado sobre la fuerza, a la fuerza se debe
y de ella depende. El dia que en su armazón aparezca una fisura denunciadora de debili­
dad, por el linceo se le irá la vida.
Pero la- batalla de los Balcanes no será decisira. ni aproximadamente, si- Inglaterra
la pierde. La tiran Bretaña y el concepto de cirilización que ella re/nesenta no han ocul­
tado jamás sus flaquezas c insuficiencias bélicas, ni están en- la- guerra ¡torque- quisieron
imponerse por la fuerza. Están porque no quieren perecer, porque hay millones de hombres,,
cientos de millones, que se niegan a ser absorbidos por la máquina monstruosa del- tata-
{Purismo.
Que Alemania demuestre ahora, una vez más, que su poderío militar es superior,
en un momento dado y en unas circunstancias dadas, al de Inglaterra, u>> cambia los tér­
minos del problema tal como están planteados desde el día en que comenzó la lucha. Ha­
biendo su inferioridad. Londres aceptó el desafío que. Berlín le envió con la invasión <ld
Polonia. El desnivel de fuerzas era entonces fantástico y se agraru ron el desastre de Fran­
cia. El curso de la batalla actual y otros hechos anteriores demuestran que el desnivel «é
ha reducido grandemente, y por ahora basta con esta evidencia, (na cirilización resucita
a defenderse, y con capacidad creadora y heroica, no está a mern-d de unos kilómetros
de tierra ganados o ¡urdido*. por importantes que parezcan. Ocurre ron las lucha» entre
la* civilizaciones lo que con las guerras en el desierto o en el mar: que no cuentan tanto
la* superficie* abarcadas cuanto las fuerzas combatiente* destruidas definitivamente.
Pagina 8 ROMANCE 22 de Abril de 1941

Lea usted
el bello libro de

APUNTES
sobre la vida militar de

Texto oficial para las escuelas de AMATARES DE LA CULTURA Francisco


segunda enseñanza de la Repú­
A Cultura —dejarla de la mano de Dios y que ilumina mi razón
blica Mexicana
L aun di' la de los hombres— busca un refu­
gio amoroso en el regazo —maternal y
próvido— de la mujer. Unas distinguidas damas
—holandesas, checoeslovacas, suizas, norteame­
y esta tu frágil persona
evocando una canción
que es luminaria en mi vida
de consciente productor.
POR
ricanas, francesas, españolas, mexicanas, etc.—
Y es por ello que consciente
Juvencio Lopes Vázquez la acogen y acunan con exquisito fervor. ¡Bien
haya la cultura en tan piadosos y amorosos lu­
en trincheras me hallo yo.
gares! Es seguro que en ellos medre a ojos vistas, Asi, el luchar es mi lema
como le cumple. Porque ia Cultura, actualmente, por una causa mejor
Es una visión guerrera, llena de interés
ya no será sinónimo, como en cierto momento de de libertad y justicia
Un volumen de cuatrocientas pá­ donde impere el productor, y penetración, de los principales hechos
la guerra civil española, de “primeras letras”.
ginas tamaño cuarto, encuaderna­ Per entonces, la Cultura vino a ser el asombro donde triunfe la cultura del Jefe de la División del Norte.
de los papanatas y el hazmerreír de los letrados. y autorice la razón,
do en cartoné, precio: 8 4.50 y es por esto que has nacido Editado por:
Hacer cultura equivalia a desasnar semovientes.
E! supersticioso vocablo ro tenía nada que ver y uso tienes de razón.

EDITADO POR
con !as universidades ni con los centros de ense­
ñanza superior. Era algo que en sus periódicos Esperemos que la Cultura de ahora
E.D.I.A.P.S.A.
murales producía dechados de consciente anti­
i tras razones para subsistir, y que, por lo menos,
E. D. I. A. P. S. A. sabrá leer y escribir correctamente. Sin embargo, Avenida Juarez 95
fascismo como el que aquí se reproduce:
las distinguidas damas que se aprestan al plausi­ MEX1CO.D.F.
MEXICO Albas de mayo florido, ble, loable y conmovedor empeño de defender las
tardes de julio español, supremas conquistas del entendimiento humano, Precio del ejemplar $ 4.00
noches de agosto muy claras deben permanecer avizores, alertas o en guardia.

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LITERATO «tNUUL T I»
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1er. Año Volumen 1
Colección bellamente encuadernada en pasta mestiza; lomos y puntas de piel; tapas de fabrikot; tejuelos en
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EN MEXICO $ 35.00. EN EL EXTRANJERO, Dis. 8.00
PEDIDOS AL APARTADO POSTAL 8092
22 pc AgarC PR 1941 ________ ______________ ___________________ ROMANCE Pagina 9

TRILOGIA MARINA LAS SIETE PALABRAS


y otros de la

VERSOS PASION
Por Rafael Heliodoro VALLE Por Alberto VELAZQUEZ

Así, entre pedrerías siderales, 1. MANDAMIENTO


más allá de los puntos cardinales,
Desanda d falso y sensual camino
brillan en el poema tus preclaras _
que te abrieran los cinco exploradores,
y asciende por atajos interiores
□dos y luces y aires opulentos,
al vértice inicial de tu destino.
y bay fiesta en la bahía de tus faros
y me embriaga la rosa de tus vientos. Sandalia dd enjuto peregrino
que halla en la soledad rumbos mejores
calce tu pie, y en cáliz de rigores
MADRIGAL tu sangre apures en lugar de vino.

Esos tisúes y esos terciopelos Una amarga raíz de anacoreta


y estas suaves auroras sorprendidas tengas por solo avio de viandante
al dilatar tu sombra en el calvero.
por faros y vigilias y desvelos
y por gaviotas con paracaídas. Ponle al gusto cilicio, el ansia aquieta,
que el yunque dd dolor te hará diamante
Y velas blancas muy allá dormidas, y yo en el yunque del dolor te quiero.
y das celestes y azulados vuelos;
y las aguas, las flores y los cielos II. VIRAJE
más allá de las muertes y las vidas.
Aquel dd rumbo original perdido
que llegó a dar a dédalos arcanos,
Y un no sé qué muy hondo en las suspensas
quemó su nave con sus propias manos
esmeraldas, por tanto que me piensas,
y acumuló sobre nostalgia olvido.
viajando entre las rocas y las brumas,
RAFAEL HELIODORO VALLE * ALBERTO VELAZQUEZ
Y ni rebelde está ni arrepentido
dd sesgo que trocó sinos humanos;
TRILOGIA MARINA ¡oh dulce y mía, dulcemente mía!
que si al perderse humildes halló hermanos,
Y d corazón, herido en las espumas, Quiero pensar en mis hermanos idos,
vida cabal por dios ha vivido.
NUMEN : que va desesperando de alegría. sobre la piedra del afán doliente;
Divinidad de dones inextintos, quiero rezar de espaldas a la gente
. • Mtearxasae Jeja el barco, anee 1* pora tú que nunca jaxsfcfi» hurtas los senos
la oración que desbanda los olvidos.
a qcsen deja al |tsar rastro fecundo,
■ . ' ■* 4
de bronce « “Ja intemperietu .f^gma Gólgota de la luz crucificada, *
A la orilla de un sueño yo soy quien me peJí en tus laberintos,
se yesgñe «ala -.«nJ*» bsomo»» ? que el vértigo fugaz de tus destellos
«deed, a la orilla yo d que gemosamente vine a menos
¡Oh numen y fantasma y sueño y diosa! más acá de los vértigos dd mundo. lleve mi voz donde mi voz les bable;
de la música azul,
T« «fio suave ya se transfigura, entre d aire de México y la luna de Lima, que la flecha que forjo de la nada
y ya vibra tu dardo en- la ganosa más allá de los litios superflues
III. AZAR circunde en su parábola tras dios
embriaguez de zafiros de la altura. y las estrellas altísimas, la esfera de la lumbre perdurable.
Savia de sabias voces interiores,
Y te digo en silencio mi plegada, sueña bajo los ángeles, fiel de los hados justos y fieles,

abora que la Bestia milenaria intemporal, en éxtasis, yo no debí pasar de los dinteles
ni adelantar d pie en los corredores.
VI. CRISTO
—la «wma que vió Juan— te desafia; su más puro sueño,
Emilia 1 Este Cristo que en trance de agonía
Si soy de estirpe ajena a la de actores
y esbelta y data surge tu estatura, tiene los ojos fijos en los cielos,
de risa y llanto y de vinagre y mieles,
y tu antorcha se enciende más segura mi sitio estaba entre los escabeles
Y oigo d rumor oceánico de tu sangre vino a guiar mis turbios desconsuelos
en las manos espléndidas del día. de otra estirpe ancestral de espectadores.
entre la mía, por una senda yerma, pero mía.
mi sangre desesperada ' Y ahora inerme, irresponsable y ciego,
Surgió en mi entraña vivo todavia
SUEÑO de amor, en la maravilla en un batel que la tiniebla empuja
las manos riendo en dirección dd orto; y ahí sus manos, númenes gemelos,
de un mundo nuevo,
Te reconozco, Mar, porque me invade velaran de impalpables terciopelos
de un planisferio de sonrisas, que en d confuso mar en que navego
tu alegría, tu sal, tu sol, tu grito; la dura costra de mi lava un día.
un mundo melodioso, no tengo más por imantada aguja
beso tu espuma en flor, como en un rito,
puro y total en la delicia que un corazón seráfico y absorto. Corazón de vejámenes maduro,
y amo tu mitológica saudade.
perfecta de las rosas venero de heroísmos inexhausto
Tu pósatela de cristal evade que se iluminan IV. DOLOR que al fulgor de un relámpago evidencio,
mi antigua angustia y mi dolor fortuito^ de gala en la fiesta' dd Sur,
Dolor, dolor, dolor perseverante mi Cristo en mi, como en abismo obscuro,
y va mi sueño sobre tu infinito entre los Andes trémulos
—cardo que a mi niñez dabas espinas—, envuelve la oblación y d holocausto
de oro y coral y tornasol y jade. y las constelaciones penq^tivas.
con un licor de cepas purpurinas en la atmósfera limpia dd silencio.
Déjame transparentemente verla celebro nuestras bodas de diamante.
Voy en avión de nácar
en las nube» del Sur, y que en el canto
d clima en que respiran sus orquídeas... Porque ya te traía por delante VII. PASION
ptendida en oro esté feliz la perla; —río que hacia la muerte me encaminas—,
Los viento» y las aguas y las flores
cuando manos arcanas y divinas Pide la grey que en el suplicio muere
y que esta carta azul le diga tanto me dan la bienvenida
me hicieron de tus aguas navegante. con sed de numen superior al llanto,
que ya olvidaron, sólo con leerla, y Ella sde a la puerta
ángel que al mundo seducía tanto
su horror la sangre y la sirena el llanto. y me restaña las heridas, No sé qué obscura comunión traemos
sin ver que d mundo de los hombres ere.
y es júbilo en silencio, desde el umbral de un cósmico antemundo,
recóndita ternura, melodía que estás en mi cual si de mí salieras Cima de la pasión, hora señera
AMOR dd Amor que regresa innumerable que marca Dios al héroe y al santo,
y emigro en ti sin velas y sin remos
Un día puro, un milagroso día diciendo sus palabras infinitas; dame una cruz para clavar mi canto
—trémula nota de tu son profundo—,
de diálogo del ángel con el bruto, y al tenerla a mi lado, para siempre, y apróntame la lanza que lo hiera.
sin columbrar la luz en tus riberas.
labró en diamantes y oros Benvenuto para toda la vida,
Quiero que esté sobre la cruz desnudo,
dolor y amor y sueño y poesía. yo me digo:
"Es la misma,
V. ORACION y abrazada a sus pies, la Dolorosa
dé cauce libre a su pesar prolijo.
Puso esmaltes azules en tributo es la misma, la misma entre los lirios y las ángeles Crepúsculo que envuelves mis sentidos
al mar, náyades blondas y alegría y los suesños y las mitologías. en un lienzo de luz delicuescente, Que si un milagro concebirlo pudo,
de Ñipóles, en flor y espiga y fruto Poesía pura, música de la luz en el recinto ponme signo de amor sobre la frente día ha de ver la hazaña milagrosa
de risa y cielo y luz en la bahía .. de! sueño, Poesía. y apágame el tumulto de los ruidos. de la lus»ral resurrección dd Hijo.
Pagina 10 ROMANCE 22 de Abrk. de 1941

LA LAMPARA DE ALADINO. Aladtno en la cueca de las tesaros. LA LAMPARA DE ALADINO. Actores que toman parte en el espectáculo y muñecos, personajes de la obra

LA dicen más que las palabras. En el teatro de mu­


ñecos los animales son mucho más expresivos
que en el teatro ordinario, y es natural, porque
en este último, donde hay en escena hombres de
y odiar a sus enemigos. En la acertada esceni­
ficación de Guernet, este cuento es un canto a la
generosidad y a la belleza. En igual sentido ee
ha puesto de manifiesto la perfección técnica del

LAMPARA DE ALADINO carne y hueso, los animales tienen siempre un


papel secundario. En el teatro de muñecos, hom­
bres y animales son muñecos, igualdad que hace
aún mayor la ilusión y da pleno estilo al espec­
teatro de muñeco», que sabeasi encamar y ex-
presar la esencia humana, la poesia, la inapira-
ción y todo el profundo sentido de cate cuento
y su base real. Muy atrás han quedado Polichi­
táculo. nela, Casse-perle, Punch con bus scnciQaa ver­
{CARTA DE MOSCU) Unas cuanta» palabras acerca de la obra. Su dades. Con Aladino el teatro de muñecos se ha
atractivo no reside tan sólo en el maravilloso puesto a la altura de otros tipos de arte que
mundo de ia fantasía que descubren ante nues­ hablan del amor y de los sufrimientos humanos,
Por V. VOLKOV tros ojos los cuentos de Las mil y una noches. del heroísmo y de la cobardía, del triunfó del
Estos cuentos, surgidos del pueblo, nos ofrecen bien o de la derrota del mal.
A función empieza a las nueve, por lo cual baila al son de instrumentos orientales. Su cuer­ mucho más que el simple interés de los diver­
tidos sucesos y aventuras que describen. Están Bastaría citar cada uno de los deteOes de la

L no se permite la entrada a los niños me­


nores de diez y seis anos. En el cartel, I.a
lámpara de Aladino. El teatro que
na este cuento se llama Teatro CeÜIral de Mu­
ñecos de Moscú. ¿ De modo que se trata de un
po se dobla en graciosos movimientos; sus ma­
nos, sus hombros, sus caderas marcan el ritmo.
on esce­
I,a técnica del baile es tan perfecta que podría
producir envidia a una verdadera bailarina. En
e! tierno lirismo de este baile se trasluce el
henchidos de honda verdad humana; afirman la
bondad, los sentimientos generosos y su victoria
en la lucha contra las fuerzas de las tinieblas.
El intrépido Aladino, sencillo hombre del pue­
escenificación para explicar el entusiasmo que
ha despertado la mise en scène de ObrastaoV,
régisseur y director artístico del Teatro Cen­
tral de Muñecos de Moscú. Ha conseguido que
blo, consigue lo que quiere, pese a todas las as­ el teatro de muñecos, de diversión paz* niños,
espectáculo para mayares en un teatro de mu­ oculto amor de Budur por Aladino.
ñecos? Sí, un espectáculo que produce enorme tucias del visir. Y es inevitable sentir cariño por se convierta en motivo de placer artístico ipñt*.
Otros muchos ejemplos podrían citares para
impresión, que admira e interesa profundamente. demostrar cuán libres y sueltos son los movi­ él, confortar su honradez, sufrir por su suerte los mayores.
Esto acaso parezca hiperbólico. ¿Puede el tea­ mientos de los muñecos, cuán rico el arsenal de
tro de muñecos alcanzar la elevación artística su mímica. Pero el secreto de la impresión que
necesaria para dar a los mayores algo más que produce la obra no reside tan sólo en esos mo­
una simple distracción, para que no sólo admiren vimientos, que crean en la escena una ilusión de
la maestría técnica del espectáculo? Pues asi es. vida. Cada uno de los muñecos, aun siendo muy
'La primera sensación que produce el espec­ de cuento, tiene un rostro tan vivo y *1 mMBtof,
táculo es de un placer visual, debido a la gran tiempo tan típico, que el espectador olvida invo­
ffi&estrla del pintor, del decorador y del autor luntariamente su rigidez. /"Oes más, fciane_ uno
de los muñecos. El cuento de Aladino y de su ia impresión de que los rdïfros de loa muñecos
lámpara maravillosa consta de tres actos y diez cambian de expresión según jjjs escenas: de pron­
y siete cuadros. Para cada uno de. ellos se ha to se cree ver una maecs íe descontento, nna
hecho un decorado bien digno del teatro grande sonrisa de alegría, una sorapara de meditación en
que quisiera poner en escena tan maravilloso el rostro de alguno de le* personajes. Quizá
cuento. Bastaría ampliar las dimensiones de la se deba ésto a la iluminación cambiante-, tam­
escena, pues todos sus elementos, el encanto de bién es posible que, entusiasmados por el espec­
los jardines y palacios orientales, la belleza
de los paisajes, las maravillas del mundo de los
táculo, tomemos los muñecos por las personas
que encarnan, pues todo el espectáculo tiene por
AV. GUATEMALA, NUM. 38
cuentos, son trasladables con toda facilidad a- objeto despertar en nosotros tal ilusión. Las vo­
un gran escenario. El exquisito gusto del pintor ces de los actores, que parecen resonar en los Tel. J-71-24. México, D. F.
y su maestría le han salvado del lugar común mismos muñecos responden plenamente al carác­
en la interpretación de Oriente. Su técnica per­ ter de los personajes que representan; el desen­
fecta permite la continuidad de la acción.
Es costumbre juzgar del arte del decorador
volvimiento de la acción dramática encadena la
atención del espectador a la escenificación y a OFRECE:
por las decoraciones y los trajes. También en la música.
este caso podría hablarse con amplitud acerca En el teatro, por regla general, el especta­
de los preciosos trajes y de sus bellos colores, dor, incluso entregado de lleno ai espectáculo,
que constituyen con el decorado un conjunto ar­ no olvida observar para sus adentros que un “Derecho Penal” (Cuello Calón). 3 tomos.
tístico. Cada personaje cambia varias veces de actor desarrolla admirablemente una escena de­ “Derecho Civil Español Común y Forai” (Castañan Tobe-
traje. Mirando al escenario se olvida que no se terminada, Esto sucede en el teatro en general;
tienen ante sí personas, sino muñecos, tal es la pero resulta que puede tenerse la misma sensa­ ñas). 4 tomos.
maestría con que han sido confeccionados, tan ción en el teatro de muñecos. También allí queda
grande el arte con que "‘actúan”. Y es que se el espectador admirado de la maestría con que “Tratado de Derecho Penal” (Edmundo Mezquer). 2 tomos.
aprovechan materialmente todas las posibilida­ trabajan los actores.
des de un teatro de muñecos. Por ejemplo, en la Se observa sobre todo, esto que acabamos “Filosofía del Derecho” (Giorgio de Vecchio). 2 tomos.
escena del combate a sable entre Aladino y de decir, en los muñecos que representan ani­ “Resumen de Derecho Administrativo y de Ciencia de la Ad­
la guardia del Sultán, escena que se desarrolla males. Citemos en primer lugar el magnífico
según todas las normas del arte de la esgrima, león, que, dándose importancia, va a apagar su ministración” (Velasco Calco). 2 tomos.
se ven hasta chispas de las hojas de las armas. sed en un pozo y luego se estira lentamente so­
En otra escena. Aladino, con unos mendigos, está bre ia arena, respira con pereza el aire fresco “Filosofía del Derecho” (Radruch).
encadenado a la pared de un obscuro subterrá­ de la tarde, mira por encima de las cabezas de los
neo. En otra se le ve ir de caza e caballo, con espectadores hacia la brumosa lejanía y que de “Introducción al estudio del Derecho Civil” (Buen).
un elegante traje árabe, o jugar al ajedrez con pronto se encoge, como para un salto, según “Tratado de Derecho Mercantil” (Cosack) ;
la bella hija del Sultán, o andar por cuevas en ve pasar a Aladino montado en un camello. Cada
busca de tesoros. La bella Budur, hija del Sultán, mirada del león, cada uno de sus movimientos “Teoría Jurídica del Dinero” (Nussbaun)."
“La interpretación de los derechos jurídicos” (Danz).
LA LAMPARA DE ALADINO. Escena final: En el jardín de oro. Aladino y Rudur están juntos de nueza.
“La teoría de la causa” (Dabin).
“Las presupciones en el Derecho” (Hedemann).
“Usufructo, uso y habitación” (Venezian). 2 tomos.
“Tratado de Derecho Hipotecario Alemán” (Nussbaun).
“La Filiación” (Antonio Cicu).
“La representación voluntaria de los Negocios Jurídicos”
(Hupka).
“Tratado de Derecho Mercantil” (Gante). 3 tomos.
“Elementos de Derecho Hipotecario” (Campuzano y Hor­
ma). 2 tomos.
“Manual de Derecho Mercantil Inglés” (Curtí).
“El Derecho Inglés” (Jenks).
“La Condena en Costas” (Chiovenda).
“El Contrato de Arrendamiento de Cosas” (Fnbini).
“Los daños civiles y su reparación” (Fischer).
“La simulación de los negocios jurídicos” (Ferrara).
“El Contrato de Cuenta Corriente” (Morando).
“Instituciones de Derecho Romano” (Serafini). 2 tomos.
“Tratado de Derecho Penal” (Liszt). 3 tomos.
22 de Abril de 1941 ROMANCE Pagina II

:
(£¿mc se fêeïebxaian las ^bxas ¿pasionales y Extranjeras a ¿fîfêein
BgiSïèL·OPASABÓ
3>ÛS OlïiODD 2>2 ¡BOU I 5AÜIPÛ8
N grupo de comediantes del Teatro Nacio­ causar al espectador, se transformará completamen­

