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REVISTA POPULAR HISPANOAMERICANA * MEXICO, D. F., 15* DE MARZO DE 1941 * AÑO II.

NUMERO 22
AMYERMARIOK
1W8 - MARZO - 1M1
- MARZO - 1941

SH CVMPIÆN KN RSTE MES LOS ANI­


VERSARIOS LXXVIII y LXXIII, res­
pectivamente, ORI. NACIMIENTO DE
CN C.KAN PORTA, OaBRIKL D'ANNUN­
ZIO, Y OK UN GRAN ESCRITOR» MAXIMO
Gorki. El primero, para quien lo
ESENCIAL EN LA VIDA ERA EL ARTE, O
MAS BIEN, LO ARTISTICO, ACABO, EN
POS DE LA REALIZACION ARTISTICA DE
UNA TRAYECTORIA NACIONAL, CON­
VIRTIENDOSE EN EL CANTOR DEL FAS­
CISMO, QVK NIEGA LAS MEJORES CALI­
DADES DKI» HOMBRE. El OTRO, HU­
MANO POR ENCIMA DE TODO, AJENO A
TODO ARTE QVK NO TIENDA A SACAR A
LUZ LO MAS NOBLE DE I^A HUMANIDAD,
SUPO ASCENDER DESDE LOS MAS HU­
MILDES MENESTERES DE LA VIDA,
NUNCA REÑIDOS CON SU VOCACION,
HASTA CIMAS DESDE DONDE LA PALA­
BRA BAJA COMO UN ALIENTO PARA
QUE EL HOMBRE ELEVE AL HOMBRE.

YALE EL HOMBRE LO QUE SABE * EL CANCILLER DE VERULAMIO


R BC ISTRA DO COMO ARTICULO DE SEGUNDA CLASE, EN LA ADMINISTRACION DE CORREOS DE MEXICO, D F., CON FECHA 7 DE FEBRERO DE 1940

Grabado tpu ilustraba el programa de los Bailes de


Máscara celebrados en el Teatro Nacional el martes
Iff y et domingo J5 de febrero de fffffff. (En la página
il: Los Bailes be Carnaval en México, por Armando
de María y Campos.)

ARTE
de
Ruben Darío™
Irina Baranova, primera bailarina del Original Ballet
- POR Russe. (En la página 17: La vida de los Ballets Rl-
» soj^por José Barros Sierra.)

CARA es la gloria, y hay


que pagarla temprano o tar­
de, en la vida o en la muer­
te; Se hastían los hambres
SUMARIO:
ARTE DE RUBEN DARIO,’ Enrique Gonzá­
<fc mantenerse en gmu-
lez Martínez • ALEJANDRO HAMILTON,
fhaáta ante d ídolo, y al SONATA, POEMA de Salomón de la Selva •
4el monumento de ana LEON TOLSTOI Y MAXIMO GORKI, D.
heroica, arrojan lejos de P. • GRANDEZA Y SERVIDUMBRE
sí el úuxastño para em­ DEL OFICIO LITERARIO, Juan José Do-
puñar la piqueta demole­ menchina . ORLANDO EL PACIFICO
Z. GONZALEZ X-
dora. Hay en ello a veces (cuento), Benjamín Jarnés IMAGINERIA
un ansia de rectificación, un intento noble y COLONIAL, Juan de la Encina " APUNTES
puro de fijar valores definitivos; pero la acti­ AFORISTICOS SOBRE EL MATRIMO­
tud rebelde que abomina de lo que ha adorado NIO, Paulino Alasip • BAILES DE CARNA­
es casi siempre el cansancio de aceptar lo in­ VAL, Armando de Alaria y Campos • EL
discutible, la fatiga del ateniense que no quiere TEATRO DE LOS BURIATO-MONGOLES,
seguir llamando a Aristides “el justo”. D. Polianski • ARTE: exposición de Carlos
No se dispersaba todavía el cortejo que Orozco Romero . EL TEATRO, Julio Acos­
acompañó al Panteón los restos mortales del ta ' LA MUSICA, José Barros Sierra • ES­
poeta que escribió “La Leyenda de los Siglos", PEJO DE LAS HORAS, la posición de Me­
cuando ya la crítica agazapada e impaciente xico ante la guerra • LOS LIBROS POR
se ensañaba contra él. Incapaz de echar por DENTRO, notas de Ermilo Abreu Gómez,
Rodolfo Usiyll, efe. ■ CIENCIA, HISTORIA,
tierra de un solo golpe al triunfador que en­
SOCIOLOGIA, NOTAS DE Ernestina de Cham-
traba armado de punta en blanco en el templo
pourcin, Daniel Tapia Bolívar, etc. ' BIBLIO­
de la inmortalidad, buscaba afanosamente los
GRAFIA DE MEXICO, ESTADOS UNIDOS
resquicios de la coraza, los puntos vulnerables, Y EUROPA . BIBLIOGRAFIA HISPANO­
para hundir en ellos el estilete silencioso o la AMERICANA • INFORMACION CIEN­
emponzoñada saeta. ¿Qué importaba que aquel TIFICA - REVISTA DE REVISTAS • Las
(Continúa en la página ?) secciones “a la deriva", “en acecho", “lo­
curas de cada día" • PAGINA DE CINE
Cubierta de una nueva biografia de Carlos V. (En la
página XIX: Ciencia, Historia, Sociología.)
San Dif.gg de Aecaiá, escultura policromada, de me­
diados del siglo X Vil. (En ¡a página 12: Sobre Ima­
ginería Colonial, por Juan de la Encina.

Perfil. Oleo por Carlos Orozco Romero. (En ¡a página 7: Crónica de Arte.)

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DE LAS SUSCRIPCIONES EN MEXICO Y EN EL EXTRANJERO VER LA PAGINA 24
Pagina 2 ROMANCE 15 de Mamo de 1941

EL ARTE DE RUBEN... ma, porque ignoran que el arte es llamamiento


(Signe de la página I ;
hombre hubiera escrito "Las Contemplaciones’’
ALAD ERIVA de ascensión para los que se mueven en planos
inferiores de la vida.
y e! único intento logrado de epopeya en la Es penoso hablar de sí mismo en ocasión
moderna poesía de Francia? Había que re­ EL POETA Y EL BOLERO EL DOCTOR Y EL ERUDITO como la presente; pero siento una necesidad
cordar, con Remy de Gourmont, que Hugo ha­ imperiosa de aclarar un hecho no sé si falsea­
ANL'EL y Antonio. Antonio y .Manuel. tas Catacumbas se armaron. Y ai convertirse en
do adrede y que la malevolencia ha tomado
bía sido en alguno de sus libros más orador
que poeta, y, con otros, que había profesado
una filosofía vacilante y una política incohe­
rente; había que olvidar toda una vida au­
Fue una clara tarde del lento verano...”
Manoliyo y Antoñiyo. Antoñito y Manole­
te. Los dos niños, los dos nacidos y mecidos entre
las húmedas hierbas de Andalucía, los dos poetas.
Quiere decirse descendientes por linea directa —no
Y hoguera el suelo y el cielo de España huyeron
con pie ligero, abandonando el bello país de por cuenta propia, ignoro con qué fin. Me re­
íus lectores, quienes pertenecían a la rama de caines
en la generación del 93.
fiero al poema mío, escrito hace seis lustros y
que ha llegado a tomarse como un ataque a la
Una humareda —olor a azufre, olor a pajuela estética del poeta a quien siempre he admira­
gusta de creación pura y de ímpetu renovador. hay linea más directa ni tajante, pues en la inspira­ quemada— y Baroja se ausenta de ia compañía
Si me viene a la memoria el caso de Víctor ción no hay relativismo— del Creador, hijos de del aventurero Zalacaín. Vuelan en corro de aspa­
do, y más y más a medida del correr de los
Hugo en este homenaje a! gran poeta hispano­ Adán, habitantes privilegiados de una Andalucía vientos alrededor de la hoguera quienes no se atre­ años. Con la mano puesta sobre el corazón,
primitiva, exuberante y bíblica. ven a consumirse en ella. Hay quien lo duda. In­ declaro que cuando escribí aquellos versos es­
americano, es porque hallo entre él y el poeta hs la clase. Cn un cartel
francés más de un punto de semejanza. Artista se representa a Cain cienso en el aire. Asustado de su propio Tigre taba muy ajeno de pensar en el autor de "Pro­
de sensibilidad multiforme, Darío pudo decir fugitivo, y muerto Abel, Juan, que supo ser hombre, huye el zorro con el sas Profanas’’. Quise en aquel entonces con­
junto a una mancha carmín. rabo entre piernas: Volpone embajador. Política y traponer dos símbolos; el de la grada que no
como Hugo que su alma era un alma de mil Es un recuerdo escolar. La vida se les ofrece Toros; él se puso unas medias de torero para siente el alma de las cosas, personificada en el
voces colocada por Dios en el centro del mundo aún en estampas y en recitaciones. Las recitaciones asistir a una recepción diplomática. Ni topes ni
como un eco sonoro. Ambos tuvieron el es­ son exactas, matemáticas, yertas. Las imágenes trá­ política: pan. cisne, y la meditación interrogativa del buho
píritu abierto a todos los estímulos, a todas gicas, poéticas. Dos y dos son cuatro. ¿Cuántos son Pan con pan. comida de tontos. Se desgaja co­
ante el silencio de la noche. Nada más. El
las solicitudes de la vida; todo produjo en ellos uno y uno? Uno y uno son una mancha carmín. mo fruto podrido de la rama de los Caines, Don cisne, por más grato que haya sido a Rubén
Ln mismo candor ilumina los cromos y las me­ Caín María Salaverría, sordo por los cuatro costa­ Darío, no es de su exclusiva propiedad. Des­
vibraciones imperativas para el canto, impul­ jillas de los niños poetas. Pero una maldición bí­
sos irresistibles para la creación de la belleza: blica ensombrece sus párpados. De la noche a la dos, duro de oído y de alma, ausente de todas las de remotos tiempos ha tomado la poesía al
Españas: lelo. ave de Leda como tema lírico, y cada poeta
el amor, el dolor, el hondo misterio de la muer­ mañana en ia estampa se enciende el coágulo san­
griento. En las prisas de la despedida, Marañón y Me­ le ha prestado la significación que ha creído
te y el triunfo jubiloso de la vida, sus luchas néndez Pida! dejáronse a Alio Cid a solas con su
¿Qué pasa en Castilla? ¿Dónde está España? más oportuna. El mismo Rubén simboliza en
interiores y los sucesos circundantes de la visión El poeta —ya no hay más que un poeta: Antonio— diagnóstica Don Gregorio —doctor en sexos exac­
exterior, color y línea, carne y psiquis, recuer­ abre sus ojos atónitos ante la traición consumada. tos—, contaba después la anéctoda increíble y ve­ el cisne, ya la gracia, ya la sensualidad, ya la
do y esperanza. Caín ha mirado aviesamente a su hermano, a su rídica. Una tarde se había presentado Pidal en su interrogación ante el enigma indescifrable.
Como Hugo, tuvo Darío la potencia verbal, compatriota; se precipita sobre él. Un Cid apó­ consulta. Por su prestigio y su desazón hubo que Con el buho pasa lo mismo y creo el caso tan
crifo. oriundo del Ferrol, emprende porque sí una anteponerle a las otras visitas. ¿Qué dolor, aque­ notorio, que sólo la insistencia de la torada
el ritmo alado y misterioso, la musicalidad reconquista de signo contrario. España entera es jaba al erudito? Dolor ninguno, pero una angustia
exquisita, la fuerza y la gracia, la virtuosidad una mancha carmín. mortal oprimía su alma. interpretación me mueve a romper mi prolon­
suprema capaz de encubrir en ocasiones el "¿Recuerdas, hermano? Fué una clara tarde del —Dígame, doctor, en un pasaje del Romancero gado silencio. Si erré en la elección de mi acti­
prosaísmo del asunto con el suntuoso ropaje lento verano". he leído que al Cid, antes de entrar en combate, tud poética, es cosa que sólo a mí atañe; pero
Por esta vez el poeta no puede alegar sorpresa. se le agitaba la mandíbula y le rechinaban los dien­ ¿qué motivo habría para una agresión, asi sea
de la forma. Corresponde la profecía a un bolero. Copiamos aquí
De la captación incesante de la hora que la frase textual y atinada, tal como fué susurrada tes. ¿Qué enfermedad tendría? Es preciso aclarar­ en verso, contra el alma de Darío, siempre in­
lo cuanto antes. quieta frente ai misterio universal, siempre sa­
pasa, surge de vez en cuando la poesía impura en los oídos de Don Abel Machado, pocos días
y circunstancial. Pero ¿no decía Goethe —aun­ antes de convertirse España en ascua: A lo que el médico, con sonrisa maquiavélica, cudida de temblor ante el silencio de la es­
—En España, Don Antonio, se van a armar las repuso;
que con alcance diverso— que toda poesía es finge?
Catacumbas... —Miedo, algo de miedo, Don Ramón.
de circunstancias? También es verdad que no ¿Cómo había de pensar en él, de cuya obra
todas las circunstancias son propicias a la ver­ parten tantas direcciones y cuya huella está
dadera poesía, y entonces es cuando ia crea­ fecta, en favor de ambos se inicia ya la reac­ Tiempo es ya de que callen las voces de visible aun en aquellos de sus continuadores
ción estética falla y la obra de arte se malogra. ción justiciera y definitiva. los que, al presenciar su derroche de arte en que más parecen contraponérsele? El fué el li­
Como Victor Hugo, tuvo Darío precursores Acabó Hugo su vida cargado de años y cuanto salió de la pluma de Darío, dan en berador y su poesía es y será siempre emula­
y secuaces de genio; como él dejó a sus póste­ de gloria, con cuerpo sano y mente lúcida que llamarlo artificioso; de los que al ver cómo ción y ejemplo.
ros rico legado, y los herederos de ambos se se rinde a la necesidad inevitable de la muerte. derramó sobre “Prosas Profanas" ¡a más ad­
Darío cae prematuramente herido por el mal Cantan en la obra de Darío alondras y
olvidaron con frecuencia del testador para hin­ mirable virtuosidad de que haya ejemplo, lo
de Musset, de Poe y de Verlaine; pero su obra ruiseñores; pero si queréis que en su blasón
car el diente en las entrañas de aquel a quien tachan de superficial decorador; de los que,
dura, y no puede negarse que desde Góngora lírico navegue el cisne sobre campo de azur,
debieron su opulencia. Los dos pasaron —si impotentes para forjar el verso, que es acero
hasta nuestros días no ha tenido la lengua es­ aquí traigo a mi ave agorera para que le rin­
se me permite recordar un beHo poema de para el profano y cera para el artista, le tra­
pañola poeta de mayor alcurnia. Desaparece da el culto que siempre le ha profesado y que
José Juan Tablada— con la pompa de proce­ tan de ripioso y anticuado, sólo porque tuvo
la leyenda del poeta afrancesado cuando se sa­ se hace más fervoroso cada día, y a que borré
sión de un pavo real entre los asombros in­ el don musical en grado heroico y manejó la
be cómo resucitó la poesía del nicaragüense aun lá sombra del agravio que el pobre buho
comprensivos del gallinero. Contra los dos la rima con opulencia de gran señor. Ellos no
ritmos y formas de la vieja poesía castellana, no tuvo la intención de inferir al príncipe de
crítica malintencionada esgrimió como arma entienden lo que encierra de hondo temblor
la poesía hispanoamericana.
prohibida, la obra misma de sus continuadores y cuando se advierte que las influencias ex­ aquella poesía magnífica, cristalizada en su
tranjeras no fueron para él sino estímulo fe- libro culminante de "Cantos de Vida y Espe­ ¿MrtiZLu ItUti ftr el doctor EiñM Gpapfbr
liberados para lanzarla a la frente del renova­ ea I» etrnttm con <pu lt UiiorrntUi Naritml i» Inúrto
dor. Y para que la comparación sea más per- cundador del genio. ranza", y se indignan de su aristocracia supre­ anuueuwrt ti XXV emurt^m ir 1» ufútrt* A JtaMf CpüW:

’'UNION DISTRIBUIDORA DE Se ha encargado de la distribución, entre otras, de las obras que se citan, editadas por las casas
que se mencionan. Podemos servirle cualquier otra publicación editada en díéxico

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J^^^S^^^§^£oÊ|^^^^5bo^ss5Ssbs5Bsosœ33BB5^b5Bbsb3S35œ^3Mc3^=ï ROMANCE __ ____________________ Pagina 3
A6JS ttd« 4e dxottenia años, por la« vattaa extensio­ Estos juicios contradictorios expresados por Tolstoi

H nes de Rusia vagaba «» jove» desconocido, Alexei


Ptahkov. Caminaba con la» botas destrozadas y ana
asoeAila da libros o la espalda. Por el camino trabajaba pa­
ra panarae la vida, yo «fe jornalero, ya como cargador, bien
LEON a propósito de Gorki, es cosa que perciben también muchos
de los amigos del primero. La dualidad se puede explicar
por la diferente manera en que ambos escritores interpreta­

TOLSTOI
ban la realidad rusa. Reconociendo un gran talento a Gor­
en la construcción de una carretera o extrayendo sal de ki, Tolstoi mantenia una actitud de crítica sobre algunas
las minas, cortando teña o guardando almacenes de pan. de las manifestaciones de aquél. En esto influyó poderosa­
Sn el otoño de 1889 el joven Peskkov llegó a Moscú.
mente el que Tolstoi conocía con preferencia las obras ro­
Poco tiempo antes, trabajando como encargado de la ba­
lanza en la pequeña estación de Krutaia, Peskkov leía a la
juventud local las obras de Tolstoi; ahora, al encontrarse
en Moscú, quería verse, costara lo que costara, con el mag­
y mánticas de Gorki. La manera de sacar al primer plano
el heroísmo de la libertad y de la lucha, la grandeza de la
protesta revolucionaria, todo lo que destacaba en las obras

Maximo Gorki
de Gorki en vísperas del año 190Ò en Rusia, era ajeno a
nífico artista y pensador.
los principios políticosociales de Tolstoi. El camino revo
Para ello tenía también una razón especial. Estaba
lucionario de Gorki era distinto del camino literario de “no
entusiasmado entonces con la idea de organizar, con un
grupo de empleados de ferrocarriles, una colonia agrícola resistencia” de Tolstoi.
al estilo “tslstmano”. “A lo largo de más de mil kilóme­ Por otra parte, si bien las relaciones personales con
tros —recordaba posteriormente Gorki— no tenia ya otro Tolstoi dejaron en Gorki recuerdos luminosos “sobre los
sueño qsm el poder disfrutar una vida independiente, con Entrevistas y Correspondencia días felices por el gran honor de haber conocido a León
amiga, en una tierra que yo mismo cultivara y sem- Tolstoi”, distaba mucho de aceptar sin discusión su obra y,
y con una cosecha recogida con mis propias manos”. sobre todo, sus ideas sobre la teoría de la “no resistencia”.
Pero aquella vez no encon tró a Tolstoi en cosa y solamente Aun admitiendo a Tolstoi como un gran escritor, atacaba
le dejó una carta. siempre a los que le querían transformar en ídolo. Todas
Pasados diez años, en enero de 1900, Gorki visita de las notas de Gorki sobre el gran escritor revelan admiración
nuevo Moscú. Esta vez también el objeto de su viaje era ante su genio y su personal idad, y su obra de 1919, sobre
poder entrevistarse con Tólstoi. los recuerdos tolstoianos, aspira a mostrar la grande y vital
En aquellos tiempos era yo un escritor conocido. Los individualidad de León Tolstoi.
héroes, fuertes y orgullosos, de sus relatos, habían sabido En estos recuerdos, Gorki subraya el carácter contra­
Ucger al corazón de los lectores. Las miradas de los hom­ dictorio del gran escritor. Su tendencia reaccionaria al ra­
bres vanguardistas rusos se dirigían esperanzadas hada ef tificar la filosofía de la “no resistencia”, de poner la vida
joven escritor. Entre ellos se encontraba la de León Tols­ del hombre al servicio de Dios, es completamente ajena a
toi. Mostraba un gran interés hacia la personalidad y el Gorki; pero, en cambio, compartía el sentimiento de las
talento insólito de Gorki. Después de sus conversaciones nobles pasiones humanas que conmovían a Tolstoi. Las
von Tolstoi, A. P. Chejov escribía a Gorki en el año de fuentes del humanismo de Tolstoi las veía Gorki en profun­
1899: “Tolstoi me ha interrogado largamente sobre usted; dísima relación con el pueblo.
la despertado usted su curiosidad; por to que parece, está
. .En su curso Historia de la literatura rusa, Gorki ca­
voatatnoúlo”. En la misma carta,Chejov añade: “Le alabó a
racteriza detalladamente la obra de Tolstoi: “Durante se­
usted -Muchísimo y dijo que era usted un escritor magnifi­
senta años he soñado con su voz severa y franca, que acusaba
co. Le gusta su Peris y En la estepa, pero no le gusta
a todo y a todos; él nos ha hablado sobre la vida rusa tanto
Malva”.
como toda nuestra restante literatura. La significación his­
La primera entrevista de Gorki con Tolstoi se efectuó
tórica de la obra de Tolstoi se comprende ahora como el
en Moscú él 18 de enero de 1900. El ilustre escritor acogió
resultado de todo lo sobrevivido por la sociedad rusa du­
con alegria a su colega y los dos conversaron largamente
rante el siglo XIX, y sus obras permanecerán a través de
sobre Vaiwika Okeora y Veintiséis y una. Tolstoi interro­
los siglos como monumentos, producto de un trabajo tenaz
gaba atentamente a su interlocutor sobre su manera de vi­
ejecutado por un genio. Rus libros son narraciones docu­
vir, «« estudiaba, y qué leía.
mentales de toda la dase de búsquedas que acometió en el
“Dicen que es usted muy erudito, íes verdad! ...¡Es siglo XIX una potente personalidad, con el fin.de encon­
'■‘usted úa auténtico mujik! Tendeó usted dificultades al en-
trar en la historia de Rusia su puesto y su significación.
aontrarse «a uñ ambiente de escritores, pero no hay que
No debemos detenemos en las deducciones de Tolstoi, en su
«mer miedo; diga usted siempre lo que sienta, y si resulta predicación marcadamente tendenciosa de “pasividad”. Sa­
bruteó, ¡no importa ! Los inteligentes lo comprenderán”.
bemos por sus deducciones finales que esta predicación es
¿«Ó» Tolstoi hcdldba de un modo sincero y franco. El profundamente tendenciosa; sabemos también que podía
joven Gorki tuvo que escuchar no pocas observaciones aeer- ocasionar perjuicios e, incluso, que los ocasionó. Todo esto
■bas-sobpé nlgutum partiauhuñdadesde suobra. Pero Gorki ' es cierto; pero por encima de todo esto, quedan en su obra
un él un tobado grands y nueve, cuadros vivos e inolvidables de la vida rusa en todos sus
.^epsdnmdospúioron, Tolstoi le abrasó y le besó msdytíle^ aspectos, quedan relatadas sencilla, profunda y sinceramen­
..etomía. en Lcon Tolsto» te, las vidas humanas, g esta obra es de un valor incompá- '
-/^^¡À^^^'Cpè^.Qoió^Msmnmdcmascsado muy agro-
rabie, coloeal; es algo con que podemos enorgullecemos,
j*
iabismmtr me ha gastado. Es un auténtico hombre del algo que puede enseñarnos a respetar al hombre, a compren­
ío enfermedad del viejo escritor se agravó muchísima y der la vida y a pensar sin miedo sobre todas las cuestiones”.
Gorki salió entusiasmado de su visita. Al volver a su Gorki iba diariamente a Gaspra o enviaba a alguno de los Los pensamientos de Gorki sobre Tolstoi presentan in­
tierra, escribió a Tólstoi una carta llena de gratitud y de suyos a preguntar por su salud, esperando lleno de impa­ terés, no sólo por ser las expresiones de un escritor sobre
admiración. “León Eikólaievich: Le doy las gracias, sí, ciencia las malas o las buenas noticias. otro, sino por haber sido marcados en ella con gran vera­
muchas gracias, por todo lo. que me ha dicho usted. Me Vencida la enfermedad, Tolstoi empezó a visitar a Gor­ cidad literaria muchos rasgos característicos de la persona­
alegro de haberle visto y me enorgullezco con ello. Sabía ki en Oléis. Los dos amigos paseaban juntos; Gorki, a lidad de Tolstoi. Recordando sus conversaciones con Tols­
que, en general, trata usted a la gente con mucha sencillez petición de Tolstoi, leía escenas de su obra dramática toi, Gorki escribía en una ocasión a Chejov: “Todo lo que él
y mucha cordialidad; pero no esperaba, lo reconozco, que me Bajos fondos, hablaba de cosas que había visto en su vida, decía era sorprendentemente sencillo, pero terriblemente
acogiera usted tan cariñosamente, precisamente a mi". de sus peregrinaciones; recordaba las gentes con quienes bueno. Lo importante es la enorme sencillez. En fin de
Tolstoi contestó a la carta de Gorki con una satisfac­ había errado a lo largo de las orillas del Mar Negro y por cuentas, él representa una orquesta, pero no todas sus trom­
ción evidente: “Estoy contento, muy contento de conocerle las montañas del Cáucaso. petas suenan acorde. Y esto, precisamente, está muy bien,
y de que me haya gustado. Aksakov decía (y con mucha
A menudo se unía a ellos Anton Chejov. Los tres iban porque es muy humano, es decir, muy propio del hombre”.
inteligencia) que hay gente que es mejor en su vida que en
de paseo al jardin de'Yusopov. Tolstoi contaba maravillo­ El genio de Tolstoi entusiasmaba a Gorki, despertando
su obra y otra que es peor. A mi me gustaba su obra, pero
samente a sus colegas la vida y las costumbres de ¡a aristo­ en él, literalmente, un estado de ánimo poético. “En reali­
le he encontrado a usted mejor que a sus escritos. ¡Fíjese
cracia moscovita; hablaba de su juventud, de sus encuen­ dad, es estúpido —afirma Gorki— llamar genio al hombre,
qué cumplimiento le hago! Su mérito principal está en la
tros con mucha gente rusa. Las charlas se prolongaban es completamente incomprensible. ¡Qué es un genio! Mu­
sinceridad. Por hoy, nada más. Estrecho su mano cordial-
hasta bastante entrada la noche en casa de Tolstoi, en
mente”. cho más fácil sería viecir: León Tolstoi es conciso y origi­
Gaspra, donde a veces escuchaban al pianista Coldenreiscr.
En el otoño de este mismo año, Gorki y Tolstoi se vol­ nal, es decir, no parecido en absoluto a, nadie, y, además,
Después de una de aquellas conversaciones, Tolstoi, antes esto suena fuerte, singularmente fuerte”.
vieron a ver. El joven escritor llegó a la casa de Tolstoi en de acostarse, escribió en su diario: “Me siento contento de
Yasnaia Poliana. Hacía un dia nublado de otoño, llovizna­ Tolstoi, a pesar de sus relaciones contradictorias con
que Gorki y Chejov me gusten, sobre todo el primero”.
ba; León Tolstoi acogió cordialmente al amigo y, ponién­ Gorki y con la literatura revolucionaria democrática que
Al despedirse de Tolstoi, Chejov Je dijo una vez a Gor­ éste encabezaba en sus manifestaciones, le reconocía como
dose el abrigo, salió con él a dar un paseo por el bosquecillo
ki, como lamentándose:
de abedules. jefe literario y aun criticándole por “bi negación absoluta
—De cada palabra de Goethe se puede sacar algo, pero de todos los princijáos morales”, decía de él al mismo
Contentos de su nueva entrevista, los dos escritores ha­
los pensamientos de Tolstoi se pierden en el vacío. Esto, tiempo:
blaron largamente sobre la literatura y la vida social, con­
querido amigo, es terriblemente ruso. Después vendrá el
fiándose mutuamente y con mucho gusto sus proyectos lite­ —“Me impone, sin embargo, el que Europa le traduce
arrepentimiento, se empezarán a escribir recuerdos y ten­
rarias. La franqueza en las opiniones expresadas permitió y le lee; hay en él, indudablemente, algo nuevo”.
drán que inventarse mentiras”.
a los escritores aclarar sus principios artísticos, sus sim­ Tolstoi comprendía muy bien que esto “nuevo” en Gor­
patías y antipatías. Tolstoi, como una sombra de reproche, Viviendo en Oléis, Gorki satisfizo en gran medida las
exigencias de Chejov. Empezó a escribir pensamientos suel­ ki, era, ante todo, la ligazón de su arte con el proletariado
le dijo a Gorki que en su obra faltaba un poco la senci­ revolucionario, con- el pueblo ruso.
llez; no le gustaba tampoco que tratara caracteres heroicos. tos y aforismos de Tolstoi. Después incluyó estos apuntes
en sus propios recuerdos sobre Tolstoi, admirables por su En cuanto a Gorki, a pesar de su amor y admiración
Gorki, por su parte, no siempre estaba de acuerdo con las
apreciaciones de Tolstoi. Asi, por ejemplo: no compartía sinceridad y maestría. En el mes de junio de 1902 Tolstoi ante el ilustre genio de Tolstoi, luchaba incesantemente
su opinión negativa respecto a Shakespeare, Dostoïevski, volvió de Crimea a Yasnaia Poliana, El 6 de octubre del eontra “el tolstoianismo”, eontra la predicación de la “no
Turgucnev; pero la diferencia de posiciones ideológicas y mismo año Gorki visitó por última vez a Tolstoi. En los resistencia”, que turo indudablemente un papel reaccionar
artísticas no impidió el que las relaciones entre ambos es­ años siguientes los dos escritores no lograron verse, pero rio.' Gorki, escritor que. afirmaba la concepción efectiva y
critores se hicieran en seguida cordiales c íntimas. Tolstoi, hasta el fin de su vida, se interesó por Gorki, y leía activa de la vida, no podía eonciliarsc con la filosofía de
En 1901 Gorki fué detenido y enriado a la cárcel de con atención las nuevas obras de éste. Tolstoi. Esto le permitió cxcribir sobre él su magnífico li­
Xizhni-Novgorod. AI enterarse Tolstoi, se dirigió al príncipe Ei las primeras entrevistas fueron seguidas de una se­ bro de recuerdos.
Sriatopolk-iliraki, compañero del ministro del Interior de rie de apreciaciones positiras de Tolstoi sobre Gorki, en Las relaciones entre estos dos grandes escritores se es­
Rusia, con la petición de poner en libertad a Gorki, te años posteriores este sentimiento se fortaleció, como se tablecieron por una vía compleja. Tolstoi daba fin a una
niendo en cuenta el mal estado de su salud. Escribía al atestigua en las notas que figuran en el diario del propio amplia etapa de desenvolvimiento de la literatura rusa;
príncipe: “Yo conozco personalmente a Gorki y le quiero, Tolstoi. Asi, por ejemplo, hay una que dice: “El mérito de Gorki iniciaba otra nueva. Las entrevistas y la correspon-
no sólo coma escritor de talento apreciada en Europa ente­ Gorki consiste hi que ha sabido revelar la psicología de los dencia entre los dos escritores servían de gran satisfacción
ra, sino también como hambre inteligente, simpático y desheredados de la fortuna describiendo su vida con amor, a ambos, pero sus misiones históricas y sus tendencias lite­
bueno’’. y aunque a veces no es exacta, nos muestra las lados bue­ rarias fucrftn distintas. De aquí todas los desacuerdos, to­
A instancias de Tolstoi, Gorki fué, efectivamente, pues­ nos de sus almas”. Un año antes de Ja muerte de Tolstoi das las contradicciones en las velaciones de estos do» gran­
to en libertad. Poco después marchó a Crimea para mejorar encontramos en su diario una nota diferente: “Esta tarde des artistas, que nunca dejaron de estimarse mutuamente.
su salud. No lejos de Oléis, donde se estableció, vivía en­ íte acabado de leer a Gorki. Todos sus sentimientos son
tonces León Tolstoi, gravemente enfermo. En aquellos días imaginarios, heroicos y falsos: pero tiene un gran talento”. D. de P.
Pagina 4 ROMANCE 15 de Marzo de 1941

STE oficio —sin beneficio— de la pluma, que tuna, olvidarse de lo sabido, saber olvidar. El sa­

E sólo es maléfico cuando se desperdicia en el


fraude, cuando suplanta con veleidades tene­
brosas o aspaventosas la carencia de vocación y
Grandeza y Servidumbre rampión de la retórica se ha de pasar a tiempo,
en ios días fervoróse» de la iniciación literaria. Ur­
ge, pues, adquirir cuanto antes esa pericia retórica
de aptitud legitimas, tiene su decoro —su honor —impersonal decir perfecto— que es legítimo usu­
emancipado y su eficacia para exornar decentemen­ fructo de la belleza múltiple, y eliminarla después
te, sin abuso, lo usadero— en la independencia del DEL en coyuntura propicia, esto es, cuando el autor se
espíritu. La independencia del espíritu es inalie­ jsosesione, con títulos válidos, de su lograda indi­
nable. El escritor que transfiere a otro o a otros vidualidad poética. Los prolegómenos del oficio
su facultad —privativa o exclusiva— de expresión, tienen también su parte árida, difícil, sobremanera
tras de perder el libre arbitrio, queda al arbitrio
ajeno, y como amanuense, aun como sicario de la
malevolencia extraña. Ya sin poder —y en poder
OFICIO LITERARIO penosa. Hay que dejarse poseer para poseer luego.
Voluntaria o involuntariamente, los iniciales conatos
de expresión propia no nos pertenecen: son afanosos
de sus adquisidores—, está vendido. Pero —y no ejercicios de sugestión mimètica, decir reminiscente,
es juego paradójico— nadie compra de buena fe puros ecos. Se aprende a escribir, como se aprende
una gracia que se vende... al mejor postor o im­ POR
a hablar: repitiendo y deformando las palabras
postor ocasional. Porque las conciencias de ocasión ajenas.
—de segunda mano—■ sólo son útiles en las tran­ JUAN JOSE DOMENCHINA
El poeta bisoño no debe tender, naturalmente,
sacciones o trueques de los mercachifles. a la copia servil ni al pastiche vergonzante. No debe
Ocurra lo que ocurra, un escritor legítimo no números matices y es realidad más pronta y expe­ incluso la índole y serie de las vitaminas que lo moverle el propósito de remedar a sus maestros.
se apea de su orgullo. El orgullo del escritor legíti­ ditiva. integran. Estos paladares los usufructúan, según es Pero como, fatalmente, y en contra de su propósito,
mo reside en la soberbia potestad que le corrobora: Bien. No es posible rebajarse a contradecir ta­ notorio, los críticos filoneistas y ¡os cazurros “snobs”, los remeda, el comercio de los clásicos, y no la frui­
en la potestad de escribir —esto es, de inscribir— en mañas mentecateces. La verdad es una e irreba­ indigestos de modernidades. ción exclusiva de los modernos es necesidad peren­
lo futuro, y con tinta indeleble, sus hallazgos ge- tible. “Ln libro bello es —según Valéry— aquel De todo lo anteriormente escrito no debe cole­ toria en la formación o integración de todo numen.
nuinos. No hay escritor que renuncie a esta sun­ que nos da una idea más noble y más profunda del girse que desdeñemos la sensibilidad. Sopesando la El don poético por excelencia es el don de la
tuosa prerrogativa. El fugaz usufructo de los pri­ lenguaje”. Y no hay escritor que no suscriba vehe­ exhortación baudelairiana, es preciso que no se des­ nitidez o de la precisión. Porque nitidez vale tanto
vilegios terrenales, que desala y descabala a los mentemente esta delicada "absoluta”. Por que hay deñe la sensibilidad de nadie. Pero también es pre­ como precisión. <• Vaguedades? Vagancias. Me im­
hombres '‘sensatos", no inquieta al escritor. Este que oponerse al auge de la desfachatez y de la ciso no suponer, como Baudelaire supuso, que la porta repetir algo que ya dije: "La vaguedad poé­
sólo reputa indispensable que le asista la fe —in­ estupidez y a la boga de lo mugriento. Un mínimo sensibilidad de cada cual es su talento. No. La sen­ tica es vagancia. Un poeta vago es siempre un
mensa y ácrona— de sus creaciones y atisbos; que de decoro. Una pizca de reflexión. El idioma no sibilidad no es el talento. Ni la hiperestesia la poeta vago. Y viceversa”. Pero ahora se estila eso
no le encelajen con nubes o nieblas la limpidez de es el “ajo arriero” de las ventas, ni la equívoca genialidad. Y la simulación de hiperestesia, que de la vaguedad. Lo inefable se confunde con lo
su futuro. exquisitez plurilingüe de las mansiones pseudo- ahora tanto se estila, es, además de cínica impos­ borroso. No hay mozalbete que no aspire a detentar
El escritor, que depende por lo exclusivo de sí aristocráticas, cursis. El idioma, para el escritor, tura, mentecatez insigne. como escritor el título de "Príncipe de las Tinie­
y de sus dioses, rinde culto a la proba e ímproba es su bien único. Y no puede consentir sin protesta El afán de exactitud, de precisión rigorosa y casi blas”. Pues bien: hay que sacarse a luz siempre
inmutabilidad de la consecuencia. Perseverando, que este bien único, que constituye su gloria, se científica, que obsede al creador auténtico, debe ser que sea posible.
aprende a corregirse —pero no a mentirse o des­ lo manoseen y percudan, con regodeo y saña, los estímulo que aguije a todos los poetas. Este afán, La labor de un poeta es cosa harto más ardua
mentirse— en el curso de las vicisitudes literarias. iletrados mercaderes de las letras. llevado a su colmo, puede conducir a extremos de de lo que suponen las gentes, incluso individuos
No muda de opinión ni de plumón, como los sabios apoteosis lingüistica que algunos juzgan censurables. que se creen de excepción, y que se imaginan ver­
y las aves que pelechan. Más aún: rara vez se Mal menpr, que no empece. Es preferible incurrir sados en el secreto y pormenor de las letras por el
somete al empirismo folklórico de los proverbios o en rebuscamiento o cataglotismo culterano, cargante solo hecho de ejercer de críticos, ignoran profun­
refranes. Porque dice y siente que "si es de sabios El día que los poetas mozos se persuadan de que profusión terminológica, e incluso en sibilina inacce­ damente las vicisitudes entrañables de un poema
el mudar de opinión”, la sabiduría suprema ha de el conocimiento exacto del idioma es el más rico sibilidad, que no caer en greñuda y zafia negli­ que aspira a ser perfecta No creo que huelgue
residir forzosamente en el espíritu veleidoso y aco­ venero de poesía que tienen a su alcance, la enjuta gencia. La vaguedad u obscuridad por insuficiencia transcribir someramente esas vicisitudes.
modaticio del tránsfuga y del renegado. No. La paramera lírica —ese sector pedregoso y estéril, co­ de recursos es lo que debe considerarse como pa­ Por lo común, el poeta lírico, demasiadamente
consecuencia de un escritor es su patrimonio. Y el lindante con el edén poético, que la holganza y el tente de ineptitud literaria. dócil a las insinuaciones de su musa o consueta, se
testimonio de su autenticidad : los bienes raíces de desamor mantienen infecundo— se poblará amena­ "intuición rara, palabra sencilla: la suma belle­ limita en su actuación inicial a transcribir, valién­
una obra y las raíces de un carácter. Desconfiemos mente de una copiosa vegetación paradisíaca. Lo za”, dice Juan Ramón. Claro atisbo. Pero ocurre, dose de signos ortográficos, el soplo sutil, ahiladí­
del escritor que no exhume con ufanía sus opiniones que se alumbra y fluye en la falda del Helicón, en ocasiones, que la intuición rara exige como ve­ simo, que su numen —digamos numen— le insufla.
añejas. Quien prefiere escamotear el desarrollo de aunque se conozca con el rótulo mítico de fuente hículo idóneo e insubstituible la palabra inaudita, En tal sazón, el poeta es un simple amanuense. Sin
su pensamiento, denuncia un temor harto signi­ Hipocrene, no es sino el inagotable manantial de y en semejantes coyunturas el Solo intento de subs­ embargo, a seguida, descontentadizo, suele volver
ficativo. Dice, a las claras, que’ le intimida el con­ la lengua nativa. titución, de vulgarización, es maniobra fraudulenta. sobre este monstruo inicial, aherrojado en sus pro­
traste —tan retrospectivo como actual— de su ser Todos los grandes poetas han sentido con dolo- Hay que tener el valor de imponer el sacratísimo pias miserias, para manumitirlo, y para manumi­
—o parecer— de ayer con su ser —o aparentar— rosa intensidad el culto del vocablo. La determi­ derecho a la vida que poseen los vocablos exentos tirse él, al propio tiempo, de la obsesionante cus­
de hoy. Es decir, que no arrostra la prueba decisiva, nación. la precisión, la concisión, no son graciosas de gracia eufónica y de simpatía corriente y mo­ todia. Veamos cómo se desembaraza el poeta de
porque no se halla en posesión de un pasado sol­ dádivas, ni trucos fáciles que se improvisan. "El liente. No es una simple cuestión de buen gusto, este engendro primitivo, cómo lo humaniza, cómo
vente. poeta nace”; pero una glándula poética en bruto de estética; es una cuestión ética, de probidad lite­ le dota de viabilidad humana, transferible.
La grandeza y servidumbre del oficio —de este sólo rezuma secreciones inertes. Como ya hemos raria. En último caso, y con objeto de evitar la En principio, un poema es siempre una intuición
oficio netamente oficioso que constituye el menes­ visto, Valéry dice; "J’appelle un beau Úvre celui sustitución y hacerse, no obstante, entender de los cabal; nace, por ende, irréprochable, perfecto. De­
ter literario— radica en la propia esencia común del qui me donne du langage une idée plus noble et menos cultos, resulta licito acudir a ia enumeración purar un poema no es, pues, perfeccionar intrínse­
material primigenio que trabaja el artista. La can­ plus profonde’’. Y Thibaudet, en su copioso estudio o empaste de sinónimos, voluptuosidad que todo camente un hallazgo, sino prescindir de las impu­
tera originaria está al alcance de todos. Todos los sobre la poesía de Stéphane Mallarmé, nos recuerda trabajador del idioma conoce, y que conduce, con rezas que 1a transcripción precipitada de tal hallazgo
hombres, artistas o no, se sirven de la materia prima que éste, "s’atacha avec ferveur a connaître sa lan­ parsimonia gradual y experta, poco menos que a impuso. En rigor, el logro auténticamente poético
que allí se les ofrece. Pero no vale decir que se gue”, y que "la parole fut vraiment le soleil de la traducción del vocablo infrecuente. Sin embargo, es siempre una intuición o sorpresa personal inco­
trata de yacimientos de material en bruto. No vale son monde intelligible”. Y, únicamente porque no y aunque ya es un disminuido y manido lugar co­ municable. El poeta, al crear, se cree a sí propio,
decirlo. Porque lo que allí yace es enjundia ardua­ es cosa de multiplicar las citas, nos abstenemos de mún eso de que la sinonimia absoluta es pura su­ sin necesidad de exegesis ni réplicas ulteriores. Pero
mente trabajada por sucesivas generaciones. No seguir parificando con ejemplos ilustres. Aunque, perstición de gramáticos o prejuicio de remendones el poeta no es —ni debe ser— sólo poeta: al tiempo
existe, por tanto, la tosquedad ingénita del material, por esta vez, se nos' habrán de permitir retiradas burdos, chapuceros, que sólo corcusen chafallos an­ que poeta, es hombre, y, como hombre, se ve en el
sino la rudeza o la desmaña del inexperto y del incursiones en los dominios del prójimo, especial­ drajosos y “Metes” del idioma, el empaste de sinó­ trance de distentir, de aprehender y de aislar su
burdo que osan separarlo o arrancarlo inadecuada­ mente en los de Valéry, cuyo cercado se nos antoja nimos —ardid no solamente lícito, sino plausible, hallazgo: en el trance de escribir o transcnbir lo
mente de su entrañable criadero. más bien gavilla o espicilegio irreprochable de cla­ por ser regalada fruición de matices lingüísticos y sorprendida Al llegar a este punto, el poeta no
Insinuar por lo elegiaco, y entre plañidos, que rividentes atisbos. bordón de lectores bisoñes— se toma zafiamente atxhca de su rango, pero se sitúa al margen de sí
el poeta, el novelista, el dramaturgo y el filósofo En poesía, toda concepción viable es hija dolo- por alardosa exhibición de léxico, o por perplejidad mismo y cede su {tuesto al escritor. Y el escritor
sólo disponen de las palabras para la creación de su rosa de la inteligencia. Y aquel poeta que, despojan­ y falta de tino en la elección de vocablos. Mtúa como escritor y como lector coajontanrante.
obra, es obtuso perjurio, flagrante desvergüenza. Por­ do a la inspiración de su atuendo de aparición Lucha sin tregua, agonia sin término: así es la Ea tal coyuntura, ya se discierne y se opta. Es'el
que a este aserto mendaz cabe oponer que el poeta, fugaz y súbita, y de su prestigioso prestigio de creación. “La guerra —-llegó a decir Nietzsche, re­ momento critico de la estancia critica: instante
el novelista, el dramaturgo y el filósofo tienen a gracia o privilegio que otorgan los dioses, tal cual firiéndose a la pugna de la prosa con la poesía- impuro de ia transacción. Porque se tra** de uta
su merced o disposición libre nada menos que la vez, a los poetas, la identificó resueltamente con es la madre de toda buena prosa”. Y de toda poesía, transacción- El poeta no datuficat pero transige
ciclópea existencia varias veces secular de “todo el trabajo asiduo, puso el dedo en la llaga., Ins­ añadimos nosotros. El fervor idiomático se nos an­ aviene a una fórmula. Se resigna a que su sacras o
un idioma". piración, en efecto, es trabajo. Como perfección es toja también, y sobre todo, atalaya de altanería, alter ego, el escritor, aplique su oficio improvisando
No. El artista y el hombre de negocios no se trabajo, según Valéry, Entendiéndose que con esta insuperable para otear y descubrir desde lejos las una paráfrasis. Porque el creador, al margen, tiene
valen, en rigor, genuinamente, de materiales idén­ indole de esfuerzo o de ejercicio no se alude a eso más larvadas ingerencias. Trabajar el estilo es algo ante sí el esquema poético esencial, sólo para él
ticos cuando utilizan los mismos vocablos. El idio­ que alguien llama jactanciosamente y en provecho más que pulir la forma. Por ejemplo: al escritor asequible, y tiene, al propio tiempo, en sí y sobre
ma, lo que tiene de sagrado y de imperecedero el propio "capacidad de trabajo”, y que no es, por escrupuloso que procura evitar una asonancia —y si, aguijándole, el deber, la comezón y aun diríamos
idioma, se ofrece a entrambos por igual, indiscuti­ lo común, otra cosa que grafomanía, contumacia, una asonancia, según Flaubert, debe siempre evi­ la urgencia de transferir su hallazgo. En esta co­
blemente. Pero, en el trance de adquirir el discer­ obstinación de posaderas y resistencia acemilar. tarse— se le plantea una cuestión agónica. En yuntura —realmente trágica— se hraojau los sober­
nible tesoro, se evidencian, como inefable paradoja, Pero es indudable que los partos del ingenio buena ley, los vocablos que suscitan el conflicto bios ímpetus del liró¡oro superhombre, y el poeta
la destreza y avidez del artista y la manquedad y adquieren dignidad por el dolor, como los de la — "no hay sinónimos"— son insustituibles. Por ende, divino se trueca en escritor humano, y humana­
desgana del hombre de negocios. hembra, Claro está que los poetas inmorales, sin de no transigir con la asonancia, y en la imposi­ mente escribe, como mejor se le alcanza, jpero a
La odiosidad que suscita el arte del escritor enjundia, los poetas del ruido, eluden el atroz des­ bilidad de avenirse al cambalache fraudulento, sólo sabiendas de que lo que produce es sólo una ver­
—cuando este arte es auténtico y entraña señorío garramiento valiéndose del truco, añagaza o cloro­ queda un camino: imponerse una nueva redacción sión aproximada, una facticia réplica del logro cabal
absoluto del idioma— es evidente, y su origen, harto formo de la técnica. Pero, como ya hemos dicho del período "dañado". Pues bien: esta agonía y que aún le estremece. Está tragedia íntima, que
palpable y obvio. No incurre en suspicacia Duha­ en más de una ocasión, de nada les sirve esa ar­ elaboración de la materia artística nos lleva no pocas acongoja y entenebrece el ánimo del lírico veraz,
mel al afirmar que en los bolsillos de toda criatura gucia; de nada que no sea el escamoteo de la difi­ veces hasta el logro perfecto. El fondo exige buenas ha de tener —y tiene— una compensación, que
humana cuya edad rebase los doce años se encuen­ cultad. Porque producirse sin pena equivale a pro­ formas. nadie que no sea absolutamente obtuso se resolverá
tra siempre un escritor, un poeta, que se logra o ducirse sin pena ni gloria. Anodino --"sin dolor”, En'rigor, el conocimiento del idioma es aprendi­ a discutirle: el derecho a decir exactamente lo que
se frustra. El hombre que se logra como escritor, etimológicamente— vale tanto como insubstancial, zaje a ultranza, menester arduo que coexiste con el en un principio intentó y no pudo expresar de ma­
como poeta, se abisma en su quehacer, o se ensi­ insípido, sin gracia. Y esto no quiere decir, natu­ individuo, quien alcanza saber magistral sin perder nera inconcusa, esto es: el derecho a corregir o
misma. y, atendiéndose, ateniéndose sólo a su ser, ralmente, que el dolor y el trabajo por sí solos afán inquisitivo y fervor de aprendiz. Bien está, depurar infinitamente, si así lo estima oportuno,
a su solo existir, que es el ser o existir del poeta, garanticen la autenticidad del fruto. Una gestación por ejemplo, la iconomanía de los jóvenes icono­ la versión escrita de sus creaciones poéticas. Dere­
vive o “se vive” esto es, escribe siempre de acuerdo, laboriosa no es nuncio infalible de parto feliz. A lo clastas. Pero el poeta ha de ser, para ser, elocuente, cho que es, además, un deber, y un deber ineludible,
aunque en perpetua lucha, con el acervo esencial peor, como cuando' la tierra bramaba, "parturient convincente, suasorio. Hay que retorcer el cuello a y que no menoscaba ni en un ápice, contra lo que
que su idioma le suministra. Pero los malogrados montes, nasceur ridiculus mus". la pseudo-retórica o retórica, a la fluencia verbal
y frustrados, que suelen enconarse y escomerse a se afirma, la autenticidad del acento ni la esponta­
Pero hay algo más que inapetencia lingüistica inmotivada, bizantina; pero no a la elocuencia. El neidad de la creación. ■
causa de su frustración, se obstinan y retestinan en en determinado sector de la mocedad literaria. El poeta que es, es diserto y suasorio; habla un idioma Por desdicha, no todos los cultivadores de las
la vergonzante contumacia de escribir a hurtadi­ de precisión que siempre persuade. Y cuando no letras comparten este criterio riguroso. La técnica
llas, desazonándose en ese lecho de Procusto que desafecto por la exactitud del idioma corre parejas
entre los jóvenes fabricantes de poesía social y pura acierta a hablar ese idioma de precisión, escupe holgazana de “la inspiración intangible" cuenta, na­
es el anonimato, y de malsinar verbalmente, en pú­ despropósitos y dice,, sin querer decir tal cosa, por turalmente, con muchos adeptos. “La vida no ad­
blico. a costa de los escritores genuinos. _cuyo saber puramente facial no consigue exone­
El arte de escribir noblemente es, sin duda jfe rarlos de supersticiones— con el odio hacia la inte­ supuesto, "que hay que retorcerle el cuello a la mite correcciones”, aseguran, con prestanciosa su­
ningún género, la sumidad del arte, el arte sumo. ligencia; odio que contrahacen o simulan por livia­ elocuencia". ficiencia, los sapientes y negligentes varones, que
nos motivos estratégicos; pero que, a la postre, El creador de poesía debe atender siempre a la son, según confesión propia, incorregibles. Allá ellos.
En un principio fué el verbo, que es substancia evi­
terna. Habla y escribe precisamente, exactamente, llegan a sentir. Indudablemente, según el criterio norma o canon del interés, sin pasarse jamás, sin Pero conste que la infalibilidad no es atributo hu­
desaforarse ni aun intelectualmente, porque esto mano. Y que esa tesitura, esencialmente antipoé­
auien de manera exacta o precisa concibe su pen­ de esos mozos, la obra poética debe ser segregada puede ser prurito de recoger la racima por obsesión tica, que adoptan los conspicuos de la haraganería,
samiento. Hay oue huir de las plumas fáciles o desi­ por el páncreas o el cuerpo tiroides, y no producto
diosas que se producen con celeridad, pero a trancas de la inteligencia condicionado por la sensibilidad. de dejar las cepas mondas. Debe asimismo nutrir­ sólo es parangonable con el concepto burgués de ia
y barrancas, por aproximaciones, inexactamente. Porque apenas atisban una insinuación de pensa­ se de lecturas enjundiosas, suculentas; es decir, no caridad. Una y otro, en efecto, dan por buena y
sólo impregnarse en ese halo o aura espiritual que entrañan idéntica pretensión: la pretensión —ho­
Urge evitar el resabio, pero no el escrúpulo. No miento en el logro artístico, cuando ya lo diputan envuelve a cada libro, sino también anotar, desen­
existe paridad entre el escritor resabiado v el es­ de mazacote o grupo ázimo indeglutible. Y lo cu­ rrenda— de que no se desperdicien los desperdicios.
critor escrupuloso, antes son antitéticos. Hoy por rioso es que no existe fermento que así esponje y trañar y desmenuzar la significación exacta de los En poesía hay que establecer distancias; a ser
hoy. no se atribuye gran importancia al dominio preste ingravidez a la materia del idioma como la vocablos cuyos sentidos no posea con absoluta pre­ posible, distancias inmensurables. Una cosa es el la­
del lenguaje. Se sujxme que es cosa adventicia, y levadura mental. Lo que no hace la inteligencia es cisión. No se trata de la numerosidad del léxico tido cordial, que la inteligencia recoge, purifica y
más que secundaria, supernumeraria, i I lorror de producir esa hinchazón, tumefacción o embotamiento tan sólo: se trata especialmente de la eficiencia y consagra, y otra, el corcovo del instinto, que la
horrores! Mal que les pese, "forma’’ es también que origina la sensibilidad en bruto a que los ri­ precisión del verbo, que encama en la verdad, rutina aprovecha de oído con un consonante, in­
madores estólidos se aficionan, y que constituye cuando encarna. Por lo demás, nada imjxrrta que flándolo de retórica y dejándolo a la pública ver­
"esencia", y vale igual que “fondo". Decir exacta­
mente una cosa es, en rigor, crearla. Las preocu­ precisamente la masa amorfa y sin leudar que re­ en esta tarea el escritor tome y aún exhume direc­ güenza rematado —esto es, exánime— en gerundiada
tamente del diccionario alguna palabra que logre o pampirolada insigne. El afán de precisión no es,
paciones estéticas son preocupaciones ideológicas, pugnan los paladares exquisitos. "Un poème doit a la postre, sino afán de verdad. Y de nada valen
i Menguado escritor aquel que desdeñe o finia des­ être une fête de l’intellect. 11 ne peut être autre subyugarle. Teófilo Gautier dijo que no conocía
deñar el lenguaje! Para escribir noblemente, exac­ chose”, dice Paul Valéry. Y nuestro Juan Ramón libro más digno de ser leído por un poeta que el los subterfugios, más o menos cómodos, de la sino­
tamente, hay que sentir la emoción etimológica de Jimenez descubre, en un poema inolvidable, que "la diccionario. nimia. Una rima difícil exige una única verdad,
sea o no consonante, y no un ripio. La poesía no
los vocablos. La expresión directa —auténticamen­ frente es el cielo del corazón”. Claro está que, La poesía también es oficio. Todo aprendizaje
es el reino de las hormigas blancas.
te directa— rara vezóla produce el vulgo: la crea como dice el primeramente citado, "la pensée doit vive la fruición y superación de la dificultad. Ante
el pueblo, que no es vulgo iletrado. Tal vez deba être cachee dans les vers comme la vertu nutritive todo, hay que hacerse con la técnica, esforzarse en * « *
instalarse una dictadura filológica. El idioma no dans un fruit. Un fruit est nourriture, mais il ne la doma de los vocablos. El Poeta —con mayús­
se puede dejar a merced de los tragavirotes, que paraît que délice”. Evidentemente. Esta es la sa­ cula— ha de señorear las huestes de su idioma, la Se dice por ahí —en un "por ahí” que a todos
sienten la ufanía de su ignorancia y que nos hacen zón de todo fruto poético. Y cuando un fruto sobre­ rebeldía del ritmo y la repugnancia al cabal mari­ nos embarga— que actualmente, por instinto y gusto
el honor de saturarnos jactanciosamente de su bes­ pasa ¡a madurez se convierte en colgajo serondo. daje que manifiesta la rima. Ningún molde tradi­ de todos, todo es política., Y que lo demás, lo que
tialidad satisfecha. Ahora se estila decir —lo dicen, Pero, aunque el pensamiento vaya perfectamente cional. clásico, —soneto, décima, octava real, cuar­ no es política, lo que a nadie importa, es literatura.
con zafia pedantería, todos los herejes o heresiar- disimulado en el gusto o aroma de la creación poé­ teto. lira— es recusable. Al aprendiz inteligente no Pues bien: el escritor que no se pronuncie inequí­
cas de las bajas letras, los frustrados sin remisión— tica. los lechuguinos poetizantes —que yo llamaría, le es lícito fingir ese cómodo desdén que los burri­ vocamente en favor de eso que huelga, de lo que
que sólo hay un numen fecundo: el del interés. utilizando un retruécano lícito, poetimetres. de no ciegos de la falsa modernidad simulan hacia esos está de más, de lo que vino a menos, de lo que con
La eficacia del escritor contemporáneo, «egún ellos, tener a mano el memorable cognomen de poetisos, moldes o continentes clásicos, arquetipos de los que él decae y se moteja de supernumerario, pondrá
estriba en decir cosas interesantes y útiles, a la bue­ que tan precisamente les cuadra—• repugnan tal con­ ellos no saben obtener ni desmedradas réplicas. Las con su silencio la apostilla final a la peyorativa e
na de Dios o a la pata la llana. .'El matiz? -Qué dumio. Porque hay palabras de precisión, científi­ maestria no se logra con jactancias e ignorancias. infeliz especie que "por ahí” se propala. El escritor
cosa es el matiz? Un buen chafarrinón vale por in­ cas, que descubren en el trozo de pulpa inviscado Ante todo, hay que saber, y luego, en sazón opor­ tCtnttmiu n ta fitina ¡4)
15 ok Mamo oe 1941 ROMANCE Pagina 5

I. ANDANTE —¡0k, no! —dijo él—. La boca- es de su madre

_ Al nombre de los Adams, en Basto»,


como al sonido de ta lira de Orfeo
ALEJANDRO y esa dulzura que en sus ojos mansos
parece la mañana recogida,
agua de luz verdosa, en la copa de un valle...
en los llanos pantanosos de Beocia,
surgen maravillosas estructuras,
puertas abiertas a todos los caminos:
Hamilton Y más que las palabras era el tono
de voz lo que llevaba angustia,
solicitud desesperada,
Mont Saint Michel en peligro del mar de que su hijo fuese diferente,
(piedra sobre piedra sostenidas par milagrosos arbo­ como si algún destino tenebroso
tantes) SONATA le hubiese dicho: Vengo por tu cara
que un sol de nueve siglos roe en vano en la cara del niño
y lamen los aullidos de un viento sin fin, para sembrar dolor que eche raíces
podría ahora derribarse al abismo POR entre los tiernos músculos
00» sólo un leve susto de gaviotas; y le dejen arrugas imborrables,
SALOMON DE LA SELVA y él contestase con aquel aplomo
de los que ya perdieron la esperanza
y Chartres con sus flechas impecables
de salvación y luchan con fiereza
g el portal de la Virgen filósofa
de condenados: ¡No, que el niño es de otra cara!
reina de Salomón g de Aristóteles,
¡Fijarse bien que es de otra cara mi hijo!
con el vitral glorioso del Arbol de Jesé
g el júbilo de arcos iris en danza * . .
que cantan en colores por sus naves, . Esa noche
ga puede ser el blanco de las Berthas monstruosas, cenaría con Washington.
Eran de mucho rumbo
los otros invitados:
Porque en el libro de un Adams —Henry Adams— Monroe y su esposa, jóvenes
dora g precisa, y virginianos:
áurea g preciosa El, orador florido;
minucioso g magnifica ella, la más famosa de todas las bellezas
como una abeja en ámbar,
de Norteamérica y a quien Francia misma .
su belleza está a salvo
llamaría la belle Américaine.
hecha palabras.

Por eso
Y Henry es sólo un Adams: ¡Bag docenas! quería Hamilton que su mujer probase
La estirpe de los Adams es edificio fuerte: a superarse en lujo y señorío,
Cinco generaciones como cinco moradas, que vistiera brocados de la India
como orneo torreones de castillo, y las perlas dé Java;
como torres g cúpulas de un templo, y el chico tuvo que irse
g la basa del todo aquel zorruno con sólo la institutriz sureña
puritano manido g presuntuoso al sacramento de meterse en cama.
que fué el primer Adams presidente, Ya el carruaje estaba en la cochera,
fundamento de granito recio g duro, los caballos piafando,
acantilado de prejuicios basálticos, y Hamilton consultaba su reloj
que ajeno a las ensoñaciones sutiles recordando que a Washington
de que sólo so» capaces los hombres prácticos, le irritaban las gentes impuntuales,
a stdvo ooutra el usar fuerte g contra el viento, por lo que —¡Vamos, Elizabeth! —decía—
sordo ai contrapunte florentino, o echaremos carrera peligrosa!—
muí entendía g mal quería a Hamilton. Y ella: —¡Un momento, sólo es un momento!
Tengo que verlo antes de que se duerma
o no comeré a gusto...
USCHERZO
Y fué un momento corto su tardanza,
■. fniMimÍ nffríifiim ialó. SaLOMOÓHE LA So-sí pero tiempo battante
para que Hamilton, herido, recordara
áe los flacos áesüozz áe s» madre, ¡Pero considerad ti fondo de vergüenza hasta qué largas horas,
de Hamilton el único!
/oeríe <e ewta p**» oer eí toí toda la noche a veces, él se estaba,
encabriólas de bao sobre las olas, acurrucado y dormilón e incómodo,
supo mirer, sin deslumbrarse, el alba Su mujer, que era Schuyler, criada en muelle afuera de la puerta de su casa
del Día Yanqui, g al claror primero tradición de limpiezas holandesas, oyendo al mar gemir
se puso a trabajar hablando océanos con alma de interior de Van der Meer, y viendo sombras, sombras, en la playa,
—Neptuno mismo— para edificar Troya hecha a colchones suaves y sábanas aseadas esperando g que el huésped de su madre
donde, eternal Helena, la belleza, donde el amor se hunde y reblandece, se largase, y poder meterse en cama
del mundo hila raptada g teje tela de oro. era poco dulzor para aquel temple al lado de ella, tibia,
fundido en fuegos acres. cansada, sin palabras,
curvada como luna,
Y era orgullo de océano él de Hamilton Los frescos muslos y los brazos frescos su cabellera como florón de palmas.
—Neptuno mismo— en rosicler que de ellos mismos mana,
terco para batir acantilados, los pechos blancos de azuladas venas
raudo para mover arenas crepitantes, con transparencias como de porcelana,
de empuje brioso g de fatal resaca: no pudieron, es claro, amansar el martirio IV. RONDO
infinito de Hamilton,
La mujer de Monroe, bella ciertamente,
Por quítame esas pajas, en un llano
Y el primer Secretario del Tesoro, como rosal de la cintura arriba,
de gerbo seca, envuelto en gris nebltna,
el que le redactaba los discursos a Washington, de la cintura abajo
se dió de tiros con rival político
el que hizo la Unión Americana como cascada de lustrosa fuente,
(enemigo de México, por cierto)
sobre base económica
g así murió. En Wall Street descansa.
(¡Mont Saint Michel en peligro del mar,
si hubiese sutileza entre los Adams!), No es una para Hamilton, no es una
Antes había dicho por cuyo sortilegio se poblaron como su- esposa es una,
Washington de él, viéndolo en los combates: los Estados agrícolas de fábricas sino muchas mujeres,
—Es el enamorado de la muerte. (¡Chartres la de las flechas impecables, que así se goza el mar ante la luna.
si hubiera misticismo entre los Adams!)
el padre de los Bancos
Toda mujer es nombre y todo nombre es número.
Y este bravo (¡Helena es oro en bóvedas de tálamo,
Toda mujer es vaho de niebla, tibio y húmedo,
de voz de mar y de alma tempestuosa inocente y brillante y resignada!),
de barro al sol, temprano, de mañana.
palidecía, sin embargo, fué adúltero en secreto:
y la soberbia boca suya se amargaba Pecador vergonzante
caída de los lados, se dió a una aventurera de ojos negros, ¡Cómo se esfuma, cómo se levanta,
y la sal de su sangre fluía en amargura, pagó chantage y tuvo tratos ruines cómo se pierde imperceptiblemente!
y en el fondo de su ser seres lamosos para justificar el pecado de su madre
La mujer de Monroe habla francés, y canta.
de escames verdes se envolvían y no erigirse en juez
del ardor de su sangre.
fríos y ateridos en vidriosas
fosforescencias lívidas La mujer de Monroe, ¡Dios, qué delicia!,
cuando el Adams primero de los Adams famosos, es la boca de Flora, cabellera de Alicia,
III. ADAGIO
zorro bien informado, cdUadito untado vientre de Clara o de Mercedes,
le decía al oído: —Hijo de puta! la mirada es Emilia o Julia o Delia,
A veces la conciencia de la herida Amalia es la sonrisa y Cecilia las manos
que recibió en la infancia tejidas de algodón y lino y seda
Igual que el padre murió el hijo, en duelo, era dolor insoportable. mejor que sus mitones,
y no hay familia Hamilton. Con el nieto Esto lo entenderán los dispépticos Judith el cuello, y la gracia con que anda
finó el linaje que en las Islas Vírgenes y los que tienen ulcerada el duodeno,
—más reina que las reinas—
inició la hugonota desdichada si en vez de estómago y de tripas
es la ele y la ene de Yolanda...
que fué burla de amor entre marinos. consideran eso otro que llamamos el alma.
Cierto que abuela puta no es lo mismo
que puta madre, y bisabuela es menos, Así, una vez le impresionó, en la tarde, ¡Cómo se esfuma, cómo se levanta,
y «i hubiera descendientes de Hamilton que le dijeran, cuando cumplió siete años cómo se pierde imperceptiblemente,
ya delante de los Adams no se pondrían pálidos. el hijo suyo: —¡Señor, es su retrato! la mujer de Monroe que habla francés y canta!
Pagina 6 ROMANCE 15 de Marzo de 1941

i Si su corazón no blinda,
tendrá amores Rosalinda.
MERIENDA Y FUGA
¡Extraña situación! “Estos cartelitos —piensa
STE sabroso cuadro que tenemos delante Orlando— han transformado la escena. Quise con­
vertir el bosque en un laboratorio científico y me

E podría también ser llamado “Merienda


campestre”; no falta en él ni el peligro
del toro. El paraje —bien eseogido por Rosalinda—
es uno de esos pocos refugios del bosque donde
coinciden todas las delicias de la intemperie sin
ha resultado una sesión de juegos florales donde
se recita a Shakespeare. Alguien quiere gastarme
una broma, pero quien se va a reír soy yo...” Y
abandona su ribazo, se sube a un árbol, se emboza
ninguna de sus innumerables contradicciones. en las ramas y aguarda, máquina en mano. Se­
He aquí una leve hondonada, bien mullida de guirá con su máquina todas las evoluciones del
césped —salpicada de margaritas—, de la que un intruso personaje...
grupo de álamos corpulentos alejan los rayos más ¡Una mariposa! Y ésta, seguramente, por bus
potentes del sol, escogen los más suaves para fil­ espejitos, por su magnitud, por su color de miel,
trarlos, para desparramarlos finamente sobre el es la “citheronia regalis”. ¡Qué fortuna, recibir
grupo. Son como gigantes frente al gran enemigo a tan ilustre huésped!
celeste, al “luminoso toro”. Gigantes bondadosos Comienza a “tomar” la escena. El éxito le hace
—son, al fin, de cuento de hadas— que tienden vibrar, arder de entusiasmo. La mariposa se de­
en lo alto sus recién estrenados tapices —verde y tiene en uno de los cartelitos y Orlando puede a
plata— mecidos, como jugando, por el viento. Co­ su gusto recoger el vuelo, todos loa movimíentoa
mo jugando, porque la tarde no tiene empeño nin­ del artrópodo. Pero —¡oh, sorpresa!— la mariposa
guno en acabar sus faenas y todo en ella avanza había sido perseguida por alguna incógnita ena­
a pasos lentos, en plena fruición de perezosos morada del poeta, por alguna Rosalinda...
minutos: agua del arroyuelo, delgado airecillo, sol, ¡Aquí está! Y con ella irrumpe en escena todo
voces lejanas de una pastorcilla que está aguar­ mayo. Trae el sombrero en una mano. Es alta,
dando —como otras tardes— el momento de dar delgada. Su aire es de salvaje. Sus ojos tan pro­
remate definitivo a los restos de la merienda... fundos como atrevidos... ¡Con qué fruición ae
Todo se resiste a la llegada de la noche. apodera de la "citheronia regalis” y se la lleva
oculta en el sombrero! Pero —¡cruel castigo!—
Pero algo, aquí, tiene prisa: el amor. Se ve allí quedan, dentro de la máquina, sus ojos auda­
que la pareja Pepe y Sara como la pareja Raquel ces, su sombrero, sus Tinas piernas, sus hombros
y Juanito querrían acaparar solos la risueña em­ armoniosos, su ágil paso de bailarina griega, todos
briaguez de la tarde... Porque el grupo se com­ sus movimientos, todos sus perfiles de personaje
pone de estos personajes: Lutgarda —madura anticientífico, de tan aturdido —como delicioso—
institutriz de las hermanitas de Sara—; Sara y ratero...
Raquel, con sus enamorados Pepe y Juanito; y Ro­ Encantador ente anárquico que intenta destruir
salinda. Lutgarda representa aquí la vigilancia el severo laboratorio de Orlando, que comienza a
maternal, aunque también cierta pedagógica fe­ arrancar aquellos trozos de tela donde no consi­
minidad en declive, tal vez en derrota; los cuatro guió leer su nombre. ¡Duro castigo le aguarda!
enamorados, ya se ve que representan al amor en
creciente ni
¿Y Rosalinda? Precisamente queremos hoy
contar una de las historias de Rosalinda, de la MURMULLOS DE LA SELVA
auténtica Rosalinda que un dia brincó y gritó su
vehemencia por el bosque de Arden, en busca de
un amor peregrino. mariposas. Rosalinda la contemplaba de nuevo,
Cuando la merienda termina, acaba la escena como quien contempla un menudo premio de lote­
colectiva y principia la individual. Sara y Pe­ ría concedido a quien esperaba tropezar con d
pe se alejan de este montón de loza y de cristal, premio mayor. ¡Una mariposa en vez de un amor!
y se sumergen en un sendero bondadosamente Pero ¿por qué unos trozos de tela o de papel
abierto por las hadas madrinas del bosque para llegaron a ensanchar tanto el campo de ambicio­
enamorados discretos sin gran ímpetu, para los nes de Rosalinda? Tal vez se le abrieron Am»,
buenos amigos de la esperanzada fidelidad... siado pronto las puertas de la gloria, y, en el
Juanito —fogoso don Juan— y Raquel, la morena mismo umbral, queda atónita, defraudada. Î-»
Raquel, se filtran —en cambio— en una maraña mariposa se dejó atrapar tan fácilmente porque
verde y ocre, malignamente espesa, enredada, alguien le había preparado allí, al pase de cual­
para enamorados impacientes, violentos, voraces, quiera, la pegajosa red... ¿Cómo no acudieron
declarados enemigos de toda esperanza. antes de recoger tan peregrino ejemplar? ¿Quién
Lutgarda y Rosalinda quedan allí inmóviles, preparó la emboscada?
como las estatuas —púdicamente vestidas— del Lutgarda, al llegar Rosalinda, se despierta, no
Otoño y la Primavera. Lutgarda querría comen­ poco sobresaltada, preguntando:
zar un diálogo, pero Rosalinda prefiere continuar —¿Y Sara? ¿Y Raquel? Ya oscurece. ¡Hay
su monólogo. Un monólogo interior del cual se que volver a la cindad!
desprende —inesperadamente— esta aleluya: Rosalinda nada contesta. Contempla embelesa­
da su hallazgo. Lutgarda, al verlo, prosigne:
De lo que el mondo nos brinda, —Ignoraba que te hubieses dedicado a casar
lo mejor es Rosalinda. mariposas. ¡Sólo eso te faltaba, querida! ¿Cuándo
vas a tener seriedad?
Lutgarda, sorprendida ante tan inesperada ex­ —Seriedad... ¿Par* qué? —tepüea aturdida­
plosión lírica, pregunta: mente Scoaiinda.
—¿Qué es eso? ¿Estás soñando? —Tistes «tía, puesto que disfrutes de «coas
---- Sí. Estoy soñando, despierta. Acabo de en­
trar en ese bosque maravilloso donde los árboles
en vez de producir bellotas, producen sonetos,
URLANDO EL £ ACIFICO aradlo mejores. Per* la juventud pas* y laseñe-

no es bello. AM tienes a laasaárede&ra, moue»


décimas, quintillas... Y donceles con laúd. de viudas, ejemplar admirable dri gfesMo de guías
Lo dice entornando los ojo6, entreabierta la de la juventud... Mejor dicho, de ángeles del.
boca, todo su cuerpo estremecido de júbilo como POR hogar...
si ya su sangre corriese alborozada siguiendo el Y Lutgarda prosigue Mu discurso moralíxador
ritmo shakespiriano. Lutgarda se encoge de hom­ BENJAMIN JARNES en plena indiferencia del auditorio. Porque Rosa­
bros y se acomoda en la hierba con tal deleite linda, entonces, anda volando de ruma en wm»,
—bajo tan suaves caricias del viento y del sol— a un kilómetro de alli... “¿Quién será —piensa—
que pronto se queda dormida, bien lejos de pensar Rosalinda vuelve la cabeza en todas las direc­ foto de los árboles, y, antes, escógelos bien... Ya
sabes que conferencias sin fotos son conferencias el cazador invisible? Seguramente un larguiru-
en inútiles faenas de esbirro... (Allá las parejas ciones. ¡Nada! Se interna en dirección de un ruidi- cho viejo de cartón, barbado, o tal ves con sólo una
se entiendan directamente con su concepto del pu­ Uo sospechoso, que creyó oír. ¡Nada! Tal vez sea perdidas... perils de esas que tanto nos hicieron reír cuando
dor! una risa, disimulada entre el desaforado piar de —Querrás decir vacaciones... —interrumpe, leíamos las novelas del siglo XIX, y se nos apare­
Se han perdido entre los álamos, la ruta de dos pájaros que riñen... Desilusionada, se dispo­ riendo, el joven Orlando, a quien, a su vez, inte­ cía el autor en la cubierta. ¿Quién será el cazador
cada grupo forma un ángulo —desmesuradamente ne a arrancar los cartelitos, pero sus manos, sus rrumpe el fosco padre: invisible ? Irá desastrosamente vestido. ¡Hablará
abierto— con la del otro. ¿Cómo Lutgarda podría finos dedos se pegan a la tela, como untada de­ —Tú, ¡siempre tan frívolo! en un idioma mixto de lengua viva y muerte! Al­
partirse en dos? Es preferible quedarse durmien­ miel; quedan allí presos un instante, como la ma­ —Sí, papá. gún ignorante del arte de amar, como no esté
do en el vértice de estos dos caminos del amor. riposa, hasta que bruscamente se desprenden...
El ruidillo se vuelve a oír. Alguien —tal vez —¿No se te olvida nada? escrito en latin; algún tipo insociable, embobado
Tampoco los enamorados escasean los modos de —No, papá. siempre ante su vitrina, rodeado de bichas dise­
no entorpecerse mutuamente su marcha hacia al­ un gnomo— está conteniendo la risa. Rosalinda, cados por todas partes... Pues, este ejemplar ha
guno de los siete cielos. más que nunca enfurruñada, abandona corriendo —No lleves contigo a nadie. Recuerda que. tu
dejado de verlo para siempre, ¡tan lindo! ¿Par
Y a Rosalinda, tan soñadora, ¿no le basta con aquellos troncos donde cada cartelito parece ya excursión ¡es puramente científica! ¿Leiste bien qué la sabiduría y el amor habrán de resistirse
cerrar los ojos —en plena quietad— para recorrer hacerle guiños burlones... Y se lleva la mariposa el manual? a vivir juntos?”
todos los caminos, tropezar con todos los donceles, de oro que —¡oh, maravilla!— lleva cuatro espe- —Sí, papá. Ella —Rosalinda— tiene del sabio, en general,
escuchar todas las músicas, recitar todos los ma­ jitos en las alas. ¡Se dejó atrapar tan fácilmente! Orlando sale del gabinete de su padre con la ideas muy peregrinas. Lo ve siempre pisándose
drigales ?... Aún pudo oír Lutgarda otros dos gravedad que su faena requiere. Su viaje al bos­ una larga barba merlinesca, cubierta la venerable
joviales versos: II que en modo alguno podría ser de recreo. Orlando testa con un cómico gorro terminado en uw bor­
se ha convertido en un sacerdote de la investiga­ lita. Porque Rosalinda añade una borfita a los
Si el guindo ofrece una guinda, EL CAZADOR INVISIBLE ción científica. Se le conoce en lo solemne de sus gorros monumentales de la Edad Media... ¡Qné
la boca es de Rosalinda. ademanes ante sus hermanos, ante la doméstica, desdicha la de las infelices mariposas, ir a caer
He aquí lo que el viejo Orlando llama ‘¿frasco a quien ordena gravemente: en 1*® amigadas manos de estos hombres ya en
Pero algo ocurre en la frente de la muchacha. exterminador”. ¡Terrible nombre! He aquí su caja —Prepara mi traje de explorador, los zapatos estado de fósiles! “Pero ésta —pinna» g® j,,
Dos mariposas —una de ellas, enorme— la han de coleccionista, la red plegable, las pinzas, los amarillos... Tengo que salir esta tarde. salvado de la vitrina. En cuanto la de va-
tomado como pista para ganar algún campeonato alfileres de entomólogo, los trocitos de tela que Y recuerda las instrucciones del manual para a mi gusto, la suelto..
amoroso. Amplia y quieta avenida, esta frente, el joven Orlando ha de empapar en un líquido pe­ cazadores de larvas y de insectos: “La hora mejor —¿Qué llevas ahí, dentro del sombrero?—pre­
entre rizos negros, entre dos lindos ribazos de gajoso ... para realizar una buena faena, es la del crepúscu­ gunta Lutgarda.
sombrío césped, surcada de arabescos azules. Que Hoy el joven Orlando irá solo al bosque. Papá lo. No del crepúsculo matutino, sino del de la —Cacé una estupenda mariposa. ¡Mírala!
no tarda en alzarse, asustando a las mariposas, sufre de reuma. Ya la primavera —ocurre así to­ tarde...*' Orlando piensa en el fracaso del ma­ —¡Qué prodigio! ¿No será la “eaÚgo enrilo"?
en despejarse al contacto de una mano que barre dos los años— pone furioso a Orlando, el viejo; nual si —como hora de caza— hubiese el texto —¡No! ¡No me la destroces con un horrible
de la frente los redondelitos del sol, las mariposas, tanto como juguetón, al joven. Llega un tiempo fijado la del crepúsculo matutino... ¡Jamás hu­ nombre latino! Es encantadora, simplemente...
los rizos aventureros... en que la primavera para nada les sirve a los biese él cazado nada! Pero esta frivola conside­ Voy a soltarla, pero lejos de aquí, par* que no re­
Como sonámbula, se incorpora Rosalinda, se entomólogos. Es ella tan caprichosa que, por cada ración no disminuye el empaque de Orlando fren­ conozca el camino, para que no vaya a contimmr
alza del rústico asiento, se pone en pie. Como so­ insecto que se atrapa, regala un terrible catarro, te a la trascendental faena de cazar mariposas, su borrachera de miel... ¡Y a ponerme «a ri­
námbula, comienza a andar sin rumbo alguno, o un ataque de artritis, al viejo coleccionista. ¿No en nombre de la ciencia. dículo!
tras las dos mariposas, dejando alli a Lutgarda son los entomólogos los que roban poesía a abril Horas después, Orlando ya aparece sumergido —¿Qué te ocurrió, Linda?
plácidamente entregada al reposo. Tal vez estas y mayo? en la fina luz verde, deliciosamente extenuada, —¡Por poco no me tropiezo con un «Mo de
botellas vacías pudieran explicar las tres embria­ La primavera... ¡Oh! ¡Cuántas banalidades se del bosque. Y sigue leyendo en su manual: gorro puntiagudo coa su borlita!
gueces: la del amor en Sara y Raquel, la del sueño habrán escrito en nombre tuyo! Eres pérfida “co­ “En el bosquecillo o jardín que se haya elegido —¡Estás loca!
en Lutgarda, la del retozón lirismo en Rosalinda. mo la onda”. ¡Distribuyes tan locamente ráfagas para el trabajo, comiéncese por buscar las plantas —Le be robado este ejemplar... ¡El mejor de
Que no es en ella sonambulismo, es embriaguez. de viento frío y bocanadas ardientes, lluvias y que, para desovar, prefieran los insectos que se su colección!
Como una ebria va saltando, repitiendo versos soles! intenta recoger... Se van fijando en los troncos, —¿Y la ciencia?
por el bosque, sin saber hacia dónde, sin saber por pedazos de tela previamente azucarados. Tenien­
qué. Y las mariposas se le burlan, la empujan a Es que la primavera resulta ser la única do presente que la tela más adecuada al caso es —¿Y la poesía? Iba yo reatando a Shakes­
hembra entre las cuatro estaciones, y la más la llamada de molino, porque une a su tejido —pa­ peare, y ese feo naturalista se ha' burlado de mí.
describir curvas sin sentido, a alejarse cada vez joven. Es cómplice, eso sí, de los jóvenes impul­ Y se ha burlado de Shakespeare. ¡Ha Senado de
más de Lutgarda, de los despojos del festin, de recido al de los pétalos— una gran porosidad que
sivos. Mucho más de las jóvenes sin seso; pero es le permite mantenerse húmeda durante bastante cartelitos los troncos, para matar la poesía del
Sara y de Raquel, de toda su vida honorable y enemiga de los viejos, que se avienen mejor con tiempo...” bosque!
normal. Ya son, los suyos, rumbos quiméricos... el otoño, aun con el invierno. Este sexagenario
Hasta que una de las mariposas —la mayor, Orlando, en pocos minutos, ha dispuesto el es­ —¡Porque los cartelitos no llevaban tu nom­
descendiente de Linneo, que no sufrió ataque al­ cenario. Sólo faltan los aturdidos personajes: las bre!
desmesurada, hecha de oro— le obliga a internar­ guno de artritis en todo el invierno —¡un invierno víctimas. El se sienta en un ribazo, y sigue le­
se en plena zona poética, shakespiriana, en un no menos furibundo!— sufre ahora una embestida yendo. .. Pero, apenas transcurren unos minutos, —¡Porque están allí como cebó paca atraer
paraje del bosque donde ya la vulgaridad domés­ de primavera de las más crueles. mariposas! Es eso mil veces peor tptt poner cepos
tica no cuenta, donde los troncos llevan su lindo cuando comienza a oír una voz femenina —aún para asesinar alondras.
rótulo blanco, clavado allí por manos de persona­ Y dice al joven Orlando: muy lejana— que se va acercando. ¿Esta faena —¡Porque los cartelitos no Hevshaa tu nom­
jes ultratelúricos, amigos de las hadas, camaradas —Vete al bosque. Ya sabes: es preciso traer rigurosamente científica irá tal vez a sufrir algún bre!
de Ariel, de Titania, de Próspero, de Ofelia... algunos ejemplares más para la conferencia del banal quebranto, por la frivola invasión de cual­ Rosalinda, vencida, enmudece. Le abruma, al
Pero, ¡qué decepción! Los cartelitos están va­ día ocho. Llévate la máquina y recoge bien algu­ quier mozuela casquivana? Orlando comienza a
nos movimientos, sobre todo —si la atrapas— los temblar por el éxito de su empresa... fin, recordar que aquella tarde Qegá a envanecer­
cíos de toda gracia. No traen ningún mensaje. se de ser ella —¡sólo ella!— toda la poesia del
En ninguno de ellos lee su nombre, Rosalinda. del vuelo de la “citheronia regalis”. Es la que más Pero, además de acólito de la ciencia, Orlando
me interesa, y me hace falta, por lo menos, un es sensible a la poesía... Porque la muchacha bosque. Durante unos minutos spenss se cscu-
¿ Alguna broma de Puck ? Sólo que en uno de ello» cha más que el mismo bosque lónsónente remo-
quedó la mariposa, sujeta allí quizá con algún buen ejemplar. ¡Es tan difícil atraparla! No te viene recitando unos versos. Aguza Orlando el
hilillo untado de miel. importe gastar metros de película. Haz una buena oído, y escucha: *» U pigñu 14)
15 de Maeso de 1941 ROMANCE FsGBtJk. 7