y nal no tuvo inconveniente en trasladarse al


modesto Teatro de Oriente para representar,
a beneficio de la actriz española doña Josefa Gar­
cía, la comedia mexicana, en un acto, de autor anó­
nimo, titulada La ranchera de San Miguel el
te ¡a escena, presentándose un ameno recreo de
baile titulado ¿/ (.’astillo de Santi-Ponce en la baja
Andalucía o los pobres encarcelados en el Dia de
Año Xuezo'. Este “bailable”, que ahora se llamaría
ballet, estaba disidido en cinco partes, a saber: I'-',
Grande o la feria de San Juan de los Lagos, obn- Introducción, por todo el cuerpo de baile: 2'?. Paso
11a que acababa de ser estrenada en el teatro de la a dos. nuevo. La Bella Gaditana; 5?, terceto, nuevo,
calle de Vergara, La f lor de Ckielana; 4", nuevo y gran paso de La
tna preciosa litografía hecha en los talleres de Manola, y 5«, gran final por todo el cuerpo de
Murauía ilustró el programa y nos da idea de cómo baile, en el que figuraban detenidos, sentenciados y
habrá sido vestida aquella mexicanísima comedia presidiarios, figurantes y comparsas. La escena ocu­
cuya protagonista, una ranchera llamada Tomasa, rría en la Comuna de los presos del Castillo de
interpretó la beneficiada ante el Presidente Inte­ Santi-Ponce.
rino de la República, general don Félix Zuloaga, Este ballet, de cuyo autor nada se sabe, poco
invitado de doña Josefa. El exordio del programa, debe de haber contribuido a borrar “las hondas im­
firmado por la señora García, nos proporciona datos presiones que en el espectador causarían la fuerte
para conocer cómo los actores de mediados del y conmovedora situación de la tragedia napoleó­
siglo pasado se hacían dei repertorio nacional o nica”.
extranjero, pues, es bien sabido que no había enton­ A los pocos dias se celebró, también en el Tea­
ces sociedades de autores. “He vacilado mucho tro Nacional, una magnifica función extraordinaria,
tiempo —dice— entre la elección de piezas que debía de grande espectáculo, a beneficio del primer actor
presentar ai escena, hasta que después de leer va­ y director don Juan de Mata lbarzábal, cuyo pro­
rías de las producciones modernas que el señor Vá­ grama fia primera página se reproduce en estas
llelo (actor y empresario) ha tenido la bondad de notas) fué cubierto con "el magnifico drama de
franquear de su abundante y escogido repertorio, grande aparato, dividido en tres actos, y escrito en
he fijado mi elección en las que he creído más a tan armoniosos y buenos versos, que le han valido
propósito paça llenar el delicado gusto de mis a su autor, don Luis Lguilaz, la honorífica y singu­
favorecedores”. Estas fueron el drama, en tres actos lar distinción, de ser premiado por la Academia Es­
y en prosa, de don Manuel Tamayo y don Luis pañola, titulado El Patriarca del Tuna".
Fernández Guerra, El Castillo de Balsaín , y la El actor Juan de Mata lbarzábal se encargó de
ya mencionada comedia en un acto La ranchera de explicar, en la inevitable gacetilla de su programa,
San Miguel él Grande o la feria de San Juan de los quien fué Juan de Timoneda, el Patriarca del Tu­
Lagos, en la que se bailaron “sonecitos” del país, na. y los principales méritos de la obra de Eguiiaz,
acompasados por la música propia de bandolones. "Juan de Timoneda —dice— célebre contemporáneo
La función se efectuó la noche del jueves 11 de de Lope de Vega, de quien recibió el nombre del
febrero de 1858. Patriarca del Furia, es el protagonista de las com­
posiciones del señor Eguiiaz y el personaje que he
El beneficio de la actriz española María Cañe­ tomado a mi cargo. Caracterizar un personaje cual­
te se celebró en el Teatro Nacional el 28 de enero quiera cuyo modelo puede encontrarse en la socie­
de 1859, con un “magnifico drama de grande apara­ dad en que vivimos es sólo obra del tino en la elec­
to. dividido en cinco actos que forman cinco épocas ción de ese modelo y del propio cuidado en estudiar­
distintas”. El programa, ilustrado con una magnifi­ lo: el caracterizar un personaje del que no pueden
ca litografía que se reproduce en estas notas, nos encontrarse semejantes, y de quien se han perdido
informa de cómo én aquellos años no eran pocos las noticias históricas que podrían servir de guía ai
los dramas que nuestros coliseos representaban acer­ artista, hasta el punto de no tenerse un retrato que
ca de la persona de Napoleón Bonaparte. La obra pueda considerarse siquiera medianamente exacto,
elegida por María Cañete para beneficiarse fue la pone al actor en la necesidad de hacer una verda­
titulada El General Bonaparte, el Primer Cónsul, el dera creación. Juan de Timoneda vivió muy cerca
Emperador Napoleón y el Granadero de ¡a Brigada de 120 años y la acción del drama se supone en la
Ï2, de los hermanos Dumanois y Develloy, traduci­ última época de la vida del protagonista. Lina edad
do por Ramón Valladares y Saavedra. tan avanzada, a la que tiene que amoldarse el carác­
"Esta obra —dice María Cañete en la gacetilla ter, esencialmente enérgico, a la vez que sencillo,
que contiene el programa— reúne casi todas las del personaje, aumenta la dificultad de carácter?'
circunstancias qué caracterizan la buena comedia: zarlo. hasta el punto de que se necesitan para acer­
escenas de un interés tan vivo que conmueve al tar en la ejecución facultades de que carezco. Habría
espectador más frío; un argumento combinado con
tanta maestría, que conforme se va desenvolviendo yo indudablemente retrocedido ante esas dificulta­
la marcha del drama, presenta en su acción pro- des si no tuviera el convencimiento de la benevo­
génita incidentes, episodios y cuadros de tanto bul­ lencia con que el público acoge mis débiles trabajos,
to, naturales y verosímiles, donde están puestas en y más aún, la convicción íntima de que mientras
juego terribles pasiones1? como no se ha visto en más asiduo sea el estudio que he tenido que em­
prender tiene más debidamente mis deberes de gra­
ninguna composición en nuestros días. Casi todos titud”.
los, caracteres del drama son bellos, armoniosos, de El Patriarca del f uria debe de haber constituido
difícil ejecución; los dos personajes que descuellan un verdadero espectáculo, 3 juzgar por los detalles
en el drama son Napoleón Bonaparte y Heberto; que consigna el programa. La acción se desarrollaba
el primero aparece en el primer acto como simple en !a Valencia del Cid de los tiempos de Timoneda.
oficial de artillería, desconocido casi de todo el mun­ En el segundo acto aparecía la Alameda de Va­
do y nombrado más tarde por el Directorio general Los grabados que ilustran esta pagina reproducen ¡a portada de los programas teat tales a lencia según se iluminó y se adornó para las bodas
del Ejército de Italia; en el discurso del drama re­ que cada uno de ellos se refiere y cuyos originales existen en la colección del autor de Felipe 111 : y como el argumento pedía bailes,
corre, con la rapidez que permite esta clase de obras, De la Mata lbarzábal dispuso que se bailara “una
toda su carrera de glorias y desgracias, hasta que jota valenciana ' y el antiquísimo baile El Paloteo,
en el último acto aparece en su destierro en las tiempo. Prevenía, asimismo, cómo el segundo acto, primero, 17%, Bonaparte nombrado por el Direc­
torio general del Ejército de Italia; acto segundo, que tanta aceptacicm tenía en los tiempos de Ti­
áridas rocas de la isla de Santa Elena”. En seguida que representaba un campamento en Italia, termi­ moneda y entre la sencilla gente del campo. Fué
la actriz beneficiada aclara cómo la citada obra en naba con “un alegre baile de aldeanas italianas”, y 17%, Napoleón en Italia; acto tercero. 1802, Ñapo-
que, en consecuencia, se bailaría la Tarantela napo­ lee,n Primer Cónsul y tentativa; de asesinato ai más lejos De la Mata lbarzábal haciendo danzar por
nada se parece a las que hasta entonces se habían cuatro parejas la danza de costumbres gallegas titu­
puesto en escena, "aunque argumentos parecidos a litana. La acción del primero, tercero y cuarto ac­ salir él de las Tullerias. que reproduce la litografía
del programa; acto cuarto, 1815, caída de Napoleón lada La nueza gallegada. Y como si quisiera retener
éste de que se trata, pero de inferior escala, los ha tos se desarrollaba en París; la del segundo en hasta la madrugada a sus espectadores, “para con­
visto siempre el público con suma complacencia y Italia y la del quinto en un pequeño puerto de mar, y destierro a las costas de Inglaterra; y, acto quinto,
"junto a la isla de Santa Elena y a su vista”. Fi­ ía roca de Santa Elena y la muerte del Emperador. cluir el espectáculo, conociendo el gusto del público
los ha aplaudido calurosamente, como ha sucedido por esta clase de juguetes, he dispuesto —dice— la
con Lu berlina del Emperador, Un soldado de Na­ jándonos en la anotación que contiene el programa Después de "concluida la pieza principal, para
poleón y otras muchas que han hecho época en su podemos imaginar “el discurso del drama”: Acto borrar las fuertes impresiones que precisamente debe (Continúa tn ia página 14)
Pagina 12 ROMANCE 22 de Aai

El Ultimo tanto de la dama.


61941 ROMANCE Pagina 12

Retrato de la dama en traje amarilla.


» •• ’
í-

IH, POR Juan DE la Encina) David Carrick y si< mujer.


Después del matrimonio.
Pagina 14 ROM AN CE 22 de Abril de 194ï

EXPOSICION DE KOLOMAN SOKOL


dt ¡a patina
Ciudad de! Diablo, tiene para este artista no escaso irremediable dolor de la vida. En el fondo, son es­
encanto. Y lo tiene, precisamente, porque son un píritus cristianos, de un cristianismo sin dogmas...
puro drama y un drama terrible, en el que tos po­ y sin creencias, si puede decirse así, demoníaco, "sui
deres tenebrosos tie ia vida se desarrollan como en generis", para los que el Paraíso no existe, y. en
las aguas empatanadas el mosquito de las palúdicas. cambio, el Infierno ts la verdadera realidad de la
Asi como en las selvas tropicaies fermenta la natu­ vida moderna. E! mal. según ellos, corre desbocado
raleza, y su exceso de vida, como el sueño de la por todas partes: en las instituciones más respetables
razón, al decir de Goya, produce monstruos, del y necesarias al sostenimiento de ia sociedad y en el
mismo modo en las ciudades tentacuiares pulula agria corazón de ¡os hombres. Nidos de serpientes y es­
y descompuesta la vida y produce monstruos tam­ corpiones son éstos. Este sentido bíblico, tremendo,
bién. Esas fermentaciones de la vida de las grandes pesimista sin esperanza ni remisión, sin el Dios de
ciudades modernas, transportadas a términos esté­ Job, puede observarse con más o menos claridad
ticos. se ven en ocasiones en ¡os grabados de Kolo­ —a veces, hay en ellas su poquito de retórica falsa
man Sokol. y desquiciadora— en las obras dei Expresionismo mo­
De muy lejos, de país distante en todos los ór­ derno. Pero ¡o que en tales artistas centroeuropeos
denes de la vida, vino a México este artista. De —algunos de ellos judíos—, es como chaparrón o
ahí pudiera deducirse su lejanía espiritual del país chubasco veraniego, al modo de los de Europa, o de
de adopción. Sin embargo, sería falso hacer seme­ arroyo más o menos sombrío, conviértese en la pin­
jante conjetura. El arte o la manera de arte, que tura de Orozco en lluvia torrencial de los trópicos
trae Sokol no es tan distante del arte, o manera de o en un Amazonas de dolor, violencia y ferocidad.
arte mexicano. No. También el arte mexicano pudie­ (Véase por ejemplo, la decoración de la antigua
ra caracterizarse por su rudeza, por su energía, por iglesia del Hospicio de Guadalajara.)
el dramatismo y la supremacía de la fuerza sobre la De modo que el arte de Kóloman Sokol, al arri­
gracia. Hasta ahora, sólo en ocasiones los artistas bar a México, no tomaba tierra, por este lado, en
mexicanos han hecho tema y substancia de su arte un lugar en que pudiera parecer completamente exó­
la gracia y ia delicadeza que se hallan esparcidas tico. Y es que México, según parece, tiene, por de­
por todo el país. Han preferido lo que pudiera lla­ cirlo así, estómago de avestruz. Su poder de asimi­
marse, empleando un término popular y un tanto lación es magnífico. Ahí está sin duda una de sus
bajo, "el machismo" artístico aí cultivo de la deli­ fuerzas. Aquella composición relativamente sencilla
cadeza. En ese sentido, son inferiores a los artistas de la Colonia: lo español y lo indígena, desde la In­
/'Aguru 5.—Loi peces -coladores, hidroaviones del mar. dependencia se ha ido complicando considerable­
de mediados del pasado siglo, los cuales —en retra­
tos, en retablos y naturalezas muertas— acertaron mente. Aunque siga siendo lo principal lo español
con sutilísimo candor a poner en sus obras esa gra­ y lo indígena, las cosas se han ido enmarañando de
LOS ANIMALES DESCONTENTOS.^ cia y ese refinamiento de sensibilidad que el más tal modo, que ya no resultan hoy tan sencillas ni
ciego puede advertir en la sociedad mexicana, tan fáciles de entender. El arte es ejemplo pal­
(Sigse de la página 4} mario. El arte de la Colonia es puramente español.
L'n artista como Clemente Orozco, verbigracia, si
pequeñas... ; y de un vuelo açaesce yr a caer los problemas que tantos esfuerzos han costado no fuera tan mexicano, pudiera ser por no pocas fa­ El arte actual, aunque por esta o la otra de sus fa­
espacios de dosçientos passos, e más ó menos; a capaces y minuciosos investigadores. cetas de su arte un puro centroeuropeo. Sorprende cetas verbigracia, se ha llamado aquí "el feísmo".
é açaese algunas veçes caen dentro en las naos, Si paramos la atención en la forma de un en ocasiones su extraño parecido —entiéndase bien, pueda ponerse en relación con el español (no hay
é yo los he tenido vivos en las manos é los he submarino o la de un dirigible, veremos que son ni remotamente pretendemos decir que haya seguido que olvidar, por otra parte, la influencia de Picasso),
comido. simplemente la réplica de lo que antes hemos o imitado los pasos de ellos—, con los famosos "ex­ difiere de él de una manera considerable, casi total
De çerca o un poco mas baxo de las quixadas descrito, es decir, aproximadamente la de un huso presionistas" de Munich de principios de este siglo. en su espíritu. Ha subido por sus canales el espíritu
les salen dos alas delgadas de la forma de aque­ en el que la parte más ensanchada estuviere más En una de aquellas famosas exposiciones de la de la tierra y de la sangre indígena, y esto es lo que
llas alas, con que nadan los pexes é barbos de próxima a uno de los extremos que al otro. Tan­ Sección de Munich o de Berlín, de los años de le confiere su autoctonía, su carácter propio y se­
los ríos; pero son tan luengas como es todo el to el dirigible como el submarino están perfec­ 1910 a 1930, se le hubiera tomado por un miembro ñero, a pesar de que a su cisterna han corrido aguas
pescado que las tiene, é aquestas son sus alas. tamente construidos para mejor desempeñar la distinguido de la familia dramática y desgarrada de lluvia de procedencias bien diversas. El arte me­
Y en tanto que aquellas tardan de se enjugar misión para que fueron concebidos; estar aco­ del Expresionismo. Se les parece, como decimos, xicano hierve, como la vida en la ciudad de México,
con el aire, quando assi saltan fuera del agua, modados a su medio como diría un naturalista recogiendo en su seno elementos múltiples y hete­
con el lenguaje no del biólogo. en su sentido espantosamente dramático, en sus
tanto se pueden sostener de un vuelo, pero assi “visiones" tenebrosas del mundo, en las que galopan, rogéneos y unificándolos a la postre en un molde
como son enxutas, caen al agua y témanse a le­ Precisamente como el aire, en el aspecto que haciendo alarde de invencible señorío, los Cuatro complejo, que no pertenece a ninguno de ellos, que
vantar, é hacen lo mismo o se quedan debaxo del aqui nos interesa, no es otra cosa que un flúido es cosa bien diversa a las de sus componentes, como
que se diferencia del agua en su densidad con­ Jinetes del Apocalipsis; no menos, en su manera de
agua... é tienen la cabeza algo redonda como sucede en las combinaciones químicas.
de albures, e la color del lomo es como açul, del siderablemente menor, la forma del cuerpo de pintar briosa, frenética, sintética, y, en esta o la
color que está el agua quando el cielo está muy un ave prescindiendo de las alas, puede encerrar­ otra ocasión, descompuesta. Les supera indudable­ Así se explica, a nuestro entender, esta asimila­
claro y desocupado de nubes é sereno. se en líneas sensiblemente análogas a las del pez. mente en fantasía patética, en ios "sueños de la ción por parte de México de un grabador como
En lo de por acá destas Indias ya escribo Pero con ello sólo tendríamos el armazón o vigas razón”, que abren las puertas del arte a los cortejos Kóloman Sokol, y al mismo tiempo ia impronta que
lo que he visto y experimentado de estos pexes maestras del pez y del ave, a los que les faltarían espantables de la teratología, de la miseria y el México va poniendo en sus obras.
voladores”. sus medios de propulsión. En el pez son unas
Nada más llamativo que cuando salen de las alas en miniatura, por cuya razón se les da el
aguas del mar las escuadrillas de estos hidro­ nombre de aletas, como sin con ello se quisiera
aviones vivientes, que brillan al sol como si significar que la natación es un vuelo en tono CUENTOS SOBRE CHAPAIEV
fuesen de plata bruñida. Joyas vivientes en las menor.
que la elegancia de la forma aerodinámica se une Natación y vuelo son casi la mismo, ao exis­ i* I» pifia» 6)
a la gracia de sus movimientos. Forma y movi­ tiendo entre ellos otra diferencia que la que pr»; Pero aperfas se había marchado, Eremeiev sen­
miento que se funden y entrelazan armónica­ viene de la muy desigual densidad de los medios Era la favorita de Chapaiev: “Estoy sentado
tenció: detrás dé la reja en la cárcel húmeda”. La Co­
mente para dar lugar a esta maravilla, que dejó fluidos en que se efectúan. S3 vuelo requiere por
ello medios muchísimo más potentes que la na­ —Eg el nuevo comisario. Se apellida Furman. menzaba el mismo Vasillo Ivanovich. Loe jefes
atónitos y admirados a los primeros navegan­ y los combatientes rojos le seguían en armonía.
tes, que cuentan y no acaban de tales seres. tación. En una mariposa, en una gaviota o en un Vasilio Ivanovich le aprobó, pero no de golpe.
ánade el cuerpo apenas cuenta ante la extensión Furman llegó y dijo: “He aquí mis papeles”. Todos en la división conocían esto canción
de sus alas, que son los órganos que les dan una Chapaiev le contestó: “Yo reconozco al jefe y al Pero no cantaron mucho tiempo.
VUELO Y NATACION singular elegancia. En un pez su cuerpo es el comisario en el combate. Papeles son papeles, Chapaiev se iría al amanecer, juntamente con
todo y las aletas remedo de alas que quieren ser pero te veremos bajo las balas”. Ahora Vasi­ los jefes, a las avanzadillas. Esperaban un gran,
Entre natación y vuelo existen muchas ana­ y no pueden, un simple remate de un animal al llo Ivanovich ha aceptado al comisario. Son ami­ combate.
logías siendo muy instructivo establecer una que le falta poco para lograr ser lo que se pro­ gos y camaradas. Chapaiev se acercó a so caballo, montando en
comparación entre los animales nadadores y los pone. Los combatientes rojos se callaron, atento el la silla con mucha soltura.
que vuelan. Las diferencias que entre ellos exis- Donde tales contrastes saltan a la vista es en oído. La brisa matutina llegó desde la estepa, tra­
* ten nacen de la diversidad de las propiedades de las aves acuáticas, que por hacer de todo vuelan, —Está cantando... —dijo a media voz el yendo el aroma de las flores y de la hierba se­
los medios en que unos y otros se mueven. nadan y se zambullen, con envidia de estrafala­ muchacho—. ¡Oh, como le gusta cantar! gada.
Los estudios pacientes de los hombres de rios inventores de cosas raras que sueñan con un Efectivamente, la “isba” comenzaron a can­ El sol subía sobre la tierra cubierta de Irocío
ciencia, que se ocupan de encontrar la forma vehículo que imite a estos seres en sus múltiples tar una canción conocida. de la fresca noche.
más adecuada y favorable a que debe ajustarse oficios y habilidades. En ellas el peso de su cuer­
un móvil para transladarse con mayor facilidad po necesita para volar la enorme extensión de
y rendimiento en el seno de un flúido, sea este sus alas, en tanto que para nadar les basta y les
líquido o gaseoso, han llegado a la conclusión de sobra con las pequeñas membranas interdigitales
que esta es, aproximadamente, la forma fusifor­
me a la que en términos generales se ajusta la
que unen y enlazan sus dedos (Fig. 7). Compá­
rese -el tamaño de una hélice de barco con una Acaba de abrir sus puertas la
forma de un pez o de un ave. Maravilloso re­ de avión dirigible, en relación con el peso y el
sultado alcanzado por la Naturaleza, quien ha volumen de la nave que arrastran, y nos encon­
conseguido sus perfectos diseños orgánicos, tras tramos que entre ellas existe la misma despro­
los titubeos y vacilaciones que representa el evo­
lucionar de los seres, hasta alcanzar una máxima
porción que entre el ala y la aleta. Ala y aleta,
nombres en los que se condensa la sagacidad de LIBRERIA Y PAPELERIA
acomodación al medio en el que desenvuelven sus las gentes, que con visión certera encierran en
actividades. Ensayos y más ensayos se suceden las palabras todo el buen sentido y el natural
hasta lograr la perfección que mueve nuestro saber, espontáneo y sin perifollas del hombre
anónimo, verdadero soldado desconocido de la

"ANAHUAC”
ánimo a la admiración ante el hecho sorprenden­
te de ver resuelto en humildes criaturas vivientes magna empresa de crear una cultura.

EL SOLITARIO DEL ESCORIAL


¿<r ('a 5/ Situada en el tramo norte de la
grentaban el suelo español. Había, pues, que ca­ paña! ¡Cuántas veces, a estas horas inciertas,
balgar aprisa para escapar a las traidoras fauces. la mano fría de Azaña habrá acariciado su fren­ Pérgola de Bellas Artes
Muchas veces se piensa que la única actitud te, siempre deseosa de enajenar febriles cavila­
digna en el mundo, la única actitud que le cabe ciones! Ahora... ya no caben incertidumbres. (Avenida Hidalgo)
al hombre de bien, es la fuga. Toda la Historia La guerra está perdida. Con su mano fría se
no es sino una huida más o menos precipitada, acaricia la frente escurialense.
más o menos vergonzosa. Felipe II, quieto en su Azaña es afectivo. Afectivo, pero sólo para
silla de El Escorial, puede creerse el símbolo de él, que es asunto que a él sólo incumbe. Las ins­
la majestad estática. No hay que olvidar, sin
embargo, que Felipe II es cojo, que el rey victo­
tituciones del Estado no pueden tener afectos.
Sería abocarlas en la debilidad. Y Azaña, por for­
LIBROS - PERIODICOS - REVISTAS
rioso en San Quintín huye hacia adentro, se diría tuna. como institución es una roca.
que se derrite y escabulle de las situaciones co­ ¡Orillas del Tormes! ¡Orillas del Henares!
mo los lagartos por las resquebrajaduras húmedas
y sombrías de aquellas piedras en que él se sienta
¡Chopos frescos de inspiración literaria! Por el
paisaje de España, por el último paisaje de Espa­ Surtido completo de papelería
mientras ve subir la fábrica del Monasterio; ña, avanza el literato don Manuel Azaña. Pasos
liberación o fuga final e irrevocable hacia un
más allá sin amenazas: la muerte.
vacilantes hasta que empieza a clarear el día.
La victoria, por grande que sea, tiene dimensio­
Utiles de escritorio
Aún no clarea el alba. A estas horas ya an­ nes. límite por tanto. Sólo el genio puede abarcar
daba el bueno de Sancho preparando la cabal­ y medir lo imponderable de una gran derrota.
gadura al buenísimo de su amo. A estas horas Luz de la verdad. Amanece. El literato Ma­ LAPICEROS, PLUMAS FUENTES, COMPASES
regresaba ya Calixto de mentirle amores a Me­ nuel Azaña va mirando sin ver. No ve, no quiere
libea. A estas tempranas horas alborotaba una ver. al menos que es tentación, la serranía que
brisa sutil el manteo de Lope y henchía los pul­ queda a su izquierda. Imagina, y es verdad, có­
mones de Gonzalo de Berceo, dormido a campo mo se tornan ya rosadas las laderas, cómo^el IV correrías por España, el literato Edgar Quinet:
raso, bajo una haya. riachuelo del valle semeja mayores prisas y me­ Vengamos a la hora de ahora, en la que “Aprovechad vuestra universal miseria”. ,
Don Manuel Azaña conoce la historia litera­ jores espumas. Allí deja Aitaña las imágenes vi­ todo un pueblo arde injustamente en las parri­ En cuanto al hombre que salvó del desastre
ria de España. Muchas veces se ha levantado vas de su literatura, de su lirismo. Allí se qqeda llas en que chisporroteara Sgn Lorenzo. Ya no unas docenas de libros no le queda frase o aga­
o se ha acostado a estas horas en su plácida el Azaña niño del Jardín de los Frailes, el Azaña es el Monasterio. España entere es una inmensa rradero que le valga. La visita de Edgar Quinet
Alcalá de Henares. ¡Noches de luna en las afue­ santo de la Conversión de San Mauricio, el parrilla. Abandonado a su suerte, el pueblo espa­ ha sido devuelta a domicilio por quien dió todo
res, en los paseos, en las plazas, en los pretiles Azaña hereje quemado vivo por la Santa Inqui­ ñol se salvará. Aunque tenga que acudir, a lo sin empaque y estímulo a la segunda República-
de los puentes y en los bancos de piedra de Es­ sición. último, a la fórmula que ya enunciara, en su* española.
22 BE Awn* Π1941 ROMANCE

Jorge Dandin. de Molière. (Teatro de Orientación.)

Carlos Pctttcer « Jorge Dandin, de Molière. ¡.a escuela de las mujeres, de Moliere.

•EL Tilín-
Teatro de Orientación. (Jouvet-Ozeray.)

obras: Obediently Toun (Buyo revpetuoeamento), de


Veinticinco años de teatro Arthur L Jarret y Marcy H. Klauber; Jlsz, come­
dia musical de WMH&ms H. Heagneyé; Wwark Tlay-
boy (Jora de JTewark), de B K Simkhovftch ; Seo-
iteróte norteamericana Theatre Arta pe with me (rúcete oonmlge), de Justin Sturm:
celebra en este año sa vigésimoquinto ani- Mght to Kapyteees (tombo * 1* felicidad), de Ca­
_ venarte. Un cuarto ¿e siglo durante el rol Warner Gluck; Give mu liberty (Dadme liber­
ha wtwbado los acontecimientos mis signi- Por Julio ACOSTA tad), farsa de Alfred H. White y Henry T. Porter;
ttivos del teatro umversal y ha comentado, Xa Kelly** Training Caxap (Oampo de entrenamien­
to de mamá Kelly), de Frank Dolan; Vannai atory
con cna exigencia de la que la sonrisa y el humor y del Misántropo, única pieza de Moliere en que toso. Montenegro dibujó escenario y trajes. Asis­ oí Serbie (Xa entraba torteóla de Serbie), de Anne
no han estado nanea ausentes, las realidades y la parte autobiográfica es importante y aun de­ timos, al fin, a te representación de Jorge Dan- Nichols y A. van Ronkel; y, They gave birth to an
las tentativas, los programas y loa fracasos tea­ cisiva. din, cornudo fundamental y definitivo jefe de angel (Dieron vida a an iafd), de la actriz Elea-
trales, las páginas de esta selecta revista son, Las piezas mixtas se definen, como las ante­ escuela. Sólo que, en vez de asistir a la tragico­ na Miramova.
pór eSo, verdaderos diagramas de la tempera­ riores, por sí mismas. Se hallan construidas sobre media del personaje humillado, asistimos a la
tura teatral en los últimos veinticinco años, de ' situaciones cómicas, pero no se quedan en la INGLATERRA
del poeta que, incapaz de vivir tes emociones del
«us abas.y hoja», desús llanadas crisis, de sus intriga. Se pasa del juego del escondite, y de los personaje, aparecía disminuido, anonadado, por Las contingencias de la güera han obligado al
fagasyd* ms estaciones afortunadas. giros de lo que podemos llamar la coreografía el peso de te obra que había aceptado represen­ cierre casi total de los teatros londinenses. Sólo tres
' Tia résiste, fot fundada en Detroit, y su pri- melieresca de las obras de situación, a algo más tar. Aquello era “El poeta humillado” y no “El coliseos permanecen abiertos: el Windmill Theatre,
que ofrece el espectáculo de una buen* compañía
mer edrtsr fhé SheWoa Cheney. Sa designio era profundo y más humano. marido humillado”. La bien timbrada voz de de revistas; el Arts Theatre Club, en donde trabaja
“emrservs^ 'y riitiiterollar.el impulso creador en En este grupo entran La escuela de las mu­ Pellicer languidecía. El poeta no acertaba a dar un una compañía de ballet, y el Vaudeville, consagra­
rt teati» ameritado”. Esté programa noble y sen- jeres, Don Joan, El bargaés gentil-hombre. Pie­ paso firme en la escena. Buen actor de sus pro­ do a la representación de las obras de Shakespeare.
rre Brisson llama al Don Juan de Molière “obra Las mejores compañías inglesas se han desplaza­
cSlo fné iniciado con la revista « 1918. En 1918 pias emociones, Pellicer, magnífico poeta, sucum­ do a las ciudades del interior.
tí nombre de Edite J. R. Isaacs aparece al lado proyectada fuera de su tiempo ÿ (Brigitte hacia bió en 1a prueba de ser el actor de las emociones Por el contrario, en Irlanda vive el teatro una
~'es este mujer la qnefaa nuestro tiempo”. El seductor eterno ha desapa­ ajenas. época de auge. En el Abbey se han estrenado las
in de la revista y la recido pa» dar pasó a un Don Joan blasfemo, siguientes obras: Three to go (Yve* gao deben ir)
firma y lúcida; hasta apóstol del? libre pensamiento, con ej placer de de Olga Fieldon; Feepfiag Ton (Toa escudriña­
te rabelion-Jaa» es el tipo de la pieza mixta,
éíf ía qóé'W teteé^WW4mteáJM¿aotas de Moliè­ La Duse y la Duncan dor), de Frank Carney; Strange Onaat (Bxtrañe in­
vitado), de Francis Stuart y Trial at Oreeantreet
Oowrtfcoaso (gototo da loa tribunate* da la oallé
euriosfited inteligente re, aquellas que el autor <teja huS!'y a«n agueRaa Great), de Roger MçHugtn. En el teatro Gate, se
‘ sostener rt contacte «o» tes »»■ qae se le escapan involuntariamente. ?A OR regla geaeía.1 los juicios de una artista ha representado: The Torced Xarrlage «teeaulento
patees todos, vednos.
o léñanos, tete' eBreoea ínterés .per h> tete 'teca a
tes orates, desarrollo y madores da. las manifes­
taciones del arte dramático.
Las grandes comedias de Molière, Concluye
Fierre Brisson, se hallas en las piezas-persona­
jes y en las piezas mixtas. En tas piezas-situa­
ciones se instalan las obras que descubren la
P de teatro acente de otra na son justos. Lo
impiden la rivalidad y la vanidad feme­
obligado), de David Sears; The Statue* DanghtoRL
(2áa Mja da la esteta*), de Frank O’Connor; Astro­
ninas. Esto inflexible regla tiene, naturalmente,
excepciones que vienen a confirmarla. He aquí
una, brillante y radiante. Se trata de un juicio
logy, de Hita Byme y Soly-Toly. de Lennox Robin­
son, adaptación del cuento de Maupassant Bola da
rabo.
De su viaje a México deja el frnto de un amplitud y generosidad del temperamento de su
nfintteoospeetel de la revista dedicado a presen­ creador, “encina gigantesca, derecha como el de te bailarina Isadora Duncan acerca del arte ESPAÑA .
tar las manifestaciones del arte dramático en pensamiento”. de la trágica Eleonora Duse, En el mes de agos­
nuestro pate. Miguel Covarrubias la asistió como to de 1927, un mes antes de morir, en Niza, Iáa- Los dos últimos estrenos en los teatros madri­
dora Duncan escribió: leños fracasaron. Ni la comedia titulada Va cara­
editor especia] en la formación de este número, dura, firmada por Adolfo Torrado, ni la zarzuela
en el que colaboraron artistas y escritores me­
xicanos. Carlos Chávez, Adolfo Best Mangará,
Molière en México “En 1899 vi por primera vez a Eleonora Duse
en Londres, representado un personaje en una
Xa Tirgen de Piedra, han obtenido buen éxito. ]^a
primera, representada en el Teatro Fontalba por la
pieza de tercer orden: La segunda señora Tan- compañía que dirige Sotnoza: )a segunda, en Eslava,
Salvador Moyo, Francisco Monterde, Rodolfo por una compañía que encabezan la tiple Matilde
Usigli y Xavier Villaurrutia —estos dos últimos OS historiadores nos dicen que Miguel Hi­ qnerey. Al principio del tercer acto hay un mo­ Vázquez y el barítono Terol.
colaboradores del Theatre Arts— escribieron
acerca de las realidades, tentativas y problemas
de nuestro teatro. Un nutrido y, ai mismo tiem­
po, selecto material gráfico completó el número
I dalgo y Costilla cultivaba, al mismo tiempo
J que la vid y 1a morera, la afición al teatro,
y que hacia representar obras de Moliere en el
pequeño mundo que le rodeaba. La verdad es que
mento en que te Duse permanece callada, quieta
y sola en el escenario, meditando el suicidio. De
pronto, sin que mediara ningún movimiento, me
pareció que crecía, y que crecía hasta el punto
BUENOS AIRES
—En el Cómico reapareció La compañía de Pe­
pita Díaz y Manolo Collado, representando la co­
especial de la revista consagrado en el mes de en que empezó a formar parte del movimiento media de la escritora mexicana Concepción Suda
agosto de 1938 a México, que tiene un innegable no dejan ' de corresponderse los cultivos de la de las esferas... Me dije entonces: cuando yo, Hermosillo. Cosío yo to soñaba.
valor documental. uva, de te morera y del buen teatro con tes ideas en un escenario, pueda permanecer tan inmóvil —En el Teatro Maravillas, la compañía española
revolucionarias que —como es sabido— nutren como Eleonora Duse estaba aquella noche, y, de Rosario García Ortega y Carlos Díaz de Men­
El interés por el teatro universal se muestra doza. estrenó la comedia Virginidad, del comediógra­
en las ediciones especiales de Theatre Arts con­ las obras de Moliere, o al menos apuntan certe­ al mismo tiempo, crear esa tremenda fuerza di­ fo argentino Juan Francisco Moreno Rojas, en la
sagradas al teatro en Francia, en Rusia y en ramente en ellas. Había en Moliere lo que, usando námica, seré te más grande bailarina del mun­ que se plantea un tema análogo ai desenvuelto en
otros países entre los cuales las Islas Bali repre­ su propio lenguaje, pudiéramos llamar “un cons­ do”. el idilio pastoral de Longo ftofnla y Cloe.
sentarían la parte exótica. La atención al teatro pirador a su pesar”. —En el Teatro Marconi se presentó la compañía
inglés y norteamericano es, naturalmente, más No obstante su vigencia, su calidad y actuali­ formada por «Milagros de la Vega. Rosita Catá, Del-
intensa. Pero no hay esfuerzo importante ni dad, las obras de Molière no se representan en
México. La representación de Tartufo sería de
Entreactos y Entremeses fina Jauffret. Carlos Perellí y Arturo Ramio, con
la comedia B1 camino del tabaco. Seguirán las re­
tentativa inteligente que no haya quedado regis­ presentaciones de La vida astuto de Goldoni; SIg-
trada en las páginas de Theatre Arts, que no una oportunidad grande, pero los empresarios ESTA1XJS VXIDOS frido, de Giraudoux. La cola da la sirena, de Con­
por ello es una revista ecléctica, sino una revis­ prefieren reponer obras bombásticas, como el rado NaJé y Roxlo y una pieza, aún sin título, de
Cyrano de Rostand. —En Panamá tulleció el cuentista y dramaturgo Samuel Eiciielbaum.
ta comprensiva, orientada con seguridad y en la norteamericano Sherwood'Anderson, autor de nume­
que los asuntos se hallan tratados con rigor cri­ —En el Teatro Argentino se presentó Carlos
La única representación moderna de una obra rosas obras teatrales. Bouhier con la comedia Ciudadano del mundo, del
tico. de Molière en un teatro de México fué la de — En el Teatro Guild, de Nueva York, a la re­ escritor uruguayo Roberto A. Taliee.
Por ello es sorprendente y digna de atención Jorge Dandin en el Teatro de Orientación. El posición de Twelfth Vight de Shakespeare, segui­
esta labor sostenida veinticinco años. Represen­ director, Celestino Gorostiza, invitó al poeta Car­ rán los estrenos de Battle oí Angel* (Batalla de
àagelee ) y I*>ve in our Time (Amor en nuestro* URUGUAY
ta, a la vez, una prueba evidente de la vitalidad los Pellicer a interpretar el personaje titular. Su tiempo*), de Leslie Reade.
del teatro y de su florecimiento y madurez en los elección se basaba en el hecho de que Pellicer —En lo» carteles de los teatros neoyorquinos,
—La Compañía Arata estrenó la comedia B1 Tra­
Estados Unidos. Las páginas de los veinticinco je Muevo, inspirada en un cuento de Luis Pirandello.
tiene una voz timbrada, sonora y rotunda, que se anuncia el próximo estreno de las seguientes
volúmenes de Theatre Arts son ya una historia —En el Teatro Solí», la compañía de Socorri to
sabe emplear con firmeza. El poeta aceptó gus- González y Tino Díaz ofreció ai público la comedia
del teatro moderno y tienen un serio valor lite­ original del autor mexicano Nemesio García Na­
rario^ crítico y gráfico. ranjo, titulada £1 vendedor de muñecas, y Brujería
amorosa, de Oduvaldo V launa.
—El jurado del Concurso pro Teatro Nacional,
Molière y Brisson organizado por el Ministerio de Instrucción Públi­
ca, ha otorgado el primer premio a Sinfonía, de
los Héroe*, de Edmundo Bianchi, el segundo a Cró­
N su animado y certero libro, De lo mejor nica. de Arturo R. Despuuey: y el tercero a Hila vie­
ne del sur, de Fernando García Esteban.

E a lo peer, que es un a modo de recorrido


a través del teatro, Pierre Brisson traza
una nueva clasificación de las obras de Molière.
Considerando el repertorio de asuntos y perso­
najes moliercscos, distribuye las obras en tres
—El Teatro del Pueblo del Uruguay, también or­
ganizó un eoncnrJK» para premiar las mejoren obras
teatrales inéditas, correspondiente?; al afín de^ 1940
Resultaron premiadas; STBBBXBAB, de Edison
Bonchatou; B1 metal y la sangre, de Alvaro Figu-
redo; Bl pasado no muere, de Horacio Giménez
grupos. El primero lo constituyen las piezas- Pastor, Medindia, de Dionisio Trillo; Vosotras, de
situaciones; el segundo las piezas-personajes; Grkuida Monteiro, y SI hilo, de Carlos S. Bazarrez.
el tercero, las piezas mixtas.
Pierre Brisson encuentra que el mayor núme­
ro de obras de Moliere entra en el cuadro de lo
que llama piezas-situaciones. El despecho amo­
roso. La escuela de los maridos, El matrimonio A VIS O
obligado. El médico a la fuerza, Anfitrión y Jor­
ge Dandin son los ejemplos principales, aunque
no los únicos, de este tipo de obras en que Moliè­ ROOAMOS UNA VEZ MAS A LOS
re muestra, sobre todo, su dominio del oficio, su ALTORES Y EDITORES NOS ENVIEN
facilidad, su brillo. No son, para Pierre Brisson,
las mejores de Moliere. PUNTUALMENTE DOS EJEMPLARES
En el segundo grupo, denominado piezas- DE CADA UNA DE LAS OBRAS QUE
personajes, Pierre Brisson incluye Tartufo, El
misántropo. Las mujeres sabías y Las preciosas PUBLIQUEN, PUES SOLO ASI PODRA
ridiculas. En estas piezas la intriga no es, como REALIZAR “ROMANCE” SU DESEO DE
en las que pertenecen al primer grupo, un fin,
sino un medio. Lo importante en ellas es la pre­ INSERTAR CON OPORTUNIDAD, EN
sentación de seres visibles, independientes, que LA SECCION BIBLIOGRAFICA. LA CO­
han tomado cuerpo en el espíritu del autor. Es
este el grupo de las obras maestras, del Tartufo Boris Aronson, escenografia para The Tenth Commandment <1836). RRESPONDIENTE NOTICIA,
Pagina 16 ROMANCE 22 de Abril de 1941

CHIPOJO
-Cuenlo- Por Luis Felipe RODRIGUEZ
OBRE la tierra vernácula flotaban, indecisas, Salieron monte adentro, Chávez. Chipojo, una
las nubes henchidas y grávidas. vieja escopeta de caza y media botella de ron.
Los ojos de la mujer recorrieron los sur­ La mañana era patéticamente ingenua, como
cos abandonados. Ella pensaba en su marido. la lealtad del perro. ¿Qué idea se había formado
Ausente de allí, echaba a perder su voluntad de Chipojo de su amo, para sentir por él tanta ve­
trabajo con el alcohol do la caña, mientras los neración y tanto amor? Si Chipojo hubiese te­
terrones crepitantes del sitio esperaban sedien­ nido lo que se llama especulación humana, a ve­
tos la primavera. ces hubiera encontrado a su dueño demasiado
Con voz doliente, en la que gemía un airado insignificante. Es muy posible que lo hubiese
desengaño, la guajira exclamó: despreciado, faltándole al respeto y haciendo en­
—¡Cómo van a tomarse la primavera estos tonces lo imaginable porque se trocaran lo» pa­
tristes terrones, si ese condenso borrachín se la peles. Mas Chipojo era sólo un perro, y para un
está bebiendo en la pulpería!... perro el dueño siempre eB un dios, asi ese dios
Con el recuerdo de las pasadas lluvias de fuera un Anselmo Chávez, que tomaba ron, fu­
marzo, Tomasa Paneque esperaba que ahora An­ maba tabaco y se acostaba temprano en el catre
selmo Chávez, su marido, le trajera el regalo de con su mujer.
no verle llegar al bohío borracho como un alam­ Chipojo, moviendo su aro de barril, iba dando
bique. El se lo había prometido. Le dijo, besando tumbos de aqui para allá, lo mismo que casi
los dedos en cruz, junto al candil familiar: siempre su dueño. Pero la alegría de Chipojo era
—¡Por esa lú de Dió que nos alumbra, Tomasa pura, porque se ignoraba a sí mismo, como a su
Paneque! ¡Esta será la última!... lealtad y la belleza agreste de la primavera.
Mas he aquí que una novísima borrachera le De pronto el aro de barril se convirtió en una
vino a la probe mujer, acompañada, a juicio de línea recta, cargada de vibraciones profundas.
su cortejo, del mejor regalo: Chipojo, cachorrito Las guatacas, colgantes y fiácidas, se le torna­
casi recién nacido, que le había dado el compa­ ron erectas y triangulares, com© ai quisieran
dre del alma, Olegario Fonseca. recoger y localizar un rumor de pasos, un latido
Con el sempiterno olor de reverbero en la o un aleteo, en medio del ruido, el impulso y el

La Danza de Basilea boca, después de trazar una ese mayúscula a aleteo vario de la campiña. Nada; solamente el
la puerta del bajareque de este compadre, y sol­
tando un hipo que parecía un fogonazo de mag­
nesio, a Chávez se le antojó decirle, aquella ma­
ñana. en que ya tenía diez en el buche:
rumor de los pasos de algún animaiejo que vol­
vió a subirse al palo, porque no le ¿aba buena
señal aquello que venía por allí
—Bueno, ya sabemos de lo que Be trata, no
Por Guillermo JIMENEZ —Compay Olegario, me he enterao que parió hay novedad.
su perra. Entonces Chipojo volvió a dejar caer las ore­
A Danza Macabra fué un misterio de la Edad íué copiada, con ligeras variantes, en el convento —Bueno, i y qué? jas y el rabo, antenas maravillosas y sensibles,

L Media, que se representaba en Carnestolendas de dominicos de Grossbasel, que fué restaurada, al


por personajes que bailaban con esqueletos— decir de los enciclopedistas, por Hans Hughes Klu-
símbolo del dominio que nuestra señora la Muerteber en el siglo XVI, quien añadió nuevas figuras. Al
tiene sobre los pobres hombres—en un terrible princi­ derribarse el muro se recogieron fragmentos de
pio de igualdad. En estas lúgubres y burlonas farsas, pared donde estaban las escenas, que lueron deposi­
—Deme un perro.
—Está mamando entuabia.
—Deme el perro ahora mismo, compay.
—Le digo que está mamando del pecho de su
por donde, él revelaba los movimientos de su
alma obscura.
Anselmo Chávez y su perro llegaron a una
ceja de monte. Por entre el follaje saltó una coea.
tadas en el Museo de Basilea. mamasita. —¡Cójela, Chipojo!...
intervenían veinticuatro personajes, en una serie de
El baile de los muertos, que en sus orígenes esta­ —Démelo, ya se encargará de eso Tomasa, Chipojo estiró el cuerpo y el rabo y se lanzó
cuadros en que se recitaban estrofas y se bailaba al en pos de aquello. Pasó algún tiempo. El perro
ba. destinado a decorar sitios funerarios, catedrales mi mujer.
son de melancólica música.
y conventos, no tardó en ser reproducido, en frag­ ¡Testarudo guajiro, cuando se jalaba no ha­ no regresaba. ¿Qué diablos estaría haciendo aquel
Los eruditos, los venerables investigadores no se bía más remedio, para quitárselo de encinsa, que condenado, que no llegaba con la presa?.. . Lleno,
han puesto de acuerdo sobre el origen de la danza mentos. en las espadas y pomos y fundas de los
puñales. Todavía en las grandes bibliotecas existen matarlo o hacer su embriagada voluntad! de despecho y de impaciencia el hombre marchó
de los muertos. Algunos doctos aseguran que por Esto último hizo Olegario Fonseca, regalán­ por la huella del animal.
primera vez se hizo este misterio en recordación libros decorados con la Danza de los Muertos, y
dole un producto macho de su vieja perra Doña —¡Chipojo!... ¡Chipojo!...
dei martirio de los siete hermanos Macabeos y que grabados admirables que se conservan en los museos Bartola. Cuando nuestro hombre llegó junto a un pan­
siguió representándose anualmente en París, en el y en las pinacotecas.
En París, en aquel París deslumbrador y espu­ Anselmo Chávez se quedó mirando fijamente tano vió que su perro se estaba comiendo la cosa.
Convento de los inocentes. Otros historiadores a la criatura, y después de un hipo que ya todos Anselmo Chávez no daba crédito a sus ojos. ¿ Aca­
también venerables, juran y perjuran que estas pri­ mante en que el alma y los sentidos tenían el gozo
del vivir, una tarde de octubre, allá por 192?, al sabían por donde se apeaba, exclamó, metién­ so esto era posible en un perro tan obediente
mitivas mascaradas que vienen de la oscura selva dole el dedo, casi por los ojos, al pobre cacho­ a su ley ?... Sí, si, no cabía duda; Chipojo se
del siglo XIV se hicieron para interpretar los poe­ pasar por uno de ios muelles del Sena compré, en rrito: estaba zampando la cosa, acaso sin pensar va
mas de un excéntrico juglar llamado Macabrus, una nadería, cuatro grabados de la Danza de los
Muertos de Basilea. —Chi... po... jo... Tú te... lia... mas... nada, ni en nadie.
quien dió su nombre a estas fantásticas comparsas. Chi... po... jo... —¡Chipojo!— Llamó el dueño imperioso.
Lo cierto es que por estos cuadros pasan todas En la época de! concilio de aquella ciudad y
cuando en ella hacía estragos la peste, los dominicos Y como no hubo quien le llevara la contraria ¡Que si quieres!... Chipojo hacía su mejor
las categorías sociales, desde el rey tunante, desde negocio del día, como todo un hombre; porque
el pontífice, blanco como un lirio, hasta el molinero quisieron conservar una tradición que recordara tan al compadre de Fonseca, que estaba medio malo
grande calamidad e hicieron pintar, al fresco, en de la cabe», por Chipojo se quedó el mócente al fin de todo, la ineludible necesidad estaba aho­
de faz lívida y la cortesana de cabellos dorados, en
el momento en que Su Majestad la Muerte hace la un muro de la iglesia de San Juan, la Danza de los animalito. También Tomasa Pnaeque, para no ra muy por arriba de la obediencia y del síwwí
invitación —como Cari Alaría von Weber—, a Muertos. Los Valois, que siempre estuvieron dis­ contrariarle, *1 fin se quedó muda, ciega y sor­ Esto Anselmo Chávez no podin comprende?
puestos a recibir con acato y exaltar las creaciones da “De menos nos hizo Dios”. ¡Qué importa una ahora que, cuando un perro come no tiene dueño
bailar el último vals. de arte, atribuyeron estas macabras escenas a Hol­ boca más!...” ni amigo. Levantando su escopeta, Chávez la
La pintura medioeval comenzó a reproducir las bein, pero su inferioridad artística y la antigüedad He aqui que a falta de la madre, Chipojo descargó, inconscientemente airado, sobre ei ani­
burlescas escenas en los palacios góticos, en las igle­ de los trajes demuestran que no fueron pintadas por tenia una nueva familia, para acabarse de criar mal. Chipojo, esquivando el golpe, no pudo evi­
sias, en las soledades de los conventos, en ios el gran maestro. Mathien Mesan, hábil grabador, a la buena de Dios y con lo que pudiera sobrar­ tarlo del todo. Dió un alarido estridente, per­
vitrales, en los tapices, en las lápidas, en las escul­ reprodujo, hacia la mitad del siglo XVII los cua­ le a sus dueños, que no era mucho. Por tal razón, diendo e] sentido, que nunca lo tuvo del todo
turas, en los grabados, en maravillosas miniaturas, renta y dos cuadros que componen Ja ronda de los a la edad en que otros perros sólo piensan en bien su dueño.
en las páginas de los misales y en los libros de horas muertos y estas planchas sirvieron para la edición ladrarle a la luna, Chipojo tuvo que ingeniarse Por la noche, cuando menos se le esperaba,
de los reyes. Entre los encajes, entre las ojivas de publicada más tarde en Basilea. Chipojo llegó sumiso al hogar doméstico, para
una catedral, de repente surgía la obsesión impla­ para no serie gravoso a Chávez, que era un hom­
El pensamiento de la obra es monótono como un bre probe, a quien le gustaban en grado máximo testimoniarle a su dueño su infinito amor, «um-
cable de la muerte en un trágico esqueleto, a veces fúnebre tan-tan. La muerte se presenta siempre los gallos y el aguardiente. que independiente del hambre. Moviendo el rabo,
envuelto en un sudario, danzando con un morado odiosa y triunfadora, pero su figura adquiere diver­ le lamió las manos. Sus ojog humildes y húmedos
arzobispo o con una emperatriz delirante. Sin ser perro de caza, aprendió a cazar, y
sas actitudes espirituales. Uno de los atractivos de sin haberle visto en su corta vida la cabeza a parecían decir:
Las estrofas y las figuras de la danza se difun­ las escenas son los gestos y posturas de los persona­ —¡Tú, que tienes el poder terrible de castigar­
dieron en F rancia, en Inglaterra, pero donde tuvieron una anguila, tuvo que tirarse muchas veces al
jes a quien la intrusa invita a bailar, advirtiéndose agua turbia, por aquello de que a “río revuelto, me por algo que no sé que nombre tiene, verda­
más resonancia fué en Alemania. La más antigua en ellas la ironía del artista al ridiculizar los vicios deramente debes de ser el dios de los perros!...
Dan?a Macabra que se conoce es la de Miuden, en del elegido. ganancia de pescadores”.
La necesidad es inexorable como la ley de la Sin embargo, Anselmo Chávez no era más
Westfalia, hecha a fines del siglo XIV. En el Monas­ La muerte comienza insinuándosele al Papa con el
terio de los Inocentes de París, a principios del siglo vida. Al medio año de echarse y levantarse para que un pobre diablo que tomaba ron y café.
ruego de abrir el baile, y después va pasando revista aprender a vivir y no morirse. Chipojo era ya Pasó el tiempo, Anselmo Chávez se hacia
XV, se veían en sus muros escenas y estrofas del a los más representativos personajes de este valle
“baile de los muertos” que pronto fueron copiadas de lágrimas: emperadores, mendigos, abates, ciegos, un ^*1°» puesto a tono su instinto con la viejo y Chipojo también, hasta que un día, de
en la capilla de los Macabeos en la catedral de malicia de Chávez. No tomaba rón como él, por otra primavera, Chávez, de resaltas de una bo­
artistas y mercaderes. La muerte se esconde ladina­ ser esto demasiado humano, pero hacia todo lo rrachera, hizo la última ese mayúscula y se fué
Amiens, en Angers y en Rouen, en cuya milagrosa mente detrás de una gran dama que se mira en el
torre un gallo estilita se transfigura al amanecer y espejo y, de pronto, copia su repugnante esquele­ que un perro de tal dueño puede hacer para con­ a caer de bruces en la eternidad.
saluda a sus hermanos con una saeta de oro. servarse de la mejor manera posible. Por e»o en­ Chipojo miró a sn dios tendido en la pobre
to en el cristal pulido. Es un esqueleto carnavales­ can», boca arriba y con los ojos abiertos, como
Pero si hay que creer a los maestros de la eru­ co, que a veces vemos de coraza y armado como un tre todo lo animal que había perdido, en con­
tacto con la necesidad y con loe hipos de Anselmo si miraran el último sol vernáculo de una copa
dición, tan antigua como sencilla fué la Danja caballero y a veces tocando una mandolina a la luz de ron. Unas velas alumbrábanle el rostro sin
Macabra de la iglesia de Santa María de Lubuck, de la luna, apretando una flor entre los dientes. Chávez, ganó algo espiritual, que loa hombres
van perdiendo a medida que el mundo se hace afeitar, con una claridad distinta a la luz ordina­
donde la muerte bailaba entre cardenales, clérigos, Más elegante, más decorativa, pero a la vez más ria del candil. Chipojo le llamó con un alarido
militares, campesinos, mujeres y niños al son de una trágica, es la muerte que aparece en los cuarenta menos joven y más escéptico: el culto de la
lealtad. lúgubre. Su dios magnánimo y terrible no se
flauta tocada por otro esqueleto. dibujos de Holbein, que existen en el Monasterio movía. De pronto una certidumbre súbita pareció
Otra de aquellas danzas existió en el crucero de del Escorial, y de los que don Francisco A. de Icaza A Chipojo, junto con el amor por su dueño, le
iluminar la conciencia elemental del perro. En­
Klíngentha!, antiguo convento de religiosas, de donde hizo una primorosa edición. crecieron la cabeza, las guataca^ el rabo y el
disimulo. La cabeza de Chipojo presentaba la tonces éste empezó a aullar con un aullido large,
que se perdia en la noche...
pintoresca geometría de una güira cimarrona.
Las orejas eran dos cosas anchas y grávidas Estimaron que era preciso echarle del bohio
“LIBROS DE BUEN HUMOR” que le calan a cada lado de la vasija de los se­ para evitarse el pánico de sus aullidos. Mis allá
sos, como el ala partida de un sombrero viejo. fuera, él siguió aullando con tenacidad más des­
esperada.
Ordinariamente, Chipojo llevaba el rabo en for­
LA TABERNA POR VECINA ma de aro de barrit Ÿ así iba el bueno de Chi­
pojo, tirando de la manta, mejor dicho, de la
existencia, encantado de haber nacido, ya que
Todos compadecieron al pobre animal que
quería mucho a su dueño, pero ninguno compren­
dió que acaso el bueno de Chipojo expresaba, a
su modo, el desencanto profundo de ver muerto
un perro que no conoce mejor vida que la que tra­ a su dios, como una jutia cualquiera.
Recolección y prólogo de Benjamín Jarnés jo, tiene que amarla por necesidad y por con­
veniencia, porque, después de todo, lo esencial
Otro tomo publicado con anterioridad: es vivir, tanto para un hombre como para un
perro. Luis Alberto Sán­
Chipojo supo de los dias, en que de buena chez ha publicado en
LA SAL DEL MUNDO gana se hubiera comido el sol, si el sol, converti­ Santiago de Chile su
libro “Balance y li­
do en guiso de cualquier cosa, hubiese bajado has­
ta su apetito. Conoció la irritación humana, que quidación del 900”.
muchas veces se hace sensihle en forma de punta­ Sólo el hecho de ha-
Otros tomos de inmediata aparición: pié; y también conoció el vértigo de las carreras b e r s e voluntaria­
desesperadas en pos de algo que huye, por la mente adjudicado el
“EL SUEÑO DE LAS CALAVERAS”.—“CIRCE EN LA ESQUINA”. misma razón de que algo corre detrás. ¡Oh, la vo­ empleo de tenedor
luptuosidad de apresar una gallina de guinea, de libros de todos
—“EN MITAD DE LA CALLE”.—“FABRICA DE VIENTO”.—“LUZ ensangrentada, en el seno turbio del pantano! los de una época, es
Nada es comparable a esta caza feliz, sobre ya un heroísmo que
Y TAQUIGRAFOS”.—“EL BOSQUE DE TITANIA”.—“CLIO AL todo cuando la cabeza y las tripas son para uno debemos aplaudir
por derecho de perro que muerde cuando le azu­ con toda lealtad...
DESNUDO”.—REPARTO DE GLORIA”.—“ANTINOO EN LA PIS­ zan. Esto era mejor que los días de dientes in­ Aunque su hazaña
TA”.—“GALATEA DESDEÑOSA”.—“TIRO AL BLANCO”.—“EL activos, frente a la abundancia de los frutos más alta es la de
esquivos a su deseo, sintiendo los terrones suti­ eliminar briosamen­
SAGAZ ULISES”. les que engendraban su aullido agorero a través te a España de este
del viento y de la noche enorme. catálogo de libros y
Preciosos tomos, 170 páginas, $ 1.75 (moneda mexicana) Un día, en que la primavera lavó los cielos de autores “en espa­
y la tierra con el jabón que vierte su espuma ñol”, aunque no españoles. Si alguna vez los
fecunda sobre los nidos, las yemas y los terrones españoles asoman la cabeza es en calidad de
Editados y distribuidos por sedientos, Anselmo Chávez se levantó con ánimo “malditos”, como en el “Tenorio”, en calidad de
de cazar o pescar, así fuera la llama de un re­ comparsas. “Juan Ramón Jiménez —-nos dice—
E.D.LA.P.S.A verbero. Ramón del Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Azorín.
—Chipojo, estás hecho un haragán, y eso no los Machado, parecen como rebrotes americanos
puede seguir así, hay que doblar el lomo. El que en la Península...” (Y ¿quién podría afirmar
Av. JUAREZ, 95 MEXICO, D. F. no trabaja, no come ni engorda. Vamos a ver que Unamuno —como “Platero”— no nos llegó
como te portas hoy con las guineas. de los Andes?)
22 de Asan, pe 1941 ROMANCE Pagina 17