MEXICO ¥ LA GUERRA

La posición de México —y. en general, la de toda la América Española— frente a ¡a


lucha a muerte entablada hoy entre la democracia y el totalitarismo, adquiere ya tal
urgencia, tal importancia —para México acaso más qué para cualquiera otro de los países
hispanoamericanos—, que seria descuidar un deber el no definirla sin ambages. Toda la
cultura, toda la espiritualidad de este Continente, se abreban en un manantial que se
cegaría en cuanto la intimidad de nuestra conciencia americana —nosotros diremos: mexi­
cana—. aceptase como posible la desaparición de la libertad y de la autonomia del individuo,
los dos valores imprescriptibles en que se funda la democracia. Por esto reproducimos en
seguida, con el vehemente deseo de que sean leidos por toda la América. los párrafos cen­
trales del memorable discurso en que el Secretario de Relaciones Exteriores de México,
licenciado Ezequiel Padilla, ha fijado, en términos que no deian lugar a duda, cuál es esa
posición.

Th jf EXICO defenderá la doctrina coninental porque haciéndolo así defenderá sus pro-
/■/■ píos destinos. La lucha por las libertades humanas y contra la injusticia intema-
-LtJL cional —que constituyen la esencia de la doctrina panamericana— es la que, a
través de nuestra historia, ha dado a nuestro pueblo la unidad y la coherencia de unai
patria común. En el recinto de nuestra Representación del Pueblo están inscritos, en
letras de oro, los nombres de nuestros insurgentes, de los paladines de la Reforma, de los
EL TORITO. Oleo por Carlos Orofco Romero. héroes de la revolución mexicana; porque ellos, a sv vez, habían inscrito en sus banderas
las libertades del pueblo. Creer, pensar, vivir libremente, sacudir la mano de hierro de los
tiranos, ha sido el sueño ardiente del pueblo mexicano. Hemos aprendido en la dura
ascensión por la áspera montaña de nuestras luchas sociales, que la justicia económica y
EXPOSICION DE las más caras reivindicaciones no deben buscarse por las veredas tenebrosas de las dicta­
duras, porque nada compensa al corazón humano de la pérdida de sus libertades. Para
Carlos Orozco Romero nosotros es la democracia el instrumento seguro de la justicia. Podemos afirmar que raras
veces en las resoluciones humanas, la ruta del deber y de los intereses de un pueblo apa­
rece tgn diáfana como la que México debe seguir en esta contienda, en la que las fuerzas
N la Galería de Arte Mexicano ha reunido piejo y aún contradictorio— dd arte mexicano ac­ del despotismo combaten contra el espíritu de la libertad. La historia de México, es tam­

E este pintor una colección de obras suyas, rea­ tual, Orozo Romero marca una faceta que es bien
lizadas recientemente. Buena parte de ellas suya. A primera vista, bien pudiera aseverarse que
están fechadas en 1940-41, de modo que nos hallamos
bién la de la defensa de su soberanía y del ideal de justicia de las naciones.

pertenece a esa casta de artistas actuales, desligados


en presencia del punto de madurez artística a que ha de todo lo nacional, que representan en este mo­
Nosotros, por la adversa experiencia de nuestras guerras internacionales, alenta­
mos la esperanza, común a toda la humanidad, de que llegue un día que pueda superar#®
llegado en este momento Orozco Romero. Quien haya mento algo así como un lenguaje o estilo de claro esa falsa organización en que hasta ahora ha vivido el mundo y en el seno de la cual eh
seguido su production en los últimos años, adver­ carácter y curso internacional. Se dirá que el len­ atropello internacional puede realizarse con ventaja de los fuertes y en sacrificio inicuo
tirá que no se ha detenido un solo instante en el guaje artístico siempre ha sido internacional. En de los débiles. El principio de la igualdad de los pueblos y la condenación de los atenta­
camino hacia la perfección de su estilo, que es el de efecto. Mas junto a semejante carácter, que es cons­
una “modernidad" cada vez más consciente, más cla­ titutivo de su propia índole o esencia, hállase otro dos de la guerra han sido normas internacionales de nuestra vida, evidenciadas por una
ra y firmemente asestada. historia limpia de agresiones de nuestra parte y consagradas por el sacrificio de nuestra
carácter, que no lo es menos: d sentido nacional,
Hemos escrito 1a palabra "modernidad”. Palabra de localidad, que todo arte auténtico posee. Y patria en defensa de su integridad y su derecho. Nunca hemos sido una potencia armada;
esto es en tal forma que, dentro del mismo arte abs­
pero la voz de México en los tribunales internacionales, jamás se ha hecho cómplice de la
equívoca y terrible. Se la invoca muchas veces como tracto de nuestra edad, que por sh 'naturaleza esti­
representativa de un “vate* estético positivo. Y, ea injusticia y siempre se ha alzado defendiendo la rectitud. Protestamos contra la destruc­
lística habla una lengua sin fronteras, pueden adver­
efecto, así «s, Pero, so capa de tal valor —valor ción. de Abisinia en la tribuna de la liga de las Naciones; contra la anexión de Austria/
gepuiaó, sin cuya presencia la obra de arte carece­ tirse lo* caracteres aadonaie» de te artistas que lo¡ contra los atentados de Checoeslovaquia y de Polonia, contra el sacrificio de pueblos taóá,
ría de sentido histórico y positiva representació»—
se trata también de pisar de contrabando una mer- cultos y nobles como Finlandia, Noruega y Dinamarca, Luxemburgo y Bélgica y Holanda.
cancia artística adulterada y averiada en grado enri- ¿Por qué? Porque nuestra actitud fué la protesta contra el atropello de la fuerza. Porque
ncntfáma. Ninguna ¿poca de las históricamente co-' el pueblo de México ha sentido que una política internacional que no está basada en la
nocidas ha llegado al punto de desfachatez de la justicia y en el respeto reciproco de los pueblos, arrasa todas las esperanzas de una civi­
nuestra en ese eterno arte picaresco y regocijado lización cristiana fundada en la buena voluntad de los hambres. Y, ¿sería posible que
de dar gato por liebre. No ya los artistas “epigó-
nicos”, de talento secundario e impersonal, los segun­ México negara su defensa a las doctrinas que han hecho su historia y que, además, garan­
dones o tercerones de la familia artística del dia, se tizan su porvenir? ¿Hay algún mexicano que pueda suponer que si este continente quedara
han dado a cultivar ese arte más que el otro, preva­ entregado al triunfo de los enemigos de la libertad, México podría mantener siquiera
liéndose de ciertas circunstancias y coyunturas de una sombra de su soberanía? ¿Conservaríamos el más tenue lampo de autoridad moral
tipo social, que fueron acaso nuncios esotéricos del aliándonos, aun cuando fuera espiritualmente, a los protagonistas del atropello interna­
cataclismo histórico al que estamos asistiendo, riño
también —signo de máxima desventura— los maes­ cional, el día en que la violencia enderezara su turno contra nosotros? ¿Qué interés podría
tros, los hombres geniales e inventores de nuestro animar la insensatez de los que esperan en nuestra América el triunfo de las dictaduras?
tiempo, han cultivado a su modo la picaresca artís­ ¿Sería quizéís el anhelo de contemplar la cruel y arroyante explotación de todos los pue­
tica bajo diversas formas, acaso llevados por un blos por una sola raza?
impulso de juego y mixtificación y engaño más pode­
roso que el de sus propias fuerzas morales de artistas Todos conocemos la propaganda en favor de la superioridad de la raza aria; supe­
creadores. De donde resulta que la expresión “mo­ rioridad que la historia y la ciencia niegan como privilegio exclusivo de raza alguna.
dernidad” viene a la vez cargada de un sentido peyo­ Pero, ¿los que sustentan esta doctrina hitlerista en nuestras patrias americanas, tienen
rativo patente, que, a las veces, salta a la vista el alma suficientemente humillada para aceptar las tristes implicaciones de su inferio­
antes que su sentido positivo y su valor inequívoco.
Al aplicar al estilo pictórico de Carlos Orozco ridad correspondiente? ¿Es que el gran caudal de nuestras masas mestizas e indígena»
Romero el término "modernidad'’, al sentir qoe tai sueñan en el desprecio a que quedarían sometidas en un mundo sojuzgado por una raza
estilo te desarrolla dentro de ésta como en su propio que se considera superior a todas las razas de la tierra? Estos absurdos sólo podrían,
clima y en su propia milpa, queremos decir —en perturbar el alma de los que han desplazado de los altares patrios a los creadores da
realidad, no hay por qué aclararlo— que empleamos nuestra nacionalidad, para suplantarlos con los dioses extraños de las dictaduras. Esta­
d equivoco y temible vocablo en el sentido posi­ mos pues defendiendo nuestras doctrinas históricas. Afortunadamente no estamos solos.
tivo de su significación.
Estos principios son el tesoro espiritual del continente.
Arte moderno, en sentido halagüeño, en sentido
positivo, es el suyo. Dentro dd panorama —com- Los años que vienen serán el manantial caudaloso de una nueva historia, la de lah
TRES MUJERES. Oleo por Carlos Orozco Romero. anfictionía de los pueblos de América; de la compacta unión panamericana. Nosotros enar­
bolamos esa doctrina. Vamos en ella con las banderas desplegadas y no con esa pobra
cultivan. Entre una obra cubista de Picasso y otra resignación fatalista que espíritus escépticos y negativos pretenden adoptar. Vamod rebo­
de Braque, por ejemplo, se sienten latir los matices santes de convicción; seguros de que defenderemos una gran causa y seguros también de
estéticos que imponen las nacionalidades a que res­ que se harán los más grandes esfuerzos para dividirnos, para provocar entre nosotros Its
pectivamente pertenecen los dos artistas, —España animosidad y la discordia. Come no pueden escindir la unión espiritual que nos liga a los
y Francia—. Para mí, esto es claro. No sé si lo será
tanto para los otros. pueblos latinoamericanos, se pretenderá suscitar resentimientos con los Estados Unidos.
Estos temas hay que afrontarlos con resolución. Y yo afirmo que ya en este año
A primera vista, pues, parece que Orozco Romero
pertenece a ese grupo, que en un tiempo no lejano de Mil los Estados Unidos han logrado, con una política cordial, consistente y positiva,
estaba en cierto modo representado por lo que se cimentar la confianza panamericana. Mencionaré las denuistracioncs más importantes:
llamó con más o menos exactitud la Escuela de Pa­ desde luego las bases de la política llamada del Buen Vecino, enunciadas por el President»
rís. (Por mi parte, no creo excesivamente en la exis­ Roosevelt en su discurso inaugural del cuatro de marzo de 1933. Más tarde su discurso
tencia —fuera de la palabra— de tal escuela.) Su fortaleciendo su doctrina, ante la Woodrow Wilson Foundation, en diciembre de 193S; d
arte, su pintura, posee algunos de los caracteres
de las de ios conmilitones, procedentes de los distin­ discurso pronunciado ante el Congreso Norteamericano, en enero de 193b y el que produjo
tos lugares que marcan los distintos puntos de la en la ciudad de Cartagena, Colombia, en julio del mismo año; así como las vigorosas rei­
estrella náutica, de semejante gremio, cofradía o her­ teraciones de su doctrina en sus recientes campañas sobre la defensa común de la de­
mandad artística. mocracia.
La primera actitud o el primer principio es el Secundando esta actitud deben mencionarse las alocuciones pronunciadas por hom­
antinaturalismo. La naturaleza —a lo sumo— puede
ser el trampolín de los sueños. A lo sumo. Nada bres de Estado de los Estados Unidos, entre quienes deben ocupar un lugar culminante eí
más. El estilo lo es todo. Estilo es una fuerza espi­ Vicepresidente Wallace y el Secretario de Estado, Cordell Hull. A partir de 1933 los
ritual que transforma en belleza o poesía todo cuanto Estados Unidos han participado activamente en la elaboración de varios instrumentos
toca. No es un sistema de pesas y medidas. No es un internacionales de gran significación panamericana. Citaré el tratado de Arbitraje In-
conjunto de formas sometidas a estas o las otras teramericano ; el Antibélico de No Agresión y de Conciliación ; el relativo a la prevención
fórmulas de la proporción, de la coordinación, de la
concordancia, de la armonía, sin la cual todo arte de controversias; el Interamericano sobre Buenos Oficios y Mediación. En 193tí, a inicia­
descaece y aun se aniquila o no existe. No es eso el tiva de los Estados Unidos, se celebró en Buenos Aires la Conferencia 111 teramericana
estilo. No. El estilo es, pues, la fuerza de subjeti- de Consolidación de la Paz. En ella la delegación norteamericana suscribió el protocolo
vación del artista, su caudal poético, su don propio de No Intervención, propuesto por México, como adicional a la convención sobre Derechos
e intransferible: y es como la luz. sin la cual no hay
para ¡a vista ni forma ni color. El estilo es el artis- y Deberes de los Estados Americanos. Tanto en dicha Conferencia, corno en reuniones
GRUCHA. Oleo por Carlos Orozco Romero. (Coiátnva tn ¡a página (CúTítmia en la página
Pagina 8 ROMANCE 15 de Marzo de 1941

Acaba de ponerse a la venta

Las Montañas el libro de

y los

Hombres APUNTES
EL DIVINO IMPACIENTE sobre la vida militar de
por O sabemos aún si podrá sufrirlo la pacien­ saludable dejar desasistidos a los asistentes El

M. ILIN
N cia de los mexicanos. En España —y al
margen de la política— produjo una deli­

clamación hipnogénica de los versos del señor


hombre de Loyola no transige con la ofusca­
ción de las candilejas. Porque no hay que bus­
car con candilejas un hombre. Sea como fuere,
rante epidemia de encefalitis letárgica. La de­
la “prueba de Iñigo” es demasiado cruel para
experimentarla o probarla, a costa de los me­
Francisco
Pemán no la resisten todos los organismos. Los
entusiastas del teatro en verso dicen que eso no xicanos. Debió intentarse un ensayo privado an­
es verso, teatro, ni verdad, y se duermen al te el valido de la fortuna don Angel Urraza. Si
arrullo de las primeras rimas. Por unción reli­ el señor Urraza, varón prosperado y resistente,
giosa se privan del deleite, un sí es no es cha­ resulta capaz de aguantar los primores estilís­
bacano, de roncar, esto es, de aplaudir con las ticos del señor Pemán y sus recursos dramáti­
fosas nasales y la laringe. Pero espectáculos de cos, no hay duda de que el teatro de Pemán es
Libro del mayor interés esta índole son más enervadores y peligrosos bueno y aun inmejorable. Porque el señor Urra­
que la mariguana. El asunto, pues, compete a za no se equivoca nunca. Esto lo dice con elo­
científico, literario y político Salubridad y a Asistencia Social conjuntamente. cuencia irrebatible la copiosa infalibilidad de su
Los ripios son siempre insalubres, y no resulta cuenta corriente.
Es una visión guerrera, llena de interés
La transformación de la
y penetración, de los principales hechos
EL ESPEJO DE LAS HORAS
Naturaleza por el hombre, del Jefe de la División del Norte.
(Signa ¿r la página 7)

expuesta con una técnica no­ panamericanas posteriores, así como en declaraciones y discursos de altos funcionarios,
la doctrina Monroe recibió una interpretación multilateral y no unilateral; cosa esta Editado por:
velesca emocionante. última que la había convertido duránte años en motivo de inquietud para países del con­
tinente americano. En mayo de 193.j los Estados Unidos renunciaron a los privilegios'
que les otorgaba la Enmienda Plat, que les daba derechos de ingerencia en Cuba. Más
tarde, en agosto del mismo año y cumpliendo la promesa hecha por el Presidente Roosevelt E.D.I.A.P.S.A.
Precio del ejemplar: a su paso por Haití, se retiraron les últimas fuerzas norteamericanas, que se encontraba^
en dicha República. Así fué posible que la conferencia de Lima y las reuniones de Mi­ EDICION Y DISTRIBUCION IBERO'AME­
nistros de Relaciones Exteriores de América, en Panamá y en La\ Habana se celebraran
$ 1.75 m. n. bajo el nuevo espíritu de confianza y de solidaridad continental.
RICANA DE PUBLICACIONES, S. A.
La táctica quintacolumnista no descansará, sin embargo, en fomentar eritre nos­
otros la desunión. Arrimará su tea subversiva a ia leña seca de los resentimientos inter­ Avenida Juarez 95
Pedidos al apartado nacionales. Tratará de sembrar recelos y desconfianzas sobre la doctrina del panameri­
canismo. Es cierto que las mejores doctrinas encubren frecuentemente propósitos bastardos. MEXICO, D.F.
La doctrina de las naciones aliadas, la política del equilibrio europeo durante los siglos
8092 XVIII y XIX, sirvieron de pretextos para realizar atentados internacionales. Pero debe­
mos responder que contra las conjeturas vivimos un momento de evidencias trágicas; que
ésta es una hora de fe, no de estériles dubitaciones. En estos tiempos el patriotismo bien Precio del ejemplar
México, D. F. entendido no debe fincarse en el recelo y la desconfianza; una política basada exclusive^
mente sobre rencores del pasado sería paralitica, ciega y conservadora. Lo más noble de
una civilización se construye sobre el olvido de los sentimientos qué, distancien. Dé otra
$4.00 m. n.
manera, el mundo jamás apartaria los ojos de laoscura selva de tas bajas pasiones.

En ato» diat se pondrá a la venta un íibn» «enMiciofeafde


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Juan Oyarzábal APARTADO 8092 MEXICO, D. F.
IS pg Marzo pg 1941 RUMA NCE Pagina 9

que,, a primera vista, Orozco Romero parecía por


su "estilo" desligado de lo que tal vez pudiera lla­
marse el espíritu de la mexicanidad. ¿Será esto
cierto? ¿Será justa esta primera impresión? En el
ESPASA-CALPE, ARG., S. A.
caso menos favorable, habría que adornarla con
no pocas reservas. Más justo seria, sin duda, decir ACABA DE PUBLICAR EN Sü
que la primera impresión nos ha engañado. Porque,
¿no tiene lo que pudiéramos llamar el "estilo ge­ COLECCION AUSTRAL
neral mexicano" una voluntad de forma, una inten­
ción formal, de tipo o sentido semejante a la que 129. GREGORIO MARAÑON: Don Juan.
se hace camino por la obra del distinguido pintor 130. F. A. KIRKPATRICK: Los Conquistadores Españoles. (•)
tapatío? Quien se detenga a estudiar el arte mexicano 131. MANUEL MACHADO: Antología.
de cualquier tiempo, probablemente no dejará de 132. RICARDO PALMA: Tradiciones Peruanas. (Selección.)
advertir la querencia manifiesta que le domina 133. ARMANDO PALACIO VALDES: Marta y María. (*)
hada las formas abstractas; y, cuando se trata de 134. IVAN TURGUENEFF: Anuehka y Fausto.
hacer representaciones de objetos de la naturaleza, 135. JORGE MANRIQUE: Obra Completa.
de representar ia realidad sensible de lo que se apa­ 136. BULWER LYTTON: Los Ultimos Días de Pompeya.
rece ante los ojos, sea vegetal, animal o formación 137. JENARO PRIETO: El Socio.
geológica, el mexicano artista busca frecuentemente 138. JUAN LUIS VIVES: Instrucción de la Mujer Cristiana.
manifestarla por medio de formas que se acercan 139. ANGEL GANIVET: Idearium Español y El Porvenir de España.
a las que cultiva la Geometria, es decir, por medio 140. GREGORIO MARAÑON: Tiempo Viejo y Tiempo Nuevo.
de formas de carácter abstracto. De ahí que al po­ 141. MIGUEL DE UNAMUNO; Amor y Pedagogía.
nerse, al comienzo de su carrera, un Diego Rivera 142. ALFONSINA STORNI: Antología Poética.
en contacto con el cubismo de Picasso y de Juan 143. RAMON GOMEZ DE LA SERNA: Greguerías 1940.
Gris, no lo sintiera como algo ajeno a su propia 144. SILVIO PELLICO: Mis Prisiones.
naturaleza artística, a su sentido intimo, radical, del 145. WENCESLAO FERNANDEZ FLORES: Las Gafas del Diablo.
estilo, sino todo lo contrarío. Bien pudiera ser que en 146. F. W. UP. DE GRAFF: Los Cazadores de Cabezas del Amazonas. (*)
ese primer contacto de un artista mexicano con 147. RAMON PEREZ DE AYALA: Las Máscaras. (»)
la última escuela de arte abstracto que ha producido 148. LERMONTOF: Un Héroe de Nuestro Tiempo.
Europa haya brotado la primera chispa de un arte 149. ANTONIO MACHADO: Poesías Completas. (*)
nuevo mexicano, con caracteres propios, dentro del 150. CERVANTES: Don Quijote de la Mancha. (♦)
MEDITACION. Oleo por Carlos Oroteo Romero. carácter estilístico general de la época. Este mismo Í51. JOSE ORTEGA Y GASSET: Ideas y Creencias.
sentido formal, que busca manifestarse por medio 152. PROSPERO MERIMEE: Mateo Falcone y otros cuentos.
de expresiones de índole abstracta, puede observarse 153. AZORIN: Don Juan.
ARTE también en la pintura mexicana de la primera mitad 164. ANTONIO G. SOLALINDE: Cien Romances Escogidos.
del siglo XIX, que Roberto Montenegro sacó de la 155. ARMANDO PALACIO VALDES: Los Majos de Cádiz.
oscuridad en que yacía, tan candorosa, y, por tal, 156. LAZARILLO DE TORMES.
(Sigtu de te pdgiua 7) tan nutrida de estilo genuino, con la cuál no deja 157. LUYS SANTA MARINA: Cisneros.
158. SOREN KIERKEGAARD: El Concepto de la Angustia.
U mismo en su esencia. En virtud de esta doctrina de tener también alguna relación, por decirlo asi, 159. ALFONSO JUNCO: SangTe de Hispania.
del estilo, el artista posee máxima libertad de acción. sanguínea, de consanguinidad, el estilo preciso y 161. AUGUSTO STRINDBERG: El Viaje de Pedro el Afortunado.
Puede acercarse estrechamente a la naturaleza. Pue­ elegante de Orozco Romero. 162. EMILIO GARCIA GOMEZ: Poemas Arábigoandaluces.
de abandonarla total, radicalmente. Cuando se está 165. MARIA BASHKIRTSEFF: Diario de mi Vida.
dotado de la divina gracia del estilo, se hace lo que 166. OCTAVIO MENDEZ PEREIRA: Núñez de Balboa.
se quiere... como Picasso. Pero, ¡cuidado!, no con- 179. MIGUEL DE UNAMUNO: Paz en la Guerra. (*)
fuadamoe: no es lo mismo poseer tal gracia que afir­ 180. JOSE ZORRILLA: Don Juan Tenorio y El Puñal del Godo.
mar gratuitamente que se posee. Ya lo dijo aquel
gran “estilista", aquel formidable poseedor de la VOLUMENES EN PRENSA
divina gracia dd estilo, Lope de Vega: 160. MIGUEL DE UNAMUNO: Andanzas y Visiones Españolas.
163. PAUL MARCOY : Viaje por los Valles de la Quina.
O sabe Naturalefa 164. AZORIN: El Paisaje de España visto por los Españoles.
más que sttpo en otro tiempo, 167. FEDOR DOSTOÏEVSKI: Stepantchikovo.
o muchos qne ¡laman sotóos 168. ROMULO GALLEGOS: Doña Bárbara. (*)
es porque lo dicen eüos. 169. ANTONIO G. SOLALINDE: Antología de Alfonso X el Sabio. (♦)
170. GILBERT K. CHESTERTON: Las paradojas de Mr. Pond.
Es esta dolencia muy acentuada en nuestra edad 171. BENJAMIN FRANKLIN: El Libro del Hombre de Bien.
de clara decadencia artística. Se llaman a sí mismos 172. MENENDEZ PIDAL: La Idea Imperial de Carlos V.
“estilistas”, raros inventores de formas, todos los 173. GOGOL: Taras Bulha y Nochebuena.
que “deforman" y sacan de quicio las formas porque 174. ANTONIO ESPINA: Luis Candelas, él Bandido de Madrid.
sí, sin más, sin qne les asista h gracia eficaç, y ni 175. AMADO NERVO: Plenitud.
siquiera la suficiente, sin las cuales todas las formas na­ 176. S. S. VAN DYNE: La Serie Sangrienta.
cen muertas o son meros remedos, caparazones óseas, 177. PIO BAROJA: La Leyenda de Juan Alzate.
dennatoesqueletqs, sin el organismo intimo y vivo. 178. RAFAEL F. MUÑOZ: Se llevaron el cañón para Bachimba.
Don de estilo, o gracia de estilo, trasciende de la CAPA VOLUMEN, $2.00. EXTRA (*), $3.00.
obra de Orozco Romero. No remedo de-estilo, fic­ lista completa gratia. Facilidades de compra. De venta en todas las librerías o em
ción de estilo, "modernidad" en su significación
peyorativa. El estilo le brota espontáneamente, sean ESPASA CALPE ARG., S.A.
cuides fueren las filiaciones más o menos “escolás- Isabel la Católica número 6
ticas" que ne le pttedut asj^mr * lo largo de sus M E X I C O, D. F.
Ótudkxryañoc de áprendvapt. Entre otras, e$ clara
: K «fe Oroijfo Romero, « no nos engñamot
a^Mameut^ddterteserígiandevoto —dewótoctm '
- .dd, óítímó o dd antealtiaH»
|@a^p^te éspáfiúf. ’Peto la filiación escolástica !»
es el estilo ¡mana, ni mucho menos. Toda obra artís­
tica se produce, desde tiempos inmemoriales —po­
LUPITA. Oleo por Carlos Orotco Romero. EDICIONES PEDAGOGICAS
demos situar su origen en las pinturas rupestres de
la Cueva de Altamwa—, dentro de un estáo generad
común a todos los artistas de. una edad. Es algo así
Orozco Romero, siendo un temperamento artís­
tico bien diverso, parece correr por las mismas lineas
Y ESCOLARES
como una fuerza espiritual colectiva que informa generales estilística de Diego Rivera. Entiéndase bien
las fuerzas individuales. Picasso representa en nuestro lo que decimos. No se trata de que tenga nada que
tiempo, acaso mejor qne nadie, ese timbre y tónica ver con el gran pintor de la vida mexicana. Se trata Acaba de poner a la venta los tres siguientes títulos de su Colec­
espiritual que es algo así como “la terra mater” del únicamente de que en los dos artistas, mejor dicho, ción ’’ORGANIZACION Y REALIZACIONES”
arte contemporáneo, quiero decir, de ese arte cuyos en el estilo de ambos, se establece un juego cons­
renuevos se dan a fines del siglo X1X y cuyo ocaso, tante, no exento de interés para el observador, entre
en su sentido de invención creadora, tal vez esté las formas abstractas, representadas, en lo moderno, “Cómo se Comprueba el Trabajo Escolar”
señalado por la aparición de. la Segunda Gran Gue­ de una manera eminente por el cubismo, y, las formas
rra. Esa es la parte escolástica, necesaria, del estilo de vivas, dotadas del pulso, del latido o ritmo de lá vida por Juan Comas
Orozco Romera, su "modernidad". Pero, dentro orgánica. Vemos con frecuencia que, en sus represen­
de ella, dentro de semejante respaldar o, si se quiere, taciones de Diego Rivera usa de curvas regulares, que
línea melódica, el estilo personal del artista fluye pueden ser seguramente trazadas a compás, y cuyas "La Concentración de la Enseñanza en la Escuela
con gracia propia, original e intransferible. fórmulas algebraicas están sin duda registradas en
¿Y en qué consiste tal estilo? Cosa difícil de los tratados de Geometría Analítica. Mas por estas Primaria”
definir por la palabra; pero no tanto, ni mucho curvas abstractas el artista acierta a hacer circular
menos, en presencia de la obra misma. Hemos dicho el pulso de lo viviente y los sentimientos y emocio-
por E. Elias

UN SUEÑO. Oleo por Carlos Orosco Romero. "Cómo se mide la Inteligencia Infantil”
por R. Eago
Otro título de la misma Colección aparecido recientemente:
"Cómo se Organiza la Cooperación en la Escuela
Primaria”
por Antonio Ballesteros
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Pedidos a: E.D.I.A.P.S.A
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nes de su propio corazón. En la misma forma, y Agustín el ritmo y la modulación son los dos elemen­
obedeciendo a una intención artística parecida, pro­ tos más significativos y proceres. Tal vez se podría
cede Orozco Romero. La musa o el demonio de la decir también que en la estética del arte plástico y
Geometría le tienta y le posee. Siguiendo tradiciones cromático moderno, el ritmo y la modulación tienen
remotas —alguna de ellas bien pudiera ser de origen importancia eminente. El encanto mayor de ciertas
minota o cretense— no tiene el menor escrúpulo —no obras de Picasso, v. gr., ¿no proviene quizá de su
seremos nosotros quienes le quiten la razón—■ de arte de ¡a modulación lineal y de su arte del ritmo
traducir lo orgánico por medio de figuras geométri­ plástico? Asi también sucede con el arte de Orozco
cas. Una nariz —por ejemplo, la de .Maria Asún- Romero. Ritmo y modulación, es decir, sentido mu­
solo— se le convierte en un triángulo escaleno. Pero sical a la manera agustiniana, son los más cabales
el buen estilista, que en sus tiempos cultivó la cari­ trasmisores de su encanto.
catura, que tanto enseña a ver y a expresar, saca de Añádase a esto el "sentido" de Ja "materia” que
esta enérgica violación de ¡as formas de la natura­ posee este pintor; su preocupación por que sea gus­
leza una fuerza expresiva imponderable. La abs­ tosa al tacto, fina y brillante, de calidad casi cerá­
tracción le sirve precisamente para expresar con mica y cristalina. Añádase también su sentido dei
más sabor y mayor energia los caracteres de la vida: color, su gusto por las armonías en sordina, con algu­
en aquella se concentra y cómo electriza poderosa­ no que otro toque de clarín ■—el cántico de Canta-
mente ésta. claro en el primer claror perlino de! alba—, y ten­
Otro carácter del arte de Orozco Romero: el sen­ dremos asi una como primera silueta crítica de su
timiento del ritmo En la estética musical de San "estilo”.
Pagina 10 ROMANCE 15 de Marzo de 1941

LA
Novela que ha Obtenido en Mexico

EL PREMIO

Na ci on al
DE

Literatura

TACE mds de cuatro siglos, Ñuño de


Gusmdn estrelló su crueldad y (do­
lencia de conquistador ante A aRioo senti­
miento de libertad con que U resistió la
tribu cora. Inútilmente los misioneros
buscaron un resquicio para infiltrar en
ella la religión de los blancos.

En la sierra del NAYAR perdura te­


la Pida indígena preñada de
superstición, senti­
mos- vida que es
u calidad hu-

DESTACADA EN EL CONCURSO Elaln


brexistir, man íenedjitocable

DE dicional de lu> ha; hacee>,


lamienlo, en contra de las leyes de los

NOVELAS HISPANOAMERICANAS blancos, que carecen de sentido para nor­


mar su vida.