NOTICIARIO MUSICAL

•H )l [S1Cí •
"TATA VASCO” Y SU PARTITURA
MZEXXCO
Onice Moer»
La eminente soprano del Metropolitan Opera y
estrella de la pantalla, Grace Moore ofrecerá dos
conciertos en el Palacio de Bellas Artes los días 15
y 21 del actual. Grace Moore visita con este motivo
por primera vez a México.
ejecutado por primera vez en lvs Estados Unidos por
la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Miami,
bajo la dirección de John Bitter, en un programa
dedicado a las Repúblicas Latinoamericanas.
Pablo • Isabel Maaao
Los artistas Pablo e Isabel Manso han dado un
recital de piano y violín en el Teatro Trinidad de
Lisboa. El programa estuvo compuesto exclusiva­
Coártelo Leñar mente de obras de autores portugueses contemporá­
neos, figurando ia Segunda Sonata de Luis de Frei­
Por José BARROS SIERRA El Cuarteto Lener que ha ofrecido ya una pri­ tas Branco; la "Fantasía Portuguesa” de Rui Coelho,
mera serie de cuatro conciertos en el Palacio de Be­ y obras de Ivo Cruz, Armando José Fernández, Jorge
llas Artes, con éxito extraordinario, iniciará el día Croner de Vasconcelos, Antonio Fragoso, Federico de
AS representacióífti de Tata Vasco han coinci­ requiere por parte del oyente una concentración com­ 22 del actual un importante ciclo de cinco audicio­ Freitas y Claudio Cameiro.

L dido —desgraciadamente para esta obra cuyos pleta para poder percibir la sucesiva aparición y nes en las cuales expondrá la evolución del cuarte­
to de cuerda desde los preclásicos, tales como Tar- FMAXTC1A
méritos no son escasos—, con un momento en desarrollo de las voces. Esa atención es imposible tini y Richter, hasta los modernos Ravel y Respighi,
que las fronteras entre el templo y el teatro parecen
cuando los ojos están distraídos por lo que sucede pasando por Haydn, Mozart, Beethoven, Shubert. Ana Bspaña
borrarse para dejar paso a todo un repertorio que en la escena, y el resultado es que la fuga pasa inad­ Schumann, Biahms y César Franck.
En hi Sala Plevel de París, se ha presentado una
se caracteriza por su tendencia religiosa, en ocasio­ vertida y que sólo se enteran de que se ejecutó quie­ Opera nueva bailarína española, Ana España, que según
nes exagerada, hija tal vez de las largas épocas de nes se han tomado la molestia de leer las prolijas algún crítico, supera por su exaltación y vistosidad,
represión que México ha vivido en materia de li­ explicaciones analíticas que figuran en los programas. EJ Comité Directivo de la Compañía Titular de j>or su temperamento y sus bruscos contrastes a
Opera de Bellas Artes que en junio próximo celebra­ cuanto hasta ahora se habla visto. En los dos últi­
bertad de conciencia. Y digo que esta circunstancia En el último cuadro. Bernai ha empleado la for­ rá su primera temporada, ha quedado constituido mos conciertos de la artista española figuraron obras
ha sido desgraciada para el drama musical de Miguel ma sinfónica completa, creando una sinfonía en cua­ por las siguientes personas: Presidenta, señora do­ musicales de la Edad Media, como los villancicos
Bernal, porque , el compositor michoacano segura­ ña Ana G. de Icaza; Secretario, señor don Rafael salmantinos; “Triana”, danza del siglo XVIII y
tro movimientos. Aquí también la música y la escena Alvarez y Alvarez; Tesorero, señor don Waldo Mo ra­ “Mallorca.”.
mente ni la buscó ni la deseó: su obra se halla ani­ se encuentran en completo divorcio. En el scherzo li, designado por el Director del Banco de México;
mada de propósitos elevados y nobles que nada de la sinfonía sucede incluso una cosa curiosa, que Consejeros: don José Barros Sierra, profesor Manuel BISCOS SUSTOS
tienen que ver con el mercantilismo de autores tea­ prueba, una vez más, y dado que hiciera falta, que la Barajas, don Mauricio Magdaleno y señoras doña
Beatrix V. de Alemán y doña Dolores M. de Quijano. Discoteca del estudiaste
trales y de productores cinematográficos que sólo música de teatro y la música de concierto poseen El Comité Patrocinador quedó integrado por la
buscan halagar con sus creaciones, ayunas por lo características propias bien definidas y no pueden señora de Sánchez Portón, señorita María Bonilla, La Columbia ha iniciado la creación de una
général de sentido artístico, los sentimientos del pú­ mezclarse coo facilidad. El scber-o lleva, como los señora Gildren. señora Beckman, profesor Manuel discoteca para el estudiante de música. Los prime­
blico creyente. La coincidencia ha sido también des­ M, Ponce. Carlos González Peña. Carlos Arguelles, ros tres álbumes están dedicados a la literatura del
demás movimientos de la sinfonía, varias partes vo­ Senén Palomar, Adolfo Salazar, José María Gonzá­ piano, del violín y del cello. En el álbum pianístico,
graciada para “'Tata Vasco”, porque su valor como cales, las cuales continúan en el trío. Cuando viene lez de Mendoza, tel Comité Honorario se halla for­ Sergius Kagen ejecuta obras de Beethoven, Bach,
obra de arte ha quedado supeditado a su significa­ la repetición obligada del scherzo, el espectador se mado por los señores licenciado Luis Sánchez Pon­ Mozart y Haydn. Alexander Cores ejecuta en el vio­
ción como espectáculo en el cual la nota religiosa tón, Secretario de Educación ; licenciado Javier Rojo lín obras de Ries, Tenagiia, Vivaldi, Lully y Rameau.
sorprende al escuchar nuevamente el mismo texto Gómez, Jefe del Departamento del Distrito Federal; El celiista Bernard Greenhouse ejecuta obras de
se halla innecesariamente exagerada debido a que que ya había oído en la primera parte: repetición licenciado Miguel Alemán, Secretario de Goberna­ Marcello, Pergolesi, Squire y Golterroan.
el auténtico misticismo que anima al compositor no literaria que resulta del peor efecto. Sinfonía y ópe­ ción; Eduardo Villasefior, Director del Banco de Mé­
ha logrado’ hallar plena correspondencia en un libre­ xico y licenciado Xavier Icaza, Director de Educa­ Xstudiofl de Sïynunoinky
ra son dos géneros diversos y su diversidad no pro­ ción Extraescolar y Estética. Todos los cargos
to débil, melodramático e ineficaz y en una reali­ viene de un capricho, sino de la esencia misma de mencionados son estrictamente honorarios. El planista polaco Jakob Gimpel ha grabado un
zación escénica y vocal que hace pensar en las más album en que figuran doce estudios y dos mazurkas
estas modalidades musicales. "La Argentüilta” del compositor polaco Karol Szymanowsky, des­
deplorables y tristes épocas de la ópera en .México. He señalado estos defectos de Tata Vasco, aparecido. La música de Szymanowsky había sido
L¿ índole misma del asunto tratado por Bernal ha no con ánimo de restar méritos a la obra, sino sim­
Dentro de pocas semanas regresará a México, iüexpJuaplómente olvidada, siendo muy contados los
impedido, por otra parte, que la critica se haya ma- después de más de un año de ausencia, ja bailarina artistas que actualmente la interpretan, no obstan­
plemente por cumplir con el deber de realizar una española Encarnación López, “Argentinita", y su te su positivo mérito.
niresíado con la necesaria objetividad, para caer por critica objetiva, que en este caso ha faltado casi por cuadro de baile, que vienen con el fin de ofrecer al­
eaeral en el ditirambo llevado casi siempre a ia completo. La obra cogtiene, por otra parte, exce­ gunas funciones en el Palacio de Bellas Artes. Cuarteto da Mozart
tropical exageración y aceptado por un público El Cuarteto Kolisch ha grabado la obra K 465
« su pan mayoría no acude a ver una obra lencias que compensan ampliamente ios 'defectos ZOSloff
de Mozart, llamada '‘Cuarteto de las Disonancias” a
apuntados. Una de esas excelencias consiste en la El Departamento de Bellas Artes está en tratos causa de su introducción disonante. Se trata del sex­
«le arte, sino simplemente ia escenificación más o habilidad y firmeza con que Bernal ha tratado to cuai teto de la serie dedicada a Haydn y se distin­
con el bailarín y director Teodoro Kosloff, quien
menos hinchada de una serie de estampas de índoie la parte coral de la obra. Y esto me lleva a una for­ actualmente se encuentra en California, para que di­ gue por la belleza y profundidad de su movimiento
religiosa. zada digresión. Nuestros compositores de óperas cho artista se encargue de la dirección de un ballet lento que figura entre las mejores páginas de Mozart.
Miguel Bernal ha hecho bien en caracterizar su mexicano que está subvencionado por el Gobierno.
han sido siempre esclavos de los modelos italianos, Marla Andanos.
obra como un “drama sinfónico*’. Con ello ha que­ Sociedades de Música
rido significar qué no se propuso realizar una ver­ franceses o alemanes. Por eso ninguno de ellos ha La gran cantante negra M^rla Anderson ha
dadera ópera en él sentido clásico de esta palabra, alcanzado la inmortalidad y por eso sus obras yacen Con el fin de extender las actividades musica­ grabado para la Víctor dos canciones de Sibelius
en un olvido que, salvo momentos excepcionales, se les a las principales ciudades de la República, la “Aus banger Brust” y "Langsamt som Kvallsskyn"»
jubo más bien ilustrar musicalmente una serie de llalla Dirección de Educación Extr&escohir y Estética xas cuales figuran entre las mejores obras del com­
cuadros inspirados en la vida ejemplar del excelso cambio,perfectamente justificado. Miguel Bemal, en
no acusa en su Tata Vasco ninguna influen­
propone establecer sociedades que estarán integra­
das por personas destacadas de cada ciudad y conta­
positor finlandés.
varón don Vasco de Quiroga. Hace falta quizás rán con la ayuda tanto del Gobierno Federal como Marjorie Lawrence
cia italianizante, afrancesada o germanizada, a no
|iaber vivido eo la tierra mtchoacana y haber co- de los Gobiernos locales. Dichas sociedades organi­
W>cidQ a («odo la formidable obra civilizadora que ser que se tome por tal el empleo, ya general en zarán conciertos y espectáculos dp teatro y danza La soprano Marjorie Lawrence ha grabado dos
oreciosas canciones escocesas: "My Ain Folk" y
&dizó atqsKl adm&abte obispo para comprender ia todo el mundo, del “leit motiv’’. La cultura musical
de este compositor tiene ratees ,más hondas y se re­
con la colaboración de los artistas nacionales y de
los solistas y conjuntos que visiten el país. "Doun the Burn”, acompañada al piano por Félix
Wolfes.
veneración que Miguel Bernat siente por esta figura
que. por desgracia, todavía no adquiere universa- montafirmeza sin duda a la música de la Iglesia Católica, DATADOS TOPOS Otro» discos Toc&lee
¿áatí.ni Siquiera dentro del medio de México. Para cuya y solidez corren parejas con las de la
filosofía escolástica. De ahí la preferencia que Ber­ IturM Suzanne Sten ha grabado “En Alas del Can­
aac&mcaaos, en efecto, la figura de don nal parece sentir por ia polifonía y de ahí también to ‘ y “Suteika", de Mendelssohn con Leo Taulnnan
Tá pasado y goza de la misma falta áe libertad con que se mueve en él género
El planista y director español José Iturbi, quien al piano. Garlo Morelli, el txotable barítono chileno,
viviente. Con un recientemente sufrió un colapso en la ciudad de ha grabado "Canta el Mere" y "Si Alguna Vez” con
A tjno religioso, Nueva York, despt&g de haber aparecido tomo so­ una orquesta dirigida por Alfredo Antonint Los
Je manifiesta ènlamÛHcâ coráLHTiiBteif'Vfe'^nte. lista ®n ta Orquesta Filarmónica bajo la dirección “Cantantes Siberianos", dirigidos por Nicolás Vaai-
. _ _ por las tòrwteas, calles de dgaybirolil, se «McueStra ya enteramente resta­ lieff, han grabado "En la Iglesia”, de Tschaíkovslry
por aqueib maravillosa jda- !'<»«»,• y particularmente en d tiempo -lento de la blecido y ha resanando sus actividades musicales y “Bendice al Señor, oh mi Alma” de IppolUqf^
'^tñgmatieuh plantada de «gtenarios sinfonía futid, donde ia intervención del conjunto aí frente de la Sinfónica de Rochester, que se halla
proporciona a ia obra sus más afortunados mo­ bajo su dirección, y cobo solista dei piano.
- <&vte tó éYctiidádúoo Gbísí» disposo, según « cuen­ mentos. -
ta, en ia misma forma como existen en el huerto StÀcowsky
de Jérnsalén, o bien postrado de hinojos ante aquel En alguna parte'he leído la sorprendente afir­
El director de orquesta Leopoldo Stokowsky con­
bello cuadro, orgullo del pueblecillo. que representa mación de que Bernal emplea en su Tata Vasco un tinúa seleccionando el personal de jóvenes músicos
«á descenditniento de la cruz y que muchos han modernismo "moderado". Quien tal afirma cree segu­ que integrarán el conjunto con el cual se propone
atribuido nada menos que a Tizianq.
La figura de don Vasco no es, sin embargo, pro­
picia al teatro. Su obra es demasiado amplia y abarca
ramente que por modernismo debe entenderse la
presencia de algunas disonancias en una partitura
y que cuantas menos disonancias haya en una obra,
tanto más moderado será el "modernismo" de su
efectuar una jira por los Estados Unidos y visitar a
México y a Cuba en el verano próximo. No «e ha
fijado aún ía fecha en que Stokowskv iniciará esta
nueva empresa artística.
Las Montañas
demasiados aspectos para que pueda encerrársela Soaegger
autor. No. Tala Vasco no contiene un ápice de
eo ios estrechos limites de la escena teatral. El li­
bretista de Don Vasco así lo comprendió probable­ modernismo, si por tal se entiende un lenguaje musi­ El Poro Desoff, dirigido por Paul Beppb ej-n-u-
tará por primera vez en los Estados Unidos, m obra
y los
mente cuando quiso suplir lo que de espectacular cal avanzado y libre. No es una obra modernista, y
ni siquiera moderna; porque su autor, no obstante de Artur Honegger “Nicolás de Flue”. La audición
le falta a la existencia del egregio varón con un
Hombres
celebrará el día 8 de mayo próximo, en Carnegie
torpe idilio entre una princesa y un guerrero que su juventud, pertenece por educación, y quizás tam­ Hall de Nueva York, tomando parte un coro mixto,
sé convierte al cristianismo. Y no contento con ello, bién por temperamento, a una escuela que no puede un conjunto infantil, un narrador y una orquesta.
considerarse como moderna. Podrá discutirse si Esta obra que se refiere a la vida dvl pacifista sui­
todavía puso a funcionar el antiguo deas ex ma­ zo del siglo XV, fué compuesta originalmente para
china de la tragedia griega a fin de ejemplificar e! Tata Vasco es o no es teatral y si su valor musical la exijosicióo nacional suiza de Zurich.
castigo que espera a todo aquel que se opone a los es más o menos grande; pero no si es una obra mo­
derna o no lo es. Centeaufe de la FUan&óaUa
superiores designios, personificado en esta ocasión
ea un desagradable hechicero tarasco que inexplica­ La impresión que en conjunto produce Tata Vas­ La Orquesta Filarmónica de Nueva. York cele­
blemente se clava en el pecho su propia daga y al
que todavía se deja vivir lo bastante para que re­
co, y a la cual contribuye seguramente la mediocri­
dad de la realización, es de gran desigualdad. Se
brant el año próximo el centenario/ de su fundación.
Con este motivo se están realizando preparativos
para solemnizar el acontecimiento en forma gran­
por
ciba las aguas lustrales de manos de Don Vasco en advierten en ella momentos sumamente afortunados, diosa. Han sido ya contratados para dirigir la Filar­
edificante y empalagoso melodrama. desde el punto de vista de la música, junto con mónica, además del director titular John Barbirolli,
ios maestros Serge Koussevilzky. iæopoldo Stokows­
Miguel Bernal trató sin duda en Tata Vasco de otros tediosos y monótonos. Una reducción de la
suplir la falta de unidad de que adolece el libreto obra, concebida tal vez en forma de oratorio, sería
benéfica, así como la selección de varios de sus
ky, Bruno Walter, Dimitri Mitropoulos. Artur Rod-
zinaky, Eugene Goosens y Fritz Muaeh. También
actuarán con la Filarmónica los más notables solis­
M. ILIN
con el empleo de recursos musicales que tienden a tas que actualmente se encuentran en América.
dar a la obra esa unidad de que carece. De ahí el trozos musicales y corales para ser ejecutados en
constante empleo del "leit motiv” wagneriano que el concierto. Libre de la desafortunada parte escé­ CtolzdisKAa
la mayoría de los espectadores no percibiría —cuando nica. la música de Bernal adquiriría su verdadero
valor como obra de arte y permitiría al critico since­ El director ruso-francés Vladimir Golsehnian.
menos en las primeras audiciones— a no ser porque que ha estado a! frente de la Orquesta Sinfónica de
la reaparición de cada uno de Vos motivos caracterís­ ro y al espectador desapasionado formarse una cabal San Luis. Missouri, desde 1931, ha sido contratado
ticos se halla indicada en el programa, que es como ¡dea acerca de la importancia que el advenimiento de
este joven compositor habrá de tener para e! des­
nuevamente por un período de tres años más. Libro del mayor interés
la clave que sirve para descifrar una obra de suyo Cuarteto Coolidge
arrollo de la música en México.
muy complicada en el aspecto musical. A pesar de
la complicación de la partitura, es indudable que Ta­ El Cuarteto Coolidge está a punto de sufrir una científico, literario y político.
completa desintegración, pues tanto el viola Nicolás
ta Vasco sólo se mantiene en pie debido a que
Miguel Bernal es un músico auténtico, el cual, aun­ Alfred Einstein ha Moldavan como el celliata Víctor Gottlieb han anun­
ciado su intención de separarse del grupo al finalizar La transformación de la
que todavía no plenamente logrado, sabe poner en concebido su "Histo­ la presente temporada. El segundo violín, fundador
del Cuarteto, Berezowsky. se separó dei conjunto
sus obras tan grande sinceridad que en muchos mo­ ria de la Música” no
como una acumula­ hace ya varios meses. Naturaleza por el hombre,
mentos logra que el espectador olvide ia pobreza de
ción inerte de nom­ Cuarteto Pro-Arte
una presentación, en la cual sólo se salvan algunos
decorados de Carlos González.
bres y fechas, sino expuesta con una técnica no­
como la biografía de El Cuarteto Pro-Arte de Bruselas, considerado
Tata Vasco vale indudablemente como primera como uno de los mejores del mundo, araba de su­
experiencia de un músico joven y admirablemente
un arte que partici­
pa activamente en
frir una pérdida tal vez irreparable al morir eu pri­
mer violín, M. Onnon. El violinista español Costa ha
velesca emocionante.
dotado; pero su música tendría infinitamente mayor la existencia de las substituido provisionalmente a Onnou en el primer
eficacia, si no se le hubiera superpuesto un espectácu­ sociedades, desde las puesto del Pro-Arte.
lo que no parece brotar de ella misma, como su­ épocas más remotas Miza de Bach
cede en las buenas óperas. Berna] recurre, por hasta nuestros días.
ejemplo, en su partitura, a formas musicales estric­ Libro concentrado, La Sociedad de Oratorios de Nueva York, in­ Precio del ejemplar'.
tas, como la fuga y la sinfonía, quizás porque esti­ ofrece en sus dos­ terpretó en Carnegie Hall, la misa en si menor de J.
S. Bach, sin cortes ni reducciones. Dirigió Albert
ma que los grandes efectos teatrales pueden lograrse cientas páginas una
mediante la acumulación de elementos diversos y idea completa de la
Stoessel que cuenta
campo de la música
con amplia experiencia en el
coral. $ 1.75 m. n.
aún disimples. Yo no comparto esa creencia y por evolución de la mú- “La Pasión Según San Mateo”
el contrario estimo que los más bellos efectos se sica a través de la
logran en el teatro mediante la eliminación de cosas historia humana y La Orquesta Sinfónica de Filadèlfia, bajo la di­
superfinas y no mediante la acumulación de una sólo se detiene a mencionar algunos de loa nom­ rección de Stokowsky. ha presentado en Nueva York
bres más significativos cuando ello resulta indis­ "La Pasión Según San Mateo” de Juan Sebastián
diversidad de elementos que no hacen sino estorbarse
unos a otros, fc! drama musical wagneriano, como pensable para fijar las diversas etapas del des­
Ba<h. en el concierto efectuado el día l? de! presen­
te mes. Stokowsky hizo átennos corles a la partitu­
Pedidos al apartado
suma de tolas las ?rte< musicales, plásticas v escé­ arrollo musical. Einstein ha dividido su libro en ra para reducirle a la duración de hora y media que
cuatro capítulos, en los cuales trata de la música • equiere el concierto.
nicas, se halla en pleno descrédito, y la mejor prueba
de ello consiste en que no ha podido tener conti­ de los pueblos antiguos, la música de la Edad El “Arte de I» Tuga” 8092
nuadores. El u'agnerismo acabó con Wagner v su Media, la música de la Edad Moderna y la mú­
sica contemporánea, que en realidad data de Uní nueva versión de "El Arte de la Fuga” de
resurección parece imposible en épocas que cada vez Juan Sebastián Ttach, hecha para orquesta de cuerda,
afirman con mayor fuerza su retorno a lo, sencillos Haydn, Mozart y Beethoven. En cada uno de ha sido presentada por su autor. Friiz Síiedry con
procedimientos de los clásicos. estoâ capítulos resplandece la profunda cultora la Orquesta de los Nuevos Amigos de ía Música. México, D. F,
Bernal construye asimismo una ingeniosa fuga del autor y la excelencia del método que emplea “Arrabal” de Juan José Castro
que se ejecuta cuando el oidor don Vasco de Quiroga en la exposición, el cual lo conduce siempre a El primer movimiento de la Sinfonía "Arrabal",
aparece en escena. Ahora bien: esa forma musical conclusiones afortunadas y seguras. del compositor argentino Juan José Castro, ha sido
22 de Abril de 1941
áO_________ __

LOS LIBROS PORD E M R O


NOVELA DE lîX APOSTOL Formación y Proceso LA BAHIA BE SILENCIO
I OBRE nuestra mesa de trabajo un libro, el

E
L libro ‘‘En la noche dei mundo” —novela
de Ofelia Rodríguez Acosta— continúa
la historia de un tropo: el tropo del es­
tado actual del mundo, considerado como una
DE LA LITERATURA VENEZOLANA S ultimo de Eduardo Mallea: La Bahía de
silencio. ¿Cabe presentar a) autor? Aho­
rremos la cortesía y consignemos, eso si, ya que
la definición es precisa, lo que ha llamado Ga­
briela Mistral “la madurez rarísima y envidiable
sombría noche —“Vivimos en una noche oscu­ voluc/óit", "El primer humanismo de la República" ; de Mallea”.
ra”, se titula un libro poético reciente— que di­ AR1ANO Picón-Salas es un inteligente y di­
vide a las gentes en dos bandos: el de los que
sueñan con un amanecer de oro, y el de los
que sueñan con un amanecer rojo... Hay un
tercero: el de los que no sueñan, el de los que
M ligente escritor. El libro que comentarnos
pone de manifiesto —sin duda, ana veç
más—, entrambas cualidades. Podrá no ser una obra
concluyente, definitiva, pero, como dijo con exacti­
"Periodismo y proceso social”; ta obra de 1 oro Gon-
tonio Ros de (llano, José Heriberto García de
La editorial sudamericana “Buenos Aires” no»
çâleç, Baral y Larraçàbal, el Romanticismo —An­ obsequia con este voluminoso y pulcro tomo. Ad­
virtamos —hay que prevenir al profano— que lio
Quevedo, ¡osé Antonio Maitin, Abigail Loçano. etc., indican las dimensiones de la obra desproporción
dudan de todo color y acaban por verlo todo ne­ tud l.iiis Correa y repite nuestro autor, “la literatura etcétera—, "El costumbrismo, la narración, la épica o dilación en su contenido, rico y enjundioso. La
gro. Cuando así ocurre, el personaje se pega un veneçotava está ¡lena de figuras inacabadas'. Y y la oratoria románticas" ; "El segundo humanismo apretada prosa de Mallea no es signo de pesan­
tiro. Este final —¡tan lógico'— del escéptico ab­ de la República"; "La Transición", "El positivismo tez sino de legitimidad, de sólida —no prosaica—
esto no quiere decir que el autor de “Preguntas a
soluto es el mismo final de Pablo, el apóstol de Europa”, se nos antoje un escritor inconcluso ni y la Ciencia Nueva"; "El camino hacia el moder­ arquitectura, que hundiendo sus cimientos en la
esta novela. Se pega un tiro —“certero y defi­ nismo"; "El modernismo y ¡a generación del 95”. y, tierra feraz y abrupta de todo un pueblo —el
indeterminado. por último, y en una compendiosa sinopsis, todo el pueblo argentino—, adopta luego, al extenor, la.-
nitivo”— en la sien, no sin antes haber pasado Aunque en la "Explicación Inicial" de su obra
revísta a la historia actual y haber decidido que haber de la literatura contemporánea. gracilidad y aun la ingravidez precisa a cual­
formación y Proceso de la Literatura Venezo­
no valía la pena continuarla. “¿Quién triunfará lana. el experto crítico restrinja modestamente la En générai, los juicios de Picón-Salas persuaden quier obra de arte que se repute auténtica. La
en el destino histórico de la humanidad?” —se importancia y trascendencia de su empeño, el subs­ al lector más indócil y descontentadizo. Quiçós ex­ construcción de Mallea —su manera expresiva,
venía preguntando, mientras acariciaba “malig­ tancioso manual constituye un breve pero bien do­ treme —y este detalle es profundamente venezola­ ocurrente y limpia— diríase que no pesa, que se
namente” su pistola. Y es la pistola quien con­ cumentado resumen histórico de la literatura de su no— su veneración y su admiración hacia el ex­ mantiene en vilo por algún milagro parecido al
testa: “¡Nadie!” Sólo un personaje, exactamente celente retórico e insigne gramático* don Andrés de la danza. Su investigación minuciosa da la
denominado “La Visionaria’’, en plena fiebre país. Bello. Tal veç aminore —y no deliberadamente— la vida, del vivir cotidiano, está, por fortuna, any
alimentada por una mortal pulmonía, comienza "El nuevo indio, es decir, el maestro —escri­ significación de otros escritores, como, por ejemplo, lejos de ser una catalogación detallista y simple
a ver ángeles de paz, pero tan altos que se duda be Picón-Salas— es lo que puede considerarse fac­ ¡a de Rujmo Blanco-Etimbona, que es, sin duda, el de hechos y de personas. Alcanza fácilmente el
ei alguna vez llegarán a la tierra. Nubes, cisnes, tor cultural viviente en un país de tan escasa o rota prosista ntás intenso, extenso y significativo de la valor simbólico de que el autor quiso dotar a
alas, luces inexistentes... Sólo se salvan los que iradtción aborigen como Veneçuela". í añade: “Sin i éneçuela de boy. En ocasiones, la galantería y cada ser y acontecimiento del vastísimo mundo
suben a las nubes... Los demás se hunden en la la magnificencia y la variedad de sus congéneres del la piedad pueden inducirle a extralimitarse en be­ que gira vertiginosamente ante el lector. Tan
ncche implacable. Perú, Guatemala, Bolivia, Ecuador o México, ha­ nevolencias de tipo sentimental, como en el caso gran torbellino de ideas, de episodio*, de suge­
Pero, hasta llegar a hundirse —durante el biendo olvidado sus viejos idiomas o infectando de Teresa de la Parra. Pero casi siempre los pare­ rencias, de vidas, en suma, que, truncadas o no,
transcurso de la novela—, los personajes hablan, sus palabras en un castellano incorrecto, el nuevo ceres de Picón-Salas son tan equilibrados como equi­ anodinas u hondas, no carecen, y es lo principal,
hablan —tal vez desmesuradamente— para ex­ indio esquila sus ovejas en las frías soledades de ios tativos. Consúltese, verbigracia, ¡o que escribe a de levadura humana, tiene su centro: una mujer.
plicar “su caso”. Que es un caso colectivo. Son páramos andinos, organtça las mascaradas de Cande­ propósito de Pedro Emilio Coli, excelente crítico y Y su fondo: una ciudad, Buenos Aires.
figuras extraídas de diversos “ambientes”, de laria en los campos de Mérida, teje los vivos colores prosista de primer orden. ("Temperamento muy ar­ En pleno turbión la mujer se define: “Usted
diversas procedencias, para, así, entre todas ellas de sus mantas o las capelladas de sus alpargatas en monioso y equilibrado, supo librarse de los falsos entró en la florería y dejó sobre el mostrador de
—como los siete colores para producir el blan­ ¡as agrias tierras de Quibor en el Estado Lara". “Pero adornos de la época modernista y logró el secreto cristal su pequeño paraguas de seda negra y fué
co—, llegar en el choque a atrapar la verdad. —agrega nuestro critico—. más que a la Historia es­ de una prosa tan clara, fusta y persuasiva, como directamente hasta el invernáculo y preguntó con
¿Cuál es esta verdad? Nadie lo sabe. Como la tos indios todavía pertenecen a la Etnografía. Su la prosü de Renán, que es el maestro que más esa voz delicada y fírme que pareóte venir desde
verdad está —desmenuzada— en todas par­ vida material y espiritual dentro de la Veneçuela de recuerda y cita en sus escritos de juventud. Mien­ muy lejos: ¿No han llegado las begonias nue­
tes, no parece estarlo en ninguna. Nadie puede hoy nos resulta tan extraña como la de los papús y tras otros de sus compañeros de generación —ejem­ vas?”
envanecerse de poseerla. Ni el juez Pilato ni el h,/tentóles”. plo. Pedro César Dominici— toman del movimiento En cuanto a la ciudad, digamos que el libro,
apóstol Pablo —el suicida de esta novela—: En la iniciación de la literatura colonial surge, modernista lo puramente formal, escriben como en pródigo en la presentación de caracteres, de pa­
todos quisieran exhibir su piedra filosofal, pero naturalmente, y en primer término, la crónica. "La abigarrado mosaico de brillantes y a veces sueltas siones y de medios, sobrepasa tos límites urbanos
el oro no aparece. Unicamente vemos ese poco crónica es la primera expresión literaria de ese mun­ palabras; Coil tiene el dominio ¿e un arte comedido y tiende a la universalidad. En concreto, circuns­
de barro que, desde siempre, ha venido siendo el do de conquista". A seguida nos habla el diligente y gracioso, más allá de todas ¡as modas. Por eso cribámonos a la América española: “Yo creo, por
hombre. Ese poco de barro que defiende su posi­ erudito de uno de los precursores de las letras, Juan se le puede llamar uno de los clásicos de Veneçuela, ejemplo, que uno de los mayores padecimientos
ción, sobre todo cuanto el dinero la mantiene de Castellanos, “el infatigable rimador de Tunja"; en cuanto clasicismo indica contención, equilibrio, de Hispanoamérica es la falta de expresión ma­
fírme; o so prejuicio, sobre todo cuando una mul­ de Fray Pedro Simón, de José de Oviedo y Baños,
titud —en estado febril— se arriesga a defen­ permanencia".) O acerca de Rómulo Galbegos, de dura de sus individualidades, el mutismo grávido
etcétera. Sin embargo, “Veneçuela no tuvo una li­ cuyo libro "Canoima", afirma "que es más que una de sus gentes...” Y más adelante: “fsltan aqní
derlo. teratura colonial^que pueda compararse pálidamente,
Hay un refrán —útil, como todos ¡os refra­ por lo ntenos en su volumen, con las de México, novela, porque parece un poema cosmogónico”. O sujetos con quienes emular, y es asíqnetócto
aquel que manifieste en nuestras laiitñde* Un
nes— que viene a decir: “Hombre prevenido, Perú, o el Nuevo Reino de Granada. La imprenta respecto a la poderosa iniciación de Antonio Arrdiç, asomo de genio, crece solitario y áspera en el
vale por dos”. Pues ocurre todo lo contrario. no llegará a Caracas basta 1808 para convertirse en poeta y novelista de singular enjundia. Y excúsesele páramo".
Hombre “prevenido” —se habla aquí en el terreno un instrumento de reacción antiespañola. Los pa­ que en la enumeración fiñal de los más recientes
del pensamiento— ni siquiera vale por uno. Quien Adelantemos que en Mallea tap solitarte .y...,
peles que quedan del siglo XV11 y primera mitad poetas venezolanos no destaque, canto es de rigor y árduo crecimiento no se mategra «B'dpKnayó pti« .
se acerque a los grandes problemas humanos de justicia, tal cual nombre en perspectiva: por
previamente inclinado hacia un extremo, no po­ del siglo XVIIf —novenas y sermones gongorinoi silánime.^Antg^bien.
o poesías de circunstancias— coinciden en su' ha- ejemplo, el de Olivares Figueroa. Es posible que la
drá resolverlos nunca. Será inhumano eon unos contigüidad y te tfewrodad de ' esusindiviAtdtidadés '
O con otros, y siéndolo con todos. Que- rtoquitmo colonial con laf.dp otras partes 4e Anti­
rica. La misma erudición farragosa, el mismo gusto ñaaéfttes ofusquen su criterio, y prefiera diferir haber eateiAwwj»"', '
ter resolver nada dividiendo * los hombres —como
buen melodrama— en justos e injustos, en del retruécano, la misma fórmula apitonante". unos juicios que quiçós se te antojen ¡prematuros. ■ LaeguuSjSn de. ruta. seretirtedtea “"/--Mifhr?
Angeles y demonios, ¡es algo tan ingenuo, tan Después estudia Mariana 'Picón-Salas ¡a “Ma­ Son lunares minúsculos que apenas deslustran la ra­ ■ Lactadad sentada, cindaA-doriatete,indolente,
candoroso! No se trata —bien se ve— de pro­ durez del siglo XVI11 (Enciclopedismo y pre-revo- diante eficacia de sus expresiones y juicios' de es­ cruel y arisca posee —también por mandato5 de
blemas humanos puros, sino de problemas —im­ lución) la "Música y poesía neo-clásicas", “La Re- critor decisivo e inteligente. G. R. la fatalidad— arteria* y corazón y latido. Ente
puros— de dominio. Por eso los grandes domi­ latido, esta conciencia de que Ja urbe vite aunque
nadores —loe “totalitarios”— no establecen esas su apariencia sea mortal, este puteo, apenas per­
divisiones melodramáticas, sigo que comienzan ceptible pero sintomático, de un pueblo agoni­
por negar a lós súbditos ya no sólo el derecho, zante o que no ge decide a, ponerse en pie, es te

NAYAR
sino la misma facultad de pensar. Ni siquiera le que ha descubierto Mollea en su deambular de
preguntan al hombre qué camino desea tomar. curandero solitario, insólito. “Juan Argentino,
Militarmente, con la culata, le empujan hacia nuestro hombre —me decía—, es explotado por
donde el plan soberano indique. el que 1o vende. Lo que importa es que busque­
B. J. mos en todas partes, obstinadamente, a Juna
Argentino. Que lo distingamos de su expoliador,
que le demos el lugar que ha merecido por sn
digna desventura. Juan Argentino es el ignorado,
Baltasar G r a c i á n
nos habló de cómo
por el desconocido; en cambio Juan Inglés, Joan Ita­
liano, Juan Alemán, todo* esos Juanes son los
hay que desconfiar amos. Juan Argentino es como un niño; es me­
del confiado, tan a
punto siempre del
descrédito. Castigo
MIGUEL ANGEL MENENDEZ nester, entonces, que hagamos de él el hombre
nuevo”. x
del dormirse —en los Pero no es sólo te protesta, el afán de mejora­
laureles o sobre al­ miento espiritual lo que alienta en las páginas
de tan recio volumen. El todo universal y mul-
falfa— al borde de tánime tiene cabida en ellas; discurre como linfa,
un barranco. No con­ bienhechora por los párrafos, borbotantes de
fiar en sí mismo, ja­
más descuidarse, pa­ LA NOVELA QUE HA OBTENIDO rida y de diversidad, de este Hbro síntesis. El
autor se complace en reflejar, sin prescindir de
ra no dar de bruces faceta alguna, el trajín callejero de la capital!
en el ridiculo. Pues­ del Plata, cuando no tea remansos sedantes a
to que “el no pen­
sar —dice— es la
EN MEXICO EL PREMIO que se acogen los soñadores, la muchedumbre de
rapsodas fervientes que proyectan, sueñan y de­
zancadilla del pare­ jan su semilla moral y poética en te más eaRsdo i
cer”. Julio Torri si­ í
gue este consejo —o i
NACIONAL DE de las metrópolis; en esa había de silencio en
la que “si no somos multitud, somos compañía,
precepto— hasta la dentro de la multitud".
exasperación. Vive tan alerta su ingenio que es- Pese a tes viajes o digresiones a que el pro­
asas veces se decide a salir a la intemperie, a
jubliear sus frutos. Desde “Ensayos y poemas” LITERATURA tagonista se ve forzado, el autor piensa y com­
para en razón de Buenos Aires, en razón de esa
tasta el libro de ahora “De fusilamientos” cual- mujer a la que va dedicado el libro de “Las cua­
juier atención —aun la del más esperanzado— se
‘atiga. Como sí el autor tuviese empeño en hacer
¡urgir, para cada libro nuevo, lectores nuevos.
1941 renta noches de Juan Argentino”; obra ingente
y fecunda: “Aquí está. Se la doy. jEs tan larga
Este segundo libro, “De fusilamientos”, es una y trabajosa!...” Larga y trabajosa, es decir:
ñva y risueña demostración de io que pudiéramos aferrada a la vida. Y, como la vida, difícil si ha
jamar su género preferido: el ensayo corto. Que de ser perdurable. Él autor —¡oh rarísima y
tan cerca está del poema. Del poema, que no tie­ envidiable madurez!— no juega, pese a so ju­
ne tamaño. (Porque el mal poema es siempre
desmesurado, y el bueno es siempre breve.) En
Destacada en el concurso de novelas ventud esplendorosa, sino que, más consciente y
honesto, labora con tenacidad hasta lograr el
este segundo libro ¿no encuentra Julio Torri la fruto. Y el fruto no carece dé un sustancioso in­
imagen exacta del escritor?
hispanoamericanas celebrado grediente: interés. D. T. B.

COMO SE CELEBRABAN... SI ES USTED SUSCRIPTOR DE “ROMAN­


<Sigse d( pagoM II) en Nueva York CE” Y SUS NUMEROS NO LE LLEGAN PUN­
TUALMENTE, LE AGRADECEREMOS NO®
graciosa tonadilla que tiene por nombre Los Maes­
AVISE: “ROMANCE". APARTADO POSTAL
tros de la Raboso.
Finalmente, la actriz María Cañete, “con la más 8092, MEXICO, D. P.
amable condescendencia se presta a cantar, por
única vez. l.a Maja, en la referida pieza de mús:ca,
a pesar de las dificultades con que tropieza para
PRECIO DEL EJEMPLAR $6.00 m.n. LIBRERIA M. GARCIA PURON Y HNOS,
desempeñar esta clase de composiciones, por ser A Ei' a.
ajenas a su profesión". La tonadilla en boga fina­
lizó con las siempre aplaudidas coplas del Trípili. Palma Norte, 308 (Entre Tacaba y Donceles)
Nuestros abuelos, a no dudarlo, se divertían, ya EXCLUSIVA DE DISTRIBUCION: Ericsson 3-37-53.—Apartado Postal 1619
sea escuchando una pieza mexicana como La ran­ Esta casa se encarga de cualquier
chera de San Miguel el Grande, o los cambios de comisión relacionada coa el ramo
fortuna de Napoleón Bonaparte, o las contrarieda­
des que el amor filial provocaba en ios sentimien­
E.D.LA.P.S.A. de Librería.
Extenso Surtido de Otea* Mexicanas
tos elevados del anciano Timoneda. Porque actores APARTADO 8092 MEXICO, D. F. y Extranjeras Antigás» y Modernas.
y empresarios se esmeraban en hacer agradables sus COMPRAMOS BIBLIOTECAS
veladas teatrales para que los mexicanos olvidaran
un poco las diferencias p.-íi’icas que los separaban.
22 pe Asm. de 1941
ROMANCE

CIENCIA HISTORIA SOCIOLOGIA


O ATENAS, 0 ESPARTA F'ílMÍfejlCr' y lo IrrúClOfMj/ EL CRISOL DEL MUNDO
TGNORAMOS
GNORAMOS si la obra de Otto D. Tolis- ~

I chus que en estas líneas reseñamos (They


Wanted War, Reynal and Kitchcock, Nueva
York) ha sido traducida al español. Su éxito en
loe países de habla inglesa ha sido tan rápido y L EER "Las palmeras salvajes", novela de Hd- alguno de sus juicios: "Esta sensibilidad torturada y
liam Faultier, traducida al castellano por for­ deformada por el choque con el mundo exterior me
ge Luis Borges y publicada por la "'Editorial
parece un rasgo dominante en este novelista. Faulk­
D
ESDE que se inicia la historia de Grecia,
la civilización viene fraguándose en ese
articuladísimo apéndice occidental de
Eurasia que se llama Europa. En una pequeña y
extenso que a poco de publicada, en noviembre de Sudamericana" —Buenos Aires—, es como asomar­ accidentada extensión territorial conviven apre­
1940, alcanzaba ya la sexta edición. Ofrece, en ner, como algunos otros contemporáneos lanzados al tadamente razas y pueblos enérgicos, ambicio­
efecto, méritos qne la destacan ventajosamente se al terrible abismo donde se rebullen las larvas, sos, inquietos, entre los cuales jamás se extingue
torbellino vital, es un poeta que, consciente de la
entre la multitud de libros, folletos y artículos las raíces de todo lo instintivo, de toda la vida ele­ el fragor de las querellas y el resonar de las
que en las últimos tiempos se han consagrado a impotencia de la poesía frente a la brutalidad del
mental humana en perenne lucha con el resto de las armas. En medio de esa milenaria batahola el
exponer la situación interior de Alemania y los medio y con suficiente orgullo para no dejarse su­ espíritu va madurando altas creaciones, y así se
vidas que le disputan el dominio del planeta. Tal vez
objetivos señalados al Tercer Reich por Adolfo cumbir, mató su poesía y devolvió violencia a la mezclan en un conjunto’ complicadísimo —y en
Hitler. Casi toda la literatura política más re­ no exista entre los novelistas actuales otro pulso más violencia. La vida que lo ba violentado sin rematarlo ocasiones monstruoso— la guerra, las artes, la
ciente es literatura de polémica, de discusión vigoroso que baya logrado mostrarnos esa fragua intriga diplomática, el trabajo, la ciencia, las
violenta, de ataque o defensa de un régimen de­ le ha enseñado a usar esa arma; por otro lado, la
"abisal", tan confusa, y por eso mismo tan sugestiva. persecuciones religiosas y políticas, la poesía,
terminado: la democracia unas veces, y otns el poesia que él mismo ba matado en sí se levanta en las revoluciones, miseria y grandeza, riqueza e
Toda confusión puede ser declarada misterio, mien­
totalitarismo o el comunismo. Sin duda es muy espectro, lo empuja a escribir prosa y le sale después indigencia: todo lo que constituye la civilización
conveniente la discusión, ni fué nunca tan obliga­ tras se dé lu; en ella, y Faulkner lo deja todo en en cada letra. ¡De aquí su forma cortante, oscura y europea y que, merced al arriesgado espíritu de
da la toma de posiciones como en los momentos sombras. empresa de los europeos, es ya desde hace siglos
empapada de poesia!"
y en las circunstancias presentes, y por eso nos Ni los mismos personajes humanos hablan, como la civilización universal. En cierto modo, es Eu­
guardaremos mucho de condenar esa literatura no sea en ese lenguaje de los instintos muy capat Continúa: "Y si esto es tan personalmente suyo ropa como una Magna Grecia, como una Grecia
de polémica y propaganda. Pero es lo cierto que en el fondo, ¡a técnica y el lenguaje riman absoluta­ aumentada a gran escala, y no es difícil descu­
no basta ella para cubrir todo el campo de nues­ añadir sombras a ¡as sombras: es el lenguaje tan brir entre los procesos históricos de una y otra
tras curiosidades. Es interesante saber lo que semejante al del viento y al del agua, ausente de toda mente con el asunto. Faulkner es Faulkner en lodos paralelismos sorprendentes, incluso con sus lu­
las S<jotes —y en particular determinadas perso­ claridad de ratón, atenido a la vida subterránea, a ¡os aspectos de su obra. Ya dije que sus novelas chas de oligarcas y tiranos y sus insensatas gue­
nalidades— piensan de los hechos; pero aun lo jos ímpetus primitivos de expresión tan borrosa. Aun carecen de climax —o son todo climax—. Los moti­ rras peloponesias. ¿Habrá que esperar que —tal
es más conocer loe hechos en si mismos. Necesi­ vos que en otros autores son secundarios, tienen en como hizo Roma en la Hélade— un poder extraño
tamos una información fidedigna y severa acerca gramaticalmente, el autor se aleja de los términos
su obra el mismo valor, y a veces más, que los que venga a imponer dominio y calma en Europa?
de los acontecimientos y del ambiente en que se "cultos", prefiere acudir a las voces de más vieja Pues América crece y su influjo ya se deja sen­
producen. Por lo que se refiere a la Alemania raigambre, a las más hundidas en la cuna del idioma. en otro sentido tenemos por capitales. Pero para tir en todas partes.
hitleriana, encontramos en el libro de Otto D. Hemos escrito "personajes humanos’’, porque en Faul­ Faulkner la vida sigue y la vida es un drama eterno Uno de los períodos más agitados del crisol
Toliacbus esa inapreciable información que de­ en el cual no bay punto de partida ni llegada: sólo europeo se nos ofrece compendiado en la obra de
seábamos. Sin cometer abuso, muy bien pudo el kner bay cierta poderosa inclinación a describir
dos profesores de la Universidad de Puerto Rico,
anttwr adoptar como lema las famosas palabras —con el ímpetu que suele— "personajes extrabuma- levantar y bajar de telones. Entretanto, las cosas que publicada en 1940 por “Ediciones Ercilla”, de
did' RÍStbr&d<n* latino; “Sine ira et studio", pues ws”, es decir, ¡os del bando opuesto, las fuertas ele­ ocurren, pudieran ser objeto de muchos dramas apar­ Santiago de Chile. Ttitúlase el libro —dividido
ao ;ad«iapte en todas ans páginas el cuidado de mentales, irracionales, en lucha con el hombre. te. Pero esos objetos son como arcos de viofin que en dos tomos— Introducción a la historia de
tocrar úna visión objetiva y exacta de las cosas. Así. en "Las palmeras salvajes" el personaje de no hacen más que arrancar a la caja de resonancia Europa en el siglo XIX (1789-1914), y son sus
EF señor Totisehua ha querido ser un informador la nota única del perpetuo dolor vital. Este dolor autores el señor Richard Pattee y don Arturo
VHM y nos parece qne ló ha conseguido cumpli­ más interés no es el penado bajo o el penado alto, el Morales C. Dentro del paréntesis convulsivo que
damente, basta donde semejante designio es gordo o el flaco: el personaje principal es el rio, trágico enmarcado en un ambiente regional, es la se abre con la Revolución francesa y se clausura
reaUzable. Quien advierta bis dificultades del es el Misisipi —el "viejo"— con quien todos luchan unidad esencial de sus novelas". con la penúltima Gran Guerra —ya que ¿pro­
empeño, no necesitará más para apreciar la obra cuando él se enfurruña. Y esa magna lucha es "épica". visionalmente? la última es la que ahora sufri­
«ñ au justo alcance y significación. mos— se ordena, pues, el contenido de esta obra.
H título -Jlbey Wanted War— reproduce No de menos belief —y poesia— que la de los pa­ No han querido los autores hacer labor de eru­
tato palabras de Hitler dirigidas a los gobernan­ ladines homéricos. Héroes sin palabras, sin discursos Este libro de Faulkner se compone de dos relatos dición ni de investigación histórica de primera
tes de las democracias: “Ellos quisieron la gue- hilvanados por la mente, pero con ese lenguaje sordo, novelescos enlazados, al parecer, sin contado alguno, mano, cosa, por lo demás, punto menos que im­
ixa/pnee bien, «iios la tendrán”. El contenido re- posible tratándose de todo un continente en cérea
oscuro, brutal, conmovedor, que brota de las mis­ pero en realidad coincidentes en ese juego brutal de siglo y medio de su dramática existencia. Su
pqgp 'y,■■■.■ CoiBméto las informaciones publicadas
pdr el se£or T<ú»daus en The New York Times. mas entrañas. O sencillamente, mudos; porque suele de los instintos, en la impetuosa avalancha de lo propósito es ofrecer una exposición ordenada,
to £b&km» «1 Pñsteio Pulitzer de 1940, com- ser siempre mudo, un gran dolor. Por eso ha podido elemental, que inundaria —como el Misisipi— toda clara y bien documentada del mencionado perio­
Ciáds « ..3h mejores informaciones del extran­ decirse de Faulkner que "cada una de sus obras es la vida humana sólo apoyada en conceptos. do europeo, que resulte por añadidura suficiente
jero. &»1» primé» parte de ia obra —consta de un audaz experimento trágico. de violencia casi into­ para situarnos con alguna seguridad en la con­
dpi»— se exaap&an la personalidad y los pro- Pero—¡algo muy extraño!— Faulkner, por otra fusa maraña de los tiempos presentes.
j^daitos del FBhrer. Más exacto seria decir las lerable". También se ha dicho cómo en los libros de
parte, es un minucioso técnico, un verdadero inge­ Resúmenes de este género, más o menos am­
pssmoealidadee, ya qua nna es la de Hitler como Faulkner “toda explicación queda en suspenso, como niero de sus libros, en donde todo aparece ¡tan plios, abundan en las bibliografías francesa, in­
ra yBeWo, *» «o público papel de queda cuerudo escuchamos una sinfonía". Escuchamos glesa y alemana. En nuestro idioma son aún muy
«ano-Míácalar, . eltéOndodel viento, oímos claramente al Misisipi. sujeto a normas! Conto "autoY’, en nada se parece escasos, y los señores Pattee y Morales se han
al ciego turbión del río, ni siquiera a cualquiera de propuesto aliviar esta penuria. En nuestra opi-
r__ -J^aapirtn. irpr jtottilBlann sus héroes “primitmos", elementales. La. gran fie- ninón, lo consiguen en más de un sentido. La
r»».,..wwío o —«ano â fa h*«ï-!«feewsto. nada. obra representa una masa de lecturas y de in­
crociw ifoóe to mb intimamenteallegados » ción de sus novelas te apoya vigorosamente en só­ formación verdaderamente abrumadora. Al co­
tü jetec el Hftfer en quimti el conducto «Ma» la« - • * lidos. en “racionales' ' soportes, diestramente esco­ mienzo de cada capítulo, breve noticia bihliiqgWja»
dos petsOttawtedes apuntadas y él peso enorm» Hace unos años pudimos leer algunas excelentes gidos. fica señala lo esencial sobre la materia en el
de la tarea que se ha impuesto acaban por vencer páginas de Novas Calvo acerca de Faulkner. He aqui expuesta. Un aliento liberal sin parti pris se ad­
su resistencia hundiéndolo en crisis nerviosas de B. J. vierte en todas sus partes, como conviene a
iM cuales se recupera prontamente. En cuanto historiadores noticiosos de su responsabilidad.
a sus propósitos, son suficientemente conocidos Capítulos muy difíciles y del mayor interés son
a través do Mi Lucha, de sus discursos y proeto-
ntas y, sobre todo, de sus actos. El señor Tolis-
LOS los que se refieren a las repercusiones continen­
tales de los movimientos revolucionarios france­
chus advierte que la meta final —el último goal— ses de 1830 y 1848, principalmente en la des­
del nazismo es, aparte de ciertas pretensiones
revolucionarias no muy claras, el gobierno del
mundo por la raza señorial de los germanos pu­
VENEROS DEL DIABLO menuzada Europa central de aquellos días. Las
agitaciones políticas que entonces tuvieron lugar
en muchos Estados alemanes muestran la exis­
ros. L autor de este libro abandonó un buen día tencia allí de un fermento liberal que por razones
En el fondo de la doctrina y de la práctica El libro de García Granados tiene la positiva