CELEBRADO EN NUEVA YORK Este libro condensa aspectos satientes


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15 de Marzo de 1941 ROMANCE Pagina 11

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TEATRO ARBEU.
Raíles de fêaTnaval en BAILES DE MASCABA

^upante el $iglo jasado


Suntuoso Bailé POS ASMANDO DE MASIA 7 CAMPOS
KM Bt

DE VIEJA, ULTIMO
ocho; todavía más barato: la
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1, disponiéndose un buen salón
y una buena música que tocará
TEATRO ARBEU, PARA RAS SOOJRS RRÍ
Domingo 8 y Martes 10 de Febrero
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LA ÏSSMBWA!
PASA Sí
de catalán, Burdeos o Jerez,
cuartilla. Una cerveza, botella
un bastonero para mejor orden •ataproaoatetemperada,
DE 4880.
La ww Kskf*MU qa» au ha píaoste «aragiar tea Uttea *l«* Uadri» logar «•
L
Tóate»
perj««a>iu esfaeri» ai wt h«Igu-wpnraqMUag* U-lo «1 ha-
de la .concurrencia. Además, ■intett*. deevr.a» y aereóte! á qw «a tirwdora 1» r-.U* J mexir.na. Al rfecte. teouf-
grande, real y cuartilla. Frente kiBca cequoat». <)*• Uo u Jtet/a •» r UaJA l> J A'm«aa»( Uatri, deoria te»
Domingo 22 de Febrero de 1880 a la puerta del teatro se insta­
habrá una bien surtida cantina - C ».
din do te neeh« bu** N» etecc te U ú a io
a precios equitativos. Entrada
laba un puesto de disfraces, a por persona 3 rs. México, fe­
precios cómodos. Grabado que ilustraba el programa de loa "Ele­
Grabado qae ¡lastraba el programa del “Suntuoso Como no todos los habitantes brero 21 de 1863. Barreda y Za­
pata". gantes Bailes de Máscara” celebrados el domingo
Baile de Vieja” celebrado el domingo 22 de 1880, de la ciudad podían permitirse 8 y martes 10 de febrero de 1880 en el Teatro
en el Teatro Arbeu. tales despilfarras, había otros Pero los más famosos bailes Arbeu.
bailes de máscaras más econó­ de máscaras de fines del siglo
J*L Teatro Iturbide, que ocupó el sitio donde micos o populares que los que XIX se celebraron en el Teatro
ÇgN ahora se levanta la Cámara de Diputados, se guró ei domingo 8 de febrero de 1880 con un baile
se celebraban para la “buena Arbeu; en las páginas de Santa,
CSl inauguró el 3 de febrero de 1856, domingo sociedad” en el Nacional o en dc_Gamboa, hay la descripción de máscaras, para el cual contaba con una orquesta
de Carnaval, con un baile de máscaras, y medio el Iturhide, o para la "clase de uno, hecha magistralmen­ “compuesta de profesores inteligentes... que tienen
México se vistió de fantasía para conocer el nuevo media” en el Oriente o en La te. Los arrebatadores valses, un repertorio de las más escogidas piezas de la época,
coliseo construido por don Francisco Arbeu. Hubo Esmeralda. Poseo dos rarísi­ las entusiastas polkas corridas, como son magníficos valses alemanes, preciosas ma­
bailes de Carnaval en el Teatro Nacional y en los mos programa»invitaciones de las sentimentales mazurcas, los zurkas y arrebatadoras danzas habaneras”. La en­
coliseos menores, pero ninguno superó aquel año al otros tantos bailes para artesa­ trada al salón "por señor y señorita” costaba un
celebrado es el teatro de la calle de la Canoa. alegres shotis, las arrogantes
nos, celebrados el año 63 en cuadrillas y las dulcísimas dan­ peso; los platos de toda clase de carnes frías y los
Al año siguiente el Nacional tomó la delantera, las calles de Jesús Maria 7 y vinos y licores, un real. Aún más modestos que éste
y su baile de Carnestolendas fué el preferido de los zas habaneras —anunciaban los
de Nahuatlato 1. Muy peque­ programas— eran tocadas sin eran los bailes en los improvisados salones de las
metropolitanos, lo que obligó a la empresa a orga­ ños los dos, cuántas cosas nos casas particulares; el número 7 de la calle de San
nizar, en seguida, un gran “baile de piñata” para el cesar por la orquesta del en­
dicen de aquellos remotos días: tendido profesor D. J. Almazán
domingo primero de marzo. La litografía que ilustra “Baile de Máscara. Calle de Lorenzo y el número 2 del callejón de Pacheco; en
la portada del curioso programa de esa fecha nos Jesús María 7. Para la noche (febrero de 1880) y bailadas sin aquel "gran salón lujosamente adornado con una
permite imaginar la variedad y riqueza de los disfra­ del próximo domingo, se dará descanso por la juventud do­ iluminación sorprendente", se cobraban cuatro reales
ces usados en aquellas memorables fiestas del siglo un bien arreglado baile en el rada de aquellos días, en que por ia entrada personal, y en -éste, mucho muy mo­
pasado, que en vano se intenta resucitar en nuestros decente salón que con sólo este para disfrutar de una noche de desto al parecer, dos reales por "Sr. y Sitas.", asi,
días. Él empresario, don Eusebio Delgado, aseguró objeto se formó en la casa men­ máscara y disfraz, no se nece­ en plural. Claro, no faltaba la “surtida cantina" de
en d prospecto que "la localidad de este teatro no cionada; lo que se le participa sitaba sino un peso de plata exquisitos licores, carnes frías "y todo lo relativo a
tiene rival para funciones de tal género", y que "el a usted por si gustase concu­ para la entrada ai baile, y algo ella, todo a precios sumamente cómodos".
baile anunciado para hoy no sólo es el mejor que rrir; adviniendo que comenza­ más para cenar y beber. Porque Una nota del programa que el empresario del
se baya dado hasta ahora en esta hermosa ciudad, rá a las ocho de la noche y con­ los concurrentes podían "satis­ Teatro Nacional, don Juan Zanini, no tuvo empacho
cluirá a las cinco de ia mañana, facer el gusto más apetitoso... en insertar entre las atracciones que para el baile de
sino qne puede toropetir con lo mejor que se hace
da París, Veneda. Ñapóles y Milán, en esta época siendo la suscrisión de cuatro a precios sumamente modera­ Carnaval de 1880 ofrecía al público —“millares
dd afio". Don Eusebio acumuló atractivos: "toda rs. por señor y señorita. Febre­ dos, pues no se alterarán en de luces de gas, cuya claridad va a inspirar celos al
la Orquesta de la Opera en combinación con otra ro de 1863. J. Cires”. toda la noche los precios de las rubicundo Febo; juegos de agua natural y de gas
fué la Música Militar de Artilleria, Dice el otro: cenas, vinos, licores y refrescos hidrógeno, macetas, flores, perfumes, etc.”— nos
am onarpo de cam; d iateior dd teatro estuvo "Grandes Bailes de Máscaras que se especifican en listas del da la visión exacta de la picardía y del desenfado de
*<bibb?tto«ta 8ntóaado cop gas" y d exterior con j»ra las. noches del domingo día". aquellas pintorescas y francamente deliciosas fiestas
Í Í2&M& tefe» de «dores?; rifó una «ovia con sers domingo í» de mareo y domingo 8 del mismo. Para esas fechas no eran pocos los jacalones y de Carnaval. Es la siguiente:
titul. ¡ñata, Vieja y'Moza, tas que : sala^'que celebraban también bailes de máscaras.
t de «b pochote; M. Coqpdet. bmoso cocinero "A, la una de la mañana, al son de una arreba­
46305 han determinado verificar
’ficai los ea^asdes baitev Un «atrocho,‘llamado 7«Aret,'que Se levantó en el, tadora y entusiasta danza, aparecerá en el salón una
_ «te&ábtd «eádrobabo profusión deespejos. todo lujo y desescia, en la calle de Nahualtfato núm. callejón de "Betlemitas, junto al número 8, se inau- comparsa de veinte hermosas, y aquellos que logren
."entrada, «n distmción de sexos, costó dos pesos. conquistarlas lograrán tal vez su fortuna”. Y agrega:
A poco, los bailes de máscaras se celebraban en "Es un misterio, y la Empresa no puede, hasta el
en cnatquier tiempo y con cualquier pre- momento solemne, descorrer el velo de esta agrada­
ctexto. £n d Teatro de Oriente se dió uno d 20 de bilísima sorpresa nunca vista".
000 dd ñl. deificado a los "señores jefes y Oficia­ A principios de siglo continuaron celebrándose en
les dd Ejército”. Decía d programa: "tenemos el México los bailes de Carnaval. Todavía en 1901,
gasto de dedicarles esta función, y si logramos el pla­ en 1902, en 1903, tuvieron por doble escenario el del
cer de hacerles olvidar por un momento el estruendo Teatro Arbeu y el de su sala de espectáculos. Pero
de las armas entre los ecos de la música y d perfu­ la clase media fué excluida de ellos, porque la ju­
me de nuestras damas, quedarán altamente compla­ ventud dorada del porfirismo y la que ya había deja­
cidos loi Empresarios". Cubrió el carnet —como aho­ do de serlo, pero que no se conformaba con las
ra dicen los cronistas de ¡ocióles— la Orquesta de pantuflas y el birrete, hicieron de las tradicional­
Santa Cecilia. Por el programa sabemos qué piezas mente populares fiestas de Carnestolendas unas ve­
se tocaron y bailaron : "Rumbosas Cuadrillas de ladas caras, ricas en caldos exportados, en las que
Ndbucodonosor”, "Gran Wals La bija del Regimien­ el espumoso y áureo champaña corría a raudales.
to”, "Hermosa Polka Mazurka Catarina Cornaro”, Así empezó a introducirse el frac, se desechó un
"Schotis Linda de CbamaunvC, "Varsoviana La Ro­ poco el antifaz, y los bailes de carnaval de antes
mántico”, "Cuadrillas La Vestale", "Gran Polka Gue­ del Centenario quedaron convertidos en orgías de
rrera El Clarín de ¡os Zuavos”, "Magníficas Cuadri­ ricachos y cortesanas de cartel.
llas El Trovador”, etc. Entre las doce y la una de la La Revolución asustó a todos y hasta muy entra­
noche se bailaron las cuadrillas Los Lanceros, y do el tercer decenio de este siglo no había vuelto a
al concluir d baile, a las cinco de la madrugada, se asomar, si bien tímidamente, el rostro del viejo, del
tocó d Himno Nacional de Francia, La Marsellesa. marchito, del desencantado Momo.
No hay que olvidar que se iniciaba el año de 1861. Las ilustraciones de esta página han sido toma­
"Para evitar los abusos que pudieran cometer los das de programas originales pertenecientes a la co­
sirvientes", se insertaron los precios de las cenas, lección del autor. Salvo la principal, relativa al baile
de las botellas cerradas y de las copas sueltas. Una de máscara de 1857, que es una litografía —obra,
cena compuesta de tres platillos, cuatro reales; el pla­ según parece, de alguno de los litógrafos que traba­
tillo suelto, un real y cuartilla. Una botella de cham­ jaban en la Imprenta de Murguía—, todas son gra­
paña valía doce reales (f 1.50), una de coñac, ocho bados en madera debidos a los precursores de José
reales, las de catalán, diez reales y las de Burdeos, Guadalupe Posada y hondamente mexicanos.

BAILE DE PIÑATA.

Grabado del programa del “Baile de Piñata” ce­ Grabado que ilustraba el programa del "Baile de
lebrado el domingo 15 de febrero de 1880 en el Máscaras” celebrado el domingo 8 de febrero
NO 7 de San Lorenzo, en ia ciudad de México. de 1880 en el Teatro Juárez.
Pagina 12 ROMANCE 15 de Marzo d

láminas, que no pasa de ser un leve, aunque pre­ CABEZA DE VIRGEN. Talla t» «
cioso, aperitivo para quien sienta el apetito de co­
nocimiento de este género de cosas. Hay, sin em­
bargo, en esta carpeta algo que no alcanza a gus­
tarnos del todo, y es esa combinación de colores
un sí es no es femenina —azul pálido, del que di­
cen “purísima”, corinto y negro— con que están
cubiertas y exornadas las tapas, más propia para
estandarte de Hiias de María que no para una pu­
VIRGEN DE BALVANERA. Madera estofada. Siglo XVII. Sagrario Metropolitano. blicación del linaje de la que tenemos ante los ojos.
Cuestión adjetiva, de gustos simplemente.
A Universidad Nacional Autónoma de México su primera publicación de esta serie, dedicándola Según vamos repasando las veintisiete láminas de

L sigue con buen ritmo sus publicaciones artís­ a la escultura tarasca, de la que hubimos de hacer
ticas. Trata sin duda de dar a conocer al gran reseña en esta misma sección de Romance; y ahora
público, que en todo caso no será muy grande, haal­ dado a tes piensas y huitbrcrias el segundo -obro
gunas de las joyas del arte mexicano de todos los o cartapacio (los alemanes, que son acaso los que
tiempos, tanto de los precortesianos o aborígenes,
esta publicación, nos hacemos en silencio estas pre­
guntas: ¿Cuál es el carácter de la “imaginería co­
lonial"? ¿Fosee un carácter propio, en el que d
sendnsiento mexicano impere? No nos es fáca res­
ponder por nuestra cuenta a estas dos preguntas;
han hecho mayor uso de este género de publicacio­
como del período español o hispanizante, conocido nes, le llaman Mappe), en el que se muestra una por la simple razón de que conocemos de un modo
bajo el nombre de colonial. Hace pocos meses hizo selección de la imaginería colonial mexicana en 27 harto fragmentario, (insuficiente a todas luces para
formular un juicio preciso) la imaginería colonial.
SAN VICENTE FERRER. (Capilla de los Dolores.) Escultura tallada en madera y policromada, ejecutada Es más: nos ha parecido siempre que, entre las
en México en los primeros años del siglo XIX. ¿MANUEL TOLSA? Catedral de México. artes coloniales, la primera en espléndido desarrollo
es la arquitectura; tras ella viene la pintura; y la
escultura, a nuestro juicio —incierto, desde luego—,
viene a ocupar el lugar más modesto en esa línea
jerárquica de las perfecciones y las grandezas. En
algunas ocasiones nos ha parecido un tanto paradó­
jico este suceso —de ser cierto, claro está—, por­
que, si atendemos a las ailes precortesianas, dentro
de su área hallamos habilísimos tallistas y escul­
tores y decoradores de alto rango. El momento
en que Cortés pone con su hueste los pies en tierra
mexicana, no parece empero que fuese uno de los
más florecientes del arte aborigen. Sin embargo,
no debieron de faltar entonces artistas y oficiales
de mano delicada y diestrisimos.
Cuando se estudia esta materia, sobre todo por
quien no es mexicano, debe tenerse en cuenta que
los españoles introdujeron en .México un arte que,
por su espíritu y su forma, nada, absolutamente
nada, tenía que ver con el que aquí, hasta entonces,
se había cultivado por las distintas razas y civi­
lizaciones indígenas. Hoy es común creencia entre
los estudiosos de las manifestaciones artísticas que los
pueblos y las civilizaciones tienen su particular “vo­
luntad de forma” o. como se decía antes, su genio
artístico propio, que no puede verterse en otra forma
distinta de la que ellos mismos han creado. De
modo que una forma o estilo artístico no es cosa
exterior, o separable de su fondo, sino que brota
del clima espiritual mismo, como, ya en lo físico,
medra el ahuehuete en el altiplano de Anáhuac o
las cactáceas espinosas en los desiertos cálidos de
Africa y América. La forma artística es un pro­
ducto íntimamente unido a la sangre y a la tierra.
Es cosa de imaginarse el trastorno y desconcierto
que debieron de producir en los artistas mexicanos
aborígenes las formas artísticas europeas —en su
variante española— que importaron los conquista­
dores. El caso es que el arte mexicano propia­
mente dicho desaparece, si no del todo, por lo
menos en sus maneras capitales de manifestarse. Po­
co importa que aquí y allá aparezcan tímidamente
en las iglesias, en los monasterios, en los habitáculos
del conquistador, en la orfebreria y artes decorati­
vas, y, sobre todo en las artes populares, estos
o los otros rasgos del arte precortesiano: éste dió
ya su último resplandor o llamarada: y esos ras­
gos que se aparecen prendidos a los productos artís­
ticos de la civilización cristiana importada, a lo
sumo pueden ser considerados. —según nos parece,
no sabemos si hay error en ello— a esas leves chis­
pas de fuego que brotan de los rescoldos antes de
que definitivamente se enfríen. El arte colonial es
arte cuyo carácter —fuera de este o el otro punto
adjetivo o de acomodación al medio geográfico—
mantiene su esencia europea, y. particularmente, co­
mo no pixlia por menos, española.
En el breve y excelente prólogo que el agudo y
elegante historiador del arte colonial mexicano, don
Manuel Toussaint, pone a esta carpeta de Imagi­
nería Colonia! se resume de manera bien clara y
precisa la historia de la escultura postcortesiana en
México. Allí podemos leer estos certeros conceptos:
"... la escultura española es dramática por exce»,
lencia y asi ha de ser la de las colonias”. Nada
más cierto, o, por lo menos, así nos lo parece. El
B 1941 ROMANCE Pagina 13

Por JUAN DE LA ENCINA


arte español se transportó a México de raíz, ni
más ni menos que se trajeron los caballos y d li­
monero. Los historiadores y arqueólogos podrán
observar no pocas variantes —el señor Toussaint
ha señalado unas cuantas, y un arquitecto español
que estuvo en México un tiempo, dedicado a esa
clase de estudios, el señor Gutiérrez Moreno, hom­
bre modesto y benemérito en los estudios artísticos,
también anotó las suyas—; pero todo lo que artís­ VIRGEN DE LA LUZ. Madera policromada. Primera mitad del siglo XVIll. Sagrario Metropolitano.
ticamente se produce en el período colonial há­
llase cabalmente dentro del gusto y de los modos nes como tal, no deja de hacer con un ojo guiños piar de imaginería popular propiamente dicha. No
estéticos españoles. De España vienen, con el ca­ de complacencia a ese endiablado barroco, que se sabemos si nuestro amigo don Manuel Toussaint
rácter imperioso de aquellos tiempos, los modelos, volvió aún más loco de lo que estaba al ponerse gusta particularmente de ella. Sospechamos leve­
ixrt imperios han actuado siempre así Roma im- en manos de Churriguera, el Góngora rezagado de mente que no. Tal vez le levantemos algún falso
soArte al mundo de,sus conquistas, Y si k» la arquitectura española, según tácita o expresa­ testimonio. Porque no sabemos si se refiere a ella,
mente Apiñabas lôa neoçlAswps, frígidos y sabios cuando habla de la aparición en la imaginería,
personajes, que conviniere» éf arte en mero sistema colonial de "esas figuras para vestir con tela, caren­
florecido él arte persa... o no hubiera habido nin­ de pasos y medidas... ¡Oh, los comedidos “fiel- tes de todo decoro y dignidad”. Acaso tenga razón,
gún arte, cosa que no podemos imaginar. contrastes” de casaca floreada, chupa, calzón corto, seguramente la tiene, el ilustre investigador del arte
Sin embargo, no seremos nosotros quienes hayan espadín y chorreras! Debió de ser cosa grata tomar colonial mexicano; pero ¡qué diablo! a nosotros nos
de poner reparas a Sacheverdl Sitwell, citado muy con ellos un polvo de rapé... Pero el arte era otra enhechizan esas terribles figuras... Desde el punto
a punto por don Manuel Toussaint, cuando afirma cosa bien distinta de ia que imaginaban; ¡más de vista del arte culto, del “mester de clerecía”,
que "sin la consideración de algunos monumentos variada, más amena y terrible!... indudablemente que no tienen defensa. Mas a ve­
mexicanos no puede ser cabal un estudio del barroco Sin duda alguna, debido al plan que se ha pro­ ces nos dejamos llevar plácidamente en la contem­
en el mundo”. Qerto. Para nosotros, la última y puesto la Universidad en esta serie de publicacio­ plación de los productos del "mester de joglería”;
espléndida floración del barroco español se dió bajo nes, no se ha incluido en esta carpeta ningún ejem- (Continúa tn la página 19)
meridianos y paralelos mexicanos. En el estudio del . MISTERIO. Esculturas talladas en marfil con adornos dorados. Siglo XVII. Catedral de México.
barroco peninsular (incluyase también el portugués),
México es una de sus grandes y originales provin­
cias. No importa que a su vez lo mexicano haya
refluido a España —en la provincia de Cádiz y de
Sevilla, particularmente, existen no pocos testimo­
nios de ello—, porque todo obedece a la misma
intención artística, al mismo gusto y a la misma
fantasía exuberante; y todas las variaciones que
puedan hallarse aquí y en la península no son otra
tosa que ramas de un mismo tronco.
La imaginería no se sustrae a la realidad de
este hecho. Sin otro conocimiento de ella, con sólo
pasar y repasar las veintisiete obras que nos ofrece
en esta publicación la Universidad Nacional Autó­
noma de México, salta a la vista. Losados rasaos
que mejor caracterizan la escultura española, la vio­
lencia pasional y religiosa, el "expresionismo”, y el
gusto por la policromia delicada y resplandeciente,
allí están definidos, patentes, sin equívocos de nin­
guna clase. Hasta la técnica misma, el modo de
tallar, amplísimo, categórico, por planos esenciales
y tumultuosamente movidos, pasó a ia Nueva Es­
paña del Mar Océano. No hemos seguido por falta
material de tiempo, con la atención debida esta
clase de estudios mexicanos; pero, como buena parte
de la imaginería colonial parece anónima —hasta
ahora, al menos—, nada de extraño tendría, aten­
diendo a los rasgos de su carácter, que parte de
ella haya venido de la Vieja España (está docu­
mentado), o que otra parte muy considerable de los
escultores que aquí trabajaron fueran españoles de
sangre y nacimiento o españoles de sangre —a ve­
ces, más o menos mezclada—. pero nativos de Mé­
xico. Estas son cuestiones de la jurisdicción eru­
dita. ¡Líbrenos Dios de meternos inconsiderada­
mente en sus milpas! Nada más ajeno a nuestra
veri untad.
En las veintisiete láminas de la imaginería Co­
lonial la mayor parte de las obras no tienen autor
conocido. Aunque entre ellas hay obras de singular
valor artístico, según parece, se ignora el nombre
del autor: son anónimas. En toda la serie no figura
más que un nombre de artista, el del valenciano
Manuel Tolsá, que trabajó aquí en México enorme­
mente, y que viene a ser. por su espíritu y saber,
como uno de aquellos artistas y arquitectos —sobre
todo arquitectos— admirables, que florecieron en
España en los años del reinado de Carlos 111. en
que se dió el paso de! barroco y del churriguerismo
al neoclásico importado, tan ajeno al genio nacional
esoaño!, aunque produjo algunas obras si frías, cier­
tamente, no por eso menos dignas y nobles. Este es
el único nombre que figura en la serie universitaria
de la Imaginería Colonial. Y hay que convenir
que la personalidad de este escultor y arquitecto
español mexicanizado es bastante interesante. Es
como una encrucijada de fuerzas barrocas y neoclá­
sicas: y, si bien se mira, pudiera suceder que haya
que considerarle como un ‘'académico'' del barroco
o como un neoclásico que, a pesar de sus actuacio-
/
romance 15 de AIakzo de 1941
Pagina 14
pueden ver, se interpuso entre la mariposa y la.
vido por tantas vidas como io van nutriendo. Sólo
un rumor, muy semejante a una risa ahogada, ORLANDO EL PACIFICO ciencia, un elemento extraño a las dos: la frivoli­
dad. Una caprichosa turista nos privó de esta joya
hace levantar la cabeza a Rosalinda... Cree reco­ (Sigue de la página 6) de la naturaleza. ¡Dios la perdone el daño que
nocer. .. ¡Sí, es el mismo ruidillo del cazador fur­ —quiero creer que involuntariamente— ha pro­
tivo! ¡Pronuncia el sabio los nombres “vulgares” —¿Qué es sexo intermedio? —vuelve a pre­ ducido a la ciencia! Vean cómo en la pantalla se
Rosalinda se pone en pie, dispuesta a vengarse con tan visible desdén... ¿Qué es ya, para él, un guntar la hermanita de Sara. Y Rosalinda —más reproduce el robo de nuestra “citheronia rega­
de tanta burla imaginaria. Sigue con los ojos tra­ nombre de lepidóptero cuando ha perdido sus ve­ bruscamente— le responde: lis” ... Por un azar inexplicable, fué imposible
yectorias fantásticas... ¡Nada! Parece inquietar­ nerables resonancias latinas ? Pero hay que “hacer —¡Cállate! recuperarla. La ratera desapareció misteriosa­
le un último ruidillo, como de un resorte, seguido concesiones” al público. Se trata de una conferen­ Y se dispone a seguir los movimientos del ca­ mente ...
de un roce de hojas... cia de divulgación científica... zador, ya visible. Pero éste, como si de pronto Rosalinda está a punto de saltar, de gritar, de
Otra vez el silencio. Rosalinda hubiera echado También de caza de mariposas sin nombre la­ echase de menos las municiones, inicia una mar­ asesinar al indiscreto furioso Orlando. ¡Allí está
a correr en busca de la solución de aquel misterio, tino, de una caza metafórica. Porque Orlando —el cha rápida hacia no se sabe qué punto misterioso ella misma brincando por el bosque! Rosalinda y
pero en aquel momento se acercan Sara y Pepe, joven— fué inspeccionando lentamente el terreno, de la sala, a tiempo que el conferenciante dice: Lutgarda, Sara y Raquel, la hermanita primera
personajes también mudos, que preguntan con los hasta dar con la mariposa que busca, y pronto fué —Vamos ahora a proyectar una escena de caza. y la hermanita segunda, Juanito y Pepe, prorrum­
ojos acerca del paradero de Juanito y Raquel. acercándose a ella, por el costado más vulnerable, Veremos cómo la “citheronia regalis” gira en pen en una exclamación que —vagamente— llega
Lutgarda responde en voz alta: por el de Lutgarda —embelesada frente a tan torno del cebo. Podremos seguir los movimientos hasta el sabio, pero éste la atribuye a indignación
—No, no han llegado. Habrá que ir a buscar­ preciosa “divulgación”— y la segunda hermanita, del lepidóptero en busca del elemento azucarado contra la burladora de la severidad científica, y
los. Se nos hizo muy tarde... ya dormida. Desde su puesto de observación, co­ de que se empapan los pedacitos de tela que uste­ prosigue hablando campanudamente:
Ya entrada la noche, llegan todos a la ciudad. mienza el joven a indicar a Rosalinda, con los ojos, des verán... —Por eso, el claustro universitario decidió
Sólo quedó en el bosque la “citheronia regalis”, que hay en el mundo faena» de más interés que La pantalla se ilumina... ¡Qué delicia! Es el emprender estos cursillos de divulgación. Quere­
fugitiva del sombrero de la inquieta Rosalinda, la de una larva. Y Rosalinda ¡qué pronto se da bosque, el mismo bosque de los cartelitos de Sha­ mos que al público de todas las clases sociales les
que la dejó escapar. cuenta de la sutil observación de Orlando! kespeare. La segunda hermanita de Sara se des­ sirva de lección, de invitación al respeto frente a
—...Recordemos —hace notar el sabio— que pierta al movimiento brusco de Rosalinda, de las maravillas de la naturaleza... Es indudable
IV los lepidópteros poseen dos pares de alas cubiertas Rosalinda que presiente una broma pesada... He que...
ORLANDO EL FURIOSO por ambos lados de escamitas coloreadas. Por eso aquí los álamos, he aquí la “citheronia regalis”... Pero esta plática ya no la escucha Rosalinda,
se llaman así : lepidópteros... Recordemos su Pero, ¿ entonces ?... ni su acompañamiento. Siguen todos a la enemiga
En el Paraninfo de la Universidad va reunién­ trompa larga, enrollada en espiral, sus anteojos, Se oye la voz terrible de Orlando: de la ciencia, quien, en el vestíbulo, sufre un ata­
dose un considerable grupo de amantes de la na­ sus antenas, su abdomen sin taladro... Nunca de —Por cierto que, cuando estábamos a punto que de nervios que en vano podrían aliviar todos
turaleza viva y otro —mucho más reducido— de sexo intermedio: son o machos o hembras... de poseer este magnífico ejemplar que ustedes los calmantes preparados por la Facultad de Far­
amantes de la naturaleza disecada. macia.
Además, hay en los bancos ciertas gentes cuya
vida “social” —la de siete a nueve de la tarde—
viene determinada por los periódicos de la maña­ Grandeza y Servidumbre... (Sigue de la página 4)
V
ALLEGRO VIVACE
na: un dia el periódico ordena asistir a una lectura
de silvas, otro a un estreno dé película futurista,
otro a una conferencia sobre la tortura en tiempos —el verdadero escritor— tiene que responder con Ser o no ser. He aquí la alternativa. Esta es incues­ No había dormido aquella noche, perseguida
de Iván el Terrible —con reproducciones—, otro la exclusividad más absoluta, con el más generoso tionablemente la única cuestión. tenazmente por legiones de mariposas y de hom­
desinterés, a la llamada de su oficio. El trance es Por lo común, en la crítica, en el menester de bres barbudos que daban puñetazos sobre menas
a un concierto de instrumentos salvajes... Hoy
ordena que se asista a una severa lección sobre angustioso. Lo que ahora se vive —o se pretende emitir juicios, coinciden las ceremonias del ritual al en las cuales bailaba un vaso de agua sobro un
lepidópteros, pronunciada por el eminente hombre vjvir— constituye un ominoso y pérfido tejema­ uso, puramente espectaculares, y los sacrificios u platillo. Luego, durante la mañana, el teléfono
de ciencia Orlando del Brezo, miembro ilustre de neje de turbias pseudoequivalencias. Y quien dice holocaustos auténticos. Sólo estos últimos tienen va­ —de broma en broma— llegó a ponerle mucho
tres o cuatro academias, poseedor de una esplén­ pseudoequivalencias quiere decir, sin mitigaciones eu- lidez y eficacia. La crítica es —o debe ser— lección y más furiosa que a Orlando. ¡Aquello no podía
dida colección de pingüinos —cuya vida estudió íemísticas, contubernios y fraudes. Porque no sola­ creación, exégesis y complemento. En puridad, ho­ quedar así! El terrible viejo debía sufrir un cas­
durante veintidós años— y otra no menos curiosa mente en el tremedal político se juega a los bajos menaje. Pero los autores sucumben gozosos a los tigo ejemplar. La ciencia no podía permitirse vio­
de insectos a cuya vida ha dedicado más de un fondos. También en los aledaños —esto es, extra­ halagos inertes de la lisonja escéptica, a las prerro­ lar la vida íntima de una doncella, aunque esta
cuarto de siglo. muros de la urbe política, donde se ha pretendido gativas circunstanciales del elogio indistinto. El para­ vida se desarrollase en un bosque, entre joviales
Toda la prensa ha mencionado respetuosamen­ confinar a la inteligencia— se manipula clandesti­ bién ‘'cordial", no siempre impremeditado, y la adje­ retozos.
te el gran libro —incompleto— de Orlando del namente con el truco del azar... predeterminado y tivación de grueso calibre son las fórmulas cómodas Por eso, cerca del atardecer, Rosalinda se pro­
Brezo, que ha de constar de treinta y dos volúme­ pintoresco. También allí se juega a ia baja —a las y negligentes con que la poltronería o el desdén se puso arrastrar consigo a Raquel, la vehemente,
nes, todos ellos dedicados a los bichitos que orna­ bajas pasiones— y se pretende involucrar las evi­ zafan de arriesgar un verdadero juicio. Y es bien aun a costa de enojar a su fiel Juanito.
mentan —o hace odioso— el campo. dencias. triste advertir cómo, casi sin excepción, se prefiere —¿Qué quieres hacer? —preguntó SaqueL
Rosalinda no pertenece a ninguna de las tres La literatura no tiene nada que ver con lo que el elogio bursátil, que las masas cotizan, al estudio
exigente que discute y que incluso niega pero que —Ir al bosque. Quiero vengarme. Quiero reír­
clases_ de espectadores. ¿Por qué vino, pues, al a lo peor se toma —o se hace como que se toma— me de Orlando en sus propias barbas.
Paraninfo ? ¿ Por qué tembló, al leer el periódico, por literatura. ¿Habrá que insistir, remachándolas a va, o pretende ir, al fondo de la obra criticada. Va­
nidad de vanidades: vacuidad. ¿Crítica negativa? —¿Y mi Juanito?
frente al severo anuncio de esta conferencia, pro­ machamartillo, en las definiciones tradicionales? La —Puesto que Juanito es tan indispensable en
nunciada por un hombre tan ajeno a la vida emo­ literatura —hogaño como antaño— es el exponente Sólo existe un modo negativo de crítica: el recurso
vergonzante y vergonzoso del silencio. cada minuto de tu vida, que venga contigo. Os
cional de Rosalinda? ¡Misterios inescrutables del superior, la medida neta y el lustre supremo de la escondéis en cualquier parte, cerca del lugar del
corazón femenino! espiritualidad humana. Y no —¡naturalmente'— la ¿Qué valor atribuyen los autores a los pareceres asesinato.
Aquí está, acompañada de la institutriz de las prosa zarrapastrosa de los zarramplines y malsines de quien los juzga? ¿Creen en rigor, que tides pare­ —¿Cómo? ¿Qué dices?
hermanitas de Sara, y de las mismas hermanitas. de las letras; el mugriento y cacofónico “al higuí" de ceres o juicios responden a un criterio? ¿Admiten la —Debo asesinar a Orlando. Yo me adelantaré
Y de Sara, flanqueada de Pepe. Y de Raquel, flan­ las destrozonas del lenguaje. Ni las equivocas logo­ autoridad de ese criterio? La experiencia del crítico sola__
queada de Juanito. Rosalinda —doncella entre maquias pseudopoéticas e incólumes de los no in-¡ a este propósito es tan copiosa como significativa. Pe­ —¡Cálmate!
doncellas— tiene a cada lado, una hermanita. Los cólumes pero sí alfeñicados heterodoxos del amor. Ni ro resulta intransferible. Y no ciertamente porque
tenga que revelar ningún detalle inédito. En rigor, Juanito asintió. Al atardecer, penetraron bis ,
cronistas de sociedad sin duda harán patente que la prosopopeya filológica de los eruditos serviles.
Ni el blando alentar de la metafísica indiferenciada, no hay quien ignore las discordias que suscita el sim­ tres en el bosque. ¿Y si el eaaador no acudía? A
el grupo constituye un ramillete azucénico... o prevención, Juanito llevaba en el fondo dd «och»
cosa análoga. (Porque el buen cronista de sociedad que disimula con pueriles recursos metafóricos su ple reparo o la apreciación hostil en el seno de las
nulidad o impotencia para el trance definitivo de hiperestesias literarias. Mas conviene no ahondar en una merienda.., El llamaba a «sto-^tosj
tiene el deber de convertir el acto académico más del amor”. Agwdarian hasta el i
ceñudo en una exposición de bellezas naturales la posesión filosófica. No. La literatura no es eso. este abismo. A ia postre, el critico cond&a, coa "hu­
mor" e indulgencia, todas las veleidades antagónicas Prontola pareteMidnfcñ.........
modificadas y subrayadas por los sastres de mo­ Ni otra porción de cosas innumerables y aun inno­
da. .. ) Como en el estrado se ve una pantalla ci­ minables. Todo eso —lo enumerado y lo éludido-^ de los agónicos competidores, declarándose a si mis­ ... —
nematográfica, las dos hermanitas aplauden. Al viene a ser la cruz descarada, la ignominjosa antí­ mo competente. No se engaña. Sabe lo que significa
menos, ¡habrá cine! Y todos se acomodan bien en tesis y el reverso paródico de la literatura. Exacta»; “a priori" para d autor. El aútor se lo iñce. (Por
sos asientos. mente: las mixtificaciones, falsificaciones y adheren­ ejemplo, en una dedicatoria). Y en esta versión “a
cias nefandas de un oficio preclaro y benemérito. priori” que se le suministra, el crítico aprende que ¡Oh, qué afcgria!.,. A»
No tarda en producirse uno de esos silencios ve»... ¡Qué afán^ el da HwutHwhb par
calificados de “solemnes” por los cronistas de Ba­ Los jeremías y las plañideras de la ocasión —al­ es “un critico ilustre, una mentalidad de primer or­
lones. .. Porque esto —repito— es una reunión de den, y por contera, un criterio de altanería, incorrup­ carie a Orlando unas docenas de pedos de Ja- bar*- ■
quiladizos, de ocasión— deben coercer, sin embargo, ha! Lo burearía hssta el ensañamiento...
sociedad, a pesar de los dos apéndices —el del arte el generoso fruto de sus glándulas lagrimales.. Las tible". ¿Para qué más? Se comporta de acuerdo con
y el de la ciencia— representados por la oferta las cualidades que se ie atribuyen. O por lo menos, Pero sus ojos quedaron «¿hitamente clavado»
zonas estériles no se fecundizan con llanto acidulo. en uno de los troaos détela. ¿Bra cierto? ¡Sea
de cine y por la mesita del vaso de agua. Detrás Evite, pues, las lágrimas quien no coadyuve con lo intenta. Y acto seguido, sin pizca de sorna, com­
de la cual enseguida surge —amenazador— el pulsa esa versión, reciente todavía, con la flamante cierto!... Alli se tria: “Rosalinda”. ¿Y en aquel
su sudor auténtico a regenerar... el agro. Las da­ otro? También se leía: “Rosabais”. Y en todos
ceñudo conferenciante. miselas suspirosas y los profesionales de la llantina, interpretación "a posteriori" que le facilita el mismo
¡Cielos! Nunca la ciencia escogió un sacerdote escritor ya juzgado. Quien, a lo mejor, rectifica, con los demás. ¡Qué burla! Llena de rabia, aun con
aunque colmen de dolor húmedo y acervo sus lacri­ peligro de dejar prendidos alli los dedos, ae dis­
de tan imponente superficie. Largo, larguirucho, matorios, no podrán persuadirnos de la eficacia de consecuente inconsecuencia y al soplo de su insopor­
fosco, infortunadamente vestido, de barba merli­ table honestidad. Y el critico entonces viene a sabet pone a arrancar el cartelito que más cercano...
tan inocuo menester. Porque la vida se sufraga con Pero alguien, por detrás, detiene las manos
nesca voluntariamente enfurruñada, tan enfurru­ esfuerzos, y no con sufragios. que, en el transcurso de unas horas, dejó de ser ilustre
ñada como su faz, medio escondida tras sus gafas, para ser deslustrado; que ya no es en modo alguno violentas de Rosalinda, alguien que imprime m
poco menos que envuelta en sus marañas capila­ insigne, sino insignificante; que su mentalidad de nuevo movimiento al cuerpo de ella, haciéndelo
♦ * * girar hasta volverlo de espaldas al tronco. Y una
res ... primér orden degeneró estólidamente en alarmante
Rosalinda está a punto de desmayarse. Todo cretinismo, y que su incorruptibilidad de altanería mano contiene el gesto de sorpresa.
Se dice, con frase tópica, pero ejemplarmente
dentro de ella se derrumba. ¡Oh, lamentable pro­ exacta y valedera, “el sacerdocio de la crítica”. Y, hiede a diez leguas, escandalosamente corrupta, en el —No grite, Rosalinda. ¿No me conoce?
fanación de tan alto poeta! Alguien susurra, en en efecto, la crítica, el menester critico, si es, es fondo hediondo de la sevicia literaria. ¡ Precioso ejem­ —¿Quién' le manda • usted seguirme?
la fila de asientos inmediatos: sacerdocio. Conciencia —o consciencia— que juzga, plo de ejemplar inverecundia! Mas del contraste de —No la seguí. La esperaba aquí -—conteste
—Es Orlando el furioso. el crítico veraz no puede hacer dejación de sus ín­ estas dos versiones el crítico sólo segrega unos posos sonriente Orlando.
_Y se difunde un leve rumor de risas, que corta fulas sacerdotales, porque estas ínfulas, que no son de desdén, ligeramente acídulos, y unos jocundos tra­ —¿Aquí? ¿Viene también a robar mariposas?
ceñudamente una voz de bajo profundo: arrogancias ni jactancias, constituyen los atributos gos de alacridad. Y suelve a su forja. A esforzarse sin —El joven del Paraninfo.
—Señoras, señores... absolutos de un oficio que sólo oficia legítimamente tregua. A martillar el hierro sobre el yunque. A darle —Pero... ¿quién es usted?
Rosalinda quisiera desaparecer, salir a respi­ —dicho sea en tono menor, sin énfasis— ante el ara temple. Y a “fundir” sus ojos en una sola mirada —No quisiera asustarla... Pero... ¡Soy Or­
rar. .. Es imposible. Orlando el furioso “ataca” de la verdad. El ara de la verdad —o más modesta­ para "forjarse” la ilusión de que es cíclope. lando del Brezo!
un párrafo de cuarenta o cincuenta renglones que mente, de la veracidad crítica— se lustra cuotidiana­ Rosalinda comienza a lanzar fuego por los
va a dejar extenuado al auditorio. O profunda­ mente con la sangre de las víctimas propiciatorias, ENVIO ojos, están afilándose sus uñas... Prorrumpe en
mente dormido. Lutgarda, sólo Lutgarda, escucha que sólo así se redime, y con el sacrificio, también exclamaciones sordas, indeterminadas... Oriando
ávidamente, como en éxtasis... cruento, del propio sacrificador. Porque la equidad Todo lo que antecede es reproducción literal de sonríe beatíficamente, esperando la borrasca. In­
Pasan ocho, diez, doce minutos, y 1® conferen­ exige este doble holocausto. Y el crítico, el verdade­ mis opiniones y juicios de antaño. Cronológicamente sinúa:
cia sigue martilleando los infelices oídos... ro critico, jamás derrama impunemente la sangre de remotas, las líneas que aquí se reproducen no son —Aquí tiene usted mi cara, hunda en ella sus
—.. .Al nacer, la larva se alimenta de los res­ sus víctimas, ni acude a la servil complicidad de los inactuales. De ahí que no las entrecomille. Responden preciosas uñas. Aquí tiene mis oídos, inúndelos de
tos del huevo y, poco después, de las hojas de la victimarios sañudos e inconfesables —la baja pasión, a la manera de pensar y de sentir que siempre tuve improperios... También tiene aquí mis brazos. Si
planta que le tocó en suerte... El espectáculo de el resentimiento, etc.—, sino que compadece al sacri­ y que hoy tengo y sostengo. No soy hombre de alti­ se desmaya, ¡puede caer en ellos!
esta larva es muy extraño, pues de cada uno ficado, o padece con él, porque su designio es aplacar bajos y de componendas. Desconozco el arte de evolu­ Rosalinda acaba por llevarse las manas a los
de sus anillos salen unos apéndices de color claro la cólera de los dioses, terrible y justa, y no sus in­ cionar por sugestiones de indole económica. Quizá ojos, tan próximos al lloro. Con extrema suavidad,
en forma de ramos espinosos que le dan un aspec­ justos reconcomios. De ahí que el trance ineludible me supervalore; pero mi propia estimación y la esti­ Orlando las aparta de todo drama, diciendo:
to feroz... Su única defensa es el terrible aspecto de la "purificación” se transmude en la angustia soli­ mación que me merecen mis prójimos no están a la —No me empañe mis espejos, ya que me robó
que presenta con estos erguidos apéndices. A los daria de la “identificación”: el critico se identifica venta: no tienen precio. Sin alardear de infalible los de la “citheronia regalis”... ¡Por favor!
pocos días, estas excrecencias se endurecen y se con los sacrificados. Ies transfunde su sangre, o se —no lo soy, por desdicha—, si puedo decir, por fortu­ —Pero... ¿era usted?
hacen más pequeñas. La larva comienza adoptar desangra con ellos, abrasadoramente. ¿Quién contem­ na, que resulto insobornable. Siempre digo la verdad, —Naturalmente. ¿Cómo el viejo Orlando po­
actitudes de reto, con la cabeza adornada y cuatro pla impasible la consumación del sacrificio? Al ver­ mi verdad. Y conste que la adopción de una tesitura día salir a cazar mariposas? Para estas faenas,
o cinco de sus anillos en posición vertical. Si aña­ dadero crítico también le grita y le arde en las tan arriesgada me atrajo con la consideración y el. cuenta con su hijo. Con su hijo que también de­
dimos á esto que mide unos diez centímetros de entrañas la personalidad convulsa del creador, porque estímulo de los mejores, el encono, la saña y el abo­ seaba cazar a__
largo, ¿no nos encontramos con un monstruo en sólo el miserable irredento se goza en las miserias de rrecimiento de las heces intelectuales y morales que Súbitamente, Rosalinda replica:
miniatura? Eso sí, es un monstruo inofensivo. A su prójimo. El escalpelo crítico no es cuchilla sangui­ detentan el subsuelo de la literatura y de la política. —¡Insolente! ¿Está usted loco?
: los siete días de su nacimiento, la larva comienza naria y ciega, de relámpagos crueles, que se encarnice Como es lógico, me satisface y no me arredra tan —Sí. Mi locura empezó una tarde en que vi a
a demostrar su predilección por la postura in­ y que taje a destajo: busca, sí. con dolor, el dolor significativa y enorguílecedora hostilidad. Rosalinda recitando —¡naturalmente!— versos de
versa. Es decir, colgante, la cabeza, antes hacia idóneo, los puntos neurálgicos y entrañables de ia Consagro estas líneas —“Grandeza y servidumbre Shakespeare... Era mi deber. La escena del bos­
arriba, ahora aparece boca abajo, colgando de personalidad creadora, a sabiendas de que únicamente del oficio literario"—, que son el resumen de mi esté­ que hubiera quedado truncada. Por eso intervine.
culquier rama. Y comienza a exudar una materia el celo y el rigor del arúspice critico pueden desen­ tica y de mi ética profesionales, a mis amigos de Mé­ Ella inclina la cabeza, vencida totalmente. El
parecida al barniz. Esta materia se llama quitina. trañar. a la vista de las entrañas, el signo recóndito xico y de España. A todos. Y muy especialmente a gozo comenzó a brotarle por los ojos, después de
Se endurece al Contacto del aire y envuelve a la de la personalidad futura. No se juzgue, pues, por !os más contiguos —Daniel Cosío Villegas. Dr. Isaac recorrer todos sus nervios, hasta no saber ya qué
ninfa hasta su perfecto desarrollo... suspicacias. Cuando un crítico —que merezca tal Costero. Enrique Díez-Canedo, Juan de la Encina, decir ni hacer. Como no sea romper a reír, pri­
—¿Qué es ninfa? —pregunta quedamente a nombre— se ensañe, no se le vitupere: no se le francisco Giner de los Ríos, Dr. Ignacio González mero como en un sollozo, luego en plena norma­
Rosalinda, una de las hermanitas de Sara. desconozca. Por el contrario, acódase en su socorro. Guzmán. Martín Luis Guzmán, Dr. Jesús Jiménez, lidad, como si todo dentro de ella hubiera encon­
—¡Cállate! Sin hipérbole, está sufriendo de verdad —y por la Dr. Manuel Martínez Báez, José Medina Echava- trado su verdadero cauce. Y Orlando, sacudido
La segunda hermanita nada pregunta, pero verdad— perplejidades y angustias ciclópeas. ¿Cómo rría, Dr. Federico Pascual. Luis Recasens Siches, Al­ por aquella risa, se une a ella atropelladamente.
bosteza en el más resignado silencio. Orlando pro­ decir lo que no hay más remedio que decir, sin mal­ fonso Reves. Dr. Manuel Rivas Cherif, Mariano El dúo es tan vigoroso, que llega a oídos de
sigue machaconamente su lección. Ahora describe decir, exactamente? He ahí su tortura. El critico, que Ruiz-Funes, Adolfo Salazar, Manuel Sánchez Sarto Raquel y de Juanito. Acuden ambos a escena y se
a la “citheronia regalis”, ya crecidita. se reconoce falible, tiene que convivir, sin conni­ y Daniel Tapia Bolívar— que. en el instante oportu­ detienen atónitos al borde de ella, modos por el
—.. .Mide quince centímetros de punta a punta vencia con el imperioso rigor que le justifica. Tiene no, me trajeron, con su adhesión y su simpatía, el asombro. Pero Rosalinda se adelanta y presenta
de las alas. Su color es dorado, y presenta una que definirse y resolverse sin efugios. Sólo los inanes, signo hidalgo de una vjríl protesta contra la ase­ jovialmente al cazadpr invisible, diciendo:
curiosa característica: en cada una de las alas negligentes, serviles u oficiosos eluden esta agonía. chanza plural —y sea éste el único adjetivo que mi —He aquí a Orlando, el pacifico.
hay un punto en que las escamas son transparen­ Pero .cómo la eluden? A costa de su probidad y sig­ desdén adjudique a la malograda intentona— de Orlando interrumpe a Rosalinda:
tes, por lo cual la “citheronia regalis” produce una nificación; convirtiéndose en ímprobos correveidiles que se me quiso hacer víctima. Este envío les lleva, —Pero sin barba. No pueden, pues, arrancár­
fantástica impresión de cristales, de espejos... de la publicidad vergonzante, en archivadores y dis­ con mi gratitud, la inmutabilidad de mi conducta. mela. Me la afeitaron las hadas para no asustar
Por eso es llamada vulgarmente “mariposa cuatro tribuidores bibliográficos. ¿Transigir? La conciencia El tiempo —galantuomo o no— dirá, a este respecto, a la mariposa más linda de este bosque.
espejos”... crítica no transige con la transacción, que es fraude. como en tixlas las cuestiones, su última palabra. ... Y los cuatro, meriendan juntos.
15 de Marzo de 1941 ROMANCE Pagina 15

BALLET RUSO su parte mecánica. Despreciarlas equivale a des­


preciar las estructuras que han de mantener en
ANDO una prueba de buen gusto y sen­ pie, merced a cálculos de precisión, el edificio.

D tido, el público ha llenado la sala en las


funciones del Ballet Ruso en el Palacio
de Bellas Artes. Ha aplaudido, además, unáni­
memente, las mejores obras que, hasta ahora,
La técnica de los autores de habla española es,
por lo general, corta e insuficiente. Confiados en
su instinto, descansando en su pereza o en su ha­
bilidad engañosa, escriben obras cuyo peligro prin­
cipal es la falta de consistencia; obras que estarán
ha presentado el conjunto. Porque, contra la
opinión de quienes niegan instinto al público condenadas al olvido, porque no están hechas para
de nuestros teatros, el que asiste al ballet, ha durar. El desconocimiento del oficio hace que la
acertado plenamente. mayoría de las obras —y aun de las buenas obras
Los mejores y más justos aplausos han si­ del teatro español contemporáneo, que no son muy
do para el ballet Paganini, que tiene una coreo­ numerosas—, nos den la impresión de torpeza, de
grafia magnífica. Michel Fokine, demuestra improvisación. Por ello Jacques Copeau, conocedor
su maestría coreográfica en una obra que sólo de los secretos del teatro, actor, autor y director,
le presentaba escollos, peligros. iQué modo de al referirse a estas cuestiones exclama: “El dra­
resolverlos con gusto y criterio modernos, sin maturgo verdaderamente superior es aquel que no
caer en la amplificación, en la deformación, ignora ninguna de las posibilidades de su instru­
mento”.
en la caricatura! Y es en este ballet, donde la
El libro de Rodolfo Usigli comprende también
fusión de los elementos que lo hacen posible ha y muy principalmente una investigación sobre los
sido más estrecha e insensible: la música de estilos en el teatro. No elude el hecho de que, a
Rachmaninoff, sobre un tema de Paganini; los menudo, estos estilos se combaten y se encadenen,
decorados y trajes de Serge Soudeikine; la nota­ Usigli trata de precisarlos, de definirlos. Sus ob­
ble interpretación por el conjunto de bailarines; servaciones son, a menudo, agudas y penetrantes.
y la personal intervención de Dimitri Rostoff En otras ocasiones, da motivos para que en el
en el personaje titular de la obra, y la de Paul espíritu del lector se enciendan las luces de la rec­
Petroff en el joven florentino. La solución esce­ tificación o de la polémica, lo que hace más inci­
nográfica es, en Paganini, maestra. tante la lectura, puesto que da lugar al diálogo
El lago de los cisnes y El matrimonio de con el autor, teatralizando el libro mismo, puesto
Aurora, con la coreografía de Marius Petipa, que en el teatro “en el principio era —y sigue
son ballets ante los cuales el espectador no debe siendo— el diálogo”.
perder de vista, para gozarlos plenamente, la Una atinada serie de ejemplos acompaña a la
intención y la escuela coreográfica del autor. investigación sobre los estilos: clásico, neoclási­
La decoración del primero es muy débil. La de- co, romántico, realista, naturalista, simbolista,
impresionista y expresionista. Rodolfo Usigli nos
habla de la dirección escénica correspondiente a
DAVID LICHINE. primer bailarín y coreógrafo del Original Ballet Russe.

Por Julio ACOSTA


joven autor, que guarda, inéditas y no representa­ tiones que un espíritu preparado, un profesional,
das aún, un buen número de obras que recorren puede juzgar obvias, pero que al novicio les ser­
una extensa escala, que se tienden desde la come­ virán para aclarar lo que, dentro de la labor crea­
dia política al drama y a la tragicomedia. Obras dora, es siempre un punto de partida. Me refiero
como El gesticulador y Otra primavera son ya a las cuestiones de géneros y estilos teatrales, a
signos de madurez y sólo esperan la objetivación sus diferencias, a sus semejanzas; en una palabra,
de los intérpretes para revelar definitivamente un a su definición. Puesto que el teatro es un medio
talento de autor teatral poco común en nuestro de expresión que, afortunadamente, cuenta con lo
medio. Rodolfo Usigli es, también, autor de pró­ que podemos llamar un “arte poético”; puesto que,
logos y epílogos a sus comedias. Escritos a la ma­ del mismo modo que en la poesia, para ciertas
nera de los famosos prefacios y comentarios de formas teatrales existen ciertas convenciones y
George Bernard Shaw, son pretextos para que su reglas (“Y nada hay más importante que una con­
autor haga correr una ironia que, a menudo, adop­ vención”), como para la elaboración de la estruc­
ta formas de corrosiva sátira sobre los temas más tura de un soneto, por ejemplo, ¿ por qué no insis­
diversos. tir en los límites formales de cada forma teatral,
El Itinerario dei autor dramático nos hace pen­ para evitar las confusiones? Se trata, claro está,
sar en libros del tipo del que escribió William de las cuestiones que podemos llamar de oficio.
Archer, critico inglés cuya competencia y método Una vez conocidas y dominadas, “con la ayuda de
IRINA BARONOVA, primera bailarina del OngiW son palpables en La creación dramática, mannal una técnica competente, el talento creador puede ■a
Ballet Ríase. técnico, y en el de George Baken, Técnica dramá­ dar a sus creaciones la posibilidad de vivir y res­ Los tres Ivanes en LA BODA DE AURORA
tica. Como los libros de Archer y de Baker, el de pirar en la escena". Y es William Archer quien Original Ballet Russe.
fw—ifa delde «agotado «s ana excelente mnedm
Leóta Bakst DeUdosa ballet d de
Rodolfo Usigli está dirigido, sobré todo, al apren­
dí* de metas dramático. Es, en cierto modo, una
escribe last líneas que yo be subrayado para des­
tacar basta qué punto la técnica es una ayuda al
gula de los modos y medios de que ha de valerse escritor de talento. No es ignorando estas condi­ estos estilos, lo que le sirve para dibujar sus
Tlaj «nn<TT. viejo conocido nneatao, con 1* armo­ puntos de vista y llevarlos al terreno de la obje­
niosa coreografía de Michel Potóle; con nn el escritor teatral para lograr la maestría en el ciones fundamentales de la técnica teatral como
oso de los instrumentos de su labor creadora. No se hace el dramaturgo. Lúcida, científica o empí­ tivación teatral. Y termina su interesante trayec­
decorado de un gusto exquisito. ¿Sería exage­ to con unas reflexiones sobre el teatro de propa­
rado decir que en £1 gallo de oro, pesa la minu­ oculta su intención didáctica, y por ello no evita ricamente, el autor teatral de todos los tiempos se
ni se arredra ante las repeticiones de ideas y cues- ha formado al contacto de la realidad teatral en ganda, precedidas por otras sobre el teatro poético,
ciosa caracterización y la anécdota excesiva y que no es precisamente —como en España siguen
detallada, que los bailarines han de subrayar creyendo los autores— el teatro en verso.
constantemente? Los decorados de Gontcha-
rovd —tan conocidos en reproducciones— se ENTREACTOS Y ENTREMESES
presentan ahora en México por vez primera, con SEBXXCO
sus extravagantes colores y sus motivos popu­ En el Salón Verde del Palacio de Bellas Artes
lares. También los decorados de Cristián Bérard el grupo de Teatro Panamericano que dirige Fer­
hacen su primera aparición en un escenario nando Wagner, estrenó la obra de Mark Reed» que
en la adaptación de Fernández Bustamante lleva el
nuestro, ahora, en La sinfonía fantástica. Algu­ título de Amor a 55 grados.
nos telones y un buen número de trajes no des­ l’na compañía de nuevos actores representó en
dicen la fama que ha precedido al artista francés. el Teatro Fàbregas, bajo la dirección de Felipe del
Hoyo, £1 divino impaciente, de J. M. Peinan, al
Irina Baronova, ha tenido un éxito proteico mismo tiempo que en el Teatro Arbeu, un conjunto
en las tres funciones que el Ballet Ruso ha de veteranos, encabezados por Eduardo Arozarnena.
presentado. Paul Petroff es ahora la figura que llevó al escenario la misma obra. La compañía que
actúa en el Teatro Ideal, estrenó una obra de Jar-
•aparece con más frecuencia. Y no es un abuso üiel Poncela intitulada Un adulterio decente.
de expresión decir que David Lichine no se El Ballet Iluso, dirigido por el Col. W. de Basil,
prodiga; no se ha prodigado, al menos, en las trabaja actualmente en ei Palacio de Bellas Artes.
Entre las obras desconocidas por el público de Mé­
tres primeras funciones en que lo hemos visto xico, contamos £1 gallo de oro, Graduation Sail, £1
en Baile de graduados y en el pájaro azul de lago de lo» cisnes. Paganini, £1 matrimonio de Au­
El matrimonio de Aurora, solamente. rora, Scheherezada, Sinfonía fantástica, El espec­
La animación de la mayoría de los ballets tro de la rosa, Cotillón, £1 pájaro de fuego, Corear-
tlum, Ztos cien besos, Cenicienta, SI hijo pródigo,
hizo más visible la pálida coreografía e inter­ Francesca da Bimini. Proteo y I»a siesta del fauno.
pretación, la falta de unión entre los elementos BSTASO8 USWOS
que forman el Carnaval, en el que ni el decora­ En el Teatro Nacional de Nueva York, fué es­
do, ni el vestuario, anunciados como de Bakst, trenada una nueva obra de Makwell Anderson: Jour­
sobreviven. ney to Jerusalem. (Viaje a Jerusalem).
Las escenas de la obra transcurren en la corte
y en el templo de Jerusalem, en el Palacio de Here­
CAMINOS DEL AUTOR des, en la casa de José en Nazaret, en una tierra
desierta frente a Jericó y en Jerusalem. El asunto
DRAMATICO acusa un concepto diametralmente opuesto al deJ
Nuevo Testamento con respecto al nacimiento de
N los países de habla española no es fre­ Jesús. En la obra Jeshua, es el hijo de José y Mi­
riam, desechándose la Tesis de la Concepción In­

E cuente la publicación de obras del género


de la que Rodolfo Usigli acaba de publicar
con el título de Itinerario del Bator dramático. Si
los autores de obras teatrales no son, en España
y en México, numerosos, las obras de teoría acerca
maculada.
—Eugene O’Neill ha puesto ya título & dos de
las piezas teatrales del ciclo de nueve que está, es­
cribiendo y que presenta la historia de una familia
norteamericana a través de varias generaciones. El
título de los dramas ya terminados es Greed of the
del arte dramático tampoco pueden ser muchas. meek.
Existe, pues, una relación entre ambos hechos, que Al margen del ciclo en cuestión, O’Neill ha ter­
minado otra comedia.
son el síntoma de la falta de glóbulos rojos en la —Oscar Serlín, prepara la versión teatral de la
sangre del teatro en nuestros países. En México, vida del famoso bailarín ruso Nijinski. La obra
en los últimos dos años, no han aparecido antes que se basa en la biografía que de su esposo publicó
Remóla Nijinski, hace algunos años.
la de Rodolfo Usigli, sino dos obras de ideas sobre —En el Teatro Princeton, de la ciudad de Prin­
el teatro. Me refiero al volumen en que Enrique ceton, se estrenó la comedia de Lawrence Languor
Díez-Canedo, el crítico español residente en Mé­ y Armina Marshall, titulada 8nzanna and the Slders
(Susana y P»s ;.ncianos ». La acción de l.i obra es
xico, reunió una serie de conferencias con el título un episodio de la historia del siglo XVIII del país
de Los enemigos del teatro, y el libro de Antonio vecino, cuando florecieron en algunos lugares las
Magaña Esquivel, Imagen del teatro, en que re­ comunidades socialistas y comunistas.
cogió y criticó los trabajos de los teatros de expe­ AAGEITOfA
rimentación “Uliscs”, “Orientación” y otros simi­ —En el Teatro Buenos Aíres, de la capital del
lares, signos de la inconformidad de una nueva mismo nombre, se presentó la actriz española An­
generación de autores frente a la rutina de los tonia Herrero, con el estreno de la comedia de Bi-
rítbeau Pollo de son corps. (La pecadora y la ho­
teatros comerciales. nesta.)
Rodolfo Usigli es autor de un Historia del Tea­ —En el Teatro Smart hará su reaparición la ac­
tro en México y escritor punzante y activo sobre triz Mecha Ortiz. La presentación de su compañía
se llevará u efecto con la comedia Romance, de
cuestiones teatrales. Es, también, el autor dra­ sheidon, traducida por Martínez Cutifio. A ésta se­
mático más fecundo con que cuenta nuestro país. guirán otras obras ib- l’irandeilo. María Luz Regás,
Algunas de sus obras han sido llevadas a escena ür. Pico, Harthes y laines y otros.
por compañías comerciales. María Teresa Montoya U. B. S. S.
representó con buen éxito una de sus comedias, Teatro español en ruso
Mediotono, que reveló a Usigli como un excelente La Editorial Arte, de Moscú, ha preparado una
conocedor de los resortes teatrales de la técnica nueva colección dv draTi'ótn as de autores es­
de la composición dramática. La compañía que pañoles. traducidas por vez primera al ruso, en la
tue figurarán I»a moza de cántaro, Soche toledana
actúa en el Teatro Ideal representó otra de sus y X»a mayor victoria, de Lope de Vega: Guárdate
obras, La mujer no hace milagros, y los teatros del agua mansa, de Calderón; SI desdén con el des­
experimentales han acogido otras comedias del Una escena de la SINFONIA FANTASTICA. Original Ballet Russe. dén, de Morete, y £1 sí de las niñas, de Moratín.
Pagina 16 ROMANCE 15 de Marzo de 1941

Apuntes Aforísticos
SOBRE EL MATRIMONIO
Por Paulino MASIP
LIBRERIA
ILES de epigramas, escritos u orales, te han amor con mujer extraña se quitaba el anillo de boda

M
ROMANCE
enseñado a burlarte del matrimonio; pero en y lo dejaba sobre la mesilla de noche.
no menor número te han enseñado a burlarte O como la de aquella mujer que nunca engañaba
de los médicos, y cuando estás enfermo los llamas,
a su marido dos veces con la misma persona.
porque, a pesar de todo, los médicos son los únicos ♦ » »
que saben algo de medicina.
* * * El soltero vive en una ciudad; el casado en una
aldea. La vida de la ciudad es más extensa; la de la
Quien va al matrimonio en busca de la felicidad aldea, más profunda, más entre las raíces verdade­
absoluta es tan tonto como si la buscara cuado co­ ras de la vida.
mienza a estudiar la carrera de ingeniero. » » »
» » » AV. GUATEMALA, NUM. 38
Decía uno; tantos años llevo de casado que mi
El matrimonio es una manera de vivir, y la vi­ mujer es ya como si fuera una persona de mi familia.
da es eso, la vida. » » *
* • »
El matrimonio es un arte. Como todas las artes Tel. J-71-24. México, D. F.
El divorcio es una especie de paracaídas. A mí, requiere largos anos de aprendizaje. La vocación se
personalmente, te diré que me dan más miedo los diez supone.
segundos que van desde el salto hasta la apertura del » • »
paracaídas que el estrellamiento en el suelo dentro Unamuno llamaba a su esposa "mi costumbre OFRECE:
del aparato. encamada”. El hombre es también la costumbre de
» » » sí mismo. “Derecho Penal” (Cuello Calón). 3 tomos.
No conoces a una mujer hasta que no has vivido » ♦ »
con ella unos cuantos años. A veces cree uno que está cansado de su mujer
* • » y es que está cansado de la ciudad, de los amigos, “Derecho Civil Español Común y Foral (Gastan Tobeñas).
Huir del matrimonio por temor de que salga mal de ver todos los días los mismos muebles, los mis­ 4 tomos.
es tan ridículo como no viajar en ferrocarril por­ mos cuadros, de hacer todos los dias las mismas co­
que, de cuando en cuando, hay trenes que descarrilan. sas. Cambias de ambiente y la mujer parece nueva.
* * » * * * “Tratado de Derecho Penal” (Edmundo Mezquer), 2 tomos.
¿Por qué le exiges al matrimonio la perfección Como existen el año escolar y el año judicial,
que no le pides a las demás cosas humanas? debería implantarse el año conyugal con dos meses “Filosofía del Derecho” (Giorgio de Vecchio). 2 tomos.
♦ » » de vacaciones pagadas.
L'no de los encantos del estar casado es que ya * * * “Resumen de Derecho Administrativo y de Ciencia de la Ad-
no te tienes que casar. No espíes ios sueños y ten el pudor de- los se­
* • * cretos pensamientos ajenos. ministración” (Velasco Calco). 2 tomos.
Hay gentes que se casan como aquel que, can­ * » »
sado de esperar el tranvía de Mixcoac. de rabia se El matrimonio tiene —habla el varón— la vir­ “Filosofía del Derecho” (Radruch).
mete en un Tacubaya-Loreto. tud taumatúrgica de convertir en difíciles a las mu­
♦ * 4 jeres más fáciles. “Introducción al estudio del Derecho Civil” (Buen).
La mujer propia es un regulador maravilloso. * » »
Su presencia impide que agotes las otras aventuras No te cases mientras consideres que tu prome­
tida carece de defectos. Estarás maduro para el ma­ “Tratado de Derecho Mercantil” (Cosack).
hasta la saciedad amarga.
« * * trimonio cuando conozcas sus defectos y te hagan
Un matrimonio feliz es la superación de los ma­ gracia. “Teoría Jurídica del Dinero” (Nusshaun).
« * *
los olores.
Coleccionar mujeres es una dispersión inútil. En “La interpretación de los derechos jurídicos” (Danz).
• • .* ■ • una están todas. O dicho de otra manera: lo que
Existe una fidelidad física y existe —es dear,
no existe— una fidelidad espiritual. Algunas personas buscas en todas, está en una. “La teoría de la causa” (Dabin).
le conceden a ésta una gran importancia. No tiene * * *
ninguna. Espiritualmente todos hemos sido alguna vez El matrimonio es una gran fábrica de ilusiones.
asesinos o ladrones. • * * “Las presunciones en el Derecho” (Hedemann).
» » » Que Dios te conceda una mujer celosa. Ella te
El hombre es, biológicamente, polígamo; la mu­ proporcionará las mayores voluptuosidades. “Usufructo, uso y habitación” (Venetian). 2 tomos.
jer es, imaginativamente, poliándrica. No lo olvides * » *
y atente a las consecuencias o prevénlas. “Tratado de Derecho Hipotecario Alemán” (Nusshaun).
♦ • »
Creo en el sacramento, religioso o l»co, del ma­
Todo amor desemboca en el aparejamiento. trimonio. “La Filiación” (Antonio Cicu).
» • • • * *
Como prueba de que el matrimonio es un esta­ ¿Matrimonios a prueba? ¡Qué barbaridad! ¿Por
do antipoético se ofrece el hecho de que los poetas, qué do, hijos a prueba, adolescencias a prueba, vida
‘La «presentación voluntaria de los Negocio»
cuando se casan, dejan de hacer venas. Con el mismo individual a prueba, que à me equivoco, vuelvo a
rigor podría decirse que el matrimonio es un estado empezar?
tan poético en si que no hay en él necesidad de ha­ » • ♦
cer versos. “Tratado de Derecho Mercantíl” (Gante). 3 tomos.
• » » El juicio definitivo sobre un matrimonio, como
Los versos nacen de las nostalgias o de las an­ sobre una obra de arte, corresponde a la posteridad. “Elementos de Derecho Hipotecario** (Campuzano ÿ Hor­
siedades. En el matrimonio no existen ni unas ni ♦ ♦ *
otras y el poeta calla. El harem resolvió el problema de la polivalencia ma). 2 tomos.
Colofón; Un hombre normal, sano y equilibra­ varonil, pero multiplicó las angustias imaginativas
do no hace versos. femeninas. “Manual de Derecho Mercantil Inglés” (Curtí).
» » » * * *
Se achacan al matrimonio culpas que no son Lo he dicho más de una vez: querer ponerle va­ “El Derecho Inglés” (Jenks).
específicamente, suyas. Por ejemplo; que se hace uno llas a la fantasía erótica femenina es como ponerle
viejo, que se le caen los dientes, que el ácido úrico puertas al campo. El campo sigue tan abierto como “La Condena en Costas” (Chiovenda).
Techina en las articulaciones. antes y has echado a perder el paisaje.
♦ » » * * *
"El buey suelto, bien se lame”. Fíjate en que el
“El Contrato de Arrendamiento de Cosas” (Fuhini).
En d matrimonio surgen inopinadamente des­
refrán dice buey y no toro. filaderos y precipicios difíciles de salvar. La mayor
» • » parte son espejismos que finge la bruma acumulada “Los daños civiles y su reparación” (Fischer).
La fidelidad tiene muchos matices. Por ejemplo: de los pequeños tedios de cada día. Enciendes todas
la de aquel casado que antes de entrar en juegos de las lámparas del corazón y se deshacen. “La simulación de los negocios jurídicos” (Ferrara).
“El Contrato de Cuenta Corriente” (Morando).
EL TEATRO DE LOS “Instituciones de Derecho Romano** (Serafim), 2 tomos.
BURIATO-MONGOLES “Tratado de Derecho Penal” (Liszt). 3 tomos.

Por D. POLIANSKY “Principios de Derecho Internacional Privado” (Pillet). 2


ACE ya unos cuantos años, se celebran en maístas y de los palacios de los kanes de Mongolia. tomos.

H Moscú, regularmente, décadas del arte L>a primera .impresión intensa del arte buriato-
dramático de los más diversos pueblos de mongol es indudablemente visual: colores, formas
la URSS. Kasajes y kirguises, georgianosy movimientos
y influyen sobre el espectador. Hacen
armenios, ucranianos y bielorusos, usbekes y aser- aún más honda esta impresión algunos bailes,
baidzhanos han venido a dar en Moscú sus me­ entre los cuales es quizá el más inolvidable el
“Nuevos hechos, nuevo derecho de Sociedades Anónimas”
(Garrigues).

jores óperas y obras dramáticas. ¿Han sido estas “baile de las máscaras de miedo'’, del drama mu­ “Revolución, Ciencia del Derecho’* (Herrfahrdt).
fiestas algo más que una confirmación de lo con­ sical Bair. No sólo es este baile una magnifica
siderablemente desarrollada que está la vida ar­ solución coreográfica de la vieja danza de la “El Usufructo de Derechos” (Dalmases).
tística de las diversas repúblicas de la Unión So­ muerte, sino que es, además, admirable la rique­
viética, muchas de las cuales carecían antes en za de las máscaras, talladas con maestría. Este “Jurisprudencia en broma y en serio” (Uterino).
absoluto de teatro? ¿Son estas décadas mera ex­ baile de las máscaras renueva la tradición de las
presión de hospitalidad y atención hacia las di­ antiguas danzas buriato-mongoles en fiestas y
versas nacionalidades, o bien justifican esas obras funerales, pero ahora es una danza líbre de toda “Las servidumbres personales** (Osorio Morales).
y espectáculos, por sí mismos, su presentación en la mística que le daban los lamas. Las máscaras
una ciudad como Moscú, donde el teatro tiene representan admirablemente a los héroes de las “Magistratura y Justicia’* (Becería).
tanta importancia? leyendas buriato-mongoles y a personajes del
La década del arte buriato-mongol, celebrada mundo animal. En la primera ópera buriato-mon­ “Qué es la Tecnocracia’* (Llorens).
en Moscú a fines de octubre, puede dar respuesta gol, Enge-Bulat-bator, tienen peculiar fuerza y
a estas preguntas. El arte profesional de los bu­ pasión las danzas de guerreros.
riato-mongoles es el más joven, y si de la esceni­ Pero el arte buriato-mongol no es sólo un es­ “Economía Ferroviaria” (Fenelón).
ficación de sus dramas musicales puede afirmarse pectáculo de lujo y colorido. Los artistas de este
que merecen ser presentados a un público tan pueblo atraen también nuestra atención por su “Jueces y tribunales en Inglaterra, Francia y Alemania”
exigente y mimado como el de Moscú, lo mismo música y por su arte dramático. En todas las
puede decirse, aun en mayor grado, de las obras obras que hemos oído durante la década, la música (Ensor).
de arte y de los teatros de las demás nacionali­ tiene sus rafees en el folk-lore del pueblo buriato-
dades. mongol; los textos, si se exceptúa el drama musi­ “Problema de Gobierno Socialista” (Stafford).
En las obras presentadas por el teatro de la cal Erzhen, cuya acción pasa en nuestros dias, se
República Soviética Autónoma de Buriato-Mongo- relacionan con leyendas buriato-mongoles. El “La Mejora” (Romero Vieitez).
lia, atrae, sobre todo, la atención del espectador principal personaje de las obras, fundadas en ma­
teriales épicos, es el pueblo, que lucha contra la
la extraordinaria belleza de trajes y decorados. cruel opresión de los kanes. En todas las obras el
Ante los ojos del espectador se desenvuelve una pueblo aparececon los usos y costumbres que le “Principios Hipotecarios” (González).
finísima sinfonía de colores, cuyo encanto es aún son propios. Difícil es consignar hasta qué punto
reforzado por la peculiaridad de los preciosos tra­ han resultado expresivos y adecuados a la escena “Tratado Elemental de Derecho Romano” (Petit).
jes nacionales. El arte dd decorador alcanza su estos usos y costumbres.
mayor altura en los interiores de los templos la- (Continúa ¿w ia págñw fj)
15 deMarzode 1941 ROMANCE Pagina 17

NOTICIARIO MUSICAL
K2XXCO AHOHTOVA
OPERA
TEMPORADA DEL COLON
Ha quedado constituida la Compañía Titular de
Opera de Bellas Artes, que en jumo próximo ofre­ La próxima temporada del Teatro Colón tendrá
cerá una temporada de arte lírico con cantantes extraordinaria importancia. El Director del Teatro,
mexicanos y extranjeros. Cuatro grandes óperas de maestro Floro Ugartc. ha contratado en Nueva York
las cuales tres son desconocidas en México integran a varios cantantes, entre los cuales se cuentan Law­
el repertorio de esta temporada: Las WÀUdrix*, de rence Tibbett, Salvatore Baccaloní, Bruna Castag-
Wagner, Salomé, de Strauss; Carmen, de Bizet y na, Zinka Milanov, Risé Stevens, René Maison, Ales-
Origen del Ballet en Rusia. La Escuela Imperial de Danza y el Teatro Mariinski L« Movía Vendida, de Smetana, l^a compañía será sio de Paoiis y varios otros. También ha sido con­
subvencionada por diversas dependencias guberna­ tratado el maestro Arturo Toscanini, quien ofre­
La conquista de París. Sergio DiaghilefJ. Los Ballets Rusos en México. tivas. así como por los particulares. cerá una serie de conciertos sinfónicos. Toscanini
visitó a Buenos Aires el año pasado con la orques­
El Coronel JE. de Basil. TATA VASCO ta de la N. B. C. y alcanzó éxito sin precedente.
El drama musical del compositor mexicano Mi­ JOSEFINA AGUILAR
guel Bemal, que fué estrenado en la ciudad de
Por Jose BARROS SIERRA Pátzcuaro y que tiene por argumento varios episo­ I-a eminente cantante mexicana Josefina Aguí-
dios de la vida del ilustre Vasco de Quiroga, será lar ha interpretado MI Amor Brujo, de Manuel de
representado en el Teatro Arbeu de México en la Falla, bajo la dirección del mismo compositor,
O obstante que los Ballets Rosos, cuya que eclipsaron a Noverre, a Vestris, Taglione segunda quincena del mes actual, bajo la dirección quien se encuentra actualmente en la Argentina. El
del compositor mismo. maestro Falla opinó que su obra no tiene mejor in­

N gran tradición se baila hoy día represen­ y Camargo.