E sus clases Je Historia Universal y su ejercicio muy varias no llegó a su pleno desarrollo. Quizá,
política del nacional-socialismo alienta una ten­ ventaja de cautivar la atención, pues mantiene vi­ entre otras cosas, porque al pueblo alemán le ur­
dencia irracionalista inspirada —equivocadamen­ acostumbrado de investigador histórico en los vo el interés puramente humano de su relato, y de
Archivos de la Nación y en la Biblioteca Nacional, gía mucho más conquistar una posición respetable
te o no, que eso es otro problema— en ciertos ajustarse, al propio tiempo, a realidades comproba­ en el exterior y apta para protegerla en lo futuro
aspectos del arte wagneriano y en la filosofía en la capital de la República, y se fué a las cálidas bles y comprobadas. frente a posibles circunstancias que reprodujesen
de, Nietzsche y de otrqs pensadores que han pues­ y malsanas tierras del petróleo en el Estado de Ve­ Desde luego, en México a nadie necesita conven- las de la era napoleónica.
racruz, a hacer ínter vivos, una averiguación prolija
to la vida y sus impulsos por encima de la razón de Iqs circunstancias en que las compañías extranje­ ierse de la justicia con que se ha obrado en la Es natural que la atención de los autores se
y ras normas. Ya no son las ideas las que polí­ haya dirigido a las grandes potencias que mane­
ticamente pueden aglutinar a los hombres y cons­ ras. afectadas por las expropiaciones del 18 de mar­ cuestión petrolera. £i convencimiento tiene que ser
tituir la base de sus organizaciones estatales, zo de EH8, habían obtenido título de propiedad so­ de nuestros buenos vecinos, los norteamericanos, y de jaban el telar de los acontecimientos. Sin em­
bre el suelo cuyas entrañas bidrocarburadas explo­ nuestros admirados conocidos, los ingleses. 1 es de bargo, nos parece excesiva la ausencia de Espa­
sino los factores biológicos determinantes de la taron tanto tiempo. gran importancia tener muy en cuenta que las re­ ña, tanto porque este país desempeñó papel de
raza. A la razón sustituye la sangre, y a la volun­ clamaciones petroleras, por parte de la Standard primer orden en la política anti-imperialista con­
tad individual e, destino común del grupo, algo Meses después, forge Carda Cranados regresó
Oil Company y de la Royal Dutch Shell, están en tra Napoleón, como por la dolorosa parte que
así como nn hado racial que envuelve y arrastra cargado de infinidad Je anotar ¡mies. Este bagaje se pie hoy día lo mismo que hace tres años. Y que. t«mó a lo lareo del siglo en las luchas frente al
a los individuos aun a pesar suyo. Mas ese des­ dividía en dos categorías. Primero, las relaciones como entonces, conviene que México presente en tai absolutismo. El sentido político de la palabra
tino no es algo que se acepte pasivamente, sino que le hicieron testigos presenciales de tas prácticas lorma su caso ante la opinión públtca de los pueblos “liberal” es, como se sabe, un regalo de España
algo que hay que realizar heroicamente; y como de ios buscadores de petróleo y acaparadores de tie­ angloparlantes, que ésta se incline decisivamente al al mundo. Tampoco nos parecen acertadas algu­
se trata de una “raza de amos", ese destino se rras petrolíferas ; segundo, documentos extractados ludo de la justicia. Especialmente es esto necesario, nas innovaciones terminológicas. Suena a cosa
revela
>t?Ul en J»
la CWI1UCIU4*
conocida voluntad
VUIUHUIU «Vde poderío
pvucsiv y domi
v uuun- de los archivos de las compañías mismas, que con­ o más bien, oportuno, en vista de que en los Estados estrambótica hablar del juramento de “la cancha
r>_ 1. _-.-«.«.l,. ««•»»»_ nuo nnavolovro
nio. .Para hacerlo efectivo, para que prevalezca, firmaban aquellas relaciones y arrojaban una luz l,i- L uidos, no menos que en la Gran Bretaña, se des­ de tennis”, cuando universalmente está consa­
el pueblo tiene que someterse a una disciplina tensa sobre los dramas vividos y las tragedias sufri­ pierta un hondo sentido moral que antaño dormía grada la denominación de “juramento del juego
Unitaria y férrea. Esparta resucita en Alemania. das por ios desdichados "nativos ' propietarios ori­ un sueño como de muerte, y en vista también de de pelota”, mala traducción del francés, si se
El país se convierte en un gigantesco campamen­ ginales del suelo codiciado. quiere; pero aceptada desde la misma ocurren­
to. La más atroz disciplina militar lo aprieta y que en la Gran Bretaña, no menos que en los Esta­
Con esos elementos. Carda Granados redactó en dos Unidos, crece el deseo de comprender las difi­ cia del hecho.
constriñe todo, desde el ejército —naturalmente— lenguaje sm rebuscamientos, que se basta con su cultades que han estorbado a las relaciones con M-- La presentación es, aunque modesta, satis­
j- la economía, hasta el arte y la religión. propia chindad, esta volumen que se lee de un ti­ rico. En suma, ingleses y norteamericanos quieren factoria, y tiene el mérito particular de haber
i Y Atenas? Al comienzo de su existencia, rón, como si tuese una novela de espeluznantes his­ obrar de manera que el mundo se convenza de que, evitado lo? estragos de las erratas, cosa que no
el régimen hitleriano se proclamó también gran torias. pero que, sin embargo, es una obra documen­ trente a ¡a brutalidad totalitaria, los pueblos de ha­ pué3e decirse con frecuencia y por eso la seña­
propulsor de la cultura. Germania se impondría tal de primera importancia. bla inglesa representan la razón; y se quiere y se lamos con agrado. El libro, en fin, prestará ex­
al mundo no exclusivamente por la fuerza mate­ En dnersas ocasiones, el petróleo mexicano ha sido necesita contar con la simpatia y el apoyo de los celentes servicios a los estudiosos de la historia
rial de las armas, sino a la vez por el prestigio objeto de novelas: por ejemplo, ta de Carleton Béais Pueblos de habla española. de Europa.
del espíritu. El régimen protegió las artes por —Black River— y la de Gregorio López y h nenies,
diversos medios: construcciones monumentales Este libro de forge García Granados es. segura­
hace poco publicada. Más frecuintemeníe, el pro­ Excelente regalo, el
en las que una nueva arquitectura —el arte mi­ blema petrolero, por lo que se refiere a la justicia mente. el que. con patriótico propósito, se debe po­
mado del Führer— habría de revelarse; exposi­ ner en lengua inglesa, procurando hacerlo circular ‘-35Í t. DttT£t«KO de este libro de poe­
que asiste a .México, ha sido tratado con mayor o adecuadamente en los países que, en lo tocante a! mas, “Cánticos de la
ciones de pinturas y escultura; concursos y pre­ menor erudición, por gran número de autores co­
mios para artistas, poetas, dramaturgos; teatros asunto petrolero, todavía no desarrugan el entrecejo muerte1' —de José
nocidos. asi como por escritores anónimos, cuya pro­ R. Destéfano— que
populares, coros, etc. Pero el imperativo de uni­ ducción ha patrocinado el gobierno mexicano. Las ni dejan de mirar a México con desconfianza y mala CÁNTICOS nos llega de Buenos
ficación espiritual del pueblo llevaba paralela­ novelas, aunque llenas de cualidades como obras voluntad. En español debe procurársete una amplia
mente a la expulsión o anulación de lo “no ale­ circulación en nuestros países hermanos de América, DE LA MUERTE Aires. Cinco de es­
de arte, no logran que el tema llegue a cautivar, y. i... a- no- dudarlo.
’ • tos poemas se han
mán” y de cuanto discrepara de los fines oficia­ como documentación no son lo bastante ciertas tuyos pueblos, . stmpa'izan
t ~ . v-„ con Me: t aa o
les, que se confunden —claro está— con los fines refugiado en la pro­
para convencer. Los otros libros a que nos referi­ a quienes conviene dar pruebas fehacientes, para sa —espléndidamen­
de la raza aria químicamente pura. La unifor- mos. si loen algunos de ello-, constituyen una expo­ que esa simpatía, que es en su mayor parte cordial,
mación de los espíritus fué consecuencia inevi­ te cuajada de deli­
sición legalista Je claridad meridiana, no son de tenga inexpugnables baluartes de razón y forme una cias plásticas—; el
table, confiada a los diversos grados de la ense­ lectura fácil : mucho menos amena, y aún requie­ conciencia clara y firme.
ñanza y a numerosas organizaciones, principal­ ren o •¿•cees, t'í ser perito en cuestiones de derecho resto han adoptado
mente a las “Juventudes Hitlerianas". Atenas ><:■ zeufre Je( ágilmente las formas
para entenderlos. l»(.»r
Í.Ji. del verso, de un ver­
hacía lo contrario, según cuenta Tucidides: “No 1 ibcTj.ii'n Méxijo. t .
educamos a nuestros niños mediante procedi­ so en la actualidad
mientos de violencia, sino dejando que libremen­ ■—muy eficaces para eliminar lo que no resulta­ ___________ 1 preferido por los
te se desarrollen hasta hacerse hombres”. La ciones geniales mientras se le alimenta con bis ~ poetas amantes de
ba grato— fueron, al parecer, absolutamente in­ lo profundo —claro o turbio, diáfano o tupido—:
pretensión de realizar simultáneamente ambos capaces para producir un movimiento artístico y drogas de los concursos, los premios y las expo­ los grandes temas de la vida y de la muerte algu­
ideales es ambición excesiva. La elección es obli­ literario propio, por su altura y novedad, para siciones oficiales, es algo así como invitarnos a
gada: o Esparta, o Atenas. Nada nos sorprende, na vez prefieren envolverse en bruma, aunque en
glorificar con auténticas creaciones la grandeza subsistir en e! vacío de una máquina neumática los versos de este libro no faltan pasajes en que
por ln tanto, lo que en uno de los más interesan­ alemana. Y el secreto está —¿quién lo diría?— sobre cuya platina se nos brindasen todas las nos ofrecen vestidos de transparente gasa. En al­
tes capítulos, de la segunda parte, titulado “Ar­ en esa palabra ¿e Tucidides: libremente. Unifor­ golosinas de la vida. guno de los poemas —como en el titulado “Elegía
tistas de uniforme”, nos refiere el señor Tolis- mar las almas, constreñirlas a un estrecho y de los besos perdidos”— advertimos con excesiva
■chus del estado de las aides en la Alemania na­ They Wanted War es libro rico en informa­
cerrado ámbito de conceptos y emociones, y pre­ ción. Hemos de terminar dejando intacto casi claridad sus orígenes; pero nunca esta •‘adverten­
cional-socialista. Todos ¡os esfuerzos oficiales tender que el espíritu vuele y se realice en crea­ cia”, como alguna? otras, nos impediría releer con
todo su contenido.
aplauso tales páginas.
Pagina 20 ROMANCE 22 de Abril de 1941

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MEXICO MXBXCXVA
X.O QUE PMTAKAX mJBSTBOS ATTTO&BS
Se anuncia, en breve. la aparición de una novela
picaresca de Don Artemio de Valle Arlzpe, titulada
NAYAR Vacua» contra la influenza

En el Instituto Rockefeller de Nueva York se


t-stá preparando una nueva vacuna mixta de la va­
SI Canillitas. Celestino Gorostíza ha terminado una
cuna antidtarreíca y de la vacuna antí-ínfluenza qw©
novela que lleva por título La salva l&vixibl© y Ar­
turo Mori está corrigiendo Jas pruebas de su libro
Por Ermilo /Xbreu GOMEZ se ha demostrado que es eficaz en el tratamiento A©
Treinta aáoa da teatro hlzpanoaxaarUa2u>, que lleva los animales y que va a ser experimentada en gran
un prólogo de don José F. EHzondo,
L movimiento social moderno de México ha metido a sus destinos, a sus propias tragedias y a número de voluntarios que se han presentado &