tada por los dos grandes grupos que diri­
gen el Coronel W. de Basil y Leonidas Massine,
respectivamente, habían conquistado a París
Si Petipa había sido el creador de la escue­
la romántica en el ballet, Michel Fokine, sur­
gido de la Escuela Imperial, fué el iniciador de
la era moderna. "El paso de Petipa a Fokine
SINFONICA
La Orquesta Sinfónica de México ha recibido
ayuda económica del Gobierno, para efectuar su
temporada anual de conciertos en el verano próxi­
térprete que la Chacha Aguilar, habiendo coincidi­
do en este elogio con los que anteriormente habían
hecho de la misma artista los maestros José Iturbi
y Arturo Toscanini, con los cuales ha cantado en
ocasiones anteriores.
desde hacia veinticinco años y habían visitado
todas las ciudades importantes del mondo, no sn la danza es mayor que el de Mozart a Wagner”, mo. La Secretarla de Educación concederá un sub­ PBBU
sidio de $ 50,000.00 y el Departamento Centrai del
fué hasta 1934, durante la temporada inaugural afirma Romola Nijinsky en su interesante obra, Distrito Federal la misma suma. La Orquesta tiene EL CICLO BEETHOVEN
del Palacio de Bellas Artes, cuando el público de de la cual hemos tomado muchos de los datos actualmente un presupuesto de $ 300,000.00 para
que figuran en esta nota. una temporada de doce pares de conciertos, o sea, Bajo la dirección del emitente maestro Erich
México tuvo ocasión de admirar esos incompara­ aproximadamente, $ 25,000.00 por cada par de au­ Kleiber, la. Orquesta Sinfónica Nacional de Lima ha
bles espectáculos. Las ideas renovadoras de Fokine, conteni­ diciones de un mismo programa. interpretado, por primera vez en el Perú, las nueve
En época anterior, es cierto, había visitado das en una famosa carta que envió el artista a sinfonías de Beethoven. Kleiber alcanzó en estos
CARLOS CHAVEZ conciertos un éxito enorme que compartió con los
a México la genial Anna Pavlova, que prefirió la Dirección del Teatro Mariinsky, encontraron elementos de la Sinfónica Nacional, en la cual mi­
abandonar el gran conjunto de loe Ballets Ru­ al principio terrible oposición; pero el genio El compositor mexicano Carlos Chávez ha ter­ litan muchos excelentes ejecutantes que anterior­
minado su más reciente obra: un concierto para mente pertenecían a la Filarmónica de Viena y a
sos par* explotar la fama que aquéllos le habían creador acabó por imponerse plenamente y to­ piano y orquesta, que él mismo se propone ejecutar otros conjuntos europeos.
dado, sobre todo, en las tierras, no visitadas por davía hoy es Fokine el coreógrafo más. destaca­ como solista cou alguna de las orquestas nortea­
las huestes de Diaghileff; pero los espectáculos do y el director artístico de los ballets rusos que mericanas. Chávez ha salido pitra los Estados Uni­ POBTUGA.L
dos con el fin de hacer los arreglos necesarios.
ofrecidos por aquella excelsa artista se basaban nos visitan.
CUARTETO LEXER ESTRENO DE LA OPERA “DON JUAN IV”
únicamente en su éxito personal como “prima Las grandes figuras surgidas de la Escuela
ballerina” y descuidaban tanto el repertorio co­ Imperial eran desconocidas en el resto de Euro­ Esta célebre organización húngara, de música En el Teatro San Carlos de Lisboa se ha estre­
de cámara, que lleva 22 años de fundada, visitará nado la ópera Doa Juan IV, con música de Rui-
mo los conjuntos, considerados así, cosa secun­ pa, hasts que Serge Pavloviteh Diagbileff, un Coedho sobre un poema de Silva Tavares.
daria. Esto, naturalmente, no podía saberlo un hombre extraordinario por su talento organiza­ México en la segunda quincena del presente mes.
El Cuarteto Lener procede actualmente de varios VHXOV SOVIETICA
público que no había tenido contacto alguno con dor, tuvo la idea de presentar los ballets rusos en países de Hispanoamérica, donde ha actuado con
el arte profundamente renovador de Diagbileff, Paris. Diaghileff poseía una personalidad mag­ gran éxito, y después de ofrecer algunos conciertos Conciertos de la Filarmónica
ai con los grandes danzarines, coreógrafos, mú­ nética irresistible. En torno suyo se reunieron en Bellas Artes, seguirá su viaje hacia los Estados
Unidos. La Filarmónica del Estado Soviético ha celebra­
sicos y escenógrafos que aquél había reunido los- más notables valores de la pintura, de la CONCURSOS do en el Conservatorio de Moscú una temporada
gracias s* «as prodigiosas dotes de organizador. música y de la danza, con los cukles Diagbileff de conciertos con obras de Prokofieff, Shostakovich
El Conservatorio Nacional de Música de México y Jachaturian. I^a Filarmónica se prepara a cele­
Posteriormente vinieron Pavley y Oukran- creó los espectáculos rusos que habían de con­ ha organizado varios concursos de música vocal e brar el 170 aniversario del natalicio de Beethoven
sky, quienes presentaron obras de mejor calidad, quistar al mundo entero. instrumental con el fin de estimular a los estudian­ con la ejecución de sus nueve sinfonías y de loa
entre ellas La Siesta de un Fauno, creación del tes del propio plantel, así como a los que reciben vinco conciertos para piano y orquesta. Otros diez
Ya en 1897, Diaghileff habia organizado en su educación musical en las escuelas particulares. conciertos estarán consagrados a las obras de J.
infortunado Nijinsky, y el ballet que formaba San Petersburgo una exposición de obras de los El Concurso comprende a los ejecutantes de los si­ 3. Bach con motivo de su 19° aniversario.
parte de la Opera Privé de París, que aquí se di­ pintores ingleses y franceses. Dos años después guientes instrumentos: piano, violín, cello, viola,
contrabajo, órgano, arpa, guitarra, flauta, oboe. cla­ BISCOS NUEVOS
solvió al huir el empresario con los escasos recur­ importó de Francia obras pictóricas de los im­ rinete, fagot, saxofón, trompeta, corno, trombón.
sos de la infortunada compañía. presionistas y conmovió con ellas el ambiente También concurrirán los cautantes y los pequeños TOSCANINI Y HOROWITZ
Entonces, hecho curioso, buena parte del pú­ ruso. En 1906 llevó al Salón de Otoño de París, grupos corales y de cámara.
Por primera vez han aparecido en Ids catálogos
blico pareció no darse cuenta de la importancia la primera exposición de pintores y escultores CUARTETO CLASICO NACIONAL de discos los nombres del director Arturo Tosca­
y calidad dd espectáculo que se le ofrecía en Be- rusos, que fué una revelación para Europa en­ nini y del pirçpista Vladimir Horowitz —suegro y
El Cuarteto Clásico Nacional, que se halla inte­ yerno, respectivamente— en la ejecución de una
Bas Artes, quizás porque a causa de una de esas tera. En 1907 Diaghileff organizó en París grado por los profesores Ezequiel Sierra, José Tre­ obra que en esta ocasión es el Segundo concierto
malas pasadas que a. vece» suele ¿jugarnos • la cinco conciertos históricos de música rusa, con jo, David Saloma y Domingo González, está cele­ para piano y orquesta de Brahms. El grabado fué
obras de Glinka, Scriabin, Borodin, Balakireff, brando sn décímasegunda temporada de conciertos hecho hace pocos meses cuando ambos artistas eje­
creían qua L« muerte' del cisne, de la Pavlova en la Sala de Conferencias del Palacio de Bellas cutaron esa obra en el Carnegie Hall de Nueva
Mussorgsky y Rimsky Korsakoff. Fueron los Artes, con la cooperación de Ib» planistas Carmen York, con la Orquesta Sinfónica de la N. B. C.
i creación artística superior a Petroachka, pianistas, Scriabin y Rachmaninoff. Dirigieron Castillo Betancourt. Ramón Serratos y Luis Godl-
3»-dei ballet ruso, en 1* soberbia la orquesta, N Arisen, Rimsky Korsakoff, Gla- nes Fonseca; del clarinetista Salvador Ochoa y del OBRAS DE SIBELIUS
contrabajista Braulio Robledo. La temporada cons­
de Massine. zunoff y Chevillard. El éxito fué enorme. Al ta de cuatro conciertos en los cuales figuran obras La Orquesta de Filadèlfia, dirigida por Ormandy,
loa Ballet* Busca, después año siguiente Diaghileff llevó a Paris a los gran­ de diversas épocas, incluyendo algunas de autores ha grabado un álbum conmemorativo del 75 ani­
des cantantes rasos. Con Chaliapin, Smirnov, mexicanos. versario del nacimiento del compositor finlandés
~ espectáculos
Lipkevska y Baklanov, de la Opera Imperial, Jan Sibelius. Figuran en ese álbum varias de las
obras más populares del compositor, entre ellas
dió a conocer las óperas rasas, que causaron Jtt OISBS As Tsmisil, TflsBdlB y MI viaja As I»«at-
«nBfataúo. KLEMPERER
- Swy faMM «él» Into de “deaeafctrir" pie- NaUeias Regada* «a Nueva York haoep saber CUARTETOS DE BEETHOVEN
director ánjrqw&ta alemán Otto XlAfo-
garor M aocfientra perturbado ’ en sos El Cuarteto Coolidge, integrado por Kroll, B«-
îaeuttâoes móntales y ae teme qne haya perdido te rezowaky, Moldavas y GMttieb, ba grabado el Cuar­
* ft. tos artistes del Teatro Imperial de razón, Klemperer fué operado recientemente de on teto Op. IS, Nûra. S de Beethoven, parte de la co­
WW*introdarido » RnMa por el San Petersburgo y de otros grandes coliseos tumor en el cerebro y dorante varios meses pareció lección completa de los cuartetos que esta editan­
rusos. Fueron primeras figuras de aquel cua­ que había recobrado Xa salud. £3 artista salió de do la Víctor y todos los cuales serán interpretados
adro Mfhaaswtcb, «a «1 siglo XVU. un sanatorio donde se hallaba recluido y hasta los por el prestigiado conjunto.
Ped» d Grande fné compositor da dro, verdadera constelación de estrellas: Michel momentos de escribirse la presente nota, no habia
Fokine, Adolf Bota, Monakov, Bulgakov, Ni­ sido hallado por la policia de Nueva York, que an­ TRIO DE TERINA
baÛeto y obligó a ú corte a bailar por medio daba en su busca. De confirmarse esta noticia, el
ja mi Úsase, para lo cual empleó como instruc­ jinsky, Koslov, Mordkin y las primeras bailari­ arte muaícal sufrirá una sensible pérdida.
nas Karsavina, Koralli y Pavlova. Las tempora­ El Segundo Trio Op. "6 de Joaquín Turina ha
tores a los oficiales suecos que había hecho prt- LA PASION. SEGUN SAN JUAN
sido grabado por un excelente conjunto para la
íoneros. La primera escuela rusa de danza das se sucedieron unas a otras en París y en Víctor. Es asta una de las primeras obras españo­
toda Europa. Diaghileff procedió entonces a las de cámara que se graban en la cera.
lata de 1735 y fué fundad* por la zarina Anna La Orquesta de los Nuevos Amigos de la Música
Ivanovna, quo sostuvo 1* educación completa enriquecer el repertorio con obras originales, y el Coro de la Schola Cantorum, de Nueva York,
bajo la dirección del eminente maestro Fritz Stied-
le doce niños y niñas. El resultado fué magni­
fico y entonces la zarina cedió uno de sus pa-
creadas muchas de ellas por Fokine. Así sur­
gieron los grandes ballets de Stravinsky-Fokine; ry, ha interpretado la Pasión, según San Juan, de
Bach, de acuerdo con la versión original y sin nin­
EL TEATRO DE LOS
Ravel, Debussy, Falla, Prokofieff, Habn y otros. guna especie de cortes o supresiones, tal como el
acios para la escuela y llevó a Rusia a Landet,
aaestro francés de baile. Así nació la Escuela Los grandes escenógrafos, tales como Bakst,
Roerich, realizaron verdaderos prodigios.
mismo director la puso hace varios años en Rusia.
BALLET MEXICANO
B UR IA TO MONG OLES
imperial de Danza, que alcanzó gran impulso (Viene de la fiág. 16)
m la época de Catalina la Grande. En 1779, La vida de los Ballets Rusos continuó, con Ana fíokoíof. la bailarína norteamericana que en
Catalina reorganizó la escuela y construyó los las viscisitudes naturales en un espectáculo de México formó un grupo de ballet, ha ofrecido en
tanta magnitud, hasta que en 1929 murió Dia­ Nueva York una breve temporada con algunas de Los espectadores han podido ver epánto pro­
primerea teatros de piedra que hubo en Rusia. las obras que puso en México y que tienen música
ghileff. Muchos pensaron que en Venecia había mete, al principio de su desarrollo, el arte buriato-
En la época del Zar Pablo fué invitado a de autor mexicano. Han llamado especialmente la
quedado enterrado para siempre, junto con aquel atención los ballets de Silvestre Revueltas, el ex­ mongol. No todo está aún igualmente maduro, pe­
Sosia el gran bailarín francés Carl Ludwig tinto compositor cuya personalidad ha adquirido
mago extraordinario, la gran tradición del ballet ro en todo se sienten claramente amplias pers­
Didelot, a quien se considera como el padre del ruso. Durante dos años surgieron muchos aspi­ recientemente intenso relieve en el mundo musical
¡allet ruso. "Un verdadero bailarín —decía Dide- rantes a ocupar la plaza que dejaba vacante
norteamericano. pectivas. Especial mención merece- el arte de los
ot— debo ser también buen actor y tener cora- Diaghileff; pero no fué hasta 1931 cuando el MARTI NU actores buriato-mongoles, superiores a lo que suele
ten de poeta”. Casi un fanático de su arte, Coronel W. de Basil, logró reunir los dispersos verse en la escena en las óperas, per la natural
Oidelct implantó una disciplina férrea durante El compositor checo Brohuslav Martinu ha lle­
elementos de aquella compañía y organizar una gado a los Estados Unidos procedente de la parte y sincera alegría con que trabajan estos jóvenes
¡as veintiocho años que dirigió la Escuela Im­ temporada en el Liceum,-que fué tedo un éxito. no ocupada de Francia. Martinu ha compuesto re­
perial, y formó excelentes bailarines. Gracias recientemente varias obras que se propone dar a artistas, que viven por entero los papeles que re­
Desde entonces pudo verse que los Ballets Ru-« conocer en el vecino pals.
i Didelot, conoció Rusia el arte de la Taglioni, sos seguirían viviendo con su antiguo esplendor, presentan. Gran talento han demostrado los jó­
la Elssler y otras celebridades.de la danza en y si bien De Basil no podía ya echar mano de GEORGE SZELL venes directores de escena buriato-mongoles. El
tquella época. los grandes recursos que había ofrecido a Dia­ teatro les debe cohesión y arnfonía del conjunto,
Otro gran bailarín y creador, el francés El director de orquesta checoeslovaco George
ghileff la Escuela Imperial de Danza, clausura­ Szell ha sucedido por breve tiempo en la dirección una solución admirable de numerosas escenas de
Harius Petipa, sucedió a Didelot en 1a dirección da cuando sobrevino en Rusia la revolución, en de la Orquesta Sinfónica N. B. C. a Arturo Tosca­
ie la Escuela. Durante sesenta años este hom­ cambio podía disponer de los elementos surgidos nini. El último concierto de Szell estuvo dedicado masas, por una sabia utilización de abundantes
íntegramente a la música de su país. Se ejecutaron recursos.
aro extraordinario fué miembro del Teatro Im­ de todas las escuelas que en diversas ciudades obras de Smetana, Dvorak y otros compositores.
perial. Compuso sesenta ballets; reconstruyó habían sido fundadas bajo el estímulo de los El éxito del arte buriato-mongol, que ha su­
iiecisiete y creó ballets para treinta y siete ballets rusos. OPERA DE COPLAND perado lo que se esperaba, debe atribuirse en
óperas. Petipp es el clásico del ballet, y sus El Coronel De Basil adquirió todo el material La ópera de Arron Copland SX SegmoAo Huracán buena parte a la activa colaboración de artistas
abras todavía figuran en el repertorio de los que había pertenecido a DiagbAeff, así como los será representada en San Francisco. California, ba­
ballets rusos. Dotado de imaginación isagota- jo los auspicios de la Asociación de Compositores rusos. Los autores de las óperas y de los dramas
derechos de ejecución de las obras, y contrató y bajo la dirección de Ashley Pettis. Los actores
de, supo enriquecer el lenguaje coreográfico los mejores artistas. Estableció una disciplina serán en su mayor parte niños de las escuelas se­ musicales representados durante la década son
:on nuevos pasos, elevando al mismo tiempo la de grupo que quizás nunca había alcanzado la cundarías y alumnos del Conservatorio de San Fran­ compositores rusos y buriato-mongoles. Directores
tategoría de este arte, que con él dejó de ser cisco.
antigua organización y continuó enriqueciendo el rusos han ayudado a los buriato-mongoles; un
ma serie de movimientos gimnásticos y salta­ repertorio de ballets con nuevas creaciones, EL PIANISTA HUGO BALZO maestro de ballet y profesores de canto rusos han
torios, para convertirse en un medio de expre­ muchas de las cuales han tomado ya su lugar
sión de los más elevados sentimientos. El pianista uruguayo Hugo Raízo ha llegado a trabajado con el conjunto. Podría decirse: ¿hasta
entre las más importantes del género. Nueva York. Lo pensiona su gobierno con el fin de
En la Escuela Imperial de Danza los alum­ ofrecer conciertos en diversas ciudades como parte qué punto puede entonces hablarse de un éxito
Después de la temporada de Londres, en del programa de ‘buena voluntad” que se ha tra­
nos eran considerados como hijos adoptivos dpi 1933, se vió claramente que era ya imposible zado el Uruguay hacia los Estados Unidos.
del arte buriato-mongol? Pero los artistas rusos
Zar. Durante ocho años los niños de nueve o que un solo grupo de ballet pudiera mantener no han alterado en modo alguno el carácter pecu­
iiez, admitidos en el plantel, recibían una com­ en acción todo el repertorio que se había ido liar del arte buriato-mongol, trasmitido por tra­
pleta instrucción general, así como educación creando y que comprendía las realizaciones clá­ dición secular de generación en generación. No
musical y teatral. Los mejores maestros de sicas y románticas, junto con las obras de Fokine Petroff, Jasinsky, Panaieff, Rostoff, Ladre,
lanza formaban parte del profesorado. Se daba y de los más jóvenes coreógrafos, tales como han “europeizado” ese gran arte asiático, limitán­
Orlof, Belsky, etc., y a bailarinas tan notables
a los niños excelente trato v se procuraba ciue Nijinskaya, Massine, Balanchine, Romanoff, como Tamara Toumanova, Tatiana Riabouehin- dose tan sólo a ayudar al pueblo buriato-mongol
desde los primeros grados de su educación, to­ Lichine, Sehwezoff, Nina Verchinina, etc. Al ska, Nina Verchinina, Tamara Grigorieva, Oltra a superar algunas etapas de su desarrollo artís­
maran parte en las representaciones de] Teatro año siguiente De Basil dividió por primera vez Morosova, Anna Leontieva. Volkova, Geneviene tico, que antes se retrasaba artificialmente. Han
Imperial de la Opera, o Teatro Mariinsky, al su compañía en dos grandes grupos, para actuar Moulin, Marina Svetlova. Tatiana Stepanova, y trasmitido a los primeros artistas profesionales de
tual ingresaban terminados sus estudios. Ese simultáneamente en América y en Monte Cario. otras.
teatro tenía un cuerpo de baile compuesto de En 1936 hallábase ya asegurada la existencia Buriato-Mongolia los conocimientos y hábitos pro­
Una docena de estrenos, aparte de las re­
L80 artistas. de las dos compañías, las cuales subsisten, a posiciones de obrag que no se han visto hace fesionales de que precisa el teatro contemporáneo,
Producto de la Escuela Im norial, a princi­ pesar de las condiciones creadas por la actual muchos anos, completan el atractivo de esta jira partiendo siempre al hacerlo de las particulari­
pios del presente siglo, fueron Vaslav Nijinsky, guerra. de ballet por la América Española, que a Méxi­ dades del arte buriato-mongol.
el genio de la danza, que vive aún en Suiza, El Original Ballet Russe, que ahora nos vi­ co ha llegado en momento oportuno, precisamen­ Por ello, las obras presentadas durante la dé­
recluido en un sanatorio desde que perdió la sita, es uno de estos dos grandes grupos, igua­ te cuando se observa entre nosotros un verda­
razón hace ya más de veinte años; Matilde les en fuerza y que, en competencia el uno con cada buriato-mongol están plenamente a la altura
dero resurgimiento del arte de la danza. Reci­
Kshessinskaya, Preobrajenskava, Nijinskaya, el otro, tratan siempre de superarse. En un biremos el vivificante estímulo de estos espec­ de lo que tienen costumbre de ver los espectadores
ánna Pavlova, Tamara Karsavina, Michel Fokine repertorio que tiene increíble amplitud, actúan táculos, que, a través de los años, han alcanzado, de nuestra capital, pero al mismo tiempo no han
y varios otros que alcanzaron la celebridad y en él bailarines tan eminentes como Lichine, hasta donde es posible, la perfección. perdido en absoluto su colorido nacional.
Pagina 18 ROMANCE 15 de Marzo de 1941

LOS LIBROS POR DENTRO


XAVIER VILLAURRUTIA
El Gran Tema Novelesco MEXICAYOTL
y el
AMON J. SENDER es, sin disputa algu­
A “Editorial Sudamericana" —Buenos Aires— expresión. No opinan, sienten. Viven con la máxima
TEATRO CLASICO
L ba publicado la segunda edición en lengua
española de la novela de Aldous Huxley," Con­
AVIER Villaurrutia acaba de añadir a su trapunto”. Realizó la versión el infatigable Ltno
intensidad. Cuando llega su bora, se hacen pedazos.
Los personajes de Huxley no van del ciego ins­
tinto a la aventura intelectual. Arrancan de un la­
R na, uno de los prosistas de más calidad
con que cuenta la literatura española mo­
derna. Su calidad puede ser explicada. Se diría
que consiste en un sentido del genio del idioma:
Novas Calvo, asimismo traductor de la gran novela boratorio, aunque progresivamente —según hizo notar

X importante bibliografía y a las ediciones


Nueva Cultura, que dirige, su pieza en

cana que puede ser considerada clásica. Se hizo


de Lawrence, "Canguro”. Los nombres de uno y otro Maurois— avanzan por el camino de la humanidad.
tres actos La Hiedra. En ella hay que saludar, novelistas
sin van frecuentemente unidos en la exégesis Son las novelas de Huxley una magnifica pista donde
reserva alguna, la primera obra dramática mexi­ de alguno de sus libros, y aun parece que entre ellos entran los personajes para lucir su poca o mucha agu­
rudeza señoril; apego a las raíces, húmedas de
tierra y de aroma joven, de las palabras; y un
no sé qué desprovisto de retórica y de «tonque
académico. Se diría también que estriba en que
existía cierta oposición; René Lalou la dejó levemen­ deza mental. Nada nos dejan decir. A veces leemos ha logrado, de modo no escolar, la arquitectura
ya esta declaración a raíz del estreno de esta te apuntada en el prólogo a “Le serpent à plumes”. de la frase. Se diría, de igual modo, que se «tobe
pieza en provincia —no en México, como apunta sus cuadernos íntimos. No se trata de un ”rin¿’ don­
Por un lado —el de Lawrence— espléndidas orques­ de se encuentran los ímpetus vitales, sino un locu­ a la destreza sencilla que en todo momento pal­
algún reseñador de libros— por María Teresa
Montoya, para quien, en realidad, fué escrita. Se taciones sinfónicas; pot otro —el de Huxley—, un torio donde todos —urbanamente— hablan por turno, pita en sus frases.
ha hablado de Ruiz de Alarcón, “clásico de un contrapunto psicológico. "En Htudey —escribe La­ se escuchan atentamente. Asoma un aventurero, un El lenguaje de Sender parece madurado en la
teatro romántico”, cuya técnica romántica, sin lou— la misma sensualidad contiene una virtualidad asestno, pero su crimen es producto de un falso ra­ rama del árbol filológico. (Sólo en apariencia es
embargo, degrada bastante su condición clásica. de abstracción ; en Lawrence, las ideas generales con­ zonamiento, no de una corriente subterránea verda­
Manuel Eduardo de Gorostiza representa entre pedante esta expresión. El lector la tenga por
servan basta la impudicia el calor del ser que las dera. Es un suicida que, antes de morir, de acabar exacta y por simple.) No es el lenguaie de Sen­
nosotros el pseudo neoclasicismo en sus peores
ángulos. Es a Villaurrutia a quien toca escribir engendró". de morir, realizo un “acto politico”, no nn “acto der fruto de bodega; ni eco trasnochado de pos­
en este siglo una obra cuyo asunto, cuyo corte, No creemos que se opongan. Su punto de partida humano”. Los ímpetus humanos, al pasar por la polí­ turas clásicas; ni menos trasiego de literatura a
cuyo espíritu son clásicos por excelencia. Hacien­ es muy distinto: eso es todo. Lawrence fué en busca tica, se tuercen, se envenenan... De ruedo es que literatura.
do lo que otros poetas dramáticos contemporáneos, del hombre "integral", le preocupaban las energías Bajo el sol y la luna y ios laceros y el viento
Villaurrutia ha extraído un tema anexo a la mito­ fundamentales de la vida humana, frecuentemente Huxley novelador resulta disimulado por el Huxley
logía y tratado antes, principalmente, por tres "intelectual", en vtz de aumentado, como sucede en y el agua, su palabra se ha ido abriendo hasta
grandes dramaturgos: el tema de Fedra que, a describió las raíces últimas de cualquier impulso; Lawrence'. La inteligencia a solas en la grar, pista, alcanzar el grado de recatado esplendor que hoy
través de Eurípides, de Séneca y de Racine, ha Huxley prefiere manipular con el nombre civilizado, luce. En la literatura española de creación artís­
acaba por hacer de ella un desfile de esqueletos.
adquirido mayor vigor y brillo. Pero sería injusto de extrema civilización, es decir, de sensibilidad hi- tica sólo podria encontrar paralelo actual (muer­
juzgar de la obra de Villaurrutia comparándola peraguda o atrofiada; con el nombre “de sociedad", tos Valle Inclán y Gabriel Miró) en León Felipe
en detalle con las de sus ilustres predecesores. y Manuel Machado: basta leer los prólogos def
Sería injusto compararla simplemente a la Fedra atiborrado de fórmulas antivitales, cargado de teorías primero, y el Juan de Mairena del segundo, para
de Racine porque se trata de una trasposición de­ prestadas que le entorpecen su mtrio auténtico, que Todo ¡o cual no qniere decir que en "Contrapun­ constatar esta observación. En la literatura me­
cididamente personal y poéticamente arbitraria. hacen de él un juguete de las circunstancias, aun de xicana puede comparársele, ñor la espléndida
En La Hiedra no quedan visibles sino algunas las más msignncantes. Si un personaje de Lawrence to” falten valores esencialmente novelescos. La ex­
tensión del libro permite al autor incluir en su obra valentía para ir de lo que se dice a lo que se es­
líneas fundamentales de Fedra, las que se refie­
ren estrictamente a la pasión. La sobriedad de puede todavía ser calificado de héroe, los personajes de cribe (movimiento centrifugo de todo lenguaje
no pocas intervenciones de la naturaleza viva. Si verdaderamente vital) sólo a Martín Luis Guz­
Villaurrutia, su horror de lo complicado, lo llevan Huxley y apenas lo son; von y vienen empujados por prefiere describir desfiles de pensamientos, tampoco
a desnudar el tema hasta el límite. Por esto La algún prejuicio, por alguna teoria apresurada, mien­ mán y a José Rubén Romero. Un día la obra es­
Hiedra nos ofrece una Fedra —Teresa— sin Te- olvida la reproducción, siempre concisa, del escenario, tilística de estos autores será apreciada en su
tras los perosnajes de Lawrence obedecen, ante todo
seo, sin corona, sin hijos, sin el abolengo de Minos aunque siempre en la medida en que sirve de soporte verdadera esencialidad.
y Pasifaé; un Hipólito sin sueños de armas, sin y sobre todo, a un impulso interior, entrañable, pri­
a la charla de turno. Todo, buena novela. Porque Mexieayotl es una nueva linterna mágica que
preceptor, sin complejos de moralista y sin un mitivo. una novela es buena o mala, no porque prefiera des­
amor sincero por Aricia; una Aricia —Alicia— proyecta en la pantalla móvil del espíritu, las
sin hermanos muertos en batalla, que no ha sido cribir interiores o exteriores, corazones secos o rezu­ calcomanías de una vida india sólo en apariencia
condenada a la virginidad por un rey enemigo. El mantes: la novela no tiene por qué someterse a un en posición estática dentro del puado. La vid»
Terameno "proporcional de la pieza —Ernesto— Los personajes de Huxley opinan demasiado; los contenido que complazca a este o aquel gremio. El no­ india que evoca y glosa Sender se aparta de la
está más cerca de Teresa que de Hipólito. El Hi­ de Lawrence, ante todo, viven. Recordemos "El ofi­ velista es libre, absolutamente libre para preocuparse historia (en cuanto ésta sólo es documentación
pólito de Racine parte desde el principio de la tra­ cial prusiano", que puede muy bien darnos la clave razonada de documentos), de lo arqueológico (en
gedia, en el deseo, en la voluntad de partir, antes por la descripción del Himalaya o de un corazoncito cuanto esto es hipótesis de hechos puramente
de hacerlo físicamente. El Hipólito de Villaurru- de novelar de Lawrence. Dos hombres —un capitán de doncella. La “maldad” o la "bondad” vienen a. la objetivos), y de lo artístico (en cuanto esto su­
tia regresa y no viene a buscar a su padre. La y su asistente— se entregan al más birviente silencio. novela por otros caminos. pone lo puramente grato y pintoresco). La vid»
simplificación es evidente. Hasta el veneno y la Nos aturde el estrépito de aquellas dos almas en caá También el pensar, el sólo pensar ¡es "huma­ india que Sender ha sabido manejar aquí, dea-
locura de. Fedra desaparecen aquí, como la cólera total mudez. Pero llega un instante en que el hervor cansa en la transfiguración de lo indi» de lo pro­
de Teseo, la perfidia de Oenona y la muerte de no"! Por esto, una novela de aventuras meramente
Hipólito entregado a la cólera de Neptuno. La estalla, destruyendo a los dos, dejando intacto el si­ intelectuales continúa siendo tan novela como la de fundo indio, de aquello que implica una nueva
única complicación que Villaurrutia añade en La lencio. Eran dos turbios Impetus que Lawrence rao- meros instintos en buba. Todo lo humano puede ser humanidad nacida en América, pero no «Ato paca
Hiedra es la reciprocidad de una pasión semiinees- gistralmente confina en dos formas trasparentes, tan ten precioso contenido de novela, aun ras más fistos América.
tuosa entre Hipólito y su madrastra. Su piexa humanas" como artísticas, de tanta sencillez como obstrucciones. Las fuente» no de inspirncióci «too de apoyo
cobra gradualmente sus símbolos personales sin
guardar del original clásico más que un acento
y una pasión cuya propia desnude* cubre con un
pudor estatuario. Es cierto que, «a Eurípides y en
Séneca, Hipólito es acusado de haber violado a Ixw cien mejores consejos que puede recibir tíha madre aeerca de
su madrastra: rim corpas taHt, como cita el pro­
pio Racine. Pero sería inútil extremar las seme­ rifo más inteligente!.
la salud de su niño pequeño.
janzas y las diferencias en este caso. Es claro que T no se piense que Hender Umita I» exprerióa
Villaurrutia no trató de reproducir, sino de evo­ de su* valores Rterarios; antea, con hafc&fod
car, de dar un cimiento y un ala del pasado a la digna de elogio, logra armonizar las corriente*
pasión estéril que anima a sus personajes. Porque

EL CUIDADO
de la prosa y del verso, en este libro por varios
es una paBión estéril, y éste sería el reproche títulos admirable. En la prosa analiza y explica;
que moralmente podría hacerse al autor. A la en el verso sintetiza y sugiere ;>en la prosa dis­
inversa de Racine, Villaurrutia no pretende ins­ curre; en el veno siente; en la prosa logra, por
truir al público, no parte de una base estrictamen­ extensión, un anhelo de poesía; en el verso,
te moral. Su pieza no tiene pretensión alguna de
por concentración, alcanza la médula de la poe­
ejemplo, pero la oscura pasión en que sus perso­
sía. El verso en este caso es un comentario lírico
najes se agitan carece de raíces y de frutos, tiene
un algo de bovarismo. No produce terror, como
DEL y, en ocasiones, metafisico, de lo cósmico quo
Fedra y, por consiguiente, sólo produce una rela­ camina por las páginas del libro.
tiva piedad ante el destino de Teresa, que se que­ Este libro de Sender, por el estilo

niNo
da sola; ante el de Hipólito, que se va sin muerte que está escrito y por ei contenido, tan
y sin Aricia; ante el de Alicia, que guarda en su que conduce, es ejemplo para la literatura de
vientre un hijo sin padre. Los caracteres de La
Hiedra son víctimas del lugar, mejor que de la América. Apenas si nn autor en Sodamériea 1»
acción. Es el lugar el que les impide a la vez re­ sale al encuentro: Horacio Quiroga.
frenar y liberar su pasión. Del libro se destaran, por su singular beSexa,
Villaurrutia es uno de los dramaturgos más dos narraciones: Tototl y Navalatl: la vida es 1*
eficaces que conocemos, en visión, en profundidad, POR EL DOCTOR fuerza de la creación; y el fuego en la rida da
en adivinación del público y de sus reacciones. lo eterno.
Seguramente La Hiedra será de una gran eficacia
en la escena, como lo son obras menores de esto & ABRBU GOMEZ.
poeta. Su diálogo es de cristal de roca en la fir­
meza y en la luz, -sin perder el fondo de misterio
ALFONSO G. ALARCON
que nutre a la poesía. Sus caracteres están bien Don Armando da
delineados en lo general desde el principio. Su Maria y Campos ha
técnica tiene las virtudes de la claridad y de la escrito una docu­
sobriedad. Sin embargo, así como en lo moral La Corona Olímpica de Bélgica en 1935 y acreedor al Premio Na­ mentada crónica
Hiedra es una pieza realmente sin crimen ni cas­ acerca de la “Muer­
tigo, en lo técnico ofrece lagunas que, si no reba­ cional de Contribución en 1936. Ex Secretario General del Departa­ to y Rcsuilección
jan en lo mínimo su calidad, sí dejan una insatis­ «M Teatro en Che­
facción como sombra de la lectura. La preñez de mento de Salobridad Pública, ex Jefe de la Oficina General de Higie- coeslovaquia'’. El te­
Alicia, revelada en el tercer acto, no tiene motiva­ ma no es, claro es­
ción ninguna en los dos primeros actos. Es una tá, del dominio pú­
sorpresa demasiado sorprendente. El segundo acto
ne Infantil y Protección Social a la Infancia, miembro de la Sociedad blico. Por lo común,
titubea un poco al principio, por cuanto asume, éste no eetá tarando
asi sea en nn diálogo de excelente corte, una fun­ de Pediatría de París, de la Academia Nacional de Medicina, Hono­ en las ririsHade*
ción explicativa que corresponde normalmente al que ba tenido qoe
primero. Esto estanca un poco el movimiento de rario de la Sociedad Mexicana de Puericultura, de la Academia de conllevar la farán­
la acción, que se querría ver desenvuelta sin pér­ dula en la que fué
dida de tiempo. Las frases humorísticas del ama patria de Maearyk.
Ciencias Antonio Alzate, de la Sociedad Cubana de Pediatría, de la De ahí el doble interés que avalara esto Hbro.
en el tercer acto, si bien intentan aliviar la tensión
dramática, rompen la unidad de la pieza, la apar­ Todos sus capitulas agavillan «latos, observa­
tan de su severa sobriedad y constituyen el único Sociedad de Gastroenterología de New York, de la Sociedad Médica ciones y glosas y son sobremanera significativos.
recurso romántico usado por este autor. En cam­ Coa la exposición del “problema teatral” se Sos
bio, el final del segundo acto, con su eco, es un Yucateca, etc. Profesor de Clínica de Pediatría de la Facultad de transmiten las condiciones históricas en que ae
verdadero hallazgo en el que hay emoción y belle­ suscitó, prosperó y decayó tal problem» Como
za, más que en el paradójico final del tercero. Medicina. estudio auténticamente documentada, sdeccñma
Esta mujer que se agarra a los hombres y a sabiamente. Todos los riesgos y todas la* posi­
la casa como la hiedra, no dará seguramente lugar bilidades «leí teatro se ponen de manifiesto.
al pensamiento del Teseo de Racine: “D'une action CUARTA EDICION Quien pueda entender, que entienda. La obra no
ri Boire-que ne peut avec elle expirer la mémoire”. está consagrada exclusivamente a toe profanos,
Pero esta pieza sí es memorable. La hiedra sin sino también, y sobre todo, a loa que tienen la
muro simboliza un poco, también, las buenas pie­ responsabilidad de dirigir esto sector pedagógico
zas que languidecen en México sin teatro de don­ Exclusiva de distribución; y estético del teatro. El Teatro, con mayúscula,
de asirse para vivir. Puede quedarle al autor, sin no se reduce a las vicisitudes de Isa tablas. Algo
embargo, un consuelo melancólico. Igual que su E. D. I. A. P. S. A. Apartado 8092. México, D. F. más profundo y esencial es lo que mueve, más
personaje al final del primer acto, su pieza está allá de la escena, a loa personajes y a las per­
sola en el teatro mexicano. sonas que se dedican a este difícil menester.
15 de Marzo de 1941 ROMANCE
Pagina 19

CIENCIA HISTORIA SOCIOLOGIA


VIDA DE UN EMPERADOR
A aparición en castellano del libro Caries V,
YO QUIERO LIBERTAD SANTOS ESPAÑOLES
L ei Emperador y el Imperio Español en el
Viejo y Naero Mando, del profesor de la

man, tiene una doble importancia que debemos I


SABEL de Palència acaba de publicar, en
Universidad de Harvard, Roger Bigelow Merri­ inglés y bajo este sugestivo titulo, un libro
de memorias. ¿ Autobiografia femenina?
que surgiese en labios de una mujer y en el am­
biente de una burguesía hostil refusa a toda
manifestación genuinamente humana. Esto sig­ B
IBLIOTECA Nueva, editorial «pañola que
cuenta en su haber la difusión en caste­
llano de buena parte de los llameantes es­
critos de Lenin, cierra hoy el arco-iris de sus
«qui subrayar. Aclara, en primer término, la figu­ Efectivamente. Una autobiografía sencilla, es­ nifica que Isabel de Palència, desde su juventud, publicaciones encomendándose a todos los santos.
ra del primero de los Carlos españoles, desvane­ pontánea, ajena a esas poses donde se satisface tuiro que luchar por su libertad como luchó des­ Del infra-rojo, la susodicha editorial pasa al
ciendo no pocas nubes agolpadas en torno al el narcisismo de tantas fracasadas que sin tener pués por la de su sexo, la de su pais, y adhirién­ ultra-violeta, color éste apto cual ninguno para
que —Por asares de la suerte— filé algún tiem­ nada que contar se fingen a sí mismas hondas dose a las causas más nobles de nuestro tiempo, simbolizar estas Vidas de Santos Español» que,
po, el eje de la historia política universal. Sub­ complicaciones psíquicas y trascendentales pro­ por la de todos los seres humanos. Pero esa lucha como incandescente floración de la España ultra-
raya sus principales lineas históricas, no poco blemas que forzosamente han de interesar a todo no le dejó, como & otras mujeres en análogas imperial y non plus ultra famélica, tienden a
deformadas por la política, por las religiones, el mundo. Isabel de Falencia no necesita recu­ circunstancias, «a insensibilidad y esa sequedad llenar —nadie piense en otros apetitos aparte
por sectarismos de ambas zonas. Sabido es que rrir a estas ingenuas e ineficaces añagazas. Nos de «pirita que incapacitan para comprender y los espirituales— cierta laguna que se reconoce
su decidido empeño de eliminar del suelo his­ consta que en su acervo espiritual hay elementos juzgar sin acritud ni «trechos partidismos los existe, no en el estómago, sino en la “hora del
pano al hereje y al infiel, alzó en derredor suyo para muchos libros de memorias. Puede hablar­ seres y las cosas. Al contrario, aquilatándose y resurgir glorioso de nuestra patria”.
polvaredas que los historiadores interesados nos de ella sin aburrirnos, porque lejos de limi­ templándose en la fragua de la experiencia —¡y ¿Con qué autor» de derribo se cuenta, o con
antes cuidaron de espesar que de ahuyentar, con tarse en la esfera de lo femenino cotidiano, ha qué experiencia tan rica y jugosa, tan llena de
sabido proyectar su propia feminidad, sin adul­ qué farragosos materiales para rellenar y dese­
peligro de vulnerar la auténtica verdad histó­ sentido!— su feminidad —sn humanidad— car semejante vacio? Con autores a 1» que —al
rica. El gran anhelo de Carlos por “hispanizar* terarla ni combatirla, en infinitos sectores vitales, aprendió a considerar la vida y los hombres con decir del tornasolado y enjuto editor, sin duda
a Europa —también a España— ¿cómo podia ocupando un puesto de honor en la liza de las una benévola indulgencia y una curiosidad afec­ en trance de perecer de hambre sobre el yermo
ser bien comprendido? luchas humanas.
tuosa que la ayudan a comprender lo más ajeno de la España imperial— “una larga y brillante
Oigamos a Ramón Menéndez Pidal: Pero no obstante su claridad expresiva y su a ella misma e incluso a perdonar blandamente,
aire de decirlo todo, lo que ha callado nuestra labor ha nimbado de gloria”. Véanse, si no, al­
"Carlos V al hispanizar su Imperio propaga sin desdén ni amargura. ¿Aunque los demás no gunos de sus nombres: Víctor de la Sema, aguda
hispanidad por toda Europa. El Imperio que autora « indudablemente lo que más nos inte­ piensen como nosotros, vamos a abrir un abismo espina nacida a deshora en el rosal barroco de
tan achicado llegó a sus manos, casi solo como resa, lo que ahora, después de haberla leído nos infranqueable que nos impida —o 1» impida— doña Concha su madre, renombrado autor de un
una sombra, se convierte en una vigorosa rea­ urge saber. Se susurra que la discreción no es un dia acortar las distancias y encontrarse en
virtud femenina y, sin embargo ... al leer estas no menos renombrado folleto a la mayor gloria
lidad; Carlos V deja de ser solamente el Jefe un cruce, sin ceder ni abdicar? En todos los ca­ del Tercio de Extranjeros; Rienzi, cronista de­
Honorario de los Principes germanos; él, para memorias presumimos que lo mejor de ellas se minos hay siempre un signo-clave, un símbolo portivo anterior al "Imperio"; el Marqués de Lo-
1* rama española, reserva la Península, Flandre, quedó rezagado, aherrojado por un pudor o una de todos y para todos, que llega al corazón más zoya, escritor de fluido título, pero de acuosa
Ñápele* y Sicilia; ¿u hermano el «panolísimo prudencia que a nosotros se nos antojan excesi­ endurecido, suavizándolo sin doctrinas, ni argu­ pluma; Don Joaquín de Entrambasaguas----- y
Femando, el predilecto de Fernando el Católico, vos. Las eircunstancias y ios acontecimientos mentos, ni dictados... el pozo, la fuente, el ála­ demás fontanas mayores y menor» de la actual
el discípulo de Cisneros, reina en Hungría y en que transformaron a Isabel de Palència en re­ mo, etc---- ¿Por qué alzar barreras en las múl- “intelectualidad” hispánica, que más parece que
Bohemia; los españoles combaten contra los presentante de España en uno de sus más críticos tipl» rutas de la vida para cerrar el paso a los la laguna fuera a salirse de madre que no a ce­
turcos en Viena, en Túnez, en Argel; la Iglesia períodos, han encontrado ya muchos cronistas, que dejamos lejos, pero que quizá ahora se quie­ garse con tanta profusión de caudal».
se ve robustecida por Una nueva orden de ori­ pero desgraciadamente nos faltan testimonios ran acercar?
gen español, la Compañía de Jesús, por los teó­ femeninos (los que conocemos no merecen ese Toca referirnos hoy al tomo dedicado por el
Isabel Oyaraábal no olvida que también « P. Silverio de Santa Teresa a la eximia Doctora
logos españoles del Concilio de Trento y por la nombre), y en las memorias que ahora comen­ novelista, y sus personajes, casi todos conocidos
nueva «cnHztira, otro fruto tardío de España. tamos se resbala sobre ellos, sobre muchos de de AvHa. a la que, guiado sin duda de la mayor
no»tr», viven en esas páginas y ante nosotros, devoción, llama “niña monísima”, “chavalilla”,
La vida de la» cortes y de la diplomacia se va ellos, con una reserva que a veces parece desa­ auténticos fragmentos de su existencia. En «te
invadida por ministros españoles y por sus es­ fiarnos. “la gentil Ahumadita” y otras "dulcedumbres" y
libro se cruzan y entrecruzan realmente dos his­ lindezas por el «tilo. No para ahí su amor por
pañoles. La lengua española comienza a ser Pero en fin, contentémonos con lo que en estas torias: la de la mujer que escribe sus recuerdos
usada por todas partea, sobte todo desde que páginas se nos cuenta. La historia de una mujer la santa. Las exclamación» de “]Y qué hija!” o
y la de ese mundo agitado y poliforme, a través “¡Y qué salada!” subrayan a menudo los hechos
Carlos V la hizo resonar bajo las bóvedas del y también, en parte, de una generación, de del cual, en continao vaivén, la conduce su activa
Vaticano, en un parlamento ante el Papa Paulo varias generaciones de la vida intelectual y lite­ que el biógrafo, un mucho refitolero —aunque ya
y fructífera inquietad. todo sea mohína en el refectorio ibérico— com­
TU, el 17 de abril de 1536...” raria española. Aquí también nos hubiera gusta­ “Yo quiero tener libertad” « la crónica de un
En segundo término, el libro del profesor do hallar una ojeada menos sucinta de los me­ prende bajo el calificativo familiar de “las cosas
circuito, circuito vital, completo en sí mismo, de Santa Teresa”.
Bigelow Merriman, nos conduce al Nuevo Mun­ dios teatrales y artísticos que tan a fondo conoce, donde lo subjetivo y lo objetivo se amalgaman y
do y examina alii, la soberana proyección del pues pisa ese terreno con tal familiaridad que compensan. Al que sólo sepa leer la anécdota Con igual remilgo tilda a la grey de “rebañi-
"solitario de Yuste". No se había internado con nos hace revivir la gracia algo pueril de aquella personal, el libro puede resultarle más o menos to”, al confesor de “leguito” y al convento de
tal éxito —en libros de tal indole— el estudio época, su frivolidad aparente y sus larvadas in­ “palomarcito”. Palomar donde, por cierto, “laa
entretenido, según el conocimiento que tenga del riquitas comían bastante bien”. Con esto al Pa­
de estas xebuáoasa del Nuevo con el Viejo Mun­ quietudes. La evolución personal que ponen al ambiente en que se desarrolla y de las personas
do a través dd sentido imperial de Carlos V, descubierto «tas memorias, « asimismo la evo­ dre, dado el actual estado de inhibición alimen­
que en él se mueven. A los otros, a los que no ticia a que seguramente se ve forzado, se le hace
truequode lentitudes, con frecuencia de- lución de un país, de una sociedad y hasta de se contentan con la palabra escrita y gustan de
/ prefirió él soberano hacerse en todo una política. El grito con que inicia su relato desentrañarla y traducirla, tes ofrece una sabro­ agua la boca. Y «o que, sin duda, dicha pater­
fjteeeMto a lee nuevos territorios con* Isabel de Patencia « el grito que se hallaba sa lección. Leeeión de humanidad y feminidad. nidad, al igual que el progenitor de tan linda
latente en el pecho de todos los español» y que “chavalilla”, es inmune a toda flaqueza humana
Humanidad amplia y flexible, feminidad sin pue­ y “cumplidor exacto de los deber» para con
lteMS cobró « la guerra su máxima y desgarrada ex- riles deafidtecimientoe ai fácil» fervor», que
dtaeir— presten. Lo ériraño, en tes tiempos a qué sa Dios y con el rey, o dígase con las autoridad»
comprende y juzga sin odtea ni rencor. constituidas”. Proceder tan "benemérito” discul­
refieran tes pnmecUs captados de te ofañ, era
KdeCh. pa algunas salidas un tanto pedente». (Bvidentoa
un “maldita la gracia” lanzado con enjundia to¿.
reo» « tal cual exclamación ante la rwsjer “Se
quilates” que tiene ante sí: “iCómo no había de
„_______ _ ____ __ __.___ . . .-'OmÍm ▼ llevarse a toda España de «lie «ta formidable
tinaia ««taró á «órter semejante aRmr. Espe- Alfonso González Gallardo robadora de corazón»!”...
esataamte si ee tiene en cuenta lo remeto de Decididamente ei Padre Silverio —¡Tiberio,
sus aseóse dominios. El no podía colaborar déjala!... como reza un sainete madrileño— tie­
penzanentemento con tal linaje de hombres, ne razón, tiene mu-chí-si-ma ra-zón. Nos co­
como mi jugador de bridge —cuyos métodos son rresponde a nosotros recomendar para su lectura
conservadores— no puede sentirse feliz con un los capítulos que llevan por título: “Discrete»
compañero que se está siempre arriesgando. La inocentes”, “Vacilaciones y languidec»”, “Doña
política de los Habsburgos españoles fué casi Teresa en el éxtasis" y “Doña Teresa de Ahu­
siempre jugar en firme. Tenían mucho que
perder y nada que ganar. Los conquistadores,
por el contrario, se arriesgaban a los lances
más desesperados. No tenían nada que perder
INTRODUCCION mada al natural”.
Al natural está mejor. Es cuando se muestra
—al reverendo le zumba el superlativo franquis­
ta— “enemiguísima del monjío”. ¡Textual!
y sí, —en cambio— mucho que ganar...
¿Cuál fué el valor más eficaz, la calidad
más saliente de Carlos, de su política, sobre todo
eu Europa? Era, ante todo, un hombre “a la
al IMAGINERIA COLONIAL
D. T. B.

defensiva”. Era tenazmente “defensor” de sus


(Sigue de la página 13)
posiciones. No buscaba la agresión. Y ésta fué
—dice ei autor— “la linea de conducta que re­
comendó a su hijo”. Lo desmesurado del impe­
rio «panol aconsejaba ahogar en flor los inten­
ESTUDIO y. lo confesamos sin rubor, esas imágenes terribles,
bárbaras, desaforadamente patéticas, vestidas de co­
lorines a veces, sanguinolentas, desolladas, con más
tos de engrandecerlo, puesto que se estaba úlceras, verdugones y arañazos que carne, no dejan
siempre en el gran peligro de llevarle a un
desastre. Demasiado comprendía el emperador
que aquella grandeza no era “natural”, sinó
de los de conmovernos y las preferimos por eso mismo a
las obras comedidas y medidas, impecables, de mu­
chos neoclásicos. Arte bárbaro, en efecto. De ét
hija de multitud de azares con los cuales no están pobladas las iglesias humildes, y algunas que
tabla por que contar en lo sucesivo. Por eso, no lo son, de México y España. Pero las imágenes
su polities fué cauta, conservadora, de extrema
vigilancia. Por eso los arrojados “conquistado­
res”, le inspiraban un recelo máximo que nunca
SUELOS populares mexicanas son más terribles aún —y ya es
decir— que las españolas. Junto a ellas suele haber
—la delicadeza exquisita junto al terrible dolor—■
logró ver disipado. No le faltaban razones. algunos ramillos de flores, puestos allí por mano
La aceptación —subraya el autor— de las piadosa, que mucho debe entender de dolor. No lo
enormes posesiones y responsabilidades con que Su formación, características y clasificación, con haria mejor el Juglar de la Virgen, según la leyenda.
a Dios —en su infinita sabiduría— le había Quien, no siendo mexicano, quiera entender el pue­
complacido investirle, era el principio que, en algunas anotaciones de agrología aplicada y blo mexicano humilde, tendrá que aprender a des­
todo momento, intentaba inculcar a los demás. cifrar estos terribles jeroglíficos.
Cualquier intento de aumentarlas era, a sus ojos, • un primer intento para agrupar lo» suelos de
Los tres ilustraciones colocadas al centro, en la parte alta, de
una manifiesta imprudencia. Esquivarlas o des­ México entre los grandes grupo» del Mundo la doble plana ton reproducciones fotográficas de la Santa María
Magdalena (a la izquierda) y el San Juan Evangelista (a la
atenderlas hubiera sido cobardía. Los detalle» derecha) de Manuel Tolsá, existentes en el Sagrario Metropoli­
de las diversas instrucciones que el emperador tano. y de una escrfllnra (en medio) becba en madera estofada
dejó a su hijo, fueron especialmente destinados y policromada. (Siglo XVII).
a auxiliarle en la relación de tan fundamental, 484 página» tamaño cuarta, con mapa»,
de tan sólido principio.
Otros muchos aspectos de aquella vida en gráfica», etc. $ 10.00 Esta biografia
que tantas esperanzas se fundaron, de la que —c u y o subtítulo,
tantas otras vidas dependieron, aparecen ilumi­ “El Tesoro del Da-
nados en este libro, de elaboración serena y mi­ Editado por: haibe” le fué suge­
nuciosa. Sus fuentes de información —que se rido al autor por el
enumeran en un prólogo— no pueden ser más novelista español
firmes y diversas; como de quien, ante todo, se Vicente Blasco Ihá-
propone servir a la verdad histórica. Su prosa ñez—, es una bio­
—vertida esmeradamente al castellano por Gui­ grafía puntual. Des­
llermo Sans HueKn— eg tan sabrosa cuando
narra como cuando interpreta. de hace mucho, la
biografía cunde a
Pedido» a costa del desmedro
LIBRERIA M. GARCIA PURON Y HNOS., y marasmo de la
A. ENR.
Pahua Norte, 308 (Entre Tacaba y Donceles)
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E. D. I. A. P. S» A. novela. Más que de
la crisis de un gé­
nero, se trata de
Esta casa se encarga de cualquier una crisis de auto­
comisión relacionada con el ramo Apartado 8092 ridad. El lector de
de Librería. _____________ — tipo medio prefiere
Extenso Surtido de Obras Mexicanas la biografía, porque da por inconcuso cuanto el
y Extranjeras Antiguas y Modernas. MEXICO, D. F. biógrafo le narra, mientras pone en entredicho
COMPRAMOS BIBLIOTECAS o cuarentena la autenticidad humana de todo
proceso exclusivamente novelístico.
RO MAX CF 15 de Marzode1941
Pagina 20

ULTIMAS EDICIONES Y NOTICIAS Estado de North Carolina, el Colegio de Agricul­


NOTAS CIENTIFICAS
EL ANIVERSARIO DE DARIO tura y Artes Mecánicas de Texas, y los colegios
y universidades Brenau, William Jennings Bryan.
Coker, Cumberland, King y Roanoke. Después de
comparar los números de estudiantes que aprenden
xzdzcxma
Palabras del licenciado Rubén E. Cé^mez Esqueda, de estas aguas la silueta de sus cisnes líricos, y bajo español en los diversos colegios y universidades
Hipertensión el prestigio del hombre y de su obra, quien basta con las sumas totales de los matriculados, el señor
representante del Secretario de [educación Pública, ■ Zellars está seguro de que en muchas de estas ins­
Los doctores Irvine U. Page y Henry A Schroe­ pronunciadas en la ceremonia con que se dió el nom­ aquí llegue ba de vivir verdaderos instantes de ocio, tituciones fluctúa entre un veinticinco y cuarenta
der, cada uno por su parte, han realizado un im­ bre de Rubén Darío a la antigua plaza del Ajusco pero de ocio a la romana: el tnstante en que el hom­ y dos por ciento el número de los estudiantes que
portante progreso en el tratamiento de la hiperten­ bre olvida el comercio y la ganancia y abre sus aprenden español, especialmente en las más pe­
de la ciudad de México: queñas.
sión arterial. ventanas para que entren el sol y el aire de lo eterno.
Tomando como base la indudable relación que Si bien diecisiete de las treinta y siete insti­
existe entre los riñones y el mantenimiento de El hecho de que después de veinticinco años de En 1910 Rubén Darío, ciudadano de América, tuciones en las cuales el castellano ocupa primer
Ja presión de la sangre, estos investigadores han la muerte de Darío se dé su nombre a esta piafa, hijo predilecto de todas las patrias colombinas, venía lugar entre los idiomas modernos, se hallan en Te­
realizado pruebas y experimentos que los han lle­ xas y en Florida, donde siempre ha sucedido lo mis­
no significa (y así debe de señalarse) que .México como mensajero de cordialidad, de Nicaragua a Mé­ mo, los mayores aumentos del porcentaje se notan
vado a la conclusión siguiente: el riñón fabrica
una substancia, que se ha llamado reñiría, cuya apenas inicie su devoción y su cariño por el gran xico, cuando dibujaban su luminosidad efímera los en colegios y universidades lejanos de estos cen­
misión consiste en elevar la presión arterial. Exi­ bardo, honra de su patria y orgullo del continente. fuegos de artificio de las fiestas del Centenario de tros antiguos de cultura y colonización ibéricas.
ts. además, en el plasma sanguíneo, una substan­ El autor de Azul hace mucho plantó su tienda en nuestra Independencia; pero la esclavitud del espí­
cia activadora de la acción de la renina. La unión ritu hizo que el bajel del poeta encallara en las pla­
de estos dos elementos produce la angiotonina. el corazón de mi país y ya son muchas las genera­
cuyo exceso, probablemente, es el que produce la ciones que lo proclaman maestro, y ya hace tiempo yas de Veracruf. ¡Las Cancillerías impidieron que el Xa Ubltataca del poete VzWee
hipertensión arterial. Sin embargo, el riñón, al que él es ejemplo y guia en la búsqueda y la pro­ autor de "Cantos de vida y de esperanza" ¡legara La viuda del ilustre poeta mexicano Luis O.
mismo tiempo que produce la renina, fabrica una Urbina, ha donado a la Universidad Nacional Au­
substancia inhibidora o neutralizante de la acción ducción de lo bello. basta la Ciudad de los Palacios! ¡Intrigas políticas tónoma la biblioteca del Vlejeeito. Todos sus librea
de ésta. En los organismos normales, ambas subs­ Rubén Dario, carne de Nicaragua y espíritu de de quienes creen que Bolívar aró en el mar!... se encuentran al cuidado da la Legación de Santo
tancias se producen en un equilibrio perfecto y se la raza, es la moneda áurea que el troquel de Amé­ Domingo, en Madrid, donde falleció Urbina bseé
logra con ello que la presión se mantenga dentro Y abora, el México revolucionario, la Revolución algunos años. La Rectoría de la Universidad, por
de ciertos límites. En los hipertensos, por una u rica da para pagar a España la donación de su len­ Mexicana, movimiento de justicia social, trae al co­ conducto de ia Secretaria de Relaciones, se encar­
otra razón, la substancia inhibidora ha dejado de gua. Su verso es el torrente de nuestra sangre india, razón mismo de la capital de la República al ponida gará de recoger la biblioteca e Instalarla en esta
producirse en la cantidad suficiente y la acción qué rebasa el caz de siempre y que, al conjuro de insigne y lo deja aquí para siempre (dando su nom­ capital.
de la angiotonina resulta excesiva, lo que produce su ímpetu, inunda la campiña de las letras y hace Como homenaje a Luis G. Urblna, la Universi­
el aumento de la tensión arterial.
nuevas corrientes. Es también disciplina y virtuosi­ bre a esta plaza), para que propios y extraños, al dad prepara la edición de su obra póstuma; MI cam­
Ambos investigadores han logrado preparar ex­ evocarlo, al escuchar los acordes de su lira portento­ elasen) de la noche secaos, prologado por por Al­
tractos de riñón de cerdo que contienen la substan­ dad, es ansia de superación y fidelidad a la estirpe: fonso Reyes y Gabriel Alfaro. Hará también una
cia inhibidora. Después d^. experimentar en anima­ es crisopeya del pensamiento. sa, entiendan que la grandeza de América está en solemne velada en el anfiteatro de la Escuela Pre­
les y obtener resultados altamente satisfactorios, la obra de hombres suyos que, como Darío, se le­ paratoria, en la que tomarán parte eminentes li­
se pasó a la prueba en seres humanos, y aquí tam­ Por eso, al dar su nombre la ciudad de México teratos.
bién se obtuvieron importantísimos descensos en a uno de nuestros jardines, lo hace con entusiasmo, vantan luminosos por encima de quienes en el fragor
la presión arterial. con alegria, con reverencia y con amor. Al evocar de la guerra y dentro de la tragedia del hambre, van Mu memoria de Antonio Maehado
HemomglM y la vitamina X la figura de Darío, ba de dibujarse sobre el espejo en busca de ¡a gloria. Para conmemorar el segundó aniversario de tat
muerte del gran poeta español Antonio Machado,
La vitamina K detiene las hemorragias, pues in­ la Editorial Séneca celebró el día 22 del pasado mea
terviene muy octivamente en la formación del cixmirwu.m nómica y su mejor aporte a la cultura universal. de febrero, en su local social, un acto en el que se
coagulo sanguíneo. Cuando existe un déficit muy En el edificio del palacio se albergarán todas las leyeron trozos en verso y prosa de la obra de Ma­
marcado de ella se producen hemorragias que pue­ Los ingenieros suizos Hans E. Laube y Rober­ instituciones culturales, académicas cámaras de co­ chado. El escritor José Bergamtn disertó sobre Ati­
den resultar fatales. La administración de esta to Barth, han desarrollado un procedimiento» que mercio americanas, una biblioteca americana, un ca. poética y política intelectual o de la «e-ff
vitamina a los organismos que la necesitaban re­ permite la realización de películas olorosas. Han museo de la civilización americana desde su ori­ e independencia dal eecxltar.
sultaba bastante difícil porque sólo podía tomarse proyectado una película sonora que dura treinta gen, exposiciones de arte, muestras de productos,
por boca y esto producía con mucha frecuencia y cinco minutos y que produce sensaciones olfato­ manifestaciones folklóricas, etc., etc. Arta adpeta
trastornos gástricos importantes. También era fre­ rias, de acuerdo con las imágenes de la pantalla.
cuente que la vitamina no fuera bien absorbida a Cuando aparecen rosas, lirios, lilas y otras flores tmmmxumla El profesor de arqueología del Museo Nacio­
nivel del intestino. En la Universidad de Illinois, se perfumadas, su aroma se esparce por la sala, Una nal, señor Vladimlro Rojas Ojeda sustentará un ci­
ha preparado una vitamina K que puede inyectar­ tienda de comestibles, una carpintería, un taller Mxpoeiclóa del Libro clo de conferencias en la Facultad Libre de Dere­
se y que evita todos los inconvenientes que se de pinturas, una calle en reparación aparecen su­ cho acerca del arte egipcio. El programa del curso
presentaban con el antiguo método de administra­ cesivamente, acompañada cada imagen con su per­ De nuevo se ba celebrado en Caracas la Ex­ es el siguiente:
ción. fume característico. posición del Libro Venezolano. En el local de la I. Medio físico: montañas, desiertos, oásis, ño­
exposición se dedicó una sección a exhibir los li­ ra y fauna, el NQo. II. El pueblo antiguo: tipo au­
ZnvertigacloiiM sobre el cáncer MMorroLoeu bros venezolanos publicados desde 1868 a 1810. tóctono, mezclas. III. Sinopsis histórica: orlosnos.
las tres civilizaciones, dinastías, faraones y mines
El doctor Steiner, de la Universidad de Chica­ La Smithsonian Institution, acaba de poner en VBVSVAT célebres. IV. Costumbres antiguas: el testad»», la
go. se ha dedicado al estudio de la influencia que exhibición el nido de avispas más antiguo que familia, la educación, instituciones, conceptos amo-
pueda tener el hígado en el proceso del cáncer. se conoce. Data de principios de la era de los Moger Cantata toaos. V. Religión: dioses, adoración de aulmatask
En 1939 trituró y extrajo la grasa de una cierta dinosauros, hace aproximadamente ochenta millo­ rlto·re?^ta «“cerdotaL VL La. muerte: la muerta en
cantidad de hígados de personas muertas de cán­ nes de años. Su Importancia e interés responde a El joven director de la Escuela de Sociología la civilización egipcia, la momificación. VIL Las
cer en el estómago, en el pulmón, en el esófago, dos causas. Por una parte, marca la aparición de de París, ha explicado recientemente en la Univer­ ciencias hieráticia y positivas: escritura JarocifftaK.
en el páncreas y en el recto. El residuo lo inyectó una "sociedad” entre los seres terrenales; por la sidad de Montevideo, on curso de conferencias astrologia, ciencias. VIII. Arquitectura: tumbas, hL
a 6$ cuyes, de los cuales 36 murieron de diferen­ otra, indica el momento de la expansión de las sobre temas sociológicos. En París estaba impri­ palacios, templos, órdenes, la
tes enfermedades, 13 presentaron tumores y el plantas de tipo de reproducción más elevada. Sin miéndose la última obra de Caillols, titulada MI ciudad. IX. Escultura: escultura religiosa, esfinges.
resto quedaron sanos. Para continuar sus experi­ las avispas que facilitaran lo polinización, las flo­ hombro y ta sagrado, cuando Francia fué invadida cSfept0" bajorreltoeuu.
mentos, dicho doctor hizo una preparación análoga res podrían haber desaparecido como desaparecie­ por los nazis. Jf. La pintura: pintura religiosa, pintura clvíL XL
con el hígado de personas que no sufrieron cán­ ron los dinosauros. Artas_ menores: cerámica, orfebrería, metalurgia.
cer, e inyectada la sustancia a 63 ratones, en ningu- V. «, crtataJertAjeueMea. XJtL Música: budrumeutad y
Óe ellos se presentó ningún tumor. mxstomxa dansas. X3XL Conceptos estéttcós del arte egtpoto.
K V nietaasrti de 1* pwisfs fgtsa MOUMl*
ABQtnótOáU Instituto
Para conmemorar èl 5M aniversario de la poe-
De conformidad con el acuerdo adoptado en ia ata épica Batempa^ se han celebrado diveteo*
Segunda Asamblea del instituto Panamericano de tae M laufedat de States eiMrttel da 2a. B$póbttea
Durante las excavaciones que se efectúan en Geografía e Historia, que señatt a- faz ciudad da. de. KaímMa, donde ------ --------- —-
Roma, en la Vf» delle CoÜeghe Oscure, áercft dál Lima como sede dé laTercera Asamblea, ia comi­ ta las hasateta’ m&rft
Palacio Venecia, se ha descubierto el templo de- sión organizadora en tí Fmd. ba aoordada que tas
úteado a la átaos Retoña. Según •las tavestigaete- acátanos aeefectúeuddtsde.reano al » -de.abrQ . ffcmoí------------ - ■~L··
«s*~ hetefeas por- ta*surqueólo*©».-totefrto fná
oensacrade oor Adío d&UaioL iú< aSOs' Antes••-séS”' Bteterifc y Letrxsl» ¿L pnWwrzíÚDfl Mayw -W--
Jesucristo. KL templo fuá dedicado A lá &osa pro­
tectora de ios romanea San Mareo*; doctor Cartas Morales. eatedrátfco da
Biología de la Acuitad <ta Ciencias .Médicas de la
mioma Universidad; doctor Jorge Baaadre. cate­
La Institución Rockefeller ha comisionado a
drático de Historia del Perú; Scápida Llosa, direc­
tor del Servicio Sismológico Nacional» y Bernar­
dino Val tona», jefe del Servicio Geográfico del
Bl Ministro de Educación del gobierno de Vlchy
ha prohibido en los colegios, la lectura de las no­
MOT.
distinguidos arqueólogos mexicanos, para que rea­ te
licen importantes trabajos de investigación de los Ejército. velas que componen la serie titulada tea Gzteúó-
objetos que se conservan en el Museo Nacional de El temario para la Tercera Asamblea ea el si­ bal, del famoso escritor francés Romain Rolland» L »<«.Mdera-
México. La profesora Eulalia Guzmán es una de las guiente: 1). Estudio y comentario de las resolu­ pra «atayoa. “Pag
personas encargadas de estos estudios, que acaso ciones y convenios adoptados en congresos Inter- Academia de CUndas Vocales ea la goent* » ae
vengan a aclarar algunos puntos oscuros de la americanos sobre '’Conservaciones de la gea, la
historia mexicana. flora y la fauna americanas”. 2). Estudio de la Ha sido designado presidente de la Academia radnee ate ¿ <é-
flora y la fauna americanas con especial referencia Francesa de Ciencias Morales y Políticas, el histo­ nero da ábate’<W»
QUZKZCA a su distribución geográfica. 3). Etnología de las riador Frank Bretano. autor de varios estudios so­
tribus amazónicas y de otro» núcleos de pobla­ bre la revolución francesa, de una biografía de cultivó mía taeda ál
Exploración de petróleo ción aborigen en América. 4). Obstáculos que ha Lutero y muchos otros libros históricos. £]óbo£o vaM0. "Be
hallado la propagación natural de la especie hu­ «ata noval» —aoa
Los químicos están actualmente tomando activa mana en las selvas amazónicas. 5). La colonización PaBeelaleato de Vare Cfcadoams.
en América y selección de los métodos más apro­
dice el mismo Unanrano— hay pintoras de pai­
participación en loi trabajos de exploración del
petróleo y gas natural, aplicando al efecto, mé­ piados para conseguirla, allí donde aún no se halla En París ha fallecido recientemente Marc çh?- saje y dibujo y colorido de tiempo y de lugar”.
todos microquímicos que someten a riguroso aná­ desarrollada. 6). Elipsoide de referenda especial dourne, joven novelista francés que en sus libros No es, pues, un egqodato te novela, une de eao»
lisis las filtraciones. Se trata de desarrollar una para el hemisferio sur. 7). Significado geomorfoló­ marcó señalada preferencia por México, así en
técnica que permita precisar el punto en que se gico especial del continente americano, incluyendo en Ausencia, publicada en 1933, como en Anáhuac o dramas intimos o interioras, pmmente ideoló-
halle el yacimiento, cualquiera que sea su profun­ él el Antártico. S). La sismicidad de las regiones po­ el indio sin plantas, escrita en 1934. gicoe, en toa que solia monologar el varita in­
didad. lares. Conveniencia de instalar un observatorio sis­
SOTADOS UTOO8
candescente y contradictorio de don Miguel de
mológico en el continente antártico. 9). Calamida­ Unamuno. Este relato novelesco tiene mm anée-
SI lumlgc&o des naturales en América, según sus características
especiales. 10). Geodinámica del continente ameri­ 1* aujor Bovata IstfBoaBirafaBaaa dota encuadrada en tma realidad tangible y visi­
Para aumentar la intensidad de la iluminación cano, incluyendo en él el Antártico. 11>. Estudios ble, como es oso en las novelas de tipo tradicio­
se ha comenzado a emplear una nueva sustancia comparativos de las corrientes peruana, brasileña, Como resultado del concurso organizado por la
química llamada lumigeno, que mezclada con los Oficina de Cooperación Intelectual, de la Unión nal y no típicamente unnnrania&ss. Pero sn ame­
californiana y del Golfo. 12). Conveniencia de ins­ Panamericana de Washington, ha resultado pre­
tintes, cualquiera que sea su color, permite acre­ talar un observatorio astronómico panamericano nidad y so interés no son de índole comte. ®
centar notablemente el brillo. Unos cuantos gra­ en la ciudad de Arequipa y otro en la de Quito. miada con ei galardón de la mejor novela latino­ autor de “Amor y Pedagogia” está prewmte «n
mos bastan para darle a una superficie de 37 cen­ 13). Mareas lunisolares y undecenales en los gran­ americana de 1941 la titulada MI BBBdo tu uñtíut
tímetros cuadrados el fulgor necesario para ser des lagos de las tres Américas. 14). Estudios y ob­ y ajeno* del escritor peruano Ciro Alegría. todas sos páginas, ofreciéndonos Ise lecciones
vista a varios centenares de metros. El fulgor pue­ servaciones respecto de ias fluctuaciones en el El jurado concedió tres menciones honoríficas; lógicas y etimológicas de su magistral oficio.
de hacerse más intenso, o se puede atenuar, bien nivel de los ríos americanos más importantes. la primera al escritor ecuatoriano Enrique Gil Gil­ Este Unamuno de los treinta y dos sfios no des­
sea regulando la intensidad de los rayos ultra­ 15). Contribución de los gobiernos, de las institu­ bert por su novela Mnaatro pan; la segunda al
violetas o alterando la cantidad de lumigeno que ciones y de los particulares al fomento de la cien­ novelista brasileño Cecilio Carneiro por A. Pogoel- merece en nada del ensimismado meditador qua
se mezcle con el tinte. cia americana. 16). Discusión de la. teoría cosmoló­ ra, y la tercera, al mexicano Miguel Angel Me­ llegó en plena madures a los limites de la senec­
néndez, por Mayar.
gica cicloidal. 17). Fundamentos geográficos de las tud cronológica.
Sapactxofotómatro civilizaciones autóctonas en los países americanos. La aasaAsaza tal aspañol
18). Influencia de la altura sobre la vida del
Una aportación valiosísima para los laborato­ hombre, de los animales y de las plantas. 19). La Varios senadores han presentado al congreso
rios de química analítica, ha sido el ‘instrumento geografía económica de los países americanos. 20).
creado por los técnicos de la General Electric, ba­ Carácter agrario de la economía de algunos países norteamericano una petición tendiente a qne el
gobierno de los Estados Unidos proponga a las na­
Acaba de aparecer:
sándose en un diseño original del profesor norte­ americanos. 21). Paralelo entre la cartografía co­ ciones de habla española que desde los primeros días
americano A. C. Hardy. El espectrofotómetro se lonial y republicana en América. 22). Monografías
aplica en los laboratorios de química analítica pa­ y estudios de las cuencas cerradas (sin desagua­ de enero de 1942, se den a los niños clases de inglés
en las escuelas, mientras que en los Estados Uni­
■m i
ra determinar la presencia y cantidad de casi to­ deros). 23). Exposición de trabajos astronómicos y dos y en el Canadá se hará lo mismo con el español.
dos los elementos que forman un compuesto de geodésicos en ios países "americanos. 24). Proble­
color aj estar combinado con un reactivo, pues ve mas meteorológicos de América, en general, y se­ Esta proposición viene a reforzar los trabajos
y mide una cantidad tan pequeña como dos millo­ del señor William C. Zellars, profesor de castella­
nésimos de un gramo presente en una muestra de
veinticinco centímetros cúbicos. El espectrofotó­
gún las diferentes zonas geográficas en que se
presentan. 25). Estado actual de los estudios sobre
cronología maya. 26). Códices mayas cuya inter­
no en el Florida Southern College, y uno de los
más inteligentes y activos propagandistas de nues­
tro idioma en el país vecino.
del
metro es especialmente adecuado para el estudio pretación ha suministrado datos para la cronolo­
de los procesos orgánicos, en los cuales las com­
posiciones de color representan factores vitales.
En el campo de la industria, el nuevo aparato ha
servido para estudiar las pinturas y los diferentes
efectos de agentes como el calor, la luz,-jas ra­
diaciones ultravioletas y la humedad.
gía. 27). Origen y desarrollo expansivo de las cul­
turas andinas. 28). Características y analogías de
las culturas diaguita, tihuanaquense y de Chavín.
29). La astronomía entre los mayas, incas», azte­
cas y demás pueblos antiguos de América. 30).
Lingüística de las cúlturas sudamericanas extra-
andinas. 31). Vías de comunicación, obras hidráu­
El señor Zellars, al terminar el año .de 1940
ofreció a la prensa un interesante resumen de su
investigación, con respecto al aumento en el nú­
mero de estudiantes de español en los Estados Uni­
dos. De estos datos resulta que el español va a la
cabeza de las lenguas vivas en treinta y siete de
los noventa y siete colegios, universidades y escue­
TEAT10
is [«(«»«
TISICA licas, ciudades, fortalezas y otros centros arqueo­ las técnicas del Sur que respondieron a la encuesta.
lógicos importantes del Perú. 32). Orguni»ción El mayor porcentaje de estudiantes de español
Vectógrafo de los estudios folklóricos. 33). Organización de corresponde a la Universidad de Texas, 1,400; el
la entrada de Gonzalo Pizarro a la conquista del colegio femenino del Estado de La Florida, 740-
Edwin H. Land ha ideado un aparato denomi­ oriente amazónico. 34). Régimen audiencial en Iaa la Universidad de Alabama, 879; la Universidad dé
North Carolina, 67Î; el colegio femenino de North
Ilustrado con reproducciones
nado ▼•ctógrafo, que sirve para dar profundidad colonias españolas. 35). Fuentes históricas perua­
a las fotografías estereoscópicas. Obtenidas al
mismo tiempo dos fotografías distintas que ocu­
nas conocidas, de los siglos XVI, XVII y XVIII.
36). Progreso de las investigaciones históricas en
Carolina, 507; la Universidad Duke, 5S7; la Tulane.
567. Otras escuelas que tienen considerable número
de maderas españolas
pen el mismo espacio, sin que se produzcan dis­
torsiones de tono o de detalle, las fotos se colocan
los archivos coloniales americanos. 37). Relaciones
culturales entre las distintas circunscripciones te­
de estudiantes que aprenden español son la Uni­
versidad de Kentucky, 274; la de Louisiana, 457- e italianas de los
en un caxboarú especial y se miran a través de los
cristales de un polaroide, instrumento que polarisa
rritoriales durante la dominación española. 38).
Estudio crítico de las campañas militares de San
la de Miami, Florida, 313: la de Misistfpl 200- la
de Virginia, 330; la Vanderbilt, 245; el Colegio del siglos XVII y XVIII
la luz, de modo que las vibraciones luminosas ten­ Martín en la emancipación de Chile y del Perú. Estado de Alabama (femenino), 220; la Universi­
gan efecto en un plano. Mirando en esa forma las 39). El Congreso de Panamá y los problemas de la dad Baylor, 218; y los siguientes colegios y univer­
fotografías superpuestas, con la luz que vibra en paz. 40). Proyecciones democráticas de la Consti­ sidades: Birmlngban Southern, 211; Centenary. 235;
Davidson, 215; Southern Methodist, 361; Colegio de
Precio del ejemplar 32.00 mui.
dos planos diferentes, la visión estereoscópica apa­ tución boliv&riana de Angostura.
rece en tres dimensiones. Los vectógrafos llevan Agricultura y Artes Mecánicas de Texas, 235; The
papel estampado en su parte posterior y sus por­
ciones transparentes pueden ser iluminadas por
Citadel, 312; Washington and Lee. 271; William and
Mary, 275.
De venta en todas las librerías
detrás merced a una lámpara deslisante, proyectán­ Talado da la cultera amarlnana Respecto al curso 1929-1940, la Universidad de
dose las imágenes sobre una pantalla. La visión Georgia va a la cabeza de todas las instituciones Exclusiva de Distribución
estereoscópica depende del hecho de que nuestros En Buenos Aires ha quedado constituido el con un aumento de un noventa y dos por ciento,
dos ojos están suficientemente separados entre sí
para que uno pueda ver una cosa mientras ei otro
comité que ba de regir el Macio de ia Cultura
Americana, organismo que se propone fomentar
según tas reepueqjas de setenta y dos de ellaa, que
Indicaron la situación del español en este respecto. E.DJ^i.P^.A.
no» y viceversa. Las dos imágenes se combinan
entonces, y dan efecto de profundidad o de espe­
las relaciones culturales, sociales, económicas y
jurídicas entre los habitantes de los pueblos ame­
Otros aumentos que van deads un den hasta un
ciento setenta y cuatro por ciento fueron Indica­ Apastado 8092 Mexico, D. F.
sor a lo fotografiado. ricanos, para lograr usa total independencia eco- dos por si Colegio del Estado de Arkansas, el del
<5 ce Mam» de 1941 ROMANCE Pagina 21