JUMOOS TLOBAXBB BV MOBBL1A


Da Junta Cívica del IV centenario de Morelia
convocà a todo» tos poetas y escritores de México, a
E contribuido a renovar la literatura nacional.
Algunos grupo- permanecieron, no obstante,
revolucionario. Estos grupos no pueden presentar
sus inefables gracias. Cuando, en el campo de que
habla, hay un destello de liberación, es consecuencia
de la intuición de la sangre que guarda bajo la ma­
al margen de las solicitudes de aquel sacudimiento
leza podrida de su suelo. Es la sangre de sus indios.
este fin. Se trata de prevenir una epidemia de gripe
que se teme comience de un momento a otro en
Europa, como ht que se declaró en 1918 a conse­
cuencia de las privaciones y depresión que predoee
là guerra.
un concurso sobre Jos siguientes temas: 1. Canto la excusa de carecer de técnica o de sensibilidad para La sangre de los irdios. nunca se sabrá bastante, ZAveztígadores t»<leses
a Morelia (poema en octavas reales). II. Composición intervenir en la interpretación del nuevo sentido de tiene virtudes que nosotros los blancos y los mes­
poética de asunto, forma y extensión libres. III. Mo­ El Boletín de la Sociedad Real de Ciencia» pro­
nografía histórica de Mordía; y IV. I*a labor gu­ vida descubierto en nuestro país. Aquella inhibición tizos apenas « empezamos a comprender. Cuando porciona un censo de loa investigadores científicos
bernativa del virrey Antonio de Mendoza en la Nue­ se debe a prejuicios de escuela; a herencias mal no la comprendemos bien deberíamos resignarnos a que trabajan en ei momento actual en Inglaterra.
va España. entendidas de las épocas anteriores y a la ¡alta de sentir su influjo De este influjo habrá de salir, en El número total excede de diez mil, distribuidos en
El Jurado estará formado por los poetas Enri­ maestros activos y responsables. Los tales grupos el peor de los casos, la conciencia del dolor. Será la siguiente forma; 1,600 químicos; 1,000 físicos;
que González Martínez. Rubén M. Campos y Martín 700 zóologos; &00 matemático» y 1.&00 médicos y bió­
Gómez Palacios y por los historiadores Alfonso To­ permanecieron —y aún permanecen—. vinculados a como si se nos diera aquella lección antigua de la logos.
ro. Luís Castillo Ledón y Jesús Romero Flores. la etapa postrera de los núcleos bizantinos de la Iglesia; el hombre ba sido creado para su prójimo, X>os rayos dsl sol «a 1» s»»<t©
Dictadura. Estos grujxis cambian de modelos pe­ que es lo que está, por excelencia, próximo a su
fbbmzos di cumciái y z¿btbas Se ha revelado un método que hace posible )a
ro no de posición espiritual ni de conciencia hu­ carne y a su espíritu.
introducción de loa germinicídas radHo-ultravioletíVS
El Ateneo de México ha otorgado el premio de mana. Siguen creyendo que la única conciencia hu­ Y este es uno de los temas básicos de Nayar. directamente en la circulación de 1» sangre. Consis­
Ciencias de 1540 al doctor Jorge Meneses Hoyos mana manejable para el escritor es; la individualidad. Su desarrollo no lo realiza el autor —aunque los te este método en extraerle al enfermo una pequeña,
y menciones honoríficas a los señores Fabela, Ji­ De entre ellos, sólo por rarísima excepción, es po­ indique—, por medio de capítulos. Los capítulos cantidad de sangre, aproximadamente un centhoae-
ménez Moreno y Mateos Higuera. tro cúbico por cada kilo de su peso y exponerla por
El premio de letras correspondiente a 1940. fué sible advertir a algún poeta que reaccione contra determinan, casi siempre, una división episódica, cu­
el brevísimo espacio de 9 a 14 segundos a la acción
adjudicado a don Mariano Azuela y una mención aquella tutela y se apreste a salvar su personalidad, ya naturalidad bella se nota en don Quijote, cual en de los invisibles rayos ultravioletas, qúo emite una
especial al señor Miguel X. Lira. poniéndose acorde con el clima, el metal y la razón ninguna otra novela célebre. Su desarrollo es con­ lámpara eléctrica, de vapor mercúrico. Inmediata-
COLSOXO X» MMZXCO que la vida real de México reclaman. ; Loada sea tinuo. como es continua ta vida ciega de lo vegetal, mente ae devuelve al paciente, por inyección
y de lo mineral. El hálito del hombre que pasa poi intravenal, la sangre que se le extrajo y entonces
esta excepción! corre por todo el sistema circulatorio, habiendo lo­
Organizados y subvencionados por el Colegio de
Pero al lado, de estos grupos se han venido aquella narración es lo que determina el alto, el gré dose el mismo efecto que si toda E» sangre hu­
México se desarrollan en las aulas de la Facultad compás de espera para dividir, en medio de aquellas biera podido estar expuesta a la acción del. sol: ae
de Filosofía y Letras una serie de cursos sobre te­ desenvolviendo algunos escritos de aparente ais­ devuelve asi la salud a los tejidos afectados, ade­
ma» científicos y artísticos. El doctor Roura ex­ lamiento. Estos escritores, cuyos nombres conoce­ luces y de aquellas sombras, el orden que se avecina más de exterminar los microbios que puedan hallar­
plica un curso de Caracterología (psicología del mos y que podríamos empezar a enumerar pronun­ El orden que nace. De esta especie de confusa pla­ se en ella.
carácter y de la personalidad). Don Joaquín Xirau
ciando el de Mariano Azuela, han contribuido a nificación de la novela depende, a nuestro enten­ Este tratamiento produce loe signientoe efeotoe:
tiene a su cargo un curso de Historia de la Filoso­ der, la emoción más honda que logra. Se está dentro anulación de las toxinas y virus, extermixüo de loa
fía. El profesor Samuel Ros desarrolla un cursillo elaborar —cualquiera qu9 sea la posición política a microbio» y probable creación de virus ^F»***^Htn-
«obre el Pensamiento en los siglos XIX y XX. Y que obedezcan—. la auténtica novela mexicana; es de la manigua; se respira su calor húmedo, su frío dures con los microbios muertos; restauración ea
don José Camer explica la Historia política de Eu­
decir, ¡a novela que corresponda, por su tesis y su seco, su vieníó rispido, su miedo oculto, su poder Ja sangre de la facultad de absorber el oxigené^ In­
ropa en el siglo XIX. indescriptible. La manigua 110 se ve; es una atmós­ citación de los estearoies para su conversión étt vi­
forma, al destino —a veces indefinido, pero no por tamina D; aumento de la laz cé-
esto menos cierto—, de nuestra vida social. Tras fera. un clima. Y dentro de su clima vivimos y so­
CBflmo B8FAAOB X>X MEXICO 1 ulae, acelerando asi «o metabolismo y M
el nombre de Azuela se pueden decir otros, No hay ñamos. Y el indio, el hombre de esta manigua, tiene ción de estimulantes irradiaciones mpnmfajHao •
Prosiguiendo la obra cultural iniciada por esta necesidad de decir muchos. Bastan cuatro; López y el raro privilegio de sentirse por encima de este tor­
entidad durante ei curso pasado, su nueva junta
Fuentes. Martin Luis Guzmán, Rubén Romero, Ra­ bellino. Es víctima y victimario en la manigua de Fiebre ezcariatf»»
directiva ha organizado un serie de conferencias so­ su región. Surge asi un anhelo patético: el anhelo
bre loa más interesantes temas de la actualidad fael Muñoz í'ada uno de estos novelistas ha sabido La Asociación Médica de los Estados Vnídé« hA
universal, conforme al siguiente programa: Alvaro responder a las preguntas formuladas por la vida de la ascención del pueblo. El pueblo, aun ahí en
anunciado la creación de unas pastUlaa que tlfadttát
de Albornoz: lai grande* crisis de Europa; Mariano
y por la literatura nacida de aquélla. Las respuestas aquel, caos de su vida, de abandono, tropezando con a revenir la fiebre escarlatina. Trátase de un» bMtttA
Ruiz Funes: Bntre dos gueme (1918-1939); Rafael las leyendas de sus antepasados, degollando los fan­ como la que se emplea en las inyecciones sttbeuhfcr
Sánchez de Ocaña: Antepasados de España; Diego no siempre han nacido dóciles, ni sencillas, ni vera­ neas destinadas a la inmunización. La pástUK^ee:
Martínez Barrio: Aportas a la Mlstoria; Isaac Abey- ces. No importa si detrás de ellas está vigilante la tasmas que sus propias sombras crean, cercenándose
las manos sobre ¡as llamas de las hogueras iD sus i eeoraendable en loa casos de hemofilia ó de «osfefv*
tua. X»os responsables de la guerra actual; Felipe responsabilidad moral de un ’hombre. Algunas no medad es cardíacas y en la cuarentena féebsA
Sánchez Román: BX principio jurídico de la libertad;
han sido ni siquiera respuestas, sino que, ariscas, brujos, ahogando sus gritos en el retumbar de las escarlatina.
Carlos Esplá: Vuestra Francia y la otra; Antonio cuevas arcaicas, dejándose maniatar por aquella vida
Zózaya: Sentido jurídico de la civilización: Francis­ se han convertido, a su vez. c.n preguntas y también
co Eróla: De Cavour a Mussolini: DemÓfilo de Buen: de ignorancia, rasga con los puños la niebla, se alza
en denuncias. Los temas entrañables es posible, que
»e Paría a México en tiempo de guerra; Raúl Ca­ sobre ella y se salva. Y es que la vida india de
mmed: Problemas actuales de América; Manuel estén demasiado cerca para permitir un recto juicio, México tiene ocultas energías que le sitúan más allá Ttaet dsbafc» M lás MMQ»
Pedroso: I»a crisis de la idea del Vetado; José Me­ una limpia emoción, una equilibrada interpretación.
dina Echeverría: Sociología de la guerra e Isidro Los temas se debaten chocando sus intenciones y ol­ de las fuerzas que la constriñen, en un estadio de Ha quedado terminado ei túnel construido
Fabela: Orgautración internacional de la democra­ liberación. Ñayar es la narración —antes que la del rio Mpbila. destinado al tráfico 4e véblcnlos.
cia. Las conferencias se efectúan todos los miérco­
vidando, con frecuencia, sus raíces. novela—-, de lo que pasa en la entraña espiritual y Es éste, en su clase/ el primero que se oonstr¿ys 4 *
les en el edificio del Centro Español, Balderas, 37. Ei último nombre pronunciado ba sido el de Mi­ los Estados Unidos. Tiene &pr0XámádtaÜBMSts 2
material del indio mexicano y de lo que es capaz de metros de extensión y va doñde.la jriafrá '
guel Angel Menéndez- 5u jurc,ria Nayar —cuyo te­ realizar, aun aherrojado a la sombra de su propio ..tela de Blakely, «tonde se uae qon el í
MOTS FUWBS, ACADEMICO M CXBVCZAS ma e idioma correspondería ¡a vida de la provincia
ravAuv de los corar—, constituye -uns verdadero aderioMr.,, altas
prosefor y eminente penalista, don su concepción y en su realization literaria. Pueden calidades. Como diría, con propiedad estética. Mo­
Rt,íz Funes ha sido recibido en 2a Acade­ explicarse estos asertos. Puedfp, además, ser fácil- reno filia, tiene su prosa un brteq lisrtbre. un clero 4h> *«« flftWrtruMó át »ritBar upuritbr-iiaa ■
mia Mexicana de Ciencias Penales. En el solemne mente explicados. ¡¡ti sonido de metal de qvdatev Líi proya df . Miguel rij. lo» hftbUtr.
acto de su ingreso en la Academia el doctor ’Ruiz
Funes leyó un interesante estudio sobre ia Nayar es una novela nira^Novela del campo. Angel Menéndez responde d m»t'¿dráfetfs nacida y radlofOblcos. Dittv tecla, brancas sjmúnlsuaa w
ció» actual da la pena. Pero no es una novela del campo absorvido por la de escritor. Los descuidos que alguna vez se notan, sos similares a • y f, tres teclas negra» produces
civilización urbícola. Se refieti siempre al campo son eso: descuidos,' Nada más que descuidos. Pero el sonido *, k y. ün pedal permite elevar « redoeix
ARGENTINA la voz y un botftn cambia la entonación raaaeiOUa
inédito, cuajado aún de misterios, de voces, de som­ el ritmo, interior y exterior, de la frase de los pe­ o femenina. .
II FBBMXO GUXBAI.DB8 bras y de hombres que carecen de tiempo para medir riodos está saturado de genio idiomático; recie­
sus pasos y de espacio para saber sus dominios. Se dumbre cuando es preciso, dulzura cuando es nece­
La Editorial Lobada de Buenos Aires ha insti­ sario. En todo momento, sin flaquezas, es ttn bello Justo A. Santa An
tuido un premio Ouiralde* para seleccionar la mejor habla en Ñayar de un campo que. ante las solici­
novela. Un jurado integrado por Norah Lange, tn taciones de la vida actual, permanece hermético, so- idioma el que realiza Miguel Angel Menéndez. £gc (I*ón liai) j»
representación de la Sociedad Argentina de Escrito­ tíca Ahora su íiSo
res; Jorge Luis Borres en nombre de los escritores “Cantos de rebel­
participantes y Guillermo de la Torre, por la em­ día”. título expresi­
presa editora. acordó por unanimidad otorgar el pri­
mer premio a Bernardo Verbitsky, por su novela ra, en memoria fiel eran caricaturista espafiol Luis con absoluta libertad de consideración. El seminario vo que por sí sóto es
B« difícil empezar » vivir; y el segundo, a Carlos ce Bagaría, fallecido en aquella capital, en donde para el año académico de 1941 versará sobre Teoría una exacta defini­
Juan Onetti. por la obra titulada Tierra de izadle. habla buscado y encontrado refugio una vez des­ dal conocimiento. ción. Es ana impe­
Estas novelas fueron elegidas entre un total de trein­ aparecida la República española. tuosa llamada a la
Intervinieron en el acto, que fue presidido por PUERTO RICO
ta y siete que se presentaron al concurso. La Edito­ disconformidad. Un
rial Losada, aparte de entregar sendas recompensas el doctor Miguel Jorrin. loa señores Conangla, Ló­
pez Alarcón, Jenaro Artiles; Angel Lázaro, Rafael En el presente mes de abril se celebrará en la ímpetu noble de re­
de dos mil y mil pesos a Iom autores premiados, se Universidad de Puerto Rico una Conferencia Ínter-
encarga de la publica» <6n de ambas novelas. Suárez Solís y el dibujante cubano, Massaguer. novació»» social le­
americana de Escritores a la que ha prometido su
CHECOSLOVAQUIA _______ asistencia don Alfonso Reyes. vanta en ví-íe la*
VXTBTA BDITOKIAX. .metáforas conteni­
XtA8 OB&AS DB MA8AJRX FBOMXBXDAS
U. R. S. 8. das en este volumen»
Un grupo de escritores de Cuyo, región argentina
de las de más ambiente cultural, ha fundado una UBA WBTA OBBA de versos, mal ave­
editorial, buscando constituir una especie de coope­ Los nazis han prohibido la venta en territorio nido con todo primor
rativa gremial por la cual pueden ser sus propios checoslovaco de las obras del que fué Presidente de
editores. Ediciones Oeste, que es como se denomina la República Checoslovaca, T. G. Masarvk: Ikx El Instituto de Etnografía, filial de la Academia estético que no tien­
la nueva editorial, ha p ubicado X»aa MU y «wa Mo­ ideales de la humanidad y La Devolución mundial. de Ciencias trabAja desde hace varios años en la da a producir vehe­
En el primero desarrolla el autor su credo sobre Ift preparación de una obra en cuatro volúmenes, de­ mencias parejas «
ches Argentinas, de Juan Draghi, primer volumen dicada a estudiar los diversos pueblos que integran
de la Colección de Autores Púyanos. En breve apa­ justicia y la validez del orden moral que deben regir las suscitadas por el autor. En sus primeras pá­
el mundo; el segundo viene a ser un balance de la la U. R. 8. 8. El tomo consagrado a los pueblos del
recerá el segundo volumen, constituido por el libro Asia Central y de Kazakhstan aparecerá en breve ginas invita a los poetas a renunciar al madri­
Mito y sn Sároe. de Ricardo Tudela. Seguirán guerra de HH4-IÍUS. y contendrá números y datos inéditos especial­ gal, a los piropos a la luna, a las princesas rube-
a este las Coplas de Antonio de la Torre. Recital da mente sobre los Arabes que habitan en Rusia. El to­
la muerto, de Antonio Esteban Agüero y Fronte­ FRANCIA nianas. . No quiere trovadores, sino Hderes,
mo dedicado a los pueblos de la Siberia (Hakasses,
ras de la juventud, de Antonio Pagés barraya. Choríens, TchouktchL Nentsi, etc.), está terminado. mártires, héroes, en marcha hacia el futuro, nun­
Entre otros proyectos de la editorial mendocína LIBAOS raOSZBEDOS BB DA SOBA OCUPADA
Los consagrados a los pueblos cáucasos y a la paríe ca detenidos ante una “florida reja”. Pertenece
figura la publicación de una revista cuya na de cul­ europea de la V. R. S. S., están en preparación. este libro a esa especie intermedia entre la li­
tura que se denominará Oeste. l^a universidad norteamericana de Princeton ha
publicado recientemente la lista de los dos mil libros
E8PA5ÏA
teratura "apostólica” y la literatura “política”.
CUBA prohibidos en la zona francesa ocupada por los Arenga y panfleto, éste y aquélla vibrantes, ilu­
nazis. XZCATACIOVB8 BY AMFBMXAB sionados. varoniles. Está el libro dedicado a loe
HOKCTUI A BAOAMXA A la mencionada lista preceden unas palabras
previas en las que se trata de justificar la medida “irredentos”, a los que “nada poseen, como no
y en las que se afirma que “los libros envenenaron En las excavaciones llevadas a cabo en la ciudad sea el infinito dolor que agobia, por igual, a to­
En el salón de actos de la Escuela Zapata de La de Ampuria (España), han sido hallados varios re­
Habana, se efectuó en días pasados, el acto orga­ sistemáticamente la opinión pública francesa’’. En­ dos los aborígenes del Continente”...
tre los libros prohibidos figuran los escritos por cintos y murallas de diferentes estructuras, atri­
nizado por I t Institución Hispano-Cubana de Cultu- buidos a la antigua ciudad ibérica de Indica, que
refugiados políticos y por autores judíos; todos los
libros políticos y las novelas de tendencia política : arrasó Julio César para construir sobre las ruinas
todos aquellos relativos a Alemania; todas las no­ la colonia romana de Ampurias. También fueron en­ Se ha vuelto a edi­
i En las ediciones del contrados un conjunto de antigüedades griegas de
i “Grupo V i e r n es”
velas que tienen por asunto la guerra de 1914 y los
gran valor, entre ellas una estatua de mármol qur
tar el libro “El Gre­
relativos al imperio colonial francés. Todos los li­ co”, de Ramón Gó-
JOSE V-WN IliTJE&ÍA —Caracas— ha apa­ bros originales de Wells, Freud. Jung, De Gaulle. representa al dios Baco.
Mann, Einstein, Sweig y Vicky Baum están com­ mez de la Scuna,
recido el libro de subtitulado “El vi­
poemas “Gong en el prendidos en la lista vitanda.
Tiempo”, de José ITALIA
NOTAS CIENTIFICAS sionario de la pin­
tura”. También del
Ramón Heredia, pre­
GONG cedidos de un ma­
gistral dibujo del
DXCOXOBABJO DB BBBOUA FX8XCA antor podemos decir
que —sobre todo en
£\ F.L Se anuncia que la Academia italiana ha termi­ BzUostato Arthzl este libro— es un
* Fî I? \ í T*/A pintor español Dur- nado el primer volumen de los diez que integùin 1 “visionario” de 1*
I jt,. bán. El poema ilri- ti Novísimo Diccionario de la lengua italiana que se El ingeniero francés Pedro Arthuys ideó hace
crítica- El mismo no«
cial — “Armonía y prepara bajo la dirección de Julio Bertoni. años un dispositivo que permite «almacenar la luz
del sol y alumbrar con luz natural Jos lugares más lo dice : “Voy a es­
visión del destino PERU profundos. cribir una vida del
- del poeta”— bien El heliostato Arthel consiste en un espejo enor­ Greco, movida en
vale por un lindo SOCXBDAD DB FILOSOFIA me accionado por un motor dp arranque automático
y regulado por medio de termostato», que Instalado raudales de p a 1 a-
tnoMs -e»»» io» j manual de estética, En la Escuela de Verano de la Universidad Ma­ bras, dejada en su
en la azotea, sigue automáticamente el cunso del
gracioso y vivaz co- yor de San Marcos se ha fundado la Sociedad Perua­ sol y refleja sus rayos en otro espejo fijo que está mayor parte a la
------------ mo el resto de estas na de Filosofía integrada por la señora María de colocado inmediatamente a una lumbrera, con la luna Inspiración, someti­
páginas. Algún crí- las Mercedes Gallagher y los señores Víctor Andrés hacia abajo, y que envía la luz así obtenida al in­
Kelaunde, Honorio Delgado, (îulllerrao Salinas. José terior de la casa. Del haz principal de rayos lumí­
da a la videncia”. Y
• tico —Pascual Vene de la Riva, Oscar Miró, Julio Chiriboga, Enrique con tal “sumisión” el libro, más que nunca sale
nicos nacen otros más pequeños que, recogidos y
gas Filardo— ha dicho del poeta: “Cuando nos Barboza. p. Siebers. Alberto Wagner, Mario Atzamo- aumentados por espejos de menor dimensión, se ganando en sorprendentes atisbos, claridades, su­
acercamos a la poesía de José Ramón Heredia, ra. Jorge del Busto, Manuel Arguelles, César Gón­ propagan de cuatro en cuatro por unas aberturas gestiones. Como ocurre en otro libro del autor,
tenemos necesariamente que reconocer en ella gora, Luis Felipe Alan o, Alfredo Cánepa, Teófilo pequeñas practicadas cerca del techo. “Goya”, el arte genial de “El Greco” —lejos de
una de las expresiones más altas de la lírica Ibarra y Francisco Miró.
Los fines de esta Sociedad son: la práctica de Bscala optométrie» toda enfadœa erudición—■ queda patente a los
venezolana". Este libro —“Gong en el Tiempo”— las disciplinas filosóficas en su más amplio sentido, lectores en un plano jamás asequible a cuantos
viene a reiterar semejante afirmación. Vicente la divulgación del pensamiento filosófico en su mils El profesor Márquez ha dedicado a la Sociedad pretenden encerrarlo en “armarios de tormento”,
Gerbasi, por su parte, nos dice: “La gran ima­ pura expresión y él acercamiento de todos los pen­ Mexicana de Oftalmología una notable y nueva es­ en secos papeles "de empadronamiento", como
ginación de Heredia ha de llegar, para su salida sadores hispanoamericanos para una colaboración cala opt ométrica práctica de agudeza visual, com­
cada vez más orgánica y unitaria. Su principal labor puesta de una serio do optotipoo de diversos tamaños indica el mismo autor en su risueño y resuelto
al poema, al colorido vertiginoso de Walt Dis­ consistirá en una labor de sétnlnarfo, en el cita! se con los cuales se aprecia la facultad que tiene la prólogo, escrito en el tono con que suele dirigirse
ney”. Así es, efectivamente. Irá tratando los principales problemas filosóficos retina para distinguir los más pequeños caracteres. a sus lectores.
&¿¡^pb 1941 ROMANCE Pagina 21

LOCURAS
B IBLIOG RAFIA de
ESTADOS UNIDOS EUROPA MEXICO CADA DIA
SXSTORXA Y BIOSBAÍU ESPAÑA OBBAS GENERA LES
Norman Alley: I TOHM. New York. Wilfred ABTB Manuel B. Barragán: PREVISION Y SEGURI­ LA TORTUGA Y EL DUCE
Funk. Aventuras de un Operador de noticiarios ci­ DAD. Almanaque anual para el taller, el bogar y ei
nematográficos. Guillermo Dluz-Plaja: ML ESPIRITU DBl BA­ campo mexicano. México, 1941.
Arthur Bryant: >A«IA*T Or O8UUID. RROCO. Editorial Apolo. Barcelona. 19-10. ONOCIDA es la propensión capciosa y ca­
(1840-1940). New York. Harper & Brothers. Estudio
social e histórico de Inglaterra durante el último
siglo.
George Dibbern: Q'UESX. New York. W. W. Nor­
ton & Co. Diez años de vagabundeo por los ma­
res del mundo. _____
LITERATURA
A. Quíntela Ferreiro: ESPIRITU T
vela. Madrid, 5 940.
!. No-
PXLOSOPIA
Alberto T. Aral: EL LOGICISMO AUTONOMO.
Un folleto. Ediciones de Letras de México. 1941
David Garr ía Bacía: FILOSOFIA DB LAS CIEN­
CIAS. Teoría de la Relatividad. México. 1941.
, C prichosa del Duce. En e¡ transcurso de su
peregrinar político, carrera en pelo o fuga
hacia la más alta magistratura estatal, el dictador
Montenegro; GALICIA. Poemas. 1940. italiano ha puesto de relieve incesantemente su afi­
Eloise Talcot Hibbert: JESUIT ADVBETUEB Alfredo Marquerie: DON LAURBABO Y SUS
X* PRIE* Durante el reinado de Kang Hsi. E. P. — AVENTURAS. Novela. Madrid. 1940. PEDAGOGIA ción al antojo. Empleamos a sabiendas la pala­
Dutton & Co. Biografia del segundo emperador de bra fuga para representar su ascensión, ya que en su
Manchuria, con especial atención a sus relaciones DEEBCEO-POLITICA-ECONOMIA L M. Terman: ESTUDIO DE ESTANDARXSA-
con los misioneros jesuítas. CXON DE LA PRUEBA COLECTIVA DE INTELI­ apresurado caminar se dan a cada paso, a cada mal
W. p. Morrell: THE GOLD RUSEES. New York. Esteban Justo y Edelmiro Trillo: LAS FLBCBAS GENCIA GENERAL. PORMA A. Un volumen de 14'-'
The Macmillan Co. HiBtoria de los placeres de oro SB MX RAE. Madrid. 1940. páginas. Instituto Nacional de Psicopedagogfu. Mé­ paso, las características que definen toda huida.
como uno de los factores de la expansión de los Eugenio Vegas Latapie: ESCRITOS POLITICOS. xico. 1940.
pueblos europeos.
Asi el Duce parece un fugitivo, de si mismo o de
Madrid. 1940.
... S Posener: ADOLPME CXRKXEUX. Su biogra­ Ramón Bustamante y Quijano: A BORDO DBL GBOGRAPXA-BISTORIA-RIOGRAPZA quienes le rodean, que ha llegado al lugar que hoy
fía. Filadèlfia, Pa. The Jewish publication Society ALFONSO PEREZ, 1940. Lucio Mendieta: LOS wa wanr-on Monografía
of America. Vida del gran hombre de Estado judio Rafael García y García: VAZQUEZ DI MELLA: histórica, etnográfica y económica. Instituto de In­ ocupa, no empujado y alzado por la masa, sino al
francés. SUS IDEAS. SU PERSONALIDAD. Editorial y Li­ vestigaciones Sociales. México, D. F., 1949. revés, a escape, perseguido de cerca por ella y por
Cyril 3. Potocek: SAINTS CYRIL AMD MTXO- brería Prieto. Granada. 1940. Oswaldo Baquelro: LOS MATAS. Fin de una
WCUS, AfMTUB or TEE SLATS. New York. P. Ignacio Olagué: LA DECADENCIA ESPAÑOLA. cultura. Un volumen de 112 páginas. Imprenta de librarse a sus odios.
J. Kenedy As Sons. Estudio sobre estos dos misione­ Tomo primero. Librería internacional. San Sebas­ la Cámara de Diputados. México. 1941.
ros griegos del siglo noveno. tián. 1940.
Fácil comprobación la hallamos en su manera de
Juan Manuel Torrea: SOSTENES ROCBA, EL
’ Alfred P. Sloan tr. en colaboración- con Boyden Marla Guijarro: MADRID,. ESCENARIO DBL GENERAL MAS MEXICANO T MAS POPULAR comportarse. Cuando Mussolini habla parece que
Sparkes: ADTlTOrMB OP A SrxiTB-COLLAR MURDO. Prólogo de Alfonso Marquerie. DBL SIGLO XIX. México. D. F.. 1941.
HAM. New York. Doubleday, Doran & Co. Reminis­ BREVE RESEÑA RISTORICA DE LOS PRIN­ aún jadea. Cuando mira, sus ojos redondos y alerta
cencias de un presidente de la General Motors. INGLATERRA CIPALES ACONTECIMIENTOS OCURRIDOS CON revelan el susto y la viveza peculiares del que huye,
Henry Thomas and Dana Lee Thomas: LxvisaG MOTIVO DN LA REBELION DB LAS COLONIAS
rwgrapeœs or oreat pnilosopkbs. New SOCIOLOGIA DE TEJAS. T GUSBBA CON LOS ESTADOS UNI­ del evadido. Y una evasión más o menos premedi­
York. Gardes City. Veintiún estudios biográficos, DOS DN NORTEAMERICA NN 1848. México. 1941.
desde Sócrates hasta Santayana, ________ Viacpunt Samuel: LlSURTI. L'n volumen de 22 tada o vergonzosa, un constante evadirse de las res­
Agustín Millares Cario: NUNVO8 BSTUDIOB
Charlea» L. G. Anderson: LIFE AMS LEIIEEE páginas. British Council. Londres, 1940. DB PALEOGRAFIA ESPAÑOLA. México, 1941. ponsabilidades contraídas, es cuanto integra su acervo
or TASCO RUERA SR BALBOA. New York. Flem­ A. D. K. Owen: TBB RRXTISR SOCIAL SERVI­ Juan Oyarzábal: DE8CUBRIMXBNTOS OCEANI­
ing H. Riersll Co. Estudio de la introducción de la CE. Un volumen de 4S páginas. Londres, 1940. COS. Capítulos de Historia de la Marina de Güe­ de hombre público, nada íntegro.
eivllhtaclón cristiana en el continente americano. ra de España. México. 1941.
H. V. Morton: TOBO OT TRR RIELE. New ITALIA Acosado por las deudas, Mussolini no piensa
Juan Ginés de Sepúlveda: TRATADO SOBRE
York- Dodd, Mead A Co. Colección de apuntes y re­ LAS JUSTAS CAUSAS DB LA GUERRA CON LOS en la manera de saldarlas, sino en las mil maneras de
tratos sóbralas mujeres de la Biblia. OBBAS GRRERALRS JE DIOR Prólogo de Marcelino Menéndez Pelayo.
John Shipley Tllley: LINCOLN TAXES COMB- México. 1941. « salvarlas. Hábil sorteador de suertes adversas, el Du­
unk Chapel HHL N. C. University of North Caro- Vicenzo Errante e Fernando Palazzi: XL TESORO
ce dará con el medio de prorrogar la deuda. Su
Uha Fresa, JSstüdio sobre las relaciones del gobier-, pyr. rxgAZZO ITALIANO. Enciclopedia ilustrada. POLITICA. DERECNO. SOCIOLOGIA
rítóíenR'··ston fe Tuertes de tos Estados del Sur Tomo IV. 800 páginas. Editorial Torinese. Torino. lucha ha sido, asi, no contra los acreedores, no contra
’■*“ ‘“'¡eafuersos de éstos por separarse paclfi- 1940. Luis Martínez López: IMPUESTOS SOBRE LA
TA T SUPBBPROVNOMG. los ciudadanos del Estado italiano, sino contra los
,---------------r---------- or EAR ROUBTON, <1821- OBOGRAPXA-RISTORIG3RIOGRAPXA Luis Martines López: PRONTUARIO DE DERE-
UM7.) Votasep TV. Editado por Amelia W. Williams CBO FISCAL rEDBRAL. plazos, contra el vencimiento, improrrogable a la
and Bugeha C- Baker. Austin. Tex., The University Piero BargeUini: 8. PBABCBSCO D'ASSISI- Un Antonio F. Alonso: LA DOCTRINA DE NCARX. postre, de la credulidad. Otra vez la tortuga y la lie­
sf Taaau-Fresa. Este volumen contiene los escritos volumen de 208 páginas. Colección I Grandi Itallani. LA IGUALDAD DE LOS NOMBRES T LA FILO­
“ ■ -*- 'desde el 29 de septiembre de 1821 hasta Turin, ___ - SOFIA CIENTIFICA. Un folleto. Rama Mexicana bre. Y por ésta el Duce correteando por la campiña
de 1847. Ezio Chichiarelli: ALEXIS DE TOCQURVZLLR. de la Unión Racionalista. México. 1940. italiana.
— iraeoiscae Manon Un volumen de 198 páginas. Barí, 1941. Ezequiel A. Chávez: LA RASA PSIQUICAMEN­
New York. G. P. Putnam’s Sons. Rafael Ciampinl: MAPOLEOME. Un volumen de TE MESCLADA T EL COBCBPTO DE LA BX8PA- La marcha sobre Roma es la primera etapa de
. misiones ealifornianas. ____ 316 páginas. Colección X Grandi Itallani. Turin. NXDAD. Separada de la Revista de Estudios Univer­
__tf Ferrin Fraser: ALL IE A LIFE- Aldo Ferrabino: CBSARE. Un volumen de 252 sitarios. México, 1941. ___ la vertiginosa huida que le llevó a la cumbre. Desde
¡rYoik. Robert McBride t Co. Remínls- páginas. Colección X Grandi Itallani. Turin. Jorge García Granados: LOS VENTEROS DBL tan alto, Mussolini clamó, como rana mayor, en
c*aMutór Hio Jorl: EUGENIO EX SAVOIR. Un volumen DIABLO. Un volumen de 206 páginas. Editorial Li­
; iunwt»cx, Apostle of de 256 páginas. Colección X Grandi Itallani. Turin. beración. México, i 941. demanda de rey. Y el rey le fué concedido. Un rey
: Wto. The Bruce Publishing Co. Roberto Paimarocchi : LORSMSO DWMBD1CX. H. D.: LAB LEVES DB LA OFERTA T DB LA
'■'jmtrdn -de Irlanda. Un volumen de 216 páginas. Colección X Grandi DEMASOML México. 1941. quizás no demasiado esbelto pero lo bastante decora­
~ YySfiberger: PIERRE PAUCKAE®, Turin. Eduardo Pallares: RABSCNNING MIENTE. Mé­ tivo. Sentado a su izquierda, el dictador vióse en la
' Minneapolis. Mtnn. Pierre Aldo Valort: GA.RJBéLg», Un volumen de 272 xico, 1941.
. __ eta; Essex BuSdlng. Història de páginas. Colección X Grandi Italian). Turin. Marcel Plvet: ¿A DONDE VA FRANCIA? Méxi­ gloria. Pera había otro morador en Roma capaz
ta contauta < de - la odontología moderna y de su co, 1941.
fur£dador.\ Bernardo Ponce: AGONIA DN NSPANA. México. de estorbar sus sueños: el Papa. Y el Papa fné
1941. ____ ____ puesto de patitas en la calle por orden expresa de
BOTELA - Pericle Ducati: XPABTE GLASBXOA. Un voln- José Bergamin: DRTRAS DN LA CRUS. Terro­
men de «0 páginas con 949 figuras. Editorial T»- rismo y persecución religiosa en España. Editorial Mussolini. El Vaticano se reducía a la condkiótt
A----- —_ __—_ Séneca.. México, 1941.
A Co, Historia de neis rinesa. L^ysgnino: XL MBMWBVO. Un volumen de Estado y él contemplaba libre el camino anchu­
noche en una. # - - am ¿m figoraa. Editorial Torinese. roso de los infiernos. La deuda contraída con su pue­
■“#
del Oiraudouxi ^tfnWTBIOB. Verwldn de Julio blo agrandaba desmesuradamente ei plazo de « cum-
Brâtë£& r-XtaetracioBdé de2 Jesús Bracho. Cardenal, piúaiento. Los círculos "del- infiernÍ8L juntando su»¿
bT'-ataadftn.'-
__________ New York. 'EABSW» al *». Un editores. Farotdé WP-
velamen da «Óú págbtae- Bdltorial Torinesa. - Renato Ledttc: VBBBOS T fOMAI. Perrúa circunferencia», se le antojaran ei ocho
hermano». México, 1940. ______
. Un volumen de 190 _ Soledad Anaya Solórzano: ZtZTBBATOBA BSVA- Creyóse vauxáoc. Nada importaba el que pata sal­
New_Yort~Doñhleday. Doran A Co. No­ páginas instituto tsaimoni Accademlche. Udine. BOlkAi Dos volúmenes de d28 páginas. Dibujos de varse de la tortuga la liebre hubiera pactado con un
vela del siglo XVII. _____ ______ 1940. ____ linelda Calderón. México, 1941.
Gunnar Gonnaraon: TNE GOOD 8SCEPSEP. In- Saporl Francesco: DOLONDCTX BD ALTBI QOá- Justo A. Santa Anna: OABTO DB BBBBTsDXA, demonio alpino, semi-tirolés, de caído mechón sobre
dtnsApolis, 2nd. The Bobbs Merrill Co. Un relato DEL Un volumen de 170 páginas. Garzantl. Milán. México, 3 939.
Mario Mariscal: DA CDATUBA DB CBMTAWTB8. la frente y ademanes grotescos de diablo pobre,
d»^ Islandia. . .1940. Un folleto de 29 páginas. Imprenta Universitaria.
Frank G. Slaughter: THAT VDEE SNOUD SXB. demacrado, sin tenedor ni cosa más sabrosa que
New York. Doubleday A Co. Historia de un Joven México, 1940. _____
doctor idealista. ___ ___ _ Ramón J. Sender: OBD8B FTTBZaZCO. Novels. llevarse a la boca. Unido a él, aferrado al eje de su
Ward Weaver: BAST» MT TXXATX. New York. Francesco Saporl: I QUATRO ELEMEHTt wAL- Publicaciones Panamericanas. México. 3 941. rabo, Mussolini no ha previsto lo que fatalmente
Novela sobre la Güera Civil de los Estados Unidos. LA POESIA ITALIANA CONTEMPORANEA. Va- José María Benítez: DA TOS DB BO TUEMPO.
Helen Abbott: TRE RIPEE BOUS. New York. lecchi. Florencia, 1940. Poemas. México. 1940. sobrevendría: la quiebra, o dicho de otro modo: la
The Macmillan Co. Historia de la vida de la es­ Dr Al!; CUABTOS DB TODOS CODOBBS. Mé­
posa de un pastor protestante en una pequeña po­ FILOSOFIA xico, 1941. presencia de los ingleses y el descontento de la tor­
blación de la Nueva Inglaterra. Mariano Azuela: BA MADBOBA, BX» DESQUITA. tuga por la trampa en que se ve presa. Sucesos,
Guy GOpatric: GLRNCANNOE AFLOAT. New Benedetto Croce: SAGGI PXLOSOPICI. IL CA- México. 1941. _____
York. Dod, Mead A Co. Ocho nuevas historias sobre BATTBMB DELLA PXLOSOPIA MODEREA. Un vo­ Armando de Maria v Cnmnos: MUBATS Y BBBU- ambos, capaces por sí solos de cerrar terminante­
ei primer maquinista del lnchcliífe Castle. ___ lumen do 280 páginas. Laterza. Barí, 1941. BBBCOIOB DBZt TBATBO EB CKBCOSDOTAQUXA.
México. 1941. ___ ___ mente el tránsito de su escapatoria.
Phillip Jaron and Horace Stafford: TWO ALOES.
Boston, Mass. Houghton, Miflin, Co. Historia de un POLITICA-SOCIOLOGIA Angel Marfa Garibay: DDAVB DBD BAHDATZ».
oficial polaco y de su novia en tiempo de guerra. Otumba, 1940.
David Lowe: A MAM OB XXB RANDA New Andrea Fall: ITALIA B UNOBERIA Miguel Ancel Menéndez: BATAB. México. 1941. CON UN MILITAR
York. Gramercy Publishing Co. Historia de un ma­ POLITICA DI MUSSOLINL Traducción de bilvino Pedro Salinas: LITARATUBA BSPABODA DZX.
trimonio. ___ Gigante. Un volumen de 222 páginas. Asociación SZGZiO XX. Editorial Séneca. México, 1941. BRIL, 14. Proclamación de la segunda Repú­

A
Edison Marshall: BEEJAM2N BLARE. New Amigos de Hungría. Milán.
York.-Farrar & Rinehart. Novela picaresca del si- Valentino Ostermann: LA VITA EN PRIULI: CXEBCXAS blica en España. Su arribada tardía no rebajó
Sl°VRhelm Moberg: TRE EARTR » OTOS. New UNI. COSTUML CRNDNNXB POPOLARX. Segunda Manuel Maldonado K.- MAMUA! DB LABORA­ un ápice el alborozo popular, antes lo exacer­
edición. Instituto de Ediciones Academias. 1 dine. TORIO TARA ABATOKXA COMPARADA. Un vo­
York. Simon & Schuster. El conflicto entre la ciu­ 1940. lumen de 121 páginas y 23 figuras. Editado por el bó haciéndolo llegar a extremos de regocijo y candor
dad y él campo. Novela Traducida del sueco.
Frank Owen: TRE SCARLET BILL. New York. PORTUGAL
autor. México, 1.940. ___ difícilmente superables. Recordamos, ya el tiempo
Carlyle House. Novela basada en ia vida de una Julián González Menéndez: TZCBICA Y SDU-
CACZOB QUIRURGICA. Prólogo de los doctores ha dado carácter de estampa a todos los recuerdos,
concubina, Yang-hule-fei. de la época de oro de los Filosofía Gustavo Eaz y Fernando Ocaranza. Un volumen de
44>2 pácinas. Talleres Gráficos. México. 1940.
a infinidad de niñas vestidas de República, a infi­
Betty do Shebinln. WIND OÍR TBB PAMPAS. Jaime Cortesa©: CARTAS A MOCEOALE. Edicio-
New York. William Morrow & Co. Novela de am­ J F. Fulton: 7XSIODOOIA DAD SXSTBMA BBR- nidad de peleles de vegetal hemofilia —intestinos
ms -Seara Nova. Lisboa. 1940. TZOSO. Tradución do Jaime Pi y Sútb-r. Un volu­
biente argentino. _____ ______ men de 650 páginas. Editorial Atlante. México, de paja sin clorofila— bamboleándose ahorcados en
J. P. Thorndike: BOT TO TBB WXOXO. New ABTRS 1949.
York- Thomas Y. Crowell Co. Novela de la Kenya los faroles del Salón del Prado. Y el rey estaba allí.
Marcus Ke’ffer: FABRICACIOB DB DZCOBBS.
de hace veinticinco años. Emma Romero Santos Fonseca da Camara Reys: Coleof'ión Labor. Editorial Pax. México. 194”. Pero el pueblo no quería su muerte. El pueblo ape­
Kim Schee: CANTIS A. New York. Coward Me
LXTOLGACAO MUSICAL. Quinto volumen. Un tomo Eduardo Lamic<r TRATADO DB BBTBBMSRXA.
Cann. Cuentos v novelas cortas de México.
de 652 páginas con 28 grabados. I-isboa, 1940. Séptima edición. México, p. F. tecía algo más simbólico: ahorcar el muñeco de la
John Erskine: CASANOVA'S MOREN. Eleven
Moments of a Year. New York. Frederick A. Stokes Jorge Vcrnex: ENROCO M. García Junco: QUIMICA OROABICA. Segun­ monarquía. . El pueblo, como siempre, celebraba
Co. Un año de la vida del gran aventurero ita­ TICA NA CERA DE JOAO MARIA PERES IRA. da edición. México. 1941,
Juan Guatrecasas: P8ZCOBIODOOZA DAD Z.BB- un ideal.
liano. ___ ______ Oporto, 1940. OUAJA. Monografías Medicas Balmís. Compañía Ge­
John Kletnpner: ANOTRBS NXGNT, ANOTRNR Joaquin Ikipes. DO REGIONALISMO AO NACIO­ neral Editora, México. 1940.
Hubo, a qué negarlo, escenas patéticas. Desve­
BAT. New York. Charles Scribner's Sons. Historia
de dos matrimonios. NALISMO NA ARTE. Oporto. 1940. Ismael VlHegU'*: DOS ABSCASOS DBl* lado y frágil, Franco juraba —la mano en el hueco
FULXOB. Monografías Médicas Balmis. C‘»:npa¿ila
lxteratuea General Editora. México. lí*4<>. ___ de su corazón, la mente a la deriva— defender la
ARTE
Louis Danz: PERSONAL REVOLUTION AND
Enrique de Rioja: AI» XAR, Aü VARIO DAD República, morir, si morir fuera preciso, defendien­
Augusto Casimiro: PORTUGAL CRIOULO. Edi­ UPADO. Un volumen de 401 páginas. Colección Es­
PICASSO. New York. longmans, Green & Co. Estu­ torial Cosmos. Losboa, 1941. ___ tela. Editorial Séneca. México. 1941. do la República. De tan endeble magín nada mejor
dio critico v analítico sobre el pintor español.____ Pedro Carrasco: BX* CIBX*O ABIBRTO. Razón y
Sígfried Gledion: SPACB, TIRE AED ABOST- Monis Barreto: LITERATURA PORTUGUESA podía esperarse que lo sucedido después. Desfalleci­
(siglo XIX). Editorial lnquerito. Lisboa. 1941. Vida de las Estrellas. México. 1942.___
TECTURB. The Growth of a New Tradition. Cam­ Rosendo Carrasco Kormiguera : BBDOCBXBODO- da la voluntad, la ambición brincó como novicia
bridge, Mass. Harvard University Press. Estudio Rodríguez Lapa: CRESTOMATIA ARCAICA.
de la nueva tradición en la arquitectura moderna Textos literarios. Ediciones Seara Nova. Lisboa, QIA SEXUAL. México. 2 941. libre del voto. Franco se desdecía. Y al punto afir­
y de sus relaciones con las demás actividades hu­ Arturo A. Lamadrid: ARXTBDBTXCA RAZOBADA.
1 í>40 México. 1942. maba su versatilidad. Por último se encomendó a
manas. _____ . íiil Vicente; AUTO DA ALMA. Prefacio, notas
Watónusuke Randa: JAPAwBBB LAOQbAA. y glosas de Augusto C. Pires de Lima. Un volu­ las flechas veleidosas de las veletas. Se unció al
South Pasadena, Cal., F. D. and Ione Perkins, 1621) men de 80 páginas. Oporto, 1940. ___
Mission Street. Atlas de treinta y cinco fotografías Tnraaz Kin: PARA A NOSSA XNICIACAO. Poe­ yugo. No al del matrimonio, sí al que le imponían
en color. eZOORATXA-JSISTORXA-BXOOBATZA
ma. Lisboa, 1940. _____ los parientes colaterales. La falange triunfaba. Tras
José Regio: PRXMEXRO VOLUME DB TEATRO.
CRETICA T ENSAYOS Fereira de Mira: MLABUEX* BBBTO DB SOUSA. enconada pugna de superlativos el Imperio minúscu­
Oporto, 1S4Û. Ediciones Seara Nova. Lisboa. 2940.
Logan Pearsall Smith: MILTON AND BX8 Contiene este volumen dos piezas teatrales: 3*- Antonio Vieira: SEBXAO DB STO. ABTOBIO lo era el del "Cuñadísimo”. Serrano Suñer, redun­
MODERN OMITIOS. Boston, Mass., Little, Brown coto • o AnJo; misterio en tres actos, con un prólogo AOS PBZXBS B CABTA A D. ADPOMSO VX. Edi­
A Co. Revisión de la obra del poeta. y un epílogo y Tro» uAscam», fantasía dramática dancia flagrante de iniciales sinuosas, ebrias, era
ciones Seara Nova. Lisboa, 1940. ___
Arno Schirokauer y Wolfgang Faulsen: CORO­ en un «cto. ___ . Rodríguez Lapa: D DUARTB B OS BROSADO- transportado en volandas, por serafines arios, al
NA. Durham, N. C. Duke University Press. Estu­ José Julio Rodríguez: COWTOS B BOVBTsAS, RBS DA CASA DB AVIA, Edlaciones. Seara Nova,
dios sobre filología, con ocasión del LXXX aniver­ Primera serie. Cuatro cuentos infantiles. Iporto, Lisboa. 1940. colmo del mangoneo estatal. A tal punto parece
sario de Samuel Singer. ___ ________________ . 1940.
Jessie Wilder: A CONCZSB RISTORY OP LXTB- Joaquín Paro d*Arcos: ABSOBBADB. Novela de
J.iaquin Leitao: O AXOR BA RBBASCSBCA, haber declinado la fugaz estrella de Franco que de
RATURE. New York. House of Field. Resumen de Lisboa, 1940.
costumbres. L»isboa, IÔ40. Feli.iano Ramus: MBDXTACOBS HISTORICAS. polo a polo su brillo no se alcanza. Polo es el ape­
cuanto se ha publicado sobre el tema. Afranío Veíxoto: SKAZA8 B MTBVA8. Lisboa.
Joseph Spencer Kennard: A LawwRAR a EZS- Oporto. 1940. llido de la esposa de Franco. Polo es el apellido de
YORY OP TBB ITALIAN PEOPLE. New York. The 1940. José Monteiro: O LUGAR DO YUBDAO MAS
MacMillan Co. Historia literaria del pueblo italia­ Mario Goncalves Viana; OS BBUíOIOSOS S OS ORIGBBBS B BA RASTAURACAO DB FORTU- la esposa de Serrano Suñer. Preguntada ésta sobre ¡a
no desde el siglo XI hasta nuestros días. MISTICOS BA ZrZTBBATCTBA BOBTVOVB8A. GAL. Oporto. 1240. suerte que le había cabido a su hermana en el ma­
Oporto, 1040. Guedns ib A morin: PETAIN. Lisboa, 1040.
POESIA Y DRAMA Mario Goncalves Viana: OS SHBTOXsABXOS BA Carlos Ferrao: CNURCNILL. Lisboa. 1040. trimonio con el caudillo, cuéntase que, muy ufana
l·ZTBBATÜ’BiA FOBTUOVBSA. Oporto. P>4 0. Mario Korha: »E GAULLE. Lisin,a, 1041. de su propio emparejamiento y un tanto desdeñosa
Joseph O'Kane Foster: TBB SB1AT MONTE- Emile Schaub-Koch: ARMAEU- GODOT. Tra­
ZUMA. Ranchos de Taos, N. M. Ranchos Press. Horacio de Castro Guimaraes: A AZ»MA BOS
Relato sobre los conquistadores de México. MBBS BOBEOOS, Lisboa. 1340. ____ ducción rie A. G. da Rocha Matlanil. Coimbra, 1940. con el ajeno, respondió con un dejo de compasión
«BUBCnOBS FROM TBB TRRBB HtryDBIS Campos Teixieru: BBXtOS DA VIDA B DBBTBO J. Fontana i)a Silveira: BZSTOEXA DA NOSSA
DO COBACAO. Oiorto. mt’. ____ 8ŒTOBXA. Oporto. 1240. irónica:
POBBW OP TBB TANG DYNASTY. Traducción de
Soame Jenyns. New York. E-. P. Dutton & Co. Un Fernando Namora: BOVO OABCXOBBZBO-TD- Ciaiio Ribeiro de Lesa: SALVADOR CORREIA —¡Oh!. . mi hermana, la pobre, se casó coa
nuevo volumen de la serie "La Sabiduría del SA. Coimbra, 1941. DE SA E BENAVIDES, l'n volumen de R4 páginas.
P. G. Foob: BAS B AXJNUBXAv Braga, 1941. Agencia General de Colonias. Lisboa. 184Û. un militar.
Órlente".
Pagina 22 _ ROMANCE 22 de Abril de 1941

te segundo volumen en el que aparecen recopilados cedes Cabello Carbonera. Ediciones Baluarte. Lima.
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de «:î páginas. Editorial Adsum. Buenos Aires. 1940. Presenta íjaint Victor en este libro una, serie hete­
Serapio Iragui: LA MXDIACIOM DB LA VZB- rogénea de b.ografías tomo son ¡as de Id.mu. Ne­ POLITICA. DBRBCKO. SOCIOLOGIA
OSMRH LA KZMSOSSAFIA DB LA EDAD ME­
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rón, Benvenuto Cellini, D. Quijote, Atila, Ceres, Hele­
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ginas. Editorial E. M. C. ______ _____ 614 páginas. Imprenta Rubino. Se refiere este folleto a las figuras de Emilio
Mí!río Antelo: BL BBBECRO BE «I CIHMCXAS Frugoni y Montiel Ballesteros.
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versidad. ____ ____ ___ Pedro Casas: XAHUXL DB BOKBOPXTZX. Un Orlando Alraldi: BRBBXRAROG RB LX LUB.
C. Raúl Vigliania: CLAUSULA DB ISSS8POE- L. Honore: JOVENES EXEOBS, Traducción de volumen de 136 páginas. Ediciones Ercilla. San­ Montevideo.
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líanos ¡:sfc: Dio: que adoro. '\\. Stanlev R.i.ort. L na / estética Eduardo García Mavnez: f\cPeyones iob>, c: escep­ AV. JUAREZ, 95 APARTADO 8092
miedo. Macedonio Fernández: Una teoría de la humorística.
Enrique Espinoza: Un minuto. que trasciende vicisitudes Felipe Cnssto de Pomar: Ll P'oceso ticismo. L. Nouict: J:i herm-tiimo en la poesía francesa mo­
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REVISTA COLOMBIANA. Número 140. Febrero de 1941. Aibrrdi Gastón Figueira: G.’orw y Iraredus de Leopoldo lu- J nt undue oion al estudio de Berna! ¡Haz de-. Castmo a de su
—Francisco José Urrutia: Política internacional de la gran Co­ gone,. Alejandro Korn: El socsahsmo U'cv ,M A’ViX- verdadera historia. Edmundo O Gorman: Sobre la naturaleza MEXICO, D. F.
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Pérez: La Consiiistción boisviana. Rafael Torres Marino. Fl ¿e gne-a » m:L-,-:a Juan Marin AIH donde race la Man
comunismo. Alfonso Junco: La guerra y nosotros. Camilo Mo- muralla chrsa. Clodoald.. Espinosa Bravo- E. Lamb’e PERU LA REDACCION DE "ROMANCE*’ NO MANTIENE CORRES­
Kna: /5/»« apócrifas las me norias de Don Victoriano de Pa­ leer.;, a su pasta,e v a ,» iaik.O'e Alfonso Ha .ano. Ra..!..t.
Cánovas l uis Vela'CO Aeaeón. E- pututo. Manca de eumhrcl PONDENCIA SOBRE LOS ORIGINALES QUE NO HAYA SO­
redes f Ricardo Nieto- Fronrcri: Copfrc* Pav¿ VaJérv: El C.e- MERCURIO PERUANO. Número K Febrero de 1941 —
mruterio Marino. Víctor Amaya González. El amigo. Rafael , de alieno,. Alejandro Andrade Coedo: C»ríro an LICITADO PREVIAMENTE, SIN QUE ESTO QUIERA DECIR
Raúi Parras Ezrrenechea : testamento de Mando Serra. Ro-
NúSez: El cunas. Augusto Anas: Novena de Pnnur.c'a. meú» A. cerrero: Política agraria nariona’.. Bernardo Sieber: QUE ALGUNOS DE ELLOS NO HAYAN DE SER PUBLICA
cota es kaioiticftev.riíarneiauiir.g.’ Ntcannr de ia Fuente; j DOS OPORTUNAMENTE
RECORTES. Número 22. Febrero-marzo de 194L—Antonio DiOCFNES. Número 2. Diciembre de 1940-Ener» de 1941.
V. Arenas: La mentira. H. Ur. van Loon: El Arrapo, invento hu­ -ujohn Wheelwright: Plate glass membra». . Austin AA arre*. B reí* í*1*1 ua-
Pagina 24 ■ROMANCE 22 DB Await os

Hedy Lamarr una de las más bellas actrices de la Mary Howard descansa de sus labores en los Estu­ Judy Garland, actriz y cantante de la Metro-Goldwyn- La inimitable estretla de la Metro, Norma Shearer,
Metro-Goldwyn, sorprendida por la cámara en su dios Metro-Coldwyn-Mayer, encontrando cómodo Mayer, juega badminton durante unas cortas vaca que realiza una admirable labor en “Fugitivos dtl
casa de Hollywood. el trajecito de gabardina que ahora luce. ciones. Destino”. , •

E
FUGITIVOS DEL DESTINO o incursión en territorio nazi son llevadas a la prác­

* í
tica con sumo acierto por Robert Taylor. más
N buen propósito y un excelente reparto, Fu­ consciente de su papel y menos atento a sus rugoF

Ü gitivos del destino se incorpora, con sobra de exteriores que otras veces. De Norm* Shearer peco
méritos, a la serie de' películas incorporadas hemos de decir. Continúa tan belfa - y ttb aaSÍfcpEOÁ
a su vez a un sentido del cine actual: el político. mo siempre, y mostrándose, fugitiva de ju psnt»o
Un copioso grupo de producciones recientes ha de
ser incluido en él. Y dentro de él, dentro de la
orientación que. muy. acertadamente a nuestro jui­
cio. pretende llevar a la pantalla las inquietudes de
L destino, en plena juventud. A Con
cabido en suerte, por desdicha, la w
“el mgjo’’. El malo en la moderna ,
conviene no olvidarlo, es el nazi,

Ja hora actual, del -hoy más que nunca agitado tor­


bellino del mundo, cabe distinguir tres rumbos o
matices: el humano o dramático, el humorístico y el
ESPEJISMO DE AMOR^
imaginativo. No quiere esto decir que solamente
en el primero seamos capaces de hallar las calidades
intrinsáas de lo humano. Sin embargo, es en él don­
de dichas calidades se producen y manifiestan de
una manera más lógica, más conforme al espíritu
que ilustra, por lo çomún, los actos de la vida. Séa-
nos permitido, para dar clara muestra de ¡os tres
estilos o modos cinematografíeos citados, enunciar
Jos títulos de obras tantas pnxtucciones ejemplares
La bora fatal, El Gran Dictador y Corresponsal ex­
trañóte.
Convengamos, de paso, que el orden en que aca­
bamos de citar estas películas no es caprichoso. Por
ei contrario, corresponde con éxactitud a sus res­
pectivos valores. Conceptuamos magnificas las dos
primer», si bien más conseguida eq » conjuntó
bota fatal y aceptable, sów aceptables, la últrais. -
. Ya.se&ffamó» à - — n,
««oc « w-ujsBwmm y naruranoaa concierne, aetectos
imperdonables. Mas, repitásmolo, no es su mejor o
peor calidad lo que nos importa considerar ahora,
«no >u mayo» o menor fuerza para servir como tipo
representativo, no ya de un género, sino de una de
las direcciones de ese'género o manera peculiar que
el cinema parece haber aceptado resueltamente. La
hora íatal nos trajo el reflejo de la vida y de la
muerte en los países totalitarios, de una vida y de
una muerte tai y como acontecen, es decir, a la ma­
nera naturista y simple, profunda. Pero en ese equi­
librio dramático entre la vida y la muerte, en esa
inestabilidad vital —ya que el equilibrio supone la
pirueta—. había de nacer forzosamente la sonrisa, la
última defensa del hombre. Charlie Chaplin nos dió.
¡y con cuánta generosidad i. r! regalo de su arte
Hero tallaba algo: al eme americano le era im-

"idu i■'Ti2 ÚC i'hiiA '1 X X

prese:nu:He. per trai::;;»?} y Temperamento, ia aven­ Sin duda en el mismo en que £ai hora íatal, ya que,
tura. Era preciso buscar en ese mismo drama ongi- pese a su carácter novelístico, los personajes que
nario la faceta imaginativa, irreal, de tipo román­ intervienen en ¡a aventura, en una aventura por
tico. Bajo ei enredo pi.uiico de! momento resucita­ cierto inaudita, son entes no desprovistos en abso­
ba el sentido de las películas Je los vicios cow-boys. luto de gravidez humana, de sentido común.
Resultaba que lo endeble tenia también su arraigo. Las escenas, perfectamente logradas, mantienen
Y en este sentido Corresponsal extranjero —como el interés y la emoción en el espectador. La impetuo­
luego Convoy—, acudió a llenar el vacío de tipo sen­ sa presencia del joven yanqui en la Europa totali­
\:rg:nia Grey. de la Metro. é; ;L>r abriles timental e infantil que aqueja a! yanqui. taria. su sorpresa e irrespetuosidad ante procedimien­ Laraine Day, actn; de la Metro Gotdwyn-Mayer,
tonta -:is preea:i::o¡:, .. t-l turro es :e!;t ¿En qué sector clasificar Fugitivos del destino? tos tales como ios que le rodean durante su excursión es una entusiasta deportista.

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