LOCURAS
de
ESTADOS ÜMDOS
HISTORIA T BIOGRAFIA
MEXICO
HISTORIA-BIOGRAFIA
EUROPA
CADA DIA
Sum te Seo Mishima: WT «A*KW BUL Illus- Arquetes Vela: BTODDCIOM MXBTOBXOA DB LÀ POLITICA-DERECHO
itad, New York. The John Day Co. KXBTOMXA raXVBBBAB. Ediciones Fuente de Cul­ HITLER EL APOLINEO
“Gracias, muchísimas y respetuosas gracias, amo tura. México, D. F. 1941. _ F. Reichert: FMABOXA SOLDADO DB ALBMA-
y señor mío, por permitir que yo, tu humilde esposa, Diego G. López Rosado: ATLAS MUTOMXGO BXA Un estudio demográfico comparativo. Edicio­
pueda salir de la casa”. Desde sida, Sumie Leo OBOSMAFICO DB MMYICO.______ nes España. Madrid, 1940.
Mishima, se habla acostumbrado a oír tal frase en Antonio Dragón: TXZDA ZWZKft XJftJL FÁBU ISTER Eden, Sir Anthony Edén o eJ Capi­
labios de su tía. cada ves Que ésta se ausentaba
Ge casa. Y desde entonces sumisión tamaña le ha­
bla producido cierta sensación de malestar y ver-
Xdenaa. Quince años después, graduada ya en la
lamosa universidad americana de Wellesley, y pro­
EXO. Un volumen de 386 páginas, traducido del fran­
cés, por Rafael Martínez del Campo.
Herbert Eugene Bolton: M» ZNGABBABUi JD*B-
TB: BUSBBXO FBABCJBCO MEMO.__________
Gérard Decorme: LA OBBA DB BOB JBBOÏTAB
KKXICDIOS. Antigua Librería Robredo. México,
___
LITERATURA
Dolores Zambrana: ABTOLOOIA FOBTXCA Poe­
sías para lecturas infantiles. Málaga, 1940. ____
Antonio Asenjo y Angel Torres del Alamo: MIL
T DBA A8ECDOTA8. Un volumen de 230 páginas.
M tán Edén —Edén o Idem, todo es uno y lo
mismo— ha estado en Atenas. No es eso
lo malo. Lo malo, lo peor para cierto Canciller, es
que Mr. Edén es elegante. Por más señas, uno de
fesora, ademAs, de la no menos famosa universidad
Japonesa de Tsuda, Sumie descubrió que también 1941. ____ Madrid. 1940.
se esperaba que ella observara esta fórmula sacra­ Eduardo Iturbide: MX FABO FOB XA. VEDA Me­ Jaime Ballesteros: ADB. Libro de amor y poe­ los ministros más elegantes que ha tenido el Im­
mental, especie de rúbrica de ia absoluta sumisión morias. Editorial Cultura, 1941. sía. Un volumen de 128 páginas. Valencia, 1940. perio Británico antes de su invasión. (?)
de la mujer dentro del hogar Japonés. Como en su Juan Oyarzábal: DBSCOBBXMXBBTOS OCBA- Jacinto Benavente: OBBAS OOMFLBTAS. Seis
caso, “salir de casa" significaba ir a ganar dinero VXCOS. Capítulos de la Historia de la Marina de volúmenes en 12v, piel flexible, cortes miniados. Su parsimonia, sus ademanes, su sonrisa, todo
para ayudar al sostenimiento de la familia, Sumie Guerra de España. México, 1941. Colección Joya. Editorial Aguilar. Madrid, 1940.
Pedro Calderón de la Barca: OBMAS BSCOOEDAS. en suma —y su presencia en Atenas— exasperó a
Seo Mishima, hubiera encontrado rnás natural reci­
bir las gradas que tener que darlas. POLITICA-DERECHO Edición y Prólogo de Luis Astrana Marín. Un volu­ Hitler. Para el bello Adolfo hay algo en este mun­
My aun* Isla, es un» autobiografía, escrita men de 458 páginas. Editorial Aguilar, Madrid, 1940.
Cámara de Diputados: UB COBTnfBBTB- DB Pedro Calderón de ia Barca: FSALLB BT 8XL8. do verdaderamente insoportable. Ese algo es la be­
con sencillez y con cierto candor, que ilustra el vio­
lento choque que sufre una mujer educada a la mo­ rUBBDO. DI MOXBBB. México, 1941., Poema. Reproducción en facsímil, seguida de una lleza. Por eso la conjunción de Mr. Edén y de
derna con el denso aparato de la tradición Japonesa. Raúl Carraneá y Trujillo: DADBXFICAOIOW DB nota bibliográfica por Leopoldo Trenor y un co­
En sus páginas llega uno a darse perfecta cuenta r.a LMOZSZACXOM PSÏÀ1 MBXXOAHA. México, mentario crítico por Joaquín de Entrambasaguas. Atenas le ha sacado de quicio; del quicio donde
de lo superficial e incompleto que ha sido en ge­ 1941. _______ Un volumen de 96 páginas. Valencia. 1940. disimula su perfil.
neral la evolución y adaptación del Imperio Japo­ José Angel Ceniceros: TMB8 BBTVDZOS DB OBX- Francisco Casares: LA CIUDAD DBL MDMOB
nés a lo» modos y costumbres del mundo occiden­ KEVOLOOEA. México, 1941. ___ T DB LA MUJU6TB. Novela Un volumen de 233 pá­ El rencor a Mr. Edén proviene de antiguo. Ya
tal. Carlos Franco Sodi: BD FBOBT.hMA PB X&A8 ginas. Colección i Y ahora qué? Editorial Juventud.
Jawaharlal Nehru: TOWAM «MDOW. Ilus­ FBXBXOBBS BM LA BBFOBLÍOA DB XBXXCO. Mé­ Barcelona, 1940. durante la contienda española la prensa del Fhürer
tra ted. New York. The John Day Co. xico, D. F.t 1941. _____ ________ José María Cas tro vie jo: MAM DBL SOL. Poe­ llamó a Mr. Edén, y sólo porque Mr. Edén se abs­
Este libro autobiográfico contiene la historia dra­ Luis Garrido: LA DOOTBZBA KBZXOABA DB mas de un diario a bordo. Un volumen de 56 pá­
mática e intensa de un gran hombre. Escrito con BDBSTBO DBBBCMO FBBAL. México, 1941. ginas. Barcelona, 1940. tuvo de seguir la política de Chamberlain, "el hom­
un vigor excepcional y con grandeza de alma que Francisco González de la Vega: BL SDXCXDXO Manuel Chistóbal: LOS CXBM KBJOBBS SO- bre del traje a cuadros”.
llega a lo sublime, el libro se apodera del lector y ABTB BL DBBBCMO FBBAL. México. 1941. BBTOS B8FABÔLBB. Un volumen de 123 páginas.
lo convence. Alfonso Teja Zabre: MACEA DMA CWMIIOLG- Barcelona. En la actualidad "el hombre del traje a cua­
' Jawarharlal Nehru ha consagrado sn vida a la QEA SOCIAL. México, D. F., 1941. ___ Fedor Dostoiewski: LOS MBBMABOS XAMA-. dros”, que no se avino a representar el dúo de los
lucha por la libertad e Independencia de los 350 Jesús Guisa y Acevedo: DOCTMXMA FOLzTxOA MASOF.. Novela. Traducción de Francisco Cañadas.
millones de habitantes de la India, sus compatrio­ BE XA BBACOZOB. México, 1941. ___ Un volumen de 319 páginas. Barcelona, 1940. paraguas en la política europea de la anteguerra,
tas. Educado en Inglaterra posee el idioma inglés a Adolfo Menzel: ZBTBODDCCXOB A LA SOCIO­ Concha Espina: FBXBCB8AS DBL MABTXBIO.
la perfección. Su estilo es puro y fácil. Los más LOGIA. México. 1941. ________ ___ Ilustraciones de Rosario Velasco. Ediciones Armiño. se ha hecho un traje de mezclilla y ha llegado a
profundos conceptos están expuestos con claridad y B. Scott: ODB8O MLMMBJTTAL DB BCOBOMXA. Editorial Gustavo Gillk Barcelona, 1940. ser la obsesión del hombre de la camisa parda. El
sencillez asombrosas. Está tan desprovisto de arti­ México, 1941. Elena Fortun: LAS AVBBTDBAS DB BCATOB-
ficio el lenguaje que usa, que la sinceridad de su MDCa. Un volumen de 188 páginas profusamente que Mr. Edén se permita lucir su porte gentil y
espíritu y ia honradez de su exposición resultan FILOSOFIA Ilustrado. Madrid, 1940.
indudables. Franco y profundo, sabe presentar con Elena Fortun: CDCMXFBZTXB IK CASA DB SU aristocrático ante las columnas clásicas de la an­
igual arte y precisión tanto el conjunto como el Miguel de Nostredame: FBOFBCZAS. Versión de ABDBLO. Un volumen de 188 páginas con ilustra­ tigüedad le resulta suplicio insoportable al canci­
detalle. A pesar de su relativa Juventud —pasa ape­ A. Eda. Un volumen de ffl páginas. Editora Me­ ciones. Madrid, 1940.
nas de los cincuenta—, y de su modernísima educa­ Emilio García Gómez: ASIDAS DB awnaT.w. ller famélico. Hitler no admite la linea clásica, el
xicana, 1940. __ ___ _ _________
ción, lleva en ei espíritu el sello milenario de su Francisco Larroyo: AAFOBXCXOB Y CJozwzOA CIA. Puestas en verso castellano. Un volumen de corte apolíneo de los sastres ingleses. Nada se diga
rosa, que deja prendido en las páginas del libro, todo DBL FXBSOBAUSXO B8FXBXTOAL DB BDBSTBO 112 páginas. Madrid, 1940.
él Impregnado del insondable misterio de una civili­ TXBMFO. Misiva a Francisco Romero a propósito A. S. de Larragoiti: CASTAS DB AMTAMO. Ilus­ de Minerva. La diosa de ia sabiduría ha sido ig­
zación antiquísima y remota. de su Filosofía de la Persona. México, 1941. traciones de Maurice Lalau. Dos tomos de 191 y 210 norada deliberadamente por el galán augusto lla­
páginas respectivamente. Madrid, 1940.
H. O. Durnford: TMB nnOnmUBBS OF MOUK- Fray Luis de León: BL CABTAB DB LOS CAB-
«BBMM. New York. Penguin Books.—Aventuras PEDAGOGIA mado, desde muy lejos sin duda, a dirigir los des­
de un oficial inglés, prisionero de ios alemanes, du­ TABBS. Un volumen de 271 páginas, encuadernado
John Adams: BYOLDCXOB DB LA TBOBIA BDD- en piel. Colección Breviario. Editorial Aguilar Ma­ tinos del Tercer Reich.
rante la pasada guerra. drid. 1940.
William B. Goodwin: TO TMUTM AFOTTT ZMXF CATXVA. México, 1941. ____ Dórico, jónico y corintio. ¿A qué estilo perte­
wki—ok A»» sn oonruiii totagb». W. A. Saucier: COBCBFTOS XODBBBOS 80- Antonio y Manuel Machado: DB8DICXAS DB
Boston, Mass. Meador Publishing Co.—Estudio sobre BBE BDDCACIOB. México, 1941. LA FOBTDMA O JDLZAMXLLO YALCABCBL, T-aa nece o se aproxima Mr. Edén? Mr. Edén, contem­
hts pruebas de los viajes de los escandinavos a las ADBLFAS, LA LOLA SB VA A LOS FDBBTOS.
LITERATURA Un volumen de 426 páginas. Madrid, 1940. plativo y ecuánime, ni se aproxima ni se confunde
costas del Canadá y de Nueva Escocia. Manuel Marqués Segarra: BCUXDXAMO ww t.»
~ Marguerite Joseph-Maginot: MB XXGMT MÁVB MOCMB OBSCURA. Ensayo literario. Un volumen de con ninguno. Su impasibilidad le salva. Viene de
3UYBB FMAMOM. New York. Doubleday. Doran t
Agustín Yáñez: BSFBJXSMO DB JDOMXTAB.
Un volumen de 24 páginas, con cuatro dibujos de 64 páginas. Valencia, 1940. Egipto, de preguntar a la esfinge detalles sobre el
Co.—Biografia de André Maginot. Traducida del Eduardo Martinez Zapater: LA CIUDAD DB LOS
francés; Antonio Ruiz. Imprenta Universitaria, 1940. porvenir. La esfinge ha sonreído. Sus ojos enormes
OJOS ASDLBS. Novela. Un volumen de 288 pági­
MOTMA Dr. Charlee McDaniel Rosser: DOCTOBS AM»
Wise and otherwise. Dallas, Texas. Mat­
his, Van Nort ft Cd.—Autobiografia, acompañada
María Luisa Hidalgo: ABNBL AB49DVTXO8O,
Poema. Ediciones Prisma. Guadalajara. 1940.
Antonio Moreno y Oviedo: FATXBA. Poemas. Pró­
nas. Valencia, 1940.
Jacinto Miquelarena: SOI áPOUO, BL TT-
columbran desde muy alto las cálidas arenas del
desierto. Las arenas se han tomado abrasadoras pa­
del estudio F^djseasidn de ciertos problemas mé- BBBTIBO. Novela de 1900. Un volumen de 244 pá­
logo de Teodoro Torres. Un volumen de 60 pági­ gina». Madrid, 1940. ra las raudas y rosadas plantas de algunos pies,
oeerge 8chirO: AWBBMJABB XT amo. Vtica, nas. Editorial Cultura, 1940. Marta Mercedes Ortoli: B8CLAYAS DBL GRAB
H. Y. PuhHehed by the aathor. 666 Bleecker St-— Agustín Yáñez: GBBZO Y FXBDMAS DB »DA- MURDO. Novela. Un volumen de 96 páginas. La Mussolini conoce esta historia y quisiera substituir
Historiada tos italianos MsMentee en Utica. DADAJABA. Ediciones Abside. 1941- Novela Rosa. Editorial Juventud. Barcelona, 1940. la cabeza de la esfinge por la suya.
jWMW Cariame KM* ftl‘ WAY. New York. jpñocteco fiBUtenuu’í·ï Mft TG3 José Marla Pereda: BOM BOBMAXO OOBXALMS
Tie Jehn lMty- Co.—Autobiografia A» na (MursHtteo rnrMftg SvníUaBxas literarias, Bdicteoes DR LA ftOBBSLBMS Novela. Un volumen da 293 En Atenas y ante la serenidad de las estatuas,
■ muría. " páginas. Librería Suárez. Madrid, 1940.
— —* n',«eg.neFMi*B>t» «MtesariMpa Andrés Reveas: MBA» Y "TY*"— BM ML Mr. Edén ha comprendido el porqué de los afanes
nazis. Hitler —Narano impotente e impenitente^
tkdio bio¡F«leo-orftieo «m aoreTlJn desearía encontrar su reflejo al asomarse al lago
fcreaaefoa. aaeüoms Nnova Cutara. . 246 páginas. Madrid, 1940.
José M Elizondo: FXSMAS Y OMDBBAS. Epigra­ Samuel Ros: ODMMYDB MB Un vola- sedante y puro de la antigua Grecia.
mas de Kien. La Helvetia, 1941. men de 141 páginas. Barcelona, 1940."
8«rM- Alfeed ScArOH: snusmn - César Garlsurieta: BL AFOSTOD DB OCIO. Cuen­ Glno Saviotti: LA MASCARA CMXMA. Novela.
tistas Mexicanos. 1941. . Traducción de Joaquín Goichot. Serie Los Pequeños EL EX REY Y SU EX CORTE
KMMBUUB GOMXCBM Y AMXBB OM ■____ Francisco R. Vargas: DB SOBBMMBSA. Un vo­ Policías. Madrid, 1940.
New York. Columbia University Press.—Es­ lumen de 82 páginas. 1940.
tudio. preferentemente en lo que se refiere a propó­ Juan Giono: BBTOBO. Germinación. Noeval. Pu­ ITALIA OR todas partes se va a Roma y por cual­
sitos e ideales, de la vida monástica, tal como la

P
presentan los comentarios a la regla de San Bene­ blicaciones Panamericanas. 1941,
Juan Torri: DB FD833*AMMfBYOS. La Casa de HISTORIA-GEOGRAFIA quier camino al acabóse. No ha sido de los
dicto, hechos en ios siglos VIH y IX. España en México. 1940. ___
Claudia Merlo: BDROFA OOCXDRHYAXM. Un vo­
menos sinuosos y accidentados el seguido por
NOVELA
Rodolfo Usigli: XTXBBMABIO DBL ADTOB
DMAMATZCO. La Casa de España en México. 1940. lumen de 600 páginas. Torino, 1940. por Alfonso XIII.
Antonio Zozaya: ODBBTOS. Editorial Cima. Mé­ Giuseppe Caraci: STATX IRRRXCZ-ROMABXA
Roger Martin Du Gard: TMB WOKU) OF __ xico, 1941. ___ ___ STATI RALCABXCL Un volumen de 848 páginas. Al repique de difuntos han resucitado los polí­
5TB. Traducido del francés por Stuart Gil­ Ramón J. Sender: OBDBB PUBLICO. Novela. Unión Tipográfica. Torino, 1940.
bert. Vol. I, The Thibaults. Vol II, El verano de Agostino Sába y Cario Castiglioni: STORXA DBX ticos carcamales que acompañaron, en vida, el ca­
1914. New York. The Viking Press. México, 1941.
Versión inglesa, en dos gruesos volúmenes de Aurelio Robles Castillo: JUMOLA Novela. 221 FAFX. Dos volúmenes de 1,392 páginas. Editorial minar voluble del rey antojadizo y desmemoriado.
páginas. Ediciones Botas. México, 1941. Unión Tipográfica. Torino, 1940.
apretada lectura, de la famosa novela francesa, mag­ Vidal Alvarez Everoix y Roberto Ramírez Aya- Petro Tacchi Venturi: STOREA DBLLR «t-t. Una, dos y tres. AI conjuro de las campanadas
nifica en todos sentidos, que le valió el Premio la: DZBCXSXBTB POSTAS XBXICAMOS. México, GIOBX. Dos volúmenes en 4» de 1.552 páginas. Unión
Nobel de la Literatura a su autor, y la cual ocupa han hecho su aparición el obispo, el duque y el
1941. Tipográfica. Torino, 1940.
dentro de la literatura moderna de Francia, el conde. Los tres están vivos, pese a sus modales de
mismo lugar que la Forsyte Saga de John Gals­ Renato Biasutti: LB RAZZB B X FOFOXJC wwT.r.a
worthy en la literatura de Inglaterra. FILOLOGIA TBBRA. Tres volúmenes de 2.180 páginas. Unión Ti­ momias cortesanas. El obispo es el de Madrid-Al-
Este libro es una de las obras fundamentales de pográfica. Torino. 1940.
los tiempos modernos. En sus páginas palpita la Angel Garibay: LLATÍ DBL BAMDATL, Colec­ calá. El duque es el de Alba, ausente forzoso, pese
entraftA misma de ia vida del hombre, desmenuza­ ción de trozos clásicos, con gramática y vocabula­ X8GLATBRRA a su título, de los amaneceres matritenses. Su pa­
da y analizada con magistral vigor y con un pro­ rio, para utilidad de ios principiantes. Un volumen
fundo sentSdo artístico que da a la obra contenido de 262 páginas. Otumba, 1940. FILOSOFIA lacio ardió mientras volaban por el cielo de Ma­
universal y eterno. Aquí se encuentran con todo Alejandro Quijano: BL SBODWDO CBBTBBA- drid, jinetes arios en escobas goyescas, las brujas
su valor y con todo su significado, ei destino del BXO DBL DXCCXOBABXO DB ADTOBZDADBS. Un Claude A. Cleremont: TMB IBBDXBBABLB row
hombre, sus esperanzas, sus deseos y aspiraciones, folleto de 41 páginas. Editorial Cultura, 1940. • TIBCT8 OF MAY. Londres, 1940. alemanas. En cuanto al conde. . merece capítulo
sus torpezas, sus vanos empeños, sus tragedias, gran­ aparte. Al paso del obispo, el conde, según dicen
des o chicas, y el papel que cada úna de eilas juega RELIGION HISTORIA
dentro del complejo infinito de la naturaleza hu­ las crónicas, se arrodilló ante él y le besó la sortija
mana. José Cantú Corro: SBBXOBBS GDADADDFA- E. Allison Peers: A MXSTOMT OF www «nu,»
MOS. Un volumen de 246 páginas. México, 1940. MOVaMZHBT IB SFAZB. Un volumen de 820 episcopal. Falsa reverencia de un Judas alcarreño.
La novela nos hace seguir los incidentes de la Ernesto Buonaiuti: APOLOGIA DBL CATOLI­ páginas. Cambridge University Press, 1940.
vida de una familia francesa a lo largo de un CISMO. Versión de Rafael Cabrera. Colección Apo­
Quien así se arrodilla no se arrodilla. Lo está de
periodo de dieciocho años que abarca hasta el final logía de las Religiones. Editorial Cultura, 1940. POLITICA siempre y no por arrepentimiento. Es el conde
de la primera guerra europea. Como fondo a los
actos individuales, se desenvuelven dándoles un per­ Ramiro Camacho: MACXA DIOS. Puntos de As­ —conde sin condado— de Romanones. Instintiva­
fil más violento, realzando su valor humano, los cética y Mística. Un volumen de 262 páginas. Se­ W rgV Gordon: TMB KXBG ZB FBACB ARt
hechos históricos, de interés mundial, acaecidos en gunda edición, 1940. ___ mente ha guiñado los ojos al ver los destellos de
esa época. Carlos H. de la Peña: FLOM DB MABTXBIO. Un
folleto de 46 páginas. LITERATURA la piedra engarzada en el anillo. Ha estado a pun­
Los personajes de Roger Martin Du Gard, son
complejos como la vida misma. En ellos encontra­ CIENCIAS W. Towsend: FIFTH COLDM FAMXLT. Novela.
to de desvanecerse. Por último, se ha recuperado y
mos esa delicada e inasible mezcla de debilidad y Nevile Shute: LABDFALL. Novela. ha dado rienda suelta a su memoria picaresca.
fuerza, de Idealismo y mezquindad, de tristeza y es­ Jorge W. Gray. LAS AYAMXADAS DB LA CEBM-
peranza, de errores y triunfos, que forman la estruc­ CXA Traducción de Maurice Jaqué y Ricardo de Al­ Los funerales han tenido lugar en San Francis­
tura del alma humana. cázar. Imprenta de M. León. México, 1940. co el Grande, templo madrileño que se asoma a
Grace J, Austin: HT Kl WAS A GwwwT.wwaw Jorge Meneses Hoyos: BBFBBXBDADBS DBL
Bloomington, HI.. W. B. Read ft Cod.—Historia de
un magnate petrolero del Estado de Illinois, E. U.
BXBOM. 217 páginas. México, 1941.
Pedro Carrasco: BL OZBLO ABXBBTO. BASOB
A VISO unos desmontes denominados las Vistillas. Desde
allí se divisa, antes que el cielo, otro género de
Frank Baker: MXBS K1K8MATÏS. New York. T VEDA DB LAS XWTBBLLAS. México. 1940.
Coward McCann.—Los hechos de una mujer miste* Alfonso González Gallardo: IBTBODUCGIOB AL ROGAMOS INA VEZ MAS A LO gloria más terrenal y bullanguera. Abundan los me­
rioaa. BSTDDIO DB LOS 8DBLOS. Sn formación, carac­
L. Sparague de Camp: LBT DASJCVS8S wat.t. terísticas y clasificación, con algunas anotaciones AUTORES Y EDITORES NOS ENVIE renderos y demás lugares de regocijo, hasta alcan­
New York. Henry Holt & Co-—Aventuras de un ar­ ¿e agrología aplicada y un primer intento para PUNTUALMENTE DOS E.IEMPLARE zar la celebérrima pradera de San Isidro.
queólogo del siglo XX en la Roma de JuKtiniano. agrupar los suelos de México entre los grandes gru­
Howard Core: COWagP TCT BSYXX. New pos del mundo. México, 1941. __ ___ DE CADA UNA DE LAS OBRAS QU Este paisaje de las Vistillas le fué familiar al
York. Duell, Sloan ft Pearce.-—La lucha que sostiene Juan Cuatrecasas: F8XCO8IOLOOXA DBL LXX- PUBLIQUEN. PUES SOLO ASI PODR ex rey. Las ventanas de su palacio se abren también
la juventud moderna entre el cinismo y la fe QDAJM. México, 1940.
Eric Hatch: WnracnZ» TÍICL». New York. John Kulion: FISIOLOGIA DBL BXSTXMA BBB- REALIZAR “ROMANCE’’ SU DESEO D sobre paisaje tan jaranero y castizo. El conde fué,
Parrar ft Rinehart.—Nueva comedia por el autor de VIOSO. México, 1941. asimismo, asiduo concurrente a bodas y bautizos.
Ky Kan Godfrey. ____ Manuel Ricas Cln-rif: LA FOTOGRAFIA DB LAS INSERTAR CON OPORTUNIDAD, E
Sarah Gertrude: TJKS DAU GOZ>8. New York. XBMBBAMAS FBOFDMDAS DBL OJO. México. 1940. LA SECCION BIBLIOGRAFICA, LA C< Quién sabe si en compañía del duque. Quién sabe
Harper ft Brothers.—Historia de la penetración na­
il en el Africa del Sur. RRESPONDIENTE NOTICIA si en compañía del obispo.
Norma Patterson: W2S8T OP TO W1ATOR. en la pintura, la escultura y ¡as artes manuales ja­ A las mientes del conde ha venido la estampa
N>w York. Farrar ft Rinehart.—Tn Idilio en Hawai. ponesas.
Sarah Atherton: MASK’S OWN. Tndianapolia, Ind. Alain Locke: TMB MBGXO EM ABT. Wáshington LETRAS BRASILEÑAS de su rey. Le ha visto desde que era niño enclen­
E. P. Dutton ft Co.—Historia de una mina de car­ D. C. Associates in Negro Folk Education. Box 636, que hasta que se logró en padre prolífica, en caza­
bón de Pensilvània, de sun dueños v trabajadores. Ben Franklin Station.—Estudio pictórico sobre la RESEÑA BIBLIOGRAFICA, ARTISTICA,
Emily Greenaway: SWÎEP8TAKES. Boston. influencia del negro y del tema de los negros en el CIENTIFICA Y JURIDICA DEL BRASIL.
dor demócrata, en demócrata furtivo y, al fin, en
Mass. Hougton, Mifflin Co.—-Eo sucedido a un gru­ arte.
po de ï>ersonas que no ganó el premio. monarca trashumante.
Charles Hanson Town#*: PBBTTT GZBX»S GET CRITICA Y ENSAYOS .Ahora Don Alfonso ha muerto, para mayor
THESE* New York. I», Appleton, Century Co.—Naci­
miento de una nueva estrella cinematográfica. Luke Myshuha: SKBVCKBBMO AMD WOMBB. Intercambio cultural Hispano-Brasileño. Libros castigo después de escuchar en Roma el último dis­
Kathryn White: XZSS STAVTOW OP “TOT Jersey City, N. J. Ukranian Press & Book Co.—
Estudio sobre la influencia de la? mujeres en la y colaboración para teda la Prensa de Amé­ curso de Mussolini. Para escándalo mayor ha sido
CMYK*”. Philadelphia, Pa. The Penn. Publishing
Co.—Historia de una mujer i¡ue heredó un periódico. vida del poeta ukraniano Taras Shevchenko. enterrado enrre las tumbas de dos Borgias. Y para
Wheeler Robinson* TMB BIBLB IM ITS AMCI- rica. Agencia de Publicaciones y Editoriales.
ARTE BMT AMD BMGLISK VEMSIOSS. New York. Ox­ colmo de desastres Don Alfonso habrá de disputar
ford University Press.—Estudio comparativo sobre * ei sitio de su eterno reposo a quien en el Monas­
Nobuo Kumaraya y Minoru Ooka: KXSTOBY OF los dos textos.
BVDDKIST ABT XST JAPAN. South Pasadena. Cal. Hilaire l'.-üw: OM TMB FLACB OP CMBSTBM- CAIXA POSTAL 4103.—S. PAULO—BRASIL terio de el Escorial se le adelantó y ocupa, por pres­
P. I>. «and lone Perkins for The International Bud­ TOB IM BMGLISM LETTBB8. New York. Shecd ft cripción falangista, ei breve recinto de su tumba.
dhist Society.—Estudio sobre la influencia budista Ward.—Ensayo.
ROMANCE 15 de Marzo ne 1941
Pagina 22

LIBROS RECIBIDOS
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Panamericanas. México, 1941.
Humberto Día» Casanueva: EL BSASPRMO CO­
RONADO. Poema. Ediciones Intemperie. Santiago de
Julio Torrí: DR PUSMkAMZRBTOS. Publicados Chile. 1940.
ARGENTINA CHILE por la Casa de España en México. 1940. Wallace Stevens: RARMORIUM. Poemas. Alfre­
Rodolfo Usigli: ZTÍBBRARIO DEL AUTOR do Knopf. Nueva York. 1931.
CIENCIAS K28TOBXJL, BIOOMAriA DRAMATZCO, Publicado por la Casa de España en Raúl Roa: MIS OPOSICIONES. Valoración por
México. 1940. Emilio F. Camus. Editorial Alfa. La Habana, 1941.
R. H. Meio; VITAMINAS. Con especial conside­ Rafael Emilio Housse: BPODWTA. Z9TDZA. Edi­ José R. Destéfano: GAmTICOS DR LA MUER­ Rafael Cane ve: APRECIACIONES. Síntesis in­
ración de las aplicaciones terapéuticas. Librería y torial Zig-Zag. Santiago, 1940. TE. Poemas. Segunda edición. Buenos Aires, 1940. formativa de la Clase de Historia de la Literatura
Editorial Ruiz. Rosario, 1940. Una narru. iôn de la historia, las costumbres y Máximo Ibáñez: LE CORPS VA SON UBBMIB.
la situación actual de la raza araucana. Obra premia­ Castellana, instituto de San Juan de Córdoba- Cié­
Br. Besançon: LOS DIA» DEL HOKJ1U!. Libre­ Ensayos. Editorial Tor. Buenos Aires, 1936. naga-Col omb la, 1939.
ría Hachette. Buenos Aires, 1940. da por la Academia Francesa de Ciencias Morales y
Diego Carbonell: TOUS PSICO-PIBIOLOOICOS Políticas. _____ M. de J. Quijano: ESTAMPAS POSTALES. Un Juan Negro: OOCR8 T MUERTE. Poemas. Edi­
BB ABSTRACCION T Dï EXPERIENCIA. Impren­ Manuel Eduardo Hübner: KSX2CO BM WH ■ folleto de 65 páginas. Panamá, 1940. torial Crucero. Buenos Aires. 1940.
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Mario Canella: ORIENTACIONES SI LA BIOLO­ Zig-Zag. Santiago, 1940. dicato do Escritores y Artistas. Quito, 1940. Stalin'.’ Un folleto de 46 páginas. Biblioteca Neo. Bue­
GIA KOSXBIA Traducción de Armando Tachella Wolfram Dietrich: 8ZMOV BOInwAJfc Y ZxAS Alejandro Manco Campos: TRARAJADOR CONS­ nos Aires, 1940.
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Gerardo Seguel: TJfcAJTCISCO OTJHRS X>B MKA-
DA Y BASCVAAJfA. Ediciones ErclUa. Santiago, Prólogo de Jorge Luis Borges. Editorial Argírópolis. EXPRESION TEATRAL AMEBTZRO. Rodolfo
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José Ingenieros: MATADO DEL AMOA 340 JANDRO VBBBOA8. Editorial Nascimiento. San­ siones de poemas franceses. Un volumen de 123 pá­ Teatral. Número 6. Instituto Nacional de Estudios
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Juan Draghí Lucero: LAB MIL T UBA BOCRBS DBRBCRO, POLITICA OIElBTá Una biograffa del cinema. Hollywood, nos de Cultura Teatral. Número 7. Instituto Nacio­
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büiafde JütfUde
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Se analizan los diversos aspectos y cómputos,
REPUBLICA DOMINICANA
especialmente en la provincia de Buenos Aires.

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David Kraiselburd: PSICOLOGIA DB LOB JUE- FILOSOPIA
OOS INPAhTzlBS. Un volumen de 170 páginas.
Editorial El Ateneo. Andrés Avelina: METAFISICA CATBOORIAL.
Un volumen de 417 páginas. Editora Montalvo. Ciu­
POLITZOA-DBRBCRO dad Trujillo, 1940.
Juan Antonio Solari: PABIAS ARGENTINOS.
Librería La Vanguardia. Buenos Aires, 1940.
Rodolfo Mondolfo: BL MATERIALISMO writ.
URUGUAY

krwda
TORZCO EB PBDBBZCO BBOBLS. Un volumen de
364 páginas. Rosario, 1940. EZBTORXA. BIOORAPIA
Juan Enrique Coronas: DB LAS PALTAS O
COb T AA V BB CxON ES. Un volumen de 258 páginas. José M. Fernández Saldaña. OOBIXRBO V APO­
Editorial Viacor. Buenos Aires. CA DB SABTOS.
Gustavo J. Franceschi: TOTALITARISMO, LI­
BERALISMO, CATOLICISMO. Un volumen de 106 LITERATURA
páginas. Editorial Acción Católica Argentina. Buenos
Aires. Manuel Benavente: wt.t.x San José, 1940.

BRASIL VENEZUELA
LXTBHATCTBÀ
PEDAGOGIA
Ivan Lins: BUZZ DB AIÁBGOH. Un volumen de
90 páginas. Editorial Amiel. Río de Janeiro, 1940. Luis Padrino: CORSO ELEMENTAL BB BBD-
Se recogen en este libro las conferencias <iue CACIOB RURAL. Editorial Elite. Caracas. 1940.
Ivan Lins pronunció en la conmemoración del tercer
centenario de la muerte del dramaturgo mexicano. POLITICA. SOCIOLOOIA, DBRBCRO
___ Gabriel Espinosa: VIDA POLITICA, SOCIAL B
COLOMBIA INTELECTUAL DB VENEZUELA. Monografía "de
FHosofía Histórica. Tipografía La Nación. Caracas,
LITERATURA
Ellas Lozada y Corrales: POLITICA MZLITAB-
Christian Clausen: ESTAMPAS. Prólogo del Dr. TE. Tipografía La Nación. Caracas, 1940.
Gustavo Wilches. Editorial Gómez y l’aez. Bucara-
manga. Colombia. CIENCIAS
POUTICA-DXXXCEO R. B. Hill y E. 1. Bennrroch: ABQUZLOSTOMZA-
S1S V PALUDISMO BB TXXXIUXLA Publicacio­
Luis Javier Marino: DOCTRINA CORPORATI­ nes del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social
VA, CONTRATO COLECTIVO DB TRABAJO T Editorial Elite. Caracas. 1940.
REALIDAD COLOMwTóBA. l'n volumen de 94 pági­ J. R. Blanch: LECCIONES DB FISICA T QUI­
nas. Editorial Lumen. Bogotá 1939. MICA MEDICAS. Primera serle. Editorial Elite. Ca­
racas. 1940.
CUBA HISTORIA, BIOORAPIA
DERECHO-POLITICA Antonio Arraiz: CULTO BOLZVARIAITO. Publi­
cado bajo los auspicios del Ministerio de Educación
Juan Bautista Moré y Benítez: LEVES COMF1 Nacional. Editorial Condor. Caracas, 1940.
MENTARIAS DB LA CONSTITUCION. La. Haba Héctor García Chuecos: VIDA V ORRA DR UB
GLORIOSO PUBDADOR. Tipografía Americana. Ca­
Contiene la obra una ordenada agrupación v ex- racas, 1940. Un mexicano de corazón, abierto a todas las inquietudes del mundo,
pos:ción del texto de todos los artículos de la nueva
Constitución que ordenan la confección de nuevas Este libro contiene la biografía de Monseñor de cuenta a su país y a América entera la historia de México, durante los cin­
leves o modifican las existentes, comentarios sobre Unda, ilustre prócer de la Independencia, Rector del
el sentido que a esa legislación debe darse en nuestro Colegio de San Luis Gonzaga de Guanaro y Obispo cuenta últimos años, en un relato lleno de evocaciones, jugoso de emoción
momento político-social y un Indice Legislativo en­ de Mérida, civilizador y educador venezolano v la
caminado a facilitar, en ordenada y sencilla forma, hisíoria del Colegio de Cumiare por él fundado. actual y lleno de fe en el futuro.
el conocimiento rápido de las numerosas leyes De­ Carlos Brandt: BBBTROV1B: SU VIDA, SU
cretos-Leyes, Decretos y Reglamentos vigentes que OBRA V EL SENTIDO DB SU MUSICA. Editorial
están afectados por la Constitución vigente en la Cecilio Acosta. Caracas. 194P.
República cubana. Antonio Reyes: AVERROES T LULIO. BL RA- Un volumen de 275 páginas, con 16 láminas aparle, $ 6.00 m. n.
J. I,. Abaló: LA OBAB CRISIS T LA BECSSI- WXAMIXXTO AVBRROISTA V EL RABOBAMIEB-
DAD DB DBA CONFEDERACION PABAMEBICA- TO LULIANO. 4? edición. Cara-jas, 1940. Editorial
BA. La Habana. 1940. Cecilio Acosta.
Juan Clemente Zamora: SOCIALISMO. La Ha­ Augusto Mijares: ROKBRES B IDEAS EB EDITORIAL ATLANTE S. A.
bana. 1910. AXXXICA. Escuela Técnica Industrial. Talleres de
Artes Gráficas. Caracas. 1940.
HISTORIA, BIOGRAFIA Se relatan m este libro algunos aspectos de la DE VENTA EN TODAS LAS LIBRERIAS Y EN:
vida de Simón Bolívar, Bello, Sarmiento, Alberti,
Mario Güira! Moreno: CUBA CONTEEFORA- Martí. Simón Rodrigue» y otros grandes hombres.
BBA. Su origen, su existencia y su significación. Un ____ Nicolás E. Navarro: LOS JESUITAS BB VBBB- Calle de las Artes, 55 Mexico, D. F.
volumen de 36 páginas. Molina v Cía lai Habana SUELA. Un folleto. Tipografía americana. Caracas,
1940. 1940.
ISMsMaMP Dg 1941 ROJtdRCE Phssrí. 2¡
jorge Prendo Howard: Siete hombres... y uno más! Alberto grandes. Zoila Rosa Cárdenas: Perfilas. Francisco G. Plata:
rtinuao. Amanea y Encopa. Luis Alberto Sánchez; Parpado ssUetpez. Maauri Leal: Un aibue piadoso. Jesús VÜIaJ-
elogio del destierro. Federico J. Hucgd: Sentida moral del do­ pando. Mi tierra, León, Rafael Valadez Santoyo: Un viaje e
lor. José Rodríguez Miguéis: A teoria da Brasibdode. Juan San faan Tet&buecdn. Jorge Manuel Garcia: Traición. Vi­
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Crnt£ estampa da amazonia no Secuto XVltl Libero Luxardo: jectree Experiences of a Scbizoprentc finest. R. W. Pickford:
Three Related Experiences of Dé*ó Fu. H. L Evsenck: Some vedo: La democracia contra el valor del hombre. Ricardo Gal-
Morbach. o poeta do Nankim. Tomas Monteiro Lopes: A per- ván: Todos contra todos. Cayetano Andrade: Lai ciudades de PONDENCIA SOBRE LOS ORIGINALES QUE NO HAYA SO­
cepçao na psicriorio contemporánea. Castro de Andrade: Na- Faetón in the Appreciation of Poetry, and Their Relation to
Temperamental Qualities. León y Moroleón. Antonio Lozano Martínez. Fué en te gloria. LICITADO PREVIAMENTE, SIN QUE ESTO QUIERA DECIR
rionriismo e inugroçao. Luciano Lacerta: No tempo das cal­ Arturo Sierra Madrigal; Rosa y a;ul. Ofelia González del Cas­ QUE ALGUNOS DE ELLOS NO HAYAN DE SER PUBLICA
çot carats. ! A NUEVA DEMOCRACIA—Nueva York Febrero. 1941. tigo: El oro-de-agua de! fraile. José de Jesús Arroaz: ¡Ah. des­ DOS OPORTUNAMENTE
Rodrigo Beyle: La cosa vista desde aguí. Carlos S. Detwei- nuda tu cuerpo'... José de Jesús Núñez y Domínguez: Poema
ASPECTOS.—Número Jl. Diciembre de 1940. Río de Ja­ dei Bario. Rodolfo González Hurtado: Dniriiendo a chicos y
ler: El mundo de arriba. Dmitri Ivanovitch: La gaviota de oro.
neiro.
Pagina 24 ROMANCE 15 de Marzo de 1941

Lana Turner, estrella de la Metro, a quien veremos


próximamente en una película de iuventud: ;L.-\ Fruto dorado o dorada ilusión. Spencer Tracy, tras
vuelta a i-ranci A'" de contemplar a Claudette Colbert, entorna Los ojos
y sueña... Sueña con los po{os de petróleo.

caber en cada alma o bajo cada montículo del sue­


& lo, y, en definitiva —el film no tiene como el Mo­
nopoly, un móvil de propaganda y de estímulo—
que los Estados Unidos puedan contar en el por­
venir con una clase capitalista decidida y valiente,
libre por completo, y es lo que importa, de esté­
1 riles prejuicios que arrastren al pais a 1* ruina
ï y a no poder seguir el juego.

EL PARAISO PERDIDO

J L NTERPRETADA por Fernando G ravey —in­

EL FRUTO DORADO I genuo y melancólico, sentimental y dulce—


y Micheline Presle —Eva de principios de
siglo— la cinta recorre, entre aciertos que van
de mayor a menor, las etapas sucesivas de la
anteguerra, la guerra y la postguerra. Señale­
OS Estados Unidos lanzaron hace tiempo mos la primera como la mejor lograda. En ella

L un juego: el juego de los monopolios. Pese


a su nombre, y a su complejidad financiera,
el entretenimiento estaba destinado a los menores,
que, casi desde la cuna, habrían de familiarizarse
con los términos de la lisura, el arrendamiento y
Hedy Lamarr., bella y altiva, no siente demasiado interés por los yacimientos petrolíferos.
Prefiere a ¡os propietarios.
el director, Abel Gance, consigue atinar con el
carácter de toda una época. Basta una sugerencia,
un matiz, para ilevar al ánimo del espectador
cualquier emoción, regocijada o cándida, que con­
turbe el alma de quienes se mueven en tan flo­
la hipoteca. el tema de otra búsqueda, no menos afanosa ni Habilidades. Es otro fruto, más apetitoso que el ridos tiempos. En esta parte la película discurre
¿ Por qué al contemplar las incidencias de productiva. Ahora quienes se aventuran por tie­ que ellas puedan ofrecer, el que subyuga y desvía con un ritmo adecuado y con la naturalidad con­
S3 fruto dorado —torbellino de afortunados ha­ rras y clima» vírgenes van en busca de un nuevo la atención de loa galanes. Fruto en sazón que veniente al género.
llazgo» y vertiginosas quiebras— ha venido a fruto dorado: el petróleo. Tras de tan rico liqui­ enajena « quien guate de óL Lo ateto Clark Durante la :
nuestra siente «3 recuerdo del juego infantil ? Sin de los hombrea, hm bams'&é» de r*z¿, ~ ■’« GaWe, - - ■ ——
duda porque en «rabos, eu el film y en el juego tto j. af&áa.. .X*b£«ae «as
p pesadilla barcaria, ftüenta, deátro d» ua mís- '«aaaeerfcá gafas'

MK
tee, quizás no demasiado virtuoso, pero si tenaz de Speneer
y emprendedor, que supo crear una nación po­ rostro de Clark Cable y
derosa. Se trata, pues, de conservar estas cualida­ gan; magníficos los tres en sus respectivo» per­ El buscador auténtico, el genuino ‘‘gBto menéóá expresión aí
des, para que el poderío presente sea durable, sonajes. Una trama amorosa de menor caudal que horada la tierra por si mismo, no considera solo.
pese a la ambiciosa manía de ubicuidad que pa­ corre bajo la corteza arisca de los buscadores; el riesgo. Lo interesante es que se prolongue el La tercera y última parte de la peBorin nos
dece algún usurpador de vetas ajenas. Dígalo enredo intrascendente en el que ni a Claudette juego de las alternativas, que de una sola ojeada resulta más floja que las dos precedentes. ¿Por
Bulgaria. Colbert ni a Hedy Lamarr cabe atribuirles respon- se acierte a distinguir el tesoro oculto que pueda qué a medida que nos acercamos a los tiempos
El film, logrado en todas sus partes, está di­ actuales los personajes se van volviendo más
rigido por Jack Conway. No es la primera vez Clark Gable y su solitario. Clark Cable en la opulencia. El enfoyado galán está a punto ñoños, más anticuados de espíritu? Lo cierto es
que vemos en la pantalla ambientes semejan­ que la cinta adquiere, al final, un aire rancio qne
de hacer Monopolio. no tiene al principio, cuando acaso estaba más
tes. Recordemos la serie de películas dedicadas
a ios buscadores de oro, en la que necesariamente justificado. Con ello la trama decae y se hace
habríamos de incluir una de las mejores realiza­ artificiosa. Otro desenlace más simple y verí­
ciones de Charlie Chaplin: Ea quimera del oro. dico hubiera resultado sin duda más a tono con
Si, en cambio, es la primera vez que se trata una cinta que posee tan buenos comienzos.

Myrr.a Lor y los páiaros. [-'alta uno: William Powell. Katharine Hepburn, sorprendida indiscretamente en
un escenario de la Metro-Cüldwyn-Mayer.

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